DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
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POR LA GRACIA DE DIOS
Por el Espíritu Emmanuel Del libro: Cartas del corazón. Medio: Francisco Cândido Xavier.
“Más es por la gracia de Dios, que soy lo que soy”. Pablo – Corintios, 15:10
Observamos a aprendices del Evangelio que se declaran incapaces para la ejecución de los menores servicios en la labor del bien. Si son invitados a orar, afirman ser indignos. Si son convocados para la protección de un simple enfermo, en nombre del Divino Médico, huyen a la obligación, proclamándose débiles para la tarea. Si son llamados para la exposición de la verdad, se vuelven tímidos y tontos. Si se les obliga al puesto de responsabilidad, en la dirección de las buenas obras, reclaman imperfecciones e impedimentos. Si se les lleva al esfuerzo de asistencia de cualquier tipo, se retiran apresuradamente, con el pretexto de ineptitud o inexperiencia. Si indicados para la cooperación en la siembra del esclarecimiento iluminativo, se declaran en tinieblas.
Estudian, reciben nueva luz, progresan mentalmente, mas no poseen espíritu de iniciativa, coraje moral y osadía en la auto-superación. Y, por eso, son devorados lentamente a través de las gigantescas fauces del tiempo, que consumen sus cuerpos y oportunidades de crecimiento espiritual, sin inclinarse hacia nuevas adquisiciones para la vida eterna. Pablo de Tarso, reconociendo su condición de ex-perseguidor del Cristianismo Nascente, asevera: – “Mas, es por la gracia de Dios, que soy lo que soy”. La lección es admirable. Nadie puede alegar incompetencia o inferioridad, ante las exigencias del bien, si ya reconoce la grandeza de ese mismo bien. Quien algo posee, alguna cosa puede gastar. Quien alguna cosa conoce, algo puede hacer. En verdad, en el camino que vamos recorriendo, derramamos aun detritos y sombras de nuestro propio “yo”, entretanto, a la manera del gran defensor de la gentilidad, podemos también pronunciar las encorajadas palabras: – “Mas es, por la gracia de Dios, que somos lo que ya somos”.
ESPERANZA SIEMPRE
Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Manos Unidas.
Nadie sin esperanza… Nadie sin Dios… Contempla el Cielo, en los días en que la sombra te invada el corazón, y piensa en la inalterabilidad del Amor Infinito que vierte del Creador para todas las criaturas. El mismo Sol que te olvida y nutre es aquel mismo Sol que nutrió y olvido a billones de criaturas, en la Tierra, en el curso de los incesantes siglos. Casi todas las Estrellas que hoy se te descubren a los ojos son las mismas que acompañaran a los hombres, en la caída y en el levantamiento de numerosas civilizaciones. Reflexiona en eso y no te dejes arrasar por las aflicciones transitorias que te visitan con fines regenerativos o edificantes. Es probable que diversas tribulaciones te sigan los talones. Aguantas incomprensiones y dificultades en cuenta propia; toleras luchas y problemas que no creaste; cargas compromisos y constreñimientos, a fin de auxiliar a los entes queridos; o erraste, talvez, y sufres las consecuencias de las propias culpas. No importa, entretanto, el problema, aunque siempre nos pesen las responsabilidades asumidas, cualesquiera que sean.
Deslígate, sin embargo, de pesimismo y desánimo, recordando que la vida, - mismo en la vida que disfrutas, - en sus orígenes profundos, no es obra de tus manos. El poder que te dotó de movimiento, que te desenvolvió las percepciones, que te indujo al impulso irresistible del amor y que te encendió en el pensamiento la luz del raciocinio, guarda recursos suficientes para rectificarte, suplementarte las energías, ampararte en la solución de cualquier empresa difícil o rescatarte de cualquier precipicio, donde hayas caído, en de ti mismo. Ese mismo poder de vida que regenera el gusano magullado y reajusta los árboles podados nunca te relegaría a la sombra de la indiferencia. Entretanto, para que le asimiles el apoyo plenamente, es imperioso te integres en el sistema del trabajo en el bien de todos, sin rendirte a la inutilidad o a la deserción. Recuerda que el gusano herido y los árboles arrancados se rehacen manteniéndose fieles al trabajo que la sabiduría de la vida les ha dado por naturaleza. Recordemos esto y cualquier tipo de prueba que puedan ser las horas amargas, continúe trabajando en apoyo del bien general, mientras se adapta al privilegio de servir, sea cual sea la prueba en la que se encuentre, pronto reconocerá que el amor es un sol que brilla para todos y que nadie existe sin Esperanza y sin Dios.
ALEGACIÓN JUSTA
Hermano X/Chico Xavier
El gran orientador espiritual, en conferencia con algunos amigos, enunciaba expresivas consideraciones. – Como ustedes todos saben – alegó, justiciero –, los compañeros encarnados, desde tiempos inmemoriales, vienen a nuestro ámbito, buscando modelos para las actividades en la Corteza del Mundo. La masa perezosa, exclusivamente interesada en el intercambio de emociones físicas, nunca se ha movido en esta dirección, porque recibe sin discutir las medidas que se le imponen. Sin embargo, los hombres activos e inteligentes, siempre que pueden, se arropan y exigen nuestra cooperación. Estudian nuestros servicios tanto como les es posible y examinan nuestros institutos evolutivos. De hecho, poseemos instrucciones especiales para brindarles ese acceso, al igual que se nos permite ir más allá, buscando la inspiración de nuestros Mayores. Revelando infinita benevolencia en la mirada, hizo larga pausa y prosiguió: – Ministros de la fe, administradores de bienes públicos, científicos y artistas, conductores del pensamiento y de la cultura de la Humanidad encarnada, sedientos de renovación en beneficio de los contemporáneos, toda vez que se muestran a la altura de los títulos de que
son detentores, se apresuran a granjearnos el concurso espiritual. No siempre saben lo que desean y somos compelidos a actuar con ellos a la manera de como lo hacen los profesores de primeras letras en los jardines de la infancia. Soportamos los impulsos intempestivos, sin darles bofetadas, y determinamos horas adecuadas para las lecciones. Luego que se apartan del cuerpo, en desligamiento provisorio por la influencia del sueño, congregamos los más aptos para el progreso intelectual, en el servicio de la deseable preparación. Usualmente descubren innumerables dificultades para comprendernos, apuntando continuos obstáculos a fin de maniobrar convenientemente con la memoria. Muchos reciben colaboración nuestra durante veinte, treinta, cincuenta años, y acaban sorprendidos por la muerte, sin cumplir un solo ítem de las cumplidas promesas que nos hipotecan. Algunos, con todo, bien intencionado y persistente, atraviesan óbices, ultrapasan fronteras, rompen cadenas y nos fijan los enseñamientos, convirtiéndose en vanguardistas del tiempo en que se hacen visibles en la Costra Planetaria. Se tornan, vía de regla, combatidos por los hermanos ociosos, porque los indolentes hostilizan os servidores leales, en todas las épocas. Muchos de esos amigos perseverantes acaban martirizados, conforme aconteció al propio Cristo, Nuestro Señor; todavía, llega la ocasión en el que las ideas de ellos se hacen loables y son aprovechadas. Para compañeros de esa calidad, nuestras puertas viven abiertas. Estudian con nosotros, desde el problema del alimento al de la más alta distribución de justicia. Llevan de aquí a la Tierra todas las migajas luminosas que pueden archivar en el campo mental, medianamente evolucionado, como ocurre con las laboriosas abejas que transportan la cantidad de esencias a la colmena, según su propia capacidad. Fue así como, observando los
códigos de derecho, allí hicieron leyes según sus inclinaciones personales, instituciones que progresan paulatinamente hacia la Justicia Universal. Esos exploradores del idealismo superior, en moldes idénticos, erguirán templos religiosos, primorearan la ciencia, iluminaran la filosofía, instalaran la industria y perfeccionaran el comercio. De cuando en cuando, las masas recuerdan a animalidad primitiva, retroceden en impulsos, se abren a los genios satánicos de la destrucción y se lanzan unos contra otros, a través de sangrientos enfrentamientos; pero, dominados por hombres superiores que nos visitan, siempre terminan reordenando sus armas, reconstruyendo ciudades, recomponiendo la economía y reajustando el razonamiento, atraídos nuevamente a nuestros círculos de acción. Mientras tanto, las vanguardistas del progreso se unen a través de acuerdos y conferencias, por nuevos juramentos a Dios, exaltando los más altos símbolos de la dignidad humana y buscando incesantemente nuestros servicios. Pocas personas preguntan de dónde provienen sus valores de intuición y, por lo general, clasifican nuestra colaboración como una fantasía. El elucidado fijo significativa expresión fisionómica y adujo: –Nos colocaban, antiguamente, en la galería de los dioses, y éramos conocidos por Musas. La verdad es que, desdelos principios de la vida planetaria, trabajan en la copia general de nuestros modelos. Jamás consiguen imitarnos convenientemente. Nos admiran las torres luminosas y construyen edificios oscuros a los que llaman rascacielos. Nos observan los caminos floridos y brillantes y trazan duro lecho de piedras en el suelo, a fin de cuidar de la fraternidad.
Contemplan nuestras utilidades graciosas y leves e improvisan máquinas pesadas, exudando combustible maloliente y amenazando su vida corporal en todo momento. Sin embargo, esta situación es justificable. El escultor puede retener una ideación maravillosa, pero para exteriorizarla dependerá del material accesible a sus manos y coincidamos en que la condensación de fluidos en la corteza terrestre se caracteriza por una angustiosa dureza. El consejero se detuvo, asintió expresivamente y concluyó: –Hasta aquí, todo lógico, todo razonable... Sucede, sin embargo, que en los últimos tiempos algunos de nuestros compañeros han dado noticias de nuestras organizaciones a hombres encarnados. ¿Y sabéis lo que pasó? Hay mucho ruido en nuestra oficina de correos. Los mismos copistas de nuestro esfuerzo respiran inmensa revuelta. Dicen que no tenemos personalidad, que los “muertos” son plagio de los “vivos”, que nuestras ciudades, leyes, instituciones y equipamientos, que toda nuestra estructura multimilenaria es de orden y trabajo no es más que un reflejo de su cultura. Si pudieran, presentarían una demanda contra nosotros, ante las oficinas de ingeniería divina... ¿No juzgan todo eso espantoso e incomprensible? Nadie respondió; mas, porque el noble instructor sonriese francamente, nuestra carcajada general se esparció, envolvente y cristalina.
ESPÍRITAS MEDITEMOS
Por el Espíritu Emmanuel Del libro: Estudiar y vivir. Médium: Francisco Cândido Xavier.
Un templo espírita es, en esencia, un educandário en que las leyes del Ser, del Destino, de la Evolución y del Universo son examinadas claramente, haciendo luz y articulando orientación, mas, por eso, no debe convertirse en un instituto de mera preocupación academicista. Mantendrá el simposio de los sembradores experimentados, cuando sea necesario, pero que no lo colocarán por encima de la obra de evangelización popular. Alentará a la tribuna en la que el verbo primoroso le honorificará los principios, ante las asambleas cultas y atentas; con todo, no se olvidará del entendimiento fraternal, de corazón para corazón, en que los compañeros más sabios se dispongan, pacientemente, a responder a las preguntas y a sosegar las inquietudes de los menos instruidos. Ofrecerá informaciones preciosas a los pesquisidores de la Verdad, en la esfera de los conocimientos superiores que dirige; sin embargo, trabajará con mayor devoción a favor de los caídos en la prueba y la necesidad, que llaman a su puerta, abrumados por el sufrimiento. Prestigiará la ciencia del mundo que suprime las enfermedades y valorizará el beneficio de la oración y del magnetismo curativo, en el socorro a los enfermos.
Divulgará el concepto filosófico y la frase consoladora. Propiciará la enseñanza, multiplicando el pan. Un templo espírita, reviviendo el Cristianismo, es un hogar de solidaridad humana, en el que los hermanos más fuertes son el apoyo a los más débiles y en el que los más felices son atraídos al amparo de los que gimen por el infortunio. En ese sentido, es lícito recordar las llamadas dirigidas por el Mundo Espiritual a los espíritas, a través de la Codificación Cardecista, en el ítem 4, del capítulo XX, de << El Evangelio según el Espiritismo>>, que nos apuntan rumbo cierto: <<Id, pues, y llevad la palabra divina a los grandes que la despreciaron; a los eruditos que exigirán pruebas; a los pequeños y simples que la aceptarán, porque principalmente entre los mártires del trabajo, en las pruebas terrenas, encontrareis fervor y fe. ¡Id! Esos recibirán con himnos de gratitud y alabanzas a Dios, el santo consuelo que les llevareis, y bajaran la frente, rindiéndole gracias por las aflicciones que la Tierra les destina. ¡Espíritas, reflexionemos! Estudiemos, sintiendo, comprendiendo, construyendo y ayudando siempre. Auxiliemos al prójimo, sustentando, incluso, a todos aquellos que procuran auxiliar. Jesús llamó al equipo de apóstoles que le aseguró la cobertura de la obra redentora, no para incensarse a sí mismos ni para encerrarlos en una torre de marfil, sino para elevarlos a la condición de amigos fieles, capaces de bendecir, consolar, instruir y servir a los personas que, en todas las latitudes de la Tierra, constituyen la familia amorosa del corazón.