PAU 2011, CONVOCATORIA DE JUNIO

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PAU 2011, CONVOCATORIA DE JUNIO

Este que sigue es el texto íntegro de Javier Marías del que se extrajo la pieza para la OPCIÓN B de la Prueba de Selectividad de LINGUA CASTELÁ E LITERATURA del pasado día 8 de junio. •

En cursiva aparece el texto que se presentó en el examen con las secuencias seleccionadas para el ejercicio 4a subrayadas: se pedía la clase de unidad a la que pertenece cada fragmento y la función sintáctica desempeñada por cada uno.

Las palabras destacadas en negrita para explicar su significado son las correspondientes al ejercicio inicial.

Con motivo de la más o menos reciente elección de una filóloga y una novelista para la Real Academia Española y el ingreso de la segunda, y de la recentísima concesión del Premio Cervantes a una escritora, se han publicado unos cuantos artículos redactados por congéneres suyas en los que no se celebraban tanto estos reconocimientos cuanto se aprovechaba la circunstancia para quejarse de la tradicional postergación de la mujer en el campo de las letras y el pensamiento , y, curiosamente, anatematizar a los actuales académicos y jurados, que son quienes intentan remediar la injusticia, dentro de lo posible.[...] Uno de los escritos más airados lo firmaba en este diario una catedrática de Lengua y Literatura, y en él se leía: “Esta desconexión de la RAE con los tiempos que corren la paga toda la sociedad española, que recibe una proyección de lo humano cercenada. Pues se nos hurta la particular mirada de la mujer…, lo que deja a oscuras ciertas zonas de nuestro mundo: cierta sensibilidad, ciertas emociones, ciertas vivencias, ciertas sensaciones… En realidad, esta situación consiste en dejar fuera de la RAE a la mitad de la población, con su mundo y conocimientos particulares”. Es difícil incurrir en un mayor desprecio y cosificación de la mujer. Según estos párrafos -y según tantos otros, igualmente llenos de lugares comunes-, las mujeres no son individuos con su propia inteligencia y sus propias características intransferibles e irrepetibles, sino que son homogéneas, monocordes e indistinguibles. ¿Qué quiere decir, si no, que “se nos hurta la particular mirada de la mujer”, como si todas ellas compartieran la misma? ¿Qué significa “la mitad de la población, con su mundo y conocimientos particulares”, como si el mundo y los conocimientos de cada mujer no fueran únicos y no divergieran los unos de los otros tanto como los de los varones? ¿Y cómo es que lo que se “deja a oscuras” son “cierta sensibilidad, ciertas emociones, ciertas vivencias, ciertas sensaciones” -atención a la lista de cosas más o menos epidérmicas, intuitivas, “interiores” o sensoriales, justamente las que el tópico más rancio atribuye a la literatura “femenina” y a la mujer en general-, y no, por ejemplo, cierta inteligencia, cierto pensamiento, cierta capacidad narrativa o reflexiva?


En el ejercicio 4b se pedía la localización de cinco pronombres en el siguiente fragmento, para indicar el tipo, el referente y la función sintáctica desempeñada por cada uno de ellos:

Uno de los escritos más airados lo firmaba en este diario una catedrática de Lengua y Literatura, y en él se leía: “Esta desconexión de la RAE con los tiempos que corren la paga toda la sociedad española, que recibe una proyección de lo humano cercenada. Pues se nos hurta la particular mirada de la mujer…, lo que deja a oscuras ciertas zonas de nuestro mundo: cierta sensibilidad, ciertas emociones, ciertas vivencias, ciertas sensaciones...”

Machismos involuntarios Con motivo de la más o menos reciente elección de una filóloga y una novelista para la Real Academia Española y el ingreso de la segunda, y de la recentísima concesión del Premio Cervantes a una escritora, se han publicado unos cuantos artículos redactados por congéneres suyas en los que no se celebraban tanto estos reconocimientos cuanto se aprovechaba la circunstancia para quejarse de la tradicional postergación de la mujer en el campo de las letras y el pensamiento , y, curiosamente, anatematizar a los actuales académicos y jurados, que son quienes intentan remediar la injusticia, dentro de lo posible. Con “dentro de lo posible” quiero decir que, hasta donde sé, no creo que ningún miembro de la RAE, masculino o femenino, esté dispuesto a meter con calzador, y sólo por paliar la desproporción existente entre los de uno y otro sexo, a mujeres que a su juicio no reúnan merecimientos. El argumento esgrimido por algunas feministas a ultranza, de que tal requisito es secundario porque hay y ha habido muchos académicos cuya valía es o era dudosa o nula, es grotesco desde mi punto de vista, pues equivale a sostener que, ya que se han cometido pifias a favor de numerosos hombres, lo aconsejable y justo es que se perpetúen, sólo que a favor del mismo número de mujeres. Me consta que a la gran mayoría de los actuales académicos no se les escapa, con todo, el enorme desequilibrio de la situación, y tienen voluntad de remediarla, “dentro de lo razonable”. Por desgracia, ya es irremediable que no formaran parte de esa institución la admirable María Moliner, o Emilia Pardo Bazán, o Rosalía de Castro, o Rosa Chacel o Carmen Laforet (en el caso de Carmen Martín Gaite hay que recordar que fue ella quien no quiso que su candidatura fuera presentada, pese a las insistencias, como tampoco lo han querido un puñado de escritores varones notables, como Ferlosio, Marsé, Mendoza o Savater, y contra eso la RAE nada puede hacer). Pero no por “compensar” a quienes ya es imposible compensar se va a elegir a meras congéneres suyas, que no han escrito los mismos libros o diccionarios. Eso sería tan idiota como elegir a diez autores gallegos para compensar la imperdonable ausencia de Valle-Inclán en su día. Pero lo más preocupante de estos artículos quejosos, y a veces vituperadores, es el terrible y quizá involuntario machismo que rezuman, bajo su apariencia feminista. Uno de los escritos más airados lo firmaba en este diario una catedrática de Lengua y Literatura, y en él se leía: “Esta desconexión de la RAE con los tiempos que corren la paga toda la sociedad española, que recibe una proyección de lo humano cercenada. Pues se nos hurta la particular mirada de la mujer…, lo que


deja a oscuras ciertas zonas de nuestro mundo: cierta sensibilidad, ciertas emociones, ciertas vivencias, ciertas sensaciones… En realidad, esta situación consiste en dejar fuera de la RAE a la mitad de la población, con su mundo y conocimientos particulares”. Es difícil incurrir en un mayor desprecio y cosificación de la mujer. Según estos párrafos -y según tantos otros, igualmente llenos de lugares comunes-, las mujeres no son individuos con su propia inteligencia y sus propias características intransferibles e irrepetibles, sino que son homogéneas, monocordes e indistinguibles. ¿Qué quiere decir, si no, que “se nos hurta la particular mirada de la mujer”, como si todas ellas compartieran la misma? ¿Qué significa “la mitad de la población, con su mundo y conocimientos particulares”, como si el mundo y los conocimientos de cada mujer no fueran únicos y no divergieran los unos de los otros tanto como los de los varones? ¿Y cómo es que lo que se “deja a oscuras” son “cierta sensibilidad, ciertas emociones, ciertas vivencias, ciertas sensaciones” -atención a la lista de cosas más o menos epidérmicas, intuitivas, “interiores” o sensoriales, justamente las que el tópico más rancio atribuye a la literatura “femenina” y a la mujer en general-, y no, por ejemplo, cierta inteligencia, cierto pensamiento, cierta capacidad narrativa o reflexiva? Suponer que las mujeres, por el mero hecho de serlo, tienen afinidades inevitables e irrenunciables me parece, como he dicho, su absoluta cosificación o animalización, en todo caso algo ofensivo. Tan distintas son entre sí como los hombres llegan a ser opuestos, y no serán pocas las que se sientan más próximas a algunos de éstos que a tantas de su propio sexo, como yo me siento más cercano, como escritor -o eso quisiera-, a Isak Dinesen, Emily Brontë, Rebecca West, Ajmátova, Katherine Mansfield, Hannah Arendt, Flannery O’Connor, Patricia Highsmith o Alice Munro que a Cela o Zola, Bukowski o Philip Roth. En otro texto reciente, se decía que a las autoras “no saben mirarlas” -imagino que los varones-. Más vale así, porque a las escritoras, en efecto, no hay que mirarlas, sino leerlas. Y, que yo sepa, ni las palabras ni la ciencia ni la historia ni la literatura llevan incorporado el sexo de quien las emplea o cultiva. Tampoco creo que haya una ni “cierta” sensibilidad, una ni “cierta” inteligencia específica e inequívocamente femeninas. Los hombres y las mujeres nos diferenciamos en unas cuantas cosas, pero no precisamente, por suerte, en nuestras mentes ni en nuestras miradas, en nuestra manera de pensar o investigar o escribir. De forma para mí incomprensible, parece que demasiadas mujeres que se creen ultrafeministas están tan convencidas de lo contrario como el más antiguo de los machistas. JAVIER MARÍAS, El País Semanal, 12 de diciembre de 2010


Este otro que sigue es el texto de José María Carrascal que se presentó en la OPCIÓN A de la Prueba de Selectividad de LINGUA CASTELÁ E LITERATURA del pasado día 8 de junio.

Internet y nuestro cine Internet no será el salvador del cine español. Ni su verdugo. Para eso,se basta él solo ESTOY completamente de acuerdo con Álex de la Iglesia cuando dice que internet es el presente que no puede ignorarse, pues quien lo ignora acaba siendo él o ella el ignorado. No puedo, en cambio, estar de acuerdo con esa otra frase lapidaria del director de Balada triste de trompeta«internet es la salvación de nuestro cine». Al cine español sólo puede salvarle el cine español. Cuando se ponga a contarnos historias que interesen a todo el mundo, cuando se dedique a hacernos soñar despiertos en una sala a oscuras y se olvide de querer salvarnos o adoctrinarnos, cuando, en fin, sea cine, sólo cine y nada más que cine, no necesitará a nadie que le salve, se habrá salvado él solo, con o sin internet. Y aquí cabe aquello de Oscar Wilde sobre el teatro: «No existe teatro moral o inmoral. Existe sólo teatro bueno o malo». Pues eso, para nuestro cine. En cuanto a internet, se trata de un instrumento, de una plataforma, más ancha, eso sí, mucho más accesible e infinitamente más rápida de cuantas se han descubierto hasta ahora. Como la imprenta en su día. Pero los contenidos, que es a la postre lo que importa, lo que decide, los ponen los creadores. Internet no va a matar a nadie, excepto a los que nacen ya muertos. Se trata de una historia diez veces repetida. Recuerdo el tiempo en que se dijo que el cine iba a acabar con la novela. Ortega, en uno de los pocos momentos en que le falló el olfato, llegó a decir "un novelista se encuentra hoy como un leñador en el Sahara. Con todo cortado. «Luego, iba a ser la televisión la que iba a acabar con el todopoderoso cine. Para ser más tarde los ordenadores los que iban a matar a la televisión. Y ahora son los “móviles”, los smartphones, y últimamente las “tabletas” las que están acabando con los ordenadores. Sin embargo, hoy se publican más libros, se ruedan más películas, se venden más “móviles” y más “tabletas” que nunca. La razón es muy sencilla: cada vez hay más gente que tiene acceso a esos bienes de cultura, comunicación y entretenimiento. ¿Se han fijado que hasta los que llegan en patera tienen “móvil”? Quedando todavía centenares, miles del millones de personas sin acceso a ellos, pero que se irán incorporando de forma cada vez más rápida. Internet es el vehículo entre ellas. En él viajaremos en el futuro y se jugarán las principales partidas políticas, económicas y sociales. ¡Que se jugarán! ¡Se están jugando ya, como esa revolución, revuelta o lo que sea que tiene lugar en las calles y plazas del mundo árabe. Hasta que llegue otro vehículo más rápido, más cómodo, más barato de comunicarnos. Pero internet no será el salvador del cine español. Ni su verdugo. Para eso, se basta él sólo. Con la ayuda del gobierno, desde luego. Nada mata más la imaginación que las subvenciones. JOSÉ MARÍA CARRASCAL , ABC, Día 16/02/2011


A continuación y aunque con ciertas modificaciones, este trabajo con respuestas para los ejercicios de "Lengua" ha sido realizado por Marco, profesor del Colegio SEK de Pontevedra. Lo podéis localizar en esta dirección: http://noktos.blogspot.com/2011/06/solucion-examen-de-selectividad-lengua.html

SOLUCIÓN EXAMEN DE SELECTIVIDAD LENGUA 2011 "OPCIÓN A" Definición contextual de palabras Lapidaria: adjetivo que hace referencia a una expresión tajante cuya carga semántica o contenido no da opción a réplica. Adoctrinarnos: verbo referido a educar o aleccionar a las personas, entre las que se incluye el autor del texto, que acuden a ver cine español. Instrumento: sustantivo que designa al soporte o herramienta digital útil para realizar, promocionar, descargar y compartir películas. Accesible: adjetivo que expresa la facilidad con la que internet llega y está al servicio de la población. Subvenciones: Sustantivo referido a las ayudas económicas dispuestas por el Estado para promover la producción de cine, contribuyendo así a sostener la industria cinematográfica nacional. Resumen del texto La producción de películas españolas no halla su cementerio ni su placenta ( ni su muerte ni su plataforma vital) en internet, sino que la calidad de una historia contada a través de imagen y sonido debe ser lo suficientemente cautivadora como para que las salas de cine se nutran de público que acuda a visionar las creaciones filmográficas españolas puesto que la red es un vehículo de transmisión informativa vertiginoso y acaparador de gran parte de receptores. Sin embargo, el hecho de que llegue a más personas que otros medios no implica que lo que porte, venda o traslade sea mejor para quien lo recibe; por consiguiente, es el producto, en este caso el cine español, el que se salva o se condena a sí mismo independientemente del soporte de exposición que utilice.


Comentario Crítico El texto objeto de análisis afirma que el cine español mantendrá, aumentará o disminuirá el número de espectadores en función de los niveles de calidad que ofrezca y no sobre la base del soporte que los exponga al mundo, como es, a juicio de Álex de la Iglesia, internet. Mi visión del tema anterior discurre paralela a la autorial dado que considero que los parámetros de excelencia que debe albergar toda forma de arte se fundan en criterios cualitativos independientemente del medio de transmisión al exterior que utilicen por muy expansivos que sean. Cierto es, como afirma el autor, que a lo largo de la historia reciente no han sido pocos los miedos que los guardianes de la tradición o los enemigos de las transformaciones sociales o simplemente los conformistas poseían de la progresiva sustitución de soportes de comunicación que, más tarde, nos percataríamos de que no aparecían como relevo o perjuicio sino como una incorporación a los ya existentes junto con la constatación de las mejoras de las que se beneficiaban estos como el caso de la televisión interactiva o los teléfonos móviles con aplicaciones que nada envidian a cualquier ordenador. Con todo, estas plataformas siguen coexistiendo, sino en armonía, sí en respeto mutuo puesto que es el consumidor el que elige. Por otra parte -y ya inmersos en la esencia del texto- internet es un vehículo democrático, relativamente barato, veloz y eficaz para enviar y recibir contenidos audiovisuales diversos pero en ningún caso un juez que sea capaz de dirimir si una película es realmente del agrado de la mayoría de los españoles o si por el contrario la detestan. Los defensores de la tesis del célebre director y expresidente de la Academia de cine español argumentarán que con el número de descargas y la lectura de los comentarios al pie de la imagen podemos hacernos una idea de si el film merece la pena pero sabemos que el resultado suele ser más que impreciso puesto que es una minoría la que juzga por escrito la creación. El hecho de que una película pase a formar parte del visionado colectivo por su escaso coste a través de programas peer to peer o de web´s destinadas a este uso no implica que salve de la destrucción, esto es, de la ausencia de espectadores, al cine patrio sino que los directores de cine español muden su pensamiento y visión umbilical del mundo, que se interesen por los gustos y aficiones de la audiencia y a partir de este parámetro tan denostado por muchos de ellos elaboren guiones de calidad e historias que nos evadan de la realidad diaria que pasa por un momento de franco desasosiego. La época del destape de los ochenta con Mariano Ozores a la cabeza y actores como Pajares y Esteso forma parte del imaginario así como el cine dedicado a nuestro negro episodio de la Guerra Civil, el cine de arte y ensayo debe aceptar que está ideado para minorías que sepan llegar al mensaje que transmiten tanto ético como estético y no para formar parte de una tarde de cine, palomitas y refresco de las familias, parejas o amigos; este hecho no implica que todas las producciones sean hollywoodienses llenas de efectos especiales capturadores pero vacuos pero sí que alberguen esa magia del buen guión, de la imagen trabajada para ser vista con admiración y un sonido ( con su banda sonora incluida), que haga honor al casamiento con la situación filmada como ocurrió en, si se me permite la licencia, Los Otros del director Alejandro Amenábar. Asimismo,sería necesario recurrir a nuestro humor ibérico y su filón de gracietas y situaciones cómicas que tan bien sabemos explotar, películas como Torrente nos han mostrado un surrealismo más ligero que el que Buñuel elevó a la categoría de arte con un planteamiento más serio e intelectual; no obstante, hoy día Amenábar y Santiago Segura coexisten en el olimpo de los más afamados y preferidos en nuestro pais ( Almodóvar parece reservado a los franceses y estadounidenses), precisamente porque no aleccionan, no remueven viejas historias llenas de polvo y crudeza que no buscan entretener, simplemente sus películas se centran en el potencial espectador y no en las obsesiones del director, ello no implica que las realicen para el consumo masivo de palomitas a pesar de que tenemos una nutrida selección de filmes cuyo fin es acompañar el ágape que nos llevamos a la butaca sino que entretienen con creaciones dignas de ser vistas y esa es la causa de que la población siga llenando las salas con sus creaciones amén de ser también las más descargadas. El cine es un hábito de ocio que nos teletransporta a una dimensión que nos encanta conocer en cada pase; nadie hubiera dicho que los hermanos Lumière iniciarían un viaje sin destino conducido por profesionales que se vuelcan en estudiar los gustos de los espectadores; sí, al cine no lo rescata el canal de difusión sino su arte.


PREGUNTAS DE GRAMÁTICA ( en el examen no era necesario haberlas explicado)

4a) ignorarse: el "se" es un pronombre de pasiva refleja puesto que la oración en la que está inserto posee sujeto y no responde a una estructura pronominal. se dijo: el "se" es un pronombre de pasiva refleja puesto que la oración en la que está inserto posee sujeto y no responde a una estructura pronominal. se basta: el "se" tiene valor pronominal o seudorreflejo puesto que la presencia del pronombre es necesaria para entender el significado de la expresión.

4b) Oración impersonal meteorológica: El excesivo calor que hizo ayer provocó varios desmayos entre los soldados en formación. Impersonal Refleja: En esta época se pesca de manera tan indiscriminada que la U.E. impone fuertes multas a los países infractores. Una transitiva con Sub.Sust.: El examinador me ordenó que girara a la derecha pero me equivoqué. Una condicional: Si seguimos sus pasos no nos perderemos por el laberinto empresarial. Una adjetiva con "cuyo": El avión cuyo tren de aterrizaje falló no tenía realizadas las pertinentes revisiones previas.


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