SEA UNA LUZ EN LA OSCURIDAD

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SEA UNA LUZ EN LA OSCURIDAD No deje a nadie apagar el brillo de su luz interior. Sea una luz en la oscuridad. Nuestra luz interior no es movida por el carbón o la electricidad, ni con una pila o batería, ni aun mismo con la luz solar. Ella es movida por la energía de la vida que nos impulsa, por el placer de vivir que estalla en creatividad y en alegría. No deje a nadie colocar un manto oscuro sobre su luz. Ni deje que nadie robe el brillo de sus ojos – las ventanas por donde divisamos el contentamiento del alma. No cierre las puertas y las ventanas de su alma. Hay personas que aún no entendieron que todos somos estrellas de Dios en este Universo infinito. Hay personas que insisten en cobrar su luminosidad con sus propias sombras y, además de eso, no aceptan que ninguna luz brille a su lado. Son personas que menosprecian y ridiculizan, que siempre tienen una risa sarcástica, un comentario irónico y cáustico, que corroen su espontaneidad y perturban su sentimiento.


Y entonces usted comienza a cerrarse. Más cuando usted se cierra para la vida, usted atranca puertas y ventanas. Su luz no sale, mas tampoco ella no se alimenta más. Ella se debilita, desanima, suspira y se entristece. Y así ve la vida pasar sin ningún encanto, disminuida en su canto. Su alma va quedando sofocada, su brillo va desapareciendo, su creatividad va menguando, su entusiasmo va desapareciendo. Talvez a usted le guste leer: La alegre danza de la vida en el brillo de su mirada. Nuestra vida como cometas por el cielo. No sea a sombra que oscurezca su vida. No deje eso acontecer. Sea una luz en la oscuridad, pues usted es hijo del Creador de la Vida, Usted tiene cualidades, virtudes habilidades, capacidades y un camino de cosas buenas para desenvolver. Todos las tienen. Aquiles que creen que no las tienen, en verdad también las tienen, solo que no lo saben, y no entienden que pueden activar todo eso, así como usted activa poderes en un juego de video juego. Usted tiene poderes mágicos, tiene botones de acceso, está todo dentro deusted. Recuerdo haber leído, hace mucho tiempo, el libro de Michael Ende, “Una historia sin fin“, que después también gano una versión en filme. Una de las cosas que quedó marcada en mi recuerdo fue justamente la lucha que los héroes traban en la narrativa contra la Nada, una oscuridad avasalladora, que va extendiéndose y cubriendo todos los lugares por donde pasa en el reino de Fantasía. Donde nada llega, nada sobrevive, no hay vida, solo nada, vacío. Marianne William son dice que tenemos miedo no de nuestra incapacidad, más si de nuestra propia luz. Aprendemos que no podemos ser “malos” o “mejores”, que precisamos contenernos en ciertos limites, evitando sobresalir, superar nuestra capacidades conocidas. Ciertamente que la humildad y la gratitud al Creador por los dones que nos concedió y permite desenvolver debe ser a tónica. Ser “más y mejor” es en relación a nosotros mismos, en relación a todo lo que


podemos desenvolver y que va traer beneficio no solo a nosotros mismos, más que también va a beneficiar otras personas. No espere, haga sus días mejores. Mas no adelanta quedar esperando, como dice la música, por “días mejores”, si mañana no somos mejores que hoy. “Vivimos esperando días mejores, días de paz, más, días que no dejaremos para atrás. Vivemos esperando el día en que seremos mejores, mejores en el amor, mejores en el dolor, mejores en todo.” Tenemos la necesidad de sentir que estamos haciendo algo de bueno, estamos haciendo la diferencia, queremos tener el sentimiento de “pertenecer” a un grupo, queremos ser felices. Queremos que las personas nos vean, nos oigan, nos respeten, nos amen. Nada de eso puede ser conseguido si escondemos nuestros valores, si tenemos recelo en hacer fluir las cualidades y atributos que Dios nos concede. Son cualidades y aptitudes que nosotros tenemos, e que siempre pueden ser desenvueltas y perfeccionadas, para ser mostradas, siempre con humildad y rectitud de carácter, con el espíritu de servicio, al servicio del bien, de la alegría, de la solidaridad. Sea una luz en la oscuridad para iluminar al mundo. Nuestra luz interior no es algo inalcanzable, divino, no humano. Nuestra luz interior es la suma de nuestras cualidades, de nuestras habilidades, de nuestros sentimientos, de nuestra dedicación, de nuestra devoción. Es nuestra simpatía, nuestra bondad, nuestra gentileza, nuestra inteligencia, nuestra creatividad. ¿Si Dios nos concedió tantas cosas buenas, que nosotros desenvolvemos y mejoramos con mucho costo y sacrificio, con muchos errores y sufrimiento, a lo largo de no se sabe cuántas vidas, porque mantener todo en las sombras con recelo de la incomprensión ajena?


Ciertamente que cada uno tiene un camino, cada uno está en un punto del camino. Hay que respetar a todos, todos merecen ser respetados. Por eso también debemos estar siempre abiertos a reconocer y aceptar las cualidades de los otros, distanciándonos de sentimientos mezquinos de envidia o egoísmo. Cuando nos valorizamos y valorizamos al otro, la vida fluye en un ritmo de crecimiento para todo el mundo, la vida gana nuevo brillo, nuestro mirar sonríe, nuestra sonrisa se ilumina. Sea una luz en la oscuridad, la luz que el mundo precisa, haga su parte. Permita que esa energía amorosa y próspera se irradie, pues ella precisa de puntos de partida. Quanta más puntos ella tuviera, más ella va a expandirse. Y ganar fuerza, cada vez que se entrelaza en el encuentro de las afinidades en este universo de Deus. Noemi C. Carvalho


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