Nº 66 MENSAJES CHICO XAVIER

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DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

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MERCHITA 2021

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TERCERO 1 NUMERO


ESPERANZA SIEMPRE Nadie sin esperanza… Nadie sin Dios… Contempla el Cielo, en los días en que la sombra te invada el corazón, y piensa en la inalterabilidad del Amor Infinito que vierte del Creador para todas las criaturas. El mismo Sol que te calienta y nutre es aquel mismo Sol que nutre y acaricia a billones de criaturas, en la Tierra, en el curso de los incesantes siglos. Casi todas las Estrellas que hoy se te descubren a los ojos son las mismas que acompañaron a los hombres, en la caída y en el levantamiento de numerosas civilizaciones. Reflexiona en eso y no te dejes arrasar por las aflicciones transitorias que te visitan con fines regenerativos o edificantes. Es probable que diversas tribulaciones te sigan pisando los talones. Aguantes incomprensiones y dificultades en cuenta propia; toleras luchas y problemas que no creaste; cargas compromisos y constreñimientos, a fin de auxiliar a los entes queridos; o erraste, talvez, y sufres las consecuencias de las propias culpas. No importa, entretanto, el problema, aunque siempre nos pesen las responsabilidades asumidas, cualesquiera que sean.


Deslígate, sin embargo, de pesimismo y desánimo, recordando que la vida, - mismo en la vida que disfrutas, - en sus profundos orígenes, no es obra de tus manos. El poder que te dotó de movimiento, que te desenvolvió las percepciones, que te indujo al impulso irresistible del amor y que encendido en tu pensamiento la luz del razonamiento, guarda los recursos suficientes para rectificarte, suplementar tus energías, apoyarte en la solución de cualquier empresa difícil o rescatarte de cualquier precipicio, donde hayas caído, para tu desgracia. Ese mismo poder de vida que regenera el gusano magullado y reajusta los árboles podados nunca te relegaría a la sombra de la indiferencia. Entretanto, para que asimiles el apoyo plenamente, es imperioso te integres en el sistema de trabajo en el bien de todos, sin rendirte a la inutilidad o a la deserción. Recuerda que el gusano herido y los árboles dilacerados se rehacen por permanecer fieles al trabajo que la sabiduría de la vida les confirió en la naturaleza. Recordemos eso y sea cual sea la especie de prueba que te amargue las horas, continua trabajando en la sustentación del bien general, por cuanto si te ajustas al privilegio de servir, sea cual sea la prueba en que te encuentras, reconocerás, más tarde, que el amor es un sol que brilla para todos y que nadie existe sin Esperanza y sin Dios. Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Manos Unidas.


SIRVAMOS EN PAZ "No estéis inquietos por cosa alguna..." - Pablo. (Filipenses, 4:6.) Casi en todas partes encontramos personas agobiadas, sin motivo, o exhaustas, sin razón aparente. Transitan en los consultorios médicos, recurren a casas religiosas, suplicando prodigios, aislándose en la inutilidad, lloran de tedio. Confiesan desconocer la causa de los males que las abruman; claman, infundadamente, contra el medio en que viven. Aquellos que, por regla general, en lugar de poner la mente en el camino natural de la evolución, la arrojan a los acantilados de la orilla. Todos sabemos, que la Tierra alberga multitud de compañeros endeudados, tanto como nosotros mismos... La prensa vulgar esculpe columnas y columnas dedicadas a la tragedia, ciertas publicaciones cultivan el hábito de inculcar la delincuencia, los conflictos estallan, inflando la rebelión de esa o aquella camada social, son profetas del pesimismo que avanzan oscuras predicciones... Eso todo acontece, eso todo es inevitable.


Urge, no en tanto, no dar, a los acontecimientos contrarios a la harmonía de la vida, cualquier atención, más allá de lo necesaria. Basta emplear exageradamente la energía mental, en un escándalo o en un crimen, para entrar en relación con los agentes destructivos que los provocaron. Ofrezcamos al reposo restaurativo o a la resistencia al mal más tiempo que el tiempo indispensable y caeremos en la pereza o la ira que desgasta nuestras fuerzas. Si consumimos alimento deteriorado, rumbeamos para la enfermedad; si repletamos el cerebro de preocupaciones descontroladas, nos inclinamos, de inmediato, al desequilibrio. Inmunizándonos contra semejantes desajustes, nos exhorto el apóstol Pablo: - "no estéis inquietos por cosa alguna", como diciéndonos que compete a nosotros, los que elegimos a Jesús por Maestro, la obligación de andar en el mundo, aun conturbado y sufridor, sin gastar tempo y vida en cuestiones superfluas, prosiguiendo, firmes, en el camino de entendimiento y servicio que el Señor nos trazó. Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cândido Xavier. Libro: Palabras de Vida Eterna.



EN LA TIERRA Y EN EL MÁS ALLÁ Interesado en disfrutar ventajas transitorias en el inmediatismo de la existencia terrestre, casi siempre el hombre aspira a la gallardía de la presentación y a porte distinto, elegancia y dominio, en el cuadro social em que se expresa; entretanto, conducido a la esfera superior, por la influencia renovadora de la muerte, identifica las propias deficiencias, en la tela de los compromisos inconfesables a que se somete, implora de la Providencia Divina determinados favores en la reencarnación, que envuelven, de cerca, el suspirado mejoramiento para la Vida Mayor. Es así que: - científicos famosos, al someterse a la crueldad, ruegan encarcelamiento en la idiotez; -Hábiles políticos, que abusaron de las colectividades a las que debían proteger y defender, suplican inhibiciones cerebrales que los recojan en el precioso ostracismo; - administradores de los bienes públicos que no hesitaron en vaciar los cofres del pueblo, a favor de la economía particular, solicitan raciocinio obtuso que les obstaculice el ingenio para el robo aparentemente legal; - criminales que empuñaron armas contra los semejantes piden brazos mutilados, señalando aflictivas sentencias contra sí mismos;


- suicidas que menospreciaron las concesiones del Señor, atendiendo a deplorables caprichos, recorren a organismos quebrados o violentados en la cuna, para reparar las faltas cometidas contra sí mismos; - tribunos del desorden piden los embarazos de la tartamudez; - artistas que se degradaron, arrastrando emociones ajenas a las monstruosidades de la sombra, invocan la internación en la ceguera física; - calumniadores eminentes, que no vacilaron en el insulto al prójimo, requieren o martirio silencioso de los sordomudos; - deportistas eméritos y bailarines de pro, que envilecieran los dones recibidos de la naturaleza, exoran nervios enfermos y glándulas deficitarias que los segreguen a distancia de nuevas caídas morales;


- traidores que expusieron corazones respetables, en el cepo de la injuria, demandan a la propia detención en el catre dos paralíticos; - mujeres que desertaron de la excelsa misión femenina, para prostituirse en la pereza y en la delincuencia, solicitan molestias ocultas que les impidan la expansión del sentimiento enfermizo, y exponentes de la belleza y de la gracia que corrompieran de la perfección corpórea, convirtiéndola en motivo para transgresiones lamentables, piden larga estancia en cuadros pénfigos que les desfiguren la forma, de modo a expiar en las llagas de la presencia inquietante de las culpas ominosas que les agonizan los pensamientos… Ayudaos, así, buscando en el auxilio constante a los otros el pagamiento facilitado de las deudas del pretérito, por cuanto, mañana, seréis en la espiritualidad las conciencias que hoy somos, abiertas a la Fiscalización de la Verdad, con la obligación de conocer en nosotros mismos la ulceración de las tiniebla y la carencia de la luz. Psicografía de Francisco Cándido Xavier. Por el Espíritu Emmanuel Libro: Religión de los Espíritus.



EN LA LUZ DE LA VERDAD “Y conoceréis la verdad y la verdad os libertara Jesús”. (João, 8:32) “De lo irreal condúceme a lo real; de las tinieblas condúceme a la luz; de la muerte condúceme a la inmortalidad” (Upanixade Brihadaranyaka, 1a Adhyaya, 3a Brahmana, 28o Mantra)” (...) “No intentes forzar al prójimo a leer la cartilla de la realidad vista por tus ojos, ni a interpretar las enseñanzas de lo cotidiano con la cabeza que te pertenece. A emancipación íntima surgirá para la conciencia, à medida que la conciencia se disponga a buscarla. Rememoremos las palabras de Cristo: ‘caneceréis la verdad y la verdad os libertará’. Anótese que el Maestro no designo lugar, no trazo condiciones, no instituyo caminos, ni especifico tiempo. Prometió simplemente – ‘conoceréis la verdad’, y, para el acceso a la verdad, cada uno tiene su día.” (Emmanuel, “Palabras de Vida Eterna”, p. 277, ed. CEC)


Millares y millares de páginas han sido escritas acerca del conocimiento y de la verdad. Clásicamente, se admite como verdadero el conocimiento que corresponda a la imagen correcta del objeto conocido, en la mente del sujeto observador. Con el abandono del concepto de ‘observador’ y relacionada introducción, por la Física Quántica, la del ‘participado’, el llamado ideal gnoseológico clásico, rápidamente sumariado antes, pasó a sugerir una interconexión dinámica entre los dos polos del fenómeno cognitivo: sujeto y objeto. Mutuamente condicionantes, ellos no se separan; antes se funden e imponen alteraciones uno al otro. El proceso es agregado, unificador, ajustador, de compromiso, con mucha subjetividad, y no separador, exento, sin concesiones, puramente objetivo. Todos los grandes maestros espirituales, aquellos que volvieran su sensibilidad en dirección a una u otra dimensión existencial, aluden a una verdad permanente, perene. De los Vedas y de las Upanixade, producto notable de la experiencia de los Rishis, hasta la obra viva de Sri Sathya Sai Baba, la tónica es una sola: hay una verdad, que integra al propio Cosmos, del cual el Hombre es un aspecto conciencial. Tal verdad no es impuesta de fuera para dentro. Y cada individuo es titular de una "zona lúcida", en la expresión de Paul Gibier, a la manera de una ventana a la cual van, poco a poco, aproximándose, para observar-participar de la vida.


Conforme famosa parábola hindú, los que quedaron ciegos antes de ver un elefante tocarles, después, partes aparentemente aisladas, y las asociaban con objetos que llegaron a ver. Lo que le palpaba la pierna, decía el ser, en realidad, una pilastra; lo que le examinaba la tromba, afirmaba tratarse de un cabo flexible; lo que le tanteaba una oreja, afianzaba estar ante un gran abanico; lo que procuraba abrazarle el vientre, aseveraba toparse con un gran barril; lo que le hacía mover la cola, creía estar ante una cadena. Aun mismo que ninguno de ellos lograse imaginar al elefante, sería posible aproximarse a él, por la permuta de las informaciones que cada uno obtuviera. El acto de ver significa, por tanto, más de lo que simple divisar. Ese es nuestro papel, unos en relación con los otros: permutar conocimientos, realizar el conocimiento correctivo, esclareciéndonos mutuamente; jamás intentando imponer nuestra impresión de lo real. La verdad es seductora. Nadie escapa a sus llamadas. Ni por saber eventualmente más, estaremos dispensados del deber de compartir nuestro patrimonio interior con los que de nosotros se aproximen, debiendo nosotros mismos, por nuestra vez, aproximarnos-nos a los otros, cultivando un relacionamiento constructivo.


Si hay aquellos cuya conciencia no se dispone a buscar la verdad, es preciso esfuerzo por entender las resistencias y naturales dificultades, aguardando el momento, que siempre ha de presentarse, para sensibilizarles el alma. Cristo, recordado por Emmanuel, “no designo lugar, no trazo condiciones, no estatuó caminos, ni especifico tiempo.” Chico Xavier / Emmanuel Del libro: (ENUNCIADOS DE MORAL CÓSMICA)


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