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“Si no sacamos lecciones de este nuevo proceso, la amenaza del populismo será una realidad peor de lo que muchos imaginan”

Claudio Elórtegui-Gómez, Doctor

en de la Comunicación y académico PUCV, afirma que entre los desafíos del nuevo proceso constituyente está el de enfrentar “las presiones tóxicas de las ‘barras bravas’ en las redes sociales”.

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Ciencias

Como Doctor en Ciencias de la Comunicación, Claudio Elórtegui-Gómez mira en detalle al nuevo proceso con que se intenta reemplazar a la actual Carta Magna. En su análisis, los cambios de forma desde la pasada Convención Constituyente a la actual estructura tripartita de una Comisión Experta, un Consejo Constitucional y un Comité Técnico de Admisibilidad invitan a nuevas lecturas y ángulos de observación para la ciudadanía.

Para el también académico e investigador de la Escuela de Periodismo PUCV, el nuevo proceso “experimenta características a nivel del trabajo de la Comisión y del Comité que eran esperables, tanto en la forma como en el fondo de las discusiones y tópicos propios del rediseño constitucional. Desde la comunicación política, por ejemplo, la renuncia de una hiper-mediatización, la limitación de los símbolos identitarios y las expresividades culturales, junto a una cuidada sobriedad en la puesta en escena, generan una transmisión periodística y audiovisual más cercana a un estilo tradicional y republicano de la política”. A su juicio, ello provoca más distanciamiento con el electorado, pero reafirma el contexto de “expertos” que se focalizan en sus roles y competencias técnicas, independiente de su ligazón partidista.

Elórtegui-Gómez precisa que “se ha articulado, desde estos integrantes, la búsqueda de un clima organizacional que evite el conflicto desmesurado, teniendo focos mínimos de tensiones. Por ende, se busca no caer en la visibilización de una política del espectáculo que polariza y daña la credibilidad”.

- ¿Qué se puede esperar con la elección del Consejo y cómo se ve el panorama regional en esta materia?

- Para un conjunto mayoritario de la ciudadanía se abrirá probablemente la verdadera dimensión del proceso, pues no hay mucho conocimiento de lo que está pasando a nivel de los expertos y técnicos. El incre- mento en la cobertura electoral y la información constitucional, el voto obligatorio y el perfil de los nuevos elegidos podrían elevar las expectativas, aunque en un ambiente de desgaste y desmotivación masiva, incertidumbre económica y menor paciencia con la política regional. Por eso, tiendo a creer que los nombres más posicionados por sus trayectorias y por la confianza pública previa se quedarán con los triunfos en cada lista.

A juicio del Doctor en Ciencias de la Comunicación, “el panorama regional no es fácil debido a la crisis que presenciamos a nivel de la convivencia en los espacios públicos, tomados por la percepción de inseguridad, precariedad en las respuestas habitacionales, un transporte público que tocó fondo y la inexistencia de un relato cohesionador hacia dónde se dirige nuestra región. Quien logre aunar ciertas esperanzas desde la frustración, con una acertada ingeniería electoral y estratégica, se lleva el quinto cupo. Puede ser cual- quiera de las cuatro listas hasta este momento”.

PRESIONES Y CONTENIDOS

- Al comparar este proceso constituyente con el anterior, ¿qué puntos son positivos y cuáles negativos?

- Son dos momentos diferentes. Esto de por sí marca una forma de comunicar distinta y de entender al electorado bajo ciertas particularidades. El nuevo proceso no se ha enfrentado todavía a lo que serán las presiones tóxicas de las “barras bravas” en las redes sociales, que intentarán desde los extremos concentrar las discusiones para la destrucción del adversario político y estarán conectados con sus representantes al interior del Consejo, independiente si son marginales en número. Esto volverá a repetirse y puede tener ciertas dinámicas preocupantes que estamos viendo en la actualidad en la Cámara de Diputados. Tiendo a creer que lo positivo es que nos damos cuenta como sociedad chilena que si no hay diálogo, consenso, apertura y respeto por el que piensa diferente, no llegamos a buen puerto, no logramos mínimos civilizatorios. Si no sacamos lecciones de este nuevo proceso, la amenaza del populismo será una realidad peor de lo que muchos imaginan.

- ¿Cree que el acotado tiempo que hay para redactar la nueva Constitución puede jugar en contra del proceso?

- No necesariamente. Si se tiene la humildad y grandeza de evidenciar que se tomaron contenidos sociales del proceso previo con un afán de real encuentro desde las diferencias; se percibe coherencia-eficiencia en los fundamentos de los expertos que le hacen sentido a la ciudadanía; y la propuesta de texto adquiere una dimensión de legitimidad en la sociedad chilena, se valorará que se pudo lograr un nuevo pacto en los tiempos definidos. La transversalidad debería ser una de las grandes preocupaciones, incluso más que los tiempos acotados

- ¿Qué rol jugará el voto obligatorio en este proceso?

- Un rol significativo. Pero su moderación también puede tener un límite de paciencia. Si este voto aprecia que surge un espacio que no le brinda la tranquilidad y seguridad que está buscando con urgencia, tiendo a considerar que la democracia ingresa en una fase de parálisis y amenaza posterior al plebiscito de salida.

Marzo dio el vamos a las fechas más importantes de cara a la elección de consejeros constitucioales que se realizará el próximo domingo 7 de mayo. Este mes las personas comenzaron a ver los primeros atisbos de campañas políticas, ya que el miércoles 8 comenzó el periodo de propaganda por medio de prensa, radio y por brigadistas en terreno.

Asimismo, el jueves 23 quedó configurado el padrón electoral definitivo para esta elección dispuesto por el Servel, que había sido fijado de manera provisoria en 15.150.008 electores, así como también las nóminas de personas que no están habilitadas para ejercer su deber cívico. Además, esta fecha representó el fin del plazo para determinar los colegios escrutadores.

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