Test de la felicidad

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Test

de Test la felicidad de la (soluciones para ser feliz)

felicidad

Carlos Bard贸n Miguel A. Carroza

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Test de la felicidad

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Vamos a hacernos esta pregunta, ¿soy feliz? Una persona puede contestar “sí”, otra persona puede contestar “no”, otra podrá decir “a veces”, y tal vez otra diga “no sé”, porque nunca se lo haya cuestionado. Entonces, si uno contesta “sí”, puede dejar de leer este libro. ¿Para qué seguir leyendo? A partir de aquí vamos a buscar soluciones para ser feliz en caso de que no lo seas. Si eres feliz significa que ya tienes la solución, y por lo tanto no tiene sentido continuar leyendo. Si tu respuesta es “no”, deberás de investigar por qué no eres feliz. Y si dices que “a veces”, habrá una vez que sea “no” y otra vez que sea “si”. Si has contestado “no sé” tendrás que cuestionarte si quieres o no saberlo. En caso de querer saberlo, no te queda más remedio que elegir otra opción. Y en caso de no querer saberlo, aquí se acabó tu lectura, tampoco tiene sentido que sigas leyendo. Para conocer las causas de tu infelicidad identificaremos en qué momentos de tu vida no eres feliz. Así, seguramente estés de acuerdo en que no eres feliz cuando… -

las personas no piensan o actúan como yo quiero las cosas no salen según mis deseos

Si esto es correcto, podemos afirmar que soy feliz cuando… -

las personas piensan y actúan como yo quiero las cosas salen según mis deseos

Y de aquí deducimos que la primera solución para ser feliz es: -

que todas las personas piensen y actúen como yo quiero y que todo suceda como yo deseo

Ahora bien, ¿esta solución será posible o imposible?

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¿Soy feliz?

SI

FIN

NO

a veces

NO

SI

no sé

y actúan como yo quiero y todo sale

Cuando… las personas no piensan

o actúan como yo quiero -

las cosas no salen según

mis deseos

Solución 1 -

que todas las personas piensen y

actúen como yo quiero y -

que todas las cosas sucedan según

mis deseos

Posible

no quiero saberlo

Cuando las personas piensan como yo deseo

-

quiero saberlo

Imposible

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¿Es posible que todas las personas, cercanas o lejanas, piensen y actúen como yo quiero y que todas las cosas, cercanas o lejanas, sucedan según mis deseos? Esto implica que no solo las personas cercanas a ti, tu familia, tus relaciones diarias, y todas las personas que tienes en tu entorno cercano, sino que las personas lejanas que no tienen un contacto diario, personal, contigo, todo eso tiene que suceder tal y como tú quieres. En África tiene que pasar tal y como tú quieres, en América tiene que pasar tal y como tú quieres, los políticos tienen que hacer lo que tú desees, el domingo no tiene que llover, tiene que llover el martes, y el domingo tiene que hacer sol, pero no mucho, lo justo, ¿no?, los precios, como tú quieres, la ropa, como tú desees, si no te gustan esos pantalones tienen que hacer unos como tú desees, tu pareja tiene que comportarse a tu deseo, y si no, no eres feliz. Tu padre y tu madre tienen que pensar y actuar como tú quieres, tus hijos también, tu jefe también, tus empleados también. Y este libro tendría que decir lo que tú quieres leer para hacerte feliz. ¿Esto es posible o imposible? Es imposible. Y como es imposible tenemos que buscar otra solución o de lo contrario uno nunca será feliz. A lo mejor piensas que es imposible hacer que “todo” suceda según tus deseos pero que es posible, y que de hecho te hace feliz, que “algunas” personas piensen y actúen como tú quieres y que “algunas” cosas sucedan según tus deseos. Puedes conformarte con esta solución parcial que te atrapa en la rueda del soy feliz a veces, o puedes buscar una solución más duradera.

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Solución 1 -

que todas las personas piensen y

actúen como yo quiero y -

que todas las cosas sucedan según

mis deseos

Posible

Imposible

Solución 2 -

que algunas personas piensen y

actúen como yo quiero y -

que algunas cosas sucedan según

mis deseos

¿Posible?

Imposible

a veces

a veces

soy feliz

no soy feliz

¿Habrá alguna manera de ser feliz que no dependa de que las cosas sucedan a mi gusto?

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Si somos felices cuando algunas cosas suceden a nuestro gusto, ¿qué podemos hacer cuando las cosas no suceden como queremos, que es lo que nos pasa durante el día, un montón de veces? Esa es la realidad. La realidad es que durante el día hay muchas cosas que no salen como uno quiere. Mientras todo dependa de los demás o de lo que puedas conseguir o no, tu felicidad es imposible, porque siempre va a haber cosas que no suceden o no son como tú quieres y, por lo tanto, nunca vas a ser muy feliz. En este caso, una persona está entregando su felicidad a los demás, está entregando su felicidad a cómo suceden las cosas, al comportamiento de su padre, de su madre, de su tío, de su tía, de aquella persona que le dejé dinero y no me lo devolvió, del guardia que no me deja aparcar aquí. Estoy entregando mi felicidad a los demás. Y no solo a las personas, sino a las leyes de la naturaleza, que tienen que funcionar como yo quiera. Los ruidos, los animales,…, “no pueden molestar porque yo de tres a cinco duermo, y toda la naturaleza tiene que callar para que yo duerma. Y en mi casa, tienen que estar todos callados y en silencio porque yo voy a dormir.” De esta forma, mi felicidad se la estoy entregando a los demás constantemente y a cosas externas sobre las que no tengo ningún control. Cada uno valorará dónde está su felicidad, pero tenemos que encontrar una fórmula para que la felicidad, sea lo que cada uno entienda, dependa de nosotros. De momento, todos conocemos soluciones pasajeras. ¿Habrá alguna mejor?

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La felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos. El éxito puede dar como resultado una sensación temporal de regocijo, o la tragedia puede arrojamos a un período de depresión, pero nuestro estado de ánimo tiende a recuperar tarde o temprano un cierto tono normal. Así pues, si siempre regresamos a nuestro nivel habitual, con independencia de las condiciones externas que nos afectan, ¿qué es lo que determina ese nivel habitual? Y, lo que es más importante, ¿se puede modificar este y establecer un nivel superior? La mayoría de los psicólogos están de acuerdo en que podemos trabajar con el «factor mental» e intensificar las sensaciones que tenemos de felicidad. Ello se debe a que nuestra felicidad cotidiana está determinada en buena medida por nuestra perspectiva. De hecho, que nos sintamos felices o desdichados en un momento determinado frecuentemente tiene que ver sobre todo con la forma de percibir nuestra situación, con lo satisfechos que nos sintamos con lo que tenemos actualmente. DALAI LAMA

con HOWARD C. CUTLER. El Arte de la felicidad (Ed. Grijalbo Mondadori S. A., 1999)

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Por ahora, hemos visto que es imposible cambiar a los demás, que es imposible que todas las cosas sucedan tal y como yo quiero, pero entonces, ¿estoy condenado a ser infeliz toda la vida? ¿Mi vida es una condena de infelicidad? No puede ser ¿Estoy en un infierno o castigado por alguien o metido en algún sitio en el que yo no pueda ser feliz? ¿Estoy esclavizado toda mi vida a ser infeliz? ¿Suena bien eso? No puede ser, ¿verdad? Algo nos está diciendo dentro que no es posible. Que tiene que haber una fórmula para ser feliz. Una fórmula que dependa de mí, exclusivamente. Que no dependa de lo que me pase. Que no dependa de cómo sucedan las cosas. Tiene que haberla. Tenemos que encontrarla. ¿Cuál es? Debo encontrar un método dentro de mí mismo, que dependa solo de mí. ¿No sería esto perfecto? Si sabemos esto, hay que buscarlo. Porque cuando quieres ganarte la felicidad ganando tres mil euros al mes, buscas un trabajo que te dé tres mil euros al mes. O “x”. Tú eres feliz trabajando en una cosa y te quemas las pestañas por esa cosa, ¿cierto? Igualmente, tenemos que quemarnos las pestañas para ser felices, pero no solo una vez, todas. Que si sale el sol, sea feliz. Y si está nublado, sea feliz. O si truena, sea feliz. Y si el domingo iba a ir de excursión y nieva, sea feliz. Que si mi padre me quiere, sea feliz. Pero si no me quiere, sea feliz. Y mi pareja se comporta de esta manera, yo sea feliz. Y si se comporta de la otra, también sea feliz. Que mis hijos aprueban, feliz. Que mis hijos suspenden, feliz. Sería ideal, ¿no?

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Solemos decir: «Esta o aquella persona me hace sufrir» o «este o aquel acontecimiento me hace desgraciado», cuando en realidad lo correcto sería afirmar: «Lo que hace o dice esa persona me hace sentir mal, me hace sufrir y soy yo, únicamente yo, con mi manera absolutamente subjetiva y personal de vivir las cosas como graves, desgraciadas o traumáticas, quien me confecciono a cada instante una nueva prenda de sufrimiento a mi medida». No hay que darle más vueltas, está en nuestras manos hacernos el traje de una vida de felicidad y de ganas de vivir a nuestra medida con la tela del entusiasmo, del optimismo, del amor a la vida y del sentirnos a gusto con lo que somos y tenemos. Pero si elegimos la tela del derrotismo, del lamento y de la actitud mental negativa, nosotros mismos nos estamos vistiendo del traje del pesimismo, de la desgracia y del sufrimiento. El problema está en que pocas personas llegan a entender que nada ni nadie puede proporcionarles esa felicidad que ansían desesperadamente. BERNABÉ TIERNO. Aprendiz de sabio (Ed. Random House Mondadori S. L., 2005)

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Una posible solución es: Transformar lo que sucede en el exterior de manera que no me haga sufrir o dicho de otra forma, Aprender a ver o sentir las cosas externas de otra manera Si esto es cierto y es posible, ya tienes el sistema para ser feliz. Aparentemente parece un buen sistema porque esta felicidad no va a depender de los otros, no va a depender de las leyes de la naturaleza, no va a depender de los comportamientos ajenos, solo va a depender de ti. El siguiente paso es obligado: encontrar un método para aprender a ver o sentir las cosas de manera diferente. ¿Qué herramientas tengo que coger para hacer una silla? Es lo mismo. Tenemos que buscar unas herramientas, definirlas y aprender a manejarlas. Y ahora, tendrías que hacer un acto de fe interna y de convencimiento, no solo en la mente, sino también en el corazón, y decirte: «Es cierto». Necesitas albergar en tu corazón la esperanza de que la felicidad es posible. Y tienes que convencerte de que, si encuentras un método para ver o sentir las cosas externas de otra manera, puedes ser feliz veinticuatro horas al día. Otra cosa es que sea fácil o difícil. Otra cosa es encontrar el método. Para comenzar, vamos a identificar con qué herramientas cuenta el ser humano, y tenemos: alma, mente, emociones y cuerpo.

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Transformar lo que sucede en el exterior de manera que no me haga sufrir Aprender a ver o sentir las cosas externas de otra manera

<<<<

Método Imposible ESPERANZA “Es de necios apretar una y

Posible

otra vez el mismo botón que no funciona, ni genera cambio alguno.

HERRAMIENTAS DEL SER MUMANO:

¡Cambia de estrategia!” ROSETTA FORNER.

- Alma

La maldición de Eva

- Mente

(Ed. Planeta S. A., 2006)

- Emociones - Cuerpo

“No te entristezcas. ¡Ríe! Mantente firme, no importa lo que pase. Mantén siempre intactas tu fe y la gran esperanza que has guardado en tu alma durante años.” DANG TUY TRAM. Anoche soñé con la paz (Ed. Temas de Hoy S. A., 2008)

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Manejar estas herramientas requiere conocer cómo funciona un ser humano. Así que, debemos saber varias cosas acerca de nosotros. La vida (personas, acontecimientos, situaciones, todo lo que está fuera de uno mismo) son los “hechos”, y son solo hechos, no están dentro de nosotros, solamente los percibimos a través de unos sentidos. La vida pasa por los sentidos y entra en nuestros cerebros. Y entonces se generan unos pensamientos, cuya información viaja a través del sistema nervioso. Mediante la química y ondas eléctricas, mueven un sistema hormonal que tiene su centro en el hipotálamo. De aquí salen hormonas que condicionan nuestros actos, pues nos predisponen emocionalmente para la acción, y estos actos nos harán sentir felices o nos harán sufrir. Lo sepas o no. Quieras o no. Funcionamos así. Por lo tanto, si nuestra felicidad e infelicidad dependen de hormonas que provienen de la forma de pensar sobre los hechos, la solución está en pensar de otra manera. Y es así de sencillo. La solución es aprender a pensar. La felicidad es aprender a mover hormonas, y no que las hormonas, a su aire, nos hagan felices o infelices. Así que, aparentemente, como hipótesis, podemos decir que si cambiamos la forma de pensar, con nuestros pensamientos podemos mover nuestros sentimientos y por lo tanto el exterior no nos influirá. Cuando aprendas a utilizar tus herramientas confluirá lo que tú deseas como alma con lo que dice la fisiología que es un ser humano.

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Ha

pensamientos

VIDA hechos

SENTIDOS

El hipotálamo es como una mini fábrica. Es un lugar en el que se reúnen determinadas sustancias químicas Sistema Nervioso que se corresponden con determinadas emociones que experimentamos. Esas sustancias químicas se llaman “péptidos”. En el Hipotálamo ensamblamos estos péptidos en neurohormonas que se hipotálamo corresponden con los estados emocionales que experimentamos diariamente. Así HORMONAS pues, hay sustancias químicas para el enfado y sustancias químicas para la tristeza. Y también hay sustancias EMOCIONES químicas para sentirse víctimas y para la lujuria. Hay una sustancia química ACTOS para cada estado emocional que experimentamos. En el momento en que experimentamos un estado …y estos actos nos emocional en el cerebro o en el harán sentir FELICES cuerpo el hipotálamo ensambla de o nos harán SUFRIR. inmediato el péptido y luego lo lanza al flujo sanguíneo y pasa a distintas partes del cuerpo. Cada célula del cuerpo tiene receptores en el exterior para recibirlos. JOE DISPENZA

Y tú qué sabes (Documental) <<<<

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Antes teníamos una fórmula en la que la felicidad era imposible porque no dependía de nosotros y ahora hemos encontrado un método con el que poder alcanzarla. Debemos estar contentos. Solo nos queda describir bien las herramientas y decir: «Mira, el martillo por este lado, clava. Y por este otro lado que tiene orejas, saca clavos. Pero no utilices la parte de sacar los clavos para clavar, porque no te va a funcionar». Puedes tener toda la voluntad del mundo, todo el deseo, toneladas de deseo, y puedes perseverar todo lo que quieras, siglos y siglos, pero como utilices mal las herramientas nunca lo vas a conseguir. Por lo menos ya sabemos que si nos levantamos con un sentimiento de sufrimiento por la mañana, cambiando nuestra forma de pensar podemos ser felices. Porque podemos manejar nuestras hormonas y pasar del sufrimiento a la felicidad. Después tendremos tiempo de investigar por el origen de nuestro sufrimiento, pero no seas tonto y primero elimina el sufrimiento y hazte las preguntas después. “Cuentan que una vez, en presencia de Buda, le dispararon una flecha a un hombre y esta se le clavó cerca del corazón, causándole una herida muy grave. El hombre se iba a morir, Avisaron a un médico, que llegó y se dispuso a sacarle la flecha. Pero el hombre le dijo al médico antes de sacar la flecha: -No, espera. Antes de sacar la flecha me gustaría saber quién me la ha tirado… por qué lo ha hecho… y desde dónde la ha lanzado Entonces, Buda le dijo: -No seas tonto y sácate primero la flecha e investiga después.”

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Sabemos que no siempre estamos enojados, siempre celosos, siempre generosos. Existe la posibilidad de cambiar porque las emociones son pasajeras. Existen antídotos naturales a las emociones que son destructivas para nuestro bienestar interno. Entonces, esa es la manera de proceder. Regocijo en lugar de celos. Una especie de sensación de libertad interior opuesta a la codicia extrema y la obsesión. Benevolencia, afecto amoroso contra odio. Pero, por supuesto, cada emoción necesitaría un antídoto particular. Otra forma es tratar de encontrar un antídoto general a todas las emociones, y eso es mirando a la naturaleza de la emoción misma. Si observan una emoción, esta se acabará desvaneciendo como la escarcha bajo el sol matutino. Si hacen esto una y otra vez, la propensión, la tendencia de que surja la emoción otra vez se reducirá más cada vez que logren disolverla. Al final, aunque puede surgir, simplemente cruzará por la mente como un pájaro que surca el cielo sin dejar huella. Esto lleva tiempo porque, así como llevó tiempo que todos esos defectos se formaran en nuestra mente, de igual modo llevará tiempo desmantelarlos. Pero el entrenamiento mental es la única manera de hacerlo. MATTHIEU RICARD. TED Talks, 2004. 17


Primero, quita el sufrimiento. Y después, investiga de dónde viene ¿Por qué te levantas así? ¿Por qué eres así? Puede hacerse paralelo, a la vez. Mientras nosotros, como almas que somos, tengamos un cuerpo físico, emocional y mental, funcionaremos como acabamos de explicar. Y por mucha alma que queramos expresar, y por muchas buenas cualidades, buenas virtudes, que nosotros queramos expresar (compasión, generosidad, altruismo, humildad, tolerancia, paciencia, alegría, fortaleza, etc), como no sepamos manejar nuestra mente el alma no podrá expresarse. Por eso, para poder expresar cualidades del alma hay que empezar por una cosa tan sencilla, tan tonta, tan humilde –por eso no es aceptada, porque se necesita humildad-, como aprender a manejar nuestras hormonas, a través de cambiar la forma de pensar. Conozcamos un poco más sobre el funcionamiento del ser humano. Nuestro cerebro tiene diferentes partes con diferentes funciones. Tenemos una parte más primitiva, denominada “Cerebro reptil” porque procede de nuestro pasado evolutivo reptiliano, que es el encargado de los instintos básicos. También poseemos un cerebro emocional, el “Sistema Límbico”, que compartimos con los mamíferos, y que es donde se originan las emociones. Y un cerebro racional, o “Neocortex”, que es quien permite tener conciencia, controla las emociones y desarrolla las capacidades intelectuales (memoria, reflexión, concentración, resolución de problemas, etc). Según esto, el ser humano puede tener una respuesta instintiva, otra respuesta emocional, otra respuesta racional, y sus mezclas. M mezclas.

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Reptiliano

Neocortex

S. Límbico

RESPUESTA

Reptiliano

S. Límbico

Neocortex

Instintiva

Emocional

Racional

I E …y sus mezclas

R

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¿Qué pasa cuando tenemos el cerebro emocional muy alterado y lo tenemos al ochenta por ciento, y tenemos ese emocional sufriendo? Que al racional le queda el veinte por ciento, suponiendo que el instintivo sea cero. Pues, imagina que una persona está en el emocional al noventa y cinco por ciento y solo ve una situación negativa. Se pone a llorar, se disgusta, le entra una depresión; esa persona, si está sintiendo emociones básicas negativas, no puede sentir emociones más altas. No puede tener sentimientos positivos si su emocional está en sentimientos de sufrimiento. Esta persona es menos capaz de ayudar que otra, aparte de que sus energías internas que salen al exterior influencian a las personas que tiene a su lado, tal vez sin que ella lo sepa. Pero los sentimientos negativos se pueden convertir en sentimientos de compasión, no de lástima, no de pena, aunque, para llegar a ser compasivos, tenemos que empezar por sentir pena y lástima. Y no ser duros como rocas. No ser impasibles ¿Es malo sentir lástima y pena? No, es el principio de la compasión, porque hay personas que ni sienten esto, que igual les da ver sufrir que no. Ahora, se ve en la televisión cortar un cuello y tú te quedas tan tranquilo. Y ves que están martirizando a una persona en la televisión y tú pasas de largo. No te extrañe que cuando veas una persona caída en la calle pases de largo, porque es producto de los patrones mentales que tienes metidos en la cabeza. Insensible. El ser sensible es el primer paso. Pero el ser sensiblero es el segundo. Y tener sentimientos más elevados es el tercero. Hay que controlar esto para que se exprese la compasión y salga la pena la pena.

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I

0 E

Malestar 95

R

Disgusto Depresión

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Sentimientos positivos

Sentimientos de sufrimiento Si cuidas tu mente, si la nutres y cultivas como si fuera un fértil jardín, florecerá más allá de tus expectativas. Pero si dejas que Sentimientos positivos

la maleza arraigue, nunca podrás alcanzar la paz de espíritu y la armonía interna. En realidad, los buenos jardineros procuran que nada pueda contaminar sus plantaciones. Pero fíjate en los residuos tóxicos que la mayoría de la gente mete en el fértil jardín de su mente, y eso un día tras otro. ROBIN S. SHARMA El monje que vendió su Ferrari

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E


El equilibrio de los porcentajes va en función del momento evolutivo de la persona. Cada persona tiene unos instintos, unas emociones, y un sistema racional, en un momento evolutivo diferente, por lo que todos no respondemos igual ante los mismos acontecimientos. Pero sí es cierto, siempre, que la mente, a través del cerebro racional, es la que puede cambiar las cosas. Siempre. A una persona muy instintiva y muy emocional, lo racional le costará más trabajo al principio, porque sus emociones y sus instintos son muy fuertes y le llevan casi el ciento por ciento de su actividad. Y el alma, en ese caso, está muy dormida, no puede con tanto, no tiene capacidad todavía para actuar. Una persona bajo sus instintos coge lo que le parece, toma lo que quiere, no siente pena en absoluto y ninguna lástima. “Había una vez un indígena en una isla desierta que estaba muy hambriento, pero se estaba acabando el alimento, así que decidió tirar de lo que estaba más cerca y lo que estaba más cerca resultó ser su mujer. La mató y se la comió. Llegó un barco procedente de una ciudad civilizada, y el capitán, al ver el esqueleto de la mujer e imaginar lo sucedido, le preguntó: «pero, ¿qué has hecho? ¿Tú no ves que eso está mal?». A lo que el indígena respondió: «mal no, ¡si estaba riquísima!».” ¿Para él eso era malo? No era malo. Porque el mal y el bien también van cambiando de condición cuanto más evolucionas. Y para una persona muy instintiva el bien es la consecución de sus deseos, y el mal es lo que le impide conseguirlos. A lo largo de la evolución evolución personal ese concepto va cambiando.

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¿CUÁNTO DAMOS DE SÍ CADA UNO SI LA CONSCIENCIA QUE NOS ¿ HABITA SE EXTENDIERA POR TODOS NUESTROS POSIBLES RINCONES Y NOS ACTIVARA TODO LO QUE SOMOS?

Es una lástima tener enormes posibilidades y pasarse la vida en mínimos y repetitivo. Nos referimos a los recortes que se impone uno a sí mismo cuando se pone machacón, repetidor, inconsciente, robótico, mecánico… Es una lástima lo que puede uno dar de sí y que se conforme con tan poco. Escudarnos en la genética para explicar nuestras respuestas es miope, los genes están ahí, mandan mucho, pero todo lo que está a nuestro alrededor en la vida, desde los mimos que te dan, la música que escuchas, lo que comes, lo que respiras y las relaciones, influyen en la activación, inhibición y desarrollo de los genes. Y no solo influyen para que tengas que tener cuidado con todos esos factores que te afectan, sino que como afectan a tus genes, la responsabilidad de que tú te cuides es porque las consecuencias pasarán a tus hijos y a tus nietos. Cuando te alcance la comprensión a ver y a ser quien realmente eres, entonces el modo de vivir y de relacionarte se transformará profundamente. Claro que tienes una identidad y tus cosas, pero el sentido ha cambiado del todo. FIDEL DELGADO

Cómo instalarse un ego de bajo consumo (youtube)

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Todos somos diferentes, sí, pero lo importante es que todos tenemos los mismos mecanismos de expresión y todos podemos manejarlos. Y llegará un momento en que el alma se haga cargo de esos mecanismos y exprese todo lo bueno que ya tiene, y en el que controle esa mente para que, a su vez, maneje sentimientos, emociones y deseos, que se manifestarán a través del cuerpo físico en bien de la felicidad de uno mismo y de todos los seres. Hoy se sabe que las neuronas se comunican entre sí. Cada pensamiento supone una conexión de una red neuronal, cada neurona puede comunicarse, al menos, con otras mil neuronas, y cada cerebro humano posee alrededor de cien mil millones. Cada pensamiento, entonces, establece unas conexiones neuronales poquito a poco. Cuando se repiten las actitudes, los pensamientos, la conexión neuronal se refuerza. Quieras o no. Lo sepas o no. Pero funcionamos así. Y, según esas conexiones, cada persona elabora unos patrones neuronales, lo que significa, patrones de comportamiento, que son como las huellas dactilares, no hay dos iguales. La información que extraemos de las situaciones de la vida circula siempre por las conexiones de nuestros patrones neuronales. Por eso, las conexiones más profundas, más rígidas, más arraigadas, son las más difíciles de cambiar. ¿Qué es cambiar el pensamiento? ¿Qué es transformarlo? ¿Qué es meditar? Meditar es hacer tus propios patrones neuronales a tu gusto. Es cambiar los patrones neuronales que te hacían sufrir por otros que te hagan feliz.

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HACE FALTA DESPROGRAMAR LA MENTE

Hace falta ir poco a poco, suavemente, hacia descubrir que eres infinito y que todo ese concepto del yo que has creado es lo único que te hace sufrir. A esto lo voy a llamar “mente programada”. Todos nosotros tenemos un programa,

una

mentalidad o un ego. Creemos en ese programa. Somos fieles a este dios. Por eso creo saber la verdad, por eso creo que soy un cuerpo y que estoy separado del resto del universo, por eso creo que estoy decidiendo en cada instante según mis preferencias, por eso creo que he vivido una serie de experiencias, mis memorias, y que estas memorias son lo que yo soy, mi relato. Creemos ser una persona, “persona” que es una palabra que viene del griego y significa “máscara”. De manera que hay una mente programada que te dice constantemente que es lo que tienes que hacer, decir, sentir y pensar. También lo podemos llamar “pensador”, y está constantemente

sonando

ahí

dentro,

diciéndote

cómo

sentirte, a quién odiar, a quién amar, Y esto es una mente programada o mentalidad ego, que te dice que te fíes de tu pequeño punto de vista, con tus pequeñas memorias, con tus pequeñas experiencias donde tu pequeño cuerpo pudo estar en ese puñado de años que ha caminado por el mundo. JORGE LOMAR

Ecología Mental

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Meditar no es bajar santos del cielo, meditar no es ofrecer velas y tener un altar, y tener siete Cristos, siete Vírgenes, y siete Budas. Meditar es aprender a pensar en virtudes espirituales. En compasión, altruismo, serenidad, tolerancia, humildad, alegría. Como no tenemos esos patrones mentales hechos, los tenemos en una ínfima medida, hay que reconocerlo, aunque todos los sintamos dentro, al principio hay un gran sufrimiento. Puede haber un gran sufrimiento porque uno quiere expresarse, el alma quiere expresar estas cualidades y no encuentra cómo hacerlo. Entonces se produce un revoltijo emocional, que provoca una incomodidad muy grande dentro, incertidumbre, a veces uno sabe exactamente lo que quiere y otras veces no, hay mucha confusión en el interior. Se sufre porque sabemos lo que queremos expresar pero no sabemos cómo, y esto nos duele. Pero además nos resistimos a cambiar, así que duele mucho más. Aceptar. Hay que aceptar que somos así. Hay que aceptar que estamos donde estamos. Hay que aceptar que no sabemos. Hay que aceptar que queremos, pero que o no podemos o no sabemos lo que nosotros quisiéramos saber y poder. A eso se le llama humildad. Y la humildad es imprescindible en el camino de la felicidad. Ese es el método: conocer, meditar y practicar. Conocer las que son virtudes y las que no lo son, no vaya a ser que estés confundiendo la leche con el agua y estés practicando cosas que tenías que dejar de practicar. Debes desaprender las conductas que no te benefician. Y desaprender es, simplemente, dejar de practicarlas.

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Conocer Método

Prácticar

Meditar

- Yo que sé lo que te conviene, gran necio Perses, te lo diré: de la maldad puedes coger fácilmente cuanto quieras; llano es su camino y vive muy cerca. De la virtud, en cambio, el sudor pusieron delante los dioses inmortales; largo y empinado es el sendero hacia ella y áspero al comienzo; pero cuando se llega a la cima, entonces resulta fácil por duro que sea. HESIODO - La virtud -decía- es una ciencia no solo teórica, sino también práctica, como la medicina y la música. Por tanto, igual que el médico y que el músico, no solo es preciso que cada uno acepte los principios de su arte, sino que además hay que ejercitarse en actuar según los principios; y así, el hombre que ha de ser bueno no solo debe aprender cuantos conocimientos le conducen a la virtud, sino que además debe ejercitarse de acuerdo con ellos celosa y laboriosamente. MUSONIO RUFO

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Si no practicas algo, sus conexiones neuronales se van borrando, se van debilitando, porque la naturaleza es tan sabia y tan económica que no desperdicia nada, y cuando la información, la percepción, tiene que viajar y encuentra una conexión que no es utilizada, pasa por otra que esté activa. Y así funcionamos. Lo sepas o no. Lo quieras o no. En resumen, y para finalizar, ¿qué nos exige, entonces, la felicidad? 1. 2. 3. -

Deseo de encontrarla. Anhelo. Aspiración. Voluntad para buscar. Esfuerzo. Aplicar el método en tu vida: conocer, meditar y practicar. Conocer, sobre todo a ti mismo, como ser humano y como ser individual. - Meditar. Pensar en virtudes, para sentir virtudes y practicar virtudes. - Practicar, experimentar las virtudes en tu día a día. 4. Perseverancia. 5. Paciencia. 6. HUMILDAD. ¿Cómo sabrás que estás en el camino? Estás en el camino cuando tu vida va bien. Mira unos meses hacia atrás y compara. ¿Vas mejor? Sigue ¿Vas igual o peor? Búscate otra cosa, porque esa no funciona. O el método es incorrecto, o la práctica es incorrecta. Sigue practicando hasta encontrar tu felicidad porque, convéncete, no hay nada más importante. Ningún enfermo se ha curado, solo con leer el prospecto. Proverbio budista

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EN RESUMEN…

Quizás a la gente le cuesta ser

feliz porque en realidad cree

que la felicidad tiene que ver con estar conforme con todo, porque cree que la felicidad es estar alegre y contento, porque cree que la felicidad es estar riéndose, porque cree que la felicidad es pasarlo bien, y quizás por eso le cueste. Si yo pudiera darme cuenta de que ser feliz es estar sereno y que esa serenidad se obtiene cuando uno está en el camino que uno eligió, no cuando le va bien en ese camino, sería más fácil. Pero esperamos tanto de la felicidad que la hemos vuelto imposible, y cuando la volvemos imposible nos quejamos de que “¿cómo puede ser que no puedo tener felicidad?”. Y esto es porque la definimos hacia un lugar que la vuelve imposible. El día que tú puedas ser feliz con sentirte sereno, la plenitud no te vendrá de que todo salga como tú quieres, y te darás cuenta de dos cosas que tienen que ver con la felicidad. Una que tiene que ver contigo y otra que tiene que ver con todos. La que tiene que ver contigo es que la felicidad es algo que ocurre de la piel para adentro, no de la piel para afuera. Por lo tanto deberías prescindir de lo que pasa de la piel para afuera. Y la segunda es que no dejes de ocuparte de ello porque en todo caso, para mí por lo menos, la felicidad no es un derecho, es una obligación. JORGE BUCAY

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