DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
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TERCERO 1 NUMERO
8º MENSAJES DE ALLAN KARDEC
EL MILAGRO QUE EL ESPIRITISMO PUEDE Y DEBE REALIZAR Allan Kardec Viaje Espirita de 1862
Cuando consideramos el estado actual de la sociedad, somos inducidos a reconocer que su transformación sería un verdadero milagro. ¡Pues bien! Es el milagro que el espiritismo puede y debe realizar -porque está entre los designios de Dios- mediante su consigna: Fuera de la caridad no hay salvación. Si la sociedad adopta esta máxima como emblema, y adecua su conducta a ella -en lugar de esa otra que tiene plena vigencia en estos días: La caridad bien entendida empieza por casa-, todo se modificará. Lo importante es lograr que esa nueva máxima sea aceptada.
Bien sabéis, señores, que el vocablo caridad tiene un significado muy amplio. Existe la caridad de pensamientos, de palabras y de acciones. Caridad no es únicamente limosna. Se es caritativo, en pensamientos, mediante la indulgencia para con las faltas del prójimo; en palabras, cuando no se dice algo que podría ser perjudicial para los demás; y en acciones, cuando se asiste al prójimo con todas las fuerzas. El indigente que comparte su mendrugo con un compañero más necesitado que él, es más caritativo y tiene mayor mérito a los ojos de Dios que aquel que da de lo superfluo y no se priva de nada. La persona que alimente contra su prójimo sentimientos de odio, de animosidad, de envidia, de rencor, estará faltando a la caridad. La caridad es la antítesis del egoísmo; la primera es la abnegación de la personalidad, y el segundo es la exaltación de la personalidad. Dice la caridad: Para ti en primer lugar, para mí después; dice el egoísmo: Para mí primero, para ti si sobrara. La caridad está por completo en estas palabras del Cristo: Haced a los otros lo que quisierais que ellos os hiciesen. En una palabra, se aplica sin excepción a todas las relaciones sociales.
Debemos admitir que si todos los miembros de una sociedad procedieran según ese principio, habría menos decepciones en la vida. Cuando dos hombres están reunidos contraen, por eso mismo, deberes recíprocos; si desean vivir en paz, están obligados a dispensarse mutuas concesiones. Esos deberes aumentan a medida que lo hace la cantidad de individuos. Las aglomeraciones forman un todo colectivo, que tiene también sus obligaciones respectivas. Existen, pues, además de las relaciones de un individuo con otro, las de una ciudad con otra ciudad, las de una provincia con otra provincia, las de un país con otro país. Esas relaciones pueden obedecer a dos motivos, que son la negación el uno del: el egoísmo y la caridad, pues hay también un egoísmo nacional. Junto con el egoísmo prevalece el interés personal: cada uno vive para sí; en el semejante vemos apenas a un antagonista, a un rival que puede competir con nosotros, que puede explotarnos -o al que podemos explotar-, y que hará lo posible para llegar antes que nosotros. Así, la victoria es para el más astuto, y la sociedad -da pena decirlo- muchas veces consagra esa victoria, lo que hace que aquella se divida en dos clases principales: la de los explotadores y la de los explotados. De ahí resulta un perpetuo antagonismo, que convierte a la vida en un tormento, en un verdadero infierno.
Sustituid el egoísmo por la caridad, y todo cambiará: nadie tratará de hacer daño a su vecino; los odios y los celos se extinguirán por falta de sustento, y los hombres vivirán en paz, ayudándose mutuamente en lugar de agredirse. Cuando la caridad reemplace al egoísmo, las instituciones sociales estarán fundamentadas en el principio de la solidaridad y de la reciprocidad; entonces, el fuerte protegerá al débil, en vez de explotarlo.
EL PUNTO DE VISTA
Allan Kardec El Evangelio Según el Espiritismo Capítulo 2 - Mi reino no es de este mundo
7. El Espiritismo dilata el pensamiento y le descubre nuevos horizontes. En vez de esa visión tímida y mezquina, que lo concentra en la vida actual, que hace del instante que vivimos en la Tierra un eje único y frágil del futuro eterno, él, el Espiritismo, muestra que esta vida no es más que un eslabón en lo armonioso y magnífico, conjunto de la obra del Creador. Muestra la solidaridad que conjuga todas las existencias de un mismo ser, todos los seres de un mismo mundo y los seres de todos los mundos. Proporciona así una base y una razón de ser para la fraternidad universal, mientras que la doctrina de la creación del alma en el nacimiento de cada cuerpo hace que todos los seres sean ajenos entre sí. Esa solidaridad entre las partes de un mismo todo explica lo inexplicable, siempre que se considere un solo punto. Ese conjunto, en la época de Cristo, los hombres no podrían haberlo entendido, por eso lo reservó para otros tiempos para darlo a conocer. Allan Kardec
DURACIÓN DE LAS PENAS FUTURAS 1003. ¿Es arbitraria o sujeta a alguna ley la duración de los sufrimientos del culpable, en la vida futura? “Dios nunca obra caprichosamente y todo, en el Universo, se rige por leyes, en las que su sabiduría y su bondad se revelan.” Allan Kardec
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS COMENTADO POR EL ESPÍRITU MIRAMEZ Cuestión 1003 comentada
La duración de las penas que atraviesa el alma por sus faltas está de acuerdo con estas faltas. La variación de las lecciones de que el dolor es un maestro es innumerable. No hay Espíritu que tenga los mismos sufrimientos que otro. Las correcciones siguen una ley de justicia en todos los campos de lucha y es bueno notar estas diferencias, para que la ignorancia no venga a buscar justificación ante sus desgracias.
No hay arbitrariedad con los hijos de Dios; todo obedece a leyes justas, para educar a los compañeros que necesitan disciplina, despertando para mayores entendimientos. El moroso no necesita morir para redimir sus deudas. A veces, comienza a repararlo todavía en la carne, procediendo después de la tumba. A veces, regresa a los asuntos humanos con el mismo estigma de dolor que solidifica su misión de paz para el sufridor. Si te encuentras con la obstinación del mal, intenta cambiar. Observa que él no nos lleve a nada útil. ¿Por qué sufrir o hacer sufrir a otros? La relevancia en el mal es el camino hacia la agresión que volverá al atacante. Hemos hablado muchas veces y hemos vuelto a decir que las desgracias no erran en la dirección. Es como una carta de cobranza que llega al deudor a través de un portador que sabe dónde vive el deudor. Todos somos tentados a hacer el mal en muchas circunstancias, sin embargo, debemos resistir, haciendo el bien, buscando los altos ejemplos en Jesús.
Pues él mismo padeció, habiendo sido tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. (Hebreos, 2:18) Jesús es la ayuda del cielo que vino a fortalecernos frente a las tentaciones. Conociendo su vida e inspirándonos en sus ejemplos, fortalecemos nuestra conducta para no caer en nuevas tentaciones. Es lo que debemos hacer todos los días: buscar al Maestro que nos inspire. Al hacerlo, la duración de nuestras oraciones cambiará; la carga se aliviará y el yugo de nuestras faltas disminuirá. Estos son los principios de la felicidad. No debes cargar todo al futuro, porque vivimos dentro de lo eterno. Comenzarás hoy el trabajo de recuperación, este esfuerzo le dará luz en los caminos y la fuerza para vivir en la felicidad de Dios. La duración de nuestras penas, en el mundo físico o espiritual, está de acuerdo con nuestra persistencia en el mal. Cediendo a esa obstinación, se hace la luz y la vida surge como agente de Dios en nuestras conciencias.
Jesús es nuestro camino, la verdad y la vida que brota de Dios en su pureza, como mil manos iluminadas para bendecirnos, en la regla del amor que nunca muere en el corazón de la vida.
Solo el bien es eterno; todo mal es pasajero, siempre alejándose de quien lo sufre por la fuerza del tiempo. El Espiritismo, bien entendido a la luz de Cristo, os muestra grandes esperanzas; pero comienza a arrepentirse y luego trabaja para salir del alcance de lo que va en contra de la ley del amor y la justicia. El mañana les mostrará la realidad, destapando frente a la humanidad la mayor esperanza de todos los tiempos: la verdad, a través de la ciencia, de que nadie muere. Incluso ahora decimos, como se ha dicho en todos los tiempos: la vida continúa y el verdadero cielo se encuentra dentro de cada criatura. Busca y lo encontrarás.