LA TRANSICIÓN INDIVIDUAL Por: Andrea Küster y Rodrigo Oliveira El período de transición de nuestro planeta, considerado mundo de pruebas y expiaciones, para mundo de regeneración, nos impone la tarea de reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros desempeña, como parte de la creación divina y partícipe en la evolución de la humanidad. No Capítulo III del Evangelio Según el Espiritismo”, las instrucciones de los Espíritus tratan de la relatividad de la cualificación de los mundos inferiores y de los mundos superiores y esclarecen en cuanto a la existencia de diversas escalas o grados que han de ser recorridos en el camino que lleva a los seres para evolucionar. Esa continua evolución, resulta de la posibilidad de que todos seamos futuramente capaces de encarnar en mundos que estén en grados superiores. En esos mundos la superioridad moral e intelectual establece diferencia entre las condiciones y concede la supremacía. En ellos “El hombre no procura elevarse por encima del hombre, más si por encima de sí mismo, perfeccionándose”. Analizando la situación de nuestra sociedad globalizada, en comparación con un siglo atrás, es posible reconocer que las acciones caracterizadas por la maldad y desprecio por la vida de
los semejantes causan cada vez mayor repudio. Todavía, el apego a los bienes materiales, la competitividad exacerbada y la facilidad para emitir juzgamientos son actitudes que aun nortean nuestras acciones. Tales ejemplos demuestran que la Tierra aun es un mundo de pruebas y expiaciones, debido a las características de los espíritus que en ella habitan, son rehenes de los vicios que nacen del egoísmo. Conforme es recordado en la edición de enero de la Revista Letra Espirita, la transición planetaria no ocurrirá con fecha marcada. Ese proceso cuenta con la actuación de la Espiritualidad y también con la evolución de los espíritus que están encarnando en el planeta. Como toda tarea de gran importancia, se hace necesario la sintonía entre los espíritus encarnados y desencarnados, en el sentido de afrontar las dificultades que se interpongan. Toda construcción de gran envergadura depende del trabajo individual de diversos operarios. En este sentido, cada uno de nosotros puede colaborar con el papel de colaboradores de Cristo, desde que nuestros actos posibiliten la actuación de los benefactores. En la obra de “Nuestro Hogar” el ministro Genesio aconseja que, para contar con la Providencia divina en el enfrentamiento de las dificultades diarias, se debe considerar el terreno de las ideas como campo de lucha. En ese ambiente, cabe a cada uno de nosotros determinar cuáles influencias del plano invisible encontraran oportunidad para germinar: Contenidos que iluminan Letra Espírita lleva hasta usted la oportunidad de renovación interior y, consecuentemente, crecimiento espiritual... Dentro de nuestro mundo individual, cada idea es como si fuera una entidad à parte... es necesario pensar en eso. Nutriendo los elementos del bien, ellos progresaran para nuestra felicidad, constituirán nuestros ejércitos de defensa; alimentar cualquier elemento del mal es construir base segura para nuestros verdugos. (XAVIER, 2017, p. 274). La respuesta de los Espíritus a la pregunta 466 de “El Libro de los Espíritus”, presenta referencias a la importancia de la actitud individual en las relaciones interpersonales terrenas:
¿Porque Dios permite que los Espíritus nos inciten al mal? – “Los espíritus imperfetos son instrumentos destinados a poner en prueba la fe y la constancia de los hombres en el bien. Tú, siendo Espíritu, debes progresar en la ciencia del infinito y, por eso pasas por las pruebas del mal, para llegar al bien. Nuestra misión es colocarte en el buen camino y, cuando más influencias actúen sobre ti, es que las atraes por el deseo del mal, pues los Espíritu inferiores vienen a auxiliarte en el mal, cuando tienes deseos de practicarlo. ¡Pues bien! si estas inclinado al asesinato, tendrás una multitud de Espíritus que alimentaran en ti esa idea. Más también tendrás otros que se empeñaran en influenciarte al bien, eres tú el que restablece el equilibrio de la balanza y te hace señor de tus actos.” Kardec2013c, p. 231). En la Obra “Los Mensajearos”, André Luiz narra las consideraciones de Telésforo, acerca de la actuación de los cooperadores de Nuestro Hogar, en la diseminación de ensañamientos a través de comunicaciones entre encarnados y desencarnados. El instructor resalta la necesidad de auxilio para que la mente humana, cada vez más abierta para el contacto con las expresiones invisibles, está amparada en sus dificultades en un ambiente de intercambio de vibraciones entre encarnados y desencarnados: Tenemos servicios complejos y dilatados. Y, como decíamos, la humanidad terrena se aproxima, día a día, a la esfera de vibraciones de los invisibles de condición inferior, que la rodea en todos los sentidos. Más, según reconocemos, agobiante porcentaje de los habitantes de la Tierra no se ha preparado para los acontecimientos evolutivos actuales. Y lo más angustioso los conflictos tienen lugar en el camino humano. La ciencia progresa vertiginosamente en el planeta, y, sin embargo, a medida que se suprimen los sufrimientos del cuerpo, se multiplican las aflicciones del alma… vemos ahora a la criatura terrestre absorbida por los graves problemas, que no son por las deficiencias de si mismas, sino también por la espontanea aproximación psíquica con la esfera vibratoria de millones de desencarnados, que se agarran a la costra planetaria, sedientos de renovar la existencia que menospreciaron sin la mayor consideración a los designios de la Eterno. (XAVIER, 2018, p. 37-38).
Teniendo en mente esas consideraciones, cada día que pasamos en la vida terrena configura una oportunidad evolutiva. La Doctrina Espírita nos esclarece en cuanto a la efeméride de la experiencia en la Tierra, en comparación con nuestra condición de espíritus milenarios, en proceso evolutivo. La muerte del cuerpo físico representa la fecha límite de la vida terrena, por eso no podemos perder nuestro precioso tiempo dejando a un lado las tareas que debemos cumplir. Aun mismo que los dictámenes de la encarnación no nos permitan traer, al renacer en la carne, detalles relativos a las vidas pasadas, las obras inspiradas por los autores espirituales ofrecen directrices útiles para que podamos proseguir en nuestro camino evolutivo. “El Libro de los Espíritus”, en su capítulo XVII, resalta que el “verdadero espírita” puede ser reconocido por su transformación moral y por los esfuerzos que emplea para dominar sus malas inclinaciones. En ese sentido, como punto de partida para el enfrentamiento a los vicios, alimentados por el egoísmo, podemos tener en mente la respuesta de los Espíritus a la pregunta 913 de “El Libro de los Espíritus”: Estudiad todos los vicios y veréis que en el fondo de todos hay egoísmo. Por más que luchéis contra ellos, no conseguiréis extirparlos mientras no cortéis el mal por la raíz, y así destruyáis la causa. Que todos vuestros esfuerzos tiendan, pues, para ese fin, porque esta es la verdadera llaga de la sociedad. Quien quiera aproximarse a la perfección moral, ya en esta vida, debe extirpar de su corazón todo sentimiento de egoísmo, pues el egoísmo es incompatible con la justicia, el amor y la caridad, el neutraliza todas las otras cualidades. (KARDEC, 2013c, p. 390). Tales enseñanzas pueden inspirarnos a promover nuestra transición individual, como forma de contribución para la transición planetaria en la cual tomamos parte.
---------------Referencias: KARDEC, Allan. A Gênese. Tradução de Evandro Noleto Bezerra,2ª ed. 1ª imp. Brasília: FEB, 2013a. KARDEC, Allan. O Evangelho Segundo o Espiritismo. Tradução de Evandro
Noleto Bezerra, 2ª ed. 1ª imp. Brasília: FEB, 2013b. KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos. Tradução de Evandro Noleto Bezerra, 4ª ed. 1ª imp. Brasília: FEB, 2013c. XAVIER, Francisco Cândido. Nosso Lar. 47ª ed. 10ª imp. Brasília: FEB, 2017. XAVIER, Francisco Cândido. Os Mensageiros. 64ª ed. 10ª imp. Brasília: FEB, 2018