SÁBADO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2017
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Domènech, el cocinero escritor Combinó platos de casa con alta cocina internacional P.20
Vidas hechas cómic Artistas, escritores y ffiig gu uras margi ginales, en álbum P.4
Relatos de amor y de muerte ‘Tristan und Isolde’ puesta en escena por Àllex Ollé À P.18
Experiencia Gauguin Los soportes en los que trabajó P.12
Fotografía: Cristina Reche
los libros más vendidos
Semana anterior/Semana en lista N: libro nuevo en la lista
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 25 noviembre 2017
Establiments consultats: Badalona Saltamartí Barcelona Casa del Llibre, La Central, El Corte Inglés, FNAC, Laie, +Bernat , TROA Garbí Girona Empúries, Llibreria 22 Lleida Punt de Llibre Sabadell Llar del Llibre Tarragona La Capona Vilafranca Odisse
Ficción castellano
Ficción catalán
1 Origen 1/7 DanBrown,Planeta.Unprofesoramericanobuscaen Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El fuego invisible 2/3 Javier Sierra, Planeta . Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 3 Yo soy Eric Zimmerman 3/2 MeganMaxwell,Esencia.Unempresarioalemánini cia a una española en un erotismo distinto 4 Patria 6/50 Fernando Aramburu, Tusquets. Dos familias vascas ven erosionada su relación a causa de la violencia 5 Eva 5/5 Arturo PérezReverte, Alfaguara. En el Tánger de 1937, Falcó brega por hacerse con un carguero 6 El día que el océano te mire a los ojos 7/2 Dulcinea,RocaEditorial.Aurora,enfaseterminal,re descubre la vida en un viaje al Pacífico 7 Los pacientes del doctor García –/7 Almudena Grandes, Tusquets. Una historia de espías y nazis en el Madrid de 1946 8 Niebla en Tánger 8/2 Cristina Pérez Barrio, Planeta. Flora Gascón viaja a Tánger para identificar a un amante enigmático 9 Astérix en Italia 9/5 DidierConrad/JeanYvesFerri,Bruño.Ensu37aven tura, Astérix y Obélix transitan por la Italia antigua 10 Berta Isla –/7 JavierMarías,Alfaguara.BertaIslaespera aTomNe vinson, un espía en paradero desconocido
1 Origen 1/7 Dan Brown, Columna. Un profesor americano bus ca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El noi del Maravillas 2/2 Lluís Llach, Empúries. La historia de un teatro de variedades, contada por un cantante lírico 3 Una columna de foc 3/10 Ken Follett, Rosa dels Vents. Isabel I de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 4 La piràmide de fang 10/2 Andrea Camilleri, Edicions 62. Aparece un cadáver en un terreno excavado por unos obreros en Sicilia 5 Astèrix a Itàlia 5/5 Didier Conrad/JeanYves Ferri, Bruño. En su 37 aventura, Astérix y Obélix pisan la Italia antigua 6 El camí de les aigües 4/5 Carme Martí, Amsterdam. La vida de la cocinera Maria Badia, evocada por una joven profesora 74321 7/10 Paul Auster, Edicions 62. Las vidas simultáneas de un mismo personaje en el agitado siglo XX 8 Un hivern fascinant N/– Joan Margarit, Proa. Poemas sobre la vida madura, sus limitaciones y sus alegrías 9 La mort i la primavera N/– Mercè Rodoreda, Club Editor. Nueva edición de una novela que su autora dejó inacabada 10 La pell freda 6/37 Albert Sánchez Piñol, La Campana. En un islote un guerrillero y un farero resisten a unos anfibios
No ficción castellano
No ficción catalán
1 Transforma tu salud 1/8 Xevi Verdaguer, Grijalbo. Qué podemos hacer para curar migrañas y dolores crónicos 2 Cree en ti 2/11 Rut Nieves, Planeta. La autora abandonó la arqui tectura para encontrarse a sí misma en soledad 3 Escucha Cataluña, escucha España 5/10 J. Piqué, J. Borrell, L. Burniol y F. de Carreras, Pe nínsula. El diálogo, la salida del contencioso catalán 4 Decir no no basta N/– Naomi Klein, Paidós. Cómo resistir a Donald Trump y desarrollar un mundo alternativo 5 Come bien hoy, vive mejor mañana 3/2 Henri Joyeux, Planeta. Consejos para tener una ali mentación más saludable y nutritiva 6 Clásicos para la vida 6/4 Nuccio Ordine, Acantilado. Platón, Rabelais o Shakespeare ayudan a cambiar tu vida 7 Guinness World Records 2018 8/3 VV.AA. Planeta. Los récords más sorprendentes y chocantes, incluidos algunos españoles 8 Sapiens 4/31 Yuval Noah Harari, Debate. Una breve historia de la humanidad, desde los albores 9 Felices N/– Elsa Punset, Destino. Técnicas para ser feliz espiga das en las distintas civilizaciones hasta hoy 10 Fugas N/– James Rhodes, Blackie Books. El célebre pianista relata en clave íntima su última gira mundial
1 Transforma la teva salut 1/8 Xevi Verdaguer, Rosa dels Vents. Qué podemos ha cer para curar migrañas y dolores crónicos 2 El que la terra m’ha donat 4/3 Lluis Foix, Columna. El autor desgrana vivencias propias marcadas por el paso de las estaciones 3 Pepe i jo 3/2 Joan Lluís Bozzo, Pòrtic. El director de Dagoll Da gom recuerda al actor a los 10 años de su muerte 4 No n’hi ha prou amb dir que no 5/2 Naomi Klein, Empúries. Cómo resistir a Donald Trump y desarrollar un mundo alternativo 5 Summits of my life N/– Kilian Jornet, Ara Llibres. El gran marchador narra sus gestas subiendo montañas 6 La vida que aprenc 6/22 Carles Capdevila, Arcàdia. Artículos que incluyen alguno personal sobre cómo afrontar el cáncer 7 Feliços N/– Elsa Punset, Columna. Técnicas para ser feliz, espi gadas en las distintas civilizaciones hasta hoy 8 Clàssics per a la vida 8/4 Nuccio Ordine, Quaderns Crema. Platón, Rabelais o Shakespeare ayudan a cambiar tu vida 9 Nova il∙lustració radical 2/4 Marina Garcés, Anagrama. Cómo luchar contra las credulidades que imponen los tiempos 10 El silenci en temps de soroll –/2 Erling Kagge, Edicions 62. Una meditación sobre el silencio en tiempos de alboroto
ESTA SEMANA DESTACA Desde que María Dueñas situara en Tánger los primeros avatares de su protagonista de ‘El tiempo entre costuras’, esta ciudad norteafricana ha tenido varias recreaciones literarias afortunadas, entre ellas ‘La ciudad de la mentira’ de Iñaki Martínez, que fue finalista del Nadal, o ‘Un jardin al norte’ de Boris Izaguirre. Ahora mismo en los ránkings hay dos novelas más tangerinas: ‘Eva’ de Arturo PérezReverte –la segunda entrega de su ciclo sobre Falcó– y ‘Niebla en Tánger’ de Cristina López Barrio, donde la protagonista viaja a esta exótica ciudad para identificar a un amante. Se acaba de reeditar por lo demás una novela de culto, ‘La vida perra de Juanita Narboni’ de Ángel Vázquez, de aroma también tangerino, y cuya recepción iremos siguiendo.S.C.
antivirales Al igual que serio no es lo mismo que aburrido, trivial no es igual a irrelevante. La actualidad cultural de la semana deja detalles que nunca serán carne de titular ni se contagiarán en las redes sociales. Está comprobado que conocerlos y compartirlos mejora hasta en un 30 por ciento la conversación del que los lee. BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ
La (nada) imbécil vanidad Aficionado a África y a la caza mayor, el cine asta Jacinto Esteva solía decir que a él le en contrarían “bajo la sombra del último árbol”, y así se titula el pack de DVD que ha editado Ca meo y que incluye toda su filmografía, catalo gada por su hija, Daria Esteva. La colección in cluye muchos extras que no se habían visto antes de un director difícil de catalogar. Él y Joaquim Jordà pusieron los fundamentos de la Escuela de Barcelona con Dante no es únicamente seve ro y en 1990, cinco años después de su muerte prematura, Jordà le dedicó a su amigo El encargo del cazador, un do cumental hecho “para satisfacer la imbécil vanidad de un muerto” en palabras del propio Esteva y en el que apare cía todo el “quién es quién” de la gauche divine.
También en el mundo editorial ¿El acoso sexual es una cosa de Hollywood? Parece que no. Unaencuestaanónimahechaporlarevistadelsectoredito rial The Bookseller concluyó que el 54% de las mujeres y el 34% de los hombres que trabajan en el mundo del libro ha sufrido algún episodio de abuso sexual a manos de superio res. Por puestos, los más damnificados son los encargados de prensa y comunicación (el 66% denuncian haber sido víctimas). Una de ellas escribió: “Te quedas en hoteles con escritores y muchas veces eres la única representante de tu empresa.Nadieestáahíparaprotegerteymuchasvecesson autores tan famosos que no te atreves a decírselo a nadie”.
Biografías dibujadas
JORGE CARRIÓN
El cómic se convirtió en una lectura de prestigio para público adulto tras la publicación en los años ochenta –primero serialmente y después en libro–, de dos obras maestras: Watchmen (Planeta), de Alan Moore y Dave Gibbons, que hace con el cómic de superhéroes lo mismo que hizo El Quijote con la novela de caballerías (inyectarle realidad en un complejo artefacto posmoderno); y Maus (Random House), de Art Spiegelman, una gran crónica de la Segunda Guerra Mundial y el exterminio de los ju díos, a través de la biografía de los progenitores del autor. Una obra de ficción y otra sin ficción: la madre y
Es habitual que los dibujantes lleven a todas partes sus cuadernos, a menudo diarios personales que registran encuentros, paranoias, viajes... el padre de la novela gráfica tal y co mo ahora la conocemos. Curiosamente, los herederos –directos o indirectos–, de Spiegel man han optado casi sistemática mente por la autobiografía o por el autorretrato en contexto familiar, en lugar de por la biografía de per sonajes más o menos ajenos. Así,
Blankets (Astiberri), de Craig Thompson, Fun home (Random House), de Alison Bechdel, Per sépolis (Norma), de Marjane Satra pi, o El árabe del futuro (Sala mandra), de Riad Sattouf, por citar algunos de los títulos más leídos en todo el mundo, hablan sobre todo de la infancia de sus autores en con flictivos ámbitos familiares o geo políticos. Por eso no es de extrañar que el cómic español de signo parecido quehalogradomayoréxitoseaMa ría y yo/ Maria i jo (Astiberri/La Galera) de Miguel Gallardo: un tiernoeirónicoretratodelahija au tista –y de él mismo–. Y que dos de los más interesantes en términos sociológicos sean Gazpacho agri dulce. Una autobiografía chinoan daluza (Astiberri) y Andaluchinas por el mundo (Astiberri), de Quan Zhou, que cuentan los problemas familiares y vitales de la primera generación de españoles de origen oriental. Es habitual que los dibujantes lleven a todas partes sus cuadernos, que a menudo se convierten en dia rios personales que registran con versaciones, paranoias, viajes, en cuentros. El impulso autobiográfi co conduce a veces también a obras que, sin la ambición narrativa de los títulos mencionados, devienen sa télites de las principales, cuando no sus laboratorios o sus gimnasios. Un ejemplo claro es la serie de Un hombre en pijama (Astiberri) del gran Paco Roca, donde el dieta >
paco roca
LIBROS Sábado, 25 noviembre 2017
No cesan de publicarse biografías en cómic, tanto de grandes artistas (Miguel Hernández, Palau i Fabre, Van Gogh o Monet), como de figuras marginales (Carmen de Mairena). Obras que plasman o reinterpretan las vidas de sus autores, en primera persona o de manos ajenas. Aparecen aspectos familiares y también contrastes entre datos fieles y ficción. Comentamos algunas recientes
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Libro|s
PACO ROCA En la serie ‘Un hombre en pijama’ el autor alterna dietario, periodis mo y comedia tejiendo una gran teleserie dibujada y en primera persona ASTIBERRI
LIBROS > rio,elperiodismoylacomedia se van alternando en piezas que parecen individuales pero que, en los tres volúmenes publica dos hasta la fecha, componen una especie de gran teleserie di bujada y en primera persona. También hay una fuerte pre sencia del yo en Carmen de Mai rena. Una biografía (Blackie Books), de la artista Carlota Juncosa. El subtítulo es engaño so: se trata más bien de un testi monio de la decadencia de uno de los iconos de la transgresión y de la telebasura, en una Barcelo na que conserva insistentes bol sas de pobreza en el corazón de sus zonas más turísticas. La apuesta de Juncosa es honesta y valiosa, además de inesperada. Porque en un panorama domi nado por relatos dibujados de personajes consagrados por la historia, se decide por uno de los que esta ha orillado en un piso basurero del Raval. Barbara Stok, en cambio, ha sido traducida en todo el mundo gracias a Vincent (Salamandra), su vida en viñetas de Van Gogh, a quien reinterpreta visualmen te en un estilo sencillo, casi in fantil, de colores chillones, que revelan las líneas esenciales de su modo de entender la compo sición. En Monet. Nómada de la luz (Norma), Salva Rubio y Ri card Efa llevan a cabo la estrate gia contraria: imitar desde el hi perrealismo y la belleza miméti
ca la obra del pintor francés, transportándola a los paisajes en que se inspiró. También son contrarios los enfoques de dos cómics recien tessobreescritoresdelsigloXX. Mientras que La voz que no cesa (Astiberri), de Ramón Pereira y Ramón Boldú, reconstruyen fielmente la vida de Miguel Hernández, con énfasis en la guerra y la cárcel que acabaron con él; en La joia de viure (Males Herbes), Julià Guillamon y To ni Benages i Gallard imaginan la vida de Josep Palau i Fabre en Llançà, intercalando escenas y datos biográficos con digresio nes de ficción, que traducen al lenguaje secuencial la literatura del experto en Picasso que fue poeta, dramaturgo, donjuán y nadador. La adaptación en viñe tas de El diario de Anne Frank (Debolsillo), firmada por los au tores de la premiada película de animación documental Vals con Bashir (Ari Folman y David Po lonsky), enfatiza la existencia de un eje importante en nuestra época: el de la necesidad de ima ginar las vidas, de comunicarlas textovisualmente. Fue uno de los primeros ejercicios que hi cimos de niños: dibujar nues tras vacaciones de verano. Y es una de las claves del éxito sin fecha de caducidad de El prin cipito: SaintExupéry nos contó su vida con palabras y con imá genes. |
ANA FRANK Adaptación en viñetas de la vida de esta niña judía de la mano de Ari Folman y David Polonsky, premiados por el documental ‘Vals con Bashir’ DEBOLSILLO
carmen de mairena
CARMEN DE MAIRENA La artista Carlota Juncosa da con esta obra testimonio de la decadencia de uno de los iconos de la transgresión y de la telebasura BLACKIE BOOKS
MIGUEL HERNÁNDEZ Los autores Ramón Pereira y Ramón Boldú reconstruyen fielmente la vida del poeta, sobre todo el período de guerra y la cárcel ASTIBERRI
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Sábado, 25 noviembre 2017
miguel hernández
ana frank
vincent van gogh VINCENT Traducida en todo el mundo, Barbara Stok reinterpreta en estilo sencillo, casi infantil, su modo de entender al artista post impresionista SALAMANDRA
LIBROS
Novela Zadie Smith presenta un relato con el baile como fondo y debate racial, característico de la autora
Con Fred Astaire y Madonna
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Sábado, 25 noviembre 2017
ROBERT SALADRIGAS
Me noto siempre expectante ante una nueva novela de Zadie Smith (Londres, 1975), que un día fue la jo ven autora mestiza y cortante de Dientes blancos. Nunca ha dejadode escribir entre Gran Bretaña y Esta dos Unidos y yo he leído casi siem pre con interés sus historias sobre convivencia racial y urbana, sobre amor y amistad, y, lo más importan te, sobre la creencia de que la cuna de cada individuo condiciona lo que quieres hacer con tu vida y hasta dónde puedes llevarla. Este sigue siendo el lema de las ficciones de Smith, incluida la última, Tiempos de swing, recién traducida. A partir de ahí es oportuno re cordar que en 1936 se estrenó una película mítica dirigida por George Stevens y bailada por la pareja Fred AstaireGinger Rogers que llevaba idéntico título: Swing time (en espa ñol se distribuyó con el estúpido tí tulo de En alas de la danza). Viejos expertos en cintas musicales afir man que aquella fue la mejor inter pretación del cimbreante Astaire. ¿Eso podría sugerir que la novela de ZadieSmithsecentradealgunama nera en Astaire o que el baile es un factor clave para entender a los per sonajes? Pienso que no. Después de un prólogo en el que la narradora –a lo largo del extenso relato que nos cuenta no llegaremos a conocer su nombre– ha sido despedida de su trabajo, remitida a Londres y tem poralmente confinada en un lujoso apartamento, la primera parte de la novela empieza un sábado de 1982 en que ella, una niña de su misma edad llamada Tracey y sus respecti
La escritora Zadie Smith
vas madres, vecinas de bloques de viviendas sociales de Londres, coin ciden en el patio de una iglesia del
La relación con una legendaria estrella del pop y una madre parlamentaria marcan la vida de la protagonista barrio para recibir clases de danza. La corajuda Tracey –podría ser su doble– tiene cualidades de las que ellacarece.Enlosochentaynoventa
ANA JIMÉNEZ
ella se convertirá en una de las ayu dantespersonalesdeunalegendaria estrella pop de color conocida sim plemente por Aimee. El modelo de esamujerglobalentreomnipotente, voluntariosa, enigmática y reflexiva podríamuybienser–segúnparece– Madonna. Entiendo que eso importa poco. Son demasiadas páginas y excesiva mente comprimidas, si bien algunas brillantes como suele ser habitual en Zadie Smith, para explicar con detalles la relación de la narradora consujefaAimee,conTraceyquees víctima de una vida desnortada y
con la que nunca llega a perder el contacto, y con su propia madre transmudada en representante par lamentaria. A veces cuesta progre sar, dejarse deslumbrar por los cro matismos de una pintura que nos suena a repetida y, quizá por ello, a banal. Pero llega un momento en que para mí el relato pierde toda pulsióndramática:cuandoAimeese propone levantar una escuela en cierto país africano, reflexiona en voz alta sobre los desmanes hiper capitalistas y el tercer mundo, y en tre idas y venidas resulta que las buenas intenciones desembocan en un escándalo mayúsculo que por motivos más bien oscuros la narra dora revela al mundo e implica su despido inmediato. Así que el prólo go anticipa más o menos en parte el finaldela narración enprimeraper sona,queensusmejorestramosdis curre entre paisajes dickensianos pasados por el filtro racial, tan ca racterísticos de las ficciones de Za die Smith. Pero el hecho es que Tiempos de swing no ha respondido a mis ex pectativas. Sé que lo que más atrae a laautoradespuésdelaescrituraesel baile. Ante un mundo plagado de barbaridades e injusticias, un mun do colectivo y personal que se cae a pedazos,losdospuntalesdelahisto ria, encarnaciones del yin y el yang, se reconcilian a través de la imagen de un baile descabellado en un bal cón. Todos bailan. Están bien. | Zadie Smith Tiempos de swing SALAMANDRA. TRADUCCIÓN: EUGENIA VÁZQUEZ NACA RINO. 427 PÁGINAS. 24 EUROS
Novela El debut de una escocesa con una conmovedora obra sobre la soledad
Cómo estar perfectamente ANTÒNIA JUSTÍCIA
La autora escocesa Gail Honeyman
PHILIPPA GEDGE
Eleanor Oliphant es la rareza perso nificada.Unpuntoodiosa,sinsentido alguno de cómo funcionan las rela ciones sociales, empatía cero y una franqueza rayando lo grosero. Una mezclaentreBettylafeadeFernando Gaitán y Judith Hearne de Brian Moore. Es la protagonista de la nove la debut de la escocesa Gail Honey man,unaautoradeunos40añoscuya obra fue descubierta en un concurso de escritura y que se ha vendido por sumas enormes en todo el mundo. Honeyman presenta un personaje
inicialmente antipático pero entra ñable a medida que avanza el libro, con notas de humor geniales –la con traseñadesuordenadornosremiteal ignis aurum probat de Séneca– que hacen apetecible seguir indagando en una vida ordenada, vacía y com pletamente solitaria. Porque Eleanor trabaja toda la semana, se va a su casa un viernes por la noche, calienta una pizza,bebedosbotellasdevodkayno habla con nadie hasta que regresa el lunes por la mañana. Hay muchas ra zones para el atrincheramiento de Eleanor en sí misma y todas son debi
damente explicadas. Pedir ayuda es un anatema para ella pero un compa ñero de trabajo hará posible que en cuentre su hueco social, su propia voz. Brillante y conmovedora la in cursiónalapeluqueríayalatiendade moda: “¿Es así como funciona la ver dadera integración social? ¿Pintarse los labios, ir a la peluquería y alternar las ropas?”. Nadie se lo explicó. | Gail Honeyman Eleanor Oliphant está perfectamente ROCA EDITORIAL. TRADUCCIÓN: JULIA OSUNA. 320 PÁGI NAS. 18,90 EUROS
JEANSEBASTIEN EVRARD / AFP
Investigación Un reportaje literario sobre el asesinato de Laëtitia Perrais y su repercusión que despliega agujeros negros del presente
La dignidad de una vida JORDI AMAT
No era nada fácil que aquella chica pudiera salvarse de sus demonios porque toda su biografía (los malos tratos que contempló siendo niña en su casa paterna, la noria del des arraigo, la familia de acogida) pare cía condenarla a la tragedia. A ella y a Jessica, su hermana gemela. Pero la realidad es que, después de todo, gracias a su frágil voluntad y la con solidación de un sistema precario pero efectivo (servicios sociales, formación e inserción laboral), ella parecía estar encauzando su desti no para vivir como la persona que todo ciudadano debería poder ser. Alguien que pueda contemplar el hoy y el mañana con seguridad y esperanza. Se llamaba Laëtitia Pe rrais, tenía 18 años, vivía en Pornic –un pueblo costero de unos 15.000 habitantes, de relativo interés tu rístico en verano– y trabajaba de camarera. Pero la noche del 18 de enero del 2011 fue brutalmente asesinada por un criminal multi rreincidente de 30 años que la des cuartizó. Durante unas semanas su caso, que podría haber ocupado tan sólo un breve en la prensa o unos segundos en los informativos, tuvo
una repercusión enorme en Fran cia. Política, mediática y judicial. Su caso, su vida y su circunstancia son el tema de este libro magistral. Es uno de los más conmovedores que he leído y su impacto siento que me acompañará para siempre. Porque aparentemente se trata de un suceso truculento, morbosa mente fascinante en su horror co mo tantos, pero en la investigación sobre su significado que desarrolla el historiador Ivan Jablonka (París,
Es uno de los libros más conmovedores que he leído y su impacto me acompañará para siempre 1973) se despliegan algunos de los agujeros negros de nuestro presen te. Desde la violencia machista, pa sando por la imposibilidad del Es tado para controlar hasta el final a los niños que debe separar de sus familias (y aquí recordé Raval de Arcadi Espada) hasta la demagogia de tantos gobernantes en el poder que con su actuación propagandís
Ivan Jablonka Laëtitia o el fin de los hombres / Laëtitia o la fi dels homes ANAGRAMALIBROS DEL ZORZAL. TRADUCCIÓN AL CAS TELLANO: AGUSTINA BLANCO / AL CATALÁN: MARTA
El autor Ivan Jablonka
ÀLEX GARCIA
MARFANY. 415/408 PÁGINAS. 20,90 EUROS
LIBROS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 7
Flores en el lugar donde se encontró el cuerpo de la joven Laëtitia, un suceso que conmocionó Francia entera
tica, instrumentalizando el dolor, llegan a poner en riesgo al sistema. En el caso que nos ocupa, el presi dente Nicolas Sarkozy, que no tar dó nada en señalar el fallo de los magistrados porque no impidieron que el asesino estuviera en liber tad. “El caso Laëtitia revela todo un arte de gobernar: erigir a una ma yoría contra una minoría, no sólo para hacer olvidar los propios erro res, sino también para aunar al pueblo contra un supuesto enemi go (el juez, el joven de los subur bios, el simpapeles, etcétera)”. A lo largo de su relato, Jablonka, que religa su profesión a su com promiso, contrapuntea diversos hilos argumentales, creando una tensión emocional en el lector que se desborda en las páginas finales. Está el relato pormenorizado del suceso: el día fatídico, la búsqueda del cuerpo, la autopsia. Está la vida de la muchacha: su historial admi nistrativo, el testimonio de familia res y amigos, las huellas dejadas en Facebook buscando ser querida y esa temporada final en el torbelli no. Está la cobertura mediática y judicial del episodio, que recons truye a partir de entrevistas con los implicados (periodistas, policías, abogados). Está también la refle xión histórica sobre las leyes y las políticas adoptadas a lo largo del tiempo para abordar peripecias tan duras como las de la víctima y su verdugo. Pero todo ello está cosido por la humanidad de un autor que asume con alta responsabilidad el ejercicio que se ha propuesto. Hay mucho respeto. Hay mucha pie dad. Hay mucha indignación. Por que nada es más esencial. Esa mu jer. La responsabilidad de Jablon ka es la búsqueda de la verdad como único camino para rehabili tar la dignidad de una vida y quie nes heredaron para siempre el do lor de su pérdida. Tal vez el punto de inflexión fue la publicación de El adversario de Emmanuel Carrère. Valdría tam bién por Laurent Binet, por Jean Rolin, y por esta obra maestra de Jablonka. En los últimos años, otra vez, la cultura francesa ha morali zado la prosa de no ficción, refor mulando las posibilidades de la in vestigación literaria como forma de compromiso civil. “Aportar fragmentos de verdad es lo que le debemos a la sociedad y también a la víctima”. Una investigación bio gráfica sobre un suceso trágico re dactada en primera persona y con tada con las herramientas formales de la mejor narrativa. Esa es la fór mula. Partiendo de un cuasi repor taje para saltar a la literatura y así comprender, a través de un caso in dividual o un episodio concreto, to do un mundo. |
LIBROS
Novela
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Sábado, 25 noviembre 2017
Un refugio entre rejas NÚRIA ALBESA
El autor Javier Sierra posa junto al trofeo
DAVID AIROB
Premio Planeta Javier Sierra propone una adictiva intriga sobre el mito del Santo Grial con ecos de amplio espectro; desde Dan Brown hasta Borges
Un Parsifal del siglo XXI CARLES BARBA
¿Alta cultura y literatura de entrete nimientoestánreñidas?Desdeluego no para Javier Sierra (Teruel, 1971), quien en el thriller con el que ha ga nado el Planeta se mueve entre am bos polos con perfecta soltura. Qué curioso: Sierra ha manufacturado una intriga con todos los engranajes de un best seller, pero la ha arropado con un bajo continuo de referencias cultas que, lejos de desentonar, ro bustecen el texto y le dan empaque y solera. No es precisamente baladí el asunto que desglosa la narración: la aventuradelaconsecucióndelcono cimiento trascendente, del origen de las ideas, del “fuego invisible” para decirlo con palabras del título. El protagonista es justamente un experto en ellas, un lingüista de 30 años, David Salas, criado en Irlanda, hijo de madre posesiva y padre des aparecido, y que se ha doctorado na da menos que con una tesis sobre Parménides, de quien le ha interesa doelempeñoencomunicarseconlos dioses y recibir de ellos su sapiencia. Con un cum laude por ese trabajo, David acepta la propuesta de su jefa de estudios de tomarse un respiro y airearse un par de meses en su ciu dad natal, Madrid, donde por otra parte tiene sus raíces. La novela nos cuenta esa estancia veraniega, que lejos de discurrir tranquila, se con vierte en un carrusel de acciones y emocionestrepidantes,quepondrán a veces en peligro su vida pero que le
surtirán de experiencias transfor madoras,recolocandosuscoordena das y dándole un sentido más rico de la existencia. En Madrid, por lo pronto, a David le espera una anciana autora de tra mas de misterio, Victoria Goodman, ahijada en su día del abuelo del joven (un renombrado escritor) que, con vencida de que el nieto ha heredado lasfacultadesmediúmnicasdesuan tepasado, quiere reclutarle en la aca demia de las letras que dirige, dedi cada a descifrar códigos ocultos de
David, con facultades videntes, es fichado para descifrar códigos ocultos en obras maestras literarias lasobrasmaestrasdelaliteraturayel pensamiento.Eneserastreoestánya embarcados otros jóvenes lumbre ras–unodeellosporciertoasesinado extrañamente– y para cuando David decide sumarse al grupo, la Good man los tiene atareados en el desen trañamiento de un pequeño clásico medieval, El cuento del Grial de Chrétien de Troyes. Con un ritmo muy vivo, y movien do muy bien todos los hilos, Javier Sierra, por así decir, compromete a su personaje en tres pesquisas: la búsqueda de su padre huido, la bús queda del Grial en que le enrolan
Victoria Goodman y su equipo, y por último, la búsqueda de su propia vo cación de escritor, espoleada si cabe aún más al ir comprendiendo que grandes literatos como Victor Hugo, Mark Twain, ValleInclán o Yeats también sondearon arcanos profun dosyauscultaronfuerzasignotas.En su propia iniciación mistérica, David aprende por añadidura que estos es critores tuvieron que lidiar contra impalpables agentes destructivos, y que cuanto más quisieron saber, ma yor fue el riesgo de no contarlo. A medida que la novela progresa, la quête emprendida por David y sus compinches bajo el estímulo de la obrita de Chrétien, va centrándose en el mito del Grial y su significación simbólica, de tal manera que al final no les importa tanto si designa el cá liz de la Última Cena o un cuenco mágico como comprobar que fun ciona en tanto que señal para comu nicarse con lo inefable. La indaga ción, por cierto, coge especialmente unsesgoemocionantecuandoDavid y una colega de la que se prenda, cre en descubrir representaciones gráfi cas del Grial en las pinturas románi cas que custodia el MNAC y en los tímpanos y capiteles de las iglesias aragonesas de los siglos XI y XII. Y pocoapocovancoligiendoqueaque llos artistas anónimos eran por enci ma de todo videntes, chamanes que ayudabanalafeligresíaadescorrerel velo entre este y el otro mundo. En suma, estamos ante un premio Planeta adictivo, con una trama de las que no dan tregua; unos escena rios (Madrid, Barcelona y el Pirineo oscense) nimbados por un aura eso térica; y unos ecos literarios de am plio espectro, que tan pronto suenan aDanBrowncomoaBorges.Incluso a Enid Blyton, si nos apuran, con un quinteto protagonista tan entregado a descifrar secretos como el Club de los Cinco. | Javier Sierra El fuego invisible / El foc invisible
Es interesante el tratamiento que Maria Guasch (Begues, 1983) con fiere a la cárcel, uno de los escena rios donde sitúa su tercera novela, Els fills de Llacuna Park. Guasch de butó en el 2013 con La neu fosa (El Toll), y a esta obra le siguió Olor de clor sota la roba (RBALa Magrana). En estas páginas la prisión es con siderada un refugio contra el mun do, un bálsamo a partir del cual es posible reconstruir recuerdos olvi dados. Es en el centro penitenciario de Can Brians, al pie de Montserrat, donde se cruzan las vidas truncadas de los tres protagonistas: Clara, quien narra la historia en primera persona,ylosdosgemelos,Gabriely Sònia. Los tres habían coincidido en la misma escuela, en Canyars, y aho ra se reencuentran en el centro don de Sònia cumple condena. Aunque es ella quien vive entre rejas, no se puede considerar que Clara y Ga briel sean personas libres. Clara trabaja como profesora temporalenCanBriansyasustrein ta y dos años aún está instalada en casadesuhermano,consucuñaday susobrino,aquienlehacedemadre; y Gabriel, hombre de pocas palabras y silencios densos, vive con sus pa dres e inmerso en la ausencia que dejó la muerte de su hermano ma yor. A pesarde sertan diferentes, los tres se necesitan por contrapunto, por sinergia, para equilibrar sus ca rencias. Maria Guasch sesirve de descrip ciones incisivas –los mejores giros los consigue con pocas palabras– para construir personajes frágiles que cuelgan de un hilo. Es bajo esa aureola triste, bajo los recuerdos fe lices de una vida pasada, que el lec torseadentraenlosdramasquepre ocupanalosjóvenesdehoyendía:la precariedad laboral, y más aún la precariedad vital, la incapacidad de emanciparse y gozar de cierta auto nomía.Y,enelfondo,elgranengaño que puede llegar a ser esa juventud, alimentada de proyecciones que, como un espejismo, siempre se es capan. |
PLANETA / COLUMNA. TRADUCCIÓN AL CATALÁN: JOSEP
Maria Guasch Els fills de Llacuna Park
PELFORT. 480 PÁGINAS. 21,90 EUROS
L’ALTRA EDITORIAL. 184 PÁGINAS. 17,90 EUROS
Mi querido amigo Fernando apare ció en 1977 por Sant Martí d’Empú riesconunaseparatadesumagnum opus Gargoris y Habidis: Una histo ria mágica de España. Con ese libro, como diría el irónico Fernando Sa vater, Nano pasó de autor inédito a tener sus obras completas. Oficié de maestro de ceremonias en noviembre de 1978 cuando se presentó el libro en el Ateneo de Madrid. El panel lo formaron: Dá maso Alonso, José Luis López
terariodeDonMarcelinohaciaotro enfoquemágico.Unohabladehete rodoxosespañoles,otrosde España mágica.Hancambiadolaspriorida des después de un siglo. ComoexplicaDragóensuexten so prólogo a la última edición, su propósito fue escribir un tratado de los mitos del inconsciente colectivo de la península Ibérica. Entre Pela yo y Dragó ha caído la sombra de Jung. Si el primero habla de perso najes heterodoxos, el segundo ha
cas, los megalitos como acupuntura de la tierra, los lugares de poder, las romerías,lasvírgenesnegras.Noen vano acabaría Malby en el progra madeDragóElmundopormontera, dondeaparecióhastaelquímicoAl bert Hofmann, creador del LSD. Pero todo eso estaba por llegar como consecuencia del libro. Les interesará saber que este consta de cinco grandes apartados. Primero los orígenes donde se habla de Altamira, la Atlántida, el
Una obra esencial que debe ser leída como una enciclopedia, en la que la forma compite con el contenido
Sánchez Dragó en su casa de Madrid
Aranguren, Julio Caro Baroja, To rrente Ballester, Savater, García Calvo y Arrabal. El éxito del libro en esa Navidad del 1978 fue fulmi nante: fue como el Corán de la tran sición. Aunque pueda parecerlo, Sán chez Dragó no se propuso enmen darle la plana a Don Marcelino. Na dieleenmiendaaMenéndezPelayo sus Heterodoxos españoles. Pero sí logró Fernando desviar el énfasis li
DANI DUCH
blademitos,lugaresdepoderygeo grafía sideral. Carlos Castañeda ha bía dejado ya la influencia de sus aprendices de brujo. Y por supues to, la marihuana, el ácido, la aya huasca y demás carnes de Dios, co mo los definiría R. Gordon Wasson o el propio Aldous Huxley. Yo tuve mi iniciación en estos te masconelprodigiosoAndréMalby, que me atiborró la cabeza de esoté ricas enseñanzas: las fuerzas telúri
JardíndelasHespérides,laAtlánti da andaluza que fuera Tartessos. LasandanzasdeHérculesporlaPe nínsula,los druidas célticosy su mi tología vegetal. Se adentra luego en los primeros cristianos con el heresiarca –ancia no– Prisciliano, candidato número uno a estar enterrado en Santiago de Compostela. De donde surge to do el ciclo del camino de Santiago con sus “Roldanes”, iglesias, tem
estrambótico, lo que confiere uni dad a esos volúmenes de fichas de información, enhebrados por la re tórica personal y original de Dragó en una narrativa que lleva al lector en volandas merced al interés de la información y al vigor de la prosa draconiana. Aquí la forma compite con el contenido en calidad. Remata la faena con los teósofos, significados en Roso de Luna y con latrashumanciaylostoros.Unlibro imprescindiblequesedebeleercon cuentagotas, como una enciclope dia y, como ellas, guardarse para consultarlo y darle un tiento de cuando en cuando. Han pasado cuarenta años desde que los presenté en el Ateneo de Madrid y luego aquí en Barcelona. Ahora lo reedita, y yo a retomarlo. Solo una cosa ha cambiado: su au tor. Fernando, desde que publicó esto en los setenta se ha convertido –como suele pasar en España– en más valioso que su obra. Es el mejor conversador en lengua castellana, narrador infatigable de las historias de su vida. Procuren escucharlo además de leerlo. Su castellano exacto, recio, broncíneo, rebuscado yarcaico,conservalosecosdegran des conversadores del pasado, que ya se apagaron. Es una fiesta escu charlo, hasta que uno huye, porque él no para. | LUIS RACIONERO
Cultura|s La Vanguardia
Se reedita la magnum opus del autor madrileño, aparecida por primera vez en 1978. Un tratado sobre los mitos del inconsciente colectivo de la península Ibérica, lugares de poder y geografía sideral
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La España mágica de Sánchez Dragó
plarios y griales. La geografía siem pre al lado de los personajes. En el tercer apartado aborda mi norías y marginaciones: judíos, mo ros, gitanos, agotes, pasiegos, va querizos, maragatos y quinquis. Es tamos en plena edad media y siguiendo los misterios de las cate drales y las moradas filosofales de Fulcanelli,que,segúnMalby,noera otro que Nicolas Flamel con varios siglos de alquimia a las espaldas. La cuarta parte titulada Entre la clandestinidad y la farsa empieza con la alquimia de Llull, Vilanova, Rupescissa para llegar a Servet, Arias Montano y su círculo de sa bios cabalistas en El Escorial, los místicos y luego una barahúnda de estrellas, jorguines, espantanubla dos, arrepticios, diantres, maléfi cos, lémures, sacamantecas, levia tanes, convulsionarios, saludado res, antipapas, alnagos y recristos. Tenemos en estas retahílas una muestra del estado de Dragó y no es el menor mérito de la obra, porque es ese estilo barroco, de retruécano,
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LIBROS
De ayer a hoy
LIBROS
Narrativa Monteagudo apuesta por los relatos
Libroscopio
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Sesenta años de risa A finales de los cincuenta, en una España sumergida en la grisura tenebrosa de la dictadura, había pocos motivos para reír. La editorial Bruguera, funda da por una familia catalanista de izquierdas, se convirtió en una fábrica de la risa en la que entraron a trabajar no pocos represaliados por el franquismo utilizando pseudónimos. Un día apareció por allí un jovenzuelo que trabaja ba de botones en un banco. Hacía caricaturas y era muy currante. Se llamaba Francisco Ibáñez y de sus dedos de trilero salieron El botones Sacarino, 13 Rúe del Percebe, Rompetechos… y Mortadelo y Filemón. Mortadelo debe ser el único personaje de ficción que incluso tuvo su propia moneda: los mortade los, expedidos por el Financial Vazquez Bank Ltd, con los que podías adqui rir tebeos. Y ha dado su nombre a importantes instituciones como el servicio secreto de los Mossos d’Esquadra, a los que se conoce como “los morta delos”. Por eso no me pierdo la convocatoria de su editorial, Penguin Random House ((que compró Ediciones B, la cual a su vez compró Bruguera) , para presentar el álbum conmemorativo de los sesenta años de Mortadelo y Filemón. Lo acompaña su editor desde hace un cuarto de siglo, Manuel de Cos, y a sus más de 81 años Ibáñez sigue con su eterna sonrisa pícara, el aire de Rompetechos y su manera de hablar a velocidad supersónica, como uno de sus propios personajes. Y al pie del cañón, o de la mesa de dibujo. Al paso de los años, la actualidad se ha ido filtrando en sus historietas y, para conme morar sus 60 años de servicio en la T.I.A., mandan a Mortadelo y Filemón a una misión crucial: restablecer la paz entre el presidente rubio teñido y bocazas, Mr. Tromf, y el regordete presidente de un país oriental adicto a los misiles en todos los formatos (incluida la lanzadera en forma de taza de váter), Pxing Pxiong. Cuando cumplió los 75, me acerqué a conocer a Ibáñez. En cualquier país del mundo, un creador de esta magnitud que lleva más de medio siglo ha ciendo leer a la gente tendría avenidas a su nombre, reconocimientos insti tucionales a porrillo y viviría en una gran mansión con piscina, tres agentes y un publicista a sus órdenes. Al llegar a la editorial me topé con un señor calvo que se movía apresuradamente entre las mesas con una carpeta de cartón con dos gomas bajo el brazo, de donde sobresalían las láminas de los originales de unas historietas, listas para entregar. Era Francisco Ibáñez, currando como siempre. Cuando le pedí una entrevista fue amabilísimo, pero insistía en que no tenía nada importante que contar… “¡Si yo sólo soy un
Francisco Ibáñez entre sus entrañables y populares personajes
A. ITURBE
ninotaire!”. Le pregunté si lo habían esclavizado los personajes: “Un poco sí. Por la noche me viene una idea a la cabeza, me levanto y me pongo en el tablero. Y ahí, dale que te pego. Y entonces oyes una voz lejana: ‘¡Paco, vente a dormir! ¿Estás tonto o qué?’. Sí, estás esclavizado por el personaje, pero eso no tiene importancia. Todo el mundo está esclavizado en su trabajo”. Al preguntarle si se había planteado escribir sus memorias me dijo: “¡Jamás, jamás, jamás! Mis memorias ocuparían las dos primeras líneas de la primera página. Dirían: ‘Ibáñez fue un gilipollas que trabajó, trabajó y trabajó’”. Y ahí sigue, en la brecha y, pese al tratamiento de estrella (merecido) que le da su flamante nueva editorial, sigue siendo la persona sencilla que siem pre ha sido. Cuando alguien le pregunta si su obra debería estar en un museo se echa las manos a la cabeza y responde que de ninguna manera, que él ni siquiera sabe dibujar. Le pregunto, después de 60 años haciendo reír a tanta gente, qué le hace todavía reír a él. No lo duda ni un segundo: “Los políti cos… ellos hacen reír más que nosotros”. Muy grande. | ANTONIO ITURBE
El triunfo de la invención
David Monteagudo J.A. MASOLIVER RÓDENAS
KIM MANRESA
Nacido en Lugo en 1961, David Monteagudo se trasladó a Catalu nya con su familia a los cinco años, pero Galicia está siempre presente en su obra, sobre todo en el gusto por la fabulación. La novela Fin (2009), publicada a sus cuarenta y ocho años, tuvo un sorprendente éxito y fue llevada al cine por Jorge Torregrosa. Monteagudo abando nó su trabajo en una fábrica de car tón, para dedicarse exclusivamen te a la literatura. Recuperó varias novelas inéditas, y del mismo modo que los elogios fueron exagerados con el primer libro, también lo fue el escaso interés que despertaron Brañaganda (2011) e Invasión (2015). Es de esperar que Crónicas del amacrana tenga la buena acogi da que merece. Aquí encontramos los elementos fantásticos de sus primeros libros junto a la sobriedad de Invasión, tal vez porque Monteagudo es más fiel que nunca a su método de “em pezar siempre con una situación cotidiana, realista, e introducir un elemento que rompa esa cotidiani dad”. Un realismo que se ve refor zado con una especie de introduc ción a cada uno de los “capítulos” del libro. Hay una tensión que nace de la angustia ante la impresión de que algo se nos escapa de las ma nos. Esto conduce a uno de los ras gos del libro, la ambigüedad, para acentuarse con una extrañeza que roza lo irreal y lo alucinante. En el prólogo, Lázaro Covadlo señala los rasgos que encontramos en cada uno de los libros de Monteagudo: el misterio, la luz, la oscuridad, el te
rror, lo espeluznante, el “implaca ble sondeo de la zona más profunda de la psicología humana”; “la fic ción literaria que indaga en el enig ma de la existencia”. Pero lo que hace especialmente interesante a Crónicas del amacra na es cómo, más allá de esa podero sa unidad, hay una infinita variedad de registros provocada, precisa mente, por la variedad de situacio nes. De ahí que pueda hablarse si multáneamente de novela y rela tos. Aunque bien podría decirse que todo buen libro de cuentos, co mo todo buen libro de poemas, se construye en torno a una unidad. Aclaro que el lector puede prescin dir de estas elucubraciones, porque lo que de verdad importa es cómo de un hecho nimio puede surgir tal acumulación de tensión. Como en las lecturas más inocentes, nos sen timos identificados con los perso najes y sufrimos en la realidad lo que ellos sufren en la ficción. Es una escritura llena de riesgos, porque es fácil caer en la fórmula y por lo tanto en la reiteración, en una cierta mecánica. También el cambio de registro puede resultar forzado. Ocurre, sobre todo, en El don de la ubicuidad, relato tedioso en el que se trata de unir la ciencia ficción con lo cotidiano y grotesco. Por el contrario, encuentra su me jor expresión en El accidente o en F.FWD y, en cierto modo, en La na ve de cemento. En F.FWD vivimos en el interior de un sueño pesado, una pesadilla de la que desperta mos como una liberación. Si bien Monteagudo parece contradecirse cuando nos dice en La nave de ce mento “que una cosa que siempre me ha dado mucha rabia en las pelí culas, cuando no saben qué hacer con el argumento y lo acaban arre glando todo con que el final era un sueño”. Algo que es cierto pero que, como en F.FWD, deja de serlo, porque lo que cuenta es que, a pesar de que desde la primera línea se nos dice “caigo de un sueño pesado y oscuro del que me despierta Ol ga”, y vivimos la pesadilla como si se tratase de la vigilia. Porque una de las mejores virtudes de Crónicas del amacrana es que el escritor es un narrador puro, un creador de tramas, es decir, que necesita con tar, imaginar, para llevarnos a lo más profundo de la naturaleza hu mana. | David Monteagudo Crónicas del amacrana RAYO VERDE. 240 PÁGINAS. 18 EUROS
LIBROS
El mes de Joan de Sagarra
‘Dis, quand reviendrastu?’ grin”. Nantes, terrible canción. La cantante nos cuenta que ha recibi do un mensaje: “Madame soyez au rendezvous / Vintcinq rue de la GrangeauLoup / Faites bite, il y a peu d’espoir / Il a demandé à vous voir”. Barbara llega tarde a la cita, él, su padre, ya ha muerto. “Il voulait avant de mourir / Se rè chauffer à mon sourire / Mais il mourit à la nuit même / Sans un adieu, sans un ‘je t’aime’”. Barbara tenía que reencontrarse con su padre, el que había abandonado a la familia, el mismo que –de ahí lo terrible de la canción– la había violado una y otra vez cuando ella
y su padre? La respuesta, si la hay, tal vez haya que ir a buscarla en otro hit de la cantante, L’aigle noir, que descubrimos en 1970. El águi la negra es más que un tube: hoy en día es, según las últimas en cuestas, uno de los tres títulos más populares de la denominada can ción francesa. “Un beau jour / Ou peutêtre une nuit / Près d’un lac, je m’etais endormie / Quand sou dain, semblant crever le ciel / En venant de nulle part, / Surgit un aigle noir”. ¿Quién es esa águila negra, esa águila cuyos ojos eran de color ru bí y en cuya frente de pájaromo
Sus canciones escondían una historia real, la de un padre muerto que la había violado en su niñez
Una imagen de Barbara tomada el 17 de septiembre de 1965
es hoy un mito de la canción fran cesa. Cuando yo era un mucha cho, la canción francesa, mi can ción francesa, eran Trenet, el pa dre de todos, Brassens, Ferré y dos grandes intérpretes: Piaf y Montand. Luego vino Brel, el bel ga del plat pays… A Barbara la es cuché por primera vez en el Bobi no –ya no existe–, una boîte de Pa rís en la que la cantante ejercía de
REG LANCASTER/GETTY
brimiento de Barbara: la chica del Bobino que cantaba a Brel –Ne me quitte pas– me descubría su ros tro, su verdadero rostro. La can ción tenía una historia, real, una herida, como la tenía aquella otra canción de Barbara con que nos sorprendería dos años más tarde: Nantes. “Il pleut sur Nantes / Donnemoi la main / Le ciel de Nantes / Rend mon coeur cha
era una chiquilla. Eso se supo una vez muerta la cantante, cuando se publicaron las memorias inacaba das de Barbara, pero cuando na ció, cuando se divulgó la canción, Nantes, más de uno nos pregunta mos qué diablos había tras esa lla mada –“Faites bite (…) Il a deman dé à vous voir”–. ¿Qué relación había entre la chiquilla violada, repetidas veces,
narca irisaba un gran diamante azul? ¿Esa águila que con el pico acaricia el rostro de la muchacha y en su mano desliza su cuello? ¿Quién es ese pájaro querido al que la muchacha le pide que se la lleve consigo, que sea su amigo, “como antes, en mis sueños de ni ña, para tomar, temblando, las es trellas, como antes, en mis sueños de niña, como antes, sobre una nube blanca”? Hubo muy diversas interpretaciones. Se habló de una metáfora del regreso del patriar cado en una sociedad en la que las mujeres empiezan a liberarse, se habló de la naturaleza que protes ta frente a la destrucción a manos de la civilización moderna, e in cluso se habló de la presencia de la extrema derecha francesa perso nificada por el águila nazi… Pero también hubo quien supo herma nar el águila con aquel padre muerto en Nantes, sin un adiós, sin un “te quiero”. Veinte años ya de la muerte de Barbara, curiosa mujer, gran pro fesional, autora de media docena de canciones (de las más de 200 que escribió) que han dejado hue lla. Barbara tan lejana y, a la vez, tan próxima, estrella, estrella fija, de aquella canción francesa que alegraba las tardes del joven Jai me Gil de Biedma, hoy práctica mente desaparecida. | JOAN DE SAGARRA
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telonera de Brassens. Empezó cantando canciones de Brel –de hecho Barbara empezó a cantar como profesional en Bruselas– y de Brassens. Hasta que un buen día, el 8 de mayo de 1962, soltó lo que poco después se convertiría en un tube de la canción francesa: Dis, quand reviendrastu? Un vals lento del que pronto se apodera ron figuras como Cora Vaucaire y Mouloudji: “Dis, quand revien drastu / Dis, au moins le saistu / Que tout le temps qui passe / Ne se ratrappe guère / Que tout le temps perdu / Ne se ratrappe plus”. Esa canción fue mi descu
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“Barbara est morte”. Así rezaba la portada del diario Le Monde del 26 de noviembre de 1997. Murió la noche del lunes, 24 de noviembre, en un hospital de NeuillysurSei ne, el Pedralbes de París, a dos o tres manzanas de donde yo nací, un 8 de enero. Tenía 67 años. No se llamaba Barbara, Barbara era su nombre de guerra. Su ver dadero nombre era Monique, Monique Serf. Era judía, nieta de una rusa qui cuisinait la carpe far cie e hija de un padre que, tras abandonar la familia, murió en la miseria, en Nantes, en 1949. A los veinte años de su muerte, Barbara
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Una aproximación a la singular vida de Barbara (Monique Serf ), un mito de la canción francesa desaparecida hace dos décadas que comenzó interpretando temas de Brel y Brassens
ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 12
Arte|s
PARÍS
El Grand Palais reúne más de 230 obras del artista francés en todos los soportes, pintura, escultura en madera o cerámica, en una exposición única, con préstamos de museos de todo el mundo. Su trayectoria al completo
Gauguin, inmersión total ALMUDENA BLASCO VALLÉS
A finales del siglo XIX, se fue abriendo paso en Francia y en otros países la idea de que el arte forjado en los usos rituales de los pueblos que los antropólogos llamaban pri mitivosteníaunvalorestético.Apo llinaire pidió desde las páginas del Journal du Soir que se respetara la dignidad de ese arte y que se les abrieran las puertas del Louvre; otros se inspiraron en el primitivis mo: Rimbaud para la poesía; Ste venson para los cuentos, Lafcadio Hearn para el ensayo. Se trataba de demostrar que ese arte era reflejo de una visión del mundo, lo que dio lugar a un acalorado debate entre los diferentes ismos que se intere saron por él: postimpresionismo, puntillismo, simbolismo, fauvismo, incluso cubismo, cada uno a su manera, se prestaron a demostrar la riqueza de las otras culturas del mundo. Hoy podemos seguir de cerca ese ambiente cultural en el Grand Pa lais, de la sabia mano de Ophélie FerlierBouat y Claire Bernardi, responsables de la exposición Gau guin, el alquimista: un recorrido en seis secciones donde se exponen más de 230 obras del artista (54 pin turas, 29 cerámicas, 35 esculturas y objetos, 14 bloques de madera, 67 grabados y 34 dibujos) Este ingente material ayuda comprender la sin gularidad del hombre y la originali dad del artista. Lo primero a destacar es la emo ciónquesuscitaenelvisitanteelhe cho de que vivre en sauvage permite
ver el arte como una serie de mira das cruzadas, convirtiendo los pai sajes rurales en espacios privile giados donde se sitúan los interro gantes de la vida como podemos apreciar en la serie dedicada a Bre taña, como la excepcional La bergè rebretonne,de1886.Magiayvértigo unidos para asumir la autonomía del color y de la línea, en lo que los responsables de la exposición han calificado como “les grands ate liers”. Ciertamente, las claves for mativas de Gauguin se realizan en supropiotaller,transformandoaun hombre que trabajaba como agente en la Bolsa de París, y pintaba por
La pasión por el cromatismo encendió en Gauguin el espíritu de ‘recherche, de indagación artística afición los domingos, en un pintor comprometido con los grandes ar tistas de su tiempo, primero cerca de los Nabis, luego, por su propia cuenta, pero siempre reinterpre tando la pintura impresionista de suspredecesores,Degasy,especial mente Pissarro. Un rasgo de carác ter que le gusta compartir porque en torno a él se crea un círculo artís tico, el círculo de Gauguin, donde era habitual y casi cotidiano debatir sobre las vanguardias artísticas. La pasión por el cromatismo en cendió en Gauguin el espíritu de re cherche, que convirtió sus obras >
JARRA CON LEDA Y EL CISNE. INVIERNO DE 18871888. GRES PARCIALMEN TE VIDRIADO En 1886 Gauguin entra en contacto con Ernest Chaplet, gracias a quien comprende que el ceramista y el artista van unidos. Antes ya lo había percibido en las piezas de cera de su amigo Degas. Se trataba de situar al ‘objeto’ en el lugar que le correspon día, de redefinir los términos del arte, en las ‘esculturas cerámicas’, mez clando la tradición, las investigaciones, y los nuevos sopor tes. Aquí recreando una mitología sagrada, como es Leda y el Cisne.
COLECCIÓN PARTICULAR
TEHURA (CABEZA DE TAHITIANA), C. 1892. MADERA PARCIALMENTE POLICROMADA Y DORADA Delicado retrato de Teha’amana, o Tehura, como aparece citada en ‘Noa, Noa’, la joven polinesia con la que Gauguin compartió gran parte de su vida y que sirvió de modelo a muchas de sus obras.
MUSÉE D’ORSAY
ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 13
ART INSTITUTE OF CHICAGO
Cultura|s La Vanguardia
MAHANA NO ATUA (EL DÍA DE DIOS), 1894. ÓLEO A su regreso a París en 1893, Gauguin estuvo promovien do su trabajo y escribiendo e ilustrando ‘Noa, Noa’. Este paisaje tahitiano, colorista, brillante, con algunas mujeres que, a la manera de Eva, adoran a un ídolo, está íntima mente vinculado a su proyecto lite rario.
LA RONDE DES PETITES BRETONES, 1888. ÓLEO En un paisaje típicamente bretón, Gauguin abandona toda veleidad descriptiva, preten de ir hacia un arte más personal que le eleva al rango de demiurgo, sin querer copiar de la Naturaleza, porque el arte es una abstracción, es “la única forma de dirigirse hacia Dios”. NATIONAL GALLERY, WASHINGTON
PARAHI TE MARAE (AQUÍ RESIDE EL TEMPLO), 1892. ÓLEO Sin duda uno de los cuadros más importantes y misteriosos de Gauguin. El título sugería que “en el pensamiento de los maoríes, el templo es, en sí mismo, un hombre, un huma no, que se confun de con el Dios”.
PHILADELPHIA MUSEUM OF ART
ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 14
> en un laboratorio de las formas
artísticas,capazdesituarlodiferen te en relación con lo universal, de recorrer el camino que va del sujeto al símbolo, mostrando el sentido del arte en las expresiones de los perso najes, desde unas niñas jugando al coro en el bellísimo La ronde des pe titesbretonnes,de1888,hastaelsen sual desnudo conocido como Dans lesvaguesde1889,queculminaráen la serie de Ondine. Lo que vemos en las primeras salas es un conjunto de imágenes bien perfiladas que pare cen planas porque están pintadas con finura y regularidad, como si Gauguin aceptase ser un explora dor de materias y técnicas composi tivas en busca de una síntesis com pleta, una actitud que le acerca al objetivo wagneriano de la obra de arte total. Tras dejar a un lado la cabezaja rra, conocida como Vase avec Leda et les cignes, la exposición nos su merge en el imaginario de los Tris tes trópicos, convertidos en un jar dín del Edén, que permite conside
Una de las joyas de la exposición es su diario manuscrito, ‘Noa Noa’, raramente mostrado al público rar esta etapa de la vida de Gauguin como un consciente viaje de inicia ción, como prueba su diario manus crito, Noa Noa, cargado de pensa mientos, esbozos y experiencias, una de las joyas de la exposición. El encuentro con la tradición maorí se percibe intensamente en Ahaloe feii? (Eh quoi, Tu est jalouse?), abriendosudisposiciónparadescu brir el fondo del alma humana en una Eva exótica que tímidamente alarga su mano sobre el fruto prohi bido en Te nave nave fuena (Terre délicieuse). La imagen de esa mujer se convierte en motivo de sus infini taspesquisassobrelaculturasauva ge que encuentra en Tahití y cuya verdad incumbe a la pintura, evoca da aquí como“la Arcadia tahitiana”.
Opinión
La exposición es una clase con densada de educación sentimental sobre el arte de Gauguin, tan admi radocomocriticado,porqueenseña la suprema virtud de la descripción enelretratodeunamujerquesemi ra en el espejo, y explica, con la ma yor naturalidad, el recurso a los amarillos de cromo como telón de fondo de su excepcional Parai le Marae (Là reside le temple): amari llosqueleacercanasucontemporá neo, y amigo, Van Gogh, en la inten ción de que ese cromatismo permi ta curar la melancolía, tan habitual en su tiempo. Paraísos artificiales, uso del escapismo, evasión, embria guez por los colores químicos. Gau guin en estado puro. ¡Porfinunaexposiciónconlaque se puede comprender al hombre Paul para entender al artista Gau guin! Pero, en mitad de ese diálogo, mientras atravesamos el secreto vínculo entre pintura e ilusión de realidad, presente en Te Rerioa (Le rêve), acertamos a entender por qué el color se utiliza para obtener efec tos de contraste o de brillo: que un rostro sea naranja o verde dice mu cho del desafío que nos propone Gauguin, aquí no hay nada literal, sondesviacionesdelorealprovoca dasporunanheloquesurgedelfon do misterioso del ser humano. En este punto se comprende la evolución del último Gauguin, y el interés de nuevo por una recherche, sobre el espacio privado, íntimo, sobre el valor espiritual de las artes decorativas en paralelo a la explo ración sensual de la naturaleza co mo se percibe en la Invocation de 1903. Pero antes de abandonar el Grand Palais, el visitante tiene la gran oportunidad de entrar en con tacto con la evocación que se nos propone de la Maison de Jouir, las puertas de acceso a la Casa de la Fe licidad,enlasIslasMarquesas,don de Gauguin pasó los últimos mo mentos de vida. |
Arte infantil
Los dibujos dan salida a la imaginación infantil (Max, seis años)
Gauguin, el alquimista COMISARIOS:OPHÉLIEFERLIERBOUATYCLAIREBERNAR DI. GRAND PALAIS. PARÍS.WWW.GRANDPALAIS.FR. HAS TA EL 22 DE ENERO
SED MISTERIOSAS, 1890. MADERA DE TILO PARCIALMENTE POLICROMADA. Relieve de una mujer tahitiana de espaldas, realizado antes de que Gauguin realizara su viaje a Oceanía.
MUSÉE D’ORSAY
Para el adulto asomarse al mundo infantil es un acontecimiento. Es encontrarse con un mapa aún sin elaborar. Intacto. En la mirada infan til, en su esclerótica blanca y perlada, está inmaculada toda la capacidad para el asombro. La curiosidad total. Los colores, los sonidos, las palabras. Toda la magia del entorno. Los dibu jos de los críos nos sacuden por su emoción estética y sorpresiva. Por la originalidad tan instintiva y remota. Tan impensada. A partir del segundo año el niño ya es capaz de ir dando forma a los garabatos iniciales. Rayo tes que a medida que se van definien do inician una plataforma comunica tiva. Una manera de comenzar a relacionarse con el mundo. A los tres años ya empiezan a detallar cosas, figuras y objetos. Quizá sea una manera inconsciente de apoderarse de lo que les interesa. De memorizar plásticamente lo visto. Casi un benig no ritual de iniciación. Individuos de una misma franja de edad muestran una gran diversidad de preferencias. Dibujar y pintar –y ensuciarse– es algo innato. Y una mayor inclinación natural para el dibujo y la pintura es un buen indicador de la capacidad de aprendizaje general. Según la peda goga Maria Montessori, creadora del fundamental sistema que lleva su nombre, es necesario para que el niño y la niña desarrollen sus faculta des que tengan a mano los objetos mínimos para estimular su curiosi dad e imaginación, lápices, tizas, pinturas… Y libertad. La expresión plástica de los niños es inabarcable, y de una absoluta despreocupación formal, desproporciones, colores estridentes, representación de figu ras humanas, de animales, signos que sustituyen a letras y palabras. A partir de los 7 u 8 años el dibujo
infantil pierde interés estético, se envara, pierde espontaneidad y se vuelve realista. Deja la prehistoria para pasar a la civilización. No cuen ta historias, intenta representar lo que ve. GeorgesHenri Cuquet en Le dessin enfantin (1927) no entiende que el niño dibuje algo que no repre sente nada, defiende que toda ima gen infantil tiene pretensiones rea listas. La mayoría de investigadores no comparten la idea. ¿Podemos hablar de arte infantil? Solo de algún modo: para la expre sión artística es fundamental la intención. Para crear arte es impres cindible la voluntad de querer hacer lo. La creación precisa del estado de conciencia del adulto y de múltiples aspectos más: factores emocionales, intelectuales, de memoria personal. De experimentación, de productivi dad. De influencias de la crítica y el mercado. Y de tiempo. Los artistas contemporáneos, cuando abando nan la figuración, empiezan a fijarse en los dibujos infantiles como fuente de inspiración al margen de los límites de la cultura oficial. Dubuffet creó el art brut en 1945 fijándose en los trabajos de unos pacientes de hospitales psiquiátricos. Chagall interpretaba las figuraciones ances trales de su Bielorrusia natal. Y Klee llegó a un esquematismo muy perso nal a partir de estudiar dibujos de niños. Pero dejemos las cosas en su sitio: el arte infantil es muy atractivo y a veces turbador pero, aunque grandes artistas se hayan inspirado en él, ninguno ha pintado como un niño. Por mucho que se use la frase de que en todo artista habita un niño, la ingenuidad se pierde pronto y no vuelve. Quizá quien más se acercó fue Basquiat (19601988). No tuvo tiempo de llegar a adulto. JOANPERE VILADECANS
Para conmemorar el quinto centena riodeliniciodelaReformaprotestan te, el Museu d’Història de Barcelona no podía proponernos una exposi ción más adecuada que Imágenes pa ra creer. Católicos y protestantes en Europa y Barcelona en los siglos XVI XVIII, que se puede ver en el Saló del Tinell. Una propuesta que nos acerca al encarnizado debate que se produjo en Europa en una época de grandes transformaciones sociales y cultura les, a través de 156 piezas, esculturas, pinturas y grabados, algunos excep cionales, de Durero, Rembrandt, Ri bera o Goya, que se complementan con unos textos breves y didácticos, y que también se adentra en la inciden cia que tuvo esta polémica en Bar celona, donde la Inquisición se hizo
fuerteypersiguióhastaextirparcual quier brote luterano o erasmista. Pero es a partir de la guerra de las imágenes que se produjo con la Re forma y la Contrarreforma o reforma católicaquenossituamosenelemba te de aquella época y podemos enten der los idearios doctrinales de un bandoydelotro:lainterpretaciónso bre la Biblia, sus traducciones a las lenguas vernáculas, las tesis lutera nas, la denuncia de la venta de las in dulgencias, las buenas obras, el valor delagracia,elcultoalasimágenesola hegemonía del papado, entre otros. Y es que fue gracias a los recursos gráficos(xilográficosycalcográficos) y al invento de la imprenta, que im pulsó la difusión de los documentos gráficos, que Europa se inundó de bandos, manifiestos, panfletos, octa
M. Gerung: ‘Sátira del clericato católico’, c. 1530
La austeridad de las formas luteranas de culto contrasta con el barroquismo del mundo católico villas precedentes de los mass media. De hecho, fue una revolución tecno lógicaquetambiénpropiciólaalfabe tización de Europa y la difusión de la Biblia, base de una catequesis intensa enlaquelasimágenestuvieronunpa pel protagonista, porque como los documentos gráficos que se exponen
Imágenes para creer. Católicos y protestantes en Europa y Barcelona en los siglos XVIXVIII MUHBA..BARCELONA.HTTP://AJUNTAMENT.BARCELO NA.CAT/MUSEUHISTORIA. HASTA EL 14 DE ENERO
ARTES Sábado, 25 noviembre 2017
DANIEL GIRALTMIRACLE
Cultura|s La Vanguardia
Iconografías divergentes
evidencian se convirtieron en autén ticos artefactos de propaganda para defender o atacar sus líderes (Lutero y los otros reformistas o el Papa) y las creenciasqueestosreivindicabanco mo verdaderas. Aun así, más allá de las aportacio nes doctrinales y de las precisiones históricas, esta es una exposición ri quísimaeniconografíadecalidadque nos hace constatar dos cosas. La pri mera es una nueva diferencia entre las dos confesiones: la austeridad de las formas luteranas de culto y el exu berante barroquismo del mundo ca tólico.Lasegundaesimportanciaque tuvo la imagen en la configuración de la Europa moderna. Aún más porque la propaganda que se puso en la edad media al servicio de esta lucha es un antecedente del criticismo gráfico de Daumier, del expresionismo alemán, deGoyaoinclusodeloscaricaturistas de los siglos XIX y XX. Tenemos, pues, una oportunidad única para disfrutardeunasimágenesydeunre lato que nunca hasta ahora habíamos visto en nuestro país tratado con esta calidad y la objetividad como lo hace esta exposición que tenemos que agradecer al equipo de comisarios y a la colección Gelonch Viladegut. |
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Recorrido El Museo de Historia de Barcelona muestra la guerra de imágenes que se produjo con la Reforma y la Contrarreforma
PANTALLAS 16
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Sábado, 25 noviembre 2017
Pantalla|s
Archivos de la memoria HILARIO J. RODRÍGUEZ
Basta con seguir a Philip Marlowe (Humphrey Bogart) unos cuantos minutos en El sueño eterno (The big sleep, 1948, Howard Hawks) para notar una mutación en la imagen de una librería. Después de consultar un par de datos sobre primeras edi ciones en la biblioteca municipal de Los Ángeles, entra en Geiger Rare Books y pregunta por la tercera edi ción de Ben Hur, de 1860, y por la primera de Chevalier Audubon, de 1840. Sabe que los datos de las edi ciones son incorrectos pero quiere poner a prueba a la librera, que lo corrige y no tarda en advertir que él sólo está fisgoneando. Al salir, Mar
lowe cruza la calle y entra en otra li brería, Acme Book Store, donde la librera no parece saber mucho so bre ediciones raras pero demuestra unas extraordinarias dotes de ob servación, propias de una devora dora de novela policíaca que sabe atrapar a quien le apetece. De un lu gar siniestro, posiblemente el esce nario de un crimen, hemos ido a un espacio seductor, una parada para que una historia se tome un respiro; de una librería que se oculta hemos pasado a una librería que se insi núa, de un libro cerrado pasamos a un libro abierto. Todo este cambio, que en la ficción cinematográfica es casi un parpadeo, un plano/contra
Un fotograma de ‘La librería’, la nueva película de Isabel Coixet protagonizada por la actriz Emily Mortimer
plano entre puntos muy cercanos en el espacio y sin embargo muy alejadosensupercepcióndela ven ta de libros, expone hasta qué pun to los libreros y los lectores, pese a sus diferentes máscaras y fun ciones en una historia, están rela cionados por deseos complemen tarios, por su papel de cómplices en la búsqueda de la verdad o del placer. Las librerías no adquirieron un papel relevante en el cine hasta la nouvelle vague, gracias a películas que dejaron de alimentarse sólo de literatura y que la convirtieron en un elemento más dentro de la com pleja red de la que se nutrían direc tores como François Truffaut o JeanLuc Godard. Ya no eran clo naciones o variaciones de las bi bliotecas, imágenes fósiles y arqui tectónicas, sino organismos vivos en los que los libros se mezclaban con revistas, periódicos y cómics, las bandas sonoras alternaban a Bach con canciones de rock & roll, y los colores del pop sustituían a las gamas cromáticas clásicas. La má quina del tiempo que antes llevaba a los lectores al pasado se convirtió entonces en un cohete espacial que los trasladaba al futuro, a un apren dizaje sobre la marcha para definir un cine que se estaba buscando a la vez que se escribía a sí mismo, co mo quien intenta desvelar un mis teriosinqueestesehayamanifesta dotodavía,enunaespeciedederiva que siempre conduce a alguna par te. Eso eran el cine y las librerías de la época, donde los intereses biblió filos fueron sustituidos por intere ses consumistas, con hambre de ac tualidad pero también con hambre de definir un nuevo paradigma con respecto a la información, que esta ba dejando de traducir el mundo a nuestro lenguaje y comenzaba a convertirse en una fuerza transfor madora.Loslectoreshabíandejado de ser detectives, para ser algo más que simples personajes: se habían vuelto cuerpos en una mutación constante,alteradosportodoloque sucedía en los cinco continentes. Un cambio de escenario así, tan radical, había dejado atrás los esta dios intermedios, las librerías que abastecían a sus clientes por co rreo, enviándoles puntualmente novedades ajustadas a sus gustos según el criterio de los libreros o aquellas donde los escaparates de safiaban la moral de la época con li bros prohibidos y escandalosos. Bajo este último parámetro se mue ve, no obstante, La librería (The bookshop, 2017, Isabel Coixet), con el tono enfático de un manifiesto, más a favor de las mujeres empren dedoras que de los libros. Sus imá genes imponen un discurso didác
84, CHARING CROSS ROAD Se trata de una versión cinematográfica correcta (David Hugh Jones, 1987) de un libro encantador (de Helene Hanff). Las imágenes se entrometen allí donde la literatura crea elipsis, sólo para con vertir un escenario fantasmagórico –casi un teatro de la memoria– en un paisaje y para dar forma a una historia a partir de su esbozo. Pero en eso consiste mayormente el cine británico: en disci plinar las narrativas modernas. Si la novela presenta una librería como una red de conexiones muy parecida a inter net, la película se conforma con presen tar una tumba narrativa.
ANTES DEL ATARDECER
Isabel Coixet evidencia el carácter asfixiante de las pequeñas comunidades, demasiado alejadas de la realidad para aceptar sus retos
Shakespeare & Company no es un lugar sino más bien una máquina del tiempo para los protagonistas de Antes del atardecer (Richard Linkla ter, 2004). Se conocieron diez años atrás, dejaron pasar la oportunidad de reunirse de nuevo y ahora una librería célebre, donde se publicó el futuro de la literatura (Joyce & Co.), va a concederles una segunda opor tunidad. No es un paisaje, tampoco un lugar de paso, es más bien un punto de arranque para que a partir de él los protagonistas salgan dispa rados hacia las calles de París, como astronautas que buscan su pasado y sin darse cuenta escriben su futuro.
LA INVENCIÓN DE HUGO Esta es una película (Martin Scorsese, 2011) hiperactiva, como lo fue en vida Georges Méliès. Sus fastuosos paseos por librerías y bibliotecas, creando arabescos visuales, son parte del mis mo canto a la imaginación que preten de ofrecer la cámara, más allá de todo drama y de toda tragedia, más allá del cine infantil y de adultos. Los libros se transforman en piezas del mismo puzle, de esa zona intermedia donde –como diría Leonardo– todo lo que hemos visto ya no está y lo que vere mos no existe todavía. Y las librerías no son librerías, son prototipos de cohetes espaciales.
capaz de estimular nuestra creati vidad, puede atrofiar nuestros músculos. De ese modo lo sintió Josh Spencer en la vida real cuando decidió ampliar su lucrativo nego cio de venta de libros online con una librería física en Los Ángeles, The Last Bookstore, al tiempo que grandes cadenas como Borders ce rraban en todo Estados Unidos. In tentaba mantener la realidad en su sitio, oponiendo resistencia ante la nueva lógica del consumo digital. Al mismo tiempo quería convertir aquel espacio en un laboratorio for mal donde diferentes artistas inter viniesen con esculturas y obras ar quitectónicas hechas con libros. Y, quizás sin saberlo o tan siquiera ha berlo intuido, también estaba abriendo las puertas a un plató ci nematográfico donde ya se filma ron partes de Perdida (Gone girl, 2014, David Fincher) y un episodio de la segunda temporada de la serie Castle, además del documental que cuentalahistoriadesulibrería(que se puede ver gratuitamente si guiendo este enlace: https://vi meo.com/139828664). |
PANTALLAS Sábado, 25 noviembre 2017
Ante las bibliotecas, donde los libros parecen sufrir una lección de anatomía de carácter irreversible (tras su clasificación y su ubicación), las librerías suelen funcionar como organismos vivos. El único director que sorteó ese abismo fue Alain Resnais, que en el filme Toda la memoria del mundo (Toute la mémoire du monde, 1956) convirtió la Biblioteca Nacional de París en un lugar incitante donde las imágenes mostraban un archivo de la memoria en tiempo presente, el de los quioscos y las librerías, con sangre fluyendo constantemente y libros que aún son enigmas porque nadie sabe qué lugar ocupa rán en el futuro.
tico allí donde deberían buscar for mas idealistas que fueran lo bastante elocuentes por sí solas, transformando la historia de un es pacio cada vez menos central y más periférico socialmente, en una lu cha entre el individuo y la comuni dad. La librería del título se presen ta en términos nostálgicos, como un envoltorio y no como una com pleja red de negociaciones; como una fotografía de época trucada y no como cine moderno, donde cada imagen es transformada por la si guiente, en una mutación constan te e imprevisible. Si en general el cine –salvo en la década de los sesenta– se ha intro ducido en las librerías con la mira da de quien se introduce en algo así como un museo, en busca de pistas o belleza, ahora debe luchar contra la propuesta desmaterialización de los libros (cuyo cuerpo físico lucha contra su abaratamiento digital) y proponer espacios que instiguen los encuentros sociales (más allá de Facebook o Twitter) para seguir contando historias y creando for mas sin apelar únicamente a la tec nología, porque, aunque esta sea
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Museos de la palabra, palabras en movimiento
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Los libros son objetos de deseo y las librerías han acabado convirtiéndose en lugares de peregrinaje y veneración, como museos donde todavía hoy pudiésemos encontrar respuestas o alivio ante un mundo con forma de enigma. Pero la lectura, los libros y las librerías ¿admiten cualquier tipo de imagen que los represente?
en contra”, apunta y expone la com plejidad de encarnar a Tristán y a Isolda: “Sus sentimientos son cam biantes,estánencontinuatransición y eso hace que el trabajo sea mucho máscomplejoquesilossuyosfueran unos sentimientos más planos, más básicos, menos llenos de matices”. “No es cierto que me agrade más trabajar en óperas con grandes mo vimientos escénicos. Me gusta tra bajar con el coro, pero también me seduce mucho la posibilidad de construirpersonajesconloscantan
A mediados del siglo XII, se pone por escrito una leyenda irlandesa que hablaba del amor entre Tris tán e Isolda, la esposa de su tío el rey Marc de Cornualles: “Te he amado porque tu eras su sobrino, y porque hacías más por su gloria que todos los demás”, apostilla el poeta anglonormando Thomas poniendo en boca de la mujer la confesión clave de esta trágica historia de amor y muerte que ha dominado durante siglos el ima ginario europeo. Pero en aquel tiempo de caba lleros y princesas lo que los textos llamaban amor era sencillamente la respuesta de las mujeres al impetuoso deseo de los jóvenes que las acosaban con requiebros y zalamerías. En una novela que se dice cortés, la de Béroul, escrita hacia 1180, se introduce un filtro de amor para doblegar la volun tad de la mujer creando a partir de ese detalle una trama sobre relaciones de convivencia social. Con Béroul, y sin duda con su seguidor alemán Eilhar de Or berg, Isolda aparece dominada por el deseo; por eso huye de casa y entra en el bosque, lugar de iniciación, donde une su cuerpo al del amante. Así se difunden los gestos y palabras que forjan este bello conte, escribe María de Francia en su lai La madreselva, “sobre el amor tan tierno que se profesaron Tristán y la reina, y por el que tanto sufrieron hasta morir, al fin, un mismo día”. Lo que se decía de ellos, y se transmitió de generación en generación acerca de su apasio nada relación, alcanza en esos años el poder del story telling, el arte de la narración, capaz de incorporar el ritual del juego del amor, invirtiendo la jerarquía de los sexos. Isolda controla los tiempos de la seducción, organi zando los actos de lo que Gott fried von Strasburg llamó hohe Minne, amor cortés, al adaptar la leyenda al gusto de la sociedad caballeresca alemana promovida por los círculos del emperador Federico Barbarroja y su hijo Enrique VI. Su texto es la versión más celebrada e influente de la leyenda, por ser una glorificación entusiasta del adulterio y la des lealtad, sostenida por equívocos como el creado por Brangene al suministrar a la pareja el filtro de amor que estaba reservado para la noche de bodas de Isolda y el rey.
Durante la travesía, en el casti llo de popa, tantas veces recreado por la pintura decimonónica, se lleva a cabo el juramento: ambos serán “un solo corazón, fidelidad, cuerpo y vida”. Aquí Gottfried deja el relato sin terminar con la conciencia de haber demolido todos los ideales de la caballería al servicio de una pasión inasible, tórrida, fraguada por una droga. Pero su texto fue un referente de la literatura europea desde que Dante, que tuvo acceso a él por el Tristano Riccardiano, sitúa a la pareja en el Infierno en el canto 11 de la Divina Comedia; lo que llevó a Baltasar de Castiglione en su Cortesano a indagar en el sentido de la sprezzatura de Tristán, en el modo de simular ante su tío las relaciones que mantenía con
Isolda. Y por esos caminos la leyenda llega al siglo XIX, conver tida en el ejemplo más acabado del amor romántico en los poe mas de Alfred Tennyson, la pintu ra de BurnesJohn o la ópera de Wagner. Al final el poder del relato hace que todos coincidan en que no hay otra solución, como se dice en el célebre segundo acto, que esta historia sólo puede terminar in Lieb’umfangen, abra zados en el amor. Eso es quizás lo que llevó a Alice Leighton Cleat her, miembro relevante de la sociedad teosófica, a analizar los motivos por los que Wagner se alejó de los viejos relatos que procedían de la edad media para articular una historia de “un amor que sólo es accesible por las puer tas de la muerte”.
En las imágenes, diversos aspectos de la espectacular escenografía ideada para este ‘Tristan und Isolde’ presidida por una gigantesca semiesfera FOTOS STOFLETH
porque “está dotado de mayor tea tralidad”. Si en Tristan und Isolde, Àlex Ollé se tuvo que amoldar a lo escrito por Wagner, ha construido a medida unodelosproyectosqueleaguardan en su agenda: un Frankenstein que estrenaráaprincipiosdel2019enLa MonnaiedeBruselas.Laadaptación de la novela de Mary Shelley fue una propuestadelpropioOlléaldirector de La Monnaie y juntos encargaron la partitura y el libreto. “En esta, el coro siempre está presente”, admite Ollé, a quien también le aguardan otros nuevos retos: La historia de un soldado, compuesta por Stravinsky en1917,yMefistófeles,deArrigoBoi to, discípulo de Wagner. | Richard Wagner Tristan und Isolde LICEU. DEL 28 DE NOVIEMBRE AL 15 DE DICIEMBRE
Sábado, 25 noviembre 2017
ESCENARIOS
Ollé ha tratado de ser fiel al compositor: un viaje interno, de emociones, repleto de matices
JOSÉ ENRIQUE RUIZDOMÈNEC
Cultura|s La Vanguardia
Una semiesfera de grandes dimensiones, que puede ser luna, castillo o refugio, preside el escenario
tes”, apunta el director, que hace ya másdedosdécadasquesededicaala ópera (sus inicios están en 1996 con la Atlàntida, de Manuel de Falla, a la quesigueunañodespuésElmartirio de san Sebastián de Claude Debussy; y,en1999, LadamnationdeFaust,de Hector Berlioz) pero que creció en los escenarios como uno de los di rectores de La Fura dels Baus, una rompedora y vanguardista compa ñía teatral caracterizada por sus puestas en escena monumentales que nació en 1979. Este Tristan und Isolde fue su pri mer Wagner (hace tres años regresó al alemán con un Holandés errante ambientado en Bangladesh), pero Ollé dice sentirse mucho más cómo do en los títulos operísticos contem poráneos, los del siglo XX, “porque hablan de temas que nos son más próximos, en los que podemos sen tirnosmásreconocidos”.Noobstan te, si tiene que escoger entre Verdi y Puccini se queda con este último
Relatos de amor y de muerte
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peromuypobreenacciónescénica”, aclara Ollé sobre el que ha sido su gran reto para trasladar al escenario una ópera de pocos caracteres. “He mos tenido que apostar por una puesta en escena contenida, pero con una escenografía espectacular”, razonaeldirectorenreferenciaaese semiesfera de cemento que preside el escenario y que enmarca la inter pretación –también muy difícil vo calmente– de unos personajes que “hay que trabajar a partir de la inte riorización, de los detalles y los ges tos”.AdmiteOlléqueenesteTristan und Isolde ha tratado de ser fiel a lo que Wagner pedía: “La acción no le hubiera ido a favor sino al contrario,
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Mirada|s IGNASI DOMÈNECH
Ignasi Domènech (18741956) es un clásico de la cocina catalana y española. Sus libros se siguen publicando noventa años después de las primeras ediciones y siguen proporcionando a los amantes de la buena mesa recetas sencillas, nutritivas, sabrosas y elegantes. Además de un gran cocinero, fue un notable escritor, autor de un libro fundamental de recuerdos culinarios de la Guerra Civil
Seducciones de un gastrónomo JULIÀ GUILLAMON
Fotografía: Cristina Reche. Idea y estilismo: Rosa Mundet y Georgina Miret
Los libros y recetas de Ignasi Domè nech forman parte de mi vida de tal manera que he tenido que hacer un esfuerzo para recordar cómo lo des cubrí.Loexplicaréporquemeparece muy significativo. A finales de los ochenta me había montado un piso y me instalaba a vivir solo. Una amiga me regaló la edición de La teca que corría por las librerías en aquel mo mento, publicada por Edicions Març 80. Tenía una cubierta azul celeste con una señora que se parecía un po co a Sophia Loren, que llevaba en las manos una fuente con un pollo con verduritas.Ahorasediríaqueerauna cubierta vintage, del tiempo de nues trasmadres(lapuedenverenelbode gón de libros de la doble página si guiente). Me lo tomé como uno de esos regalos inútiles que se hacen a veces, como si la gracia fuera esa cu bierta y mi amiga me estuviera di ciendo: “Venga, despabila, que ahora no tienes a tu mamá para que te haga comiditas”. La teca ya estaba en casa, y poco a poco empezó el enamora miento que aún me dura. La primera seducción tiene que verconesoqueahorasellamalacoci nadelamemoria.Latecareúnetodos los grandes platos de la cocina catala na que algunos afortunados hemos visto cocinar a nuestras abuelas. Con una diversidad embriagadora. Los canelones, los macarrones, el romes co,losasados,losrellenos,elfricandó, la salsa española, el allioli, el arroz de bacalao, el xató, la zarzuela. A todos estos platos característicos, Domè nechlesdauntoquesofisticado.Seha dicho muchas veces que la gracia de Latecaeshabercombinadolosplatos detodalavida,decasaydefonda,con la alta cocina internacional. El tío, Ig nasi Puigcercós, tenía una fonda. Ig nasi Domènech, que era de espíritu aventurero, fue cambiando de una fonda a otra, primero en Barcelona,
Homenaje El próximo martes 28 de noviembre, la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició rendirá su homena je anual al gastrónomo Ignasi Domènech con motivo del 60.º aniversario de su muerte y en reconocimiento a su influencia y reivindicación de la cocina casolana y catalana. El acto consistirá en una cena gastronómica, en el hotel Majestic, elaborada por el chef Nandu Jubany con una selección de los platos más emblemáticos de Ignasi Domènech (www.acgn.cat).
Muchas ideas, muchos platos, muchas recetas, muchos detalles de cómo se debe cocinar: ¡mucho de todo!
más tarde en Puigcerdà, lugar de asueto de las familias pudientes, de allí a Madrid y Burgos, después a París y a Londres, donde cocinó a las órdenes de Auguste Escoffier, el pa dre de la cocina moderna, en el hotel Savoy. Domènech nació en 1874. Cuando cambióelsigloteníaveinticincoaños. La teca se publicó por vez primera en 1924. Los jóvenes de los noventa que lo utilizábamos para preparar àpats senzills o d’etiqueta, como dice con muchagraciaelsubtítulodellibro,no teníamos ni idea de aquel mundo de laaltacocina,queeraunvestigiodela belle époque. Las fondas que había mos conocido en los años sesenta, cuando íbamos de aquí para allá con nuestros padres en coche buscando sitios para comer, no eran aquellas fondas historiadas de principios del siglo XX. La guerra arrancó muchas cosas. Leyendo La teca te sumergías en un mundo fabuloso, en el que la coci na de toda la vida se multiplicaba en un juego de infinitas combinaciones. Muchas de las recetas tenían nombre y apellidos. Ya se sabe: los políticos y los artistas andan siempre estresados y necesitan sopitas reconfortantes. Domènech da la receta de un conso mé Cambó, un consomé Apel∙les Mestres,unconsoméComtedeGüell y (¡ay, esas vedettes trasnochadoras!) un consomé Margarida Xirgu, con arroz blanco, azafrán y queso. Siem pre me ha hecho gracia la arrancada delarecetadelarrozdebacalaodeca sa nostra o Marconi: “Essent el cèle bre inventor Marconi un dels que méshacontribuïtalesdescobertesde la radiofonia, anem ara a dedicarli aquestasuculentarecepta,queenson ambientotemadecomposiciódecui na és mig italiana i mig de cuina cata lana: després de tot la cuina del país de Verdi té molta semblança amb la nostra. Passem, si els sembla, a la >
MIRADAS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 21 AGRADECIMIENTO: WUNDERKAMMER BARCELONA, FRANCISCO GINER,810 BARCELONA. INSTAGRAM:WUNDERKAMMER BARCELONA.
MIRADAS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 22
> cuina per preparar el nostre arrós, fentho sempre mitja hora abans de què s’hagi de servir a taula”. Era un poco alucinante, cuando empecé a cocinar esta receta, en los años no venta, estar mandando los primeros correos electrónicos (entonces eran una cosa mágica) y cocinando en ho nor del inventor de la radio. “I que aprofiti a tots. Quan l’hagi de prepa rar, faciho amb tota la cura que re quereix,jaqueésassumptedetantao més importància que molts d’altres”. La segunda seducción de Ignasi Domènech es la manera de escribir. Empezó en castellano, porqué des arrolló buena parte de su carrera en Madrid. Pero en los años veinte pu blicó regularmente en catalán. Tiene una manera muy ceremoniosa de de cir las cosas, cuando se dirige a las se ñoras:lasreinasdelhogar,comoélles llama. Introduce muchos consejos prácticos,sobrelamaneradearmaro servirlamesayrecomendacionespa ra optimizar recursos, como se dice ahora.Latecaincluyetodounaparta doalasmanerasdeaprovecharelpan seco. Existe un punto de contacto en tre la cocina de Ignasi Domènech, la poesía de Josep Carner o la obra de Pompeu Fabra: un afán de dotar a las clases medias del país de un gusto en el fondo y un refinamiento en la for ma.Domènechacompañaasuslecto res en las diferentes operaciones: de trinchar una cebolla a sacar a la mesa
Se tapa la olla y se deja cocer hasta que esté todo bien cocido: los pulpitos son buenos... pero las patatas... La gracia de ‘La teca’ es haber combinado los platos de casa y de fonda con la alta cocina internacional una gran fuente de asado. A veces, es tamaneraobsesivadeexplicarlasco sas lo aproxima a la patafísica, como enElcarnetdecuinadel’excursionista (1930), que dedica dos páginas a ex plicar como se debe llenar un termo. “Sielthermos’had’omplirambunin gredient líquid calent, ha de tenirse també ple amb aigua calenta perquè, contràriament, a l’emplenar el ther mo, si estés fred el seu interior, per dria calories el que s’hi posés. A l’om plirlo s’ha de fer en forma que l’in gredient –líquid o similíquid– no arribi al coll del thermo, a fi de col∙lo car bé el tap”. Hay muchos fragmen tos como este que parecen escritos por Alfred Jarry. Los libros de Domènech se sitúan en las antípodas de cualquier forma de tacañería. Reúnen siempre mu chas ideas, muchos platos, muchas recetas, muchos detalles de como se debecocinar:¡muchodetodo!Losdi ferentes procedimientos están expli cados con una complacencia volup
tuosa. Parece que esté esperando que el plato repose un poco para sentarse a la mesa y devorar la receta. El mejor libro de Domènech escri tor es Cocina de recursos (deseo mi co mida), que se publicó immediata mente después de la guerra, en 1941. Cómo debía sufrir este hombre en aquellos años de sitio, en los que ape nas había nada que llevarse a la boca. Se planteó escribir una especie de dietario anotando almuerzos y cenas en diferentes locales de Barcelona, desde buenos restaurantes, desluci dosporlafaltadeaprovisionamiento, hastatabernasdelbarriochino.Esun documento fabuloso. Domènech de dica páginas entusiastas a hablar del saberculinariodecocinerasycocine ros populares que con cuatro verdu rasdemiseria,sacanpartidoparaser vir una comida sencilla, nutritiva, sa brosa y elegante. Las recetas de guerra, que Domè nech inventó en aquellos años, no pa sarán a los anales de la gastronomía, pero rebosan ciencia culinaria. Con un amigo preparamos la edición re ducida de un menú: tortilla sin hue vos de gallina para los casos de nece sidad, calamares fritos sin calamares, salsa mahonesa falsa, pétalos de rosa con leche y miel, selecto café de gue rra. El café eran cáscaras de cacahue te y algarrobas. Si el tostador es un buen tostador –decía Domènech–, quedará un café aceptable. Es decir: las materias primas son la base de la cocina, pero la mano del cocinero ha ce milagros. Laterceraseducciónfueenlacoci na,cuandopasédelosplatossencillos (arroz de bacalao a la Marconi o mol de de berenjenas a la mallorquina) a elaboraciones un poco más entrete nidas. Primero, trocitos de merluza a la marsellesa, con un sofrito de cebo lla, tomate, ajo y perejil y –atención– unaodosanchoassinsalysinespinas, picadas, azafrán, sal y pimienta. Cuando la merluza sale del horno se esparcesobreellaelguisodetomatey anchoas. Rodeando la fuente, unas tostadas fregadas con ajo. Con los pulpitos estofados con patatas y cho colate me colgué una medalla. Una olla ventruda, aceite, ajos, cebollas gordas, pulpos, perejil, sal, pimienta blanca, laurel, tomillo, patatas. Re mueves el guiso tomando la olla por las asas, le tiras puré de tomate, aguardientedeVallsyvinotinto.Des pués, azafrán, un par de ajos sofritos, almendrastostadas,unaonzadecho colate. Se tapa la olla bien tapada y se deja cocer hasta que esté todo bien cocido. Los pulpitos son buenos... pe ro las patatas... La teca es uno de los mejores rega los que me han hecho en la vida (¡gra cias,LolaCapdevila!)ydespuéshesi do yo quien lo ha ido regalando y re comendando, animando a amigos y conocidos a perderle el miedo. Es un libro de los años veinte, pero se aguanta de maravilla. Donde dice llard, si no quieres manteca, le pones aceite. Si en lugar de unces y mitges unces quieres contar con gramos, cuenta con gramos. Ignasi Domè nech no te va a fallar. ¡A la cocina! |
Una selección de cubiertas de los libros de Ignasi Domènech, con la edición más conoci da de ‘La teca’: la mamá cocinera que recuerda a Sopha Loren ARCHIVO
Entre el lujo y lo popular Josep M. Blasi es gastrónomo, autor del libro ‘La cuina d’Ignasi Domènech’ (Angle Editorial)
JOSEP M. BLASI
Seguir la trayectoria de Ignasi Do mènech en su etapa de formación como cocinero y durante la época, a principios del siglo XX, cuando desarrolló su trabajo de cocinero de éxito, reclamado por las casas más prestigiosas y cuando vive su máximo esplendor profesional, nos permite conocer una cocina, burguesa y aristocrática, al servicio del lujo y la ostentación. Ignasi Domènech es uno de los últimos representantes de esta co cina de lujo, es un cocinero de l’an cien régime, de las casas de la gran aristocracia y de la alta burguesía.
Es también hombre de su tiempo y permeable al espíritu regeneracio nista que se vive en España desde el 98. En gastronomía se vuelve la mirada hacia el interior, se discute el afrancesamiento de las cartas de los restaurantes y se reivindica una cocina más propia, se empiece a poner en valor la cocina del territo rio frente el dominio y absoluta presencia de la cocina francesa. Este interés por la cocina popu lar y tradicional lo convierte en bi sagra de dos concepciones de la co cina, entre el lujo y lo popular. En sus libros aparecen constantemen te cruzadas las dos cocinas. Parece
Selecto café de guerra. Es a base de algarrobas o cáscaras de cacahue te. Lo esencial es su torrefacción, que tenga el mismo punto que el café torrefacto; a toda persona que positivamente no reúna condicio
que le guste hermanar, poner en compañía la gran cocina con la pe queña cocina. Sus libros más po pulares, como La teca o Àpats, que pasan por ser de genuina cocina catalana, están trufados de recetas de cocina elegante, y en su libro con más pretensión gastronómica, La nueva cocina elegante española, incluye recetas populares y regio nales. Ignasi Domènech ha sido uno de los más prolíficos autores de libros de cocina. Compaginaba la profe sión de cocinero con su gran pasión por la escritura, era un grafómano compulsivo, según opinión de quienes le conocieron. Su obsesión por recopilar recetas tenía por ob jeto en un primer momento poseer un repertorio extenso de platos pa ra poder destacar en cocina, cuan do los cocineros eran valorados por su exacto y extenso conocimiento del repertorio. Más adelante utili zará su repertorio para divulgar los secretos del oficio para que todo el
CENA. Besugo a la mendiga. Picar un poco de cebolla y freírla con un poco de aceite (el que ha queda do), y una vez frita, echar la mitad encima del besugo, y rallar un poco de pan, cuanto más ordinario mejor, mezclarlo con tres huevos y batirlo, y con la cebolla y aceite que ha quedado en la sartén se forma una tortilla; ya está hecha esta tortilla, se corta a cuadritos y se coloca encima del besugo. En un almirez de mano se machacan 10 granos de piñones, dos ajos, dos ramitas de perejil y un trocito de pan frito. Cuando todo quede bien machacado, se moja o se disuelve con ajo, y se vierte por encima del besugo, con algo de salsa de toma te; estando bien de sal, se deja cocer el besugo en un ángulo del fuego, estando la cacerola bien tapada, durante diez minutos”. (La mejor cocina de cuaresma. (Ayunos y abstinencias), 1914)
mundo sepa lo que come. En el prólogo de su libro La nueva cocina elegante española dice que un pue blo que apenas come, o come mal, ni tiene hierro en la sangre ni fósfo ro en el cerebro. Desde muy joven anotaba todas las recetas de los platos que se rea lizaban en las cocinas en las que trabajó. Desde las recetas de su tío
mismo Escoffier fijó. Este amplio espectro es uno de los valores más importantes del legado de Ignasi Domènech, especialmente por lo que respecta a la cocina tradicional catalana. Después de la Guerra Civil, el panorama de libros dedicados a la cocina catalana era desértico. Dos de sus libros más populares y di
Fue bisagra de dos concepciones de la cocina, sus libros están trufados de recetas de cocina elegante y recetas populares y regionales en la fonda del Centre de Manresa pasando por hotel del Norte y Lon dres, de Burgos, el restaurant Ro yal, de París, hasta las que vivió en el hotel Savoy de Londres, donde trabajó a las órdenes de Auguste Escoffier, la gran estrella de la coci na y la gastronomía de su época, autoridad absoluta y normativa de cómo se debían realizar los platos según las reglas de la cocina que el
fundidos, La teca y Àpats, que go zaron de grandes tiradas y múlti ples reediciones, se convirtieron en unas de las pocas fuentes escri tas de recetarios en los que la coci na catalana tenía espacio. Pero no sólo contienen recetas, están reple tos de comentarios, consejos, cu riosidades e historias que los con vierten en retratos de costumbres y tradiciones. Son un retrato de la
época, de las convenciones socia les, la urbanidad, las recepciones y los días de visita, sin olvidar el pa pel, el peso de la religión y la iglesia en la vida social. Uno de sus libros se titula Ayunos y abstinencias, dedicado para poder cumplir, gas tronómicamente, los preceptos de la iglesia, especialmente en Cua resma. También es importante la in fluencia de Domènech entre los profesionales de su tiempo. Fundó una revista a la que puso el nombre de El Gorro Blanco, con el objetivo de ofrecer a sus colegas, que tenían pocas oportunidad de formarse, los conocimientos necesarios para mejorar en el oficio. Se publicó en una primera etapa en Madrid entre 1906 y 1921, cuando se trasladó a Barcelona donde se publicó hasta su cierre en 1945. Una revista pro fesional de gran difusión y presti gio entre la profesión en la que es cribieron destacados profesionales y escritores de la época. |
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Dos meriendillas. “Rebanadas de pan untadas de manteca y espol voreadas de azúcar, y unas nueces mondadas y picadas, pegadas a la manteca. Es buenísimo. Almen dras y avellanas tostadas, con pan; y si a ésta se mezclan pasas de málaga, resulta mejor”. (Marichu. La mejor cocinera española o todos los platos del día, 1920).
Sábado, 25 noviembre 2017
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ALMUERZO. RiziBizi de Domènech. Este exquisito plato de arroz es a propósito para un día de convida dos, como plato fuerte en un al muerzo, en que figure en el menú antes un plato de huevos o sopa. (...) Preparar un pollo tierno corta do en ocho o diez pedazos y se saltea con manteca, cebolleta picada, sal, pimienta y tres alca chofas, la parte más tierna, corta da cada una en seis pedazos. Lue go se rocía al conjunto con vino blanco, perejil picado y un poco de jugo de asados, formando un salteado de pollo jugosillo y pre parado y calculado todo con el tiempo preciso, para que el arroz y el pollo coincidan de estar ambas cocciones terminadas al mismo tiempo. (La nueva cocina elegante española, 1915).
nes para saberlo tostar ella misma, la primera vez es mejor que en su misma casa haga hacer la torre facción o tostado, por una persona amiga que sepa tostar café, que posea práctica para dar con el punto característico, luego ya se sabrá hacer el tostado solo. (Coci na de recursos (deseo mi comida), 1941).
Grupo Godó Presidente Javier Godó, conde de Godó. Consejero Delegado Carlos Godó Valls La Vanguardia Director Màrius Carol. Cultura|s Redactor jefe Sergio VilaSanjuán. Jefa sección Isabel Gómez Melenchón. Redacción Anna Duran, Antònia Justicia, Ignasi Moya. Diseño Anna Belil, Carol Téllez Cultura|s. Edita: La Vanguardia Ediciones, S.L. Imprime: CREA, Impresiones de Catalunya, SL. Depósito legal: B63891958
APERITIVO. Fondantes de becadas o perdiz a la castellana. “Se reúnen tres partes de puré de becada o perdiz, se le mezclan dos partes de salsa salmí reducida, una parte de puré de castañas, también se le puede unir puré de higadillos de ave salteados. Se trabaja este puré bien sazonado, se enfría entre hielo y se moldea en forma de peritas alargadas, abrillantarlas con gelatina, simular los rabitos con un tronquillo de perejil, sir viéndolos fríos. También pueden servirse calientes, empanándolos y friéndolos”. (Los entremeses y la hora del te. Las meriendas, 1931)
MIRADAS
Ilustraciones de Gumersindo Saenz de Morles y Víctor Aguado para ‘La nueva cocina española elegante’
Un día en cinco recetas