Culturas La Vanguardia 814

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SÁBADO, 27 DE ENERO DE 2018

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Universos en contacto Nuevos datos sobre el trabajo de Villalonga y Rodoreda P.4

Corre, atleta El espíritu de lucha que inspiró el mundo griego P.12

Tres voces para un capitán Pou, Lima y Cavestany hablan de ‘Moby Dick’ P.16

Cita en BCNegra James Ellroy encabeza la lista de autores invitados al festival del suspense P.20

Foto: Montse Giralt


los libros más vendidos

Semana anterior/Semana en lista N: libro nuevo en la lista

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Cultura|s La Vanguardia

Sábado, 27 enero 2018

Establiments consultats: Badalona Saltamartí Barcelona Casa del Llibre, La Central, El Corte Inglés, FNAC, Laie, +Bernat , TROA Garbí Girona Empúries, Llibreria 22 Lleida Punt de Llibre Sabadell Llar del Llibre Tarragona La Capona Vilafranca Odisse

Ficción castellano

Ficción catalán

1 Origen 1/15 Dan Brown, Planeta. Un profesor americano busca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 Patria 2/58 Fernando Aramburu, Tusquets. Dos familias vascas ven minada su relación a causa de la violencia 3 El día en que se perdió el amor 6/2 Javier Castillo, Suma. El inspector Bowring desen­ traña un oscuro ‘affaire’ de amor y destrucción 4 El fuego invisible 3/11 Javier Sierra, Planeta. Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 5 Una columna de fuego 5/17 Ken Follett, Plaza y Janés. Isabel I de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 6 El legado de los espías 4/2 John le Carré, Planeta. Vuelve Smiley, con un epi­ sodio que cierra 50 años de historias de espías 7 Los pacientes del doctor García 7/12 Almudena Grandes, Tusquets. Una historia de es­ pías y nazis en el Madrid de 1946 8 Eva 8/10 Arturo Pérez­Reverte, Alfaguara. En el Tánger de 1937, Falcó brega por hacerse con un carguero 9 Negro como el mar N/– Mary Higgins Clark, Plaza y Janés. Una potentada octogenaria poseedora de joyas aparece muerta 10 La villa de las telas N/– Anne Jacobs, Plaza y Janés. Primer volumen de una serie sobre una dinastía con fábricas textiles

1 Origen 1/15 Dan Brown, Columna. Un profesor americano bus­ ca en Barcelona la revelación del origen del hombre 2 El noi del Maravillas 2/10 Lluís Llach, Empúries. La historia de un teatro de variedades, contada por un cantante lírico 3 El llegat dels espies 4/2 John le Carré, Edicions 62. Vuelve Smiley, con un episodio que cierra 50 años de historias de espías 4 Wonder 8/6 R.J. Palacio, La Campana. La película ha relanzado el célebre relato sobre el ‘bullying’ 54321 6/13 Paul Auster, Edicions 62. Las vidas simultáneas de un mismo personaje a lo largo del siglo XX 6 Una columna de foc 3/15 Ken Follett, Rosa dels Vents. Isabel de Inglaterra crea una red de espías para proteger su seguridad 7 Astèrix a Itàlia 5/12 Didier Conrad/Jean­Yves Ferri, Bruño. En su 37 aventura, Astérix y Obélix pisan la Italia antigua 8 El foc invisible 9/4 Javier Sierra, Columna. Un joven lingüista rastrea el mito del Santo Grial en la literatura y el arte 9 Entre ells dos N/– Richard Ford, Empúries.Las vidas de los padres del autor, noveladas con la fuerza de la literatura 10 El camí de les aigües 7/10 Carme Martí, Amsterdam. La vida de la cocinera María Badia, evocada por una joven profesora

No ficción castellano

No ficción catalán

1 Qué está pasando en Cataluña 2/7 Eduardo Mendoza, Seix Barral. El autor barcelonés clarifica desde la moderación el órdago catalán 2 La alegría de cocinar 1/7 Karlos Arguiñano, Planeta. El célebre cocinero vuelca su saber de cuatro décadas entre fogones 3 Transforma tu salud 3/16 Xevi Verdaguer, Grijalbo. Qué podemos hacer para curar migrañas y dolores crónicos 4 El Rey ante el espejo N/– Ana Romero, La Esfera de los Libros. Interioridades de los cuarenta meses de reinado de Felipe VI 5 Recetas del mundo para flipar 4/3 D.A., Espasa. Las recetas de los pequeños concur­ santes del programa de TVE ‘Masterchef Junior’ 6 Cree en ti 6/17 Rut Nieves, Planeta. La autora abandona la arqui­ tectura para encontrarse a sí misma en soledad 7 La conjura de los irresponsables –/2 Jordi Amat, Anagrama. Por qué el consenso entre Catalunya y el Estado ha saltado por los aires 8 Guinness World Records 2018 8/7 D.A., Planeta. Los récords más sorprendentes y chocantes, incluidos algunos españoles 9 Las recetas de ‘Adelgaza para siempre’ N/– Àngela Quintas, Planeta. Menús para perder kilos, saludables y fáciles de preparar 10 El entusiasmo N/– Remedios Zafra, Anagrama. Ensayo sobre el trabajo creativo y su cuestionable remuneración

1 Operació urnes 4/5 Xavi Tedó y Laia Vicens, Columna. La operación clandestina que posibilitó el referéndum del 1­O 2 La confabulació dels irresponsables 3/6 Jordi Amat, Anagrama. Por qué el consenso entre Catalunya y el Estado ha saltado por los aires 3 Transforma la teva salut 1/16 Xevi Verdaguer, Rosa dels Vents. Qué podemos ha­ cer para curar migrañas y dolores crónicos 4 Papitu. El somriure sota el bigoti N/– Carlota Benet, Columna. La hija de Benet i Jornet cuenta la enfermedad de su padre 5 Fer­se totes les il∙lusions possibles 5/7 Josep Pla, Destino. Dietario con anotaciones que desvelan a un autor harto del erial franquista 6 La màgia de la cuina 2/6 Carme Ruscalleda, Enciclopèdia Catalana. Platos favoritos de la chef establecida en Sant Pol 7 El que la terra m’ha donat 7/11 Lluís Foix, Columna. El autor desgrana vivencias propias marcadas por el paso de las estaciones 8 República pagesa N/– Montserrat Tura, Pòrtic. La autora evoca a su abue­ lo, un importante luchador ‘rabassaire’ 9 1001 secrets de la Barcelona burgesa 9/2 Núria Miret, L’Arca. Retrato íntimo de una clase que forjó la Barcelona más conocida e icónica 10 Summits of my life 6/7 Kilian Jornet, Ara Llibres. El gran marchador narra sus gestas subiendo montañas

ESTA SEMANA DESTACA. Nuestros familiares nos acompañan a lo largo de la vida, marcándola a me­ nudo con especial fuerza. Esta semana asoman a las listas varios libros que testimonian esta realidad. Richard Ford ha reunido en ‘Entre ellos’ dos retratos novelados de su madre y su padre (ver crítica de Robert Saladrigas en este mismo suplemento), y de la poderosa influencia que tuvieron sobre su crecimiento. Carlota Benet por su parte relata en ‘Papitu. El somriure sota el bigoti’ la enfermedad de Alzheimer que padece su progenitor, el dramaturgo Josep Maria Benet i Jornet. Y la que fuera conse­ llera de Interior del tripartito evoca a Felip Tura, su abuelo, un importante luchador –y fundador de hecho– del movimiento ‘rabassaire’ que se alzó a principios del XX contra los terratenientes. ­S.C.

antivirales BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ

Qué come un indie Desde que La Buena Vida tituló su me­ jor disco Soidemersol en honor a su res­ taurante barato favorito de Madrid, Los Remedios (lean al revés), intuía­ mos una relación entre el indie y la gas­ tronomía. Y ya no hace falta tener ac­ ceso al grupo de WhatsApp que man­ tienen los roadies españoles para recomendarse locales cuando salen de gira con las bandas, porque la pe­ riodista musical Elisa Muñoz se ha tomado la molestia de interrogar a más de 50 nombres de la escena, en­ tre ellos Mishima, Izal, Supersub­ marina, Xoel López o León Bena­ vente, que le han chivado dónde son felices comiendo. Los recoge en Bares Indiespensables (Edicio­ nes Hidroavión).

Bibliorreto Los que se propusieron como propósito de año nuevo leer mejor y más variado, sin caer en la rutina de los mismos autores y editoriales, todavía están a tiempo de apuntarsealVelocirepte,elplanqueproponendesdelasbi­ bliotecas de Barcelona (y que, en realidad, puede seguirse desdecualquierlugar)yqueconsisteenleerunlibrodeuna determinadatemáticacadames.Ladeeneroeralaliteratu­ ra africana. En febrero toca la literatura de monstruos y, en marzo,lasmujerespioneras.Haypremiosparaquienacre­ dite ir cumpliendo, pero no se conocerán hasta Sant Jordi.


En la zona de Jyangyong, dentro de la inmensa provincia china de Hunan, existe todavía, aun­ que está ya casi extinto, el nüshu, uno de las pocas lenguas del mundo que entendían sólo las mujeres. Las niñas de la región vivían en confinamiento, primero en sus casas y luego en las de susmaridos,desdelossieteaños,cuandolesvendabanlospiesyutilizabanelnüshuparacomu­ nicarse entre ellas. La artista Paloma Navares (Burgos, 1947), una pionera en España del video­ arte y del discurso feminista, descubrió su existencia y se inspiró para una serie titulada Otros páramos, mundos de mujer, imágenes de cajas de metacrilato con cascadas de flores y simbolo­ gía femenina, que ahora forman parte de Iluminaciones, la retrospectiva que recoge en el Kubo Kutxa de San Sebastián cuatro décadas de su trabajo y que ha comisariado Rocío de la Villa.

Picasso y la cola de caballo de Sylvette Desde las melenas cobrizas que fluyen como cascadas amazónicas en los cuadros prerrafaelitas hasta los ex­ traños (y, todo indica, dolorosos) moños de los flamen­ cos holandeses, la historia del arte está llena de peina­ dos interesantes. El usuario de Instagram anónimo que lleva la cuenta The hair historian tiene el detalle de recopilar algunos de los mejores y más interesantes. Es imposible, por ejemplo, no admirar la lujuriosa cola de caballo rubia à la Bardot (antes de Bardot) de Sylvette David, la muchacha de 19 años a la que Picasso pintó compulsivamente en 1954. La revista Life, medio iró­ nicamente, llamó “el periodo de la cola de caballo” a esta serie de casi 60 obras, entre óleos, esculturas y di­ bujos de Sylvette, que los críticos generalmente no han valorado mucho hasta hace poco. ¿Demasiado pelo?

Radioteatro de nivel Pocos podcasts pueden presumir de un reparto tan es­ telar como Modern love, la versión radiada de la sección de culto del The New York Times que recoge pequeñas historias personales alrededor del amor en todas sus formas, generalmente en primera persona. Cada sema­ na, actores como Greta Gerwig, Jake Gyllenhaal, Ange­ la Bassett o Kristin Scott Thomas ponen voz a los artí­ culos y quien sea que esté al mando del casting, buscan­ do una voz que vaya especialmente bien con cada historia, lo está haciendo estupendamente.

En el 2005, primer año, pasaron por el festival de literatura negra 1.100 personas; en el 2015, casi 10.000 mediterránea; a Paco Fernández Ledesma contando que su Méndez representaba una Barcelona que ya estaba desapareciendo, y a Jean­Christophe Grangé justifican­ do la truculencia de sus libros porque “son como un exorcismo”. Andreu Martín, Thierry Jonquet, K.O. Dahl, Erin Hart, Lorenzo Silva, Xavier Moret, Alicia Giménez Bartlett o Jakov Arjouni (prematuramente fallecido el 2013) son otros ponentes cuyas palabras quedaron reco­ gidas. Por aquella cita inaugural desfilaron más de 1.100 personas , para sorpresa de los organizadores municipa­ les que veían las salas siempre llenas con un tema hasta entonces considerado más bien marginal. La iniciativa, como es bien sabido, tuvo continuidad a partir del año siguiente en las mismas fechas, ya con el nombre de BCNegra y bajo la tutela de Paco Camarasa, quien la ha dirigido admirablemente hasta el año pasado, con el apoyo de los técnicos del ICUB encabezados por Rosa Mach y Neus Junquera. Los espacios han ido cam­ biando y la asistencia ha crecido sin parar, con el pico histórico, en el 2015, de 9.984 asistentes. La crème del suspense internacional ha transitado en este tiempo por un festival y una ciudad que ya lo considera identitario. La semana que viene, con Carlos Zanón como nuevo director, los fieles volveremos a congregarnos.

SERGIO VILA­SANJUÁN

Cultura|s La Vanguardia

Lenguaje de género

En el año 2004, cuando preparaba para el ayuntamiento de Barcelona el programa del Año del Libro y la Lectura, sugerí a Ferran Mascarell dedicar una semana al género negro. Siempre he sido lector de novela policiaca y por aquel entonces las editoriales generalistas, viendo su éxito, empezaban a dedicarle una atención hasta enton­ ces reservada a los sellos especializados. Además la ciu­ dad cultiva lo oculto literario al menos desde el famoso folletón de Antonio Altadill Barcelona y sus misterios (1860). El entonces responsable municipal de cultura accedió y decidimos dedicarla a la memoria del recién fallecido Manuel Vázquez Montalbán, creador del detec­ tive gallego­barcelonés Pepe Carvalho. El Año del Libro buscaba la colaboración del sector privado: tras una visita José Manuel Lara Bosch aceptó con generosidad asumir en aquella primera convocatoria el desplazamiento y estancia de los autores invitados, tanto de su editorial como de las otras. Entre el 20 y el 22 de enero del 2005 celebrábamos en el CCCB y en varias bibliotecas barcelo­ nesas el Primer Encuentro Europeo de Novela Negra. De aquella iniciativa quedó un libro con el texto ínte­ gro de las jornadas, que coordinó David Barba y publicó Planeta. En sus páginas reencontramos a Donna Leon explicando como creó una Venecia a su medida para que paseara Guido Brunetti: a Petros Márkaris reivindicando la integración del discurso político en la novela negra

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Barcelona y sus misterios

Sábado, 27 enero 2018

latidos


LIBROS Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 4

Libro|s DOS UNIVERSOS Mercè Rodoreda y Llorenç Villalonga vivieron existencias muy distintas, pero con algo en común: ambos se consolidaron como autores en los años sesenta, de la mano de Joan Sales y su sello Club Editor. Nuevas ediciones de sus libros nos permiten ahondar en su universo y sus sistemas de trabajo Mercè Rodoreda

La realidad y las pulsiones interiores XAVIER PLA

Como todas, la literatura catalana también tiene sus zonas de sombra. Episodiososcurosoturbios,resulta­ do de las vicisitudes históricas y las vivencias personales. El relato del exilio republicano catalán en Fran­ cia, por ejemplo, contiene aún mo­ mentos mal conocidos o quizás deli­ beradamente ocultos. Joan Puig i Ferreter, Ferran Canyameres, Car­ les Fontserè y tantos otros protago­ nizaron capítulos probablemente poco heroicos. Lo mismo se podría decir, en el otro bando, de Joan Es­ telrich, Josep Pla o Josep M. Sert. Las necesidades de supervivencia personal en momentos históricos trágicos,unidasalomejoryalopeor de la condición humana, ofrecen to­ das las caras de una situación que no es necesario juzgar pero sí intentar comprender. Mercè Rodoreda y el crítico Ar­ mand Obiols, que estaban juntos en el exilio desde 1939, tuvieron que huir a pie del París ocupado por los

nazis.Afinalde1942,ellavivíaenLi­ moges y hacía de costurera. Obiols, pseudónimo de Joan Prat, estaba cerca de Burdeos, donde comenzó una singular bajada a los infiernos hacialazonagrisdelahistoria.Rete­ nido forzosamente como extranje­ ro, primero trabaja en una cantera, transportando sacos de cemento y descargando vagones de grava. Du­ ranteunosmeses,reapareceenzona ocupada en un campo de trabajo ba­ jo las órdenes del ejército alemán. Pero en 1943 está en Burdeos. ¿Qué hacía el abúlico Obiols, no separado todavíadesuprimeramujer,enBur­ deos? Ya lo planteó en 1991 Montse­ rrat Casals en su biografía, y ahora lo explica por primera vez Arnau Pons en su brillante epílogo a la reedición de La muerte y la primavera, novela escrita probablemente en los años cincuenta en Ginebra. La Organización Todt, encargada de las faraónicas obras públicas del Tercer Reich, se había extendido por toda Francia. Especialmente en

Burdeos, donde se trabajaba en la construcción de una base submari­ na. A Obiols, le había reclutado la Todt, y trabajaba a las órdenes de otro refugiado republicano llamado José María Otto Warncke, proba­ blemente Lagerführer del cuartel Niel. Qué hacía allí y con quién se veía Obiols es una incógnita. Pero por las cartas enviadas a y por Rodo­ redasabemosquehacíatareasadmi­ nistrativasenelbüronazi,secuidaba degestionarllegadasysalidasdetre­ nes de refugiados hacia... Incomoda pensarlo.O,porejemplo,hacíaseve­ ros discursos al “centenar de vagos que trabajan en el campo”, mayori­ tariamente republicanos españoles. Pocos años más tarde, Rodoreda dirá en una carta que, a pesar de re­ presentar siempre un papel “angéli­ co”, en el exilio todo el mundo sabía que Prat había hecho “cosas feas por Francia”.Laamistadconelambiguo Otto, que Rodoreda compartía, o tal vezlacolaboraciónconlasautorida­ des alemanas, debieron favorecer

que unos meses después la pareja dispusiera de un piso propio en Bur­ deos. Que fueran al cine y leyeran mucho, por ejemplo y no es casual: Les mouches de Sartre. ¿Cómo debía vivir Rodoreda una situación de amor y horror, violen­ cia, crueldad y represión, rebeldía y sumisión, con momentos evidentes de perversión? No es tanto la reali­ dad lo que importa, diría años más tarde Rodoreda siguiendo a Le Clé­ zio,sinolosmovimientoshaciaelin­ terior, las pulsiones que salen del más adentro. Solemne, altiva y al mismo tiempo accesible, grave y li­ gera,Lamuerteylaprimavera,nove­ la inacabada de Rodoreda, parece la alegoría inapelable de los molestos episodios del exilio. Y también una obra expiatoria de viejos fantasmas de niñez. En un lugar sin nombre y un tiempo indeterminado, un pue­ blo atravesado por un río omnipre­ sente vive sometido a leyes riguro­ sas. Hay mujeres de agua, un pode­ roso herrero, hombres con garrote, presos, lisiados o mutilados, todo ti­ po de “estigmatizados” (el estigma es un concepto clave en Rodoreda), pájaros blancos y negros, muchas abejasycaballos,hombressinrostro que “habían visto la verdad de muy cerca”, que mueren “con la boca lle­ na de cemento hasta el vientre”, y fi­ guritas de barro que, como dice Pons, representan a “los individuos desfigurados y muertos por una ideología absurda y cruenta”. Un bosque de los muertos y una obse­


LIBROS

La primera edición de ‘Bearn’, en castellano, pasó sin pena ni gloria para su gran decepción

Tal vez la colaboración con los alemanes favoreció que la pareja contara con piso propio en Burdeos

¿Por qué en las cartas entre Villalonga y Sales nunca se habla de la traducción catalana?

Solemne, ‘La muerte y la primavera’ parece la alegoría inapelable de los molestos episodios del exilio

Uno de los novelistas hispánicos de más talla europea, pero de los más camaleónicos y secretos Llorenç Villalonga

sión constante sobre cómo morir, conritualescomoeldehacerunaca­ vidadeneltroncodelárbolpara“en­ terrar”alosmuertos,queseparecen a los rituales indonesios descritos por Philippe Claudel en su reciente Bajo el árbol de Toraya. Antes de que saque el último aliento, al cuerpo se le abre la boca y se le mete un chorro de cemento. Era, también, una de­ leznable práctica nazi descrita por Jean Améry. La muerte y la primavera es una obra poética y negra donde, como escribió Robert Saladrigas, la nove­ lista se habría “vaciado” completa­ menteporprimeravez.Unaobrain­ comparable, escribió Obiols, por su sensación de “tragedia desolada”. De una escritura, “inexplicable” que pudo ser la de Georges Bataille o Maurice Blanchot, susceptible de ser leída por René Girard o, por su­ puesto, Michel Foucault. Una histo­ ria “fantástica” pero que quizá es la más subversivamente “realista” de las obras de Rodoreda. Novela euro­ pea,Lamuerteylaprimaverasalede la catástrofe. Pero el mal, como el tí­ tulo bimembre del libro, incluye tambiéndeseo,ganasdevivireinsu­ misión. | Mercè Rodoreda Lamuerteylaprimavera/Lamortilaprimavera CLUB EDITOR. TRADUCCIÓN: EDUARDO JORDÁ. 358/448 PÁGINAS. 22,95/24,95 EUROS

Cartes de guerra i exili (1934­1960) INSTITUT D’ESTUDIS CATALANS. 373 PÁGINAS. 25 EUROS

El movimiento que desplaza las líneas X. PLA

Ángela Molina y Fernando Rey en la versión para el cine de ‘Bearn o la sala de las muñecas’ (1983) ARCHIVO

Es una de las escenas más inespera­ das de la novela catalana de posgue­ rra. Pasó en el Riskal de Palma el 26 de marzo de 1961, donde compartie­ ron mesa Llorenç Villalonga, Joan Sales, su esposaNúria Folchy la filó­ logaAinaMoll.Elartífice,noexacta­ mentealasombra,delencuentrofue un joven escritor inquieto y revolto­ so, Baltasar Porcel. El ambicioso Odín de las cartas con Villalonga ha­ cía poco que residía en Barcelona, habíaconocidoaldi­ rector de Club edi­ tor, le había hablado muy bien de su ma­ estro y, sobre todo, recomendado una gran novela suya. Pero Sales, que ha­ bía sido comandan­ te del ejército repu­ blicano, exiliado en Méjico y convertido al catolicismo, era aún reticente con

Don Llorenç, ya que supuestamente había firmado en julio de 1936 un manifiesto denunciando a los escri­ tores mallorquines catalanistas y se había paseado por el centro de Pal­ ma vestido de falangista, con boina roja y un puñal en la cintura. La cena resultómásquepositivaparaambos. Villalonga encontró que Sales era sumamente simpático e inteligente, según explicó después por carta a Porcel. Y el autor de Incerta glòria

quedó desarmado ante las insólitas explicaciones dadas por Villalonga: no denunció nunca a nadie por cata­ lanista, se hizo franquista porque Mallorca cayó en el bando franquis­ ta, el puñal era en realidad un arma del siglo dieciséis que tenía guarda­ daenunapanopliaensucasa.Y,bajo la camisa azul, le explicó, siempre había llevado disimuladamente un jersey, aunque los falangistas man­ daban desafiar al frío... Sales volvió con dos proyectos en la maleta. Llorenç Villalonga (Palma, 1897­1980)traduci­ ría Il Gattopardo al catalán y le enviaría un mecanuscrito de su novela Bearn. Las dos obras apa­ recieron aquel mis­ mo 1961. La prime­ ra edición de la no­ vela de Villalonga, tras perder los pre­ mios Nadal y >

Sábado, 27 enero 2018

Según Rodoreda, en el exilio todo el mundo sabía que Armand Obiols había hecho “cosas feas por Francia”

Cultura|s La Vanguardia

Retrato del escritor mallorquín Llorenç Villalonga ARCHIVO

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Mercè Rodoreda, Premi d’Honor de les Lletres Catala­ nes ANTONI BERNARD


LIBROS Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 6

> Ciudad de Barcelona, se había pu­ blicado, en castellano, en 1956 en la ImprentaAtalantedeMallorca.Con grandecepciónparaelnovelista,pa­ só sin pena ni gloria, y ahora la recu­ pera Malpaso, en edición corregida de José Carlos Llop y Daniel Martín Copé, prólogo del mismo Llop y el insólito prólogo “parabólico” de Ca­ milo José Cela. Pero, ¿cuál era la lengua literaria de Llorenç Villalonga? ¿En qué len­ guaseescribióprimeroBearn,enca­ talán o en castellano? ¿Por qué, en el prólogo a la edición catalana, Villa­ longa afirma que Bearn fue “escrito en catalán el verano de 1945 y guar­ dado en un cajón” si Llop muestra que tal vez se empezó a escribir en castellano durante la guerra? ¿Por qué, en las cartas conservadas entre Villalonga y Sales, nunca se habla de la traducción catalana? Probable­ mente,nohayunarespuestaatantas preguntas. Probablemente, la escri­ bió en las dos lenguas, en una mues­ tra de bilingüismo simultáneo poco frecuente. Probablemente, un ele­ mento creativo fascinante de Villa­ longa sea que esté al mismo tiempo fuera de la literatura catalana y de la española, que sea un excéntrico. En la Casa­Museu Villalonga en Binissalem se conserva el manuscri­ tocatalán,peropareceríaposteriora un original castellano desaparecido. Cadaunoenfuncióndesusintereses y afinidades, ya sea Baltasar Porcel, Jaume Vidal Alcover, Jaume Pomar o José Carlos Llop, entre otros, han defendido el manuscrito primigenio enunalenguauotra.Lasubsistencia delmisterioparecequederivedirec­ tamentedelmundoimaginarioyna­ rrativo de Villalonga, uno de los no­ velistas hispánicos de más talla eu­ ropea. Pero que también es uno de los más camaleónicos y secretos, aquel que empezó una gran carrera literaria en catalán con Mort de Da­ ma (1931), interrumpida tras la gue­ rra y redescubierta gracias al impul­ so de Sales, que le propuso suprimir el epílogo de Bearn (un gran acierto) y recortar La sala de las muñecas del título. Taninteresadocomoestabaenlas filiaciones, las genealogías, los ape­ llidosylashistoriasdeherejes,enlos equívocos históricos y teológicos, se comprende que Vilallonga se enfa­ dara con el prólogo de Cela. Uno era mediterráneo y cerebral; el otro, atlántico y telúrico. Cela se retrata como “vikingo”. Vilallonga, suelta indelicadamente Cela, “probable­ mente es judío”. El proustiano Villa­ longa replicó en una contraprólogo ennobleciendo sus antepasados y desmintiendo que su familia perte­ necieraa“larazainteligenteycaute­ losa que en veinte siglos ha creado la cultura occidental”. Un verso de Baudelaire, “odio el movimiento que desplaza las líneas”, podría ser, según Porcel, el lema que encabeza­ ra la obra de Villalonga. | Llorenç Villalonga Bearn o La sala de las muñecas MALPASO. 352 PÁGINAS. 24 EUROS

Narrativa Décadas después de ‘Mi madre’, Ford concluye un díptico familiar y nos descubre las relaciones con su padre, al que apenas conoció

El padre de Richard Ford

El escritor Richard Ford de adolescente con sus padres

ANAGRAMA

ROBERT SALADRIGAS

En 1988 Richard Ford (Jackson, Mi­ sisipi,1944), autorde una de las obras importantes de la narrativa norte­ americana contemporánea, los tres volúmenes protagonizados por un emblema de la clase media como FrankBascombe(Elperiodistadepor­ tivo, El Día de la Independencia y Ac­ ción de gracias (1990­2006), de re­ pente sorprende con un librito que sencillamente titula Mi madre, y co­ mo es razonable suponer lo centra en las relaciones que tuvo con su madre, alguien que “se llamaba Edna Akin y nació en 1910 en el lejano rincón no­ roccidental del estado de Arkansas”, en territorio de frontera, y tuvo una niñez complicada, enviudó a los cua­ renta añosy salió adelantecon su hijo adolescente. Leí el libro entonces, en realidad me tragué su apenas cente­ nar de páginas, las disfruté y escribí sobre las impresiones y pensamien­ tos que me sugirió la lectura (Cultu­

ra/s 28 de abril de 2010). No suele ser habitual que un autor de ficciones de la envergadura de Ford se avenga –o sienta la necesidad– de escribir sobre laintimidaddesussentimientos enel exhibicionismo o en la tentación de mezclar el recuerdo de lo real con la fantasía literaria. Creo hasta un cierto punto que me enamoré de la señora Akin, de la for­ talezadesucarácterindependientey, ni qué decir del tablero de tensiones bipolares que vinculan a madre e hijo hasta la muerte de ella, alejada físi­ camente del hijo, cada uno recluido en su respectiva soledad. Terrible final que Ford intenta explicar como algo compartido pero que resulta di­ fícil asimilar aunque fascine. ¿Y el pa­ dre? ¿Qué pasa con el padre, Parker Ford, un hombre grande y de aspecto robusto, sureño de origen campesino de Atkins que conoce a Edna cuando ella tiene diecisiete años –él veinti­ cuatro–,seenamoran,viajanincesan­ temente por las carreteras del Delta puesto que él es viajante de comercio enlaAméricaprofundadelosveintey los treinta y tienen a su único hijo, Ri­ chard, en 1944? ¿ Por qué Richard ex­ cluyó al padre al hablar de su madre y ha tardado treinta y cinco años en re­ conocer su parte de protagonismo al hombrequesemarchatodosloslunes yvuelveacasalosviernesconsu“cara grande,carnosaymaleable,muydada a sonreír” porque, según Richard, Parker Ford era “un hombre al que le gustaba ser feliz”? AsíqueFordhaconstruidoatravés del tiempo un díptico familiar que en mi opinión es de un atractivo y una calidad fuera de toda duda. El libro se titula Entre ellos (Between them. Re­ memberingmyparents).Abreelvolu­ men el retrato del progenitor, un tipo gris,vulgar,sinatributos,interesantí­ simoporquesutimidez,suproceden­ cia y sus reacciones encarnan las am­ bigüedades que acentuadas por el distanciamiento de un tipo que siem­ preestálejosdecasaytieneescasare­ lación con el hijo, Richard detecta en símismo.Sinembargoechademenos la figura del padre, desaparecido pre­ maturamente, abruptamente, su or­ fandad y al rememorar su historia lo transforma en una ausencia que pesa enélinfinitamentemásquelacontro­ vertida “presencia” de Edna Akin, que ocupa la segunda parte del libro –el texto ha sido revisado y traducido de nuevo para esta edición– hasta al­ canzar la edad adulta de Richard. Cuando Edna muere él tiene 37 años. “Mimadreeraunacatólicasecreta,lo cual, en ella, significaba que practica­ ba elperdón”.“Mimadre y yo nospa­ recíamos”, anota. “Pero hoy es raro que transcurra una hora de cualquier día sin que piense algo sobre mi pa­ dre”.Heaquílaclavedeesteestupen­ do libro, quizá completado pero no concluso, que sigue siendo franca­ mente seductor. | Richard Ford Entre ellos / Entre ells dos ANAGRAMA/EMPÚRIES. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: JE­

Richard Ford en su casa

FRANCESC PEIRÓN

SÚS ZULAIKA/AL CATALÁN: JOSEFINA CAVALL. 168/120 PÁ­ GINAS. 16,90 EUROS


Biblioteca Nacional rusa en San Peters­ burgo. Al lado, la autora FERRAN

MATEO/CABALLO DE TROYA

ANTONIO LOZANO

Marta Rebón (Barcelona, 1976), tra­ ductora de escritores magistrales (Vasili Grossman, Nabokov, Paster­ nak, Bulgákov…), ha escrito un libro magistral descifrando cómo las vi­ das,losescenariosy lasobras deesos escritores magistrales la han cons­ truido como lectora, como viajera, como traductora y, en definitiva, co­

mo persona. ¿Hay mejor forma de traducirseaunomismoqueirtraslas huellas –entendiendo por éstas tan­ toelestudiodetalladodeunatrayec­ toria como el desplazamiento a pun­ tos geográficos clave– de los autores que nos han sacudido el alma? ¿Qué esdenosotroscuandoalaexpansión mental que nos provocan sus pala­ bras la acompañamos de un acerca­

miento a su historia más personal y de un recorrido físico por las calles y paisajes que moldearon sus existen­ cias y trabajos? ¿Los comprendemos mejor? ¿Nos entendemos más? Si una ciudad líquida es aquella cuyos contornos se reflejan en las aguas de un río o de un mar, en un juego de espejos a un tiempo erudito y conmovedor, Rebón (autora líqui­

Historia Safont ilustra el papel de la catalanidad burguesa en el franquismo

Una rebelión inesperada NÚRIA ALBESA

Poco se esperaban los adeptos al ré­ gimen franquista que algunos em­ presarios, eclesiásticos, intelectua­ lesymilitantesconservadorescata­ lanes, considerados teóricamente aliados, se volverían más críticos y se convertirían en auténticos focos de oposición. Precisamente, sobre estaburguesíaacomodadadetradi­ ción catalanista, que (tampoco lo olvidemos) en un primer momento vio en la victoria de Franco una es­ tabilidad asegurada, el historiador y periodista Joan Safont (Mataró, 1984) ha querido construir su ter­ cer libro, Sabotatge contra Franco, un ensayo que condensa con rigor y

una nitidez admirable todos los mecanismos que se activaron para evitar la disolución de la identidad nacional. El panorama trazado es muy amplio (abarca toda la dicta­ dura), y destaca, curiosamente, por el ritmo narrativo que va adqui­ riendo el relato, articulado en quin­ ce episodios redondos, teniendo en cuenta que se trata de un ensayo histórico. Los primeros episodios de oposi­ ción ponen de manifiesto la pru­ dencia de los primeros años y el modo en que se fue volviendo atre­ vimiento. Un atrevimiento lento, moderado. Durante la primera eta­ pa de posguerra, por ejemplo, Fèlix

Millet (el padre del encausado por el caso Palau) creó la Benèfica Mi­ nerva,unafundaciónquehizoposi­ ble la pervivencia del Institut d’Es­ tudis Catalans, brutalmente perse­ guido.ElpropioMilletfuemecenas de algunos escritores que acababan de regresar del exilio, como Josep Maria de Sagarra. Su labor, como la de Jaume Vicens i Vives, maestro y modelo de inspiración para una ge­ neración huérfana, fue clave para estimular el movimiento intelec­ tual. Un punto de inflexión lo mar­ có la Entronización de la Mare de Déu de Montserrat, en 1947; y otros, como las diatribas de Néstor Luján, que tuvieron una clara inci­

Marta Rebón En la ciudad líquida CABALLO DE TROYA. 250 PÁGINAS. 20,90 EUROS

dencia en la “vaga” de los tranvías en 1951, o la incansable labor de Au­ reli Escarré, convertido, de forma muy dilatada, en un símbolo contra el régimen. Jordi Pujol es otro de los personajes centrales de estos episodios de sabotaje: se convirtió en mito al descubrirse que era uno de los organizadores de un acto de resistencia que tuvo lugar la noche del concierto homenaje a Joan Ma­ ragall, en el Palau de la Música. Fue sometido a la brutalidad policial y encarcelado durante siete años. Estos personajes, entre otros, lle­ nan las páginas de un libro que ilus­ tra el compromiso de unas clases acomodadas que, por encima de to­ do, defendían con pequeñas accio­ nes la catalanidad y su deber con el país. Un libro que, sin lugar a dudas, se revela como un hallazgo. | Joan Safont Sabotatge contra Franco. Episodis d’oposició dels que havien guanyat la guerra ANGLE EDITORIAL. 304 PÁGINAS. 18,90 EUROS

LIBROS Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia

Un viaje por vidas y escenarios de escritores

da) encuentra su propio reflejo en una miríada de autores y lugares. Enlaciudadlíquidaponeelfocoen el escritor desencajado, ya sea forza­ do a abandonar su patria por la per­ secución estatal o la salud, a practi­ car el exilio interior, enviado a cam­ pos de exterminio o de trabajos forzados, necesitado de refugios va­ rios–heterónimos,elcielo,eldesier­ to…–. Dostoievski, Brodsky, Saint­ Exupéry, Elizabeth Bishop, Chéjov, Pessoa, Bowles, entre muchos otros, ysusrespectivasciudadesdepartida odeacogida(SanPetersburgo,Mos­ cú, Nueva York, Tánger, Roma, Oporto, Petrópolis...) desfilan por la instruida, sobria, meticulosa y refle­ xiva mirada de Rebón, quien docu­ menta con fotografías propias y del fotógrafo Ferran Mateo su anhelo por apresar/habitar los espacios que la fundirán definitivamente con sus sujetos. Obra riquísima que funciona en varios planos simultáneos igual de profundos y bien ejecutados –ensa­ yo sobre el desarraigo y la melanco­ lía, análisis biográfico­literario, me­ ditación sobre la identidad, impre­ siones viajeras, interrogantes sobre el oficio de traductor–, Marta Rebón reclama para sí esta frase que Virgi­ niaWoolflededicaaMrs.Dalloway: “Penetraba en todas las cosas como un cuchillo; y a la vez, se quedaba fuera observando”, al tiempo que consigue una y otra vez dotar a su prosa de esa luz y de esas condicio­ nes atmosféricas tan excepcionales que, en palabras de W.G. Sebald –quien perfectamente podría ejer­ cer de padre espiritual de este de­ but–, obran el milagro de que los muertossesientandenuevopresen­ tes entre los vivos. |

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Ensayo Rebón explica en un libro rico en matices cómo escritores magistrales (Dostoievski, Saint­Exupéry o Pessoa) la han marcado, mientras recorre las ciudades de sus vidas y las ilustra con fotografías propias y de Ferran Mateo


LIBROS Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 8

Novela La historia de una chica violada por su padre, enfrentada a la esquizofrenia del marido, incapaz de encontrar el amor, la vida la vuelve mala

de Cantonigròs. La novela no tontea absurdamente. La chica enferma de cáncer es creíble, las asistentas sudamericanas, también. Hay pocas muletillas de esas que te hacen es­ cribir en el margen de la página: “Arghhhh”. Cuando una vez, ha­ blando del sol, le llama “l’astre rei”. Perdonada. La fugitiva es una versión actual de las novelas de Isabel­Clara Simó que en los años noventa hablaban de mujeres maltratadas por la vida que sevolvíanmalas,queasuvezactuali­ zaban, por el lado macabro, las nove­ las cargadas de mala uva y de calidad literaria de Rodoreda. En uno de los episodios fuertes la protagonista, que está en la cárcel, se encuentra en el lavabo con otra reclusa. No pre­ tende matarla, como sospecha al principio: quiere sexo. “No sé d’on haviatretunamàdemorter,laHeidi, però la va ensabonar i, encastant els seus llavis als meus pits, llepant­ me’ls i xuclant­me’ls com mai cap

La conquista del público popular JULIÀ GUILLAMON

La conquista del público popular es una exigencia de la cultura catalana que, por número de lectores, corre siempre el peligro de quedarse sin agua. Por eso, junto a Joan Rendé, Emily Dickinson o Salman Rushdie, Proa publica el último libro de Blan­ ca Busquets (Barcelona, 1961), que después de nueve novelas, es un pe­ queño fenómeno. Se colgó en la pa­ red el premio Llibreter del 2011 (con la novela La nevada del cucut) mien­ tras que sus libros se han ido tradu­ ciendo, en una de aquellas cadenas que crean los agentes: castellano, francés, ruso, alemán, inglés, italia­ no, polaco y noruego. Ha sido guio­ nista de programas de ficción de Ca­ talunya Ràdio y también redactora deprogramasdemúsicadelaCorpo­ ració Catalana de Ràdio i Televisió. ¡Llegar a la gente! No es tan senci­ llo. No se puede seguir una receta. No puedes pretender que los lecto­ res son bobos y que tu vas a sacarlos de la miseria mental. No puedes es­ cribir con demasiada sofisticación (cuidado con el catalán: se ha perdi­ do mucha competencia lingüística).

Tampoco puedes bajar el nivel y tra­ taralagentecomosifueranborricos: se darán cuenta y nunca te lo van a perdonar. Has de encontrar el punto en el que seas totalmente tu y que tu manera de ser conecte con las histo­ rias que la gente quiere leer o que no sabe que quiere leer pero se encuen­ tra leyéndolas, les gusta, las reco­ miendan y activan el engranaje que, pocodespuéshacegirarelengranaje internacional de los agentes. Blanca Busquets es una virtuosa a la hora de hacer sonar este mecanismo tan de­ licado e inconcreto. Un crítico obcecado le encontrará pegas:elrelatoesmuylineal,sincon­ traste. La narradora va enfilando sus historias(desdeeldíaenqueelpadre la violó, hasta que mató al marido y terminó en la cárcel), sin dar entrada a ninguna otra voz. Es como una lar­ ga conferencia. Desde el punto de vista de la novela contemporánea se atojaunpocoantiguo.Peronopuede decirse que haya en ello ningún mal. Los lectores poco acostumbrados a lecturas rebuscadas lo agradecen. Al mismo tiempo, Busquets es una per­ sona de cultura, vinculada al festival

Blanca Busquets es una virtuosa a la hora de hacer sonar el mecanismo delicado del best seller home ho havia fet, em va entaforar allòpersota.Vaighaverdemossegar una tovallola per no cridar. Va ser el plaer dels plaers”. La escena de la mantequilla de The last tango in Pa­ ris parece un juego de niños. Litera­ tura popular del siglo XXI. | Blanca Busquets La fugitiva Blanca Busquets

JOAN PUERTO

Narrativa Una ‘nouvelle’ primigenia de Barceló

lojería, precisión en el lenguaje y en los tiempos narrativos que le acerca en sus exigencias al poema o al relato pero que difiere de estos sobre todo en el espacio acordado al género que obligatoriamente tiene que hacer equilibriosdefunambulismonarrati­ vo en lo que respecta al entramado que se cuenta, lo que hace que sean narracionesdondelospersonajesson pocos y de escueta presentación. El secreto del orfebre cumple fielmente el canon otorgado al género y lo hace con una escasez de medios que la au­ tora resuelve de manera inteligente. Pocas veces se puede decir más con menos:lahistoriadeamordelorfebre quedeNuevaYorksetrasladaalaEs­ paña de los cincuenta y pese a la dife­ renciadeañosydeambientesentreél yCeliadescubreesesentimientouni­ do a la experiencia de la soledad y la melancolía se une a la descripción de esaUmbríaqueapenasocultaelmar­ comuybienexplicadodeunaEspaña que se nos antoja ahora imposible. |

Lo que esconde la memoria JUAN ÁNGEL JURISTO

El secreto del orfebre es una nouvelle que Elia Barceló (Elda, 1957) publicó enLenguadeTrapoen2003,después delarepercusiónquetuvoElvuelodel Hipogrifo. Ahora Roca reedita esta novela corta, tras el éxito de su re­ cienteElcolordelsilencio,añadiéndo­ le unas notas de una suerte de carnet de su protagonista, Celia Sanjuán, que quiere otorgar aire de nueva na­ rración ya que en estas notas se con­ tienen datos que fuerzan la resolu­ ción de aquella primera entrega. En realidad poco importa la cosa pues lo importante es poder volver a leer, pa­ ra los que no pudieron acceder a la edición original, una de las primeras

obras de su autora, una nouvelle muy equilibrada, muy ajustada, una histo­ ria de amor escrita con esa economía de medios que en entregas posterio­ res Elia Barceló parece haber descar­ tado, decantándose por novelas más extensas y con profusión de persona­ jesaunquesigaguardandociertapre­ dilección por el enfrentamiento de dos caracteres contrapuestos. Lanouvelleesgénerodesprestigia­ doenEspaña,comoelcuentoaunque éste haya pasado por épocas de es­ plendor que le ha faltado a la novela corta. A esto se une la poca facilidad que ejerce el género para aquel que lo practica pues suele comportarse con laprecisiónpropiadeunapiezadere­

PROA. 279 PÁGINAS. 18.50 EUROS

Elia Barceló El secreto del orfebre / El secret de l’orfebre ROCA. TRADUCCIÓN: JORDI VIDAL I TUBAU. 128 PÁGINAS.

Elia Barceló

EMILIA GUTIÉRREZ

14,90 EUROS


L’autor Valentí Puig

KIM MANRESA

Diarios Valentí Puig relata en este nuevo dietario sus tres años como corresponsal en Londres, periodo en el que contempla el mundo de Lady Di y John Major. Y publica además un libro de poemas

Horas inglesas JORDI AMAT

“Hacemos las maletas”. Así empeza­ ba la última entrada del penúltimo dietario de Valentí Puig. Concluía anunciando que el escritor había sido nombrado corresponsal en Londres. Tenía 40 años y, entre la creación y el periodismo (opinión política, crítica literaria), una trayectoria de hombre de letras ya consolidada (un poema­ rio, novelas, un libro de cuentos, su guía de Dublín y el dietario de prime­ ra juventud En el bosque, un clásico contemporáneo). El 27 de julio de 1990Abcloanunciabaasuslectoresy a principios de septiembre, si la he­ meroteca digital no me engaña, ya envió los primeros artículos: las cró­ nicas del congreso de los sindicatos británicos celebrado cuando la presi­ dencia de Thatcher empezaba a su­ frir mucho más otoño. El nuevo La bellesa del temps, magnífico, es el die­ tario escrito por Puig durante tres años de horas inglesas. En una de las entradas del libro, el autor, refractario por empacho a la teoría onanista, establece una dife­ rencia operativa sobre los géneros li­ terarios: “Si la novela es para contar, la nota de journal es para ver”. Para ver la circunstancia inmediata que lo rodea, pero también para contem­ plarse.Dominalamiradaanalíticaso­ brelarealidad–lainmediata,lasocial, cultural,periodísticaopolítica–,pero al mismo tiempo está siempre la mi­ rada introspectiva sobre sí mismo

–que lo transporta, una y otra vez, a la infancia y juventud mallorquina–. La convivencia de estas dos miradas en eltexto,expuestasconuncatalánfas­ tuoso, es la clave del dietarismo de Puig. “Cambiar de ciudad, cambiar los decorados, pero tus desórdenes y tus culpas tienen la permanencia de las naturalezas irredimibles”. Un hombre que, sin miedos, mira a lo profundo. El mundo exterior que le toca con­ templar ahora es Londres, el de Lady Di y John Major, con sus círculos conservadores, diplomáticos y con

Su actitud no es escapismo nostálgico sino la voluntad de ser sintiéndose más vinculado a la tradición una amistad que hace allí y va reapa­ reciendo a lo largo del libro –Guiller­ mo Cabrera Infante–, pero de inme­ diato se ensancha el radio del mundo que quiere entender. Porque es mo­ mento de abrir el testamento de la guerra fría. Hay discusiones que en el Reino Unido se eternizan (la sombra de la Unión Europea), pero se multi­ plican los indicios de un tiempo nue­ vo: la crisis familiar de la monarquía, la autoridad de Mandela, la primera guerra de Irak, la implosión de los Balcanes, el terrorismo islamista (“la

yihad vuelve a primera fila, pero la Europa ecléctica no quiere saber na­ da”) y la aparición de un candidato populista en las elecciones america­ nas–RossPerot–sobrequienPuiges­ cribirá porque por unas semanas es­ tuvodestinadoaEstadosUnidos.Allí, escuchando al candidato millonario, constata el veneno de sus verdades contra el sistema: “Son verdades en manos de un demagogo paranoico que pretende conformar una insatis­ facción maltratada que los políticos profesionales no sacian”. Me suena. EnunodelospoemasdeOratgesde la memòria, que también se acaba de publicar, Puig hace una afirmación irónicasobre su manera de estarenel presente. “Que no nos tengan por contemporáneos ya es una garantía”. Pero esta actitud digamos conserva­ dora, que aquí se injerta en Chester­ ton, no es escapismo nostálgico sino la voluntad de ser sintiéndose más vinculado a la tradición que a la espu­ ma de la actualidad. Una tradición vi­ va porque en el presente dan con ver­ dad o belleza. Vale por una misa del gallo. Vale por la contemplación de la pureza en el rostro enfermo de Au­ drey Hepburn. | Valentí Puig La bellesa del temps. Dietaris 1990­1993

El filósofo y erudito Salvador de Bro­ cà continúa en este libro, Cultura i pensamentenl’èpocadelbarroc,sues­ tudiodelRenacimiento.Libroameno e introductorio a la cultura que se desarrolla al final del Renacimiento, en el siglo XVII. Muchos autores que se examinan aquí ya son plenamente modernos. El barroco es interesante precisamente por eso, porque es una época de transición donde se acen­ túan las tendencias humanistas y se­ cularizantes del Renacimiento. Hay un estilo barroco que es más evidente en la arquitectura. El autor nos da las claves históricas y políticas para entender la geografía y los moti­ vos del barroco. Contemporáneos a Bernini y Borromini en Roma son los grandes arquitectos de la corte de Luis XIV en París, o un Rubens y un Rembrandt en los Países Bajos, o un Velázquez y un Zurbarán en España. Lejos de la desmesura que la mala fa­ ma le atribuye al barroco, en la pintu­ ra se impone el naturalismo y un uso extraordinario de la luz. En cuanto a lasletras,encontramosapartadosde­ dicados a Shakespeare y a Gracián. Hay un capítulo destinado al naci­ miento de la ciencia moderna que al­ canza a Newton, pero el énfasis está puesto en la filosofía que se escribe después de Copérnico, Galileo, Bru­ no, los neoplatónicos, Lutero y Ma­ quiavelo, figuras que el autor trataba en su anterior libro. Es una filosofía que se desprende progresivamente del dogma y la autoridad, impulsada por la revolución científica y el espejo de las matemáticas. La fuerza y auto­ nomía de la razón genera optimismo, pero al mismo tiempo el abandono de un universo cerrado y jerárquico pro­ voca confusión y cierta melancolía. Desde este punto de vista, por ejem­ plo,DeBrocàcomentaaShakespeare. Las ciudades crecen y los estados gananpoderendetrimentodelaIgle­ sia.Hobbesteorizasobreunhipotéti­ co estado de naturaleza del hombre; es el comienzo de las grandes teorías políticas.Porotrolado,Descartesysu cogito inician las grandes metafísicas racionalistas y empiristas, con un Pascal que anticipa la crítica de Kant. Hay en el texto referencias obligadas a Eugenio Garin, Alexandre Koyré y Miguel Ángel Granada. |

PROA. 448 PÁGINAS. 20 EUROS

Oratges de la memòria

Salvador de Brocà Cultura i pensament en l’ època del barroc

PROA. 96 PÁGINAS. 15,50 EUROS

OBRADOR EDÈNDUM. 213 PÁGINAS. 18 EUROS

LIBROS Sábado, 27 enero 2018

IGNACIO TERZANO

Cultura|s La Vanguardia

La edad del barroco

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Ensayo


LIBROS

libroscopio

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Cultura|s La Vanguardia

Sábado, 27 enero 2018

Cantautores resistentes El 30 y 31 de marzo un premio Nobel de Literatura actúa en el Liceu. Las entradas para escuchar los textos musicados de Bob Dylan se agota­ ron en cuestión de horas, con las de platea a 180 euros. Para que luego digan que la literatura no tiene tirón. La discusión que los señores de la academia del Nobel abrieron sobre si las letras cantadas deben ingresar en el reino de la literatura ha tenido más escándalo que Raphael. Me llega a las manos un libro coeditado por Capitán Swing y Nórdica (que sus respectivos responsables edito­ riales sean hermanos no resta mérito a esa saludable cooperación entre supuestas empresas rivales para sacar adelante libros de formato caro) con el título ¿Qué fue de los cantautores?, firmado por Luis Pastor. Él cumple a rajatabla todos los requisitos del cantautor: activista de iz­ quierda, pelo largo, familia obrera, barba, lector de poesía, guitarra, éxito, desencanto, sin barba, perseverancia, más guitarra… A sus 65 años Luis Pastor sigue en la brecha. Cantando, recitando, haciéndole la pei­ neta a los que peinan el mundo. En el libro recorre el camino de la fami­ lia emigrada desde un pueblecito de Extremadura hasta el extrarradio de Madrid, a su etapa de guitarra en las parroquias progres o los gran­ des conciertos­protesta de mediados de los setenta. En la presentación de su libro de Casa del Llibre lo acompañan Paco Ibáñez y Joan Manuel Serrat. Paco Ibáñez tiene muy claro quién es el culpable de todos los males: “El enemigo de la cultura son los norte­ americanos… ¡estamos colonizados!”. Parece que para él la Coca­Cola es cianuro puro. Está indignadísimo por los funerales de Estado en Fran­ cia para Johnny Hallyday: “Toda su obra no vale un gramo de una can­ ción de George Brassens”. Serrat no está tan pesimista, pero tampoco está para bailar twerking: “Ahora todo es muy confuso. La connivencia que tienen todas las es­ tructuras de poder es descorazonadora. En 2015 parecía que iban a suceder cosas… pero ese globo ha sido difícil mantenerlo hinchado. La derecha tiene mucho más fácil poner sus cartas sobre la mesa: Dios y el dinero”. Pastor opina que “en la izquierda durante años hemos perdido el rumbo. Hoy en día el único triunfador es el capi­ talismo. Falta autocrítica en la izquierda. O nos espabilamos y reinventamos, o hay Trump y locos para rato”. Ibáñez vuelve a lamen­ tar la apatía de la juventud actual, la falta de valores y la decadencia de Occidente. Hasta se levanta del público otro cantautor, Javier Muguruza, y lamenta también que en Euskadi se haya eliminado el circuito que permitía a los artistas ir a tocar a las escuelas. Los can­ tautores parecen deprimidos. Entonces, una señora del públi­ co toma la palabra y explica que Ibáñez, Pastor y Serrat A. ITURBE gracias a un cura progre vio ac­ tuar a Luis Pastor en una iglesia en Santa Coloma en 1972 y tuvieron que salir por piernas porque llegaba la policía, pero que recuerda cómo eso le dio una inyección de esperanza en aquella España de grises. Les dice emocionada: “Para mí sois muy importantes”. Del público emerge un profesor que le dice a Paco Ibáñez con afecto que no sea tan pesimista: “Mis alumnos han aprendido poesía y se han emocionado con ella gra­ cias a vosotros”. Tiene razón: poca gente ha hecho tanto por populari­ zar la poesía de Miguel Hernández, Celaya, Alberti o Machado como Paco Ibáñez o Serrat. Poca gente sigue teniendo la fe ciega en la poesía de Luis Pastor. Una señora insiste en preguntar a Luis Pastor: “¿Pero qué fue de los cantautores?”. Le contesta con las rimas que cierran su libro: “De los muchos que empezamos,/de los pocos que quedamos,/de los que aún resistimos,/de los que no claudicamos,/aquí seguimos./Cada uno en su trinchera/haciendo de la poesía/nuestro pan de cada día”. | ANTONIO ITURBE

Playa de San Lorenzo de Gijón, ciudad natal del protagonista y del autor

GETTY

Narrativa Antolín nos brinda su obra más autobiográfica; una sorprendente novela de amor que desarrolla su visión de la pintura y la literatura

El presente del pasado J.A. MASOLIVER RÓDENAS

Prestigioso traductor del inglés, el francés y el italiano, Mariano Anto­ línRato(Gijón,1943),consuprime­ ra novela, Cuando 900 mil mach aprox. (1973), premio de la Nueva Crítica, inició una de las aventuras másaudacesdelanarrativaespaño­ la. Novela tras novela, ha creado un mundoinconfundible,dondeloque dice el narrador se identifica con lo del protagonista. El ritmo de la fra­ se, la necesidad de encontrar una vozquereflejetantoelmundoexte­ riorcomoelinterior,unaestructura libre y la desenvoltura de los plan­ teamientos son algunos de los ras­ gos inconfundibles de su escritura. Nadie mejor que él representa la cultura de los años setenta, expre­ sada a través del desparpajo sexual, la familiaridad con la música pop inglesa y norteamericana y –vivió con el autor de Historia general de las drogas, Antonio Escohotado– la cultura psiquedélica. Una trayecto­ ria,lasuya, ajenaa losartificiosde la sociedad literaria, nacida de la sole­ dad, vital y melancólica, que en­ cuentra en Silencio tras el telón del sueño su más alta y fascinante ex­ presión. Inevitable pensar en Vila­ Matas en lo que hay de metalitera­ rio –o, en su caso, de metartístico– por lo que tienen en común y de ra­ dicalmente distinto, pero en ambos con una propuesta que rompe con todas las convenciones y ajena a to­ da concesión. Silencio tras el telón del sueño es su novela más abiertamente auto­ biográfica. Una autobiografía ex­ presada con una enorme inteligen­ cia y llena, narrativamente hablan­

do, de sorpresas. El protagonista ha nacido, como él, en Gijón en 1943. Pero en realidad podría decirse que protagonista no lo es solamente Pe­ droVelasco,sinotambiénJuanGál­ vez. A través del primero el autor desarrolla su visión de la pintura, desde las cuevas de Lascaux a los expresionistasamericanos,ydonde Rothko ocupa un espacio central. A través del poeta Gálvez, la de la lite­ ratura (“Velasco pretendía activar lasueltademishabitualescitasyre­ ferencias”), de la commedia a Mal­ colm Lowry. Y las referencias a la música de la época son constantes. Por encima de todo esto, Silencio tras el telón del sueño es una novela de amor, un amor dramático, lleno de rupturas y reconciliaciones, pro­ tagonizado por la “nueva mujer”, defensora de su independencia. Marcada por los avances y retro­ cesos, nos movemos, con grandes espacios en blanco que aceleran sorprendente la velocidad del paso del tiempo, de 1966 a, prácticamen­ te, el presente. La edad y la sensa­ ción de fracaso están siempre pre­ sentes y culminan en la lectura (léa­ seautocrítica)queGálvezhacedela noveladeautordesconocidoquees, naturalmente, el propio Antolín: “Tengo la sensación de que el autor nos usa para reflejarse a sí mismo”. Silencio tras el telón del sueño, de hondas raíces cervantinas, donde el desengaño no entorpece el humor nilosexigentesyestimulantesidea­ les del narrador. | Mariano Antolín Rato Silencio tras el telón del sueño PEZ DE PLATA. 400 PÁGINAS. 23,90 EUROS


LIBROS

el mes de Joan de Sagarra

‘Per molts anys, Joan Marsé’

La edición italiana llega coja, pues afirma que Marsé pertenece a la misma generación que Vázquez Montalbán Un regalo de aniversario que, a decir verdad, llega demasiado tar­ de y, encima, llega cojo. Porque la edición nos sorprende al afirmar que Marsé pertenece a la misma generación que Manuel Vázquez Montalbán, cuando, si no recuer­ do mal, Marsé (1933) era un crío de seis años cuando las tropas del general Yagüe entraron en Barce­ lona y el amigo Manolo aún no ha­ bía nacido. También me llama la atención que, entre los premios

mo es posible que la novela que nos descubrió a “uno de los mejo­ res escritores españoles de la lite­ ratura contemporánea” llegue a Italia cincuenta años después de su publicación en Barcelona, la novela que nos descubrió a Juan Marsé, premio Liber 1998? Con motivo de la publicación de Ultime sere con Teresa, Marco Cicala, periodista de La Repubbli­ ca, entrevistó a Juan Marsé en su casa de Barcelona (La Repubblica, 15 de diciembre de 2017). Cicala

Juan Marsé sentado en la playa en una imagen de los años noventa

piani se refiere a Marsé como uno de los “migliori scrittori spagnoli della letteratura contemporanea assieme a Vargas Llosa e Javier Marías”, lo cual, a decir verdad, me aparta un tanto de mi Juan Marsé, al que difícilmente relacio­ no con Marías, a menos que esa relación tenga algo que ver con los intereses de la editorial Bompiani. Pero, como decía en un princi­ pio, la edición italiana de Últimas tardes con Teresa llega tarde. ¿Có­

PATRICIO SIMÓN/ARCHIVO

no se anda con rodeos y empieza su escrito con estas palabras: “An­ che se in Italia ce ne siamo accorti distrattamente, Marsé é un ro­ manziere grandissimo”. Cicala no lo pone en duda. “Bastaría –dice– con que Marsé hubiese escrito tan solo esas Últimas tardes con Tere­ sa que ahora publica Bompiani” (y no menciona Si te dicen que caí, que dudo esté traducida al italia­ no). Cicala habla con Marsé del procés o, mejor, intenta hablar de

él. Pero Marsé lo esquiva y se rea­ firma en las palabras del Stephen Dedalus de Joyce: “Religione, lin­ gua, nacionalità: io cercherò di fuggire da quelle reti”. ¿Quién se­ ría hoy el Pijoaparte, cómo se ga­ naría la vida?, le pregunta el perio­ dista a Marsé. Y Marsé responde: “Sería el chófer de un político del gobierno catalán”, “di cui si trom­ ba la moglie” (“que se acuesta con la mujer”). Pero, luego, Marsé re­ flexiona y se da cuenta de que hoy el Pijoaparte tendría setenta y pi­ co años y… “Mejor sería, dice, un magrebí, un joven magrebí”, sin concretar si sería chófer del polí­ tico catalán ni si se cepillaría a su esposa. Lástima que Cicala no le pre­ guntase a Marsé qué actor del cine italiano podría, en su opinión, in­ terpretar el personaje del Pijoa­ parte, un chaval de Catania llega­ do a Milán y que se lía con una ni­ ña bien haciéndose pasar por un mafioso independentista, etcéte­ ra, etcétera. No se lo preguntó, pe­ ro, para terminar, permítanme que les cite lo que Manolo Váz­ quez Montalbán escribió sobre Marsé en El País Semanal el 13 de junio de 1993: “De joven (Marsé) se parecía a Marcello Mastroian­ ni. En verano podía llevar camise­ ta sin mangas, y movía las manos explicativas como un joven apren­ diz de joyero al que los metales preciosos se le habían convertido en palabras. (…) Era la gran espe­ ranza blanca, proletaria y mestiza,

El Pijoaparte sería hoy el chófer de un político del gobierno catalán que se acuesta con la mujer, ha dicho Marsé del principado Seix Barral, de día el doctor Jekyll Joan Faneca (alias Joan Marsé) y de noche el míster Hyde (alias Pijoaparte). Su alter ego era una síntesis de la memoria y el deseo de un voyeur que con­ templaba desde la frontera de la Barcelona proletaria el lumpem­ proletariado que le había crecido en la postguerra. Jamás postgue­ rra alguna ha tenido mejor poeta sin escribir ni un verso…”. Per molts anys, Joan Marsé. | JOAN DE SAGARRA

Cultura|s La Vanguardia

cosechados por Juan Marsé, la edición italiana haga mención del premio Liber en el 2016. Mentira podrida: Marsé fue premiado con el premio Internacional de Litera­ tura Romance, concedido por la Unión Latina, constituida por más de treinta estados americanos y europeos con lenguas oficiales ro­ mances, en 1998. Si no recuerdo mal, en noviembre de aquel año Marsé, acompañado de su hija Berta, viajó a Roma para recibir aquel premio. La edición de Bom­

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El 8 de enero, Juan Marsé cum­ plió 85 años. Nuestro común ami­ go, Enrique Vila­Matas, enemigo declarado de los números redon­ dos, me hizo llegar un escrito de Ernesto Escapa publicado en el Diario de León. Empieza así: “Hoy cumple 85 años Juan Faneca, adoptado como Juan Marsé al morir su madre en el parto. Quizá el novelista español con una cali­ grafía de la memoria más rica y expresiva, protagonista del poema de Gil de Biedma que evoca el últi­ mo verano de nuestra juventud, en la casona de Nava de la Asun­ ción”. 85 años de Juan Marsé. Si­ lencio en Barcelona, pero, mira por donde, regalo de aniversario en Milán: la editorial Bompiani publica Últimas tardes con Teresa (Ultime sere con Teresa) en tra­ ducción italiana de Hado Lyria. En la portada, la misma foto de Oriol Maspons con la chica, Tere­ sa, en el descapotable que figuraba en la edición original de Seix Ba­ rral, y debajo esa frase: “Un giova­ ne povero, una bella ragazza rica, l’amore –o qualcosa che gli asso­ miglia–”. Lo he leído. La traduc­ ción es buena, por no decir exce­ lente, y el libro viene enriquecido con textos de su autor, de Manolo Vázquez Montalbán y de Pere Gimferrer, textos que figuraban en la edición española de la novela con motivo de los nueve años (1975) de su publicación cuando Marsé se hizo con el premio Bi­ blioteca Breve.

Sábado, 27 enero 2018

Con motivo del 85.º cumpleaños de Juan Marsé, la editorial italiana Bompiani publica ‘Últimas tardes con Teresa’, la cual llega demasiado tarde, cincuenta años después de su publicación en Barcelona


ARTES Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 12

Arte|s

NA BARCELO

En la antigua Grecia la palabra ‘Agón’ servía para designar la competición. Una muestra con ese título recorre en CaixaForum el espíritu de lucha y desafío que llevó a los griegos a desarrollar campeonatos y juegos deportivos de los que todavía nos nutrimos, pero también envites intelectuales, en la música y en el teatro. Una búsqueda de la victoria reflejada y bien por el arte.

La competic ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

LANZADOR DE DISCO Versión romana (c. 120­140 d.C.) de un original griego desaparecido (c. 425­400 a.C.). Procedente supues­ tamente de la Villa Adriana, Tívoli

Los ganadores de cualquiera de las numerosas competiciones deporti­ vasquesedesarrollabanen Greciano recibían medallas. Su recompensa era la fama. Pero no sólo eso: los de­ porteseranunbuennegocio,entodos los sentidos. A menudo un estado (en el siglo VIII a.C. surgieron por el Me­ diterráneo cientos de polis, ciudades estado griegas) patrocinaba a un atle­ ta y corría con los gastos de su entre­ namiento, viajes, equipo, una inver­ sión que compensaba si este obtenía una victoria, a mayor prestigio de sus paganos. Y a su vez el atleta era retri­ buido no sólo en su amor propio, sino con grandes privilegios, como aloja­ mientoymanutencióngratisyacceso libre a los teatros de por vida, además decontarconunnutridogrupodead­ miradores. ¿Hablamos de la antigüedad o de ahora mismo? La exposición Agón! La competición en la antigua Grecia que puede verse en CaixaForum nos ilustra hasta qué punto nuestra tra­ dición deportiva tiene un ADN bien localizable. Sí, fueron los romanos quienes dijeron lo de mens sana in corpore sano, pero se lo habían copia­ do a los griegos. Como ahora hace­ mos también nosotros, y no sólo con los Juegos Olímpicos, como puede verse en esta magnífica muestra que reúne 170 objetos procedentes del

British Museum: entre ellos un frag­ mentodelfrisodelMausoleodeHali­ carnaso,del350a.C.,quenuncaantes habíasalidodeLondres,oeljarroque acompaña estas líneas, en el que un joven está a punto de coronarse. Si­ guiendo con las retribuciones más materiales que los laureles, el gana­ dor de la carrera de bigas (carruajes) en las Panateneas, las competiciones de Atenas, recibía 140 ánforas de aceite de oliva, que comparados con fichajes como el de Coutinho hacen sonreír, pero en aquel tiempo valían lo suyo, igual que los recuerdos que podían encargar los atletas de Olim­ pia: con una victoria, una estatua, con tres,unretratodesímismoacargode un escultor de élite, Fidias o Mirón. Sin duda eran auténticas estrellas. Atenas, Olimpia, Esparta... La riva­ lidad entre las ciudades tenía su pen­ dant en la que existía entre sus ha­ bitantes, reflejo, a su vez, de la que amenizaba la vida de sus dioses: en­ frentados entre ellos para establecer la jerarquía de su autoridad, tiene na­ da de extrañar que los humanos los acabaran emulando y aspiraran a convertirse en héroes. Agón es el tér­ mino que designaba esta rivalidad que se consideraba necesario y esti­ mulante, no sólo en las actividades fí­ sicas, también en las intelectuales, música o teatro, y de apariencia, co­ mo los concursos de belleza, uno de

JARRO PEQUEÑO DE CERÁMICA DE FIGURAS ROJAS. Realizada en Atenas, c. 430­425 a.C. de Capua, Italia


ARTES Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 13

FIGURILLAS DE BRONCE Etrusco­campanien­ ses, realizadas c. 480 a.C. Halladas en Cumas, Italia.

ción o la vida los cuales, si hay que creer a Homero, dio lugar a la guerra de Troya. Entrenados desde bien pequeños para ser competitivos, el deporte era unasalidanaturalparatantatestoste­ rona.También la guerra. Si de la polí­ ticasepuededecirqueeslacontinua­ ción de la guerra por otros medios, también se podría decir lo mismo del deporte,oalrevés.Ambasactividades compartían representaciones y dio­ ses, tal como se explica en el estupen­ do catálogo que acompaña a la expo­ sición. La diosa de la victoria, Niké, era, se explica en el catálogo, una de las más representadas en las artes plásticas, unas veces para conmemo­ rar un triunfo bélico, otras deportivo: se la suele caracterizar con alas o al frente de veloces carros, también en los frontones de los edificios, donde selasituabaposándosedespuésdeun vuelo. Los hombres competían desnu­ dos, de hecho se prohibió ropa en las competicionesdeportivasparaevitar accidentes, pero también para mos­ trar la perfección alcanzada con el ejercicio, de ahí el culto al cuerpo pe­ rotambiénsucuidado.Paraproteger­ se la piel, los atletas se frotaban con aceitedeoliva,ydespuésdelentrena­ miento y de las competiciones se lim­ piaban con un estrígilo, un utensilio metálico con una hoja curva, con aceite de oliva, bálsamos perfumados

y ungüentos. Los niños se iniciaban muy pronto en la educación deporti­ va, reservada, evidentemente, para los varones; una excepción es la figu­ radeAtalanta,laprimeraatletafeme­ nina de la mitología griega, quien se resarcióvenciendoenunosjuegosfú­ nebres del hecho de haber sido aban­ donada por su padre, el rey Yaso, quien deseaba un varón... Las competiciones eran parte tan fundamental en la vida griega que in­

Los vencedores en algunas carreras en Atenas recibían como premio 140 ánforas de aceite de oliva cluso formaban parte de los ritos fu­ nerarios. Los griegos consideraban que el deporte, y la competición en general, unía a los pueblos, pero tam­ bién que su instrucción desde la in­ fancia era una manera de inculcar a lospequeñoslaimportanciadeseguir las normas. Ya vemos que palabras como gimnasio, palestra o estadio no son lo único que nos han legado los helenos al respecto. | Agón! La competición en la antigua Grecia COMISARIO: PETER HIGGS. CAIXAFORUM. BARCELONA. WWW.CAIXAFORUM.ES. HASTA EL 18 DE FEBRERO

DIADUMENO, EL QUE SE CIÑE LA DIADEMA Versión romana (c. 120­140 d.C.) basada en un original griego en bronce (c. 430 a.C.). Vaison­la­Ro­ maine, Francia


ARTES

perfil de Joaquín Barón

opinión

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Assemblea de Montserrat (I) La memoria ¡Ay, la memoria! Del día 12 al 14 de diciembre de 1970 casi 300 intelectuales, artistas, políticos se reúnen en el monasterio de Mont­ serrat en protesta por el proceso de Burgos en el que se pedían varias penas de muerte. El encierro dio origen a la Assemblea Permanent d’Intel∙lectuals Catalans, germen de la Assemblea de Catalunya, consti­ tuida en noviembre de 1971. La nó­ mina de asistentes era impactante. La asistencia, por unos minutos, de Joan Miró, aunque posteriormente envuelta en la polémica, enfatizó aún más la proyección internacional de la protesta. Al anochecer del día 14, con el abad Cassià Just al frente, se inició la salida cuando ya la policía decidía entrar. El Vaticano puso como condición a los organizadores el mantener permanentemente las puertas abiertas. El encierro de Montserrat supuso un duro golpe para la dictadura y una gran victoria para la oposición clandestina catala­ na. Y para el antifranquismo en general. Su núcleo organizador, el PSUC, se perfiló como la fuerza más homogénea de la resistencia. Pero no era la única. Luego se sucedieron los interrogatorios, las multas, la retira­ da de pasaportes y las prohibiciones. El martirologio de la época. La gran historia, la oficial, ha sido analizada con solvencia por Antoni Batista y Antonio Boix Pons entre otros. La intrahistoria, como en todos los acontecimientos significa­ tivos, fue otra cosa. La intrahistoria viene a decir cosas diferentes, otras perspectivas ciertamente y, además, en su sencillez es mucho más atracti­ va. Y esclarecedora. Poco o nada se ha contado de la otra cara del encie­ rro. La radiografía de la Assemblea está por hacer. Y los retratos de algún personaje por dibujar.

Siempre he lamentado no figurar en la lista de los asistentes; fue por la misma razón que abandoné el mo­ nasterio dos días después: decidie­ ron borrar mi nombre por precau­ ción, estaba a punto de entrar en el servicio militar obligatorio. Recuer­ do la reprimenda de Raimon a mi imprudencia. Los 22 años de enton­ ces eran muy pocos, pero absoluta­ mente ávidos de aprender y obser­ var. Sabía que me la jugaba. Iba de corro en corro durante los recesos, preguntando y guardando en la retentiva imágenes, análisis, comen­ tarios, actitudes… Aprendí de todos. Y ahora cuando constatamos con anestesiada resignación el gran divorcio entre política y cultura, me viene a la memoria aquel encierro cívico en el que se tenía claro que la cultura, la democracia y la reivindi­ cación social eran un todo insepara­ ble: un sueño colectivo. No creo que mi juventud tienda a una exagerada idealización. Consulto notas de entonces. En los dos días hubo tiempo para confraternizar; artistas, actores, arquitectos, escritores con los críti­ cos de su especialidad. Debates sobre el papel de las artes en una sociedad democrática, el encaje de la figura del artista. Fue un encuen­ tro de gran solvencia, tanto por los participantes como por el marco. Ética y estética. Y mucha discusión política y la permanente informa­ ción, en directo, del juicio que se desarrollaba en Burgos. Y… miedo. A la noche siguiente ya estábamos cercados por un imponente des­ pliegue policial. El régimen se en­ teró, como todo el mundo, por los periódicos. Creo que tiene interés profundizar en el tema; en la intra­ historia siempre hay sorpresas… Lo intentaremos.

Un grupo de letrados examinan la sentencia del proceso de Burgos

JOAN­PERE VILADECANS

ARCHIVO

Joaquín Barón en la galería Marlborough

CÉSAR RANGEL

Una iconografía singular SÒNIA HERNÁNDEZ

Desde que empezó a pintar a los siete años, Joaquín Barón (Ciudad Real, 1970) ha ido desarrollando, más que el tópico del universo propio, una co­ munidadque,comolahumana,pare­ cecrecerexponencialmente.Consus homúnculos –así los califica el cate­ drático y comisario Kosme de Bara­ ñano– ha dado vida a una población que se multiplica para contar histo­ rias de la sociedad y el territorio sin mapa en los que habitan. El significa­ do de sus acciones corresponde al es­ pectadorinterpretarlo,aunqueenlas expresionesdeestosserespuedever­ seunreflejodeciertomalestardetec­ table también en nuestro entorno so­ cial, porque como el mismo artista asegura: “Yo creo que todos tenemos que estar comprometidos con lo que está pasando. Pero puedo engañar conloscolores.Elreceptorpuedever o bien el compromiso o bien el color. Se trata de jugar con esa dualidad. Lo queintentoesqueledediquealaobra cinco minutos más de su tiempo para ver todos los detalles”. El fuerte deseo de Barón de contar historias –“lo que me hubiera gusta­ do es ser director de cine, pero cuan­ doyoestudiabanoeratanfácil”–leha llevado a crear una iconografía pro­ pia por la que se le ha vinculado con artistas como Dubuffet, Basquiat o Paladino,referentesqueélmismore­ conoce: “Obviamente, yo no he des­ cubierto nada, pero encontrar estos artistasmehacepensarquetalvezmi idea no es tan salvaje; que antes ya se hahabladodeestoyquesevaaseguir trabajando en este tipo de argumen­ to”. En su última producción, sus ho­ múnculoshan pasadode los lienzos a

la tercera dimensión para ganar en presencia y materialidad. Con fre­ cuencia, estos inquietos seres surgen de la imaginación de sus iguales, lo que también plantea la duda ontoló­ gica de quién da forma a quién. Con la intención de sobreponerse al trabajo en solitario del estudio, ha

las claves EL ARTISTA. Joaquín Barón (Ciudad Real, 1970) aborda una temática urbana como la soledad o la alienación en diferentes formatos. LA OBRA. Su iconografía de connotaciones primitivistas, los homúnculos, se abre a la interpretación del espectador. creado una plataforma cultural en la que se encuentra la compañía de tea­ tro Casa de Pájaros, donde “menos escenografía, hago de todo”: es autor de varias dramaturgias, ayudante de dirección, iluminación… Los colores que utiliza en sus obras se transfor­ manparaelescenarioenactoresyac­ trices que siguen narrando, como si se tratase de viñetas de cómic, otro lenguaje que le atrae y que ve presen­ te en su trabajo. De hecho, la edición delibrosrepletosdeescenasprotago­ nizadas por múltiples seres que nos increpan es otro de los soportes de una estimulante práctica artística. | Joaquín Barón GALERÍA MARLBOROUGH. BARCELONA. WWW.GALERIA­ MARLBOROUGH.COM. HASTA EL 10 DE FEBRERO


El archivo de la fotógrafa es una valiosa memoria visual de la España de los años 50 a los primeros 80

podía realizar. Y ella se ofreció para sustituirle. Cuando su padre vio las fotos, casi lloró de emoción, de lo buenas que eran. También la voca­ ción fotográfica de Manel Esclusa comenzó en una cueva con estalac­ titas iluminadas por linternas. La luz en la oscuridad: fotografía. La película seguiría con una Jua­ nita que hacía fotos formando equi­ po con su padre y que a veces firma­ ba“Biarnés,hija”.Lashacíaencam­ pos de fútbol donde solía ser abucheadaporlosmachistasdelpú­ blico: “¡Vete a fregar platos!”, le gri­ taban. O bien: “¿Buscas novio?...”. AsíeraaquellaEspañafranquistade los años cincuenta. Joana aprendió fotografía también junto a un joven amigo que tenía más experiencia

Izquierda, Rudolf Nuréyev en casa de Antonio, El Bailarín. Madrid, 1971. Arriba: Modelos con sombreros op art diseñados por el modisto Antonio

Nieto, Madrid, 1967. Abajo, sesión fotográfica con Tip y Coll para la portada de su disco ‘Obdulia’, Madrid, 1970.

que ella, Ramón Masats. Juntos sa­ lían algunos domingos, para hacer fotos callejeras. Se desplazaban en la furgoneta de la pescadería de la familia Masats, que olía a bacalao. Joana estudió periodismo en Barcelona, en la escuela situada

mejor, había sido casi olvidada. En el 2012 Cristóbal Castro preparaba una muestra con motivo del 50 ani­ versario de la riada. Cuando investi­ gó en el archivo de Joana Biarnés, descubrió que su obra constituye una valiosa memoria visual de toda una época. Es, efectivamente, una extraordinaria crónica fotográfica sobre la sociedad y la cultura en aquella España premoderna de los años cincuenta y casi moderna de los sesenta, setenta y primeros ochenta. Biarnés trabajó entre 1963 y 1972 en Pueblo, un diario vesperti­ no que, como tal, concedía mucho espacioalosespectáculosylafarán­ dula, tal como hizo en los setenta el Tele/eXprés y en los primeros ochenta El Noticiero Universal. Ella hizo fotos atómicas de una fiesta flamenca decorada con crá­ neos de ciervos, de las andanzas de los Beatles en Madrid y en Barcelo­ na en 1965, delconcurso MissBikini (Mallorca, 1969) o de Roger Moore en la calle Tuset. Ante la obra y la personalidad de Joana Biarnés po­ demos entender que la simpatía, la vitalidad y la benevolencia irónica son formas de sabiduría y hasta de belleza verdadera. | Joana Biarnés. A contracorrent PALAU ROBERT. BARCELONA. PALAUROBERT.GENCAT.CAT. HASTA EL 2 DE ABRIL

ARTES Sábado, 27 enero 2018

JUAN BUFILL

La película de la vida de Joana Biar­ nés podría empezar por el episodio delacuevadelasestalactitasylases­ talagmitas,dondelahijadelfotógra­ fo deportivo Joan Biarnés, entonces llamada Juanita, realizó el primer reportajefotográficoquepublicóen la prensa, en El Mundo Deportivo. Era el año 1953 y tenía 17 años. Fue un encargo urgente de unos espe­ leólogos, que su padre aquel día no

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Joana Biarnés, la primera reportera fotográfica

donde ahora se encuentra el centro Arts Santa Mònica. Entre sus profe­ sores había gente como Néstor Lu­ ján. Y fue Manuel del Arco quien le vaticinó: “Usted será una gran re­ portera”. Lo dijo al ver el reportaje sobre un matadero que aquella chi­ ca con aversión a la sangre había si­ do capaz de hacer, por encargo su­ yo. Y posiblemente más por reto personal que por obligación. En fase estudiante, Joana Biar­ nés,quehabíanacidoenTerrassaen 1935, se afincó en Barcelona. Su piso erapequeño,demodoqueinstalósu laboratorio fotográfico en un mue­ ble previsto como armario ropero. Entonces trabajaba por encargo: bodas, moda, cosas neutras. La si­ guiente prueba dura fueron las ria­ das del Vallès, en septiembre de 1962. Allí murieron quizá un millar de personas, casi todas gente pobre, arrastrada por el agua y por el barro. Aunque entonces yo era un niño,re­ cuerdo muy bien que en la tarde an­ terior a la catástrofe huían volando grandes bandadas de pájaros y que mi padre, junto a la orilla de un río, me dijo: “Esto significaque viene un diluvio”. La clave del tardío y merecido rescate de Joana Biarnés ha sido aquel lejano reportaje de las riadas. Ella, que fue la primera mujer foto­ periodista de España, la pionera y la

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Fotografía La muestra retrospectiva que presenta en Barcelona el Palau Robert y la publicación del libro ‘Joana Biarnés. Disparando con el corazón’, editado por Blume y Photographic Social Vision, reivindican una figura pionera


ESCENARIOS

Escenario|s

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Moby Dick

Tres voces para reinterpretar al capitán Ahab NURIA CUADRADO

Las velas, los telones, los nudos ma­ rineros… El director Andrés Lima recuerda que los escenarios están construidos con la misma madera y similar lenguaje que los barcos. Pe­ ro el escenario en que Lima ejerce ahora de capitán es en verdad un barco, el Pequod, el ballenero sobre el que cabalga Ahab en pos de la gran ballena blanca. Ahab le ha ro­ bado cuerpo y energía al gran actor Josep Maria Pou, quien presta su voz a las muchas páginas que escri­ bió Melville y que Juan Cavestany ha condensado en 7.944 palabras. Ni una más, ni una menos. Eso sí, qué palabras. Pou, Lima y Cavestany son la santísima trinidad de la adaptación teatral que llega al Teatre Goya de Moby Dick, obra maldita que Her­ man Melville escribió a mediados del siglo XIX y cayó en el olvido por excesiva hasta mediados del XX, cuando la reivindicó Borges y John Huston la convirtió en película de aventuras con Gregory Peck. Tam­ bién fue entonces cuando Orson Welles la hizo teatro, como des­ pués (se vio una noche en la Expo de Sevilla de 1992) volvió a intentar Vittorio Gassman; como también hizo Jake Heggie al traducirla en una ópera que se estrenó en el 2010. Ahab, paradigma de la obsesión, ha obsesionado a muchos, aunque también han sido muchos quienes han reducido ese texto, que puede llegar a abrumar al lector tanto co­ mo una tormenta en alta mar, a un mero libro infantil de aventuras.

Juan Cavestany Entre el papel y la pantalla Periodista de formación y de profesión durante muchos años (fue corresponsal de El País en Nueva York), a Juan Cavestany (Madrid, 1967) le llegó el reco­ nocimiento como autor teatral gracias a Urtain (2008) –sobre el boxeador José Manuel Ibar Urtain– que, coproducida por el Centro Dramático Nacional y Animalario, le valió el premio Max al mejor autor teatral en castellano en el 2010. Ese texto ya se lo dirigió Andrés Lima, quien también se ha responsa­ bilizado de llevar al escenario otras de sus obras: en el 2002, Alejandro y Ana (lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente); Penumbra (2008) o Los Macbez (2014), adaptación de Macbeth de Shakespeare. Tras aterrizar en el teatro –donde también ha dirigido–, Cavestany dio también el salto a la dirección cinematográfica con películas como Dispongo de barcos (2010), El señor (2012), Gente en sitios (2013), una de las historias de Esa sensación (2016) o la serie para televisión Vergüenza (2017).

Josep Maria Pou Medio siglo de obsesión Llegó a los escenarios con poco más de veinte años. Y de eso está ya a punto de cumplirse el medio siglo. Cinco déca­ das. Cincuenta años. Que se dice pron­ to, pero se construye poco a poco, esce­ nario a escenario, personaje a persona­ je... Todos ellos –desde el enfermero a quien encarnó en aquel Marat­Sade donde debutó con Adolfo Marsillach como director, a sus últimos papeles en Arte y Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano– han hecho a Ahab como es, tan grande, tan inmenso; aunque el propio Pou admite que sobre todo ha quedado marcado por dos de sus crea­ ciones anteriores: El rey Lear (2004), en la que le dirigió Calixto Bieito, y su recreación de Orson Welles en un mon­ taje dirigido en el 2008 por Esteve Riambau. Josep Maria Pou, a quien sus perso­

najes pueden llegar a obsesionar tanto como la ballena a Ahab, que atesora, lee y estudia toneladas de material sobre cada proyecto que emprende, que se deja la piel noche a noche sobre el escenario y que admite necesitar si­ tuarse cada noche en el filo del abismo –capaz de volar aún a riesgo de caer–, se ha enfrentado a personajes tan lími­ tes como el de La cabra o ¿quién es Sylvia? (2005), que además de protago­ nizar supuso su debut en la dirección de escena. Desde entonces, también ha dirigido La vida por delante (2009) de Romain Gary, con Concha Velasco; A cielo abierto (2013), de David Hare; El zoo de vidre (2014), de Tennessee Williams; o Els nois d’història (2008), de Alan Ben­ nett, con la que inauguró su etapa como director artístico del Teatre Goya.


De izquierda a derecha, Cavestany, Pou y Lima en el Museu Marítim de Bracelona durante la entrevista con ‘Cultura/s’

FOTO LLIBERT TEIXIDÓ

ra. Ahab se define por su obsesión por vengarse de la ballena y es consciente de que, al llevarla hasta el extremo, al ser capaz de sacrifi­ car a quien sea en su interés, con­ vierte la obsesión en locura. Es un loco racional. Un loco inteligente. ANDRÉS LIMA: Ahab es un filó­ sofo hablando de la locura del ser humano. Por eso nos abarca a to­ dos. JUAN CAVESTANY: Ahab que­ da definido por el daño que ha sufrido y que él cree cósmico. Tulli­ do, posiblemente castrado... su sen­ sación de daño es tan grande que le ciega, aunque no por eso deje >

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Cavestany­Lima han condensado en 7.944 palabras y 80 minutos las 700 páginas de la obra de Melville

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¿Quién es Ahab: un tirano, un dicta­ dor, un loco, un obseso, un dios, un diablo…? JOSEP MARIA POU: Todos ellos. Todos a la vez. Porque, como ocu­ rre también con los grandes perso­ najes shakespearianos, Ahab es muchos. La mejor definición sobre quién es Ahab la ofrece él mismo: “Soy la locura enloquecida”. O sea, que admite ser la esencia de la locu­

Sábado, 27 enero 2018

Ahora, de nuevo, se convierte en obra de teatro: sólo ochenta minu­ tos; tan sólo tres actores: Jacob To­ rres y Oscar Kapoya son toda la tri­ pulación que Ahab­Pou necesita.

Andrés Lima El renovador de la escena Lima (Madrid, 1961) es uno de los nombres que está en el principio de Animalario, compañía que fundó junto a los actores Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Nathalie Poza y Ernesto Alterio, y que le ha reportado muchos de sus éxitos: Pornografía barata (2001), de la que también es autor; Últimas palabras de Copito de Nieve (2004); Hamelín (2005), que logró cuatro Max y el Nacio­ nal de Teatro… También logró Lima el Max al mejor director por Urtain (2008), Argelino, servidor de dos amos (2008) y Marat­Sade (2006). Entre los últimos trabajos que Lima ha presentado en las tablas destacan Desde Berlín, tributo a Lou Reed, que se pudo ver en el Romea en el 2014; la Medea, protagonizada por Aitana Sán­ chez­Gijón con que visitó el Lliure en el 2015; Les bruixes de Salem, que inauguraron el Grec del 2016; y, el pasado año, La mare, en el Villarroel, con Emma Vilarasau. Lima, que empezó en los esce­ narios como actor, también ha actuado en películas y series de televisión como Policías, en el corazón de la calle.

ESCENARIOS

Tres destacados hombres del teatro se han atrevido a realizar una adaptación de una de las grandes obras de la literatura universal, ‘Moby Dick’, de Herman Melville. Juan Cavestany ha hecho la adaptación, Andrés Lima la dirige y Josep Maria Pou es el protagonista. Conversamos con ellos sobre esta aventura de llevar al capitán Ahab a los escenarios


ESCENARIOS Sábado, 27 enero 2018

A.L: Cómo dice el propio Ahab, “hay una sabiduría que es...” J.M.P: “Hay una sabiduría que es dolor y un dolor que es locura”. A.L: Mete en el mismo saco sabi­ duría, dolor y locura: un cóctel difí­ cil de manejar. Tampoco olvide­ mos que Ahab es un obsesivo­de­ presivo de manual. Tal y como lo explican, no se intuye en Ahab al tirano que algunos han queri­ do ver en él. J.M.P: Hay quien lo ha interpreta­ do como el hombre que, en su inte­ rés, es capaz de llevar a un pueblo hasta la muerte, pero en esa lectura también hay algo de Moisés. Ahab también está poseído por un espíri­ tu mesiánico que le lleva a pensar que, en su lucha contra la ballena, puede salvar a la humanidad del mal que el animal encarna. A.L: Es un hombre que vive des­ de el dolor y que lo reconoce.

na le mate, pero cree que puede matarla. J.C: Ambos resultados, tanto matar como morir, le sirven. J.M.P: Y lo dice: “Quiero que este viaje llegue a su destino, pero tam­ bién quiero que no se acabe nunca”. A.L: La novela vive en una conti­ nua contradicción. La propia balle­ na es una contradicción: Melville tanto la presenta como el más bellí­ simo de los animales como la defi­ ne como el ser más atroz; es blanca pero Melville presenta lo blanco como lo más oscuro... J.M.P: ...Como lo peor, aunque para todos los demás sea emblema de la justicia, la inocencia, la pure­ za... A.L: Pero son esas contradiccio­ nes las que le llevan a conectar con el lector y el público. Son las zonas oscuras las que te espolean a expre­ sar la insatisfacción y el dolor para intentar superarlo... para intentar matar a la ballena.

¿Su adaptación se centra en el viaje in­ terior de Ahab más que en el del ‘Pe­ quod’? A.L: Sí. En parte porque así nos lo pidió el productor, Daniel Martí­ nez. J.C: El nuestro es un montaje en torno a Ahab pero no es una elucu­ bración sobre Ahab. Está pegado a la novela. Prácticamente todo el li­ bro está en el espectáculo. J.M.P: Evidentemente, todo lo que en el libro hay de Ahab, que es un personaje que no aparece hasta la mitad del relato de Melville. ¿Su adaptación empieza, como el li­ bro, con la célebre frase de “Llamad­ me Ismael”? ¿O prescinden de esa pri­ mera mitad del relato en que Ahab no aparece? J.C: Empezamos con Ahab y no con Ismael. Pero nuestro Ahab incor­ pora voces que en el libro pertene­ cen a Ismael o al propio Melville. Porque también en el libro muchas

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> de ser consciente de ello.

Josep Maria Pou como el capitán Ahab durante uno de los ensayos de ‘Moby Dick’ que se presenta en el Goya

J.M.P: “Dotado de percepción sublime, carezco del bajo don de la alegría”, dice Ahab. Y añade: “Qué injusticia que, para pegar fuego a otros, el fuego mismo tenga que gastarse”. Y esta frase me encanta, me gusta decirla sobre el escenario, porque veo en ella el oficio de actor, porque el actor también quema su vida sobre el escenario. A.L: Pese a que celebro la alegría, sé que la vida está llena de dolor y ese dolor es el que nos lleva a hacer otras cosas. Hay algo en el ser hu­ mano que es tremendamente dolo­ roso: la conciencia de la muerte. Y esa conciencia está muy presente en Moby Dick. Ahab busca la balle­ na para que le mate. J.M.P: Es un suicida que busca a alguien que le suicide. Es un ser contradictorio: busca que la balle­

La novela vive en una continua contradicción, y esas contradicciones son las que le llevan a conectar con el público “‘Moby Dick’ es lo contrario de la cultura de la estupidez que ahora impera” (Andrés Lima)

CRISTINA GALLEGO

veces no sabes de quién es la voz del narrador, si de Ismael o del autor. A.L: De lo que sí hemos prescin­ dido es de la parte documental del libro: aquellos capítulos enteros en los que habla de los tipos de balle­ nas, de los aparejos, del lenguaje marinero... J.M.P: El texto de Cavestany, que tiene momentos muy poéticos, está construido como una ópera con varias arias, la de la blancura, la del dolor... J.C: La adaptación no es una dra­ maturgia de la aventura o de las re­ laciones entre los personajes. No es un afiche... Es un ejercicio más costoso. A.L: A veces, los personajes tie­ nen que contar la obsesión de Ahab; otras, tienen que vivirla; y

otras, alejarse de ella. Y ese es un equilibrio muy difícil de lograr tan­ to para el director como para los ac­ tores. El trabajo del director al guiar a los actores es el que sirve para guiar el ojo del espectador. Pe­ ro, en esta obra, el ojo, más que ver, escucha. Los actores tienen que vi­ vir el mundo de Moby Dick, pero no pueden abandonarse a vivirlo. J.M.P: Tenemos que vivir mien­ tras contamos. Y contar, viviendo. A.L: Un cantante, si se emociona y llora, canta mal. La pasión de con­ tar es lo que tiene que primar... J.M.P: Somos tres actores na­ rrándole al público Moby Dick. A.L: Y con la puesta en escena sucede los mismo. Utilizamos pro­ yecciones durante casi todo el es­ pectáculo: si las imágenes proyec­ tadas son demasiado ilustrativas, el resultado es infantil; y si son dema­ siado abstractas, dificultan el se­ guimiento del público. ¿Era necesario incluir un montaje vi­ deográfico? A.L: No. Pero nos ayuda a abrir la ventana al cerebro de Ahab. Y esa es una gran posibilidad que nos brinda el teatro. J.C: Esta versión no es una de­ construcción del libro. A los tres nos fascina Moby Dick y hemos querido hacer un homenaje que in­ vite al espectador a adentrarse en el libro, a leerlo. Por eso la obra quiere contarlo todo, igual que la novela quiere contarlo todo. Melville piensa que va a morir y quiere con­ tar en ella todo lo que sabe, todo lo que piensa, todo lo que sueña y to­ do lo que desea. A.L: Moby Dick es lo contrario de la cultura de la estupidez que ahora impera. J.C: Me noto en lucha contra la dispersión, contra la fragmenta­ ción del tiempo, de los impulsos que recibimos, de la información.... Nos está ahogando esa fragmen­ tación, ese bombardeo, esa inme­ diatez... A.L: Pero es que cuánto más es­ túpido seas, menos protestas. Mo­ by Dick tiene la voluntad de los últi­ mos románticos, de aquellos que aún son capaces de emprender un libro de 700 páginas o de ir a cazar una ballena con las manos. J.C: Cuenta el final de una época. Poco después de que Melville la es­ cribiera, se inventó la bombilla y ya no hacía falta salir a cazar ballenas porque no se necesitaba su aceite. A.L: Y también termina una ma­ nera de entender la vida y la aven­ tura. Ahab es el hombre en guerra consigo mismo, pero también re­ presenta la guerra en sí misma, una guerra noble porque en ella arries­ ga su vida. Ahora se ataca con dro­ nes desde una oficina en Wall Street. Ahora sólo existe ganar di­ nero. Y Ahab no va a cazar la balle­ na por dinero. | Melville / Cavestany Moby Dick TEATRE GOYA. HASTA EL 4 DE MARZO.


JORGE CARRIÓN

LoquemásimpresionadeLapestees sureconstruccióndelaSevilla,impe­ rial y oscura, del siglo XVI. Recorrida por ratas, marineros, vendedores ambulantes, soldados, mercaderes genoveses, prostitutas, burgueses, cristianos nuevos y cristianos viejos, árabes y africanos negros, políticos, inquisidores y nobles, tanto el paisaje físico como el humano crea una sóli­ da ilusión de verosimilitud. Casi se puede oler: y apesta. Porque el arco temporal de la temporada es exacta­ menteeldelaepidemia.Desdeelmo­ mento en que se manifiestan los pri­ meros casos, y son ocultados, hasta la llegadadelfríoyeldeclivedelaenfer­ medad, pasando por los hospitales saturados, los saqueos, el caos. Aunque la luz se derrame por las chabolas que rodean las murallas y por el río Guadalquivir, por donde navegan las velas de los barcos que comercian con América, en la serie predominalaoscuridad.Menoslaes­ cena final de las hogueras de la Santa Inquisición, que arden en pleno día, la mayoría de los momentos más im­ portantesomásbellosocurrenobien de noche o bien en interiores en pe­ numbra. La acción se pone así al ser­ vicio de la iluminación, la dirección de arte y la fotografía, de una calidad querozalaperfecciónenescenasque persiguen desesperadamente la pro­ fundidaddecampoparaqueelefecto –estético o violento– sea brutal. Co­ molaculminacióndelabúsqueda,en elinteriordeunburdelmorbosoypa­ tético,quellevaacaboelpersonajede Patricia López Arnaiz: el espectador cree que la mueve el deseo lésbico, pero en realidad busca una modelo para uno de sus lienzos, y ahí está la prostituta, salvaje y bellísima, ilumi­ nada de rojo en el último espacio, un palomar. O como la persecución del asesinoporunlaberintosubterráneo, a la luz de las antorchas, guiados los protagonistas por un caballo ciego. Unosprotagonistasquerecuerdan a los de El nombre de la rosa de Um­ berto Eco: el senex es Mateo Núñez (Pablo Molinero), un impresor con

LA PESTE. La ambientación de la serie, que reconstruye la Sevilla del siglo XVI, es uno de los grandes logros de ‘La peste’, y sitúa a esta producción a la altura de otras grandes series internacionales, como ‘Gomorra’ o ‘Borgen’, que retratan ciudades emblemáticas

La acción se pone al servicio de la dirección de arte y la fotografía, de una calidad que roza la perfección y persigue que el efecto sea brutal

LA ZONA. Estrenada a finales del pasado año, poco antes que ‘La peste’, esta serie ambientada en una zona de exclusión tras un accidente nuclear, es una clara muestra de la apuesta de Movistar por las producciones de calidad en un mercado muy competitivo

Cultura|s La Vanguardia

La auténtica peste es la ignorancia

dotesdetectivescasquetuvoquehuir de Sevilla por haber publicado una Biblia protestante; el puer es Valerio (Sergio Castellanos), el hijo bastardo de un amigo de Mateo, un adolescen­ te sombrío, con fama de atraer la muerte. Ambos tratarán de encon­ trar al asesino vinculado con una sec­ ta protestante, mientras a su alrede­ dor mueven los hilos del poder Luis de Zúñiga (Paco León), un advene­ dizo que se ha enriquecido especu­ lando y corrompiendo, y Celso de Guevara (Manolo Soto), el Gran In­ quisidor. Aunqueloscuatroseanhombres,y la pintora viuda Teresa Pinelo tenga un papel secundario, La peste es un relato histórico muy consciente de tender un puente de lectura entre el siglo XVI y el XXI. No sólo se puede trasladar a nuestra época el discurso sobrelacorrupciónpolíticaosobrela censurareligiosa(comodiceelmédi­ co, que tiene que ocultar en su jardín remedios que podrían ayudar a con­ trolar la epidemia, la auténtica peste es la ignorancia); también se insiste en un retrato que muestra aquello que las novelas picarescas o las obras teatrales del Siglo de Oro no podían revelar:lahomosexualidad,lacastra­ ción social e íntima de la mujer, la existencia de minorías de otras et­ nias.Así,larazayelgénerosontraba­ jadas por los guionistas con la misma exigencia que los detalles de la am­ bientación histórica (las frutas que han llegado del Nuevo Mundo, las le­ yesquerigenlaprostituciónolamen­ dicidad, la legislación de la pureza de sangre...). Aunque desde los Reyes Católicos hasta el general Francisco Franco el poder haya insistido en la unidad española (de territorio, de re­ ligión, de familia heterosexual, de lengua), somos un país eminente­ mente plural, contradictorio, feliz­ menteheterodoxo,diverso,porsuer­ te hereje. Después de trabajar conjunta­ mente en cuatro de las películas más celebradas del último cine español, 7 vírgenes,Grupo7,Elhombredelasmil caras y –sobre todo– La isla mínima, elguionistaRafaelCobosyeldirector y guionista Alberto Rodríguez han rodadolamejorminiseriedelahisto­ ria de la televisión española. Se po­ dría discutir si es una miniserie (su primera temporada tiene seis capítu­ los)ounaserie;peroloquemeparece indiscutible es que su existencia cul­ mina un camino de excelencia que inició Crematorio, y han cimentado ElMinisteriodelTiempo,VisavisyLa zona. Esa ha sido la vía de progresión que ha permitido el ingreso de cierta ficción serial española en la elite eu­ ropea. El Nápoles de Gomorra, la Co­ penhague de Borgen, el Londres de Sherlock o de Ripper Street, ¿la Sevilla de La peste? |

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Series Movistar irrumpe en la producción de series de gama alta. La comedia ‘Vergüenza’ y el drama postapocalíptico ‘La zona’ han sido muy comentados, pero ‘La peste’ supone la mayor apuesta para competir con HBO, Netflix o Fox

Sábado, 27 enero 2018

PANTALLAS

Pantalla|s


MIRADAS Sábado, 27 enero 2018 Cultura|s La Vanguardia 20

Mirada|s El gran encuentro de novela de misterio BCNegra estrena este año comisario (Carlos Zanón reemplaza a Paco Camarasa) y lanza un amplio programa de actividades. Nos centramos aquí en la presencia de la novela negra latinoamericana, en indiscutible auge, a través de tres autores presentes estos días, y trazamos también el perfil de James Ellroy, que recibirá el premio Carvalho que concede el certamen

NOVELA NEGRA LATINOAMERICANA

La autora argentina Claudia Piñeiro en un retrato del año 2014 ULF ANDERSEN/GETTY

Argentina: Claudia Piñeiro

En negro, sin crimen LILIAN NEUMAN

Nacida en Burzaco, Gran Buenos Ai­ res, en 1960, su nombre y sus novelas fueron ganando terreno, dentro y fuera de su país, y se traducen a nu­ merosas lenguas. El cine se apropió desushistorias–Lasviudasdelosjue­ ves, Tuya, Una suerte pequeña–, pero ella, mucho antes, se apropia de la plena atención del lector, sin tram­ pas, y de distintas maneras. En efecto, en cada ficción busca una nueva experiencia, siempre tras las conciencias de sus personajes. Cuando en Betibú (2011) una perio­ dista en mal momento busca una ver­ dad sobre un asesinato, el bullir de su menteseentrelazaconloquepiensan sus amigas, o los miembros de aquel mundo de esquivos o sospechosos. A todos reconocemos. El género negro la ha adoptado, aunque bien es cierto que es ella quien adopta maneras del mejor sus­ pense, y no siempre en sus libros hay uncrimen.Unasuertepequeña(2015) nace de una primera imagen, la de una mujer en coche, con dos niños y

ante una vía de tren. Lo demás es la historia de una decisión que durante veinte años enviará al exilio a quien, de regreso, investiga los escombros de aquello que, para el prójimo, siem­ pre dado a condenar y estigmatizar, es imperdonable. De estos y otros es­ tigmas –y de la moral propia y ajena– trata ese libro. Piñeiro escribe por muchos moti­ vos. Algunos de ellos podrían rastre­ arse en su relato autobiográfico Un comunista en calzoncillos (2013), cró­ nica familiar, afectiva, signada por el regreso de Perón y esos últimos años convulsos después de su muerte, y el golpe militar de 1976; la detallista y acertada descripción de la vida de una familia de clase media desde la mirada de una adolescente de ojos atentos. Con Las maldiciones, lo ha vuelto a conseguir. En este libro la historia ar­ gentinaylavidapolíticaactualjuegan importantísimopapelnarrativo.Gra­ cias a una periodista empecinada y, sobretodo,graciasalamismaPiñeiro que, incluso, consigue que los políti­

cos Ricardo Alfonsín y Eduardo Du­ halde se presten a su relato. Entre to­ do lo que aquí concurre, está el pun­ zante contrapunto entre un joven político actual y el honrado tío del protagonista, antiguo militante del partido de Alfonsín,cuyas frases sabe de memoria y vienen a cuento para decir,altoyclaro,quelarealidadpolí­ tica actual desconoce contenidos, ac­ titudes y filosofía. Es vacua. Román Sabaté, un joven del inte­ rior –en Argentina, todo lo que no es Buenos Aires es el interior, o sea el país entero;deahíla magnífica cróni­ ca de Martín Caparrós–, se convierte en secretario privado de un político en ascenso. Como le explicará a Ro­ mán una profesora de filosofía de se­ cundaria, la dialéctica amo­esclavo será endemoniada. Porque el tiempo pasa,elvínculoseafianzayFernando Rovira, exitoso candidato a goberna­ dor,llegadodelmundodelaempresa, veloz en el marketing, cultor de la imagen y del aparato publicitario, ne­ cesita algo de Román que él, justa­ mente,notiene.Sulocuraysufaltade escrúpulos –tristemente extrapola­ ble a otros escenarios humanos y po­ líticos– es escalofriante. Piñeiro ana­ liza esta nueva política, pero no deja de hablar de personas, de magos de la imagen y de seres que, como esa pro­ fesora, son un breve canto de espe­ ranza. Un planteo narrativo inmejo­ rable, un contenido excelente. | Claudia Piñeiro Las maldiciones ALFAGUARA. 317 PÁGINAS. 18,90 EUROS PIÑEIRO PARTICIPA EN UN ENCUENTRO EL 3 DE FEBRERO (20,15 H) EN ARIBAU MULTICINES, CON PROYECCIÓN DE LA PELÍCULA BASADA EN SU NOVELA ‘BETIBÚ’.


MIRADAS Cultura|s La Vanguardia 21

En 1955, un joven de Buenos Aires llamado Marco Denevi recibe un premio por un origi­ nal que, en realidad, había llevado una hermana suya al concurso. La obra deslumbra con la visión caleidoscópica de un mismo hecho. Denevi se había apropiado, con excelen­ tes resultados, de la perfecta, elegante estructura narrativa de una novela admirada por Borges: La piedra lunar. Wilkie Collins y G.K. Ches­ terton son figuras clave para la idea de la intriga policial que tienen Borges y Adolfo Bioy Casares: desde 1945 dirigen la colección El Séptimo Círculo, que da conocer, en Latinoa­ mérica y España, a una exten­ sa lista de nombres anglosajo­ nes (Margaret Millar, Graham Greene, y muchísimos más). El criterio y las inclinacio­ nes de ambos, como editores y como escritores, apunta a la inteligencia a lo Collins, al placer especulativo del Padre Brown. Pero esta supuesta asepsia (que no lo es) recibirá, avanzado el siglo XX, una visita que ya no se irá más. Se trata del joven Ricardo Piglia que, en 1960, como colabora­ dor del editor Jorge Álvarez, traduce a Hemingway, a Faulkner, a Scott Fitzgerald. Su fascinación por la narrativa norteamericana lo lleva de esos autores a Dashiell Ham­ mett, a Raymond Chandler y David Goodis. Herido de muerte por estos mundos de amorales, de investigadores que se ensucian las manos en la mugre social, política e institucional, será el editor de la Serie Negra y, como autor, el género negro penetrará en gran parte de sus ficciones. El brasilero Rubem Fonse­ ca, los cubanos Lorenzo Lunar y Amir Valle, el mexicano Jorge Zepeda, el argentino Pablo de Santis, el boliviano Gonzalo Lema, los colombia­ nos Jorge Franco y Laura Restrepo, (y esta lista puede ser pasmosamente intermina­ ble) son herederos de esta doble tendencia, y artífices de este equilibrio entre el placer deductivo, detectivesco, y la capacidad del género para denunciar las infamias de sus respectivos países.

Sábado, 27 enero 2018

Entre el crimen y la infamia

Cuba: Leonardo Padura

El filósofo tropical L. N.

Padura fotografia­ do recientemente durante la presen­ tación de uno de sus libros en Coral Gables (Florida, EE.UU.) JOHNNY LOUIS/GETTY

El tiempo pasa para Mario Conde a quien–comoaSalvoMontalbano–le inquieta y atormenta esa cifra temi­ ble (60), que, según dicen, indica que se empieza a transitar la ancianidad. Parece que fue ayer –y con Pasado perfecto y La neblina del ayer– que Conde hacía poco que dejaba la poli­ cía (pero de eso hace veinticinco años). Su primera vocación fue lite­ raria, pero las penurias económicas lo llevaron a un trabajo del que, al ca­ bo de diez años, se fue, quedándole allí un amigo –su compañero, el en­ tonces sargento Manuel Palacios– que lo ayudará en esta investigación. Cubanoadmitelafiguradeldetec­ tive privado. Conde vive y malvive desde hace años de la compra­venta delibrosantiguos,aunqueeseviden­ te que tendrá que buscarse la vida de otromodo,puestoqueyanovanque­ dando bibliotecas de tiempos es­ plendorosas. Lo mismo ocurre con los edificios y descuidadas fachadas, que Conde contempla entristecido en su recorrido ciudadano. Pero su

melancolía no le impide, una vez más, al sabueso Conde, ser investiga­ dor. Y en esta novela, con la ayuda de sus amigos. De sus amigos, justamente, trata también esta intriga. De esos tipos con los que sigue juntándose por las noches a beber, comer y escuchar aquellascancionesdelosBeatlesyde Creedence (Proud Mary les encan­ ta). Hay un intenso vínculo entre ellos y el lector quiere que la vida siempre sea así para Conde y los viejos colegas –uno de ellos en silla de ruedas después de luchar en An­ gola–, pero la isla y sus penurias no les son ajenas. Su novia Tamara –gran mujer– le recriminará su egoísmo, y que no comprenda que su amigo el Conejo quiera irse del país. Ella misma tiene a su hija y una her­ mana en Italia. Otroamigo–peroesteolvidado–le envuelve en un nuevo asunto. Lo que élrecordabadeBobbyeraunchicotí­ mido y distinto de este otro ser his­ triónicoyespléndidoquelepideayu­ da. Un tipo mayor y avergonzado, co­

mo lo fue en su juventud, cuando se insinuósuhomosexualidad,unestig­ maparaelrégimendeCastro.Y,aun­ que intentó ser padre y esposo nor­ mal,terminóvolviendoasucastigada naturaleza que, en tiempos actuales, le trajo un revés. Un ex que se ha ido, desvalijandosucasay,sobretodo,lle­ vándose una reliquia, una virgen que actuará como aquel Halcón Maltés de Dashiell Hammett, durante todo el envolvente relato a dos tiempos. Uno de esos tiempos es el recorri­ do de aquella figura sagrada, que lle­ va al lector a rincones del Pirineo ca­ talányhastaelsigloXVparaseguirel recorrido de esa virgen negra, mila­ grosa, por generaciones (incluyendo también la Guerra Civil). Leonardo Padura (La Habana, 1955) ya había demostrado su valía de investigador de la historia en li­ broscomoElhombrequeamabaalos perros (2009) y Herejes ( 2013). Pre­ mio Princesa de Asturias 2015 (y su palmarés anterior es extenso). Este viaje en el tiempo es fascinante. En cuanto al otro, este que a Conde le ha tocado vivir,será difícily lleno de pe­ nurias, pero contiene escenas inolvi­ dables: Conde, “filósofo tropical”, adentrándose con sus colegas en el barriomáspeligrosodeLaHabana,y negociando con un jefe de lo peor. O tironeando precios con Yoyi, su eter­ no asesor comercial. Que la Virgen de Regla los proteja. | Leonardo Padura La transparencia del tiempo TUSQUETS. 448 PÁGINAS. 19,90 EUROS PADURA ESTARÁ EL 2 DE FEBRERO (A LAS 17 H) EN ARIBAU MULTICINES EN UNA CHARLA CON EL TAMBIÉN AUTOR JU­ LIÁN IBÁÑEZ


MIRADAS

BCNegra 2018 CONSAGRADOS El encuentro de este año convoca –además del pre­ miado James Ellroy– a consagrados como Loren­ zo Silva, Víctor del Árbol, Ernesto Mallo, Massimo Carlotto y Don Winslow.

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Cultura|s La Vanguardia

Sábado, 27 enero 2018

NUEVOS Visita BCNegra por pri­ mera vez la canadiense Louise Penny, madre del inspector Gamache (uno de los mejores descubri­ mientos de estos años), y dos insignes representan­ tes del polar: Pascal Des­ saint y Colin Niel, que llega con una intriga rural de alto calibre.

DEL ACOSO AL HUMOR

Venezuela Juan Carlos Méndez

Belleza y destrucción L. N.

Según una leyenda, el monte Ávila, que separa Caracas del mar Caribe, en realidad era de agua. Una ola gi­ gantesca a punto de caer sobre la ciu­ dad, salvada por intervención divina. “Sería entonces una ola detenida, un recordatorio perenne de la belleza pero también de la posibilidad de destrucción”, dice este autor. Enel2007,elescritorespañolJosé Luis Muñoz obtuvo el premio Cami­ loJoséCelaconlanovelaLacaraque­ ña del maní, un retrato de aquel tiem­ po en que gobernaba Hugo Chávez y un homenaje a aquella “fortaleza si­ tiada”, refiriéndose a una ciudad dondelagentehonradavivetrasrejas bajo llave, mientras los delincuentes se mueven libremente. Siete años después, con Chávez moribundo, Juan Carlos Méndez Guédez crea un antihéroe, un pe­ riodista que intenta salir de perdedor aceptando delicadas misiones se­ cretas. En cada una de ellas lleva un maletín –que debe cuidar más que a su vida– a distintas ciudades euro­ peas. “Una magnífica novela sobre el presente de una sociedad”, afirmó el crítico Ernesto Ayala­Dip, elogio que una vez más puede trasladarse a esta nueva historia, esta vez concebida como intriga policial y thriller po­ lítico. Juan Carlos Méndez nació en

1967, en una ciudad del noroeste, Barquisimeto, a más de 350 kilóme­ tros de la capital, adonde se trasladó con su madre cuando era niño. Esa ciudad que añora, sobre todo su cos­ tadoamable,feliz.Pero,talcomoafir­ may,sobretodo,reflejaensunarrati­ va, Caracas es imposible, temible, y cruel. También podría decirse algo similar de la protagonista de esta obra, Magadalena Yaracuy. No es la primeraobraenqueesteescritor,que hasta hoy no estaba asociado al géne­ ro negro, se aventura en el alma de una mujer. En El baile de Madame Kalalú (Siruela), la narradora cuenta su vida y pecados en peculiares cir­ cunstancias. Emma habla de su in­ fancia y adolescencia de gordita pati­ to feo, y el gran desafío de esta narra­ ciónesqueellectorempaticeconuna mujer sensible y, sin embargo, crimi­ nal. También nos desafía Magdalena, investigadora racional y animal pa­ sional.AfincadaenMadrid,indepen­ dienteysinembargoapuntodeverse pillada en la trampa del amor, acepta el encargo de un hombre adinerado. Su hija se ha perdido en Caracas. Tal vez esté muerta, o la tengan secues­ trada. O a saber dónde y con quiénes está. Hayalgofundamental:Magdalena es marialioncera, es decir, cultora de la diosa María Lionza, espiritista y

BCNegra, con el nuevo comisario Carlos Zanón, trae nuevas ideas sin olvi­ dar tradiciones. Se apues­ ta por un tema que mere­ cerá distintas mesas re­ dondas –el acoso: escolar o de género o en las redes sociales–, y por la impor­ tancia del sentido del humor en el género, con Alicia Giménez Bartlett.

lectora del “fuego en el fondo de los ojos”. Esto no le quita agudeza. Al contrario, observa detalles y es sagaz comoelmejordelosdetectivespriva­ dos. Un cuatro (guitarra venezolana) le da pistas que otros ni llegarán a imaginar. Pero también hay en ella ciertasabiduríaquelevienedeeseta­ lento intuitivo y cargado de fe. Y de la protección de las tres potencias que ella invoca: la reina María, el Cacique GuaicapuroyelNegroFelipe,“reyde la inteligencia y de las noches”. El escenario donde debe abrirse paso –si no la acribillan a la vuelta de la esquina– es tierra minada. En esta investigación gravitan fuerzas como los colectivos (brigadas fuertemente armadas que mantienen a raya a los opositores del gobierno), antiguos amigos que Magdalena no sabe para dónde juegan, y los servicios secretos españoles(yhaymáscargosyfuncio­ narios, también a nivel internacio­ nal).Contodosellaterminahablando de esta manera: “¿Dónde la tienes es­ condida, pedazo de mierda? (…) Hoy amanecí arrecha, de mal humor (…) piensaquemishormonashoytepue­ den dar un disgusto como no empie­ ces a contarme lo que te pregunto”. Méndez Guédez –que en una en­ trevista afirma haber crecido entre multituddemujeres(algoasícontaba el peruano Alfredo Bryce Echeni­ que)– vive en Madrid hace dos déca­ das, y realizó su doctorado en Sala­ manca,conunatesissobrelaobradel escritor venezolano José Balza. Es autor de novelas, narrativa juvenil, li­ bros de viajes y dos libros de cuentos, Ideogramas y Hasta luego mister Sa­ linger, ambos publicados por Páginas de Espuma, que también ha publica­ do su antología de textos de Balza, Caligrafías, ejercicios narrativos. | Juan Carlos Méndez Guédez La ola detenida HARPERCOLLINS. 316 PÁGINAS. 18,90 EUROS MÉNDEZ PARTICIPARÁ EN UNA MESA REDONDA EL 31 DE ENERO (A LAS 19 H), EN LA BIBLIOTECA AGUSTÍ CENTELLES.

EXPOSICIÓN Una vez más, la biblioteca Jaume Fuster alberga una exposición, comisariada por Joaquim Noguero (y en colaboración con Mery Cuesta), esta vez dedicada al mundo de Jordi Bernet, dibujante y creador de Torpedo. Y precisamente sobre Jaume Fuster, en tanto autor y editor de gran olfato, se hablará, con la participación de Maria Antònia Oliver, en la misma biblioteca, el 29 de enero.

INNOVACIÓN

Juan Carlos Méndez Guédez fotografiado en Madrid en el 2014

MAIALEN LÓPEZ/EFE

El tema de las desaparicio­ nes, y el del riesgo y la innovación, con insignes representantes (Núria Cadenes, David Llorente y Lluís Llort). Este encuen­ tro da la bienvenida a Laura Gomara y Jordi Ledesma (ambos con bue­ nos debuts narrativos), y a autores que llegan de fuera del género –Luisgé Martín y Marta Sanz– o de Ucrania (Andrei Kur­ kov). También habrá mú­ sica, cine, clubs de lectura y rutas negras.


En la obsesión con el crimen, Ellroy encontró una vía de exorcizar demonios y salvar la vida

A la derecha, James Ellroy fotografiado durante una visita a Barcelona en el 2015 KIM MANRESA / ARCHIVO

ma y de exorcizar demonios, sí, pe­ ro en última instancia también de salvarlavida.Noesdeextrañarque lo mejor de su producción, el Cuar­ teto de Los Ángeles –que compren­ de las novelas La Dalia Negra, El gran desierto, Los Ángeles Confi­ dencial y Jazz blanco– transcurra ensusañosdeinfancia,ladécadade los40ylos50delsiglopasado,mez­ clando realidad e invención, como si la página en blanco le permitiera realizar correcciones sobre el fu­ nesto destino (jamás se dio con los asesinos de Strout y de Hilliker). Su geografía queda acotada por un mismo círculo dantesco, ese Los Ángeles que camufla su alma de planta carnívora para atraer a sus víctimas con un resplandor malig­ no. Si el teórico británico de la ar­ quitecturaBanhamReynerdeclaró célebremente: “He aprendido a conducir para poder ver Los Ánge­ les en versión original”, las novelas deEllroysonelvehículoidóneopa­ ra recorrerla sin moverse del sofá.

premiados 2006 Fco. González Ledesma 2007 Henning Mankell 2008 P. D. James 2009 Michael Connelly 2010 Ian Rankin 2011 Andreu Martín 2012 Petros Márkaris 2013 Maj Sjöwall 2014 Andrea Camilleri 2015 Alicia Giménez Bartlett 2016 Donna Leon 2017 Dennis Lehane 2018 James Ellroy

Cronista oscuro­paranoico de la historia reciente de su país, a Ellroy le interesa la perversión, la corrup­ ción, el vicio, el complot, los engra­ najes, la pérfida máquina político­ criminal y el raro héroe de morali­ daddifusa,porsistemaalaspuertas de la demencia, que lucha contra la mugre. Sus libros no son platos de consumo rápido ni de fácil diges­ tión. Voraces, crudos, un torrente de frases cortas y constelaciones de personajes, prolijos y detallados. Cunde la sensación de componerse en un estado febril, se imagina uno al autor con los ojos inyectados en sangre y manchando de sudor y

James Ellroy Mis rincones oscuros TRADUCCIÓN DE HERNÁN SABATÉ. LITERATURA RAN­ DOM HOUSE. 496 PÁGS. 22,90 EUROS. ELLROYRECIBIRÁELPREMIOCARVALHOEL1DEFEBRERO A LAS 18 H EN EL SALÓ DE CENT DEL AYUNTAMIENTO. EL DÍA 2 A LAS 19,30 H PARTICIPARÁ EN UNA CHARLA EN ARIBAU MULTICINES

MIRADAS Sábado, 27 enero 2018

Como en la narrativa fundacional de tantos superhéroes, James Ell­ roy (Los Ángeles, 1948) tuvo que sufrir una espantosa pérdida que funcionara al modo de un rito de paso trágico que lo pusiera en la senda de su futura razón de ser (ar­ tística,porlomenos).Laviolacióny asesinato de su madre, Geneva Hi­ lliker, cuando tenía diez años lo abocó a la delincuencia (robo, alla­ namiento de morada, voyeuris­ mo…),yalaautodestrucción(abuso de alcohol y drogas), atrapándolo enuncírculodefantasíassórdidasy mórbidas. Mientras los chavales de su generación tenían sueños lúbri­ cosconpin­ups,élsoñabadespierto con salvar a Elizabet Short, alias la Dalia Negra –sustituta fantasma­ górica de su madre– de la tortura y el descuartizamiento. En la obsesión con el crimen y el trabajo policial, primero como lec­ toryluegocomoescritor,Ellroyen­ contró una vía de afrontar el trau­

Cultura|s La Vanguardia

ANTONIO LOZANO

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Cuidado con el perro

saliva los folios (no utiliza orde­ nador). Quizá con James Ellroy todo sea cuestión de tamaño. Unas novelas que no se pueden coger con una mano y donde se atropellan tramas y personajes. Un ego que ensom­ brecería al de un dios. Una ambi­ ción que retaría a la de Alejandro Magno. Una boca que necesitaría un bozalparaleones.Yesqueelau­ tor de Mis rincones oscuros –sobre­ cogedorareconstruccióndelafigu­ ra materna, análisis edípico inclui­ do, e intento de resolución de su muerte treinta años después, que ahora reedita Literatura Random House– ha acompañado sus éxitos literarios con la construcción en paralelo de un personaje arisco, malcarado, provocador, chulesco, desafiante y megalomaníaco. En otras palabras, ha puesto todo de su parte para justificar su apodo como Perro rabioso de la literatura crimi­ nal americana. Proclive a escandalizar con su apoyo a las armas (que colecciona) o la pena de muerte, y a calificarse como el mayor genio de la novela negra que jamás haya existido, Ell­ roy desplegó frente a este periodis­ tasunumeritodetipomaloyavina­ grado que va a conseguir que te sientas incómodo, durante la visita a Barcelona en el 2010 para promo­ cionar Sangre vagabunda, el cierre de su Trilogía Americana, inaugu­ rada con América y que prosiguió con Seis de los grandes. Altoymusculoso,cabezarapada, canicas negras por ojos que expul­ saban una mirada muerta de tibu­ rón, el escritor se retrepó en el sofá con los brazos detrás de la cabeza y los pies encima de la mesa donde reposaban los cafés, y mantuvo dos expresiones faciales básicas –mue­ ca de “me pica algo y no puedo ras­ carme”, o imperturbabilidad inter­ pretable por “cómo me toca las na­ rices responder a esta cuestión por trillonésima vez”–, durante los veinteminutosqueduróunaentre­ vista prevista para sesenta. En un momento dado soltó: “Los encuen­ tros con la prensa devalúan las novelas. Soy un actor. Frente al pú­ blico doy lo mejor de mí. Ven a mi presentación de esta tarde y aluci­ narás”. Raymond Chandler, el otro gran cronista del Los Ángeles noir, disuadió a un admirador con el que se carteaba de mantener una con­ versación cara a cara. “Créame, es mejor así. Conocerme es la muerte de la ilusión”. Pues eso: lean a Ell­ roy, acudan a escuchar su discurso de agradecimiento en el acto de concesión del premio Pepe Carval­ ho pero no se les ocurra invitarlo a una copa. Este perro muerde. |

Grupo Godó Presidente Javier Godó, conde de Godó. Consejero Delegado Carlos Godó Valls La Vanguardia Director Màrius Carol. Cultura|s Redactor jefe Sergio Vila­Sanjuán. Jefa sección Isabel Gómez Melenchón. Redacción Anna Duran, Antònia Justicia, Ignasi Moya. Diseño Anna Belil, Carol Téllez Cultura|s. Edita: La Vanguardia Ediciones, S.L. Imprime: CRE­A, Impresiones de Catalunya, SL. Depósito legal: B­6389­1958

James Ellroy. Premio Carvalho 2018 El ganador del premio de este año es quizá el mejor cronista actual de la América negra, con epicentro en Los Ángeles. Un autor que conoce de primera mano el mundo de la delincuencia y la autodestrucción


Puente del Besรณs (Barcelona)

La gestiรณn responsable


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