LA MORAL RELATIVA DESTRUYE LAS RELACIONES JOSÉ BATISTA DE CARVALHO En las perturbadas relaciones de hoy, cada vez somos más conscientes de un tipo de comportamiento que muestra la complejidad de las personas y la renuencia a admitir sus actos y responsabilizarse de ellos cuando estos contrarían normas, costumbres y valores morales: la moral relativa. Comúnmente observamos que muchas de esas personas desenvuelven mecanismos de defensa para camuflar el mismo una forma para ablandar la infracción cometida. Albert Bandura es profesor de psicología social de la Universidad de Stanford. El efectuó innumerables estudios que trajeron valiosas contribuciones en el área dela psicoterapia, de la psicología social y cognitiva, y de la pedagogía.
Bandura es uno de los psicólogos vivos más citados del mundo, considerado el padre de la “Teoría del Aprendizaje Social”, hoy conocida por “Teoría Social Cognitiva”. La práctica de comportamientos contradictorios de moral relativa es cada vez más común. Una de las investigaciones de Bandura aborda la “Desconexión Moral Selectiva”, también conocida como desconexión, o incluso desconexión moral selectiva. Este estudio busca comprender los mecanismos que llevan a las personas a tener comportamientos basados en actitudes de moral relativa, contrarias a las creencias, principios, moral y comportamientos que supuestamente creen y defienden. ¿Cuántas personas no conocemos que predican el respeto, la paz y la honestidad, pero viven humillando, atacando y cultivando mentiras y engañando a los demás? Hay tantos ejemplos hoy en día que no es muy difícil entender qué es la “Liberación Moral Selectiva”. Se muestran en las noticias todo el tiempo, y además los presenciamos constantemente en nuestras vidas. Hoy tenemos una inmensa masa que lucha contra la corrupción, pero vive en medio de pequeños “sobornos” a diario, como la facilitación de cualquier servicio público o la obtención de preferencias a través de bondades y favores. También tenemos quienes defienden la práctica de conceptos humanitarios y no los practican con sus empleados y asistentes. De todos modos, los ejemplos son muchos y están sucediendo todo el tiempo a nuestro alrededor. Como se procesan la construcción de la moral relativa y las concesiones de los principios. Repletos de contradicciones e incoherencias, esos comportamientos envasados en un principio de moral relativa se reproducen de generación en generación, y así se van perpetuando.
Tenemos innumerables teorías que procuran entender como es que los principios y valores éticos que nos rigen son construidos. Según Bandura, nosotros incorporamos inconscientemente a lo largo de la vida esos preceptos, a través de diversos estímulos de recompensas y puniciones. De acuerdo con la proposición de la teoría, existen situaciones que pueden eventualmente provocar concesiones al cumplimento de las normas y de los valores. Ese ablandamiento puede ocurrir por motivación de alguna urgencia, por conveniencias o mismo por impositores sociales. Percibimos que el ser humano puede, rutinariamente, comportarse de forma contraria a los principios que le fueron pasados. Y percibimos que cuando eso ocurre, las personas sienten intensa perturbación y aflicción, además de una combinación de angustia, de remordimiento y de culpa. Y luego, en medio de estas condiciones, la persona que traiciona su moral siente una necesidad extrema de terminar con esta aflicción. Ese inconveniente debe resolverse reparando el daño causado, pero lo que suele ocurrir es el desarrollo de mecanismos que construyan una justificación. Uno de esos mecanismos es la desvinculación moral. Muestra la construcción de una narrativa que lanza una nueva interpretación de lo sucedido, proporcionando así un alivio capaz de disipar sensaciones desagradables. Como podemos ver, la desconexión se produce a través de una remodelación cognitiva que convierte una conducta considerada incorrecta en un acto aceptable.
Cómo funcionan los Mecanismos de Liberación Moral Selectiva. Albert Bandura explica que la liberación moral puede ocurrir debido a uno de los siete procesos psicológicos que se enumeran a continuación:
Justificación moralista Los principios religiosos, los imperativos nacionalistas y las ideologías se han utilizado desde la prehistoria para justificar la violencia y el comportamiento destructivo. Ej: Matar, torturar o agredir para defender la moral religiosa, los intereses o la tradición del país y las buenas costumbres. Lenguaje saneado Los eufemismos se utilizan para sentir menos culpa. Por ejemplo, llamar a los inocentes muertos por los misiles "efectos colaterales" y los soldados de su equipo muertos en la batalla "bajas" o "pérdidas". Comparación social exoneraría Comparar un comportamiento incorrecto con una peor posibilidad, para minimizarlo, ignorando la incertidumbre del futuro. Defender que la guerra fría, por ejemplo, fue importante para evitar la esclavitud y la miseria en el país que provocaría el avance comunista. Difusión de la responsabilidad Cuantas más personas en un grupo tengan el potencial de ayudar, menos responsabilidad tiene cada uno de ellos por no ayudar. Entonces la culpa se diluye entre todos los responsables. Un ejemplo de esto es creer que si otras empresas también contaminan, la responsabilidad por el nivel actual de contaminación no es responsabilidad de la propia empresa. Así, todas las empresas utilizan la misma lógica y nadie se siente responsable. Desplazamiento de responsabilidad Hacer al otro responsable de sus acciones, especialmente autoridades superiores o divinas, instintos o efectos de drogas. así es cuando los soldados o la policía sienten que solo están siguiendo órdenes o leyes; o cuando los religiosos defienden sus agresiones como órdenes de su libro sagrado, profeta o dios; cuando consideren seguir la “ley de la selva” o la “ley del más apto”; cuando justifican pegarle a su esposa por culpa del alcohol. Ignorar o minimizar los efectos perjudiciales de sus acciones
Cuanto menos visible es la consecuencia perjudicial de un acto, más fácil es ejecutarlo. Peor el contrario, ver las consecuencias de sus actos torna más difícil a agresión. Lanzar un mísil teleguiado para destruir un edificio incomoda menos que entrar en el edificio con una ametralladora y ver personas morir mismo cuando el número de muertos es el mismo. De forma similar, explorar a los funcionarios es más fácil en las grandes empresas, en que los grandes empresarios no conocen a sus funcionarios. Deshumanización de víctimas Al deshumanizar, la víctima no es vista como una persona digna de sentimientos, lástima y de preocupación. Esto implica no reconocer en estas víctimas sus similitudes, sus derechos humanos y la legitimidad de sus causas. Por ejemplo: considerar que los chinos, árabes, indios, latinos o africanos son como ratas, como insectos o plagas cuando emigran a otro país en busca de mejores condiciones de vida. Culpar al gobierno, al número de personas o a la religión de estos lugares por su supuesta inferioridad y miseria. Como evitar la completa desestructuración de nuestra sociedad. Como podemos observar esas estructuras se presentan cotidianamente a nuestro alrededor. Percibimos cada vez más al relativismo moral desenvolviéndose y afectando nuestras relaciones en varios niveles. Ese tipo de comportamiento, a largo plazo, tiene el poder de desestructurar completamente nuestra sociedad. Precisamos de forma urgente practicar la vieja y sabia lección de hacer a los otros o que queremos que nos hagan. Estamos acostumbrados a actuar de acuerdo con nuestra comprensión del entorno en el que vivimos. Y nuestra percepción es que fomentará nuestros mecanismos psíquicos responsables de la interacción social. Así, cuando nos dejamos arrastrar por el mal comportamiento de los demás, debemos ser conscientes de que actuar de la misma forma solo dará más energía para que estos comportamientos nocivos se perpetúen.
Para no quedar atrapados en esta malla energética tóxica, tenemos que practicar la aceptación y no dejar que nuestros instintos afloren para luchar. Aceptando situaciones sin quejarse, y asegurándonos de que pronto se remedie cualquier daño o perjuicio que podamos sufrir. Porque al actuar de acuerdo con la regla de oro, nos estaremos comportando como nos gustaría que nos trataran. Renueve la mirada sobre su vida. Otro aspecto que tenemos que destacar es que esas situaciones son excelentes maestros, trayendo las lecciones necesarias para que podamos darnos cuenta de los momentos de nuestra vida que piden una renovación. Como sabemos, nada en el universo ocurre gratis. Las consecuencias nos dicen cómo pensamos y actuamos en el pasado. Cuando estas consecuencias no son las que esperábamos, es una señal de que debemos corregir nuestras acciones reformulando nuestros pensamientos. Entonces, cuando nos vemos envueltos en situaciones desagradables, en primer lugar es necesario ver si no necesitamos hacer cambios en nuestras vidas. La reformulación de pensamientos y el consecuente cambio de comportamiento promoverán cambios en nuestros caminos y así podremos atraer mejores personas y situaciones de las que estábamos viviendo. Debemos tener en cuenta que nuestra vida no es un mundo de competencia, no necesitamos vencer a nadie y nunca seremos derrotados. La disputa es un remanente de un distante estado de ser que vivió inmerso en un entorno hostil. Puedes decirme que el mundo nos obliga a ser guerreros y agresivos. Yo les digo: así es porque creemos que tiene que ser así. Parafraseando a un gran poeta: “Se puede decir que soy un soñador”. Pero, como dije, tenemos que cambiar nuestras percepciones y entender que todos somos iguales, todos tenemos el mismo origen.
Somos una gran familia, todos conectados entre sí. De esa manera, si lastimamos a alguien, también nos lastimamos a nosotros mismos; si curamos a alguien, en el fondo también nos estamos curando a nosotros mismos. Necesitamos renovar nuestra mirada y trabajar hacia una profunda conciencia de nosotros mismos que, al final, revele nuestra santidad. Y cuando nos demos cuenta de nuestra santidad, también llegaremos a ver la santidad de los demás.