SOLITARIO O SOLIDARIO RICHARD SIMONETTI NUEVO

Page 1

¿SOLITARIO O SOLIDARIO? Richard Simonetti Del libro: El Clamor de las Almas La navidad es tiempo de alegría. Al mismo tiempo, es también tiempo de tristeza para aquellos que viven dramas personales, envueltos por dolorosas pérdidas. · El amor que acabo. · El hijo que partió. · El casamiento que se deshizo. Puede no ser solo lo que perdieron, puede ser lo que no ganan: ·El amor que no fue correspondido. ·El hijo que no vino. ·El casamiento que no se realizó.


Y la Navidad, que es sinónimo de congregación de reuniones festivas, inspira en esas personas el deseo bloquear en si mismas, aislándose en la ciudadela de sus frustraciones. No es bueno para el alma. Esa soledad voluntaria y amarga contraria nuestra naturaleza gregaria. Fuimos programados para convivir. Los medios de comunicación de que disponemos, por la palabra, que nos distingue de los demás seres de la creación, fueron otorgados para la vida social. Nuestro desenvolvimiento intelectual, moral y espiritual, también como elequilibrio de nuestras emociones, dependen de ese referencial – la vida en sociedad. Aislarse es el camino cierto para el desajuste. *** Para que eso jamás nos acontezca, es imperioso recordar unos de los objetivos principales de Jesús al mundo: Fue para acabar con la soledad humana, a partir del cultivo de un amor diferente, que no falla, que no nos frustra, que nos realiza como hijos de Dios y nos hace siempre felices. No es la ligación con alguien en la experiencia del amor romántico. No es la ligación con algunos, en la experiencia del amor familiar. Es la ligación con la Humanidad, en la divina experiencia del amor universal. Fue ese amor que Jesús enseñó y ejemplifico. Fue ese amor que evoco en el célebre pasaje evangélico: ¿Quién es mi madre, y quienes son mi hermano? Mi madre y mis hermanos son aquellos que cumplen la voluntad de Dios. Él no estaba menospreciando a los familiares. Apenas destacaba que, además de la familia humana, debemos cuidar también de la familia univeral, dedicando la existencia al empeño de servir , que es el amor en acción.


Aquellos que sirven, que se implican en el Bien, que ayudan al prójimo, jamás son solitarios. La Madre Teresa de Calcuta, la compañera de los parias y moribundo… Hermana Dulce, la amiga de los enfermos… Chico Xavier, que descubrió para nosotros las puertas del mundo espiritual… Eurípides Barsanulfo apóstol de la enseñanza extraordinario médium de cura… León Denis, el filosofo del Espiritismo… Esos inolvidables benefactores guardan algo en común: No tuvieron hijos… ¡Y sobre todo nunca fueron solitarios! Estuvieron siempre rodeados con mucha gente, con los beneficiados de su solidaridad, encontrando la felicidad, la realización personal, en la gloria de servir. Algunas veces la vida impone que nos quedemos solos, inhibiendo la posibilidad del amor romántico del amor familia, con una convocación para el amor mayor. Felices aquellos que lo entienden y lo aceptan. Podrán vivir solos, más nunca en soledad. Jamás alguien será solitario, mientras esté dispuesto a ser solidario. *** Tolstoi (1828-1910) el gran romancista ruso, ofrece admirable ejemplo a respecto del asunto, en conmovedora historia, que con permiso del autor ofreceré a continuación en versión resumida: Mikail era habilidoso zapatero ruso. Vivía feliz con su familia: la esposa adorable y cuatro hijos que hacían la alegría de sus vidas.


Por contingencias propias de los tiempos en los que la Medicina no tenia el desarrollo actual, un hijo cayó enfermo y murió; el segundo hijo enfermo y también murió; le siguieron la esposa y el tercer hijo. Le quedó tan solo el pequeño, que pasó a resumir sus más queridas esperanzas, más en breve fue atropellado por la inexorable segadora. Y Mikail, que tenia en la familia su razón de existir, se vio irremediablemente solo. Se revelo. Se apartó de la religión; se sumergió en la más oscura soledad, y alimento la idea de morir. La vida perdiera enteramente significación. Apenas el trabajo le daba algún aliento y era martillando las suelas de los zapatos como pasaba los días, perdido en sus amarguras. Después de algún tiempo, un amigo que lo visitaba se condolió. -¡Qué tristeza es esa, Mikail! Usted precisa volver a sonreír, animarse, volver a vivir! ´-¿Vivir para qué? -Para Dios, amigo mío! -¿Qué es eso? -Es cumplir Su Voluntad. Hacer lo que el Señor espera de nosotros. -¿Cómo descubrir cuál es la voluntad de Dios? Lea el Evangelio Y Mikail, que nada tenía que perder porque lo había perdido casi todo, hasta los deseos de vivir, decidió intentarlo. Compró un ejemplar de El Nuevo Testamento. Desde luego se maravilló. Como todos los creyentes de su época, poco sabia de Jesús. Jamás había leído el Evangelio. De ahí su deslumbramiento. La existencia comenzó a tener otra significación, a medida que se introducía en la lectura.


Ya no se sentía abandonado por Dios. Aprendió que los designios del Eterno son sabios y justos. Ciertamente había razones para el estar en esa situación. Aun era un hombre solitario, sin embargo no estaba atormentado por las dudas e incertidumbres. Divisaba una luz en el túnel de sus amarguras. Cierta noche leyó en Lucas, capitulo 7, el pasaje del fariseo que invitó a Jesús a su casa, más no lo trató con la debida consideración. Se asombró. ¿Cómo podía alguien actuar así con el mensajero divino? Imaginando como el mismo lo recibiría ¡Ah! El Maestro habría de sentirse muy feliz en su casa Entonces, escucho una voz: ¡Mikail, prepárate ¡Mañana yo vendré! El zapatero miró a su alrededor, espantado. Nadie había entrado. Abrió la puerta. Nevaba. Hacia un frio cortante, un viento helado, la calle estaba desierta. Cerro la puerta, apagó la luz y Se acostó. Nuevamente escucho la voz. ¡Mikail, prepárate! ¡Mañana yo vendré. Durmió ilusionado por el dulce sueño de que recibiría la visita de Jesús. Despertó animado, con el recuerdo nítido de la experiencia de la víspera. Se levantó, arreglo la casa, preparó el pan de avena, la sopa de legumbres, el té humeante e inició su trabajo, aguardando, ansioso, al soñado visitante En dado momento vio, por el cristal de una pequeña ventana, que alguien paró junto a la puerta. Fue a mirar. ¿Sería Jesús? Era Nicolau, viejo soldado reformado, hombre pobre que moraba en las inmediaciones, en un habitación cedida por el propietario. Para compensarlo, limpiaba l calle, de en frente, cuando nevaba.


Hiciera eso hasta aquel momento. Cansado, paró junto a la puerta de Mikail, que tenía una entradita, con el fin de protegerse del viento helado. El zapatero abrió la puerta -Entre, Nicolau. El soldado vacilo. -Las botas están mojadas. Voy a mojar el suelo. -No se preocupe. Limpiaremos después. Entre, amigo mío. Le sirvió el té, y gachas de avena. Después, mientras se calentaban al fuego, le contó lo que aconteciera en la víspera. Y preguntó: -¿Usted cree que yo podría recibir la visita de Jesús? El viejo soldado respiro: Bien, mi querido Mikail, no sé si Jesús va a visitar alguien hoy. Más, si lo hiciese, ciertamente vendría aquí. Usted es un hombre bueno y ha sufrido bastante. Poco después, Nicolau volvió a sutrabajo. Lo mismo hizo el zapatero, siempre mirando por la ventana, esperando la gloriosa visita. *** Después del almuerzo percibió que otra persona estaba junto a la puerta. ¿Sería Jesús? Era una joven. Traía un hijo agarrado al seno. No obstante al frio intenso, estaba mal vestida, con poca ropa. El niño lloraba, probablemente de frío y hambre. Corrió a abrir la puerta. – Entre, hija mía, venga a calentarse… Ella vacilo. -¡Entre en nombre de Dios! Mikail les sirvió la sopa de legumbres y las gachas de avena. El niño se calmó y durmió. Conversó con la joven, junto al fuego.


Ella le contó que enfrentaba una situación difícil. El marido, soldado, estaba fuera hacía meses. No estaba recibiendo el sueldo, y el hambre había entrado en su hogar. No teniendo con quien dejar al niño, no conseguía empleo. Hacia días que había vendido sus pertenencias para comprar alimentos. Mikail se condolió. Fue a su despensa y preparó comida y una bolsa con ropas. Incluyó algún dinero y entrego todo a la joven. -Llévese, hija mía. No soy rico, más siempre puedo ayudarla. Cuando le falte algo, búsqueme. Emocionada, la joven beso la mano de Mikail, y se despidió, rogando a Dios la bendijese. *** Pasaron algunas horas. Entonces, una señora paro junto a su puerta. Era una vendedora de manzanas. Traía uncesto, que puso en el suelo, para dejar un saco de palos que traía sobre los hombros. En eso, un niño se aproximó y cogió, deprisa, una manzana. La señora fue más rápida. Estiro el brazo y lo cogió, poniéndose a gritar: - ¡Cojan al ladrón! ¡Es un ladrón! - Él se debatía, más ella lo tenía agarrado, con su mano de hierro. - Mikail que todo lo veía por la ventana, abrió la puerta y se aproximó. - Deje al niño, mi señora, es apenas un niño. - ¡Es un ladronzuelo! ¡Debe ser castigado! - Déjelo, yo pago la mañana. - Dudándolo, ella lo soltó. - Y el chaval, llorando, le pidió que lo perdonase. - Ella se negó. - ¡Usted precisa de un buen castigo! - Fue entonces que Mikail hizo vales sus estudios del Evangelio:


- Señora mía, si no somos capaces de ver al niño sin juicio que robo una manzana, como vamos a poder pretender que Dios perdone nuestros pecados, que son mucho más graves? - Ella concordó. - El señor tiene razón. Son tantos los problemas que la gente acaba perturbándose y hace lo que no debe. - Perdono al niño que, aliviado, se dispuso ayudarla a cargar el saco de leña. Y para allá se fueron los dos, pacificados. Mikail entró. Tenía el corazón, tranquilo, con inefable sensación de bienestar. Termino su trabajo, tomo su último alimento del día y se dispuso lo que más le agradaba leer el Evangelio. Acostumbraba a observar una secuencia. En aquella noche, sin saber explicar el por qué, resolvió leer al azar, el nombre que damos a Dios cuando no identificamos su presencia. Abrió y leyó (Mateos, 25: 35-10) … Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber; yo era un extraño y me acogiste, estaba desnudo y me vestiste, estuve enfermo preso y fuiste a verme. Entonces preguntaron los justos: ¿Señor, cuando te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿O con sed y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te hospedamos? ¿Desnudo y te vestimos? ¿Y cuándo estuviste preso y fuimos a verte? A lo que respondió el Señor: En verdad os digo que cuando lo hicisteis a uno de estos pequeños hermanos, me lo hicisteis a mí. Entonces Mikail quedo sabiendo que Jesús había cumplido su promesa. El Maestro lo había visitado tres veces, en aquel día, representado por sus pequeñitos. Y con la gracia de Dios, el, Mikail lo había acogido en su casa.


¡Nunca más sentiría soledad! Había aprendido en aquel día glorioso que jamás nadie está solo, mientras sea solidario. *** Navidad es tiempo de fiestas, tiempo de evocaciones felices, tiempo de reuniones festivas, y también es tiempo de oir las voces del Cielo, cuando nos dicen, en la intimidad de nuestra conciencia, algo que el Espíritu Casimiro Cunha explica muy bien, en la psicografía de Chico Xavier: Ruegas a la vida el camino Para la Esfera Superior Y la vida responde siempre: “Ayuda con más amor” Procurando, de ese modo Camino renovador. En toda dificultad Ayuda con más amor Si esperas por el futuro Como camino abierto en flor Arando la tierra del sueño Ayuda con más amor Recibe, pues, el infortunio Con naturalidad y valor Si la prueba se recrudece “Ayuda con más Amor” Soporta con paciencia La nube de sinsabor Buscando, nueva alegría, Ayudando con más amor ¿Si te calumniaran la vida? Perdona sea quien sea Quien vive para la verdad Ayuda con más amor


Si amigos desprevenidos Te trajeran sombra y dolor? Delante de todos ellos Ayuda con más amor Si te hieren las esperanzas Brindándote con verbo agresor No critiques, ni te quejes Ayuda con más amor Ante el juego de las ilusiones Que el mal te venga a proponer En el cultivo de la humildad Ayuda con más amor Si deseas alcanzar La comunión del Señor Arrímate a la caridad ¡Y ayuda con más amor! -



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.