Nº 103 MENSAJES DE DIVALDO FRANCO

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DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

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MERCHITA 2021

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TERCERO 1 NUMERO


LA LUCHA POR LA PAZ

Divaldo Franco El día 21 de este mes se celebró el Día Internacional de la Paz. La búsqueda de la paz es, sin duda, una de las mayores inversiones de la sociedad moderna, como la de casi todos los tiempos. Los indescriptibles logros de la tecnología han hecho de hoy el período de mayor comodidad y facilidad en toda la historia de la humanidad. Imposible enumerar los beneficios logrados por el ser contemporáneo en el largo recorrido de la salida de las tinieblas para la luz. El confort y las comodidades son innumerables y brindan la longevidad y el bienestar de las verdaderas multitudes. Sin embargo, nunca ha habido tantos asesinatos, abortos criminales, luchas interminables y guerras sucesivas, suicidios, desencanto, soledad, huida de la realidad a través de las abominables drogas de consumo condenado... Millones de jóvenes se retuercen en el verdor de los años, vencidos por depresiones irreversibles, placeres extenuantes y frustrantes, por soledades agonizantes y suicidios espectaculares y graduales en los pantanos putrefactos de la degradación moral que se permiten.


Los proyectos sociales se establecen y fracasan, porque la ola de desesperación y rebelión es creciente e imparable, con amenazas de desaparecer del calendario existencial de esos maravillosos y fantásticos años de sueños y vivencias milagrosas, que configuran la sana personalidad del ciudadano. Flotando en casi todas partes, el fantasma del desencanto y el dolor, arrebatando innumerables existencias que fueron desarticuladas demasiado pronto. Ocurre que el ser humano, orgulloso de estos logros, creyó que llenarían los vacíos de la existencia, que siempre fueron llevados por los ideales del engrandecimiento humano, de la lucha por la solidaridad, del amor en todas sus expresiones. El Espíritu inmortal fue reemplazado y convertido en neurosis, inscribiéndose como patología mental y frustración junto a Dios y la fe religiosa. Las religiones, como todas las organizaciones humanas, siempre se han equivocado y algunas han sido implacables. Sin embargo, consiguieron inscribir en las vidas que les buscaban existencias como Francisco de Asís, Teresa Dávila, Chico Xavier, Allan Kardec y los notables científicos y artistas, pensadores y humanistas que enriquecieron el pasado como mensajeros de felicidad y paz. Muchos se convirtieron en mártires y fueron despedazados, masacrados por la locura de quienes los odiaban, pero aún hoy sus cenizas proclaman la gloria del amor y la lección de la caridad como vías de seguridad para llenar el vacío existencial, haciendo reinar la paz en sus corazones.


Vuelve a leer el Evangelio de Jesús y déjate llevar por sus palabras: - ¡Vengo a traer mi paz! Déjate impregnar por esa paz que viene del amor y serás feliz. De Divaldo Franco Artículo publicado en el diario A Tarde, columna Opinión, 23 de septiembre de 2021. Del sitio: http://www.divaldofranco.com.br/mensagens.php?not=693


LA VIOLENCIA

Divaldo Franco Del libro: Terapéutica de emergencia Genéricamente, por violencia, tomamos La actitud agresiva, desconcertante, que produce choque y genera recelos. Bajo este aspecto, la violencia se esparce por todos os cuadrantes de la Tierra, amenazando la integridad física, moral y social de la Humanidad, convocando a los estudiosos del comportamiento para encontrar la génesis de esa actual nefasta epidemia... Siempre hubo violencia en el mundo; no sin embargo, generalizada, como hoy en día. Antes era ejercida por la prepotencia de los dominadores de pueblos y por las castas que se permitían privilegios absurdos, espoliando y afligiendo a los débiles que se les sometían, inermes. Si consideráramos, sin embargo, más atentamente, los factores criminógenos que llevan a la criatura a delinquir, victimizada por la violencia, identificaremos los estados de insatisfacción íntima, de perturbaciones emocionales, aliadas a graves factores socioeconómicos de gravedad alarmante. Esta violencia, sin embargo, que es alucinación, desequilibrio psíquico, llama la atención, asombra...


Hay otra forma de violencia, más grave y dañina, por tanto, mereciendo mayor investimento, a fin de ser bloqueada o anulada en sus manantiales virulentos, propiciadora de aquello que destruye en las elegantes avenidas y lugares miserables del mundo, degradando y destruyendo. Porque daña los centros del sentimiento humano, pasa desapercibida u oculta, escondiéndose en las sonrisas del descaro e impiedad, aplaudida por los intereses subalternos, en los recintos de las ilusiones doradas, donde muchos se complacen. La presencia, en la sociedad, de personas mayores en peligro, sin refugio ni apoyo; la denegación del derecho a la asistencia mínima de la salud a cientos de millones de enfermos; el desinterés por la falta de pan y agua al indiscutible y creciente número de seres en condiciones infrahumanas; el abandono al que son relegados incontables legiones de niños desfavorecidos; la tremenda escasez de oportunidad para la educación de menores en la formación de personalidad son una terrible difamación, constituyendo la más vil forma de violencia contra el hombre, en falta de respeto a la inalienable condición de criatura, que las Leyes y los ciudadanos dominantes desprecian y abandonan, imponiendo, en la esclavitud de la ignorancia, que se establecen, penas superlativas, injustas e ingratas ... Coexisten lujo y miseria, abundancia y escasez, exceso y ausencia generando la indiferencia de los primeros por los segundos, negándose aquellos a entender a los últimos, este es un factor


preponderante y característico del estado de primitivismo en el que transita el progreso, en la Tierra, lejos de los valores éticos únicos capaces de tomar una vida digna de ser vivida y el hombre menos lobo del hombre, hermano, por tanto, de su prójimo. Ultrajados por el desdén de los poderosos, que les niegan la oportunidad de fruir en lo mínimo de las condiciones humanas, además, reconocidas esas condiciones por los gobiernos de todos los países dichos civilizados, se arrogan, en la desgracia en la que caen, el deber de tomar por la fuerza lo que les es negado por el egoísmo. El problema básico de la violencia es el desamor humano, la matriz de la avaricia e insensibilidad que se visten los falsamente dichosos. Cuando se comprenda la necesidad de leyes más justas, objetivando atender y amparar a los débiles y oprimidos, antes que amargarlos más y olvidarlos, cuando la bondad cuando la bondad se vuelve para el auxilio fraternal; cuando el amor sensibilice las mentes y corazones, que se volverán hacia atrás, ofreciendo oportunidades de servicio y apoyo, el panorama moral terrenal cambiará, porque, centrándose en los factores causales de la miseria, llevara a cabo la terapia preventiva contra el mal, desapareciendo la violencia oculta, y la que estalla en la miseria y el dolor, dará paso a la confraternización y al trabajo digno, que impulsará la marcha ascendente de la Tierra y a los hombres al escenario de un mundo mejor y más feliz. El antídoto para cualquier tipo de violencia es siempre el amor como el estímulo a los estados agresivos proviene del egoísmo.


Herencia nefasta de los instintos que predominan en la naturaleza animal del hombre, la violencia se diluirá, a la medida que se sobreponga su naturaleza espiritual, que es la presencia del Padre Creador ínsita en todos los seres. BENEDITA FERNANDES


LA CARAVANA DE LA FRATERNIDAD Amigos queridos Permanezca con nosotros el Maestro de Nazaret. Hace 60 años los espiritas, conscientes de su responsabilidad, nos reunimos para la tarea de llevar la propuesta de unificación por las tierras del Nordeste y del Norte de Brasil. Constituida la Caravana de la Fraternidad no suprimimos esfuerzos para demostrar que el Espiritismo es el Consolador prometido por Jesús. Esta ciencia, que comprueba la inmortalidad del alma y la justicia divina, a través del laboratorio de la mediúmnidad, tiene por finalidad despertar las conciencias adormecidas para la responsabilidad filosófica y ético moral de la vivencia del Maestro Jesús en el día a día de su existencia. Cuando, más tarde, fue disuelta la Caravana de la Fraternidad, creímos aquellos que éramos sus miembros, que nuestro compromiso con la unificación y la divulgación del espiritismo había sido cerrado. Ledo engaño, porque a la medida que sus miembros fuimos retornando a la Patria, después nos dimos cuenta que aquel ensayo de unificación necesitaba, esencialmente, de proseguir con más entusiasmo, con acendrado vigor y hasta aun mismo con sacrificio.


Y cuando todos nos liberamos del cuerpo físico, reconstruimos la Caravana de la Fraternidad, que viene siendo enriquecida por espiritas responsables, en la Tierra, por la divulgación del Espiritismo y por la unión entre las instituciones, unificándolas como uniendo a los individuos. Vivimos en unos días que nos prueban las resistencias morales, especialmente las que dicen respecto a si mismos en el surgimiento de la nueva existencia carnal, donde muchas veces tenéis dificultades para discernir lo que hay que hacer, como hacer y donde hacerlo. Aquí estamos, los compañeros de siempre, para deciros que el código del Evangelio de Jesús es el paradigma en el cual tenemos todas las directrices de seguridad y las metodologías más eficaces para la vivencia del Espiritismo de manera eminentemente cristiana. Es cierto que, de la visión del Codificador, había desertores. Como en cualquier segmento de la Sociedad, siempre suceden las deserciones de los Espíritus inmaduros, de los hombres y de las mujeres interesados más en el procedimiento de la ilusión, de las quimeras terrestres que el túmulo invariablemente devora y propone a la realidad. Más a pesar de esa lamentable ocurrencia, los servidores fieles están en su lugar, denodados, enriquecidos por la responsabilidad de servir, de promover a Jesús y a Kardec, en vez de auto promoverse. Esa tesis, defendida por Bautista cuando proclamaba Es necesario que yo disminuya para que El crezca, está en vigencia en el Movimiento Espirita de la actualidad, donde el personalismo, las manifestaciones lamentables del egotismo, ceden lugar al altruismo cristiano,


desapareciendo el individuo para que Jesús reine, para que El triunfe. Lo que venís realizando es la demostración cabal de la conciencia espirita, que por fin es señalada y vivenciada en nuestra Casa y en el territorio nacional, expandiéndose en numerosos países que hoy agasajan al Consolador, y perspectivas felices para el futuro, cuando el Espiritismo se transforme en el gran iluminador de las religiones, ofreciéndoles aquello que les falta, que es la prueba de la sobrevivencia del ser a la disyunción molecular. Proseguid, por tanto, obreros en la fe renovada. Construid el Bien donde por momentos prolifera el Mal Drenar los pantanos, en lugar de maldecirlos. Transformar la tierra estéril en un jardín, aunque sea regado con sudor y lágrimas. Bien sabemos que la tarea no es fácil, más nada es fácil cuando nos volvemos para la verdad, en razón de nuestras herencias que nos atan a los vicios y se manifiestan como tendencias perturbadoras. El Señor que nos protege vela por todos nosotros, y vuestros amigos espirituales, de pie, estamos dispuestos para que implantemos en la Tierra el Cristianismo puro, que solamente estuvo vigente durante los tres primeros siglos y después fue vilipendiado. Que aprendamos con esa lección a no permitir los engaños de otros, uniéndonos al poder temporal mentiroso para recoger las migajas y perder el contacto con la pulcritud de la doctrina verdadera.


Deseamos agradecer a los amigos que en nuestra memoria ahora aquí se encuentran y trazan como metas para el futuro programas de dignificación humana en este recinto que evoca la cátedra de Jesús en pleno corazón de la Naturaleza. Mucha paz, amigos míos, mis hermanos, y el cariño de los compañeros de ideal que se encuentran con nosotros en esta inmensa Caravana de la fraternidad. Vuestro hermano y amigo . Por el Espíritu Lins de Vasconcelos- Mensaje psicografiado por Divaldo Pereira Franco. En el Recinto Lins de Vasconcelos.


COMPORTAMIENTO PEsIMIsTA El habito de la lamentación y de la queja se torna, cada vez más, razón de pesimismo y perturbación. Caracterizando un comportamiento enfermizo, se generaliza, contagioso, arrastrando multitudes al desanimo o estimulando temperamentos rebeldes para la violencia, en tentativas infelices para desviar el curso de los acontecimientos y las circunstancias que condenan con acrimonia. Poseyendo una óptica distorsionada sobre la realidad, todo aquel que cultiva la queja sistemática apura la observación exclusivamente diseccionada para el lado negativo de los hechos, complaciéndose en invectivas, presentándose como víctima inocente de todo cuanto le sucede, sin notar las innumerables caras positivas y concesiones que le son ofrecidas por la Vida, en una ruda forma de ingratitud con sus consecuencias infelices. Viviendo el pesimismo, que se deriva de la auto conmiseración, se complace en atormentarse, pasando a atormentar también a las criaturas incautas, que se le asocian, contagiándolos con los miasmas venenosos, aumentando así el número de deprimidos, destructores de los ideales de ennoblecimiento humano


Mediante esa actitud se agravan más los hechos censurables, equivocados, cuando lo correcto seria abandonar la critica derrotista, contribuyendo a favor de la rectificación de los errores, alterando así el rumbo de los sucesos perjudiciales. De tal manera se agrava ese comportamiento que, tales individuos, en vez de promover estímulos saludables, sus comentarios se ciegan siempre valorizando dolencias. Describen el cuadro de las enfermedades de que se dicen objeto, real o imaginariamente, cultivando el pesimismo en cuanto a la probable recuperación, no teniendo en cuanta la contribución de la mente saludable actuando sobre los implementos celulares, los delicados mecanismos nerviosos, los sutiles equipamientos cerebrales que, de esa manera, padecen las descargas vibratorias insalubres. La conducta pesimista constituye un vicio grave del Espíritu comprometido con la propia conciencia. El fenómeno natural de la vida es la salud. La enfermedad constituye disturbio de la conducta moral, que el alma insculpe en los delicados tejidos orgánicos solicitando reparación. Cuando no es considerada con el respeto que merece, esa distonia de los fenómenos vitales da lugar a la instalación de la dolencia. Solamente cuando el campo vibratorio del ser humano está en desarmonia, en razón de los referidos factores profundos, la fauna y la flora microbiana se instalan, produciendo la degeneración.


La vida avanza para la plenitud. Todo contribuye para el crecimiento y la sublimación del ser. Aspirar el alcanzar las cumbres de la evolución es impulso del pensamiento; conseguirlo es resultado del esfuerzo por la acción. Teniéndose en vista las admirables dadivas de Dios al ser humano, se descubre que los limites y las dificultades que surgen por el camino son también desafíos que deben ser vencidos por el esfuerzo personal y con satisfacción. La queja complica el cuadro de la realización, y el pesimismo es toxico que termina por victimar a aquel que lo cultiva. Favorecido por la gloria estelar, el Espíritu asciende etapa a etapa, trabajándose, a través de las conquistas intelecto morales, otras veces vivenciando las experiencias de los sufrimientos, que fijan las lecciones de la vida indeleblemente, contribuyendo para diligencias más nobles y elevados. Confía en Dios, optimismo y alegría de vivir, deben ser los recursos valiosos que se pueden utilizar para liberarse de los atávicos comportamientos pesimistas, que deben ser abandonados a favor del auto realización, del auto planificación.. Por el Espíritu Juana de Angelis – Psicografia de Divaldo Pereira Franco – Del libro Fuente de Luz



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