Nº 47 MENSAJES DE EMMANUEL CHICO XAVIER

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DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

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MERCHITA 2021

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PRIMERO

SEGUNDO

TERCERO 1 NUMERO


DESLIGAMIENTO DEL MAL Antes de la reencarnación, en el balance de las responsabilidades que le competen, la mente, despierta ante la Ley, no se ve apenas enfrentada por los resultados de las propias culpas. Reconoce, también, el imperativo de libertarse de los compromisos asumidos con los sindicatos de las tinieblas. Para eso participa estudios y planos referentes a la estructura del nuevo cuerpo físico que le servirá por paso decisivo en el reajuste, y coopera, en la medida de lo posible, para que él sea tallado y se adapte a la función de la cámara correctora, en la que se regenera y, al mismo tiempo, se aísla de las desafortunadas sugerencias, capaces de arruinar sus buenos propósitos. Patronos de la guerra y del desorden, que derramaron la confianza del pueblo, eligen su propia prisión en la idiotez, en la que pasan desapercibidos por los viejos compañeros de orgías de sangre y locura, ellos mismos transformados en lobos inteligentes;

Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Justicia Divina.


Diestros tribunos de la opresión y calumniadores acosados por la malicia piden el martirio silencioso de los sordomudos, en el que se desconectan, poco a poco, de los especuladores del crimen, a cuyo degradante magnetismo se rendían, inconscientes; Cantantes y bailarines orgullosos, magnetizados por organizaciones corruptas, suplican por muñones en la garganta o piernas temblorosas, para no caer más bajo la fascinación de los contratistas de la delincuencia; Espías que tejieron intrigas de muerte y artistas que debilitaron las energías del amor, suplican ojos ciegos y estrechez de razón, temerosos de volver a la convivencia de los malhechores que, un día, eligieron por asociados y hermanos de lucha más íntima; Criaturas necias, que no dudaron en hacer infelices a los demás, piden nervios paralíticos o troncos mutilados, que los aparten de las bandas de las sombras, con las que cultivaban la rebelión y la ingratitud;


Y hombres y mujeres, que fueron brutalizados en la adicción, abogan por la frustración genética y, también, la tortura de la epidermis deformada o purulenta, que provoquen repugnancia y consecuente desinterés por los vampiros, en cuyos fluidos degradados y vómitos repulsivos se complacían en los placeres inferiores. Si alguna enfermedad irreversible te señala el vestido físico, no pierdas la paciencia y aguarda el futuro. Y si traes alguien contigo, portando esa o aquella inhibición, ayuda a ese alguien a aceptar semejante dificultad, como siendo la luz de una bendición. Para todos nosotros, que hemos errado infinitamente, en el camino a lo largo de los siglos, llega siempre un minuto en el que suspiramos, ansiosos, por el cambio de vida, fatigados por nuestras propias obsesiones.


FELICIDAD Y DEBER

Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Religión de los Espíritus.

La procura de la felicidad se asemeja, en el fondo, a una cacería difícil. Calificándola por don de fácil acceso, hay quienes la buscan entre los mitos del oro, oxidando las más bellas facultades del alma, en el pozo de la usura; quien lo disputa en el placer de los sentidos, despertando en el lecho de la enfermedad; quien asume su presencia en la exaltación del poder terrenal, acogiéndose al dolor del desengaño extremo, y quien lo busca reteniendo lo superfluo, pudriéndose del aburrimiento, en cámaras de holgazanería. No hay felicidad, con todo, sin deber correctamente cumplido. Observa, pues, el deber que la vida te incumbe. Lo verás, hora tras hora, en el cuadro de las circunstancias. –En la fe que te pide servicio.


En el servicio que te ruega comprensión.

–En el ideal que te pide carácter. –En el carácter que te ruega firmeza. –En el ejemplo que te pide disciplina. – En la disciplina que te ruega humildad. –En el hogar que te pide renuncia. – En la renuncia que te ruega perseverancia. – En el camino que te pide cooperación. – En la cooperación que te ruega discernimiento. Por más agresivos se hagan los comienzos en la marcha, no te desvíes de la obligación que te recomienda el bien de todos, siempre que puedas y cuanto puedas, sea donde sea. Porque te muestres leal a ti mismo, es posible que la mayoría te categorice como ingrato y rebelde, fanático y loco. La mayoría, no en tanto, no siempre abraza derecho. No podemos olvidar que, en el instante supremo de la humanidad, ella, la mayoría, estaba con Barrabás y contra Cristo. Cumple, así, tú deber, y, tomando de la Tierra solamente lo necesario para la propia manutención, de modo que no te apropies de la felicidad de los otros, estarás procurando la verdadera felicidad, que fulge siempre, como bendición de Dios, en la consciencia tranquila.



IDIOTEZ

Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Encuentro Marcado. Tema: Lesiones cerebrales irreversibles.

Surge, aquí y allí, quien pregunte por ellos, los tiranos que llenaron el mundo de lágrimas, conocidos por lamentables constructores de la guerra. Se apropiaban de la autoridad y comandaban el exterminio de las ciudades que se les rendían sin restricciones; pasaban, como ciclones pestilentes, incendiando sitios prósperos, aniquilando hombres dignos, abatiendo enfermos, no respetando a las mujeres, empalando fugitivos o decepando los brazos de niños inermes; aparecían por contratistas de la demolición y del sarcasmo, organizando el cautiverio de pueblos libres o formando, en nombre de la prepotencia, las inquisiciones políticas, en las que el abuso de poder consagraba la felonía y la traición por bases del gobierno, para que las bandas oscuras pudieran operar impunes; destacando por los responsables de los choques de violencia en los que los débiles fueron irremediablemente empujados a caer o despojados sin remisión ...


Sin embargo, en los tramos purificados y en los palacios señoriales en los que transitaban sonrientes, en dirección al sepulcro, reiteraban, sin que ellos mismos se dieran cuenta, las maldiciones de los sacrificados, los gritos de viudas y huérfanos, los gritos de horror de los perseguidos traspasados por los últimos golpes, las llamas de los fuegos destructivos, el sufrimiento de los mutilados, las plagas de los agonizantes heridos dejadas en el viento de la noche, la sangre de los campos cubiertos de cadáveres insepultos, el frío de las necrópolis empapados de lágrimas, la desgracia de las casas vacías, la protesta de las escuelas devastadas, el dolor silencioso de los templos caídos, las despedidas y los sollozos de los muertos. Y al dejar el cuerpo físico, muchas veces con las honras tributadas a los grandes jefes, en el propio catafalco resplendente de incendios, en medio de cánticos y oraciones, en las que se honraba sus restos, empezaron a escuchar, aterrorizados e indefensos, el ruido de condena y el alboroto de desesperación con que eran recibidos en un nuevo nivel de conciencia.


Atormentados, entonces, por muchas de las víctimas que no les disculpaban la crueldad, humillados y desdichados, suplicaron de la Providencia Divina la propia internación provisoria en celdas de olvido y renacer en la esfera del raciocinio deformado y entenebrecido. Cuando pases ante un hermano torturado por lesiones cerebrales irreversibles, no vuelvas la cara, ni recurras a la eutanasia inconsciente. Casi siempre, el compañero situado en la prueba temporal de la idiotez es un genio fulgurante, reencarnado en la sombra, para extender tu pensamiento angustiado y mudo, necesitado de compasión.


RIDÍCULO Y SILENCIO

Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Colección del Más Allá

Hay muchas especies de calvarios para la dignidad personal y numerosos géneros de defensa. Hay heridas que atienden a la honorabilidad de familia, golpes que vibran sobre la realización individual, calumnias que envuelven el nombre, acusaciones gratuitas, comentarios desairados para la reputación, análisis mentirosos de situaciones respetables y escándalos del ridículo. En la mayoría de las experiencias de esa naturaleza, el ruido es justo y la rectificación adecuada. En las contrariedades familiares, es fácil establecer programas nuevos y corregir normas de conducta. En la búsqueda de un trabajo honorable, basta con recurrir a los ricos y sustanciales frutos del trabajo realizado. En la calumnia, se socorre al hombre recto de esclarecimiento natural. En acusaciones gratuitas, la simple verdad da cuenta de los acusados a los crueles perseguidores.


En la charla callejera, la realidad cambia la opinión popular. En el juego de las apariencias, con el que intentamos envenenar situaciones dignas, no es difícil demostrar la nobleza de los hechos, centrándonos en otros prismas. Para eso, hay un ejercicio de servidores de la justicia del mundo que, con rapidez o lentitud, atiende a reclamaciones y moviliza providencias compatibles con los acontecimientos más extraños. Mas, autoridad alguna de la Tierra garantiza facilidades a la defensa contra los escándalos del ridículo. Para suportar, dignamente, ese género de pruebas solamente Jesús ofrece el padrón necesario. La reacción es inútil, la protesta se complica, la denuncia se convierte en un nuevo escándalo, el rumor se convierte en un fuego de imprevisibles consecuencias. La criatura bien intencionada, bajo la persecución del ridículo, no tiene otro recurso que recordar al Cristo, incomprendido por las autoridades de su tiempo, burlado por los ignorantes y vilipendiado por la multitud, comprendiendo que todo hombre responderá de sus actos ante Dios en su interior y que la mayor defensa contra el sarcasmo en el mundo es el silencio de la confianza perfecta en el Poder Divino.


NO TE “No estéis inquietos por cosa alguna.”INQUIETES. – Pablo (Filipenses, 4:6.) La observación del apóstol Pablo es importante para todos los días. Nadie es inquiete por alguna cosa. En verdad, la inquietud es factor desencadenante de numerosas calamidades. En las mayorías de las veces, está presente en el error de cálculo que compromete la construcción, en la dosificación inadecuada del remedio que se transforma en veneno, en el accidente infeliz o en el desastre de la vía pública. Es casi siempre un espino en el hogar, un cáustico en el punto de vista, una brasa en el camino y una piedra en la profesión. Es por ella que, muchas veces, pronunciamos la expresión inapropiada y articulamos el juzgamiento falso a respecto de los otros. Con ella, generamos preocupaciones enfermizas y arruinamos el propio camino.


Con todo, a pretexto de abolirla, es indispensable no vengamos a caer en la pereza. Mucha gente, a pretexto de evitar la inquietud, se aísla en el comodismo deplorable, alegando que huye de trabajar para no afligirse. Entendamos, sin embargo, en el verdadero sentido, la recomendación juiciosa de Pablo. El que dijo “no estéis inquietos por cosa alguna” nunca estuvo ocioso. Del libro Palabras de Vida Eterna, obra psicografiado por el médium Francisco Cândido Xavier.



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