Editorial Ha sido un carrusel de retos con triunfos y desaciertos en este último mes, la situación con la pandemia ha llevado a muchos mercados a retraerse una vez más por las nuevas variantes y su impacto y rápida expansión. Mientras esto ocurre se fortalecen los infoproductos, los cursos y talleres, los forochats, videoconferencias y toda formación no presencial que empuja a todos los sectores de la vida social, económica y de estudios a continuar avanzando hacia la tecnología a grandes pasos. Nuestra Organización se fortalece con los nuevos cambios, las alianzas con nuevos factores desde lo ético permite desarrollar nuevas herramientas y procesos que van acompañando a los emprendedores y empresarios que comparten sus marcas y productos en la medida que vamos avanzando en esta escalada tecnológica. Nacimos desde la tecnología y este proceso actual es solo el fortalecimiento de una visión que ya venía incluida en nuestro ADN, permitiendo abarcar geográficamente un mayor terreno en lo social y lo económico. La profesionalización como eje de crecimiento, la ética como bandera de las buenas prácticas en los negocios, una planificación estratégica que invita a la fidelización y a la monetización con diversas opciones que se irán desplegando a lo largo del año. El factor social, la empatía es vital, vivir desde lo humano, del Ser antes de Hacer para luego Tener. La espiritualidad está alcanzando su espacio y mirar hacia nuestros adentros nos ha permitido reencontrarnos con los objetivos, la misión y visión individual y como sociedad, el mundo ya no es el mismo y requiere de personas diferentes. Ser mejores es nuestra premisa, pero no mejores que otros, mejores que nosotros mismos, aprender a vivir en desapego, en total armonía y respeto por el prójimo y sobretodo por el medio ambiente, bajar los niveles de contaminación por nuestro paso por esta amable tierra que nos cobija y a la cual le hemos pagado muy mal en los últimos siglos. Los ciclos continúan cambiando el como llueve, donde llueve, esto traerá sus consecuencias, los fenómenos del niño y la niña serán cada vez más pronunciados y debemos estar preparados, pero también debemos actuar para sanar a nuestro planeta, de la misma manera como estamos muy preocupados para sanarnos si nos toca lidiar con el virus y ojalá que ese no sea el caso de nadie más. Un cambio en la actitud será un buen paso hacia la prevención, hacia la vida…
José Rafael Rivero Director Editorial