Primeras pags qué puedo hacer por mí

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¿Qué puedo hacer por mí? Tienes en tu interior todo lo necesario para cambiar tu vida


ツゥ Miguel テ]gel Carroza Barroso, 2014. ISBN-13: 978-1496008831


Tu vida reflejarรก siempre, con absoluta fidelidad, el estado en el que se encuentre tu mente. Franca Rosa Canonico de Schramm. Ser Uno


Objetivo: ser feliz. «Quizás a la gente le cuesta ser feliz porque en realidad cree que la «Q felicidad tiene que ver con estar conforme con todo, porque cree que la felicidad es estar alegre y contento, porque cree que la felicidad es estar riéndose, porque cree que la felicidad es pasarlo bien, y quizás por eso le cueste. Si yo pudiera darme cuenta de que ser feliz es estar sereno y que esa serenidad se obtiene cuando uno está en el camino que uno eligió, no cuando le va bien en ese camino, sería más fácil. Pero esperamos tanto de la felicidad que la hemos vuelto imposible, y cuando la volvemos imposible nos quejamos de que “¿cómo puede ser que no puedo tener felicidad?”. Y esto es porque la definimos hacia un lugar que la vuelve imposible. El día que tú puedas ser feliz con sentirte sereno, la plenitud no te vendrá de que todo salga como tú quieres, y te darás cuenta de dos cosas que tienen que ver con la felicidad. Una que tiene que ver contigo y otra que tiene que ver con todos. La que tiene que ver contigo es que la felicidad es algo que ocurre de la piel para adentro, no de la piel para afuera. Por lo tanto deberías prescindir de lo que pasa de la piel para afuera. Y la segunda es que no dejes de ocuparte de ello porque en todo caso, para mí por lo menos, la felicidad no es un derecho, es una obligación». Sasasasasdsdasdsasdasdasdasdasdsasdasdasdasdasdasdsd Jorge Bucay

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¿Por qué he escrito este libro? Este proyecto comenzó por culpa de la lectura del siguiente fragmento del libro La educación del talento, de José Antonio Marina: «El rechazo del deber, su mala prensa, la identificación con una limitación de la libertad, con sistemas represivos, responde a un malentendido que nos ha metido en serias dificultades educativas y sociales. Hay deberes coactivos y deberes liberadores. Ocurre lo mismo que con los hábitos, unos nos encadenan y otros nos dan alas. Lo que nos interesa es fomentar los deberes liberadores. Son un mecanismo para no dejarnos llevar por la presión del momento. Son los contenidos de los deberes, no su función psicológica, los que pueden resultar esclavizadores». «Una vez alguien encontró un huevo de águila y lo puso en el nido de una clueca. El huevo se abrió simultáneamente con los de la nidada y el aguilucho creció junto con los pollitos. Durante toda su vida, el águila hizo lo que hacían los pollos del corral, pensando que era uno de ellos. Hurgaba en el terreno en busca de gusanos e insectos, cacareaba y cloqueaba, aleteaba levantándose del suelo algunos centímetros. Pasaron los años y el águila se hizo vieja. Un día vio encima de sí, en el cielo despejado de nubes, un espléndido pájaro que planeaba, majestuoso y elegante, en medio de las fuertes corrientes de aire, moviendo apenas sus robustas alas doradas. La vieja águila alzó la mirada llena de estupor. “¿Quién es aquél?”, preguntó. “Es el águila, el rey de los pájaros -respondió su vecino-, pertenece al cielo. Nosotros, en cambio, pertenecemos a la tierra, porque somos pollos.” Y así el águila vivió y murió como un pollo puesto que pensaba que lo era». Anthony de Mello No digo que todos seamos águilas, ni siquiera que tengamos que serlo. Unos seremos águilas, otros pollos y otros leones, loros, monos o cebras. Pero, por lo menos, no debemos morirnos sin tratar de averiguar lo que realmente somos. 5


Bienvenido al camino del cambio. Si has elegido el camino del cambio te mereces todos mis respetos, sea cual sea el resultado. Cambiar puede ser fácil o difícil, eso depende de las circunstancias que te rodean, de tu fuerza de voluntad, tus creencias, tus capacidades y tu carácter. Existen casos milagrosos de cambios radicales, caminos tortuosos en los que el crecimiento requiere un esfuerzo épico, y caminos intermedios con éxitos y fracasos en una proporción bastante equilibrada. Hay que tener en cuenta que la dificultad depende del espacio entre la persona que eres y la que te gustaría ser. Y además que, sea grande o pequeño ese espacio, será más o menos difícil dependiendo de tu disposición para el cambio. En el libro El regreso del caballero de la armadura oxidada hay una conversación que lo expresa perfectamente. El caballero y su esposa van a emprender, por consejo del mago Merlín, una búsqueda para encontrar el amor que les haga reconciliarse, pues, a su regreso del largo viaje recorrido hacia sí mismo en el que asciende a la Cima de la Verdad, su mujer ha cambiado y su matrimonio se deteriora. El día de la partida, la pareja se despide de su hijo Cristóbal. «― Merlín quiere que tu padre y yo misma realicemos una búsqueda ― le explicó. Cristóbal la miró asombrado, y dirigiéndose a Merlín, dijo: ― ¿Cuántos años tendré yo cuando vuelvan? ―Merlín se rió. ― Los dos parecen estar bastante dispuestos, y el tiempo se mide por la disposición». (Robert Fisher. El regreso del caballero de la armadura oxidada. Ediciones Obelisco, 2010) Tu motivación es fundamental. Marcará, en gran medida, tanto la dificultad de la hazaña como el tiempo necesario para llevarla a cabo. Entonces, ni que decir tiene que cuanto más, mejor. Pero tranquilo. No montes todavía en tu caballo de batalla, espada en mano, para luchar contra ti mismo, porque cambiar es más caminar que combatir, así que te aconsejo que abandones las armas y te busques un buen cayado en el que apoyarte cuando te flaqueen las 6


fuerzas. Y esto no es broma. Necesitas un bastón, o un par de ellos, que te ayuden en tu camino, pues solo con tu empeño puede convertirse en una labor muy penosa. Llámalo Dios, familia, pareja, hijos, amigo, terapeuta, o llámalo "x", pero más vale que no te falte al menos uno. Si te empeñas en nombrarte caballero e iniciar una cruzada, te advierto que es probable que pases mucho tiempo en el suelo, abatido por la lanza del sufrimiento. En todo combate hay un vencedor y un vencido. Te recuerdo que cambiar es adentrarte en un terreno de emociones, pensamientos y actitudes poco conocidas y aprender a utilizarlas y aplicarlas a tu vida. Vas a errar. Te vas a equivocar. Sentirte perdedor no te ayuda, te frustra y favorece la aparición de la ira, la culpabilidad y el resentimiento, enemigos acérrimos del crecimiento. Sin paz te va a costar mucho trabajo encontrar la dirección correcta a la que dirigir tus esfuerzos.

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Ámate incondicionalmente. Igual lo has olvidado porque llevas muchos años aferrado a tu personalidad (al conjunto de creencias, valores y pensamientos con los que te identificas) pero ERES LIBRE. Tu vida es como es y tú estás donde estás, pero podría ser de cualquier otra manera. Tu historia se ha construido y se construye día a día con tus elecciones, por lo que cabe afirmar que diferentes elecciones habrían dado diferentes resultados. No obstante, tú “eres como eres” y eso parece la ley universal más inmutable del mundo. Sin embargo, ERES LIBRE. Que creas que no puedes ser más valiente, más generoso, más cruel, más divertido, más autoritario, menos tenso, menos bobo, menos ingenuo, menos violento, no es más que una cuestión de creencias. Desde que ocurriera el Big Bang de tu vida, tu energía se ha ido modelando por acción de la experiencia y cristalizando en creencias, valores, pensamientos y actos, a los que hoy llamas “yo”. Si no has tenido la suerte de que tus creencias te hayan permitido crear más condiciones útiles que perjudiciales a lo largo de tu existencia, seguramente no tengas la vida que te gustaría, tendrás problemas y tu ánimo estará subido en una montaña rusa de alegrías y sufrimientos. Lo normal, ¿no? ¿Qué sería diferente si pensaras que ERES LIBRE? A lo mejor nada. O puede cambiar todo. Puedes comprender que nada tiene por qué ser como es y que en tu vida no está todo dicho. No eres un producto terminado. Cada segundo está lleno de potencialidad y siempre estás eligiendo el camino. TODO ES POSIBLE. Pero espera, una vez que tienes claro que TÚ ERES LIBRE y que TODO ES POSIBLE salta la alarma que nos dice que entonces TODOS SON LIBRES y para todo el mundo TODO ES POSIBLE también. Exacto. ¿Qué hay de malo en ello? Que eso quiere decir que mi mujer es libre de engañarme con otro, que mi padre es libre de odiarme, que mis hijos son libres para desobedecerme, que mi mejor amigo es libre para traicionarme, que el 8


ladrón es libre de robarme la cartera, que el asesino es libre de quitarme la vida si lo desea. Eso es. Si bien TODOS SON LIBRES de hacer además todo lo contrario porque TODO ES POSIBLE. Que haya leyes y normas que otorguen una consecuencia a un acto concreto no hace que ese acto sea imposible. Es totalmente posible y deseable si tiene consecuencias positivas, y posible y no deseable si tiene consecuencias negativas. Pero puede ocurrir igualmente. Saber que ERES LIBRE, que TODOS SON LIBRES y que TODO ES POSIBLE, te libera de una responsabilidad innecesaria que no te ayuda a ser feliz, sino que te condena a la culpabilidad y el sufrimiento. Al invitarte a liberarte de la responsabilidad innecesaria, quizás te pueda parecer que promuevo un estilo de vida irresponsable, caótico e indisciplinado. Te equivocas. Ya vives de manera irresponsable cuando asumes las creencias, normas y leyes de tu “yo” sin cuestionarlas. No habrás comprendido del todo mis palabras hasta que no seas capaz de diferenciar cuándo “reaccionas” ante los acontecimientos y cuándo “eliges” tu comportamiento. Si crees que siempre eliges, una de dos, o eres un ser iluminado, o te identificas tanto con tu personalidad que no puedes pensar en ser algo más que eso. Para que te hagas una idea de nuestros límites, imagina que la personalidad es una casa donde cada uno habita. Nuestras creencias son las paredes de nuestro edificio. Algunos viven en mansiones porque tienen grandes creencias y otros viven en chabolas porque tienen creencias muy limitantes. Y otros saben que SON LIBRES de entrar y salir de su casa cuando quieren porque ellos no son su casa. YO SOY COMPLETAMENTE RESPONSABLE DE MIS ACTOS, PALABRAS Y PENSAMIENTOS. Y tú lo eres de los tuyos. Eso implica que YO SOY CONSCIENTE EN TODO MOMENTO DE LO QUE HAGO, DIGO Y PIENSO. Y tú deberías serlo. Hay que superar el funcionamiento en modo automático para elegir de verdad cómo queremos ser y cómo queremos que sea nuestra vida. A poco que te pongas a buscar en tu interior, vas a encontrar un sinfín de creencias que condicionan tu vida y que han cristalizado en ti 9


gracias a la repetición y a experiencias vividas que las han corroborado. Tú las has aceptado por cuestión de supervivencia y adaptación a tu entorno. Era lo que más te hacía feliz y más te alejaba del sufrimiento. Estas son algunas de las creencias que encontré en mí, las cuales limitaban mi desarrollo, y su consecuencia en mi vida: La vida es peligrosa. ― Me protejo continuamente de las personas. Debo cuidar de mis padres. ― Me siento mal lejos de casa. No soy capaz de ayudar a los demás. ― Me mantengo al margen de los problemas. No soy capaz de ayudarme a mí mismo. ― Me mantengo al margen de mis problemas. No puedo mostrarme imperfecto ante los demás. ― No comparto mis problemas o preocupaciones. Siempre acabo fastidiando las cosas. ― Tener éxito es difícil y depende de la suerte. No soy bueno hablando y soy poco interesante. ― Hablo lo menos posible y soy reacio a conocer gente nueva. Los demás son más importantes que yo. ― Mi opinión no cuenta. Nada de lo que hago vale para nada. ― Mis proyectos son poco relevantes. ¿Qué hace el amor incondicional por ti en estos casos? Te LIBERA 10


de toda culpabilidad para que puedas ser feliz siendo exactamente como eres. Sacar basura de uno mismo no es muy divertido ni placentero. Sin embargo, te quedas como nuevo. Ponerte cara a cara con tus sombras, defectos y errores es doloroso, por eso hace falta una gran dosis de amor incondicional para transmutar ese dolor en un estado de paz que nos permita avanzar y no hundirnos en un pozo de autodesprecio. Tienes sombras, defectos y has cometido errores, ¿y qué? Como todos. Es lo normal. Estamos vivos para aprender a vivir y ninguna vida es perfecta. Permítetelo. Permítete pensar, sentir, decir y hacer cualquier cosa porque ERES LIBRE de pensar, sentir, decir y hacer cualquier cosa. Pero, acto seguido, acepta cualquier consecuencia puesto que TODOS SON LIBRES y TODO ES POSIBLE. Si vas a darle un tortazo a tu hijo porque eso va a hacer que te sientas mejor y descargues tu enfado, sabe que es posible que después él se quiera ir de casa, puede que te devuelva el golpe o incluso, si necesita asistencia médica, es probable que sufras consecuencias legales, puesto que hay una ley del menor que lo penaliza. Tu hijo hará exactamente lo mismo que tú: lo que crea que es mejor para ser feliz y evitar el sufrimiento. Y la sociedad hará lo que crea conveniente para mantener el equilibrio. Permítete experimentarlo todo y permite a los otros experimentarlo todo. Te parece una idea caótica y anárquica, ¿no es cierto? No lo es en absoluto en la práctica. El amor incondicional lo acepta y lo perdona todo porque sabe que absolutamente todos los seres humanos actuamos bajo una misma orden: SER FELIZ Y EVITAR EL SUFRIMIENTO. Hasta la conducta más dañina que podamos observar en un hombre se ha producido por este motivo, lo que nos hace llegar a la conclusión de que CADA UNO HACE SIEMPRE LO MEJOR QUE ES CAPAZ DE HACER EN CADA MOMENTO. Abre tu mente a la posibilidad de que cada acción pueda tener múltiples causas, muchas de ellas tan sutiles que ni siquiera podamos 11


imaginarlas. Solo así entenderás y aceptarás esta afirmación. De lo contrario, seguirás pensando que las personas pueden hacer o no hacer algo porque les da o no la gana hacerlo, sin percibir el grupo de causas que han provocado que ese resultado sea el único posible. Científicos del instituto Max Planck (Alemania), encabezados por el profesor John-Dylan Haynes, utilizaron un escáner cerebral para estudiar qué sucede en un cerebro humano en el momento previo a la toma de una decisión y descubrieron que el resultado final de esa decisión podía predecirse gracias a la actividad inconsciente del cerebro. Es decir, antes de que nosotros decidamos qué camiseta vamos a ponernos hoy, la rosa o la blanca, nuestro cerebro ya sabe qué color vamos a elegir. Por lo tanto, no parece que seamos tan conscientes, responsables o culpables de lo que hacemos, pues nuestros actos son el resultado de cocinar todas nuestras creencias, pensamientos, recuerdos, aprendizajes, emociones, etc. Lo que no quiere decir que no tengamos control sobre nosotros mismos, pero sí que los procesos mentales ocurren de manera diferente a como nos imaginábamos. Una nueva forma de vernos es pensarnos como antenas emitiendo la energía que recibimos. Digamos que estamos conectados con diversas fuentes de alimentación y que manifestamos lo que somos capaces de crear con esas fuentes. O mejor lo explico con la canción de Jorge Drexler, Todo se transforma: Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se transforma. Es la ley de causa y efecto. Ni más ni menos. Y dice que toda causa tiene su efecto, y no hay efecto sin causa. El azar no existe. Cada suceso es la consecuencia de unas causas, sepamos identificarlas o no. Que te 12


toque la lotería es un golpe de suerte. Mas, también es la consecuencia de que compraras un boleto y de que la bola que tenía tu número se colocara la primera en la abertura tras terminar de girar el bombo donde se mezclaban todas las posibilidades posibles. Cuando algo sucede, ten por seguro que NO PODÍA HABER OCURRIDO DE OTRA MANERA. Todas las causas de todos los elementos que intervienen en un hecho concreto han llevado a que sea eso y no otra cosa lo que suceda. Pero… «si hubiera dicho sí…». No podías haber dicho “sí” porque tu cerebro ya decidió (sopesando todo la información que tenía a su disposición) que el “no” era lo correcto. TODO ES PERFECTO AQUÍ Y AHORA. Que todo sea perfecto no quiere decir que sea bueno o deseable, sino, simplemente, que es lo correcto porque no podía haber ocurrido de otra manera. En el terreno particular de nuestro comportamiento también funciona esta afirmación. Nuestro cerebro cocina nuestros actos con todos los ingredientes teniendo en cuenta la orden de ser feliz y evitar el sufrimiento. Y eso obtenemos. Es perfecto. Es lo correcto. ¿Si mi vida es una mierda esto significa que mi vida es perfecta y que no podía haber sido de otra manera? Eso es. Si tu vida es una mierda es porque algo de lo que te has alimentado o de lo que te estás alimentando te está perjudicando. En primer lugar, tienes que entender que tu vida y tú mismo sois como sois como consecuencia de las palabras, las imágenes, las experiencias, las personas, las emociones, las creencias, los valores, los conocimientos y los alimentos de los que te has estado nutriendo durante todos los años de tu corta existencia. Todo lo que ha entrado en tu cerebro y en tu cuerpo se ha convertido en ingrediente para elaborar el plato de tu vida. ¿Es sabroso? ¿Da asco? Vacía la despensa y tira todo lo que esté en malas condiciones, porque no puedes despedir al cocinero. Amarte incondicionalmente y amar sin condiciones a los demás no 13


va a resultarte una tarea fácil. O sí. Depende de lo que quieras creer. Pero, en general, no será fácil porque tu cerebro lleva cocinando las mismas recetas demasiado tiempo y no sabe hacer otra cosa, y porque intentarás hacer platos diferentes con los mismos ingredientes y eso es imposible. Para transformarte debes ser consciente de tres cosas: ― ERES LO QUE COMES. Eres el resultado de lo que ha entrado en tu mente y en tu cuerpo. ― ¿Qué “alimentos” te perjudican o te han perjudicado? ― Elige una “alimentación” saludable. Al acercarte al amor incondicional todo se esclarece, todo se perdona y todo se transforma porque amar incondicionalmente es amar siempre. Si es hacia ti mismo, te amas siempre. Y si es hacia los demás, los amas siempre. Este amor no entiende de defectos o virtudes, de límites o cualidades, de errores o de aciertos, de lo bueno o lo malo. No juzga nada, ni a nadie, porque sabe que TODO ES PERFECTO AQUÍ Y AHORA y que todo juicio es absurdo. Todo es correcto porque NO PODÍA HABER SUCEDIDO DE OTRA MANERA. TODOS SOMOS LIBRES y por lo tanto, TODO ES POSIBLE. No hay juicio y tampoco hay expectativas. En este momento el mundo exterior ha dejado de tener importancia. Es un momento importante. Si el efecto es real, te has quitado un peso de encima. Si esto te sigue pareciendo irresponsable es porque te empeñas en controlar la vida de los demás. ¿No te parece suficiente responsabilidad ocuparte de ti mismo? La respuesta a esta pregunta es egoísta, sin embargo, el amor nunca lo es. Cuando te amas incondicionalmente acabas amando de la misma manera a los demás porque los comprendes tan bien como a ti mismo. Si no hay razón para juzgarte, tampoco la hay para juzgar a nadie. ¿Con quién vas a enfadarte si cada uno está haciendo las cosas lo mejor que puede? Si alguien ha tomado una decisión de mierda, tendrá 14


unas consecuencias a la altura de la decisión, pero tú te habrás liberado de la ira, el enfado, el miedo, o la culpa que normalmente te acompañaba como espectador de ciertos hechos. Eso se llama COMPASIÓN. Y surge de ponerte en el lugar del otro. ¿Cómo sabrás si estás viviendo desde el amor incondicional o desde el amor condicionado? Responde a esta pregunta: ¿cómo te sientes cuando no consigues tus deseos, o tienes que hacer algo que no te gusta, o alguien hace alguna cosa que te desagrada o te desobedecen? Si te sientes mal (te enfadas, te enojas, te decepcionas, te deprimes…) no estás amando incondicionalmente. Porque dos sentimientos opuestos no pueden estar sucediendo en tu interior al mismo tiempo. No te engañes. No te puedo pegar porque te quiero. Ni te puedo insultar porque te amo con todo mi corazón. Es mentira. En ese momento no estás amando. Cada emoción tiene asociados unos síntomas fisiológicos y químicos concretos. El cuerpo responde de una manera y segrega ciertas sustancias que identificamos con el placer o con el sufrimiento. Cuando te pego, o cuando te insulto, te estoy odiando por lo que me has hecho. ¿Quiere esto decir que tengo que conformarme con todo lo que me pase y que tengo que dejar que todos hagan lo que les dé la gana? Quiere decir que pase lo que pase tú eres el responsable de tus pensamientos y de tus sentimientos, y por lo tanto hagas lo que hagas lo vas a hacer desde el amor y no desde la ira, la ansiedad, el miedo o el odio. Sabrás que estás viviendo desde el amor cuando tus actos te hagan sentir paz, en lugar de estrés, ansiedad o miedo. ¿Y cómo harás para que la gente haga lo que tú quieres? ¿Cómo impondrás respeto, autoridad y disciplina? Sin tensión. Va a ocurrir solo. No necesitas nada de los demás, así que no exiges nada a nadie. Tú te preocupas por respetarte a ti mismo, por ser dueño de tu destino y por ser disciplinado. Tú trabajas por tu felicidad. Y tu felicidad ha dejado de depender de lo de fuera. 15


Cada uno debe hacer lo mismo. Para mantener el equilibrio solo tienes que ejercer tu libertad. Recuerda que TODOS HACEN SIEMPRE LAS COSAS LO MEJOR QUE PUEDEN BAJO LA ORDEN DE SER FELIZ Y EVITAR EL SUFRIMIENTO. Cuando vives desde el amor todo gira en torno a él y se ordena de acuerdo a sus criterios. Todo sucede para tu mayor bien y para el mayor bien de todos los que te rodean. Tiendes hacia el equilibrio de forma natural y sin esfuerzo. Te das cuenta de que no era necesaria tanta fuerza para fluir con la vida, sino más bien te sobraba resistencia. Prueba a creerte digno de amor por el simple hecho de estar vivo. Y prueba a amar a los demás por el mismo motivo. Eres maravilloso. Han sido necesarios 13.700 millones de años para crearte. ¿Eres consciente de la que ha tenido que liar el universo para que tú puedas disfrutar de este puñado de años en el planeta Tierra? Te ha tocado el premio máximo en una máquina tragaperras de billones de rulos. ¡Es un milagro que estés vivo! No desperdicies tu tiempo en emociones que no te benefician. El error que ves en el otro tiene la misma raíz que el error que ves en ti. Simplemente, no sabe hacerlo de otra manera, o está confundido porque cree que su respuesta le dará la mayor felicidad y le evitará el mayor sufrimiento. Cuando desvelas tus engaños, vas llegando a la conclusión de que UN HOMBRE ES TODOS LOS HOMBRES. No hay nadie distinto. Tú eres como todos los demás, y todos los demás son como tú. ¿Por qué tratarlos de una forma diferente a como te tratas a ti mismo? TODAS LAS PERSONAS SON DIGAS DE SER AMADAS. ¡Pero es que esa ha cometido una atrocidad imperdonable! Es suficiente con que sufra las consecuencias de sus actos. Tú sé más inteligente y libérate de la emoción negativa. Te parecerá muy humano, y hasta romántico, sentir celos, ira, odio, miedo, rencor, tristeza, etc, pero la verdad es que no hacen ningún bien a tu mente ni a tu organismo. En todo caso, el miedo te ha hecho más prudente al cruzar la calle o al conducir por una autovía, excelente, podríamos decir que tu miedo te ha salvado la vida. Mas el resto de las 16


veces tus sentimientos negativos solo te han ayudado a preocuparte, a compararte, a competir, a culpar, a atacar y a defenderte de los otros. Crees que necesitas tantas cosas. Como ser importante, tener razón, ser amado, riqueza, y solo necesitas ser feliz. Dice el Dalai Lama que: «Debemos satisfacer nuestras necesidades físicas básicas de alimentación, vestido y cobijo. Pero, una vez satisfechas esas necesidades, el mensaje es claro: no necesitamos más dinero, ni más éxito o fama, no necesitamos tener un cuerpo perfecto ni una pareja perfecta... en este momento tenemos ya una mente con todo lo imprescindible para alcanzar la completa felicidad». No te esfuerces por ser feliz, más bien, quítate la resistencia. Aliméntate bien, en todos los sentidos, y transita el camino de la salud y el amor. Permítete equivocarte, permítete no ser el mejor, permítete no llevar razón, permítete no saberlo todo, permítete cualquier cosa que ocurra. Si estás haciendo todo lo que puedes por mejorar cada día, no tienes nada de qué avergonzarte. Acéptate, perdónate, ámate y crece. Acepta, perdona, ama y deja crecer. El objetivo del amor incondicional es ser feliz, no puede ser otro. No obstante, cuídate de las creencias de la felicidad que te harán perder tu determinación y tu paciencia. Te aseguro que se puede ser feliz con todo y se puede ser feliz sin nada, pero no se puede ser feliz sin paz interior. Sin paz nada de lo que compres o disfrutes va a llenar tu vacío. Gran verdad encerraban las palabras de Confucio cuando dijo: «Primero debes estar tranquilo; luego, tu mente podrá estar serena. Una vez que tu mente esté serena, estarás en paz. Solo cuando estés en paz, serás capaz de pensar y progresar finalmente». Por lo tanto, como te decía antes, sin un mínimo de paz te va a costar mucho trabajo sobrevivir en la vida. Igual te conformas con aspirar a tener momentos felices porque te convencieron de que la felicidad no existe. Y quizás solo aspires a tener pequeños momentos de paz porque te convencieron de que esta tampoco es posible. ¿Quieres seguir alimentándote de estas creencias? 17


Allá tú. ERES LIBRE, ¿recuerdas? Incluso para sufrir. No te puedo obligar a no sufrir, ni a ser feliz, ni a nada. Además, ¿para qué iba a querer obligarte a nada? YO SOY LIBRE y no necesito que tú me obedezcas ni que las cosas salgan bien, siquiera, porque salgan como salgan y hagas lo que hagas yo voy a amarme por haber hecho todo lo posible para ser feliz y evitar el sufrimiento. Hemos venido a la Tierra a disfrutar de esta experiencia humana. Si no lo estamos consiguiendo es porque todavía hay muchas cosas que no hemos aprendido. No eres un producto terminado. Nunca vas a serlo. Y nunca vas a llegar a ningún sitio. Pero, tranquilo, que esto no es una amenaza. Simplemente te revelo una evidencia, que la vida es movimiento. Esa es una de las pocas cosas de las que podrás estar seguro. Estamos en constante cambio. Así que, todo será más fácil si aprendes a despegarte de la seguridad excesiva. El equilibrio no se alcanza por la rigidez, sino por la armonización de todas las fuerzas. Eres un músico. Te han dado un puñado de notas que ahora tienes que colocar en la partitura con maestría. Quizás quieras impresionar al mundo con tu creación o ganar dinero con ella, pero como no te hayas divertido en su elaboración, al final notarás que algo te falta. El amor incondicional es la llave a la paz y a la felicidad. Puedes complicar todo lo que quieras tu vida y tu mente con prejuicios, creencias, leyes, axiomas, filosofías, religiones o teorías. O puedes comenzar a sacarte de encima capas y capas de límites perjudiciales. El primer paso no es difícil. Comienza por decirte: SOY LIBRE TODO ES POSIBLE ME AMO Y ME ACEPTO COMPLETAMENTE TODO ES PERFECTO AQUÍ Y AHORA TENGO EN MI INTERIOR TODO LO NECESARIO PARA SER FELIZ ESTOY FELIZ DE SER EXACTAMENTE LO QUE SOY 18


No basta con amarte, además tienes que estar orgulloso de ti mismo. ¿Por qué? Porque todavía te quedan dos oponentes a los que plantar cara: la vergüenza y la pena. Si estás intentando cambiar seguramente sea porque no te gusta tu vida, o algunos aspectos, por lo menos, y si no te gusta tu vida, o una parte, es posible que te avergüences de ella. Es posible que te avergüences de ti mismo. No tienes de qué avergonzarte. Levanta la cabeza. Solo estás un poco perdido. Párate. Respira profundamente. Y aquieta tu mente. Este segundo, en el que estás leyendo estas líneas, es el kilómetro cero del resto de tu existencia. No importa tu pasado. Ahora tienes una llave poderosa, tu amor incondicional, para abrir la puerta de tu futuro. En ningún caso tienes un pasado de fracasos, sino una historia de aprendizajes. Las personas que no han vivido tus experiencias pueden haber tenido una vida más fácil, pero también menos abundante. Tú has pasado por una gama más amplia de disposiciones mentales y cuando superes tus dificultades tendrás una comprensión más completa de la realidad y del propio ser humano. No sientas vergüenza. Siéntete lleno y perfecto desde este segundo cero. Eres mucho más que tu pasado. La siguiente página de tu historia está en blanco para que crees una existencia de la que puedas sentirte orgulloso. Este segundo es el centro de la potencialidad. Nada tiene por qué ser como siempre ha sido. Ámate y siéntete orgulloso de ti. No hay nada que te impida hacer cosas valiosas por ti y por los demás. Simplemente no estás aún en el lugar al que te gustaría haber llegado. No te compares. Agradece todo lo bueno que tienes. Comienza por sentirte agradecido por estar vivo, por tener esta oportunidad para experimentar la felicidad humana. Y continúa dando las gracias por todos los logros alcanzados, que no serán pocos. No eres el primero en perderse, en atascarse, en desesperarse, ni eres el único en el mundo en este momento. Tranquilo. Levanta la 19


cabeza. Y cree en ti. Lo has hecho lo mejor que has podido. Pero puedes hacerlo aún mejor, porque la distancia que te separa del éxito depende solo de tus creencias. Lo peor que podrías hacer es darte pena a ti mismo. Sentir lástima de tu situación. Esto no es compasión ni amor incondicional. Es pasividad y abandono. Espero que no sea tu caso, pero a veces, cuando estamos en dificultades, nos malcriamos. Nos tratamos como a niños consentidos porque nos vemos débiles e indefensos. Y entonces, encontramos todas las excusas necesarias para aplazar nuestras obligaciones y evitar el esfuerzo. El amor incondicional te hará libre, pero la lástima te encadenará a tus problemas y a tus hábitos perjudiciales. ¿Por qué no avanzo?, te preguntarás. Puede que no avances porque sientas pena de ti y te estés consintiendo seguir fracasando. Este es un pensamiento duro y, sin embargo, descubrirlo es liberador. Puedes estar mucho tiempo sufriendo porque nada de lo que haces da resultado y además no sabes qué estás haciendo mal. Así que, encontrar una dosis de verdad te proporciona cierto alivio, aunque no te cure. Se acabaron las excusas. Se acabó la sobreprotección. Y se acabó el victimismo. Avanza con paso decidido y no te dejes caer en las tentaciones. Aléjate de todo mal. En cuanto conozcas tus puntos débiles, oponte a ellos enérgicamente. Cambia miedo por amor, inseguridad por oportunidad y letargo por movimiento. Es tu vida lo que está en juego. No se trata de amarte para justificar tu situación y poder estar tranquilo en tu desdicha. Se trata de amarte para crecer, para alcanzar la felicidad y sentirte orgulloso de ti mismo.

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¿Cómo utilizar el libro? Este libro contiene 144 deberes liberadores, suficientes para todo un año de trabajo personal. Lo ideal sería que leyeras 3 páginas a la semana y que lo hicieras en días alternos (lunes, miércoles y viernes, por ejemplo) para que no se convierta en una tarea pesada. Lee cada lección, apunta lo que vas a hacer al respecto, y no te preocupes por el resultado. Has leído bien, sí, no te preocupes. Ya sé que quieres cambiar y que no preocuparse parece lo contrario a la intención, a la atención y a la acción, pero no lo es, te lo aseguro. Cuando tratas de imponerte un pensamiento, una emoción, o una acción determinada, esta se escapa, huye de ti, porque no es natural, no es parte de ti, es un cuerpo extraño que tu organismo rechaza. Escribe los enunciados de tus obligaciones, léelos una vez en voz alta, y olvídate de ellos. Ya has dado las instrucciones a tu cerebro de que desde ahora esas son las nuevas normas que quieres para tu comportamiento, pero no se harán realidad hasta que estés preparado para que sucedan. Hay muchos aspectos de nuestra conducta en los que podemos incidir porque son conscientes, pero muchos más a los que no es tan fácil llegar porque son inconscientes. Tu parte consciente experimenta la realidad pero es el inconsciente el que la crea con las piezas almacenadas en su memoria. El inconsciente guarda toda la información útil e importante para tu supervivencia y tu bienestar; eso sí, no entiende de bueno o malo, justo o injusto, correcto o incorrecto, siempre tiene lo que es mejor para ti. O mejor dicho, lo que tú crees que es mejor para ti. Tus temores, tus malos hábitos, tus adicciones, tus manías, están ahí porque te hacen sentir mejor que lo contrario o porque son necesarios para tu vida. Hasta que tus nuevos deseos, nuevas creencias y nuevas actitudes no estén al mismo nivel de profundidad que su contrario, no podrán hacerles frente y destruirlas. Una vez que has dado la orden a tu mente de lo que quieres 21


pensar, a tu corazón, de lo que quieres sentir, y a tu alma, de lo quieres ser, ha acabado tu trabajo. Cuando llegue el momento adecuado el cambio aparecerá, y lo sabrás porque serás incapaz de actuar de la misma manera que en el pasado. Entonces, cumpliréis las palabras de Merlín. «― Por consiguiente ―dijo Merlín―, vuestro amor por Julieta depende de que sus actos, sus ideas y sus sentimientos satisfagan las razones que vuestra mente os exige. Cuando amas a alguien con la razón, el amor no puede ser constante. Cuando amas a alguien con el corazón, el amor siempre está ahí, como lo está la comprensión. El Caballero se sentía abrumado. ― ¿Cuánto tiempo me llevará hacer eso? ―preguntó. Merlín se echó a reír. ― ¿No disponéis del resto de vuestra vida? ― Sí, pero pienso que intentar amar a Julieta a cada momento me la acortará ― contestó el Caballero. Merlín volvió a reír. ― Daos cuenta de que habéis dicho “pienso”. Cuando no penséis, cuando tan solo améis, ya no volveréis a “intentar” comprender o amar; simplemente lo haréis. Desde ese momento, ya no pensaréis más en vos mismo como una persona inteligente o buena, generosa y amorosa. Sencillamente... lo seréis». (Robert Fisher. El regreso del caballero de la armadura oxidada. Ediciones Obelisco, 2010) La pasión y el amor que demuestres por tu nuevo Ser son importantísimos. El cambio se acelera, fluye más eficazmente y se interioriza mejor cuando encuentra un continuo refuerzo positivo. Celebrar cada pequeña conquista favorece la consecución de las restantes. Quizás no seas capaz, en seguida, de experimentar o hacer realidad las modificaciones en tu conducta que te gustaría, pero lo que sí puedes hacer desde el principio es mantener tus viejas costumbres a raya, para que entorpezcan lo menos posible tu nuevo camino. Ese también es un buen comienzo. Hace tiempo vi en televisión una final de la Copa Davis de tenis 22


entre España y Argentina que me hizo pensar en la importancia de la motivación. Nunca había visto a unos aficionados al tenis entregarse con tanto furor, más propio del fútbol y de otros deportes, con tal entusiasmo, a sus respectivos tenistas, y pensé en lo bien que debía sentar y la fuerza que debía infundir escuchar semejante rugido. Yo me pregunté, ¿qué pasaría si pusiéramos la misma pasión, la misma entrega, el mismo arrojo, por animarnos a nosotros mismo y por llevarnos en volandas hasta nuestras metas? Igual, hasta ocurría un milagro. Por eso te digo que no seas tu enemigo. Tu “yo” actual no está mal, es lo mejor que has sabido ser hasta este momento, y merece tu respeto. Sé tu fan incondicional, celebra cada punto de tu partido, no te vengas abajo. Canta, grita, baila, o haz lo que sea para animarte. Y no tires nunca la toalla.

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¡Peligro! La vida nos da continuamente oportunidades para ser felices y para acercarnos a nuestros deseos, solo te advierto de que no las dejes pasar por estar demasiado ensimismado para reconocerlas. Se trata de que trabajes en ti, no de que te obsesiones por ti. Así que, haz todo lo que puedas para no centrarte únicamente en tu proceso de cambio. Haz una vida normal y preocúpate por satisfacer tus necesidades y problemas más inmediatos. Intenta integrar todas las ideas que se te ocurran en tu vida cotidiana en vez de dejar tu vida para ocuparte de tus ideas. Pero, ¿si estás totalmente volcado en ti, no sería al revés, no debería ser más fácil apreciar esas oportunidades? El siguiente fragmento te puede dar una pista de lo que te puede ocurrir: «Una intensa concentración en una tarea puede volver a las personas realmente ciegas a estímulos que normalmente atraen la atención. La demostración más espectacular de este hecho la ofrecieron Christopher Chabris y Daniel Simons en su libro El gorila invisible. Ambos grabaron un breve vídeo de dos equipos de baloncesto encestando la pelota, de los cuales uno vestía camisetas blancas y el otro negras. Se pidió a los espectadores del vídeo que contaran el número de tantos obtenido por el equipo blanco, ignorando a los jugadores de negro. La tarea es difícil y muy absorbente. En la mitad del vídeo apareció una mujer disfrazada de gorila que cruzó el campo, se golpeó el pecho y desapareció. El gorila se ve durante nueve segundos. Muchos miles de personas han visto el vídeo, y alrededor de la mitad no notaron nada extraño. La tarea que continuamente debían realizar –y especialmente si una de las instrucciones era ignorar a uno de los equipos– las volvió ciegas. A nadie que viera el vídeo sin tener que realizar aquella tarea se le hubiera escapado la presencia del gorila. Los autores dijeron que la observación más notable de su estudio era que la gente encontraba sus resultados muy sorprendentes. E incluso los espectadores que no vieron al gorila estaban al principio seguros de que este no estaba allí; no po24


dían imaginar no haber visto algo tan sorprendente. El estudio del gorila ilustra dos hechos importantes relativos a nuestras mentes: podemos estar ciegos para lo evidente, y ciegos además para nuestra ceguera». (Daniel Kahneman. Pensar rápido, pensar lento. Random House Mondadori, 2012) Por lo tanto, cuidado con quedarte ciego de tanto mirarte el ombligo. Al principio, es normal cambiar un carcelero por otro. Una de las confusiones que puedes padecer al comienzo es la de dejarte deslumbrar por tus nuevas expectativas. Entonces, cambias unas creencias negativas limitantes por unas creencias más positivas pero potencialmente limitantes, puesto que tu concentración en alcanzarlas puede conllevarte sufrimiento. Encuentra el equilibrio entre la atención a ti mismo y la atención a la vida. Y entre la realidad y tus deseos. Si solo miras las estrellas es probable que tarde o temprano acabes tropezando.

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¡Buen camino! Creo que ya te he contado todo lo importante. A partir de aquí debes continuar solo. Ojalá llegues tan lejos como quieras llegar, y además ocurra sin sufrir demasiadas heridas. Si en algún momento necesitas mi ayuda, me puedes encontrar en micarrozabarroso@gmail.com Intentaré ayudarte siempre de todo corazón. Y si algún día pasas por Mérida y te apetece tomar un café, escríbeme igualmente. Me encantaría compartir contigo experiencias, anécdotas y, por supuesto, risas. Disfruta de la vida. Sé feliz. Y, ¡buen camino!

Miguel Ángel Carroza Barroso

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