DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
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NOTÍCIAS Son aflictivas las noticias del mundo. Los medios de comunicación divulgan diariamente informes desconcertantes. Son catástrofes terribles, crímenes hediondos, injusticias clamorosas, epidemias implacables, conflictos inquietantes, hambre, miseria, desperdicios... No te dejes envenenar por ese devastador aluvión de desequilibrios. No alimentes tú espíritu con esos sombríos miasmas de perturbación. En medio de tantas malas noticias, que ocurren en el mundo, Jesús nos ofrece su Buena Nueva, La Buena Noticia del Reino Divino del Amor y de la Paz. Baña tu corazón en esa fuente sublimar de fuerza y de belleza. Vuelve tu alma al contacto de esa linfa de excelsas esperanzas. Ábrase a la reconfortante claridad de ese mensaje de resurrección y la vida. Y cuando sientas florecer en tu jardín interior las esplendidas flores de la alegría, y experimentes los dulces frutos de la fe que mueve montañas, extiende tus brazos compasivos a tus hermanos, donando comprensión y ayuda, fortaleza y buen ánimo.
Difunde por todas partes el renovador aroma de tu optimismo, la energía de tu confianza constructiva, la luz del sol de tu comprensión animada por la verdad. Sé, hijo mío, sembrador de buen ánimo y embajador de la fraternidad, en nombre del Altísimo, encendiendo la antorcha de la salvación en las tinieblas del mundo. Verás que la luz se extiende y vence a las tinieblas, y que el poder triunfante del Bien redime y salva siempre. Leticia
MAñANA En múltiples luchas, a lo largo del tiempo, has desarrollado inteligencia, expandido percepciones, mejoró su cultura y ennobleció sentimientos. La astucia y la fuerza le dieron lujo y dominio, en espléndidos días de triunfo, pero en el remolino de las eras usted también sorbió el vinagre de la amargura, los dolores de la derrota y la hiel de la soledad. Descubrió los errores del egoísmo, los tropiezos del orgullo, las perfidias de la rapiña y las falacias de la ilusión.
Marchando ahora sobre las huellas de la fraternidad, al encuentro del amor, mantén tu mente esclarecida y el corazón abierto, pero conservas en la mirada una oscura ola de tristeza. No quiero verlo así durante el resto de la noche, cuando la mañana ya está preparando el sublime amanecer de su gran ventura. Deja que la divina linfa de la esperanza rocíe tus sueños, y deja que mi amor, abierto en primaveras, perfume de felicidad y de alegría el palacio iluminado de su alma Leticia
AUN AHORA No puedes, hijo, atropellar el tiempo, escalar de un salto la escalera de Jacob, lograr la inesperada perfección celeste... No permitas que tus limitaciones te pongan triste. Trabaja, ayuda, confía y queda en paz. Recibe agradecido el don de cada día. Eres mejor de lo que eras y estarás incluso mejor mañana. Sin embargo, yo, que te he amado desde el pasado, no necesito esperar al futuro. Te quiero tranquilo y feliz incluso ahora. Leticia
PRIMeR AMOR
¿Qué has hecho, hijo mío, de tu primer amor? ¿Dónde está la provisión de tus esperanzas? ¿Cómo se encuentra el jardín cariñoso de tus afectos? El idealismo, de hecho, cuenta mucho. El trabajo noble es siempre santo. Sublime es la devoción al bien. Pero no puedes abandonar tu corazón a los vientos y dolores del mundo... Protege, hijo mío, tu primer amor. Cuida de ti mismo. Leticia
ANHelO El Ángel de la Muerte visitó tu casa y tu santuario de amor estaba vacío. Ya no había más el calor de la compañía amistosa, la voz familiar, la risa abierta y franca. Una pesada cortina de silencio veló tu soledad, pero en la mágica tela de la memoria desfilan multitudes de vividas imágenes. Guarda con cuidado esos buenos recuerdos de una época que no muere. Para los verdaderos afectos, cualquier separación es aparente y transitoria. Las conexiones profundas de las almas que se aprecian nunca se rompen. Por muy tarde que parezca, también viajarás al encuentro del corazón amado, y en un plano más alto y más hermoso encontrarás nuevamente tu nido de amor. Leticia
ATRAVeSeMOS lA La tormenta que estalla en tu fisio psiquismo es sanadora y NUBe pasajera, como toda tempestad es higiénica. Quemar los desechos tóxicos del alma reduce la densidad espiritual que estorba y es dispensable. Ya sabes: la ascensión exige ligereza, y hay que subir... El aire en la cima es más puro y reconfortante. La luz de altura es más clara y dulce. La visión desde lo más alto es más amplia y radiante. No te dejes abatir. Confiados en Jesús, atravesemos la nube, con paciente determinación. El amor de los que nos aman perfuma divinamente nuestro pequeño jardín. Reposemos tranquilos, a la sombra acariciadora del Árbol de la Vida. Leticia
HIJOS
Tu hijo nació... Por largos meses moró en tu vientre, donde tú pensamiento lo acariciaba desde que le sentiste el primer movimiento. En verdad, lo esperaste, ansiosa, a partir de tus sueños juveniles. ¡Con que desvelos lo tomaste en tus brazos! ¡Con que ternura entonces lo alimentaste! Celebraste, festiva, los primeros pasos, le enseñaste los tímidos balbuceos, le acompañaste de cerca su desarrollo. Él era un tesoro encantador. Tu tesoro. ----------------------------------------------------------------------------------Tu hijo nació. Tu hijo se comprometió. Se presta para vivir con su amada, en el nido que prepara. El ya habla con emoción de sus proyectos de paternidad. Se va de tus brazos para los brazos que lo esperan. No te pertenece más.
Y todavía te ama, como todos debemos amarnos, como hermanos que somos, hijos del mismo Padre común, nuestro Padre Celestial. ¡Olvídate de la propiedad, amiga mía, y sé feliz! Todos somos de Dios. Nosotros y... nuestros hijos. Leticia
SORPReSAS Son estrechos, hijo mío, los límites de la visión humana en los círculos terrenales. Casi siempre la sorpresa coge desprevenido el espíritu de las personas, cuando, en la no visión del tiempo, no procuran la inspiración de las Cimas, ni vigilan el rumbo de sus propios pasos. A menudo, las pruebas más duras se producen sin previo aviso, como suele suceder, para los peregrinos de la Tierra, las decepciones y desengaños, enfermedad y la muerte. Muchas flores de maravilloso idealismo nunca llegan a abrirse en el mundo, marchitadas por ventanales abiertos o cortadas por manos despiadadas. Y es común que los vigilantes y los atrevidos, en el anhelo de logros ambiciosos y egoístas, de repente se topan con obstáculos insuperables e inconscientemente se despiden de sus propias ilusiones.
También las advertencias divinas, los bienes y las gracias, las alegrías puras y los más bellos dones del Cielo, llegan a las criaturas, sin que ellas hagan el silencio respetuoso de la paz en su alma, para su salvador aprovechamiento. No sigas así, como una hoja al viento, sin cuidado y sin rumbo. Atiende a los deberes de cada día como si fuesen los últimos de tú peregrinación, y recibe las menores bendiciones del ramaje como siendo los soportes definitivos para la ventura inmortal. Nadie puede acelerar la marcha de las horas, ni atrasar el reloj de la vida. El tiempo es de Dios. Y la criatura jornaleara, en los caminos terrestres, jamás sabe lo que le reserva el misterio que se esconde en el instante que vendrá. Leticia
ORACIÓN Al TIeMPO
Fue en tus brazos que nacimos. Y fue en tu pecho generoso donde evolucionamos, desde los principios de nuestra vida. Tu infinita paciencia siempre nos ha apoyado. Tu incomparable generosidad nunca dejó de renovar nuestras oportunidades de crecer y progresar, rectificar y renacer. Sin embargo, nunca supimos valorizarte las concesiones, el poderoso señor de las horas y de las eras, mayordomo excelso de las bendiciones divinas. ¡Cuán pocas veces te damos gracias por el regalo de cada nueva temporada, de cada nuevo día, de las bendiciones que nos ofreces en la implacable sucesión de minutos y siglos, en los milenios sin fin! Eres tu el que curas nuestras dolencias, detienes nuestros dolores y nos proporcionas nuevas alegrías, para que podemos aprender y servir, vivir y prosperar. Si aún no sabemos cómo utilizar los dones con los que se nos regala el beneficio, nuestra ineptitud nos revela, perdónanos por la negligencia, pero no dejes de ayudarnos con tu ilimitada magnanimidad, guiándonos, con tu paciente sabiduría, ¡al océano infinito de la gloriosa y feliz eternidad! LETICIA