N2
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO 1 NUMERO
Nº 22 MENSAJES DE VARIADOS AUTORES PARA REFLEXIONAR
DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
MENSAJE S
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Tal vez nunca encontremos aquellas cosas que se han perdido. Tal vez hasta su nombre olvidemos, sus colores y la sensación que nos producía, porque otras cosas sustituyen la ausencia, porque otras cosas nos provocan un poco de risa, un poco de llanto, un poco de vida en más. Pero lo más importante tal vez sea que a pesar de todo, siempre intentamos recrear el sueño en la luz del día a pesar del olvido en la noche. El amor no se olvida ni se apaga jamás, siempre nace a cada instante con cada soplo de aire que se escapa en un suspiro, siempre renacerá aún cuando no haya lugar, aún cuando no haya un horizonte cercano, aún cuando cansados bajo el peso de la tarde nos entreguemos a oír los pájaros tan sólo, entonces renacerá del corazón un latido especial, un latido que no es igual a otros, un latido que después de todo es una nota del alma, inigualable, indescifrable y luminosa, un latido de amor.
A partir de él, el mundo tiene un nuevo color, una nueva fragancia que destila olor a flores frescas de campos verdes y jardines en flor, porque algo cambia cada vez que la angustia deja su lugar por un momento y es lentamente reemplazada por la sensación de plenitud que sólo se alcanza empezando a perdonar y a perdonarse, cuando comprendemos que a pesar de no tener palabras para llamar lo que no está, todavía podemos acelerar el corazón con la tibieza de una melodía, la que a lo mejor nos conduce a encontrarnos con nosotros mismos y allí dejar en un abrazo sincero la amistad y la sinceridad, la comprensión y la verdad. El cielo que vemos hoy es el mismo que brilló hace miles de años y sin embargo no es igual, porque los ojos que lo ven siempre son nuevos y la mirada que recorre los espacios refleja en cada cosa algo de sí misma porque el puente trazado no parte de las cosas, sino que nace en el corazón y busca su destino entre luces y sombras, entre lo que se ve y lo que no se ve.
Los momentos pasan siempre y solo nos queda la sensación de haber tenido y ya no tener, porque somos plenos cuando estamos frente a las cosas que tocamos, que miramos, que amamos. Luego, como la arena se escapa entre los dedos, así se nos van los momentos quedándonos con la esperanza de volver a atrapar el instante en que por una disciplina de la vida misma nos tocó ser feliz. No hay que apenarse por lo que se va, aún cuando la tristeza lance bocanadas de aire ardiente sobre nosotros mismos y seamos un poco más que nada en ese momento, algo así no nos debe consumir, algo así es un canto que la vida a veces suele cantar, después vienen los tiempos felices y las ausencias se llenan de recuerdos, y los recuerdos nos hacen buscar aquellas cosas nuevas con algún sabor para volver a empezar. El amor no se muere nunca ni se apaga jamás, detrás de cada paso dejamos algo que nos puede volver a atrapar y enfrente de cada camino siempre habrá, para alguien más, un nuevo lugar.
Miguel Ángel Arce
Todo lo que pretendes hacer, o que estás haciendo, acuérdate de hacerlo con dedicación, con amor. Viniste a la Tierra para hacer alguna cosa y esa misión tiene gran importancia. Cuida de hacer todo con perfección, tomando en cuenta que no hay nada perfecto sin que haya Amor. Las escuelas del mundo nos dan los medios de entender las cosas en su profundidad. No en tanto, no son solamente ellas las que nos llevan a comprender nuestros deberes. Una gran parte nos toca directamente y esa debe ser hecha por nosotros, condicionando experiencias y usando nuestra voluntad, aquella que nunca esmorece ante los obstáculos. No podemos olvidarnos de la madurez del espíritu conferida por el tiempo. Sin embargo, los clarines de la eternidad tocan, alertando a las almas.
Es llegado el momento de la comprensión iluminada de rastrear a nuestros deseos del aprendizaje en los campos inmensurables de nosotros mismos, cogiendo datos y acertando aristas, operando tumores y curando enfermedades en nuestro mundo interno. La mayor batalla a ser vencida es la lucha que deberemos trabar con nosotros mismos, es el Bien contra el Mal, en la profundidad del alma, para después hablar con seguridad a todos los que quieran oír: Yo soy la Luz. El milagro del pensamiento hace a los grandes científicos pensar. Ellos usan la razón, más desconocen su procedencia y los medios por los cuales los pensamientos son hechos. Las sutilezas de las ideas y la inteligencia de los hombres escapan a la propia inteligencia de estos mismos hombres, cuando ignoran la existencia del espíritu.
Cuando descubrieron las computadoras, ellos hallaron que habían encontrado el secreto del cerebro humano, olvidándose de procurar saber de dónde venía la inteligencia. Los computadores son programados, no piensan por si mismos. La ciencia del mundo sin la ciencia del espíritu está muerta y se deshace como el propio tiempo, no resiste al progreso, a no ser que se encuentre con el alma, para ayudarla a explicar la fuente de toda sabiduría, que es Dios. En todo lo que hicieras, no te olvides, de en primer lugar, acordarte de nuestro Padre Celestial, que está vibrando, trabajando y asistiéndonos desde la materia primitiva al alto escalón de la eternidad. Si puedes coordinar tus ideas, hazlo con armonía. Si es de tu agrado disciplinar tú habla, empieza pronto. Si puedes dar ritmo a tus pasos, hazlo también. Si puedes vestir decentemente no debes olvidarte de hacerlo. Los otros caminos encaminados para la perfección van surgiendo en el padrón de tus esfuerzos y en la búsqueda, ellos surgirán más deprisa, para que puedas sentir la luz del discernimiento con mayor rapidez.
Trabaja con interés de servir bien, que tu trabajo se transforme en alegría. Dispensa los adjetivos que no correspondan las cualidades ennoblecidas del Evangelio y avanza para los calificativos que horran toda la policromía enriquecida por el amor en las variadas estaciones de los sentimientos. Confirma tu pasaje, por donde pases, con claridad y la perfección que lo debes hacer, que lo Bello siempre honra a su genitor. En todo los que hagas, acuérdate de hacerlo bien. No te olvides jamás el talle de la perfección, que ella devolverá la gloria para el propio artista.
Cirugía Moral, João Nunes Maia
AMOR Y DIÁLOGO Una pareja estaba tomando café el día de su boda de oro. La mujer untó la mantequilla sobre la corteza del pan y se la dio a su esposo, tomando la miga. Ella pensó: - Siempre quise comerme la mejor parte del pan, pero amo demasiado a mi esposo y, durante 50 años, siempre le di la miga. Pero hoy quería cumplir mi deseo ”. Para su sorpresa inmediata, el rostro de su esposo se iluminó con una sonrisa interminable y dijo: - Muchas gracias por este regalo, mi amor. Durante 50 años, siempre quise comerme la corteza de pan, pero como siempre te gustó tanto, ¡nunca me atreví a preguntar! Así es la vida ... Muchas veces nuestro juicio sobre la felicidad ajena puede ser responsable de nuestra infelicidad ... El diálogo, la franqueza, con delicadeza siempre, son la mejor medicina.
DIALOGO
AMOR Ayudémonos unos a otros para que nos ayuden. Si algún compañero pierde la fuerza del ideal, seamos ese sostén del amor que lo marca en el cruce del desánimo, para que lo veamos rehacer para la bendición del servicio. Si la otra persona sufre pruebas o privaciones de cualquier tipo, seamos el apoyo que pueda mantener para volver a lograr la seguridad necesaria. Si otro hombre se descontrola a la sombra de la irritación, hagamos con él el silencio y la oración capaces de devolverlo a la necesaria re armonización.
Si otro todavía nos parece indiferente o distante, envuélvele en el calor de la comprensión y la ternura, para que vuelva al clima de paz y eficacia en la alabanza de Cristo. En síntesis de tesis, convirtámonos, por amor, en complementos unos de otros, en la elevación del bien, ya que, al hacerlo, estaremos glorificando la bendita herencia de la obra que Jesús nos legó, no solo ofreciéndole EL RENDIMIENTO JUSTO, mas también cumpliendo el excelente programa de nuestro Divino Maestro, cuando nos exhortó: - Ámense
los unos a los otros como yo los amé.