Fish & Freak. De Miguel Ángel Concepción.

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FISHANDFREAK Un proyecto de Miguel Ángel Concepción Radiografía autobiográfica de mi entorno social cercano con un cierto proceso de descontextualización y poética delirante.

"Alan Moore hace una distinción, muy impopular hoy día, entre el arte y la industria del entretenimiento. La confusión general, que él califica de trágica, apunta hacia una utilización perversa del arte instrumentalizado como publicidad, eludiendo con ello la tarea del chamán de transformar conciencias para, en su lugar, aturdirlas y tranquilizarlas, aceitando así la fábrica de siervos con un pensamiento único y simultáneo".

Fishandfreak El autorretrato es un género histórico, un ejercicio individual y reflexivo, experimental y onanista, un ejercicio profundo que no solo implica retratarse el rostro o la expresión del momento como dicen muchos manuales, es desarrollar un autoconocimiento exhaustivo del entorno y sus consecuencias, de lo que te rodea: familia, amigos, museos, libros, enfermedades, etc., tanto a priori como a posteriori. En el caso de FISHANDFREAK, no es un autorretrato clásico, el autor es el referente pero no su representación, su propia imagen física (exceptuando algún caso en los que aparezco acompañado) sino su entorno cercano, la gente que lo rodea y el momento banal e incluso cotidiano, ninguno de los retratados es consciente de esa posibilidad, ninguno ha posado para ello, nadie de mi entorno autobiográfico sabe cuándo ni cómo puede aparecer su rostro en Facebook y mucho menos qué frase, título o reflexión lo acompañará como pie de foto. Siempre es una sorpresa que espero sea de su agrado, pero me importaría un pimiento que no lo fuera, no es un encargo. Para ello recurro a mis archivos fotográficos de momentos banales y sinceros, sin trascendencia, como una fiesta de verano, el cumpleaños de mi hija Olga Marina, una inauguración o un encuentro con los amigos en cualquier bar, playa, ciudad o campo; siempre, por supuesto, en las últimas horas de estos momentos, donde la alegría y el desenfado han subido de tono.

Es quizás el fracaso iconográfico de la época digital el que confiere la forma e incluso el fondo. De esta manera consigo que el modelo no pose, no sobreactúe ni se retuerza como una serpiente, no intente salir bien en la foto, pues no hay pretensiones y la obra adquiere un reflejo pop, del propio momento, hasta que el hecho de representar una obra que busca una cierta trascendencia iconográfica la convierte automáticamente en pretenciosa, como un urinario fuera de contexto o una mierda de artista enlatada (guardando las distancias).


Es la representación banal de mi entorno, gente bebiendo, no sin cierta ebriedad en algunos casos, fumando, comiendo pipas, riendo, disfrazados, haciendo el payaso, policías vigilando el Reina Sofía etc... La propia vida. Tengo la inmensa suerte de estar rodeado de gente en muchos casos peculiares, muy frikis Pintores, escultores, poetas, cocineros, marineros, comisarios, bailarinas, actores, , funcionarios, arquitectos, galeristas, empresarios, camellos o enganchados a la heroína... Todos ellos en su conjunto me describen, me retratan, me delatan.... Miguel Ángel Concepción Isla Cristina 2016

"La idea de utilizar dos aglutinantes diferentes no solo responde a una necesidad estética sino que es parte de mi bipolaridad: dos elementos diferentes, como una almadraba de sangre y agua o un salmorejo, la paradoja de la vida, una contradicción, una simbiosis..."

Todas las obras que forman el friso están realizadas con óleo y agua sobre papel Winsor & Newton de 59,4 X 42 cms. En distintos tonos de grises, nunca en blanco y negro.




"Miguel Ángel Concepción hace uso de la fotografía casera a conocidos y amigos, sin poses, sin encuadres, en estado de embriaguez, de fiesta, sorprendidos o forzando una sonrisa de muestra" FISH & FREAK. Por Pepe Álvarez Los dioses traman la vida de los hombres para que las siguientes generaciones tengan algo de lo que hablar, sentenciaba Homero en su Odisea. Pero sería mejor decir que somos los humanos los que tramamos nuestras vidas para que las siguientes generaciones tengan dioses en los que creer. Posiblemente no seamos más que trozos de carne seducidos por una conciencia que pretende transformar nuestra existencia en algo transcendente. Un juego imaginativo que da sentido a nuestro pasado como desencadenante de nuestro presente y nos hace creer que esta misma dinámica se dará a la hora de otorgar sentido a nuestro futuro. Miguel Ángel Concepción hace uso de la fotografía casera a conocidos y amigos, sin poses, sin encuadres, en estado de embriaguez, de fiesta, sorprendidos o forzando una sonrisa de muestra. Luego las reelabora con sus pinceles en el estudio, donde las transforma en una especie de pared que recibe las múltiples capas de pintura, las manchas, trazos que desvirtúan la nitidez inicial. Con este proceso las somete al trauma del tiempo añadiéndoles el ruido visual propio del paso de los años, las veladuras, la disolución de los contornos y colores…Pero sobre todo es carácter lo que adquieren los rostros que el artista trabaja en su estudio, de una manera similar a los muros de una casa, impregnados de las vivencias y choques de sus habitantes. Estos rostros se alejan de las caritas de cera de las poses del famoseo, de los escenarios mediáticos, los empresarios millonarios, dirigentes políticos, deportistas de élite, cantantes-modeladas en karaokes televisados, actores que pasean su amor en alfombras rojas, toreros vestidos de Armani, modelos acompañantes en fiestas vip. Estas caras que los medias vomitan sin parar sobre nuestro imaginario quizá llamen más la atención, suban a lo más alto los medidores de rating, pero hace tiempo que dejaron de decirnos algo, su masificación es directamente proporcional a la inatendibilidad que provocan. Estos retratos, si bien no suben los niveles de Share, los Rating o las cuotas de pantalla, sí tienen la capacidad de contar historias. Miguel Ángel facilita sus lecturas al respetar la escenificación que los mismos retratados imponen a sus propias imágenes en lugar de tratarlos en su totalidad como material de autoexpresión. No es el biografismo entendido como la necesidad de encontrar el significado de la obra en la vida del artista lo que nos dará acceso a la imaginería de este autor. Para acceder a la obra de Miguel Ángel Concepción es preciso desgranar el tiempo que nos ha tocado vivir en sus más superficiales detalles. En efecto, sería un error buscar el detalle sintomático que “abra” la obra a partir del conocimiento de la vida del autor sin antes someter a cirugía invasiva el marco vital que compartimos. El campo de trabajo de Concepción es la vida ahistórica, sus nimios detalles, sus más insignificantes anécdotas, aquellas que con más certeza nos mostrarán el contexto epocal que vivimos. Sus monocromías sirven de testimonio y documento de una época. Un canto al placer de vivir, a los pequeños placeres sin los cuales nos convertiríamos en terroristas. Logra establecer una llamada a la interconectividad entre seres humanos, a la expansión de una especie de conciencia colectiva. Miguel Ángel accede en su obra al absoluto hegeliano de la ilusión –subjetiva—de realidad—objetiva—. Con él nos muestra el fallo dado en la historia de la filosofía en su intento de diferenciar el conocimiento popular del conocimiento verdadero. Miguel Ángel introduce el dedo en el hueco entre la realidad corriente y la dimensión etérea transcendente operando desde el sentido sobre lo real.























































...y de pronto, sin darnos cuenta, los Vigilantes dejaron de vigilarnos!!

























"El artista es un alborotador. No es tierno con la humanidad, y sabe revelar su lado vanidoso y grotesco".

Miguel Ángel Concepción, un Artista en la Cabecera del mundo Desde mucho tiempo ahora, el arte se divide en dos bandos : Un arte que cuestiona al arte y otro que cuestiona al mundo. Miguel Ángel Concepción ha elegido su campo. Dentro de una España herida por la crisis y desigualdades sociales el artista no podía ahorrarse el compromiso. Miguel vive a la orilla del mar, cerca del océano para ser más preciso, en una tierra donde identidades y culturas son fuertes: Andalucía. El agua es omnipresente en el trabajo, como un elemento universal, cual sería un lienzo entre los hombres, cual borraría las fronteras. Las Piscinas de Miguel Ángel Concepción son las que ve en Andalucía, pero son también las que están en el mundo entero. Pensamos en David Hockney, quien es una de sus referencias. La universalidad de la humanidad, en oposición con el aislacionismo que gana cada día más espacio, es uno de los combates del artista. La multitud de retratos que se apaña a hacer da un todo homogéneo. Cada uno es todo el mundo. El artista es un alborotador. No es tierno con la humanidad, y sabe revelar su lado vanidoso y grotesco. Digno heredero de Velázquez, sabe rascar a sus contemporáneos. Pensamos también en Goya, viendo estas caras sin saber porqué nos parecen extrañas. En un país a veces muy tradicionalista, los clérigos no se olvidan. Para Miguel Ángel la quintaesencia de lo grotesco es la religión. Diferenciándose de Bacon y de su “papa inocente” Miguel no representa lo religioso con rabia sino con humor. Lleva la misma mirada, quizás un poco más distanciada, sobre las fuerzas del orden. Viviendo en un estado quien ha conocido más de treinta años de dictadura militar, el artista, en su serie “los vigilantes”, muestra los policías en la banalidad de su trabajo cuotidiano. En un momento donde en arte, la moda es el cinismo, el “No-arte” y el post-modernismo pontifical, Miguel-Ángel Concepción lleva una mirada empática sobre el mundo. Mira a España y al mundo como una madre mira su niño enfermo. Como ella, no puede atreverse a perder la esperanza. Lleva la hipótesis que el arte podría ser un remedio a su época, como lo pensaban los dadaístas.

Romuald&PJ. Lyon. 2016




Quis custodiet ipsos custodes? Por Miguel Ángel Concepción

Hace algún tiempo comencé a desarrollar, tanto en mi obra pictórica como audiovisual, la idea o concepto de "los vigilantes del arte", todo empezó con una serie de retratos que combinados formaban un grupo de miradas a las que denominé "Bundesarchiv o Los Vigilantes", Los Bundesarchiv son los archivos del Estado Federal de Alemania en los que figuraban todas las obras de arte expoliadas por los Nazis durante la 2ª Guerra Mundial. En ellos figuran el título, la técnica, el autor y el lugar donde fueron guardadas. A veces en grandes Salas o museos expoliados, otras en secretas minas de sal subterráneas y otras en las propias casas de los altos mandatarios.

Bundesarchiv o Los Vigilantes. 60 X 210 Cms

Cuando Djan Silveberg me invita a participar en su proyecto 'Arbeit Macht Frei / 03' Happening/Performance, fue como una chispazo neuronal transfronterizo que conectaba directamente con la idea y la metáfora en la que yo estaba trabajando. Si en un principio eran los vigilantes de los archivos o incluso de las propias obras de arte los que me interesaban, ahora me disponía a llevar a las puertas del parisino Gran Palais, dos obras donde los policías increpan o vigilan las entradas de los museos, policías de Madrid en el Museo Reina Sofía y carabinieris en la puerta de Galleria degli Uffizi de Florencia. Entonces me preguntaba, como el poeta latino del siglo I Décimo Junio Juvenal o el gran Alan Moore en su genial novela gráfica Watchmen, ¿Quién vigila a los vigilantes?. Durante la primera jornada del proyecto, ya me sentía vigilado por las miles de miradas de los transeúntes, artistas, galeristas, visitantes de la FIAC, curiosos o todo tipo de vendedores que nos hacían fotos constantemente, y así, el segundo día de la performance, en el que Djan me había pedido que me pusiera el primero y condujera la "procesión-performance", durante el camino un coche de la policía de París se paró justo a mi lado, observándonos profundamente, todos, desde dentro del vehículo, miraban mis imágenes de sus "colegas" y comentaban algo entre ellos, uno bajó del coche y tras mirar detenidamente mi obra y la del resto de compañeros, se dirigió a mí para preguntarme si teníamos el permiso para tal "manifestación", ante mi casi total desconocimiento del idioma, les señale a Djan que estaba justo detrás de mí que con toda la elegancia del mundo se libró de ellos: "No es una manifestación, es ARTE"


...Y los vigilantes dejaron de vigilarnos!!

La experiencia 'Arbeit Macht Frei / 03', también me permitía conocer en persona a artistas con los que teníamos cierta relación virtual, y con los que habíamos expuesto juntos en alguna ocasión en la Galería Des Pentes de Lyon, e incluso algunos han participado en el Festival de videoarte Atlantica Visual-Art que comisario y dirijo junto con Rocío López Zarandieta en la costa sur de España, durante el festival internacional de Cine Islantilla Cineforum, y que, a pesar de tener una buena relación por las redes, nunca nos habíamos visto en persona, posibilitando además conocer a otros nuevos artistas y con ello contribuir a la expansión de neuronas espejo y entre todos remover la producción evolutiva del comportamiento social y regresar mucho más inteligentes y creativos.

El arte, su historia y los artistas es el metalenguaje que he desarrollado más ampliamente en toda mi carrera como artista, desde reinterpretaciones de temas u obras maestras de la pintura, siempre con una mirada irónica y sarcástica, pero respetuosa, por ello, esto me permitía establecer una relación directa con un buen número de artistas, trabajar junto a ellos y poder llegar a ciertas conclusiones o llevarme "trabajo a casa".



















SIN TÍTULO, SANS TITRE, UNTITLED Reflexión entre la crítica, la veneración y la ironía del mercado del arte, relacionándolo con un mercadillo de pueblo y el lenguaje a veces confuso y críptico de críticos, comisarios, galeristas y entendidos en general, creando una duda existencialista entre el propio metalengüaje del arte en si mismo. Obra seleccionada por el Festival de Cine bajo la Luna Islantilla Cineforum. Obra seleccionada para el festival de cortos inCINEración.

(pincha en el enlace para ver el canal o las imágenes de los videos para verlos individualmente)








TRÍPTICO DEL OJO QUE TÚ VES NO ES OJO PORQUE TÚ LO VEAS, ES OJO PORQUE TE VE

JUAN COBOS WILKINS


I Retratos

Son los rostros teselas esparcidas por un paisaje que sólo está en los ojos de quien retrata el recuerdo más vivo, ese que flota como isla errante, vagabunda, sin rumbo hacia una azul memoria que en hilos, que en manchas o en heridas se deshace y en humo. Y en ternura se reconstruye para seguir, perdido, en el hermoso laberinto del minotauro no, del cíclope que pinta con su única pupila atravesada por un mar que a todos vuelve náufragos.


II Visitantes

¿Qué ves? ¿Qué miras? ¿Qué escudriñas?

Si cruzas al otro lado del lienzo que te observa, si atraviesas esa ventana abierta en la pared, si penetras en la conciencia compartida, si traspasas esa sensualidad que concibió su luz para perderte, te encontrarás contigo contemplándote.

Y ya no tendrás miedo al cuerpo expuesto, enigmática génesis que, desnuda, te ofrece contemplar lo impuro. Es la ceguera que toca, la amaurosis que palpa lo prohibido hasta la extenuación.


III Vigilantes

En las suelas de los zapatos crecen ojos. Ojos en las palmas de las manos. El revólver se termina a sí mismo, se concluye en un ojo vacío. Y el planeta es un globo ocular sacado de su órbita. Pero qué soledad, si es invisible el centinela, qué silencio, si se finge incorpóreo o imperceptible se sueña y se desea.

Como Luzbel desangelado, quien nos vigila aguarda su destello de gloria, el sublime momento -su triunfo- de nuestra libre caída en la divina, de tan humana, tentación.


ME DESCRIBO, ME RETRATO Y ME DELATO. Fernando Bono. El retrato no es más que mostrar en una representación a otra persona, de sus cualidades morales, con sus atributos, sus aficiones, etc. En el autorretrato los artistas se miran a sí mismo para representarse ante los demás. Miguel Ángel lo hace a través de un centenar de retratos de amigos, artistas, galeristas, conocidos de toda la vida o conocidos casuales, personas que en algún momento pasaron por su vida o por su cámara, él los reinterpreta y los hace suyos en una simple frase que a veces solo el retratado puede conocer y a veces solo él puede interpretarla. De esta manera hace un gran autorretrato de su vida más reciente, y como ha dicho hace unos días su amigo y actor Josu Eguskisa en un hermoso post en FB, él no ha dejado nunca de retratarse a sí mismo en toda su obra y trayectoria, en pinturas, dibujos, esculturas, transferencias, vídeos, o performances. Los que conocemos y seguimos su trabajo desde casi su inicio profesional hemos podido ver, unido a sus propuestas conceptuales y análisis críticos o profundos del arte y su historia contemporánea, como siempre o casi siempre ha estado el propio artista, a veces como un modelo para representar la idea, otras como un monstruo saeteado por pinceles; casi hemos podido ver y oler su entorno más cercano, su mar, sus playas… y siempre su familia, su mujer, su hija, sus padres...; además de los artistas cercanos a veces cenando juntos cual apóstoles en la última cena y por supuesto sus amigos, yo mismo me he visto representado muchas veces en su obra y hoy aquí puedo estar en más de una obra. En esta propuesta que hoy nos presenta en Harina de otro costal, Concepción nos ofrece, bajo el título de “Fish & Freack” varias series unidas por un mismo concepto y también por una misma manera de trabajar, por la técnica pictórica, una técnica que en sí misma es contradictoria o antagónica al utilizar y mezclar agua y oleo para producir efectos de una casualidad controlada, donde también podemos ver esa bipolaridad que él se reconoce y proclama.. Pero como decía estas series se unen bajo un mismo concepto, mostrarse a sí mismo, a su mirada de artista o como dice él mismo en el catálogo “todos ellos en su conjunto me describen, me retratan, me delatan”. En los “Vigilantes” y “los Visitantes” nos muestra su manera de mirar en los museos, donde la obra de los grandes artistas siempre está acompañada de un vigilante o más y de los visitantes partes inseparables del museo y de las obras que se muestran. En el gran friso, mural e fishandfreack se autorretrata a través de casi un centenar de rostros de familiares, músicos, artistas, poetas, cocineros, galeristas, enganchados, amigos, frikis, o conocidos casuales y a través de ellos nos muestra sus ideas, su manera de mirar a los demás a través de mirarse a sí mismo. Y ayer viendo las fotos que ha subido Rocío durante la instalación de esta exposición me sorprendo al ver la manera de realizar el montaje de este gran friso, se delata y se autorretrata al comenzar colocando el retrato de un marinero, padre de un hijo único, su padre, al que admira, y quiere porque un día intentó vender un cuadro suyo para comprar un trasmallo.








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