DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
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En FAMÍLIA En la indestructible comunión de nuestros afectos espirituales, seguimos siendo la misma gran familia, viajando juntos en los caminos del progreso, en busca de Dios. Guardo en el pecho de mi corazón preciosos recuerdos de nuestros múltiples viajes, cultivando la ternura que siempre nos ha unido, a pesar de los dolores y las caídas, y a pesar de los malentendidos e incertidumbres que tan a menudo hieren nuestra sensibilidad. El amor, sin embargo, fue, a pesar de todos los pesares, la fuerza divina que nunca nos dejo distanciados, siempre obligándonos a empezar de nuevo y seguir adelante... Lejos de los viejos errores de otras épocas, buscamos con sinceridad y esfuerzo seguir las huellas de Jesús, rehaciendo los anhelos y refinando los sentimientos, para adaptarnos mejor a las normas del amor verdadero y de la pura justicia. Es natural, por tanto, que el camino esta vez sea más áspero y difícil. Sin embargo, nos ayudamos unos a otros incesantemente bajo las bendiciones del Señor, y sumamos nuestras fuerzas.
Unos de aquí, otros de allá, seguimos ayudándonos, como en otros tiempos, porque los lazos de parentesco, de amistad, o incluso de antagonismo, se transformaron en lazos de pura devoción fraterna, lanzándonos a los brazos divinos del Excelentísimo Maestro. Cuenten con nosotros, que velamos con cariño vuestros pasos, en el día a día de sus vidas, esperando vuestro triunfo final, para nuestra alegría y para las fecundas bendiciones de más elevadas experiencias en el futuro. Leticia
CUESTIÓn DE TIEMPO Una de las grandes fragilidades del mal es su incontinencia, su desenfreno, su falta de autocontención, su ímpetu alucinado de expandirse ilimitadamente. De esta manera, asume una apariencia tan amenazadora que infunde miedo en sus propios secuaces, hasta el punto de llevar a muchos de ellos a la defensiva. Ante la avalancha de sus horrores, las sociedades terrestres a veces se sienten mortalmente amenazadas, y ensayan una resistencia tardía y desesperada, en aras de la paz y la vida. Comúnmente, sin embargo, el éxito de esa oposición es escaso, porque tales colectividades buscan limitar y superar los peligros que temen, anteponiendo el mal al mal, el crimen contra el crimen, la violencia contra la violencia. Por lo tanto, solo pueden ensanchar y profundizar el imperio de la iniquidad, porque solo el bien disuelve el mal, solo el amor vence el odio, solo la virtud anula el vicio, solo la caridad garantiza la fraternidad constructiva y feliz.
Dos milenios se han inclinado sobre las enseñanzas e ilustraciones de Jesús, y la humanidad todavía no percibió suficientemente esas verdades elementales. Pero el cansancio de la maldad y el precio desgarrador del crimen, con todo su negro tren de desgracias, acabará por forzar a los tercos terrícolas a abandonar su egoísmo que se disuelve, para finalmente construir, en este valle de lágrimas, el reino divino de felicidad y paz. Áureo
BUEn AnIMO Amados hermanos: Basta profundizar vuestra visión espiritual en lo más profundo de vuestra alma, para percibir, sin ninguna duda, el que ya no sois Espíritus juveniles. Largo es el plan de estudios de vuestras jornadas terrenas, refiriéndose a muchas experiencias. Construisteis, en la estera del tiempo, considerable reserva de logros dentro de ustedes. Desenvolvisteis rico arsenal de adquisiciones intelectuales, mejorasteis los valores de percepción y sentimiento, refinasteis apreciablemente inclinaciones artísticas y acumulasteis un expresivo bagaje cultural. Trazando enérgicamente vuestros amplios recursos de fuerza y astucia, ejercisteis marcados poderes de dominación, y conocisteis los ricos trofeos de victorias transitorias y las peligrosas complejidades de lo fausto y de la riqueza. Por lo tanto, es natural que hayas asumido graves responsabilidades y recolectado enormes espinas de enemistades y malas hierbas. Más vuestros corazones no siempre flotaron, festivos y felices, como mariposas inquietas e inconsecuentes, en los jardines de la vida. Has probado muchas veces la amarga copa de dolores que has causado, y sorbiste la hiel de las expiaciones dolorosas.
En la vorágine de los siglos, cambiaste los vestidos dorados por trapos sucios, y la voluble irresponsabilidad de los placeres fáciles, por la angustia de las reparaciones tormentosas. Madurando en el tiempo y en el trabajo, a los golpes de la implacable realidad, sentiste el inmenso cansancio de exterioridades mentirosas y de las falsas venturas de la rapiña, y irguiendo para lo alto de los Cielos los corazones afligidos, buscaste el consuelo de la verdad del Evangelio y la alegría de hacer el bien. Ahora, inspirado por la luz celestial del conocimiento superior, forcejáis por completar vuestra liberación espiritual de las cadenas que os impiden el vuelo a los Altiplanos y os esforzáis por cumplir los elevados deberes que os incumbisteis. Multiplicando esfuerzos construtivos, habéis vencido, com la ayuda sublime de vuestros Benefactoresde lo Más Alto, las dificuldades y los obstáculos que os amenazan la estabilidad y os desafían la fe. Sin embargo, todavía nos sentimos nostálgicos por nuestros pagos de paz espiritual y algo afligido en el medio ambiente pesado de vuestras esfuerzos terrenales, mostráis, algunas veces, en el mirar tristón, los crepes de la melancolía o de la tristeza.
Levantad, sin embargo, el ánimo, y cultive la alegría constructiva. Recuerda la exhortación de nuestro Divino Amigo, que nos dijo: “En el mundo tendrás tribulaciones, pero anímate; Yo vencí el mundo. No se turbevuestro corazón, ni se atemorice. Creed en Dios; creed tambiém en mí. Mi paz os doy: la paz que el mundo no conoce”. Desejamos veros siempre jubilosos, apesar de todos los tropiezos que os impiden la marcha y de todos los espinos que os hieren. Asi como el água pura de los rios, que desfilan renovados por los mas profundos despeñaderos; como las flores que adornan los campos tras de cada tormenta; y como el Sol que se levanta radiante tras cada noche sombria, que el júbilo de vuestra fé permanezca siempre para garantizar vuestra estabilidad interior, para que las bendiciones divinas, descendiendo sobre vosotros, os mantengam en gracia y en el bien de la luz y de la esperanza. Leticia
SIn COnTIEnDAS Es muy difícil encontrarse en este mundo si no se tiene en cuenta su nombre y reputación. Sérias altercaciones, no raro de remates lamentables, se lastiman por ese motivo, dando lugar a enemistades y esfuerzos. En general, nadie admite el uso indebido de sus creencias, palabras, actos o ideas para terminar en desacuerdo con su voluntad o con sus principios. Sin embargo, se usa y se abusa, todos los días y casi en todas partes, en nombre de Dios. No son pocos los que invocan farisaicamente el poder y el amor de Cristo para provecho propio, comerciando con las cosas santas iludiendo la buena fe de hermanos necesitados. No por eso el Cielo derrama sobre la Tierra rayos candentes de irada condenación atingido de muerte a los desleales profanadores. El mandamiento del Maestro, en ese particular, es en el sentido de que sus discípulos oren y vigilen, firmes en la fe, con fidelidad inalterable al bien, a fin de que la verdad y la justicia naturalmente prevalezcan. No vale, pues, para los cooperadores del Señor, el apelo precipitado a cualquier violencia, para justificar el celo por la virtud o la pretendida defensa de la santidad y de la pureza. Más alto hablaron, para este fin, los ejemplos cristianos de los fieles seguidores del Evangelio, una vez que no será por la inconformidad o por la fuerza que se alcanzará en el mundo el triunfo del bien.
Guardemonos, por tanto, en la seguridad de nuestros buenos propósitos, confiados en el poder superior, y dejemos que el clamor de las herejias se deshaga por si mismo, en el tamiz del tiempo. Alex
HORA DE VIGILAR Hermanos, el momento es realmente grave para la nación que nos acoge y no podemos cerrar los ojos del espíritu a las nubes sombrías que amenazan tempestades en los cielos de nuestra patria. Son inevitables las pruebas que redimirán deudas cármicos colectivas en abierto, más que franquearan, por igual, nuevos horizontes de madurez espiritual de nuestro pueblo, con vistas al futuro. Sin cualquier ante visión catastrófica, de resto injustificable, debemos preparar nuestra resistencia moral, para la defensa de nuestro propio equilibrio, co-responsables que somos por la salvaguarda e incolumidad de la Barca de Ismael, en medio las olas de este océano arremolinado de locas pasiones que arriesgan la paz social. Si es llegado para Brasil la prueba necesaria de habilidad, capaz de demostrar su valía para investidura del Corazón del Mundo y Patria del Evangelio, es venida tambien el instante de la exploración, tan larga e insistentemente anunciada, de la robustez de la fe y de los discernimientos de los celadores de la Obra de Ismael.
En verdad, no tenemos para los nobles compañeros cualquier nuevo mensaje, y si, apenas, una palabra de la más plena confianza en los poderes de lo Más Alto, y nuevo alerta en favor de la vigilancia y de la oración de ahí, vitorearnos en la gloria de la gran bonanza, tras los tumultos que por ventura nos llegan, en esos inevitables enredos de luz eterna contra las maquinaciones de la sombra transitoria. Te deseamos, como siempre, serenidad, alegría y paz, en la fidelidad y seguridad de nuestro Maestro inmortal. Pedro
DIOS TE BEnDIGA Una vez fuiste un guerrero intrépido. Tenías pesadas corazas defensivas y reluciente instrumento de herir. Parecías un inmejorable señor de la tiranía y la fuerza. Pero tu corazón era negro como la noche. Brillaste en la diplomacia y en la política. La inteligencia brillante y los gestos cautivadores te garantizaron el dominio de las altas esferas sociales. Pero tu corazón era un desierto. Artista primoroso, sabias como nadie magnetizar atenciones y sentimientos, creando harmonías y bellezas para la propia glorificación personal. Más tu corazón insatisfecho destilaba una tristeza mortal. Gigante en emprendimientos financieros, recibías deslumbrado la corte de los vasallajes, al punto de acreditar que regias, soberano, la orquesta de la vida. Mas tu corazón sangraba afligido en el pecho. El escenario cambió, el drama se descolorió. En la escuela de la obediencia y de la pobreza, de la enfermedad y de la desilusión, entendiste al final que solo Dios es grande. Entonces, tu corazón revivió. Cuando la claridad del Evangelio brilló en tu mente, descubriste, por fim, el ameno lunar de la bondad y el bálsamo sagrado de la esperanza. Tu corazón Calmó sus singules y latió alegremente.
Ahora que ya no eres un guerrero, gobernante o magnate, tu suministro de armonías se vierte en la fraternidad y el trabajo, y tu riqueza de sentimientos se ennoblece en la caridad y la paz. Tu corazón se convirtió en una hermosa copa de luz, que reflejaba dulcemente los resplandores del infinito. Sigue asi, aventurado y fiel. ¡Y que Dios, nuestro Dios de amor, te bendiga, hijo mio! Leticia