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ÍNDICE INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................... 4 CONCEPTOS CLAVES ................................................................................................................. 6 UN ADECUADO DIAGNÓSTICO ............................................................................................. 12 COMORBILIDADES EN EL TDAH .......................................................................................... 14 Patrón Familiar.......................................................................................................................... 15 Trastornos comórbidos asociados al TDAH según el DSM-5 .................................................. 16 Trastorno Negativista Desafiante (TND) .............................................................................. 16 Trastorno de Conducta Disocial (TC). .................................................................................. 19 Trastorno Depresivo.............................................................................................................. 21 Trastorno de Ansiedad .......................................................................................................... 23 Trastorno del Aprendizaje..................................................................................................... 25 Trastorno del Espectro Autista (TEA) .................................................................................. 35 Trastorno por Uso de Substancias (TUS) ............................................................................. 39 Trastorno Bipolar .................................................................................................................. 48 Trastorno de Gilles de la Tourette ........................................................................................ 51 Comorbilidad en Adultos .......................................................................................................... 56 Comorbilidad frecuente con otros trastornos ........................................................................ 57 TDAH y patología dual ......................................................................................................... 58 Tratamiento de la comorbilidad en el adulto con TDAH ..................................................... 58 Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH ........................................................................ 59 Criterios del DSM-IV para diagnosticar TDAH ....................................................................... 59 CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO ....................................................................... 63 Tratamiento Farmacológico ...................................................................................................... 63 Tratamiento Psicológico ........................................................................................................... 64 Tratamiento Psicopedagógico ................................................................................................... 65 Factores favorables y desfavorables para la evolución del tratamiento .................................... 65 ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA ....................................................................... 67 Un ambiente estructurado ......................................................................................................... 68 Un ambiente predecible ............................................................................................................ 70 Un ambiente adecuado para el aprendizaje ............................................................................... 71 Conclusión: ............................................................................................................................... 72 Página 2 de 89
ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL ............................................................... 74 El entrenamiento en habilidades sociales ................................................................................. 74 Estrategias generales ................................................................................................................. 75 Estrategias específicas .............................................................................................................. 76 Técnica del Espejo para mejorar el auto concepto y la autoestima ...................................... 76 El Juego de la Autoestima..................................................................................................... 77 ESTRATEGIAS DE APOYO....................................................................................................... 80 PARA EL HOGAR ....................................................................................................................... 80 TIPS PARA EL MANEJO DE CRISIS ........................................................................................ 82 TIP 1...................................................................................................................................... 82 ORGANIZAR TODO ........................................................................................................... 82 TIP 2...................................................................................................................................... 82 EXTERNALIZAR LA INFORMACION............................................................................. 83 TIP 3...................................................................................................................................... 83 INTERNALIZAR LOS PROCESOS ................................................................................... 83 BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................................... 85
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INTRODUCCIÓN
¿
Cuántas veces se ha preguntado como padre o madre, porqué mi hijo tiene tal o cual comportamiento? ¿Por qué parece no escuchar cuando se le habla, o muestra dificultad a menudo para pensar
antes de actuar; pierde y/u olvida cosas esenciales; o está en constantemente movimiento? Éste, suele interrumpir y entrometerse; y sus maestros refieren que presenta las tareas incompletas, mal organizadas o con errores; llega a mostrarse agresivo con sus compañeros, tiene dificultad para seguir las normas; se levanta a menudo en situaciones en las que debería permanecer sentado; e inclusive mueve frecuentemente pies y manos. Las respuestas a todas estas preguntas las podrá encontrar precisamente en el presente manual, que explica el porqué de determinados comportamientos de un infante y cómo manejarlo, les ayudará a comprender el origen del comportamiento, por señales anómalas, alteración respecto a su entorno o puede éste provenir de un trastorno llamado Trastorno por Déficit de Atención (TDA), que se define como un trastorno de origen neurobiológico que conlleva una inmadurez en los sistemas que regulan el nivel de movimiento, la impulsividad y la atención; se puede presentar con hiperactividad o sin ella, que afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta, en el 60% de los casos. El TDA con hiperactividad (TDAH), muchas veces es por predisposición genética. Para saber si su hijo/a presenta los síntomas de TDAH debe estar encuadrado en similar comportamiento al descrito anteriormente en dos o tres ambientes en donde se desenvuelve. El TDAH puede presentarse junto con otros trastornos psiquiátricos asociados como son: trastornos de ansiedad, trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta disocial, estrés, trastorno depresivo, entre otros; a estos trastornos son a los que llamamos trastornos comórbidos. Este trastorno debe de ser detectado a tiempo y diagnosticado por un especialista, debido a que afecta a quien lo padece y a quienes lo rodean. En el presente manual se encontrarán varias recomendaciones útiles para padres e hijos que presentan TDAH, así como para los padres que no padecen de TDAH pero que tienen un hijo que presenta el trastorno. Página 5 de 89
CONCEPTOS CLAVES
E
l Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico de inicio en la edad infantil y cuyos síntomas pueden perdurar hasta la edad adulta.
Es uno de los trastornos psiquiátricos con mayor prevalencia y representa uno de los motivos más frecuentes de consulta debido a las enormes consecuencias en los diferentes aspectos de la vida del paciente. Las repercusiones potenciales que tiene sobre el desarrollo personal y familiar de la persona afectada hacen que sea uno de los trastornos más investigados en los últimos años. Es un trastorno del desarrollo del autocontrol, que engloba problemas para mantener la atención y para controlar los impulsos y el nivel de actividad. Pero, además, estos problemas ocasionan un deterioro de la voluntad del niño o de su capacidad para controlar su conducta a lo largo del tiempo, y para mantener en su mente las metas o consecuencias futuras. Estamos hablando de un estado temporal que se suele dar durante la infancia y, aunque no se cura, con el paso del tiempo van evolucionando sus características. En estos casos, no se debe a un fracaso de los padres por controlar o enseñar a su hijo a ser disciplinado, ni es un signo de malicia inherente en el niño. El TDAH es un trastorno, un problema y, a menudo, es un obstáculo para aprender o relacionarse con los demás (Barkley, 1999). Por otra parte, suelen ser niños que no piensan demasiado antes de actuar, ni tampoco parecen reconocer el peligro, lo que les hace sufrir frecuentes accidentes. A estos dos síntomas, hiperactividad e impulsividad, se le agrega un tercero que es la falta de atención.
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Durante los primeros años, los padres señalan que el niño no se centra en ningún juego ni consigue focalizar su atención en un juguete concreto durante un corto periodo de tiempo más tarde, las rutinas diarias (como lavarse los dientes, vestirse o hacer los deberes) son motivo de fricción. La desatención se manifiesta también en la escuela, donde no termina las tareas que se le encomiendan, o comete errores (Bernaldo de Quirós, 2000). Dejando a un lado la excesiva actividad motriz y centrándonos en los aspectos cognitivos, podemos concebir al TDAH como un trastorno en la respuesta de inhibición que afecta a las funciones ejecutivas durante el periodo entre la aparición del estímulo y la emisión de la respuesta y que hace posible la autorregulación (Barkley 1997). No es que el sujeto no sepa lo que hace, sino que no hace lo que sabe. Por tanto, afecta al funcionamiento adaptativo; al complejo conjunto de conductas autor regulatorias que debemos organizar para responder a las exigencias de la vida diaria, tanto sociales como académicas y de acuerdo con el progreso evolutivo normal. De este modo, aparece como una discrepancia entre potencial y ejecución: aunque el niño posee una capacidad intelectual normal, no alcanza el nivel de logro esperable al no poder controlar su impulsividad y mantener la atención. En este sentido, podemos decir que la falta de atención parece ser el eje central del trastorno y los principales problemas con que se encuentran estos niños se refieren a centrar la atención e inhibir las conductas inadecuadas. Pueden proceder a cambios frecuentes de una actividad no finalizada a otra. Los sujetos diagnosticados con este trastorno pueden iniciar una tarea, pasar a otra, entonces dedicarse a una tercera, sin llegar a completar ninguna de ellas. A menudo no siguen instrucciones ni órdenes y no llegan a completar tareas escolares, encargos u otros deberes. Estos sujetos suelen tener dificultades para organizar tareas y actividades. Principalmente las que exigen un esfuerzo mental sostenido dichas tareas son experimentadas como desagradables y, por ello, las evitan, ya que implican exigencias organizativas o una notable concentración. Esta Página 7 de 89
evitación debe estar causada por las deficiencias del sujeto relativas a la atención mantenida (que lleva a mantener la atención sobre una tarea por un periodo de tiempo) y no por una actitud negativista primaria, aunque también puede existir un negativismo secundario.
Cuando el padre o la madre tienen trastorno por déficit de atención/ hiperactividad Los padres que padecen el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, tienen la ventaja de saber cómo se puede sentir su hijo, de cómo de cuesta arriba se le puede hacer una tarea sencilla, y la desventaja de que a ellos mismos les puede resultar complicado gestionar la educación de su hijo, por las dificultades que se puede presentar en cuanto a organización, planificación, inestabilidad emocional. Cuando los padres empiezan a mirarse como reflejo de su hijo ven: que ellos eran también impulsivos o hiperactivos, que les costaba estudiar; salvo si eran muy listos, y entonces no lo notaban. Ven que son un desastre en casa, que necesitan que la mujer/marido les apoye en todo para sacar las cosas adelante. Pero lo preocupante es que también les pasa en el trabajo. Se despistan, tardan más en hacer las cosas y siempre deben de contar con un compañero que haga funciones de secretario, los adultos tienen más recursos que los pequeños y entonces consiguen tapar estas deficiencias. Pero saben que rinden menos de lo que podrían rendir. A veces no se dan cuenta porque han sido así toda la vida, y nadie les ha dicho nada. En las relaciones de pareja pueden tener dificultades de control emocional. Les cuesta canalizar su ira, son impacientes, sueltan palabras inadecuadas sin darse cuenta, interrumpen conversaciones. Necesitan también estar haciendo cosas continuamente, como deportes o hobbies. Cuando en una misma familia conviven padre, madre e hijo con TDAH, la relación y en general la vida familiar puede verse afectada, el hecho de que los padres también posean trastorno Página 8 de 89
por déficit de atención puede disminuir el estigma del hijo, al ver que él no es el único que lo padece, se puede sentir acompañado y comprendido, pero también puede provocarle sentimientos de impotencia ante la realidad de que un trastorno duradero, que aunque empieza en la infancia, también puede seguir presente en la edad adulta. Por lo tanto, en el hogar se pueden dar los siguientes problemas o situaciones a superar:
Mayor desorganización
Menor seguimiento de las tareas.
Más dificultad de contención del descontrol emocional de cualquiera de los dos afectados, se toleran peor las frustraciones, con lo que disminuye la confianza para afrontar las dificultades de cada día.
Sentimiento de no poder controlar las situaciones de excitación y agresividad. Estos descontroles emocionales son más intensos y frecuentes en el hijo, el padre debe de tener más capacidad de autocontrol.
Dificultad en las relaciones interpersonales. El chico a veces no se ve como los demás, tiene menos confianza para relacionarse. El padre a veces se pone irritable si no le dan la razón, pero oculta más sus emociones que el niño.
Menor cumplimiento de los planes a largo plazo: falla la planificación, el cómo se preparan los objetivos paso a paso, y puede no realizarse lo prioritario por ser más costoso.
Tendencia a caer en la inercia y dejarlo para el día siguiente; “empiezo a hacer algo y lo dejo sin terminar porque me voy a hacer otra cosa”.
Si el hijo ve un ejemplo en la desorganización de su padre, minimiza el perjuicio y las consecuencias.
Como parte positiva de la hiperactividad es la tendencia a realizar actividades creativas, como pintura, teatro, danza, baile, deporte. Se pierde la inercia a no hacer nada, y se potencian capacidades no descubiertas.
Riesgo de hacerse dependientes a las nuevas tecnologías: las redes sociales en internet o en el móvil, los videojuegos, el chat, etc.
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Falta de comunicación por pensar que no tiene solución, “si mi padre es como yo y tiene más años, yo tengo menos responsabilidad”.
Efecto positivo con el tratamiento: “mi hijo recibe tratamiento y se encuentra más tranquilo y centrado”.
La toma de conciencia acerca de su propio padecimiento del trastorno les permitirá entender más fácilmente que su hijo no es “malo” ni se comporta a veces de forma inadecuada porque le apetezca. Él o ella, mejor que nadie, sabrán que no pueden evitar algunas conductas perturbadoras, que las críticas de los demás les irán minando la moral y les harán sentir mal, aunque a veces no lo parezca, y que alabar lo que hacen bien tiene un efecto mucho mayor que estar continuamente recordándoles lo que hacen mal (como hace casi todo el mundo a su alrededor). Igualmente, comprenderán mejor la necesidad de estructurarles las tareas, de darles una referencia temporal cada poco tiempo, de establecer con ellos unas normas claras, de mirarles a la cara cuando se les habla, etc. Por todo ello, es importante que los padres que padecen TDAH consulten al especialista para ir adquiriendo una mayor conciencia acerca del trabajo individual que pueden llevar a cabo para contribuir a la salud de su hijo y mejorar la relación entre ambos. En estos casos es especialmente importante la psicoeducación.
Consejos útiles para fijárselos como cosas a tener en cuenta para mejorar la vida en el entorno familiar y el apoyo al niño con TDAH:
Contar hasta diez antes de reaccionar
a las conductas perturbadoras de sus hijos.
Intentar un mensaje común de la
pareja hacia el hijo. Aunque los padres sean de distinta manera de ser, no ha de haber un padre más tolerante y una madre muy estricta, o viceversa.
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Compartir actividades lúdicas de disfrute mutuo como deporte, excursiones, etc., ya que, van a tener aficiones y sensaciones comunes.
Esforzarse por trabajar con sus hijos en equipo para superar esas situaciones difíciles que él ya conoce por experiencia.
Tratar de reforzar la autoestima de su hijo con aquellas estrategias que funcionaron con él.
Retirarse del escenario en situaciones en las que vea que va a perder los papeles.
Pedir ayuda antes de que ocurra algo de lo que luego pueda arrepentirse.
Tratar de distanciarse emocionalmente de situaciones que le produzcan especial sufrimiento porque le recuerda situaciones ya vividas.
Hablarle a su hijo de la experiencia propia.
Reforzar que, igual que a pesar de las dificultades que él mismo pasó, ha conseguido formar una familia maravillosa como la que todos juntos forman.
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UN ADECUADO DIAGNÓSTICO
A
la hora de realizar un adecuado diagnóstico es necesario ejecutar un proceso de
valoración adecuado, más adelante se detallarán los procedimientos, tomando en cuenta siempre el diagnóstico diferencial, puesto que el diagnóstico es el punto de partida y si no se efectúa un correcto diagnóstico tanto al menor como a los padres, por ende, el profesional no otorgará el correspondiente tratamiento y seguirán las
dificultades a nivel personal, familiar, escolar y laboral. El hecho que el padre o la madre tengan el mismo diagnóstico dificulta que evidencie los síntomas del hijo en ese caso es necesario que para el diagnóstico colabore en las entrevistas un familiar cercano, maestros o una persona que conozca acerca de su comportamiento y aporte para realizar la entrevista. (Martínez M, 2011), En los primeros años de la infancia es difícil diferencias los signos y síntomas del Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) con ciertos comportamientos propios de la edad en niños activos (corretear, levantarse de la silla, actuar ruidosamente entre otros.) Algunos trastornos o dificultades médicas pueden manifestarse por síntomas presentes o nucleares del TDAH lo que interfiere en la correcta identificación del trastorno. Esta dificultad aumenta cuando algunos de estos trastornos están asociados o son comórbidos al propio TDAH (trastornos de ansiedad, problemas de sueño, estrés ambiental, inquietud, inmadurez cognitiva entre otros.
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La dificultad principal a la hora de identificar el TDAH correctamente parte del desconocimiento del trastorno cuando no existe información de las características del trastorno y sus manifestaciones desde las familias o los centros escolares. También la identificación del trastorno a menudo resulta difícil a los profesionales de la salud debido a la posible presencia de otros problemas o alternaciones por lo que es necesario una evaluación integral que participen un equipo de profesionales como el psicólogo, el psicopedagogo, el neurólogo, el psiquiatra y el médico. Cuando se evalúe se debe tomar en consideración los manuales de diagnóstico como el DSM-V y el CIE-10, que los criterios se cumplan dentro de los periodos de tiempo establecidos para consideran un trastorno. Además, se debe conocer problemas médicos, psiquiátricos, visión, audición, problemas tiroideos, problemas ambientales, coeficiente intelectual, diferenciar trastornos afectivos, trastornos de aprendizaje, trastornos de conducta, uso de fármacos, ambientes desfavorables o crisis (Masson, 2002). Por otro lado también se puede realizar terapias familiares donde el evaluador podrá observar el comportamiento de los progenitores no sólo del niño con TDAH, se puede descubrir síntomas o interacciones que estén causando conflictos, si bien es cierto tenemos el apoyo de diferentes escalas para evaluar
TDAH,
diagnóstico
se
pero
para
el
complementa
la
observación, la entrevista, la historia clínica,
hábitos,
evaluación
psicopedagógica, evaluación neuropsicológica, los antecedentes, toda la psicoanamnesis, personal, familiar y social, exámenes médicos, neurológicos que darán eficacia a un diagnóstico acertado.
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COMORBILIDADES EN EL TDAH ¿Qué son las Comorbilidades?
E
l
Trastorno
por
Déficit de Atención e Hiperactividad
puede
presentarse junto con otros trastornos psiquiátricos
asociados.
Estos
trastornos son lo que llamamos trastornos comórbidos.
Cuando nos encontramos con un TDAH con comorbilidades se complica el diagnóstico, empeora la evolución y puede que exista una menor respuesta al tratamiento.
Se complica el diagnóstico. Si se juntan varios trastornos, a la hora de realizar el diagnóstico es más difícil saber cuáles son los síntomas principales, cuales son causados por un trastorno o por otro, y cuál es el trastorno principal. Por eso es de vital importancia acudir a un especialista que pueda hacer las pruebas clínicas oportunas para hacer un diagnóstico certero.
Empeora la evolución. Cuando se juntan varios trastornos, también su evolución se hace más difícil. En estos casos, no sólo nos enfrentamos a los síntomas propios de un trastorno, si no a un conjunto de síntomas añadidos que acentúan los problemas propios del TDAH y que, además, requieren tratamientos diferentes. El abordaje se complica y las mejoras son más difíciles de alcanzar.
Puede disminuir la respuesta al tratamiento. Cuando se presenta un caso de TDAH con trastornos asociados, nos enfrentamos a diversos síntomas y patologías que requieren tratamientos específicos. Si no se tratan los otros trastornos asociados correctamente, puede verse disminuida la respuesta al tratamiento del TDAH. Página 14 de 89
Patrón Familiar Se ha observado que el déficit por trastorno de atención con hiperactividad es más frecuente en los familiares biológicos en primer grado de niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Los estudios realizados también sugieren la existencia de una mayor prevalencia de trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos del aprendizaje, trastornos relacionados con sustancias y trastorno antisocial de la personalidad en miembros de la familia de personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Cuando en una misma familia conviven padre o madre e hijo con TDAH, la relación y en general la vida familiar puede verse afectada. El hecho de que el padre también sea hiperactivo puede disminuir el estigma del hijo, al ver que él no es el único que lo padece, se puede sentir acompañado y comprendido.
Pero también
puede provocarle sentimientos de impotencia ante la realidad de que un trastorno duradero, que, aunque empieza en la infancia, también puede seguir presente en la edad adulta. Esto nos lleva a que los padres o alguno de ellos presenten TDAH también y dificulten el tratamiento y diagnóstico de sus hijos pues no pueden prestarle la atención necesaria. Por lo tanto, en el hogar se pueden dar los siguientes problemas o situaciones a superar:
Mayor desorganización.
Menor seguimiento de las tareas.
Recae más el peso en la persona de la pareja que no padece el trastorno.
Más dificultad de contención del descontrol emocional de cualquiera de los dos afectados, se toleran peor las frustraciones, con lo que disminuye la confianza para afrontar las dificultades de cada día.
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Sentimiento de no poder controlar las situaciones de excitación y agresividad. Estos descontroles emocionales son más intensos y frecuentes en el hijo, el padre debe de tener más capacidad de autocontrol.
Dificultad en las relaciones interpersonales. El chico a veces no se ve como los demás, tiene menos confianza para relacionarse. El padre a veces se pone irritable si no le dan la razón, pero oculta más sus emociones que el niño.
Menor cumplimiento de los planes a largo plazo: falla la planificación, el cómo se preparan los objetivos paso a paso, y puede no realizarse lo prioritario por ser más costoso.
Tendencia a caer en la inercia y dejarlo para el día siguiente; “empiezo a hacer algo y lo dejo sin terminar porque me voy a hacer otra cosa”.
Si el hijo ve un ejemplo en la desorganización de su padre, minimiza el perjuicio y las consecuencias.
Como parte positiva de la hiperactividad es la tendencia a realizar actividades creativas, como pintura, teatro, danza, baile, deporte. Se pierde la inercia a no hacer nada, y se potencian capacidades no descubiertas.
Riesgo de hacerse dependientes a las nuevas tecnologías: las redes sociales en internet o en el móvil, los videojuegos, el chat, etc.
Falta de comunicación por pensar que no tiene solución, “si mi padre es como yo y tiene más años, yo tengo menos responsabilidad”.
Efecto positivo con el tratamiento: “mi hijo recibe tratamiento y se encuentra más tranquilo y centrado”.
Trastornos comórbidos asociados al TDAH según el DSM-5 Según el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos MentalesDSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), los trastornos comórbidos asociados al TDAH que más aparición tienen en el mismo son:
Trastorno Negativista Desafiante (TND) Página 16 de 89
(ODD, de Oppositional Defiand Disorder) Es una de las comorbilidades más frecuentes en niños y adolescentes con TDAH. El diagnóstico suele realizarse en la edad escolar, durante la primaria, aunque al recabar la información de la historia resulta posible verificar la presencia de algunas manifestaciones en la edad pre-escolar. De acuerdo al DSM-IV (Manual de diagnóstico
estadístico
de
las
enfermedades
mentales) se caracteriza por un patrón recurrente e inapropiado, para el nivel de desarrollo y contexto socio-cultural,
de
conductas
negativistas,
desafiantes, desobedientes y comportamiento hostil hacia las figuras de autoridad. Este patrón conductual afecta de manera importante su vida social, académica y la función ocupacional, conduce a importante alteración en la relación con los padres, hermanos, otros miembros de la familia, compañeros, profesores, etc.
Criterios del ODD (DSM-IV TR) A) Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos seis meses y en el que están presentes cuadro o más de los siguientes comportamientos:
Se encoleriza e interrumpe en pataletas
Discute con adultos
Desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus órdenes o demandas
Molesta deliberadamente a otras personas
Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
Es susceptible o fácilmente molestado por otros
Colérico, resentido
Rencoroso o vengativo
B) Deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral.
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C) Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el trascurso de un trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo. D) No se cumplen los criterios de trastorno disocial y, si el sujeto tiene 18 años o más, tampoco los del trastorno antisocial de la personalidad.
Datos estadísticos Se estima que afecta al 3% de los niños en edad escolar. En el caso del TDAH entre 30 a 50% de los niños pueden presentar el patrón del ODD o rasgos relacionados con el mismo, esto obliga a investigar la posibilidad de este diagnóstico en todo niño y adolescente que es diagnosticado con TDAH. Esta prevalencia se incrementa gradualmente con la edad desde preescolares a escolares (Granero R, 2008). Es más prevalente en niños que en niñas, aunque algunos investigadores recomiendan que en las niñas se utilicen otros criterios dado que sus conductas irregulares pueden ser más sutiles, utilizan más la agresión verbal que la física, recurren a rumores o conductas de exclusión de otras compañeras, etc.
Puede haber cierta alteración o menor desarrollo de la modulación afectiva y la función ejecutiva.
Aunque no hay una explicación neuroquímica específica se han vinculado vías
relacionadas con la serotonina y la norepinefrina (Hamilton S, 2008). Comorbilidad El ODD puede ser comórbido con: - TDAH
- Problemas de aprendizaje
- Trastornos del humor
- Problemas del lenguaje
- Trastornos del estado de ánimo
- Problemas del lenguaje
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Trastorno de Conducta Disocial (TC). Según el manual de diagnóstico DSM-IVTR (APA, 2002) el trastorno disocial está considerado como un trastorno grave de conducta. Se
caracteriza
por
un
patrón
de
comportamiento persistente y repetitivo en el que se violan los derechos básicos de los otros o importantes normas sociales adecuadas a la edad del
sujeto.
Comportamientos
cualitativos
y
cuantitativos que van mucho más allá de la simple "maldad infantil" o la "rebeldía adolescente". Por lo general, implica la participación consciente por parte del individuo en actos que involucran un conflicto con la normativa social o con los códigos de convivencia implícitos en las relaciones en sociedad. Estas manifestaciones suelen ir unidas a una serie de situaciones familiares, sociales, escolares que influyen tanto en su origen como en su mantenimiento. Los comportamientos típicos del trastorno disocial pueden ser:
Agresiones a otras personas (intimidar, fanfarronear, ser cruel con otras personas, iniciar peleas, ocasionar daño físico, forzar a una actividad sexual, etc.), o a animales.
Dañar la propiedad de otros (incendios, destrucción deliberada...).
Fraudulencia o robo (violentar el hogar, la casa o el automóvil de otra persona, mentir para obtener favores, timar, etc.)
Violaciones graves de normas (transgredir normas paternas, salidas-escapadas nocturnas sin permiso antes de los 13 años de edad, hacer novillos en la escuela, etc.)
Además de la presencia de estos síntomas, el trastorno disocial provoca un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
El trastorno disocial solo se puede diagnosticar hasta los 18 años, si el individuo/a tiene 18 años o más, entonces estaríamos ante un caso de trastorno antisocial de la personalidad. Página 19 de 89
Es importante atender a la edad de inicio del trastorno, si aparece en la infancia o en la adolescencia. Cuanto más tempranamente se produce la presencia de síntomas, más severo es el trastorno, pero por los adolescentes tienden a cometer conductas y comportamientos de mayor riesgo y por tanto la gravedad y el riesgo en los afectados es mayor, por lo que la supervisión y el control sobre ellos debe ser mucho mayor.
Relación entre TDAH y Trastorno Disocial Una gran cantidad de las conductas que aparecen en la etapa de la adolescencia en los afectados con TDAH no difieren en demasía de las que muchos adolescentes mantienen en el camino hacia una búsqueda de su identidad, para la cual, la oposición a las normas sociales, constituye una prueba de los límites del individuo en la construcción y reafirmación de su personalidad. En los adolescentes con TDAH, el propio trastorno impulsa, en ocasiones, la aparición de conductas problema debido a la presencia y la intensidad de síntomas como la impulsividad, pobre control inhibitorio o a falta de reflexibilidad sobre la propia conducta, catalizadores todos ellos de comportamientos problemáticos en situaciones de riesgo. Cuando los adolescentes con TDAH presentan además asociado un cuadro o un diagnóstico de trastorno disocial, la probabilidad de presentar además otros problemas de conducta, accidentes de tráfico, problemas afectivos, rechazo social y problemas académicos como absentismo escolar o muy bajo rendimiento académico, se incrementan exponencialmente aumentando los riesgos y limitando la efectividad de las intervenciones. En estos casos la situación se agrava debido a la existencia previa en estos jóvenes de una personalidad disocial o un trastorno disocial de base. La comorbilidad de ambos trastornos supone, por tanto, la manifestación de acciones más graves como conductas agresivas o delictivas, las cuales suponen un deterioro y un perjuicio grave y significativo para ellos mismos y su entorno, pudiendo incluso aparecer problemas con la justicia.
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Las intervenciones con estos niños/a o adolecentes, especialmente aquellos donde existe la presencia de un trastorno disocial asociado, requieren de mayor supervisión y control. Los ejes terapéuticos principales para estos casos deben ser diseñados en base a las siguientes estrategias terapéuticas:
La prevención de conductas de riesgo y
comportamientos problemáticos y el trabajo sobre el autocontrol.
Trabajar la autorregulación emocional para desarrollar formas óptimas de expresar los sentimientos negativos, convertirlos en sentimientos positivos y en acciones útiles y entrenar para modificar estados de ansiedad, frustración y rabia en estados de relajación y autocontrol.
Atender a los aspectos subyacentes del problema (entorno familiar, dificultades personales, problemas afectivos, entorno escolar, problemas psicológicos, etc.)
Establecer límites y normas de actuación dentro y fuera del hogar.
Trastorno Depresivo El estado de ánimo puede ser normal, elevado o deprimido. Habitualmente las personas experimentan un amplio abanico de estados de ánimo y de expresiones afectivas. La gente siente que tiene cierto control sobre su estado de ánimo. En los trastornos del estado de ánimo se pierde esta sensación de control y se experimenta un malestar general. La depresión es una enfermedad que afecta el estado de ánimo, los pensamientos y por lo tanto al organismo total. Es un sentimiento persistente de inutilidad, de pérdida de interés por el mundo y de falta de esperanza en el futuro que modifica negativamente la funcionalidad del sujeto. En niños con TDAH se ha descrito síntomas de depresión entre 14,7 y 75%, dependiendo del estudio epidemiológico o clínico. Los problemas académicos y sociales que experimentan los Página 21 de 89
niños con TDAH pueden provocar síntomas de indefensión (excesiva preocupación por los acontecimientos específicos, ansiedad de separación, fobia social...) que van a incidir de forma negativa en la percepción de la competencia personal. Se debe hacer notar que no es raro que algunos síntomas depresivos pasen desapercibidos por los padres, y únicamente a partir de la entrevista individual con el niño puedan ser evidenciados. Los padres pueden ser muy conscientes de la falta de concentración, la impulsividad y los problemas de conducta, pero pueden tener poco conocimiento sobre los sentimientos de culpa y problemas del sueño. Los aspectos depresivos que más se suelen apreciar en niños con TDAH son la falta de autoestima, estado de ánimo irritable, falta de energía, somatizaciones y problemas del sueño. También debe hacerse notar que algún síntoma relacionado con la dificultad para concentrarse es propio tanto del TDAH como del trastorno depresivo. Los niños deprimidos según los criterios se caracterizas por: sentimientos de preocupación excesiva, tristeza o deseo de aislamiento, irritabilidad persistente, aburrimiento, alteraciones en el apetito y sueño, quejas físicas y dolores abdominales, cansancio, disminución de la concentración e ideas de muerte recurrente. Los problemas académicos y sociales que experimentan los niños con TDAH pueden provocar síntomas de indefensión (excesiva preocupación por los acontecimientos específicos, ansiedad de separación, fobia social...) que van a incidir de forma negativa en la percepción de la competencia personal. La depresión suele aparecer bastantes años después de haberse manifestado los síntomas de TDAH, y no parece que las características y la evolución de la depresión en niños con TDAH difieran de la depresión en niños sin TDAH. Tampoco se ha evidenciado que el riesgo de suicidio sea mayor en niños con TDAH y depresión, que en aquellos que únicamente tienen depresión;
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pero si al TDAH y la depresión se añade una personalidad impulsiva-agresiva, entonces el riesgo de suicidio aumenta significativamente.
Trastorno de Ansiedad Los niños y adolescentes afectados por Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sufren a menudo inquietud y preocupación como consecuencia de la anticipación de posibles problemas o peligros. En ocasiones estos estados puntuales de tensión física y emocional se agravan y se cronifican provocando un deterioro de la funcionalidad del individuo y empeorando aún los síntomas de inatención, distractibilidad, agitación e hiperactividad. La prevalencia de los Trastornos de Ansiedad en niños y adolescentes con TDAH es altamente significativa, en muchos casos como consecuencia del impacto negativo académico, personal, social y familiar del trastorno. Los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia del 34% en niños con TDAH, pasando a un 40% en la población adulta con TDAH. Con frecuencia la sintomatología ansiosa disminuye con el tratamiento combinado del TDAH (farmacoterapia y psicoterapia, acompañado de entrenamiento en técnicas de relajación) probablemente porque el paciente percibe una mejoría en su rendimiento personal y en su capacidad para relacionarse.
Para poder reconocer un problema o trastorno de ansiedad es necesario prestar atención a la sintomatología. Los síntomas de la ansiedad se manifiestan a través de diferentes manifestaciones psicofísicas según cada persona:
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La mayoría de los niños con TDAH presenta algunos síntomas de ansiedad como miedo a dormir solos o a separarse de los padres, preocupación excesiva por la salud y el bienestar de su familia, molestias físicas cuando van al colegio, etc., que suelen estar relacionados con el fracaso escolar y las críticas recibidas de sus padres, amigos y profesores. Estos niños presentan un riesgo tres veces mayor que la población infantil sin TDAH. Los niños con TDAH que sufren de ansiedad manifiestan principalmente los siguientes cuadros:
Trastorno de ansiedad generalizada,
Trastorno de ansiedad por separación: ansiedad excesiva cuando el niño/a se separa o espera separarse del hogar o de las personas a las que está unido afectivamente (familia), ó también; preocupación excesiva y persistente por la pérdida o que sufran un posible daño las principales Página 24 de 89
figuras vinculadas. Estas crisis ansiosas se manifiestan a través de manifestaciones somáticas-orgánicas acompañadas de fantasías (accidentes, muerte, no regreso...) generando en el niño/a una sensación de pánico a ser abandonado.
Estrés escolar: Estado de ansiedad permanente como consecuencia de tener que acudir a la escuela donde el niño/a experimenta malestar como consecuencia de problemas con los iguales, problemas académicos, elevada exigencia, falta de apoyo, rechazo social o aislamiento. A veces esta sensación puede ser simplemente subjetiva del niño/a. El estrés escolar puede manifestarse mediante problemas orgánicos como insomnio, falta de apetito, diarrea, además de labilidad emocional, nerviosismo e irascibilidad.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y
Fobia social
Siendo éstos cuadros más frecuentes en niñas y en el TDAH de predominio inatento.
Trastorno del Aprendizaje Interfiere
significativamente
en
el
rendimiento escolar o en las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para la lectura, escritura, cálculo matemático y desarrollo del lenguaje
narrativo.
Afecta
también
a
la
productividad y fluidez en el desarrollo de tareas que requieran organización. Presentan un vocabulario muy limitado, mala construcción de las frases y conjugan mal los tiempos verbales. Los niños con TDAH que presentan mayor nivel de déficit de atención tienen más problemas asociados a trastornos de aprendizaje, que los que son hiperactivos-impulsivos. Se estima que afecta al 20% de los niños con TDAH.
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En ocasiones, tanto en la práctica educativa como en el entorno familiar cuando se habla de dificultades a la hora de la adquisición del aprendizaje, los términos `trastorno` `dificultad` y `problema` parecen entremezclarse, llegando a originar dudas y confusión entre ellos. Si bien es cierto que a día de hoy aún continúa habiendo un problema conceptual no resuelto, al referirse a estas desviaciones en el desarrollo de los niños en el área del aprendizaje escolar, se tratará delimitar dichos términos de manera breve y sencilla. Cuando hablamos de problemas del aprendizaje, nos referimos a las necesidades educativas que pueden presentar algunos niños en algún momento de su escolaridad y que obligan a ajustar el proceso de enseñanza-aprendizaje a los mismos. Muchos niños con TDAH presentarán dichos problemas como consecuencia de la sintomatología propia del trastorno. Entre otros encontramos:
Impulsividad: El niño impulsivo elaborará respuestas sin un análisis previo, lo que le conllevará errores en las mismas. Durante el proceso lector, suelen saltarse palabras o incluso renglones, conduciéndole a una mala comprensión del texto. Esto se une a su vez a la falta de flexibilidad cognitiva presente en muchos de estos niños. La caligrafía también puede verse afectada al presentar problemas de coordinación y en la motricidad fina.
Inatención: A los niños que presentan TDAH suele suponerles mucho esfuerzo concentrarse en las tareas escolares, como consecuencia, no llegan a acabar las tareas impuestas o invierten un tiempo excesivamente largo en las mismas. Tienen problemas a la hora de seguir instrucciones, factor imprescindible en los problemas matemáticos, y cometen muchos errores por descuido.
Memoria: Un déficit en la misma puede llevar a estos niños a presentar recuerdos incompletos, fallos al seguir las instrucciones, mantenimiento de los errores, mala comprensión de las instrucciones, baja resolución de problemas matemáticos, mala comprensión lectora, etc.
Estos problemas, pueden solventarse cuando se ponen en marcha las medidas y estrategias educativas ordinarias necesarias para que dichas necesidades puedan ser cubiertas (trabajo mediante auto instrucciones, método estructurado, autoanálisis, supervisión, flexibilización de Página 26 de 89
tiempos y espacios) ya que los factores extrínsecos al individuo y los factores institucionales pueden ser una de sus causas. En un segundo grupo encontraríamos los trastornos o dificultades específicas del aprendizaje, que algunos alumnos pueden presentar. El National Joint Commite on Learning Disabilities (NJCLD) (1988) las define: ` Dificultades de aprendizaje es un término genérico referido a un grupo homogéneo de desórdenes que se manifiestan como dificultades significativas en la adquisición y uso de habilidades de escuchar, hablar, leer, escribir, razonar y capacidades matemáticas. Estos desórdenes son intrínsecos al individuo y se presume que son debidos a disfunciones del sistema nervioso central, pudiéndose presentar a lo largo del ciclo vital. Los problemas en conductas autorreguladas, percepción social e interacción social, pueden existir con las dificultades en el aprendizaje. Dichos términos en la diferente literatura de los procesos de enseñanza-aprendizaje a veces aparece entremezclada, utilizando uno u otro para definir una misma categoría. En la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-V, se establece el término de trastorno específico de aprendizaje para a continuación diferenciar tres dificultades que éste puede contener:
Dificultades en la lectura (Dislexia)
Dificultades en la expresión escrita (Disgrafía)
Dificultadesmatemáticas. (Discalculia)
El TDAH puede presentarse de manera comórbida con otros trastornos entre los que se encuentran los trastornos específicos del aprendizaje.
Dificultades en Lenguaje y Escritura Aproximadamente un 20% de los niños hiperactivos tienen problemas en el lenguaje oral. Su comprensión lectora es deficiente, tienen dificultades en la comprensión de textos largos a pesar de no tener puntuaciones bajas en vocabulario. Por su impulsividad y los problemas de atención suelen omitir palabras e interpretan mal el contenido de la lectura. De esta manera en la Página 27 de 89
comprensión de instrucciones escritas, el niño realiza la tarea en función de la información que ha logrado retener, considerando solo algunas variables en la ejecución de tareas. La comprensión de un texto implica construir el significado e integrarlo en los conocimientos previos que tenemos. En los niños con TDAH la dificultad aparece ante tareas de evaluación con altas demandas de autorregulación o que tratan de analizar la representación de un texto. Suelen presentar una comprensión pobre en oraciones de notable complejidad sintáctica; captan un número menor de ideas, no se ajustan a la estructura interna del texto y su organización de la información es pobre. Podemos clasificar las dificultades en la lectura en dos grandes grupos: 1. Niños cuyas dificultades se centran en la lectura de palabras y, como consecuencia, muestran dificultad para extraer el significado global del texto (déficit en procesos léxicos). 2. Niños que pudiendo leer las palabras les cuesta comprender lo que leen (déficit en procesos de alto nivel). En las áreas que requieren destreza manual, tales como la escritura, tienen problemas de motricidad fina que afecta a la coordinación y a la secuencia motora en el trazado de las letras, la inatención e impulsividad dificultad la regulación de sus movimientos, por lo que no desarrollan la habilidad de realizar movimientos lentos y controlados. Son torpes para ensartar, modelar con plastilina, colorear de forma controlada, abrochar botones pequeños, las cuales son habilidades pre-requisito para el control y manejo del lápiz y la adquisición de la escritura, como consecuencia, su letra es desorganizada, excesivamente grande o pequeña. Pueden manifestar retraso en la adquisición del código fonológico y del nivel morfológico, especialmente en la comprensión y expresión de los tiempos verbales., bajos resultados en las pruebas que requieren pensamiento analógico lingüístico o resolución de problemas verbales, problemas en el acceso rápido a información lingüística y en la comunicación de información
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esencial y menos competencia en tareas de procesamiento semántico, de tipo metalingüístico y de conciencia fonológica. La inatención en preescolares predice futuras dificultades de aprendizaje de la lectura. Existe una significativa relación entre inatención/ hiperactividad en preescolares y menor desarrollo de destrezas relacionadas con aprendizaje de la lectura.
Trastornos del habla El TDAH puede expresarse también con dispraxia o torpeza motora del habla que consiste en un déficit en la expresión de la palabra por una lengua poco coordinada o torpe. Existe escasa agilidad y velocidad en los movimientos linguales, lo que conduce a la imposibilidad para repetir el mismo movimiento de la misma forma y a un lenguaje difluente y peculiar. Suelen tener una escasa o deficiente participación en actividades mediadas por habla. En
general,
los
niños
con
trastornos de la articulación tienen más problemas en su coordinación motora y más signos neurológicos "blandos" que los niños normales.
Dificultades en el aprendizaje de las Matemáticas Para los alumnos con TDAH, las dificultades en matemáticas se multiplican, ya que el déficit afecta a aspectos involucrados en la resolución de problemas, como la impulsividad y un déficit en autoinstrucciones. El rendimiento en Matemáticas es significativamente inferior al esperado a su edad y por debajo de su nivel de funcionamiento intelectual. Página 29 de 89
Podremos observar las diferencias de logro en comparación con sus compañeros sin déficit y analizaremos las dificultades y errores cometidos en las diferentes fases de la resolución.
Déficit visoespaciales: No utilizan efectivamente imágenes visuales y pueden encontrar dificultades en tareas que requieren procedimientos holísticos y visuales, obstaculizando tareas que exigen diferenciación entre números similares desde el punto espacial (6 y 9), símbolos, monedas, manecillas del reloj; memorizar ordenadamente los números de cantidades (escribe 12 por 21); alinear números para hacer operaciones.
Déficit en memoria y procesamiento auditivo: El ejemplo más claro son las tablas de multiplicar. Tienen una dificultad específica para mantener la información numérica en la memoria de trabajo, lo que explica su escaso conocimiento de "hechos numéricos" tales como: Reconocimiento rápido de números (auditiva y visualmente), dificultades para memorizar y reproducir el grafismo de cada número, el recuerdo de distintos pasos implicados en problemas con varios niveles o procesos.
Dificultades en el procesamiento auditivo, manifestado al realizar ejercicios orales (cálculo mental) y al contar siguiendo una secuencia dada.
Procesos cognitivos y metacognitivos: Carecen de conciencia acerca de las habilidades y recursos necesarios para realizar una tarea y fallan en el uso de mecanismos autorregulatorios.
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El juego como elemento esencial del desarrollo vital El juego es esencial y universal, se da en todas las culturas y en todas las sociedades. Es una actividad que se da de forma natural en el inicio del desarrollo vital. Se trata de una actividad que no es exclusiva de los seres humanos, sino que todos los mamíferos juegan. Las madres enseñan a través del juego actividades y comportamientos básicos de supervivencia como la caza, la interacción con el medio, destrezas y habilidades, etc. El juego y la actividad lúdica es facilitador de la sinaptogénesis, es decir, facilita el desarrollo de conexiones sinápticas entre las neuronas y la trasmisión de información entre éstas. La formación de sinapsis, a pesar de que se produce a lo largo de toda la vida de una persona, es especialmente importante en las primeras fases del desarrollo madurativo cerebral de un niño, donde gracias a la plasticidad neuronal el efecto sobre los factores de crecimiento neuronal es mayor. Según Gracia Millá (2012), el juego es una actividad natural de inicio en la primera infancia que se produce por:
El impulso que tienen los niños hacia el movimiento y la exploración del entorno.
La necesidad que tienen de contacto afectivo y social.
La comprensión y uso del medio en el que viven.
La exposición estimular de objetos y materiales ante el niño/a que puedan servir como herramientas de juego.
Motor de experimentación.
La actividad lúdica y el juego también sirven como herramienta del desarrollo emocional. Es un factor favorecedor motivacional y está directamente relacionado con el bienestar físico y emocional de los niños. El juego favorece el aprendizaje de todas las áreas del desarrollo infantil: Página 31 de 89
Área Sensorial: sentidos y percepción.
Área Motriz: motricidad fina, motricidad gruesa y propiocepción.
Área Cognitivo: memoria, atención, cognición, procesamiento lógico.
Área comunicativa: lenguaje, expresión, interacción, diálogos, rituales.
Área afectiva: superación de miedos, angustias, fobias.
Área social: roles, competencia, resuelve conflictos.
Al ser una actividad placentera, el contacto con los objetos de juego se busca de manera intencionada y permite a los niños el uso de distintas habilidades y destrezas, que exigen esfuerzo, concentración y favorece la expresión de sentimientos y el establecimiento de vínculos emocionales entre las personas involucradas en el juego, ya que tiene un alto componente de simulación e imitación al ser un formato interactivo entre los niños/as y su entorno.
Desarrollo del juego en las etapas infantiles Para Rodulfo (1996) "no hay ninguna actividad significativa en el desarrollo de la simbolización del niño, ni en la estructuración del niño que no pase por el jugar." Según la Teoría de Piaget, la relación del niño con el entorno mediante los juguetes, es diferente en cada fase del desarrollo infantil y viene determinada por diferentes factores y por el nivel real de desarrollo y el potencial de aprendizaje en cada etapa: En el caso de los bebés (0-18 meses) jugar es la interacción con los adultos. El bebé responde a los juegos y estímulos lúdicos que el adulto le presenta y expone (miradas, muecas, sonrisas, objetos, palabras, etc.) Los bebés necesitan del adulto como mediador del juego. El juego en esta etapa es de tipo motor (manipulación de objetos) y su función es la del desarrollo de los sentidos, el control de la coordinación, descubrir cualidades físicas de los objetos, descubrir las posibilidades propias. Página 32 de 89
A la edad de 2-3 años aparece la capacidad simbólica. Entre los 3 y 6 años, se desarrolla el lenguaje como herramienta dentro del juego simbólico. Los juegos se basan principalmente en el movimiento y entre sus funciones se encuentra el fomento de la curiosidad, la representación de la realidad del niño (sentimientos, angustias, miedos, deseos, etc.), la realidad como un ensayo. Entre los 6 y los 8 años, aparece el juego reglado y la socialización. En esta etapa los niños mediante el juego desarrollan la inteligencia lógica, el razonamiento, la cooperación, la motricidad fina, el autocontrol, la superación a la frustración y el autoestima. El juego necesita de instrumentos. Estos instrumentos varían en función de las diferentes etapas del desarrollo infanto-juvenil: 1. El primer juguete del niño es su propio cuerpo. 2. El segundo juguete es la madre (pecho, manos, cara). 3. Los siguientes juguetes del niño son las personas que le rodean. 4. Los objetos cotidianos. 5. Los juguetes externos y los propios entornos naturales. 6. Nuevas tecnologías, juegos creados por uno mismo, juegos sociales.
DSM-5: Trastorno específico del aprendizaje La última versión del DSM-V , cataloga los criterios diagnósticos para el Trastorno específico del aprendizaje de la siguiente manera: A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas, evidenciado por la presencia de al menos uno de los siguientes síntomas que han persistido por lo menos durante 6 meses, a pesar de las intervenciones dirigidas a estas dificultades. Página 33 de 89
1. Lectura de palabras imprecisa o lenta con esfuerzo (p.ej., lee palabras sueltas en voz alta incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina palabras, dificultad para expresar bien las palabras). 2. Dificultad para comprender el significado de lo que lee (p.ej., puede leer un texto con precisión, pero no comprende la oración, las relaciones, las inferencias o el sentido profundo de lo que lee). 3. Dificultades ortográficas (p.ej., puede añadir, omitir o sustituir vocales o consonantes). 4. Dificultades para la expresión escrita (p. ej., hace múltiples errores gramaticales o de puntuación en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión escrita de ideas no es clara). 5. Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el cálculo (p. ej., comprende mal los números, su magnitud y sus relaciones, cuenta con los dedos para sumar números de un solo dígito en lugar de recordar la operación matemática como hacen sus iguales, de pierde en el cálculo aritmético y puede intercambiar los procedimientos). 6. Dificultades con el razonamiento matemático (p. ej., tiene gran dificultad para aplicar los conceptos, hechos u operaciones matemáticas para resolver problemas cuantitativos). B. Las aptitudes académicas afectadas están sustancialmente y en grado cuantificable por debajo de lo esperado para la edad cronológica del individuo e interfieren significativamente con el rendimiento académico o laboral, o con las actividades de la vida cotidiana, que se confirman con medidas (pruebas) estandarizadas administradas individualmente y una evaluación clínica integral. C. Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar, pero puede no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas superan las capacidades limitadas del individuo. Página 34 de 89
D. Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio n el lenguaje, de instrucción académica o directrices educativas inadecuadas.
Trastorno del Espectro Autista (TEA) Presentan problemas de interacción social, problemas de comunicación y un patrón repetitivo de conductas6. Según un estudio, el 33% de los niños con TEA presentan síntomas de TDAH
de
tipo
inatento,
el
26%
de
tipo
combinado
(déficit
de
atención
e
hiperactividad/impulsividad), el otro 41% no presenta comorbilidad. Una de las comorbilidades que genera una gran problemática al niño con un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Incluso, a la hora de enfrentar la intervención todo cambia, no es exactamente el mismo enfoque que en TEA ni el mismo enfoque que en TDAH. Por complicar más aún las cosas. Además, si el niño no progresa adecuadamente cuando llega la pubertad el riesgo de presentar conductas agresivas aumenta de forma considerable en comparación a la media. Afrontar el hecho de que el niño tenga TEA + TDAH implica cambiar algunos planteamientos, e incluso la percepción de la familia y el equipo de intervención. En cuanto a la comorbilidad hay diferencias entre el Asperger y Autismo, siendo más alta la incidencia en el Asperger. No obstante, las cifras porcentuales varían mucho en función de los autores. En el estudio de Tani y col. (2006) en un muestreo de 20 adultos con Asperger, estimaron que 14 de ellos presentaron en su infancia rasgos compatibles con el TDAH. Según Sturm y col. (2004) un 95% de los niños con un diagnóstico TGD presentaron problemas de atención y un 50% de impulsividad. Y alrededor del 75% un cuadro compatible con TDAH en diferentes grados. Frazier y col. (2001) aumentan al 83% la cantidad de niños con TGD susceptibles de cumplir criterios para TDAH. Es importante destacar la línea de corte empleada para aceptar conductas asociadas al TDAH, así como los diferentes grados del mismo. Este aspecto es fundamental a la hora de establecer la presencia o no de una comorbilidad. Aunque casi todos los estudios revisados se Página 35 de 89
basan en el DSM V, no debemos olvidar que toda valoración basada en la observación posee cierto grado de subjetividad y por tanto de variabilidad. No existe diferencia de género a la hora de las tasas de comorbilidad, son prácticamente las mismas en niñas que en niños, no obstante, sabemos que en el caso de las niñas nos encontramos con muchas dificultades a la hora de establecer un diagnóstico preciso y muchos autores hablan de un infradiagnóstico en féminas. En cuanto al perfil cognitivo, los niños con Asperger tienen muchas más similitudes con los niños con TDAH que las que puedan tener los niños con Autismo, teniendo también mayor incidencia el déficit de atención en el Asperger. Es destacable la problemática compartida tanto en TDAH como TEA de alteraciones en la función ejecutiva, aunque según sugieren diversos autores, la evolución de este déficit varía entre TDAH y Asperger. Otro de los problemas más importantes a la hora de establecer índices reales de comorbilidad vienen relacionados directamente a un exceso de medicalización en el niño con TEA, el uso de fármacos oculta, enmascara o altera esos rasgos que pueden denotar la presencia de un déficit de atención y/o hiperactividad, siendo algo a considerar de forma importante, ya que el uso de medicación no solventa el déficit y, tal y como afirma Francisco Rodríguez (2009), expone al niño al riesgo de los efectos secundarios sin resolver la causa. En cualquier caso, el porcentaje de prevalencia real del TEA con TDAH no está a día de hoy suficientemente investigado, y el mismo muestreo puede ser bastante cuestionado, ya que la observación diaria nos rebaja de forma sustancial ese porcentaje, pero aún y así, la comorbilidad es lo suficientemente alta como para tenerla en consideración. Habría también que tomar en cuenta los solapamientos de fenotipo entre ambos trastornos, cosa que hasta ahora no está suficientemente bien investigada.
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Patrones de conducta y diagnóstico diferencial En el TDAH encontramos patrones de conducta que entran dentro de los patrones del TEA, como, por ejemplo: Problemas en la interacción social; Trastornos del lenguaje; Estereotipias; Obsesiones; Comunicación no verbal de baja calidad. También es frecuente encontrar tics o Síndrome de Tourette asociados (que son más habituales en niñas), que en muchas ocasiones son pasados por alto o confundidos con estereotipias. También podemos encontrar estereotipias típicas como aleteos, balanceos, sonidos guturales repetitivos, Bonde E. en su estudio “Comorbidity and subgroups in childhoodautism” también refiere los problemas motóricos o la coordinación visioespacial, indica a su vez que en determinados casos establecer las fronteras entre TEA y TDAH pueda ser muy complejo. Sucede que en muchos casos se diagnostica al niño con TDAH de grado severo, aunque no queda claro si en realidad es un caso de TEA con el TDAH como una comorbilidad. En algunos casos se ha diagnosticado de TDAH con Discapacidad Intelectual (DI) asociada, cuando en realidad era un tándem TEA + TDAH. En otros casos justo lo contrario, diagnósticos de TEA + DI cuando en realidad existía una presencia de TDAH. Realmente en este tipo de casos existen muchos aspectos diagnósticos que se solapan, pero quizá el orden de los factores sí altere el producto, si aparece TDAH por delante la medicalización va a ser inmediata, y generalmente se acabará el trabajo en ese punto, no investigándose en profundidad el caso, obviándose causas que podrían representar un giro de 180º en la intervención del niño. Para comprender bien este tándem y decidir si hablamos de TDAH, de TEA o de TEA más TDAH como una comorbilidad hay que poder simplificar la base de ambos trastornos. Si entendemos que un caso de TEA afecta a la comunicación, a la sociabilidad e intereses restringido y que el TDAH afecta a un problema de autocontrol, estaremos pues ante dos cuestiones diferentes, que al unirse nos general un cuadro ampliado. Si ampliamos el abasto y nos hallamos ante solapamientos, quizá estemos hablando del mismo continuo, siendo más difícil establecer las Página 37 de 89
diferencias, y por tanto más fácil explicar la alta incidencia del TDAH en casos de TEA o de conductas propias del TEA en el TDAH.
Intervención Uno de los aspectos que presenta la comorbilidad entre TEA + Déficit de Atención + Hiperactividad es la complejidad en la intervención. Incluso su evolución a futuro. Lamentablemente la documentación de calidad al respecto es escasa. El propio problema de la definición diagnóstica ha generado una especie de vacío. Tenemos información para la intervención en casos de TEA y de TDAH, pero cuando aparece combinado realmente no vale mezclar las pautas para hacer una sola, hay que establecer un plan específico acorde al niño, ya que la variabilidad puede ser muy grande de un niño a otro y además en función de la severidad del grado, tanto del TDAH como del TEA, se establecerán pautas y modelos diferentes. Si la intervención no consigue resultados de forma temprana el pronóstico de la evolución correcta del niño o niña se complica. Si no se consigue establecer un modelo comunicativo válido de forma temprana a medida que el niño crece se hace muy difícil el poder establecer esos canales. En el caso de que el niño presente un Trastorno del Procesamiento sensorial, la intervención será fundamental. Otra consecuencia es la dispersión, la imposibilidad de seguir pautas por más allá de unos pocos minutos, un gran problema de concentración y una predisposición a escaparse sin una intencionalidad clara. Aparición de nuevas estereotipias o tics. Regresiones frecuentes que se pueden agravar con la llegada de la adolescencia, alta posibilidad de aparición de conductas agresivas (principalmente en varones), aumento de los niveles de frustración y episodios ansiosos y depresivos. En el caso de que además se nos una epilepsia (ya sea esta convulsiva o no) la posibilidad de regresiones aumentará en muchos casos y los procesos convulsivos podrán ser de gravedad. En aproximadamente un 25% de los casos, la hiperactividad se reducirá con el paso a la edad adulta, aunque no el déficit de atención, pero hay que minimizar las secuelas al máximo. Estamos pues ante casos muy complejos, con un pronóstico muy variable y donde una adecuada intervención es imprescindible. A su vez, el soporte a la familia adquiere una mayor relevancia, es vital que la familia asuma la excepcionalidad y la dificultad que va a tener el desarrollo del niño o niña. La pérdida de tiempo no debe ser ni siquiera contemplada, ya que en Página 38 de 89
casos donde la hiperactividad se manifieste de forma importante los avances van a ser lentos y complicados. La intervención temprana deberá realizarse en un ratio 1/1 hasta conseguir que el niño o niña presente unos niveles adecuados de autonomía personal, calidad comunicativa e interacción social, a su vez deben ser capaces de mantener periodos de atención lo más prolongados posibles. Prepararlos para la vida escolar es en estos casos bastante más complejo, pero no imposible.
Trastorno por Uso de Substancias (TUS) Tener TDAH aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias adictivas. Además, el TDAH se ha asociado con un inicio más temprano del abuso de sustancias, con un mayor número de diagnósticos comórbidos de TUS y con mayores dificultades para mantener la abstinencia tras las desintoxicaciones. Resulta complicado identificar a los pacientes con abuso de sustancias que también padecen TDAH, porque a menudo se asocian a otros trastornos psiquiátricos que se solapan con muchos de los síntomas del TDAH. Se ha estimado que un 52% de pacientes diagnosticados con TDAH presentan un trastorno por uso de substancias.
Factores de riesgo entre el TDAH y las adicciones Los trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH, que debutan en el periodo de desarrollo del niño, generan alteraciones a nivel clínico y del funcionamiento personal, social y académico. De todos ellos, el trastorno que se ha relacionado de forma inequívoca con una mayor vulnerabilidad al abuso de sustancias, es el TDAH. Los pacientes con TDAH presentan una elevada prevalencia de trastorno por uso de sustancias y, a su vez, los sujetos con trastornos adictivos tienen con mayor frecuencia un diagnóstico de TDAH.
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Los resultados de las investigaciones, ponen de manifiesto la importancia de realizar un diagnóstico y tratamiento correctos del TDAH durante la infancia, sin retrasar el inicio del mismo hasta la edad adulta, con la finalidad de prevenir, en la medida de lo posible, el abuso
y
dependencia
de
sustancias.
Dichas
investigaciones revelan que el TDAH es por sí sólo un factor de riesgo para desarrollar un TUS (Davids et al., 2005; Sharps et al., 2005).
Hipótesis explicativas de la relación TDAH-TUS Se han planteado diversas hipótesis para intentar explicar la frecuente asociación del TDAH con los TUS. 1. Mecanismos neurobiológicos: es probable que esta estrecha relación entre conductas adictivas y otros trastornos psicopatológicos refleje factores y sustratos cerebrales comunes, basados en una probable diátesis genética, precipitante de ambas manifestaciones psicopatológicas, es decir, alteraciones comunes en la neurobiología del circuito de recompensa y una vulnerabilidad genética común. 2. Deterioro funcionamiento psicosocial: problemas en el funcionamiento psicosocial, familiar, académico y laboral como consecuencia del TDAH y que se han identificado como factores de vulnerabilidad para los TUS. 3. Comorbilidad con otros trastornos mentales: la coexistencia de un trastorno de conducta, un trastorno antisocial de la personalidad o un trastorno bipolar aumenta la vulnerabilidad. 4. Otros síntomas y rasgos asociados: impulsividad, búsqueda de novedades, mayor irritabilidad, etc. 5. Déficits de tipo neuropsicológicos: características del TDAH: alteraciones en la función ejecutiva. 6. Hipótesis de la automedicación: Una de las teorías más globales es que las sustancias y sus efectos psicotrópicos se utilizan para hacer frente al sufrimiento emocional, lo que se denomina Página 40 de 89
«automedicación». Así, un subgrupo de pacientes con TDAH consumiría sustancias con el fin de compensar o paliar algunos de sus síntomas.
Nuevas Tecnologías Ante la pregunta más comúnmente realizada de si las nuevas tecnologías son en sí mismas, un factor de riesgo para la adicción, la mayoría de expertos coinciden en señalar que dichas tecnologías no generan, por sí mismas, la adicción. Las personas con determinadas características previas son las que más recurren a ellas, haciendo un uso indebido, en nuestro caso, los afectados por TDAH. Los afectados de TDAH ya por esta misma condición se encuentran en situación de riesgo de caer en un uso erróneo de las Nuevas Tecnologías e incluso en una adicción. Pero hay factores que pueden precipitar esta situación:
Crecer en un ambiente familiar poco propicio o falto de un adecuado nivel comunicativo: Esto provoca una baja autoestima, tendencia a escapar de un mundo adulto que les resulta hostil, refugiándose en las nuevas tecnologías.
Estar en un periodo de cambios tanto físicos como emocionales: En el caso de los adolescentes, la no aceptación de la propia imagen corporal, la baja autoestima, la inseguridad y otros factores, pueden hacer de las nuevas tecnologías un refugio ideal para que los adolescentes proyecten ante los otros una imagen "más ideal" o incluso "irreal" de sí mismo para hacerla más atractiva según los vigentes cánones sociales.
El ciberespacio como medio para liberarse de la ansiedad que le producen las relaciones sociales: En principio esta actividad, dentro de unos límites, no debería suponer nada pernicioso.
Es, en definitiva, la adicción, la que les impide desarrollar sus habilidades sociales en la vida real, les hace hipersensibles a los juicios de los demás y acrecienta su inseguridad. A partir de aquí se desarrolla una tendencia al aislamiento, se rompen las relaciones sociales, se incrementa el fracaso escolar y aparece la agresividad en ocasiones dirigida contra los propios miembros de la familia.
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Tipos de adicciones Una adicción es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona. La `adicción y la `dependencia` se confunden frecuentemente. Algunos autores prefieren el término `dependencia` ya que la adicción no está definida como una afección en el DSM V TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), que establece las definiciones consensuadas internacionalmente. Por ello, definir exactamente lo que se entiende por adicción no es simple ya que se asocia casi siempre únicamente con el alcohol o con el abuso de las drogas. Todas las adicciones tienen en común una serie de determinantes biopsicosociales, un impulso dirigido a realizar una determinada conducta con el objetivo de conseguir determinados efectos o evitar otros, y todas ellas tienen la capacidad de originar alteraciones en diversas áreas del funcionamiento diario de las personas. Existe una sólida interrelación entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y diversas conductas adictivas, principalmente las referidas a los Trastornos por Uso de Sustancias (TUS) y las adicciones a las Nuevas Tecnologías. Centrándonos inicialmente en el TUS, los afectados de TDAH presentan una elevada prevalencia. La presencia de esta patología dual empeora la presentación clínica, la evolución y el pronóstico de ambos trastornos comórbidos y dificulta el abordaje terapéutico tanto farmacológico como psicoterapéutico. Múltiples estudios indican que los trastornos por uso de sustancias (TUS) son mucho más frecuentes en afectados por TDAH que en la población general. La asociación entre el TDAH y el abuso o dependencia de nicotina, alcohol y otras drogas es un área de creciente interés debido a sus implicaciones en la práctica clínica, en investigación y a nivel de salud pública. Por otro lado, los niños con TDAH tienen problemas con la atención sostenida y directa, pero cuando están jugando con consolas, móviles, tablets, etc., su atención aumenta, al recibir continuamente una respuesta inmediata a sus jugadas. Sin apenas esfuerzo adicional obtienen un
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refuerzo positivo a través de puntos o premios lo que ocasiona un incremento gradual en su interés y motivación hacia su insistente uso. Es por ello que los chicos con TDAH pueden tener más posibilidades de realizar un uso excesivo e inadecuado de la tecnología, pudiéndoles causar problemas de ansiedad, alteración de sueño, obesidad, desórdenes de apego, agresión y muchas más dificultades. Ante todo, debemos prevenir los posibles factores de riesgo que propician el nacimiento de estas conductas y prestar atención a las señales de alarma que nos pueden dar indicio sobre la presencia de una adicción.
Como evitar y prevenir el uso excesivo o adicción de las TIC en niños con TDAH Los niños de hoy son básicamente "nativos digitales", es decir, desde que son pequeños están rodeados por todas las nuevas tecnologías que han aparecido con el paso de los años. Sienten atracción por todo lo relacionado con ellas, ya que satisfacen sus necesidades de entretenimiento, diversión, comunicación e información. Sin embargo, dejan en un segundo plano la capacidad formativa que tienen las TIC y no le dan toda la importancia al uso educativo que realmente tienen. Las TIC, o tecnologías de la información y la comunicación, traen muchas ventajas, pero a los padres les supone una preocupación cada vez mayor por la cantidad de tiempo que sus hijos pasan usando estas herramientas, pudiéndoles causar problemas en muchos aspectos. Los niños con TDAH tienen problemas con la atención sostenida y directa, pero cuando están jugando con consolas, móviles, tablets, etc., su atención aumenta, al recibir continuamente una respuesta inmediata a sus jugadas. Sin apenas esfuerzo adicional obtienen un refuerzo positivo a través de puntos o premios lo que ocasiona un incremento gradual en su interés y motivación hacia su insistente uso.
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Es por ello que los chicos con TDAH pueden tener más posibilidades de realizar un uso excesivo e inadecuado de la tecnología, pudiéndoles causar problemas de ansiedad, alteración de sueño, obesidad, desórdenes de apego, agresión y muchas más dificultades, por lo que hay que combatirlas interviniendo lo antes posible e introduciendo los cambios necesarios.
¿Cuándo es necesario intervenir en el uso excesivo de las TIC? Los factores que más nos pueden indicar la necesidad inmediata de intervención con respecto al uso excesivo de las TIC podrían ser:
Cuando el tiempo gastado en tecnología consume completamente el que debería usar para otras actividades.
Cuando abandona otros entretenimientos que solían ser divertidos para él, como jugar con los hermanos o sus amigos.
Cuando se retira de momentos familiares y amistades.
Cuando demanda el uso de las TIC mientras se come.
Cuando gasta mucho tiempo en Internet sin ningún propósito.
Cuando sus emociones se vuelven incontrolables al ponerle límites sobre su uso.
Cuando presenta ansiedad y cambios bruscos de estado de ánimo al separarle de ellas.
¿Cómo evitar su uso excesivo? A veces los padres recurren al uso de las tecnologías por conveniencia: Porque quieren que los niños estén entretenidos mientras terminar de hacer la cena o hablar por teléfono, en reuniones familiares o sociales, etc. Este uso erróneo provoca que las TIC pierdan su poder como refuerzo positivo ante acciones o conductas positivas que pretendamos reforzar, y termine siendo "moneda de cambio" y con el tiempo se puedan volver en contra de los propios padres. Para no caer en estos errores, es necesario tener en cuenta estos 5 consejos: 1. Los padres deben ser un modelo de uso responsable Para dar ejemplo es necesario que los padres también dejen o rebajen considerablemente el uso de las TIC. Hay que establecer límites el tiempo y usarlo para otras actividades. 2. Designar un "tiempo" para conectar con él Página 44 de 89
Dependiendo del caso, el niño puede haber comenzado la adicción por tener ansiedad social. Así que una de las nuevas reglas es diferenciar cuándo se le permite y cuándo no se le permite el uso de estos dispositivos. Se deberá sustituir por un poco de tiempo para compartir con ellos. 3. Explorar alternativas junto a él Permítele que cree una lista de las cosas que le gusta hacer. Esta no puede incluir nada de tecnología. Aplicad las ideas durante el "tiempo designado para conectar con él" cada vez que sea posible. 4. Hacer la transición poco a poco Alguien que es adicto a las TIC necesitará desconectarse progresivamente. Si se le elimina bruscamente, alimentaremos la ansiedad infantil en vez de mejorarla. Si tiene problemas de rendimiento y aprendizaje como consecuencia, no se le debe desafiar con actividades muy difíciles ni muy fáciles, porque se empeorará el estado de ánimo. 5. Buscar ayuda profesional si es necesaria Si la situación se ha vuelto incontrolable, no hay buena comunicación paterno-filial y la ansiedad es muy alta, lo mejor es buscar un profesional en psicología infantil que ayude a averiguar cuál es la raíz del problema y cómo se puede resolver.
Como prevenir su adicción Para prevenir el uso excesivo o adictivo de las TIC se deben incorporar normas a la vida de cualquier niño en general, pero particularmente éstas son mucho más necesarias en el desarrollo de la vida de los niños con TDAH. Normas básicas que los padres debieran aplicar para evitar la adicción a las TIC podrían ser:
Fijar un tiempo límite de uso.
Determinar que se debe pasar el mismo tiempo jugando y estando con sus amigos o hermanos.
Insistir en que si necesitan el ordenador e Internet para realizar actividades escolares debe limitarse a que su uso sea sólo para esto.
Priorizar los momentos en familia antes que las TIC.
Permanecer junto a ellos mientras usan los dispositivos. Página 45 de 89
Y si todo ello no es suficiente, instalar el ordenador y demás tecnologías en el salón, donde siempre se le pueda vigilar.
Relación entre TDAH y drogas En la población adolescente y adulta con TDAH los porcentajes de abuso y dependencia de substancias son más elevados que en la población general.4-5 Según un estudio realizado por el reconocido psiquiatra norteamericano Joseph Biederman, el 52% de los pacientes con TDAH en la infancia presentaron un trastorno por uso de substancias a lo largo de la vida, comparado con el 27% de la población sin TDAH.6 Este y otros estudios sugieren que las personas que padecen TDAH se inician en el consumo de substancias más temprano y la tendencia a evolucionar hacia el abuso es más rápida que en las personas que no lo padecen. 4-5 En los pacientes adultos que acuden al especialista por TDAH se ha encontrado que entre un 17%45% muestran un abuso o dependencia del alcohol y un abuso o dependencia de otras drogas entre el 9%-30%.4-7
¿Por qué existe relación entre el TDAH y drogas? Al haber tantos casos de TDAH con comorbilidad con Trastorno por Uso de Substancias y viceversa, se han sugerido varias hipótesis que expliquen esta relación: Las características propias del TDAH, como la impulsividad o los problemas sociales que conlleva, podrían predisponer al consumo de drogas. Una de las consecuencias de la impulsividad es la falta de medida en cuanto al riesgo que conllevan las decisiones tomadas y las actuaciones. Por lo tanto, los adolescentes con TDAH podrían tener menos miedo a la hora de probar las drogas y hacerlo a una edad más temprana. Otra hipótesis que se baraja es la de la automedicación, que sugiere que los pacientes con alteraciones psicopatológicas como el TDAH, inician el consumo de sustancias al hallar alivio a sus síntomas con ellas, aunque posteriormente sufrirían todas las consecuencias negativas de las drogodependencias. 4-8
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También se han planteado las hipótesis de identificación de genes relacionados con ambos trastornos y de la predisposición genética común entre los dos trastornos.4
Consejos
Apoyo, cariño y un entorno seguro son tres claves que ayudan en el paso de la infancia a
la adolescencia. La buena comunicación con el adolescente es fundamental, así como saber ponerse en su lugar, descubrir qué es lo que piensa y ayudarle a reflexionar sobre las situaciones y comportamientos.
Hablar en casa sobre las drogas de forma honesta, sin dramatizar y sin ser muy catastrofista.
Utilizar un tono sencillo y evitar interrogarles insistentemente sobre si consume o va a consumir. Es mejor entablar una conversación donde él pueda expresar su opinión sin acosarle.
Antes de hablar sobre las drogas debes informarte bien, tanto sobre el consumo, el efecto
y las consecuencias, para que lo que le transmitas no sean los típicos clichés que se oyen y que no le aportan ninguna credibilidad a tu argumentación.
No esperar a la adolescencia para hablar sobre las drogas. La pre-adolescencia es una etapa
muy importante en la que ya podemos ir dando explicaciones y consejos para que vaya formando su opinión y postura respecto a las drogas.
Convertir las drogas en un tema tabú en el entorno familiar no va a reducir las posibilidades
de que los adolescentes se enfrenten a la droga en algún momento, así que es mejor buscar la forma de hablar del tema de forma cómoda para todos.
Es importante ser coherente con lo que se dice y se hace. Si lo que decimos al adolescente
no va acompañado de una conducta coherente, se pierde credibilidad. Esto puede llegar a ser más importante que los propios consejos o la información que le facilites.
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Trastorno Bipolar El niño o adolescente con Trastorno Bipolar, se caracteriza por haber padecido más de dos episodios en los que su estado de ánimo y nivel de actividad parecen alterados. Cambios de humor extremos, aumento del
nivel
acelerado,
de
energía,
disminución
pensamiento del
sueño,
síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios. Existe un solapamiento entre los síntomas del TDAH y del Trastorno Bipolar en niños, por lo que el diagnóstico es bastante controvertido. La prevalencia de este trastorno asociado al TDAH es del 10% siendo más frecuente en los niños. El solapamiento de síntomas con el TDAH con el trastorno bipolar es todavía más marcado que para el trastorno depresivo mayor y la distimia (trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión). Los síntomas más relevantes en el trastorno bipolar son: el sentimiento de grandiosidad, el ánimo exaltado, la realización de actos atrevidos, la falta de inhibición en dirigirse a la gente, pensamiento veloz, hipersexualidad, disminución de la necesidad para dormir, pensamiento muy agudo, incremento de la productividad, humor irritable y lenguaje acelerado.
¿Por qué es tan difícil detectar o diagnosticar el Trastorno Bipolar en niños y adolescentes? En ocasiones el diagnóstico en niños y adolescentes es difícil y se confunde con otras patologías debido a:
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Que la evaluación en niños y adolescentes es peor y más complicado debido a que los niños son perores informadores que los adultos.
Los niños tienen menor capacidad de autoevaluación y autoanálisis.
Dificultades a la hora de comunicar sus problemas y dificultades.
Les cuesta identificar y reconocer que "les pasa dentro".
Dificultad para crear una buena relación terapéutica.
Esto hace que en ocasiones el tratamiento no se ajuste correctamente a causa de:
Un mal diagnóstico
La existencia de muy pocos estudios sobre efectividad de tratamientos psicológicos y psicológicos en niños con este trastorno.
Más efectos secundarios a consecuencia de la medicación en niños que en adultos.
Prevalencia y epidemiología La prevalencia del trastorno bipolar en niños es del 1% con criterios muy estrictos y de hasta el 7% de la población general si rebajamos y flexibilizamos los criterios.
Síntomas en niños y adolescentes Los síntomas de un trastorno bipolar en niños y adolescentes son muy similares a los presentados en los adultos, aunque existen pequeñas diferencias significativas:
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Depresión: Niños/ adolescentes
Disminución
o
Adultos eliminación
del
juego,
actividades escolares
Estado de ánimo bajo, tristeza, decaimiento, apatía
Estancamiento, retraso en el crecimiento
Inercia depresiva, falta de disfrute
(pérdida de peso)
Reducción del apetito
Tristeza, irritabilidad, hostilidad, agresividad
Falta de energía, cansancio, fatiga
Disminución del rendimiento escolar
Falta de concentración, atención,
Resistencia a ir al colegio, absentismo
problemas de memoria
escolar.
Manía: En el caso de los síntomas de los cuados de manía e hipomanía, éstos si se asemejan más a los de los adultos, especialmente el de los adolescentes: hipersexualidad, ideas de grandiosidad de omnipotencias, impulsividad, actividad frenética sin un objetivo definido, comprar de forma compulsiva, conducta errática, sentimientos de culpa y arrepentimiento por sus actuaciones desproporcionadas, emociones muy intensas, etc. La variable tiempo es distinta es diferente en ambos grupos (adultos- infantil): los episodios en niños-adolescentes son de mayor duración, con un curso más continua. En ocasiones la euforia y manía en niños y adolescentes se mantiene como un estado permanente. También a diferencia de los adultos una ciclación más rápida o ultrarrápida; paso de episodios de manía a depresión en poco tiempo, incluso en el mismo día (NO confundir con episodios mixtos, donde se mezcla manía y depresión, se trata de ciclación rápida). En niños y adolescentes se dan pocos periodos de eutimia, es decir, época sin presentar síntomas tanto de manía como de depresión, esto es, episodios de normalidad afectiva.
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Trastorno de Gilles de la Tourette Se caracteriza por movimientos o vocalizaciones involuntarias de forma rápida y recurrente, no rítmica que comienza repentinamente y en apariencia carece de finalidad. El estrés aumenta su frecuencia de reproducción y desaparecen durante el sueño. Este trastorno crea un gran malestar y deterioro de las relaciones sociales. La mitad de los niños con TDAH presentan tics transitorios o crónicos. Un 11% de los niños con TDAH padece este tipo de trastorno asociado. Los tics son el trastorno del movimiento más frecuente en la infancia. Se presentan en múltiples formas y son, en general, benignos. Habitualmente son transitorios y desaparecen solos, sin precisar medicación. Sin embargo, en ocasiones, pueden cronificarse y llegar a interferir en la actividad habitual del niño, repercutiendo en su dinámica familiar y escolar. Se dan con más frecuencia en los niños de entre 8 y 12 años, y son muy raros en niños menores de 7 años. Por lo general los tics desaparecen después de la adolescencia. Podemos encontrar tics de diversas etiologías:
No neurofisiológica. se generan a partir de movimientos que en un principio se repetían de forma voluntaria.
Neurofisiológica: síndrome de Tourette.
Los tics son variados, se dividen en motores y vocales o fónicos. Entre Los motores predominan en cabeza, cuello y hombros, pero pueden afectar a cualquier parte del cuerpo. Los fónicos consisten en sonidos en los que predomina el carraspeo y los sonidos guturales, aunque también pueden ser palabras o frases elaboradas. En el niño o niña, su curso es ondulante, de modo que se alternan fases buenas y malas, de unos 3-4 meses de duración. Las mayores consecuencias de los tics no son físicas, sino más bien sociales motivadas por la repercusión que tienen en el hecho de cómo los viven tanto el sujeto como su entorno. En el 75% de los casos los tics se inician entre los 4 y 10 años de edad. Es raro el inicio antes de los 2 años o después de los 18 años. En estas situaciones debe sospecharse si no se trata de movimientos anormales similares a tics o si son tics secundarios. El cuadro puede iniciarse con cualquiera de entre la variedad de tics, aunque el más frecuente ese el cierre de los párpados. Página 51 de 89
El origen aún no es bien conocido. Hace años se pensaba que la causa era exclusivamente psicológica, pero en la actualidad hay evidencias suficientes para pensar en un factor genético en el origen de los tics, especialmente los crónicos. Estas alteraciones genéticas podrían alterar el funcionamiento normal de los neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten los estímulos entre las neuronas), provocando así la aparición del tic. No obstante, aún no se ha podido identificar ningún gen concreto, y los estudios realizados en familias con varios miembros afectados sugieren la intervención de diversos genes (herencia poligénica), así como una influencia decisiva de los factores ambientales en la aparición y mantenimiento de los tics. Estos factores ambientales son también evidentes a través de la observación de los tics: se incrementan con el estrés y disminuyen con el reposo. Además, los niños mayores suelen describir una situación de disconfort inespecífica que se alivia al realizar el tic, es decir, sienten la "necesidad" de hacerlo. Este fallo en las funciones inhibitorias posiblemente sea el vínculo común con los trastornos tan frecuentemente asociados a los tics, tales como el TDAH o el TOC (Trastorno obsesivo-compulsivo). En primer lugar, hay que diferenciar los tics de otros trastornos del movimiento que pueden ser parecidos, por lo que deberá ser el especialista el que confirme el diagnóstico, sobre todo en los tics de larga evolución. Sólo un pequeño porcentaje de los tics está causado por lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas, pero estos pacientes presentan unos síntomas asociados bastante evidentes, que ayudan al neurólogo a realizar el diagnóstico. Pueden aparecer tras un traumatismo craneal, como efectos secundarios de algunos fármacos, tras ciertas enfermedades infecciosas o en algunos casos de discapacidad intelectual, autismo, etc. Finalmente, hay que considerar que, en ocasiones, los tics crónicos pueden estar asociados a otros procesos, tales como comportamientos obsesivos, ansiedad, depresión, déficit de atención con hiperactividad, trastornos del sueño y dificultades de aprendizaje. Esta patología asociada deberá ser correctamente evaluada y tratada por el neurólogo o el psiquiatra infantil, con el apoyo psicológico y pedagógico necesarios.
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Los tics pasajeros de la niñez no se tratan. El hecho de llamar la atención del niño sobre un tic puede empeorarlo o hacer que continúe. Un medio ambiente sin estrés puede hacer que los tics ocurran con menos frecuencia y ayudarlos a desaparecer más rápidamente. Los programas de reducción del estrés también pueden servir. Como hemos visto, un número significativo de niños y niñas con TDAH presentan tics, motivo por el cual, parece necesario y oportuno dar una serie de recomendaciones breves de cómo afrontarlos. En primer lugar, sería aconsejable comprender que, según el conocimiento vigente, los tics son una afección de naturaleza orgánica, que no se deben a dificultades neuróticas, ni a deficiencias educativas de crianza ni a otras tantas explicaciones ambientalistas de creencias pasadas. El niño o niña que sufre tics, puede, sin embargo, ejercer cierto control sobre ellos con el fin de disminuirlos por tiempos breves, aunque esto habitualmente le causa gran tensión. Por otro lado, las situaciones de exposición y de ansiedad en general pueden incrementarlos e incluso dispararlos. Existen diversos fármacos para tratar los tics, pero no siempre es necesario utilizarlos. El tratamiento de un niño con tics ha de ser individualizado, y se ha de reservar para los casos en que el tic trastorne, por su forma o intensidad, la actividad diaria del paciente. Además, deberán ser limitados en el tiempo, y retirarse tan pronto como se observe un control eficaz de los síntomas. Se ha de tener en cuenta que los medicamentos no curan los tics, tan sólo los controlan, y que muchos tics desaparecen espontáneamente tras cierto tiempo de evolución. Por todo ello, es necesario que detectar cuáles son las situaciones que aumentan la posibilidad de que el niño manifieste tics y cuáles le resultan útiles para moderarlos. Teniendo en cuenta todo lo anterior, exponemos a continuación unas `recomendaciones` con la única finalidad de poder afrontar con cierta garantía el tratamiento de los tics, tanto en el entorno académico como en el familiar:
Ignorar los tics en la medida de lo posible. No los observe y no haga comentarios
sobre ellos, ya que tal actividad los hará incrementar.
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Si el niño tiene un “ataque” intenso de tics permitir que se retire a algún sitio
tranquilo y con supervisión. Aunque esto, nunca debe interpretarse como un castigo (aislamiento o time out) sino como una oportunidad para relajarse.
En las tareas de escritura, lectura y evaluaciones es necesario proveer tiempo extra
para afrontar las actividades y/o asegurarle que dispondrá de él si no ha terminado el trabajo como producto de tics tales como: cabeceos, guiños, contorsiones, etc. Una acomodación tan sencilla y simple como esta, ha demostrado su eficacia para mejorar significativamente el rendimiento de estos niños.
En algunas ocasiones los niños deben ser evaluados en un espacio aparte.
En muchas ocasiones deben ofrecer información a los compañeros de clase del niño
con tics de la naturaleza del trastorno. Enfatizando que se trata de movimientos involuntarios y que le ayudarán aceptándolo de manera natural. La comprensión del grupo de compañeros deberá llevar a que sean capaces de “ignorar” los tics y eviten hacer chistes.
Si el niño o niña con tics es molestado a causa de ellos, el docente debe tener
siempre una intervención activa.
En ocasiones, los tics dificultan seriamente que el niño o niña pueda prestar
atención durante las explicaciones, por lo tanto, puede ser útil evaluar alternativas: si leer para el niño o niña por sus continuos cabeceos o guiños es difícil, pueden utilizarse reproducciones grabadas que la familia u otro niño o niña graben para él/ella o le lean. Es esencial ser cautos con esta recomendación porque muchos niños y niñas con tics quieren ser como los demás y se pueden resentir en situaciones como esta.
Cuando los niños y niñas presentan tics fónicos deben llegar a un acuerdo con él,
si se le ha de pedir que lea en voz alta delante de los compañeros. La actividad, ocasionalmente, puede hacerse a solas, aunque por otro lado no deben olvidar el ser creativo en otras formas de lectura grupal (leer en coro) son muy útiles y no interfieren tanto en la conducta del niño o niña.
En el caso de que los tics le impidan escribir de manera apropiada en las
asignaciones prolongadas, en las evaluaciones pueden recurrir a combinar métodos orales
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y periódicamente, permitir que un compañero tome notas por ejemplo con un papel de calco.
Un niño o niña con tics, especialmente cuando se presenta de manera frecuente e
intensa, va generando y acumulando rápidamente tensión, por lo tanto, será necesario realizar descansos durante las tareas.
En las situaciones que demandan o precisan quedarse quietos y callados, estos niños
y niñas habitualmente se sienten presionados con facilidad e incrementan los tics, como por ejemplo en la biblioteca, en actos públicos, etc., por lo que en la medida de lo posible se le debe permitir eximirse de participar en estas actividades.
Prestar atención a los efectos del tratamiento farmacológico y a cómo se distribuye
durante el día es de vital importancia, ya que muchos fármacos cuánto mejor neutralizan los mismos, más afectan al comportamiento cognitivo del niño originando que disminuya el nivel de alerta, somnolencia, etc.
En muchas ocasiones, algunos niños y niñas tienen como tic la tendencia
compulsiva a tocar, golpear objetos o tocar personas.
Es esencial ser tolerantes siempre porque los tics en ocasiones no responden bien a
ningún tratamiento. La enfermedad de tics más habitual es el que se denomina “tic transitorio”, el cual puede afectar hasta a un 10 % de los niños en los primeros años de la escuela. Los tics transitorios se van por sí solos. Algunos se pueden empeorar con la ansiedad, el cansancio y algunos medicamentos. Otras veces los tics no desaparecen, en el caso que duren más de un año se les llama “tics crónicos “. Los tics crónicos afectan a menos de 1% de los niños y pueden formar parte de un trastorno poco frecuente llamado Enfermedad de Gilles de la Tourette.
Consejos Como recomendaciones generales para manejar los tics pasan por:
Evitar exigir a la persona que tiene tics que los controle, ya que esto generará más ansiedad y empeorará los tics.
No burlarse ni ridiculizar a las personas con tics. Página 55 de 89
Tener en cuenta que las personas con tics no se sienten a gusto con su problema, y suelen tener afectada la autoestima.
Siempre debe incluirse dentro del tratamiento general, la información a los padres, al paciente, y a las personas que están habitualmente en contacto como los docentes o compañeros de colegio u otras actividades que realicen.
Comorbilidad en Adultos La concurrencia del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con otros diagnósticos psiquiátricos se presenta en más del 50% de los afectados. Biederman et al. (1993) refieren que el 75% de los adultos con TDAH presentan trastornos comórbidos. La comorbilidad del TDAH también está influenciada por la genética. Los adultos con TDAH presentan elevada
puntuación
"desajuste
social"
en y
escalas
de
patología
psiquiátrica, a menudo cambiante y polimorfa diagnósticos
pasando
por
(ansiedad,
diferentes depresión,
problemas de conducta, etc.). La mayoría de los afectados adultos presentará trastornos neuróticos (ansiosos, depresivos leves, obsesivos, habitualmente confundidos, descompensaciones psicoreactivas, etc.) En la evaluación del trastorno debe analizarse sistemáticamente la presencia de trastornos comórbidos. La presencia de otro trastorno además del TDAH, empeora el pronóstico y el cuadro clínico.
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Comorbilidad frecuente con otros trastornos Según Jenssen et al (2001): - Trastorno de Ansiedad: 30%
- Trastorno por Trastorno por Tics: 18%
- Trastorno Depresivo Mayor: 22%
- Trastorno Bipolar: 11%
- Trastorno por Abuso de drogas: 20%
- TDAH sin comorbilidad: 10%
Según Barkley et al. (2002): - Depresión: 10-30%
- Trastornos de personalidad: 12-28%
- Ansiedad: 25-30%
- Adicciones: 25%-50%
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TDAH y patología dual El TDAH representa un factor de riesgo independiente para desarrollar un trastorno por consumo de para desarrollar un trastorno por consumo de sustancias, TUS (Biederman et al, 1995). La gravedad del TDAH se asocia con mayor riesgo de TUS (Wilens et al.,2007). Además, según Wilens et al. (2000) la presencia de un trastorno bipolar o de conducta comórbido con el TDAH incrementa el riesgo de consumo de sustancias:
TDAH en adultos con dependencia al alcohol: 35-71% (Wilens et al, 2000)
TDAH en adultos con abuso de cocaína: 12-35% (Rousanville, et al 1991; Levin et al, 1998)
TDAH en adultos adictos a opiáceos en tratamiento: 17-22% (King et al, 1999; Eyre et al, 1982)
TDAH en adultos adictos a cannabis
TDAH en adultos adictos a cafeína
TDAH en adultos adictos al tabaco: + 70-80% (Wilens, 2007)
Tratamiento de la comorbilidad en el adulto con TDAH Si el médico establece que un trastorno comórbido es secundario al TDAH, el tratamiento del TDAH debería ir primero, ya que probablemente solucionaría el segundo. Sin embargo, en la práctica clínica esto no siempre es factible, y a veces tenemos que tratar ambos trastornos a la vez, o incluso tratar el trastorno comórbido primero para estabilizarlo y entonces empezar a tratar el TDAH (Pliszka, 2009). El tratamiento del TDAH adulto con comorbilidad incluye: tratamiento farmacológico según las características del cuadro clínico y psicoterapia, y en algunos casos también terapia de pareja.
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PROCEDIMIENTOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TDAH
E
l diagnóstico generalmente empieza dentro del aula ya que los profesores son los que detectan las primeras
manifestaciones por parte del estudiante.
Proceso para obtener un diagnóstico de TDAH Una de las mayores incertidumbres a la que se enfrentan unos padres cuyo hijo se encuentra en pleno proceso diagnóstico de TDAH, es el hecho de no tener muy claras las pruebas que se van a realizar, qué tipo de profesionales lo van a diagnosticar, etc. Un diagnóstico de TDAH puede ser realizado o bien por un profesional médico o por un psicólogo clínico. Sin embargo, en el caso de que el tratamiento que vaya a llevarse a cabo con el afectado requiera de un apoyo farmacológico, éste únicamente podrá ser realizado por un profesional médico.
Criterios del DSM-IV para diagnosticar TDAH I. Si presenta A o B: A) Seis o más de los siguientes síntomas de inatención que hayan estado presentes en la persona por lo menos durante 6 meses al punto de que sean inadecuados para el nivel de desarrollo:
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Inatención 1) A menudo no presta la debida atención a los detalles o, por descuido, comete errores en las tareas de la escuela, el trabajo y otras actividades. 2) A menudo tiene problemas para concentrarse en las tareas o en los juegos. 3) A menudo parece que no escucha cuando se le habla directamente. 4) A menudo no sigue las instrucciones y no termina las tareas de la escuela, los quehaceres o cualquier otra responsabilidad en el trabajo (no por conducta oposicional ni por no entender las instrucciones). 5) A menudo le cuesta organizar actividades. 6) A menudo evita, rechaza o se niega a hacer cosas que requieren mucho esfuerzo mental por un periodo largo (como tareas escolares o quehaceres de la casa). 7) A menudo pierde las cosas que necesita para hacer ciertas tareas o actividades (p. ej. juguetes, trabajos escolares, lápices, libros, o herramientas). 8) A menudo se distrae fácilmente. 9) Tiende a ser olvidadizo en sus actividades cotidianas.
B) Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad con impulsividad que hayan estado presentes en la persona al menos durante 6 meses, al punto de que sean inadecuados y tengan un efecto perturbador para el nivel de desarrollo:
Hiperactividad 1) A menudo juguetea con las manos y los pies o se retuerce cuando está sentado. 2) A menudo se levanta de la silla cuando debe permanecer sentado. 3) Con frecuencia corre o trepa en lugares y en momentos inoportunos (es posible que los adolescentes y los adultos se sientan muy inquietos). 4) A menudo se le dificulta jugar o disfrutar tranquilamente de las actividades recreativas. 5) A menudo “está en constante movimiento” o parece que le hubieran dado “cuerda”. 6) A menudo habla demasiado.
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Impulsividad 7) A menudo suelta una respuesta sin haber oído toda la pregunta. 8) A menudo le cuesta esperar su turno. 9) A menudo interrumpe al que esté hablando o se entromete con los demás (p. ej., irrumpe bruscamente en las conversaciones o los juegos). II. Algunos de los síntomas que causan alteraciones se presentaron desde antes de los 7 años de edad. III. Algunas alteraciones producidas por los síntomas ocurren en dos o más entornos (p. ej., escuela o trabajo y casa). IV. Debe haber clara evidencia de una alteración clínicamente considerable en el funcionamiento social, escolar o laboral. V. Los síntomas no se presentan únicamente cuando la persona sufre de trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico. Los síntomas no se atribuyen mejor a la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad).
Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:
Varios de los síntomas de falta de atención o hiperactividad/impulsividad se presentaron antes de los 12 años de edad.
Varios de los síntomas se presentan en dos o más contextos (como en el hogar, la escuela o el trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).
Hay indicios claros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, escolar y laboral, o que reducen su calidad.
Los síntomas no tienen una explicación mejor si se los asocia a otro trastorno mental (como trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad). Los síntomas no ocurren solo durante el curso de episodios de esquizofrenia u otro trastorno sicótico.
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Según los tipos de síntomas, pueden verse tres tipos (presentaciones) de TDAH:
Presentación combinada: Si se presentaron suficientes síntomas de ambos criterios, los de falta de atención y los de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos 6 meses.
Presentación en la que predomina la falta de atención: Si se presentaron suficientes síntomas de falta de atención, pero no de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos seis meses.
Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: Si se presentaron suficientes síntomas de hiperactividad/impulsividad, pero no de falta de atención, durante los últimos seis meses. Actualmente no existe una prueba única que diagnostique un TDAH, pero para obtener un
buen diagnóstico al menos se debieran realizar dos tipos de pruebas: médicas y clínicas. Las pruebas médicas se deben realizar para descartar otras patologías y consisten fundamentalmente en: analíticas de sangre y orina, medida de la tensión arterial, pruebas de audición y visión, etc. Además, los profesionales de neuropediatría y neurología suelen pedir un encefalograma y/o escáner cerebral, no como pruebas determinantes de diagnóstico de TDAH, sino para descartar otras posibles patologías como ausencias, epilepsia, etc. En cuanto a las pruebas clínicas que se deben realizar habría que destacar las siguientes pruebas psicodiagnósticas:
Una observación-entrevista con el niño.
Una entrevista con los padres.
Una entrevista con los profesores.
Escalas de Wechsler: Wuoosu (4 a 6 años), WISC-IV (5 a 16 años), Wais (13 a 65 años).
Test de caras.
D2 Test atención.
EDAH: Escala para la evaluación del trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. (Para niños de 6 a 12 años).
EMTDA-H: Escala de Magallanes: El diagnóstico tiene sus funciones básicas que son: prevenir, identificar el problema, orientar y corregir. Página 62 de 89
CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO
A
lda, Serrano, Ortiz y San (2014) indican que el tratamiento del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) debe ser individualizado para cada paciente, el mismo estará indicado y controlado por un profesional con
experiencia en el manejo del TDAH, quien al momento de plantearlo considerará lo siguiente:
La frecuencia e intensidad de los síntomas,
La repercusión de los síntomas en la vida familiar, social, escolar y/o laboral del sujeto; y,
La presencia de un trastorno comórbido.
Vásquez et al. (2010) recomiendan la aplicación de un Tratamiento Multimodal, que consiste, según Alda et al. (2014) en una intervención
farmacológica,
psicoterapéutica y psicopedagógica. Esto implica la mediación, en un mismo caso, de profesionales
de
diversas
áreas,
por
mencionar algunos: psiquiatras, psicólogos o psicoterapeutas y maestros, quienes deben contar con el apoyo incondicional de la familia y el grupo social más cercano al sujeto.
Tratamiento Farmacológico Vásquez et al. (2010) recomiendan lo siguiente previo al inicio del tratamiento farmacológico:
Brindar al cliente y a sus familiares una explicación acerca del medicamento, qué es, para qué sirve y sus efectos secundarios.
Aclarar la dosis, el horario y el tiempo de consumo del medicamento. Página 63 de 89
Explicar por qué es necesario consumir este medicamento.
Considerar que el medicamento posibilita la creación de un terreno que facilita el aprendizaje.
Saber que el medicamento no es la solución definitiva, sino una herramienta que ayuda en el tratamiento. De acuerdo con Pascual-Castroviejo (2008) desde el punto de vista farmacológico es
necesario saber que las sustancias estimulantes suelen calmar a estos sujetos mientras que las tranquilizantes los ponen más nerviosos. El autor sugiere el uso del medicamento metilfenidato, dependiendo si es de rápida o lenta liberación la dosis recomendada es de 0.3 mg tres veces al día en el primer caso o 1 mg una vez al día en el segundo caso. El mismo autor menciona que la dextro-anfetamina y la antomoxetina son medicamentos que se pueden utilizar en lugar del metilfenidato, sin embargo, este último ofrece efectos colaterales mínimos y el único requisito imprescindible para su uso es el del control periódico del médico. Alda et al. (2014) proponen la prescripción ocasional de antidepresivos del tipo de los tricíclicos.
Tratamiento Psicológico Alda et al. (2014) proponen una intervención de corte cognitivo-conductual basada en:
Terapia de Conducta: consiste en aplicar el análisis funcional de la conducta y técnicas como: la economía de fichas, el reforzamiento positivo o negativo, la extinción, el tiempo fuera o el castigo, para incrementar, mantener, disminuir o eliminar comportamientos.
Terapia Cognitiva: los autores sugieren el entrenamiento en técnicas de auto instrucción, autocontrol y solución de problemas.
Entrenamiento en Habilidades Sociales: tiene el objetivo que el sujeto aprenda comportamientos eficaces que le faciliten el manejo de sus relaciones interpersonales.
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Tratamiento Psicopedagógico Según Alda et al. (2014) la finalidad de la intervención psicopedagógica es mejorar el rendimiento académico y la adaptación escolar del niño/a o adolescente. Se utiliza como técnica la reeducación pedagógica que consiste en reforzar los contenidos curriculares en un horario posterior al académico.
Factores favorables y desfavorables para la evolución del tratamiento De acuerdo con Pascual-Castroviejo (2008) algunos factores favorables son:
Trastorno poco severo.
Buen nivel intelectual.
Familia de clase media.
Colegio que facilite la inclusión.
Buen entendimiento de padres y profesores.
No alcohol, no drogas, no tabaco.
Adecuado encausamiento profesional.
Buena elección de pareja.
Hacerles conocer que existe un nivel de competencia para cada persona y no sobrepasar el mismo.
Siguiendo al mismo autor los factores desfavorables serian:
Afectación grave.
Nivel intelectual bajo.
Comienzo temprano de los síntomas.
Familia de clase muy alta o muy baja.
Habitar en barrios marginales.
Problemas familiares. Página 65 de 89
Crianza mal orientada.
Rotación por muchos colegios.
Excesiva agresividad y crueldad.
Mal encauzamiento profesional.
Abandono temprano del hogar familiar.
Mala elección de pareja.
Muchos trastornos comórbidos.
Estar a nivel de incompetencia en la función que desempeñe.
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA
E
n el caso de niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), existe un porcentaje considerable de
padres que padecen este mismo trastorno, lastimosamente en la mayoría de los casos no se han realizado estudios o diagnósticos previos, es decir, el problema a prevalecido con ellos desde su infancia hasta su vida
adulta, ¿pero cómo se explica esto?, es importante recordar que hasta el siglo pasado el TDAH no era un tema conocido o tratado, al contrario se lo percibió como una conducta de mal o buen comportamiento. Según el artículo planteado por la Asociación Elisabeth d' Ornano, Para el Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad (2012), ratifica que, debido al componente genético asociado al trastorno, es relativamente frecuente que padres de niños con TDAH, padezcan ellos mismos un TDAH. Estos casos generan situaciones especiales y ambivalentes, comparadas con las de otros padres, ya que, por un lado, pueden entender mejor lo que les ocurre a sus hijos, pero al mismo tiempo pueden sentir mermadas sus capacidades precisamente por padecer el trastorno. Los padres que padecen de TDAH, pueden comprender mucho mejor a sus hijos, porque se identifican en sus conductas e intentarán darle un mayor apoyo, pero también se puede encontrar factores comunes que necesitarán se trabajados desde casa, hasta el aula de clase en el caso del niño y en área laboral en el caso del padre, ya que es frecuente encontrar: desorganización, dificultades de contención emocional, y de relaciones interpersonales, dificultades de atención, concentración. (Irastorza Eguskiza.2015) Los estudiantes con TDAH en la escuela presentan un desarrollo académico menor de lo que se espera. Las áreas que mayor dificultad presentan son lenguaje y matemáticas. En cuanto a Página 67 de 89
su autoestima ésta se puede ver lacerada por la experiencia de fracaso en el aula, como también, suelen mostrar un déficit en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, lo que puede dificultar la relación con sus compañeros. “Es imprescindible para mejorar las relaciones entre padres-escuela, que ambas partes conozcan y acepten las funciones de cada uno y que participen de una relación positiva.” Fundación CADAH (2012) El éxito de la terapia es el trabajar en equipo, escuela, padres estudiante y profesional tratante, el dialogo que se mantenga es muy importante y vital en la vía de apoyo y acompañamiento del niño con TDAH. Fundación CADAH (2012) Hace referencia a que “es fundamental dar la oportunidad a los niños de conseguir progresivamente un mayor grado de autonomía, que les permita lograr mayor responsabilidad y consecuentemente una mejor autoestima”. Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L.(S.f.) Menciona las estrategias de apoyo para el aula ubicadas en la atención en el aspecto de un ambiente estructurado, ambiente predecible, ambiente adecuado para el aprendizaje, a continuación, el desarrollo de cada una.
Un ambiente estructurado En los alumnos con TDAH es importante estructurar la clase, con consignas claras y precisas, debido a la dificultad que tienen para organizar antes de actuar. Es necesario prestar atención a las instrucciones dadas, evaluar si realmente son claras, completas y que ayudarán al estudiante.
A continuación, una guía que puede ayudar al momento de planificar tomado de (Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.), en su página TDAH y tú.:
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Adelantar la organización: Prepara a los alumnos para las lecciones y actividades que se van a llevar a cabo, explicando el orden en el que se va a desarrollar cada elemento a lo largo del día.
Revisar lecciones anteriores: Revisa los contenidos de la lección que se vieron por última vez, haciendo hincapié en los temas que más dificultades causaron y respondiendo de nuevo a algunas de las preguntas que surgieron durante esa clase.
Proporciona materiales de apoyo: Esto es realmente útil para apoyarles a la hora de realizar deberes y también para que puedan profundizar en lo que se ha estudiado.
Simplifica las instrucciones: Cuanto más sencillas y cortas sean las instrucciones y las tareas que se le den a los niños con TDAH más probabilidades hay de que completen lo que se les ha pedido y hagan una gestión efectiva del tiempo.
Avisar sobre las novedades: Si hay cualquier cambio en el horario de clases o alguna variación en la rutina se debe resaltar varias veces y verificar de qué se han enterado.
Horarios visibles: Habilitar en el aula un espacio para colocar el horario semanal y permitir que lo consulten siempre que sea necesario. Listado de errores frecuentes: Entregar al alumno con TDAH un folio donde por asignatura se anoten los errores que suele cometer, para que, a la hora de hacer deberes, por ejemplo, pueda
revisarlos y no los cometa de nuevo.
Listado de materiales para hacer los deberes: Esto le ayudará a organizarse y le facilitará el poder revisar que tiene las cosas necesarias para realizar todas las tareas.
Cuadernos de colores: Organizar con el alumno con TDAH el material de cada asignatura a principio de curso. Se puede establecer un cuaderno para cada asignatura o una pegatina de color en cada cuaderno, que le ayude a organizarse mejor.
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Fechas de entrega y exámenes: Es muy útil reservar siempre un mismo espacio en la pizarra para anotar las fechas de entrega de tareas o de exámenes, dando tiempo para que ellos lo anoten también en su agenda.
Un ambiente predecible Es importante tener en cuenta que para un estudiante con TDAH el cambio de una asignatura, tarea o clase a otra resulta especialmente complicado, por lo que cuanto más predecible sea lo siguiente, más facilidad tendrá para adaptarse. ( Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.): Ser predecible: La estructura y estabilidad son elementos muy importantes para los niños con TDAH, muchos de ellos no se adaptan bien al cambio. Por ello puedes explicar las cosas de forma muy segmentada, con pasos muy concretos, que dejen muy claro lo que se espera de ellos y las consecuencias por no realizarlo.
Establecer expectativas de aprendizaje: Explicar a los alumnos qué es lo que se espera que aprendan durante la clase. De esta forma estableces unas metas alcanzables y medibles desde un principio.
Establecer expectativas de comportamiento: Dejar claro cómo deben comportarse los estudiantes mientras desarrollan las actividades o se les explica la lección.
Indicar los materiales necesarios: Es mejor que se identifique los materiales que son necesarios (por muy evidentes que puedan parecer) a que ellos tengan que ir descubriendo o deducir qué es lo que necesitan.
Destacar los puntos clave: Cuando se entregue tareas a los niños subraya o resalta las palabras más relevantes para facilitar que los niños con TDAH no pierdan el foco sobre lo Página 70 de 89
que hay que hacer. Si está leyendo un enunciado en la clase, puede hacer un ejercicio para identificar los elementos más importantes de la tarea.
Avisos: Puede resultar muy útil que se avise a los alumnos de que una lección está a punto de acabar. Puede avisar con 5-10 minutos de antelación el tiempo que queda antes del cambio, para que se vayan preparando. También puede avisar al principio de la clase el tiempo que se va a empeñar en cada lección.
Un ambiente adecuado para el aprendizaje El ambiente propicio para un estudiante con TDAH, es aquel que le permite desarrollarse de una manera armónica y segura, a continuación, ciertas recomendaciones que ayudarán en el aula tomado del documento de: TDAH y tú ( Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.)
Ubicación en primera fila: Al estar más cerca de la pizarra y del profesor se distraerá menos y le será más fácil mantener la atención. Evitar apartarle o aislarle en un rincón de la clase porque puede afectar negativamente a su autoestima y puede favorecer conflictos con sus compañeros.
Evitar ponerle en evidencia: Procurar no hacer diferencias entre estudiantes con TDAH y sin él, puesto que esto podría causar rechazo por parte de los compañeros. Por supuesto, evita siempre usar el sarcasmo o la crítica.
Utiliza materiales audiovisuales: El empleo de medios diferentes (vídeo, proyector, audio…) facilita que los alumnos en general, y especialmente los que tienen TDAH presten más atención. Puedes combinarlo con trabajos en grupo para incentivar el compañerismo.
Control de la agenda: Este control debes realizarlo a diario, para asegurarte de que han apuntado todas las tareas, y también que han metido en su mochila todos los materiales necesarios para realizarlas. En el caso de adolescentes, hay que realizar este control de una forma más sutil, para no dañar su autoestima. Página 71 de 89
Compruebe el rendimiento: Debe estar pendiente del comportamiento de los alumnos para detectar posibles muestras de frustración. Proporciona más explicaciones a estos alumnos para que comprendan el contenido de la lección y sean capaces de realizar las tareas y resolver los problemas.
Facilite que corrijan sus propios errores: Explicar en cada tarea cómo identificar y corregir los errores, y proporciona un tiempo razonable para que puedan revisar su trabajo. Recuérdales elementos especialmente complicados o excepciones que deben tener en cuenta.
No limites el tiempo de los exámenes: Los exámenes con tiempo limitado pueden perjudicar notablemente a los niños con TDAH, debido a la presión del examen y del tiempo, es posible que no lo puedan completar satisfactoriamente. Puede ser de gran ayuda que permitas que los niños con TDAH dispongan de más tiempo o puedes facilitar para ellos otro formato de evaluación, a través del cual les resulte más sencillo demostrar su conocimiento.
Ordenar el pupitre: Reservar 5 minutos al día para que los alumnos organicen sus pupitres y mochilas, para que tengan los materiales necesarios a mano, y sea más fácil pasar de una asignatura a otra, evitando distracciones.
Conclusión:
El manejo de éstas estrategias ayudará al estudiante con TDAH a rendir de una manera más organizada y estructurada, dando lugar a un mejoramiento continuo en su desempeño académico, el diálogo entre padres y maestros, el ejercicio de mantener estructurado su desempeño cotidiano en casa y en la escuela, la perseverancia de ambas partes, hará que el estudiante pueda evidenciar logros.
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El padre o madre con TDAH, entenderá de una manera más sensible los
comportamientos
de
su
hijo,
dándose un mayor compromiso en el apoyo y acompañamiento pertinente, lo cual se convierte en beneficio para ambas partes. La aplicación de estas técnicas no solo ayudará al menor sino también al padre afectado con TDAH, extendiendo los niveles de logro hacia su espacio laboral y social.
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL
L
os adultos con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) manifiestan prácticamente desde la primera infancia un deseo intenso de agradar a los demás y de recibir aprobación social por lo que hace.
Desde niños al no verse cumplidas todas estas expectativas sufren una gran ansiedad y miedo al fracaso, por lo que se les hace difícil establecer objetivos a medio y largo plazo, sino que para evitar
esto
deben
ir
planteándoselos
progresivamente, de modo que, al ir viendo que pueden aprender y mejorar y ser aceptados, su auto-concepto mejora y su autoestima aumenta. Tanto adultos como los adolescentes y niños con TDAH pueden tener dificultades en las habilidades sociales por diversos motivos. Una de las grandes razones es por su impulsividad. Pero también destacan:
El reclamo constante e inadecuado de atención social
El escaso conocimiento de sí mismo
La dificultad en el reconocimiento y regulación de sus propias reacciones emocionales
La sobre-personalización de las acciones de los otros
La dificultad para aprender de las experiencias
El entrenamiento en habilidades sociales Los programas de entrenamiento en habilidades sociales para personas con TDAH tienen como objetivos principales, el de aumentar el comportamiento social apropiado y disminuir aquellas conductas sociales inapropiadas con su contexto, extrapolando los aprendizajes a diferentes situaciones reales cotidianas para mejorar su calidad de vida. Esto se consigue a través del trabajo en los siguientes aspectos: Página 74 de 89
1.- Conocer e identificar:
Las normas y comportamientos sociales adecuados y correctos a cada contexto.
Las diferentes esferas de la interacción social.
El proceso de socialización y sus partes.
Pedir ayuda, aprender a negociar y solucionar problemas.
Las diferentes técnicas de interacción social 2.- Descubrir
Las relaciones de causalidad entre el comportamiento social y sus consecuencias en el entorno.
Las aptitudes y habilidades sociales propias y en los demás. 3.- Desarrollar:
Entrenamiento asertivo: Conocer los derechos asertivos y respetarlos.
Funcionamiento empático: solidaridad social.
Manejo asertivo de los conflictos. 4.- Entrenar:
Entrenamiento afectivo: mejora de la expresión emocional.
Asertividad
En el uso de las técnicas mediante prácticas de rol-playing. 5.- Mejorar:
La expresividad (verbal y no verbal) y la comunicación social.
La comunicación en los diferentes entornos: social, escolar y familiar.
Estrategias generales Habilidades sociales básicas: Sonreír y reír, saludar, presentaciones, favores, cortesía y amabilidad, dar las gracias. Hacer amigos: Reforzar a los otros, iniciaciones sociales, unirse al juego con otros, ayudar a los demás, cooperar, compartir, pedir disculpas, responder a las bromas, negociar y convencer a los demás. Página 75 de 89
Conversaciones: iniciar, mantener y terminar conversaciones, unirse a la conversación de los otros y establecer conversaciones en grupo, formular preguntas. Expresar sentimientos, emociones y opiniones: autoafirmaciones positivas, expresar y recibir emociones y defender los propios derechos y opiniones. Optimizar la relación con otras personas: cortesía, refuerzo, conversar, realizar peticiones,
Estrategias específicas Técnica del Espejo para mejorar el auto concepto y la autoestima Desarrollo de la actividad La hemos llamado `Frente al espejo`, persigue mejorar el auto concepto y en ella, con la ayuda de un espejo, y a través de una serie de preguntas podremos guiarlo para que se observe, para que realice una introspección y exprese qué ve en el espejo cuando se mira. Está destinada a trabajar con niños, adolescentes y adultos, puesto que siempre es un buen momento para mejorar el auto concepto que tienen de ellos mismos. Será importante tener información previa a su realización, por lo que haremos una serie de preguntas que nos arrojarán luz sobre cuál es la opinión sobre ellos mismos
¿Cuándo te miras en el espejo te ves guapo/a?
¿Piensas que tienes cosas buenas que aportar a los demás? ¿Cuáles?
¿Crees que les gustas a tus amigos y compañeros tal y como eres?
¿Qué cambiarias de tu apariencia?
¿Cuándo te sientes y te ves bien, te sientes más seguro de ti mismo?
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Una vez hemos logrado que nos cuente su punto de vista sobre estos aspectos, será hora de pasar al espejo. Deberemos situarlo a su altura, en un sitio que sea cómodo para él, e ir haciéndole preguntas del tipo:
¿Qué ves en el espejo?
¿Cómo es la persona que te mira desde el espejo?
¿Lo conoces?
¿Qué cosas buenas tiene esa persona?
¿Qué cosas malas tiene quien te mira desde el espejo?
¿Qué es lo que más te gusta de esa persona?
¿Cambiarías algo de la persona del espejo?
Tenemos que hacerle ver todos los aspectos positivos que tiene la persona del espejo, que son muchos, y que aprenda a valorarlo Podrán llegar a impresionarnos expresando las características personales que perciben de ellos mismos, y la sinceridad con la que en muchas ocasiones se juzgan personalmente Podremos apoyarnos también en los compañeros con los que realicemos la actividad, realizando un intercambio de información: saber si están de acuerdo con lo que opina su compañero, qué cosas ven ellos en él que no haya dicho, etc. Con esta actividad podremos conocer cuál es la imagen que tiene la persona sobre sí misma, cómo se percibe, qué impresión cree que causa, etc. de esta manera podremos trabajar sobre los aspectos más relevantes.
El Juego de la Autoestima Desarrollo de la actividad Esta es una actividad que resulta conveniente para promover el desarrollo de la autoestima y siendo, a su vez, también efectiva para trabajar en un segundo plano el entrenamiento de habilidades como la empatía y la asertividad. Los objetivos de esta actividad consisten principalmente en que comprendan: Página 77 de 89
Qué es la autoestima.
Qué cosas o sucesos afectan a nuestra autoestima.
En qué medida nos afectan los diferentes procesos.
Todos los días nos suceden cosas que afectan a nuestra autoestima, a la forma de cómo nos sentimos con nosotros mismos. Por ejemplo, un enfado con nuestros padres, una crítica de algún amigo o amiga, puede afectar nuestra autoestima. Comenzaremos dialogando sobre el significado de la autoestima y su relación con nuestro entorno. Entregamos una hoja de papel a cada uno de los alumnos, explicándoles que esta representa su autoestima. Indicarles que leerán una serie de sucesos que nos pueden ocurrir durante el día y que afectan nuestra autoestima. Les diremos que cada vez que se lea una frase, arrancarán un pedazo de la hoja, y que el tamaño de la hoja que quiten significará más o menos la proporción de su autoestima que este suceso les quitará. Para aumentar se comprensión les daremos un ejemplo, y después de leer la primera frase quitarán un pedazo de su hoja diciendo: `esto me afecta mucho` o `esto me afecta poco`. Podemos detenernos en las frases que más nos llamen la atención y preguntar los motivos por los cuáles piensan de esa manera. Después de haber leído las frases que quitan la autoestima, les indicaremos que pueden proceder a reconstruir su autoestima juntando los trozos y armando la hoja con cada una de las frases que refuerzan la autoestima. Se les puede decir algunas frases como: ‘Imagina que en los últimos días te ha pasado lo siguiente`:
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Frases que quitan la autoestima: Una pelea con tu mejor amigo o amiga. Tu profesor o profesora ha criticado tu trabajo. Tu grupo de amigos no te ha incluido en un paseo, una fiesta, etc. Uno de tus padres te ha insultado. Un amigo o amiga ha revelado un secreto que tú le dijiste en confianza. Tus amigos se han burlado de ti por la ropa que te has puesto. Una práctica o ejercicio de matemáticas te salió muy mal. La persona a la que invitaste a salir te ha rechazado.
Frases que recuperan autoestima: Un compañero o compañera te ha pedido consejo sobre un tema delicado. Un amigo o amiga te ha pedido salir a jugar o pasear. Tus padres te han recibido con una gran sorpresa en casa. Recibiste una carta de algún amigo o amiga. Has logrado hacer un gran trabajo o un gran ejercicio. Un compañero te ha dicho: ¡Qué bien hablaste!, en una exposición, en un conflicto... Tus compañeros te han elegido como el representante de un grupo. Tu profesor te ha dicho: ¡Has hecho muy bien tu trabajo! ¡Te felicito! Hay que cerciorarse de tener la misma cantidad de frases en ambos grupos. Para finalizar, realizaremos una serie de preguntas a modo de conclusión, por ejemplo:
¿Todos habéis mejorado un poco vuestra autoestima?
¿Cuál ha sido el suceso que más ha afectado tu autoestima? ¿Por qué?
¿Cuál fue el proceso que menos afectó tu autoestima?
¿Qué podemos hacer para defender nuestra autoestima cuando nos sentimos maltratados o subestimados?
¿Qué podemos hacer para ayudar a algún amigo o amiga a mejorar su autoestima Página 79 de 89
ESTRATEGIAS DE APOYO PARA EL HOGAR
A
ctualmente el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad considera uno de los trastornos no diagnosticado más habitual en los adultos. La mayoría de veces los adultos con TDAH son diagnosticados cuando este mismo trastorno es diagnosticado a sus hijos. Hoy en día conocemos que el TDAH tiene un componente genético, mismo que hace que sea más frecuente entre hijos de padres que lo padecieron este trastorno, razón por la cual se ha terminado por aceptar que muchos adultos continúan presentando síntomas de TDAH, y, por lo tanto, están dispuestos a intervenciones que les permitan vivir mejor y reducir esos
síntomas dentro del entorno familiar. A continuación, presentamos algunas estrategias que nos permitirán una mejor convivencia en el hogar:
Intervención psicoterapéutica. Tomar conciencia acerca de su propio padecimiento del trastorno este permitirá comprender que su hijo (a) no es “malo (a)” ni se comporta a veces de forma inadecuada porque le apetezca.
Contar mentalmente diez antes de reaccionar a las conductas inadecuadas de sus hijos. Encargar a la pareja la organización de la vida familiar. Compartir actividades lúdicas, así como el deporte, excursiones, salidas interactivas, etc., ya que, van a tener gustos y emociones en común con los chicos en casa.
Esforzarse por trabajar con sus hijos en equipo. Tratar de reforzar la autoestima. Página 80 de 89
Evitar situaciones en las que se pierda la paciencia. Pedir ayuda a otros adultos para resolver conflictos que se generen dentro de la estructura familiar.
Reforzar ideas positivas sobre la convivencia en familia. Evitar la confrontación cuando las emociones son intensas y descontroladas; no tomar decisiones con la cabeza llena de sentimientos negativos.
Es recomendable utilizar un diario o agenda individual, donde conste las actividades y si estas fueron realizadas bien o mal.
Potenciar la autonomía y la toma de decisiones y organizarlas de tal manera que no afecte al círculo familiar, pero ayudarle en esta organización, sin que se sienta dirigido.
Es importante simplificar la vida: tener menos cosas y menos actividades que hacer diariamente esto hará la vida mucho más fácil, y será menos probable que se pierda objetivos o que no se llegue a cumplir metas establecidas.
Reunirse con la familia regularmente para discutir problemas y ofrecer soluciones a los conflictos familiares.
Establecer normas y límites para todos los miembros del hogar. De esta manera se controlará mejor los comportamientos negativos que hubiere.
Es importante que dentro del hogar se realicen actividades de relajación, una técnica a la que pueden recurrir todos los miembros del hogar es a la práctica de yoga, ya que esto ayudará a canalizar de mejor manera nuestros pensamientos emociones y sensaciones.
Otra estrategia de relajación sería el pintar mandalas, ya que esto permite la concentración y la atención focalizada.
En caso de ser necesario utilizar medicación recetada por un médico especializado (neurólogo o psiquiatra).
Un adecuado tratamiento psicológico puede ayudar al paciente a afrontar los problemas emocionales, cognitivos y conductuales asociados, así como en el manejo de la sintomatología refractaria al tratamiento farmacológico.
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TIPS PARA EL MANEJO DE CRISIS
E
l TDAH presenta comportamientos que afectan a quien lo padece y a quienes lo rodean, que usualmente son los padres y hermanos, por igual. La situacion puede verse agravada cuando uno de los conyuges, padres del niño o la niña con TDAH,
tambien padece del trastorno. Los ataques de ira, la agresividad, la ansiedad, la falta de concentracion, el escaso control emocional y conductual, son conductas propias en el trastono de deficit de atencion con hiperactividad, con sus caracterisiticas individuales de acuerdo a la predominancia de la hiperactividad o la desatencion. Sin embargo, se pueden sugerir varios tips para los padres que tienen TDAH y sus hijos que sufren del mismo trastorno, asi como para los padres que no padecen de TDAH y que tienen un hijo con el trastorno.
TIP 1 ORGANIZAR TODO Esto implica hacer uso de todos los recursos para mantener un orden en todos los aspectos de la vida, lo que involcra:
Trababajar para desarrollar habitos hábitos,
tanto para el padre/madre como para el niño/niña con TDAH, lo cual se logra con la repeticion constante y motivada de la conducta que se pretende establecer como habito.
Crear rutinas diarias, es decir, repetir a diario y con poca variacion las mismas actividades.
Organizar y planificar estableciendo horarios en agendas, calendarios, pegatinas, etc.
Establecer de antemano una serie de normas a seeguri para solucionar problemas que se presenten en el diario vivir.
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EXTERNALIZAR LA INFORMACION Hacer uso de:
Carteles, donde se enumeren las tareas diarias, semanales, mensuales, ubicandoles en sitios donde se pueda leer con facilidad y sin obstrucciones como la la parte interna de la una puerta.
Fotos y dibujos, que motiven a padres e hijos a continuar con el esfuerzo por controlar la conducta.
Relojes, especialemente de pared, pero tambien de muñeca con alarma, que ayuden a controlar los horarios establecidos.
Contadores, que pueden ser anillados con numeros y que permitan llevar la cuenta establecida de la cantidad de veces necesarias de repeticion de conductas o de aquellas que no deben llevarse a cabo.
Señales acústicas, que sirvan de recordatorio para las actividades programadas, y de preferencia que esten sincronizadas o formen parte de los relojes.
TIP 3. INTERNALIZAR LOS PROCESOS Llevar una guia de pensamientos es imprescindible para lograr el control de los impulsos propios del TDAH tanto en adultos como en niños. Por tanto seguir los siguiente consejos resulta de gran ayuda:
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Pensar en voz alta, es una buena manera de interiorizar lo que estamos pensando, pues fija en las conexiones neuronales la idea y facilita su transformacion en conducta.
Repetirse la orden, uno mismo tanto mentalmente como a voz baja, cumple la misma funcion que pensar en voz alta.
Autoinstrucciones, cuando se estan realizando tareas o llevando a cabo intentos de modificar conductas, y consta en frases elaboradas que mencionen normas claras y especificas
Trabajar con la imaginación ( el pasado y el futuro), es decir realizar ejercicios de visualizacion lo mas vividos posibles detallando las conductas que se deben instaurar y rechazar aquellas que resultan perjudiciales. Esto puede hacerse con la guia de un terapeuta capacitado.
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