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V Hendija
a levantar, me echó sobre mis hombros una manta blanca, limpia, pura, como nuestro amor. Era El, aquel que un día arrebataron de mi lado, ¿que habían hecho con él? Con su juventud, con su alegría, con sus ojos, su sonrisa, sus manos, ¡su vida! Nos abrazamos, fue un abrazo tan profundo, que sin palabras me contó la historia de nuestro amor. Porque ahí estábamos, juntos, amándonos, cumpliendo con nuestra promesa de amor.
V
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HENDIJA
HENDIJA
Abrí los ojos en una oscuridad casi absoluta, si no hubiera sido por aquella hendija, hubiera pensado que estaba ciega, me quede un buen rato, dicen que cuando a uno le falta uno de los sentidos, otros se agudizan, en este momento uno de ellos estaba en su estado mas elemental, mi vista, me concentre
entonces en tratar de oír. El silencio era verdaderamente aterrador, pues me daba a entender que estaba sola en aquel lugar. Decidí entonces bajarme de aquel supuesto mesón en donde me había despertado minutos antes. Pero cual fue mi sorpresa cuando sentí que no podía hacerlo, algo me aguantaba sobre aquel frío “mármol”, comencé a tocarme y efectivamente un ancho cinturón alrededor de mi cuerpo me mantenía atada. Trate entonces de pensar, pensar, tratar de recordar en lo último que había hecho. Estaba sentada en una banca en el parque cerca a mi casa, leyendo una novela “Amor Eterno a Través de las Dimensiones”, recuerdo que estaba absorta en mi lectura cuando alguien se acerco a pedirme ayuda, una señora estaba tirada en la acera y aparentemente esta muerta, rápidamente tome el celular y llame al numero de emergencia, no habían pasado mas de 10 minutos cuando se presento una unidad de rescate, todo fue bien confuso, ya para ese momento se había congregado mucha gente curiosa, solo sentí que perdí el equilibrio y caí al piso, no recuerdo haber sentido golpe, no recuerdo dolor