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Primer Empleo
Enfocándonos en los resultados obtenidos con las personas menos de 30 años, podemos encontrar cifras muy interesantes que nos permiten evidenciar la situación actual de este grupo poblacional y las decisiones que tanto empresas, como gobierno deben tomar para mejorar sus condiciones laborales. A continuación, enumero los aspectos que para mí son importantes:
1. Con una puntuación de 40/100 se evidencia que la educación financiera es una de las falencias más grandes dentro de la formación que recibe un colaborador. 2. Con una puntuación de 41/100 califican que las empresas no promueven la autoestima en sus entornos de trabajo o lo que es peor algunos de sus líderes dañan la autoestima de los colaboradores. 3. Con una puntuación de 54/100 encontramos que aún estamos en la escuela de salir a buscar culpables al momento de cometer errores o poder manifestar el miedo o la frustración en el trabajo Incluso la herramienta nos permite hacer un zoom mucho más profundo ya que hay una gran diferencia entre hombres y mujeres, mientras que para los del sexo masculino su nivel de felicidad general está en una escala de 68/100, para las mujeres tan solo llega a 58/100. Existe un gap de 10 puntos entre los dos géneros, pero ¿qué marca esa gran diferencia? Adentrémonos en profundidad en las cifras entre hombres y mujeres:
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Fuente: https://www.midelafelicidad.com/medicioninternacionaldefelicidad/
Es evidente que ambos géneros son felices en su entorno familiar, lo cual es muy importante en este momento en que nuestro hogar se ha convertido en nuestra oficina. Que difícil seria trabajar en un sitio donde las personas que nos rodean no nos ayudan con nuestra felicidad y además convivimos allí. Pero me parece bastante crítico la gran diferencia entre los indicadores de educación financiera, autoestima y manejo de miedos y errores. Las políticas que algunos gobiernos de equidad de género e igualdad entre hombres y mujeres ya es hora de que empiecen a vivir y sentirse en todas las empresas del mundo.


Para concluir, es esencial que la experiencia que las empresas, tanto públicas como privadas están brindando a las nuevas generaciones, no pueden ser las mismas con las que nos recibieron en los años 90 y comienzos de siglo, el mundo está transformándose a gran velocidad, el COVID19 le puso la quinta o sexta velocidad a esta transformación y si las organizaciones no se anticipan y se preparan para estos cambios, no esperemos en los próximos años contar con personas comprometidas, fans de nuestras propias empresas y mucho menos construir empresas rentables, productivas y fértiles.


