Culturas La Vanguardia 805

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SÁBADO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2017

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Domènech, el cocinero escritor Combinó platos de casa con alta cocina internacional P.20

Vidas hechas cómic Artistas, escritores y ffiig gu uras margi ginales, en álbum P.4

Relatos de amor y de muerte ‘Tristan und Isolde’ puesta en escena por Àllex Ollé À P.18

Experiencia Gauguin Los soportes en los que trabajó P.12

Fotografía: Cristina Reche


los libros más vendidos

Semana anterior/Semana en lista N: libro nuevo en la lista

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Cultura|s La Vanguardia

Sábado, 25 noviembre 2017

Establiments consultats: Badalona Saltamartí Barcelona Casa del Llibre, La Central, El Corte Inglés, FNAC, Laie, +Bernat , TROA Garbí Girona Empúries, Llibreria 22 Lleida Punt de Llibre Sabadell Llar del Llibre Tarragona La Capona Vilafranca Odisse

Ficción castellano

Ficción catalán

1 Origen 1/7 DanBrown,Planeta.Unprofesoramericanobuscaen Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El fuego invisible 2/3 Javier Sierra, Planeta . Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 3 Yo soy Eric Zimmerman 3/2 MeganMaxwell,Esencia.Unempresarioalemánini­ cia a una española en un erotismo distinto 4 Patria 6/50 Fernando Aramburu, Tusquets. Dos familias vascas ven erosionada su relación a causa de la violencia 5 Eva 5/5 Arturo Pérez­Reverte, Alfaguara. En el Tánger de 1937, Falcó brega por hacerse con un carguero 6 El día que el océano te mire a los ojos 7/2 Dulcinea,RocaEditorial.Aurora,enfaseterminal,re­ descubre la vida en un viaje al Pacífico 7 Los pacientes del doctor García –/7 Almudena Grandes, Tusquets. Una historia de espías y nazis en el Madrid de 1946 8 Niebla en Tánger 8/2 Cristina Pérez Barrio, Planeta. Flora Gascón viaja a Tánger para identificar a un amante enigmático 9 Astérix en Italia 9/5 DidierConrad/JeanYvesFerri,Bruño.Ensu37aven­ tura, Astérix y Obélix transitan por la Italia antigua 10 Berta Isla –/7 JavierMarías,Alfaguara.BertaIslaespera aTomNe­ vinson, un espía en paradero desconocido

1 Origen 1/7 Dan Brown, Columna. Un profesor americano bus­ ca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El noi del Maravillas 2/2 Lluís Llach, Empúries. La historia de un teatro de variedades, contada por un cantante lírico 3 Una columna de foc 3/10 Ken Follett, Rosa dels Vents. Isabel I de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 4 La piràmide de fang 10/2 Andrea Camilleri, Edicions 62. Aparece un cadáver en un terreno excavado por unos obreros en Sicilia 5 Astèrix a Itàlia 5/5 Didier Conrad/Jean­Yves Ferri, Bruño. En su 37 aventura, Astérix y Obélix pisan la Italia antigua 6 El camí de les aigües 4/5 Carme Martí, Amsterdam. La vida de la cocinera Maria Badia, evocada por una joven profesora 74321 7/10 Paul Auster, Edicions 62. Las vidas simultáneas de un mismo personaje en el agitado siglo XX 8 Un hivern fascinant N/– Joan Margarit, Proa. Poemas sobre la vida madura, sus limitaciones y sus alegrías 9 La mort i la primavera N/– Mercè Rodoreda, Club Editor. Nueva edición de una novela que su autora dejó inacabada 10 La pell freda 6/37 Albert Sánchez Piñol, La Campana. En un islote un guerrillero y un farero resisten a unos anfibios

No ficción castellano

No ficción catalán

1 Transforma tu salud 1/8 Xevi Verdaguer, Grijalbo. Qué podemos hacer para curar migrañas y dolores crónicos 2 Cree en ti 2/11 Rut Nieves, Planeta. La autora abandonó la arqui­ tectura para encontrarse a sí misma en soledad 3 Escucha Cataluña, escucha España 5/10 J. Piqué, J. Borrell, L. Burniol y F. de Carreras, Pe­ nínsula. El diálogo, la salida del contencioso catalán 4 Decir no no basta N/– Naomi Klein, Paidós. Cómo resistir a Donald Trump y desarrollar un mundo alternativo 5 Come bien hoy, vive mejor mañana 3/2 Henri Joyeux, Planeta. Consejos para tener una ali­ mentación más saludable y nutritiva 6 Clásicos para la vida 6/4 Nuccio Ordine, Acantilado. Platón, Rabelais o Shakespeare ayudan a cambiar tu vida 7 Guinness World Records 2018 8/3 VV.AA. Planeta. Los récords más sorprendentes y chocantes, incluidos algunos españoles 8 Sapiens 4/31 Yuval Noah Harari, Debate. Una breve historia de la humanidad, desde los albores 9 Felices N/– Elsa Punset, Destino. Técnicas para ser feliz espiga­ das en las distintas civilizaciones hasta hoy 10 Fugas N/– James Rhodes, Blackie Books. El célebre pianista relata en clave íntima su última gira mundial

1 Transforma la teva salut 1/8 Xevi Verdaguer, Rosa dels Vents. Qué podemos ha­ cer para curar migrañas y dolores crónicos 2 El que la terra m’ha donat 4/3 Lluis Foix, Columna. El autor desgrana vivencias propias marcadas por el paso de las estaciones 3 Pepe i jo 3/2 Joan Lluís Bozzo, Pòrtic. El director de Dagoll Da­ gom recuerda al actor a los 10 años de su muerte 4 No n’hi ha prou amb dir que no 5/2 Naomi Klein, Empúries. Cómo resistir a Donald Trump y desarrollar un mundo alternativo 5 Summits of my life N/– Kilian Jornet, Ara Llibres. El gran marchador narra sus gestas subiendo montañas 6 La vida que aprenc 6/22 Carles Capdevila, Arcàdia. Artículos que incluyen alguno personal sobre cómo afrontar el cáncer 7 Feliços N/– Elsa Punset, Columna. Técnicas para ser feliz, espi­ gadas en las distintas civilizaciones hasta hoy 8 Clàssics per a la vida 8/4 Nuccio Ordine, Quaderns Crema. Platón, Rabelais o Shakespeare ayudan a cambiar tu vida 9 Nova il∙lustració radical 2/4 Marina Garcés, Anagrama. Cómo luchar contra las credulidades que imponen los tiempos 10 El silenci en temps de soroll –/2 Erling Kagge, Edicions 62. Una meditación sobre el silencio en tiempos de alboroto

ESTA SEMANA DESTACA Desde que María Dueñas situara en Tánger los primeros avatares de su protagonista de ‘El tiempo entre costuras’, esta ciudad norteafricana ha tenido varias recreaciones literarias afortunadas, entre ellas ‘La ciudad de la mentira’ de Iñaki Martínez, que fue finalista del Nadal, o ‘Un jardin al norte’ de Boris Izaguirre. Ahora mismo en los ránkings hay dos novelas más tangerinas: ‘Eva’ de Arturo Pérez­Reverte –la segunda entrega de su ciclo sobre Falcó– y ‘Niebla en Tánger’ de Cristina López Barrio, donde la protagonista viaja a esta exótica ciudad para identificar a un amante. Se acaba de reeditar por lo demás una novela de culto, ‘La vida perra de Juanita Narboni’ de Ángel Vázquez, de aroma también tangerino, y cuya recepción iremos siguiendo.­S.C.

antivirales Al igual que serio no es lo mismo que aburrido, trivial no es igual a irrelevante. La actualidad cultural de la semana deja detalles que nunca serán carne de titular ni se contagiarán en las redes sociales. Está comprobado que conocerlos y compartirlos mejora hasta en un 30 por ciento la conversación del que los lee. BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ

La (nada) imbécil vanidad Aficionado a África y a la caza mayor, el cine­ asta Jacinto Esteva solía decir que a él le en­ contrarían “bajo la sombra del último árbol”, y así se titula el pack de DVD que ha editado Ca­ meo y que incluye toda su filmografía, catalo­ gada por su hija, Daria Esteva. La colección in­ cluye muchos extras que no se habían visto antes de un director difícil de catalogar. Él y Joaquim Jordà pusieron los fundamentos de la Escuela de Barcelona con Dante no es únicamente seve­ ro y en 1990, cinco años después de su muerte prematura, Jordà le dedicó a su amigo El encargo del cazador, un do­ cumental hecho “para satisfacer la imbécil vanidad de un muerto” en palabras del propio Esteva y en el que apare­ cía todo el “quién es quién” de la gauche divine.

También en el mundo editorial ¿El acoso sexual es una cosa de Hollywood? Parece que no. Unaencuestaanónimahechaporlarevistadelsectoredito­ rial The Bookseller concluyó que el 54% de las mujeres y el 34% de los hombres que trabajan en el mundo del libro ha sufrido algún episodio de abuso sexual a manos de superio­ res. Por puestos, los más damnificados son los encargados de prensa y comunicación (el 66% denuncian haber sido víctimas). Una de ellas escribió: “Te quedas en hoteles con escritores y muchas veces eres la única representante de tu empresa.Nadieestáahíparaprotegerteymuchasvecesson autores tan famosos que no te atreves a decírselo a nadie”.


Biografías dibujadas

JORGE CARRIÓN

El cómic se convirtió en una lectura de prestigio para público adulto tras la publicación en los años ochenta –primero serialmente y después en libro–, de dos obras maestras: Watchmen (Planeta), de Alan Moore y Dave Gibbons, que hace con el cómic de superhéroes lo mismo que hizo El Quijote con la novela de caballerías (inyectarle realidad en un complejo artefacto posmoderno); y Maus (Random House), de Art Spiegelman, una gran crónica de la Segunda Guerra Mundial y el exterminio de los ju­ díos, a través de la biografía de los progenitores del autor. Una obra de ficción y otra sin ficción: la madre y

Es habitual que los dibujantes lleven a todas partes sus cuadernos, a menudo diarios personales que registran encuentros, paranoias, viajes... el padre de la novela gráfica tal y co­ mo ahora la conocemos. Curiosamente, los herederos –directos o indirectos–, de Spiegel­ man han optado casi sistemática­ mente por la autobiografía o por el autorretrato en contexto familiar, en lugar de por la biografía de per­ sonajes más o menos ajenos. Así,

Blankets (Astiberri), de Craig Thompson, Fun home (Random House), de Alison Bechdel, Per­ sépolis (Norma), de Marjane Satra­ pi, o El árabe del futuro (Sala­ mandra), de Riad Sattouf, por citar algunos de los títulos más leídos en todo el mundo, hablan sobre todo de la infancia de sus autores en con­ flictivos ámbitos familiares o geo­ políticos. Por eso no es de extrañar que el cómic español de signo parecido quehalogradomayoréxitoseaMa­ ría y yo/ Maria i jo (Astiberri/La Galera) de Miguel Gallardo: un tiernoeirónicoretratodelahija au­ tista –y de él mismo–. Y que dos de los más interesantes en términos sociológicos sean Gazpacho agri­ dulce. Una autobiografía chino­an­ daluza (Astiberri) y Andaluchinas por el mundo (Astiberri), de Quan Zhou, que cuentan los problemas familiares y vitales de la primera generación de españoles de origen oriental. Es habitual que los dibujantes lleven a todas partes sus cuadernos, que a menudo se convierten en dia­ rios personales que registran con­ versaciones, paranoias, viajes, en­ cuentros. El impulso autobiográfi­ co conduce a veces también a obras que, sin la ambición narrativa de los títulos mencionados, devienen sa­ télites de las principales, cuando no sus laboratorios o sus gimnasios. Un ejemplo claro es la serie de Un hombre en pijama (Astiberri) del gran Paco Roca, donde el dieta­ >

paco roca

LIBROS Sábado, 25 noviembre 2017

No cesan de publicarse biografías en cómic, tanto de grandes artistas (Miguel Hernández, Palau i Fabre, Van Gogh o Monet), como de figuras marginales (Carmen de Mairena). Obras que plasman o reinterpretan las vidas de sus autores, en primera persona o de manos ajenas. Aparecen aspectos familiares y también contrastes entre datos fieles y ficción. Comentamos algunas recientes

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Libro|s

PACO ROCA En la serie ‘Un hombre en pijama’ el autor alterna dietario, periodis­ mo y comedia tejiendo una gran teleserie dibujada y en primera persona ASTIBERRI


LIBROS > rio,elperiodismoylacomedia se van alternando en piezas que parecen individuales pero que, en los tres volúmenes publica­ dos hasta la fecha, componen una especie de gran teleserie di­ bujada y en primera persona. También hay una fuerte pre­ sencia del yo en Carmen de Mai­ rena. Una biografía (Blackie Books), de la artista Carlota Juncosa. El subtítulo es engaño­ so: se trata más bien de un testi­ monio de la decadencia de uno de los iconos de la transgresión y de la telebasura, en una Barcelo­ na que conserva insistentes bol­ sas de pobreza en el corazón de sus zonas más turísticas. La apuesta de Juncosa es honesta y valiosa, además de inesperada. Porque en un panorama domi­ nado por relatos dibujados de personajes consagrados por la historia, se decide por uno de los que esta ha orillado en un piso basurero del Raval. Barbara Stok, en cambio, ha sido traducida en todo el mundo gracias a Vincent (Salamandra), su vida en viñetas de Van Gogh, a quien reinterpreta visualmen­ te en un estilo sencillo, casi in­ fantil, de colores chillones, que revelan las líneas esenciales de su modo de entender la compo­ sición. En Monet. Nómada de la luz (Norma), Salva Rubio y Ri­ card Efa llevan a cabo la estrate­ gia contraria: imitar desde el hi­ perrealismo y la belleza miméti­

ca la obra del pintor francés, transportándola a los paisajes en que se inspiró. También son contrarios los enfoques de dos cómics recien­ tessobreescritoresdelsigloXX. Mientras que La voz que no cesa (Astiberri), de Ramón Pereira y Ramón Boldú, reconstruyen fielmente la vida de Miguel Hernández, con énfasis en la guerra y la cárcel que acabaron con él; en La joia de viure (Males Herbes), Julià Guillamon y To­ ni Benages i Gallard imaginan la vida de Josep Palau i Fabre en Llançà, intercalando escenas y datos biográficos con digresio­ nes de ficción, que traducen al lenguaje secuencial la literatura del experto en Picasso que fue poeta, dramaturgo, donjuán y nadador. La adaptación en viñe­ tas de El diario de Anne Frank (Debolsillo), firmada por los au­ tores de la premiada película de animación documental Vals con Bashir (Ari Folman y David Po­ lonsky), enfatiza la existencia de un eje importante en nuestra época: el de la necesidad de ima­ ginar las vidas, de comunicarlas texto­visualmente. Fue uno de los primeros ejercicios que hi­ cimos de niños: dibujar nues­ tras vacaciones de verano. Y es una de las claves del éxito sin fecha de caducidad de El prin­ cipito: Saint­Exupéry nos contó su vida con palabras y con imá­ genes. |

ANA FRANK Adaptación en viñetas de la vida de esta niña judía de la mano de Ari Folman y David Polonsky, premiados por el documental ‘Vals con Bashir’ DEBOLSILLO

carmen de mairena

CARMEN DE MAIRENA La artista Carlota Juncosa da con esta obra testimonio de la decadencia de uno de los iconos de la transgresión y de la telebasura BLACKIE BOOKS

MIGUEL HERNÁNDEZ Los autores Ramón Pereira y Ramón Boldú reconstruyen fielmente la vida del poeta, sobre todo el período de guerra y la cárcel ASTIBERRI

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miguel hernández

ana frank

vincent van gogh VINCENT Traducida en todo el mundo, Barbara Stok reinterpreta en estilo sencillo, casi infantil, su modo de entender al artista post impresionista SALAMANDRA


LIBROS

Novela Zadie Smith presenta un relato con el baile como fondo y debate racial, característico de la autora

Con Fred Astaire y Madonna

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Sábado, 25 noviembre 2017

ROBERT SALADRIGAS

Me noto siempre expectante ante una nueva novela de Zadie Smith (Londres, 1975), que un día fue la jo­ ven autora mestiza y cortante de Dientes blancos. Nunca ha dejadode escribir entre Gran Bretaña y Esta­ dos Unidos y yo he leído casi siem­ pre con interés sus historias sobre convivencia racial y urbana, sobre amor y amistad, y, lo más importan­ te, sobre la creencia de que la cuna de cada individuo condiciona lo que quieres hacer con tu vida y hasta dónde puedes llevarla. Este sigue siendo el lema de las ficciones de Smith, incluida la última, Tiempos de swing, recién traducida. A partir de ahí es oportuno re­ cordar que en 1936 se estrenó una película mítica dirigida por George Stevens y bailada por la pareja Fred Astaire­Ginger Rogers que llevaba idéntico título: Swing time (en espa­ ñol se distribuyó con el estúpido tí­ tulo de En alas de la danza). Viejos expertos en cintas musicales afir­ man que aquella fue la mejor inter­ pretación del cimbreante Astaire. ¿Eso podría sugerir que la novela de ZadieSmithsecentradealgunama­ nera en Astaire o que el baile es un factor clave para entender a los per­ sonajes? Pienso que no. Después de un prólogo en el que la narradora –a lo largo del extenso relato que nos cuenta no llegaremos a conocer su nombre– ha sido despedida de su trabajo, remitida a Londres y tem­ poralmente confinada en un lujoso apartamento, la primera parte de la novela empieza un sábado de 1982 en que ella, una niña de su misma edad llamada Tracey y sus respecti­

La escritora Zadie Smith

vas madres, vecinas de bloques de viviendas sociales de Londres, coin­ ciden en el patio de una iglesia del

La relación con una legendaria estrella del pop y una madre parlamentaria marcan la vida de la protagonista barrio para recibir clases de danza. La corajuda Tracey –podría ser su doble– tiene cualidades de las que ellacarece.Enlosochentaynoventa

ANA JIMÉNEZ

ella se convertirá en una de las ayu­ dantespersonalesdeunalegendaria estrella pop de color conocida sim­ plemente por Aimee. El modelo de esamujerglobalentreomnipotente, voluntariosa, enigmática y reflexiva podríamuybienser–segúnparece– Madonna. Entiendo que eso importa poco. Son demasiadas páginas y excesiva­ mente comprimidas, si bien algunas brillantes como suele ser habitual en Zadie Smith, para explicar con detalles la relación de la narradora consujefaAimee,conTraceyquees víctima de una vida desnortada y

con la que nunca llega a perder el contacto, y con su propia madre transmudada en representante par­ lamentaria. A veces cuesta progre­ sar, dejarse deslumbrar por los cro­ matismos de una pintura que nos suena a repetida y, quizá por ello, a banal. Pero llega un momento en que para mí el relato pierde toda pulsióndramática:cuandoAimeese propone levantar una escuela en cierto país africano, reflexiona en voz alta sobre los desmanes hiper­ capitalistas y el tercer mundo, y en­ tre idas y venidas resulta que las buenas intenciones desembocan en un escándalo mayúsculo que por motivos más bien oscuros la narra­ dora revela al mundo e implica su despido inmediato. Así que el prólo­ go anticipa más o menos en parte el finaldela narración enprimeraper­ sona,queensusmejorestramosdis­ curre entre paisajes dickensianos pasados por el filtro racial, tan ca­ racterísticos de las ficciones de Za­ die Smith. Pero el hecho es que Tiempos de swing no ha respondido a mis ex­ pectativas. Sé que lo que más atrae a laautoradespuésdelaescrituraesel baile. Ante un mundo plagado de barbaridades e injusticias, un mun­ do colectivo y personal que se cae a pedazos,losdospuntalesdelahisto­ ria, encarnaciones del yin y el yang, se reconcilian a través de la imagen de un baile descabellado en un bal­ cón. Todos bailan. Están bien. | Zadie Smith Tiempos de swing SALAMANDRA. TRADUCCIÓN: EUGENIA VÁZQUEZ NACA­ RINO. 427 PÁGINAS. 24 EUROS

Novela El debut de una escocesa con una conmovedora obra sobre la soledad

Cómo estar perfectamente ANTÒNIA JUSTÍCIA

La autora escocesa Gail Honeyman

PHILIPPA GEDGE

Eleanor Oliphant es la rareza perso­ nificada.Unpuntoodiosa,sinsentido alguno de cómo funcionan las rela­ ciones sociales, empatía cero y una franqueza rayando lo grosero. Una mezclaentreBettylafeadeFernando Gaitán y Judith Hearne de Brian Moore. Es la protagonista de la nove­ la debut de la escocesa Gail Honey­ man,unaautoradeunos40añoscuya obra fue descubierta en un concurso de escritura y que se ha vendido por sumas enormes en todo el mundo. Honeyman presenta un personaje

inicialmente antipático pero entra­ ñable a medida que avanza el libro, con notas de humor geniales –la con­ traseñadesuordenadornosremiteal ignis aurum probat de Séneca– que hacen apetecible seguir indagando en una vida ordenada, vacía y com­ pletamente solitaria. Porque Eleanor trabaja toda la semana, se va a su casa un viernes por la noche, calienta una pizza,bebedosbotellasdevodkayno habla con nadie hasta que regresa el lunes por la mañana. Hay muchas ra­ zones para el atrincheramiento de Eleanor en sí misma y todas son debi­

damente explicadas. Pedir ayuda es un anatema para ella pero un compa­ ñero de trabajo hará posible que en­ cuentre su hueco social, su propia voz. Brillante y conmovedora la in­ cursiónalapeluqueríayalatiendade moda: “¿Es así como funciona la ver­ dadera integración social? ¿Pintarse los labios, ir a la peluquería y alternar las ropas?”. Nadie se lo explicó. | Gail Honeyman Eleanor Oliphant está perfectamente ROCA EDITORIAL. TRADUCCIÓN: JULIA OSUNA. 320 PÁGI­ NAS. 18,90 EUROS


JEAN­SEBASTIEN EVRARD / AFP

Investigación Un reportaje literario sobre el asesinato de Laëtitia Perrais y su repercusión que despliega agujeros negros del presente

La dignidad de una vida JORDI AMAT

No era nada fácil que aquella chica pudiera salvarse de sus demonios porque toda su biografía (los malos tratos que contempló siendo niña en su casa paterna, la noria del des­ arraigo, la familia de acogida) pare­ cía condenarla a la tragedia. A ella y a Jessica, su hermana gemela. Pero la realidad es que, después de todo, gracias a su frágil voluntad y la con­ solidación de un sistema precario pero efectivo (servicios sociales, formación e inserción laboral), ella parecía estar encauzando su desti­ no para vivir como la persona que todo ciudadano debería poder ser. Alguien que pueda contemplar el hoy y el mañana con seguridad y esperanza. Se llamaba Laëtitia Pe­ rrais, tenía 18 años, vivía en Pornic –un pueblo costero de unos 15.000 habitantes, de relativo interés tu­ rístico en verano– y trabajaba de camarera. Pero la noche del 18 de enero del 2011 fue brutalmente asesinada por un criminal multi­ rreincidente de 30 años que la des­ cuartizó. Durante unas semanas su caso, que podría haber ocupado tan sólo un breve en la prensa o unos segundos en los informativos, tuvo

una repercusión enorme en Fran­ cia. Política, mediática y judicial. Su caso, su vida y su circunstancia son el tema de este libro magistral. Es uno de los más conmovedores que he leído y su impacto siento que me acompañará para siempre. Porque aparentemente se trata de un suceso truculento, morbosa­ mente fascinante en su horror co­ mo tantos, pero en la investigación sobre su significado que desarrolla el historiador Ivan Jablonka (París,

Es uno de los libros más conmovedores que he leído y su impacto me acompañará para siempre 1973) se despliegan algunos de los agujeros negros de nuestro presen­ te. Desde la violencia machista, pa­ sando por la imposibilidad del Es­ tado para controlar hasta el final a los niños que debe separar de sus familias (y aquí recordé Raval de Arcadi Espada) hasta la demagogia de tantos gobernantes en el poder que con su actuación propagandís­

Ivan Jablonka Laëtitia o el fin de los hombres / Laëtitia o la fi dels homes ANAGRAMA­LIBROS DEL ZORZAL. TRADUCCIÓN AL CAS­ TELLANO: AGUSTINA BLANCO / AL CATALÁN: MARTA

El autor Ivan Jablonka

ÀLEX GARCIA

MARFANY. 415/408 PÁGINAS. 20,90 EUROS

LIBROS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 7

Flores en el lugar donde se encontró el cuerpo de la joven Laëtitia, un suceso que conmocionó Francia entera

tica, instrumentalizando el dolor, llegan a poner en riesgo al sistema. En el caso que nos ocupa, el presi­ dente Nicolas Sarkozy, que no tar­ dó nada en señalar el fallo de los magistrados porque no impidieron que el asesino estuviera en liber­ tad. “El caso Laëtitia revela todo un arte de gobernar: erigir a una ma­ yoría contra una minoría, no sólo para hacer olvidar los propios erro­ res, sino también para aunar al pueblo contra un supuesto enemi­ go (el juez, el joven de los subur­ bios, el simpapeles, etcétera)”. A lo largo de su relato, Jablonka, que religa su profesión a su com­ promiso, contrapuntea diversos hilos argumentales, creando una tensión emocional en el lector que se desborda en las páginas finales. Está el relato pormenorizado del suceso: el día fatídico, la búsqueda del cuerpo, la autopsia. Está la vida de la muchacha: su historial admi­ nistrativo, el testimonio de familia­ res y amigos, las huellas dejadas en Facebook buscando ser querida y esa temporada final en el torbelli­ no. Está la cobertura mediática y judicial del episodio, que recons­ truye a partir de entrevistas con los implicados (periodistas, policías, abogados). Está también la refle­ xión histórica sobre las leyes y las políticas adoptadas a lo largo del tiempo para abordar peripecias tan duras como las de la víctima y su verdugo. Pero todo ello está cosido por la humanidad de un autor que asume con alta responsabilidad el ejercicio que se ha propuesto. Hay mucho respeto. Hay mucha pie­ dad. Hay mucha indignación. Por­ que nada es más esencial. Esa mu­ jer. La responsabilidad de Jablon­ ka es la búsqueda de la verdad como único camino para rehabili­ tar la dignidad de una vida y quie­ nes heredaron para siempre el do­ lor de su pérdida. Tal vez el punto de inflexión fue la publicación de El adversario de Emmanuel Carrère. Valdría tam­ bién por Laurent Binet, por Jean Rolin, y por esta obra maestra de Jablonka. En los últimos años, otra vez, la cultura francesa ha morali­ zado la prosa de no ficción, refor­ mulando las posibilidades de la in­ vestigación literaria como forma de compromiso civil. “Aportar fragmentos de verdad es lo que le debemos a la sociedad y también a la víctima”. Una investigación bio­ gráfica sobre un suceso trágico re­ dactada en primera persona y con­ tada con las herramientas formales de la mejor narrativa. Esa es la fór­ mula. Partiendo de un cuasi repor­ taje para saltar a la literatura y así comprender, a través de un caso in­ dividual o un episodio concreto, to­ do un mundo. |


LIBROS

Novela

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Sábado, 25 noviembre 2017

Un refugio entre rejas NÚRIA ALBESA

El autor Javier Sierra posa junto al trofeo

DAVID AIROB

Premio Planeta Javier Sierra propone una adictiva intriga sobre el mito del Santo Grial con ecos de amplio espectro; desde Dan Brown hasta Borges

Un Parsifal del siglo XXI CARLES BARBA

¿Alta cultura y literatura de entrete­ nimientoestánreñidas?Desdeluego no para Javier Sierra (Teruel, 1971), quien en el thriller con el que ha ga­ nado el Planeta se mueve entre am­ bos polos con perfecta soltura. Qué curioso: Sierra ha manufacturado una intriga con todos los engranajes de un best seller, pero la ha arropado con un bajo continuo de referencias cultas que, lejos de desentonar, ro­ bustecen el texto y le dan empaque y solera. No es precisamente baladí el asunto que desglosa la narración: la aventuradelaconsecucióndelcono­ cimiento trascendente, del origen de las ideas, del “fuego invisible” para decirlo con palabras del título. El protagonista es justamente un experto en ellas, un lingüista de 30 años, David Salas, criado en Irlanda, hijo de madre posesiva y padre des­ aparecido, y que se ha doctorado na­ da menos que con una tesis sobre Parménides, de quien le ha interesa­ doelempeñoencomunicarseconlos dioses y recibir de ellos su sapiencia. Con un cum laude por ese trabajo, David acepta la propuesta de su jefa de estudios de tomarse un respiro y airearse un par de meses en su ciu­ dad natal, Madrid, donde por otra parte tiene sus raíces. La novela nos cuenta esa estancia veraniega, que lejos de discurrir tranquila, se con­ vierte en un carrusel de acciones y emocionestrepidantes,quepondrán a veces en peligro su vida pero que le

surtirán de experiencias transfor­ madoras,recolocandosuscoordena­ das y dándole un sentido más rico de la existencia. En Madrid, por lo pronto, a David le espera una anciana autora de tra­ mas de misterio, Victoria Goodman, ahijada en su día del abuelo del joven (un renombrado escritor) que, con­ vencida de que el nieto ha heredado lasfacultadesmediúmnicasdesuan­ tepasado, quiere reclutarle en la aca­ demia de las letras que dirige, dedi­ cada a descifrar códigos ocultos de

David, con facultades videntes, es fichado para descifrar códigos ocultos en obras maestras literarias lasobrasmaestrasdelaliteraturayel pensamiento.Eneserastreoestánya embarcados otros jóvenes lumbre­ ras–unodeellosporciertoasesinado extrañamente– y para cuando David decide sumarse al grupo, la Good­ man los tiene atareados en el desen­ trañamiento de un pequeño clásico medieval, El cuento del Grial de Chrétien de Troyes. Con un ritmo muy vivo, y movien­ do muy bien todos los hilos, Javier Sierra, por así decir, compromete a su personaje en tres pesquisas: la búsqueda de su padre huido, la bús­ queda del Grial en que le enrolan

Victoria Goodman y su equipo, y por último, la búsqueda de su propia vo­ cación de escritor, espoleada si cabe aún más al ir comprendiendo que grandes literatos como Victor Hugo, Mark Twain, Valle­Inclán o Yeats también sondearon arcanos profun­ dosyauscultaronfuerzasignotas.En su propia iniciación mistérica, David aprende por añadidura que estos es­ critores tuvieron que lidiar contra impalpables agentes destructivos, y que cuanto más quisieron saber, ma­ yor fue el riesgo de no contarlo. A medida que la novela progresa, la quête emprendida por David y sus compinches bajo el estímulo de la obrita de Chrétien, va centrándose en el mito del Grial y su significación simbólica, de tal manera que al final no les importa tanto si designa el cá­ liz de la Última Cena o un cuenco mágico como comprobar que fun­ ciona en tanto que señal para comu­ nicarse con lo inefable. La indaga­ ción, por cierto, coge especialmente unsesgoemocionantecuandoDavid y una colega de la que se prenda, cre­ en descubrir representaciones gráfi­ cas del Grial en las pinturas románi­ cas que custodia el MNAC y en los tímpanos y capiteles de las iglesias aragonesas de los siglos XI y XII. Y pocoapocovancoligiendoqueaque­ llos artistas anónimos eran por enci­ ma de todo videntes, chamanes que ayudabanalafeligresíaadescorrerel velo entre este y el otro mundo. En suma, estamos ante un premio Planeta adictivo, con una trama de las que no dan tregua; unos escena­ rios (Madrid, Barcelona y el Pirineo oscense) nimbados por un aura eso­ térica; y unos ecos literarios de am­ plio espectro, que tan pronto suenan aDanBrowncomoaBorges.Incluso a Enid Blyton, si nos apuran, con un quinteto protagonista tan entregado a descifrar secretos como el Club de los Cinco. | Javier Sierra El fuego invisible / El foc invisible

Es interesante el tratamiento que Maria Guasch (Begues, 1983) con­ fiere a la cárcel, uno de los escena­ rios donde sitúa su tercera novela, Els fills de Llacuna Park. Guasch de­ butó en el 2013 con La neu fosa (El Toll), y a esta obra le siguió Olor de clor sota la roba (RBA­La Magrana). En estas páginas la prisión es con­ siderada un refugio contra el mun­ do, un bálsamo a partir del cual es posible reconstruir recuerdos olvi­ dados. Es en el centro penitenciario de Can Brians, al pie de Montserrat, donde se cruzan las vidas truncadas de los tres protagonistas: Clara, quien narra la historia en primera persona,ylosdosgemelos,Gabriely Sònia. Los tres habían coincidido en la misma escuela, en Canyars, y aho­ ra se reencuentran en el centro don­ de Sònia cumple condena. Aunque es ella quien vive entre rejas, no se puede considerar que Clara y Ga­ briel sean personas libres. Clara trabaja como profesora temporalenCanBriansyasustrein­ ta y dos años aún está instalada en casadesuhermano,consucuñaday susobrino,aquienlehacedemadre; y Gabriel, hombre de pocas palabras y silencios densos, vive con sus pa­ dres e inmerso en la ausencia que dejó la muerte de su hermano ma­ yor. A pesarde sertan diferentes, los tres se necesitan por contrapunto, por sinergia, para equilibrar sus ca­ rencias. Maria Guasch sesirve de descrip­ ciones incisivas –los mejores giros los consigue con pocas palabras– para construir personajes frágiles que cuelgan de un hilo. Es bajo esa aureola triste, bajo los recuerdos fe­ lices de una vida pasada, que el lec­ torseadentraenlosdramasquepre­ ocupanalosjóvenesdehoyendía:la precariedad laboral, y más aún la precariedad vital, la incapacidad de emanciparse y gozar de cierta auto­ nomía.Y,enelfondo,elgranengaño que puede llegar a ser esa juventud, alimentada de proyecciones que, como un espejismo, siempre se es­ capan. |

PLANETA / COLUMNA. TRADUCCIÓN AL CATALÁN: JOSEP

Maria Guasch Els fills de Llacuna Park

PELFORT. 480 PÁGINAS. 21,90 EUROS

L’ALTRA EDITORIAL. 184 PÁGINAS. 17,90 EUROS


Mi querido amigo Fernando apare­ ció en 1977 por Sant Martí d’Empú­ riesconunaseparatadesumagnum opus Gargoris y Habidis: Una histo­ ria mágica de España. Con ese libro, como diría el irónico Fernando Sa­ vater, Nano pasó de autor inédito a tener sus obras completas. Oficié de maestro de ceremonias en noviembre de 1978 cuando se presentó el libro en el Ateneo de Madrid. El panel lo formaron: Dá­ maso Alonso, José Luis López­

terariodeDonMarcelinohaciaotro enfoquemágico.Unohabladehete­ rodoxosespañoles,otrosde España mágica.Hancambiadolaspriorida­ des después de un siglo. ComoexplicaDragóensuexten­ so prólogo a la última edición, su propósito fue escribir un tratado de los mitos del inconsciente colectivo de la península Ibérica. Entre Pela­ yo y Dragó ha caído la sombra de Jung. Si el primero habla de perso­ najes heterodoxos, el segundo ha­

cas, los megalitos como acupuntura de la tierra, los lugares de poder, las romerías,lasvírgenesnegras.Noen vano acabaría Malby en el progra­ madeDragóElmundopormontera, dondeaparecióhastaelquímicoAl­ bert Hofmann, creador del LSD. Pero todo eso estaba por llegar como consecuencia del libro. Les interesará saber que este consta de cinco grandes apartados. Primero los orígenes donde se habla de Altamira, la Atlántida, el

Una obra esencial que debe ser leída como una enciclopedia, en la que la forma compite con el contenido

Sánchez Dragó en su casa de Madrid

Aranguren, Julio Caro Baroja, To­ rrente Ballester, Savater, García Calvo y Arrabal. El éxito del libro en esa Navidad del 1978 fue fulmi­ nante: fue como el Corán de la tran­ sición. Aunque pueda parecerlo, Sán­ chez Dragó no se propuso enmen­ darle la plana a Don Marcelino. Na­ dieleenmiendaaMenéndezPelayo sus Heterodoxos españoles. Pero sí logró Fernando desviar el énfasis li­

DANI DUCH

blademitos,lugaresdepoderygeo­ grafía sideral. Carlos Castañeda ha­ bía dejado ya la influencia de sus aprendices de brujo. Y por supues­ to, la marihuana, el ácido, la aya­ huasca y demás carnes de Dios, co­ mo los definiría R. Gordon Wasson o el propio Aldous Huxley. Yo tuve mi iniciación en estos te­ masconelprodigiosoAndréMalby, que me atiborró la cabeza de esoté­ ricas enseñanzas: las fuerzas telúri­

JardíndelasHespérides,laAtlánti­ da andaluza que fuera Tartessos. LasandanzasdeHérculesporlaPe­ nínsula,los druidas célticosy su mi­ tología vegetal. Se adentra luego en los primeros cristianos con el heresiarca –ancia­ no– Prisciliano, candidato número uno a estar enterrado en Santiago de Compostela. De donde surge to­ do el ciclo del camino de Santiago con sus “Roldanes”, iglesias, tem­

estrambótico, lo que confiere uni­ dad a esos volúmenes de fichas de información, enhebrados por la re­ tórica personal y original de Dragó en una narrativa que lleva al lector en volandas merced al interés de la información y al vigor de la prosa draconiana. Aquí la forma compite con el contenido en calidad. Remata la faena con los teósofos, significados en Roso de Luna y con latrashumanciaylostoros.Unlibro imprescindiblequesedebeleercon cuentagotas, como una enciclope­ dia y, como ellas, guardarse para consultarlo y darle un tiento de cuando en cuando. Han pasado cuarenta años desde que los presenté en el Ateneo de Madrid y luego aquí en Barcelona. Ahora lo reedita, y yo a retomarlo. Solo una cosa ha cambiado: su au­ tor. Fernando, desde que publicó esto en los setenta se ha convertido –como suele pasar en España– en más valioso que su obra. Es el mejor conversador en lengua castellana, narrador infatigable de las historias de su vida. Procuren escucharlo además de leerlo. Su castellano exacto, recio, broncíneo, rebuscado yarcaico,conservalosecosdegran­ des conversadores del pasado, que ya se apagaron. Es una fiesta escu­ charlo, hasta que uno huye, porque él no para. | LUIS RACIONERO

Cultura|s La Vanguardia

Se reedita la magnum opus del autor madrileño, aparecida por primera vez en 1978. Un tratado sobre los mitos del inconsciente colectivo de la península Ibérica, lugares de poder y geografía sideral

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La España mágica de Sánchez Dragó

plarios y griales. La geografía siem­ pre al lado de los personajes. En el tercer apartado aborda mi­ norías y marginaciones: judíos, mo­ ros, gitanos, agotes, pasiegos, va­ querizos, maragatos y quinquis. Es­ tamos en plena edad media y siguiendo los misterios de las cate­ drales y las moradas filosofales de Fulcanelli,que,segúnMalby,noera otro que Nicolas Flamel con varios siglos de alquimia a las espaldas. La cuarta parte titulada Entre la clandestinidad y la farsa empieza con la alquimia de Llull, Vilanova, Rupescissa para llegar a Servet, Arias Montano y su círculo de sa­ bios cabalistas en El Escorial, los místicos y luego una barahúnda de estrellas, jorguines, espantanubla­ dos, arrepticios, diantres, maléfi­ cos, lémures, sacamantecas, levia­ tanes, convulsionarios, saludado­ res, antipapas, alnagos y recristos. Tenemos en estas retahílas una muestra del estado de Dragó y no es el menor mérito de la obra, porque es ese estilo barroco, de retruécano,

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LIBROS

De ayer a hoy


LIBROS

Narrativa Monteagudo apuesta por los relatos

Libroscopio

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Sesenta años de risa A finales de los cincuenta, en una España sumergida en la grisura tenebrosa de la dictadura, había pocos motivos para reír. La editorial Bruguera, funda­ da por una familia catalanista de izquierdas, se convirtió en una fábrica de la risa en la que entraron a trabajar no pocos represaliados por el franquismo utilizando pseudónimos. Un día apareció por allí un jovenzuelo que trabaja­ ba de botones en un banco. Hacía caricaturas y era muy currante. Se llamaba Francisco Ibáñez y de sus dedos de trilero salieron El botones Sacarino, 13 Rúe del Percebe, Rompetechos… y Mortadelo y Filemón. Mortadelo debe ser el único personaje de ficción que incluso tuvo su propia moneda: los mortade­ los, expedidos por el Financial Vazquez Bank Ltd, con los que podías adqui­ rir tebeos. Y ha dado su nombre a importantes instituciones como el servicio secreto de los Mossos d’Esquadra, a los que se conoce como “los morta­ delos”. Por eso no me pierdo la convocatoria de su editorial, Penguin Random House ((que compró Ediciones B, la cual a su vez compró Bruguera) , para presentar el álbum conmemorativo de los sesenta años de Mortadelo y Filemón. Lo acompaña su editor desde hace un cuarto de siglo, Manuel de Cos, y a sus más de 81 años Ibáñez sigue con su eterna sonrisa pícara, el aire de Rompetechos y su manera de hablar a velocidad supersónica, como uno de sus propios personajes. Y al pie del cañón, o de la mesa de dibujo. Al paso de los años, la actualidad se ha ido filtrando en sus historietas y, para conme­ morar sus 60 años de servicio en la T.I.A., mandan a Mortadelo y Filemón a una misión crucial: restablecer la paz entre el presidente rubio teñido y bocazas, Mr. Tromf, y el regordete presidente de un país oriental adicto a los misiles en todos los formatos (incluida la lanzadera en forma de taza de váter), Pxing Pxiong. Cuando cumplió los 75, me acerqué a conocer a Ibáñez. En cualquier país del mundo, un creador de esta magnitud que lleva más de medio siglo ha­ ciendo leer a la gente tendría avenidas a su nombre, reconocimientos insti­ tucionales a porrillo y viviría en una gran mansión con piscina, tres agentes y un publicista a sus órdenes. Al llegar a la editorial me topé con un señor calvo que se movía apresuradamente entre las mesas con una carpeta de cartón con dos gomas bajo el brazo, de donde sobresalían las láminas de los originales de unas historietas, listas para entregar. Era Francisco Ibáñez, currando como siempre. Cuando le pedí una entrevista fue amabilísimo, pero insistía en que no tenía nada importante que contar… “¡Si yo sólo soy un

Francisco Ibáñez entre sus entrañables y populares personajes

A. ITURBE

ninotaire!”. Le pregunté si lo habían esclavizado los personajes: “Un poco sí. Por la noche me viene una idea a la cabeza, me levanto y me pongo en el tablero. Y ahí, dale que te pego. Y entonces oyes una voz lejana: ‘¡Paco, vente a dormir! ¿Estás tonto o qué?’. Sí, estás esclavizado por el personaje, pero eso no tiene importancia. Todo el mundo está esclavizado en su trabajo”. Al preguntarle si se había planteado escribir sus memorias me dijo: “¡Jamás, jamás, jamás! Mis memorias ocuparían las dos primeras líneas de la primera página. Dirían: ‘Ibáñez fue un gilipollas que trabajó, trabajó y trabajó’”. Y ahí sigue, en la brecha y, pese al tratamiento de estrella (merecido) que le da su flamante nueva editorial, sigue siendo la persona sencilla que siem­ pre ha sido. Cuando alguien le pregunta si su obra debería estar en un museo se echa las manos a la cabeza y responde que de ninguna manera, que él ni siquiera sabe dibujar. Le pregunto, después de 60 años haciendo reír a tanta gente, qué le hace todavía reír a él. No lo duda ni un segundo: “Los políti­ cos… ellos hacen reír más que nosotros”. Muy grande. | ANTONIO ITURBE

El triunfo de la invención

David Monteagudo J.A. MASOLIVER RÓDENAS

KIM MANRESA

Nacido en Lugo en 1961, David Monteagudo se trasladó a Catalu­ nya con su familia a los cinco años, pero Galicia está siempre presente en su obra, sobre todo en el gusto por la fabulación. La novela Fin (2009), publicada a sus cuarenta y ocho años, tuvo un sorprendente éxito y fue llevada al cine por Jorge Torregrosa. Monteagudo abando­ nó su trabajo en una fábrica de car­ tón, para dedicarse exclusivamen­ te a la literatura. Recuperó varias novelas inéditas, y del mismo modo que los elogios fueron exagerados con el primer libro, también lo fue el escaso interés que despertaron Brañaganda (2011) e Invasión (2015). Es de esperar que Crónicas del amacrana tenga la buena acogi­ da que merece. Aquí encontramos los elementos fantásticos de sus primeros libros junto a la sobriedad de Invasión, tal vez porque Monteagudo es más fiel que nunca a su método de “em­ pezar siempre con una situación cotidiana, realista, e introducir un elemento que rompa esa cotidiani­ dad”. Un realismo que se ve refor­ zado con una especie de introduc­ ción a cada uno de los “capítulos” del libro. Hay una tensión que nace de la angustia ante la impresión de que algo se nos escapa de las ma­ nos. Esto conduce a uno de los ras­ gos del libro, la ambigüedad, para acentuarse con una extrañeza que roza lo irreal y lo alucinante. En el prólogo, Lázaro Covadlo señala los rasgos que encontramos en cada uno de los libros de Monteagudo: el misterio, la luz, la oscuridad, el te­

rror, lo espeluznante, el “implaca­ ble sondeo de la zona más profunda de la psicología humana”; “la fic­ ción literaria que indaga en el enig­ ma de la existencia”. Pero lo que hace especialmente interesante a Crónicas del amacra­ na es cómo, más allá de esa podero­ sa unidad, hay una infinita variedad de registros provocada, precisa­ mente, por la variedad de situacio­ nes. De ahí que pueda hablarse si­ multáneamente de novela y rela­ tos. Aunque bien podría decirse que todo buen libro de cuentos, co­ mo todo buen libro de poemas, se construye en torno a una unidad. Aclaro que el lector puede prescin­ dir de estas elucubraciones, porque lo que de verdad importa es cómo de un hecho nimio puede surgir tal acumulación de tensión. Como en las lecturas más inocentes, nos sen­ timos identificados con los perso­ najes y sufrimos en la realidad lo que ellos sufren en la ficción. Es una escritura llena de riesgos, porque es fácil caer en la fórmula y por lo tanto en la reiteración, en una cierta mecánica. También el cambio de registro puede resultar forzado. Ocurre, sobre todo, en El don de la ubicuidad, relato tedioso en el que se trata de unir la ciencia ficción con lo cotidiano y grotesco. Por el contrario, encuentra su me­ jor expresión en El accidente o en F.FWD y, en cierto modo, en La na­ ve de cemento. En F.FWD vivimos en el interior de un sueño pesado, una pesadilla de la que desperta­ mos como una liberación. Si bien Monteagudo parece contradecirse cuando nos dice en La nave de ce­ mento “que una cosa que siempre me ha dado mucha rabia en las pelí­ culas, cuando no saben qué hacer con el argumento y lo acaban arre­ glando todo con que el final era un sueño”. Algo que es cierto pero que, como en F.FWD, deja de serlo, porque lo que cuenta es que, a pesar de que desde la primera línea se nos dice “caigo de un sueño pesado y oscuro del que me despierta Ol­ ga”, y vivimos la pesadilla como si se tratase de la vigilia. Porque una de las mejores virtudes de Crónicas del amacrana es que el escritor es un narrador puro, un creador de tramas, es decir, que necesita con­ tar, imaginar, para llevarnos a lo más profundo de la naturaleza hu­ mana. | David Monteagudo Crónicas del amacrana RAYO VERDE. 240 PÁGINAS. 18 EUROS


LIBROS

El mes de Joan de Sagarra

‘Dis, quand reviendras­tu?’ grin”. Nantes, terrible canción. La cantante nos cuenta que ha recibi­ do un mensaje: “Madame soyez au rendez­vous / Vint­cinq rue de la Grange­au­Loup / Faites bite, il y a peu d’espoir / Il a demandé à vous voir”. Barbara llega tarde a la cita, él, su padre, ya ha muerto. “Il voulait avant de mourir / Se rè­ chauffer à mon sourire / Mais il mourit à la nuit même / Sans un adieu, sans un ‘je t’aime’”. Barbara tenía que reencontrarse con su padre, el que había abandonado a la familia, el mismo que –de ahí lo terrible de la canción– la había violado una y otra vez cuando ella

y su padre? La respuesta, si la hay, tal vez haya que ir a buscarla en otro hit de la cantante, L’aigle noir, que descubrimos en 1970. El águi­ la negra es más que un tube: hoy en día es, según las últimas en­ cuestas, uno de los tres títulos más populares de la denominada can­ ción francesa. “Un beau jour / Ou peut­être une nuit / Près d’un lac, je m’etais endormie / Quand sou­ dain, semblant crever le ciel / En venant de nulle part, / Surgit un aigle noir”. ¿Quién es esa águila negra, esa águila cuyos ojos eran de color ru­ bí y en cuya frente de pájaro­mo­

Sus canciones escondían una historia real, la de un padre muerto que la había violado en su niñez

Una imagen de Barbara tomada el 17 de septiembre de 1965

es hoy un mito de la canción fran­ cesa. Cuando yo era un mucha­ cho, la canción francesa, mi can­ ción francesa, eran Trenet, el pa­ dre de todos, Brassens, Ferré y dos grandes intérpretes: Piaf y Montand. Luego vino Brel, el bel­ ga del plat pays… A Barbara la es­ cuché por primera vez en el Bobi­ no –ya no existe–, una boîte de Pa­ rís en la que la cantante ejercía de

REG LANCASTER/GETTY

brimiento de Barbara: la chica del Bobino que cantaba a Brel –Ne me quitte pas– me descubría su ros­ tro, su verdadero rostro. La can­ ción tenía una historia, real, una herida, como la tenía aquella otra canción de Barbara con que nos sorprendería dos años más tarde: Nantes. “Il pleut sur Nantes / Donne­moi la main / Le ciel de Nantes / Rend mon coeur cha­

era una chiquilla. Eso se supo una vez muerta la cantante, cuando se publicaron las memorias inacaba­ das de Barbara, pero cuando na­ ció, cuando se divulgó la canción, Nantes, más de uno nos pregunta­ mos qué diablos había tras esa lla­ mada –“Faites bite (…) Il a deman­ dé à vous voir”–. ¿Qué relación había entre la chiquilla violada, repetidas veces,

narca irisaba un gran diamante azul? ¿Esa águila que con el pico acaricia el rostro de la muchacha y en su mano desliza su cuello? ¿Quién es ese pájaro querido al que la muchacha le pide que se la lleve consigo, que sea su amigo, “como antes, en mis sueños de ni­ ña, para tomar, temblando, las es­ trellas, como antes, en mis sueños de niña, como antes, sobre una nube blanca”? Hubo muy diversas interpretaciones. Se habló de una metáfora del regreso del patriar­ cado en una sociedad en la que las mujeres empiezan a liberarse, se habló de la naturaleza que protes­ ta frente a la destrucción a manos de la civilización moderna, e in­ cluso se habló de la presencia de la extrema derecha francesa perso­ nificada por el águila nazi… Pero también hubo quien supo herma­ nar el águila con aquel padre muerto en Nantes, sin un adiós, sin un “te quiero”. Veinte años ya de la muerte de Barbara, curiosa mujer, gran pro­ fesional, autora de media docena de canciones (de las más de 200 que escribió) que han dejado hue­ lla. Barbara tan lejana y, a la vez, tan próxima, estrella, estrella fija, de aquella canción francesa que alegraba las tardes del joven Jai­ me Gil de Biedma, hoy práctica­ mente desaparecida. | JOAN DE SAGARRA

Cultura|s La Vanguardia

telonera de Brassens. Empezó cantando canciones de Brel –de hecho Barbara empezó a cantar como profesional en Bruselas– y de Brassens. Hasta que un buen día, el 8 de mayo de 1962, soltó lo que poco después se convertiría en un tube de la canción francesa: Dis, quand reviendras­tu? Un vals lento del que pronto se apodera­ ron figuras como Cora Vaucaire y Mouloudji: “Dis, quand revien­ dras­tu / Dis, au moins le sais­tu / Que tout le temps qui passe / Ne se ratrappe guère / Que tout le temps perdu / Ne se ratrappe plus”. Esa canción fue mi descu­

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“Barbara est morte”. Así rezaba la portada del diario Le Monde del 26 de noviembre de 1997. Murió la noche del lunes, 24 de noviembre, en un hospital de Neuilly­sur­Sei­ ne, el Pedralbes de París, a dos o tres manzanas de donde yo nací, un 8 de enero. Tenía 67 años. No se llamaba Barbara, Barbara era su nombre de guerra. Su ver­ dadero nombre era Monique, Monique Serf. Era judía, nieta de una rusa qui cuisinait la carpe far­ cie e hija de un padre que, tras abandonar la familia, murió en la miseria, en Nantes, en 1949. A los veinte años de su muerte, Barbara

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Una aproximación a la singular vida de Barbara (Monique Serf ), un mito de la canción francesa desaparecida hace dos décadas que comenzó interpretando temas de Brel y Brassens


ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 12

Arte|s

PARÍS

El Grand Palais reúne más de 230 obras del artista francés en todos los soportes, pintura, escultura en madera o cerámica, en una exposición única, con préstamos de museos de todo el mundo. Su trayectoria al completo

Gauguin, inmersión total ALMUDENA BLASCO VALLÉS

A finales del siglo XIX, se fue abriendo paso en Francia y en otros países la idea de que el arte forjado en los usos rituales de los pueblos que los antropólogos llamaban pri­ mitivosteníaunvalorestético.Apo­ llinaire pidió desde las páginas del Journal du Soir que se respetara la dignidad de ese arte y que se les abrieran las puertas del Louvre; otros se inspiraron en el primitivis­ mo: Rimbaud para la poesía; Ste­ venson para los cuentos, Lafcadio Hearn para el ensayo. Se trataba de demostrar que ese arte era reflejo de una visión del mundo, lo que dio lugar a un acalorado debate entre los diferentes ismos que se intere­ saron por él: postimpresionismo, puntillismo, simbolismo, fauvismo, incluso cubismo, cada uno a su manera, se prestaron a demostrar la riqueza de las otras culturas del mundo. Hoy podemos seguir de cerca ese ambiente cultural en el Grand Pa­ lais, de la sabia mano de Ophélie Ferlier­Bouat y Claire Bernardi, responsables de la exposición Gau­ guin, el alquimista: un recorrido en seis secciones donde se exponen más de 230 obras del artista (54 pin­ turas, 29 cerámicas, 35 esculturas y objetos, 14 bloques de madera, 67 grabados y 34 dibujos) Este ingente material ayuda comprender la sin­ gularidad del hombre y la originali­ dad del artista. Lo primero a destacar es la emo­ ciónquesuscitaenelvisitanteelhe­ cho de que vivre en sauvage permite

ver el arte como una serie de mira­ das cruzadas, convirtiendo los pai­ sajes rurales en espacios privile­ giados donde se sitúan los interro­ gantes de la vida como podemos apreciar en la serie dedicada a Bre­ taña, como la excepcional La bergè­ rebretonne,de1886.Magiayvértigo unidos para asumir la autonomía del color y de la línea, en lo que los responsables de la exposición han calificado como “les grands ate­ liers”. Ciertamente, las claves for­ mativas de Gauguin se realizan en supropiotaller,transformandoaun hombre que trabajaba como agente en la Bolsa de París, y pintaba por

La pasión por el cromatismo encendió en Gauguin el espíritu de ‘recherche, de indagación artística afición los domingos, en un pintor comprometido con los grandes ar­ tistas de su tiempo, primero cerca de los Nabis, luego, por su propia cuenta, pero siempre reinterpre­ tando la pintura impresionista de suspredecesores,Degasy,especial­ mente Pissarro. Un rasgo de carác­ ter que le gusta compartir porque en torno a él se crea un círculo artís­ tico, el círculo de Gauguin, donde era habitual y casi cotidiano debatir sobre las vanguardias artísticas. La pasión por el cromatismo en­ cendió en Gauguin el espíritu de re­ cherche, que convirtió sus obras >

JARRA CON LEDA Y EL CISNE. INVIERNO DE 1887­1888. GRES PARCIALMEN­ TE VIDRIADO En 1886 Gauguin entra en contacto con Ernest Chaplet, gracias a quien comprende que el ceramista y el artista van unidos. Antes ya lo había percibido en las piezas de cera de su amigo Degas. Se trataba de situar al ‘objeto’ en el lugar que le correspon­ día, de redefinir los términos del arte, en las ‘esculturas cerámicas’, mez­ clando la tradición, las investigaciones, y los nuevos sopor­ tes. Aquí recreando una mitología sagrada, como es Leda y el Cisne.

COLECCIÓN PARTICULAR

TEHURA (CABEZA DE TAHITIANA), C. 1892. MADERA PARCIALMENTE POLICROMADA Y DORADA Delicado retrato de Teha’amana, o Tehura, como aparece citada en ‘Noa, Noa’, la joven polinesia con la que Gauguin compartió gran parte de su vida y que sirvió de modelo a muchas de sus obras.

MUSÉE D’ORSAY


ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 13

ART INSTITUTE OF CHICAGO

Cultura|s La Vanguardia

MAHANA NO ATUA (EL DÍA DE DIOS), 1894. ÓLEO A su regreso a París en 1893, Gauguin estuvo promovien­ do su trabajo y escribiendo e ilustrando ‘Noa, Noa’. Este paisaje tahitiano, colorista, brillante, con algunas mujeres que, a la manera de Eva, adoran a un ídolo, está íntima­ mente vinculado a su proyecto lite­ rario.

LA RONDE DES PETITES BRETONES, 1888. ÓLEO En un paisaje típicamente bretón, Gauguin abandona toda veleidad descriptiva, preten­ de ir hacia un arte más personal que le eleva al rango de demiurgo, sin querer copiar de la Naturaleza, porque el arte es una abstracción, es “la única forma de dirigirse hacia Dios”. NATIONAL GALLERY, WASHINGTON

PARAHI TE MARAE (AQUÍ RESIDE EL TEMPLO), 1892. ÓLEO Sin duda uno de los cuadros más importantes y misteriosos de Gauguin. El título sugería que “en el pensamiento de los maoríes, el templo es, en sí mismo, un hombre, un huma­ no, que se confun­ de con el Dios”.

PHILADELPHIA MUSEUM OF ART


ARTES Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 14

> en un laboratorio de las formas

artísticas,capazdesituarlodiferen­ te en relación con lo universal, de recorrer el camino que va del sujeto al símbolo, mostrando el sentido del arte en las expresiones de los perso­ najes, desde unas niñas jugando al coro en el bellísimo La ronde des pe­ titesbretonnes,de1888,hastaelsen­ sual desnudo conocido como Dans lesvaguesde1889,queculminaráen la serie de Ondine. Lo que vemos en las primeras salas es un conjunto de imágenes bien perfiladas que pare­ cen planas porque están pintadas con finura y regularidad, como si Gauguin aceptase ser un explora­ dor de materias y técnicas composi­ tivas en busca de una síntesis com­ pleta, una actitud que le acerca al objetivo wagneriano de la obra de arte total. Tras dejar a un lado la cabeza­ja­ rra, conocida como Vase avec Leda et les cignes, la exposición nos su­ merge en el imaginario de los Tris­ tes trópicos, convertidos en un jar­ dín del Edén, que permite conside­

Una de las joyas de la exposición es su diario manuscrito, ‘Noa Noa’, raramente mostrado al público rar esta etapa de la vida de Gauguin como un consciente viaje de inicia­ ción, como prueba su diario manus­ crito, Noa Noa, cargado de pensa­ mientos, esbozos y experiencias, una de las joyas de la exposición. El encuentro con la tradición maorí se percibe intensamente en Ahaloe feii? (Eh quoi, Tu est jalouse?), abriendosudisposiciónparadescu­ brir el fondo del alma humana en una Eva exótica que tímidamente alarga su mano sobre el fruto prohi­ bido en Te nave nave fuena (Terre délicieuse). La imagen de esa mujer se convierte en motivo de sus infini­ taspesquisassobrelaculturasauva­ ge que encuentra en Tahití y cuya verdad incumbe a la pintura, evoca­ da aquí como“la Arcadia tahitiana”.

Opinión

La exposición es una clase con­ densada de educación sentimental sobre el arte de Gauguin, tan admi­ radocomocriticado,porqueenseña la suprema virtud de la descripción enelretratodeunamujerquesemi­ ra en el espejo, y explica, con la ma­ yor naturalidad, el recurso a los amarillos de cromo como telón de fondo de su excepcional Parai le Marae (Là reside le temple): amari­ llosqueleacercanasucontemporá­ neo, y amigo, Van Gogh, en la inten­ ción de que ese cromatismo permi­ ta curar la melancolía, tan habitual en su tiempo. Paraísos artificiales, uso del escapismo, evasión, embria­ guez por los colores químicos. Gau­ guin en estado puro. ¡Porfinunaexposiciónconlaque se puede comprender al hombre Paul para entender al artista Gau­ guin! Pero, en mitad de ese diálogo, mientras atravesamos el secreto vínculo entre pintura e ilusión de realidad, presente en Te Rerioa (Le rêve), acertamos a entender por qué el color se utiliza para obtener efec­ tos de contraste o de brillo: que un rostro sea naranja o verde dice mu­ cho del desafío que nos propone Gauguin, aquí no hay nada literal, sondesviacionesdelorealprovoca­ dasporunanheloquesurgedelfon­ do misterioso del ser humano. En este punto se comprende la evolución del último Gauguin, y el interés de nuevo por una recherche, sobre el espacio privado, íntimo, sobre el valor espiritual de las artes decorativas en paralelo a la explo­ ración sensual de la naturaleza co­ mo se percibe en la Invocation de 1903. Pero antes de abandonar el Grand Palais, el visitante tiene la gran oportunidad de entrar en con­ tacto con la evocación que se nos propone de la Maison de Jouir, las puertas de acceso a la Casa de la Fe­ licidad,enlasIslasMarquesas,don­ de Gauguin pasó los últimos mo­ mentos de vida. |

Arte infantil

Los dibujos dan salida a la imaginación infantil (Max, seis años)

Gauguin, el alquimista COMISARIOS:OPHÉLIEFERLIER­BOUATYCLAIREBERNAR­ DI. GRAND PALAIS. PARÍS.WWW.GRANDPALAIS.FR. HAS­ TA EL 22 DE ENERO

SED MISTERIOSAS, 1890. MADERA DE TILO PARCIALMENTE POLICROMADA. Relieve de una mujer tahitiana de espaldas, realizado antes de que Gauguin realizara su viaje a Oceanía.

MUSÉE D’ORSAY

Para el adulto asomarse al mundo infantil es un acontecimiento. Es encontrarse con un mapa aún sin elaborar. Intacto. En la mirada infan­ til, en su esclerótica blanca y perlada, está inmaculada toda la capacidad para el asombro. La curiosidad total. Los colores, los sonidos, las palabras. Toda la magia del entorno. Los dibu­ jos de los críos nos sacuden por su emoción estética y sorpresiva. Por la originalidad tan instintiva y remota. Tan impensada. A partir del segundo año el niño ya es capaz de ir dando forma a los garabatos iniciales. Rayo­ tes que a medida que se van definien­ do inician una plataforma comunica­ tiva. Una manera de comenzar a relacionarse con el mundo. A los tres años ya empiezan a detallar cosas, figuras y objetos. Quizá sea una manera inconsciente de apoderarse de lo que les interesa. De memorizar plásticamente lo visto. Casi un benig­ no ritual de iniciación. Individuos de una misma franja de edad muestran una gran diversidad de preferencias. Dibujar y pintar –y ensuciarse– es algo innato. Y una mayor inclinación natural para el dibujo y la pintura es un buen indicador de la capacidad de aprendizaje general. Según la peda­ goga Maria Montessori, creadora del fundamental sistema que lleva su nombre, es necesario para que el niño y la niña desarrollen sus faculta­ des que tengan a mano los objetos mínimos para estimular su curiosi­ dad e imaginación, lápices, tizas, pinturas… Y libertad. La expresión plástica de los niños es inabarcable, y de una absoluta despreocupación formal, desproporciones, colores estridentes, representación de figu­ ras humanas, de animales, signos que sustituyen a letras y palabras. A partir de los 7 u 8 años el dibujo

infantil pierde interés estético, se envara, pierde espontaneidad y se vuelve realista. Deja la prehistoria para pasar a la civilización. No cuen­ ta historias, intenta representar lo que ve. Georges­Henri Cuquet en Le dessin enfantin (1927) no entiende que el niño dibuje algo que no repre­ sente nada, defiende que toda ima­ gen infantil tiene pretensiones rea­ listas. La mayoría de investigadores no comparten la idea. ¿Podemos hablar de arte infantil? Solo de algún modo: para la expre­ sión artística es fundamental la intención. Para crear arte es impres­ cindible la voluntad de querer hacer­ lo. La creación precisa del estado de conciencia del adulto y de múltiples aspectos más: factores emocionales, intelectuales, de memoria personal. De experimentación, de productivi­ dad. De influencias de la crítica y el mercado. Y de tiempo. Los artistas contemporáneos, cuando abando­ nan la figuración, empiezan a fijarse en los dibujos infantiles como fuente de inspiración al margen de los límites de la cultura oficial. Dubuffet creó el art brut en 1945 fijándose en los trabajos de unos pacientes de hospitales psiquiátricos. Chagall interpretaba las figuraciones ances­ trales de su Bielorrusia natal. Y Klee llegó a un esquematismo muy perso­ nal a partir de estudiar dibujos de niños. Pero dejemos las cosas en su sitio: el arte infantil es muy atractivo y a veces turbador pero, aunque grandes artistas se hayan inspirado en él, ninguno ha pintado como un niño. Por mucho que se use la frase de que en todo artista habita un niño, la ingenuidad se pierde pronto y no vuelve. Quizá quien más se acercó fue Basquiat (1960­1988). No tuvo tiempo de llegar a adulto. JOAN­PERE VILADECANS


Para conmemorar el quinto centena­ riodeliniciodelaReformaprotestan­ te, el Museu d’Història de Barcelona no podía proponernos una exposi­ ción más adecuada que Imágenes pa­ ra creer. Católicos y protestantes en Europa y Barcelona en los siglos XVI­ XVIII, que se puede ver en el Saló del Tinell. Una propuesta que nos acerca al encarnizado debate que se produjo en Europa en una época de grandes transformaciones sociales y cultura­ les, a través de 156 piezas, esculturas, pinturas y grabados, algunos excep­ cionales, de Durero, Rembrandt, Ri­ bera o Goya, que se complementan con unos textos breves y didácticos, y que también se adentra en la inciden­ cia que tuvo esta polémica en Bar­ celona, donde la Inquisición se hizo

fuerteypersiguióhastaextirparcual­ quier brote luterano o erasmista. Pero es a partir de la guerra de las imágenes que se produjo con la Re­ forma y la Contrarreforma o reforma católicaquenossituamosenelemba­ te de aquella época y podemos enten­ der los idearios doctrinales de un bandoydelotro:lainterpretaciónso­ bre la Biblia, sus traducciones a las lenguas vernáculas, las tesis lutera­ nas, la denuncia de la venta de las in­ dulgencias, las buenas obras, el valor delagracia,elcultoalasimágenesola hegemonía del papado, entre otros. Y es que fue gracias a los recursos gráficos(xilográficosycalcográficos) y al invento de la imprenta, que im­ pulsó la difusión de los documentos gráficos, que Europa se inundó de bandos, manifiestos, panfletos, octa­

M. Gerung: ‘Sátira del clericato católico’, c. 1530

La austeridad de las formas luteranas de culto contrasta con el barroquismo del mundo católico villas precedentes de los mass media. De hecho, fue una revolución tecno­ lógicaquetambiénpropiciólaalfabe­ tización de Europa y la difusión de la Biblia, base de una catequesis intensa enlaquelasimágenestuvieronunpa­ pel protagonista, porque como los documentos gráficos que se exponen

Imágenes para creer. Católicos y protestantes en Europa y Barcelona en los siglos XVI­XVIII MUHBA..BARCELONA.HTTP://AJUNTAMENT.BARCELO­ NA.CAT/MUSEUHISTORIA. HASTA EL 14 DE ENERO

ARTES Sábado, 25 noviembre 2017

DANIEL GIRALT­MIRACLE

Cultura|s La Vanguardia

Iconografías divergentes

evidencian se convirtieron en autén­ ticos artefactos de propaganda para defender o atacar sus líderes (Lutero y los otros reformistas o el Papa) y las creenciasqueestosreivindicabanco­ mo verdaderas. Aun así, más allá de las aportacio­ nes doctrinales y de las precisiones históricas, esta es una exposición ri­ quísimaeniconografíadecalidadque nos hace constatar dos cosas. La pri­ mera es una nueva diferencia entre las dos confesiones: la austeridad de las formas luteranas de culto y el exu­ berante barroquismo del mundo ca­ tólico.Lasegundaesimportanciaque tuvo la imagen en la configuración de la Europa moderna. Aún más porque la propaganda que se puso en la edad media al servicio de esta lucha es un antecedente del criticismo gráfico de Daumier, del expresionismo alemán, deGoyaoinclusodeloscaricaturistas de los siglos XIX y XX. Tenemos, pues, una oportunidad única para disfrutardeunasimágenesydeunre­ lato que nunca hasta ahora habíamos visto en nuestro país tratado con esta calidad y la objetividad como lo hace esta exposición que tenemos que agradecer al equipo de comisarios y a la colección Gelonch Viladegut. |

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Recorrido El Museo de Historia de Barcelona muestra la guerra de imágenes que se produjo con la Reforma y la Contrarreforma


PANTALLAS 16

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Pantalla|s

Archivos de la memoria HILARIO J. RODRÍGUEZ

Basta con seguir a Philip Marlowe (Humphrey Bogart) unos cuantos minutos en El sueño eterno (The big sleep, 1948, Howard Hawks) para notar una mutación en la imagen de una librería. Después de consultar un par de datos sobre primeras edi­ ciones en la biblioteca municipal de Los Ángeles, entra en Geiger Rare Books y pregunta por la tercera edi­ ción de Ben Hur, de 1860, y por la primera de Chevalier Audubon, de 1840. Sabe que los datos de las edi­ ciones son incorrectos pero quiere poner a prueba a la librera, que lo corrige y no tarda en advertir que él sólo está fisgoneando. Al salir, Mar­

lowe cruza la calle y entra en otra li­ brería, Acme Book Store, donde la librera no parece saber mucho so­ bre ediciones raras pero demuestra unas extraordinarias dotes de ob­ servación, propias de una devora­ dora de novela policíaca que sabe atrapar a quien le apetece. De un lu­ gar siniestro, posiblemente el esce­ nario de un crimen, hemos ido a un espacio seductor, una parada para que una historia se tome un respiro; de una librería que se oculta hemos pasado a una librería que se insi­ núa, de un libro cerrado pasamos a un libro abierto. Todo este cambio, que en la ficción cinematográfica es casi un parpadeo, un plano/contra­

Un fotograma de ‘La librería’, la nueva película de Isabel Coixet protagonizada por la actriz Emily Mortimer

plano entre puntos muy cercanos en el espacio y sin embargo muy alejadosensupercepcióndela ven­ ta de libros, expone hasta qué pun­ to los libreros y los lectores, pese a sus diferentes máscaras y fun­ ciones en una historia, están rela­ cionados por deseos complemen­ tarios, por su papel de cómplices en la búsqueda de la verdad o del placer. Las librerías no adquirieron un papel relevante en el cine hasta la nouvelle vague, gracias a películas que dejaron de alimentarse sólo de literatura y que la convirtieron en un elemento más dentro de la com­ pleja red de la que se nutrían direc­ tores como François Truffaut o Jean­Luc Godard. Ya no eran clo­ naciones o variaciones de las bi­ bliotecas, imágenes fósiles y arqui­ tectónicas, sino organismos vivos en los que los libros se mezclaban con revistas, periódicos y cómics, las bandas sonoras alternaban a Bach con canciones de rock & roll, y los colores del pop sustituían a las gamas cromáticas clásicas. La má­ quina del tiempo que antes llevaba a los lectores al pasado se convirtió entonces en un cohete espacial que los trasladaba al futuro, a un apren­ dizaje sobre la marcha para definir un cine que se estaba buscando a la vez que se escribía a sí mismo, co­ mo quien intenta desvelar un mis­ teriosinqueestesehayamanifesta­ dotodavía,enunaespeciedederiva que siempre conduce a alguna par­ te. Eso eran el cine y las librerías de la época, donde los intereses biblió­ filos fueron sustituidos por intere­ ses consumistas, con hambre de ac­ tualidad pero también con hambre de definir un nuevo paradigma con respecto a la información, que esta­ ba dejando de traducir el mundo a nuestro lenguaje y comenzaba a convertirse en una fuerza transfor­ madora.Loslectoreshabíandejado de ser detectives, para ser algo más que simples personajes: se habían vuelto cuerpos en una mutación constante,alteradosportodoloque sucedía en los cinco continentes. Un cambio de escenario así, tan radical, había dejado atrás los esta­ dios intermedios, las librerías que abastecían a sus clientes por co­ rreo, enviándoles puntualmente novedades ajustadas a sus gustos según el criterio de los libreros o aquellas donde los escaparates de­ safiaban la moral de la época con li­ bros prohibidos y escandalosos. Bajo este último parámetro se mue­ ve, no obstante, La librería (The bookshop, 2017, Isabel Coixet), con el tono enfático de un manifiesto, más a favor de las mujeres empren­ dedoras que de los libros. Sus imá­ genes imponen un discurso didác­


84, CHARING CROSS ROAD Se trata de una versión cinematográfica correcta (David Hugh Jones, 1987) de un libro encantador (de Helene Hanff). Las imágenes se entrometen allí donde la literatura crea elipsis, sólo para con­ vertir un escenario fantasmagórico –casi un teatro de la memoria– en un paisaje y para dar forma a una historia a partir de su esbozo. Pero en eso consiste mayormente el cine británico: en disci­ plinar las narrativas modernas. Si la novela presenta una librería como una red de conexiones muy parecida a inter­ net, la película se conforma con presen­ tar una tumba narrativa.

ANTES DEL ATARDECER

Isabel Coixet evidencia el carácter asfixiante de las pequeñas comunidades, demasiado alejadas de la realidad para aceptar sus retos

Shakespeare & Company no es un lugar sino más bien una máquina del tiempo para los protagonistas de Antes del atardecer (Richard Linkla­ ter, 2004). Se conocieron diez años atrás, dejaron pasar la oportunidad de reunirse de nuevo y ahora una librería célebre, donde se publicó el futuro de la literatura (Joyce & Co.), va a concederles una segunda opor­ tunidad. No es un paisaje, tampoco un lugar de paso, es más bien un punto de arranque para que a partir de él los protagonistas salgan dispa­ rados hacia las calles de París, como astronautas que buscan su pasado y sin darse cuenta escriben su futuro.

LA INVENCIÓN DE HUGO Esta es una película (Martin Scorsese, 2011) hiperactiva, como lo fue en vida Georges Méliès. Sus fastuosos paseos por librerías y bibliotecas, creando arabescos visuales, son parte del mis­ mo canto a la imaginación que preten­ de ofrecer la cámara, más allá de todo drama y de toda tragedia, más allá del cine infantil y de adultos. Los libros se transforman en piezas del mismo puzle, de esa zona intermedia donde –como diría Leonardo– todo lo que hemos visto ya no está y lo que vere­ mos no existe todavía. Y las librerías no son librerías, son prototipos de cohetes espaciales.

capaz de estimular nuestra creati­ vidad, puede atrofiar nuestros músculos. De ese modo lo sintió Josh Spencer en la vida real cuando decidió ampliar su lucrativo nego­ cio de venta de libros online con una librería física en Los Ángeles, The Last Bookstore, al tiempo que grandes cadenas como Borders ce­ rraban en todo Estados Unidos. In­ tentaba mantener la realidad en su sitio, oponiendo resistencia ante la nueva lógica del consumo digital. Al mismo tiempo quería convertir aquel espacio en un laboratorio for­ mal donde diferentes artistas inter­ viniesen con esculturas y obras ar­ quitectónicas hechas con libros. Y, quizás sin saberlo o tan siquiera ha­ berlo intuido, también estaba abriendo las puertas a un plató ci­ nematográfico donde ya se filma­ ron partes de Perdida (Gone girl, 2014, David Fincher) y un episodio de la segunda temporada de la serie Castle, además del documental que cuentalahistoriadesulibrería(que se puede ver gratuitamente si­ guiendo este enlace: https://vi­ meo.com/139828664). |

PANTALLAS Sábado, 25 noviembre 2017

Ante las bibliotecas, donde los libros parecen sufrir una lección de anatomía de carácter irreversible (tras su clasificación y su ubicación), las librerías suelen funcionar como organismos vivos. El único director que sorteó ese abismo fue Alain Resnais, que en el filme Toda la memoria del mundo (Toute la mémoire du monde, 1956) convirtió la Biblioteca Nacional de París en un lugar incitante donde las imágenes mostraban un archivo de la memoria en tiempo presente, el de los quioscos y las librerías, con sangre fluyendo constantemente y libros que aún son enigmas porque nadie sabe qué lugar ocupa­ rán en el futuro.

tico allí donde deberían buscar for­ mas idealistas que fueran lo bastante elocuentes por sí solas, transformando la historia de un es­ pacio cada vez menos central y más periférico socialmente, en una lu­ cha entre el individuo y la comuni­ dad. La librería del título se presen­ ta en términos nostálgicos, como un envoltorio y no como una com­ pleja red de negociaciones; como una fotografía de época trucada y no como cine moderno, donde cada imagen es transformada por la si­ guiente, en una mutación constan­ te e imprevisible. Si en general el cine –salvo en la década de los sesenta– se ha intro­ ducido en las librerías con la mira­ da de quien se introduce en algo así como un museo, en busca de pistas o belleza, ahora debe luchar contra la propuesta desmaterialización de los libros (cuyo cuerpo físico lucha contra su abaratamiento digital) y proponer espacios que instiguen los encuentros sociales (más allá de Facebook o Twitter) para seguir contando historias y creando for­ mas sin apelar únicamente a la tec­ nología, porque, aunque esta sea

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Museos de la palabra, palabras en movimiento

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Los libros son objetos de deseo y las librerías han acabado convirtiéndose en lugares de peregrinaje y veneración, como museos donde todavía hoy pudiésemos encontrar respuestas o alivio ante un mundo con forma de enigma. Pero la lectura, los libros y las librerías ¿admiten cualquier tipo de imagen que los represente?


en contra”, apunta y expone la com­ plejidad de encarnar a Tristán y a Isolda: “Sus sentimientos son cam­ biantes,estánencontinuatransición y eso hace que el trabajo sea mucho máscomplejoquesilossuyosfueran unos sentimientos más planos, más básicos, menos llenos de matices”. “No es cierto que me agrade más trabajar en óperas con grandes mo­ vimientos escénicos. Me gusta tra­ bajar con el coro, pero también me seduce mucho la posibilidad de construirpersonajesconloscantan­

A mediados del siglo XII, se pone por escrito una leyenda irlandesa que hablaba del amor entre Tris­ tán e Isolda, la esposa de su tío el rey Marc de Cornualles: “Te he amado porque tu eras su sobrino, y porque hacías más por su gloria que todos los demás”, apostilla el poeta anglonormando Thomas poniendo en boca de la mujer la confesión clave de esta trágica historia de amor y muerte que ha dominado durante siglos el ima­ ginario europeo. Pero en aquel tiempo de caba­ lleros y princesas lo que los textos llamaban amor era sencillamente la respuesta de las mujeres al impetuoso deseo de los jóvenes que las acosaban con requiebros y zalamerías. En una novela que se dice cortés, la de Béroul, escrita hacia 1180, se introduce un filtro de amor para doblegar la volun­ tad de la mujer creando a partir de ese detalle una trama sobre relaciones de convivencia social. Con Béroul, y sin duda con su seguidor alemán Eilhar de Or­ berg, Isolda aparece dominada por el deseo; por eso huye de casa y entra en el bosque, lugar de iniciación, donde une su cuerpo al del amante. Así se difunden los gestos y palabras que forjan este bello conte, escribe María de Francia en su lai La madreselva, “sobre el amor tan tierno que se profesaron Tristán y la reina, y por el que tanto sufrieron hasta morir, al fin, un mismo día”. Lo que se decía de ellos, y se transmitió de generación en generación acerca de su apasio­ nada relación, alcanza en esos años el poder del story telling, el arte de la narración, capaz de incorporar el ritual del juego del amor, invirtiendo la jerarquía de los sexos. Isolda controla los tiempos de la seducción, organi­ zando los actos de lo que Gott­ fried von Strasburg llamó hohe Minne, amor cortés, al adaptar la leyenda al gusto de la sociedad caballeresca alemana promovida por los círculos del emperador Federico Barbarroja y su hijo Enrique VI. Su texto es la versión más celebrada e influente de la leyenda, por ser una glorificación entusiasta del adulterio y la des­ lealtad, sostenida por equívocos como el creado por Brangene al suministrar a la pareja el filtro de amor que estaba reservado para la noche de bodas de Isolda y el rey.

Durante la travesía, en el casti­ llo de popa, tantas veces recreado por la pintura decimonónica, se lleva a cabo el juramento: ambos serán “un solo corazón, fidelidad, cuerpo y vida”. Aquí Gottfried deja el relato sin terminar con la conciencia de haber demolido todos los ideales de la caballería al servicio de una pasión inasible, tórrida, fraguada por una droga. Pero su texto fue un referente de la literatura europea desde que Dante, que tuvo acceso a él por el Tristano Riccardiano, sitúa a la pareja en el Infierno en el canto 11 de la Divina Comedia; lo que llevó a Baltasar de Castiglione en su Cortesano a indagar en el sentido de la sprezzatura de Tristán, en el modo de simular ante su tío las relaciones que mantenía con

Isolda. Y por esos caminos la leyenda llega al siglo XIX, conver­ tida en el ejemplo más acabado del amor romántico en los poe­ mas de Alfred Tennyson, la pintu­ ra de Burnes­John o la ópera de Wagner. Al final el poder del relato hace que todos coincidan en que no hay otra solución, como se dice en el célebre segundo acto, que esta historia sólo puede terminar in Lieb’umfangen, abra­ zados en el amor. Eso es quizás lo que llevó a Alice Leighton Cleat­ her, miembro relevante de la sociedad teosófica, a analizar los motivos por los que Wagner se alejó de los viejos relatos que procedían de la edad media para articular una historia de “un amor que sólo es accesible por las puer­ tas de la muerte”.

En las imágenes, diversos aspectos de la espectacular escenografía ideada para este ‘Tristan und Isolde’ presidida por una gigantesca semiesfera FOTOS STOFLETH

porque “está dotado de mayor tea­ tralidad”. Si en Tristan und Isolde, Àlex Ollé se tuvo que amoldar a lo escrito por Wagner, ha construido a medida unodelosproyectosqueleaguardan en su agenda: un Frankenstein que estrenaráaprincipiosdel2019enLa MonnaiedeBruselas.Laadaptación de la novela de Mary Shelley fue una propuestadelpropioOlléaldirector de La Monnaie y juntos encargaron la partitura y el libreto. “En esta, el coro siempre está presente”, admite Ollé, a quien también le aguardan otros nuevos retos: La historia de un soldado, compuesta por Stravinsky en1917,yMefistófeles,deArrigoBoi­ to, discípulo de Wagner. | Richard Wagner Tristan und Isolde LICEU. DEL 28 DE NOVIEMBRE AL 15 DE DICIEMBRE

Sábado, 25 noviembre 2017

ESCENARIOS

Ollé ha tratado de ser fiel al compositor: un viaje interno, de emociones, repleto de matices

JOSÉ ENRIQUE RUIZ­DOMÈNEC

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Una semiesfera de grandes dimensiones, que puede ser luna, castillo o refugio, preside el escenario

tes”, apunta el director, que hace ya másdedosdécadasquesededicaala ópera (sus inicios están en 1996 con la Atlàntida, de Manuel de Falla, a la quesigueunañodespuésElmartirio de san Sebastián de Claude Debussy; y,en1999, LadamnationdeFaust,de Hector Berlioz) pero que creció en los escenarios como uno de los di­ rectores de La Fura dels Baus, una rompedora y vanguardista compa­ ñía teatral caracterizada por sus puestas en escena monumentales que nació en 1979. Este Tristan und Isolde fue su pri­ mer Wagner (hace tres años regresó al alemán con un Holandés errante ambientado en Bangladesh), pero Ollé dice sentirse mucho más cómo­ do en los títulos operísticos contem­ poráneos, los del siglo XX, “porque hablan de temas que nos son más próximos, en los que podemos sen­ tirnosmásreconocidos”.Noobstan­ te, si tiene que escoger entre Verdi y Puccini se queda con este último

Relatos de amor y de muerte

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peromuypobreenacciónescénica”, aclara Ollé sobre el que ha sido su gran reto para trasladar al escenario una ópera de pocos caracteres. “He­ mos tenido que apostar por una puesta en escena contenida, pero con una escenografía espectacular”, razonaeldirectorenreferenciaaese semiesfera de cemento que preside el escenario y que enmarca la inter­ pretación –también muy difícil vo­ calmente– de unos personajes que “hay que trabajar a partir de la inte­ riorización, de los detalles y los ges­ tos”.AdmiteOlléqueenesteTristan und Isolde ha tratado de ser fiel a lo que Wagner pedía: “La acción no le hubiera ido a favor sino al contrario,


MIRADAS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 20

Mirada|s IGNASI DOMÈNECH

Ignasi Domènech (1874­1956) es un clásico de la cocina catalana y española. Sus libros se siguen publicando noventa años después de las primeras ediciones y siguen proporcionando a los amantes de la buena mesa recetas sencillas, nutritivas, sabrosas y elegantes. Además de un gran cocinero, fue un notable escritor, autor de un libro fundamental de recuerdos culinarios de la Guerra Civil

Seducciones de un gastrónomo JULIÀ GUILLAMON

Fotografía: Cristina Reche. Idea y estilismo: Rosa Mundet y Georgina Miret

Los libros y recetas de Ignasi Domè­ nech forman parte de mi vida de tal manera que he tenido que hacer un esfuerzo para recordar cómo lo des­ cubrí.Loexplicaréporquemeparece muy significativo. A finales de los ochenta me había montado un piso y me instalaba a vivir solo. Una amiga me regaló la edición de La teca que corría por las librerías en aquel mo­ mento, publicada por Edicions Març 80. Tenía una cubierta azul celeste con una señora que se parecía un po­ co a Sophia Loren, que llevaba en las manos una fuente con un pollo con verduritas.Ahorasediríaqueerauna cubierta vintage, del tiempo de nues­ trasmadres(lapuedenverenelbode­ gón de libros de la doble página si­ guiente). Me lo tomé como uno de esos regalos inútiles que se hacen a veces, como si la gracia fuera esa cu­ bierta y mi amiga me estuviera di­ ciendo: “Venga, despabila, que ahora no tienes a tu mamá para que te haga comiditas”. La teca ya estaba en casa, y poco a poco empezó el enamora­ miento que aún me dura. La primera seducción tiene que verconesoqueahorasellamalacoci­ nadelamemoria.Latecareúnetodos los grandes platos de la cocina catala­ na que algunos afortunados hemos visto cocinar a nuestras abuelas. Con una diversidad embriagadora. Los canelones, los macarrones, el romes­ co,losasados,losrellenos,elfricandó, la salsa española, el allioli, el arroz de bacalao, el xató, la zarzuela. A todos estos platos característicos, Domè­ nechlesdauntoquesofisticado.Seha dicho muchas veces que la gracia de Latecaeshabercombinadolosplatos detodalavida,decasaydefonda,con la alta cocina internacional. El tío, Ig­ nasi Puigcercós, tenía una fonda. Ig­ nasi Domènech, que era de espíritu aventurero, fue cambiando de una fonda a otra, primero en Barcelona,

Homenaje El próximo martes 28 de noviembre, la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició rendirá su homena­ je anual al gastrónomo Ignasi Domènech con motivo del 60.º aniversario de su muerte y en reconocimiento a su influencia y reivindicación de la cocina casolana y catalana. El acto consistirá en una cena gastronómica, en el hotel Majestic, elaborada por el chef Nandu Jubany con una selección de los platos más emblemáticos de Ignasi Domènech (www.acgn.cat).

Muchas ideas, muchos platos, muchas recetas, muchos detalles de cómo se debe cocinar: ¡mucho de todo!

más tarde en Puigcerdà, lugar de asueto de las familias pudientes, de allí a Madrid y Burgos, después a París y a Londres, donde cocinó a las órdenes de Auguste Escoffier, el pa­ dre de la cocina moderna, en el hotel Savoy. Domènech nació en 1874. Cuando cambióelsigloteníaveinticincoaños. La teca se publicó por vez primera en 1924. Los jóvenes de los noventa que lo utilizábamos para preparar àpats senzills o d’etiqueta, como dice con muchagraciaelsubtítulodellibro,no teníamos ni idea de aquel mundo de laaltacocina,queeraunvestigiodela belle époque. Las fondas que había­ mos conocido en los años sesenta, cuando íbamos de aquí para allá con nuestros padres en coche buscando sitios para comer, no eran aquellas fondas historiadas de principios del siglo XX. La guerra arrancó muchas cosas. Leyendo La teca te sumergías en un mundo fabuloso, en el que la coci­ na de toda la vida se multiplicaba en un juego de infinitas combinaciones. Muchas de las recetas tenían nombre y apellidos. Ya se sabe: los políticos y los artistas andan siempre estresados y necesitan sopitas reconfortantes. Domènech da la receta de un conso­ mé Cambó, un consomé Apel∙les Mestres,unconsoméComtedeGüell y (¡ay, esas vedettes trasnochadoras!) un consomé Margarida Xirgu, con arroz blanco, azafrán y queso. Siem­ pre me ha hecho gracia la arrancada delarecetadelarrozdebacalaodeca­ sa nostra o Marconi: “Essent el cèle­ bre inventor Marconi un dels que méshacontribuïtalesdescobertesde la radiofonia, anem ara a dedicar­li aquestasuculentarecepta,queenson ambientotemadecomposiciódecui­ na és mig italiana i mig de cuina cata­ lana: després de tot la cuina del país de Verdi té molta semblança amb la nostra. Passem, si els sembla, a la >


MIRADAS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 21 AGRADECIMIENTO: WUNDERKAMMER BARCELONA, FRANCISCO GINER,8­10 BARCELONA. INSTAGRAM:WUNDERKAMMER BARCELONA.


MIRADAS Sábado, 25 noviembre 2017 Cultura|s La Vanguardia 22

> cuina per preparar el nostre arrós, fent­ho sempre mitja hora abans de què s’hagi de servir a taula”. Era un poco alucinante, cuando empecé a cocinar esta receta, en los años no­ venta, estar mandando los primeros correos electrónicos (entonces eran una cosa mágica) y cocinando en ho­ nor del inventor de la radio. “I que aprofiti a tots. Quan l’hagi de prepa­ rar, faci­ho amb tota la cura que re­ quereix,jaqueésassumptedetantao més importància que molts d’altres”. La segunda seducción de Ignasi Domènech es la manera de escribir. Empezó en castellano, porqué des­ arrolló buena parte de su carrera en Madrid. Pero en los años veinte pu­ blicó regularmente en catalán. Tiene una manera muy ceremoniosa de de­ cir las cosas, cuando se dirige a las se­ ñoras:lasreinasdelhogar,comoélles llama. Introduce muchos consejos prácticos,sobrelamaneradearmaro servirlamesayrecomendacionespa­ ra optimizar recursos, como se dice ahora.Latecaincluyetodounaparta­ doalasmanerasdeaprovecharelpan seco. Existe un punto de contacto en­ tre la cocina de Ignasi Domènech, la poesía de Josep Carner o la obra de Pompeu Fabra: un afán de dotar a las clases medias del país de un gusto en el fondo y un refinamiento en la for­ ma.Domènechacompañaasuslecto­ res en las diferentes operaciones: de trinchar una cebolla a sacar a la mesa

Se tapa la olla y se deja cocer hasta que esté todo bien cocido: los pulpitos son buenos... pero las patatas... La gracia de ‘La teca’ es haber combinado los platos de casa y de fonda con la alta cocina internacional una gran fuente de asado. A veces, es­ tamaneraobsesivadeexplicarlasco­ sas lo aproxima a la patafísica, como enElcarnetdecuinadel’excursionista (1930), que dedica dos páginas a ex­ plicar como se debe llenar un termo. “Sielthermos’had’omplirambunin­ gredient líquid calent, ha de tenir­se també ple amb aigua calenta perquè, contràriament, a l’emplenar el ther­ mo, si estés fred el seu interior, per­ dria calories el que s’hi posés. A l’om­ plir­lo s’ha de fer en forma que l’in­ gredient –líquid o similíquid– no arribi al coll del thermo, a fi de col∙lo­ car bé el tap”. Hay muchos fragmen­ tos como este que parecen escritos por Alfred Jarry. Los libros de Domènech se sitúan en las antípodas de cualquier forma de tacañería. Reúnen siempre mu­ chas ideas, muchos platos, muchas recetas, muchos detalles de como se debecocinar:¡muchodetodo!Losdi­ ferentes procedimientos están expli­ cados con una complacencia volup­

tuosa. Parece que esté esperando que el plato repose un poco para sentarse a la mesa y devorar la receta. El mejor libro de Domènech escri­ tor es Cocina de recursos (deseo mi co­ mida), que se publicó immediata­ mente después de la guerra, en 1941. Cómo debía sufrir este hombre en aquellos años de sitio, en los que ape­ nas había nada que llevarse a la boca. Se planteó escribir una especie de dietario anotando almuerzos y cenas en diferentes locales de Barcelona, desde buenos restaurantes, desluci­ dosporlafaltadeaprovisionamiento, hastatabernasdelbarriochino.Esun documento fabuloso. Domènech de­ dica páginas entusiastas a hablar del saberculinariodecocinerasycocine­ ros populares que con cuatro verdu­ rasdemiseria,sacanpartidoparaser­ vir una comida sencilla, nutritiva, sa­ brosa y elegante. Las recetas de guerra, que Domè­ nech inventó en aquellos años, no pa­ sarán a los anales de la gastronomía, pero rebosan ciencia culinaria. Con un amigo preparamos la edición re­ ducida de un menú: tortilla sin hue­ vos de gallina para los casos de nece­ sidad, calamares fritos sin calamares, salsa mahonesa falsa, pétalos de rosa con leche y miel, selecto café de gue­ rra. El café eran cáscaras de cacahue­ te y algarrobas. Si el tostador es un buen tostador –decía Domènech–, quedará un café aceptable. Es decir: las materias primas son la base de la cocina, pero la mano del cocinero ha­ ce milagros. Laterceraseducciónfueenlacoci­ na,cuandopasédelosplatossencillos (arroz de bacalao a la Marconi o mol­ de de berenjenas a la mallorquina) a elaboraciones un poco más entrete­ nidas. Primero, trocitos de merluza a la marsellesa, con un sofrito de cebo­ lla, tomate, ajo y perejil y –atención– unaodosanchoassinsalysinespinas, picadas, azafrán, sal y pimienta. Cuando la merluza sale del horno se esparcesobreellaelguisodetomatey anchoas. Rodeando la fuente, unas tostadas fregadas con ajo. Con los pulpitos estofados con patatas y cho­ colate me colgué una medalla. Una olla ventruda, aceite, ajos, cebollas gordas, pulpos, perejil, sal, pimienta blanca, laurel, tomillo, patatas. Re­ mueves el guiso tomando la olla por las asas, le tiras puré de tomate, aguardientedeVallsyvinotinto.Des­ pués, azafrán, un par de ajos sofritos, almendrastostadas,unaonzadecho­ colate. Se tapa la olla bien tapada y se deja cocer hasta que esté todo bien cocido. Los pulpitos son buenos... pe­ ro las patatas... La teca es uno de los mejores rega­ los que me han hecho en la vida (¡gra­ cias,LolaCapdevila!)ydespuéshesi­ do yo quien lo ha ido regalando y re­ comendando, animando a amigos y conocidos a perderle el miedo. Es un libro de los años veinte, pero se aguanta de maravilla. Donde dice llard, si no quieres manteca, le pones aceite. Si en lugar de unces y mitges unces quieres contar con gramos, cuenta con gramos. Ignasi Domè­ nech no te va a fallar. ¡A la cocina! |

Una selección de cubiertas de los libros de Ignasi Domènech, con la edición más conoci­ da de ‘La teca’: la mamá cocinera que recuerda a Sopha Loren ARCHIVO

Entre el lujo y lo popular Josep M. Blasi es gastrónomo, autor del libro ‘La cuina d’Ignasi Domènech’ (Angle Editorial)

JOSEP M. BLASI

Seguir la trayectoria de Ignasi Do­ mènech en su etapa de formación como cocinero y durante la época, a principios del siglo XX, cuando desarrolló su trabajo de cocinero de éxito, reclamado por las casas más prestigiosas y cuando vive su máximo esplendor profesional, nos permite conocer una cocina, burguesa y aristocrática, al servicio del lujo y la ostentación. Ignasi Domènech es uno de los últimos representantes de esta co­ cina de lujo, es un cocinero de l’an­ cien régime, de las casas de la gran aristocracia y de la alta burguesía.

Es también hombre de su tiempo y permeable al espíritu regeneracio­ nista que se vive en España desde el 98. En gastronomía se vuelve la mirada hacia el interior, se discute el afrancesamiento de las cartas de los restaurantes y se reivindica una cocina más propia, se empiece a poner en valor la cocina del territo­ rio frente el dominio y absoluta presencia de la cocina francesa. Este interés por la cocina popu­ lar y tradicional lo convierte en bi­ sagra de dos concepciones de la co­ cina, entre el lujo y lo popular. En sus libros aparecen constantemen­ te cruzadas las dos cocinas. Parece


Selecto café de guerra. Es a base de algarrobas o cáscaras de cacahue­ te. Lo esencial es su torrefacción, que tenga el mismo punto que el café torrefacto; a toda persona que positivamente no reúna condicio­

que le guste hermanar, poner en compañía la gran cocina con la pe­ queña cocina. Sus libros más po­ pulares, como La teca o Àpats, que pasan por ser de genuina cocina catalana, están trufados de recetas de cocina elegante, y en su libro con más pretensión gastronómica, La nueva cocina elegante española, incluye recetas populares y regio­ nales. Ignasi Domènech ha sido uno de los más prolíficos autores de libros de cocina. Compaginaba la profe­ sión de cocinero con su gran pasión por la escritura, era un grafómano compulsivo, según opinión de quienes le conocieron. Su obsesión por recopilar recetas tenía por ob­ jeto en un primer momento poseer un repertorio extenso de platos pa­ ra poder destacar en cocina, cuan­ do los cocineros eran valorados por su exacto y extenso conocimiento del repertorio. Más adelante utili­ zará su repertorio para divulgar los secretos del oficio para que todo el

CENA. Besugo a la mendiga. Picar un poco de cebolla y freírla con un poco de aceite (el que ha queda­ do), y una vez frita, echar la mitad encima del besugo, y rallar un poco de pan, cuanto más ordinario mejor, mezclarlo con tres huevos y batirlo, y con la cebolla y aceite que ha quedado en la sartén se forma una tortilla; ya está hecha esta tortilla, se corta a cuadritos y se coloca encima del besugo. En un almirez de mano se machacan 10 granos de piñones, dos ajos, dos ramitas de perejil y un trocito de pan frito. Cuando todo quede bien machacado, se moja o se disuelve con ajo, y se vierte por encima del besugo, con algo de salsa de toma­ te; estando bien de sal, se deja cocer el besugo en un ángulo del fuego, estando la cacerola bien tapada, durante diez minutos”. (La mejor cocina de cuaresma. (Ayunos y abstinencias), 1914)

mundo sepa lo que come. En el prólogo de su libro La nueva cocina elegante española dice que un pue­ blo que apenas come, o come mal, ni tiene hierro en la sangre ni fósfo­ ro en el cerebro. Desde muy joven anotaba todas las recetas de los platos que se rea­ lizaban en las cocinas en las que trabajó. Desde las recetas de su tío

mismo Escoffier fijó. Este amplio espectro es uno de los valores más importantes del legado de Ignasi Domènech, especialmente por lo que respecta a la cocina tradicional catalana. Después de la Guerra Civil, el panorama de libros dedicados a la cocina catalana era desértico. Dos de sus libros más populares y di­

Fue bisagra de dos concepciones de la cocina, sus libros están trufados de recetas de cocina elegante y recetas populares y regionales en la fonda del Centre de Manresa pasando por hotel del Norte y Lon­ dres, de Burgos, el restaurant Ro­ yal, de París, hasta las que vivió en el hotel Savoy de Londres, donde trabajó a las órdenes de Auguste Escoffier, la gran estrella de la coci­ na y la gastronomía de su época, autoridad absoluta y normativa de cómo se debían realizar los platos según las reglas de la cocina que el

fundidos, La teca y Àpats, que go­ zaron de grandes tiradas y múlti­ ples reediciones, se convirtieron en unas de las pocas fuentes escri­ tas de recetarios en los que la coci­ na catalana tenía espacio. Pero no sólo contienen recetas, están reple­ tos de comentarios, consejos, cu­ riosidades e historias que los con­ vierten en retratos de costumbres y tradiciones. Son un retrato de la

época, de las convenciones socia­ les, la urbanidad, las recepciones y los días de visita, sin olvidar el pa­ pel, el peso de la religión y la iglesia en la vida social. Uno de sus libros se titula Ayunos y abstinencias, dedicado para poder cumplir, gas­ tronómicamente, los preceptos de la iglesia, especialmente en Cua­ resma. También es importante la in­ fluencia de Domènech entre los profesionales de su tiempo. Fundó una revista a la que puso el nombre de El Gorro Blanco, con el objetivo de ofrecer a sus colegas, que tenían pocas oportunidad de formarse, los conocimientos necesarios para mejorar en el oficio. Se publicó en una primera etapa en Madrid entre 1906 y 1921, cuando se trasladó a Barcelona donde se publicó hasta su cierre en 1945. Una revista pro­ fesional de gran difusión y presti­ gio entre la profesión en la que es­ cribieron destacados profesionales y escritores de la época. |

Cultura|s La Vanguardia

Dos meriendillas. “Rebanadas de pan untadas de manteca y espol­ voreadas de azúcar, y unas nueces mondadas y picadas, pegadas a la manteca. Es buenísimo. Almen­ dras y avellanas tostadas, con pan; y si a ésta se mezclan pasas de málaga, resulta mejor”. (Marichu. La mejor cocinera española o todos los platos del día, 1920).

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ALMUERZO. Rizi­Bizi de Domènech. Este exquisito plato de arroz es a propósito para un día de convida­ dos, como plato fuerte en un al­ muerzo, en que figure en el menú antes un plato de huevos o sopa. (...) Preparar un pollo tierno corta­ do en ocho o diez pedazos y se saltea con manteca, cebolleta picada, sal, pimienta y tres alca­ chofas, la parte más tierna, corta­ da cada una en seis pedazos. Lue­ go se rocía al conjunto con vino blanco, perejil picado y un poco de jugo de asados, formando un salteado de pollo jugosillo y pre­ parado y calculado todo con el tiempo preciso, para que el arroz y el pollo coincidan de estar ambas cocciones terminadas al mismo tiempo. (La nueva cocina elegante española, 1915).

nes para saberlo tostar ella misma, la primera vez es mejor que en su misma casa haga hacer la torre­ facción o tostado, por una persona amiga que sepa tostar café, que posea práctica para dar con el punto característico, luego ya se sabrá hacer el tostado solo. (Coci­ na de recursos (deseo mi comida), 1941).

Grupo Godó Presidente Javier Godó, conde de Godó. Consejero Delegado Carlos Godó Valls La Vanguardia Director Màrius Carol. Cultura|s Redactor jefe Sergio Vila­Sanjuán. Jefa sección Isabel Gómez Melenchón. Redacción Anna Duran, Antònia Justicia, Ignasi Moya. Diseño Anna Belil, Carol Téllez Cultura|s. Edita: La Vanguardia Ediciones, S.L. Imprime: CRE­A, Impresiones de Catalunya, SL. Depósito legal: B­6389­1958

APERITIVO. Fondantes de becadas o perdiz a la castellana. “Se reúnen tres partes de puré de becada o perdiz, se le mezclan dos partes de salsa salmí reducida, una parte de puré de castañas, también se le puede unir puré de higadillos de ave salteados. Se trabaja este puré bien sazonado, se enfría entre hielo y se moldea en forma de peritas alargadas, abrillantarlas con gelatina, simular los rabitos con un tronquillo de perejil, sir­ viéndolos fríos. También pueden servirse calientes, empanándolos y friéndolos”. (Los entremeses y la hora del te. Las meriendas, 1931)

MIRADAS

Ilustraciones de Gumersindo Saenz de Morles y Víctor Aguado para ‘La nueva cocina española elegante’

Un día en cinco recetas



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