Nº 55 MENSAJES DE DIVALDO FRANCO JOANNA DE ANGELIS Y AMELIA RODRÍGUEZ

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DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

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MERCHITA 2021

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PRIMERO

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TERCERO 1 NUMERO


SE FIEL HASTA EL FIN Por más perturbadoras y angustiosas sean las circunstancias y la convivencia con otras personas en su círculo de amigos o no, porfía en tus buenos ideales y objetivos existenciales. No espere la comprensión y la cooperación de los demás en relación con lo que está haciendo, porque la suya es la actividad que permite liberarse de la ignorancia y de la crueldad. Aunque, consciente o inconscientemente, esperas comprensión y ayuda porque anhelas el bien de la comunidad, quizás los demás no estén interesados en lo que te fascina y no estén comprometidos contigo. El de ellos es un destino diferente al cual se vinculan. Están contigo, pero tienen sus propias aspiraciones, buscando diferentes formas de vivir. Algunos son amables contigo, lo que no significa que estén comprometidos con lo que haces o valoras. De igual forma ocurre contigo en relación a ellos. Desde que comenzaste a reflexionar sobre las enseñanzas de Jesús y comprendiste los errores en los que te movías, comprendiste la necesidad de hacer cambios internos y ofrecer este conocimiento liberador a todos los que conoces o no, con la expectativa de ser recibido con alegría.


Ledo engaño que cultivas victimado por la ingenuidad. Cada ser tiene su propio destino, lo que no justifica, sin embargo, volverse contra ti y tratar de crucificarte. Percibiste la excelencia de la paz que te hacía mucha falta, aunque no la identificases claramente. Sentiste el aburrimiento que produce el error en los individuos, el vigoroso malestar que expresa la inutilidad de ciertos placeres que comprometen más que agradan sin proporcionar armonía. Cuando sentiste el daño de las irregularidades que practicabas, en lugar de la meditación necesaria para la reparación, te sumergiste en los lúgubres embriagadores de los sentidos y perdiste la capacidad de discernimiento. Desconocías el mensaje de Jesús, o mejor, tenías noticias al respecto, sin embargo, nunca te detuviste a examinar los maravillosos contenidos que contiene. Escuchaste a la gente hablar de eso, pero no entendiste el poder que tiene para cambiar la estructura del pensamiento vulgar y brindar claridad para una existencia digna y pacífica. Al conocerlo, develado hoy por los Inmortales que vinieron a mostrarte la plenitud del después de la desencarnación, te quitaste la venda de los ojos y te diste cuenta de la luminosa grandeza de la vida que antes te parecía oscura y pesada... Es natural, por tanto, que sufras discriminación y sospecha, como también lo sufriste con aquellos que se dedicaron a la abnegación y al trabajo del auto iluminación.


Todo misionero del bien, del amor y del conocimiento basa sus ideales en la argamasa de las lágrimas, de los tormentos que se le imponen, del destierro, cuando no se le piden testimonios más severos. Sin embargo, no te dejes desmayar ni temer ante la agresión de los engañados en el poder temporal, de los vanidosos, de los comprometidos con la no realidad. Te cabe sembrar ejemplos de fe que demuestren su capacidad para promover la verdad. Al preparar un huerto o jardín, la tarea inicial siempre es desafiante. Hay que trabajar la tierra áspera o sin vitalidad, cubierta o no de cardos y hierbas perversas. En el momento de la siembra surgen nuevos peligros que deben ser superados, poco después, por las frágiles plántulas y sus cuidadores. Sólo con perseverancia en el tiempo se puede ver triunfar a la vida vegetal. Confía en tu esfuerzo y en la Divina Providencia que está siempre vigilante, dispuesta a ayudar a todos los que se rinden a ella. La historia nos demuestra a través de lecciones apasionantes el valor de la fidelidad a los propios ideales. Abraham Lincoln, por ejemplo, para alcanzar la gloria de la inmortalidad, se postuló varias veces para puestos políticos prominentes y los perdió a todos. Insistió hasta el cansancio y logró sus objetivos como presidente de la república de su país. Liberó a los esclavos, vivió la terrible Guerra Civil y pagó con su vida el valor de amar y servir a su país.


El joven pastor Luther King tenía el sueño de ver libres a sus hermanos afro descendientes y fue sacrificado, a pesar de los honores que recibió en vida, sufriendo una angustia inimaginable. Los discípulos de Jesús salieron a enseñar y vivir el Evangelio, sin embargo, fueron perseguidos, calumniados cruelmente hasta que fueron sacrificados en indecibles holocaustos por el ideal. Mandela experimentó el encarcelamiento y el abandono durante casi tres décadas para liberar a su pueblo. A pesar de tener tuberculosis, Pasteur siguió cazando animales voladores, sufriendo todo tipo de sarcasmos y abrió nuevos horizontes a la ciencia médica. Nunca hubo una excepción para los apóstoles del Bien en la Tierra. Para que la sociedad disfrutara de la comodidad y el bienestar, hubo una odiosa esclavitud y guerras mortales. Haz tu parte. Tu triunfo no será ahora como les pasó a todos los mártires, héroes e idealistas. Insiste y estate dispuesto a pagar con sonrisas y dardos de la mal querencia y la ingratitud. Nada supera al amor que es la fuerza viva más activa del Universo. Continua amando incluso a los no amados moralmente. Los ángeles de la guarda que vigilan por ti y el destino de la Humanidad están vigilantes y activos a tu lado. Invisibles, pero no inoperantes, te consuelan en horas serias, te animan a seguir y te dan fuerza en nombre del Amigo crucificado que resucito para que seas fiel hasta el fin...


MADRE Cuando sentiste mi presencia en el útero, te llenaste de una angustia infinita. SOLTERA No esperabas la ocurrencia natural y no tenías las condiciones de ejercer la maternidad. Informando la angustiosa situación a tu cariñosa pareja, vencido por sorpresa, se negó a ayudarte, uniéndose a ti en matrimonio, o al menos extendiéndote un brazo protector. Sugirió que abortases como solución inmediata, pero, aterrorizada, le negaste tu consentimiento para el atroz crimen. Descubriste que él no te amaba y te usó como usó a otras jóvenes inadvertidas. Experimentaste la violenta reacción doméstica de tus padres que también propusieron el aborto. Te acusaron de haber empañado el honor de la familia y como sentías que yo vibraba cerca de tu corazón, aceptaste las humillaciones domésticas, la expulsión de casa y las noches estrelladas para servir de manta en la oscuridad de los callejones y bajo los viaductos junto a otros desafortunados. ¡Eras joven y hermosa! Incluso embarazadas, intentaron contaminarla en la esclavitud del sexo. Rechazaste todas las ofrendas degradantes y luchaste en la miseria hasta mi nacimiento.


Después de que me sacudiste por primera vez, prometiste que viviríamos juntos y seríamos felices, sin importar cuándo. No me dejaste en adopción por otros corazones, y en los humillantes servicios encontraste pan y ropa para los dos. Fueron años difíciles de hambre, frío y dolor. Me estigmatizaron como hija de madre soltera, pero no me molestó, me sentí orgullosa. ¿Es diferente el amor materno cuando se nace bajo el amparo de las leyes o fuera de ellas? Nunca sentí ninguna diferencia. Todo lo contrario. Mostraste la grandeza de tu inmenso cariño de madre soltera y me criaste con dignidad y ternura. Finalmente obtuviste un trabajo de mejor calidad y me educaste al abrazando la fe y el respeto por Jesucristo y Su Santísima Madre. Regresaste al Gran Hogar y nunca me dejaste. Frente a decisiones difíciles y en los momentos serios de mi existencia, sentí que estabas conmigo y susurrabas a mi mente las mejores decisiones a tomar. Yo triunfé, madrecita, bajo tus bendiciones y ahora, también en la Inmortalidad, me regocijo de alegría, porque tuve el honor de ser tu hija, y de no haber sido asesinada en tu seno. Dios te bendiga, madre soltera, protegida por la Madre de Jesús, que también ha sido incomprendida. Por: Amelia Rodríguez, Psicografía de Divaldo Pereira Franco,


ESCLAVITUD Y LIBERTAD En todos los tiempos de la humanidad, el ser humano, manteniendo su instinto de preservación de la vida en predominio, trató de someter al otro, con el miedo natural de ser víctima. Desde la antigüedad, el bruto, el fuerte, el déspota, el astuto han ejercido dominio físico y, en ocasiones, mental sobre su prójimo. En el período en el que vivió exclusivamente bajo el control de los instintos básicos: comer, dormir y reproducirse, dominado por impulsos extraños, siempre buscó ser superior a sus contemporáneos, luchando ferozmente por su propio bienestar, aunque fuera en detrimento de la vida. Otros, que no merecen su consideración. Este comportamiento fue el generador de guerras calamitosas, que aún hoy constituyen un cáncer terrible en la sociedad. La esclavitud fue uno de los recursos utilizados por los pueblos beligerantes que, al vencer a los considerados adversarios, pagaron un alto precio para continuar su vida en situaciones indignas y crueles. Algunos pueblos se convirtieron en víctimas de otros durante siglos, como en el caso de los judíos que fueron esclavizados por los egipcios y babilonios, el primero en cuatrocientos años.


En la Edad Media, tuvimos guerras interminables, como la de los Treinta Años, la de los Cien Años y odios que aún persisten en muchas naciones. El llamado colonialismo es una herencia espuria de ese sentimiento primario que ha venido explotando a los pueblos sometidos, manteniéndolos en la miseria, mientras son llevados al agotamiento, a la aniquilación. La esclavitud negra es uno de esos fenómenos históricos más desafortunados. Cuando, después de la Revolución Francesa de 1789, el sueño de la libertad, igualmente innato en el ser humano, se hizo posible, las leyes del progreso se volvieron hacia estas víctimas y les concedieron la liberación, sin proporcionar medios para la supervivencia, manteniendo en libertad a innumerables infortunados bajo sus degradantes administraciones. . En este sentido, Brasil fue el último de Occidente en otorgar el derecho a la vida, a través de la Ley Áurea, la cuarta elaborada y firmada por la princesa Isabel. La verdad es que aún hoy muchos de los afrobrasileños no han encontrado la oportunidad de vivir con la dignidad que les permiten las leyes Una vez liberados sus antepasados, permanecieron en miserables conglomerados sin trabajo, ni posibilidad de estudiar, estigmatizados y oprimidos. La famosa Madame Roland, gran revolucionaria de Francia, traicionada y condenada a la guillotina, antes de ser asesinada, gritó: ¡Oh! Libertad, libertad, ¡cuántos delitos se cometen en tu nombre! Esta libertad dominada por los poderosos constituye una vergüenza para la cultura y la civilización agonizantes.


CON ALEgRíA CRISTIANA Sirva en el nombre de Cristo, lleno de gozo y espíritu firme. No te asustes nunca de las acusaciones, la indiferencia y los celos de quienes erróneamente se hacen cómplices con la rebelión, la falta de elegancia, la envidia, todas ellas puertas abiertas a obsesiones difíciles de restablecer. No permitas que tus sueños y deseos de servir al bien, se tornen en cómplices del exasperado amor propio, hasta el punto de no escuchar los consejos de un amigo sincero o de tu buen genio que lleva mucho tiempo esperando tu crecimiento. Recuerda que servir al Padre es tener un corazón convencido pero humilde ante las llamadas de la personalidad inconsecuente de otras épocas, es mantener la lucha hercúlea entre el anciano y el hombre que se renueva, es darse cuenta la necesidad de que, en el nombre de Cristo, crezca la causa del amor en lugar del desagrado y las peleas personalistas. Desde el altiplano, el buen pastor bajó a la Tierra para mostrar la sencillez del 'amarse los unos a los otros' y con alegría se entregó a todos los que seguían sus pasos. Con alegría el príncipe de paz se entregó en holocausto por sus hermanos, para proveerles de lo que no poseían y cumplir la profecía del cordero que se entregaría por la redención de muchos.


Jesús nuestro Señor, nunca fue visto en la mundanalidad y la risa estridente, sin embargo fue con alegría que jugaba con los niños pequeños, que amonestaba dulcemente a Pedro y con singular alegría apoyaba a la sublime '' madre de los afligidos ‘‘... Su apostolado, se inició en compañía de amigos en las bodas de Cana, mostrando al mundo el valor de la amistad y la alegría familiar. El maestro exaltó la importancia de la comunión de corazones bondadosos ante las dificultades que el mundo tiene reservadas, porque de manera egocéntrica no es posible conquistar el reino de los cielos, que comienza en la Tierra, en diversas oportunidades, llamándonos al olvido íntimo y a la superioridad de los valores imperecederos del alma. Por tanto, es necesario que todo aprendiz sincero de la buena nueva, abandone los conceptos de cierre y rigor social, optando por una vida de relación, sociabilidad, austeridad moral decorada con una sonrisa sincera y afable, una palabra de esperanza, un estímulo a la perseverancia y el reconocimiento por los esfuerzos ajenos. Muchos creen que estimular el servicio del prójimo es sinónimo de estimular la vanidad, sin embargo, ningún trabajador vive sin la sutil y cariñosa palabra de autoestima del impulso al servicio noble que nunca será cómplice de la exacerbada y esquiva broma. De esta manera, ante las tentaciones que existen en tu personalidad o ante las cruces que se cruzan en tu camino como desafíos provinciales o expiatorios, identifica la necesidad de templanza y firmeza en el ideal y en el esfuerzo y así:


Medita construyendo, Ora vigilando, Vigila orando, Enseñe amando, Aprenda sufriendo, Sufra renunciando, Renuncia creyendo y crea raciocinando. Cuanto más el neófito sincero se aproxima intelecto y moralmente a su maestro, más comprende a los que compactan con la ignorancia y con alegría en el corazón bien intencionado y vigilante, comprende que no le cabe deseos de reconocimiento. Percibe aun, que el dolor es el aguijón necesario para muchas inteligencias rebeldes e indolentes que en el momento cierto, se vencerán a si mismas, clamando de lo alto la oportunidad regeneradora de nueva y difícil reencarnación, única manera con la que podemos entender que un día todos volveremos a los apriscos del Padre, disfrutando de manera intermitente la felicidad en practicar el Amor.

PERSEVERANCIA CON ALEgRíA Nunca te detengas en el desafío del bien. Nunca pierdas la confianza en Dios. Nunca te entristezcan tus pruebas, ni te aturdan tus testimonios..

El hilo de agua que proviene de una fuente poderosa tiene como destino el mar. Supera obstáculos, elude accidentes geográficos, pero logra su fanal. La vida física es una bendita oportunidad, un instrumento para el progreso. También es una mazmorra transitoria de la que algún día serás liberado si te promocionas a las alturas del bien.


No examines las disputas o problemas en el camino, sino para resolverlos. Quien se desmaya bajo un cielo nublado no merece la noche salpicada de estrellas. Condenado al infinito, el Espíritu nace y renace en el cuerpo para progresar, adquiriendo experiencias y dando forma a la santificación. Escuchas la voz que habla de alegría y te entristeces por no estar entre ellos, las engañados algarabías. Quizás, ellos no están felices, sino excitados. Te detienes a examinar a quienes exhiben paz y te afliges, ante los conflictos que estallan en tu mundo íntimo. Quizás los que se muestran no están en armonía, sino anestesiados por los vapores de la ilusión. Mantén tu confianza en el ideal que abrazas y no midas las victorias de tu espíritu con la cinta métrica de los transitorios triunfos terrestres. El verdadero cristiano, y el espiritualista, en particular, triunfan sobre sí mismo, se supera a sí mismo, interiormente, y sube los peldaños del éxito viendo paisajes sumergidos en el sol de la inmortalidad triunfante. Jesús, en la entrada triunfal de Jerusalén, no fue ni un vencedor ni un derrotado. Era alguien incomprendido por la multitud. Colocado, sin embargo, en la cruz, la masa acreditaba que Él había perdido la batalla, no en tanto, era el vencedor en triunfo sobre los engaños que la masa le ofreciera y El desdeñara.


No te olvides: Dolor y prueba, renuncia y abnegación constituyen las marcas de Cristo Jesús a insculpirse en tu alma, como estrellas luminiscente en la atalaya nocturna, hablando al sol y bellezas inmortales. Por: Joanna de Angelis, Médium: Divaldo Pereira Franco



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