Nº 92 MENSAJES DE DIVALDO FRANCO

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DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S

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MERCHITA 2021

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PRIMERO

SEGUNDO

TERCERO 1 NUMERO


TerapéuTica de emergencia El mundo moderno con sus conquistas tecnológicas se presenta enfermo. La falencia de los valores éticos en la actualidad es incuestionable. Aclaradas algunas interrogaciones por la ciencia contemporánea otras incógnitas surgen, desafiadoras, convidando a más apuradas investigaciones y más demoradas experiencias. El organismo social padece conflictos alarmantes y el hombre, ansioso, en el báratro de las realidades cotidianas, delira o se angustia, presentándose insatisfecho y sufridor en todos los segmentos de la comunidad donde vive. Se multiplican las conquistas de la inteligencia y se hacen más complejos los cuadros del sentimiento estropeado. Locura y suicidio se dan la mano, la soledad y los estados depresivos encarcelan vidas, alienaciones y enfermedades psicosomáticas aumentan vertiginosamente con estadísticas asustadoras, virosis de genes desconocida se extienden, mientras que el hambre, la pobreza, el abandono explota en agresividad y en violencia difícil de controlar. El panorama que presenta el dolor es desolador y el las perspectivas de futuro se vislumbran temerarias. Es cierto que no todo son tragedias o confusiones. Hay mucha belleza y amor reduciendo tensiones y ardiendo con la esperanza de mejores días, atestiguando la victoria de la inteligencia sobre la fuerza, del bien sobre el mal.


Hombres y mujeres estoicos se dedican a tareas no brillantes amando y enseñando a amar. Sin embargo, no podemos olvidar que el hombre victorioso en empresas externas, no supo, o todavía no quería triunfar sobre las pasiones primitivas, que continúan en predominio mostrando signos de impiedad, que azotan a otras criaturas. Sin desear presentar un cuadro deprimente de esas ocurrencias dantescas y sin nos detenemos en evocaciones del pasado lejano, rico en masacre, genocidios y destrucciones, recordamos que en sus victorias en Egipto, después de conquistar la ciudad de Jaffa, Napoieão Bonaparte, alegando escasez de alimentos y recursos para los presos que han caído bajo su yugo, los hizo decapitar, en marzo de 1799, en número de 3.000, todas víctimas de su furia sedienta de sangre... La Segunda Guerra Mundial segó aproximadamente 50 millones de vidas humanas, de entre las cuales 6 millones de judíos murieran en las cámaras de gas, 16 millones de rusos y poloneses perecieran bajo la increíble crueldad y asombrosas poblaciones de varias ciudades fueron totalmente exterminadas, como ocurrió en Lídice, en Checoslovaquia y en Oradour, en Francia... En Camboya, recientemente, el Khmer Rouge, en una población de 7 millones de personas, ordenó matar a más de 1 millón para imponer su ideología arbitraria... En el Líbano, repitiendo el levantamiento del gueto de Varsovia, en el año 1944, en el que murieron 200.000 judíos, en 1975 los falangistas cristianos mataron a 2.000 palestinos, y por su vez, más de 600 cristianos fueron masacrados, luego después, por los palestinos, en Damour ...


Los crímenes, en los acampamentos de Sabrá y Chatila, aun no se apagaron en la memoria de los pueblos consternados, cuando, en la India, por razones políticas emigrantes de otro estado fueron asesinados en más de 150 pueblos, sin haber perdonado a los niños, mujeres embarazadas, enfermos o ancianos ... ¡La relación es larga y dolorosa! El amor está frio en los sentimientos de la mayoría de los hombres y las enfermedades del odio, del absolutismo del poder colectivo e individual contaminan a los seres humanos, amenazándolos de extinción en una guerra total. No obstante, Jesús vela por barco terrestre y se compadece del hombre inquieto y violento de estos días, brindándole un nuevo comienzo y paz. Para que él mismo logre la renovación íntima y la salud, la Doctrina Espírita presenta cómo la terapia de emergencia a través de la cual él consigue encontrarse consigo mismo y logra la felicidad. Diversos Amigos Espirituales nos traen a su contribución para el cometimiento de un cambio del actual cuadro que existe en la Tierra. Son páginas repasadas de esperanzas, trabajadas en la experiencia y conquistas de cada uno de los que las firman. Diversos de estos mensajes aparecerán, oportunamente, en periódicos espíritas y como expuestos, ahora siendo reunidos y revisados por sus Autores para formar el presente libro. Leídos con atención, se tornan una terapia optimista en esta emergencia, agitando las posibilidades de armonía y hermandad, ahora escasa entre los hombres. Ninguna novedad, ni siquiera originalidad alguna, se encuentran en ellas. .


Son válidos por su contenido esclarecedor y porque desarrollan las lecciones del Evangelio de Jesús y de la Codificación Espírita, que son los fármacos eficaces por las enfermedades de este momento. Gracias al lector que se une a nosotros en este terapia de emergencia, le pedimos al Señor que nos bendiga con Su paz. Joanna de Angelis Salvador, 26.03.83


anTe La Vida FuTura El conocimiento de la vida futura y su consecuente calmada aceptación, como resultado de una conciencia en torno a la realidad espiritual, produce en el hombre un clima moral que moldea el carácter con vigor, haciéndolo sereno y fuerte en cualquier circunstancias. Sabiendo que las inducciones físicas y los eventuales éxitos terrenales son parte de un programa que no termina en la tumba, más bien, desde allí se desarrolla de forma natural y continua, logrando enfrentar todas las ocurrencias con calma y claridad mental, teniendo en cuenta la brevedad en la que se producirán tales dificultades, cuando es así, ante lo infinito del tiempo disponible al frente invitado. Las metas se le dislocan del plano inmediatista, gozador, para otra dimensión en la que el placer no se haga acompañar de fatiga, ni la ilusoria felicidad sea sucedida por la frustración, cuando no por la amargura. La certeza de la vida espiritual dilata la visión y refresca el estado de ánimo del que se ajusta a su contexto superior, en contraste con las situaciones angustiosas del punto de vista puramente material. Ante hechos graves, no tiene miedo, sino que renueva el coraje para afrontar con sereno orgullo y solucionar el problema que le surge como un desafío.


En el estallido de la precipitación, se mantiene en austera postura, no perturbándose por el desacuerdo de opiniones, ni con la agitación que nubla la conciencia, distorsionando la realidad en su configuración legítima. Sabe encarar el dolor y la dificultad no como castigo o victoria del mal transitorio, sin embargo, como un llamamiento a su fe es una prueba a su capacidad de discernimiento, con el consiguiente equilibrio de acción bien dirigida. Sabe que solamente ocurre lo que es mejor para el progreso del espíritu, por eso no malbarata el tiempo en la evaluación de los daños, cuando estos se producen, examinando los resultados fructíferos, de que se podará servir en el futuro, que se pueda utilizar en el futuro, evitando la repetición de la ocurrencia negativa. No retrocede, porque sabe lógicamente que todas las cosas a Dios pertenecen, y los hechos obedecen a un esquema superior como resultado de actitudes pasadas que la persona endeudada no logra evadir. Domina las malas inclinaciones, evitando que ellas lo tomen en los momentos más duros, ocasiones en los que uno debe retirarse a la oración, y a la vigilancia, en lugar de caer indefenso en las urdiduras de la irresponsabilidad de cualquier tipo. Decide definitivamente las reglas de comportamiento conque estabiliza las emociones; da dirección a las aspiraciones, deshaciéndose, de una vez por todas de la instabilidad y de la alucinación.


Medita en la medida de lo posible la enseñanza evangélica, de cuyo hábito saludable atrae fuerza y vitalidad para no hundirse entre los escombros de las aguas revueltas de las pasiones inferiores. Madura con dolor en lugar de exasperarse con él; simpatiza con el que sufre, en lugar de apartarse de él; cultiva el optimismo a expensas de construcciones mentales dañinas; silencia las diatribas sin luchar contra ellas; confía en el futuro porque marcha inexorablemente para él ... Vive la fe que esposa y, de forma alguna duda de la divina interferencia y magnanimidad del Padre, siempre y sin cesar. Combate el buen combate del bien contra el mal y cuando los débiles recelan, murmuran o planean apartarse de la lucha, el hombre que confía en el futuro espiritual persevera, invierte todo, se da más, aun mismo que aparentemente a solas se le figure una locura la perseverancia e insistencia en los propósitos superiores alentados. Esto se debe a que está seguro de que, aunque abandonado por los compañeros y aficionados, que ahora tiene otros intereses y pretenden seguir adelante, no estará solo, ni se caerá. Y, si los resultados no coinciden con los llamados triunfos humanos, aun así, se regocija ante la tranquilidad que mantiene los caminos del Señor, que nos permite elegir la parte que más te agrade, permaneciendo en paz por haber seleccionado el mejor para ti y para el entorno donde estabas llamados a servir y crecer... En el futuro espiritual que le espera, el hombre de fe en las realidades inmortales del espíritu


fueron causas directas o no de sus aflicciones y sacrificios, en condiciones, sin duda, donde no habrá lugar para errores o deserciones, bajo la luz meridiana de la conciencia, libre de los anestésicos de la ligereza y la ilusión. Por tales y otras innumerables razones, el espírita, científico y consciente de su futuro espiritual, se convierte en un verdadero cristiano, un hombre recto y bueno al servicio de Cristo, en la Tierra, sin demandas o petulancias, seguro que, simplemente como siervo que reconoce su propia pequeñez, sólo cumple su deber. ABDIAS OLIVEIRA


BendiciÓn maTernaL

Te envuelvo en ternura y gratitud, querida madrecita. La veo cansada y estoica, en el anonimato de su desinterés, vigilante en el culto de los deberes asumidos con gozo, verdadero ángel del hogar, donde tuvimos la oportunidad de renacer. Su renuncia nos permitió volver a la leva, ayudándonos en crecer para Dios. Usted nos dio la luz del ejemplo, en continuas demostraciones de fe y trabajo, a través del cual forjamos el carácter y desarrollamos sentimientos de amor y belleza. Cuanto más te apagaste para que brillasen tus hijos, más estelar fue su luminosidad, que permanece venciendo la noche de los tiempos como camino feliz para nosotros frutos de tu devoción. Modelo materno, sacaste fuerza del ejemplo de la Madre de Jesús, que continúa como lección viva e inagotable para todas las mujeres, invitándonos a la santificación por el amor. En el momento en que los camellos del progreso tecnológico, impulsados por el utilitarismo destruyen muchos valores, mostrando sus conquistas y glorias de placer engañoso, la maternidad sufre ultrajes nunca antes imaginados. La libertad de las mujeres y sus justos derechos son arrojados a las zanjas del libertinaje y de las licencias perniciosas, en nombre de mentirosos ideales de felicidad. El aborto campea desenfrenado, procurando la ciudadanía legal y los descalabros del sexo dan lugar a locuras de gran escala, que demuestran el fracaso de la ética moderna.


En esta confusión, sin embargo, bajo los más graves mandatos judiciales, la figura de la madre asume soberana, revelando un futuro mejor para la Humanidad. Muchos no le dan valor, mientras la tienen, llegando a arrepentirse más tarde. Diversos le avinagran las horas, para arrepentirse, más tarde. Muchos lo desprecian hoy para sufrir remordimientos amargos después. Dentro o fuera del cuerpo, la devoción materna, sin embargo, vela por ahora, con la esperanza de que sus hijos alcancen la felicidad y la paz, de la que tal vez ella no participe, felicitándose, desde la distancia, con el júbilo de ellos. . .. Mientras haya madres en la Tierra, Dios estará bendiciendo al hombre con la oportunidad de atingir la meta de la perfección que le cabe. Por esa razón, por lo que eres, mamá, yo te alabo por la maternidad que me trajo de vuelta al mundo para el milagro de la evolución. AMELIA RODRIGUEZ


apeLO de amiga

¡Alma hermana, escúchame! Vengo a hablarte del drama de urgencia que se apodera del corazón y la mente de la mujer, que se ve inducida por hábiles propagandas para negarse a la maternidad... Sean cuales sean los argumentos, como se te presenten las justificativas para*el crimen de interrupción de la vida fetal, que algunos hombres pretenden legalizar, no te dejes seducir. La mujer nació para ser, por excelencia, madre de la propia o de la carne ajena. La excepción del aborto terapéutico que objetiva salvar la vida de la gestante, facultándole permanecer en el ministerio del cuerpo, todos los otros tipos surgen de razones santurronas y sofistas, que no merecen respeto. No te avergüences nunca de permitir que la vida se te manifieste por el cuerpo, en la condición de cocreadora que es al lado de Dios. Las alegaciones basadas en el egoísmo absurdo que visa transformar el cuerpo en un oasis de delicias, mediante la sexualidad no siempre dignificada, tornan la mujer objeto contra lo que, más allá, ella hoy viene pretendiendo luchar. Mientras haya madres, en la Tierra, tendremos la certeza de que Dios prosigue con nosotros. No obstante se argumente en cuanto al derecho que la mujer tiene sobre su cuerpo, la verdad es que aquel que se desenvuelve en la intimidad intrauterina no le es la continuación, siendo antes el resultado de la unión de otras energías que se conjugan para manifestar la vida y prolongarla a través de la sucesión de los años.


Un hijo es siempre una dádiva de Dios. Degradándose la madre por el delito de aborto, x> s sus sentimientos humanos descienden al primitivismo animal, trayendo de vuelta la ferocidad primitiva que ya debería haber sido superada. El hombre se deja y se sensibiliza ante los fenómenos ecológicos, luchando por la preservación del medio ambiente, las fuerzas vivas y agentes de la Naturaleza, sin embargo, se levanta obstinadamente para destruir la vida humana en formación, que pide una oportunidad para salir a la luz del sol. Déjate tocar por el amor y la canción de la afectividad para dulcificarte el alma. Cantarás, entonces, una balada de ternura por el hijito que traes contigo y luego estará en tus brazos, esperando por tú fortaleza, a fin de avanzar por los rumbos del Infinito. Ser madre es desdoblar el alma en santificantes lecciones de amor, donándose y fluyendo el licor inefable de la felicidad. Dichoso es todo aquel que da, que se dona, que se oferta en holocausto de belleza. Permite que tú existencia, convidada a la sublime tarea maternal, se corone de estrellas como bendiciones del cielo en las sombras de la Tierra, enterneciéndote y donando claridades permanentes para la Humanidad entera. ... Y un día, cuando la nieve de los años te adorne la cabeza cansada y te aureole el cuerpo exhausto, dos manos de apoyo como alas angelicales, surgirán, inesperadas, para apoyarte, mientras hermosa voz entonara un himno de gratitud a tu amor, aun mismo que te sientas, aparentemente, abandonada.


Ese himno, en musicalidad sublime, así te dirá: — Mamá, aquí estoy: ¡soy yo, tu hijo! AMÉLIA RODRIGUES



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