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REPORTAJE PGA TOUR VERSUS LIV GOLF
El mundo del golf profesional masculino atraviesa un momento convulso desde la entrada en escena este año del LIV Golf series, que ha supuesto una fragmentación entre los jugadores del PGA tour que han decidido quedarse y los que han optado por el proyecto Saudí y que han sido expulsados del Olimpo del golf.
El cisma entre el PGA tour y LIV Golf series se recrudece Miguel Orduna
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Redacción
Cuando el pasado mes de junio se disputó en Londres la primera prueba del LIV Golf series, el cisma con el PGA estaba servido. Desde que en 2020 empezaran los rumores de este nuevo proyecto auspiciado por Arabia Saudí y que tenía al legendario jugador australiano, Greg Norman, como cara visible, las alarmas, amenazas y reproches empezaron a saltar en la sede del PGA tour. Un nuevo competidor --y no cualquiera -- saltaba a la arena del golf profesional masculino haciendo retumbar las bases del hasta ahora todo poderoso PGA. El LIV Golf Invitational Series presentaba un calendario de ocho pruebas para este año y a golpe de talonario empezaba a llamar a la puerta de los jugadores más destacados de los circuitos americano y europeo. De forma progresiva conocidos jugadores, ex números uno y ganadores de majors como Phil Mikelson, Dusting Johnson, DeChanbeau, Koepka y el español García, entre otros, han ido sumándose a la nómina del LIV, con acuerdos y premios millonarios. La primera reacción del PGA fue tajante, Jay Monahan, máximo responsable del Tour, anunció la suspensión indefinida de los jugadores del circuito americano que habían fichado por el LIV, al tiempo que la tensión fue en aumento con comentarios y descalificaciones de los jugadores en ambos sentidos, pasando el juego a un segundo plano y tomando protagonismo el cisma entre ambas organizaciones. Tiger Woods y Rory Mcillroy han sido los más destacados en la defensa del PGA tour, convocando una reunión de jugadores, y con declaraciones de abierto rechazo a los disidentes, aunque en el caso de Rory conforme ha pasado el tiempo su mensaje ha sido más conciliador, abogando por buscar vías para que las partes se sienten a hablar.
DISCREPANCIAS
Las discrepancias son varias, aunque por parte de la PGA se pueden resumir en una: el modelo no encaja con la filosofía de golf profesional del PGA tour y se ven amenazados por un inversor de la talla del Fondo soberano de Arabia Saudí. En el formato de juego, frente a los cuatro días de competición en la PGA, con corte en el tercero, el LIV juega tres jornadas sin corte. Además, en la misma competición se disputa una clasificación individual y otra por equipos, con limitación de “field” a 48 jugadores. En el apartado de
premios, la bolsa es significativamente mayor y llega para los todos jugadores del field, mientras que en PGA solo cobran, los que pasan el corte. A esto hay que añadir una serie de bonus y diversos pagos por desplazamientos no solo de los jugadores sino de sus caddies que cubre el circuito Saudí, entre otros aspectos. Tanto jugadores como directivos del PGA Tour, consideran que este formato profesionalmente “no es el golf real”, acercándose más a un show, con un espíritu de competición limitado y donde los ingresos están asegurados.
Greg Norman
RANKING MUNDIAL
Otro de los aspectos en conflicto en el apartado deportivo son los puntos para el ranking mundial (OWGR) y lo que con ello conlleva para la clasificación en determinadas competiciones como La Ryder Cup o los majors. En un informe publicado recientemente por Golf Digest se especifica las pautas requeridas por la OWGR para los torneos puntuables para el ranking, como son los cuatro días de juego, con corte, un mínimo de 75 jugadores en el field y una escuela de clasificación anual, entre otros aspectos. Unas pautas que claramente el tour Saudí no cumple, por lo que la solicitud de éstos para su validación en el ranking mundial no tiene visos de prosperar. Algunas fuentes consultadas apuntan que una de las alternativas para poder puntuar en el ranking mundial sería vincular la Liga LIV al circuito Asiático, aunque estos torneos no tienen los mismos puntos que la PGA. A lo largo de estos últimos meses y conforme se han sucedido los campeonatos tanto los Play-Offs de la Fedex Cup como las distintas pruebas del LIV, han arreciado acusaciones entre directivos y jugadores de ambos bandos, llegando incluso a presentar una demanda judicial firmada por Phil Mikelson y otros once jugadores del LIV contra la decisión de la PGA de suspenderlos del Tour. En unas recientes declaraciones de Greg Norman a un periódico australiano señala que si a los jugadores del LIV no les permiten puntuar en el ranking mundial, “el propio ranking será irrisorio”. No obstante, cada vez son más las voces entre los jugadores que lanzan el mensaje sobre la necesidad de sentarse a hablar. Este es caso de Rory Mcillroy, que en un principio haciendo funciones de portavoz de los jugadores del Tour y defendiendo el modelo de la PGA frente al LIV, entiende que está situación de enfrentamiento no es buena para el golf profesional, y que hay que buscar vías para sentarse y hablar; una opinión que comparte también otros jugadores, como el español John Ram, que se mantiene fiel al modelo PGA. SEGURIDAD ECONÓMICA
El LIV series, que hace tan solo unos meses se veía como un proyecto poco fiable o de escaso recorrido, como había sucedido en otras ocasiones, alguna de ellas también protagonizada por Greg Norman, como fue el caso del proyecto fallido en los años 90 del World Tour, fue poco a poco cobrando cuerpo conforme se desvelaban las cifras de premios, la estructura del juego y los profesionales que firmaban su adhesión. En un principio este tour se consideró como una vía para jugadores con nombre, pero que ya habían pasado sus mejores años, aunque poco a poco se han sumado otros que todavía tienen mucho que decir en los próximos años. A estos también se han unido otros con menos perfil ganador y que han visto en este proyecto una seguridad en la bolsa de ganancias. También algunos jugadores europeos, entre ellos varios españoles, además de Sergio Garcia, Adri Arnaus, Adrián Otaegui, Pablo Larrazábal y los recién pasados a profesionales Eugenio Chacarra y David Puig, participan o han participado por lo menos en algunos de los torneos por invitación de este año. De hecho, y según una información de Golf Digest, en los últimos meses la Organización del LIV ha rechazado al menos 50 jugadores de distinta procedencia que habían presentado sus credenciales para sumarse a la liga. AMPLIACIÓN CALENDARIO LIV 2023
El proyecto Saudí ya ha planificado el calendarios para el próximo año con catorce eventos a lo largo de todo el año y 48 jugadores, pasando de ser de un “invitational series” a un esquema de liga a lo largo de todo el año con doce equipos fijos de cuatro jugadores.
PLANO POLÍTICO
El LIV forma parte de una ambiciosa estrategia proyectada por el equipo del jeque saudí Bin Salman denominada “Visión 2030” de diversificación de la economía y de modernización de los servicios públicos, financiada por el fondo soberano Saudí, según recoge el informe de Golf Digest. En esta estrategia, el deporte juega un papel importante como se ha puesto de manifiesto con otras disciplinas: fútbol, tenis y Fórmula 1, entre otros, financiando o promoviendo grandes eventos internacionales. Las voces críticas apuntan a que esta estrategia responde también a un intento de lavar la imagen del Estado Saudí en relación a las carencias y abusos en derechos humanos y represión, que lejos de disminuir se mantienen en el tiempo y, en algunos casos, han sido muy mediáticos. Desde la Organización del LIV, que se ha rodeado de reconocidos profesionales del mundo de la gestión deportiva, denominan el proyecto como una “startup”, que se encuentra en fase de rodaje, pero que ha venido con propósito de quedarse y ser parte del ecosistema internacional del golf. El propio Greg Norman declaraba recientemente que “el objetivo es ofrecer un espectáculo deportivo más entretenido para los aficionados dando más oportunidades a los jugadores”, al tiempo que instó a los organizadores de los cuatro Grand Slams del circuito profesional (British Open, Masters, US Open y US PGA) a no seguir el mismo camino que el PGA tour. “No tienen derecho a decirles lo que tienen que hacer. Son torneos independientes”, destacó el australiano. DIFUSIÓN LIV
El modelo de difusión es otra de las claves en el mundo de la comunicación y el patrocinio de eventos internacionales y que desde LIV están explorando. Por el momento el nuevo torneo de golf no cuenta con patrocinadores oficiales y sus retransmisiones se canalizaran en el formato streaming a través de Youtube, Facebook o la propia web del LIV. Esto ha supuesto una difusión muy limitada en los primeros torneos, respecto a los canales de televisión tradicionales utilizados por la PGA. Precisamente, las retrasmisiones televisivas es un aspecto que desde el PGA tour sí han reforzado durante los últimos años, con acuerdos comerciales con las cadenas tradicionales que garantizan una amplia difusión. De hecho, el circuito estadounidense vendió a finales de 2021 su naming rights a DP World, compañía logística de Emiratos Árabes Unidos. Ese acuerdo permite al PGA Tour prácticamente duplicar el prize money de la gira europea hasta más de 200 millones de dólares, en un intento por aumentar su atractivo ante la amenaza de nuevas series, como es el caso del LIV Tour. OFENSIVA DEL PGA TOUR
Desde que surgieron los primeros rumores de la puesta en marcha del LIV tour y posteriormente cuando se hizo realidad el pasado mes de junio con su primer torneo, el enfoque de la PGA tour ha sido de “guerra sin cuartel”, utilizar todos los medios a su disposición para bloquear esta iniciativa y a los profesionales participantes, cuya primera acción fue la suspensión indefinida. De hecho, el propio comisionado de la PGA, Jay Monahan, en sus primeras declaraciones ya dijo “que esto no es bueno para el golf y estáis con nosotros o con ellos”, al tiempo que nunca ha accedido ni siquiera a sentarse a hablar con la otra parte. Su mensaje ha sido “el Tour no está a la venta y no estamos interesados en golf de exhibición”. Con estas declaraciones Monahan deja claro que bajo su ejecutiva no hay alternativa al diálogo que, por otra parte y con los ilimitados recursos de los saudís, podría interpretarse como caer en las manos del LIV. La estrategia política del PGA ha llegado incluso al Congreso, donde de forma extra oficial se reunieron con altos cargos de la Casa Blanca para trasladar la preocupación por el proyecto del LIV, financiado por el gobierno de Arabia Saudí, según publicaba recientemente la cadena NBC. Una iniciativa que los asesores de la Casa Blanca trataron de reconducir proponiendo un encuentro con los representantes de la embajada Saudí en EEUU y que la PGA rechazó de plano. PGA TOUR MEJORA LA BOLSA DE PREMIOS PARA 2023
La presentación del calendario del PGA tour para la temporada 2023 que acaba de empezar trae novedades importantes en la bolsa de premios, una acción que viene motivada para amortiguar la presencia del LIV, aunque desde el PGA insisten en señalar que ya estaba previstos antes de que el proyecto saudí tomara forma. El calendario consta de 45 eventos, con mejoras en la bolsa de premios de varios de los ocho grandes eventos
por invitación, además de introducir mejoras en los dos primeros playoffs de la Fedex Cup, con lucrativos beneficios para los 50 primeros jugadores, entre otros aspectos. EL DP WORLD TOUR
El DP World tour, antiguo European tour, y financiado desde el año pasado por la principal operadora logística de Dubái (Emiratos Árabes) intenta pasar de puntillas por este espinoso enfrentamiento del PGA tour contra el LIV series. De momento, en los torneos que forman parte del acuerdo con el PGA tour mantiene el criterio de no participación de los profesionales “díscolos”, pero del resto del calendario del circuito no hay ninguna pauta especial de exclusión. De hecho, algunas informaciones apuntan que la posición del DP tour es de una ambigüedad calculada. CONDENADOS A ENTENDERSE
Cada vez son más la voces que alientan hacia una necesidad de sentarse a hablar y buscar posibles líneas de colaboración. Recientemente, el sudafricano Erni Els, hacia su aportación, planteando utilizar lo que llaman “Silly season”, los tres meses que va desde el final de los playoffs en agosto hasta noviembre para calendar algunos de los nuevos eventos. Independientemente de buscar huecos en el calendario, este conflicto va más allá, para convertirse en una cuestión de protagonismo y liderazgo en el mundo del golf profesional. Por un lado, el plácido monopolio del PGA tour, que en las últimas décadas desde que en 1981 se resolviera el conflicto del uso de las siglas con la PGA of América, se ha visto amenazado por un inversor institucional, los Saudís, en donde el dinero no parece un problema. La reacción del actual equipo ejecutivo liderado por Monahan ha sido de rechazo inmediato y frontal: “conmigo o contra mí”, que descarta cualquier intento de sentarse a hablar, descargando a la vez toda su ira contra los jugadores “díscolos”. También es cierto que la mayoría de los argumentos técnicos de la estructura del juego --tres jornadas sin corte, límite de field, etc,,-- no mejoran el golf profesional sino que los empobrecen, convirtiéndolo en un show con buenos y seguros premios. • El calendario pasa de 8 eventos en 2022 a 14 en 2023 • Cambia del modelo series “invitación ” a liga regular • 48 jugadores en 12 equipos de cuatro • Clasificación individual y por equipos • Tres jornadas de juego, 54 hoyos, sin corte. • Cada equipo tiene un capital que elige a los otros tres jugadores, que serán estables a lo largo de la liga. • Cada equipo tiene un logotipo, un nombre y unos colores únicos. • Cada evento cuenta con una bolsa de 25 millones de dólares • 20 millones de dólares se repartirán entre los 48 golfistas que participaron en el torneo • Para el ganador de cada torneo, 4 millones de dólares, el último puesto suma 120.000 dólares • Los 5 millones de dólares restantes se reparten entre los equipos que terminaron en los tres primeros puestos. • Al final de las pruebas individuales, los jugadores que hayan participado en al menos cuatro pruebas se repartirán lo que supone una bolsa de primas de 30 millones de dólares. • El campeón individual obtendrá 18 millones de dólares, el segundo clasificado 8 millones, el tercero 4 millones, y así sucesivamente.
Además están las dudas sobre la continuidad en el tiempo del proyecto, con un modelo tipo Liga con 48 jugadores, en lugar de integrarse y reforzar el esquema actual y competitivo, pero mejorable. Desde LIV golf transmiten que este proyecto está pensado con criterios de negocio y para durar en el tiempo. Quieren ser parte del ecosistema del golf profesional y no una mera acción de lavado de imagen. Cada una de las partes tienen sus argumentos de peso, pero de seguir con el enfrentamiento, al final el perdedor será el propio golf, que ante la opinión pública se verá como una guerra de “gallos” por el protagonismo, fragmentando la audiencia y creando dudas en los patrocinadores que son en definitivas los que las ponen.