EL MÉDIUM PASISTA DE CHICO XAVIER JOSÉ BATISTA DE CARVALHO El amigo en común de Chico y Divaldo. El médium y conferencista bahiano Divaldo Franco convivio mucho con Chico Xavier. Ambos conversaban, intercambiaban cartas y uno contaba al otro los casos que vivenciaban en la siembra espírita. Entre ellos, tenemos el del médium pasista de Chico. Esa historia es más una confirmación de la sabiduría y humildad de nuestro Chico Xavier, que era capaz de ejercer sus actividades de atendimiento fraterno y espiritual con delicadeza, con simplicidad y nobleza. Divaldo nos relata que, en los años 50, él tenía un amigo en común con Chico Xavier, que él, Divaldo, consideraba muy perturbado. En una visita a Uberaba, Divaldo se cruza con ese amigo e le pregunta: – ¿Oh, hermano mío, como lo está pasando? Aparentando felicidad, con una sonrisa el responde:
– Muy bien, Divaldo. Tengo una excelente novedad para revelarle. Imagine que ahora yo soy el pasista de Chico. Una pequeña interrupción para hablar sobre el pase. Ser pasista quiere decir que es un médium que aplica pases espirituales y magnéticos. Emmanuel, el guía de Chico, nos explica en el libro “El Consolador” que, “como la transfusión de sangre representa una renovación de las fuerzas físicas, el pase es una transfusión de energías psíquicas, con la diferencia de que los recursos orgánicos son retirados de un reservatorio limitado, y los elementos psíquicos los son del reservatorio ilimitado de las fuerzas espirituales.” Un pase puede transferir fluidos magnéticos procedentes del médium encarnado y, de forma concomitante, fluidos espirituales venidos de las entidades espirituales benefactoras. No es, por tanto, apenas una transferencia de energía magnética, provenida del ser encarnado. Es preciso entender que el objetivo del pase es ayudar en la rehabilitación de los desequilibrios espirituales, energéticos, psíquicos y físicos intercambiando fluidos negativos por fluidos positivos y, así, armonizando el funcionamiento de la vida en aquel que recibe el pase. Generalmente el pase es aplicado con las manos, mas también puede ser hecho a distancia, por el pensamiento, como también por la mirada. La eficiencia del pase está muy ligada a la fuerza de voluntad del pasista que lo aplica y dona las energías, bien como de quien las recibe. Bien, tras esa pequeña explicación acerca del pase, volvemos, entonces, a nuestra historia. Continuando con la revelación hecha por el amigo a Divaldo. En seguida la revelación hecha por el amigo, Divaldo, que estaba comenzando en el espiritismo, consideró extraño y pensó: ¿cómo podría una persona tan desequilibrada como el dar pases luego en Chico?
Algún tiempo después, los dos se encuentran y Divaldo le pregunta a Chico: – ¿Es verdad, Chico, que aquel nuestro hermano perturbado está dando pases con usted? Chico, con su suave sonrisa, responde humildemente: – Si, Divaldo, él está dándome pases. El humilde, simple y grande Chico. Un tiempo atrás el me procuró. Él estaba afligido, angustiado, solo en desesperación, maldiciendo su existencia. En medio de las lamentaciones, me pidió si yo podría darle un pase. Y yo le dije: –Hermano mío, pido que usted me aplique el pase. – Ah, Divaldo, el desvalido llevo el mayor susto y dijo: – ¿Yo, Chico? ¿Imagine, quien soy yo? Yo no tengo condiciones de dar un pase a usted. Entonces yo le dije: ¿Cómo no, hermano mío? Usted también es un hijo de Dios. Usted está pasando por dificultades, desaliento una noche oscura del alma, más es una excelente persona, y luego todo eso se va a pasar. ¡Vamos deme un pase! Chico dice a Divaldo que, durante el pase que el hermano desequilibrado le aplicaba, él mentalmente divisó a muchos mentores espirituales llegando próximos al hermano. Y así, por ele estar concentrado y con pensamientos elevados, fue más fácil retirar la negatividad que lo envolvía y limpiar su campo vibratorio. Cuando nuestro hermano perturbado terminó de aplicar el pase en mí, yo le dije: - Sí, hijo mío - dijo Chico - a partir de ahora eres mi médium pasista. Y luego, Divaldo, nuestro hermano se despidió y siguió el camino hacia su casa, feliz, sintiéndose bien y muy feliz. Así, en este breve relato sobre el médium pasista, vemos una vez más cómo era Chico: humilde, sencillo, no se preocupó de asumir los
méritos de sus buenas obras, ni de mostrar su grandeza espiritual. Por eso mismo él era grande.