Nº 87 MENSAJES DE DIVALDO FRANCO

Page 1

DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

ARTÍCULO S

ARTÍCULO S

ARTÍCULO S

MERCHITA 2021

MENSAJE S

ARTÍCULO S

ARTÍCULO S


PRIMERO

SEGUNDO

TERCERO 1 NUMERO


Joanna de Ángeles/Divaldo Franco

TRAMPAS

En la trayectoria humana a favor del desarrollo moral e intelectual, el Espíritu, no pocas veces, se enfrenta a trampas bien planificadas, en las que cae irreversiblemente, comprometiéndose durante un largo período... Son pruebas de la resistencia moral de todo viajero que se mejora a sí mismo a través de las experiencias de la evolución. Nadie, que desempeñe funciones o roles relevantes, que no se sorprenda de estos peligrosos mecanismos que ponen a prueba su capacidad mental y resistencia moral. Sutiles, a veces, se presentan como atractivos dorados que seducen y terminan degradando el carácter de quienes acceden a la invitación. En otras ocasiones, aparecen de la nada, amenazadoras y voluptuosas, sorprendiendo y obligando a las víctimas a capitular, indefensas, interrumpiendo el ritmo del ideal, de la conducta, del trabajo que les apasiona. Algunos presagian fascinantes favores y glorias que alcanzan la sensibilidad emocional, conduciendo a pasiones de afectividad enfermiza...


Otros innumerables asumen el aspecto odioso de la animosidad y la persecución despiadada y gratuita, que acaba por perturbar a los sitiados. Suelen ser insinuantes y agradables, sin aparente malicia ni falta, culminando en la implicación de quienes se dejan fascinar por la tentación que revisten. Similar a lo que ocurre con los insectos recogidos en las relucientes mallas de la telaraña que los acecha, para luego devorarlos, logra éxito gracias a los hilos viscosos y de aspecto inocente que retienen a la presa desprevenida, imposibilitando cualquier forma. de liberación. Hay trampas licenciosas, vulgares e irrazonables en las que se enredan muchos corazones mansos y dóciles, deleitándose imprudentemente con comportamientos divertidos que se vuelven lascivos y perturbadores. Varios otros son refinados y trabajan sobre la presunción del individuo vigilante, alejándolo de la vida social sana que parece asfixiarlo, aislándolo de la alienación de la falsa autosuficiencia... Las trampas constituyen recursos perturbadores durante la experiencia humana que están destinados a proporcionar al individuo la adquisición de resistencia espiritual y valores personales, a través de los cuales el Espíritu se enriquece con sabiduría. Todos los seres humanos, de una forma u otra, los experimentan durante las vacaciones terrestres.


Sin embargo, existe otro tipo de trampa perversa que merece una atención cuidadosa. Estos son los que están programados en el mundo espiritual inferior, en el que se complacen los espíritus envidiosos, atrasados, primarios y los malvados que se vuelven obsesivos, verdaderos verdugos de otras criaturas humanas, individualmente, así como de la sociedad terrestre en su conjunto. **** Odiando el progreso moral, del que partieron por voluntad propia, eligiendo el sufrimiento derivado de la ignorancia en relación a la verdad como pauta de seguridad personal, estos espíritus infelices se convierten en enemigos del bien, que piensan impedirles expresarse. , Así como la felicidad del vecino al que envidian. Cuando alguien se eleva por encima del estándar común y llama la atención sobre valores éticos, culturales, políticos, religiosos o de cualquier otro tipo, se pone furiosamente en su contra, generando situaciones vergonzosas, complicando sus relaciones y deleitándose en afligirlo... Son expertos en técnicas de inspiración enfermiza, trabajando los reflejos mentales de aquellos que no les agradan con vibraciones perniciosas y extravagantes que desequilibran a sus víctimas. En otras ocasiones, son enemigos de existencias pasadas, que guardan el resentimiento en forma de rencor y un deseo incontrolable de venganza en su morbosidad dominante.


Insinúan ideas de simulacros de enfermedades, transmiten sensaciones enfermizas, se envuelven en oleadas mentales depresivas, desconfiadas o violentas, en continuos intentos de alienar a quienes caen en sus trampas mentales. Ociosos e insensibles a la compasión o la hermandad, persisten con virulencia en sus infelices propósitos, volviéndose inflexibles en la razón directa por la que encuentran resistencia por parte de aquellos a quienes pretenden acosar. Arrojan a personas irresponsables e igualmente ignorantes contra quienes se esfuerzan por superar las inclinaciones inferiores, convirtiéndose en patrulleros intrascendentes de sus acciones, porque no desean estar a tono con sus dolencias. Estimulan la sensualidad y provocan tórridas pasiones con desastrosas consecuencias, faltan al respeto a los sagrados lazos del matrimonio, la fidelidad y la consideración que todos se deben. Acompañan a quienes están en su mira como vigilantes despiadados, siempre esperando cualquier ruptura mental, emocional o moral, para iniciar los apegos obsesivos, a través de los cuales piensan destruirlos. En lo que dice respecto a los obreros del Evangelio de Jesús a través de la revelación espírita, iracundos y violentos lo invierten todo, en su locura, para impedirles el cumplimiento de los nobles deberes que abrazaron.


Ciertamente, nadie está sin la protección del Señor de la Vid a través de Sus emisarios y Sus propios benefactores que llevan a cabo Su voluntad. Sin embargo, las trampas que sufren los trabajadores del Bien son parte del esquema de un aprendizaje superior sobre la realidad inmortalista en la que todos nos encontramos inmersos. Estas experiencias también enseñan cómo debe comportarse el obrero de Jesús frente a los infames enfermos del alma, que permanecen erráticos y necesitan compasión y ayuda. Constituyen entrenamiento para el futuro, cuando son llamados a las tareas de la misericordia en regiones dolorosas donde se homilizan. **** Nunca se desanime cuando se sienta acosado por estos vándalos del mundo espiritual inferior. Cuantas más responsabilidades tenga, mayor será el cerco alrededor de tus pasos. Porque eres fiel al objetivo que persigues, más violentas serán las técnicas empleadas en las trampas que preparan. Endúlzate y no reacciones al mal. Actúa con amabilidad y sé fiel en cualquier circunstancia al ideal que te apasiona.


Nunca tome represalias, incluso cuando sea atacado, desperdiciando una valiosa parte de energía en lo que realmente no tiene un significado real, excepto en lo que le atribuye. Ora y confía, regocijándote bajo la lluvia de guijarros y sonriendo al transitar por los cardos, dejando huellas de dolor y alegría en el camino, para que puedas demostrar que sigues a Aquel que aparentemente murió derrotado en una cruz de vergüenza, y que, después de esto trampa máxima de los males, regresó Triunfante como prometió.


REFLEXIONES SOBRE LA CALUMNIA Joanna de Angelis y Divaldo Franco Nadie pasa por la jornada terrestre sin experimentar el cerco de la ignorancia y de la imperfección humana. Considerado como planeta-escuela, el mundo físico es bendecido reducto de aprendizaje, en el cual son ejercitados los valores que dignifican, en detrimento de las herencias ancestrales que señalan el pasado de todas las criaturas, en su penoso proceso de adquisición de la consciencia. Heredando las experiencias pasadas en sus contenidos buenos y malos, por un largo período predominan aquellos de naturaleza primitiva, por estar más fijados en los paneles de los hábitos morales, manteniendo los instintos agresivos-defensivos que se van transformando en emociones, prioritariamente egoica, en continuo conflicto con el Yo y con todos aquellos que forman parte del grupo social donde se mueven. Inevitablemente, las imposiciones inferiores son mucho más fuertes que las que brindan ascensión espiritual, liberando el orgullo, la envidia, el resentimiento, la agresión, el despotismo, la persecución, la mentira, la calumnia y otras conductas perversas que fluyen del ego atormentado.


Toda vez, cuando el individuo se siente amenazado en su fortaleza de egotismo por los valores dignificantes del prójimo, es dominado por la envidia inviste furibundo, atacando aquel que supone su adversario. Porque aún se complace en la situación deplorable en que se extorsiona, no desea permitir que otros rompan las barreras que inmovilizan las emociones dignas y los esfuerzos de desenvolvimiento espiritual, realizando calumnias contra el enemigo, creando dificultades para su trabajo, creando malentendidos en torno a ellos, produciendo campañas difamatorias, en mecanismos para preservar su propia inferioridad. Recusándose, consciente o inconscientemente, a crecer e igualarse a aquellos que están conquistando los tesoros del discernimiento, de la verdad, del bien, transformarse, que permanece, en su cruel perseguidor, no dándole tregua y retroalimentándose con la propia insania. Se torna rebelde y no acepta aclaraciones, no admite que otros se encuentran en una mejor situación emocional que él, que se valora y promueve, complaciéndose en perseguirlo y dañarlo. Nadie consigue realizar algo de ennoblecido y dignificante en la Tierra sin sufrirle la saña, liberando la envidia y el celo que experimenta cuando confrontado con las personas ricas de amor y de bondad, de conocimientos y de realizaciones edificantes.


La calumnia es el arma poderosa de que se utilizan esos enfermos del alma, que la esgrimen de manera cobarde para tiznar la reputación de su prójimo, a quien no consiguen equipararse, optando por su rebajamiento, cuando seria mucho más fácil la propia ascensión rumbo a la felicidad. La calumnia, de ese modo, es instrumento perverso que la crueldad disemina con una sonrisa y cierto aire de victoria, valiéndose de las imperfecciones de otros compañeros que la amplían, sombreando el camino de los conquistadores del futuro. No obstante, la calumnia es también una nube que el sol de la verdad diluye, no consiguiendo ir más allá de la sombra que dificulta la marcha y de las acusaciones alevosas que afligen a quien le ofrezca consideración y pierda tiempo en contestarla. **** Nunca permitas afligirte, cuando tomes conocimiento de las acusaciones mentirosas que se divulgan a tu respecto, así como de todo cuanto haces. Evita envenenarte con sus contenidos enfermizos, no reservando espacio mental o emocional para que se te fijen, llevándote a reflexiones y análisis que te atormentan por su injusticia y maldad. Si alguien tiene algo contra ti, que se te acerque y lo exponga, caso sea honesto. Si cometiste algún error o equívoco que te coloque en situación penosa y otro lo percibe,


siendo una persona digna, que se dirija directamente a ti, solicitando esclarecimientos u ofreciendo ayuda, a fin de que demuestre la lisura de su comportamiento. Si actuaste de manera incorrecta en relación a otro y ese experimenta malestar y desagrado, tratándose de alguien responsable, que te procure y mantenga un diálogo esclarecedor. Cuando, sin embargo, surgen en la prensa o en correspondencia, en comunicaciones verbales o en los medios de comunicación, acusaciones graves en su contra, sin que antes hubiera existido la posibilidad de una aclaración por su parte, mantenga la calma, porque este adversario no quiere información adecuada, pero mantiene el interés subordinado de proyectar tu propia imagen, sirviéndose de ti... Cuando consultado por los iracundos dueños de la verdad y policiales de la conducta ajena, con la soberbia con la que se comportan, exigiéndote defensas y testimonios, no les des importancia, porque el valor que se atribuyen a sí mismos, solo ellos mismos se permiten... No vives a sueldo de nadie y el tuyo es el trabajo de iluminación de consciencias, de desenvolvimiento intelecto-moral, de fraternidad y de amor en nombre de Jesús, no encontrándote bajo el comando de quien quiera que sea. En razón de eso, facúltate en la libertad de actuar y de pensar conforme te aproveche, sin solicitar licencia o permiso de otro.


Desde que tu labor no agrede a la sociedad, no hiere a nadie, antes, por el contrario, es de socorro a todos cuantos padecen carencia, continua sin temor ni sufrimiento en la realización de aquello que consideras importante para tú existencia. Desmiente la calumnia mediante los actos de bondad y de perseverancia en el ideal superior del Bien. Solamente acreditan en maledicencias, aquellos que se alimentan de la fantasía y de la mentira. Alégrate, de cierto modo, porque te encuentras bajo la elevación de los obstinados enemigos del progreso. Todos aquellos que edificarán la sociedad bajo cualquier ángulo examinado, padecerán la crudeza de esos Espíritus infelices, envidiosos e insensatos. Criando leyes absurdas para aplicar en contra de los otros, estableciendo dogmas y sistemas de dominación, programando conductas arbitrarias y organizando tribunales perversos, esos instrumentos del mal, tele mentalizados por las fuerzas tiránicas de la Erraticidad inferior, se tornan en todas las épocas enemigos del progreso, de la fraternidad que odian, del amor contra el cual viven armados... Apiádate, por tanto, de todo aquellos que se transforme en tú verdugo, que te cree embarazos en las realizaciones edificantes con Jesús, que genere celos y cizaña en


referencia a tus actividades, orando por ellos y envolviéndote en la lana del Cordero de Dios, sé compasivo y misericordioso, nunca tomando represalias contra ellos mal por mal, ni acusación por acusación ... La fuerza del ideal que abracas, te dará el coraje y el valor para el proseguimiento del servicio a que te dedicas, y cuanto más herido, más calumniado, ciertamente más convicto de la excelencia de tus propósitos, de tú vinculación con el Sumo Bien. ** * * ¿Cómo pudieron los que vivieron con Jesús rechazar su apoyo, misericordia y orientación? Después de recibir ayuda para las dolencias que los martirizaron, ¿Cómo es posible entender que, entre diez leprosos, solo uno regresó para agradecérselo? ¿Cómo fue posible que Pedro, que era su amigo, que lo acogió en su hogar, que vivía en intimidad con él, lo negara, no una, sino tres veces seguidas? ...¿Y Judas, que Lo amaba, Lo vendió y Lo beso, con el fin de que fuese identificado por Sus enemigos en aquella noche de horror? Ocurre que el velo de la carne nubla el discernimiento incluso en algunos espíritus nobles, y los mandamientos sociales, culturales, emocionales en ellos producen actitudes desconcertantes, en terribles antagonismos a las convicciones contenidas en la mente y el corazón.


Todos los seres humanos son frágiles y pueden convertirse en víctimas de situaciones dolorosas. Entonces, no juzgues a nadie, entregándote en su totalidad a Aquel que nunca se equivocó, que nunca vaciló y se entregó en absoluta renuncia del ego, para demostrar que Él es el Camino de la Verdad y la Vida. Paz en Ti - Divaldo Franco

IMPORTANCIA dE LA PAz Los gobiernos la instauran fomentando guerras, generando presiones, sometiendo vidas marchitas bajo implacables yugos. Por tanto, la paz se impone mediante las armas, mediante la coacción y luego se negocia en los gabinetes.


Viene de afuera y angustia porque es aparente. Lo hace legal, pero no siempre es moralizada. Tiene apariencia de aguas pantanosas, tranquilas en la superficie, miasmáticas y mortíferas en la parte sumergida. Así aparece la paz del mundo, transitoria, engañosa. La paz legítima surge del corazón feliz y de la mente que comprende, actúa y confía. Se lleva a cabo en un clima de oración y amor, porque de la conciencia que se ilumina ante las imposiciones de las Leyes Divinas, surge la armonía que propicia la dinámica de la vida plena. Esta paz no se perturba, es permanente. No admite restricciones ni se impone. Cada hombre lo adquiere a través del esfuerzo personal, como el logro culminante de una acción bien dirigida, apuntando a altos ideales. Sin embargo, no es suficiente programar y hablar de paz. Pero, visualizarlo, pensar en paz y actuar con paz, exteriorizarlo de tal forma que se asiente dónde estás y con quien te encuentras. Que la paz en la Tierra sea vuestro anhelo, en constante oración, que se transforme en realización operativa como respuesta de Dios. Orando por la paz, este sentimiento te invade, y el amor, que irradia de Dios, anula cualquier conflicto que te domine momentáneamente. La paz en ti ayudará a lograr la paz en el mundo. Joanna de Angelis


LA BUENA PALABRA

Las relaciones humanas de hoy ocurren invariablemente intercaladas con quejas y agravios. Este es un período de descontento entre personas con características de pesimismo y amargura. Los malos ejemplos de comportamiento moral y social de personas aparentemente nobles y prominentes de la comunidad generaron sucesivas oleadas de malestar y agresividad. Ese tipo de estándares que caen de los altos cargos que ejercían y sorprendían como locos y peligrosos criminales, encarcelados o no, han contribuido a la incredulidad en los valores éticos, asumiendo que las virtudes no son más que el desconocimiento del comportamiento de quienes se presentan como modelos. Los sucesivos escándalos en este ámbito generan inseguridad y desconfianza, lo que explica la pérdida de crédito de las personas entre sí. Poco a poco, la ética de la convivencia da paso a la indiferencia, sino a una animosidad discreta o clara, eligiendo el individualismo y el egoísmo como formas de supervivencia, en lo que se llama la batalla diaria de la existencia.


Todos nacemos libres en la condición de candidatos a la felicidad. A la educación y a la instrucción proporcionan los recursos propios para conseguir una jornada rica de bendiciones, en una sociedad ecuánime, si fueran respetados los códigos del Evangelio de Jesús. Su observancia constituye una forma lúcida para el bienestar de todo aquel que a eso se candidatee. Nunca hubo tanto amor en la sociedad como en los días actuales, aunque los noticiarios de la prensa sean alarmantes, por presentar las ocurrencias negativas e infelices generadas por personas aún primarias en sus realizaciones con total ausencia de ideales de nobleza. Los principios normativos de la conducta evangélica, según Jesús, se basan todos en la excelencia del amor y en lo que queremos para nosotros mismos, ofreciéndolo a los demás. De esta manera, nunca te permitas desanimar a nadie, usar las palabras de fuego de la ofensa, las acusaciones perversas nacidas de la envidia y la inferioridad moral. Todos tenemos mucho que ofrecer que dignifica la vida y proporciona crecimiento espiritual a los seres humanos. Trate siempre de estimular para bien y de hablar palabras de aliento y abnegación a favor del mundo. Las criaturas humanas necesitan estímulos edificantes para satisfacer las necesidades del proceso evolutivo.


Así que no dejes que nadie se escape de ti, sin traer algo bueno y especial para apoyarlos en un momento difícil o levantarlos cuando están deprimidos. Tus buenos conceptos y acciones cayendo en corazones afligidos germinarán como semillas de luz, para que la sociedad se llene y el ser humano sea un himno de alabanza y gratitud a Dios. Por: Divaldo Franco, Artigo publicado no jornal A Tarde, columna Opinión, el 25 de julio de 2019.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.