SÁBADO, 20 DE ENERO DE 2018
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Se ha escrito un crimen (verdadero)
El auge de la literatura del ‘true crime’ ilumina zonas oscuras de la sociedad P.20
Relatos de cine Kurosawa, John Ford y el arte de la adaptación literaria P.4 Decana Parés La sala barcelonesa cumple 140 años en activo P.12 Tiempos duros Llorenç Soler y la otra cara del desarrollismo P.16
Ilustración Marina Capdevila
los libros más vendidos
Semana anterior/Semana en lista N: libro nuevo en la lista
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 20 enero 2018
Establiments consultats: Badalona Saltamartí Barcelona Casa del Llibre, La Central, El Corte Inglés, FNAC, Laie, +Bernat , TROA Garbí Girona Empúries, Llibreria 22 Lleida Punt de Llibre Sabadell Llar del Llibre Tarragona La Capona Vilafranca Odisse
Ficción castellano
Ficción catalán
1 Origen 1/14 Dan Brown, Planeta. Un profesor americano busca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 Patria 2/57 Fernando Aramburu, Tusquets. Dos familias vascas ven minada su relación a causa de la violencia 3 El fuego invisible 3/10 Javier Sierra, Planeta. Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 4 El legado de los espías N/– John le Carré, Planeta. Vuelve Smiley, con un epi sodio que cierra 50 años de historias de espías 5 Una columna de fuego 4/16 Ken Follett, Plaza y Janés. Isabel I de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 6 El día en que se perdió el amor N/– Javier Castillo, Suma. El inspector Bowring desen traña un oscuro ‘affaire’ de amor y destrucción 7 Los pacientes del doctor García 7/11 Almudena Grandes, Tusquets. Una historia de es pías y nazis en el Madrid de 1946 8 Eva 5/9 Arturo PérezReverte, Alfaguara. En el Tánger de 1937, Falcó brega por hacerse con un carguero 9 Niebla en Tánger 9/5 Cristina Pérez Barrio, Planeta. Flora Gascón viaja a Tánger para identificar a un amante enigmático 10 Más oscuro 6/4 E.L. James, Grijalbo. La historia de amor con Anas tasia Steele, contada por Christian Grey
1 Origen 1/14 Dan Brown, Columna. Un profesor americano bus ca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El noi del Maravillas 2/9 Lluís Llach, Empúries. La historia de un teatro de variedades, contada por un cantante lírico 3 Una columna de foc 3/14 Ken Follett, Rosa dels Vents. Isabel I de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 4 El llegat dels espies N/– John le Carré, Edicions 62. Vuelve Smiley, con un episodio que cierra 50 años de historias de espías 5 Astèrix a Itàlia 5/11 Didier Conrad/JeanYves Ferri, Bruño. En su 37.ª aventura, Astérix y Obélix pisan la Italia antigua 64321 7/12 Paul Auster, Edicions 62. Las vidas simultáneas de un mismo personaje a lo largo del siglo XX 7 El camí de les aigües 8/9 Carme Martí, Amsterdam. La vida de la cocinera María Badía, evocada por una joven profesora 8 Wonder 4/5 R.J. Palacio, La Campana. La película ha relanzado el célebre relato sobre el ‘bullying’ 9 El foc invisible 6/3 Javier Sierra, Columna.Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 10 Un hivern fascinant 9/4 Joan Margarit, Proa. Poemas sobre la vida madura, sus limitaciones y sus alegrías
No ficción castellano
No ficción catalán
1 La alegría de cocinar 1/6 Karlos Arguiñano, Planeta. El célebre cocinero vuelca su saber de cuatro décadas entre fogones 2 Qué está pasando en Cataluña 2/6 Eduardo Mendoza, Seix Barral. El autor barcelonés clarifica desde la moderación el órdago catalán 3 Transforma tu salud 3/15 Xevi Verdaguer, Grijalbo. Qué podemos hacer para curar migrañas y dolores crónicos 4 Recetas del mundo para flipar 4/2 VV.AA., Espasa. Las recetas de los pequeños concur santes del programa de TVE ‘Masterchef Junior’ 5 Sapiens 8/32 Yuval Noah Harari, Debate. Una breve historia de la humanidad desde sus albores 6 Cree en ti 7/16 Rut Nieves, Planeta. La autora abandona la arqui tectura para encontrarse a sí misma en soledad 7 Torres en la cocina 9/3 Javier y Sergio Torres, Plaza y Janés. Consejos para sacar partido a los productos de temporada 8 Guinness World Records 2018 –/6 VV.AA., Planeta. Los récords más sorprendentes y chocantes, incluidos algunos españoles 9 Fugas 5/7 James Rhodes, BlackieBooks. El célebre pianista relata en clave íntima su última gira mundial 10 Felices 6/4 Elsa Punset, Destino. Técnicas para ser feliz, espi gadas en las distintas civilizaciones hasta hoy
1 Transforma la teva salut 1/15 Xevi Verdaguer, Rosa dels Vents. Qué podemos ha cer para curar migrañas y dolores crónicos 2 La màgia de la cuina 3/5 Carme Ruscalleda, Enciclopèdia Catalana. Platos favoritos de la chef establecida en Sant Pol 3 La confabulació dels irresponsables 2/5 Jordi Amat, Anagrama. Por qué el consenso entre Catalunya y el Estado ha saltado por los aires 4 Operació urnes 4/4 Xavi Tedó y Laia Vicens, Columna. La operación clandestina que posibilitó el referéndum del 1O 5 Ferse totes les il∙lusions posibles 6/6 Josep Pla, Destino. Dietario con anotaciones que desvelan a un autor harto del erial franquista 6 Summits of my life 9/6 Kilian Jornet, Ara Llibres. El gran marchador narra sus gestas subiendo montañas 7 El que la terra m’ha donat 5/10 Lluís Foix, Columna. El autor desgrana vivencias propias marcadas por el paso de las estaciones 8 Torres a la cuina 8/2 Javier y Sergio Torres, Rosa dels Vents. Consejos para sacar partido de los productos de temporada 9 1001 secrets de la Barcelona burgesa N/– Núria Miret, L’Arca. Retrato íntimo de una clase que forjó la Barcelona más conocida e icónica 10 Els 14 vuitmils d’Òscar Cadiach i Puig N/– F. Joan i Matas, Cossetània. De 1984 a 2017, Ca diach ha conquistado todas las cimas del Himalaya
ESTA SEMANA DESTACA Las grandes gestas y los récords más insólitos siempre han cotizado en el mercado editorial y en el favor de los lectores. Lo reflejan esta semana las listas de no ficción, donde por un lado vemos bien situado el ‘Guinness World Records 2018’ y, por otro –en el ranking catalán–, destacan las crónicas (llenas de fotografías) de dos montañeros de excepción: ‘Summits of my life’ explicadas por el propio Kilian Jornet y ‘Els 14 vuitmils d’Òscar Cadiach i Puig’, sintetizados por F. Joan i Matas. En ficción hay una novedad significativa: John le Carré entra con fuerza tanto en castellano como en catalán con ‘El legado de los espías’, la última (y definitiva) aventura de Smiley, ese persona je creado por el maestro británico y que lleva medio siglo magnetizando a sus seguidores. S.C.
antivirales Al igual que serio no es lo mismo que aburrido, trivial no es igual a irrelevante. La actualidad cultural de la semana deja detalles que nunca serán carne de titular ni se contagiarán en las redes sociales. Está comprobado que conocerlos y compartirlos mejora hasta en un 30 por ciento la conversación del que los lee. BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ
El cuñado de Herralde Dicen que hacer chistes de cuñados ya es de por sí un poco cuñado,perohaytópicosqueseresistenamorir.Laprue badequetodoelmundotieneunhermanopolíticolis to la dio Jorge Herralde que, en el discurso que dio en el Ayuntamiento de Barcelona al recibir el pre mioAtlàntidadelGremid’Editors,hablódeuncu ñado bilbaíno que siempre le preguntaba por “su imprenta” porque no acababa de entender en qué consistía eso de la edición. El emérito de Anagra ma agradeció su vocación a la “oportuna” tubercu losis que padeció a los 22 años y que le tuvo postrado encamaunaño,muybienaprovechadoleyendoaSartre, Camus, Stendhal, Balzac, Malraux, Proust y Baudelaire.
William Morris, en el cine y en el MNAC Los interiores que aparecen en El hilo invisible, la pelí cula de Paul Thomas Anderson que se estrenará en fe brero, son tan hipnotizantes que a veces hasta distraen y es fácil dejar de mirar la cara de Daniel DayLewis –en su última interpretación, porque ha dicho que se retira– y pasear la vista por los manteles de hilo y los exquisitos papeles pintados floreados. Todos son de William Morris, el creador del movimiento Arts and Crafts que recalará en el MNAC también el 22 de fe brero, en una exposición monográfica que ya ha pasa do por Madrid. Muy recomendable hacer doblete.
El mítico teatro Globe de Londres, fundado por Shakespeare y que se mantiene casi intacto, tiene una nueva directora que precisamente no cree en la figura del director todopoderoso. Michelle Terry, que en realidad es actriz, tiene previsto dejar que los intérpretes de la compa ñía escojan asambleariamente qué papel quieren interpretar en cada obra y ceder cierto po der al público. En breve, saldrán de gira con Noche de Reyes, El mercader de Venecia y La fierecilla domada y la audiencia de cada ciudad podrá escoger cuál prefiere ver. Terry cree que “es injusto que todo recaiga en el director” y que el teatro debe volver a ser un espacio igualitario.
This is My Land (Art)
Mundo picante
El artista suizoislandés Chrstoph Büchel está acostumbrado a provocar reacciones extre mas. Ya llevó los carritos de los sin techo a una explanada de Art Basel e instaló un club de in tercambio de parejas en un espacio histórico de Viena estilo Secesión. Su última ocurrencia ha sido pedir que se declaren Monumento Na cional los ocho prototipos que Donald Trump ha hecho construir a las afueras de San Diego como ensayo para su proyecto de muro entre México y Estados Unidos. Büchel, que no se pronuncia políticamente sobre el muro, dice que los ocho pedazos de cemento, que costa ron más de tres millones de dólares al contri buyente, son un ejemplo de Land Art a lo Do nald Judd y está organizando unos tours en in glés y español que parten del Museo de Arte Contemporáneo de San Diego y que se están vendiendo como churros a pesar de que la en trada cuesta casi 20 euros.
Pocos ciclos de cine anuncian orgullosamente que van a emitir sus películas dobladas y con copas en la mano. Eso solo pasa con Chicas y mari cas, las proyecciones que organiza la pe riodista y es critora Jimina Sabadú. El próximo do mingo, el ci clo, una rama del fanzine del mismo nombre que ya ha pro gramado tí tulos del under ground co mo la co produc ción argentina, española y uruguaya Miss Tacuarembó y clásicos del overground como Fuera de onda vuelve a los teatros Luchana de Madrid con Spiceworld, el A hard day’s night de las Spice Girls, roda do en 1998. Se anima a los asistentes a acudir vestidos de Posh, Baby, Ginger, Sporty o Scary, a elegir.
La escritora Ángeles Caso, también asturiana, es responsable del rescate de la novela de Dolores Medio de flashback, como una peripecia personal y familiar que entroncaba con la colectiva. “Dolores Medio traza el escenario más idóneo para representar la gran prueba de los españoles en esa mitad de siglo. Por eso nos reconocemos en su obra. Por eso es el Nadal del último año”, añadía ¿Masoliver? La novelista había presentado una primera versión de su obra en 1951 a la editorial madrileña Rumbos, que la envió a censura. La publicación fue denegada. Decidió entonces enviarla al premio Nadal, posible mente con algunas mutilaciones. Y ahora sí, la censu ra la autorizó con algunos cortes, relativos sobre todo a la política, ya que la escritora “manifiesta más sim patías por las ideas revolucionarias que por las con servadoras”. En la novela de Oviedo más importante tras La regenta, se suprimió que a Lena le gustara en 1931 “la alegría ordenada y sencilla con que los repu blicanos exteriorizaban su júbilo”, o que en 1934 la revolución se extendiera “como una mancha de aceite por los campos y poblaciones del viejo principado”... La escritora Ángeles Caso, también asturiana, ha prologado y editado el texto íntegro en su sello Libros de la Letra Azul, que incluye los informes de censura y unas magníficas ilustraciones de Rebeca Menéndez.
SERGIO VILASANJUÁN
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Shakespeare asambleario
Con el último premio Nadal a punto de irrumpir en librerías –felicidades, Alejandro Palomas– nos llega también la recuperación de un clásico del galardón, ahora en versión íntegra: Nosotros, los Rivero, de Dolores Medio, que fue distinguido en 1953. Tanto el libro como el rescate tienen su historia. Dolores Medio, ovetense de 1911, tras el declive eco nómico de su familia tuvo que ponerse a trabajar con catorce años. Maestra, y republicana, al acabar la Guerra Civil inicia en Madrid una ardua carrera como escritora profesional, consolidada con el premio literario de la editorial Destino que ya había lanzado anteriormente a Carmen Laforet, Miguel Delibes, José María Gironella o Luis Romero. Los responsables del fallo valoraron entonces la historia de Lena Rivero y con ella la del “orto y el ocaso de una familia representativa, de unos hijos de indiano que siguen los mismos pasos de su Oviedo, hasta deshacerse en los trágicos días de 1934”, según explicaba en La Vanguardia al día siguiente del fallo un artículo sin firma, aunque con todas las trazas de deberse a Juan Ramón Masoliver, integrante a la vez de nuestra redacción y del jurado. Esa historia que concluía en la revolución asturiana de octubre, muy duramente planteada y también muy duramente reprimida, la relataba la autora en forma
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El Nadal de 1953, sin censura
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latidos
LIBROS
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Cine Molina Foix recopila once ilustres relatos que dieron pie a grandes filmes, desde ‘Rashomon’ de Kurosawa hasta ‘Los pájaros’ de Hitchcock
Del libro a la pantalla JORGE DE COMINGES
JuanAntonioMolinaFoix,distingui do traductor del mítico Drácula de Bram Stoker y antólogo de diversos cuentos de horror y fantásticos, nos ofrece la compilación de once insig nes relatos que dieron lugar a otras tantas grandes películas. Diferentes son los géneros de las distintasnarraciones.Eldramahistó rico teñido de thriller en Rashomon y Enelbosque(RyunosukeAkutagawa, 1915), que fueron el punto de partida de Rashomon de Akira Kurosawa (1950), precedente de tantas pelícu las narradas desde diferentes puntos de vista, abre el volumen. Al costum brismo pertenece La casa Tellier (Guy de Maupassant, 1881), que Max Ophüls, en 1951, adaptó en uno de los tres episodios de Le plaisir (y José María Forqué tomó como inspira ción de Vuelve, querida Nati). Un clá sicodelaliteraturafantásticajapone sa es La cabaña entre las cañas espar cidas (Ueda Akinari, 1776), que sirvió de base a la exquisita Cuentos de la lu na pálida/Ugetsu monogatari (Kenji Mizoguchi, 1953). En la introspec ción psicológica se inserta Miedo (Stefan Zweig, 1910), origen de La paura/Ya no creo en el amor (1954), la última colaboración entre Ingrid BergmanyRobertoRossellini.Alafá bula picaresca se adscribe El idilio de miss Sarah Brown (Damon Runyon, 1933), que Joseph L. Mankiewicz convirtió en divertidísimo musical con la colaboración de Jean Sim mons, Marlon Brando y Frank Sina tra. Drama judicial de suspense es Testigo de cargo de Agatha Christie (1925), al que Billy Wilder (1957) in corporó un segundo e inesperado gi ro en su desenlace y que proporcionó a Charles Laughton y Marlene Die trich inolvidables lucimientos. Prosigue con el relato de western de Dorothy M. Johnson El hombre que mató a Liberty Valance (1949), que John Ford adaptó, en 1962, en la homónima, romántica y legendaria película.ElcuentodeterrordeDaph
ne du Maurier Los pájaros (1952), llevado a la pantalla por Alfred Hitchcock –quien antes la había adaptadoenPosadaJamaicayRebec ca– en 1963 con magistral talento. La parábola mágica en Una historia in mortal de Isak Dinesen (1953) que Orson Welles trasladó al cine con tan pocos medios como enorme talento en1968.ElrelatofantásticoLasumisa de Fiódor Dostoievski (1876), recrea do en la actualidad de 1969 por Ro bert Bresson en Une femme douce, su primer filme en color. Y, para acabar en esplendor, la elegíaca narración
Problemas con el reparto No siempre es fácil conseguir un buen reparto para una película. En el caso de Testigo de cargo, el productor Arthur Hornblow sugirió para inter pretar a Christine los nombres de Ava Gardner y Rita Hayworth. Billy Wilder se negó rotundamen te a aceptar a esta y hubiera consentido a Gardner de haber contado con Jack Lemmon. Finalmente fue contratada Marlene Dietrich por cien mil dólares. Para el papel del acusado, el director quería a Kirk Douglas. Tras barajarse los nombres de Gene Kelly y ¡Roger Moore!, este último suge rido por Joshua Logan, se contrató por fin a Tyro ne Power tras ofrecerle un sueldo de trescientos mil dólares y un porcentaje en la taquilla. Para quien no hubo dudas fue para el papel del abogado. Charles Laughton, que tan solo cobró setenta y cinco mil dólares, lo bordó adoptando los tics de Florance Guedella, letrado que había traba jado para el propio Laughton y para Dietrich. Estos dos se encapricharon de Tyrone Power, aunque ninguno de ellos se lo llevó al huerto. Los muertos de James Joyce (1914) convertida en la soberbia y melancó licaDublineses(1987),últimapelícula dirigida por John Huston. | J.A. Molina Foix Historias de cine. Relatos que inspiraron grandes películas SIRUELA. 380 PÁGINAS. 21,95 EUROS
Cine Jones bucea en la figura de George Lucas
El señor de las galaxias J. DE C.
Pocos cineastas representan tan bien a la nueva generación de reali zadores que cambió el cine de Hol lywood en los años setenta como George Lucas, creador de La guerra delasgalaxiasyproductordelasaga de Indiana Jones. Brian Jay Jones, licenciado en Literatura Inglesa por la Universi dad de Nuevo México, ha buceado ensuvidayobrademaneraexhaus tiva. Hijo de un acaudalado comer ciante de la ciudad de Modesto, Ca lifornia, Lucas nació en 1944 y, des de muy pequeño, fue un amante de los juguetes tecnológicos y de los cómics de ciencia ficción. Atraído por la antropología y los estudios de bellas artes, acabó matriculándose, casi por casualidad, en la escuela de cine de la Universidad del Sur de
California (USC). Allí hizo un gru po de amigos como Willard Huyck, Randal Kleiser y John Millius. Los alumnos de la USC tenían fama de buenos documentalistas y técnicos, mientras que los de la UCLA (Uni versidaddeCaliforniaenLosÁnge les), sus grandes rivales, de estar mejor preparados para realizar pe lículas de ficción. Más amante del montaje que de la dirección de actores, George Lu cas,quesehabíaasociadoconFran cis Ford Coppola, procedente de la UCLA, para fundar los estudios American Zoetrope, debutó como realizador con THX 1138, cinta de ciencia ficción que la crítica apreció bastante más que el público. Deci didoahacerunapelículacomercial, dirigió American graffiti, crónica sentimental de su adolescencia con cuyos porcentajes en taquilla ganó
Huston. Abajo, George Lucas con un Stormtrooper
LIBROS
ellas’ el musical llevado al cine por Mankiewicz y ‘Dublineses’ de
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De izquierda a derecha, imágenes de ‘Los pájaros’ de Hitchcock, ‘Ellos y
El sustituto de James Bond Steven Spielberg siempre había deseado dirigir una película de James Bond. Cuando lo propuso a la United Artists, estos rehusa ron educadamente. Enton ces, su amigo George Lucas le comunicó que tenía para él un filme que era aún mejor que el agente 007. Se trataba de un guiño a las antiguas series semanales, y su protagonista, Indiana Smith, era un arqueólogo doblado de cazador de teso ros. A Spielberg le encantó la idea, aunque no el nom bre del protagonista, que acabó convertido en India na Jones.
A punto de dirigir ‘Apocalypse now’, se la dejó a Coppola para centrarse en el guion de ‘Star wars’
casi cuatro millones de dólares. A punto de dirigir Apocalypse now, acabó dejándola en manos de Coppola para centrarse en el guion de La guerra de las galaxias. Cons ciente de la importancia de los efec tos especiales, creó la Industrial LightandMagic,unacompañíaque le proporcionaría millonarios be neficios. Lucas, preocupado sobre todo por el control, firmó un contrato conla Fox por elque se asegurabael cuarenta por ciento del porcentaje de ingresos brutos y los derechos sobre futuras secuelas, televisión, publicidad y merchandising. Tras un rodaje complicado en el que se vio impotente para contro larlo todo y un montaje en el que tu vo que delegar el trabajo duro en su esposa Marcia, el filme se estrenó obteniendo un éxito tan inmediato como apoteósico. Ese fue el principio de la trilogía más rentable de la historia del cine, que acabaría en manos de los estu dios Disney cuando estos adquirie ron Lucasfilm convirtiendo al di rector en el propietario de una for tunaestimadaencincomilmillones de dólares. | Brian Jay Jones George Lucas. Una vida RESERVOIR BOOKS. 656 PÁGINAS. 24,90 EUROS
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Narrativa
Somos pesadilla JUAN ÁNGEL JURISTO
Edmundo PazSoldán (Cochabam ba, Bolivia, 1957), una de las voces más representativas de la actual na rrativa latinoamericana y que perte neció de pleno derecho a la genera ción conocida como McOndo, de cla rasconnotacionesirónicasconeltipo de literatura llamada del realismo mágico, después de éxitos sonados comoNorteoIris,unamemorablein cursiónenlacienciaficción,llegaalas libreríasespañolasconunanuevano vela, Los días de la peste, que se publi ca entre nosotros antes que en Lati noamérica. Pertenece esta narración de pleno derecho a este tipo de litera tura de ambiente cerrado que ha da dolibrosmemorables,desdeLapeste, de Albert Camus a La mujer de la are na, de Kobo Abe o Los testigos y, si se apura,El gato, deSimenon; narracio nes donde el mundo es metáfora de una cárcel, ya sea con la descripción de una casa aislada, de una isla, del ambientemorbosodeunmatrimonio entradoenañosyqueposeenaunga tocomoarmaarrojadizaodelacárcel misma,queesloquehacePazSoldán en esta apasionante narración. Para la realización del libro se ha inspirado en la cárcel de San Pedro, en La Paz, donde es característico que los presos convivan con las fami lias, además de otras del continente, como elementos prestados de cárce les argentinas, brasileñas, mexicanas yuruguayas.Conello,EdmundoPaz Soldán ha abandonado el terreno de lametáforapura, así,elde Iris, el de la ciencia ficción, para adentrarse en una narración de denuncia plena, donde se ponen en solfa los resortes delpoder,semuestranentodasucru deza, realizando de esta manera uno de los ejercicios narrativos de más largo alcance de la actual generación de escritores latinoamericanos. PazSoldán es autor dotado de una prosa precisa, contundente cuando se precisa, proclive a crear atmósfe ras de pesadilla. Los días de la peste posee una prosa ajustada a lo que su giere el título del libro: aquí, en esta sociedad corrupta y corrompible, to doelmundoparticipaensusposibili dades. El resultado es estremecedor pues demuestra el modo en que to dos, de una manera u otra, entramos en ese juego fragmentario del poder, a veces más terrible que el absoluto porqueesmenosdetectable,másdifí cil de erradicar. PazSoldán ha escri to una novela notable, insólita. | Edmundo Paz Soldán Los días de la peste MALPASO. 352 PÁGINAS. 20 EUROS
Gary Oldman (izquierda) como Smiley junto a Benedict Cumberbatch en el filme ‘El topo’ (2011) basada en la obra de Le Carré
Espionaje John le Carré recupera a su mítico espía en su última obra y nos transporta de nuevo al universo de los servicios secretos británicos
Smiley, la conciencia del Circus ROBERT SALADRIGAS
Cierto día de hace ya mucho tiempo los lectores deslumbrados por las muy singulares primeras novelas de espías del británico John le Carré (desde Llamada para el muerto, 1961, a El topo, pasando por La gente de Smiley, 1979), seudónimo universal de un tipo misterioso de Dorset lla mado David Cornwell, nos obligó a admitir que la guerra fría había con cluido, el eficaz y cornudo George Smiley había descubierto la identi dad del topo (Bill Hayden) que puso al servicio de inteligencia británico contra las cuerdas, y, al mismo tiem poqueacababaconKarla,sugranad versario del bloque soviético, Smiley desaparecía del territorio de los fun cionarios operativos. Sencillamente se esfumaba. Nos quedamos con dos imágenes “reales” de Smiley: de cuandoelgranAlecGuinnesslepres tó sus rasgos personales protagoni zando El topo (Tinker tailor soldier spy, 1979) y más tarde, en 1982, al frente de la serie que la BBC dedicó a La gente de Smiley. Así que desde en tonces hasta ahora mismo Guinness esparanumerososlectoreslaimagen inalterable del antihéroe de los tiem pos de la guerra fría. Luego empezó otra época para la geopolítica y para la narrativa de Le Carré, en la que siempre se echó de menos la presen
cia de Smiley aunque sabíamos –in tuíamos– que estaba en alguna parte, tal vez en Cornualles con su creador, al acecho de algo que sólo Le Carré podía prever. Ha pasado un cuarto de siglo, la imaginacióndelnovelistasemuestra
Alec Guinness también fue el mítico espía en la serie ‘Los hombres de Smiley’ (1982)
en forma, sus libros de este período –incluido el memorialístico Volar en círculos– gusten unos más otros me nos describen la evolución del mun do desde las alcantarillas del poder y siguensiendodeunacomplejidades tructuralyestilísticaqueavecesobli ga a algún taxista –según la anécdota que él mismo contó a Antonio Loza
ARCHIVO
no– a comentarle: “No he entendido su último libro”. Lógicamente eso lo incomoda, pero suele ocurrir –siem pre ha ocurrido en sus novelas– que uno no entiende un diálogo cargado de sobrentendidos, un episodio en el que nadie es sólo quien parece ser o una escena en que la elasticidad del tiempo,comosifueseunchicle,sees tira entre el ahora y lo pasado y el lec torvieneobligadoaseguirelvaivénsi noquiereextraviarseentrelorealyel simulacro de realidad en la que se muevenlastramasdeLeCarrédesde las que hemos accedido al universo de fingimiento y amoralidad que son losserviciossecretosdeunapotencia venida a menos como la británica. Pero al mismo tiempo le Carré ha envejecido, avanza a grandes zanca das hacia los noventa años (cumplirá ochenta y siete) y su novela más re ciente, El legado de los espías, presen ta como impactante novedad la rea parición de Smiley, el mito, la leyen da perdida en las nieblas del pasado. La trama es la siguiente. Peter Gui llam, antigua mano derecha de Smi ley y hoy jubilado en una granja de Bretaña, es conminado a presentarse en las antiguas instalaciones de The Circus: herederos de viejas glorias pretenden exigir responsabilidades penales por una operación de inteli gencia,conocidaporCarambola,que se resolvió de manera oscura y dra mática para algunos de los agentes implicados. Así arranca una exhaus tiva investigación interna que lleva hasta George Smiley y su conciencia aún sangrante. ¿Ahí termina para siempre la historia de George Smi ley? ¿Es el final definitivo? ¿Quedará algo más por decir sobre el rostro sa bio de Alec Guinness recluido en el apartamento de soltero de Friburgo, buscandoenrecogidosilenciosusúl timas grandes verdades de espía sin causa? | John le Carré El legado de los espías / El llegat dels espies PLANETA/EDICIONS 62. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: CLAUDIA CONDE FISAS/AL CATALÁN: LAIA FONT MATEU. 368/320 PÁGINAS. 21,50 EUROS
A pesar de haber recibido numero sos premios, entre ellos el Francis co Casavella con Tanto correr o el Memorial Silverio Cañada de la Se mana Negra de Gijón con No llores, hombre duro, poco se sabía del na rrador argentino Mariano Quirós (1979), ganador ahora del Tusquets de Novela con La casa junto al Tra gadero. Casi todos los reseñadores y entrevistadores han insistido en el carácter fuertemente autobio gráfico del XIII premio Tusquets de novela, La casa junto al Tragade ro. No sé si por el laconismo del au tor o por la ignorancia de sus entre vistadores, es muy poco lo que me han aportado, con excepción de la larga entrevista de Ángel Berlanga en Página 12. Muchos datos coinci den con los de su biografía, sobre todo porque la acción tiene lugar en la ciudad de Resistencia, provin cia del Chaco donde nació Quirós y en el cercano pueblo de Colonia Benítez. También la fuerza del len guaje debe mucho al chaqueño, sa biamente combinado con el argen tino coloquial, en una novela de masiado poderosa para que pueda hablarse de coloquialismo o loca lismo. Pero los datos autobiográfi cos no ayudan a entender mejor el libro. Y algo me ha sorprendido enormemente: ¿cómo alguien que se declara fascinado por Bolaño y atraído por Piglia, VilaMatas o Sa mantha Schweblin se identifica con Mario Benedetti? La realidad es que nos encontra
mos ante una novela enormemente atractiva y original con sólo dos lí mites: la sucesión de aconteci mientos en una brutal escalada de violencia acaba por resultar mecá nica, como si sorprender continua mente en nombre de la tensión fue se imprescindible; y que algunas escenas se alargan demasiado. Novela itinerante, en un conti nuo desplazamiento de Resisten cia, de donde ha huido el narrador anónimo, a la soledad del monte, en
Colonia. Lo que intenta ser un idíli co encuentro con la naturaleza se convierte en una serie de situacio nes a cada cual más peligrosa. Se instala en la casa abandonada de los Caicedo, que huele a podrido. Está todo oscuro y sólo se oye el zumbi do de las moscas y los mosquitos. El miedo se apodera de él, sobre todo cuando descubre a la Vieja, a la que todos llamaban la Bruja, una mujer sin rostro, algo fantasmal que cami na marcha atrás. Su primer impul
Novela atractiva y original, aunque abusa de la escalada brutal de violencia que acaba siendo mecánica buen humor: en la relación con el almacenero y sobre todo por su vo cación de voyeur. Espacios de luz erótica que parecen anunciar el triunfo de la luz total, vencedora de la oscuridad en un brillante final en el que, con el narrador, desperta mos de lo que ha sido una delirante pesadilla. | Mariano Quirós Una casa junto al Tragadero El autor argentino Mariano Quirós
KIM MANRESA
Cuentos Ocho relatos de Pijuan que nos presentan situaciones rocambolescas
Seguir(le) el ritmo NÚRIA ALBESA
De El franctirador (2014), la pri mera novela de Albert Pijuan (Ca lafell, 1985), la crítica señaló “la mano segura”, “el estilo afilado y directo, de una expresividad seca y a veces cruel”. Con la publica ción de su último libro, Seguiràs el ritme del fantasma jamaicà, un conjunto de ocho relatos hetero géneos, el autor confirma, por un lado, la versatilidad de estilos y, por otra, la predisposición a ex plorar los límites del artefacto narrativo.
Pijuan no es uno de esos escri tores que se detiene en la descrip ción. Asume la conciencia de na rrador y busca qué recurso con viene a cada historia. Se siente cómodo exprimiendo las posibili dades que le ofrece el lenguaje, no por el simple capricho de trans gredir la lengua, sino siempre en favor de la caracterización de un personaje o de un determinado punto de vista. Encontramos una gran varie dad de formatos y de temáticas: un monólogo interior, el de Simo
na, en sintonía con el personaje de Zerafina de Rodoreda; un par de ensayos (Curs de literatura calafe llenca y Disculpes per la sang), una entrevista (Fantasma / Jamaica); un cuento que bien podría ser leí do del derecho o del revés (Una
Describe un viaje desde Noruega y los orígenes del ‘black metal’ hasta la América de los años cincuenta
TUSQUETS. 232 PÁGINAS. 18 EUROS
separació), como las versiones de una misma historia, o bien un re lato futurista (Zulufita). Un viaje desde Noruega y los orígenes del black metal hasta la América de los años cincuenta, con parada en un cementerio de animales del Vallès (Durà cua, un título espe cialmente acertado). Este libro se nutre de situa ciones rocambolescas y de per sonajes que intentan encontrar la manera de seguir su propio ritmo. Y en este intento de encontrar el propio ritmo el lector es cons ciente de que, en realidad, ha sido invitado a una pista de baile. Debe seguir el ritmo de los personajes, sí, pero también el de su na rrador. | Albert Pijuan Seguiràs el ritme del fantasma jamaicà ANGLE. 232 PÁGINAS. 16,50 EUROS
LIBROS Sábado, 20 enero 2018
J.A. MASOLIVER RÓDENAS
Cultura|s La Vanguardia
El asesino de monos
so es volver a Resistencia, pero algo le retiene. El almacenero Insúa le adiestra en la caza de los monos. Hasta que interviene un grupo de muchachos pertenecientes a la fundación ecológica Vida Silvestre y le hacen la vida imposible. El narrador es o se hace pasar por mudo –como lo somos cuando dormimos–, por lo que sólo puede defenderse, cosa que consigue po cas veces, dibujando. Todo se con vierte en pura amenaza para el que llaman, además del Mudo, el asesi no de los monos. Vive atenazado por el miedo y por el dolor, perse guido por el olor a podrido. Con frecuencia no puede controlar el llanto. Al principio le tiene miedo al monte, para muchos un lugar ho rrible en el que se sienten prisione ros, pero al final le cobra afecto, co mo le cobrará afecto a la casa. Vive acompañado por los yacarés y los monos, que en esta zona son una plaga. Y parece moverse siempre en la oscuridad, acompañado de apariciones. Uno de los espacios más siniestros es el Tragadero, un río maldito. Pero si en la novela no hay humor sí felices momentos de
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Novela Quirós obtuvo el XIII premio Tusquets de novela con un libro de carácter autobiográfico, cuyo narrador huye de su Chaco natal. Con un lenguaje que debe mucho al chaqueño, combinado con el argentino coloquial
LIBROS
entrevista a Javier Pérez de Albéniz, autor de ‘La guerra del lobo’
GABI MARTÍNEZ
Hace 13 años, Javier Pérez de Albé niz (Madrid, 1960) abandonó la capi tal y su vida como periodista de re dacción para instalarse en el campo. En la abulense finca La Pavona, ad quirió hábitos nuevos mientras asis tía a cómo los lobos mataban chotos con frecuencia inusual. Las reaccio nes de cazadores, ganaderos, ecolo gistas y su fascinación por el lobo le impulsaron a emprender un segui miento que ha fructificado en una de las escasas obras periodísticolitera rias de calidad sobre naturaleza que se pueden encontrar en España. Y en
Dice que los bandos se radicalizan. ¿La sociedad necesita radicalizarse medio ambientalmente? Cada individuo debe decidir. Antes, cuandoeldomingoteníaquevolvera Madrid después del fin de semana en el campo, era un drama. Coincidió con el deterioro de la profesión: los reportajessehacíanporqueteinvita ba una embajada, porque te hacían un regalo... Pensé que con las nuevas tecnologías podía trabajar por mi cuenta. Simplemente, hice lo que creía. Ahora vive en Sotillo de las Palomas, un pueblo de cien habitantes. Y cada día lucho con mi hija para que gaste menos agua, menos luz. Vivo con energía solar...
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 20 enero 2018
“Utilizan al lobo para tapar cosas; no te puedes fiar”
Parece que vuelve a prestarse cierta atención a las energías renovables. No me fío, como no me creo que el país esté saliendo de la crisis econó mica. Mi hija va al colegio a Talavera de la Reina, la cuarta ciudad con más paro de España. No veo la recupera ción por ninguna parte. La electrici dadhasubidoun16%.Hemossufrido la debacle de las empresas de energía solar,ymultanagentequequieredis poner de sus propios paneles. Una sinvergonzonería que está acabando con una posibilidad de gastar menos, de vivir de forma más prudente.
Ilustración del libro ‘Animales del norte’ de Dieter Braun (Maeva). A la izquierda, el autor y periodista Javier Pérez CAPITÁN SWING
la que también se habla mucho de hombres. “Había que hacerlo, la so ciedad que rodea al lobo es impres cindible para la supervivencia del animal. Sólo que hay quien lo quiere defender a toda costa y otros que lo quieren disecado”. España dispone de una naturaleza im ponente. ¿Por qué no hay más libros de este tipo en el país? Falta la gran tradición de literatura
Equilibrio animal Para intuir el carácter de un lugar es útil ver cómo sus habitantes se relacionan con los animales. Si en El tigre John Vaillant explicó Rusia con mayor pro fundidad que miles de libros de historia, Javier Pérez de Albéniz acaba de firmar una obra que comparte aquel espíritu: La guerra del lobo. El autor ha hecho de La Pavona, la finca de su familia en Ávila, un privilegiado observatorio para el
Cuestióndecredibilidad.Enotroslu garesesdifícilquetecuelendatosfal sos.Aquícadaunodiceloquelepare ce. El periodismo medioambiental es mucho más serio afuera. En España aguanta la revista Quercus, pero el resto de intentonas no ha funciona do. Se prefiere atender a otras cosas mientrasnosolvidamosdeloqueim porta de verdad: el cambio climático.
de la naturaleza que existe por ejem plo en Estados Unidos o Inglaterra. Los ingresos por derechos de autor dellibroqueescribísobreellinceson mínimos. Nos falta cultura. Así es el país.
tos de ovejas muertas, de lobos en la región...ymuchossonfalsos.Seusaal loboparataparcosasyalgunossehan radicalizado. Para llegar a acuerdos habría que abandonar esas posicio nes.Notepuedesfiardeunosniotros.
Hayquiensísabeutilizaralloboparasa car provecho económico. Los cazadores dicen que sobran lo bos, los ecologistas responden que ni en broma; cada parte enseña sus da
¿Y de la administración? De eso también se habla en el libro.
estudio del lobo y de un entorno conmo cionado por el resurgimiento del carní voro en la zona. El libro explora las tensiones desatadas por el depredador, combinando reflexiones y experiencias personales con entrevistas igual a pasto res que a científicos, y episodios ejem plares ocurridos en Andalucía o Canadá, adonde él mismo fue buscando lobos. Con cariño y admiración por la fiera, el madrileño despoja al lobo de su leyen da negra presentándolo con sus hábitos, flaquezas y necesidades en un intento de
¿Yporquésefíadelosdatosqueofrecen otros países?
recuperar el respeto hacia un mamífero a menudo señalado como problema cuando no es más que la tapadera para ocultar conflictos más serios. Reclama ciones de ganaderos que inflan el núme ro de ovejas muertas por lobos para cobrar mayor indemnización; políticos que, a cambio de votos, condenan al lobo a la extinción; ecologistas que obvian los intereses ajenos... Sin complejos y al grano, Pérez de Albéniz busca el equili brio en la batalla articulando una narra ción seria con chispazos humorísticos e
Los libros sobre naturaleza sí parecen en auge. Hay editoriales como Capitán Swing o Errata Naturae que ofrecen títulos muy buenos. ¿Cuáles le continúan inspirando? Los primeros que leí me dejaron tie so. Recuerdo los de Kenneth Ander son y Jim Corbett, historias de caza dores blancos y aventuras. Y, ya más mayor, Peter Mathiessen. |
impulsada por un ritmo vivaz que favo rece el talento divulgativo del autor, capaz de ilustrar con ejemplos memora bles: ese pastor al que los lobos mataron cien ovejas y aun así reivindica al animal frente a los que cuelgan lobos muertos en las señales de tráfico. Un libro para vernos más allá de la bestia y pensar cómo deseamos relacionarnos con ella. | Javier Pérez de Albéniz La guerra del lobo CAPITÁN SWING. 192 PÁGINAS. 16,50 EUROS
Jordi Llavina
ARCHIVO
La ermita de Sant Pere en la Selva del Camp
JULIÀ GUILLAMON
Camino verde es una canción de Car melo Larrea para la película Suspiros deTriana(1955).LahizofamosaJua nito Sagarra (el cantante de boleros, no el periodista), la cantaron Los Panchos y José Feliciano. El chico vuelve a pasar por el camino verde, caminodelaermita:estásecoyaban donado. Aprovecha para decir a la chica, con quien antes paseaba, que regrese, para que reviva. Con un pretexto similar al de esta
canción que llegó a ser popularísima, Jordi Llavina (Gelida, 1968) ha escri tounpoemanarrativo,introspectivo, enelque,enlaproximidaddeloscin cuenta años, hace balance de la vida, mira al futuro, mira a su entorno, dia loga con el paisaje, filosofa un poco sobrepintura,sobreloshijos,sobrela memoria, sobre la tierra, sobre los li bros, sobre los cipreses y sobre otras muchas cosas. El poema, escrito en octosílabos, dibuja una franja estre cha y deja unos márgenes en los que
AYUNTAMIENTO DE LA SELVA DEL CAMP
enumeralosaspectosquetrata,como un índice temático. En su libro sobre el excursionismo JoanLluís Marfany explica el víncu lo entre la expansión pulmonar del
En este mundo materialista y hedonista, el poeta, sin renunciar al vino, busca la pureza de la infancia
Jordi Llavina Ermita METEORA. 101 PÁGINAS. 16 EUROS
Novela Ramqvist pone el foco en las sensaciones, a partir de la maternidad, en una trama criminal
Un thriller varicoso y lactante ANTONIO LOZANO
Pocas veces una fotografía de por tada ha condensado y anticipado mejor lo que le aguarda al lector cuando cruce su umbral para aden trarse en la historia. La instantánea sin título de Gregory Crewdson muestra a una mujer desnuda y ca bizbaja en un dormitorio tenue mente iluminado, de pie frente al espejo de una cómoda. Un cerco de ¿mugre? / ¿sangre? a sus pies, y una luz azulada e impregnada de nebli na oteando desde la ventana. Una atmósfera inquietante e irreal. Las preguntas se agolpan. La mente del espectador es empujada a cons truir hipótesis. La ciudad blanca no sólo se abre
con una variación sobre esta ima gen –una mujer contempla en el espejo los estragos que el embara zo ha causado en su cuerpo en me dio de un silencio absoluto y el frío royendo el exterior– sino que, co mo en el trabajo de Crewdson, bus ca de forma prioritaria generar un desasosiego que nos impela a relle nar los vacíos, reconstruir todo el fuera de campo que se nos ha sus traído. Karolina Ramqvist (Göte borg, 1976), una sensación de las nuevas letras suecas con este best seller en todo el ámbito escandina vo que le ha reportado el premio Per Olov Enquist, nos sirve un hilo narrativo muy fino: a punto de que darse sin casa ni dinero, la viuda de
un miembro de una organización criminal, madre de un bebé, busca convencer a los excompañeros de su marido que le den una parte del botín de su último golpe. En vez de apostar por el contex to, los antecedentes, la lógica expo sición de los hechos –cómo se llegó hasta esa situación, quién lleva ra zón…–, Ramqvist pone el foco en las sensaciones y, dentro de estas, en la fisicidad. Como si en la filma ción de una situación de estrés má ximo –una batalla, un atraco, o un tiroteo– el director cerrara com pletamente la cámara sobre el su dor de un rostro o el tembleque de una mano. Una mirada impúdica al cuerpo dolorido de la protagonista,
Karin, con sus varices y sus pechos rebosantes de leche, se solapan con las constantes demandas de ali mento y atención de su hija. Y cer cándolas a ambas en todo momen to, un frío paralizador, una conjura de nieve, ventisca y hielo descrita con feroz lirismo. La ciudad blanca es una suerte de thriller abstracto o miniatura de expedición polar construido a par tir de todo lo que suele desechar la ortodoxia: madres, cuerpos pega josos, llantos infantiles. | Karolina Ramqvist La ciudad blanca ANAGRAMA. TRADUCCIÓN: CARMEN MONTES CANO. 192 PÁGINAS. 17,90 EUROS
LIBROS Sábado, 20 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia
Un voto de sencillez
ejercicio físico y el nacimiento del sentimiento patriótico. En el siglo XXI, las cosas han cambiado mucho. El poetacaminante es un individuo consciente de su individualidad, de su singularidad. No sube a la ermita en busca de una Virgen encontrada. Ermita es más bien nombre de vino. En este mundo materialista y hedo nista, el poeta (sin renunciar al vino) busca la pureza de la infancia. La Selva del Camp es el pueblo de sumadre,yla ermitadeSantPere,un lugar de salidas y recreos de niños contresmesesdevacaciones.Llavina también ha tenido hijos y algunas de las observaciones más finas del libro hacen referencia a la mirada de los críos:lahijaquevaencocheybuscala luna, que se esconde detrás de las ca sas y de las copasde los árboles, en un juego dinámico, mejor que ninguna maquinita. O cuando recuerda que el hijo,cuandoeraunbebé,sedeslizaba hacia arriba hasta tocar la cabecera de la cuna. Son dos imágenes antagó nicas, que tal vez definen la persona lidaddelosdoshijos,oquedesdoblan la manera de ver el mundo de Llavi na:lasganasde gozardelasilusiones, la luz y la belleza. Y la necesidad de encontrar una reserva de confort pa ra no tener que sufrir, para dejar de sufrir o no sufrir tanto. Porque el poema deja un rastro de tristeza. La ascensión a la ermita no acabaconaquelsentimientoexultan te que decía Marfany delos excursio nistas heroicos. El camino romántico conduce a la muerte. Queda tiempo y entretanto, el poeta hace voto de sen cillez:aprenderáavalorarmáslaspe queñas cosas, como lo ha hecho en el camino. Queda el libro, como una he rencia para la posteridad. |
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Poesía Una ascensión a la ermita de Sant Pere en la Selva del Camp le da a Llavina el pretexto para un viaje interior: el paso del tiempo, el recuerdo de la niñez, el paisaje, los libros, la vida se ve distinta, lejos del trasiego cotidiano
LIBROS
libroscopio
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 20 enero 2018
Verdades y miradas Uno de los debuts literarios más sugerentes de 2017 ha sido el de la periodista argentina especializada en arte María Gainza con su primera novela, El nervio óptico (publicada por Anagrama). Hilvana fogonazos de la vida de pintores como Fujita, Rothko o Henri Rousseau con los altiba jos de la cotidianidad de la narradora sin empastar realidad y ficción ni recurrir a mejunjes metaliterarios. De Cándido López, un pintor argentino que pinta la guerra con un aire naif, como si fueran batallas de soldadi tos de plomo, nos dice que “estaba convencido de que para tocar el cora zón de la realidad había que deformarla”. Los pintores se pasan la vida tratando de hacer lo imposible: encerrar la realidad compleja, cambiante y fugaz en una tela plana y que al mirar la encontremos ahí el aliento de verdad. No es muy distinto de lo que hace un escritor, pero su teclado es un pincel. Uno de los que más ha indagado y de las formas más heterodoxas posibles la manera de meter la realidad verdadera en el artificio del cuadro –si es que puede afirmar se que una cosa sea más verdadera que la otra– es David Hockney, una de las leyendas vivas de la pintura del siglo XX. A sus 80 años sigue buscan do y experimentando en cualquier formato, como esas obras hechas con un iPad que han sulfurado a una parte de la crítica. Coincide la publicación de dos libros. La editorial Siruela publica Una historia de las imágenes, escrita por Hockney y el crítico de arte Martin Gayford, donde recorren la historia del arte tratan do de responder a la gran pregunta: “¿Qué mues tran las imágenes: verda des o mentiras?”. En David Hockney, Love life (Elba) tenemos la oportunidad de aso marnos a la trastienda del pintor gracias al galerista y escritor Jean Frémon. Con él nos colamos en la casa del artista en Cali fornia, volcada sobre los bancales de Mulholland Drive. Tras el ventanal, ha hecho colocar unos peces de madera de colo res pintados por él para David Hockney y Jean Frémon CEDIDA crear la representación de un acuario. Para Hock ney el mundo es representación, la verdad es tan cambiante como pueda serlo la mirada. Frémon sabe. Publicó un libro excelente sobre el mundo interior de los pintores, Calle de la Mirada, y aprovecho que viene a Barcelona –le encanta la ciudad y la visita a menudo– para preguntarle qué puede aprender un escritor de la manera de mirar de los pintores: “Los pintores son los inventores de formas. Es a lo que un escritor debe aspirar también.” Me cuenta que ha conocido a Miró, Chagall, Calder, Bacon… “Pero el artista que más ha influido en mi vida es Louise Bourgeois. Un personaje extremadamente complejo”. De Tàpies explica que “cuando no estaba en su taller pasaba mucho tiempo en su biblioteca. Era su dominio. Allí escuchaba música, leía y consultaba libros; conservaba obras de arte de todas las épocas y civilizaciones. Era su laboratorio y cuando estaba allí se le veía radiante”. Le digo que Hockney es brillante aunque también controvertido y que él no le pone ni una pega… ¿No tiene ninguna grieta o es usted un cronis ta muy cortés? “La controversia es útil a veces, pero cuando pone en duda los logros de un gran artista es a menudo el resultado de la miopía o la imbecilidad. En 1973, cuando Picasso expuso sus últimos cuadros en el Palacio de los Papas en Aviñón, la gente se río y se burló de él. Les daba pena incluso ese pobre viejo que debía haber sabido retirarse a tiempo. Hoy en día, todo el mundo ha comprendido que fue un gran artista hasta el final. La controversia es legítima, pero me parece mucho más interesante confiar en los artistas: ellos nos muestran cosas que nosotros no habíamos imaginado”. | ANTONIO ITURBE
Novela La nueva obra de Amills se centra en las memorias de la brillante Asja Lacis, amante de Walter Benjamin, con una Europa agitada de fondo
Amor bolchevique MARTA HORMAECHEA
“Detrás de cada gran mujer hay un hombre complicado. Y viceversa”. La escritora y periodista mallorqui naRoserAmillssebasaenestacerte zaparacontarensunuevanovelaAs ja.Amordedirecciónúnica–comohi zo recientemente en La bachillera– la historia de una mujer brillante y, como tantas otras, olvidada. Se trata de la letona Asja Lacis que, además de amante del filósofo Walter Benja min –hasta ahora falsamente recor dada como la posible espía rusa que le arruinó la vida–, fue una bolchevi que convencida y lúcida directora de teatro. En1955,trasdiezañosenungulag siberiano –recluida por amar dema siado la cultura y a los intelectuales alemanes–Asjarecibedeldramatur go Bertolt Brecht una devastadora noticia: Benjamin se quitó la vida en 1940 en Portbou, huyendo de los na zis. Su viaje en tren de vuelta a Mos cú,elmismoqueWalterhabíahecho años atrás en su busca, se convierte en un simbólico viaje de vuelta hacia Walter. En su compartimento, Asja garabatea desenfrenadamente unas confesiones en las que el lector, co mo curioseando por encima de su hombro, tendrá el privilegio de en frascarse. Situadas en los felices años veinte primero y en los más angustiantes treinta después, con Moscú, París, Berlín,RigayunaItaliaalgoidealiza dacomotelóndefondo,estasmemo riasrepasansutumultuosayprofun da relación con Walter. En 1924, en Capri, un brillante intelectual bur gués, atormentado por su propia lu cidez,seenamorairremediablemen
Roser Amills
te de una revolucionaria bolchevi que. Ella, aunque prendada de su “mezcla de titubeo y desparpajo”, lo tortura, fiel al ideal del amor libre, amor comunista. Amor e historia se fusionan. Aellohayqueañadirunenvidiable entorno: mientras Brecht se aferra al comunismo con Asja, el filósofo Theodor W. Adorno afirma que “la bolchevique” es una mala influencia para Walter, igual que Gershom Scholem,quequierellevarseaBenja min consigo a la Universidad Hebrea en Palestina. Entre tanto, Max Hork heimer rechaza su tesis y halaga la de un tal Joseph Goebbels, sin conocer sufuturo...TodosvanconEuropaha cia el abismo y Walter, con lucidez admirable, rechaza el nacionalismo alemán y sospecha de la revolución rusa, siempre “en contra de todos los que no aceptan otra manifestación quelasuyaytratandeconvenceralos demás desde cualquier púlpito”. Asja mira atrás y lamenta su tozu dez. Su revolución fracasó, como su amor libre, “otra forma de compro bar la fragilidad humana”. Y es esta fragilidad, estos sentimientos nove lados,sinduda,porAmills,peroinse parables de los hechos históricos, lo que da valor a la novela. Muy bien documentada pero lejos del ensayo, Asja,ademásderecuperaraunamu jer digna de ser recordada, nos cuen ta la historia de Europa desde los co razones confundidos de cuantos protagonizaron el ambiente intelec tual de entreguerras. | Roser Amills Asja. Amor de dirección única COMANEGRA. 304 PÁGINAS. 18 EUROS
GUY AELBRECHT
LIBROS
de ayer a hoy
La civilización con Kenneth Clark
Kenneth Clark durante el rodaje de uno de los capítulos de ‘Civilización’
le encontraban adusto, taciturno e incómodo, como si no estuviese bienensupiel.Segúnél,laconfianza en uno mismo depende de la prácti ca deliberada del autodesconoci miento. Aunque se tipifique de re servados a los ingleses, esta exquisi ta descripción con el propio yo me parecellevarlacorreccióndemasia do lejos. Bien es verdad que su ma dre sentía un horror genuino ante la emoción, hasta el punto que no es cuchabamúsicaytemíairalaiglesia por miedo a sentir algo. Clark no re cordaba haber sido tocado por su madre. En compensación, el padre le de jó una cuantiosa herencia prove niente de una fábrica textil escocesa quevendióen1896pordosmillones ymediodelibras.Trassueducación en Winchester y Oxford, su fortuna personal le permitió dedicarse a lo que le gustaba, ser el Ruskin de su generación, pese a pertenecer a la llamada generación de Brideshead,
casó. Cuando se lo anunció al maes tro, éste le despidió con un lacónico “no es cosa mía”. Su matrimonio se ría largo e incómodo por motivos que no merecen entrar en este pai saje de fondo, y lo repetirá en 1977, cinco años antes de morir. EnLondresdirigelaNationalGa llery en 1934, con treinta y un años cumplidos, y salva los cuadros du rante la Guerra Mundial; en una de esas limpiezas y traslados a los sóta noshalló20telasdeTurnerabando nadas, que ahora están en la Tate. También tuvo que salvar su mundo cultural,arrasadoporla guerra.Crí ticoscomoAnthonyBluntvieronen el marxismo la salvación al arte; el Estado ocuparía el lugar del mece nas. Clark llegó a creer que el socia lismo era la única solución, aunque desconfiabadelastendenciastotali tarias.En1935escribióenelListener que la estética cubista era muy limi tada y estaba condenada a agotarse en un callejón sin salida. Dudaba
que el artista pudiese comunicar pormediodeformasgeométricassu visión intensa acerca de la realidad esencial de la vida, y adoptó la tesis de Herbert Read: el arte se nutre de lafuerzavital,esaenergíaquesema nifiesta en el crecimiento orgánico. Nuncalellenóloabstractoynose retractó de considerar el cubismo uncaminosinsalida.Enestoseque dó casi solo y comenzó a dudar –co mo todos, lector– si no era su insen sibilidad lo que le impedía la com prensióndelartedevanguardia.Por fortuna razonó sus dudas. En El va lor del arte en un mundo de expan
ARCHIVO
Tras su educación, su fortuna le permitió dedicarse a lo que le gustaba, ser el Ruskin de su generación sión, observó que los grandes movi mientos en el arte han coincidido con periodos en los que la sociedad ha tenido una visión del mundo co herente y positiva. Cuanto más se guralacreenciadelasociedadenun universoordenado,mássólidalaes tética dentro de la cual construyen los artistas su mundo imaginario. Pero si lo único que cuenta es la pu reza de las intenciones del artista, entonces todo vale igual. Clark continuó prediciendo que el arte abstracto se agotaría pronto, porquetodoartegrandesehahecho sobrealgo,teníaunsignificado,aun que no fuese en palabras sino en
símbolos:serefiereagrandesverda des universales, a los grandes temas que preocupan a cada sociedad en cada momento histórico. Decía Read que Clark es un escri tor que expresa una sensibilidad quisquillosa en prosa precisa. Su es tilo tiene la facultad de la claridad, formidableerudiciónyojoexigente: exacto, perspicaz, ingenioso, imagi nativo, puede explicar difíciles con cepciones abstractas en frases ele gantes compuestas de palabras sen cillas. Sus modelos eran Ruskin y Pater, a los que añade la sobriedad de Macaulay; sus libros se leen con agrado y, aunque parezcan algo su perficiales,ellosedebeasudeseode claridad. En 1953 compró el castillo de Sal twood cercade Folkestone, en el ca naldelaMancha;ensutorremedie val instaló la biblioteca, “como Montaigne”, y se dedicó a escribir: LeonardodaVinci,Elartedelpaisaje, El desnudo, Rembrandt, Mirando cuadros, Momentos de visión, El arte del humanismo. Su autobiografía es tan discreta como sus modales, y no deja traslucir los graves problemas familiares –recordados y repetidos por su hijo Alan Clark– que Meryle Secrest apuntó en su biografía. Su último gran esfuerzo fue la se rie televisiva Civilización, que pre sentó y escribió: “El problema de nuestra civilización es que ha perdi do contacto con nuestras raíces es pirituales,nuestranocióndelaesca lahumana,nuestrosentidodellugar adecuado del hombre en el marco de la naturaleza.” Como todos los quevierondesaparecerelmundode antes de la guerra, Clark deseaba vislumbrar una nueva civilización; al no verla, repasó el contendido de Europa, desde Carlomagno hasta el presente. Es una elegía al pasado desaparecido, en la que se mezcla el pesimismo con el agradecimiento hacia las obras de arte que le dieron las mayores satisfacciones de su vi da. Grabó una serie elegante y me lancólica de gran audiencia. | Kenneth Clark Civilización ALIANZA EDITORIAL. TRADUCCIÓN: MARÍA LUISA BALSEI RO. 576 PÁGINAS. 15,20 EUROS
Momentos de visión ELBA.TRADUCCIÓN:JORDIAINAUD.272PÁGINAS.22,50 EUROS
LUIS RACIONERO
Cultura|s La Vanguardia
por la novela de Cyril Connolly, con Maurice Bowra –Mister Samgrass en la ficción– a la cabeza, un grupo quenopropiciabalasausteridadesy moralismos de la época de Ruskin. Como Clark no era artista, ni siquie ra dibujante, se dirigió hacia el gran conocedor, historiador y humanista Bernard Berenson. Clark acudió a I Tattien1925ycongeniólentamente con Berenson hasta convertirse en su hijo espiritual, el discípulo y ayu dante ideal; pero Clark tenía dema siada personalidad –y demasiado dinero– para crecer a la sombra del gran esteta: se volvió a Londres y se
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Ahora que están de moda las series sobre temas de lo más diversos, quiero señalar la sublime serie Civi lización presentada personalmente por el gran crítico Lord Clark que es quienmejorhaentendidoaLeonar do da Vinci. Los que le conocieron, que son muchos, pues murió en 1983,comentanlarapidezyclaridad de su pensamiento, sus modales de exquisita cortesía, un aire casi natu ral de superioridad basado en la educación –Winchester y Oxford– y su fortuna familiar. Su altivez ro zaba la arrogancia, sobre todo cuan do se interponía la timidez. Muchos
Sábado, 20 enero 2018
Autor de diferentes libros de arte y director de la National Gallery en 1934, presentó y escribió la serie televisiva ‘Civilización’, su último gran esfuerzo, en una elegía al pasado desaparecido
ARTES
NA BARCELO
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 20 enero 2018
Arte|s
RAFAEL DURAN CAMPS: LA SALA PARÉS, 1960 Estrechamente vinculado con la Sala Parés, donde expuso anualmente desde 1932, el pintor (18911979) se mostró siempre partidario de la figuración frente a los movimientos de vanguardia.
COLECCIÓN PARTICULAR
ROMÀ RIBERA: SORTIDA DEL BALL Ribera (1848 1935) recrea en sus obras un mundo amable, escenas costumbristas de la burguesía tratadas con un detallismo próximo al ‘art pompier’.
Una exposición recorre la evolución de lo que empezó a mediados del XIX como una tienda de material de artista que exponía en sus escaparates diferentes cuadros para convertirse en un lugar de referencia, en ocasiones el único de Barcelona en el que ver, y tal vez comprar, arte
Los 140 años de la Sala Parés
ARTES SÒNIA HERNÁNDEZ
Laindiferenciaconlaquelaburgue sía catalana acogió las primeras obras en pastel de un joven Pablo Ruiz Picasso, el escándalo que pro vocaron las gitanas de Isidre Nonell olapocafortunaquetuvieronlasex posiciones de un más tarde cotizado Francesc Gimeno son sólo algunas de las anécdotas con las que se pue deretratarelmercadoartísticocata lán desde inicios del siglo XIX hasta mediados del XX. Todos estos he chos tienen como punto en común la Sala Parés, y pronto dejan de ser anécdotas para convertirse en las escenas o secuencias con las que se construye la historia de un momen to esplendoroso del arte catalán, crucial para la aparición del gale rismomodernoenBarcelona.Ésees el principal mérito de la exposición con la que se celebran los 140 años de este espacio artístico en Barce lona. Gracias a la narración construida por el comisario, Sergio Fuentes Milà, a través de las obras expuestas
asistimos a la evolución de lo que empezó a mediados del XIX como una tienda de material de artista, de marcos y molduras que exponía en sus escaparates diferentes cuadros, y llegó a ser en algunos momentos el único lugar de Barcelona donde po der exhibir, ver y –los privilegiados que podían permitírselo– comprar obras de arte. Las escenas de la vida diaria de esos mismos afortunados a la salida del Liceu, como las repre sentadas por Romà Ribera, los pai sajesdeRamonMartíiAlsinaoelvi gordeloscaballosdeJosepCusachs dan testimonio del modo en que la éliteejerciódemotordeundetermi nado arte que Joan Baptista Parés supo engrasar desde su estableci miento reconvertido. No en vano fueunadelasprimerasconstruccio nes en diseñarse, según Sergio Fuentes, “ex profeso para la exhibi ción de obras de arte”. Con el tiempo, el éxito comercial dealgunosartistasprovocótambién el paso de las exposiciones colecti vasalasindividualesymonográfi>
sentativos del discurso histórico. Primero hemos definido las etapas, después a los principales artistas de cada una, y a partir de ahí, hemos buscado las piezas entre particula res, la colección de la Sala Parés y al guna institución. La mayoría está a la venta, porque tenemos una función que responde a nuestra naturaleza.
¿Qué significa liderar la galería más an tigua del país? Joan Anton Maragall: Significa una responsabilidad, porque llevas a tu espalda 140 años, y piensas que, si por lo menos llegas a acabar tu etapa profesional con la galería funcionan do al nivel que ha de tener, habrás hecho un buen trabajo. Por tanto, yo
¿Cuál es la principal enseñanza que han extraído de la muestra? J.A.M.: Una conclusión que extraigo no sólo del montaje, sino también de comentarios posteriores es que aun que últimamente se ha dicho que se ha perdido el interés en la pintura catalana de esta época o que se mal trata, he constatado que si una expo sición se hace con cuidado, aten diendo al relato y escogiendo bien las obras, entonces la gente se intere sa y viene a verla. Y se habla de ella. A veces no se trata sólo de las modas, sino que también importa el esfuer zo que se pone en dignificar y enalte cer aquel periodo del arte. S.F.: Yo también destacaría la re cuperación que se ha conseguido, que creo que es clave. La exposición está sirviendo para recuperar las raí ces de la Sala Parés, un tema que se había dejado de lado. El público no asociaba esta galería con esta pintu ra, y la muestra sirve para que se re cupere esta parte de la historia.
Sergio Fuentes, comisario de la exposición (izquierda), conversa con Joan Anton Maragall. presidente de la Sala Parés DAVID AIROB
no soy más que un eslabón en una cadena que tiene unos antecedentes y que tiene otros eslabones por de lante. Durante varias generaciones, las familias Parés y Maragall han realizado una tarea cultural. Conti nuarla es una satisfacción porque provoca el sentimiento de un reto cumplido. ¿Qué criterio se ha seguido para esco ger las obras expuestas? Sergio Fuentes: Hemos intentado que las piezas estén asociadas al mo mento en que sus autores son repre
¿Cuáles son los próximos retos? J.A.M: El paso siguiente será saber adaptarse a una nueva manera de funcionar y de comunicar y de pro gramar, que yo creo que es lo que han de hacer todas las galerías. No soy partidario de prescindir del es pacio físico, que es muy importante, pero es evidente que el futuro pasa también por el espacio virtual. Y hay que afrontar bien ese reto, que va muy ligado con la globalización. Hay que saber posicionarse bien en ese terreno, y hacerlo respetando un es tilo concreto y un rigor en la progra mación y en la calidad artística de nuestro trabajo. Una galería es un agente cultural más, tiene que pres tar un servicio a la sociedad, pero manteniendo un criterio y una cali dad que muestra una manera con creta de actuar.
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El presidente de la Sala Parés, Joan Anton Maragall, y el historiador del arte Sergio Fuentes Milà han tarda do ocho meses para encontrar la na rración que había de dar forma a la historia del mercado artístico cata lán de los últimos 140 años, además de seleccionar y localizar las obras capaces de hacerlo.
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“El futuro pasa por el espacio virtual”
Sábado, 20 enero 2018
entrevista a J.A. Maragall y Sergio Fuentes
ARTES Sábado, 20 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 14
JOSEP ROCA SASTRE: PASSADÍS, 1997 Este cuadro de RocaSastre (1928 1997), posterior a las fechas que aborda la exposi ción, ha sido incorporado por su valor simbólico como el camino que sigue la galería
> cas. La tríada formada por los pin
tores Santiago Rusiñol y Ramon Ca sas y el escultor Enric Clarasó deja constanciadelallegadadelamoder nidad artística en Catalunya al traer alacallePetritxoltodoloquehabían aprendido en la bohemia parisina. Se trataba de artistas tan rentables que bien justificaban una reforma de la sala para introducir los tapiza dos en terciopelo rojo o las otoma nas, así como la innovación que su ponía el vernissage de la inaugura ción, tal y como se acostumbraba hacerlo en la capital francesa. De la
quez o el siempre presente Rusiñol. Joan Anton Maragall Garriga, ac tual presidente de la Sala Parés, rei vindica la exposición como un ho menaje a todas las personas involu cradas en la historia de la galería. El recorrido se cierra con la etapa que se extiende entre 1925, cuando la fa milia Maragall se hace cargo de la sala,quemantendráelnombredesu fundador, y llega hasta 1988. Supera las adversidades gracias a la activi dadfueradelpaístantocomoporlos esfuerzos para recuperar un papel activo en la promoción del arte en
Las escenas del Liceu o los caballos testimonian el modo en que la elite ejerció de motor de un determinado arte
El éxito comercial de algunos artistas provocó el paso de las exposiciones colectivas a las individuales
misma manera que la atmósfera que Hermen Anglada Camarasa refleja ba en sus cuadros podría haber sido decisiva para empujar al joven Pi casso a viajar a París, como ha escri to Francesc Fontbona. El afán por adoptar las novedades más candentes del arte pareció du rarleaJoanBaptistaParésjustohas ta la llegada del noucentisme. Prefi rióaferrarsealmodernismo,unade cisión que, junto la irrupción de las vanguardiasdelprimer tercio delsi glo XX, condujo a la galería a una etapa de descrédito, en palabras de Fuentes Milá. El visitante a la expo sición también se adentra en la som bra de esa época sólo tenuemente iluminadaporlafidelidaddeartistas como Modest Urgell, Carlos Váz
Barcelona, defendiendo la figura ción como línea estética que había de servir de contrapunto a tenden cias más experimentales y vanguar distas. Los últimos treinta años en la his toria de la galería quedan para otro análisis, cuando, según Maragall, el tiempo permita tener una perspec tiva sobre el proyecto del que él mis mo se hizo cargo a finales de los 80 y por el que continúa luchando para que la Sala Parés siga siendo un es pacio de referencia. Las 43.000 visi tas que la galería recibe cada año así parecen confirmarlo. | Memoria. 140 años COMISARIO: SERGIO FUENTES MILÀ. SALA PARÉS. BARCE LONA. WWW.SALAPARES.COM. HASTA EL 13 DE FEBRERO
opinión
ARTUR RAMON
Lampedusa vende Sèvres Desde que descubrí El gatopardo nunca he dejado de interesarme por Giuseppe Tomasi di Lampe dusa. Mi editora, Clara Pastor, me recomendó el cuento El profesor y la sirena, un homenaje a la inteligencia y la sensualidad, un cuento que relaciona el mito con la fantasía. Lampedusa no tuvo éxito en vida y El gatopardo fue rechazado por prestigiosas editoriales mientras a su autor le diagnosticaban un tumor que no le permitiría verlo publicado. Llega ahora de la mano de Acan tilado Viaje por Europa. Corres pondencia (19251930), una selección de cartas que el autor siciliano mantiene con sus pri mos, Casimiro y Lucio Piccolo,
mientras recorre Europa como un dandy. Entre las jugosas páginas llenas de juegos eruditos y sexuales, me divirtieron especialmente las que dedica a sus intentos por vender un juego de porcelanas de Sèvres en Londres. Se reúne con expertos e historiadores del arte –“tratar con los ingleses siempre da gusto: son corteses y expeditivos, y su aparen te estupidez es sólo inmensa e irrefrenable timidez”– que le acon sejan cómo venderlo. Es curioso observar como todos ellos le des aconsejan que acuda a los anticua rios porque cobran las tasaciones. Recalca la mala práctica (común aún hoy) de cobrar un porcentaje de la tasación y de esta manera
hinchar el valor de las colecciones para percibir más honorarios. Mientras leía esta correspondencia, recordaba mis tiempos de estudian te en Londres, donde en Sotheby’s nos pasabamos la tarde escrutando porcelanas que no me interesaban nada. A Lampedusa tampoco le interesan, sólo el dinero que puede sacar como le pasa a los que here dan obras y se deshacen de ellas.
Fotograma de ‘El gatopardo’ (1963) del director Luchino Visconti
El porqué de la devaluación de ciertas antigüedades está en la perfecta combinación de desafecto por las piezas y fácil salida en las subastas. Y los anti cuarios, especie globalmente en extinción, son agentes residua les, muchas veces mal etiqueta dos como personajes siempre sospechosos, los últimos guar dianes del mundo de ayer. La última vez que estuve en Paler mo visité el cementerio de los Capuchinos. Tras una verja de hierro hay una lápida de mármol donde yacen los restos de Giu seppe Tomasi di Lampedusa, principe de Lampedusa y duque de Palma di Montechiaro, en el mismo lugar donde él mismo hace reposar a su príncipe Fa brizio de Salina en su Gatopardo. Cierro los ojos y veo la elegante figura de Burt Lancaster bailan do con Claudia Cardinale entre espejos dorados que reflejan porcelanas de Sèvres en la casa de campo de Donnafugatta.
ARTES ROCÍO DE LA VILLA
Dice Esther Ferrer (San Sebastián, 1937)quenolegustaexponer,lebasta con resolver los problemas que le in teresan sobre un papel y con peque ñas maquetas de cartón en las que di buja con hilos. Siempre se ha sentido más performer. Sus obras (fotogra fías,instalaciones,vídeos,esculturas) a menudo son resultado de un proce so de ida y vuelta, hay performances que terminan concretándose en una pieza, y piezas que fueron bocetos, maneras de concebir performances que,paraella,sonelmejorejemplode “obraabierta”.Elazarformapartein dispensable, así como todo lo que puedan introducir, o no, libremente los participantes. Todas las variaciones son válidas, incluida esta es un buen título para una retrospectiva comisariada por LaurenceRasselyMarVillaespesaen la que, por fin, el Museo Reina Sofía rinde homenaje a cincuenta años de trayectoria de esta artista vasca resi dente desde los años setenta en París e integrante, a veces, hasta 1996 del grupo ZAJ. Después, sería protago nistadelpabellónespañolenlaBienal de Venecia en 1999, premio Nacional de Artes Plásticas y premio Gure Ar tea en el 2012 y premio MAV y la pri merpremioVelázquezespañolaenel 2014. Impertérrita, Ferrer ha conti nuadotenazconsumaneradeenten der el arte, como heredera de Satie y deCage,lectoradelLibrodelTaoydel I Ching, anarquista y feminista. Pero ¿cómo hacer una exposición performativa? La artista ha burlado todoempaqueinstitucionalyesceno gráfico. Dejando el espacio diáfano, esta maestra de la simplicidad ofrece a los visitantes los austeros objetos cotidianos de los que en ocasiones se vale (sillas, mesas, cuerdas, palos, re lojes) para que ellos mismos activen las performances, con o sin ayuda de los mediadores presentes a diario. También hay fotografías, que dan idea de sus performances en diversos museos,centrosdearteyfestivalesde
Arriba, vista de la exposición en el Museo Reina Sofía
FOTOGRAFÍA: JOAQUÍN
CORTÉS / ROMÁN LORES
Centro, ‘Poema de los números pri mos’, 2016
performance en Europa desde los añosochenta. Sepuedenleersuspar tituras con depuradas instrucciones rítmicas junto a sus diagramas. Pero lo mejor es escucharlas en auricula res: así los participantes pueden constatar la retranca del fino humor de Ferrer, hasta quedar convencidos de que, efectivamente, cualquier va riación que introduzcan será bienve nida para Recorrer un cuadrado de to das las formas posibles, y tantas otras partituras. Presencia, tiempo, espa cio: sólo esto y la voluntad de hacerlo se necesita para hacer lo que, en su opinión, es “el arte más democrático que existe”. Además, en las alas laterales del Palacio de Velázquez, encontramos otras fotografías y objetos que remi ten al tiempo y a la identidad. Y es de agradecer que, en su mayoría, se ha yan elegido las piezas originarias que despuéshandadolugaraotrasseries, como El tiempo pasa (los días), más
El Museo Reina Sofía rinde homenaje a 50 años de trayectoria de esta artista vasca residente en París tarde Autorretrato en el tiempo, que consuscollagescondosmediascaras cada cinco años, más que un autorre trato es un estudio sobre el tiempo, porque ¿cómo si no es por sus huellas lo conocemos? Un rostro, un cuerpo de mujer desnudos desde los años se senta, frente a los estereotipos im puestos, que completan su declarada vertientefeministajuntoasusJugue tes bélicos, con desproporcionados falos, para cuya confección Ferrer se hizo cliente asidua de sex shops. | Esther Ferrer Todas las variaciones son válidas, incluida esta COMISARIAS: LAURENCE RASSEL Y MAR VILLAESPESA .MU SEO REINA SOFÍA. MADRID. WWW.MUSEOREINASOFIA.ES. HASTA EL 25 DE FEBRERO
ARCHIVO DE LA ARTISTA
Abajo, ‘Mallarmé révisé, o Mallarmé revisado. Dado de
la performance’, 1968
FOTOGRAFÍA: JOAQUÍN CORTÉS / ROMÁN LORES
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Un proceso de ida y vuelta
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Esther Ferrer
PANTALLAS 16
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Sábado, 20 enero 2018
Pantalla|s
Las imágenes de ‘El largo viaje hacia la ira’ muestran dos mundos parale los que sólo conver gen en la mente del espectador. Por un lado, las duras condiciones de vida de los emigrantes que llegan a Barce lona; por otro, la energía imparable de una ciudad moderna y consu mista
VICENTE J. BENET
Llorenç Soler es, probablemente, el cineasta que mejor documentó los enclaves deprimidos del extra rradio en la agitada Barcelona de los 60 y también las aspiraciones, los sueños y las penosas condicio nes de vida de sus habitantes, aquellos inmigrantes llegados de todos los rincones de España con el anhelo de encontrar una vida mejor. Para la mayoría de ellos, la precariedad con la que iniciaron su camino en la capital catalana no era menos rigurosa que la que aca baban de abandonar. En los años 60, Barcelona poseía un cinturón de barrios de chabolas con nom bres que, hoy en día, casi se han bo rrado de la memoria colectiva: el Somorrostro, la Perona, las faldas de Montjuïc, Can Tunis... De la precaria apariencia de sus casas y de sus gentes quedan documentos de excelentes fotógrafos como Joan Colom, Ignasi Marroyo, el italiano Sergio Dahò, o el francés Jacques Léonard, interesados en mostrar el lado oculto de una ciu dad que se pretendía cosmopolita y sofisticada. Y quedan también las películas de Soler, desvelando una realidad cuyo mero reflejo en la pantalla cuestionaba de manera radical la imagen optimista del desarrollismo. No cabe duda de que estas pelí culas pueden ponerse en relación con un debate que iba más allá del ámbito cinematográfico. En 1964, apareció el imprescindible libro Els altres catalans, de Paco Candel, que ofrecía una cruda descripción de las condiciones de vida en las barracas. El texto optaba por la na rración factual de una situación preocupante y tuvo una considera ble repercusión entre los círculos políticos del catalanismo, aparte de convertirse en un inesperado éxito de ventas. Además de mos trar la difícil integración social, las duras condiciones de trabajo, los problemas de alojamiento y la aglomeración insalubre de sus ha bitantes, apuntaba también a cues
Llorenç Soler y el lado oculto del desarrollismo
Emigrantes en la pantalla Al recordar la Barcelona de los años sesenta nos viene a la mente un mundo cosmopolita de mode los, publicistas, sofisticados inte lectuales y escritores frecuenta dores de Bocaccio cuya máxima expresión cinematográfica fue la llamada Escuela de Barcelona.
Pero hubo también un cine sensible a la cara oculta de la fiesta. Los emi grantes y los trabajadores que se desenvolvían en los ambientes más deprimidos y su cotidiana lucha por la supervivencia fueron asuntos recurrentes en algunas películas importantes del periodo. Uno de los
tiones de su asimilación cultural en la Catalunya del futuro. La in fluencia del libro de Candel sobre las primeras películas de Soler es más que evidente y guía su modo de abordar el asunto. Será tu tierra (1966) fue su pri mer documental. Encargado por el Patronato Municipal de la Vivien da, sería rechazado por este de bido a las perturbadoras imágenes de los inmigrantes hacinados en chabolas y sometidos a unas con diciones de vida miserables. De todos modos, el material no sería desaprovechado por Soler, ya que configuraría la base de su película El largo viaje hacia la ira (1969). Antes abordó de nuevo el tema aunque desde un enfoque diferen
mejores documentos fílmicos de esos años, el documental del cineasta aficionado Carles Barba, Aspectes i personatges de Barcelona (1964), contrapone con contundencia imá genes de la miseria del Somorrostro a las de la complaciente burguesía catalana y a los gerifaltes locales del franquismo. Esta realidad sin horizontes que sólo puede ser superada por el triun
Nacido en Valencia en 1936, comenzó su trabajo cinemato gráfico en Barcelona a principios de los 60. Su obra como director abarca el cine documental y el experimental, a menudo entre mezclados, con algunas incursio nes en el cine de ficción. Se carac teriza por su visión crítica y testi monial ante los asuntos tratados y casi todas sus películas se ubi can en el marco del cine indepen diente. La emigración, la margi nación social y la lucha cotidiana por la supervivencia son algunos de sus temas habituales.
te, en 52 domingos (1967). Este fil me se centraba en la descripción del mundo de los aspirantes a tore ro, todos jóvenes de procedencia inmigrante. Se trataba de hijos de trabajadores que dedicaban sus es casos recursos y los de sus familias a intentar escapar de la miseria en un sueño que el filme revelaba co mo imposible. El empeño por el triunfo en la plaza frente a la reali dad cotidiana de la explotación a la que se ven sometidos por sus pa tronos subraya el particular gusto de Soler por las contraposiciones entre motivos visuales y sonoros dentro de un espíritu dialéctico. En El largo viaje…, como en 52 domingos, Soler buscaba ante todo mostrarse cercano al hecho des
De izquierda a derecha: imagen del documental de Carles Barba ‘Aspectes i perso natges de Barcelo na’, cuando la ciudad vivía de espaldas al mar; fotograma del filme ‘La piel quemada’, de Josep Maria Forn; e imagen de ‘Los tarantos’, de Rovira Beleta ARCHIVO
fo en la plaza de toros permite a Jordi Grau una interesante aproximación a los ambientes del lumpen barcelo nés en El espontáneo (1964). Pero no cabe duda de que el mejor exponente de la descripción de la emigración en Catalunya es La piel quemada (1967), de Josep Maria Forn , en la que se expone de manera poco compla ciente la realidad familiar y laboral de los emigrantes llegados a la costa
para trabajar en la construcción, así como la dificultad de su integración. La idea de dos mundos paralelos que apenas se tocan está presente desde los créditos del filme. Finalmente, Rovira Beleta nos dejó el documento más importante de la comunidad gitana del Somo rrostro en Los tarantos (1963). Debi do a unas maniobras navales que debía contemplar Franco en la zona,
las 600 chabolas del barrio fueron demolidas en 1966 y sus habitan tes desplazados a otros lugares. Cuando Rovira Beleta quiso repetir su éxito de ambientes gitanos con El amor brujo (1967) tuvo que irse a rodarla a Cádiz. En Barcelona, comenzaba un impa rable proceso de cambio que, entre otras cosas, arrasó con la memoria de estos lugares.
PANTALLAS
crito, a la contingencia del mo mento reflejado, a la posible irrup ción de lo azaroso o de lo incontro lado que buscaba una veracidad que superara las trilladas conven
El espíritu dialéctico de Soler deriva en sus contraposiciones entre motivos visuales y sonoros ciones del realismo. Destacaba además, y de una manera particu larmente insistente, el recurso a los rostros anónimos, el apego a los cuerpos y a los objetos que cons truyen la atmósfera doméstica, así como los detalles inesperados que actuaban como metáforas de la ex periencia cotidiana. Soler aborda esos cuerpos y esos espacios con el uso constante de la cámara al hom bro, la consecuente improvisación en los encuadres, la ocultación de la cámara para pulsar inadvertida mente el ambiente de las calles, el uso de teleobjetivo escrutando rostros de personas que caminan por ellas, la observación minuciosa de los objetos que decoran las mo destas viviendas en las que entra el cineasta, así como el ajuste inme diato a las condiciones de ilumina ción y de encuadre en el lugar mostrado. Un cine pobre y de ur gencia para tratar un tema acu ciante. Frente a esas imágenes de la precariedad, Soler contrapone el urbanismo moderno, la agitación de las calles rebosantes de comer cios, de bancos, de publicidad que anima al consumo, de gentes des preocupadas que atiborran las te rrazas de los bares. El contraste nos hace pensar en dos mundos paralelos que no se encuentran más que en la mente del especta dor. Y con el paso del tiempo, se reivindican como documentos im prescindibles para una memoria compleja, heterogénea y crítica del pasado de Barcelona. |
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el autor
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Sábado, 20 enero 2018
El cine de Llorenç Soler muestra la cara menos amable de la emigración en la Barcelona del desarrollismo. Revisarlo nos permite mantener la memoria del carácter heterogéneo, diverso y complejo de la ciudad. También nos ayuda a entender críticamente su configuración actual
“Que sea una historia de redención”
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Sábado, 20 enero 2018
Escenario|s
ROBERTO HERRSCHER
Cuando el joven compositor Jake Heggie y el veterano dramaturgo Te rrenceMcNallypidieronpermisoala hermana Helen Prejean para trans formar su exitoso libro Dead man walking en una ópera, ella sólo puso una condición: “Que sea una historia deredención”.Alasalvacióndelasal mas de los presos dedicó esta monja católica de Luisiana toda su vida, y en los últimos treinta años se convirtió en una elocuente crítica de la pena de muerte en su país. En aquel entonces, a finales del si glo pasado, ni Heggie ni McNally ha bían creado ninguna ópera. McNally era un dramaturgo y libretista de éxi tos de Broadway como El beso de la mujer araña, The full monty y Ragti me,mientrasqueeljovencísimoaspi rante a compositor fulltime trabaja ba en el departamento de relaciones públicasdelaÓperadeSanFrancisco (SFO). Nada de esto preocupó a la religio sa. Ella quería que el producto resul tante, como la película del mismo nombre que ganó cinco Oscars en 1995, hablara de la posibilidad de en contrar salvación, paz interior y per
Arriba, un momen to de la ópera en la versión que se presentará en el Real, con la mezzo soprano Joyce DiDonato. Abajo, el compositor de la partitura, Jake Heggie
FOTOS: F. SÁNCHEZ HGO / ART & CLARITY
dón en un alma perdida, insensible, violenta. LaideadeuniraHeggieyMcNally fue del jefe del primero, el director generaldelaSFO,LoftiMansouri.En un texto incluido en el programa de mano del Teatro Real, McNally dice que esperaba a un compositor hecho y derecho, aunque no había escucha do una sola nota de su música. Pero “la realidad terminó siendo muy dis tinta. Ante mi puerta se presentó una persona que parecía recién salida del instituto. Quería hacer una ópera a partirdeciertapelículafindesièclede René Clair que, una vez vista, me dio la impresión de tener aún menos po tencial del que pensé cuando él me la describió con luminoso entusiasmo. Sin embargo, Jake se aferró a su idea. ‘Ah, ya veo’, me dije a mí mismo, en tendiéndolo. ‘El compositor y yo te nemosqueponernosdeacuerdoenel tema de la ópera primero’”. Entonces McNally propuso Dead man walking, que para él tenía un enorme potencial porque toca un te ma esencial en lo ético, espiritual, po lítico, social y cultural: la pena de muerte, y porque lo hace sin mani queísmos.Buscamostrarlacrueldad, inhumanidad y horror de la pena de muerte no usando el caso de un ino centeoalguienacusadodeuncrimen menor. Parece decir: si en verdad es tamosdiscutiendolapenademuerte, pongamossobrelamesaelcasodeun criminal abominable. Si alguien co mo Joseph DeRocher merece vivir, todoslomerecen.Enlaprimeraesce na, debería recrearse crudamente el crimen cometido por Joseph DeRo cher: el espantoso asesinato de dos adolescentes. Es culpable, claramen te, aunque en todo momento clama su inocencia. Y en cierto momento la hermana Prejean, su asesora espiri tual, ya no clama por evitar su ejecu ción sino que busca su redención, su salvación: que confiese y acepte su crimen y muera sin odios. A diferencia de la mayoría de las óperas contemporáneas, Dead man walking busca desde la melodía, la to nalidad tradicional, la armonía reco nocible, una identidad musical en la voz de cada personaje. Es genuino teatro musical, donde la escritura vo cal define, otorga espesor y ayuda a empatizar con cada personaje, como sucedeenlasóperasdeMozart,Verdi o Wagner. Por eso es una ópera que conmueve, emociona, sacude. La es cena del enfrentamiento entre la ma dre del asesino y los familiares de sus víctimas es logro dramático. Pode mos entender al mismo tiempo el su frimiento y las razones de ambos. Por su parte, la voz del convicto, casi siempreunrecitativocercanoalasin flexiones del habla natural, permite entender su miedo, su confusión, su final transformación.
En una reciente entrevista con la revistaScherzo,Heggieexplicaquela idea lo atrapó desde el momento en que McNally la propuso, porque “es contemporánea y al mismo tiempo intemporal; muy americana y a la vez universal; trata de algunos de los más importantes trayectos emocionales que podemos emprender los seres humanos: la vida, la muerte, la reden ción, la venganza, el perdón”. Tal vez por eso y por la calidad de la partitura yellibretoestaquelevantaeltelónen Madrid es la puesta número sesenta en los dieciocho años pasados desde su estreno, algo absolutamente in usual en una ópera contemporánea. La que se verá en el Real no es la producción original de San Francis co, de Joe Mantello. Será la más di fundida, con puesta en escena de
Jake Heggie Dead man walking TEATRO REAL. MADRID. DEL 26 DE ENERO AL 9 DE FEBRERO
A la derecha, Sean Penn y Susan Sarandon, protago nistas de la oscari zada versión fílmica de la obra GETTY
sobre el lugar de la ópera y el arte en la sociedad actual. En su lista, Lebrecht coloca tercera Il postino (2010), del fallecido compositor mexicano Daniel Catán. Está claro que esta ópera sobre la relación de Pablo Neruda y el joven cartero incul to pero sensible a quien el poeta introduce en el arte de la seduc ción por las palabras no se basa en la novela original, Ardiente paciencia, de Antonio Skármeta, sino en la película de Michael Radford y su título en italiano. Y
en octavo puesto, menciona Cold Mountain (2015), la obra de Jennifer Higdon basada en la película del mismo nombre de Anthony Minghella, nominada a cinco Oscars. En la época más vanguardista del Teatro Real, bajo la dirección artística de Gerard Mortier, se estrenó Brokeback Mountain, una ópera de Charles Wuorinen originada en un cuento breve de Annie Proulx (autora también del libreto), pero sobre todo base de la exquisita pelí cula de Ang Lee con Heath Ledger y Jake Gyllenhaal. Y en su última y exitosa ópera, Jake Heggie vuelve al cine: es una adapta ción de It’s a wonder ful life (¡Qué bello es vivir!), el clásico de 1946 de Frank Capra. ¿Se está convir tiendo el cine en la fuente principal de argumentos, glamur y entrada de un nuevo público para la ópera de este siglo? Es muy probable. Incluso no sería extraño que pronto viéramos óperas basadas en las series de moda, que están reemplazando a las películas de Hollywood en la imaginación popular. ¿Óperas de Mad men, Los Soprano, House of cards o Juego de tronos? Yo ya me estoy imaginando una versión lírica de The walking dead con zombies cantando arias y coros en el escenario del Li ceu… R.H.
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escena nuevas obras cuyo argu mento el espectador ya conoce. Una de las primeras fue precisa mente Dead man walking, un encargo de la Ópera de San Francisco en el año 2000. El famoso crítico Norman Lebrecht sitúa otras dos óperas basadas en películas entre las que considera las diez mejores compuestas en lo que va del siglo XXI. En esa lista figura, a propósito, otra ópera de Heggie: The Great Scott, una reflexión
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Si bien Dead man walking tiene su origen en el libro de memo rias de Helen Prejean, claramen te una parte de su interés y éxito la debe a la película de 1995 del mismo nombre dirigida por Tim Robbins, con actuaciones estela res de Susan Sarandon como la hermana Prejean y Sean Penn como el convicto condenado a muerte. Los tres ganaron Oscars, junto con Bruce Springsteen por el lento, hipnótico blues titulado también Dead man walking. ¿Cómo llegamos a óperas basadas en películas? En los comienzos de la ópera barroca, los temas y las historias venían de los mitos y la historia de Grecia y Roma (Orfeo, La Odisea, Julio César). Luego se basaron en poemas épicos y obras de teatro clási co: muchas óperas románticas tienen su origen en obras de Shakespeare, Goethe y Schiller (Otelo, Fausto, María Estuardo). El siglo XX encontró mucha de su inspiración en las novelas de la época (Guerra y paz, Muerte en Venecia, Manon Lescaut). En estas dos primeras décadas del siglo XXI, la búsqueda de argumentos de los compositores y libretistas de ópera parece dirigirse al arte más popular del siglo pasado: el cine. Los teatros de ópera (sobre todo, de Estados Unidos) encargan o están dis puestos a financiar y poner en
Sábado, 20 enero 2018
El cine, fuente principal de la ópera del siglo XXI
La obra trata de la vida y la muerte, el perdón y la venganza; con una partitura y un libreto de gran calidad Leonardo Foglia, comisionada por la Lyric Opera de Chicago y otros seis teatrosnorteamericanos,yqueyapa só por varios escenarios europeos. La protagonista,lamezzosopranoJoyce DiDonato, es la más aclamada intér prete de la hermana Prejean en la ac tualidad. Al celebrar esta nueva re presentación y el estreno de su pri mera ópera en España, Heggie dice: “El viaje continúa, y el diálogo se in tensifica según se plantea la difícil pregunta central de la historia, pre guntaquehaacompañadotodalahis toria del ser humano: ¿estamos a fa vor de la venganza o del perdón?”. |
ESCENARIOS
Ópera / Dead man walking Llega al Teatro Real la ópera norteamericana más representada de este siglo, un perturbador alegato sobre la pena de muerte, basado en la oscarizada película del mismo nombre con Susan Sarandon y Sean Penn. Será la versión número sesenta de la primera obra lírica del más exitoso de los compositores clásicos de Estados Unidos
MIRADAS
Mirada|s
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Sábado, 20 enero 2018
KIKO AMAT
El true crime (o crónica negra) es un género de no ficción que examina un crimen real y detalla acciones de gente real. El sobreuso de la palabra real en la frase no es fortuito, me te mo. Todo en el true crime se basa en ese true. A la gente le encanta la fan tasía desde que el primer sapiens in ventó una parida improvisada sobre dioses genocidas, es cierto, pero tambiénpierdenelculoporloveraz: loposibley verificable y, apoder ser, que haya pasado cerca de su casa (pero no demasiado cerca, ya me en tienden, sobre todo si se trata de crí menes horrendos). ¿Por qué mis hi jos pueden ver un orco descuartiza do, supurando humeante baba verdosa por las cuencas de los ojos, mientras mastican una magdalena, sin pestañear siquiera, pero atisban lasombradifusadeunasesinodefil me y duermen en mi cama, hincán dome los pies en los testículos, una semana entera? Porque intuyen que lo segundo es real. Que ese matarife de repetición podría existir. Existió, vamos. Y ni siquiera tienes la excusa de lo fantástico. En el true crime no hallarás consuelo para tus pesa dillas. Revistas baratas americanas de los años cuarenta como True Detec tive–osuequivalenteespañolseten tero, el célebre semanario El Caso– despachaban miles y miles de ejem plaresporque,despuésdetodo,ven dían segmentos de pura verdad (másomenosexagerada).Yalagen te le chifla la verdad. El true crime parecetriunfarporlasmismasrazo nes que el porno gonzo (cámara con parkinson, actrices con estrías, pos turas de lumbago sobre un futón Ikea): porque nos muestra una cier ta realidad sin miriñaques ni raptos líricos. En crudo. Lo auténtico, en contraposición a lo inventado. Por supuesto, la autenticidad por sí solaesinsuficiente.Quitando alos lectores de Karl Ove Knausgaard, nadie desea leer el auténtico periplo alauténticoBonpreudeunauténtico padre de familia. La popularidad de la crónica negra se explica por una serie de argumentos adicionales, por definición delictivos, mejor aún si son sangrientos, que aderezan o ensucian lo cotidiano. Añadámosles el puro morbo fisgón (el true crime alimenta nuestra vena voyeurística, yleerunabuenacrónicanegraesco moaminorarlamarchaalpasarjun to a un siniestro de carretera); la ob sesión que nuestra raza padece por la violencia y los factores que la des encadenan; y el puzle suspensero que suele acompañar a la resolución de un crimen (o como mínimo la an tesala a este), cuanto más inusual, mejor; y tendremos la receta de su éxito. Sin desdeñar el hecho de que,
El ‘true crime’ literario es, según afirman los expertos, el género que está creciendo más rápidamente desde el inicio del nuevo siglo. Un género que agarra el “basado en una historia real” y le extirpa el “basado en”, y todo el mundo se arrea codazos para mirar, como harían ante el cordón policial de un crimen de verdad. ‘Cultura/s’ se asoma a las alcantarillas de la crónica negra para ver qué rayos es tan interesante allá abajo, entre las ratas
Se ha escrito un crimen (verdadero)
‘A SANGRE FRÍA’. Truman Capote (izquierda) con Scott Wilson y Robert Blake, los dos actores que protagonizaron la versión cinemato gráfica de su novela GETTY
ser tan delirantes, o enrevesados, o repelentes, que desactivan la ver sión narrativa. ¿Para qué querría al guien perder el tiempo con una tra ducción fílmica o novelesca de los asesinatos Manson? No puedes exa gerar la Family; para aumentar la realidad tendrías que meter a Char lie en un musical navideño de An drew Lloyd Webber. Cantando The age of Aquarius mientras apuñala a PapáNoel.EdSanders,autordeThe Family, afirmaba que el caso “lo te nía todo: rock and roll, el atractivo del Salvaje Oeste, la esencia de los sesenta con su liberación sexual, su amor por el aire libre, su ferocidad y sus drogas psicodélicas. Tenía el hambre por el estrellato y el renom bre; tenía religiones de todo tipo, conflicto armado y carnicería de producción local; todo mezclado en una tumultuosa historia de sexo, drogas y transgresión violenta”. Esa es la razón por la que numerosas versiones fílmicas de casos reales apestan como tumbas abiertas, y nunca mejor dicho. Empeoran una historia redonda. Si no me creen, échenles un vistazo a Ted Bundy
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Sábado, 20 enero 2018
MIRADAS
¿Para qué perder el tiempo con una ficción novelesca de los asesinatos Manson? No puedes exagerarlos
(2002) o The deliberate stranger (con Mark Harmon –wtf– en el pa pel del psychokiller). Por supuesto, la naturaleza del caso o lo complejo de la investiga ción tampoco lo son todo: como siempre ha dicho Richard Price, hasta que aplicas talento, la docu mentación “sólo es una mesa llena depostits”.Muchoslibrosdecróni canegrason,digámosloclaro,unpe do. La mayoría parecen escritos por DanielleSteeltrasunavisitaalacasa del terror del Tibidabo, todo frases adverbiosas y monstruos de papel maché. Un notable porcentaje del true crime, sólo hace falta echar un vistazo a la estantería homónima de los aeropuertos ingleses, es carnaza deencargoqueungrangrupoedito rial publica apresuradamente para capitalizar algún crimen espantoso y tener algo que arrojar a las fauces de los cotillas y/o pervertidos. Me morias de gángsters iletrados, espu tos de celebrities en paro (alguien pensó que Ross Kemp, por su papel de malo en Eastenders, poseía sufi ciente currículum para incorporar se al género). Pulp con pretensiones realistas, escrito de forma bochor nosa por gacetilleros iletrados cuya única visita a una comisaría fue cuando se sacaron el DNI. Otros son, sencillamente, una memez. Como prueba presento cualquiera de los innumerables churros de subtítulo altisonante (CASE CLOSED! MISTERY SOL VED!) que, año tras año, garantizan haber resuelto los crímenes de, por ejemplo, Jack the Ripper. Caso del risible Lewis Carroll: Lighthearted friend, donde Richard Wallace, tras balbucear una serie de trolas inco nexas que desmontaría hasta una profa suplente de preescolar, anun cia que Jack el Destripador era en realidad(¿sí?)elescritordeAliciaen el país de las maravillas (oh). Es una maldita pena. Pues algu nos libros de true crime podrían ser buenos (tienen la materia prima, el caso alucinante, la figura criminal perfectamenteperversa),sinofuera porque están contados con una voz narcisista o narcoléptica (Norman Mailer y su elefantiásico, casi ilegi ble,Lacancióndelverdugo),osecen tran en la persona menos fascinante delelenco(comoporejemploMind hunter, equivalente periodístico de ponerahervirunchuletóndeterne ra gallega). Cuando termina la criba, si quie ren que les sea del todo sincero, no quedan tantos libros excelentes de crónica negra, al menos si los consi deramos frente al alud de inmundi cia que ofrece el género cada año. Esosí,losbrillantessonmuybrillan tes. Si pasan página, les hablaré de los mejores. |
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históricamente,eltruecrimefuncio naba en paralelo como cajón de sas tre mayoritario, de quiosco, donde poder contar todas las historias marginales, todas las perversiones y subculturas,queporsupropianatu raleza estaban vetadas en el mains tream. Colocar en portada a un Fu Manchú drogado, puñal en mano y con expresión de orate, te permitía hablar, ya en las páginas interiores, de casas baratas, madres solteras, prostitución y drogas y pandillas de pachucos. El buen true crime es, así, como una pastilla de alimento astronáuti co;unadietacompleta:contienecla se de historia, placer lector novelís tico, investigación detectivesca y proceso judicial y, de rebote, no po co chismorreo (“¿Qué dices que hi zo el hijo de la Eufrasia con la cabra? ¿Cómo, después de matarla?”). Por no decir que, en muchas ocasiones, la crónica negra es la única forma decente de leer sobre un hecho: al gunos crímenes son, por factura y perfil, no ficcionalizables. Conviene no pasar por alto este detalle, en mi opinión, determinante a la hora de convencer al lector o juzgar un arte facto. La mayoría de los crímenes que generan crónica negra exitosa (artística o comercialmente) suelen
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Helter Skelter o el anticristo de los sesenta
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Cultura|s La Vanguardia
Sábado, 20 enero 2018
K. AMAT
LAS CARAS DEL ASESINO. Charles Manson murió el pasado 19 de noviembre del 2017 a los 83 años después de pasar la mayor parte de su vida en prisión. Fue condenado a muerte en 1971 por los crímenes perpetrados por la Familia, pero le fue conmutada la pena por la de cadena perpetua. En las imágenes puede verse la evolución del rostro de Manson a lo largo de todos esos años FOTOS ARCHIVO
Los asesinatos rituales de Charles Manson y su Familia, en agosto de 1969, son una de las historias más hiperbólicas y tenebrosas del siglo XX. Dos libros de crónica negra (Helter Skelter, de Vincent Buglio si, y The Family, de Ed Sanders) los narraron de forma tan reveladora como inquietante. El fallecimiento de Manson, así como una futura película de Quentin Tarantino prevista para el 2019 (y la edición española de Helter Skelter prome tida para el mismo año), los de vuelven a la palestra. El día 9 de agosto de 1969, la po licía de Los Ángeles respondió a una llamada en el 10050 de Cielo Drive, una remota casa residencial de Hollywood, y halló allí los cuer pos sin vida de cinco personas: la actriz y modelo Sharon Tate (mu jer de Roman Polanski, embaraza da de ocho meses); Abigail Folger, rica heredera de un imperio cafe tero; su pareja, Wojciech Fry kowski, aspirante a guionista; el peluquero de las celebridades, Jay Sebring; y Steve Parent, un estu diante de dieciocho años. Los cua tro primeros (Tate, residente; los demás, de paso) habían sido asesi nados con una ferocidad que pedía a voces la etiqueta crimen ritual: las cabezas de las víctimas cubier tas con fundas de almohadón; so gas atadas al cuello uniendo dos de ellas; un mensaje garabateado con sangre en una puerta (“PIG”); he ridas de arma blanca demasiado numerosas. Un solo día después, el LAPD se enfrentaba a un crimen similar no muy lejos de allí, en el 3301 de Waverly Drive: el opulen to matrimonio LaBianca, Leno y Rosemary, yacía bañado en sangre, apuñalado de forma despiadada (doce veces él, cuarenta y una ve ces ella), las cabezas cubiertas con fundas de almohadón e indicios de chocante liturgia en el m.o. (profu sión de grafiti sanguinolento: “Ri se” y “Death to pigs” en las pare des, “Healter [sic] Skelter” en la nevera, “WAR” en el abdomen de Leno LaBianca, de donde sobresa lía un tenedor hincado). Usted, lector inteligente del su plemento más audaz, a estas altu ras del texto ya habrá conectado ambos crímenes. Podría hacerse sin consultar otra cosa que el Ma nual de los Jóvenes Castores y me dio Agatha Christie. Y sin embar go, los pies planos de Los Ángeles, en una metida de pata que pasaría a los anales de la ineptitud policial, tardaron cuatro meses en, prime ro, relacionar los dos homicidios, y, segundo, dirigir la acusación ha
cia un fulano llamado Charles Manson, especie de profeta chapa rro y chuloputas de pies mugrien tos que llevaba meses delinquien do por la zona junto a una zarra pastrosa secta campestre llamada The Family. Correremos aquí un telón puntual ante la ineficiencia policial para centrarnos en lo que, aunque tarde y medio por casuali dad, destaparon los superdetecti ves de Hollywood en los ranchos Barker y Spahn, remotos zulos de la Familia. Juntos como hermanos, miembros de una secta
La Family era un monstruo belico so nacido de la razón hippy. El yang chungo de la Era de Acuario. Toda la superchería seudozen, la majadería antipsiquiátrica, el bar boteo infantil de los flower children
de los sesenta y su vulnerabilidad congénita, quizás generacional, se encontraban patas arriba en la fa milia Manson, como un reflejo ma ligno no sólo del hazloquequie ras de los sesenta, sino también de la sociedad del espectáculo y la molicie yanquis. “Sólo soy un re flejo de vosotros”, anunció Man son en una de las vistas del juicio. Sus acólitas, como de costumbre, corearon un “amén”. Sí: los discí pulos de la Family, en su mayoría prófugas adolescentes de hogares de clase media, más unos pocos ca zurros reclutados entre lo más ti rado de la escena motora local, pa recían besar los antihigiénicos pin reles de aquel media cerilla manipulador y verborreico: Char les Manson, alias Jesucristo y Dios (como él mismo, en un momento de humildad, se bautizó al ser arrestado). A los futuros miembros debió de sonarles bien: una microsociedad
basada en la paz, la fraternidad y el fornicio, alejada de la alienación y las guerras. Muy bien, vaya, si juz gamos por la cantidad de jóvenes que abandonaron a sus familias o maridos, arrastrando con ellos a niños (y algún padre, como Dean Moorehouse, el párroco de 47 años renacido en mansonita triposo) hacia aquel conciliábulo pagano donde todo era de todos, reinaba el sexo libre y el niño era considera do rey. No tardarían en descubrir que lo poco que había era más bien de Charlie, que el sexo libre eran orgías infamantes y que el niño Rey tenía un cierto parecido al Da mien de La profecía. ‘Because happiness is a warm gun, mama’
Ustedes se preguntarán cómo pu do Manson, ratero de cuarta, swa
Manson mezclaba beatlefilia con jeta, lascivia, locura, cienciología y enseñanzas bíblicas mi de pacotilla y hippy enanito, erigirse en omnipotente mesías de aquella patulea de extraviadas Ja nis Joplins y moldearlas en homi cidas sin corazón. El error habitual empieza con tildar a Charlie de hippy, cuando en realidad era un delincuente común de mediana edad que había pasado entre rejas la mitad de su vida (perdiéndose los sesenta), y a quien liberaron en el apogeo del Verano del Amor. Charlie, cual coyote a dieta de co lesterol que de repente dejan suel to en un gallinero, no tardó en cos carse de que podía aplicar la labia de proxeneta, los métodos de con
trol mental (aprendidos en pri sión), las veleidades artísticas (se las daba de cantautor) y la vena violenta para llevarse al huerto a una bandada de edípicas exmajo rettes rebotadas de la cuna. Sanders lo describe al principio como “un mugriento hombrecillo con labia y una guitarra que sablea ba a las chavalas mediante misti cismo y cháchara de gurú”. Hasta ahí todo en orden; California esta ba llena de pájaros así. Lo que dife renciaba a Manson del resto de los charlatanes eran su sociopatía, su amoralidad, su esencia camaleóni ca (se llamaba a sí mismo “el hom bre de las mil caras”; su discípula Ouisch lo describió como “un cam biante”) y, por encima de todo, su credo, que sonaba más o menos así: “La raza negra se alzará un día y pasará a cuchillo a los CERDOS (la raza blanca); hay que empujar a los negros a que hagan eso, ¿vale, tron cos?, porque la sociedad carroza está corrompida, kaput, y tal; cuan do el Helter Skelter (o Armage dón) llegue a su fin, una panda ele gida (nosotros) emergerá del Agu jero Sin Fondo (una jauja subterránea donde debemos mul tiplicarnos hasta ser 144.000
miembros, o sea que iros poniendo en fila, chatas) y subyugará a los negros, que son, emm, una raza in ferior. ¿Cómo sé todo eso? Me lo han dicho los Beatles. No, en per sona no. A través del White album. Resulta que son los cuatro jinetes del Apocalipsis. Sí, Ringo también. Que sí, leches, que está todo en el disco: los cerditos van a morir en el helter skelter, a manos de un pájaro negro, cuando llegue la revolución. O algo así. ¿No? Bueno, hay que leer entre líneas, hermana. Abre tu mente. Y tus piernas”. La monserga mansonita, ya ven, mezclaba beatlefilia con jeta, lasci via, locura, cienciología y enseñan zas seudobíblicas, que su Dios tan gible impartía mediante tácticas de desorientación realmente admira bles (desde un punto de vista téc nico). Como afirmó Bugliosi en Helter Skelter, Manson “tenía un talento especial para capitalizar los traumas y anhelos de la gente”.
vecindario (los famosos creepy crawlies). Y mataban, naturalmen te. Los hasta cierto punto inofensi vos creepy crawlies degenerarían en los asesinatos Tate y LaBianca, cuando Manson instó a sus discí pulos a pasar a la acción y desenca denar el Helter Skelter (el nombre de, ejem, un tobogán inglés, aun que nadie osó corregirle). Es indu dable que CM creía de veras en aquella mamarrachada, pero la se lección de algunas víctimas se hizo por motivos más terrenales: Man son apuntó hacia Cielo Drive, por ejemplo, porque allí había residido Terry Melcher, el productor pop de los Beach Boys que se negó a convertirle en superestrella. Los Beach Boys. Han leído bien. Su batería Dennis Wilson tuvo a la Familia de gorra en su mansión, de hecho (gastó con ellos 100.000 dó lares, aparte de pagarles “la factura médica por gonorrea más alta de la historia”), y ofició de valedor de
No necesitan que les recuerde có mo terminó el embrollo que pon dría el clavo definitivo en el ataúd de los sesenta. La justicia condenó a cadena perpetua a los seis miem bros de la Familia que habían par ticipado de forma directa en las atrocidades de Cielo y Waverly Drive: por el lado femenino, la fa mosa tríada de Mansonettes cuyas imágenes de época, todo cánticos enajenados y sonrisas hebefréni cas, aún provocan escalofríos en la cerviz: Susan Sadie Mae Atkins (Chiflada #1 del cotarro), Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten. Y por el masculino, Clem Grogan, que tenía el coeficiente intelectual de un berberecho no muy sagaz, y el apolíneo Tex Watson. Linda Ka sabian, la séptima participante, sin delitos de sangre en su haber (sólo conducía el coche), gozaría de in munidad tras identificar a los ase sinos, y su apellido se convertiría con los años en sinónimo de apes toso rock inglés. Las reverberaciones, tanto de los crímenes y juicios como de las actividades de la Familia no encar celada, así como de las numerosas secuelas, precuelas y crímenes pa ralelos que se les irían atribuyendo durante la década de los setenta, se extenderían hasta el siglo siguien te y más allá (culminando hace unas pocas semanas con la muerte de su lidercito), y son demasiado complejas para analizarlas aquí. Mencionemos sólo que la pelirroja de armas tomar (y nunca mejor di cho) Lynette Squeaky Fromme tra taría de pegarle un tiro al presiden te Ford en 1975 (envuelta en una túnica roja y un gorro de… ¿elfo?) y jamás renunciaría a Manson. Y, sé panlo, campa libre aún por un pue blo del Estado de Nueva York (aunque tiene setenta años; sería fácil reducirla). Lo demás está en esos dos maravillosos libros. |
MIRADAS
Vincent Bugliosi Helter Skelter
Ed Sanders The Family
Su autor fue una reputada figura de la contracultura sixties (miembro de The Fugs), y la obra se centra más en los aspectos friquis y culturales de la Family que la versión seria de Bugliosi. Si consiguen pasar por alto algunos exabruptos de jerga caduca (te sientes tele transportado a una página de El Víbora, 1979), es el perfecto complemento para Helter Skelter. Yo lo leí de vacaciones en la Costa Brava y pasé una semana dur miendo con un cuchillo bajo el cojín (historia real). Carles Porta Tor. Tretze cases i tres morts LA CAMPANA / ANAGRAMA
Uno de los dos mejores libros de crónica negra autóc tona. Se lee como una muy buena novela. Poca gente ha plasmado con tanto acierto la ferocidad rural y las inquinas centenarias entre familias, la envidia y la pequeñez hereditaria de los villorrios remotos. Si encima son ustedes habituales del monte pirenaico no cesarán de soltar “eh, yo pasé por allí el invierno pasa do”. Ni de santiguarse, claro. Joan M. Oleaque Des de la tenebra: un descens al cas Alcàsser EMPÚRIES / DIAGONAL
Aunque no reeditado, la historia de los crímenes de Alcàsser de este periodista valenciano es la cima del ‘true crime’ nacional. No sólo el crimen está muy bien narrado, sino que ahonda con sensibilidad y conoci miento de causa (Oleaque era paisano de Anglés) en la miseria y barbarie de una comunidad. Des de la tene bra es tanto tratado antropológico y novela de realis mo social como crónica negra. Su tratamiento de la locura mediática que gestó la telebasura actual es también magistral. Una obra inigualable. Truman Capote A sangre fría ANAGRAMA / LABUTXACA
Clasicazo, rito de pasaje juvenil para los lectores espa ñoles de los 70 y 80 (gracias, Compactos) y conocidísi mo, pero todo el mundo debería leerlo. La narración del brutal asesinato de los cuatro miembros de una familia de Kansas es aún uno de los mejores ejemplos de ‘true crime’ norteamericano (aunque lo de que Capote no tomara notas puede obligarnos a levantar la ceja). Emmanuel Carrère El adversario ANAGRAMA
Más raro que lo real. Carrère utilizó la crónica negra porque no había otra forma de explicar la historia de JeanClaude Romand, aquel señor francés que en 1993 mató a su mujer, hijos y padres, para evitar que descubriesen que llevaba mintiendo desde los diecio cho años: ni era médico, ni trabajaba en la ONU, ni siquiera había terminado la carrera. Conciso, sobrio, duro y compasivo; un libro perfecto.
Más lecturas
One of Your Own: The Life and Death of Myra Hindley (Carol Ann Lee); Cries Unheard: Why Children Kill: The Story of Mary Bell (Gitta Sereny); So Brilliantly Clever: Parker, Hulme & the Murder That Shocked the World (Peter Graham); Jack The Ripper: The Final Solution (Stephen Knight); The Stranger Beside Me (Ann Rule).
Sábado, 20 enero 2018
Uno de los mejores libros de ‘true crime’. Lo escribió el fiscal del caso Manson, y por eso en ocasiones se entronca un poco en cansino puntillismo legalista (y el resultado es como ver Perry Mason en el día de la Marmota). Pero por lo demás, una auténtica maravilla (y best seller). Contra Editorial lo publicará en el 2019, coincidiendo con la anunciada película de Quentin Tarantino. Imprescindible.
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El anticristo de los sesenta
Una selección portátil de ‘true crime’
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Manson ante la aristocracia del pop angelino. Es esa conexión popbizarra, tan friqui y sesentera, la que hace de la saga Manson algo incomparable: el papel de los Bea tles (CM llegó a intentar llamarles por teléfono; no se sabe si dejó re cado); el espíritu ariopaletobiker de la Familia; su aberrante machis mo (las mujeres “no tenían alma”, eran “esclavas superconscientes” que servían a los machos); las pro hibiciones estrambóticas (ni gafas, como en la Camboya de los jeme res rojos, ni libros); los ritos seudo cristianos (Manson gustaba de re presentar las estaciones de la cruz cuando todo el mundo –menos él– iba de tripi); los tests de obediencia y los milagros (que CM siempre realizaba, menuda casualidad, tras distribuir cantidades generosas de LSD: resucitó a un motora a quien había ordenado “morir”, o regene ró su propio pene tras habérselo “cortado” con un machete). Y un extenso peroquémeestáscon tando, etcétera.
Grupo Godó Presidente Javier Godó, conde de Godó. Consejero Delegado Carlos Godó Valls La Vanguardia Director Màrius Carol. Cultura|s Redactor jefe Sergio VilaSanjuán. Jefa sección Isabel Gómez Melenchón. Redacción Anna Duran, Antònia Justicia, Ignasi Moya. Diseño Anna Belil, Carol Téllez Cultura|s. Edita: La Vanguardia Ediciones, S.L. Imprime: CREA, Impresiones de Catalunya, SL. Depósito legal: B63891958
A las chicas nuevas las iniciaba con un infalible cóctel de guantazos, coitos degradantes, aislamiento forzoso y drogas por un tubo (re partía LSD como el que pasa el bol de Conguitos). Cuando las pobres chiquillas se hallaban ya en estado sugestivo, CM les impartía charlas de extensión fidelcastriana sobre “rendir su ego” y “dejar de existir”. Tras varias peroratas de ese jaez, las adolescentes no sabían dónde terminaban ellas y empezaba el ti po aquel. Si alguna expresaba du das, el gurú reiniciaba el ciclo, sal pimentándolo con alguna de sus tranquilizadoras máximas: “el sin sentido tiene sentido”, “la para noia total es la lucidez total”, “la muerte es el mejor amor” y, ha blando claro, “begep flagaggle vag gle veditchwaggle bagga”. ¿Y qué hacían las chicas de Charlie, una vez programadas? Más allá de ejercer de harén 24/7, su margen no era muy amplio: le tejían chaquetas, recolectaban ba sura comestible de supermerca dos, engendraban criaturas de nombres extravagantes (“Zezozo se Zadfrack Glutz”), se sometían a sus jueguecitos jodementes o ron daban por las colinas asustando al