EN LA ESFERA DE LOS SUEÑOS Joanna de Ángeles/Divaldo Franco Del libro: Leyes Morales de la Vida Los intereses recalcados, las aspiraciones frustradas, los tormentos íntimos, complejos, mal conducidos duermen temporalmente en el inconsciente del hombre y asoman cuando emociones de cualquier porte nos hacen desbordar, facultando el predominio de conflictos en formas perturbadoras, generando neurosis que se incorporan a la personalidad inquietándola. De la misma forma los ideales de ennoblecimiento, los anhelos de belleza, el hábito de las emociones elevadas, la mentalización de los planos superiores, las adquisiciones y luchas humanistas reposan en los departamentos de la subconsciencia, acordando, frecuentemente, y produciendo euforia, emulaciones en el hombre, ayudándolo en su programa de paz interior y de realizaciones externas. El hombre es siempre aquello que almacena consciente o inconscientemente en los complejos mecanismos de la mente.
Cuando se da el parcial desprendimiento del alma a través del sueño natural, precipitado por los deseos y pasiones que elevan o envilecen, se liberan de las memorias archivadas que lo asaltan, en formas variadas de sueños en los cuales se ve envuelto. Permanecen en ese capítulo los estados oníricos de la catalogación freudiana, en el que las fijaciones de orden sexual asumen expresiones de realidad, dominando múltiples sectores psíquicos de la personalidad. Además de ellos, hay los que provienen de los fenómenos digestivos, de las intoxicaciones de múltiples que se producen por consecuencia de los estados alucinatorios momentáneos. Concomitantemente, como consecuencia del cultivo de ideas deprimentes o de las optimistas, el alma en libertad relativa se siente atraída por las cosas que le son inaccesibles, en cuanto en la lucidez corpórea y fuertemente arrastrada por esa ansia de realización se desplaza del envoltorio físico y visita aquellos con los cuales se complace y donde se siente feliz. De eso provienen encuentros agradables o desdichados en los que se adquiere informes sobre ocurrencias futuras, esclarecimientos valiosos, o, conforme el campo de intereses que cada cual prefiera, experimenta las sensaciones animalizadas, fluye, en agonía, las tazas vinagrosas de los deseos inconfesables, continuando el comercio psíquico con Entidades vulgares, perversas o irresponsables que se le vinculan al pensamiento, dando origen a largos y rudos procesos obsesivos de curso demorado y de difícil liberación. En los estados de desprendimiento por el sueño natural, el alma puede recordar su pretérito y tomar conocimiento de su futuro, fijando esas impresiones que asumen la forma de sueños en los cuales las reminiscencias de antaño, no siempre claras, producen singulares emociones.
Además, la visión de futuro, las revelaciones que se basan en el intercambio con los desencarnados se manifiestan como positivos sueños premonitorios de ocurrencia cotidiana. Cuanto más depurada el alma, más amplias posibilidades depara, sucediendo, en el sentido inverso, por su embrutecimiento y materialización, los desagradables y perturbadores éxitos en la esfera de los sueños Se multiplican e impregnan en todas las direcciones ondas mentales, que recorren distancias inmensas, sintonizando con otras que le son afines y que buscan intercambio. En consecuencia, poco importa el espacio físico que separa a los hombres, desde que estos intercambian mentalmente en la faja de las aspiraciones, intereses y gustos que los caracterizan y asocian… Cuando duerme el cuerpo, no adormece el Espíritu excepto cuando profundas las habitaciones y la anestesia perturban sus momentos íntimos de centros de lucidez. Automáticamente, inconscientemente, se libera del cuerpo y se arrojan a los recintos que le agradan, porque ansia y de los que supone necesitar… Cuando, sin embargo, se ejercita en los programas renovadores y preserva los relevantes factores de la dignificación humana, se sutilizan sus vibraciones, sintonizando en las ondas que lo yerguen a las esferas de la Paz y de la Esperanza, donde los Seres dichosos, encargados de las labores excelentes de los hombres, facultan que se mantengan diálogos, recibiendo recursos terapéuticos y lecciones que se incorporan a la individualidad, indeleblemente… En las esferas de los sueños –en los Círculos Espirituales elevados o en los tormentosos conforme la preferencia individual – se engendran muchas, incontables programaciones para el futuro humano, naciendo allí o corporificándose, cuando ya existentes, los elocuentes capítulos de las vidas en santificación, como las tragedias, los vandalismo, las miserias sin nombre…
Vive en el cuerpo físico considerando la posibilidad encarnación sin aviso previo.
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Cada noche en la que adormeces, experimentas un fenómeno de acorde con la muerte. Dormir es morir momentáneamente. De ese sueño luego retornas, porque no se desatan los hilos que fijan el Espíritu al cuerpo. Puedes, sin embargo, por las ocurrencias que experimentas en la esfera de los sueños, tener una idea de lo que te sucederá en los Círculos de la Vida, tras el desenlace definitivo. Por tal imperativo, mejórate, elévate, supérate, mediante el ejercicio de los pensamientos saludables y de las realizaciones edificantes. No apenas fruirás de paz como resultado de la conciencia recta, como te prepararás para la vida real, por cuanto, examinada desde el Angulo de la inmortalidad, el hombre en la Tierra, se encuentra en una esfera de sueños, que normalmente, transforma, por la no vigilancia o rebeldía, en desdichada pesadilla.