DIVULGADORA DE LA DOCTRINA ESPIRITA. 2021 ARTÍCULO S
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MERCHITA 2021
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El dolor Es un biEn ¡Ámenlo! ¡Bendíganlo! Él es el buril, hecho por usted mismo. Deus, que es amor, no quiere que usted sufra. Si usted sufre, no lastime, ni se revele contra el dolor. Siga la lección dejada por Jesus que, no huyó del sacrificio, se acordó más de los otros que de sí mismo, diciendo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. El dolor funciona en su beneficio. Nace de la ausencia del amor. Por disposición de Dios, el dolor nos impele al amor. Todos hemos de superar los dolores Todos nosotros en algún momento de la vida vamos a pasar por el dolor, sea el físico o moral seremos todos adolecidos en una hora u otra, mas cabe a nosotros el desafío de seguir firme y tener la certeza de que los dolores nada más son que el aprendizaje y la madurez que cada uno hemos de alcanzar. Somos falibles ante la vida, pues si así no fuese no estaríamos en la escuela llamada vida y por estar en constante aprendizaje el dolor hace su parte y superarlo es nuestra meta.
Es difícil acreditar que dentro de cada uno de nosotros existe el remedio para poder superar todo, y ese remedio se llama fe, la fe que nos hace creer que el mañana será mejor y que hoy podemos recomenzar y hacer todo diferente. La Superación es una virtud valiosa en nuestra existencia, porque nos coloca firmes ante los dolores y eso significa crecer, crecer para evolucionar y tornarnos mejores. Si hoy todo es dolor, reaccione, luche y confié porque mañana los dolores van a tornarse en superación y aprendizaje. No se desanime, continúe firme en el propósito del cambio que de esta forma la victoria será cierta.
EJEMPlos QuE dEJAn MArCAs "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo" (1 Corintios 11:1). En una Agencia Misionera, el Presidente reunió los nuevos moradores para las orientaciones sobre la vida en la comunidad. Habló sobre el trabajo de evangelización, sobre las reuniones de edificación personal, etc. En el final, distribuyó las tareas de la casa, determinando un día para cada pareja cuidar de la limpieza en el local. Uno de los nuevos misioneros comentó: "Me Gustó todo, excepto del trabajo que yo y mi esposa tendremos de hacer en esta casa tan grande. Para él es fácil mandar, pues, no tendrá de hacer nada". El otro, después de oír el comentario injusto, dijo: "¿Notó que la escala es para cinco días en la semana? Dejó los otros dos días para él y la esposa. Mientras trabajaremos un día, ellos trabajarán dos". El misionero que había hecho el comentario equivocado, no solamente pidió disculpas a todos como para bonizo el líder por su bello testimonio.“ Aquel Presidente era un líder de verdad, digno de ser imitado. Daba el ejemplo y todos tenían el placer de seguirlo.
Así es nuestro Señor Jesucristo. Puede pedirnos santidad porque siempre fue Santo. Puede requerirnos la verdad porque Él es la Verdad total. Él puede mostrarnos el camino de la vida eterna porque Él propio es el Camino. Es amor, es perdón, es la victoria. Seamos como Él y vivamos como Él vivió. Cuando somos imitadores de Cristo, podemos conducir muchos a la salvación. Cuando hacemos su voluntad, podemos enseñar otros a hacer el mismo. Cuando no nos dejamos seducir por las atracciones del mundo y del pecado, muchos también se alejan a causa de nuestro testimonio. ¿Y tú, Atraes personas a Jesús o las alejas?
si Tus oJos FuEsEn buEnos Hermano José “Si tus ojos fuesen buenos todo tu cuerpo será luminoso…” Jesús. (Mateo, Cap. 6 – v. 22) Si tuvieses bondad en tu entendimiento, la Verdad se te revelará, aunque esté revestida de las palabras más complejas, sin que para ello, necesites de mayor erudición. Si todo lo observases por la óptica sublime del Amor, conforme el propio Cristo nos observa a pesar de nuestras imperfecciones y manchas, lograrás profunda comprensión en todas las cosas, no permaneciendo en la superficialidad de las interpretaciones equivocadas. Si tus ojos se complacen en la contemplación del mal, es natural que sólo divises tinieblas cada vez más densas a tu alrededor; pero, si buscas sintonía real con el bien, te encontrarás con el rostro luminoso de la Vida sobre la aparente penumbra con la que la Vida se presenta ante tu visión. La bondad es sinónimo de luz en tus ojos, en tu cuerpo, en todo tu ser… Nadie alcanza los pórticos del conocimiento superior manejando apenas los recursos de la inteligencia común. ¡La Sabiduría presupone mucho más!... Si pretendes trascender a lo habitual y penetrar el espíritu de la letra, guardando contigo algo más que simples informaciones que cualquier biblioteca te puede suministrar, además de reflexionar bajo los auspicios de la Fe Razonada, aprende a intuir con el corazón.
La bondad en tus ojos y en tus manos se constituye en todo lo que sabes traducido en la práctica, dimensionando el aprovechamiento de las lecciones, hasta lo que fuiste capaz de asimilar en el presente momento evolutivo. En este sentido, no olvidemos tampoco la advertencia del Maestro, refiriéndose, incisivo, al modo como utilizamos la facultad de la vista, en sus expresiones físicas y espirituales con las que fuimos beneficiados: “Si tu ojo derecho te hace tropezar, arráncalo y lánzalo fuera de ti…” (Página recibida por el médium Carlos A. Baccelli, en reunión pública del Lar Espírita “Pedro y Pablo”, en Uberaba, Minas Gerais, Brasil, en la mañana del 14 de agosto de 2005)
los GEsTos TAMbiEn HAblAn LETICIA THOMPSON Cuando las palabras callan, los gestos hablan. Vivimos algunas veces situaciones donde las palabras parecen desaparecer de nuestro vocabulario. Ellas quedan todas paralizadas en nuestro estómago, suben hasta la garganta y no sabemos, no tenemos idea de cómo pronunciarlas para fuera. Son muchas veces cuando nuestros amigos más precisan de nosotros. Y, justamente, es ahí donde encontramos esa barrera. No sabemos que decir, no tenemos explicación aceptable para el sufrimiento, tenemos miedo de decir algo que no debemos y nos callamos. Hallamos con facilidad palabras, repetidas y gastadas en la mayoría de las veces, para expresar nuestra alegría, nuestro deseo de felicidad al otro y no nos importa si alguien ya las dijo o no. Tomamos emprestadas esas frases corrientes y hacemos de ellas nuestro mensaje. Y nuestros amigos reciben eso de corazón abierto, sonrisa estampada, porque ellos también suelen hacer uso de eso. Es habitual, es normal, es gentil, es noble. Es millones de veces mejor que el olvido. Nuestra gran dificultad es expresar palabras de consuelo cuando nosotros mismos tenemos el corazón molido por el dolor de ver el sufrimiento del otro y tenemos la consciencia de que nada podemos hacer!
Va a pasar, sabemos eso, pues todos los dolores pasan, como pasan las noches de luna y los días de sol. Nada es estable y constante. Y es tan grande el deseo de encontrar las palabras exactas que consuelen el sufrimiento, que traiga descanso inmediato, que anestesie o cure a la vez! Y ahí, en ese exacto instante, las palabras mueren. Más es un secreto que solo los ángeles conocen: ¡Los gestos hablan! Las flores dicen mucho. Un beso habla. Una caricia habla con voz dulce y suave. Una presencia, aun mismo callada, habla demasiado. Un abrazo habla muy alto. ¡Una mirada sincera dice tanto! Una mano que toma otra mano habla con varias bocas y centenas de corazones… Cuando las palabras se nieguen a salir de usted, hable con gestos. El otro lo comprenderá. Sea usted el ángel callado que ofrezca un pañuelo y quede al lado del otro para que se sienta menos solos. Dar de sí vale más que todas las palabras del diccionario juntas. Y en esos instantes, Dios se calla también. Él se contenta, como nosotros, mirando con ternura y El siente placer en nosotros.
El Árbol ConFundido Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: “No sabía quién era.” “Lo que te falta es concentración”, le decía el manzano, “si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?” – No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?” Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: – No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció. – ¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?, se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:
– Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión “Cúmplela”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz. Y tú… ¿dejas crecer el roble que hay en ti? En la vida, todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar. No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser. Pero sobre todo recuerda, jamás podrás conocer el propósito de tu vida si no rindes tu corazón a aquel quién te creo. Conocer a Dios es encontrar el propósito de Dios para nuestra vida. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. Salmo 1:1-3