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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................... 5 CONCEPTOS CLAVES ................................................................................................................. 6 UN ADECUADO DIAGNÓSTICO ............................................................................................. 12 COMORBILIDADES EN EL TDAH .......................................................................................... 14 Patrón Familiar.......................................................................................................................... 14 Trastorno Negativista Desafiante (TND) .................................................................................. 16 Trastorno de Conducta Disocial (TC). ...................................................................................... 18 Trastorno Depresivo.................................................................................................................. 19 Trastorno de Ansiedad .............................................................................................................. 20 Trastorno del Aprendizaje......................................................................................................... 22 Trastorno del Espectro Autista (TEA) ...................................................................................... 23 Trastorno por Uso de Substancias (TUS) ................................................................................. 25 Trastorno Bipolar ...................................................................................................................... 28 Trastorno de Gilles de la Tourette ............................................................................................ 29 Comorbilidad en Adultos .......................................................................................................... 31 CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO ....................................................................... 37 Tratamiento Farmacológico ...................................................................................................... 37 Tratamiento Psicológico ........................................................................................................... 38 Tratamiento Psicopedagógico ................................................................................................... 39 Factores favorables y desfavorables para la evolución del tratamiento .................................... 39 ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA ....................................................................... 41 Un ambiente estructurado ..................................................................................................... 42 Un ambiente predecible ........................................................................................................ 44 Un ambiente adecuado para el aprendizaje ........................................................................... 45 ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL ............................................................... 48 El entrenamiento en habilidades sociales ................................................................................. 48 Estrategias generales ................................................................................................................. 49 Estrategias específicas .............................................................................................................. 50 Técnica del Espejo para mejorar el auto concepto y la autoestima ...................................... 50 El Juego de la Autoestima..................................................................................................... 51 ESTRATEGIAS DE APOYO....................................................................................................... 54 Página 2 de 63
PARA EL HOGAR ....................................................................................................................... 54 TIPS PARA EL MANEJO DE CRISIS ........................................................................................ 56 TIP 1...................................................................................................................................... 56 ORGANIZAR TODO ........................................................................................................... 56 TIP 2...................................................................................................................................... 57 EXTERNALIZAR LA INFORMACION............................................................................. 57 TIP 3...................................................................................................................................... 57 INTERNALIZAR LOS PROCESOS ................................................................................... 57 BIBLIOGRAFร A .......................................................................................................................... 59
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INTRODUCCIÓN
¿
Cuántas veces se ha preguntado como padre o madre, porqué mi hijo tiene tal o cual comportamiento? ¿Por qué parece no escuchar cuando se le habla, o muestra dificultad a menudo para pensar
antes de actuar; pierde y/u olvida cosas esenciales; o está en constantemente movimiento? Éste, suele interrumpir y entrometerse; y sus maestros refieren que presenta las tareas incompletas, mal organizadas o con errores; llega a mostrarse agresivo con sus compañeros, tiene dificultad para seguir las normas; se levanta a menudo en situaciones en las que debería permanecer sentado; e inclusive mueve frecuentemente pies y manos. Las respuestas a todas estas preguntas las podrá encontrar precisamente en el presente manual, que explica el porqué de determinados comportamientos en un infante y cómo manejarlo, les ayudará a comprender el origen del comportamiento, por señales anómalas, alteración respecto a su entorno o puede éste provenir de un trastorno llamado Trastorno por Déficit de Atención (TDA), que se define como un trastorno de origen neurobiológico que conlleva una inmadurez en los sistemas que regulan el nivel de movimiento, la impulsividad y la atención; se puede presentar con hiperactividad o sin ella, que afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta, en el 60% de los casos. El TDA con hiperactividad (TDAH), muchas veces es por predisposición genética. Para saber si su hijo/a presenta los síntomas de TDAH debe estar encuadrado en similar comportamiento al descrito anteriormente en dos o tres ambientes en donde se desenvuelve. El TDAH puede presentarse junto con otros trastornos psiquiátricos asociados como son: trastornos de ansiedad, trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta disocial, estrés, trastorno depresivo, entre otros; a estos trastornos son a los que llamamos trastornos comórbidos. Este trastorno debe de ser detectado a tiempo y diagnosticado por un especialista, debido a que afecta a quien lo padece y a quienes lo rodean. En el presente manual se encontrarán varias recomendaciones útiles para padres e hijos que presentan TDAH, así como para los padres que no padecen de TDAH pero que tienen un hijo que presenta el trastorno. Página 5 de 63
CONCEPTOS CLAVES
E
l Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico de inicio en la edad infantil y cuyos síntomas pueden perdurar hasta la edad adulta.
Es uno de los trastornos psiquiátricos con mayor prevalencia y representa uno de los motivos más frecuentes de consulta debido a las enormes consecuencias en los diferentes aspectos de la vida del paciente. Las repercusiones potenciales que tiene sobre el desarrollo personal y familiar de la persona afectada hacen que sea uno de los trastornos más investigados en los últimos años. Es un trastorno del desarrollo del autocontrol, que engloba problemas para mantener la atención y para controlar los impulsos y el nivel de actividad. Pero, además, estos problemas ocasionan un deterioro de la voluntad del niño o de su capacidad para controlar su conducta a lo largo del tiempo, y para mantener en su mente las metas o consecuencias futuras. Estamos hablando de un estado temporal que se suele dar durante la infancia y, aunque no se cura, con el paso del tiempo van evolucionando sus características. En estos casos, no se debe a un fracaso de los padres por controlar o enseñar a su hijo a ser disciplinado, ni es un signo de malicia inherente en el niño. El TDAH es un trastorno, un problema y, a menudo, es un obstáculo para aprender o relacionarse con los demás (Barkley, 1999). Por otra parte, suelen ser niños que no piensan demasiado antes de actuar, ni tampoco parecen reconocer el peligro, lo que les hace sufrir frecuentes accidentes. A estos dos síntomas, hiperactividad e impulsividad, se le agrega un tercero que es la falta de atención.
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Durante los primeros años, los padres señalan que el niño no se centra en ningún juego ni consigue focalizar su atención en un juguete concreto durante un corto periodo de tiempo más tarde, las rutinas diarias (como lavarse los dientes, vestirse o hacer los deberes) son motivo de fricción. La desatención se manifiesta también en la escuela, donde no termina las tareas que se le encomiendan, o comete errores (Bernaldo de Quirós, 2000). Dejando a un lado la excesiva actividad motriz y centrándonos en los aspectos cognitivos, podemos concebir al TDAH como un trastorno en la respuesta de inhibición que afecta a las funciones ejecutivas durante el periodo entre la aparición del estímulo y la emisión de la respuesta y que hace posible la autorregulación (Barkley 1997). No es que el sujeto no sepa lo que hace, sino que no hace lo que sabe. Por tanto, afecta al funcionamiento adaptativo; al complejo conjunto de conductas autor regulatorias que debemos organizar para responder a las exigencias de la vida diaria, tanto sociales como académicas y de acuerdo con el progreso evolutivo normal. De este modo, aparece como una discrepancia entre potencial y ejecución: aunque el niño posee una capacidad intelectual normal, no alcanza el nivel de logro esperable al no poder controlar su impulsividad y mantener la atención. En este sentido, podemos decir que la falta de atención parece ser el eje central del trastorno y los principales problemas con que se encuentran estos niños se refieren a centrar la atención e inhibir las conductas inadecuadas. Pueden proceder a cambios frecuentes de una actividad no finalizada a otra. Los sujetos diagnosticados con este trastorno pueden iniciar una tarea, pasar a otra, entonces dedicarse a una tercera, sin llegar a completar ninguna de ellas. A menudo no siguen instrucciones ni órdenes y no llegan a completar tareas escolares, encargos u otros deberes. Estos sujetos suelen tener dificultades para organizar tareas y actividades. Principalmente las que exigen un esfuerzo mental sostenido dichas tareas son experimentadas como desagradables y, por ello, las evitan, ya que implican exigencias organizativas o una notable concentración. Esta Página 7 de 63
evitación debe estar causada por las deficiencias del sujeto relativas a la atención mantenida (que lleva a mantener la atención sobre una tarea por un periodo de tiempo) y no por una actitud negativista primaria, aunque también puede existir un negativismo secundario.
Cuando el padre o la madre tienen trastorno por déficit de atención/ hiperactividad Los padres que padecen el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, tienen la ventaja de saber cómo se puede sentir su hijo, de cómo de cuesta arriba se le puede hacer una tarea sencilla, y la desventaja de que a ellos mismos les puede resultar complicado gestionar la educación de su hijo, por las dificultades que se puede presentar en cuanto a organización, planificación, inestabilidad emocional. Cuando los padres empiezan a mirarse como reflejo de su hijo ven: que ellos eran también impulsivos o hiperactivos, que les costaba estudiar; salvo si eran muy listos, y entonces no lo notaban. Ven que son un desastre en casa, que necesitan que la mujer/marido les apoye en todo para sacar las cosas adelante. Pero lo preocupante es que también les pasa en el trabajo. Se despistan, tardan más en hacer las cosas y siempre deben de contar con un compañero que haga funciones de secretario, los adultos tienen más recursos que los pequeños y entonces consiguen tapar estas deficiencias. Pero saben que rinden menos de lo que podrían rendir. A veces no se dan cuenta porque han sido así toda la vida, y nadie les ha dicho nada. En las relaciones de pareja pueden tener dificultades de control emocional. Les cuesta canalizar su ira, son impacientes, sueltan palabras inadecuadas sin darse cuenta, interrumpen conversaciones. Necesitan también estar haciendo cosas continuamente, como deportes o hobbies. Cuando en una misma familia conviven padre, madre e hijo con TDAH, la relación y en general la vida familiar puede verse afectada, el hecho de que los padres también posean trastorno Página 8 de 63
por déficit de atención puede disminuir el estigma del hijo, al ver que él no es el único que lo padece, se puede sentir acompañado y comprendido, pero también puede provocarle sentimientos de impotencia ante la realidad de que un trastorno duradero, que aunque empieza en la infancia, también puede seguir presente en la edad adulta. Por lo tanto, en el hogar se pueden dar los siguientes problemas o situaciones a superar:
Mayor desorganización
Menor seguimiento de las tareas.
Más dificultad de contención del descontrol emocional de cualquiera de los dos afectados, se toleran peor las frustraciones, con lo que disminuye la confianza para afrontar las dificultades de cada día.
Sentimiento de no poder controlar las situaciones de excitación y agresividad. Estos descontroles emocionales son más intensos y frecuentes en el hijo, el padre debe de tener más capacidad de autocontrol.
Dificultad en las relaciones interpersonales. El chico a veces no se ve como los demás, tiene menos confianza para relacionarse. El padre a veces se pone irritable si no le dan la razón, pero oculta más sus emociones que el niño.
Menor cumplimiento de los planes a largo plazo: falla la planificación, el cómo se preparan los objetivos paso a paso, y puede no realizarse lo prioritario por ser más costoso.
Tendencia a caer en la inercia y dejarlo para el día siguiente; “empiezo a hacer algo y lo dejo sin terminar porque me voy a hacer otra cosa”.
Si el hijo ve un ejemplo en la desorganización de su padre, minimiza el perjuicio y las consecuencias.
Como parte positiva de la hiperactividad es la tendencia a realizar actividades creativas, como pintura, teatro, danza, baile, deporte. Se pierde la inercia a no hacer nada, y se potencian capacidades no descubiertas.
Riesgo de hacerse dependientes a las nuevas tecnologías: las redes sociales en internet o en el móvil, los videojuegos, el chat, etc.
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Falta de comunicación por pensar que no tiene solución, “si mi padre es como yo y tiene más años, yo tengo menos responsabilidad”.
Efecto positivo con el tratamiento: “mi hijo recibe tratamiento y se encuentra más tranquilo y centrado”.
La toma de conciencia acerca de su propio padecimiento del trastorno les permitirá entender más fácilmente que su hijo no es “malo” ni se comporta a veces de forma inadecuada porque le apetezca. Él o ella, mejor que nadie, sabrán que no pueden evitar algunas conductas perturbadoras, que las críticas de los demás les irán minando la moral y les harán sentir mal, aunque a veces no lo parezca, y que alabar lo que hacen bien tiene un efecto mucho mayor que estar continuamente recordándoles lo que hacen mal (como hace casi todo el mundo a su alrededor). Igualmente, comprenderán mejor la necesidad de estructurarles las tareas, de darles una referencia temporal cada poco tiempo, de establecer con ellos unas normas claras, de mirarles a la cara cuando se les habla, etc. Por todo ello, es importante que los padres que padecen TDAH consulten al especialista para ir adquiriendo una mayor conciencia acerca del trabajo individual que pueden llevar a cabo para contribuir a la salud de su hijo y mejorar la relación entre ambos. En estos casos es especialmente importante la psicoeducación.
Consejos útiles para fijárselos como cosas a tener en cuenta para mejorar la vida en el entorno familiar y el apoyo al niño con TDAH:
Contar hasta diez antes de reaccionar
a las conductas perturbadoras de sus hijos.
Intentar un mensaje común de la
pareja hacia el hijo. Aunque los padres sean de distinta manera de ser, no ha de haber un padre más tolerante y una madre muy estricta, o viceversa.
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Compartir actividades lúdicas de disfrute mutuo como deporte, excursiones, etc., ya que, van a tener aficiones y sensaciones comunes.
Esforzarse por trabajar con sus hijos en equipo para superar esas situaciones difíciles que él ya conoce por experiencia.
Tratar de reforzar la autoestima de su hijo con aquellas estrategias que funcionaron con él.
Retirarse del escenario en situaciones en las que vea que va a perder los papeles.
Pedir ayuda antes de que ocurra algo de lo que luego pueda arrepentirse.
Tratar de distanciarse emocionalmente de situaciones que le produzcan especial sufrimiento porque le recuerda situaciones ya vividas.
Hablarle a su hijo de la experiencia propia.
Reforzar que, igual que a pesar de las dificultades que él mismo pasó, ha conseguido formar una familia maravillosa como la que todos juntos forman.
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UN ADECUADO DIAGNÓSTICO
A
la hora de realizar un adecuado diagnóstico es necesario ejecutar un proceso de
valoración adecuado, más adelante se detallarán los procedimientos, tomando en cuenta siempre el diagnóstico diferencial, puesto que el diagnóstico es el punto de partida y si no se efectúa un correcto diagnóstico tanto al menor como a los padres, por ende, el profesional no otorgará el correspondiente tratamiento y seguirán las
dificultades a nivel personal, familiar, escolar y laboral. El hecho que el padre o la madre tengan el mismo diagnóstico dificulta que evidencie los síntomas del hijo en ese caso es necesario que para el diagnóstico colabore en las entrevistas un familiar cercano, maestros o una persona que conozca acerca de su comportamiento y aporte para realizar la entrevista. (Martínez M, 2011), En los primeros años de la infancia es difícil diferencias los signos y síntomas del Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) con ciertos comportamientos propios de la edad en niños activos (corretear, levantarse de la silla, actuar ruidosamente entre otros.) Algunos trastornos o dificultades médicas pueden manifestarse por síntomas presentes o nucleares del TDAH lo que interfiere en la correcta identificación del trastorno. Esta dificultad aumenta cuando algunos de estos trastornos están asociados o son comórbidos al propio TDAH (trastornos de ansiedad, problemas de sueño, estrés ambiental, inquietud, inmadurez cognitiva entre otros.
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La dificultad principal a la hora de identificar el TDAH correctamente parte del desconocimiento del trastorno cuando no existe información de las características del trastorno y sus manifestaciones desde las familias o los centros escolares. También la identificación del trastorno a menudo resulta difícil a los profesionales de la salud debido a la posible presencia de otros problemas o alternaciones por lo que es necesario una evaluación integral que participen un equipo de profesionales como el psicólogo, el psicopedagogo, el neurólogo, el psiquiatra y el médico. Cuando se evalúe se debe tomar en consideración los manuales de diagnóstico como el DSM-V y el CIE-10, que los criterios se cumplan dentro de los periodos de tiempo establecidos para consideran un trastorno. Además, se debe conocer problemas médicos, psiquiátricos, visión, audición, problemas tiroideos, problemas ambientales, coeficiente intelectual, diferenciar trastornos afectivos, trastornos de aprendizaje, trastornos de conducta, uso de fármacos, ambientes desfavorables o crisis (Masson, 2002). Por otro lado también se puede realizar terapias familiares donde el evaluador podrá observar el comportamiento de los progenitores no sólo del niño con TDAH, se puede descubrir síntomas o interacciones que estén causando conflictos, si bien es cierto tenemos el apoyo de diferentes escalas para evaluar
TDAH,
diagnóstico
se
pero
para
el
complementa
la
observación, la entrevista, la historia clínica,
hábitos,
evaluación
psicopedagógica, evaluación neuropsicológica, los antecedentes, toda la psicoanamnesis, personal, familiar y social, exámenes médicos, neurológicos que darán eficacia a un diagnóstico acertado.
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COMORBILIDADES EN EL TDAH ¿Qué son las Comorbilidades?
E
l
Trastorno
por
Déficit de Atención e Hiperactividad
puede
presentarse junto con otros trastornos psiquiátricos
asociados.
Estos
trastornos son lo que llamamos trastornos comórbidos.
Cuando nos encontramos con un TDAH con comorbilidades se complica el diagnóstico, empeora la evolución y puede que exista una menor respuesta al tratamiento.
Se complica el diagnóstico.
Empeora la evolución.
Puede disminuir la respuesta al tratamiento.
Patrón Familiar Se ha observado que el déficit por trastorno de atención con hiperactividad es más frecuente en los familiares biológicos en primer grado de niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Los estudios realizados también sugieren la existencia de una mayor prevalencia de trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos del aprendizaje, trastornos relacionados con sustancias y trastorno antisocial de la personalidad en miembros de la familia de personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
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Cuando en una misma familia conviven padre o madre e hijo con TDAH, la relación y en general la vida familiar puede verse afectada. El hecho de que un padre también sea hiperactivo puede disminuir el estigma del hijo, al ver que él no es el único que lo padece, se puede sentir acompañado y comprendido.
Pero también
puede provocarle sentimientos de impotencia ante la realidad de que un trastorno duradero, que, aunque empieza en la infancia, también puede seguir presente en la edad adulta. Esto nos lleva a que los padres o alguno de ellos presenten TDAH también y dificulten el tratamiento y diagnóstico de sus hijos pues no pueden prestarle la atención necesaria. Por lo tanto, en el hogar se pueden dar los siguientes problemas o situaciones a superar:
Mayor desorganización.
Menor seguimiento de las tareas.
Recae más el peso en la persona de la pareja que no padece el trastorno.
Más dificultad de contención del descontrol emocional de cualquiera de los dos afectados, se toleran peor las frustraciones, con lo que disminuye la confianza para afrontar las dificultades de cada día.
Sentimiento de no poder controlar las situaciones de excitación y agresividad. Estos descontroles emocionales son más intensos y frecuentes en el hijo, el padre debe de tener más capacidad de autocontrol.
Dificultad en las relaciones interpersonales. El chico a veces no se ve como los demás, tiene menos confianza para relacionarse. El padre a veces se pone irritable si no le dan la razón, pero oculta más sus emociones que el niño.
Menor cumplimiento de los planes a largo plazo: falla la planificación, el cómo se preparan los objetivos paso a paso, y puede no realizarse lo prioritario por ser más costoso.
Tendencia a caer en la inercia y dejarlo para el día siguiente; “empiezo a hacer algo y lo dejo sin terminar porque me voy a hacer otra cosa”.
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Si el hijo ve un ejemplo en la desorganización de su padre, minimiza el perjuicio y las consecuencias.
Como parte positiva de la hiperactividad es la tendencia a realizar actividades creativas, como pintura, teatro, danza, baile, deporte. Se pierde la inercia a no hacer nada, y se potencian capacidades no descubiertas.
Riesgo de hacerse dependientes a las nuevas tecnologías: las redes sociales en internet o en el móvil, los videojuegos, el chat, etc.
Falta de comunicación por pensar que no tiene solución, “si mi padre es como yo y tiene más años, yo tengo menos responsabilidad”.
Efecto positivo con el tratamiento: “mi hijo recibe tratamiento y se encuentra más tranquilo y centrado”.
Según el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos MentalesDSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), los trastornos comórbidos asociados al TDAH que más aparición tienen en el mismo son:
Trastorno Negativista Desafiante (TND) (ODD, de Oppositional Defiand Disorder) Es una de las comorbilidades más frecuentes en niños y adolescentes con TDAH. El diagnóstico suele realizarse en la edad escolar, durante la primaria, aunque al recabar la información de la historia resulta posible verificar la presencia de algunas manifestaciones en la edad pre-escolar. El ODD se caracteriza por un patrón recurrente e inapropiado. Este patrón conductual afecta de manera importante su vida social, académica y la función ocupacional, conduce a importante alteración en la relación con los padres, hermanos, otros miembros de la familia, compañeros, profesores, etc. Página 16 de 63
Criterios del ODD (DSM-IV TR) A) Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos seis meses y en el que están presentes cuadro o más de los siguientes comportamientos:
Se encoleriza e interrumpe en pataletas
Discute con adultos
Desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus órdenes o demandas
Molesta deliberadamente a otras personas
Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
Es susceptible o fácilmente molestado por otros
Colérico, resentido
Rencoroso o vengativo
B) Deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral. C) Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el trascurso de un trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo. D) No se cumplen los criterios de trastorno disocial y, si el sujeto tiene 18 años o más, tampoco los del trastorno antisocial de la personalidad.
Se estima que afecta al 3% de los niños en edad escolar. En el caso del TDAH entre 30 a 50% de los niños pueden presentar el patrón del ODD o rasgos relacionados con el mismo, esto obliga a investigar la posibilidad de este diagnóstico en todo niño y adolescente que es diagnosticado con TDAH. El ODD puede ser comórbido con: - TDAH
- Problemas de aprendizaje
- Trastornos del humor
- Problemas del lenguaje
- Trastornos del estado de ánimo
- Problemas del lenguaje
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Trastorno de Conducta Disocial (TC). Según el manual de diagnóstico DSM-IVTR (APA, 2002) el trastorno disocial está considerado como un trastorno grave de conducta. Se
caracteriza
por
un
patrón
de
comportamiento persistente y repetitivo en el que se violan los derechos básicos de los otros o importantes normas sociales adecuadas a la edad del sujeto. Comportamientos cualitativos y cuantitativos que van mucho más allá de la simple "maldad infantil" o la "rebeldía adolescente". Estas manifestaciones suelen ir unidas a una serie de situaciones familiares, sociales, escolares que influyen tanto en su origen como en su mantenimiento. Los comportamientos típicos del trastorno disocial pueden ser:
Agresiones a otras personas (intimidar, fanfarronear, ser cruel con otras personas, iniciar peleas, ocasionar daño físico, forzar a una actividad sexual, etc.), o a animales.
Dañar la propiedad de otros (incendios, destrucción deliberada...).
Fraudulencia o robo (violentar el hogar, la casa o el automóvil de otra persona, mentir para obtener favores, timar, etc.)
Violaciones graves de normas (transgredir normas paternas, salidas-escapadas nocturnas sin permiso antes de los 13 años de edad, hacer novillos en la escuela, etc.)
Además de la presencia de estos síntomas, el trastorno disocial provoca un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral. El trastorno disocial solo se puede diagnosticar hasta los 18 años, si el individuo/a tiene 18 años o más, entonces estaríamos ante un caso de trastorno antisocial de la personalidad.
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En estos casos la situación se agrava debido a la existencia previa en estos jóvenes de una personalidad disocial o un trastorno disocial de base. La comorbilidad de ambos trastornos supone, por tanto, la manifestación de acciones más graves como conductas agresivas o delictivas, las cuales suponen un deterioro y un perjuicio grave y significativo para ellos mismos y su entorno, pudiendo incluso aparecer problemas con la justicia.
Trastorno Depresivo El estado de ánimo puede ser normal, elevado o deprimido. Habitualmente las personas experimentan un amplio abanico de estados de ánimo y de expresiones afectivas. La gente siente que tiene cierto control sobre su estado de ánimo. En los trastornos del estado de ánimo se pierde esta sensación de control y se experimenta un malestar general. La depresión es una enfermedad que afecta el estado de ánimo, los pensamientos y por lo tanto al organismo total. Es un sentimiento persistente de inutilidad, de pérdida de interés por el mundo y de falta de esperanza en el futuro que modifica negativamente la funcionalidad del sujeto. En niños con TDAH se ha descrito síntomas de depresión entre 14,7 y 75%, dependiendo del estudio epidemiológico o clínico. Los problemas académicos y sociales que experimentan los niños con TDAH pueden provocar síntomas de indefensión (excesiva preocupación por los acontecimientos específicos, ansiedad de separación, fobia social...) que van a incidir de forma negativa en la percepción de la competencia personal. Se debe hacer notar que no es raro que algunos síntomas depresivos pasen desapercibidos por los padres, y únicamente a partir de la entrevista individual con el niño puedan ser evidenciados. Los padres pueden ser muy conscientes de la falta de concentración, la impulsividad y los problemas de conducta, pero pueden tener poco conocimiento sobre los sentimientos de culpa y problemas del sueño. Página 19 de 63
Los aspectos depresivos que más se suelen apreciar en niños con TDAH son la falta de autoestima, estado de ánimo irritable, falta de energía, somatizaciones y problemas del sueño. También debe hacerse notar que algún síntoma relacionado con la dificultad para concentrarse es propio tanto del TDAH como del trastorno depresivo. Los niños deprimidos según los criterios se caracterizas por: sentimientos de preocupación excesiva, tristeza o deseo de aislamiento, irritabilidad persistente, aburrimiento, alteraciones en el apetito y sueño, quejas físicas y dolores abdominales, cansancio, disminución de la concentración e ideas de muerte recurrente. Los problemas académicos y sociales que experimentan los niños con TDAH pueden provocar síntomas de indefensión (excesiva preocupación por los acontecimientos específicos, ansiedad de separación, fobia social...) que van a incidir de forma negativa en la percepción de la competencia personal.
Trastorno de Ansiedad Los niños y adolescentes afectados por Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sufren a menudo inquietud y preocupación como consecuencia de la anticipación de posibles problemas o peligros. En ocasiones estos estados puntuales de tensión física y emocional se agravan y se cronifican provocando un deterioro de la funcionalidad del individuo y empeorando aún los síntomas de inatención, distractibilidad, agitación e hiperactividad. Para poder reconocer un problema o trastorno de ansiedad es necesario prestar atención a la sintomatología. Los síntomas de la ansiedad se manifiestan a través de diferentes manifestaciones psicofísicas según cada persona:
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Estos niños presentan un riesgo tres veces mayor que la población infantil sin TDAH. Los niños con TDAH que sufren de ansiedad manifiestan principalmente los siguientes cuadros:
Trastorno de ansiedad generalizada,
Trastorno de ansiedad por separación: ansiedad excesiva cuando el niño/a se separa o espera separarse del hogar o de las personas a las que está unido afectivamente.
Estrés escolar: Estado de ansiedad permanente por tener que acudir a la escuela donde experimenta malestar como consecuencia de problemas
con
los
iguales,
problemas
académicos, elevada exigencia, falta de apoyo, rechazo social o aislamiento.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y
Fobia social Página 21 de 63
Trastorno del Aprendizaje Interfiere
significativamente
en
el
rendimiento escolar o en las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para la lectura, escritura, cálculo matemático y desarrollo del lenguaje
narrativo.
Afecta
también
a
la
productividad y fluidez en el desarrollo de tareas que requieran organización. Presentan un vocabulario muy limitado, mala construcción de las frases y conjugan mal los tiempos verbales. Los niños con TDAH que presentan mayor nivel de déficit de atención tienen más problemas asociados a trastornos de aprendizaje, que los que son hiperactivos-impulsivos. Se estima que afecta al 20% de los niños con TDAH. En ocasiones, tanto en la práctica educativa como en el entorno familiar cuando se habla de dificultades a la hora de la adquisición del aprendizaje, los términos `trastorno` `dificultad` y `problema` parecen entremezclarse, llegando a originar dudas y confusión entre ellos. Cuando hablamos de problemas del aprendizaje, nos referimos a las necesidades educativas que pueden presentar algunos niños en algún momento de su escolaridad y que obligan a ajustar el proceso de enseñanza-aprendizaje a los mismos. Muchos niños con TDAH presentarán dichos problemas como consecuencia de la sintomatología propia del trastorno. Entre otros encontramos:
Impulsividad: El niño impulsivo elaborará respuestas sin un análisis previo, lo que le conllevará errores en las mismas.
Inatención: A los niños que presentan TDAH suele suponerles mucho esfuerzo concentrarse en las tareas escolares, como consecuencia, no llegan a acabar las tareas impuestas o invierten un tiempo excesivamente largo en las mismas.
Memoria: Un déficit en la misma puede llevar a estos niños a presentar recuerdos incompletos, fallos al seguir las instrucciones, mantenimiento de los errores, mala
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comprensión de las instrucciones, baja resolución de problemas matemáticos, mala comprensión lectora, etc. Estos problemas, pueden solventarse cuando se ponen en marcha las medidas y estrategias educativas ordinarias necesarias para que dichas necesidades puedan ser cubiertas (trabajo mediante auto instrucciones, método estructurado, autoanálisis, supervisión, flexibilización de tiempos y espacios) ya que los factores extrínsecos al individuo y los factores institucionales pueden ser una de sus causas. En otro grupo encontraríamos los trastornos o dificultades específicas del aprendizaje, que algunos alumnos pueden presentar:
Dificultades en la lectura (Dislexia)
Dificultades en la expresión escrita (Digrafía)
Dificultades matemáticas. (Discalculia)
Trastorno del Espectro Autista (TEA) Presentan problemas de interacción social, problemas de comunicación y un patrón repetitivo de conductas. Según un estudio, el 33% de los niños con TEA presentan síntomas de TDAH
de
tipo
inatento,
el
26%
de
tipo
combinado
(déficit
de
atención
e
hiperactividad/impulsividad), el otro 41% no presenta comorbilidad. Una de las comorbilidades que genera una gran problemática al niño con un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Incluso, a la hora de enfrentar la intervención todo cambia, no es exactamente el mismo enfoque que en TEA ni el mismo enfoque que en TDAH. Por complicar más aún las cosas. Además, si el niño no progresa adecuadamente cuando llega la pubertad el riesgo de presentar conductas agresivas aumenta de forma considerable en comparación a la media. Afrontar el hecho de que el niño tenga TEA + TDAH implica cambiar algunos planteamientos, e incluso la percepción de la familia y el equipo de intervención. En cuanto a la comorbilidad hay diferencias entre el Asperger y Autismo, siendo más alta la incidencia en el Asperger. No obstante, las cifras porcentuales varían mucho en función de los autores. En el estudio de Tani y col. (2006) en un muestreo de 20 adultos con Asperger, estimaron Página 23 de 63
que 14 de ellos presentaron en su infancia rasgos compatibles con el TDAH. Según Sturm y col. (2004) un 95% de los niños con un diagnóstico TGD presentaron problemas de atención y un 50% de impulsividad. Y alrededor del 75% un cuadro compatible con TDAH en diferentes grados. Frazier y col. (2001) aumentan al 83% la cantidad de niños con TGD susceptibles de cumplir criterios para TDAH. No existe diferencia de género a la hora de las tasas de comorbilidad, son prácticamente las mismas en niñas que en niños, no obstante, sabemos que en el caso de las niñas nos encontramos con muchas dificultades a la hora de establecer un diagnóstico preciso y muchos autores hablan de un infradiagnóstico en féminas. En cuanto al perfil cognitivo, los niños con Asperger tienen muchas más similitudes con los niños con TDAH que las que puedan tener los niños con Autismo, teniendo también mayor incidencia el déficit de atención en el Asperger. Es destacable la problemática compartida tanto en TDAH como TEA de alteraciones en la función ejecutiva, aunque según sugieren diversos autores, la evolución de este déficit varía entre TDAH y Asperger. Otro de los problemas más importantes a la hora de establecer índices reales de comorbilidad vienen relacionados directamente a un exceso de medicalización en el niño con TEA, el uso de fármacos oculta, enmascara o altera esos rasgos que pueden denotar la presencia de un déficit de atención y/o hiperactividad, siendo algo a considerar de forma importante, ya que el uso de medicación no solventa el déficit y, tal y como afirma Francisco Rodríguez (2009), expone al niño al riesgo de los efectos secundarios sin resolver la causa. En cualquier caso, el porcentaje de prevalencia real del TEA con TDAH no está a día de hoy suficientemente investigado, y el mismo muestreo puede ser bastante cuestionado, ya que la observación diaria nos rebaja de forma sustancial ese porcentaje, pero aún y así, la comorbilidad es lo suficientemente alta como para tenerla en consideración. Habría también que tomar en cuenta los solapamientos de fenotipo entre ambos trastornos, cosa que hasta ahora no está suficientemente bien investigada.
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Uno de los aspectos que presenta la comorbilidad entre TEA + Déficit de Atención + Hiperactividad es la complejidad en la intervención. El propio problema de la definición diagnóstica ha generado una especie de vacío. Tenemos información para la intervención en casos de TEA y de TDAH, pero cuando aparece combinado realmente no vale mezclar las pautas para hacer una sola, hay que establecer un plan específico acorde al niño, ya que la variabilidad puede ser muy grande de un niño a otro y además en función de la severidad del grado, tanto del TDAH como del TEA, se establecerán pautas y modelos diferentes.
Trastorno por Uso de Substancias (TUS) Tener TDAH aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias adictivas. Además, el TDAH se ha asociado con un inicio más temprano del abuso de sustancias, con un mayor número de diagnósticos comórbidos de TUS y con mayores dificultades para mantener la abstinencia tras las desintoxicaciones. Resulta complicado identificar a los pacientes con abuso de sustancias que también padecen TDAH, porque a menudo se asocian a otros trastornos psiquiátricos que se solapan con muchos de los síntomas del TDAH. Se ha estimado que un 52% de pacientes diagnosticados con TDAH presentan un trastorno por uso de substancias. Los trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH, que debutan en el periodo de desarrollo del niño, generan alteraciones a nivel clínico y del funcionamiento personal, social y académico. De todos ellos, el trastorno que se ha relacionado de forma inequívoca con una mayor vulnerabilidad al abuso de sustancias, es el TDAH. Los pacientes con TDAH presentan una elevada prevalencia de trastorno por uso de sustancias y, a su vez, los sujetos con trastornos adictivos tienen con mayor frecuencia un diagnóstico de TDAH. Página 25 de 63
Los resultados de las investigaciones, ponen de manifiesto la importancia de realizar un diagnóstico y tratamiento correctos del TDAH durante la infancia, sin retrasar el inicio del mismo hasta la edad adulta, con la finalidad de prevenir, en la medida de lo posible, el abuso y dependencia de sustancias. Dichas investigaciones revelan que el TDAH es por sí sólo un factor de riesgo para desarrollar un TUS (Davids et al., 2005; Sharps et al., 2005).
Una adicción es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona. Existe una sólida interrelación entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y diversas conductas adictivas, principalmente las referidas a los Trastornos por Uso de Sustancias (TUS) y las adicciones a las Nuevas Tecnologías. Centrándonos inicialmente en el TUS, los afectados de TDAH presentan una elevada prevalencia. La presencia de esta patología dual empeora la presentación clínica, la evolución y el pronóstico de ambos trastornos comórbidos y dificulta el abordaje terapéutico tanto farmacológico como psicoterapéutico. Múltiples estudios indican que los trastornos por uso de sustancias (TUS) son mucho más frecuentes en afectados por TDAH que en la población general. La asociación entre el TDAH y el abuso o dependencia de nicotina, alcohol y otras drogas es un área de creciente interés debido a sus implicaciones en la práctica clínica, en investigación y a nivel de salud pública Ante la pregunta más comúnmente realizada de si las nuevas tecnologías son en sí mismas, un factor de riesgo para la adicción, la mayoría de expertos coinciden en señalar que dichas tecnologías no generan, por sí mismas, la adicción.
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Los afectados de TDAH ya por esta misma condición se encuentran en situación de riesgo de caer en un uso erróneo de las Nuevas Tecnologías e incluso en una adicción. Pero hay factores que pueden precipitar esta situación:
Crecer en un ambiente familiar poco propicio o falto de un adecuado nivel comunicativo: Esto provoca una baja autoestima, tendencia a escapar de un mundo adulto que les resulta hostil, refugiándose en las nuevas tecnologías.
Estar en un periodo de cambios tanto físicos como emocionales: En el caso de los adolescentes, la no aceptación de la propia imagen corporal, la baja autoestima, la inseguridad y otros factores, pueden hacer de las nuevas tecnologías un refugio ideal para que los adolescentes proyecten ante los otros una imagen "más ideal" o incluso "irreal" de sí mismo para hacerla más atractiva según los vigentes cánones sociales.
El ciberespacio como medio para liberarse de la ansiedad que le producen las relaciones sociales: En principio esta actividad, dentro de unos límites, no debería suponer nada pernicioso.
Es, en definitiva, la adicción, la que les impide desarrollar sus habilidades sociales en la vida real, les hace hipersensibles a los juicios de los demás y acrecienta su inseguridad. A partir de aquí se desarrolla una tendencia al aislamiento, se rompen las relaciones sociales, se incrementa el fracaso escolar y aparece la agresividad en ocasiones dirigida contra los propios miembros de la familia.
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Trastorno Bipolar El niño o adolescente con Trastorno Bipolar, se caracteriza por haber padecido más de dos episodios en los que su estado de ánimo y nivel de actividad parecen alterados. Cambios de humor extremos, aumento del nivel de energía, pensamiento acelerado,
disminución
del
sueño,
síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios. El solapamiento de síntomas con el TDAH con el trastorno bipolar es todavía más marcado que para el trastorno depresivo mayor y la distimia (trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión). Los síntomas más relevantes en el trastorno bipolar son: el sentimiento de grandiosidad, el ánimo exaltado, la realización de actos atrevidos, la falta de inhibición en dirigirse a la gente, pensamiento veloz, hipersexualidad, disminución de la necesidad para dormir, pensamiento muy agudo, incremento de la productividad, humor irritable y lenguaje acelerado. En ocasiones el diagnóstico en niños y adolescentes es difícil y se confunde con otras patologías debido a:
Que la evaluación en niños y adolescentes es peor y más complicado debido a que los niños son perores informadores que los adultos.
Los niños tienen menor capacidad de autoevaluación y autoanálisis.
Dificultades a la hora de comunicar sus problemas y dificultades.
Les cuesta identificar y reconocer que "les pasa dentro".
Dificultad para crear una buena relación terapéutica.
Esto hace que en ocasiones el tratamiento no se ajuste correctamente a causa de: Página 28 de 63
Un mal diagnóstico
La existencia de muy pocos estudios sobre efectividad de tratamientos psicológicos y psicológicos en niños con este trastorno.
Más efectos secundarios a consecuencia de la medicación en niños que en adultos. La prevalencia del trastorno bipolar en
niños es del 1% con criterios muy estrictos y de hasta el 7% de la población general si rebajamos y flexibilizamos los criterios.
Trastorno de Gilles de la Tourette Se caracteriza por movimientos o vocalizaciones involuntarias de forma rápida y recurrente, no rítmica que comienza repentinamente y en apariencia carece de finalidad. El estrés aumenta su frecuencia de reproducción y desaparecen durante el sueño. Este trastorno crea un gran malestar y deterioro de las relaciones sociales. La mitad de los niños con TDAH presentan tics transitorios o crónicos. Un 11% de los niños con TDAH padece este tipo de trastorno asociado. Los tics son el trastorno del movimiento más frecuente en la infancia. Se presentan en múltiples formas y son, en general, benignos. Habitualmente son transitorios y desaparecen solos, sin precisar medicación. Sin embargo, en ocasiones, pueden cronificarse y llegar a interferir en la actividad habitual del niño, repercutiendo en su dinámica familiar y escolar. Se dan con más frecuencia en los niños de entre 8 y 12 años, y son muy raros en niños menores de 7 años. Por lo general los tics desaparecen después de la adolescencia. Podemos encontrar tics de diversas etiologías:
No neurofisiológica. se generan a partir de movimientos que en un principio se repetían de forma voluntaria.
Neurofisiológica: síndrome de Tourette. Página 29 de 63
Los tics son variados, se dividen en motores y vocales o fónicos. Entre Los motores predominan en cabeza, cuello y hombros, pero pueden afectar a cualquier parte del cuerpo. Los fónicos consisten en sonidos en los que predomina el carraspeo y los sonidos guturales, aunque también pueden ser palabras o frases elaboradas. En el niño o niña, su curso es ondulante, de modo que se alternan fases buenas y malas, de unos 3-4 meses de duración. Las mayores consecuencias de los tics no son físicas, sino más bien sociales motivadas por la repercusión que tienen en el hecho de cómo los viven tanto el sujeto como su entorno. En el 75% de los casos los tics se inician entre los 4 y 10 años de edad. Es raro el inicio antes de los 2 años o después de los 18 años. En estas situaciones debe sospecharse si no se trata de movimientos anormales similares a tics o si son tics secundarios. El cuadro puede iniciarse con cualquiera de entre la variedad de tics, aunque el más frecuente ese el cierre de los párpados. Sólo un pequeño porcentaje de los tics está causado por lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas, pero estos pacientes presentan unos síntomas asociados bastante evidentes, que ayudan al neurólogo a realizar el diagnóstico. Pueden aparecer tras un traumatismo craneal, como efectos secundarios de algunos fármacos, tras ciertas enfermedades infecciosas o en algunos casos de discapacidad intelectual, autismo, etc. Finalmente, hay que considerar que, en ocasiones, los tics crónicos pueden estar asociados a otros procesos, tales como comportamientos obsesivos, ansiedad, depresión, déficit de atención con hiperactividad, trastornos del sueño y dificultades de aprendizaje. Esta patología asociada deberá ser correctamente evaluada y tratada por el neurólogo o el psiquiatra infantil, con el apoyo psicológico y pedagógico necesarios. Los tics pasajeros de la niñez no se tratan. El hecho de llamar la atención del niño sobre un tic puede empeorarlo o hacer que continúe. Un medio ambiente sin estrés puede hacer que los tics ocurran con menos frecuencia y ayudarlos a desaparecer más rápidamente. Los programas de reducción del estrés también pueden servir. La enfermedad de tics más habitual es el que se denomina “tic transitorio”, el cual puede afectar hasta a un 10 % de los niños en los primeros años de la escuela. Los tics transitorios se van por sí solos. Algunos se pueden empeorar con la ansiedad, el cansancio y algunos medicamentos. Página 30 de 63
Otras veces los tics no desaparecen, en el caso que duren más de un año se les llama “tics crónicos “. Los tics crónicos afectan a menos de 1% de los niños y pueden formar parte de un trastorno poco frecuente llamado Enfermedad de Gilles de la Tourette.
Comorbilidad en Adultos La concurrencia del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con otros diagnósticos psiquiátricos se presenta en más del 50% de los afectados. Biederman et al. (1993) refieren que el 75% de los adultos con TDAH presentan trastornos comórbidos. La comorbilidad del TDAH también está influenciada por la genética. Los adultos con TDAH presentan elevada
puntuación
"desajuste
social"
en y
escalas
de
patología
psiquiátrica, a menudo cambiante y polimorfa diagnósticos
pasando
por
(ansiedad,
diferentes depresión,
problemas de conducta, etc.). La mayoría de los afectados adultos presentará trastornos neuróticos (ansiosos, depresivos leves, obsesivos, habitualmente confundidos, descompensaciones psicoreactivas, etc.) En la evaluación del trastorno debe analizarse sistemáticamente la presencia de trastornos comórbidos. La presencia de otro trastorno además del TDAH, empeora el pronóstico y el cuadro clínico. Comorbilidad frecuente con otros trastornos: Según Jenssen et al (2001): - Trastorno de Ansiedad: 30%
- Trastorno por Trastorno por Tics: 18%
- Trastorno Depresivo Mayor: 22%
- Trastorno Bipolar: 11%
- Trastorno por Abuso de drogas: 20%
- TDAH sin comorbilidad: 10%
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Según Barkley et al. (2002): - Depresión: 10-30%
- Trastornos de personalidad: 12-28%
- Ansiedad: 25-30%
- Adicciones: 25%-50%
El TDAH representa un factor de riesgo independiente para desarrollar un trastorno por consumo de para desarrollar un trastorno por consumo de sustancias, TUS (Biederman et al, 1995). La gravedad del TDAH se asocia con mayor riesgo de TUS (Wilens et al.,2007). Además, según Wilens et al. (2000) la presencia de un trastorno bipolar o de conducta comórbido con el TDAH incrementa el riesgo de consumo de sustancias: TDAH en adultos con dependencia al alcohol: 35-71% (Wilens et al, 2000) TDAH en adultos con abuso de cocaína: 12-35% (Rousanville, et al 1991; Levin et al, 1998) TDAH en adultos adictos a opiáceos en tratamiento: 17-22% (King et al, 1999; Eyre et al, 1982) TDAH en adultos adictos a cannabis TDAH en adultos adictos a cafeína TDAH en adultos adictos al tabaco: + 70-80% (Wilens, 2007) Si el médico establece que un trastorno comórbido es secundario al TDAH, el tratamiento del TDAH debería ir primero, ya que probablemente solucionaría el segundo. Sin embargo, en la práctica clínica esto no siempre es factible, y a veces tenemos que tratar ambos trastornos a la vez, o incluso tratar el trastorno comórbido primero para estabilizarlo y entonces empezar a tratar el TDAH (Pliszka, 2009). El tratamiento del TDAH adulto con comorbilidad incluye: tratamiento farmacológico según las características del cuadro clínico y psicoterapia, y en algunos casos también terapia de pareja. Página 32 de 63
PROCEDIMIENTOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TDAH
E
l diagnóstico generalmente empieza dentro del aula ya que los profesores son los que detectan las primeras
manifestaciones por parte del estudiante, para ello se debe tener en cuenta lo siguiente: 1. Inatención Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales: NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas: a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión). b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada). c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente). d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas, pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad). Página 33 de 63
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos). f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo, tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos). g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil). h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados). i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).
2. Hiperactividad e Impulsividad Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales: NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas: a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento. b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en su lugar. c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.). d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas. Página 34 de 63
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos). f. Con frecuencia habla excesivamente. g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación). h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola). i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los otros). Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:
Varios de los síntomas de falta de atención o hiperactividad/impulsividad se presentaron antes de los 12 años de edad.
Varios de los síntomas se presentan en dos o más contextos (como en el hogar, la escuela o el trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).
Hay indicios claros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, escolar y laboral, o que reducen su calidad.
Los síntomas no tienen una explicación mejor si se los asocia a otro trastorno mental (como trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad). Los síntomas no ocurren solo durante el curso de episodios de esquizofrenia u otro trastorno sicótico.
Según los tipos de síntomas, pueden verse tres tipos (presentaciones) de TDAH: 1. Presentación combinada: Si se presentaron suficientes síntomas de ambos criterios, los de falta de atención y los de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos 6 meses.
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2. Presentación en la que predomina la falta de atención: Si se presentaron suficientes síntomas de falta de atención, pero no de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos seis meses. 3. Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: Si se presentaron suficientes síntomas de hiperactividad/impulsividad, pero no de falta de atención, durante los últimos seis meses. En el proceso de evaluación de este trastorno se utilizan diferentes procedimientos e instrumentos. Entre ellos encontramos las escalas de valoración como uno de los instrumentos más utilizados en la evaluación del TDAH. Una de las más utilizadas son las "escalas de Conners". Descripción de las escalas Las "escalas de Conners" fueron diseñadas por C. Keith Conners en 1969. Aunque estas escalas se desarrollaron para evaluar los cambios en la conducta de niños hiperactivos que recibían tratamiento farmacológico, su uso se ha extendido al proceso de evaluación anterior al tratamiento. Estas escalas se han convertido en un instrumento útil cuyo objetivo es detectar la presencia de TDAH y otros problemas asociados, mediante la evaluación de la información recogida de padres y profesores. Las Escalas Conners son aplicables para Padres y Profesores como se detalla a continuación:
La Escala o Test de Conners para Padres (CPRS-93)
Cuestionario de conducta de CONNERS para Padres
Escala o Test de Conners para Profesores (CTRS-39)
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CLAVES PARA INICIAR EL TRATAMIENTO
A
lda, Serrano, Ortiz y San (2014) indican que el tratamiento del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) debe ser individualizado para cada paciente, el mismo estará indicado y controlado por un profesional con
experiencia en el manejo del TDAH, quien al momento de plantearlo considerará lo siguiente:
La frecuencia e intensidad de los síntomas,
La repercusión de los síntomas en la vida familiar, social, escolar y/o laboral del sujeto; y,
La presencia de un trastorno comórbido.
Vásquez et al. (2010) recomiendan la aplicación de un Tratamiento Multimodal, que consiste, según Alda et al. (2014) en una intervención
farmacológica,
psicoterapéutica y psicopedagógica. Esto implica la mediación, en un mismo caso, de profesionales
de
diversas
áreas,
por
mencionar algunos: psiquiatras, psicólogos o psicoterapeutas y maestros, quienes deben contar con el apoyo incondicional de la familia y el grupo social más cercano al sujeto.
Tratamiento Farmacológico Vásquez et al. (2010) recomiendan lo siguiente previo al inicio del tratamiento farmacológico:
Brindar al cliente y a sus familiares una explicación acerca del medicamento, qué es, para qué sirve y sus efectos secundarios.
Aclarar la dosis, el horario y el tiempo de consumo del medicamento. Página 37 de 63
Explicar por qué es necesario consumir este medicamento.
Considerar que el medicamento posibilita la creación de un terreno que facilita el aprendizaje.
Saber que el medicamento no es la solución definitiva, sino una herramienta que ayuda en el tratamiento. De acuerdo con Pascual-Castroviejo (2008) desde el punto de vista farmacológico es
necesario saber que las sustancias estimulantes suelen calmar a estos sujetos mientras que las tranquilizantes los ponen más nerviosos. El autor sugiere el uso del medicamento metilfenidato, dependiendo si es de rápida o lenta liberación la dosis recomendada es de 0.3 mg tres veces al día en el primer caso o 1 mg una vez al día en el segundo caso. El mismo autor menciona que la dextro-anfetamina y la antomoxetina son medicamentos que se pueden utilizar en lugar del metilfenidato, sin embargo, este último ofrece efectos colaterales mínimos y el único requisito imprescindible para su uso es el del control periódico del médico. Alda et al. (2014) proponen la prescripción ocasional de antidepresivos del tipo de los tricíclicos.
Tratamiento Psicológico Alda et al. (2014) proponen una intervención de corte cognitivo-conductual basada en:
Terapia de Conducta: consiste en aplicar el análisis funcional de la conducta y técnicas como: la economía de fichas, el reforzamiento positivo o negativo, la extinción, el tiempo fuera o el castigo, para incrementar, mantener, disminuir o eliminar comportamientos.
Terapia Cognitiva: los autores sugieren el entrenamiento en técnicas de auto instrucción, autocontrol y solución de problemas.
Entrenamiento en Habilidades Sociales: tiene el objetivo que el sujeto aprenda comportamientos eficaces que le faciliten el manejo de sus relaciones interpersonales.
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Tratamiento Psicopedagógico Según Alda et al. (2014) la finalidad de la intervención psicopedagógica es mejorar el rendimiento académico y la adaptación escolar del niño/a o adolescente. Se utiliza como técnica la reeducación pedagógica que consiste en reforzar los contenidos curriculares en un horario posterior al académico.
Factores favorables y desfavorables para la evolución del tratamiento De acuerdo con Pascual-Castroviejo (2008) algunos factores favorables son:
Trastorno poco severo.
Buen nivel intelectual.
Familia de clase media.
Colegio que facilite la inclusión.
Buen entendimiento de padres y profesores.
No alcohol, no drogas, no tabaco.
Adecuado encausamiento profesional.
Buena elección de pareja.
Hacerles conocer que existe un nivel de competencia para cada persona y no sobrepasar el mismo.
Siguiendo al mismo autor los factores desfavorables serian:
Afectación grave.
Nivel intelectual bajo.
Comienzo temprano de los síntomas.
Familia de clase muy alta o muy baja.
Habitar en barrios marginales.
Problemas familiares. Página 39 de 63
Crianza mal orientada.
Rotación por muchos colegios.
Excesiva agresividad y crueldad.
Mal encauzamiento profesional.
Abandono temprano del hogar familiar.
Mala elección de pareja.
Muchos trastornos comórbidos.
Estar a nivel de incompetencia en la función que desempeñe.
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN LA ESCUELA
E
n el caso de niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), existe un porcentaje considerable de
padres que padecen este mismo trastorno, lastimosamente en la mayoría de los casos no se han realizado estudios o diagnósticos previos, es decir, el problema ha prevalecido con ellos desde su infancia hasta su vida adulta, ¿pero cómo se explica esto?, es importante recordar que hasta el siglo pasado el TDAH no era un tema conocido o tratado, al contrario se lo percibió como una conducta de mal o buen comportamiento. Según el artículo planteado por la Asociación Elisabeth d' Ornano, Para el Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad(2012), ratifica que, debido al componente genético asociado al trastorno, es relativamente frecuente que padres de niños con TDAH, padezcan ellos mismos un TDAH. Estos casos generan situaciones especiales y ambivalentes, comparadas con las de otros padres, ya que, por un lado, pueden entender mejor lo que les ocurre a sus hijos, pero al mismo tiempo pueden sentir mermadas sus capacidades precisamente por padecer el trastorno. Los padres que padecen de TDAH, pueden comprender mucho mejor a sus hijos, porque se identifican en sus conductas e intentarán darle un mayor apoyo, pero también se puede encontrar factores comunes que necesitarán ser trabajados desde casa, hasta el aula de clase en el caso del niño y en área laboral en el caso del padre, ya que es frecuente encontrar: desorganización, dificultades de contención emocional, y de relaciones interpersonales, dificultades de atención, concentración. (Irastorza Eguskiza.2015), el padre con TDAH, podrá reconocer éstos factores en su trabajo y su círculo social. Los estudiantes con TDAH en la escuela presentan un desarrollo académico menor de lo que se espera. Las áreas que mayor dificultad presentan son lenguaje y matemáticas. Página 41 de 63
En cuanto a su autoestima ésta se puede ver lacerada por la experiencia de fracaso en el aula, como también, suelen mostrar un déficit en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, lo que puede dificultar la relación con sus compañeros. “Es imprescindible para mejorar las relaciones entre padres-escuela, que ambas partes conozcan y acepten las funciones de cada uno y que participen de una relación positiva.” Fundación CADAH (2012) El éxito de la terapia es el trabajar en equipo, escuela, padres estudiante y profesional tratante, el dialogo que se mantenga es muy importante y vital en la vía de apoyo y acompañamiento del niño con TDAH. Fundación CADAH (2012) hace referencia a que “es fundamental dar la oportunidad a los niños de conseguir progresivamente un mayor grado de autonomía, que les permita lograr mayor responsabilidad y consecuentemente una mejor autoestima”. Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L.(S.f.) Menciona las estrategias de apoyo para el aula ubicadas en la atención, en el aspecto de un ambiente estructurado, ambiente predecible, ambiente adecuado para el aprendizaje, a continuación, el desarrollo de cada una.
Un ambiente estructurado En los alumnos con TDAH es importante estructurar la clase, con consignas claras y precisas, debido a la dificultad que tienen para organizar antes de actuar. Para el docente es necesario prestar atención a las instrucciones dadas, evaluar si realmente son claras, completas y que ayudarán al estudiante.
A continuación, una guía que puede ayudar al momento de planificar: tomado de
(Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.), en su página TDAH y tú:
Adelantar la organización: Prepara a los alumnos para las lecciones y actividades que se van a llevar a cabo, explicando el orden en el que se va a desarrollar cada elemento a lo largo del día.
Revisar lecciones anteriores: Revisa los contenidos de la lección que se vieron por última vez, haciendo hincapié en los temas Página 42 de 63
que más dificultades causaron y respondiendo de nuevo a algunas de las preguntas que surgieron durante esa clase.
Proporciona materiales de apoyo: Esto es realmente útil para apoyarles a la hora de realizar deberes y también para que puedan profundizar en lo que se ha estudiado.
Simplifica las instrucciones: Cuanto más sencillas y cortas sean las instrucciones y las tareas que se le den a los niños con TDAH más probabilidades hay de que completen lo que se les ha pedido y hagan una gestión efectiva del tiempo.
Avisar sobre las novedades: Si hay cualquier cambio en el horario de clases o alguna variación en la rutina se debe resaltar varias veces y verificar que se han enterado.
Horarios visibles: Habilitar en el aula un espacio para colocar el horario semanal y permitir que lo consulten siempre que sea necesario.
Listado de errores frecuentes: Entregar al alumno con TDAH un folio donde por asignatura se anoten los errores que suele cometer, para que, a la hora de hacer deberes, por ejemplo, pueda revisarlos y no los cometa de nuevo.
Listado de materiales para hacer los deberes: Esto le ayudará a organizarse y le facilitará el poder revisar que tiene las cosas necesarias para realizar todas las tareas.
Cuadernos de colores: Organizar con el alumno con TDAH el material de cada asignatura a principio de curso. Se puede establecer un cuaderno para cada asignatura o una pegatina de color en cada cuaderno, que le ayude a organizarse mejor.
Fechas de entrega y exámenes: Es muy útil reservar siempre un mismo espacio en la pizarra para anotar las fechas de entrega de tareas o de exámenes, dando tiempo para que ellos lo anoten también en su agenda.
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Un ambiente predecible Es importante tener en cuenta que para un estudiante con TDAH el cambio de una asignatura, tarea o clase a otra resulta especialmente complicado, por lo que cuanto más predecible sea lo siguiente, más facilidad tendrá para adaptarse. ( Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.):
Ser predecible: La estructura y estabilidad son elementos muy importantes para los niños con TDAH, muchos de ellos no se adaptan bien al cambio. Por ello puedes explicar las cosas de forma muy segmentada, con pasos muy concretos, que dejen muy claro lo que se espera de ellos y las consecuencias por no realizarlo.
Establecer expectativas de aprendizaje: Explicar a los alumnos qué es lo que se espera que aprendan durante la clase. De esta forma estableces unas metas alcanzables y medibles desde un principio.
Establecer expectativas de comportamiento: Dejar claro cómo deben comportarse los estudiantes mientras desarrollan las actividades o se les explica la lección.
Indicar los materiales necesarios: Es mejor que se identifique los materiales que son necesarios (por muy evidentes que puedan parecer) a que ellos tengan que ir descubriendo o deducir qué es lo que necesitan.
Destacar los puntos clave: Cuando se entregue tareas a los niños subraya o resalta las palabras más relevantes para facilitar que los niños con TDAH no pierdan el foco sobre lo que hay que hacer. Si está leyendo un enunciado en la clase, puede hacer un ejercicio para identificar los elementos más importantes de la tarea.
Avisos: Puede resultar muy útil que se avise a los alumnos de que una lección está a punto de acabar. Puede avisar con 5-10 minutos de antelación el tiempo que queda antes del cambio, para que se vayan preparando. También puede avisar al principio de la clase el tiempo que se va a empeñar en cada lección. Página 44 de 63
Un ambiente adecuado para el aprendizaje El ambiente propicio para un estudiante con TDAH, es aquel que le permite desarrollarse de una manera armónica y segura, a continuación, ciertas recomendaciones que ayudarán en el aula tomado del documento de: TDAH y tú (Shire Pharmaceuticals Ibérica S.L, S.f.)
Ubicación en primera fila: Al estar más cerca de la pizarra y del profesor se distraerá menos y le será más fácil mantener la atención. Evitar apartarle o aislarle en un rincón de la clase porque puede afectar negativamente a su autoestima y puede favorecer conflictos con sus compañeros.
Evitar ponerle en evidencia: Procurar no hacer diferencias entre estudiantes con TDAH y sin él, puesto que esto podría causar rechazo por parte de los compañeros. Por supuesto, evita siempre usar el sarcasmo o la crítica.
Utilizar materiales audiovisuales: El empleo de medios diferentes (vídeo, proyector, audio…) facilita que los alumnos en general, y especialmente los que tienen TDAH presten más atención. Puede combinarlo con trabajos en grupo para incentivar el compañerismo.
Control de la agenda: Este control debes realizarlo a diario, para asegurarte de que han apuntado todas las tareas, y también que han metido en su mochila todos los materiales necesarios para realizarlas. En el caso de adolescentes, hay que realizar este control de una forma más sutil, para no dañar su autoestima.
Compruebe el rendimiento: Debe estar pendiente del comportamiento de los alumnos para detectar posibles muestras de frustración. Proporciona más explicaciones a estos alumnos para que comprendan el contenido de la lección y sean capaces de realizar las tareas y resolver los problemas. Página 45 de 63
Facilite que corrijan sus propios errores: Explicar en cada tarea cómo identificar y corregir los errores, y proporciona un tiempo razonable para que puedan revisar su trabajo. Recuérdales elementos especialmente complicados o excepciones que deben tener en cuenta.
No limites el tiempo de los exámenes: Los exámenes con tiempo limitado pueden perjudicar notablemente a los niños con TDAH, debido a la presión del examen y del tiempo, es posible que no lo puedan completar satisfactoriamente. Puede ser de gran ayuda que permitas que los niños con TDAH dispongan de más tiempo o puedes facilitar para ellos otro formato de evaluación, a través del cual les resulte más sencillo demostrar su conocimiento.
Ordenar el pupitre: Reservar 5 minutos al día para que los alumnos organicen sus pupitres y mochilas, para que tengan los materiales necesarios a mano, y sea más fácil pasar de una asignatura a otra, evitando distracciones.
El padre o madre con TDAH El Padre que padece o se identifica con TDAH, necesita incorporar estrategias para el ser más efectivo su apoyo en casa, el entorno como estrategia será estructurado, organizando cada una de las actividades de forma visible, a la par que se organiza las rutinas del hijo, el padre organiza las suyas, por lo que se convierte en beneficio para el niño. Cada una de las estrategias a utilizar en el aula el padre de familia debe conocerlas para apoyar en casa, pero también le sirve en su desempeño personal.
Llevar una agenda, le ayudará en la organización y cumplimiento de sus responsabilidades.
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Ordenar sus espacios de trabajo, escritorio, oficina, le ayudará a mantener sus materiales de trabajo a la mano y organizadas sus responsabilidades.
El uso de la tecnología, pude ser beneficioso, si se crea espacios de alerta como recordatorios para atender las situaciones previamente organizadas, sin embargo, hay que tener cuidado de que no se convierta en un distractor.
Llevar registro, de las situaciones que no se han podido solventar, para evitar errores futuros en el trabajo y en la aplicación de estrategias en casa.
Conclusión:
El manejo de éstas estrategias ayudará al estudiante con TDAH a rendir de una manera más organizada y estructurada, dando lugar a un mejoramiento continuo en su desempeño académico, el diálogo entre padres y maestros, el ejercicio de mantener estructurado su desempeño cotidiano en casa y en la escuela, la perseverancia de ambas partes, hará que el estudiante pueda evidenciar logros.
El padre o madre con TDAH, entenderá de una manera más sensible los comportamientos de su hijo, dándose un mayor compromiso en el apoyo y acompañamiento pertinente, lo cual se convierte en beneficio para ambas partes.
La aplicación de estas técnicas no solo ayudará al menor sino también al padre afectado con TDAH, extendiendo los niveles de logro hacia su espacio laboral y social.
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ESTRATEGIAS DE APOYO EN EL ÁREA SOCIAL
L
os adultos con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) manifiestan prácticamente desde la primera infancia un deseo intenso de agradar a los demás y de recibir aprobación social por lo que hace.
Desde niños al no verse cumplidas todas estas expectativas sufren una gran ansiedad y miedo al fracaso, por lo que se les hace difícil establecer objetivos a medio y largo plazo, sino que para evitar
esto
deben
ir
planteándoselos
progresivamente, de modo que, al ir viendo que pueden aprender y mejorar y ser aceptados, su auto-concepto mejora y su autoestima aumenta. Tanto adultos como los adolescentes y niños con TDAH pueden tener dificultades en las habilidades sociales por diversos motivos. Una de las grandes razones es por su impulsividad. Pero también destacan:
El reclamo constante e inadecuado de atención social
El escaso conocimiento de sí mismo
La dificultad en el reconocimiento y regulación de sus propias reacciones emocionales
La sobre-personalización de las acciones de los otros
La dificultad para aprender de las experiencias
El entrenamiento en habilidades sociales Los programas de entrenamiento en habilidades sociales para personas con TDAH tienen como objetivos principales, el de aumentar el comportamiento social apropiado y disminuir aquellas conductas sociales inapropiadas con su contexto, extrapolando los aprendizajes a diferentes situaciones reales cotidianas para mejorar su calidad de vida. Esto se consigue a través del trabajo en los siguientes aspectos: Página 48 de 63
1.- Conocer e identificar:
Las normas y comportamientos sociales adecuados y correctos a cada contexto.
Las diferentes esferas de la interacción social.
El proceso de socialización y sus partes.
Pedir ayuda, aprender a negociar y solucionar problemas.
Las diferentes técnicas de interacción social 2.- Descubrir
Las relaciones de causalidad entre el comportamiento social y sus consecuencias en el entorno.
Las aptitudes y habilidades sociales propias y en los demás. 3.- Desarrollar:
Entrenamiento asertivo: Conocer los derechos asertivos y respetarlos.
Funcionamiento empático: solidaridad social.
Manejo asertivo de los conflictos. 4.- Entrenar:
Entrenamiento afectivo: mejora de la expresión emocional.
Asertividad
En el uso de las técnicas mediante prácticas de rol-playing. 5.- Mejorar:
La expresividad (verbal y no verbal) y la comunicación social.
La comunicación en los diferentes entornos: social, escolar y familiar.
Estrategias generales Habilidades sociales básicas: Sonreír y reír, saludar, presentaciones, favores, cortesía y amabilidad, dar las gracias. Hacer amigos: Reforzar a los otros, iniciaciones sociales, unirse al juego con otros, ayudar a los demás, cooperar, compartir, pedir disculpas, responder a las bromas, negociar y convencer a los demás. Página 49 de 63
Conversaciones: iniciar, mantener y terminar conversaciones, unirse a la conversación de los otros y establecer conversaciones en grupo, formular preguntas. Expresar sentimientos, emociones y opiniones: autoafirmaciones positivas, expresar y recibir emociones y defender los propios derechos y opiniones. Optimizar la relación con otras personas: cortesía, refuerzo, conversar, realizar peticiones,
Estrategias específicas Técnica del Espejo para mejorar el auto concepto y la autoestima Desarrollo de la actividad La hemos llamado `Frente al espejo`, persigue mejorar el auto concepto y en ella, con la ayuda de un espejo, y a través de una serie de preguntas podremos guiarlo para que se observe, para que realice una introspección y exprese qué ve en el espejo cuando se mira. Está destinada a trabajar con niños, adolescentes y adultos, puesto que siempre es un buen momento para mejorar el auto concepto que tienen de ellos mismos. Será importante tener información previa a su realización, por lo que haremos una serie de preguntas que nos arrojarán luz sobre cuál es la opinión sobre ellos mismos
¿Cuándo te miras en el espejo te ves guapo/a?
¿Piensas que tienes cosas buenas que aportar a los demás? ¿Cuáles?
¿Crees que les gustas a tus amigos y compañeros tal y como eres?
¿Qué cambiarias de tu apariencia?
¿Cuándo te sientes y te ves bien, te sientes más seguro de ti mismo?
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Una vez hemos logrado que nos cuente su punto de vista sobre estos aspectos, será hora de pasar al espejo. Deberemos situarlo a su altura, en un sitio que sea cómodo para él, e ir haciéndole preguntas del tipo:
¿Qué ves en el espejo?
¿Cómo es la persona que te mira desde el espejo?
¿Lo conoces?
¿Qué cosas buenas tiene esa persona?
¿Qué cosas malas tiene quien te mira desde el espejo?
¿Qué es lo que más te gusta de esa persona?
¿Cambiarías algo de la persona del espejo?
Tenemos que hacerle ver todos los aspectos positivos que tiene la persona del espejo, que son muchos, y que aprenda a valorarlo Podrán llegar a impresionarnos expresando las características personales que perciben de ellos mismos, y la sinceridad con la que en muchas ocasiones se juzgan personalmente Podremos apoyarnos también en los compañeros con los que realicemos la actividad, realizando un intercambio de información: saber si están de acuerdo con lo que opina su compañero, qué cosas ven ellos en él que no haya dicho, etc. Con esta actividad podremos conocer cuál es la imagen que tiene la persona sobre sí misma, cómo se percibe, qué impresión cree que causa, etc. de esta manera podremos trabajar sobre los aspectos más relevantes.
El Juego de la Autoestima Desarrollo de la actividad Esta es una actividad que resulta conveniente para promover el desarrollo de la autoestima y siendo, a su vez, también efectiva para trabajar en un segundo plano el entrenamiento de habilidades como la empatía y el asertividad.. Los objetivos de esta actividad consisten principalmente en que comprendan: Página 51 de 63
Qué es la autoestima.
Qué cosas o sucesos afectan a nuestra autoestima.
En qué medida nos afectan los diferentes procesos.
Todos los días nos suceden cosas que afectan a nuestra autoestima, a la forma de cómo nos sentimos con nosotros mismos. Por ejemplo, un enfado con nuestros padres, una crítica de algún amigo o amiga, puede afectar nuestra autoestima. Comenzaremos dialogando sobre el significado de la autoestima y su relación con nuestro entorno. Entregamos una hoja de papel a cada uno de los alumnos, explicándoles que esta representa su autoestima. Indicarles que leerán una serie de sucesos que nos pueden ocurrir durante el día y que afectan nuestra autoestima. Les diremos que cada vez que se lea una frase, arrancarán un pedazo de la hoja, y que el tamaño de la hoja que quiten significará más o menos la proporción de su autoestima que este suceso les quitará. Para aumentar se comprensión les daremos un ejemplo, y después de leer la primera frase quitarán un pedazo de su hoja diciendo: `esto me afecta mucho` o `esto me afecta poco`. Podemos detenernos en las frases que más nos llamen la atención y preguntar los motivos por los cuáles piensan de esa manera. Después de haber leído las frases que quitan la autoestima, les indicaremos que pueden proceder a reconstruir su autoestima juntando los trozos y armando la hoja con cada una de las frases que refuerzan la autoestima. Se les puede decir algunas frases como: ‘Imagina que en los últimos días te ha pasado lo siguiente`:
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Frases que quitan la autoestima: Una pelea con tu mejor amigo o amiga. Tu profesor o profesora ha criticado tu trabajo. Tu grupo de amigos no te ha incluido en un paseo, una fiesta, etc. Uno de tus padres te ha insultado. Un amigo o amiga ha revelado un secreto que tú le dijiste en confianza. Tus amigos se han burlado de ti por la ropa que te has puesto. Una práctica o ejercicio de matemáticas te salió muy mal. La persona a la que invitaste a salir te ha rechazado. Frases que recuperan autoestima: Un compañero o compañera te ha pedido consejo sobre un tema delicado. Un amigo o amiga te ha pedido salir a jugar o pasear. Tus padres te han recibido con una gran sorpresa en casa. Recibiste una carta de algún amigo o amiga. Has logrado hacer un gran trabajo o un gran ejercicio. Un compañero te ha dicho: ¡Qué bien hablaste!, en una exposición, en un conflicto... Tus compañeros te han elegido como el representante de un grupo. Tu profesor te ha dicho: ¡Has hecho muy bien tu trabajo! ¡Te felicito! Hay que cerciorarse de tener la misma cantidad de frases en ambos grupos. Para finalizar, realizaremos una serie de preguntas a modo de conclusión, por ejemplo:
¿Todos habéis mejorado un poco vuestra autoestima?
¿Cuál ha sido el suceso que más ha afectado tu autoestima? ¿Por qué?
¿Cuál fue el proceso que menos afectó tu autoestima?
¿Qué podemos hacer para defender nuestra autoestima cuando nos sentimos maltratados o subestimados?
¿Qué podemos hacer para ayudar a algún amigo o amiga a mejorar su autoestima Página 53 de 63
ESTRATEGIAS DE APOYO PARA EL HOGAR
A
ctualmente el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad considera uno de los trastornos no diagnosticado más habitual en los adultos. La mayoría de veces los adultos con TDAH son diagnosticados cuando este mismo trastorno es diagnosticado a sus hijos. Hoy en día conocemos que el TDAH tiene un componente genético, mismo que hace que sea más frecuente entre hijos de padres que lo padecieron este trastorno, razón por la cual se ha terminado por aceptar que muchos adultos continúan presentando síntomas de TDAH, y, por lo tanto, están dispuestos a intervenciones que les permitan vivir mejor y reducir esos
síntomas dentro del entorno familiar. A continuación, presentamos algunas estrategias que nos permitirán una mejor convivencia en el hogar:
Intervención psicoterapéutica. Tomar conciencia acerca de su propio padecimiento del trastorno este permitirá comprender que su hijo (a) no es “malo (a)” ni se comporta a veces de forma inadecuada porque le apetezca.
Contar mentalmente diez antes de reaccionar a las conductas inadecuadas de sus hijos. Encargar a la pareja la organización de la vida familiar. Compartir actividades lúdicas, así como el deporte, excursiones, salidas interactivas, etc., ya que, van a tener gustos y emociones en común con los chicos en casa.
Esforzarse por trabajar con sus hijos en equipo. Tratar de reforzar la autoestima. Página 54 de 63
Evitar situaciones en las que se pierda la paciencia. Pedir ayuda a otros adultos para resolver conflictos que se generen dentro de la estructura familiar.
Reforzar ideas positivas sobre la convivencia en familia. Evitar la confrontación cuando las emociones son intensas y descontroladas; no tomar decisiones con la cabeza llena de sentimientos negativos.
Es recomendable utilizar un diario o agenda individual, donde conste las actividades y si estas fueron realizadas bien o mal.
Potenciar la autonomía y la toma de decisiones y organizarlas de tal manera que no afecte al círculo familiar, pero ayudarle en esta organización, sin que se sienta dirigido.
Es importante simplificar la vida: tener menos cosas y menos actividades que hacer diariamente esto hará la vida mucho más fácil, y será menos probable que se pierda objetivos o que no se llegue a cumplir metas establecidas.
Reunirse con la familia regularmente para discutir problemas y ofrecer soluciones a los conflictos familiares.
Establecer normas y límites para todos los miembros del hogar. De esta manera se controlará mejor los comportamientos negativos que hubiere.
Es importante que dentro del hogar se realicen actividades de relajación, una técnica a la que pueden recurrir todos los miembros del hogar es a la práctica de yoga, ya que esto ayudará a canalizar de mejor manera nuestros pensamientos emociones y sensaciones.
Otra estrategia de relajación sería el pintar mandalas, ya que esto permite la concentración y la atención focalizada.
En caso de ser necesario utilizar medicación recetada por un médico especializado (neurólogo o psiquiatra).
Un adecuado tratamiento psicológico puede ayudar al paciente a afrontar los problemas emocionales, cognitivos y conductuales asociados, así como en el manejo de la sintomatología refractaria al tratamiento farmacológico.
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TIPS PARA EL MANEJO DE CRISIS
E
l TDAH presenta comportamientos que afectan a quien lo padece y a quienes lo rodean, que usualmente son los padres y hermanos, por igual. La situacion puede verse agravada cuando uno de los conyuges, padres del niño o la niña con TDAH,
tambien padece del trastorno. Los ataques de ira, la agresividad, la ansiedad, la falta de concentracion, el escaso control emocional y conductual, son conductas propias en el trastono de deficit de atencion con hiperactividad, con sus caracterisiticas individuales de acuerdo a la predominancia de la hiperactividad o la desatencion. Sin embargo, se pueden sugerir varios tips para los padres que tienen TDAH y sus hijos que sufren del mismo trastorno, asi como para los padres que no padecen de TDAH y que tienen un hijo con el trastorno.
TIP 1 ORGANIZAR TODO Esto implica hacer uso de todos los recursos para mantener un orden en todos los aspectos de la vida, lo que involcra:
Trababajar para desarrollar habitos hábitos,
tanto para el padre/madre como para el niño/niña con TDAH, lo cual se logra con la repeticion constante y motivada de la conducta que se pretende establecer como habito.
Crear rutinas diarias, es decir, repetir a diario y con poca variacion las mismas actividades.
Organizar y planificar estableciendo horarios en agendas, calendarios, pegatinas, etc.
Establecer de antemano una serie de normas a seeguri para solucionar problemas que se presenten en el diario vivir.
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TIP 2 EXTERNALIZAR LA INFORMACION Hacer uso de:
Carteles, donde se enumeren las tareas diarias, semanales, mensuales, ubicandoles en sitios donde se pueda leer con facilidad y sin obstrucciones como la la parte interna de la una puerta.
Fotos y dibujos, que motiven a padres e hijos a continuar con el esfuerzo por controlar la conducta.
Relojes, especialemente de pared, pero tambien de muñeca con alarma, que ayuden a controlar los horarios establecidos.
Contadores, que pueden ser anillados con numeros y que permitan llevar la cuenta establecida de la cantidad de veces necesarias de repeticion de conductas o de aquellas que no deben llevarse a cabo.
Señales acústicas, que sirvan de recordatorio para las actividades programadas, y de preferencia que esten sincronizadas o formen parte de los relojes.
TIP 3. INTERNALIZAR LOS PROCESOS Llevar una guia de pensamientos es imprescindible para lograr el control de los impulsos propios del TDAH tanto en adultos como en niños. Por tanto seguir los siguiente consejos resulta de gran ayuda:
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Pensar en voz alta, es una buena manera de interiorizar lo que estamos pensando, pues fija en las conexiones neuronales la idea y facilita su transformacion en conducta.
Repetirse la orden, uno mismo tanto mentalmente como a voz baja, cumple la misma funcion que pensar en voz alta.
Autoinstrucciones, cuando se estan realizando tareas o llevando a cabo intentos de modificar conductas, y consta en frases elaboradas que mencionen normas claras y especificas
Trabajar con la imaginación ( el pasado y el futuro), es decir realizar ejercicios de visualizacion lo mas vividos posibles detallando las conductas que se deben instaurar y rechazar aquellas que resultan perjudiciales. Esto puede hacerse con la guia de un terapeuta capacitado.
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