EL HIJO DEL SOL FELIPE MARIN & SEBASTIAN DUARTE
20 DE AGOSTO DE 2013
EL HIJO DEL SOL Una vieja leyenda cuenta la historia de un hombre Y una mujer que vivían en una islita al oeste de Canadá, se encontraban muy solos, pues no tenían hijos. Una tarde que el
cielo
adquirió
un
color semejante
al
de las plumas de las
gaviotas,
orilla
del
la
joven
mar
y
esposa
miró
se
hacia
sentó el
a
la
horizonte.
"Si tuviéramos hijos, podrían jugar conmigo en la arena
y
no
me
sentiría
tan
sola",
-pensó
Ocurrió que un Martín pescador, con sus pequeñuelos, zambullía su pico en el río que desembocaba en ese lugar. -¡Oh,
Martín
Desearía
pescador! tener
-exclamó hijos
la
joven como
indiatú.
Con gran asombro oyó que el Martín pescador respondía: -¡Mira
las
¡Mira
en
el
caracolas!
interior
de
las
caracolas!
A la tarde siguiente la joven esposa, volvió a sentarse en la playa, y fijó su mirada en el mar y vio que una gaviota se mecía sobre las olas junto a sus pequeños. -Oh,
gaviota!
Quisiera
tener
La -¡Mira ¡Mira De
-susurró
en
el
repente...........
la
hijos
joven-
como
tú.
gaviota
respondió:
las
caracolas!
interior
de
Oyó
llanto
un
las
caracolas!
tras
de
sí.
Provenía de una gran caracola depositada en la arena. La mujer la recogió, miró en su interior y allí vio a un niño muy pequeño que lloraba desconsoladamente.
Llevó al bebé a su casa y lo cuidó hasta que se convirtió Un
día,
en
un el
muchachito niño
dijo
fuerte a
y la
sano. joven:
Necesito un arco hecho con el brazalete de cobre que
llevas
en
tu
brazo.
La mujer sonrió y, para complacerle, le hizo un pequeño
arco
y
dos
flechas.
Al día siguiente, el niño salió a cazar con su arco. Cazaba gansos, patos, y todas clases de aves del mar. Al crecer, el rostro del muchacho fue adquiriendo un
tono
más
dorado,
más
brillante
aun
que
el
resplandor su
de
pequeño
arco. Y
cuando
se
sentaba en la playa,
mirando
hacia el mar, todo se serenaba y unas extrañas luces resplandecían Un
día,
en
una
la
gran
superficie
tormenta
se
del
abatió
agua.
sobre
el
mar y el agua estaba tan agitada que el pescador no
podía
La
tormenta
sin
salir duró
de
varios
pescado
Entonces
su
días
y
se
para
el
barca. quedaron comer.
niño
dijo:
-Aventúrate en el mar y déjame ir en la barca contigo, Quiero
padre: conquistar
el
Espíritu
de
la
tormenta.
El hombre no quería embarcar con el mar tan agitado pero el muchacho insistió tanto que al final aceptó. Junto
se
enfrentaron
a
la
fuerte
marejada.
No tuvieron que remar mucho para encontrar al Espíritu de la tormenta que soplaba y soplaba desde
el suroeste, allí donde habitan los grandes vientos. El Espíritu de la tormenta soplaba y soplaba como un
monstruo
salvaje
embarcación
y
de
zarandeaba
un
lado
la
pequeña
para
otro.
Pero su furia huracanada no lograba hacerla volcar. El
niño
la
pronto
dirigía
a
su
en
medio
alrededor
el
de
las
mar
olas
se
y
calmó.
Entonces el Espíritu de la tormenta llamó a su amiga
la
esconder
Niebla el
agua;
marina,
para
sabía
que
que si
la
bajara
a
niebla
se
extendía, el hombre y el niño estarían perdidos. Cuando el hombre vio que la niebla se adueñaba del
mar
se
Pero
quedó
el
-No
te
aterrado:
niño
dijo:
asustes
padre.
La niebla no te hará daño mientras yo esté contigo. Más tarde el Espíritu de la tormenta se marchó enfadado,
y
el
mar
recobró
su
calma.
Mientras volvían a casa, el niño enseñó a su padre una
canción
Estos
al
mágica, oírla,
y
la
nadaron
cantaron hacia
a
los las
peces. redes.
En unos momentos llenaron la barca de pescado. -Dime cuál es el secreto de tu poder -dijo el padre. -Aún
no
puedo
decírtelo
-contesto
el
niño.
Al día siguiente, el muchacho salió con su arco y sus flechas de cobre y cazó muchos pájaros. Cuando llegó a casa, los desplumó y los puso a secar.
Luego se vistió con las plumas de un avefría, se elevó
en
Cuando
el
aire
volvió,
y
el
voló
por
muchacho
encima
dijo
del
a
su
mar.
madre:
-Soy el hijo del Sol.
Ahora Pero
debo me
irme
apareceré
a
para
menudo
siempre.
ante
vosotros,
al
oeste del cielo cuando el sol cae sobre el horizonte. Cuando el cielo y el mar del atardecer tengan el color
dorado
de
mi
rostro, sabréis que al día siguiente el tiempo será
bueno
no
habrá
y
viento
ni
tormenta. Y aunque ahora tenga que
dejarte,
a
te
voy
otorgar
Lleva
puesto
este
un
poder
vestido
mágico
madre. y
si
me
necesitas para algo, me lo haces saber con sólo mandarme ver El y
pequeñas
desde muchacho a
su
señales mi
se
marchó, mujer
blancas
casa
que
podré
del
oeste.
dejado
al
pescador
muy
entristecidos.
Desde
aquel día,
cuando
la mujer se sienta en
la arena y afloja su vestido mágico, el viento se pone
soplar
Cuando
más
y
lo
el
afloja,
mar
más
se
crece
agita.
la
tormenta.
Pero en otoño, cuando la niebla se extiende por el
mar
y
el
recuerda
cielo
se
la
cubre
de
promesa
nubes,
del
ella niño.
Arranca las finas plumitas blancas de los pechos de
los
pájaros
Transformadas
en
hacia
el
al
muchacho
"Hijo
del
y
oeste Sol,
¡Déjanos
las copos
para
arroja
al
viento.
de
nieve,
vuelan
llevar
un
que
el
mundo
ver
tu
mensaje
le está
recuerda:
gris
y
solitario!
rostro
dorado!
Entonces, antes del anochecer, aparece él y cielo y Y
mar la
se
gente
cubren en
la
de
tierra
una sabe
luz que
dorada. no
habrá
viento al día siguiente y que el tiempo será bueno. Tal como lo prometió el hijo del sol a su madre.
FIN…