REBOOT 2 lecciones de arquitectura

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REBOOT


El envío uruguayo a la 15ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia 2016 se enmarca en un acuerdo entre el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República, que delega en esta última, la responsabilidad de generación de contenidos y organización de la muestra. Reboot es la propuesta seleccionada por el jurado integrado por Bernardo Martin, Emilio Nisivoccia y Patricia Bentancur, a partir de una convocatoria abierta realizada por la FADU, donde se invitaba a presentar Propuestas Curatoriales para exhibir en el Pabellón de Uruguay en la 15ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia


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República Oriental del Uruguay Tabaré Vázquez Presidente

Universidad de la República Dr. Roberto Markarian Rector

Ministerio de Relaciones Exteriores (MRREE) Rodolfo Nin Novoa Ministro

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo Dr. Arq. Gustavo Scheps Decano

Director General para Asuntos Culturales Carlos Barros Embajador

Consejo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo

Ministerio de Educación y Cultura (MEC) María Julia Muñoz Ministra DirecCiÓn Nacional de Cultura Sergio Mautone Director

REBOOT Marcelo Danza Antar Kuri Borja Fermoselle Diego Cataldo José de los Santos Marcelo Staricco Miguel Fascioli

Orden estudiantil: María José Milans Andrés Croza Sofía Ibarguren Orden docente Arq. Juan Carlos Apolo Dra. Arq. Mercedes Medina Arq. Francesco Comerci Arq. Salvador Schelotto Arq. Fernando Rischewski Orden de egresados Arq. Néstor Pereira Arq. Patricia Petit Arq. Alfredo Moreira Asistente académica área Extensión y Cooperación Carina Strata Colaboradora académica área Extensión y Cooperación Paola Carretto

Colaboradores: Mateo Vidal, Facundo Romero, Matteo Locci Curadoría: Marcelo Danza Comisaría: Miguel Fascioli Redactores invitados: Gabriel Galli, Roberto Fernandez Traducciones: Matteo Locci, Nicholas Sibille Ilustraciones: Antar Kuri, Borja Fermoselle Tipografías: Trasandina y Libertad de Fernando Díaz (TipoType) Diseño: José de los Santos

Impresión y encuadernación: Mastergraf S.R.L Gral. Pagola 1823, CP. 11.800, Montevideo, Uruguay. Depósito legal: 369.480 ISBN: 978-9974-0-1362-9


Dedicado a quienes habitan creativamente y le dan nuevos sentidos a la arquitectura; a quienes continĂşan sorprendiĂŠndonos y dando vitalidad a esta vieja disciplina.



REBOOT


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1 No encontrará el visitante en esta muestra edificios innovadores por su espacialidad, formalización, tecnología o gestión. No hay en ella ningún tipo de las construcciones materiales a las que estamos habituados. Se presentan aquí construcciones de resguardos lo suficientemente potentes como para dar cobijo a la vida en un medio extremadamente adverso. Il visitatore di questa mostra non vedrà edifici innovatori in base alle loro spazialità, forma, tecnologia o gestione. Non c’è nella mostra alcun tipo di costruzione materiale come quelle a cui siamo abituati. Si presentano qui costruzioni di riguatdo abbastanza potenti da dare rifugio alla vita in condizioni estremamente avverse. In this exhibition the visitor will not find buildins nor innovative dwellings concerning space, form, technology or management. There is no type of material construction as we all are used to see. We talk about the real special construction constituted by the refuge of a belly capable of sufficiently sheltering life within an adverse environment.


No exponemos edificios sino construcciones Non esponiamo

We are not exposing

edifici ma

buildings but construction

costruzioni


2 No hay novedad en los objetos empleados en los acontecimientos expuestos sino en los intangibles que con ellos se generaron. La propuesta invita a comprender ese otro valor y vislumbrar su implicancia para la arquitectura. No hay novedad en lo aparente; ni en fachadas ni en plantas. No hay búsqueda de secciones sorprendentes ni resolución formal preocupada por la estética. Definitivamente no encontrará el visitante en esta exposición nada de lo que hemos aprendido como arquitectura sino tan sólo campos de interés en el manejo del espacio real y simbólico. Non c’è alcuna novità negli oggetti utilizzati negli eventi esposti, ma molta nell’intangibile dagli stessi generato. La proposta invita a comprendere quest’altro valore e suggerirne l’implicazione per l’architettura. Non c’è novità in quanto esposto; non nelle facciate né nelle piante. Non ci sono sezioni ricercate né soluzioni formali con afflato estetico. Sicuramente in questa esposizione il visitatore non incontrerà niente di ciò che è stato appreso come architettura ma solo campi di interesse nella gestione dello spazio reale e simbolico. The objects used in the exposed events have no novelty, which is instead present in the intangible conditions then generated. The proposal invites the visitor to comprehend this other value while giving a glimpse of its importance for architecture. There is no novelty in what is shown; neither facades nor plans. There is no pursuit of the surprising sections or preconceived esthetic principles conditioning the formal resolution. Ultimately there is nothing that we have learned as architecture in this exhibition, but just fields of interest for the array of the symbolical and real space.


No presentamos objetos sino intangibles Non presentiamo

We present no objects

oggetti

but intangibles facts

ma intangibili


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...sino el «encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser en una mesa de disección».* No busque entonces el visitante del Pabellón uruguayo belleza en la lúgubre espacialidad de una «tatusera», un «berretín» o de una «cárcel del pueblo». Tampoco en el destrozado fuselaje de un avión dificultosamente ambientado como cobijo improvisado luego de un brutal accidente. Invitamos al visitante a involucrarse con la muestra y a construir su propia estrategia de decodificación y entendimiento generando sus propias relaciones de los eventos presentados entre si y con la disciplina. Toda nueva relación encontrada dará sentido a la muestra. * Isidore Lucien Ducasse (Montevideo, Uruguay, 4 de abril de 1846 – París, Francia, 24 de noviembre de 1870), conocido como Conde de Lautréamont (en francés,Comte de Lautréamont). Es considerado uno de los precursores del surrealismo. …ma un “incontro fortuito tra un ombrello ed una macchina da cucire in un tavolo operatorio”.* Non cerchi quindi il visitatore del Padiglione uruguayano bellezza nella spazialità lugubre di una “tatusera” [nascondiglio], di un “berretin” [deposito di armi] o di una “cárcel del pueblo” [prigioni partigiane]. Neanche nella fusoliera lacerata di un aeroplano utilizzato con difficoltà come rifugio improvvisato dopo un terribile incidente. Invitiamo il visitatore a farsi coinvolgere dalla mostra e a costruire una personale strategia di decodificazione e comprensione generando la propria relazione tra gli eventi presentati e la disciplina architettonica. Ogni nuova relazione incontrata darà senso alla mostra. * Lautréamont, pseudonimo di Isidore Lucien Ducasse (Montevideo, 4 aprile 1846 – Parigi, 24 novembre 1870), è stato un poeta francese. La sua opera fu praticamente ignorata fino al 1890, e in seguito venne valorizzata dai surrealisti che, scorgendone affinità con le loro idee, giunsero a considerarlo un loro predecessor. …but instead the one of “the casual encounter between an umbrella and a sewing machine over a dissection table”.* Therefore the visitor of the uruguayan pabillion or the catalogue reader shall not search for technical nor conventional interest within the grimy spatiality of a “tatusera” [tupamaros’ hiding place], a “berretin” [tupamaros’ hidden arsenal], of a “carcel del pueblo” [tupamaros’s popular jail]. Neither in the wrecked fuselage of an aircraft difficultly used as an improvised shelter after a brutal accident. Instead the visitor shall get involved in the exhibition building his own decoding and understanding strategy while generating his own relationship between the presented events and the discipline. Every new relationship created will give sense to this exibition. * Isidore-Lucien Ducasse (4 April 1846 – 24 November 1870), a French poet born in Uruguay. His only works, Les Chants de Maldoror and Poésies, had a major influence on modern literature, particularly on the Surrealists and the Situationists.


No hay belleza evidente… Non c’è bellezza

There is no obvious beauty…

evidente…


4 No existía a la fecha relación alguna entre ambos experiencias. Aunque sus protagonistas son contemporáneos y en su mayoría habitantes de una misma pequeña ciudad —Montevideo— no se conocían. Vivieron en los mismos años y a la misma edad experiencias de vida que los marcaron tanto a ellos como a la sociedad que integran, pero no existe identificación alguna entre ambos grupos. La puesta en relación y exposición colectiva de ambas experiencias es en si mismo una construcción nueva y una invitación a conceptualizarlas en un plano diferente al que se ha hecho a la fecha. Es justamente la construcción de estas relaciones a través de la arquitectura lo que acaba definiendo un nuevo campo de estudio. Non esisteva al tempo alcuna relazione tra le due esperienze. Anche se i loto protagonisti erano coetanei en maggioranza abitanti di una stessa piccola città —Montevideo— non si conoscevano. Vissero negli stessi anni con esperienze di vita che tanto marcarono loro così come la società che li accoglie, ma non esiste identificazione reciproca tra i due gruppi. La messa in relazione e la mostra collettiva di entrambe le esperienze è una nuova costruzione e allo stesso tempo un invito a concettualizzarle su di un piano diverso rispetto a quanto fatto a suo tempo. E’ la costruzione di questa relazione artificiale che definisce un nuovo campo di studio attraverso la percezione architettonica. At the times there was no relationship between the two experiences. Although their protagonist were peers living in the same small city —Montevideo—, but they didn’t know each other. They lived in the same years such major life experiences that contemporary influenced them and the society they lived in, but still there was no direct connection. By collectively exposing them is part of a new construction of relationship which invites to conceptualize those events under a different light than the one used at the time. This artificial construction of relationships throughout architecture ends up defining a new field of study.


No hay lugar común sino su construcción Non c’è spazio comune

There is no common space

ma la sua costruzione

but common construction


5 No hay voluntad artística en los creadores que presentamos pero si infinidad de acciones factibles de ser leídas como creaciones de valor artístico. La artisticidad —si la hubiera— pretende ser construida desde la interpretación y el relato que de ellas se hace. Aunque los protagonistas no son responsables de la libre lectura que 45 años después hacemos de estos acontecimientos deseamos agradecerles por compartir generosamente en infinidad de publicaciones y entrevistas la rica experiencia que desencadena hoy esta lectura desde la disciplina arquitectónica. Non c’è volontà artistica nei creatori che presentiamo, ma una infinità di azioni che si prestano ad essere lette come creazioni di valore artistico. L’artisticità —se ci fosse— pretende di essere costruita con l’interpretazione e la narrazione che di esse si realizza. Anche se i protagonisti non sono responsabili della libera interpretazione da noi realizzata 45 anni dopo gli eventi, vogliamo ringraziarli per condividere generosamente in un’infinità di pubblicazioni e di interviste la ricca esperienza che oggi porta a questa lettura dal punto di vista della disciplina architettonica. There is no artistic will in the exposed experiences but rather an infinite series of actions readable as artistic creations. The artistic aura comes from the cultural construction or from its narrative. Although the protagonist are not responsible for the events’ free interpretation made after 45 years by this curatorial team, to all of them goes our gratitude for sharing, in an infinite series of events and publications, their rich experience, which enables us today to read the experience from an architectural perspective.


No exponemos artistas sino arte Non esponiamo

We are not exposing

artisti ma arte

artists but art


6 Invitamos al visitante de la muestra del pabellón uruguayo en la XV Bienal de Arquitectura de Venecia a despojarse de sus certezas y a contactar con otros registros posibles para lo arquitectónico. Le proponemos apreciar y aprender de la riqueza de construcciones humanas capaces de generar sentido de pertenencia a un lugar —aún al más inhóspito— o a un colectivo —aún al más disgregado— usando para ello otro tipo de recursos de los que tradicionalmente manejamos los arquitectos. Invitiamo al visitatore della mostra del padiglione uruguayano della XV Biennale di Architettura di Venezia a lasciare ogni certezza per entrare in contatto con altri registri possibili per l’architettura. Proponiamo di apprezzare e di apprendere dalla ricchezza della costruzione umana capace di generare senso di appartenenza ad un luogo —anche il meno ospitale— o ad un collettivo —anche il più diviso— usando per questi altri tipi di risorse rispetto a quelli che tradizionalmente maneggiamo da architetti. We invite the XV Venice architecture biennial’s Uruguayan pavilion exhibition’s visitor to clear out his certainties while getting in touch with other possible expression of the architectural. We propose to appreciate and learn from human construction’s richness that is capable of creating sense of belonging to a place —even the most inhospitable— or to a collective —even the most disincorporated—while using other resources beyond those that we traditionally handle as architects.


No pretendemos certezas sino estĂ­mulos Non pretendiamo

We don’t claim

certezze ma stimoli

certainties but concerns


7 No es la calidad del espacio logrado ni el despliegue técnico utilizado para construirlo en donde debe buscarse el interés de las experiencias presentadas. Se trata más bien de entender la potencia lograda en construcciones que —cimentadas en la convicción y fortaleza del espíritu humano— lograron doblegar las adversidades a las que se enfrentaron. Se trata de obras que logran generar espacialidades definidas utilizando tan sólo desechos y auras. Los vínculos y fidelidades humanas son sus sólidas paredes de defensa. Non è nella qualità raggiunta dello spazio né nella soluzione tecnica utilizzata per costruirla che deve essere ricercato l’interesse delle esperienze presentate. Si tratte piuttosto di intendere la potenza raggiunta da costruzioni che —fondate nella convinzione e forza dello spirito umano— sono riuscite a rapportarsi con le avversità con le quali dovettero confrontarsi. Si tratta di opere capaci di generare spazialità compiute utilizzando solo scarti e spirito. Vincoli sociali e fedeltà umana sono le loro solidi pareti di difesa. The interest of what is being presented is not in the accomplished space quality nor the technical deployment that is used to build. It’s more about understating the accomplished power of those constructions cemented on the human spirit’ conviction and strength, which managed to bend contingent adversities. They are works capable of generating specialties simply defined by the use of waste and auras. Human ties and allegiances are their solid defense walls.


No exponemos espacios sino de campos de fuerza Non esponiamo

We are not exposing

spazi ma campi

spaces but forcefields

di forza


8 Esta muestra expone la capacidad creativa del ser humano enfrentado a un entorno que reconoce como superior a si. Se trata de la estrategia —y fortaleza— del débil. Habla del «arte de los posible» pero no como aceptación pasiva de las condiciones adversas sino de la potencia de la convicción subversiva ante las mismas. No hay en estas construcciones la búsqueda de perfección —siempre esquiva— que ha obsesionado a la arquitectura. No se trata de edificios pensados para representar a dios, al poder, o para redimir los desequilibrios sociales. Diríamos —sin temor a equivocarnos— que exponemos como área de interés el otro extremo en el espectro de las construcciones humanas. Questa mostra espone la capacità creativa dell’essere umano confrontatosi con un introno riconosciuto come superiore. Si tratta della strategia —e forza— del debole. Parla dell’arte del possibile non come accettazione passiva delle condizioni avverse ma come potenza della convinzione sovversiva di fronte alle stesse. Non c’è in queste costruzioni la ricerca della perfezione —sempre sfuggente— che ha ossessionato l’architettura. Non si tratta di edifici pensati per rappresentare dio, il potere, o per redimere le disuguaglianze sociali. Diremmo —senza timore di sbagliarci— che esponiamo come area di interesse l’altro estremo dello spettro delle costruzioni umane. This exhibition exposes human being’s creative capacity when confronted with environments recognized to be superior. It concerns the weaks’ strategy and strength. It talks about the “art of possible” not as a passive acceptance of adversities but instead about the power of subversive conviction against them. In those constructions there is no search for perfection, always elusive, as architecture is obsessed by. There are no buildings conceived to represent god, power or to redeem social imbalances. We would say —without fear of being mistaking— that we are exposing the other extreme within the spectrum of human constructions.


No exponemos perfecci贸n sino convicci贸n No esponiamo

We are not exposing

perfezione

perfection but conviction

ma convinzione


9 Este trabajo no trata sobre tectónica ni sobre lo que tradicionalmente se entiende por arquitectura. Si en cambio de construcciones humanas inteligentes y eficientes desencadenadas por la adrenalina de la supervivencia extrema. Por eso nos remite a tiempos inmemoriales tanto como al futuro. No es en este caso la técnica ni la calidad de los espacios lo que nos ocupa. Esta exposición encuentra motivación en la ferviente ilusión de extender los límites de interés de la arquitectura y de los arquitectos a partir del conocimiento de la rica experiencia humana. Questo lavoro non tratta di tettonico né di ciò che viene tradizionalmente inteso per architettura. Si però, di costruzioni umane intelligenti ed efficienti liberate dall’adrenalina della sopravvivenza estrema. Per questo ci rimanda a tempi immemorabili così come al futuro. Non è in questo caso la tecnica né la qualità degli spazi che ci interessa. Questa esposizione incontra motivo di esistere nella fervente illusione di estendere i limiti dell’interesse architettonico e degli architetti a partire dall’incontro con la ricca esperienza umana. This exhibition does not concern tectonic nor what is generally assumed to be architecture. Instead it deals with intelligent and efficient human constructions unchained by extreme survival’s adrenaline. Therefore it brings us back to immemorial times as much as towards the future. We are not concerned with spatial tectonic or quality. Starting from the rich human experience’s recognition, this exhibition finds motivation in the fervent hope of extending the architectural and architect’s interests limits.


No son obras de «concreto» sino de concreciones» Non sono

These are not “concrete” works

opere “concrete”

but works of “Concretions”

ma “concrezioni”


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Esta muestra no fue diseñada ni ejecutada por montajistas, las traducciones no fueron hechas por traductores, las ideas y conceptos presentados no fueron investigados por académicos de dedicación total. Todo fue elaborado y construido por el equipo curatorial y un puñado de amigos en poco más de un mes, fuera del horario laboral, y con muy escasos recursos (El presupuesto destinado a la muestra uruguaya —aunque significa un gran esfuerzo para el país— es realmente pequeño en relación a las demás muestras nacionales y específicas de la Bienal de Arquitectura de Venecia). Por eso esta muestra y el catálogo que la representa son ellas mismas metáfora de lo que exponen: celebran con desparpajo el arte de lo posible. No debíamos estar acá pero, como dijo Obdulio Varela en la final del Maracaná de 1950, donde probablemente él tampoco debió haber estado: «los de afuera son de palo». Questa mostra non fu progettata ne e’ stata realizzata da montatori specializzata, le traduzioni non sono opera di traduttori, le idee ed i concetti presentati non sono il risultato di ricerche di accademici con dedicazione totale. Tutto e’ stato costruito ed elaborato dalla squadra curatoriale insieme a qualche amico in poco piu’ di un mese, fuori dagli orari di lavoro, e con pochissime risorse (Il bilancio assegnato per la mostra uruguaiano —per quanto necessariamente essere uno sforzo importante per il paese— è piuttosto piccola rispetto alle altre esposizioni nazionali di Architettura della Biennale di Venezia e specifici). Per questo la mostra ed il catalogo che la rappresenta sono metafora di chi espone: celebrano l’insolenza l’arte del possibile. Pero’ non dovremmo essere qui, come disse Obdulio Varela nella finale del maracana’ del 1950, dove probabilmente neanche lui ci sarebbe dovuto essere “los de afuera son de palo” (Ciò significa che gli stranieri sono nessuno, o meglio: gli estranei non giocare). This exhibition was not designed nor executed by scenographers, the translations were not made by translators, the presented ideas and concepts were not investigated by full time academics either. All was elaborated and put together by the curatorial team and a handful of friends in little more than a month, after work hours, and with scant resources (The budget Allocated for the Uruguayan exhibition —albeit being a major effort for the country— is quite small compared to the other national Venice Architecture Biennale and specific exhibitions). That is why this exhibition and representing catalogue are themselves a metaphor for what they exhibit: with ease of manner they celebrate the art of the possible. We should not be here but, as Obdulio Varela said at the 1950 World Cup final of Maracaná, where he probably shouldn’t have been either: “los de afuera son de palo” (That means outsiders are nobody or better: outsiders do not play).


No era posible Non era possibile

It was no possible


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REBOOT

... un ensayo de anti-Arquitectura

G A BRIEL G A L L I


Gabriel Galli es Psicólogo y Docente de la Universidad de la República. Profesor Adjunto de la Facultad de Información y Comunicación, es docente de Psicología Social, Psicología Grupal, Ontologías de la Comunicación y Fundamentos lingüísticos de la Comunicación. Se desempeña profesionalment en los campos de las artes plásticas, el cine experimental, música, literatura, ensayística, así como en la realización y el diseño mediático. Ha publicado los libros Zag. Formas Breves (2009) y Caosmos (1998), además de diversos trabajos en libros, revistas y periódicos nacionales y extranjeros.


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E NSAYO DE ANTI -AR QUITEC TURA

Los casos que esta exhibición presenta a consideración, producen una conexión inesperada. La noticia de este envío uruguayo a la Bienal de Venecia ha provocado cierto desconcierto y levantado voces interrogativas que muestran que su puesta en relación es difícil de asimilar por una parte del público uruguayo. El episodio tupamaro, parte de la historia de nuestro país, dividió a la opinión pública en su momento1 y al parecer, aún lo hace, pese a su historicidad. La distancia que nos separa de 1972, cuando el Movimiento de Liberación Nacional fue derrotado y la tragedia de los Andes tuvieron lugar, no parece acompasarse con la memoria viva de los hechos mentados y sus consecuencias o resonancias. Más aún, muchos de sus protagonistas son actores del universo cultural contemporáneo. El internacionalmente célebre ex presidente José Mujica forma parte de dicho colectivo que luego abandonó la estrategia armada para integrarse a la práctica democrático representativa, logrando una popularidad que nunca antes habían alcanzado. Con esto quiero apuntar a que, en su momento, la simpatía por el movimiento fue limitada a ciertos sectores de la población, en especial cuando los hechos de sangre

1. El MLN estuvo activo desde comienzos de la década de 1960, se registran acciones a partir de 1963, aunque algunos de sus dirigentes han dicho que su fundación formal tuvo lugar en 1965. A partir de 1968, bajo las llamadas »medidas prontas de suguridad» decretadas por el entonces presidente Jorge Pacheco Areco, los tupamaros incentivaron su accionar violento y unilateral. Asaltos a bancos y casinos, pero también secuestros (Ulysses Pereira Reverbel, Carlos Frick Davie, el embajador británico Geoffrey Jackson, entre otros) y asesinatos (el agente norteamericano Dan Mitrione, el subsecretario del Ministerio del Interior y presuntamente vinculado al Escuadrón de la Muerte, Armando Acosta y Lara, entre muchos otros).


G A B RIE L G A LL I

2. En 1955 asume Rodney Arismendi como secretario general del Partido Comunista. «A juicio de Arismendi, el Uruguay no estaba entonces ante la inminencia e una revolución socialista. Su dependencia del imperialismo, de la ‘propiedad feudal de la tierra’, exigían una «revolución antifeudal y antiimperialista» que con un programa democrático radical de reforma agraria y nacionalismo creara condiciones para posteriores y superiores etapas de lucha. Para ello, el instrumento más idóneo era la formación (…) de un Frente Democrático de Liberación Nacional liderado por la clase obrera unificada, «en alianza con los campesinos, intelectuales y la burguesía nacional». Caetano, Gerardo y Rilla, José. Historia contemporánea del Uruguay. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2005. 3. Debray, Régis. Introducción a la mediología. Paidós. Barcelona, 2002. p. 16: «Agruparemos bajo el término transmisión todo lo que tenga que ver con la dinámica de la memoria colectiva; y bajo el término comunicación, la circulación de los mensajes en un momento dado. (…) comunicar consiste en ‘ transportar una información dentro del espacio’, en el interior de una misma esfera espaciotemporal, y transmitir, ‘ transportar una información dentro del tiempo’, entre esferas espaciotemporales distintas».

se convirtieron en una práctica frecuente. Creo oportuno señalar que la gran mayoría de la llamada izquierda nacional, integrada en el Frente Amplio desde su fundación en 1971, ya había optado con anterioridad, por la llamada vía pacífica y democrática al socialismo2. De ahí que para muchos, ambos episodios sean, a primera vista, incomposibles. Aunque los hechos referidos participaron de una cierta sincronía, los tupamaros y la tragedia de los Andes aparecían y posiblemente sigan apareciendo, como dos universos divergentes que, hasta cierto punto, se excluyen mutuamente como símbolos contrapuestos. Baste por ahora consignar esta dimensión sin dudas relevante. Debo consignar, así mismo, que dadas las dimensiones del presente trabajo, sólo podemos ser indicativos de algunas líneas de análisis y que estos temas merecen un desarrollo analítico mucho mayor. Lo anterior ha de hacernos notar que estamos ante dos readymades, en el linaje del gesto innovador de Marcel Duchamp a comienzos del siglo XX. Aquí no se trata de objetos industriales devenidos «obras de arte» —como el célebre mingitorio firmado por Mutt, en 1917—, sino de acontecimientos mediáticos que remiten a estados de cosas, hoy históricos. La memoria de estos hechos pasa por la inclusión de su documentación en archivos culturales tales como bibliotecas, cinematecas, hemerotecas, museos, etcétera. La conservación y puesta a disponibilidad de tales documentos significa su entrada en el orden de la transmisión3. Así se asegura que los registros de tales acontecimientos se haga accesible para nuevas generaciones y de este modo, pasen a formar parte de la historia cultural contemporánea. Mientras que la comunicación funciona sincrónicamente, relacionando un aquí con un allá, produciendo una conexión que «hace» sociedad, la transmisión funciona diacrónicamente, relacionando un pasado con un ahora, logrando así un continuidad y generando, por lo tanto, cultura.4

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ENSAYO DE ANTI -AR QUITEC TURA

La relación entre comunicación y transmisión, cuya distinción es conceptualmente significativa, en las prácticas concretas puede aparecer como indiscernible. En principio, para transmitir, primero hubo que comunicar. Pero comunicación y transmisión son, en lo que a nosotros respecta, actos o procesos humanos, transversalizados por múltiples dimensiones históricas y por tanto, subjetivos. Así, la relación entre ambos aspectos puede ser conflictiva desde que el pasado es también, una construcción del presente. Las tragedias de la historia política universal desde Shi Huangdi hasta el ISIS, escenifican de manera extrema el conflicto entre transmisión y comunicación, así como los niveles de violencia con que dicho conflicto puede expresarse. La literatura ha dado buena cuenta de tales momentos, cuando el humanismo transmisivo es atacado por distintas formas de barbaries comunicantes. Ray Bradbury escenificó esta lucha en su novela Fahrenheit 451, en que una sociedad totalitaria privilegiaba la sincronía televisiva contra la transmisión bibliográfica. Esta obra, que parodia los gestos nazi-fascistas universales, muestra lo que Jorge Luis Borges describe en «La muralla y los libros»: «Shih Huang Ti, rey de Tsin, redujo a su poder a los Seis Reinos y borró el sistema feudal; erigió la muralla porque las murallas eran defensas; quemó los libros, porque la oposición los invocaba para alabar a los antiguos emperadores. Quemar libros y erigir fortificaciones es tarea común de los príncipes; lo único singular de Shih Huang Ti fue la escala en que obró».5 Tomando en consideración lo dicho hasta ahora, podemos comprender que mientras los actores y testigos de los casos presentados estemos vivos, es decir, seamos agentes afectados y comunicantes, la comprensión y asimilación histórica de los hechos referidos no estará exenta de prejuicios y malentendidos. Aún así y con todo, me parece oportuno sostener la pregunta: ¿Qué tienen que ver los tupamaros con la tragedia de los Andes?

4. Debray, Régis. op. cit. 5. Borges, Jorge Luis. Otras Inquisiciones (1952). Obras Completas, Tomo II. Emecé Editores. Buenos Aires, 1974. Es de hacer notar que la novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451, fue publicada en 1953.


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Sin matar la pregunta con una respuesta prematura, podríamos apuntar por ahora, que ambos casos, tal como están presentados, interrogan la arquitectura profesional, a la vez que son una oportunidad para repensar sus fundamentos a partir de prácticas «espontáneas». Las comillas han de ser entendidas en el sentido de que dicha espontaneidad está 6. Cooper, David. Psychiatry and AntiPsichiatry. Tavistock Publications Ltd. London, 1967. La antipsiquiatría no fue propiamente un movimiento sino el nombre dado por Cooper a las posturas críticas y renovadoras de la psiquiatría institucional tradicional y su concepto de enfermedad mental. Ronald Laing, Thomas Szazs, Franco Basaglia fueron algunos de sus heterogéneos y más sobresalientes exponentes. 7. Groys, Boris. Introduction to Antiphilosophy. Verso Books. New York, 2012. pp. VII-XIV. 8. Salíngaros, Nikos. Anti-architecture and Deconstruction. Umbau-Verlag. Solingen, 2007. 9. Michael Mehaffy, «Nota final a la segunda edición», en Salíngaros, op. cit. 10. Groys, Boris. op. cit. p. VII.

más o menos programada o determinada culturalmente, como espero que se desprenda de las consideraciones que se presentan más adelante.

Antiarquitectura y readymades El término anti-arquitectura, tal como pretendo utilizarlo aquí, se inspira en la noción de antipsiquiatría6 de David Cooper, los antipoemas de Nicanor Parra, el estilo musical anti-folk representativo, por ejemplo, de los Moldy Peaches, la idea de anti-arte que desde el dadaísmo transita nuestro tiempo y más recientemente, en la antifilosofía, tal como la emplea Boris Groys en su Introduction to Antiphilosophy.7 Paradojalmente, debo deslindar cualquier relación respecto del uso que Nikos Salíngaros y sus colaboradores hacen del término «antiarquitectura» y su cruzada contra el deconstructivismo.8 Aquí no se trata de acusaciones «contra la arquitectura como profesión de hoy y la ‘anti-arquitectura’ en cual esa se ha convertido: provocativa de manera auto-indulgente hasta el punto de la destructividad».9 La antifilosofía de Groys, comienza con el «descubrimiento» de que los autores sobre los que había escrito, «cuestionaron la práctica filosófica como tal». Más aún, sus estrategias discursivas le hicieron pensar en «ciertas prácticas que, desde la aparición del libro de Hans Richter, Dada: Art and Anti-Art (1964), a menudo han sido caracterizadas como ‘anti-arte’».10 El ejemplo más célebre de estas prácticas, lo constituyen los readymades de Marcel Duchamp. Recordemos que al menos desde 1913,

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Duchamp comenzó a utilizar objetos producidos industrialmente: una rueda de bicicleta sobre un taburete, un secador de botellas, un mingitorio. En el Diccionario abreviado del Surrealismo se define el readymade como: «Objeto usual promovido a la dignidad de objeto artístico por la simple elección del artista».11 El gesto artístico que se configura en el readymade, no residiría tanto en la elección del objeto usual a utilizar —este mingitorio en lugar de aquel florero— sino en el acto mismo de «promoción» de la pieza o atribución de valor artístico a un objeto, por parte del artista. Aparentemente, sería esta previa ausencia de valor del objeto, su ajenidad al mundo del arte y del archivo en general, uno de los aspectos más importantes con vistas a su mentada «promoción». «La elección de estos readymades nunca me vino dictada por ningún deleite estético. Esta elección se basaba en una reacción de indiferencia visual, adecuada simultáneamente a una ausencia total de buen o mal gusto… de hecho a una anestesia completa».12 La indiferencia visual o ausencia de excitación ante el objeto elegido, remite a la insignificancia de ese objeto que ha devenido cuasi invisible a fuerza de cotidianidad. En particular, ha de erigirse en obra de arte, no por sus propiedades intrínsecas ni por la

11. Citado en Duchamp, Marcel. Escritos. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2012. p. 94. 12. «A propósito de los Readymades». En Duchamp, Marcel. Escritos. p. 237.


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labor material del artista en cuanto a la transformación de su apariencia externa. De hecho, los readymades son tales, en cuanto Duchamp renuncia a su transformación en el sentido del arte tradicional. Pero he aquí que su importancia, lo que hace que el readymade pueda ser considerado una obra de arte de nuevo tipo, inaugurando el llamado arte conceptual, es que torna visible lo hasta entonces invisible. «La utilización de readymades —es decir, de determinados objetos, muy conocidos para todos, procedentes de la vida cotidiana—, sirvió a Duchamp sólo para evidenciar un procedimiento que se había aplicado desde siempre y de manera universal —y no sólo para la producción de arte, sino de cultura en general—. Duchamp, en efecto, renunció a la transformación externa del objeto profano empleado para mostrar que la valorización cultural de ese objeto es un proceso distinto al de su transformación artística».13 El readymade hace posible que un objeto profano sin más valor que el de uso, abandone el ámbito en el que las cosas envejecen, se oxidan y se pierden, para entrar al universo del archivo, donde las obras valoradas, se preservan de su ruina y desaparición. Es la valoración de un objeto profano lo que permite el desplazamiento sobre la frontera axiológica que separa al archivo del mundo profano a él.14 Me gustaría hacer notar que el mecanismo expuesto por Groys a propósito del proceso de la innovación y creación de lo nuevo en general, tiene —como no podía ser de otro modo, de acuerdo a su teoría— antecedentes en otros campos. En efecto, en su explicitación de la economía cultural resuena la metapsicología freudiana del trabajo del sueño, así 13. Groys, Boris. Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural. Pre-Textos. Valencia, 2005. 14. Groys, Boris. op. cit.

como de toda formación de compromiso. La explicación psicoanalítica apunta a que toda producción del inconsciente sufre un proceso de transformación a fin de acceder a la conciencia y procurar un exutorio para la pulsión que pugna por su descarga. Dicha transformación, que ha de satisfacer a la vez al deseo inconsciente y a las exigencias de la de-

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fensa, es posible por los mecanismos inconscientes de desplazamiento y condensación. Dado el estado libre de la energía inconsciente, una o más representaciones sometidas al proceso de represión, —recordemos que sólo las representaciones pueden ser sometidas al mecanismo genérico de la represión­— desplazan su carga a favor de otras menos comprometidas siguiendo vías asociativas de continuidad y contigüidad. Esta figura del desplazamiento se expresa en retórica mediante la metáfora. Por lo que, de manera similar, los tropos fundamentales de la retórica, metáfora y metonimia, se corresponden con los mecanismos freudianos mencionados.15 De este modo, podríamos explicar los mecanismos de innovación que Groys escenifica a nivel macroeconómico, a un nivel micrológico de la creación, en los procesos psicológicos y del orden del lenguaje. «Antifilosofía —en otras palabras, una filosofía readymade que atribuye valor filosófico universal a ciertas prácticas corrientes ya existentes, del mismo modo en el que las prácticas del readymade artístico atribuyen valor artístico a objetos corrientes. Para alcanzar este objetivo, el antifilósofo busca prácticas y experiencias que pueden ser interpretadas como universales —como trascendiendo la identidad cultural propia» Así, en este ejercicio de antiarquitectura, los autores han seleccionado acontecimientos del mundo profano a su profesión. Ninguno de ellos es corriente o común. Ambos son excepcionales. Aún así, dicha excepcionalidad los mantiene ajenos al mundo de la disciplina arquitectónica.

Ficciones: la mesa de apoyar ideas ¿Qué tienen que ver los tupamaros con la tragedia de los Andes? Si ambos casos han permanecido ajenos a la consideración arquitectónica y si ambos remiten a universos simbólicos —al menos aparentemente— contrapuestos y por ello, incomposibles, ¿qué hace posible su reunión?

15. Jakobson, Roman. Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia. «En todo proceso simbólico, tanto intrasubjetivo como social se manifiesta la competencia entre los dos procedimientos metafórico y metonímico».


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La primera asociación que viene a mi mente es el prefacio a Las palabras y las cosas de Michel Foucault: «Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía—, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro. Este texto cita ‘cierta enciclopedia china’ donde está escrito que ‘los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.’ En el asombro de esta taxonomía, lo que se ve de golpe, lo que, por medio del apólogo, se nos muestra como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la desnuda imposibilidad de pensar esto. (…) La monstruosidad que Borges hace circular por su enumeración consiste en que el espacio común del encuentro se halla él mismo en ruinas. Lo imposible no es la vecindad de las cosas, es el sitio mismo en el que podrían ser vecinas. Los animales ‘i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello’, ¿en qué lugar podrían encontrarse, a no ser en la voz inmaterial que pronuncia su enumeración, a no ser en la página que los transcribe? ¿Dónde pueden yuxtaponerse a no ser en el no-lugar del lenguaje? (…) Lo que se ha quitado es, en una palabra, la célebre ‘mesa de disección’; (…) empleo la palabra ‘mesa’ (table) en dos sentidos superpuestos: mesa niquelada, ahulada, envuelta en blancura, resplandeciente bajo el sol de vidrio que devora las sombras —allí donde, por un instante, quizá para siempre, el paraguas se encuentra con la máquina de coser—; y cuadro que permite

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al pensamiento llevar a cabo un ordenamiento de los seres, una repartición de clases, un agrupamiento nominal por el cual se designan sus semejanzas y sus diferencias —allí donde, desde el fondo de los tiempos, el lenguaje se entrecruza con el espacio».16 No dejo de sonreír ante el hecho de que, cuando Foucault se enfrentó a pensar «lo Otro», apeló a dos escritores del Río de la Plata: el argentino Jorge Luis Borges y el uruguayo Isidore Ducasse, más conocido como Conde de Lautreamónt. La cita foucaultiana (sin citar, en realidad) de la frase proto-surrealista del Conde, «Es bello (…) como el encuentro fortuito de una máquina de coser y de un paraguas en una mesa de disección»17 es, acaso no sin cierto humor, lo que haría posible pensar lo diverso. La observación de Foucault señala en el camino de que Lautréamont ofrece una mesa donde apoyar los elementos heteróclitos y así, darles la posibilidad de un encuentro lógico para el pensamiento. La pregunta, entonces sigue en pie, ¿qué tienen que ver los tupamaros con la tragedia de los Andes? La respuesta es, en primera instancia, nada o muy poco. Más aún, parecería que son dos ejemplos, si cabe, opuestos. Y justamente por ello, si hemos de dar crédito al pensador francés, es la posibilidad de apoyarlos en una misma mesa de antiarquitectura, lo que permitiría su utilización con vistas a una reflexión arquitectónica.

16. Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2002. pp. 9-11. 17. Lautréamont, Los cantos de Maldoror. Editorial PreTextos. Valencia, 2004.


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Tragedia de los Andes o un caso ejemplar: el adentro en el afuera Debo confesar que no me es fácil hacer consideraciones teóricas a cerca del incidente de los Andes. En 1972 tenía 14 años de edad y la caída del avión me afectó profundamente. No tuve ni tengo nada que ver con aquellos jóvenes. Provengo de una localidad en las afueras de Montevideo y mi formación y experiencias personales estaban muy lejos del Old Christian’s, el rugby y el barrio residencial de Carrasco. Así y con todo, sentí entonces y siento ahora, una gran empatía y respeto por aquellos jóvenes, un poco mayores que yo, que no sólo habían logrado sobrevivir sino que fueron capaces de vencer las montañas y el frío para encontrar ayuda por sí mismos. Dicho esto, emprendo estas notas analíticas, sin duda iniciales e insuficientes, con la delicadeza y el respeto que el dolor humano merece. ¿Qué es lo que el accidente de los Andes nos permite pensar en función de una propuesta de antiarquitectura? ¿Qué es lo que este ejemplo, devenido readymade mediático, invita a descubrir? ¿Qué han de revelarnos los libros, filmes, documentales, en fin, los múltiples testimonios de los sobrevivientes al respecto? Pienso que un punto de partida fundamental, podría ser considerar que «la arquitectura constituye una reproducción tardía de configuraciones espontáneas de espacio en el cuerpo grupal».18 ¿Será posible que el ejemplo de los Andes sirva entonces para entender estas configuraciones espaciales que no anteceden a los colectivos sino que son una efectuación de los mismos? No se trataría entonces y en términos de contempo18. Sloterdijk, Peter. Esferas 3. Editorial Siruela. Madrid, 2006. p. 277.

raneidad, de la actitud tecno-sedentaria de medir para ocupar el territorio sino del gestualismo nómada de distribuir, organizar y medir desde el centro mismo del accionar del cuerpo grupal. ¿Podremos superar el saber

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técnico-arquitectónico para ir en busca de la configuración pragmática, gestual y performática del espacio hecho lugar? «Vivimos en la condición de primitivos, carentes de todo pero sin la tradición cultural que permite a ciertos grupos humanos mantenerse con muy poco en el medio natural al que están adaptados. La diferencia fundamental era que el lugar en que aparecimos simplemente no permitía la vida, por lo cual más bien nos parecíamos a los primeros hombres que llegan a un planeta desierto».19 Recuerdo que siendo muy pequeño, conversaba con mi padre sobre las misiones espaciales que llevaron a Yuri Gagarin primero y a John Glen después, a orbitar la Tierra. Mi padre, que había sido piloto deportivo, me explicaba varios de los problemas que debían afrontar. Me habló del vacío, la falta de gravedad y oxígeno, así como del frío. Entonces yo, que debía tener unos cuatro o cinco años, le pregunté qué era el frío. Su sencilla respuesta me impresionó e hizo que perdurara en mi memoria, «el frío es ausencia de calor». Representarme esta ausencia extrema no fue fácil entonces, pero me hizo comprender hasta que punto los humanos somos, entre otras cosas pero de manera fundamental, termo dependientes. Las naves espaciales, entonces, debían reconstruir en su interior lo que en la Tierra está, en general, ya dado. De ahí que la idea de «cápsula espacial» tuviera el sentido de un pequeño mundo habitable para transitar lo inhóspito. Quienes construyen estos aparatos deben hacer explícitas todas las condiciones y funciones propias de un ambiente humanamente habitable. Los sobrevivientes de los Andes, fueron como astronautas desnudos que tuvieron que afrontar una salida al exterior sin el equipamiento necesario. «Nada en ese lugar era favorable a la vida humana, ni siquiera reconocía su existencia. El frío nos torturaba, el aire con poco oxígeno nos agotaba los pulmones, el sol sin filtro nos cegaba y nos levantaba ampollas en los

19. Strauch Urioste, Eduardo. Desde el silencio. Cuarenta años después. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2015. p. 147.


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labios y la piel, y la nieve era tan profunda que una vez el sol de la mañana había fundido la capa helada que se formaba en su superficie cada noche, no podíamos aventurarnos a alejarnos del avión sin hundirnos hasta las caderas. Además, en los interminables kilómetros de laderas congeladas y valles que nos tenían atrapados, no había nada que un ser vivo pudiera usar como alimento, ni un pájaro, ni un insecto, ni una hierba».20 En el afuera radical, donde no hay condiciones para la vida y sólo se llega allí por una especie de violencia vertical, se abre la interrogante sobre la caída del hombre a la existencia. Ya sea por el nacimiento (pasaje del mundo amniótico intrauterino al medio aeróbico que, mediante el llanto, activa el sistema cardio-respiratorio), ya sea por la caída del hombre al mundo como especie, filogenéticamente hablando, aquí se ponen 20. Parrado, Fernando. Milagro en los Andes. Editorial Planeta. Montevideo, 2006. p. 56. 21. Canessa, Roberto. «Abandonados». En Vierci, Pablo. La sociedad de la nieve. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2008.

en juego las primeras cosas. «En la sociedad de la nieve los códigos eran completamente diferentes a la sociedad de los vivos, donde lo que se apreciaba era algo material, sino intangibles como ser todos iguales, pensar en el grupo, ser fraternos, prodigar afectos o abrigar ilusiones. (…) ese experimento de comportamiento humano único que funcionó en base a los cinco conceptos más sencillos que puedo imaginar: equipo, persistencia, afectos, inteligencia y, sobre todo, esperanzas».21

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El hecho humano se basa en un efecto invernadero. Los antiguos prehumanos africanos, «por su modo de ocupar el espacio, produjeron un efecto invernadero, con el que comenzó la auto incubación del homo sapiens».22 Más aún, Sloterdijk encuentra un sugestivo modo de expresarlo, «los invernaderos primarios antrópicos no poseen, en principio, paredes y tejados físicos, sino, si se pudiera decir así, sólo paredes de distancia y tejados de solidaridad».23 El clima primario para la vida de los grupos humanos es su proximidad y, desde ella y con ella, emanciparse o tomar distancia de las hostilidades del medio. Claro que en los Andes, no es posible una emancipación tal ya que el frío, por ejemplo, es también un intangible que lo penetra todo. No ha de extrañar que cuando Vitrubio reflexiona sobre el origen de la arquitectura ponga su atención en el fuego en tanto comodidad primera. Desde este punto de vista, el fuego es una protoarquitectura ya que organiza el espacio como un círculo en torno al foco ígneo que más tarde se convertirá en hogar, cuando la construcción de chozas comience como segundo cobijo.24 «Como teníamos mecheros, hubiéramos podido encender fuego fácilmente, pero había poco material combustible en la montaña. Quemamos todos los billetes que teníamos (casi 7.500 dólares se esfumaron con el humo) y encontramos bastantes trozos de madera en el avión para encender dos o tres fuegos pequeños pero éstos se apagaban muy rápido y lo único que lograba el breve lujo del calor era que notásemos más el frío una vez que se extinguían las llamas. Nuestra mejor defensa contra el frío era acurrucarnos todos juntos en los cojines de asiento que habíamos esparcido por el suelo del avión y enrollarnos en endebles mantas, con la esperanza de darnos suficiente calor unos a otros como para sobrevivir a otra noche».25 El ser humano, en tanto animal desnudo, requiere de la confección de prótesis a estos efectos. Aún así, el calor del grupo, más allá del aspec-

22. Sloterdijk, Peter. Esferas 3. 23. Sloterdijk, Peter. op. cit. 24. Sloterdijk, Peter. Esferas 2. Siruela. Madrid, 2004. pp. 203-206. 25. Parrado, Fernando. op. cit. p. 96.


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to literal mencionado o justamente por él, tiene que ver con los «tejados de solidaridad». En este caso concreto, la situación común induce a la conformación de un cuerpo grupal como elemento primario de supervivencia. El hecho de que el núcleo central de tal comunidad estuviese conformado, mayoritariamente, por el equipo de rugby, es un factor fundamental. Un equipo deportivo está entrenado en la organización y diferenciación de roles con vista a objetivos comunes. Pero cuando el grupo cambia, no sólo de integrantes sino principalmente de tarea, —es decir, de la tarea deportiva a la de supervivencia—, la dinámica y los roles, cambian a su vez. Es natural que al afrontar la nueva tarea, el grupo enfrente lo nuevo con los conocimientos previos adquiridos. El papel de Marcelo, capitán del equipo, como líder de la nueva situación26, tiene el componente del rol prescrito, pero también el de su personalidad articulada con la nueva situación a enfrentar. Lo más sobresaliente, es que fueron surgiendo nuevos roles, nuevos liderazgos más o menos especializados. Éstos expresan el fenómeno de auto organización que el aprendizaje de la nueva situación y las subtareas de la supervivencia requieren. Entonces, los conocimientos previos o aptitudes personales de los distintos integrantes, —acaso no tan relevantes para la actividad deportiva—, de pronto adquieren sentido en la nueva situación. Los «médicos», los «exploradores», el «inventor»,27 los «chi26. Parrado, Fernando. op. cit. p. 69. 27. Parrado, Fernando. op. cit. p. 98 y Strauch Urioste, Eduardo. op. cit. p. 149. 28. Parrado, Fernando. op. cit. pp. 94-95.

cos perdidos»,28 etcétera, son parte de la configuración de roles que en todo grupo funcionan como complementarios. Dicho en otras palabras, la función de liderazgo se transforma en rotativa frente a los distintos aspectos de la tarea. Incluso aquellos que se hacen cargo de los aspectos negativos de la misma, como los «chicos perdidos», pueden ser entendidos como parte del juego de asunción y adjudicación de roles que mantiene la cohesión grupal como tensión dinámica de la circulación de ansiedades al interno del colectivo.

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Sobre todo, su lucha para vencer un fuerte tabú cultural y así poder alimentarse de carne humana, no ha de verse, de ninguna manera como un acto de salvajismo, sino por el contrario, como efecto de una racionalidad práctica desarrollada, que logró imponerse sobre los sentimientos de repulsión con que hemos sido educados. La vergüenza, el asco y sentimientos afines, fueron reforzados y reorientados durante el proceso de civilización a fin de construir barreras emocionales en los ciudadanos de los nacientes Estados-nación.29 En los albores de la modernidad, se trataba de contener las pasiones medievales siempre prontas a pasar a la acción, como corresponde a sociedades preparadas para la guerra inminente. En este caso, era la única forma de sobrevivir. La «comunión íntima» y el momento en que cada uno se ofrece voluntariamente como alimento en caso de muerte, forma parte de una toma de conciencia de la necesidad de pensar lo que en otro momento y circunstancias, hubiera sido impensable. Normalmente, toda situación de cambio genera una movilización de montos afectivos que se manifiestan como «resistencia al cambio». La dinámica del grupo de los Andes, parece haber permitido una rápida elaboración de tales resistencias, permitiéndoles afrontar las dolorosas decisiones que tuvieron que tomar o afrontar las desgracias que tuvieron que soportar, con gran pragmatismo. Por supuesto que su capacidad de adaptación activa a las insólitas situaciones de stress que vivieron, no es sin costo. Los sentimientos de fracaso, los ataques de ira, las depresiones, la vivencia de humillación, en fin, las múltiples formas humanas de expresión de afectos, dieron cuenta de una gran plasticidad y de un amplio repertorio de mecanismos psicológicos para enfrentar los desafíos. A esto llamamos, salud mental de un grupo, no la ausencia de conflicto sino la capacidad de elaborarlos creativamente.

29. Elias, Norbert. El proceso de civilización. Fundación de Cultura Económica. Madrid, 1987.


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MLN o el ejemplo de un caso: el afuera en el adentro Si el problema de los sobrevivientes de los Andes fue crear una «interioridad» en el afuera más radical, el MLN Tupamaros vio la posibilidad de crear un «afuera» en el corazón de la interioridad urbana. Allí donde se concentraba la mitad de la población del país, cuando todavía quedaba una clara delimitación entre el espacio público y el espacio privado, crearon un ámbito de clandestinidad desde el cual desplegaron su táctica de guerrillas y su intento de crear condiciones subjetivas para la acción revolucionaria, mediante la lucha misma. El hecho de que ellos mismos hablen de «propaganda armada» ha de orientarnos, entre otras cosas, a un punto de vista mediático para el análisis que nos ocupa. Uno de los trabajos sobre el MLN que ha llamado mi atención por lo singular de su punto de vista, es el análisis que el artista, teórico y crítico Luis Camnitzer realiza en su libro Didáctica de la Liberación.30 Según Camnitzer, los tupamaros comenzaron a organizarse en 1962. Más allá de la precisión de esta fecha, en el ‘62, yo tenía cuatro años de edad. Esto, para decir que, aunque no recuerdo la primera vez que escuché la palabra tupamaros, crecí oyendo de su accionar. Si vale de algo, quiero agregar que sentía simpatía por las acciones de aquel movimiento. Era pequeño pero ya me sentía «izquierdista», para mí, esto quería decir estar del lado del pueblo trabajador y que el interés colectivo es más importante que el beneficio personal. Mi familia no era simpatizan30, Camnitzer, Luis. Didáctica de la Libiberación. Arte conceptualista Latinoamericano. Casa Editorial Hum. Montevideo, 2008.

te del MLN, pero aún así, más allá de las críticas, lo que me llegaba, entusiasmaba mi mente infantil primero y juvenil, después. ¿Qué me llegaba? Noticias de sus acciones, el robo de un banco, el reparto de mercadería entre necesitados, las denuncias de corrupción, sus proclamas en los cines, radios, etcétera. ¿Cómo me llegaba? Algunos elementos se anun-

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ciaban en los medios pero lo más importante eran los comentarios de familiares, amigos, vecinos, condiscípulos. Otra cosa fueron los crímenes de sangre que sobrevinieron, que me desagradaron inmediatamente y me llevaron a tomar, precozmente, otro camino dentro la izquierda uruguaya. Pueden parecer banales estos apuntes personales pero mi punto es que en su quehacer resonaban, para mí y para muchos, aspectos propagandísticos, escenográficos, éticos, románticos e idealistas, que no siempre se confirmaron pero que formaban parte de un imaginario de la época que me parece pertinente explicitar. Con esto no aspiro a ningún tipo de juicio histórico. Por el contrario, buceo entre resistencias internas para intentar recuperar, los más honestamente posible, mi recepción de aquellos aconteceres que impactaron fuertemente en mí y en la opinión pública. El punto de vista de Camnitzer parte de que «Si existe una línea que separa al arte de la política, (…) los tupamaros ejemplifican a la política, acercándose todo lo posible al borde artístico de la línea». La aproximación estética al acontecimiento Tupamaros, le permite a Camnitzer acceder a una visión particular del fenómeno: «Si uno fuera a emplear una terminología artística, los Tupamaros desarrollaron una nueva forma de teatro. (…) Sus ‘obras’ estaban estructuradas con la misma rigidez que el teatro tradicional, pero funcionaban bajo condiciones impredecibles. Por lo tanto, uno supondría la necesidad de una improvisación total». En la ciudad todos somos actores. Todos ejercemos roles que implican una puesta en situación y en cada ámbito institucional hemos de actuar según las reglas implícitas. Aún y sobre todo, en la calle. El ámbito público es aquel de la exposición de sí a través del ejercicio de máscaras socio-culturales. En primera instancia, nada diferencia a un clandestino de un civil común, salvo que se conozca la identidad del clandestino y su fisonomía. Los «disfraces» de los clandestinos pueden constar de un


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amplio repertorio pero todos conducen a pasar desapercibidos mediante vestimenta más o menos formal o específica, realización de actividades cotidianas y actitudes románticas, como si una pareja constituyera un proyecto excluyente.31 En otras palabras, si bien el clandestino ha de evitar exponerse, la mejor manera de pasar desapercibido es mostrarse como ciudadano promedio con algún propósito cotidiano entre manos —por supuesto que lo dicho era válido también para los represores y paramilitares. La primera regla es no llamar la atención. La ciudad con sus multitudes y su anonimato relativo, —no es lo mismo Nueva York, Londres o Paris, verdaderas avanzadas de la ciudad como escenario teatral o el Montevideo de los sesentas— lo permiten dentro de ciertos límites. Antes de seguir avanzando me gustaría explicitar de qué ciudad estamos hablando. Cuando Vilém Flusser enunció la «desaparición de la ciudad», realizó una brevísima historia de la misma a partir de lo que 31. Sasso, Rolando. Tupamaros. El auge de la propaganda armada. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2012. En el libro se cuentan varias anécdotas a cerca de este punto, con relación a cómo entraban y salían de la «casa del silencio» o el sótano del Parque Rodó, entre otras. También cómo salían a comprar leche o cigarrillos para confirmar si efectivamente el jefe de Inteligencia Alejandro Otero estaba apostado a la vuelta de la esquina. 32. Vernant, Jean-Pierre, Los orígenes del pensamiento griego. EUDEBA. Buenos Aires, 1991.

podría ser la polis griega, en cuanto primera configuración en torno al interés público. La polis griega no era una ciudad en el sentido moderno. Distribuía el espacio en función de los sagrado —los templos salen de los antiguos palacios minoicos para convertirse en públicos—, el ágora —economía y política— y el oikos o casa familiar en sentido amplio, es decir, espacio privado. No cabe detenerse en estos aspectos aquí, baste con señalar que si seguimos a historiadores como Jean-Pierre Vernant,32 la polis se caracterizaba por la democracia en el entendido de que los ciudadanos —«ciudadanos» eran aquellos que podían defender la polis— participaban en igualdad de condiciones en el debate público. Esto era posible, entre otras cosas y sintetizando mucho, por la incorporación de la escritura —para fijar las leyes y hacer público el pensamiento—, el poder de la palabra como instrumento de poder y el concepto de isonomía, es decir, igual participación de los ciudadanos en el ejercicio del poder; de ahí la asociación histórica entre logos y democracia.

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A partir de la polis y sus variaciones romanas, así como las transformaciones posteriores, Flusser dice: «El espacio público y el espacio privado se han mantenido por siglos. Como usted sabe, Hegel exaltó este fluctuar entre ambos espacios como un principio fundamental de su Fenomenología del Espíritu. Él dijo: ‘Uno abandona el espacio privado y va al espacio público para conquistar el mundo, y uno se pierde entre tanto. Luego se regresa desde el espacio público a la casa para reencontrarse y se pierde en ello el mundo’. (…) El espacio privado está definido y el espacio público ya no lo está. El espacio privado está definido por medio de muros y techos, y en los muros hay dos tipos de agujeros: las ventanas y las puertas. La ventana es un agujero para mirar hacia fuera —por tanto según la teoría33 ‘uno vería la republica sin mojarse’— y la puerta es un agujero para el compromiso. Uno pasa a través de ella, para participar en la república, para ir a buscar algo y llevarlo a casa, o para conquistar algo. Uno pasa por la puerta, para publicitar (algo) o para prostituirse, lo que equivale más o menos a lo mismo, pues ‘prostituere’ significa ‘exponerse’. El espacio público es también el espacio donde se puede hacer lo que se quiere. Incluso la corrupción se halla contenida en la república. Pues el espacio público, el ser comunitario —en ingles ‘the commons’ o ‘the green’— está ahí para ser robado».34 Con su peculiar modo de expresarse, Flusser ofrece sus puntos de vista singulares para hacernos ver lo obvio o ya conocido, de otra manera. Más bien se diría que su modo argumentativo apunta a deconstruir, muchas veces apenas con giros expresivos, los estereotipos que la vida y el pensamiento urbanos tienden a imponernos como automatismos. La ciudad también es eso, la circulación repetitiva de estereotipos que perduran más allá de su utilidad, si es que en algún momento la tuvieron. En términos flusserianos, digamos que para obtener informaciones, teníamos que salir al espacio público, ir al banco, al colegio, la biblioteca o

33. Con esto Flusser se refiere a la etimología de la palabra teoría. Su origen tiene relación con el «mirar» de espectadores y embajadores, es decir de aquellos que contemplan sin participar de la acción. 34. Diálogo de Vilém Flusser con Hubert Christian Ehalt, en La desaparición de la ciudad. En Textos escogidos. Traducción de Breno Onetto Muñoz.


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donde fuere, para poder volver a casa con ellas. Para enviar información, había que hacer el camino inverso, es decir publicarla de forma impresa o por cualquier otro medio disponible. «Las informaciones públicas estaban allí para ser privatizadas, y las informaciones elaboradas en forma privada lo estaban para ser publicadas».35 Pero el estado de cosas descrito, ya no podría sostenerse del mismo modo: «Esto que yo le he descrito a usted ahora, es válido hasta los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. La política fue siempre algo peligroso que amenazaba a los hombres y que se mantuvo a raya mediante el espacio sagrado. Las excusas para el espacio público, para la política, rezaban que se tenía que publicar, esto es, haber llevado información elaborada en casa para la plaza del mercado, y que uno solamente podría tener informaciones si se salía del espacio privado y se la conquistaba, robaba, compraba o lo que fuere. Todo esto, hoy, no cuenta, porque los muros como también las puertas han sido perforados (durchlöchert) por cables y antenas, de modo que ahora las informaciones fluyen al interior del espacio privado. Usted recibe todas las informaciones transmitidas directamente a la casa sin tener que moverse. No tiene sentido ir más al concierto, al teatro o a la escuela. Con ello el espacio público y la ciudad han perdido toda justificación».36 En mi interpretación, no se trataría tanto de que el espacio público y la ciudad hayan perdido toda justificación sino más bien, de que su peso simbólico ha cambiado desde que la mentalidad —«la conciencia infeliz» de Hegel, producto de la dialéctica entre «mundo» y «yo»—, ya no se regi35. Vilém Flusser. Medienkultur. Fisher Verlag. Berlin, 1997. 36. Diálogo de Vilém Flusser con Hubert Christian Ehalt.

ría por los mismos esquemas. Flusser comienza diciendo que lo descrito anteriormente —la dicotomía público-privado tradicional— fue válido hasta la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento culminó, en cierto sentido se completó, la globalización terrestre, consecuencia de la empresa de la conquista europea, comenzada casi 500 años antes. Lo que ha

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de continuar entonces, es lo que hoy llamamos globalización telecomunicativa.37 Que los muros que delimitan el espacio privado estén perforados por cables y antenas, como comenzaron a estarlo en el Uruguay de los 60s,38 apunta a una fase de este proceso, aquella de las telecomunicaciones electromagnéticas tratadas por MacLuhan. En efecto, los medios unidireccionales como los periódicos, la radio y la televisión transportan la información hasta el ámbito privado. Junto a ellos comenzaron a distribuirse medios bidireccionales de comunicación como el teléfono. En el Uruguay de aquel entonces, se tardaba años en conseguir una línea telefónica y un poco menos si se era médico o se poseía la «tarjetita» de algún político. Estas transformaciones mediáticas transforman la ciudad

37. Este tema está tratado por Peter Sloterdijk a lo largo de su trilogía Esferas. 38. Los canales de televisión comenzaron a transmitir en los primeros años de la década, excepto el Canal 10, que comenzó un poco antes.


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y este proceso desemboca, vía las «máquinas de habitar» por un lado y el desarrollo de la tecnología informática por otro, en la hiperconectividad de hoy, verdadera fase de sincronización comunicativa.39 Lo dicho hasta ahora puede interpretarse como una aproximación mediática a la ciudad. Cabe agregar, con vistas al retorno a la propuesta de Camnitzer, el siguiente comentario de Flusser: «En Nueva York existe una despolitización de largo alcance. Allí se ha desarrollado algo que uno no puede describir ni con el término privado ni con el de política, sino que tal vez podría llamársele ‘show’. La ciudad se ha transformado en un teatro, en una serie de presentaciones y eso es lo excitante, lo vertiginoso. La vida se nos va en Washington Square, el Village y en Bowery. Extrañamente el teatro se ha convertido en Nueva York en el centro de la ciudad». Hoy la teatralidad urbana, o mejor dicho, la ciudad como puesta en escena, es tan ubicua como la despolitización tecno-administrativa. Si retomamos la argumentación de Camnitzer, se diría que la acción performática de los Tupamaros se desplegó también en este sentido. Sus guiones y puestas en escena, cuestionaban la impostura política del momento a la vez que criticaban sus fundamentos, es decir, la apropiación de la cosa pública y la corrupción por parte de las clases dominantes y los partidos políticos en el poder. Camnitzer aclara, por su parte, que los 39. Los medios informáticos digitales de hoy trastocan de manera aún más radical el horizonte de lo público y lo privado. Más aún, tienen la potencialidad efectiva y constatable, de hacer público no ya lo privado sino lo íntimo. 40. Sasso, Rolando. op. cit.

Tupamaros no tenían intenciones estéticas o artísticas. Pero sí guionaban y ensayaban, al menos gran parte de sus acciones, con el fin de ser eficaces —para ser capaz de improvisar hay que estar muy entrenado, basta escuchar buen jazz para comprenderlo—. En algunas de ellas, se vistieron como policías, como en el secuestro de Pereira Reverbel o el asalto al Casino San Rafael de Punta del Este.40 Si el MLN se centró en la propaganda armada: ¿Hemos de entender sus acciones como «intervenciones» urbanas? Más allá de los robos a ban-

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cos, casinos, etcétera, que estaban destinados a financiar a la organización, el objetivo central eran las acciones de denuncia de la corrupción e injusticias y la promoción de condiciones subjetivas para la llamada revolución. De ahí que los Tupamaros hayan puesto tantos esfuerzos en su radio «La voz de los Tupamaros» o «La tartamuda», en el copamiento de cines y radios, así como la impresión de volantes, proclamas y documentos varios. Más aún, cabría preguntarnos ¿qué llevó a José Mujica a la presidencia de la República en 2010? Una pregunta así no tiene una sola respuesta. Entre muchas otras cosas, estoy convencido que tuvo que ver con su modo de aparecer en los medios de comunicación. El mundo de la política es extremadamente estereotipado. El «look» de los actores y su discurso, todavía en aquella campaña, estaba basado en libretos anticuados, su modo de hablar continúa siendo, aún hoy, esperable y estereotipado. Y las formas estereotipadas, mediáticamente hablando, aparecen como insinceras, falsas. Mujica irrumpió en los medios con un modo de comunicar tan distante del resto de los políticos que produjo un inequívoco efecto de sinceridad ante el gran público. Toda superficie mediática genera en el usuario o espectador lo que Boris Groys ha llamado la «sospecha mediático-ontológica».41 La amabilidad y la circunspección, así como los enunciados esperables y los estereotipos en general, producen sospecha, cuando no, descreimiento. Mujica aparecía en televisión con un lenguaje llano, a veces vulgar o rudo y esto puede ser juzgado, eventualmente, como equivocado pero aún así, reconocido como sincero y honesto. Esto fue una novedad irrecusable en el paisaje político, más aún, en el universo redundante de los, paradojalmente, llamados «informativos», en especial, los televisivos. Otro de los aspectos que considero importantes del análisis de Camnitzer, es expresado así por el autor: «Se podría decir que los ataques de los Tupamaros, con un porcentaje considerable de anarquía en su

41. Groys, Boris. Bajo sospecha. Una fenomenología de los medios. Pre-Textos. Valencia, 2008.


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actitud, fueron más bien reacciones contra el abuso de la regimentación que contra la ideología». A mi entender, esto es lo que hizo populares a los Tupamaros, principalmente entre los jóvenes. No tanto la ideología como el desafiar y muchas veces burlar, la regimentación entendida a su vez, como control disciplinario. La regimentación del tiempo y el espacio por parte del Estado, también se replicaba en cada Institución desde el la Fábrica hasta la Escuela, desde el Hospital hasta Cárcel y el Establecimiento Agropecuario. Puede que sea cierta la tesis de que la ciudad es producto del campo, pero no es menos cierto que la ciudad le impuso a la producción rural, su propio modo. La replicación de estos esquemas en el campo social terminó diagramando también al grupo familiar en su tensión particular con la Institución Familia. Este aspecto disciplinario y de regimentación, a mi modo de ver, fue contra lo que se levantaron los jóvenes occidentales en la década del 60. Emancipación de la familia, liberación sexual, cuestionamiento de la autoridad, inconformismo social, auto experimentación, auto diseño. No fue casual el mayo francés. Pero tampoco lo fue lo que pasó en Uruguay, Estados Unidos y acaso la mayoría de los países de nuestro hemisferio. Es cierto que en aquel entonces el mundo estaba partido en dos, pero algo se produjo que iba más allá de las llamadas «ideologías», fue una reacción contra la hipocresía, la violencia manifiesta e instituida, los destinos fijados de antemano, las fajas disciplinarias, de un poder patriarcal que ya no tenía en qué fundarse.

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Reboot emplazado: pozo y paredes veladas La ficción ha de recomenzar. Antiguos personajes vuelven a presentarse, siempre los mismos, siempre otros. Es que nos-otros ya no somos los mismos, hechos como estamos, de tiempo que fluye evanescente. Y cuando por primera vez, escuchamos la historia, es ya la segunda o tercera, como gustaba decir a Borges.42 Ficción no quiere decir aquí irreal sino que, por el contrario, refiere al corazón mismo de lo que, a pesar de todo, continuamos llamando realidad. Pues ésta, está hecha de historias. Y sólo hay historias ya que todo es lenguaje. Aún el silencio. Y cuando todo lo sólido se ha desvanecido en el aire, nos queda la memoria, es decir, las historias. Habitamos los bastos laberintos de un entramado simbólico que a veces llamamos cultura y otras, realidad. Traspasar el umbral del Pabellón uruguayo, atravesar el velo semitransparente que rodea el perímetro, es entrar en un espacio, en apariencia, vacío. En realidad, este vacío está poblado de fantasmas que deambulan invisibles en torno a una excavación. Están el pozo y la tierra que se amontona a su costado. El gesto de cavar, abrir la tierra, hendirla en busca ¿de qué? Acaso un tesoro escondido, una excavación arqueológica, un túnel de escape o los cimientos de lo que vendrá. La fosa y la pila, lo cóncavo y lo convexo, el lado gestual de la arquitectura, la montaña y el subsuelo. Más aún, arquitectura de homínidos en tránsito hacia la humanidad, en la estepa africana, cuando los hocicos se convirtieron en rostro y nacieron la belleza y el erotismo. Cuando comenzó el ritual de enterrar muertos. Un pozo infinitivo destinado a conjugarse con el hueso ideal, primer readymade, a la vez arma, herramienta y nave espacial. Extensión del cuerpo, del brazo, acaso ingeniosa palanca para engañar objetos pesados y con ellos, a la naturaleza toda.

42. Por ejemplo, en «Las versiones homéricas», incluído en su libro Discusión, de 1932. Obras Completas Tomo 1. Emecé. Buenos Aires, 1989.



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I casi presentati in queste riflessioni producono una rara connessione. La notizia dell’invio uruguayano alla Biennale di Venezia ha provocato un certo sconcerto e generato domande critiche che mostrano quanto la relazione proposta sia in realtà molto difficile da accettare per il pubblico Uruguayano. L’episodio Tupamaoros, parte della storia del nostro paese, ha diviso l’opinione pubblica fin dall’inizio.1 e nonostante la sua ormai decretabile storicità. La distanza che ci separa dal 1972, anno nel quale venne sconfitto il Movimiento de Liberación Nacional ed ebbe luogo la tragedia Andina, sembra più lontana della memoria viva dei fatti e le loro future conseguenze. Senza contare inoltre, che molti dei protagonisti di quella storia sono importanti attori dell’universo culturale contemporaneo. L’internazionalmente celebre ex presidente José Mujica è parte di quel gruppo che, dopo aver abbandonato la lotta armata per le vie della democrazia rappresentativa, arrivò ad un livello di popolarità insperabile in precedenza. Con questo voglio segnalare, che al tempo, la simpatia per il movimento era limitata ad alcune fasce della popolazione, specialmente quando

divennero frequenti i fatti di sangue. Considero opportuno a tal proposito segnalare che la maggioranza della sinistra nazionale del Frente Amplio aveva già, dalla sua fondazione nel 1971, optato per una transizione alla via pacifica e democratica al socialismo.2 L’accostamento dei due episodi sembra, a prima vista, incomprensibile, poiché nonostante la relativa sincronia, I Tupamaros e la tragedia Andina continuano ad essere due universi divergenti, generatori addirittura di sistemi di riferimento contrapposti. Per il momento, lo diamo per scontato senza critiche. Aggiungo che, considerando le dimensioni di questo lavoro, possiamo solo essere indicativi rispetto ad una linea analitica e che questi temi meriterebbero ben altri sviluppi. Quanto detto ci mostra che siamo di fronte a due readymade, intesi nel senso del gesto innovatore di Marcel Duchamp all’inizio del XX secolo. In questo caso non si tratta di oggetti industriali divenuti”opere d’arte” —come il celebre urinatorio firmato Mutt del 1917—, quanto piuttosto di eventi mediatici che rimandano a questioni ormai storicizzate. La memoria di questi eventi è proporzionale alla sua diffusione in biblioteche, archivi, cineteche e musei. La loro conservazione è disponibilità significa

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El MLN fu attivo fin dagli inizi degli anni 60, dal 196e infatti iniziarono le attività anche se per i dirigenti la data ufficiale è da considerarsi quella di fondazione, il 1965. Dal 1968, successivamente ad alcune “misure di sicurezza” decretare dal presidente Jorge Pacheco Areco, i tupamaros incentivarono le loro azioni violente ed unilaterali. Assalti a banche, casinò e sequestri (tra gli altri Ulysses Pereira Reverbel, Carlos Frick Davie, el embajador británico Geoffrey Jackson) e omicidi (tra gli altri l’agente nordamericano Dan Mitrone ed il sottosegretario al ministero degli Interno, poichè considerato vicino agli squadroni della morte, Armando Acosta y Lara)

Nel 1955 Rodney Arismendi diventa segretario generale del Partito Comunista. “al giudizio di Arismanedi, l’Uruguat non era pronto per la rivoluzione socialista. La dipendenza dall’imperialismo ‘dalla proprietà feudale’ necessitava ‘una rivoluzione anti feudale e anti imperialista’ che con un programma democratico radicale di riforme agrarie potesse creare le condizioni a posteriori per un livello più avanzato della lotta. Per questo lo strumento più idoneo fu la creazione di un Frente Democrático de Liberación gestito dalla forza operaia, insieme ai contadini, gli intellettuali e la borghesia nazionale. Caetano, Gerardo y Rilla, José. Historia contemporánea del Uruguay. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2005.


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entrare nell’ordine della trasmissione.3 Così si assicura che le testimonianze dei fatti siano accessibile per le nuove generazioni, entrando in questo modo nella storia culturale contemporanea. Mentre la comunicazione funziona sincronicamente, relazionando il qui con il lì, e producendo una connessione che “crea” comunità, la trasmissione funziona in forma diacronica, relazionando il passato con l’attuale e riuscendo a dare una continuità, che diventa inevitabilmente espressione di cultura condivisa.4 La relazione tra comunicazione e trasmissione, la cui distinzione è concettualmente significative, in pratica concreta può apparire come indivisibile. Di principio, per trasmettere bisogna essere prima in grado di comunicare. Però comunicazione e trasmissione sono, per quanto ci riguarda, atti o processi umani, resi trasversali da molteplici dimensioni storiche e quindi soggettivi. Inoltre, considerando l’uso del passato nella costruzione del presente, la relazione tra i due aspetti può risultare conflittuale. Si può dire che le tragedie della storia politica universale dal tempo di Shi Huangdi all’ISIS, inscenano in maniera estrema il conflitto radicale tra trasmissione e comunicazione, così come i relativi diversi livelli di violenza espressi. La letteratura ha ribadito più volte tale difficoltà palesate dalle critiche relative al racconto umanista di tali barbarie. Ray Bradbury mostrò chiaramente questo scontro nel romanzo Fahrenheit 451, nel

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Debray, Régis. Introducción a la mediología. Paidós. Barcelona, 2002. p. 16: “mettiamo dentro il termine trasmissione tutto ciò che ha a che fare con la dinamice della memoria collettiva; e dentro il termine comunicazione, la circolazione dei messaggi in uno spazio dato (…) comunicare consiste nel ‘trasportare informazione all’interno di uno spazio’, all’interno di una sfera spaziotemporale, e trasmettere, ‘trasportare una informazione in un tempo preciso’, all’interno di sfere spazio temporali diverse”. Debray, Régis. op. cit.

quale una società totalitaria privilegiava la sincronica televisiva rispetto alla trasmissione bibliografica. Quest’opera, che ironizza le gesta nazi-fasciste, mostra quello che Jorge Luis Borges descrive in “La muraglia e il libro”: Shih Huang Ti, re de Tsin, ridusse sotto il proprio controllo i Sei Re e distrusse il sistema feudale; costruì a muraglia poiché le muraglie erano difese; bruciò i libri, poiché l’opposizione invocava le parole degli antichi imperatori. Bruciare libri e erigere fortificazioni è un’opera comune dei principi; la peculiarità di Shih Huang Ti risiede nella scala con cui la realizzo”.5 Considerando quanto detto, possiamo comprendere che fino a quando i protagonisti di questi eventi sono in vita, ovvero agenti comunicanti, la comprensione e l’assimilazione storica dei fatti raccontati non sarà esente da pregiudizi e malintesi. Nonostante ciò, mi sembra opportuno fare una domanda: Cosa hanno a che fare i Tupamaros con la tragedia Andina? Senza rovinare la domanda con una risposta prematura, possiamo dire per adesso, che entrambi i casi nel modo in cui vengono presentati, interrogano la professione architettonica offrendo una opportunità per ripensarne i fondamenti attraverso uno sguardo alle pratiche “spontanee”. Il virgolettato deve essere inteso a partire dal fatto che la loro spontaneità è in realtà più o meno programmata culturalmente, cosa che spero possa essere compresa a partire dalle considerazioni di questo testo.

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Borges, Jorge Luis. Altre inquisizioni, opera completa. Biblioteca Adelphi, prima edizione Buenos Aires 1952. Da notare che il nomanzo di Ray Bradbury Fahrenheit 451 fu pubblicato nel 1953.

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Anti-architettura e readymades Il termine anti-architettura, così come lo considero in questo testo, si ispira alla nozione di anti-psichiatria6 di David Cooper, alle anti poesia di Nicamor Parra, al genere musicale anti-folk utilizzato per esempio dai Moldy Peaches, sicuramente all’idea di anti arte che dal dadaismo in avanti transita nel nostro tempo e più recentemente all’anti-filosofia così come utilizzata da Boris Groys nella sua Introduction to Antiphilosophy.7 Paradossalmente, devo eliminare qualsiasi relazione rispetto all’uso che Nikos Salingaros i suoi collaboratori fanno del termine “antiarchitettura” e la loro crociato contro i decostruttivismo.8 Qui non si tratta di accuse “contro l’architettura professionale di oggi e dell’anti architettura nella quale si è convertita : provocante in maniera auto-indulgente fino alla sua distruttività”.9 L’antifilosofia di Groys, inizia con la “scoperta” di ciò che gli autori precedenti avevano scritto “questionando la pratica filosofica in quanto tale”. Inoltre le sue strategie discorsive lo portarono a pensare che “alcune pratiche, che dall’apparizione del libro di Hans Richer, Dada: Art and Anti-Art (1964), sono state

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Cooper, David. Psychiatry and Anti-Psichiatry. Tavistock Publications Ltd. London, 1967. L’antipsichiatria non è mai stato un movimento vero e proprio, quanto piuttosto il nome dato da Cooper per la posizione critica e rinnovatrice della psichiatria istituzionale tradizionale e di opposizione al concetto di salute mentale. Ronald Laing, Thomas Szazs, Franco Basaglia furono alcuni degli ospenenti puù importanti dell’universo eterogeneo del movimento. 7 Groys, Boris. Introduction to Antiphilosophy. Verso Books. New York, 2012. pp. VII-XIV. 8 Salíngaros, Nikos. Anti-architecture and Deconstruction. Umbau-Verlag. Solingen, 2007. 9 Michael Mehaffy, “Notas final a la segunda edición”, en Salíngaros, op. cit.

spesso considerate come ‘anti-arte’.10” L’esempio più celebre di queste pratiche è costituito ovviamente dai readymades di Marcel Duchamp. Ricordiamoci che dal 1913 Duchamp iniziò ad utilizzare oggetti prodotti industrialmente: una ruota di bici sopra uno sgabello, un essiccatore di bottiglie, un orinatoio. Nel Dizionario abbreviato del Surrealismo si definisce come readymade un “Oggetto usuale promosso alla dignità di oggetto artistico attraverso l’elezione dell’artista”11. Il gesto artistico che si configura nella forma del readymade, non risiede tanto nell’elezione dell’oggetto da utilizzare —questo orinatoio rispetto a quella fioriera— quanto piuttosto nell’atto stesso della “promozione” della scultura o nell’attribuzione di un valore artistico ad un oggetto da parte dell’artista stesso. Apparentemente sembrerebbe che sia la mancanza di valore precedente dell’oggetto, la sua lontananza dal mondo dell’arte e della documentazione, uno degli aspetti più importanti rispetto alla cosiddetta “promozione”. “L’elezione di questi readymades non mi è mai stata imposta da una necessità estetizzante. Questa elezione si basava su una reazione di indifferenza visuale, adeguata simultaneamente all’assenza totale di buono o cattivo gusto…in realtà era una questione di anestesia completa”.12 L’indifferenza visiva o l’assenza di eccitazione di fronte all’oggetto scelto, rimanda all’insignificanza dello stesso oggetto che, nella sua quotidianità, è diventato invisibile. In particolare, deve erigersi ad opera d’arte, non per le proprietà intrinseche, né grazie al lavoro materiale dell’artista che lo trasforma esternamente. In realtà, i readymades sono

10 Groys, Boris. op. cit. p. VII. 11 Citado en Duchamp, Marcel. Escritos. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2012. p. 94. 12 “A propósito de los Ready-mades”. En Duchamp, Marcel. Escritos. p. 237.


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tali, proprio perché Duchamp rinuncia alla loro trasformazione nel senso dell’arte tradizionale. E’ qui quindi la sua importanza, ciò che rende il readymade un’opera d’arte di nuova concezione, e che inaugura quello che verrà chiamata arte concettuale, ovvero la trasformazione dell’invisibile in visibile. “l’utilizzo dei Readymades —cioè l’uso di oggetti di dominio pubblico provenienti dalla vita quotidiana— servì a Duchamp per evidenziare un processo che da sempre si applicava in maniera universale —e non solo per la produzione di arte ma di cultura in generale—. Duchamp infatti, rinunciò alla trasformazione esteriore dell’oggetto profano per dimostrare che la valorizzazione culturale è un processo diverso dalla trasformazione artistica”.13 Il readymade rende possibile che un oggetto profano, senza altro valore se non quello di uso, abbandoni la dimensione delle cose che invecchiano, si ossidano e si perdono, per entrare nell’universo degli archivi, dove le opere valorizzate si preservano dalla rovina e dalla scomparsa. E’ proprio la valorizzazione dell’oggetto profano che permette lo spostamento nella frontiera assiale che permette lo spostamento sopra la frontiera assiale che separa l’archiviazione dal mondo a lui profano.14 Mi fa piacere far notare che il meccanismo esposto da Groys a proposito del processo di innovazione e creazione del nuovo, ha —come non potrebbe essere altrimenti secondo la sua teoria— antecedenti in altri campi. Per effetto, nella sua espressione delle dinamiche dell’economia culturale risuono molto la metapsicologia freudiana del lavoro del sogno, così come tutta la formazione della responsabilità. La spiegazione psicoanalitica punta a dimostrare che tutta la produzione incosciente soffre un processo di tra13 Groys, Boris. Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural. Pre-Textos. Valencia, 2005. 14 Groys, Boris. op. cit.

sformazione nella ricerca della coscienza con il fine di procurare uno sbocco per la tensione che lotta per scaricarsi. Tale trasformazione, che deve soddisfare a volte il desiderio incosciente e altre volte esigenze difensive, è possibile grazie ai meccanismi incoscienti di trasporto e condensazione. Considerando lo stato libero dell’energia incosciente, una o più rappresentazioni sottoposte al processo di repressione, —ricordiamoci che solo le rappresentazioni possono essere sottomesse al meccanismo di repressione generico— spostano il suo carico in favore di altre meno compromesse attraverso strategie associative di continuità e contiguità. Questa figura dello spostamento è espressa in retorica con la metafora. Per cui, in maniera del tutto simile, i tropi fondamentali della retorica, metafora e metonimia, corrispondono ai meccanismi freudiani menzionati pocanzi.15 In questo modo, possiamo spiegare i meccanismi di innovazione presentati da Groys al livello macroeconomico, ad un livello micrologico della creazione, nei processi psicologici nonché per l’ordine del linguaggio. “Antifolosofia —in altre parole, una filosofia readymade che attribuisce un valore filosofico universale ad alcune pratiche correnti ed esistenti, come alcune pratiche del readymade attribuivano valore artistico ad oggetti di uso giornaliero. Per raggiungere questo obbiettivo, l’antifolosofo cerca pratiche ed esperienze che possano essere interpretate come universali— come pratica trascendente le identità culturali”. Così in questo esercizio di anti-architettura, gli autori hanno selezionato eventi proveniente da un mondo distante dalle professione, benché nessuno di questi sia comune o corrente. Entrambi sono ec-

15 Jakobson, Roman. Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia. “En todo proceso simbólico, tanto intrasubjetivo como social se manifiesta la competencia entre los dos procedimientos metafórico y metonímico”.

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cezionali. Ciò nonostante, la cosiddetta eccezionalità li mantiene distanti dal mondo della disciplina architettonica.

Finzioni: il tavolo per appoggiare idee Che relazione hanno i Tupamaros e la tragedia delle Ande? Considerando che entrambi i casi sono piuttosto lontani dalle considerazioni architettoniche e considerando inoltre che entrambi si riferiscono ad universi simbolici —almeno in apparenza— contrapposti e quindi tra loro incomprensibili, cosa rende quindi possibile l’accostamento? La prima associazione possibile che viene in mente è contenuta nella prefazione di Le parole e le cose di Michel Foucault: “Questo libro nasce da un testo di Borges: dal riso che la sua lettura provoca scombussolando tutte le familiarità del pensiero —del nostro, cioè: di quello che ha la nostra età e la nostra geografia— sconvolgendo tutte le superfici ordinate e tutti i piani che placano ai nostri occhi il rigoglio degli esseri, facendo vacillare e rendendo a lungo inquieta la nostra pratica millenaria del Medesimo e dell’Altro. Questo testo menziona «una certa enciclopedia cinese» in cui sta scritto che «gli animali si dividono in: a) appartenenti all’Imperatore, b) imbalsamati, c) addomesticati, d) lattonzoli, e) sirene, f) favolosi, g) cani in libertà, h) inclusi nella presente classificazione, i) che si agitano follemente, j) innumerevoli, k) disegnati con un pennello finissimo di peli di cammello, l) et caetera, m) che fanno l’amore, n) che da lontano sembrano mosche». Nello stupore di questa tassonomia, ciò che balza subito alla mente, ciò che, col favore dell’apologo, ci viene indicato come il fascino esotico d’un altro pensiero, è il limite del nostro, l’impossibilità pura e semplice di pensare tutto questo

“La mostruosità di Boorges fatta circolare nella sua enumerazione, consiste invece nel fato che proprio lo spazio comune degli incontri vi si trovi ridotto a nulla. Ciò che è impossibile, non è la vicinanza delle cose, ma il suo medesimo in cui potrebbero convivere. Gli animali ‘ i) che si agitano follemente, J) innumerevoli, k) disegnati con un pennello finissimo di peli di cammello’ dove potrebbero incontrarsi, se non nella voce immateriale che ne pronuncia l’enumerazione, se non sulla pagina che la trascrive? Dove possono giustapporsi se non nel non-luogo del linguaggio? Ma Ciò che viene sottratto, in una parola, è la celebre ‘tavola operatoria’; (…) uso la parola ‘tavola’ in due sensi sovrapposti: tavola nichelata, gommosa, avvolta di candore, scintillante sotto il sole vitreo che divora le ombre —ove per un istante, per sempre forse, l’ombrello incontra la macchina da cucire; e ‘tabula’ che consente al pensiero di operare sugli essere un ordinamento, una partizione in classi, un raggruppamento nominale che ne sottolinei le similitudini e le differenze— ove, dal fondo dei tempi il linguaggio si intreccia con lo spazio”.16 Non smetto di sorridere di fronte al fatto che, quando Foucault provò a pensare “l’altro”, si riferì a due autori del Rio de la Plata: l’argentino Jorge Luis Borges e l’uruguayano Isidore Ducasse, più conosciuto come Conde de Lautreamónt. La citazione foucaultiana (senza citare direttamente) della frase protosurrealista del Conte, “E’ bello (…) come l’incontro fortuito di una macchina da cucire ed un ombrello su un tavolo operatorio”17 è, certamente non senza ironia, ciò che renderebbe pensare la diversità. All’interno del discorso di Lautremont, Foucault

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Foucault, Michel. Le parole e le cose. Un’archeologia delle scienze umane, RCS libri, Milano, 1998, pp. 5-8. 17 Lautréamont, I Canti di Maldoror. Feltrinelli. Edizione originale 1868.


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osserva che è un tavolo dove appoggiare elementi eterocliti così da poter dare loro la possibilità di un incontro logico. La domanda però continua ad esistere, che c’entrano i Tupamaros con la tragedia Andina? La risposta è innanzitutto: poco o niente. Anzi, forse sono due esempi opposti. E proprio per questo, se dobbiamo dare ragione al pensatore francese, è proprio la possibilità di appoggiarli sulla stessa tavola dell’architettura, che permetterebbe il loro utilizzo all’interno di una riflessione disciplinare.

La tragedia delle Ande o un caso esemplare: il dentro ed il fuori Confesso che non è facile fare considerazioni teoriche sull’incidente andino. Nel 1972 avevo 14 anni ed effettivamente sono stato molto particolarmente scosso dall’episodio. Non avevo nulla a che fare con quei giovani, né ho ne ho tuttora. Provengo da una località lontana da Montevideo e la mia formazione e le mie esperienze personali sono molto lontani dal mondo dell’Old Christian, del rugby e dal quartiere residenziale di Carrasco. Ciò nonostante, sentivo al tempo e sento tuttora, una grande empatia e rispetto per quei giovani, leggermente più grandi di me, che non solo riuscirono a sopravvivere ma che furono anche capace di vincere le montagne ed il freddo per cercare l’aiuto loro necessario. Detto questo, provo ad analizzare, in maniera sicuramente parziale ed insufficiente, con la delicatezza ed il rispetto che il dolore umano merita. Cosa ci permette pensare l’incidente delle Ande in termini di proposta di antiarchitettura? Cosa ci invita a scoprire questo evento divenuto ormai un readymade mediatico? Cosa ci rivelano in quest’ottica i libri, i film, i documentari e tutte le testimonianze dei sopravvissuti? Penso che un punto di partenza fondamentale, potrebbe essere considerare che “l’architettura consiste in una riproduzione tardiva di configurazioni spaziali spontanee nel corpo del

gruppo”. 18 E’ possibile quindi che l’esempio andino ci serva per comprendere quelle configurazioni spaziali che non vengono prima della collettività ma da cui sono generate? Non si tratterà quindi in termini di contemporaneità dell’attitudine tecno-sedentaria di misurare per occupare il territorio quanto piuttosto la gestualità nomade della distribuzione, organizzazione e misurazione dal centro dell’azione collettiva. Possiamo superare il sapere tecnico architettonico per cercare configurazioni pragmatiche, gestuali e performative dello spazio trasformatosi in luogo? “Vivevamo in condizioni primitive, carenti di tutto pero senza la tradizione culturale che permette a certi gruppi umani di mantenersi con molto poco in ambiente naturale nel quali ci si è adattati. La differenza fondamentale era che in quel luogo nel quale ci ritrovammo non permetteva la vita, per cui sembravamo piuttosto i primi uomini che arrivano su un pianeta deserto”.19 Ricordo che essendo molto piccolo, conversavo con mio padre sulle missioni spaziali che portarono Yuri Gagarin prima e John Glen poi, ad orbitare intorno alla terra. Mio padre che era stato pilota sportivo, mi spiegava i vari problemi che avrebbero dovuto affrontare. Mi parlava del vuoto, della mancanza di gravità e di ossigeno, e del freddo. Per cui io, che avrò avuto quattro o cinque anni, gli domandai cosa fosse il freddo. Rimasi impressionato dalla sua semplice risposta tanto che mi rimase in testa, “il freddo è assenza di calore”. Immaginarmi quell’assenza estrema non fu facile, però mi fece capire fino a che punto noi essere imani siamo, tra le altre cose, termo dipendenti. Le navi spaziali, quindi, ricostruivano al loro in-

18 Sloterdijk, Peter. Sfere 3. Raffaello cortina. 2006. p. 277. 19 Strauch Urioste, Eduardo. Desde el silencio. Cuarenta años después. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2015. p. 147.

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terno ciò che si trova in terra e che è scontato. Capii il concetto di “capsula spaziale” inteso come piccolo mondo abitabile per transitare lungo l’inospitale. Chi costruisce questi apparati rende esplicita tutte le condizioni e funzioni proprie di un ambiente umanamente abitabile. I sopravvissuti delle Ande erano come astronauti denudati che dovettero affrontare l’uscita vero l’esterno senza alcun equipaggiamento necessario. “Niente in quel luogo era favorevole alla vita umana, di cui non riconosceva nemmeno l’esistenza. Il freddo ci torturava, l’aria con poco ossigeno ci esauriva i polmoni, il sole senza filtro ci ciecava e ci procurava bolle sulle labbra e sulla pelle, e la neve era così profonda che una volta il sole mattutino aveva sciolto la parete di ghiaccio che si formava intorno alla superficie dell’aereo durante e la notte, e non potevamo avventurarci fuori dall’abitacolo senza bagnarci completamente fino ai fianchi. Inoltre, negli interminabili chilometri di versanti congelati e di valli che ti tenevano rinchiusi, non c’era nulla con il quale un essere vivente potesse cibarsi, non un uccello, né un insetto, né un erba”.20 In quel fuori radicale, dove non ci sono le condizioni per la vita e solo ci si arriva per colpa di una forma di violenza verticale, si palesa la domanda sull’arrivo dell’uomo all’esistenza. Che sia per nascita (passaggio dal mondo uterino amniotico all’ambiente aerobico che attraverso il pianto, attiva il sistema cardio-respiratorio), o sia per l’arrivo dell’uomo come specie, filogeneticamente parlando, qui entrano in gioco le prime questioni. “Nella società della neve i codici erano completamente diversi rispetto a quelli della società dei viventi, dove quello che si apprezzava era materiale, però intangibile come essere tutti iguali, pensare nel gruppo, essere fraterni, manifestare affetto o condi20

Parrado, Fernando. Milagro en los Andes. Editorial Planeta. Montevideo, 2006. p. 56.

videre illusioni. (…) quell’esperimento di comportamento umano unico che funzionò in base ai cinque concetti più semplici che si riuscirono ad immaginare: squadra, persistenza, affetto, intelligenza e, soprattutto, speranza”.21 La vita umana si basa sull’effetto serra. Gli antiche ominidi africani, “grazie al loro modo di occupare lo spazio, produssero un effetto serra, con il quale iniziò la auto incubazione dell’homo sapiens”.22 Inoltre, Sloterdijk trova un suggestivo modo esprimerlo “le serre primarie antropiche non possiedono, in principio, parete e coperture fisse, ma se così si può dire, solo pareti della distanza e coperture di solidarietà”.23 Il clima primario per la vita dei gruppi umani nella loro prossimità, e da questa e con questa, emanciparsi prendendo distanza dalle ostilità dell’ambiente. Ovvio che sulle Ande, non è possibile una emancipazione tale visto che il freddo, per esempio, è un qualcosa di intangibile che però penetra ovunque. No bisogna dimenticare che quando Vitruvio riflette sull’origine dell’architettura pone attenzione proprio sul fuoco come luogo di comodità primaria. Da questo ppunto di vista, il fuoco è una proto architettura che organizza lo spazio come un circolo introno alla legna ardente e che successivamente si trasformerà in casa, nel momento in cui la costruzione di capanne forma nuovi rifugi.24 “Avendo noi fiammiferi, avremmo potuto accendere fuochi facilmente, però in realtà non c’era materiale combustibile sulle montagne. Bruciammo tutte le banconote che avevamo (quasi 7.500 dollari venne21

Canessa, Roberto. “Abandonados”. En Vierci, Pablo. La sociedad de la nieve. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2008. 22 Sloterdijk, Peter. Sfere 3. 23 Sloterdijk, Peter. op. cit. 24 Sloterdijk, Peter. Sfere 2. Raffaello cortina. 2004.. pp. 203-206.


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ro mandati letteralmente in fumo) e trovammo solo qualche pezzo di legno che furono a malapena utili per accendere due o tre piccoli fuochi, che tra l’altro si spegnevano rapidamente, per cui l’unica cosa che riuscivamo ad ottenere con questo breve lusso di calore era di sentire maggiormente il freddo nel momento dello spegnimento. La nostra miglior difesa contro il freddo era rannicchiarsi tutti insieme nei cuscini delle sedute che erano stati sparsi lungo il pavimento dell’aereo, oppure arrotolarsi intorno a sottili coperte, con la speranza di riuscire a passarsi reciprocamente quel minimo di calore necessario a sopravvivere alla notte”.25 L’essere umano, come animale nudo, necessita la presenza di protesi per tali effetti. Ciò nonostante, il calore del gruppo, oltre alla questione letterale sopra menzionata o forse proprio grazie ad essa, ha a che fare con le “coperture di solidarietà”. In questo caso concreto, la situazione comune induce alla conformazione del corpo collettivo quale elemento primario di sopravvivenza. Il fatto che il nucleo centrale di questa comunità fosse composto, in maggioranza, per la squadra di rugby, è un fattore fondamentale. Una squadra sportiva è allenato per l’organizzazione e per la divisione in ruoli verso la conquista di obbiettivi comuni. Però quando il gruppo cambia, non solo i componenti ma soprattutto i compiti —ovvero dalla competizione sportiva alla sopravvivenza—, la dinamica ed i ruoli cambiano di conseguenza. E’ naturale che con l’arrivo dei nuovi compiti il gruppo affronti la novità con la consapevolezza precedentemente acquisita. Il ruolo di Marcelo, capitano della squadra, come leader nella nuova situazione,26 sembra far parte dei di quei ruoli scritti, pero fu anche la sua personalità a confrontarsi in maniera adeguata con la nuova situazione da affrontare. La cosa sorprenden25 26

Parrado, Fernando. op. cit. p. 96. Parrado, Fernando. op. cit. p. 69.

te è che sorsero nuovi ruoli, nuove leadership più o meno specializzate. Questo manifesta il fenomeno dell’auto organizzazione necessaria in quelle condizioni di sopravvivenza. Le conoscenze precedenti e le attitudini personali dei vari membri, —forse non importanti in questioni sportive— improvvisamente assumono un nuovo senso. I “medici”, gli “esploratori”, “l’inventore”27 i “ragazzi persi”28 eccetera, sono parte della distribuzione di ruoli che in ogni gruppo funzionano in forme complementari. Detto con altre parole, La funzione di leadership è a rotazione in relazione ai vari compiti previsti. Inclusi quelli che si prendono la responsabilità degli aspetti negativi, come i “ragazzi persi”, possono essere compresi come parte del gioco di assunzione di ruoli che aiuta a mantenere la coesione del gruppo come tensione dinamica di circolazione di ansietà interne al collettivo. Soprattutto, la lotta per vincere il tabù culturale e riuscire ad alimentarsi di carne umana, non deve essere recepito, in nessun modo come un atto selvaggio, quanto piuttosto come un effetto di estrema razionalità applicata, che riuscì ad imporsi sugli evidenti sentimenti di repulsione con cui siamo tutti educati. La vergogna, lo schifo e le sensazioni simili, furono rafforzati e riorientati durante il processo di civilizzazione al fine di costruire barriere emozionali nelle teste dei cittadini dei nascenti stati nazione.29 Agli albori della modernità, si trattava di contenere la passione medievale sempre pronto a passare all’azione, come corrisponde alle società preparate per la guerra imminente. In questo caso, questa era l’unica forma di sopravvivere. La “comunione intima” ed il momento nel quale ognuno si offre volontariamente alla comunità in

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Parrado, Fernando. op. cit. p. 98 y Strauch Urioste, Eduardo. op. cit. p. 149. Parrado, Fernando. op. cit. pp. 94-95. Elias, Norbert. Il processo di civilizzazione. Il Mulino. Bologna, 1988.

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caso di morte, forma parte della presa di coscienza della necessità di pensare ciò che in altro momento ed altra circostanza sarebbe stato impensabile. Normalmente tutta questa situazione genera un disturbo emotivo che si spesso si manifesta in forma di “resistenza alla trasformazione”. La dinamica del gruppo andino, sembra però essere stata in grado di elaborare rapidamente la resistenza in modo di affrontare le decisioni dolorose che dovettero essere prese con grande pragmatismo. Ovviamente questa capacità di adattazione alle disgrazie ed allo stress non fu senza costo. La sensazione di fallimento, gli attacchi di ira, la depressione, l’esperienza dell’umiliazione ed infine le molteplici forme di espressioni di affetto, sono testimonianza della grande plasticità e dell’ampio repertorio di meccanismi psicologici necessario per affrontare le sfide. Questo è ciò che si definisce, salute mentale di un gruppo, non l’assenza di conflitti, quanto la capacità di elaborarli creativamente.

MLN o il caso studio: il fuori ed il dentro Se il problema dei sopravvissuti delle Ande fu quello di creare una “interiorità” in un esterno radicale, il MLN Tupamaros vide la possibilità di creare un “fuori” nel cuore dell’urbano. Lì dove si concentrava la metà della popolazione del paese, in tempi in cui esisteva ancora una chiara una delimitazione dello spazio pubblico e dello spazio privato, crearono un ambito di clandestinità dal quale svilupparono le proprie tattiche di resistenza con l’intento di creare condizioni di soggettività valide per l’azione rivoluzionaria, mediante la lotta stessa. Il fatto che essi stessi parlino di “propaganda armata” deve orientarci, tra le altre cose, verso un focus mediatico delle analisi che ci interessano. Uno dei lavori sull’ MLN che ha attirato maggiormente la mia attenzione grazie al peculiare punto di vista dell’autore, è l’analisi

portata avanti dall’artista, teorico e critico Luis Camnitzer nel suo libro Didáctica de la Liberación.30 Secondo quanto dice Camnitzer, i Tupamaros iniziarono ad organizzarsi nel 1962. Al di là della precisione della data, nel ’62, io avevo quattro anni. Questo per dire che anche se non ricordo la prima volta che ascoltai la parola Tuppamaros, sono cresciuto sentendo parlare delle loro azioni. Se serve a qualcosa, vorrei aggiungere che avevo simpatica per le azioni del movimento. Ero piccolo ma già mi sentivo “di sinistra”, per me, questo voleva dire stare dalla parte del popolo lavoratore e che l’interesse collettivo è più importante del beneficio personale. La mia famiglia non era simpatizzante del MLN, ma ciò nonostante, al di là delle critiche, quello che capivo entusiasmava la mia mente infantile prima e giovanile successivamente. Cosa mi arrivava? Notizie di azioni, il colpo ad una banca, la distribuzione di merci tra i più bisognosi, la denuncia della corruzione, i loro proclami nei cinema, radio eccetera. Come mi arrivavano tali informazioni? Alcuni membri del gruppo erano presenti sui media, però la maggioranza delle informazioni provenivano dai commenti di familiari, amici, vicini, compagni di scuola. Tutt’altro discorso invece rispetto ai crimini di sangue che arrivarono nel corso degli anni, eventi che mi spaventarono ed infastidirono immediatamente e mi portarono a prendere, precocemente, un altro cammino all’interno della sinistra uruguayana. Potrebbero sembrare banali queste considerazioni personali, però il mio punto è che nella loro pratica, risuonavano, per me e per molti altri, aspetti propagandistici, scenografici, etici, romantici ed idealisti, che non sempre si conformarono ma che erano parte di un immaginario di un’epoca che mi sembra pertinente condividere. 30

Camnitzer, Luis. Didáctica de la Libiberación. Arte conceptualista Latinoamericano. Casa Editorial Hum. Montevideo, 2008.


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Con questo non aspiro a nessun tipo di giudizio storico. Al contrario mi immergo nelle resistenze interne nell’ottica di recuperare, il più onestamente possibile, il ricordo di quegli eventi che tanto impattarono me e l’opinione pubblica. Il punto di vista di Camnitzer parte dal presupposto che “se esite una linea che separe arte e politica, (…) i Tupamaros rappresentano la politica, avvicinandosi il più possibile al limite artistico di questa linea”. L’approssimazione estetica dell’evento Tupamaros, permette a Camnitzer di accedere ad una visione particolare del fenomeno: “Se uno volesse utilizzare una terminologia artistica, I Tupamaros svilupparono una nuova forma di teatro. (…) Le loro ‘opere’ erano strutturate con la stessa rigidità del teatro tradizionale, ma che funzionavano in condizioni imprevedibili. Per questo, si potrebbe supporre la necessità di una improvvisazione totale”. Nella città siamo tutti attori. Tutti esercitiamo ruoli che implicano una posta in gioco ed in ogni ambito istituzionale dobbiamo attuare secondo le regole implicite. Maggiormente e soprattutto nella strada. L’ambito pubblico è quello dell’esposizione personale attraverso l’esercizio di maschere socio-culturali. In prima istanza, nessuna differenza tra clandestini e civili comuni, a patto che non si conosca ovviamente identità e fisionomia. I costumi dei sovversivi sono eterogenei ma in generale sono tutti rivolti a farsi perdere di vista con vestiti più o meno caratterizzati, con l’attuazione di attività quotidiane o con atteggiamenti romantici, come se una coppia costituisse un progetto escludente e quindi nascosto.31 31 Sasso, Rolando. Tupamaros. El auge de la propaganda armada. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2012. In questo libro si descrivono i vari aneddoti circa questo ounto, con relazione a come si entrava e si usciva dalla “casa del silenzio” o dalla cantina del Parque Rodo. Si narra anche di come si usciva a comprare sigarette o latte in modo di confermare se effettivamente

In altre parole, anche se l’attività clandestina deve evitare l’esposizione eccessiva, il modo migliore per non attirare l’attenzione è di farsi percepire come cittadino qualunque intento in qualche tipo di attività giornaliera generica tecnica adottata ovviamente da parte dai paramilitari e dai servizi segreti. La prima regola è quindi di non attirare l’attenzione La città con la sua moltitudine e il suo relativo anonimato —non è lo stesso se fatto a New York, a Londra, a Parigi in piena teatralità metropolitana o nella Montevideo degli anni sessanta— permette parzialmente di far perdere le tracce. Prima di continuare vorrei esplicitare di quale idea città stiamo discutendo. Quando Vilém Flusser enunciò la “scomparsa della città”, realizzo una breve storia della stessa, a partire da quello che potrebbe essere la Polis greca, presa in considerazione in quanto prima configurazione urbana incentrata sull’interesse pubblico. La polis greca non era ovviamente una città come intesa dalla modernità. Distribuiva innanzitutto lo spazio in funzione del sacro —i templi si realizzavano a partire dagli antichi palazzi minoici che vengono convertiti in spazi pubblici—, l’agorà —economia e politica— e l’oikos ovvero la casa familiare nel suo senso più ampio, ma privato. Non serve soffermarsi, basti per ora segnalare che se seguiamo lo storico Jean-Pierre Vernant,32 la polis si caratterizzava in forma democratica con l’assunto che i cittadini —“cittadini erano coloro che potevano difendere la polis— partecipavano in condizioni di eguaglianza nel dibattito pubblico. Questo era possibile, tra le altre cose e sintetizzando molto, grazie all’incorporazione della scrittura —per fissare le leggi e rendere pubblico il

i servizi segreti del comandante Alejandro Otero erano o meno appostati all’angolo stradale. 32

Vernant, Jean-Pierre, Los orígenes del pensamiento griego. EUDEBA. Buenos Aires, 1991.

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pensiero—, il podere della parola come strumento di potere ed il concetto di isonomia, ovvero uguale partecipazione dei cittadini all’esercizio del potere; da qui l’associazione storica tra logos e democrazia. A partire dalla polis e dalle successive variazione romane, e quelle che seguono, Flusser dice: “Lo spazio pubblico e lo spazio privato si sono mantenuti per secoli. Come sanno, Hegel esaltò il fluttuare di entrambi gli spazio come un principio fondamentale della Fenomelogia dello spirito. Egli disse: “Una persona abbandona lo spazio privato per andare nello spazio pubblico e conquistare il mondo, così facendo ci si perde. Dopo ritorna dallo spazio pubblico a casa per rincontrarsi e così facendo perde i contatto con il mondo’. (…)Lo spazio privato è definito e lo spazio pubblico non lo è più. Lo spazio privato è definito attraverso muri e tetti, ma nel muro ci sono due tipi di aperture: porte e finestre. La finestra è un’apertura per guardare verso fuori —quindi secondo la teoria33 ‘uno vedrebbe la repubblica senza bagnarsi’— e la porta è un’apertura per il compromesso. Uno passa attraverso di quest’ultima per partecipare alla vita pubblica, per cercare qualcosa e portarlo a casa, o per conquistare qualcosa. Uno attraversa la porta per pubblicizzare (qualcosa) o per prostituirsi, il che equivale più o meno allo stesso, poiché ‘prostituere’ significa ‘esporsi’. Lo spazio pubblico è anche lo spazio dove si può fae ciò che uno vuole. Incluso la corruzione è contenuta nella repubblica. Poiché lo spazio pubblico, nell’essere comunitario —in inglese ‘the commons’ o ‘the green’— è lì per essere rubato”34

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Con questo Flusser si riferisce all’etimologia della parola teoria. La sua orgine ha relazione con il “guardare” da spettatori e da ambasciatori, ovvero quello che contemplano senza partecipare all’azione. Dialogo tra Vilém Flusser e Hubert Christian Ehalt, en La desaparición de la ciudad. En Textos escogidos. Traducción de Breno Onetto Muñoz.

Con il suo peculiare modo di esprimersi, Flusser ci offre il suo punto di vista singolare per mostrarci qualcosa di ovvio e già conosciuto sotto altre lenti. Si potrebbe altresì dire, che il suo modo argomentativo punta a decostruire, molte volte appena con giri di parole, gli stereotipi che la vita ed il pensiero urbano tendono ad imporci come automatismi. La città anche è questo, la circolazione ripetitiva di stereotipi che perdurano oltre la loro utilità, ammesso che ci sia mai stata. In termini di Flusser, dovremmo dire che per ottenere informazione, dobbiamo uscire allo spazio pubblico, andare alla banca, a scuola, in biblioteca o dove ci pare, in modo di riportarle a casa. Per inviare informazione, bisognava intraprendere il cammino opposto, ovvero pubblicarla in forma stampata o attraverso qualsiasi medium disponibile. “le informazioni pubbliche erano lì per essere privatizzate, e le informazioni elaborate in forma privata erano pronte per essere pubblicate”.35 Però questo stato di cose descritto, già non avviene nello stesso modo: “questo che vi ho descritto ora, è valido fino alla seconda guerra mondiale. La politica è sempre stata qualcosa di pericoloso che minacciava gli uomini e che si mantenne legittimata grazie all’esistenza degli spazi sacri. Le scuse per lo spazio pubblico, per la politica, recitavano che bisognava pubblicare, ovvero elaborare informazione precedentemente privata nello spazio pubblico della piazza del mercato, e che uno poteva ottenere informazione solo se queste provenivano dallo spazio privato, che queste fossero conquistate, rubate o comprate. Tutto questo, oggi, non conta, perché i muri così come le porte sono state perforate (durchlöchert) da cavi ed antenne, in modo che ora le informazioni fluiscono all’interno dello spazio privato. Voi ricevete tutta l’informazione trasmessa direttamente a casa senza

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Vilém Flusser. Medienkultur. Fisher Verlag. Berlin, 1997.


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avere necessità di muovervi. Non ha più senso ormai andare ad un concerto, al teatro o a scuola. Con questo lo spazio pubblico e la città hanno perso la loro necessità”.36 Nella mia interpretazione, non si tratta tanto del fatto che lo spazio pubblico e la città abbiano perso giustificazione, quanto piuttosto che il loro peso simbolico è sicuramente cambiato dal momento che la mentalità —“la coscienza infelice” de Hegel, prodotto della dialettica tra il “mondo” ed “l’io”— già non si regge sugli stessi schemi. Flusser comincia dicendo che quanto descritto precedentemente —la dicotomia pubblico privato tradizionale— fu valido fino alla Seconda Guerra Mondiale. In quel momento culminò, in qualche modo venne completata, la globalizzazione terrestre, conseguenza ultima delle conquiste europee iniziate circa 500 anni prima. Quello che cambia da allora, è che oggi si dovrebbe trattare di globalizzazione telecomunicativa.37 Il fatto che i muri che delimitano lo spazio privato siano perforati per cavi ed antenne, cosa cominciò ad avvenire in Uruguay negli anni ‘60,38 è in direzione del processo delle telecomunicazioni elettromagnetiche segnalato da MacLuhan. In effetti, i medium unidirezionali come i periodici, le radio e la televisione trasportano informazione fino all’ambito privato. Insieme a loro cominciano a distribuirsi medium bidirezionali di comunicazione come il telefono. Nell’Uruguay di quegli anni, si tardava anni ad ottenere una linea telefonica e chissà un poco medio nel caso che i richiedenti fossero medici o in possesso del “biglietto da visita” di qualche politico. Queste trasformazioni

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Dialogo tra Vilém Flusser e Hubert Christian Ehalt. Il tema è trattato da Peter Sloterdijk in tutta la trilogia Sfere. I canali di televiosione cominciarono a trasmettersi nei primi anni ’60, eccetto il canale 10, che cominciò poco prima.

mediatiche che trasformavano la città e questo processo provocarono, attraverso le “machine a habiter” per un lato ed lo sviluppo della tecnologia informatica dall’altro, la hiper connessione di oggi, vera fase di sincronizzazione comunicativa.39 Quanto detto fino ad ora può essere interpretato come un’approssimazione mediatica alla città. Devo aggiungere, prima di ritornare alla proposta di Camnitzer, il seguente commento di Flusser: “In New York esiste una depoliticizzazione di lunga portata. Lì si ha sviluppato qualcosa che non si può descrivere né con il termine privato né con politica, quanto forse sembra più adatto il termine ‘show’. La città si è trasformata in un teatro, in una specie di presentazione ed è proprio questo l’eccitante, il vertiginoso. La vita va verso Washington Square, il Village e a Bowery. Stranamente il teatro si è convertito in New York nel suo centro”. Oggi la teatralità urbana, o meglio, la città come messa in scena, è così ubiqua quanto la depoliticizzazione tecno-amministrativa. Se riprendiamo le parole di Camnitzer, si direbbe che l’azione performativa dei Tupamaros si sviluppò anche in questo senso. I loro canevacci e messe in scena, interrogavano l’inganno politico del momento nel criticare il fondamento stesso, ovvero l’appropriazione della cosa pubblica e la corruzione della classe dominante e dei partiti al potere. Camnitzer chiarifica da parte sua, che i Tupamaros non avevano intenzioni estetiche o artistiche. Però si provavano e sceneggiavano, almeno parte delle loro azioni, in modo di essere più efficaci —per essere capaci di improvvisare bisogna essere molto allennati, basta semplicemente ascol-

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I mezzi di informazione informatici digitale di oggi cambiano in forma ancora più radicale l’orizzonte privato e pubblico. Ancora di più hanno la potenzialità effettiva e constatabile di rendere il pubblico non solo privato, ma intimo.

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tare del buon jazz per capirlo—. In alcune di queste, si vestirono come poliziotti, come per esempio durante il sequestro di Pereira Reverbel o l’assalto al Casino San Rafael di Punta del Este.40 Se il MLN si concentrò sulla propaganda armata dobbiamo pensare le loro azioni come “interventi” urbani? Più ancora che gli assalti alla banche o ai casinò, che erano prioritariamente destinati a finanziare l’organizzazione, l’obbiettivo centrale erano le azioni di denunzia di corruzione e ingiustizia nonché la promozione di condizioni soggettive per la chiamata rivoluzionaria. E’ a partire da qui che i Tupamaros hanno messo tanti sforzi nella radio “la voz de los Tupamaros” o “la tartamuda”, nell’uso di cinema e radio, cos’ come nella stampa di volantini, proclami e documenti vari. Più ancora, servirebbe domandarsi, cosa ha portato Josè Mujica alla presidenza nel 2010? Una domanda così non ha ovviamente un’unica risposta. Tra le tante considerazioni, sono personalmente convinto che il suo successo con il modo di apparire nei media. Il mondo della politica è estremamente stereotipato. Il “look” degli attori e il suo discorso, ancora in quella campagna elettorale, era basato su schemi antiquati, con un modo di parlare che continua ad essere stereotipato e prevedibile. La forma stereotipata, mediaticamente parlando, appaiono insincere, false. Mujica apparve nei media con un modo di comunicare così distante dagli altri politici che produsse un inequivocabile effetto di sincerità davanti al grande pubblico. Tutta la superficie mediatica genera nello spettatore quello che viene chiamato da Boris Groys il “sospetto mediatico-ontologico”.41 L’amabilità e la circospezione, così come gli enunciati prevedibili e gli stereotipi in generale, producono sospetti, se non addirittura incredulità. Mujica apparve in tv con un lun40 Sasso, Rolando. op. cit. 41 Groys, Boris. Bajo sospecha. Una fenomenología de los medios. Pre-Textos. Valencia, 2008.

guaggio semplice, a volte volgare e rude che potrebbe essere anche giudicato negativamente, però è riconosciuto come sincero ed onesto. Questo fu una novità Inequivocabile nel paesaggio politico, ancora di più nell’universo ridondane dei paradossalmente detti “mezzi di informazione”, specialmente i televisivi. Un altro aspetto che considero importante dell’analisi di Camnitzer, è espresso chiaramente dall’autore: “si potrebbe dire che gli attacchi dei Tupamaros, con una percentuale anarchica considerevole, furono soprattutto reazione contro l’abuso della regolamentazione che azoni contro-ideologiche”. A mio modo di vederlo, questo rese popolari i Tupamaros, principalmente tra i giovani. Non tanto l’ideologia come sfida e molto spesso la presa in giro, ma contro la regolamentazione intesa come controllo disciplinare. L’ irreggimentazione statale del tempo e dello spazio, si replicava anche in ogni istituzione dalla fabbrica fino alla scuola, dall’ospedale fino alle infrastrutture agricole. Potrebbe essere certa la tesi per cui la città è il prodotto del campo, però non è meno vero il fatto che la città ha imposto il proprio modo alla produzione rurale. La replica di questi schemi nel campo sociali finì per definire anche il comportamento familiare, ed è in fondo contro di questo che portò alle rivolte giovanili occidentali degli anni ’60. Emancipazione dalla famiglia, liberazione sessuali, critica dell’autorità, non conformismo sociale, sperimentazione personale, progettualità individuale. Non fu certo casuale il maggio francese. Ma nemmeno quanto avvenne in Uruguay, negli Stati Uniti e nella maggioranza dei paesi dell’emisfero australe. E’ certo che in quel momento il mondo era diviso in due, però qualcosa si produsse che andava oltre le così definite “ideologie”, ci fu una reazione contro l’ipocrisia, la violenza evidente ed istituita, nonché contro i destini definiti precocemente, contro le cinture disciplinari ed il potere patriarcale che non aveva più le basi su cui fondarsi.


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Reboot ospitato: pozzi e pareti velate La finzione deve ricominciare. Personaggi antichi si ripresentano, sempre uguali, sempre diverso. La questione è che noi non siamo più gli stessi, fatti come siamo, di tempo evanescente che fluisce. E quando per la prima volta, ascoltiamo la storia, è in realtà già la seconda o terza volta, come piaceva dire a Borges.42 Finzione non è inteso come irreale, quanto piuttosto si riferisce al cuore stesso di ciò che continuiamo a chiamare realtà. Poiché questa è composta di storie. E solo esistono le storie visto che tutto è linguaggio. Anche il silenzio. E quando tutto ciò che è solido si dissipa nell’aria, ci rimane la memoria, ovvero le storie. Abitiamo in labirinti grossolani di un contesto simbolico chiamato a volte cultura, ed altre sempli42

Per esempio, in “Las versiones homéricas”, incluso nel suo libro Discusión, 1932. Obras Completas Tomo 1. Emecé. Buenos Aires, 1989.

cemente realtà. Passare la soglia del padiglione uruguayano, attraversare il velo semitrasparente intorno al perimetro, significa entrare in uno spazio, apparentemente, vuoto. In realtà questo spazio è popolato da fantasmi invisibili che deambulano intorno ad uno scavo. C’è un pozzo e terra accumulata al lato. Il gesto di scavare, aprire la terra, ferirla alla ricerca, ma di cosa? Forse per un tesoro nascosto, uno scavo archeologico, un tunnel per scappare o le fondazioni di ciò che verrà in seguito. La fossa e la pila, il concavo ed il convesso, il gestuale dell’architettura, la montagna, il sottosuolo. Ancora di più, architettura di ominidi in transito verso l’umanità, nella tappa africana, quando i musi si convertirono in visi e nacque la bellezza e l’erotismo. Quando iniziò il rituale di interrare i morti. Un pozzo infinito destinato a connettersi con l’osso ideale, il primo readymade, ogni tanto arma, strumento e nave spaziale. Estensione del corpo, del braccio, chissà ingegnosa leva per ingannare oggetti pesanti e la natura.

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The cases presented in this exhibition produce an unexpected connection. Therefore this Uruguayan shipment for the Venice Biennale has caused some confusion and raised interrogative voices showing that its suggested relationship are hard to be accepted by the Uruguayan public. Part of the country’s history, the Tupamaros episode divided the public opinion at the time1 and apparently, despite its historicity, it still does. The distance that we now have from 1972, when the national liberation movement was defeated and the Andes tragedy happened, doesn’t fit together with the vivid memory of the named facts, nor with their consequences and resonance. Even more, much of its protagonist are contemporary cultural world’s actors. The internationally renowned former president Josè Mujica is part of that group which would later abandoned the armed strategy in order to integrate itself in the democratic representative practice, even gaining an unreachable popularity for their former standards. What I’d like to say here is that at the time, sympathy for the movement was limited to certain sectors of the pop-

ulation, which is particularly truth when bloodshed became a frequent practice. It’s appropriate to point out that the majority of the so called national left, included in the Frente Amplio [wide front] since its 1971 foundation, already decided to pursue the pacifist and democratic path to socialism.2 That’s why many would see those episodes non understandable. Besides the relative synchrony of the two episodes, Tupamaros and Andes tragedy still looks like two completely different universes, which to a certain point mutually exclude each other as counter symbolical references. Enough for not to consider this situation without further consideration. Likewise I must state that, considering this present work’s dimension, we can only indicate certain analytical path and that this topics need a much deeper analytical development. What written helps us to notice that we are in front of two readymades, on the ineage of Marcel Ducham’s innovative gesture at the beginning of the 20th century. Here we have no Industrial objects turned into “art pieces” —as the 1917th famous urinal signed by Mutt— but rather media events that refer to historical states of affairs. The importance of their memory passed by the documentation inclusion into cultural archives such as Libraries, video libraries,

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an anti-architecture essay

The MLN (National Liberation Movement) was active since the beginnings of the 60´s. It´s actions are registered from 1963, though some of their leaders have said that it´s formal foundation took place in 1965. From 1968, under ‘exceptional emergency measures’ enforced by President Jorge Pacheco Areco, the Tupamaros increased their violent and unilateral actions: Bank and Casino robberies, and also kidnappings (Ulysses Pereira Reverbel, Carlos Frick Davie, British Ambassador Geoffrey Jackson, amongst others) and murders (North American Agent Dan Mitrione, the Subsecretary of the Interior Ministery, supposedly related to the paramilitar death squads, Armando Acosta y Lara, amongst many others).

In 1955 Rodney Arismendi was pointed general secretary of the Comunist Party. For Arismendi, Uruguay was not ready for the socialist revolution. Its dependency on imperialism and its feudal property managment, nedded an anti empire and anti antifeudal revolution which with a democratic radical program of agrarian reform, could have later created the condition for future and greates form of protest. That’s why the most proper instrumento was the creation of a national democratic front of the unified working class, allied with peasants, intellectuals and national bourgeoisie. Caetano, Gerardo y Rilla, José. Historia contemporánea del Uruguay. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2005.


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museums and so on. Preserving and making those documents available means to entry into the order of transmission.3 This it is ensured that these events’ records are made accessible to new generations and thus become part of contemporary cultural history. While communication works synchronously, by creating the relation between here and there and producing a connection that “creates” society, transmission works diachronically, linking past with present and thus achieving continuity and consequently generating, culture.4 The relationship between communication and transmission, whose conceptual distinction is significant, in the concrete practices may appear as indiscernible. In principle, to transmit requires first to communicate. But communication and transmission are, as far as we are concerned, acts or human processes, streamed by multiple historical dimensions and therefore subjective. Since the past is also a construction of the present, the relationship between the two may conflict. The universal political history’s tragedies, from Shi Huangdi to ISIS, scenically dramatize the conflict between transmission and communication, as well as the violence levels that those conflict can express. Literature has given a good account of such moments, when transmission humanism is attacked by

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Debray, Régis. Introducción a la mediología. Paidós. Barcelona, 2002. p. 16: “Agruparemos bajo el término transmisión todo lo que tenga que ver con la dinámica de la memoria colectiva; y bajo el término comunicación, la circulación de los mensajes en un momento dado. (…) comunicar consiste en ‘transportar una información dentro del espacio’, en el interior de una misma esfera espaciotemporal, y transmitir, ‘transportar una información dentro del tiempo’, entre esferas espaciotemporales distintas”. Debray, Régis. op. cit.

different kinds of communication barbarities. Ray Bradbury dramatized this struggle in his novel Fahrenheit 451, in which a totalitarian society favored television synchronization against written transmission This work, which parodies Nazi-fascist universal gestures, shows what Jorge Luis Borges describes in “The Wall and the Books”: “Shih Huang Ti, King of Tsin, erased the feudal system including the Six Kingdoms under his power; he built the wall because walls were defenses; he burned the books because the opposition invoked them to praise the ancient emperors. Burning books and building fortifications is a princes’ common task; the only peculiarity of Shih Huang Ti was the scale on which he worked.5 Taking into account what has been said, we can understand that while the actors and witnesses of the presented cases are alive, that is, regardless if affected or communicating agents, the understanding and historical assimilation of the referred facts can’t be free from prejudices and misunderstandings. It still seems appropriate to hold the question: What have the Tupamaros to do with the tragedy of the Andes? Without killing the question with a premature response, we could aim for now, that both cases, as they are presented, question professional architecture, while being an opportunity to rethink its foundations starting from “spontaneous” practices. The quotation marks are to be understood in the sense that, as I intend to be clear from the following considerations, the spontaneity is more or less programmed or culturally determined.

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Borges, Jorge Luis. Otras Inquisiciones (1952). Obras Completas, Tomo II. Emecé Editores. Buenos Aires, 1974. It must be noted that Ray Bradbury’s novel Fahrenheit 451, was pubblished in 1953.

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Anti-Architecture and readymades The anti-architecture term, as I intend to use it here, is inspired by David Cooper’s notion of antipsychiatry,6 by Nicanor Parra’s antipoems of Nicanor Parra, by the representatives of the anti-folk musical style such as the Moldy Peaches, by Dadaism’s idea of anti-art that transits our times and more recently, by the anti-philosophy, as employed by Boris Groys in his Introduction to antiphilosophy.7 Paradoxically, I must demarcate the difference from Salingaros Nikos and his colleagues’s use of th term “antiachitecture” and his crusade against deconstructionism.8 Here we are not dealing against architecture as a profession today and the “anti-architecture” in which that has become: Provocative in such a self-indulgent way to the point of being destructive.9 Groys’ Antiphilosophy, begins with the “discovery” that the authors he had written about “questioned the philosophical practice as such”. Moreover, its discursive strategies made him think of “certain practices that, since the appearance of Hans Richter’s book of, Dada: Art and Anti-Art (1964), have often been characterized as ‘anti-art’.” 10 The most famous example of these practices are the readymades of Marcel Duchamp. We shall remember that Duchamp began us-

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Cooper, David. Psychiatry and Anti-Psichiatry. Tavistock Publications Ltd. London, 1967. The antipsychiatry wasn’t quite a movement but the critical and innovative positin of the istitutional psichiatry as wll as its the criticism of the concept of mental illnes. Ronald Laing, Thomas Szazs, Franco Basaglia were among the diverse and more known ispirators. 7 Groys, Boris. Introduction to Antiphilosophy. Verso Books. New York, 2012. pp. VII-XIV. 8 Salíngaros, Nikos. Anti-architecture and Deconstruction. Umbau-Verlag. Solingen, 2007. 9 Michael Mehaffy, “Notas final a la segunda edición”, en Salíngaros, op. cit. 10 Groys, Boris. op. cit. p. VII.

ing industrially produced objects at least since 1913,: a bicycle wheel on a stool, a bottle dryer, a urinal. In the “abbreviated Dictionary of Surrealism” the readymade is defined as “an usual object promoted to the dignity of an art object by the simple choice of the artist”.11 The artistic gesture that is set in the readymade would lo longer lie in the choice of the usual object to be used —this urinal instead of that Vase— but rather in the very act of “promotion” or artistic value attribution to an object by the artist. Apparently, the previous object’s lack of value, its foreignness to the world of art, would be the most important aspects in view of its so-called “promotion”. The choice of these readymades has never been dictated by any aesthetic delight. The choice was based on a reaction of visual indifference, simultaneously suitable to a total absence of good or bad taste… in fact a complete anesthesia.12 The visual indifference or lack of excitement for the chosen object, refers to that object’s insignificance that routine transformed into invisible. In particular, it must establish itself as a work of art, not because of their intrinsic properties or for the material work made by the artist in terms of appearance transformation. As a matter of fact readymades are such because Duchamp declines its transformation as in traditional art. Here its importance, which makes that the readymade can be considered a new type art, inaugurating the so-called conceptual art, is that it makes visible what used to be invisible. “Using readymades say —that of certain objects, well known to everyone, everyday life— from, Duchamp served only to

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Citado en Duchamp, Marcel. Escritos. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2012. p. 94. “A propósito de los Ready-mades”. En Duchamp, Marcel. Escritos. p. 237.


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highlight a procedure that had been applied always and universally and not only for production art, but culture in general. Duchamp, in fact, declined the transformation of the profane object which used to show that the cultural enhancement of the object is different from its artistic transformation process.”13 The readymade enables a profane object, without more value than use, to leave the area where things get older, rust and lost, to enter the archival universe, where valued works are preserved from ruining and disappearance. It is the valuation of a profane object which allows the axiological border’s displacement, the one that separates an archive from the profane world 14. I would like to underline, as could not be otherwise, that the mechanism set by Groys, regarding the innovation process and the general creation of new, follows other disciplines’ thoughts. Indeed, in his explication of the cultural economy clearly resonates Freud’s sleep work metapsychology. Psychoanalytic explanation suggests that all production of the unconscious undergoes a process of transformation in order to access awareness and discharge the system from the struggle. Thanks to unconscious mechanisms of displacement and condensation, this is a possible transformation, which must satisfy both the unconscious desire and the defense demands. Given the free state of unconscious energy, one or more representations submitted to the process of repression —let us remember that only representations may be subject to the generic repression mechanism— move their cargo, following associative pathways of continuity and contiguity, in favor of other less committed. This shifts is expressed by the rhetorical metaphor. 13 Groys, Boris. Sobre lo nuevo. Ensayo de una economía cultural. Pre-Textos. Valencia, 2005. 14 Groys, Boris. op. cit.

Likewise, the basic tropes of rhetoric, metaphor and metonymy, correspond to the aforementioned Freudian mechanisms.15 Thus, we could explain the mechanisms of innovation that Groys staged at the macroeconomic level, at the micrological level of creation, in the psychological processes and the order of language. “Antiphilosophy in other words, is a readymade philosophy giving universal philosophical values to certain existing current practices in the same way in which artistic practices’ readymade attributed artistic value to ordinary objects. To achieve this goal, the anti-philosopher seeks practices and experiences that can be interpreted as universal while transcending cultural identity.” Thus, in this exercise of anti-architecture, the authors have selected profane events from their profession world. None of them are ordinary nor common. Both are exceptional. Still, this exceptionality keeps them outside the discipline architectural world.

Fictions: the supporting idea table What do Tupamaros have to do with the tragedy of the Andes? If both cases have remained outside the architectural world and if they both refer to symbolic universes —at least apparently— reciprocally contradictory and therefore unrelatable, what makes the meeting possible? The first association that comes to my mind is the Preface to The order of things by Michel Foucault: “This book first arose out of a passage in Borges, out of the laughter that shattered, as I read the passage, all the familiar landmarks of my thought —our

15 Jakobson, Roman. Two aspects of language and two types of aphasic disturbances. “A competition between both devices, metonymic and metaphoric, is manifest in any symbolic process, be it intrapersonal or social.”

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thought, the thought that bears the stamp of our age and our geography— breaking up all the ordered surfaces and all the planes with which we are accustomed to tame the wild profusion of existing things, and continuing long afterwards to disturb and threaten with collapse our age-old distinction between the Same and the Other. This passage quotes a ‘certain Chinese encyclopaedia’ in which it is written that ‘animals are divided into: (a) belonging to the Emperor, (b) embalmed, (c) tame, (d) sucking pigs, (e) sirens, (f) fabulous, (g) stray dogs, (h) included in the present classification, (i) frenzied, (j) innumerable, (k) drawn with a very fine camelhair brush, (1) et cetera, (m) having just broken the water pitcher, (n) that from a long way off” look like flies’. In the wonderment of this taxonomy, the thing we apprehend in one great leap, the thing that, by means of the fable, is demonstrated as the exotic charm of another system of thought, is the limitation of our own, the stark impossibility of thinking that. (...)The monstrous quality that runs through Borges’s enumeration consists, on the contrary, in the fact that the common ground on which such meetings are possible has itself been destroyed. What is impossible is not the propinquity of the things listed, but the very site on which their propinquity would be possible. The animals ‘(i) frenzied, (j) innumerable, (k) drawn with a very fine camelhair brush’ —where could they ever meet, except in the immaterial sound of the voice pronouncing their enumeration, or on the page transcribing it? Where else could they be juxtaposed except in the non-place of language? (…) What has been removed, in short, is the famous ‘operating table’ I use that word ‘table’ in two superimposed senses: the nickel-plated, rubbery table swathed in white, glittering beneath a glass sun devouring all shadow— the table where, for an instant, perhaps for —ever, the umbrella encounters the sewing-machine; and

also a table, a tabula, that enables thought to operate upon the entities of our world, to put them in order, to divide them into classes, to group them according to names that designate their similarities and their differences— the table upon which, since the beginning of time, language has intersected space.16” I can’t stop smiling at the fact that when Foucault was faced to think “the Other”, he appealed to two writers of the Rio de la Plata: The Argentinian Luis Borges and the Uruguay Isidore Ducasse, mainly known as the comte de Lautreamont. The foucaltian quote (not a real one) from the proto-surrealist phrase of the Comte: “beautiful as the chance meeting on a dissecting-table of a sewing-machine and an umbrella”.17 It is perhaps not without some humor, that it would be it possible to think diversity. Foucault’s observation points along the way that Lautreamont offers a table where to put heteroclites elements and thus open tge possibility for logical meeting. The question then remains, what do the Tupamaros have to do with the tragedy of the Andes? The answer is, first of all, nothing or very little. Moreover, it seems that they are two examples, if possible, opposites. And for this reason, if we are to give credit to the French thinker, it is the ability to support them in the same anti architecture table, that would allow its use within an architectural reflection.

The Andes’s tragedy or an exemplar case: the inside and the outside I must confess that is not easy to make theoretical consideration related to the Andes’ accident. In 1972 I was 14 years old and the airplane crash deeply af-

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Foucault, Michel. The order of things Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2002. pp. 9-11. 17 Lautréamont, Los cantos de Maldoror. Editorial Pre-Textos. Valencia, 2004.


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fected me. I Had, nor I have now, anything to do with those boys. I come from the outskirts of Montevideo and my personal education and experiences are far distant from the Old Christian’s world, far from rugby and from The residential neighborhood of Carrasco. Nevertheless I felt at the time, and I I still do, a strong empathy and respect for those young people, slightly older than me, who managed not only to survive, but were also capable of fighting the mountains, and the freeze while looking for help. Having said so, I will undertake this analytical note, no doubts only initial and not sufficient, with all the respect and care that human pain deserves. How does the Andes accident help us to think towards an anti-architectural proposal? What does this media readymade help us to discover? What can books, films, documentaries and all the multiple witnesses still reveal us? I believe that a crucial starting point could be considering that “architecture is a late reproduction of spontaneous special configurations”18 Can we use the Andes example as an example to understand those spatial configurations which do not proceed collectivity but rather its production? If perceived with the contemporary lenses, this wouldn’t be the techno-sedentary attitude of measuring in order to occupy territory but rather the nomad gesture of distribution, organization and measurement directed at the group’s action center. Can we overcome the technical and architectural knowledge in order to find the pragmatic, gestural and performing configuration of the space conceived as a place? “we live in primitive conditions, lacking of everything and without the cultural tradition which would allow certain human groups to sustain themselves with the little resources given by the environment. The major dif18 Sloterdijk, Peter. Esferas 3. Editorial Siruela. Madrid, 2006. p. 277.

ference is that the place where we appeared simply wasn’t made for living, thus we appeared to be the very first humans arriving into a deserted planet”.19 Being very young, I remember talking with my father about Yuri Gagarin’s space mission first and later John Glen’s orbits around the earth. My father, who once was sport pilot, used to explain me the problems they would face. He talked about the hollow, the lack of oxygen and gravity, as well as the cold. Therefore, being four or five years old, I asked him what cold was. His simple answer certainly impressed as I kept it in my memories, “cold is the heat absence”. At the time, it wasn’t easy to conceive that extreme deficiency, but it made realize to what extent we humans are thermo-dependent. Therefore the space ships had to recreate what already exist on earth. From this conception started the Idea of an habitable “space capsule” capable of creating a small transiting world through the least hospitable. Those who build these devices have to recreate all the functions and condition proper to an inhabitable human environment. The Andes survivors were nothing but naked astronauts dealing with the outside world without the proper equipment. “Nothing in that place was flavorable for human life, it didn’t even akcnolged its presence. Cold tortured us, lack of oxygen in the air exhausted our lungs, filterless sun blinded us while causing blisters on lips and skin, and the snow was deep to the point that one day the sun had molten the frozen layer that every night would be formed around the plane and we couldn’t leave the aircraft without sinking to the hips. Besides, within the never ending kilometers 19 Strauch Urioste, Eduardo. Desde el silencio. Cuarenta años después. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2015. p. 147.

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of frozen valleys that would keep us trapped, there was nothing that an alive being could eat, not a bird, an insect and not even some grass”.20 In this extreme outdoor, where conditions are not suitable for living and where only the vertical violence brought live, the question on the fall out of the man is open. Be it for birth (the crying during the passage from the amniotic world to the aerobic environment, that activates the cardio-breathing system), be it for the human arrival to earth, phylogenetic tells us that here is where things start. “In the snow society codes were very different from those of the alive, where what was appreciated was phisical but intangible like being all equals, thinking of the group, brotherhood, lavishing affections and sheltering illusions. (…) this human behavior experiment which functioned because it followed the five most simple imaginable concepts: team, persistency, affect, intelligence, and most of all hope”.21 The human fact is based on the greenhouse effect. The old pre-human Africans, “due to their way of occupying the space, produced a greenhouse effect, which led to the incubation of the homo sapiens”.22 Moreover, Sloterdijk finds an intriguing way of expressing it, “the primary anthropic greenhouses didn’t have, in principle, material walls and roofs, but rather, we could say so, they only had walls by distance and roof by solidarity”.23 The main human life climate lies in proximity, from it and with it humans are capable of separating and emancipated themselves from environmental 20

Parrado, Fernando. Milagro en los Andes. Editorial Planeta. Montevideo, 2006. p. 56. 21 Canessa, Roberto. “Abandonados”. En Vierci, Pablo. La sociedad de la nieve. Editorial Sudamericana. Montevideo, 2008. 22 Sloterdijk, Peter. Esferas 3. 23 Sloterdijk, Peter. op. cit.

adversities. Obviously full emancipation is hardly to happen on the mountains when the cold is an intangible force that penetrates everywhere. Indeed when Vitruvio reflects on the orgins of architecture he focuses on fire intended as a fundamental commodity. From this point of view, fire is a proto-architecture as it organizes the space in circle around the fireplace, something that will eventually turn in home when the hut construction would became a shelter.24 As we had matches, we could easily light a fire, but unfortunately there was no fueling materian on the mountain. We burnt all the money we had (almost 7.500 dollars turned into smoke) and we found enough wooden pieces on the airplane to light two or three small fires but those would quickly turn off and the only thing gained from this short luxurious heat was that we would notice more the cold once the fire was down. Our best defense against cold was to snuggle all together on the seats’ cushions that we once spread on the airplane’s floor while enrolling into feeble blankets hoping to pass enough warmth to each other to pass the night.25” The naked human being requires specific prosthesis for this effects. Even so, the group’s heat, besides the practical aspects of it or maybe exactly because of it, has to to do with the “solidarity roofs”. In this specific case, the common situation induce the formation of a group body as a primary survival font. The fact that the community central nucleus was formed, majorly by the rugby team, is a fundamental factor. A sporting team is trained in its organization and keeps roles different for the achievement of common objectives. When the group changes, not only members but only tasks —meaning from a sporting task to survival— roles and the dynamic 24 Sloterdijk, Peter. Esferas 2. Siruela. Madrid, 2004. pp. 203-206. 25 Parrado, Fernando. op. cit. p. 96.


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change as well. It’s natural for the group to address the new mission with the previous organization. Marcelo’s profile, the team’s captain, as the new situation26 leader, has obviously to do with predetermined roles, but also comes from his personality capable of interacting with the new conditions. The most outstanding thing is that new roles appeared consisting of new more or less specialized leaderships. Those express the self-organization phenomenon that the new conditions required. The group members’ previous attitudes and knowledge —maybe irrelevant in sports— suddenly acquire sense in the new situation. The “doctors”, the “explorators”, the “inventor”27, the “lost kids”28, and so on, are part of the roles’ configuration that in any other group work as complementary. Said with other words, the leadership function turns among the members depending on the task. Including those that take care of the most negative issues, as the “lost kids”, they might be intended as part of the roles assumption game, which is what keep the group cohesion through its dynamic circulation tension of all the inner anxieties of the collective. Moreover, his victory within the fight against the cultural taboo of eating human meat should not be seen as savage, but rather as an effect of a rationally developed practice, which managed to impose itself over that accustomed repulsion. Shame, disgust and similar sensations, where reinforced and reoriented during the civilization process in order to build emotional barriers for the newly born nation-state’s citizens29. At the beginning of the modern times, it was

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Parrado, Fernando. op. cit., p. 69. Parrado, Fernando. op. cit., p. 98, and Strauch Urioste, Eduardo. op.cit., p149. Parrado, Fernando. op. cit, pp. 94-95. Elias, Norbert. El proceso de civilización. Fundación de Cultura Económica. Madrid, 1987.

important to contain medieval passions which were always ready for action, as it is common among to any society ready for an imminent war. In that case, it was the only way to survive. The “intimate communion” and the moment each person offers himself to be eaten in case of death, are part of the rise of awareness for something that couldn’t be possible to think before under other circumstances. Generally, every changing situation generates a counter movement “against change”. The dynamic of the Andes group rapidly overcame those resistance, which allowed to take with pragmatism all their painful decisions facing the unfortunate events. Obviously their active adaptation capacity to all the stressing conditions they crossed had a cost. feelings of failure, angry outburst, depressions, the experience of humiliation, and last not least the multiple human forms of love which showed the great malleability and also the wide spectrum of psychological mechanism to face challenges. This is called, group’s mental health, not the lack of conflicts but the capacity to creatively reinterpret them.

MLN or the case study: the outside and the inside If the Andes survivals problem was to create an outdoor “interiority” under extreme conditions, the MLN Tupamaros saw the possibility of creating an “outside” inside the urban space. There where it was concentrated half of the population, while a clear public-private space difference still existed, they created a clandestine zone from where to deploy their guerrilla tactics while creating new subjective condition towards the revolutionary action throughout the armed fight. The fact that they also talk about “armed propaganda” should orient our analysis towards the media focus.

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One of the MLN focused work that caught my attention due to its peculiar point of view was made by the artist, cirtic and theorist Luis Camnitzer in the boo Didáctica de la Liberación30. Following Camnitzer’s text, the Tupamaros started to organize in 1962. Besides the date accuracy, in ’62, I was 4 years old. This means that I don’t remember the first time I heard the word Tupamaros, but I grew hearing their actions. If it is of any relevance, I would add that I somehow liked the movement’s actions. I was young but I already felt “leftist”, for me that meant to be on the working people side and that the collective interest is more important than the personal one. My family had no sympathy for the MLN, nevertheless what I would hear used to delight my young mind. What would I hear? News of their actions, bank robberies, their popularity among the poor, their corruption reports, their public proclaims in movie theaters, radios and so on. How would it get to my attention? Some elements were announced on medias, but the most important fonts of info were to be found in family, friends, neighbors and classmates’ commentaries. Completely different was the spirit of the bloody crimes that came, which immediately annoyed me and that lead me to prematurely take a different path within the Uruguayan left. This personal notes might seem banal, but I think that in what they were doing I felt, together with many the spirit of propaganda, scenography, ethics, romanticism, ideals, which were not always confirmed but were all part of the imaginary of the epoch which makes sense to highlight. On the contrary, I’ll swim between internal resistances trying to recall, as honestly as possible, my 30

Camnitzer, Luis. Didáctica de la Libiberación. Arte conceptualista Latinoamericano. Casa Editorial Hum. Montevideo, 2008.

reception of those happenings that heavily impacted the public opinion and me. Camnitzer’s starts from the assumption that “If there is a line separating art and politics, (...)Tupamaros exemplify politics, approaching the art boundary as much as possible”. The aesthetic approach to Tupamaro’s event, allows Camnitzer to convey a particular view of the phenomenon: “If we want to use an artistic terminology, the Tupamaros developed a new form of theater. (...) their works were structured with the same rigidity that traditional theater have, but operated under unpredictable conditions. this one would assume that a complete improvisation is needed. “In the city we are all actors. All of use exercise our roles according to the situation and to rules of every institutional level. especially on the street. The public realm is where the self is expressed through the imposition of socio-cultural masks. At first sight, nothing differentiates a clandestine from a common citizen, unless the identity and appearance is known. The underground “costumes” may consist of a wide repertoire but all lead to go unnoticed by a more or less formal clothing, carrying out daily activities and keeping romantic attitudes, as a couple having an exclusive project.31 In other words, although the underground dimension has to avoid exposure, the best way to go unnoticed is to be shown on as an average citizen having some kind of daily purpose between hands -of course what said is also the oppressors and para31 Sasso, Rolando. Tupamaros. El auge de la propaganda armada. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2012. In this book many anedocts are told refering to this point, especially en relations to the way people would come in and out of the “casa del silencio” or from the Rodo’ park basement. Also it tells how they would go out to by milk or ciguarettes in oder to check if the Secret Service where waiting at the corner.


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militarie’s strategy. The first rule is not to attract attention. Within certain limits, the city with its crowds and its relative anonymity, -not the same in New York, London or Paris, truly advanced theater cities or the sixties’ Montevideo- allows it. Before continuing I’d like to explain what kind of city we are talking about. When Vilem Flusser enounced its “city disappearance”, he made a quick history of public interests configurations starting from what used to be the Greek polis which was not a city as we intend it nowadays. The Greek polis used to organize its space around the sacred —the temples come from the older Minoan palaces converted into public buildings—, the agora —politics and business— and the oikos, the housold, meaning the private space. There is no reason to focus on these issues, but is relevant to underline what if we follow historians such as Jean-Pierre Vernant,32 we understand that the polis was characterized by democracy in the understanding that people —“citizens” were those who could defend the polis— were equally involved in the public debate. Among multiple reasons, what just said was possible thanks to the incorporation of writing —to set laws and publicly share thought—, the strength of words to be used as an instrument of power last not least the concept of isonomy, meaning equal citizen’s participation in the administration; then on the historical association between logos and democracy. From the Polis, passing by the roman variations, up to the following transformations, Flusser states: “the public space and the private space remained the same for centuries. As you know, Hegel highlighted the fluctuation between the two spaces as a fundamental principle of his The Phenology of Spirit. He said ‘One leaves his private space to conquer the world while getting lost

into it, later one comes back from the public space to the house looking for one self and loses the world. (…) the private space is defined while the public isn’t. The private space is defined by walls and roofs, and in this roof there are two types of holes: the window and the door. The window let you look outside —which by theory33 would allow to ‘see the republic without getting wet’—and the door is the hole with commitment. One can pass through it, participating in the republic’s activity, to search for something and bring it home or to conquer something. One transits from the door to advertise (something) or for prostitution, which more or less stand for the same, because “prostituere” means “exposure”. The public space is also where one can do all that is wanted. Even corruption is part of the republic. That’s because the public, the commons— is there in order to be stolen”.34 With its peculiar way of expressing it, Flusser offers his point of view to show the obvious under a different light. Rather it seems that his argument aims at deconstructing, with little expressive twists, stereotypes that urban life tend to impose as an automatism. The city is about what just stated, the repetitive movement of stereotypes that continue beyond their usefulness, assuming they had it at some point. In flusserian terms we might say that to get information, we have to be in the public space, banks, schools, libraries or wherever, in order to go back home with them. To send information instead, the reversed path had to be taken, meaning to publish in 33

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Vernant, Jean-Pierre, Los orígenes del pensamiento griego. EUDEBA. Buenos Aires, 1991.

Flusser refers tho the word theory’s ethimology. Its origin has to do with the “looking” of specatators and amsaddadors, meaning those who see without partecipating in the action. Dialgue between Vilém Flusser and Hubert Christian Ehalt, in La desaparición de la ciudad. En Textos escogidos. Traducción de Breno Onetto Muñoz.

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printed form or by any other available means. “Public information were there to be privatized, and privately elaborated information were there to be published”.35 Nevertheless the state of affairs described could no longer sustain itself in the same way: “What I’ve described to you now, is valid until the Second World War. Politics has always been something dangerous that threatened the men throughout the use of sacred space. The public space excuses for politics stated that it had to be published, that is, information had to be elaborated at home for the market place, and one could only get information by leaving the private space and the information was then conquered, stolen, bought or whatever. All this, today, doesn’t count any longer because the walls, as the doors, have been perforated (durchlöchert) by cables and antennas, so that information now flows into the private space. You get all the information sent directly home without having to move. It makes no sense to attend a concert, to go to the theater or to school. This public space and the city have lost all justification”.36 In my interpretation is not that the city and the public space lost their justification but rather that their symbolical reference changed due to the fact that the spirit of our current times- the unhappy consciousness “of Hegel, product of the dialectic between the “world” and the “self” —is no longer based on the same principles. Flusser starts saying that what was previously written —the traditional public-private dichotomy— was valid until World War Two. In that moment somehow globalization completed itself after 500 years of European conquests. What still had yet to come, was what we now

call telecommunication globalization.37 The fact that the walls start to be perforated by cables and antennas, like it happened in Uruguay in the 60’s,38 refers to a specific phase of these global phenomenon, the one described by MacLuhan as te electromagnetic telecommunications. Indeed, the unidirectional medias like newspapers, radio and television are, carry information towards the private sector. At the same time bi-directional medias like the telephone began to be distributed. In Uruguay at the time, it would take years to get a telephone line, a bit less if maybe in case one was a doctor or part of some politician’s “index card”. Throughout the development of information technology together with the so called “machine a habiter”, the media transformation changes the city and this process ends in today’s hyper connectivity of the real synchronized communication phase.39 What said could be interpreted as a media approach to the city, to which we shall add the previous considerations by Camnitzer and the following Flusser’s comment: In New York there is a long-range de-politicization. There it has been developed something you can’t describe with private terms nor with politics’ terminology, but could perhaps be simply called ‘show’. The city has been transformed into a theater, in a series of presentations and that’s the excitement of it, the giddy. Life goes to Washington Square, the Village and

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Vilém Flusser. Medienkultur. Fisher Verlag. Berlin, 1997. Dialogue between Vilém Flusser con Hubert Christian Ehalt.

This topic is treated by Peter Sloterdijk troughout the trilogy of the Esferas. The tv channels started to transmit in the first years of the 60’s. all included except channel 10 which started slightly earlier. Todays’ digital computer medias disrupt the public and private’s horizon in an even more radical way. Moreover, they have the effective and verifiable potential of transforming the public not only into private but into the intimate.


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Bowery. Strangely theater has become New York right at its city center. “Today’s urban theatricality, or rather the staged city, is as ubiquitous as the techno-administrative de-politicization. If we take Camnitzer’s argument, it would seem that the Tupamaro’s performing action was deployed also in this regard. Its scripts and stagings, questioned political imposture while criticizing its fundamentals, differently said, they were questioning ruling classes and political parties’s power appropriation of the public sphere and corruption. Camnitzer clarify that Tupamaros had no esthetic intentions nor artistic ones, nevertheless, in order to be effective, they rehearsed and followed a script during the majority of their actions —in order to be capable of improvising one needs to be well trained as listening to Jazz clearly shows. In some of these actions, they dressed up like cops, as they did during Pereira Reverbel’s kidnapping or at the San Rafael Casino’ robbery in Punta del Este.40 If the MLN focused on the armed propaganda can we interpret their actions as urban “interventions”? Besides banks and casino’s robberies which were done in order to finance the organization, the main objective was to report corruption and inequalities while promoting the subjective conditions for the revolution. That’s why Tupamaros put lots of efforts in their Radio programs “La voz de los Tupamaros” o “La tartamuda, or their connection with movies and radios or the printing of multiple flyers, proclamations and documents of all sorts. Moreover we shall ask, what brought José Mujica to presidency in 2010? Obviously such a question has no single answer. Among the others, I am convinced that it had to do with his way of appearing on medias. The world of politics is extremely stereotyped. At the time, the actor’s “look”,

and the following discourse, were still based on old script as the talking continues to be expected and stereotyped, which eventually appears to be insincere and fake. Mujica broke into the media with such a distant way of communication from the rest of the politicians that produced a clear sense of sincerity that affected the general public. The media surface into the user or to the viewer what Boris Groys once called the “media-ontological suspicion”.41 Kindness and circumspection, as well as the expected statements and in general all the stereotypes, produce suspicion, if not, disbelief. Mujica instead appeared in TV with its peculiar language, sometimes vulgar or rude which could have been, eventually, judged to be wrong, but certainly it was recognized to be honest and sincere. That was a clear novelty in the political scene, even more considering the redundancy of what is called “information”, especially on TV. Another Camnitzer’s concern that I consider to be relevant is described by the author as such: “We could say that the Tupamaros’s attacks, having a certain amount of anarchist attitude, were more of a reaction to the regime’s abuses and secondary against its ideology”. In my opinion, that’s what made the Tupamaros popular, especially among younger generations. They were not moved by ideology but rather by the need to challenge and make fun of regimentations, taken as symbols of the disciplinary control. The state apparatus’s regulation of time and space would replicate itself at all institututional levels, from factories to school, from hospitals to prisons and agricultural infrastructures. The thesis that considers the city as a result of agriculture is probably right, but at the same time it’s sure that the

40 Sasso, Rolando. op. cit.

41 Groys, Boris. Bajo sospecha. Una fenomenología de los medios. Pre-Textos. Valencia, 2008.

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city imposed its modality on rural production. The replica of this schemes trasferrend into the social organization ended up diagramming the family group in its peculiar tension with familitie’s institutions. This disciplinary aspect was, in my opinion, completely different to what the younger generations were creating in the 60’s. Family emancipation, sexual liberation, questioning of the authority, non-conforming social attitudes, self-experimentation, self-design. The French may didn’t happen by chance. Neither was a matter of chance what happened in Uruguay, United States and to the majority of the southern hemisphere. Its clear that by that time the world was divided in two, but something was produced that went beyond “ideologies”, it was a reaction against patriarchal power’s hypocrisy, overt and instituted violence, destinations set in advance and disciplinary strips and everything that had no longer any justification to exist.

Located Reboot: water well and veiled walls Fiction has to start again. Old characters appear again, sometimes the same, sometimes different. The fact is that we are no longer the same, made as we are, of evanescent flowing time. And when for the first time, we hear the story, as Borges42 liked to say: it is already the second or third time. Fiction doesn’t mean unreal but, on the contrary, refers to the very heart which we continue to call reality. If exists it’s made of stories. And there only are stories as everything is language. Even silence. And when all that is solid has vanished into thin air, we are left with memories, the stories. We inhabit the labyrinths of a 42

In “Las versiones homéricas”, for example, included in his book Discussion, from 1932. Obras Completas Tomo 1. Emecé. Buenos Aires, 1989.

symbolic framework that we sometimes call culture and others we simply call it reality. Transgressing the Uruguayan Pavilion’s thresholds, crossing the semi-transparent veil around the perimeter, is like entering a apparently empty space. In fact, this gap is filled with invisible ghosts wandering around an excavation. They are the well and the piled soil on its side. The gesture of digging, opening the ground, opening it to search. For what? Perhaps a hidden treasure, an archaeological dig, an escape tunnel or foundations for something yet come. The pit and the stack, concave and convex, the gestural side of architecture, the mountain and the subsoil. Moreover, the architecture of those hominids transiting towards humanity, right by the African steppe, when snouts became faces creating beauty and eroticism. When the ritual of burying dead began. A never ending well destined to be combined with the first readymade, that is the ideal bone, at the same time weapon, tool and spacecraft. Bodily extension, of the arm, perhaps ingenious lever to deceive heavy objects and at the same time all nature.


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TOPOGRAFÍA CATÁSTROFE INSTALACIÓN REFLEXIVA Y APERTURA A NUEVOS FRENTES PROYECTUALES

Ro berto Fer ná ndez


Roberto Fernández es Doctor y Catedrático de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, Profesor Invitado y conferencista en diversas universidades de América y Europa. Autor de numerosos libros y artículos especializados en publicaciones dedicadas a la arquitectura y el urbanismo en Argentina, Chile, Colombia, Italia, España, Brasil, Perú, USA, Reino Unido, Francia, Portugal, México, Venezuela y Uruguay. Recientemente designado por el Consejo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República de Uruguay como Director de su Doctorado en Arquitectura.


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Las consecuencias urbanas de una práctica política sesentista —los refugios invisibles de la guerrilla urbana tupamara— y un episodio dramático de un grupo de deportistas —el accidente andino del vuelo FAU571 ocurrido el 13 de Octubre de 1972 en el que perdieron la vida 29 de los 45 pasajeros y tripulantes— constituyen los dos motivos-instalación que aquí se presentan y ellos dan pie a una forma excavada regular o urbana (pero incierta en la materia que excava, el propio suelo veneciano) asociada a la conocida ecuación de Lewin, según la cual la conducta de una persona es función de la imbricación de subjetividad y ambiente. El agujero cavado permite que los visitantes se lleven una porción de ese suelo de recuerdo. Las conductas de los guerrilleros eran función de su subjetividad revolucionaria y su ambiente invisible-subterráneo que era su hábitat, pero también el soporte de sus puntuales acciones visibles o de superficie y las conductas de los sobrevivientes de la tragedia andina fueron función de su subjetividad deportiva (men sana in corpore sano) y su ambiente de muertos, moribundos, chatarra consecuente del accidente y hostilidad climática que fue su hábitat catastrófico desde donde debieron repensar la supervivencia, incluyendo el debate cultural-natural sobre la antropofagia.


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La instalación enuncia desde una hermenéutica propia del concept art, una forma de retrotraer al visitante a la confrontación de este hecho de arte con la potencia evocativa del par de sucesos y su impacto constitutivo de la uruguayidad moderna de una forma equivalente a la enigmática tristeza de las performances de Joseph Beuys y sus potentes recordaciones de guerras, muertes y desechos materiales; solo que en vez de liebres moribundas y trozos de fieltro aquí hay una re-presentación arquitectural, un agujero excavado. Pero esta muestra ocurre en una Bienal de Arquitectura y se necesita agregar más allá de lo que emerge de tal estética conceptualista (y del reconocimiento de la máxima potencia crítica que hoy genera el arte conceptual) un punto de anclaje para repensar algunas vías de acción proyectual. Hay allí, en los episodios y en las formas de la instalación, dos miradas relativas al vivir urbano contemporáneo. Por una parte, la innercity, la ciudad profunda y emergente de una larga historia natural que sin embargo, tiene porosidad social y espacial, que siempre es materia de posibles reactivaciones en usos, densidades y prácticas urbanas alternativas. El Delancey Underground del lowline neoyorquino, parque subterráneo extraído de una antigua estación tranviaria abandonada, sería un ejemplo de este traer a la luz urbana un trozo de su geología artificial.

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Una ciudad interior que se modela a trancazos de Estado y Mercado, estipulaciones codificadas de suelos con formas y usos predeterminados, segmentaciones que trocean lo urbano en formas-mercancías que en lo posible sean homogéneas, regulables y transables; pero que subterráneamente puede explotar en microeventos reactivadores, libranzas de suelo inflado, capturas furtivas de aire, multiplicación de trangresiones vitales a lo que regula y uniformiza el Estado y el Mercado. Por otra parte, la outer-city, un afuera de ciudad propicio para la catástrofe, que vale la pena definirla como cambio brusco del estado de un sistema dinámico. Una catástrofe puede ser una pieza de infraestructura no pensada proyectualmente, una captura fragmentada de porciones de naturaleza relictual (lo poco que queda: Interlace, OMA, Singapur), una neo-ciudad pensada in-formalmente, es decir fuera de la forma del mercado, la forma del trabajo o la forma de la unités d`habitation, por ejemplo, la in-formalidad amasada con chatarras (chabolas de Addis Abeba) y en donde se cuece otra biopolítica de cuerpos desprotegidos ante enfermedades, crímenes, mal abrigo y alimentación, desmembramientos de las formas clásicas de la microsociología familiar o vecinal, etc. La outer-city por otra parte elimina las transiciones socio-espaciales de la inner-city (eso que llamábamos espacio público) y coloca en


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diferentes fragmentos (o ghettos, una interesante palabra veneciana) a gente muy rica o muy pobre, a pos-urbanitas de retorno de lo metropolitano al disfrute antisocial de naturaleza y a pre-urbanitas que vienen migrando de un pasado rural o que sostienen tres o cuatro generaciones finales de proveedores de productos naturales al mundo urbano (quinteros, floristas, tamberos, etc.) o que escapan de las guerras recientes. Como lo decía el Negro Jefe —Obdulio Varela, mediocampista del seleccionado uruguayo de fútbol campeón del mundo de 1950— los de afuera son de palo, al referirse que en aquella ocasión los cien mil espectadores brasileños del Maracaná, no jugaban dicho partido de once contra once. Efectivamente en ambas situaciones de la instalación (la inner city subterránea tupamara y la outer city de los 16 supervivientes de la catástrofe andina) los de afuera son de palo ya que hay un afuera-arriba de la ciudad normal-formal respecto de los clandestinos y hay un afuera lejano de la no ciudad del accidente andino, afueras que deben tensarse para conseguir la ecuación lewiniana de conducta en cada caso: resistencia y supervivencia. Es de palo (malo) el sujeto ajeno al que se opone el guerrillero mediante su ejercicio de violencia ejemplarizadora y es de palo (bueno) el hombre de la calle al que aquella guerrilla busca redimir incluso desenmascarando su grado de alienación. Es de palo (natural) todos los que coexisten con los sobrevivientes, desde los muertos hasta los probables arrieros que andarán por alguna parte de la cordillera para activar un rescate y permitir una vuelta a la vida. Hay un afuera de palo en la inner-city en la abstracción del pasaje del ambiente ciudadano al ambiente consumidor. No era de palo el compañero barrial pero si lo es el anónimo acompañante de ómnibus o ascensores. Son de palo los vecinos del country en la outer city pero también son de (otra clase) de palo los habitantes de la ciudad de periferia, abusando de una metáfora en que palo fuese madera o naturaleza. Quizá

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no hay comunidad en el hábitat de la pobreza, pero hay biopolítica en la pura y dura exposición del cuerpo. También se trata de forjar supervivencia en la catástrofe. La topografía de la ciudad densa e histórica es pensar más allá de la larga acumulación construída a lo largo del tiempo y la repetición edilicia. Hay una ciudad de múltiples estratos espaciales, de layers diferentes que evocan la in-formalidad del discurso situacionista en que eran topográficas las visiones de Constant Nieuwenhuys acerca de las derivas, las apropiaciones furtivas y la emergencia del urbanita activo, buscador oportunista antes que flaneur contemplativo. La ciudad situacionista propuso con la anticipación de una utopía política, la necesidad de explorar y explotar la ciudad múltiple de diversos estratos espaciales tanto como de variables y permutables sujetos urbanos que ahora están en tránsito de perder su cualidad política ciudadana en pro de roles asociados con el consumo, pero que a la vez diversifican sus prácticas y tácticas de uso/apropiación de la ciudad como el caso de las minorías urbanas, los grafiteros y parkours, los bo-bo´s, los cirujas urbanos, los okupas, los changarines ilegales, los emigrados y toda una variada fauna urbana trágicamente oportunista que transita la ciudad contemporánea ya lejana del welfare state e incluso de la lucha de la clases (David Harvey dice que la abstracta situación de la lucha de clases hoy deviene en la concreta escena de los conflictos urbanos).


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Se necesitó medio siglo o más para aprovechar la mirada topográfica situacionista, en que confluyó el activismo político-urbano de la izquierda de los 60. Solá Morales utilizó la metáfora topográfica para describir prácticas alternativas de proyecto, más bien ligadas a la exploración alternativa y la captura de oportunidades. El arquitecto topográfo es un cazador que busca cuerpos apropiados en el bosque desordenado. También es topográfo el analista de mercado que investiga algún nicho de rentabilidad. Hay toda otra proyectualidad devenida del mirar/actuar topográfico, desde la naturalización de lo urbano para redefinirlo como materia manejable —como el Sponge Building de Peter Cook, de 1975— hasta el suelo inflado, los blobs y las arquitecturas topogenéticas —como las UVA (Unidades de Vida Articulada) de Medellín. Desde la captura furtiva de espacios público del andaluz Santiago Cirugeda (de nombre tan musicalmente cercano a nuestros recolectores urbanos o cirujas) hasta la colonización del aire de las infraestructuras habitadas de Bernard Tschumi; desde la deformalización naturista de Francois Roche a los Toxic Gardens de Viena de Kadri Kerge. La mirada topográfica confluye a la sociología de la acción —una mirada sociográfica, de urdimbres y conexiones y caminos erráticos— desde el último y más político Pierre Bourdieu al reagregado de lo social en

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redes y corpúsculos de la Teoria ANT (Actor-Network Theory) de Bruno Latour y a toda la sociología del rensamblado social de las multitudes insurreccionadas de Toni Negri y Maurizio Lazzarato. La fusión de esas miradas topo-sociográficas conllevan a excavar la ciudad, sondear sus oquedades y saturarlas, densificar su sentido sistémico de intercambios y conexiones, acercando lo informacional dominante a una densificación del socius, no a segregar o sustituir la corporalidad social, el lugar donde se imbrican los diferentes y que ahora se busca regimentar, disciplinar y controlar con más cámaras de vigilancia y la apología de una paranoia del contacto. El proyectista-topográfo tiene ahora una posibilidad de actuación de un arco más variado y experimental —desde el paisajismo operativo-cognitivo hasta el arte urbano, desde las neo-funciones tácticas y oportunistas hasta las instalaciones efímeras— pero también la responsabilidad de restaurar el demos de una sociedad en donde todos los de afuera son de palo.


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El jardín tóxico de Kerge une la perspectiva topográfica con la catastrófica: su toxicidad finca en la desnaturalización propia de un jardín metálico de chatarra plegada. La noción de catástrofe es una definición emergente de la biofísica que podría aplicarse grosso modo a nuestra idea de proyecto que cambia por definición lo previo. Quizá matizando, lo catastrófico proyectual corresponde al proyecto de vanguardia, aquello que Peter Bürger oponía al proyecto moderno siendo éste para el germano, un proyecto menos drástico o más adaptativo, algo parecido a las diferencias políticas que Lenin encontraba entre revolución y reforma. La pulsión proyectual topográfica no solo excava espacio sino también tiempo y la ciudad enterrada tupamara implicaba relanzar desde las catacumbas otra temporalidad política. La idea que pergeña el artista y activista radical chino Wei Wu Wei junto a Herzog & de Meuron para una versión de la Serpentine Gallery es una excavación casi geológica que superpone todas las trazas de las propuestas previas y así lo topográfico no innova sino que memoriza y acumula. El proyecto moderno sería entonces, no catastrófico sino anastrófico, que justamente alude a una noción de cambio leve y gradual que introdujo Jack Canfield, gurú de autoayuda empresarial en su Chicken Soup for the Soul, el best seller de 1993, que oponía los prefijos griegos kata (que quiere decir hundir) y ana (cuyo significado es alzar). Uno de los supervivientes andinos, Fernando Parrado, trabaja de consultor de empresas en una tendencia semejante a la de Canfield, trasmitiendo sus experiencias, básicamente sobre el modo de sobrevivir a una catástrofe re-naciendo y re-habitando. El libro de Piers Paul Read editado en 1974 se llamó admirativamente Viven! (como el muy diferente film de Frank Marshall de 1993, que como la película que se hizo en USA sobre el dramático rescate de los mineros chilenos tiende más bien a ser usada como mera metáfora de

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la excepcional competitividad del homo (norte) americanus); que desde una perspectiva proyectual de clave heideggeriana podría haberse subtitulado Habitan, Construyen, Piensan! (también con signo admirativo). A los sujetos emergentes de una catástrofe les toca un curso de Heidegger acelerado. Es decir, alzan lo que se hundió (del kata al ana) poniendo en situación de rearmado proyectual los fragmentos del colapso, como hicieron los terra-artistas Honecker&Farr en su proyecto chileno de varias instalaciones llamado The Homes Project y que no era más que reensamblar detritus casuales de cada lugar en un conjunto precario de resonancias habitables, igual que lo que hace el marginal de la catástrofe periurbana. La invisible ciudad profunda que desbroza la mirada topográfica en ciertos tramos de modernidad se convirtió en la mitad inferior de un ying/yang civilizatorio, coronado por la idea de guerra permanente y la apología de una sociedad paranoica y así podría presuponerse la coexistencia de la catástrofe bélica y la supervivencia subterránea como en la viñeta que en 1942 publicaba el periódico Montana Standard.


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En la revista X-2 que yo dirigía se publicó en 2009 un artículo del curador de esta muestra, Marcelo Danza, llamado Urbanismo ortodoxo. Urbanismo cínico, que presentaba algunos resultados de sus investigaciones sobre la ciudad insurreccional tupamara, en las catacumbas montevideanas. En esa publicación, su diseñador, el artista conceptual Nicolás Jiménez propuso editarla en negativo, letras blancas sobre fondo negro, con la incomodidad visual que suponía pero también, como metáfora de la contra-ciudad excavada, obturada, topográfica. Las derivas proyectuales de la topografía espesa de la ciudad histórica y la indagación de su porosidad fracturada en lo espacial y en lo social supuso y supone un desafío para las utopías del diseño y las utopías de la política, pero a la vez confluye con la posibilidad de conjugar la catástrofe de la nueva ciudad territorializada y de necesaria violencia con la preexistencia natural que los territorios poseen antes de su des-naturalización a manos de la irreversible urbanización, conjunción que podría verificarse en el proyecto que Thomas Heatherwick propone en 2014 para el Al-Fayah Park en Abu Dabhi, presentado bajo el oportuno mote de fractured desert.

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Rasgar la corteza de la ciudad o los territorios es pues el horizonte del proyecto topográfico, así como unir los fragmentos de algún estallido natural o técnico es cometido del proyecto catastrófico (o más bien del proyecto capaz de neutralizar los efectos catastróficos). Los artistas italianos Ceretto & Spagna ofrecen en su instalación Temple of Matter (2014) la propuesta de un montaje emergente del desecho, la emergencia natural-temporal de una catástrofe suceptible de ser manipulada. En el segundo hueco minero abandonado mas grande del mundo (2,5 kilómetros de largo por 0.5 de profundidad) donde funcionó la mina de diamantes de Mirny al norte extremo de la ex URSS, el grupo ABEllis propone una eco-ciudad de remediación uniendo la topografía mineral a la promoción de una nueva catástrofe. Aquí se desarrolla el modelo de remediación que la modernidad industrial infrigió a los territorios naturales, remodelando su geología y extrayendo las riquezas. La mirada de la expansión urbana exacerbada puede capturar lo peculiar de cada geografía (un hoyo es una buena alternativa para el clima siberiano) pero también usar el modelo de saturación de las oquedades territoriales y urbanas para desplegar otras alternativas del catastrofismo de la outer city cuya condición principal es haber perdido su condición urbana.


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Aprovechar el multiplicado espacio lacunar de las geografías es razón de ser de la voluntad topo-proyectual, pero a la vez el proyecto es siempre, después de la modernidad, un ensamblaje abierto de fragmentos. La muestra presentada en 2010 por el equipo Lynn-Maltzan-Poli (ex Superstudio) Other Spaces Oddisey evoca aquella idea iniciada con la llegada a la luna en los 60 y el desembarco de aparatos y artefactos que rápidamente funcionaran para una colonización técnica y esa suerte de epopeya catastrófica expone en resumen como hacer del pensamiento proyectual una desperdigada clasificación iluminista de piezas que pueden operar en su combinatoria, topografías infinitas. Un reporte posible desde el frente de tarea de una arquitectura (o una cultura proyectual) mas crítica obliga al reboot de producir nuevos textos que eviten la mera reiteración de lo tópico y lo típico a la búsqueda de nuevas geografías y de nuevas socio-economías en la inédita subjetividad globalizada. La evocación de dos sucesos fundantes de la memoria moderna de Uruguay, en su larga tradición de cosmopolitismo desplegado desde su escala de paisito, instauran la posibilidad de explorar como tales hechos forjaron una sensibilidad abierta al aprovechamiento de las topografías y a la administración de las catástrofes.

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TOPOGRAFIA & CATASTROFE Installazione riflessiva e apertura a nuove frontiere progettali

Le conseguenze urbane di una pratica politica degli anni sessanta —i rifugi invisibili della guerriglia Tupamaros— e un episodio drammatico che coinvolse un gruppo di sportivi —nell’incidente andino del volo FAU571 avvenuto il 13 ottobre del 1972 nel quale persero la vita 29 dei 45 tra passeggeri e membri dell’equipaggio— costituiscono i due motivi/installazioni che si presentano e che danno struttura ad una forma scavata regolare associabile alla conosciuta equazione di Lewin secondo la quale la condotta di una persona è in funzione dell’intreccio tra soggettività e ambiente. Il buco scavato permette che i visitane si prendano una porzione del suolo come ricordo. Il comportamento dei guerriglieri era in funzione della loro soggettività rivoluzionaria e del loro ambiente invisibile-sotterraneo che costituiva il loro habitat, ma anche il loro supporto per le azioni puntuali in superficie, così come la condotta dei sopravviventi della tragedia andina fu in funzione della loto soggettività sportiva (mens sana in corpore sano) e dell’ambiente composto da morti, moribondi, rottami post-incidente e ostilità climatica che caratterizzarono l’habitat catastrofico dove dovettero ripensare la sopravvivenza, aprendo tra l’altro il dibattito culturale sull’antropofagia. L’istallazione elabora, con un’ermeneutica propria dell’arte concettuale, un espediente per riportare il visitatore al confronto con un fatto artistico in possesso della potenza evocativa dei due eventi dall’impatto costituente per l’Uruguay moderno, con una forma equivalente all’enigmatica tristezza delle performances di Joseph Beuys e de suoi potenti ri-

cordi di guerra, morte, e scarti materiali. La differenza è che invece di lepri moribonde e pezzi di feltro qui c’è una ri-presentazione architettonica, un buco scavato. Intorno al quali si alzono veli dietro cui sono posti estratti da giornali. Però questa mostra accade durante una Biennale di Venezia e bisogna aggiungere qualcosa oltre l’estetica concettuale (e del riconoscimento di massima potenza critica che oggi ha l’arte concettuale) ponendo un punto in più per ripensare alcune vie dell’azione progettuale. Ci sono lì, negli episodi e nella forma dell’istallazione due sguardi relativi al vivere urbano contemporaneo. Da una parte la inner-city, la città profonda ed emergente della grande storia naturale che senza dubbio ha una porosità sociale e spaziale, e che da sempre offre materiale da riutilizzare, nonchè densità e pratiche urbane alternative. Il Delancey Underground del lowline new yorkese è un parco proveniente dal riutilizzo di una stazione di tram abbandonata che costituisce un perfetto esempio di come portare alla luce urbana un pezzo di geologia artificiale. Una città interiore che si modella dallo scontro tra stato e mercato, accordi codificati del suolo con forme ed uso permessi, e segmenti che tritano l’urbano in forme mercantili che siano più omogenee possibili, regolabili e negoziabili. Dall’altro lato, la outer-city, un fuori città propizio per la catastrofe, che vale la pena definire come brusco cambio di stato di un sistema dinamico. Una catastrofe può essere un pezzo di infrastruttura non pensata in maniera progettuale, una presa frammentata di parti di natura residuale (il poco che rimane: Interlace, OMA, Singapore), una nuova città pensata in-formalmente, ovvero fuori dalle logiche del mercato, dalle forme del lavoro o dalle unités d`habitation, per esempio, l’informale mista a rottami metallici (le baracche di Addis Abeba), dove si assiste alla nuova bio-politica dei corpi indifesi contro malattie, crimini, poco riparo


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e alimentazione, smembramento delle forme classiche di microsociologia di famiglia o quartiere, etc. La outer-city d’altra parte elimina le transizioni socio-spaziali della inner-city (quello che chiamiamo spazio pubblico) e divide in frammenti differenti (o ghetti, una parola veneziana interessante) composti da gente molto ricca o molto povera, ritornati al post-urbanismo metropolitano o al godimento antisociale della natura e al pre-urbanismo proveniendo da un passato rurale che sosteneva tre o quattro generazioni di fornitori di prodotti naturali per tutto il mondo (piccoli contadini, fiorai, i produttori di latte, etc.) o di persone che sono in fuga da recenti guerre. Come diceva il Negro Jefe —Obdulio Varela, centrocampista della selezione uruguayana campione del mondi di calcio del 1950— los de afuera son de palo [ gli esterni sono come i pali, espressione tipica uruguayana], riferendosi al fatto che in quella occasione i centomila spettori brasiliani del Maracanà non giocavano quella partita undici contro undici. Effettivamente in entrambe le situazioni della istallazione (la inner-city sotterranea Tupamaros e la outer city dei 16 sopravvissuti alla catastrofe andina) gli esterni sono come pali visto che c’è un esternosopra e una città normale-formale rispetto ai clandestini, e c’è un fuori lontano della non città rispetto all’incidente andino, un fuori a cui bisogna adattarsi per raggiungere l’equazione di condotta lewiniana in entrambi i casi: resistenza e sopravvivenza. È palo (cattivo) il soggetto alieno a cui si oppone il guerrigliero attraverso l’esercizio della violenza esemplificatrice ed è palo (buono) l’uomo della strada che la guerriglia cerca di redimere smascherando proprio il suo grado di alienazione. Sono pali (naturali) tutti quelli che coesistono con i sopravviventi, dai morti fino agli asini che si spostano lungo la cordigliera per attivare i soccorsi e permettere di ritornale alla vita. C’è un fuori palo nella inner-city nell’astrazione del paesaggio dell’ambiente cittadino del ambiente

consumista. Non era palo il compagno di quartiere ma lo è l’anonimo autista di bus. Sono pali i vicini del country[gated community] nella outer-city, ma anche sono (altra classe) pali gli abitanti della città della periferia, abusando un metafora nel quale il paso fosse legno o natura. Chissà non ci sia comunità nell’habitat della povertà, però c’è biopolitica nell’esposizione pura del corpo. Si tratta anche di incentivare la sopravvivenza nella catastrofe. La topografia della città storica e densa significa pensare oltre l’accumulazione costruita nel tempo e alla ripetizione edilizia. C’è una città di molteplici strati spaziali, di livelli diversi che evocano l’informalità del discorso situazionista nel quale erano topografiche le visioni di Constant Nieuwenhuys sulle derive, con le appropriazioni furtive e le emergenze dell’urbanista attivo, ricercatore opportunista davati al flaneur contemplativo. Con l’anticipazione di un’utopia politica, La città situazionista propose di esplorare e sfruttare la città ed i suo molteplici strati spaziali così come le variabili dei soggetti urbani che attualmente rischiano di perdere i diritti di cittadinanza politica assumendo il ruolo associato con il consumo, ma che comunque riescono a differenziare le loro pratiche e tattiche di uso/appropriazione della città come il caso delle minoranze urbane, i graffitari, il parkours, i bo-bo, i riciclatori urbani, gli occupanti, gli immigrati e tutta l’opportunista fauna urbana che transita la città contemporanea già lontana dal welfare state e anche dalla lotta di classe (David Harvey dice che l’astratta situazione della lotta di classe diventa oggi la scena concreta dei conflitti urbani). Fu necessario più di mezzo secolo per sfruttare il punto di vista topografico situazionista, nel quale confluii l’attivismo politico-urbano della sinistra degli anni ’60. Sola Morales, utilizzò la metafora topografica per descrivere le pratiche alternative al progetto, maggiormente legate all’esplorazione

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alternativa e all’uso delle opportunità. L’architetto topografo è un cacciatore che cerca corpi appropriati nel bosco disordinato. Ma anche l’analista di mercato anche è un topografo che ricerca le nicchie di guadagno. C’è ormai un’altra progettualità legata al gesto topografico del guardare/attuare, dalla naturalizzazione dell’urbano per ridefinirlo come materia maneggiabile —come lo Sponge Building de Peter Cook del 1975— fino all’infiltrazione del suolo, i blobs e l’architettura topogenetica —come le UVA (Unidades de Vida Articulada) di Medellin—. Dalla conquista furtiva dello spazio pubblico dell’andaluso Santiago Cirugeda (dal nome così musicalmente vicino ai raccoglitori urbani informali sudamericani: Cirujas) fino alla colonizzazione dell’aria con le infrastrutture abitate di Bernard Tschumi; dalla deformazione naturalistica di Francois Roche ai Toxic Gardens di Vienna di Kadri Kerge. Lo sguardo topografico confluisce nella sociologia dell’azione —uno sguardo sociografico di orditure, connessioni e cammini erratici— dall’ultimo e maggiormente politico Pierre Bourdieu all’aggregato delle reti sociali e corpuscoli della Teoria ANT(ActorNetwork Theory) di Bruno Latour e tutta la sociologia di re assemblaggio sociale della moltitudine insurrezionalista di Tony Negri e Maurizio Lazzarato. La fusione di questi sguardi topo-sociografica comporta lo scavare la città, sondando le sue cavità e saturandole, implica il densificare il sistema di intercambio e connessioni, avvicinando la informazione dominante ad una densificazione del socius, non a segregare ma a sostituire il corpo sociale, nel luogo dove si intrecciano le differenze e che ora si cerca di controllare, regimentare e disciplinare con telecamere di sorveglianza e attraverso l’apologia della paranoia da contatto. Il progettista topografo ha ora una possibilità di attuazione in un arco più vario e esperimentale —dal paesaggismo operativo/cognitivo fino all’arte

urbana, dalle nuove funzione tattiche ed opportuniste fino alle istallazioni effimere— pero anche la responsabilità di restaurare il demos di una società dove tutti glie sterni sono pali. Il giardino tossico di Kerge unisce la prospettiva topografica con quella catastrofica: la tossicità ottenuta con la denaturalizzazione di un giardino metallico di lamiere piegata. La nozione di catastrofe è una definizione emergente nella biofisica che potrebbe applicarsi grosso modo alla nostra idea di progetto che cambia per definizione ciò che precede. Forse qualificandolo eccessivamente, il catastrofico progettuale corrisponde al progetto dell’avanguardia, quello che Peter Burger opponeva al progetto moderno visto che questo era adatto solo al tedesco, un progetto meno idealistico o più adattivo, qualcosa simile alle differenze politiche che Lenin considerava esistere tra la rivoluzione e riforma. La pulsione progettuale topografica non solo scava lo spazio ma anche il tempo e la città interrata Tupamaros implicò il rilanciare dalle catacombe oltre la temporalità politica. Il piano tramato dall’artista e attivista radicale cinese Wu Wei insieme a Herzog e DuMeuron per la Serpentine Gallery è uno scavo quasi geologico che sovrappone tutte le traccie delle precedenti proposte e così facendo rende il discorso topografico non innovatore ma un fatto di memorizzazione e accumulazione. Il progetto moderno sarebbe quindi, non catastrofico bensì anastrofico, che allude ad una nozione di cambio lieve e graduale che venne introdotta da Jack Canfield, guru dell’autoaiuto imprenditoriale con il Chicken Soup for the Soul, best seller del 1993, che opponeva i prefissi greci Kata (inondare) e Ana (alzare). Uno dei sopravvissuti delle Ande, Fernando Parrado, lavora come consulente di impresa con una tendenza simile a quella di Canfield, trasmettendo le proprie esperienze, sostanzialmente su come sopravvivere alle catastrofi ri-nasciendo e ri-abitando.


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Il libro di Piers Paul Read del 1974 si chiamò con ammirazione Vivono! (come il decisamente diverso film di Frank Marshall del 1993 che come il film girato in USA sul drammatico salvataggio dei minatori cileni tende ad essere utilizzato come metafora della eccezionale competitività dell’ homo(nord)americano). Cosa che da una prospettiva progettuale di chiave Heidegeriana potrebbe essere titolato Abitano, Costruiscono, Pensano! (sempre con ammirazione). Ai soggetti emergenti di una catastrofe serve probabilmente un corso accelerato di Heidegger. In altre parole alzano ciò che venne inondato precedentemente (del kata e del ana) ponendo in situazione di rinnovo progettuale i frammenti del collasso, come fecero terra-artisti Honecker&Farr nel loro progetto cileno di varie istallazioni chiamato The Homes Project e che non era nient’altro che ri-assemblare detriti casuali di ogni luogo in un insieme precario di risonanze abitabili uguali a quello che rende marginale la catastrofe periurbana. L’invisibile città profonda che annulla lo sguardo topografico dalla storia della modernità si convertì nella metà inferiore dello ying/yang civilizzatore coronato dalla idea di guerra permanente e l’apologia di una società paranoica e che così potrebbe presupporre la coesistenza della catastrofe bellica e della sopravvivenza sotterranea come nella vignetta del 1943 pubblicata nel giornale Montana Standard. Nella rivista X-2 che dirigevo in passato, venne pubblicato nel 2009 un articolo del curatore di questa mostra, Marcelo Danza, chiamato Urbanismo ortodosso - Urbanismo cinico, che presentava i risultati delle sue ricerche sulla città rivoluzionaria Tupamaros, nelle catacombe di Montevideo. In quella pubblicazione, il disegnatore, l’artista concettuale Nicolas Jimenez propose di stamparla in negativo, lettere bianche su fondo nero, con l’incomodità visiva che però questo comportava, come metafore della contro-città scavata, sigillata, topografica.

Le derive progettuali della spessa topografia della città storica e la ricerca della sua porosità fratturata tra gli spazi e nel sociale, presupposero e implicano tuttora una sfida per le utopie progettuali e le utopie politiche, cosa che però spesso confluisce nella possibilità di coniugare la catastrofe della nuova città territorializzata e di necessaria violenza con la preesistenza naturale che i territori posseggono prima di essere antropizzati durante l’irreversibile urbanizzazione. Cosa che si avvicina al progetto di Thomas Heatherwick proposto nel 2014 per il Al-Fayah Park in Abu Dabhi, presentato con il motto di fractured desert. Raschiare la corteccia delle città o dei territori naturali è quindi l’’orizzonte progettuale topografico, così come unire frammenti di natura collassata è proposto dal progetto catastrofico (o meglio del progetto capaci di neutralizzare gli effetti catastrofici). Gli artisti italiani Ceretto&Spagna offrono nella loro istallazione Temple of Matter (2014) la proposta di un montaggio emergente del rifiuto, l’emergenza temporale e naturale di una catastrofe suscettibile a manipolazione. Nella seconda cava miniera abbandonata più grande al mondo (lunga 2,5 chilometri e 500 metri di profondità), dove funzionava la miniera di diamanti di Mirny all’estremo nord dell’ex Unione sovietica, il gruppo ABEllis propone una eco-città di bonifica unendo la topografia della miniera con la promozione di una nuova catastrofe. Qui si sviluppa il modello di bonifica di una modernità industriale che violentò i territori naturali, rimodellando la geologica ed estraendo ricchezza. Lo sguardo sull’espansione urbana esacerbata può catturare il peculiare di ogni geografia (un buco è una buona alternativa al clima siberiano) però può anche usare il modello di saturazione dei recessi territoriali per distribuire altre alternative al catastrofismo della outer-city la cui condizione principale è l’aver perso la condizione urbana.

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Sfruttare lo spazio delle geografie lunari moltiplicato è la ragion d’essere della volontà topo-progettuale, ma allo stesso tempo il progetto è sempre, dalla modernità in poi, un asseblaggio aperto di frammenti. La mostra presentata nel 2010 dal gruppo Lynn-Maltzan-Poli (ex Superstudio) Other Spaces Oddisey evoca quell’idea iniziata con l’arrivo sulla luna negli anni 60 e l’atterraggio di apparati e artefatti di varia sorta che rapidamente servirono come colonizzazione tencnica, e questa sorta di epopea catastrofica espone in riassunto come trasformare il pensiero progettuale in una classificazione sparsa illuminista di pezzi che possono operare in combinazioni topografiche infinite. Un rapporto dal fronte di possibile lavori di un’architettura (o cultura progettuale) più critici obbliga al reboot di produzione di nuove testi che evitino la mera reiterazione del topico e del tipico alla semplice ricerca di nuove geografie e nuove socioeconomie nella soggettività globalizzata. L’evocazione dei due eventi fondanti per la storia dell’Uruguay, nella sua lunga tradizione di cosmopolitismo schierato dal punto di vista della sua scala di piccolo paese, instaura la possibilità di esplorare come tali fatti forgiarono una sensibilità aperta allo sfruttamento delle topografie e l’amministrazione delle catastrofi.



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TOPOGRAPHY & CATASTROPHE Reflexive installation and aperture towards new projective fronts The urban consequences of a nineteen sixties political practice —the invisible shelters of the Tuparamo urban guerrilla— and a dramatic episode of a group of athletes —the Andean accident of flight FAU 571 on the 13th of October of 1972 in which 29 of the 45 passengers and crew lost their lives— constitute the two motifs installation that are here presented and they give rise to a regular or urban excavated shape (yet uncertain in the material which it digs, the Venetian soil itself) associated with Lewin’s known equation according to which a persons conduct is a function of the imbrication of subjectivity and environment. The dug hole allows visitor to take a portion of that soil as a souvenir. The behavior of the guerrillas was a function of their revolutionary subjectivity and their invisiblesubterranean environment, which was their habitat while also the medium of their specific visible or above ground actions, and the behavior of the surviving athletes of the Andean tragedy were a function of their sportive subjectivity (men sana in corpore sano) and their environment of dead, dying, scrap metal consequent of the accident and the climatic hostility that was their catastrophic habitat from where the had to rethink survival, including the cultural-natural debate over anthropophagy. The installation states with a hermeneutics proper of concept art a way to harken the visitor back to the confrontation of this art piece with the evocative power of the pair of events and their constitutive impact on modern “Uruguayaness” in an equivalent form to the enigmatic sorrow of Joseph Beuys performances and their powerful remem-

brances of wars, deaths and material waste. Only that instead of dead hares and swaths of felt there is an architectural representation, an excavated hole. Veils around with newspaper snippets underneath. But this exhibit occurs in an Architecture Biennale and it is necessary to add beyond what arises from such a conceptualist aesthetic (and the recognition of the maximum critical power that conceptual art nowadays elicits) an anchoring point in order to rethink some projective courses of action. Therein lies, in the episodes and the shapes of the installation, two relative outlooks on contemporary urban living. On one hand, the inner-city, the deep and emergent city of long natural history which nevertheless has social and spacial permeability and which is always subject to possible reactivations with alternative uses, densities and urban practices. The Delancey Underground of the New York Lowline, underground park extracted from an old abandoned trolley station would be an example of the bringing to the urban light a piece of its artificial geology. An inner city which is modeled by the clash of State and Market, codified land stipulations with predetermined forms and uses and segmentations that slice the urban into forms-goods that as far as possible be homogeneous, regulable and tradable. But which bellow ground may explode with reactivating micro-events, the disbursment of overvalued land, stealthy capture of air, multiplication of transgressions vital to what the State and the Market regulate and evens out. On the other hand, the outer-city, an outside of the city auspicious for catastrophe, which is worth defining as sudden change of state of a dynamic system. A catastrophe may be an unplanned piece of infrastructure, a fragmented capture of portions of a relictual nature (what few is left: Interlace, OMA, Singapore), a neo-city thought of in-formally, in other words outside of the form of the market, the form of


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work or the form of the unités d`habitation, for example, the informality accrued with scraps (shanties of Addis Ababa) and where another bio-politics brews, one of bodies unprotected from illness, crimes, exposure, malnutrition, dissolution of the classical forms of the familiar or neighborly micro-sociology, etc. The outer-city on the other hand eliminates the socio-spatial transitions of the inner-city (that which we used to call public space) and sets within different fragments (or ghettos, an interesting Venetian word) very rich or very poor people, post-urbanites returning from the metropolitan towards the antisocial enjoyment of nature and to pre-urbanites who migrate from a rural past or that sustain three or four generations final generations of the urban world’s suppliers of natural products (small farmers, florists, dairy farmers, etc.) or that flee from recent wars. As the “Black Boss” —Obdulio Varela, midfielder of the 1950 World Cup champion Uruguayan national team— said “los de afuera son de palo” [“the outsiders are made of sticks” Uruguayan colloquialism], in reference to the one hundred thousand Brazilian spectators of the World Cup Final at Maracaná, which in that occasion were not playing the game of eleven on each side. Effectively in both situations of the installation (the subterranean Tupamaro inner city and the outer city of the 16 survivors of the Andean catastrophe) “the outsiders are made of sticks” since there is is an outside-above of the normalformal city respective to the coverts and there is far flung outside of the non city of the Andean accident, outsides that must be tensioned to achieve the Lewinian behavioral equation in each case: resistance and survival. Made of sticks (bad) is the alien subject to whom the guerrilla is opposed to through the exercise of exemplificative violence and made of stick (good) is the man on the street to whom that guerrilla movement seeks to redeem even by unmasking its own

degree of alienation. Made of sticks (natural) are all those who coexist with the survivors, from the dead to the probable muleteers that must be around somewhere on the mountain range in able to activate a rescue and allow a return to life. There is and outside made of stick within the inner-city in the abstraction of the passage from the environment of the citizen to the environment of the consumer. The neighborhood buddy was not made of sticks but the anonymous companion on the bus or the elevator is. The neighbors of the walled community in the outer city are made of sticks yet also the inhabitants of the outskirts are also made of (another class of) sticks, abusing a metaphor in which sticks were wood of nature. Perhaps there is no community in poverty’s habitat, but there is a biopolitics in the hard and raw exposure of the body. Survival in catastrophe is also trying to be forged. Topography for the dense and historic city is to think beyond the long accrual assembled through time and the built repetition. There is a city of multiple spatial strata, of different layers that evoke the informality of the Situationist discourse in which the visions of Constant Niewenhuys were topographic, regarding drifts, the furtive appropriations and the emergence of the active urbanite, opportunist seeker rather than contemplative flaneur. With the anticipation of a political utopia the situationist city proposed the need to explore and exploit the multiple city of diverse spacial strata as much as of variable and permutable urban subjects that now are on their way to lose their specific political citizen status in favor of roles associated with consumption but that at the same time diversify their urban use/appropriation practices and tactics as in the case of the urban minorities, the graffiti and parkour practitioners, the bo-bo’s, the dumpster divers, the squatters, the illegal dayworkers, the migrants and a whole variety of tragically opportunistic urban fauna that traverse the

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contemporary city far already from the Welfare State and even from class warfare (David Harvey says that the abstract situation of class warfare nowadays becomes the concrete scenario of urban conflicts). Half a century or more was needed in order to take advantage of the Situationist topographic perspective, onto which 1960’s leftwing politicalurban activism converged. Solá Morales used the topographic metaphor to describe alternative design practices, rather linked to the alternative exploration and capture of opportunities. The Topographer-Architect is a hunter in search of appropriated bodies in the tangled forrest. The market analyst that investigates some profitability niche also is a topographer. There is a whole other projectivity derived from topographic observation/ acting, from the naturalization of the urban in order to redefine it as a manageable matter —like Peter Cook’s 1975 Sponge Building— to the inflatable land, the blobs and the topogenetic architectures —like Medellin’s UVA’s (Unidades de Vida Articulada, Articulated Life Units)—. From the guileful capture of public spaces of the Andalusian Santiago Cirugeda (a name so musically close to our urban scavengers or [as named in Spanish] cirujas) to the aerial colonization of the inhabited infrastructures of Bernard Tschumi; from the naturist de-formalization of Francois Roche to Kadri Kerge’s Toxic Gardens of Vienna. The topographic perspective converges onto the sociology of action —a sociographic point of view of warps and links and random walks— from the latter and more political Pierre Bourdieu to the social interconnections in networks and corpuscles of Bruno Latour’s Actor-Network Theory (ANT) and all of Toni Negri and Maurizio Lazzarato’s sociology of collective reassembly of insurgent crowds. The fusion of those topo-sociographic perspectives leads to an excavation of the city, to probe its

cavities and saturate, densify its systemic sense with exchanges and connections, pulling the informationally dominant towards a densification of the socius, not to segregate nor substitute the social corpus, the milieu where all who are diverse interweave and that now is sought out to regiment, discipline and control with closed circuit cameras and the advocacy for a paranoia of contact. The designer-topographer now has a chance to act in a more varied and experimental arc —from the cooperative-cognitive landscaping all the way to urban art, from the tactical and opportunistic neo-functions up to ephemeral installations— yet also the responsibility of reinstating the demos of a society in which all outsiders are made of sticks. Kerge’s Toxic Garden joins together the topographic and the catastrophic perspectives, its toxicity lays in the denaturalization proper to a metallic garden of folded scrap sheets. The catastrophic notion is an emergent definition in biophysics that could more or less be applied to our idea of project and which by definition changes the previous one. Perhaps qualifying it, the projective catastrophic belongs to the vanguard project, that which Peter Bürger counterposed to the Modern project, being the latter for the German a less drastic or more adaptive project, something akin to the political differences that Lenin found between revolution and reform. The topographic projective drive not only excavates space but also time, and the underground Tupamaro city implied a relaunching of another political tempo from the catacombs. The deftly executed idea by the artist and radical activist Wu Wei along with Herzog-DeMeuron for a version of the Serpentine Gallery is an almost geological excavation that superimposes all the traces of the previous proposals, therefore the topographic does not innovate as much as memorize and accumulate. The Modern project would therefore be not catastrophic but anastrophic, which precisely alludes to


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a notion of slight and gradual change introduced by Jack Canfield, business self help guru in his Chicken Soup for the Soul, the 1993 bestseller, which opposed the Greek prefixes kata (which stands for sinking) and ana (which stands for lifting). One of the Andean survivors, Fernando Parrado, works as a business consultant in a bend similar to that of Canfield, transmitting basically his experiences on the way to survive a catastrophe re-beginning and re-inhabiting. Piers Paul Read’s 1974 book was admiratively entitled Alive (as well as the quite different 1993 Frank Marshall film, which just as the Hollywood movie made about the dramatic rescue of the Chilean miners tends to be used more as a mere metaphor of the exceptional competitiveness of the homo (north) americanus). That from a projective perspective of Heideggerian key could have been subtitled Inhabit, Build, Think! (also admiratively). The subjects emerging from a catastrophe land an accelerated course on Heidegger. In other words they lift what was sunken (from kata to ana) placing in a situation of projective reassembly the fragments of the collapse, as did the terra-artists Hornecker & Farr in their Chilean multi installation project named The Homes Project which was nothing more than a reassembly of casual debris of each place into a precarious set of habitable resonances as do the marginal individuals of the peri-urban catastrophe. The deep invisible city that clears out the topographic perspective in certain sections of Modernity became the inferior half of a civilizing ying/yang topped by the idea of permanent war and the advocacy for a paranoid society and therefore a coexistence of the military catastrophe and the subterranean survival could be presupposed, as in the 1942 vignette published by the Montana Standard. In 2009, in the X-2 magazine which I directed, an article by the Curator of this exposition, Marcelo

Danza, was published, named Unorthodox Urbanism. Cynical Urbanism, which presented some of the results of his research on the insurrectional Tupamaro city, in the catacombs of Montevideo. In that publication, its graphic designer, the conceptual artist Nicolás Jiménez proposed to publish it in negative, with white letters over a black background, with the visual discomfort that it entailed, but also as a metaphor of the excavated, enclosed and topographic counter-city. The projective drifts of the thick topography of the historic city and the prodding of its spatially and socially fractured porosity supposed and supposes a challenge for the political and design utopias, but at the same time merge with the possibility to combine the catastrophe of the new territorialized city and the need of violence towards the natural preexistence that the territories possessed prior to their de-naturalization by the hand of the irreversible urbanization, merger that could be verified in Thomas Heatherwick’s 2014 proposed project for Al-Favah Park in Abu Dhabi, presented under the opportune moniker Fractured Desert. Tearing the cortex of the city or of the territories is therefore the horizon of the topographic project as uniting the fragments of some natural or technical blast is the task of the catastrophic project (or more so of the project capable of neutralizing the catastrophic effects). The Italian artist Ceretto & Spagna offer in their installation Temple of Matter (2014) the proposal of an emergent assembly of waste, the natural-temporal emergence of a catastrophe susceptible to manipulation. In the second largest abandoned strip mine in the world (2.5 kilometers long by 0.5 kilometers of depth) where the Mirny diamond mine operated in the northern end of the former USSR, the ABEllis group proposes an eco-city of remediation joining the mineral topography to the exaltation

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of a new catastrophe. Here a model of remediation that industrial modernity infringed upon the natural territories is developed, remodeling its geology and extracting its riches. The perspective of exacerbated urban expansion may capture the peculiar of each geography (a hole is a good alternative to the Siberian climate) but also is using the model of saturation of territorial and urban cavities to deploy other alternatives to the catastrophism of the outer city whose main condition is having lost their urban condition. Taking advantage of the multiplied lacunar space of the geographies is the reason for being of the topo-projective will, but at the same time the project always is, after Modernity, an open assembly of fragments. The exposition presented in 2010 by the team of Lynn-Maltzan-Poli (former Superstudio) Other Spaces Odysseys evokes that idea born with the arrival to

the Moon in the 1960’s and the landing of the devices and artifacts that would swiftly serve for a technical colonization and that sort of catastrophic epic exposes in sum how to make the projective thought a scattered illuminist classification of parts that can operate in their combinations, infinite topographies. A possible report from the frontline of a more critical architecture (or a projective culture) forces the Reboot of producing new texts that avoid the mere reiteration of the topical and the typical in search of new geographies and new socio-economies in the novel globalized subjectivity. The evocation of both foundational memories of modern Uruguay, and its long cosmopolitan tradition deployed from its scale of paisito [Spanish term of endearment for “small country�], establish the possibility of exploring how such events forge a sensitivity open to the exploitation of the topographies and to the administration of the catastrophes.


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no somos lo que quisiéramos ser solo un breve latir en un silencio antiguo con la edad del cielo calma todo está en calma deja que el beso dure deja que el tiempo cure deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo 1

1 Drexler, Jorge. La edad del cielo. iTunes, 2007.

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marcelo danza


Marcelo Danza es Catedrático de Proyectos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República en Montevideo, Uruguay (www.farq.edu.uy/tallerdanza). Desarrolla una intensa actividad académica como Profesor Invitado y conferencista a nivel internacional. Ha escrito numerosos ensayos y publicaciones sobre la enseñanza y la práctica arquitectónica y obtenido diversos premios por sus obras construidas y proyectos de arquitectura. Dirige junto a Thomas Sprechmann el estudio Sprechmann-Danza arquitectos especializado en arquitecturas complejas y planificación territorial (www.sprechmann-danza.com).


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ESCALAS El cielo es espacio y es tiempo; nos enfrenta a lo insignificante y fugaz de nuestra existencia física. Su sola contemplación desnuda nuestra vulnerabilidad y nos subyuga hacia un todo, hacia un espacio y un tiempo común. A esta otra escala, la escala de los tiempos, la arquitectura es diferente a como la percibimos los arquitectos. No es el centro de nada ni de nadie. La arquitectura es un placer terrenal efímero, como el vino, la sensualidad o el alimento. En este mapa, la arquitectura es tan sólo una nueva conformación geológica, un conjunto de cavidades colonizadas, habitadas, ocupadas por una sociedad que con sus mitos, historias, afectos y misterios la reconstruye constantemente. En este otro registro la vida de las ciudades se entreteje con la vida de las sociedades, se celebran y se gozan en libertad. No hay control ni disciplinamiento, no hay estilos ni ideologías, no hay modos correctos de uso, no hay formas aberrantes ni placeres inmorales, sólo hay cavidades, cobijos, refugios, rincones. En este otro mapa todo vacío transitable es territorio común, la atmósfera es su fluido aglutinante y el cielo una presencia intangible. El cielo completa el paisaje, el de hoy y el de la prehistoria. El cielo es el lienzo. No es igual el cielo del Norte que el del Sur. En el cielo del Sur se dibuja una cruz que orienta a los expedicionarios de este lado del mundo. En nuestra cultura occidental «la cruz» simboliza con desparpajo la carga y su liberación, es a la vez sometimiento y subversión, representa a la muerte y a la resurrección. Esa feliz insolencia es nuestro Sur y así está dibujado en su cielo. El Pabellón del pueblo más al sur de los que habitan I Giardini no podía ser ajeno a eso. Su cuerpo, su interioridad, su piel, no se reconocen en la fina arquitectura de los arquitectos sino en las densas cavidades de los habitantes.


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Acaso sea por eso que el Pabellón de Uruguay, el más pequeño de I Giardini, se agazape entre los árboles, se esconda en el bosque y llegar a él sólo sea posible si existe el deseo de hacerlo. Acaso sea por eso que sólo tenga un hueco por donde penetrar en su vientre sombrío y hospitalario, fresco cobijo al visitante en los largos días estivales en que se desarrollan las bienales de arte y arquitectura. Su condición marginal a los streams de I Giardini también le han permitido ser generoso anfitrión a roms y homeless durante el largo invierno veneciano, esos en los que se transforma en un teatro vacío y recobra su condición primitiva. La curiosa presencia del Pabellón de Uruguay en I Giardini debiera inquietarnos. ¿Cual es el sentido de que un pequeño país sudamericano como Uruguay –de algo más de tres millones de habitantes— tenga un pabellón fijo en I Giardini para dialogar con los grandes generadores de cultura del mundo? ¿Porque su lugar escondido en el bosque? ¿Hay belleza y valor metafórico en su arquitectura austera? El sentido que encontramos a este Pabellón escondido es recordarnos la dimensión humana del arte y la arquitectura. Su más noble vocación bien podría ser recordarnos con humildad el sentido último de la arquitectura: ser cobijo y lugar simbólico; ser un medio nunca un fin, un ca2 Common Pavilions, an installation for the 13th Architecture Biennale in Venice 2012. Diener & Diener en http://commonpavilions. com/pavilion-uruguay.html

mino nunca un destino, una experiencia abierta nunca un relato acabado. Este pabellón escondido bien podría ser la Cruz del Sur en el cielo estelar de la Bienal de Venecia2 y desde él reportamos dos acontecimientos de repercusión internacional pero nunca llevados a la mesa de disección de la arquitectura.

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Extrañamiento «Viktor Sklovsky, uno de los fundadores de la Escuela del Método Formal soviética definió al «extrañamiento» como la función específica del lenguaje artístico. Extrañamiento significa la capacidad que tienen algunas series linguísticas singulares para hacer que lo habitual se vea con ojos diferentes, es decir para romper la serie infinita de percepciones adormecidas y significados convencionales y lograr instalar, al menos por un instante un manojo de bunas preguntas sobre aquello que nos rodea».3

Reportamos dos acontecimientos extremos vinculados a la ciudad y el paisaje, ocurridos contemporáneamente (a inicios de la década del 70) que expusieron a jóvenes uruguayos a redefinir a la arquitectura y la ciudad desde su sentido más elemental. Fue justamente la eficiencia de ese trabajo de re-uso lo que les permitió hacer viables empresas imposibles: sobrevivir en lo inhabitable y desaparecer en lo hipercontrolado. Los dos eventos de los que hablamos usaron como herramienta fundamental a la invención y construcción de un espacio real y simbólico como modo de viabilizar la vida allí donde no era posible. Esos «implantes forzados» generaron unas insólitas condiciones de reinicio o reboot para la arquitectura y la ciudad; acabaron conformándose en un laboratorio extremo de habitabilidad y superación a través de una nueva e insólita descripción y el re-uso de lo existente. Llevar adelante una guerrilla en una pueblerina ciudad sudamericana o lograr sobrevivir a 3.800 metros de altura en el frío de los Andes alteraron en extremo la percepción del mundo generando el extrañamiento suficiente como para que ocurriera la total superación de prejuicios y convenciones. Esta alteridad extrema no hace más que evidenciar las

3 Nisivoccia, Emilio; Martín, Bernardo; y Bentancour, Patricia en Actas de la Comisión Asesora del Consejo de la Facultad Arquitectura de la Universidad de la República actuante en la selección de la muestra uruguaya en la Bienal de Arquitectura de Venecia, p. 1.


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condiciones de supervivencia de los más débiles y es lección de resiliencia a través del uso de la arquitectura. En estos reboots se alteran irreversiblemente las percepciones tradicionales y se pone en crisis las convenciones y verdades acordadas por la cultura arquitectónica. Se despojó al mundo material de toda certeza 4 El maestro ignorante: 5 lecciones sobre la emancipación intelectual es un libro de Jacques Rancière sobre la historia de Joseph Jacotot (título original: Le Maître ignorant: Cinq leçons sur l’émancipation intellectuelle, publicado en 1987).

previa y así, desnuda nuevamente, la arquitectura, la ciudad y el paisaje se redujeron una nueva naturaleza, a ser aprehendida con los sentidos y la intuición. Estos acontecimientos nos evidencian que —despojadas definitivamente de su legalidad— la arquitectura y la ciudad no son más que materia y cavidades. Ya no queda en ellas lógica disciplinar, legal o económica. El Maestro Ignorante4 tiene en estos acontecimientos la verificación de su Tesis aplicada a la arquitectura.

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LECCIÓN 1

ES EL SER HABITADO LO QUE HACE ARQUITECTURA A UN OBJETO Los sobrevivientes del accidente aéreo en los Andes y la construcción de interioridad en la helada «Por eso si entendemos creatividad como la capacidad de transformar aquello de que se dispone para generar nuevos objetos ya sean tangibles o intangibles, considero que en el Valle de las Lágrimas hemos sido sumamente creativos, y que nuestra inventiva, como tantas otras habilidades se vio potenciada en esa triste circunstancia».5

El 12 de Octubre de 1972 un avión Fairchild de la Fuerza Aérea Uruguaya partió del aeropuerto de Montevideo con cuarenta y cinco personas a bordo incluyendo cuatro miembros de la tripulación. Se trataba de un vuelo chárter que trasladaría al equipo de rugby del Old Christians Rugby Club a Santiago de Chile para jugar un partido amistoso contra uno de los mejores equipos chilenos, por lo que la gran mayoría de los pasajeros eran jóvenes fuertes y entrenados físicamente. Las malas condiciones climatológicas sobre la Cordillera de los Andes motivaron que no cruzaran las montañas ese día y debieran pernoctar en la ciudad argentina de Mendoza. Al otro día, 13 de Octubre partieron rumbo a Santiago de Chile y durante el cruce de la Cordillera —probablemente por un error humano— su avión golpea parcialmente contra uno de los picos más altos y, luego de seccionarse en varias partes, se deslizó por la nieve y detuvo su marcha en el Valle de las Lágrimas, en medio de los Andes y a 3.800 metros de altura.

5 Strauch, Eduardo. Desde el silencio, cuarenta años después. Ediciones Debolsillo, 2015. p. 152.


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Milagrosamente, varios jóvenes del grupo salieron ilesos del accidente; otros experimentaron lesiones de diversa gravedad, mientras que algunos murieron en el impacto o en las horas siguientes. Más allá de la enorme conmoción que sobrecogió a los sobrevivientes luego del accidente, la solidaridad fue el primer motor que los mantuvo con vida: ayudar a los heridos y mantenerlos con vida hasta que llegara el esperado rescate no les dio tiempo a quebrarse. Montevideo es una ciudad sobre el Río de la Plata a nivel del mar y sin montañas ni alturas más allá de alguna pequeñísima ondulación. El clima es benévolo e incluso en las noches más frías de invierno la temperatura se mantiene sobre el 0°. Ninguno de los sobrevivientes al accidente tenía algún tipo de experiencia ni registro de vida en la montaña o en el frío extremo. La ropa que llevaban puesta era muy liviana; la lógica de una primavera templada en Uruguay.

SUBVERSIÓN: «esto no es chatarra, es un vientre en el que cobijarnos» «El sitio más seguro en aquel paraje desolado era el fuselaje, era como una cabaña, como un iglú, y encontrábamos comodidad en su interior, sólo salíamos porque había que caminar, procurar cosas y explorar…»6

No era posible vivir en medio de la Cordillera de los Andes sin alimento, sin agua, sin abrigo y sin cobijo. Menos aún siendo de un país sin montanás ni bajas temperaturas, La más absoluta inexperiencia y las condiciones de adversidad extrema sólo pudieron ser revertidas con una cuota de rebeldía tan extrema como la adversidad a la que se enfrentaban. Fueron varios los actos subversivos que permitieron esa supervivencia. Es justamente esa energía proveniente de la rebeldía

6 Fernando Parrado en entrevista con History Channel. Ver: https:// www.youtube.com/ watch?v=Q2W2d5PIWjQ


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frente a la muerte la que les permitió ir lentamente transformando la percepción —individual y colectiva— de cada uno de los elementos que les rodeaban, dándoles un nuevo sentido en su existencia. Es esta subversión en el sentido de «inversión, desestabilización o revolución de lo establecido» lo que les permitió conseguir construir un lugar habitable —y hasta protector y querido— en la más extrema adversidad a la que el ser humano se haya enfrentado alguna vez. «te lo prometo, no moriré aquí»7 7 Fernando Parrado, en su libro Milagro en los Andes, recuerda que esa promesa que íntimamente le hizo a su padre luego de la muerte de su hermana Susy fue lo que le dio fuerzas para no abandonar la lucha en ningún momento. 8 Así le llamo Pablo Vierci, compañero de estudios de los accidentados, al libro que escribió sobre este acontecimiento 30 años después del accidente. La sociedad de la nieve es el único libro que cuenta con la participación y los testimonios de los 16 sobrevivientes. 9 Parrado, Fernando. Milagro en los Andes. Ediciones Planeta, Montevideo, 2006, p. 110.

Fueron varias, innumerables, las pequeñas y grandes subversiones de la «Sociedad de la nieve»8, pero acaso las más significativas por su incidencia en la supervivencia fueron la promesa íntima que cada uno hizo a algún ser querido de no morir en ese lugar sin luchar hasta el último instante; la acepción positiva de la peor noticia que podían recibir —el que se hubiese abandonado luego de 10 días la búsqueda del avión accidentado— tomándola como un impulso irrenunciable a la acción y a no esperar por los demás; la difícil y trascendental decisión de alimentarse con lo único orgánico a lo que podían tener acceso: el cuerpo de los fallecidos en el accidente y la decisión de salir a caminar buscando ayuda. Recuerda Parrado que de este modo informó Nicolich a sus amigos de que minutos antes había escuchado la información de que se abandonaba su búsqueda por considerarlos muertos por una pequeña radio que los conectaba con la civilización: «Ahora sabemos que debemos hacer. Tenemos que depender de nosotros mismos. Ya no hay motivo para seguir esperando. Podemos empezar a planear la huida por nuestra cuenta»9

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MONTAÑA «Todo lo que nos había pasado era impropio de ese lugar, la violencia y el alboroto de nuestra llegada, nuestro terrible sufrimiento, el ruido y la confusión de nuestra espeluznante lucha por sobrevivir. La vida no encajaba allí. Todo era una violación a la serenidad perfecta que había reinado durante millones de años. Lo había sentido la primera vez que contemplé ese lugar: habíamos alterado un equilibrio ancestral y el equilibrio debía restablecerse. Estaba en todo mi alrededor, en el silencio en el frío. Algo quería que volviera ese silencio perfecto; algo en la montaña quería que nos quedáramos quietos».10

La dimensión de las montañas de la Cordillera de los Andes son acongojantes aún para quienes están habituados a este tipo de geografías. Cuanto más serían para este grupo de jóvenes que nunca habían habitado más que algún pequeño cerro de los que existen en Uruguay. Quizás sea por eso —y por la formación religiosa que mayoritariamente compartían— que todos coinciden en decir que la majestuosidad del paisaje, a la vez que los intimidaba por su escala e indiferencia a la vida humana, los contactaba con un orden superior que daba paz. El reconocimiento de otra escala y la pérdida de referencias a todo lo conocido (especialmente lo urbano, lo arquitectónico y lo social) tuvo una importancia fundamental para conformar el extrañamiento que permitió la supervivencia y la experiencia física y espiritual de los Andes. Fue ese paisaje extremo, hasta entonces jamás habitado por el ser humano, el escenario que hizo inevitable la asunción otredad, provocando la total pérdida de referencia de las dimensiones conocidas hasta ese momento.

10 Parrado, Fernando. op. cit., p. 190.


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La montaña a esta altura y en estas condiciones climáticas no posee oquedades ni fisuras habitables que protejan de las inclemencias del tiempo. Se trata de un «otro» hermético, magestuoso a la contemplación, de lógicas y ritos ajenos a la escala del cuerpo y los tiempos humanos. Un nuevo espacio extraño en el que todo debe ser reaprendido. «¿Pero que hay de la otra, la de los espacios siderales los hielos eternos, la ardiente soledad de los desiertos, el brillo de los planetas más inhóspitos, la severa mejestad de las montañas?»11

MURO «Sin la pared protectora que (Marcelo Pérez) construyó esa primera noche, todos nos hubiéramos muerto congelados antes del amanecer».12

En una primera instancia Marcelo Pérez, capitán de equipo de Rugby y algo mayor que la mayoría de sus compañeros, ejerce su liderazgo con gran aplomo y sabiduría dando contención y organizando las primeras horas de supervivencia que serían claves para lograr la supervivencia. Sobrevivir la primer noche —de las más de 70 que pasaran en la montaña— a 30 grados bajo cero fue uno de los grandes obstáculos a salvar. De algún modo esa primer noche desencadenó el proceso de construcción de una «casa» en el lugar más inhóspito y con los menores recursos que un ser humano pueda tener. En la obsesión de generar cobijo para protegerse de la gélida noche que se empieza a hacer sentir con la caída del sol, hizo un primer reconocimiento de materiales disponibles y un reconocimiento intuitivo del potencial de cada uno. Así decidió la colonización de los restos del fuselaje del avión como lugar habitable, para lo que organizó y dirigió la extracción de asientos y demás objetos que ocupaban el lugar y la construcción de un muro de valijas cerrando el lado abierto.

11 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 163. 12 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 69.


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Es el inicio del manejo intuitivo e inteligente de la energía y de los casi nulos recursos que hicieron viable más de dos meses de vida allí dónde no era viable. De este modo comienza una lección impensada de solidaridad, perseverancia, supervivencia, altruismo, resiliencia y… ARQUITECTURA!

ENERGÍA «No llores, las lágrimas malgastan la sal y la necesitas para sobrevivir».13

El manejo eficiente de la energía es la diferencia entre la vida y la muerte cuando los recursos son tan radicalmente escasos. En esa situación se hace evidente de que todo es energía y forma parte de un equilibrio global. Desde la sal de las lágrimas, el calor del cuerpo humano o las proteínas de los cuerpos sin vida. El sol es la única fuente de calor externa y su energía debió ser aprovechada hasta la última gota con los pocas herramientas que para ello se pudieron fabricar. Aparatos para derretir nieve y transformarla en agua bebible fabricados con piezas metálicas cuyo calentamiento permitía esa indispensable operación. El manejo y la racionalización del alimento que se llevó adelante en la última etapa para dotar de más energía a los expedicionarios (Fernando Parrado, Roberto Canessa) con la consiguiente postergación voluntaria de los demás sobrevivientes, da cuenta de hasta qué punto la comunidad de los Andes tuvo conciencia de la situación. La experiencia hizo evidente, como pocas veces ocurre, que todo es energía fluyendo y en transformación y el manejo inteligente de este 13 Parrado, Fernando op. cit., p. 44.

fluir –con los acotados recursos de los que se disponía– fue uno de los aspectos cruciales para la supervivencia.

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«Los supervivientes se acurrucaron todos juntos para compartir su calor corporal e incluso alguno de ellos pidieron a los chicos que yacían a su lado que les pellizcaran brazos y piernas para activar la circulación de sangre por sus venas».14 Pero además de este concepto y manejo consciente de la energía vinculada a una escala humana de supervivencia, la majestuosidad del paisaje de escalas desconocidas para los jóvenes uruguayos les enfrentó con una noción más metafísica: una profunda convicción de formar parte de un fluir cósmico que da paz y armonía. «La situación podía no mejorar e incluso complicarse, pero sentirme parte de algo que me trascendía era como aliviar un poco la tremenda carga de querer dominar los acontecimientos».15

ADAPTABILIDAD «…fuimos desarrollando una tecnología rudimentaria que nos hizo posible minimizar la exposición a las feroces agresiones del medio».16

El éxito de la arquitectura está garantizado no por la capacidad de los espacios de adaptarse a las actividades humanas sino por la capacidad infinita del ser humano de adaptarse a las condiciones del medio. Una vez adaptado y generado un espacio de confort —aún en las condiciones más terribles— todo puede brindar el espejismo de contención. Antes de partir en la última expedición que junto con Roberto Canessa lo enfrentaría una vez más a la inmensidad de la montaña y lo desconocido, Parrado confiesa que sintió un extraño sentimiento de pertenencia y adaptación a aquel lugar terrible.

14 Parrado, Fernando op. cit., p. 65. 15 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 160. 16 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 149.


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«Quería acurrucarme junto a ellos en el fuselaje esa noche, hablarles de la vida en casa de mi familia, sentirme reconfortado con sus rezos y con el calor de sus cuerpos. El lugar del accidente era espantoso, estaba empapado de orina, hedía a muerte y había trozos despedazados de huesos y cartílagos humanos esparcidos, pero a mi me pareció de repente un hogar seguro cálido y familiar. Quería quedarme allí, nadie puede imaginar lo mucho que quería quedarme allí».17

Unos días más tarde, al elevarse en el helicóptero que lo alejaría definitivamente de aquel lugar, Eduardo Strauch reflexionaba: «…es difícil de explicar cómo habiendo vivido tanto dolor en el Valle de la lágrimas muchos sentimos una rara melancolía cuando nos íbamos elevando en el helicóptero hacia nuestra salvación».18 Cada uno de los sobrevivientes, a su manera, se había adaptado de cuerpo y alma a aquel lugar a tal punto que, en los días posteriores al rescate, a algunos el dormir en posición horizontal les generaba sensación de inestabilidad ya que era una leve inclinación del cuerpo acostado la que garantizaba el equilibrio en el fuselaje.

COMUNIDAD «Se me ocurre que lo que lamentábamos dejar era esa sociedad que habíamos ido creando con esfuerzo y en la que habíamos logrado vivir en forma intensa muchos de los valores fundamentales del hombre».19

La unidad y la pertenencia a una comunidad fueron la gran fortaleza de protección. Más que el fuselaje del avión, más que los utensilios que pudieron fabricar, más que el abrigo que lograron improvisar, fue la

17 Parrado, Fernando. op. cit., p. 186. 18 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 152. 19 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 153.


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arquitectura de la comunidad que crearon lo que los cobijó de la muerte. El no defraudar al otro, el no exigir nada a quien probablemente estaba peor que uno mismo, era un sustento en todo momento para no caer. En todo momento la conciencia de la fortaleza que daba la comunidad y lo infinitamente frágil de la lucha en soledad acompañó a los sobrevivientes. En la noche en que un alud derribó la frágil pared de valijas e inundó de nieve el fuselaje, Roy —único integrante del grupo que logró ponerse de pié antes que la nieve lo invadiera todo— vió desaparecer a sus compañeros bajo la capa blanca y su mayor miedo fue quedar sólo en aquel lugar. «Roy vio con horror como todos los que estábamos durmiendo en el suelo nos había sepultado la nieve. Aterrado de pensar que todos nosotros estábamos muertos y de que estaba sólo en la montaña Roy empezó a excavar».20

SACO Luego de una larga y sacrificada supervivencia en el medio del los Andes logrando vencer las condiciones más adversas, llegó el momento en el cual se hizo necesario pensar definitivamente en una estrategia para salir de aquel lugar. Hacía tiempo que sabían que la civilización los daba por muertos y ya no los buscaba. De allí sólo saldrían por sus propios medios. El único modo era que alguno de ellos saliera en busca de ayuda cruzando las montañas que tenían en frente. Pensaron que con algunos poco días de caminata sería suficiente, no obstante ello sería necesario 20 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 137.

pasar alguna noche a la intemperie ya que no había cavidad en la que resguardarse. Para ello sería imprescindible construir algún dispositivo

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que cumpliera con la función que había tenido el fuselaje en las largas noches pasadas. « …el hallazgo de una tela aislante en las paredes de la cola del avión hizo que pudiéramos confeccionar un gran saco de dormir, elemento fundamental para la expedición final que implicaba pasar noches a la intemperie. Ese saco para cuya fabricación muchos colaboraron estaba cocido con alambre de cobre con puntadas firmes y no muy espaciadas para que pudiera resistir el cobijo de tres personas durante muchos días. Era una labor metódica y precisa en la que estaban puestas muchas esperanzas y por eso su construcción tenía algo de las arquetípicas estructuras salvadoras como bien pueden haber sido el Caballo de Troya o el Arca de Noe».21

Este saco se transformó en una especie de dispositivo que conjuntamente con los elementos de transporte de alimento eran prácticamente las únicas herramientas con las que se afrontó el atravesamiento a pie de la Cordillera de los Andes. En él, el calor aportado por los cuerpos de los expedicionarios era contenido colaborando a sobrevivir aún en las temperaturas bajo cero que continuaban a la caída del sol. El saco fue el dispositivo arquitectónico liviano, portable y eficiente que permitió el éxito del nomadismo en el frío extremo de la montaña.

CAMINAR La única acción posible –que podría tener una posibilidad– de supervivencia era el caminar, aún por el terreno menos propicio que puede existir para ello. La única opción era caminar. Parrado afirma, incluso que había tomado una determinación inquebrantable: si iba a morir elegía que fuera caminando.

21 Strauch, Eduardo. op. cit., p. 149.


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Muchos pudieron haber sido los proyectos de travesía, pero en base a los datos aportados por el piloto del avión antes de morir, el más lógico era partir rumbo al oeste en donde deberían de encontrarse los valles chilenos. Inducidos por el error del piloto sin duda optaron por el peor proyecto, aunque la convicción y determinación que tenían acabaron por convertirlo en un proyecto exitoso y lograron salvar las vidas de sus compañeros. Años más tarde Roberto Canessa en una entrevista otorgada a un medio de prensa con motivo de su postulación como Presidente de Uruguay, decía que esa experiencia le había dejado una enseñanza: a veces lo más importante no es tener el mejor proyecto, sino simplemente tener un proyecto y creer en él. «Además de ser una acción, el andar es también un signo, una forma que puede superponerse simultáneamente a las demás formas preexistentes en la realidad y en el plano. El mundo se convierte entonces en un inmenso territorio estético, una enorme tela sobre la que se dibuja mientras se anda, un soporte que no es una hoja en blanco, sino un intrincado dibujo de sedimentos históricos y geológicos a los que, simplemente se añade uno más. Al recorrer las figuras superpuestas en el plano-territorio, el 22 Careri, Francesco. Walkscapes: el andar como práctica estética. Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2002. p. 156.

cuerpo del caminante va tomando nota de los acontecimientos del viaje, de las sensaciones, de los obstáculos, los peligros y las variaciones del terreno. La estructura física del territorio se refleja sobre su cuerpo en movimiento».22

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LECCIÓN 2

LA CIUDAD ES INFINITA Y DESCONOCIDA Los tupamaros y la construcción de exterioridad en lo urbano «No tenemos lugares inexpugnables en el territorio uruguayo como para instalar un foco guerrillero que perdure, aunque tenemos lugares de difícil acceso en la campaña. En compensación tenemos una gran ciudad con más de 300 kilómetros cuadrados de edificios, que permite el desarrollo de la lucha urbana».23

En la década del sesenta se sucedieron en América Latina un importante número de guerrillas. Luego de la experiencia de Cuba y en un momento signado por un fuerte idealismo social y político, un grupo de jóvenes en varios países desencadenan una guerra de guerrillas con el afán de lograr una América Latina independiente política y económicamente. El «Che» Guevara y Regís Debray, referentes de los movimientos revolucionarios latinoamericanos de los sesenta, proponían la guerrilla rural como medio de llegar al poder. La teoría se pone en práctica con éxito en Cuba y se intenta en forma fallida en otros países, mientras la guerrilla urbana es explícitamente desestimada por ambos tanto en sus textos como en los diferentes contactos directos mantenidos con los movimientos guerrilleros latinoamericanos. En Uruguay el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros se empieza a conformar lentamente a inicios de la década del sesenta. A partir de 1962 una serie de movimientos campesinos van tomando forma y ampliando sus coincidencias con un pequeño grupo de intelectuales

23 Meracader, Antonio y De Vera, Jorge: Tupamaros, estrategia y acción (cita de entrevista a un tupamaro). Editorial Alfa, Montevideo, 1969, p. 56.


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de la ciudad, en su gran mayoría jóvenes universitarios, fuertemente influenciados por la revolución cubana, la figura del Che y el modelo socialista. Luego de un análisis del territorio uruguayo, y de las zonas vecinas de Brasil y Argentina realizado en la primera mitad de la década del sesenta por el líder de los tupamaros Raúl Sendic, se concluye la inviabilidad de la guerrilla rural en este país por la incapacidad de ocultamiento efectivo de su naturaleza. Los tupamaros debieron optar por otro camino: la guerrilla urbana

SUBVERSIÓN: «esto no es una ciudad; es una inexplorada conformación rocosa» «Era julio de 1965 (…) comenzaba un ritual que se reiteraría todos los viernes y a veces otros días a la semana hasta setiembre del año siguiente: a las 11 de la noche un puñado de hombres jóvenes ingresaba a las cloacas de la ciudad y las recorría sigilosa y pacientemente hasta las seis de la mañana. (…) No era un divertimento insólito ni un rito religioso: eran guerrilleros que diseñaban el plano de las cloacas de buena parte de la capital, convencidos que en el futuro ese mundo subterráneo y desconocido sería fundamental para sus actividades clandestinas».24

La guerrilla en Uruguay fue inviable hasta que la subversión perceptiva se produjo. Montevideo ya no fue para los tupamaros la ciudad que pensaban conocer hasta ese momento, sino una extensa y parcialmen24 Lessa, Alfonso: La Revolución Imposible. Editorial Fin de Siglo, Montevideo, 2003.

te inexplorada naturaleza en la que descubrir y construir un espacio de protección. La protección para la guerrilla era el «afuera» que los cubanos tenían en Sierra Maestra o los colombianos en la selva.

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La nueva lectura fue eficiente y en Montevideo se superpuso el lugar de combate, enfrentamiento y ocultamiento. Relevaron sus cloacas, habitaron en ellas, construyeron subsuelos bajo los subsuelos habitables. Abrieron otro registro de la ciudad hasta entonces oculto e imperceptible para todos los montevideanos. Usaron la deslocalización y la movilidad como recurso; sus contactos fueron en los ómnibus o las calles, en medio de la dinámica urbana, camuflados en el movimiento de las masas. Expresiones de entrevistas y textos aparecidas alrededor de 1965 hablan de la ciudad como «un bosque de casas»25 que ofrece «laberintos inextricables y escondrijos que ya envidiaría cualquier guerrillero montaraz»26 La arquitectura y la ciudad solo existen en la percepción que de ellas tenemos. Los cambios de percepción, generalmente ligados a mutaciones culturales, abren nuevas lecturas sobre el fenómeno urbano. Cada nueva descripción aporta un nuevo registro al conocimiento de la ciudad. En lo arquitectónico la materia no fue asimilada como orden de elementos formales en búsqueda de armonía y equilibrio volumétrico o espacial, nada importaron los estilos o las teorías académicas que las generaron. La materia es percibida como forma inerte, roca alguna vez tallada que debe ser redescubierta y colonizada. No importó su proyección cultural, su destaque estilístico o su valoración dentro de la cultura arquitectónica y urbanística, sino sólo su blandura, sus cavidades, su potencial para albergar lo insospechado, aún por sus propios diseñadores y constructores.

25 Guillen, Abraham; citado por Mercader y De Vera, op. cit., p 12. 26 Mercader y De Vera, op. cit., p 17.


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EXPLORACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL ENVÉS «En 1969 el artista Robert Smithson realiza «First upside-down Tree». Al mostrar arriba lo que estaba abajo, pone en relación simultáneamente lo que está por encima y lo que está por debajo de la rasante. La simultaneidad de ambas zonas nos vincula con la totalidad de todo proceso humano, y la conciencia de que existe vida bajo las piedras enriquece la percepción del mundo y la construcción del nuevo paisaje»27

La percepción de la ciudad se trastoca por el extrañamiento que introduce el análisis bajo los parámetros de la guerrilla. La descripción tradicional signada por el régimen dominial y espacial decodificado en fragmentos aislables como lo son: predios, padrones, calles, plazas, casas, edificios, aceras, calzadas y parques deja de ser operativa. La materia es explorada e interpretada nuevamente desde sus bases. Lo que los tupamaros tienen ahora ante sus ojos se asemeja a una inmensa roca28, preexistente, a un dato más de la realidad. No es un algo maleable ni deformable a su voluntad. Hay ciertas «leyes naturales» que la rigen y no domina, por lo que deberá aprenderlas para adaptarse. Es una roca extensa y heterogénea que presenta fisuras y espacios que pueden ser transformados para cobijar y ocultar vida. Sin embargo no se trata de un «petreo» isótropo sino de uno conformado por estratos, capas y diferentes densidades. Las dicotomías espacio publico-espacio privado y espacio-forma han estructurado desde siempre los modelos interpretativos y las descripciones del urbanismo y la arquitectura. Los tupamaros abrieron intuitivamente su percepción hacia lugares de la ciudad y cavidades de la arquitectura carentes de ese sentido. Una vez transitadas y redescubiertas como espacio habitable ¿son las cloacas de una ciudad espacio público o privado? ¿Debemos conside-

27 Gonzalez, Itziar: Venus intenta retener a Marte. Madrid, 2001. 28 La Real Académia Española define como «roca» en su tercera acepción a una «cosa muy dura, firme y constante».


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rarlas forma o espacio? ¿Qué ocurre con alguno de los huecos excavados bajo suelo o dentro de una pared de casa urbana? «De vez en cuando un auto, tal vez un taxímetro, golpeaba dos veces al pasar sobre las tapas. En la densa oscuridad, si cubríamos el farol, los orificios de las tapas eran focos insospechados de luz. Una luz que rescataban de los faroles callejeros, de los automóviles, de las mismas estrellas»29

ESPESOR «Horadar, desnudar, hacer accesible lo que no lo era, sacar a la superficie lo que se ocultaba bajo ella, mostrar la dignidad de las estructuras y los espacios apresados en su interior, parece ser la misión de muchos de los proyectos de espacio público que se están realizando estos últimos años».30

La obsesión moderna es habitar el aire, lograr la ingravidez estructural y la inmaterialidad. El Rascacielos de vidrio es su mejor síntesis. La estrategia del envés fuga en sentido contrario: su oportunidad es habitar el espesor, rascar los suelos y las paredes, habitar los espesores. 29 Fernández Huidobro, Eleuterio. Historia de los Tupamaros (tomo 3). Editorial TAE, Montevideo, 1990, pp. 16-19.

«Hicimos todo a pulmón. Los planos los hicimos nosotros porque no se

30 Gonzalez, Itziar: op.cit.

bana normal» construyeron sus lugares de ocultamiento o «berretines»,

31 De Lucía, Aníbal; citado por Lessa, Alfonso: op.cit.

espesor del muro, del piso, del techo, del mueble, del auto, de todo. El espe-

conseguían. Todos los viernes en lugar de ir al baile íbamos a las cloacas».31

En casas de familia que aparentaban desarrollar una «actividad urcomo les llamaron. El berretín rascó en la materia y ocupó el espesor. El sor adquirió dimensión habitable y otra historia comenzó a discurrir en él.

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SOLAPAMIENTO Para algunos autores la arquitectura es sustancialmente un acto violento de segregación: «Si asumimos que construir consiste en crear lo prohibido —puesto que segrega un lugar de otro—, resulta que es un gesto paradójico ya que la arquitectura que nos protege es también un instrumento de segregación».32 Las operaciones urbanas y arquitectónicas de los tupamaros exacerbaron esta condición primitiva de la arquitectura. La cercanía de mundos antagónicos era extrema, por lo que debía de mantenerse el hermetismo entre sus cavidades sobre la base de sutiles operaciones de segregación. Esos mecanismos arquitectónicos operan sobre las percepciones apoyados en la lejanía en lo cercano. Como en el laberinto, el recorrido y no la distancia es lo que marca la lejanía. El solapamiento fue la operación arquitectónica que dio viabilidad a la guerrilla urbana. Fue necesaria la superposición de actividades en el objeto arquitectónico «ahuecado» para permitir la ambigüedad de uso: casa de familia en planta baja, cárcel del pueblo en el subsuelo.

TANGENCIA Los tupamaros vieron con claridad el punto de mayor tensión en el solapamiento: la tangencia. El punto de contacto de los dos mundos, —el clandestino y el legal— o «la trampa» como le llamaban, recibe la mayor tensión vincular de la arquitectura. Cada mundo responde internamente a su propia legalidad. Uno de los mayores problemas arquitectónicos que sistemáticamente enfrentaron los tupamaros fue la resolución de «la trampa», lugar que concentra la tensión de la segregación y que por ende determinará la viabilidad o no del envés.

32 Perrault, Dominique: «La violencia de lo neutro». En revista El Croquis N°104. El Croquis Editorial, Madrid, 2001, p. 10.


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BURBÚJAS « …lo compacto, continuado, macizo sufre la invasión de lo hueco. El aire, el elemento incomprendido, encuentra medios y caminos para infiltrarse en lugares en los que nadie cuenta con su presencia; más aún por su propia fuerza acondiciona lugares extraños allí donde antes no había ninguno. ¿Cómo rezaría pues la primera definición de espuma? ¿Aire en lugar inesperado?»33

El espacio paralelo construido por los tupamaros fue más allá de lo tectónico, fue también un espacio no físico. Varias fueron las operaciones vinculares practicadas para viabilizar la guerrilla urbana. ¿Cómo desaparecer y generar laberinto en el espacio público?

CAMUFLAJE El lugar público sobrevigilado fue un «escondite» propicio para la actividad clandestina. El ocultamiento está también en la sobre-exhibición. Los espacios urbanos abiertos, en momentos de uso masivo fueron percibidos como escondites en presencia y ante la mirada de todos. Fueron frecuentes los contactos y enlaces de tupamaros en las plazas o las playas, perdidos entre la gente. El camuflaje o el disfraz fueron efectivos como modo de desaparición en la ciudad. Se disfrazó no sólo a las personas sino también a las arquitecturas y los artefactos. El modo en que se maquilla la figura para que mejor «desaparezca» en un fondo, nos relata con fidelidad la percep33 Sloterdijk, Peter. Esferas III. Ediciones Siruela, Madrid, 2006, p, 28.

ción que tenemos de ese fondo. Dentro de la enorme roca formas individualizables reciben valores simbólicos (religiosos, políticos, sociales, etc.) de la sociedad que la habita.

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Esta construcción social de «auras» proyectadas sobre partes de la roca será una verificación clave a la hora de construir el camuflaje y coberturas a las construcciones clandestinas.

COMPARTIMENTACIÓN «En la espuma rige el principio de co-aislamiento, según el cual una y la misma pared de separación sirve de límite en cada caso para dos o más esferas. Tales paredes que se apropian ambos lados son las interfaces originarias. Del hecho de que en la espuma físicamente real una burbuja concreta limite con una pluralidad de globos vecinos que le condicionan la repartición del espacio, puede deducirse una imagen prototípica para la interpretación de asociaciones sociales. También en el campo humano las células concretas se aglutinan unas con otras por imunizaciones, separaciones y aislamientos recíprocos. Pertenece a las particularidades de esa región de objetos el hecho de que el co-aislamiento múltiple de los hogares-burbujas en sus diversas vecindades pueda describirse como cierre y como apertura al mundo. Por eso la espuma constituye un interios paradójico, en el que la mayor parte de las co-burbujas circundantes son, a la vez, desde mi emplazamiento, vecinas e inaccesibles y están, a la vez, unidas y apartadas».34

La compartimentación –operación de segregación social y perceptiva— fue una de las claves para viabilizar la guerrilla urbana. Estrategia aprendida y perfeccionada de otras experiencias, como la de Argelia, fue el sustento que permitió que en un contexto sobreexpuesto e hipercomunicado como la ciudad, la caída de un eslabón no generara la caída de todo el movimiento por un efecto dominó. Así, la organización se subdividió en un sinfín de «células» autónomas. Cada una de estas unidades

34 Sloterdijk Meter: op. cit., p. 48.


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estaba conformada por 4 o 5 individuos que sólo se conocían por seudónimos (no podían conocer nombre real, dirección o ningún otro tipo de datos personales). Para lograr este objetivo existió un preciso protocolo de enrolamiento y movimiento dentro de los locales de la organización, tendiente a la desorientación y el aislamiento. Este complejo sistema de funcionamiento al que llamaron «compartimentación», no era más que el conocimiento y la manipulación de la fragmentación que caracteriza al sistema urbano, aparentemente hipervinculado y sin embargo estanco en sus unidades básicas. 35 Perec, Georges. Especies de espacios. Editorial Montesinos, Mataró, 2004.

«El problema no es inventar el espacio, pero si interrogarlo… o simplemente leerlo porque lo que llamamos cotidianeidad no es evidencia sino opacidad: una forma de anestesia».35

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DUE LEZIONI DI ARCHITETTURA

Non siamo ciò Che vorremmo essere, solo un breve battito In un silenzio antico Con l’età del cielo. Calmo, Tutto è calmo, Lascia che il bacio duri, Lascia che il tempo curi, Lascia che l’anima Abbia la stessa età Dell’età del cielo.1

SCALE Il cielo è spazio ed è tempo; ci confronta con il significato fugace della nostra esistenza fisica. Con la semplice contemplazione denuda la nostra vulnerabilità e ci sottomette ad un tutto, ad uno spazio ed un tempo comune. A questa nuova scala, la scala dei tempi, l’architettura è differente rispetto a come la percepiamo da architetti. Non è il centro di nulla né di nessuno. L’architettura è un piacere terreno effimero, come il vino, la sensualità e l’alimentazione. In questa mappa, l’architettura è semplicemente una nuova conformazione geologica, un insieme di cavità colonizzate, abitate, occupate da parte di una società che con i suoi miti, le sue storie, i suoi affetti e misteri la ricostruisce continuamente. In quest’altro registro la

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Drexler, Jorge. “La edad del cielo”. iTunes, 2007.

vita delle città si intreccia con la vita delle comunità, si celebra e se ne gode liberamente. Non c’è controllo né disciplina, non ci sono stili né ideologie, non ci sono usi corretti, nessuna forma aberrante né piaceri immorali, ci sono solo cavità, ripari, rifugi ed angoli. In quest’altra mappa il transitabile vuoto è territorio comune, l’atmosfera è un fluido che collega ed il cielo è una presenza intangibile. Il cielo completa il paesaggio, quello di oggi e quello della preistoria. Il cielo è la tela. Non è uguale il cielo del Nord a quello del Sud. Nel cielo del sud si disegna una croce che orienta gli avventurieri di questo lato del mondo. Nella nostra cultura occidentale “la croce” simboleggia con impertinenza la carica e la liberazione, è asservimento e sovversione, rappresenta la morte e la resurrezione. Questa insolenza felice è il nostro Sud e così è disegnato su nel cielo. Nel Padiglione del popolo più al sud di quanti abitano I Giardini non potrebbe far finta di niente. Il corpo, la sua interiorità, la sua pelle, non si riconosce nell’architettura delicata degli architetti, quanto piuttosto nelle dense cavità dei suoi abitanti. Chissà sia per questo che il padiglione dell’Uruguay, il più piccolo dei Giardini, si acquatta tra gli alberi, si nasconde nel bosco per cui l’arrivo è possibile solo se esiste il desiderio di farlo. Forse è per questo che ci sia solo un ingresso per il quale penetrare il suo ventre cupo e ospitale, rifugio fresco per il visitatore durante le lunghe giornate estive durante le quali si sviluppano le biennali di arte e architettura. La condizione marginale rispetto ai flussi dei Giardini gli ha concesso di essere ospite generoso di Rom e senza tetto durante il lungo inverno veneziano, nel quale il padiglione si trasforma in un teatro vuoto e riprende la propria anima primitiva. Questa curiosa presenza del padiglione dell’Uruguay nei Giardini dovrebbe innanzitutto inquietarci.


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Per quale motivo un piccolo paese sudamericano come l’Uruguay, con poco più di tre milioni di abitanti, ha un padiglione stabile nei Giardini permettendosi di dialogare con i grandi generatori di cultura del mondo? Perché si nasconde nel bosco? Esiste bellezza e valore metaforica nell’austerità della sua architettura? Il senso che troviamo in questo padiglione nascosto è che questo ci ricorda la dimensione umana dell’arte e dell’architettura. La sua nobile vocazione potrebbe ricordarci con umiltà il senso proprio dell’architettura: essere riparo e luogo simbolico; essere un mezzo e mai un fine, un cammino e mai un destino, un’esperienza aperta ma mai un racconto compiuto. Questo padiglione nascosto potrebbe essere in fondo la Croce del Sud all’interno del cielo stellato della Biennale di Venezia2, e al suo interno riportiamo due eventi di valore internazionale che però non sono mai stati posti sul tavolo di dissezione dell’architettura.

Estraniamento “Viktor Sklovsky, uno dei fondatori della scuola del Metodo Formale soviético definì “l’estraneamento” come la funzione specifica del linguaggio artistico. Estraniamento significa la capacità che hanno alcune forme linguistiche peculiari di far sì che l’abituale venga percepito con occhi differenti, ovvero rompere la serie infinita di percezioni addormentate connotate da significati convenzionali e riuscire a generare, almeno per un istante, una serie di buone domande su quanto ci circonda”. 3 Segnaliamo due eventi estremi relazionati alla città ed al paesaggio, entrambi avvenuti agli inizi degli anni ’70, che costrirsero i giovani uruguayani a ridefinire l’architettura e la città a partire da una condizione elementare. L’efficienza legata a questo lavoro di riuso permise di trasformare l’impossibile in possibile: sopravvivere in condizioni inabitabili oppure scomparire all’interno di un sistema ipercontrollato. I due eventi dei quali trattiamo usarono come strumento fondamentale l’invenzione e la costruzione di spazi reali e simbolici ai fini di rendere possibile la vita dove non lo era. Questi “innesti forzosi” generarono un’insolita condizione di riinizio o “reboot” per l’architettura e la citta; terminarono conformandosi in un laboratorio dell’abitare estremo attraverso una nuova descrizione insolita e con il riuso dell’esistente. Portare avanti una guerriglia in una città provinciale sudamericana o riuscire a sopravvivere a 3800

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Common Pavilions, an installation for the 13th Architecture Biennale in Venice 2012. Diener & Diener in http://commonpavilions.com/pavilion-uruguay.html.

Niscivoccia, Emilio, Martín Bernardo y Bentancour, Patricia. Atti della Comisión Asesora del Consejo de la Facultad Arquitectura de la Universidad de la República de Uruguay che seleziona i curatori per la Bienal de Arquitectura de Venecia. p 1

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metri di altezza nel freddo delle Ande alterarono estremamente la percezione del mondo e generarono un estraniamento sufficiente a superare il pregiudizio e le convenzioni. Questa alterità esasperata riesce ad evidenziare le condizioni di sopravvivenza dei più deboli e sono una lezione di resilienza attraverso l’uso dell’architettura. In questi reboot si alterarono irreversibilmente le percezioni tradizionali e si misero in crisi le convenzioni nonché le supposte certezze della cultura architettonica. Si denudò il mondo materiale di tutte le sicurezze precedente e l’architettura, nuovamente nuda, la città e il paesaggio tornarono ad una condizione di nuova naturalità in quanto percepite e apprese con i sensi e con l’intuizione. Questi eventi evidenziano che, privata della propria legalità, l’architettura e la città non sono altro che materia e cavità. Ormai non rimane più alcuna logica disciplinare, né legale o economica. Il Maestro ignorante4 ha così in questi eventi prova della propria tesi applicata all’architettura.

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Il maestro ignorante: 5 lezioni sull’emancipazione intellettuale, è un libro di Jacques Rancière sulla storia di Joseph Jacotot (títolo originale: Le maître ignorant: Cinq leçons sur l’émancipation intellectuelle, pubblicato nel 1987).

LEZIONE 1

E’ L’ESSERE ABITATO CHE RENDE ARCHITETTURA UN OGGETTO I sopravvissuti dell’incidente aereo delle Ande e la costruzione dell’identità nel ghiacciaio “Per questo se intendiamo la creatività come la capacità di trasformare quello di cui si dispone al fine di generare nuovioggetti, tangibili o meno che siano, credo che nella Valle de las Lagrimas siamo stati profondamente creativi, e la nostra inventiva, così come tante altre abilità, è stata potenziata in quella triste circostanza”5 Il 12 Ottobre del 1972 un aereo Fairchild della forza aerea Uruguaiana partì dall’aeroporto di Montevideo trasportando quarantacinque persone a bordo inclusi i quattro membri dell’equipaggio. Era un volo charter che portava la squadra di Rugby affiliata con il Old Christian Rugby Club a Santiago del Cile per giocare una partita amichevole con una delle migliori squadre cilene e quindi la maggior parte dei passeggeri erano giovani forti e fisicamente prestanti. A causa di cattive condizioni meteorologiche sulle Ande il volo non attraversò le montagne quel giorno e i passeggeri pernottarono nella città argentina di Mendoza. Il giorno seguente, il 12 Ottobre partirono per Santiago del Cile e durante l’attraversamento della cordigliera, forse a causa di un errore umano, l’aereo colpisce parzialmente uno dei picchi più alti e dopo essersi diviso in parti diverse scivola sulla neve a marcia costante lungo la Valle de las Lagrimas, in mezzo alle Ande a circa 3800 metri di altezza.

5 Strauch, Eduardo: Desde el silencio, cuarenta años después. Ediciones Debolsillo, 2015, p. 152..


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Miracolosamente molti giovani del gruppo risultano illesi al contatto e altri con lesioni di varia gravità, mentre alcuni muoiono immediatamente o nelle ore successive all’incidente. Oltre l’enorme commozione che colpisce i sopravvissuti, a seguito dell’incidente la solidarietà diventa il primo motore che li mantiene in vita: aiutare i feriti e mantenerli in vita fino a quando arrivino i soccorsi attesi non lascia il tempo per fermarsi. Montevideo è una città sul Rio de la Plata al livello del mare e, se si escludono piccole ondulazioni del terreno, senza montagne nè colline. Il clima è benevolo e persino nelle notti più fredde dell’inverno la temperatura si mantiene sopra lo 0. Nessuno dei sopravvissuti all’incidente ha mai tenuto alcun tipo di esperienza o ricordo di vita sulle montagne nè nel freddo glaciale. Le vesti che portavano sono molto leggere in accordo con la logica di una primavera temperata in Uruguay.

SOVVERSIONE: “Non si tratta di spazzatura, bensì di un grembo in cui trovare riparo” “Il luogo più sicuro in paesaggio desolato era la fusoliera, che era come una tenda, come un iglù, nel quale incontravamo comodità, solo salivamo perché era necessario camminare, cercare cose, esplorare…”6 Non era possibile vivere nel mezzo della cordigliera adina senza cibarsi, senza acqua, senza coperture e senza rifugio. Meno ancora venendo da un paese senza montagne o temperature base, con la totale inesperienza e condizioni di avversità estreme

che riuscirono ad essere rovesciate solo grazie ad una quota di ribellione tanto estrema quanto le avversità affrontate. Molti furono gli atti sovversivi che permisero la sopravvivenza. E giustamente fu questa energia proveniente dalla ribellione alla morte che permise loro di trasformare la percezione —individuale e collettiva— di ogni elemento che li circondava dandogli un senso del tutto nuovo. E’ questa sovversione nel senso di “investimento, destabilizzazione o rivoluzione del previsto”, che permise loro di costruire un luogo abitabile —persino protettivo— all’interno di condizioni tra le più estreme con le quali l’essere umano si sia mai confrontato. Te lo prometto, non morirò qui”7 Furono varie, innumerevoli, le piccole e grandi sovversioni della “società della neve”8 ma le più significative per la sopravvivenza furono le promesse intime che ognuno di loro fece ad un proprio caro di non morire in quel luogo senza lottare fino all’ultimo istante; accettare positivamente anche la peggior notizia ricevibile —il fatto che vennero interrotte le operazioni di salvataggio 10 giorni dopo l’incidente— trasformandola in un istigazione all’azione senza aspettare nulla da altri; la trascendentale e difficile decisione di alimentarsi con l’unica forma organica alla quale avevano accesso: i corpi dei morti nell’incidente e non ultimo, la decisione di partire in cammino alla ricerca di aiuto.

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Fernando Parrado in un intervista su History Channel: https://www.youtube.com/watch?v=Q2W2d5PIWjQ

Fernando Parrado nel suo libro “Milagro en los andes” ricorda che fu questa promessa che lui fece al padre nel momento della morte della sroella Susy, che gli diede la forza per non abbandonare mai la lotta. Così li chiamò Vierci, compagno di studi dei ragazzi accidentati, nel libro scritto dopo 30 anni dall’incidente. Il libro La sociedad de la nieve è l’unico che include le testimonianze e la partecipazione dei 16 sopravvissuti.

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Ricorda Parrado come informò Nicolich ed i suoi amici che pochi minuti prima aveva ascoltato alla piccola radio che li connetteva al modo il fatto che erano stati ufficialmente abbandonati dai soccorsi in quanto considerati già morti. “Ora sappiamo ciò che dobbiamo fare. Possiamo dipendere solo da noi stessi. Non c’è più motivo di aspettare. Possiamo iniziare a pianificare l’aiuto da soli”9

MONTAGNA “Tutto ciò che ci era successo era improprio al luogo, la violenza, il polverone al nostro arrivo, la nostra terribile sofferenza, il rumore e la confusione della nostra raccapricciante lotta per la sopravvivenza”. La vita non c’entrava niente in quel posto. Tutto era iuna violazione della perfetta serenità che aveva regnato incontrastate per millenni. Lo avevo sentito la prima volta che contemplai quel luogo: avevamo alterato un equilibrio ancestrale e l’equilibrio doveva essere necessariamente ristabilito. Tutto era così nell’intorno, nel silenzio e nel freddo. Qualcosa pretendeva tornasse il silenzio perfetto; qualcosa nella montagna voleva che rimanessimo quieti”10 La dimensione delle montagne della Cordigliera delle Ande sono soffocanti anche per chi abituato a quel tipo di geografia. Ancora di più lo sono per un gruppo di giovani che mai aveva esperito più di qualche piccola collina di quelle esistenti in Uruguay. Chissà fu per questo —e per la formazione religiosa condivisa dalla maggioranza— che tutti coincidono nel dire che la maestosità del paesaggio, 9 10

Parrado, Fernando: Milagro en los Andes. Ediciones Planeta, Montevideo, 2006, p. 110. Parrado, Fernando: op. cit., p. 190.

pur intimando all’indifferenza per la vita umana, li connetteva con un ordine superiore che dava pace. Il riconoscimento di quest’altra scala e la perdida di riferimenti conosciuti (specialmente l’urbano, l’architettonico ed il sociale) ebbero un’importanza fondamentale per conformare lo straniamento che permise la sopravvivenza e l’esperienza fisica e spirituale delle Ande. Fu questo paesaggio estremo, fino a quel momento mai abitato dall’essere umano, lo scenario che rese inevitabile l’assunzione dell’alterità, provocando la perdita totale di riferimenti alle cose conosciute fino a quel momento. La montagna a quell’altezza e a quelle condizioni climatiche non possiede fessure ne cavità abitabili che proteggano dal clima inclemente. Si tratta di un “altro” ermetico, maestoso alla contemplazione, composto di logiche e rituali alieni alla scala del corpo e dei tempi umani. Un nuovo spazio estraniante dove tutto deve essere riscoperto. Ma cosa c’è in quest’altro? nello spazio siderale, nel ghiaccio eterno, nella solitudine ardente del deserto, nella luminosità dei pianeti meno ospitali e nella severa maestosità della montagna?11

MURO “Senza la parete protettiva che (Marcelo Perez) costruì quella prima notte, saremmo tutti morti congelati prima dell’alba”12 In un primo momento Marcelo Pérez, capitano della squadra di Rugby, esercita la sua leadership con grande aplomb e sapienza organizzando le prime ore di sopravvivenza che risulteranno poi chiavi per la salvezza. Sopravvivere la prima notte —tra le più di 70 che trascorreranno sulle montagne— a meno 30 gradi fu sicuramente uno dei primi grandi ostacoli 11 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 163. 12 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 69.


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che superarono. On qualche modo, quella prima notte genera il processo di costruzione di una “casa” nel luogo meno ospitale e con minori risorse che l’essere umano possa trovare. L’ossessione di costruire dei piccoli rifugi dove proteggersi in quella gelida notte che si prefigura con il calar del sole, porta ad una prima ricerca dei materiali disponibili nonché al riconoscimento intuitivo del potenziale di ognuno. Così si opta per la colonizzazione dei residui della fusoliera dell’aereo in quanto luogo abitabile, per cui si organizza lo smontaggio dei sedili e di tutti gli oggetti che occupavano lo spazio mentre si costruiva un muro di valige per poter chiudere il lato aperto del corridoio. E’ questo iniziale maneggio intuitivo ed intelligente delle energie e dei quasi inesistenti materiali che rese possibile vivere in quel luogo inospitale per più di due mesi. In questo modo inizia una lezione insperabile di solidarietà, perseveranza, sopravvivenza, altruismo, resilienza e …ARCHITETTURA!

ENERGIA “Non piangere, le lacrime sprecano il sale di cui hai bisogno per sopravvivere”13 Quando le risorse sono così scarse, l’amministrazione efficiente dell’energia è la differenza tra vita e morte. In questa situazione è evidente che tutta l’energia è parte di un equilibrio globale. Dal sale delle lacrime, al calore corporeo umano fino alla proteine dei corpi senza vita. Il sole è l’unica fonte di calore esterna della la cui energia doveva essere utilizzata fino all’ultimo raggio con i pochi utensili che riuscirono a fabbricarsi. Apparati per sciogliere la nave e trasformarla in acqua potabile realizzati con pezzi di metallo che nel surriscaldarsi facilitavano l’operazio-

Parrado, Fernando: op. cit., p. 44.

ne. La gestione ed il razionamento degli alimenti che venne sviluppato nell’ultima fase per poter garantire più energia agli esploratori (Fernando Parrado, Roberto Canessa)con la conseguente rinuncia volontaria degli altri sopravvissuti, dimostra quanto la comunità delle Ande fosse cosciente della situazione. L’esperienza rese evidente come poche volte succede che tutto è energia che fluisce e la trasformazione non chè la gestione intelligente con poche risorse di questo fluire fu uno degli aspetti cruciali nella sopravvivenza. “I sopravvissuti si rannicchiavano tutti insieme per condividere il loro calore corporeo, alcuni di essi chiedevano persino agli altri ragazzi di punzecchiargli braccia e gambe in modo di attivare la circolazione sanguigna”.14 Oltre a questo dinamica di gestione cosciente delle energie vincolate alla scala umana di sopravvivenza, la maestosità del paesaggio di una scala sconosciuta dai giovani uruguayani li confrontò con una nozione più metafisica della stessa. Una profonda convinzione di essere parte di un flusso cosmico che da pace e armonia. “La situazione avrebbe potuto non migliorare o addirittura complicarsi, però il sentirsi parte di qualcosa di trascendente, allievava un poco la terribile volontà di dominare gli eventi”.15

ADATTABILITA “…Sviluppammo una tecnologia rudimentale che ci rese possibile minimizzare l’esposizione alle feroci intemperie del clima”.16 Il successo dell’architettura non è garantito dal14 Parrado, Fernando: op. cit., p. 65. 15 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 160 16 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 149.

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la capacità degli spazi di adattarsi alle attività umane, quanto per la capacità infinita che l’uomo ha di adattarsi all’ambiente. Una volta adottato uno spazio confortevole —anche nelle condizioni peggiori— tutto può garantire protezione. Prima di partire per l’ultima spedizione, che insieme a Roberto Canessa lo confrontò ancora con l’immensità e l’ignoto della montagna, Parrado confessa che sentì una strana sensazione di appartenenza e di adattamento a quel luogo ostile. “Volevo rannicchiarmi insieme a loro nella fusoliera quella notte, parlargli della vita in casa con la famiglia, sentirmi confortato dalle loro preghiere e con il calore dei loro corpi. Quel luogo dell’incidente era orribile, era ricoperto di urina, sapeva di morte e c’erano pezzi di ossa e cartilagini umane sparse, ma cò nonostante mi apparve improvvisamente come un luogo sicuro e familiare. Volevo rimanere li, nessuno può immaginarsi quanto volessi rimanere”17 Qualche giorno dopo essere recuperati dell’elicottero e tratti in salvo, Eduardo Strauch scrisse: “E’ difficile spiegare come avendo vissuto tanto dolore in quella valle di lacrime, molti di noi sentissimo una strana melanconia mentre nel recupero ci alzavamo in volo sull’elicottero”.18 Ognuno dei sopravvissuti aveva adattato corpo ed anima a quel lugo a tal punto che, per esempio, nei giorni successivi al recupero, alcuni di loro non riuscirono a dormire in posizione orizzontale poiché ormai abituati a dormire inclinati con accanto i corpi degli altri nell’equilibrio della fusoliera.

COMUNITA

17 Parrado, Fernando: op. cit., p. 186. 18 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 152.

“Mi ricordo che quello lamentavamo era che stavamo lasciando quella comunità che avevamo costruito con sforzo e nella quale avevamo sperimento in maniera intensa molti tra i valori fondamentali dell’uomo”19 L’unità e l’appartenenza ad una comunità fu la grande forza del gruppo. Più che la fusoliera dell’aereo, più che gli utensili che poterono fabbricare, più che la copertura improvvisata, è l’architettura della comunità creata che diede loro rifugio contro la morte. Non deludere l’altro e non pretendere nulla da chi stava probabilmente peggio erano un sostegno in ogni momento per non cadere. In ogni istante la consapevolezza che dava la comunità e l’infinitamente fragile della lotte in solitario accompagnarono i sopravviventi. Nella notte nella quale una valanga distrusse la parete di valigie e riempì di neve la fusoliera, Roy —l’unico del gruppo che riuscì ad alzarsi in piedi prima che la neve invadesse tutto— vide scomparire tutti i suoi compagni sotto la neve e la sua peggior paura fu quella di rimanere solo in quel luogo. “Roy vide con orrore come tutti noi che dormivamo eravamo stati ricoperti di neve. Terrorizzato dall’idea vederci tutti morti e di rimanere da solo nella montagna Roy iniziò a scavare”20

SACCO Dopo una lunga e sacrificata sopravvivenza nel clima andino e dopo aver vinto le condizioni più avverse, arrivò il momento nel quale divenne necessario pensare definitamente ad una strategia per scappare da quel luogo. Era da tempo che già sapevano che la civiltà li aveva ormai dati per morti e non li cercava più. Da lì si sarebbe potuto scappare solo con i propri 19 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 153. 20 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 137.


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mezzi. L’unico modo possibile era che qualcuno di loro andasse in cerca di aiuto oltrepassando le montagne che avevano di fronte. Pensarono che pochi giorni di cammino sarebbero stati sufficienti, ma ciò nonostante bisognava prevedere di passare alcune notti alle intemperie senza nessuna cavità disponibile per rifugiarsi. Era quindi imprescindibile la costruzione di un dispositivo che replicasse la funzione della fusoliera nelle lunghe notti precedenti. “…il ritrovamento di un materiale isolante tra le pareti dell’aereo permise di costruire un grande sacco a pelo, elemento fondamentale per la spedizione finale che implicava ovviamente passare le notti alle intemperie. Quel sacco alla cui costruzione parteciparono in molti era cucito con filo di rame con punti fermi non molto spaziati affinchè potesse resistere come rifugio per tre persone per molti giorni. Era un lavoro metodico di precisione nel quale vennero poste molte speranze e per questo la sua costruzione aveva lo spirito delle costruzioni archetipe di salvezza tipo il Cavallo di Troia o l’Arca di Noe”21

L’unica azione possibile che avrebbe potuto dare una possibilità per sopravvivere era il camminare. Anche se questo avvenne nel terreno meno propizio che può esistere. L’unica opzione era camminare. Parrado afferma anche che aveva raggiunto una determinazione totale indistruttibile e che se avesse dovuto morire avrebbe volito succedesse camminando. C’erano molti percorsi possibili però, in base a dati in possesso del pilota dell’aereo prima di morire, il più logico sembrava fosse quello di partire in direzione ovest per incontrare le valli cilene. Nonostante furono indotti all’errore del pilota a percorrere il cammino sicuramente peggiore, con convinzione e determinazione riuscirono comunque nell’impresa e salvarono la vita dei loro compagni. Qualche anno dopo, Roberto Canessa durante un intervista rilasciata ad un giornale durante la campagna elettorale presidenziale alla quale partecipava da candidato, disse che quell’esperienza gli aveva insegnato che a volte la cosa più importante non è di avere il progetto migliore, ma di averne uno e di crederci fortemente. “Oltre ad essere un’azione è anche un segno, presuppone una forma che si può sovrapporre a quella contemporaneamente preesistente sulla realtà e sulla carta. Il mondo diventa allora un immenso territorio estetico, un’enorme tela su cui disegnare camminando e sperimentare affinità visive. Un supporto che non è un foglio bianco, ma un intricato disegno di sedimenti storici e geologici su cui aggiungerne semplicemente un altro. Percorrendo le figure sovrapposte alla carta-territorio, il corpo del viandante annota gli eventi del viaggio, le sensazioni, gli ostacoli, i pericoli, il variare del terreno. Sul corpo in movimento si riflette la struttura fisica del territorio”.22

Questo sacco si trasformo in una specie di dispositivo che insieme agli elementi per trasportare gli alimenti erano sostanzialmente gli unici strumenti con i quali si affrontò l’attraversamento a piedi della cordigliera della Ande. Così il calore generato dai corpi degli esploratori era conservato per sopravvivere alle temperature profondamente sotto lo zero dopo il tramonto. Il sacco fu il dispositivo architettonico leggere, portatile ed efficiente che permise il successo del nomadismo nell’estremo freddo della montagna.

CAMINAR 22 21 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 149.

Careri, Francesco. Walkscapes. Camminare come pratica estetica, 2006, Feltrinelli, Torino.

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LE ZI O NE 2

LA CITTA’ E’ INFINITA NONCHE’SCONOSCIUTA I Tupamaros e la costruzione del fuori in città “Non abbiamo luoghi inespugnabili nel territorio uruguayano per installare un fuoco partigiano che duri nel tempo, anche se abbiamo luoghi di difficile accesso in campagna. In compenso abbiamo una grande città con più di 300 chilometri quadrati di edifici, che permette lo sviluppo della lotta urbana”.23 Negli anni sessanta ci furono molti movimenti guerriglieri in tutta l’America Latina. Dopo l’esperienza di Cuba e in un momento segnato dal forte idealismo politico e sociale, un gruppo di giovani da vari paesi attivano una guerra partigiana con l’obbiettivo di creare un America Latina indipendente politicamente ed economicamente. Il “che” Guevara e Regís Debray, referenti dei movimenti rivoluzionari latinoamericani degli anni sessanta propongono la guerriglia rurale come strumento per arrivare al potere. La teoria è messa in pratica con successo a Cuba e con meno successo in altri paesi, mentre la guerriglia urbana è esplicitamente respinta da entrambi nei loro testi e attraverso i loro contatti diretti negli altri movimenti latinoamericani. In Uruguay il Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros si forma lentamente agli inizi degli anni sessanta. Dal 1962 una serie di movimenti di contadini si aggregano ampliando le convergenze con un gruppo di intellettuali di città, soprattutto giovani 23

Mercader, Antonio, y De Vera, Jorge: Tupamaros, estrategia y acción (citazione da un intervista ad un tupamaro). Editorial Alfa, Montevideo, 1969, p. 56.

universitari, particolarmente influenzati dalla rivoluzione Cubana, dalla figura del Che e dal modello socialista. Dopo un’analisi territoriale in Uruguay, nonché delle zone limitrofe in Brasile e Argentina, realizzata dal leader Tupamaros Raúl Sendic nella prima metà degli anni sessanta, decretò l’incapacità di poterne utilizzare efficacemente la natura. I Tupamaros dovettero optare per un altro cammino: la guerriglia urbana.

SOVVERSIONE: “Questa non è una città; è una conformazione rocciosa inesplorata” “Era Luglio del 1965 (…) cominciava un rituale che si sarebbe ripetuto tutti i Venerdì e a volte altri giorni della settimana fino al settembre dell’anno successivo: alle 11 della notte un gruppo di uomini giovani entrava nelle fogne della città e le camminava furtivamente e pazientemente fino alle sei del mattino. (…) Non era un divertimento insolito né un rituale religioso: erano guerriglieri che disegnavano la pianta delle fogne di gran parte della capitale, convinti che nel futuro quel mondo sotterraneo e sconosciuto sarebbe stato fondamentale per le loro attività clandestine”. 24 La guerriglia in Uruguay non fu possibile fino a quando la sovversione percettiva si produsse. Per i Tupamaros Montevideo già non era più la città che pensavano di conoscere, ma una natura estesa ed parzialmente inesplorata dove scoprire e costruire uno spazio di protezione. Solitamente il rifugio per la guerrigla era il “fuori” che i Cubani avevano nella 24 Lessa, Alfonso: La revolución imposible. Editorial Fin de Siglo, Montevideo, 2003.


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Sierra Maestra o i colombiani nella foresta. La nuova lettura fu efficiente e a Montevideo si sovrappose il luogo di combattimento, scontro e nascondiglio. Misurarono le fogne, ci abitarono, costruirono sottosuolo sotto i sottosuoli abitabili. Aprirono un altro registro della città fino a quel momento occulto ed impercettibile per tutti i Montevideani. Usarono la dislocazione e la mobilità come risorsa; i loro contatti furono autobus o le strade, in mezzo alle dinamiche urbane, mimetizzati nel movimento della massa. Estratti di interviste e testi apparsi intorno al 1964 parlano della città come un “bosco di case”25 che offre “labirinti inestricabili e nascondigli che invidierebbe qualsiasi guerrigliero montanaro”26 L’architettura e la città solo esistono nella percezione che di loro abbiamo. I cambi di percezione, generalmente legati a mutazioni culturali, aprono nuove porte del fenomeno urbano. Ogni nuova descrizione porta nuova conoscenza della città stessa. In ambito architettonico la materia non fu assimilata come ordine di elementi formali alla ricerca di armonia ed equilibrio volumetrico o spaziale, non importavano gli stili o la teoria accademica che li avevano generati. La materia si percepisce come forma inerte, roccia a volte raschiata che deve essere riscoperta e colonizzata. Non importava la sua proiezione culturale, la qualità stilistica o la valorizzazione interna alla cultura architettonica e urbanistica, ma c’era solo interesse per la sua flessibilità, per le sue cavità, per il suo potenziale di ospitare l’insospettabile, anche per i propri progettisti o costruttori.

25 Guillen, Abraham citado por Meracader, A. y De Vera, J. (1969) “Tupamaros, estrategia y acción” Montevideo: Alfa, pág. 12 26 Mercader, y De Vera: op. cit., p. 17.

ESPLORAZIONE E COSTRUZIONE DEL OPPOSTO “Nel 1969 l’artista Robert Smithson realizza “First upside-down Tree”. Mostrando sopra quello che stava sotto, pone in relazione simultanea quello che era in cima e quello che si trovava sotto il terreno. La simultaneità di entrambe le zone ci vincola con la totalità del processo umano, e con la coscienza che esista vita sotto le pietre arricchisce la percezione del mondo e la costruzione del paesaggio”.27 La percezione della città è sovvertita dall’estraniamento introdotto dalle analisi dei parametri della guerriglia. La descrizione tradizionale segnata dai regimi demaniali e dallo spazio diviso in frammenti isolabili quali: le proprietà, le norme, strade e parche smette di essere operative. La materia esplorata e interpretata nuovamente con le nuovi basi. Quello che i Tupamaros hanno davanti ai loro occhi sembra un immensa roccia,28 pre-esistente, una manifestazione ulteriore della realtà. Non è qualcosa di malleabile né deformabile a piacere. Ci sono alcune “leggi naturali” che la dirigono e che obbligano a conoscerle per adattarsi. E’ una roccia cos’ grande ed eterogenea che presenta fessure e spazi che possono essere trasformate per creare rifugi e nascondere la vita. Senza dubbio non si tratta di un sasso isotropo ma di uno confermato da strati molteplici e diverse densità. Le dicotomie spazio pubblico-spazio privato nonché quella spazio-forma hanno strutturato da sempre i modelli interpretativi e le descrizioni ur-

27 González, Itziar: Venus intenta retener a Marte. Madrid, 2001. 28 La Real Academia Española definisce come “roccia” nella sua terza accezione come una “cosa molto dura, solida e costante”.

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banistiche ed architettoniche. I Tupamaros aprirono intuitivamente la loro percezione verso luoghi della città e cavità. Una volta transitate e riscoperte come spazio abitabile, dobbiamo considerare le fogne una spazio pubblico o privato? Forma o spazio? Cosa succede nei buchi scavati ne suolo o all’interno di una parete di casa urbana? “A volte un auto, o chissà un taxi, colpiva due volte passando sopra le coperture. Con la profonda oscurità, se si coprivano i fari, gli orifici dei tombini erano impensabili fuochi di luce. Una luce che proveniva dai fari stradali, dalle automobili, dalle stesse stelle”.29

SPESSORE “Bucare, denudare, rendere accessibile quanto non fosse, portare in superficie l’occulto sotto di essa, mostrare la dignità della struttura e gli spazi compressi all’interno, sembra essere la missione di molti dei progetti di spazio pubblico che sono realizzati in questi ultimi anni”.30 L’ossessione moderna è quella di abitare all’aperto, riuscire a vincere gravità strutturale e di conquistare l’immaterialità. Il grattacielo di cristallo è la migliore sintesi. La strategia dell’opposto però fa ovviamente l’opposto. La sua opportunità è quella di abitare lo spessore, raschiare i suoli e le pareti. “Abbiamo fatto tutto al massimo. I piani li abbiamo dovuti realizzare noi perché non esistevano. Tutti i venerdì invece che andare a ballare entravamo nelle fogne.31

Fernández Huidobro, Eleuterio: Historia de los Tupamaros (volume 3). Editorial TAE, Montevideo, 1990, pp. 16-19 30 González, Itziar: op. cit. 31 De Lucía, Aníbal; citato da Lessa, Alfonso: op. cit.

Nelle case di famiglia dove facevano finta di avere “un’attività urbana normale” costruirono i loro nascondigli o “berretines” come li chiamavano. Il berretin raschiava la materia e occupava lo spessore. Lo spessore del muro, del suolo, del tetto, del mobile, dell’auto, di tutto. Lo spessore prese una dimensione abitabile e a partire da questo una nuova storia cominciò a svilupparsi.

SOVRAPPOSIZIONE Per alcuni autori l’architettura è sostanzialmente un atto violento di segregazione: “Se consideriamo che costruire consiste nel creare il proibito —posto che segrega un altro luogo—, risulta in un gesto paradossale visto che l’architettura ci protegge è anche uno strumento di segregazione”.32 Le operazioni urbane ed architettoniche dei Tupamaros esacerbarono questa condizione primitiva del costruire. La vicinanza di mondi antagonisti era estrema per cui era necessario che le cavità fossero ermeticamente chiuse secondo operazioni sottili di segregazione. Questi meccanismi architettonici operano sulle percezioni che alimentano la distanze tra vicini. Come in un labirinto è il percorso che marca la lontananza, non la distanza. La sovrapposizione fu un’operazione architettonica rese possibile la guerriglia urbana. La sovrapposizione di attività sull’oggetto architettonico “vuoto” fu necessaria per permettere l’ambiguità d’uso: casa familiare al primo piano, cárcel del pueblo nel sottosuolo.

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Perrault, Dominique: “La violencia de lo neutro”. nella rivista El Croquis N°104. El Croquis Editorial, Madrid, 2001, p. 10.


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TANGENZA I Tupamaros videro con chiarezza il punto di maggiore tensione nella sovrapposizione: la tangenza. Il punto di contatto dei due mondi, —il clandestino e il legale— o “la trappola” come veniva chiamata, riceve la tensione vincolare maggiore. Poiché ogni mondo risponde internamente alla propria legalità, uno dei maggiori problemi architettonici con cui dovettero rapportarsi i Tupamaros fu la risoluzione della “trappola”, luogo che concentra la tensione della segregazione e che pertanto determinerà la vitalità del sottosuolo.

BOLLE ”Il compatto, il continuo, il massiccio soffre l’invasione del vuoto. L’aria, l’elemento incompreso, incontra mezzi e cammini per infilarsi in luoghi nei quali non si aspetta la sua presenza; Ancora più per la propria forza condiziona luoghi strani lì dove prima non c’era niente. Come potrebbe essere una prima definizione di schiuma? Aria in un luogo inesplorato?”33 Lo spazio parallelo costruito per i Tupamaros andò oltre la tettonica, fu anche spazio non fisico. Furono molte le operazioni vincolari praticate per facilitare la guerriglia urbana. Come scomparire e creare un labirinto nello spazio pubblico?

CAMUFFAMENTO Il luogo pubblico ultra-vigilato fu un “nascondiglio” perfetto per l’attività clandestina. Nel occultamento c’è anche la super-esposizione. Gli spazi urbani aperti, nel momento di uso delle masse furono percepiti come nascondigli davanti agli occhi di tutti. Frequen33 Sloterdijk Meter, “Sfere III”. Raffaello cortina. Pag. 28

ti furono i contatti e i rapporti dei Tupamaros nelle piazze e nelle spiaggie persi tra la gente. Il camuffamento ed il travestimento furono modalità di scomparire efficaci in città. Si travestivano non solo le persone, ma anche l’architettura e gli oggetti. Il modo con cui si trucca il viso per appiattirlo su uno sfondo ci racconto con fidelità la percezione che abbiamo del fondo stesso. Dentro l’enorme roccia le forme singolari ricevono i valori simbolici (religiosi, politici, sociali etc.) della società ospitante. Questa costruzione sociale di un’aura proiettata sulla roccia è la verifica chiave nel momento in cui il camuffamento e le coperture operano in costruzioni clandestine.

COMPARTIMENTAZIONE “Nelle schiume vige il principio del co-isolamento, secondo il quale la stessa parete di separazione serve da limite per due o più sfere. Queste pareti che si appropriano di ambi i lati sono le interfaccia originarie. Del fatto che in queste spume fisicamente reali una bolla concreta limiti una pluralità di globi vicini che gli condizionano l’uso dello spazio, può essere interpretato come immagine prototipica per l’interpretazione delle connessioni sociali. Anche nel campo umano le cellule si avvicinano l’una all’altra per vaccinarsi, separarsi e mantenere isolamento reciproco. Appartiene alle particolarità di questa categoria di oggetti il fatto che il co-isolamento molteplice di queste case-bolle può essere descritto come chiusura e apertura al mondo. Per questo la schiuma costituisce un interno paradossale, nel quale la maggior parte delle co-bolle vicine sono allo stesso tempo, inaccessibili ma contingenti, unite e separate.34 34 Sloterdijk Peter: op. cit., p. 48.

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DU E LEZI O NI DI AR C H ITETTURA

La compartimentazione —operazione sociale e percettiva— fu una delle chiavi per rendere possibile la guerriglia urbana. Una strategia appresa e perfezionata da altre esperienze come quella algerina che fu il sostentamento che permise, all’interno di un contesto sovraesposto e iper-controllato come la città, che l’eventuale caduta di uno delle unità connettive non generasse per effetto domino la sconfitta di tutto il movimento. Così l’organizzazione si suddivise en un infinità di “cellule” autonome. Ognuna di queste unità era formata per 4 o 5 persone che si conoscevano solo per pseudonimo (non potevano conoscere il nome reale, né l’indirizzo di residenza o qualsivoglia tipo di dato personale). Per riuscire in questo obbiettivo esisteva un protocollo preciso di arruolamento e movimento all’interno dei locali dell’organizzazione che tendeva ad isolare e disorientare. Questo complesso sistema di funzionamento chiamato “compartimentazione” non era nient’altro che una sapienza urbana rivolta alle manipolazione della frammentazione che caratterizza il sistema cittadino, apparentemente estremamente vincolato, ma in realtà diviso in unità basiche. “El problema no es inventar el espacio, pero si interrogarlo… o simplemente leerlo porque lo que llamamos cotidianeidad no es evidencia sino opacidad: una forma de anestesia”35

35 Georges Perec, “Specie di Spazi”, Bollati Boringhieri, 1989



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E NGL I SH

REEBOOT

TWO LESSONS OF ARCHITECTURE

We are not we want to be, only a short pulse in an old silent with the age of the sky. Calm, all is calm, let the kiss last, let time heal, let the soul has the same age the age of the sky.1

SCALES The sky is space and time; He confronts us with the insignificant and fleeting of our physical existence. By mere contemplation it bares our vulnerability and subjugates us into a whole, towards a common space and time. In this other scale, the scale of times, architecture is different from how we architects perceive it. It is not the center of anything neither of anyone. Architecture is an ephemeral earthly pleasure, like wine, sensuality or food are. In this map, architecture is just a new geological formation, a set of cavities colonized inhabited, occupied by a community constantly reconstructing it with its myths, stories, emotions and mysteries. Within this other condition, life of cities is interwoven with societies’ life, they are celebrated and rejoice in freedom. There is neither control nor discipline, no styles nor ideologies, no correct

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Drexler, Jorge. “La edad del cielo”. iTunes, 2007.

modes of use, no aberrant forms nor immoral pleasures, there are only cavities, shelters, refuge, corners. In this other map all the walkable void is a common ground, the atmosphere is its agglutinative fluid and the sky is an intangible presence. The sky completes today’s landscape and the prehistoric. The sky is the canvas. Northern sky isn’t alike the Southern. In the southern sky, a cross that guides those adventuring in this side of the world is drawn. In our Western culture, “the cross” shamelessly symbolizes burden and its release, it is both submission and subversion, it represents death and resurrection. This happy insolence is our South and that’s how it is drawn on its sky. The Southernmost Pavilion among those inhabiting I Giardini could not ignore what considered. its body, Its interiority, its skin, do not recognize themself in the architects’ fine architecture but in the dense people’s cavities. Maybe that’s why the Uruguayan Pavilion, the smallest of I Giardini, is crouched among the trees, it hides itself in the woods and it’s reachable only if there is a desire to do so. Perhaps that is why it only has a hole through which is possible to penetrate its somber and hospital belly, a fresh shelter for the visitor during the long summer days when the art and architecture biennials start. Its marginal condition to the streams of I Giardini has allowed it to be generous host of Roma and homeless during the long Venetian winter, those in which it transforms itself into an empty theater and regains its primitive condition. The curious presence of the Uruguayan Pavilion in I Giardini should indeed fret us. What sense does it make for such a small south American country —of little over three millions inhabitants— to have a fixed pavilion in I Giardini to dialogue with the world great cultural generators?


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Why does it hide in the woods? Is there any beauty or metaphorical values in its austere architecture? The sense we find is that this hidden Pavilion reminds us of art and architecture’s human condition. Its noble vocation could easily be to humbly remind us about the ultimate sense of architecture: to be a shelter and symbolical space; to be medium and never an objective, a path but not a destination, an open experience but never a finished story. This secret Pavilion could easly be the southern Cross of the Venice2 Biennial’s stellar sky from which we report of two events of international significance never brought to the dissecting table of architecture.

estrangement “Viktor Shklovsky, one of the School of Soviet Formal Method’s founders defined “estrangement” as the artistic language’s specific role. Estrangement means the ability of some unique singular linguistic series to make the usual to be seen with different eyes, that is to break the infinite series of dormant perceptions and conventional meanings while managing to generate, at least for a moment a bunch of good questions concerning what’s around us”3 We report two extreme events linked to the city and to the landscape, occurred at the same time(in the early 70) that exposed young Uruguayans to redefine architecture and the city from its most basic sense. It was precisely the efficiency of this work of re-use that allowed them to transform seemingly impossible missions into viable ones: to survive in the uninhabitable and disappear within the hyper controlled conditions. The two events we refer to used as a fundamental tool the invention and construction of a real and symbolic space as a viable way of life where it was not possible. These “forced implants” generated unusual reset conditions or “reboot” for architecture and the city; they ended up conforming a laboratory of habitability and improvement through a new and unusual description and the re-use of the already existing. Carrying out a guerrilla warfare in a provincial South American city or surviving at 3800 meters in

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Common Pavilions, an installation for the 13th Architecture Biennale in Venice 2012. Diener & Diener at http://commonpavilions.com/pavilion-uruguay.html

Nisivoccia, Emilio; Martin, Bernardo; & Bentancour, Patricia, in the Proceedings of the Advisory Commission to the Board of the School of Architecture of the University of the Republic acting in the selection of the Uruguayan exhibition in the Venice Architecture Biennale, p. 1.

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the cold of the Andes extremely altered the perception of the world, generating enough estrangement to overcome prejudices and conventions. This extreme otherness does nothing but highlighting the weakest’ survival conditions while being a resilience lesson through the use of architecture. During these reboot traditional perceptions are irreversibly altered as the agreed conventions and truths of the architectural culture are put in crisis. The material world was divested of any previous certainty and likewise, again naked, architecture, the city and the landscape are reduced to a new natural state were to learn from with senses and intuition. These events show us that architecture, once denuded from his Legality, and the city are nothing but matter and cavities. They are now no longer attached to the legal, economic and discipline’s logic. Applied to architecture the Ignorant schoolmaster’s4 thesis appears verified in these events.

4

The Ignorant Schoolmaster: Five Lessons in Intellectual Emancipation is a book by Jacques Rancière about the story of Joseph Jacotot (original title: Le maître ignorant: Cinq leçons sur l’émancipation intellectuelle, published in 1987).

LESSON 1

TO INHABITED IS WHAT MAKES AN OBJECT ARCHITECTURE The plane crash survivors in the Andes and the interiority building in the frost “If we conceive creativity as the ability to transform what is available to generate new objects whether tangible or intangible, I believe that in the “Valle de las Lágrimas” [Valley of Tears] we have been extremely creative, and our inventiveness, like so many other skills, was enhanced in this sad circumstance”5 On October 12th 1972 an Uruguayan Air Force’s Fairchild airplane took off from the airport of Montevideo with forty five people on board including four crew members. It was a charter flight moving the Old Christian Rugby Club’s team to Santiago de Chile to play a friendly match against one of the best Chilean teams, therefore the vast majority of the passengers were young, strong and physically trained. Bad weather on the Andes convinced them not to cross the mountains that day while staying overnight in the Argentinian city of Mendoza. The next day, October 13th they left towards Santiago de Chile but while Crossing the mountains, probably due to a human mistake, the airplane partly crashed on one of the highest peak before transecting into many pieces while sliding on the snow in the Valle de las Lágrimas, in the middle of the Andes at 3800 meters. Miraculously several young men from the group survive unhurt in the accident and other with varying severity injuries while some die on impact or in 5 Strauch, Eduardo: Desde el silencio, cuarenta años después. Ediciones Debolsillo, 2015, p. 152.


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the next few hours. Beyond the obvious huge commotion that awes the survivors after the accident solidarity becomes the first engine that keeps them alive: helping the wounded and keeping them alive until the expected rescue would arrive would not give them time to break. Montevideo is a city on the Rio de la Plate on the sea level and without any mountains nor hills exept a few little wawes. The climate is benevolent and even during the coldest winter nights the temperature always stays above the 0. None of the survivors of the accident had no experience or record in life on the mountains nor in the extreme cold. According to a balmy spring in Uruguay the clothes they were wearing are very light.

subversion :”it’s no junk but a womb where to find shelter” “The safest spot in that desolate place was the fuselage, It was like a cabin, like an igloo, inside we found its comforts, we would leave it only because we he had to walk, try things and explore…”6 It was impossible to survive in the middle of the Andes without food, water, protection and without shelter. Even harder for people coming from a mountain-less country without low temperatures, where the extreme adversity and the absolute inexperience could only be tackled with a group rebellion as extreme as the hardship they faced. Various were the subversive acts that guaranteed their survival. It is precisely this against death energy from the rebellion that allowed them to slowly transform their perception —individual and 6

Fernando Parrado interviewed by the History Channel. See: https://www.youtube.com/watch?v=Q2W2d5PIWjQ

collective— of each of the elements in the surroundings giving them a new meaning in their existence. The subversion conceived as “reversal, destabilization and revolt of the established” is what allowed them to build an habitable place —even protector and beloved— under one of the most extreme conditions human being ever faced. “I promise you, I won’t die here “7 There were several, countless small and large subversions from the “snow society”8 but perhaps the most significant due to its strong impact on survival was the intimate promise of not dying without fighting up the last moment which everyone made to their beloved; the positive acceptance of the worst news among the receivable ones —the fact that they had been abandoned after 10 days by the rescue team— was taken as an ultimate drive to action without further await for external help; the important and difficult decision to feed themselves with the only accessible organic matter: namely the accident deceased’s bodies together with the decision to leave the aircraft looking for help. Parrado remembers how Nicolich and his friends were informed of what he had recently heard from a small radio station which connected them to civilization, where it was announced that assuming them to be dead their rescue mission was withdrawn: “we now now what to do. We can only rely on ourselves.

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Fernando Parrado, in his book Milagro en los Andes, recounts that that promise intimately made to his Father after the death of his sister Susy is what gave him the strength needed to not ever give up the struggle. This is how Pablo Vierci, schoolmate of the accident victims, named the book he wrote regarding the incident 30 years after the accident. La sociedad de la nieve [The snow society] is the only book that counts with the participation and testimony of all 16 survivors.

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Tere is no longer reason for waiting. We shall plan our escape by ourselves”.9

MOUNTAIN “Everything that had happened was somehow improper to the place, violence and turmoil on our arrival, terrible suffering, noise and confusion in our creepy struggle to survive. Life did not fit there. Everything counted as the violation of a perfect serenity that had reigned over millions of years. I had already felt it the first time I saw that place: our presence altered an ancestral balance and the original equilibrium was meant to be restored. It was all around me, the silence and the cold. Something demanded to have that perfect silence back; something on the mountain wanted us to stay still”10 The Andes mountains’ dimension are distressing to everyone including those used to their geography. Harder they are for such a group of young people that never experience anything more than the small hills existing in Uruguay. Maybe that’s why —also considering the religious education the majority of the group shared— everyone agree that the landscape’s majesty, while intimidating due to its scale and human life indifference, connected them with a peaceful superior order. By recognizing the other scale as well as the reference loss to anything known (especially concerning the Urban, the architectural and the social) the group faced such an estrangement that created the bases for survival and guided the physical and spiritual experience of the Andes. This extreme landscape, never 9 10

Parrado, Fernando: Milagro en los Andes. Ediciones Planeta, Montevideo, 2006, p. 110. Parrado, Fernando: op. cit., p. 190.

inhabited by human beings before, made inevitable to take over the otherness while provoking the total reference loss to the previously known dimensions. Under such climate conditions and these height the mountain doesn’t offer any inhabitable voids or cracks where to find protection from harsh weather. This is a tight “other, of majestic contemplation, consisting of absurd logics and rituals when related to human time and body scale. A new uncanny space where everything needs to be relearned. But what about the other logic, the one made of sidereal spaces of heternale frost, of deserts’ burning loneliness,of the most inhospitable planets’ brightness, and the mountains’ severe mejestad?11

WALL “…Without that protecting wall that (Marcelo Perez) built the first night, we would all have died frozen before dawn”12 At the beginning Marcelo Perez, older than the majority and Rugby team’s captain, exercises his leadership with great aplomb and wisdom while giving restraints and organizing the first hours which will turn to be fundamental for survival. Surviving the first night —among the 70 that they will pass on the mountains— 30 degrees underneath 0 was one the first obstacles encountered. Somehow that first night triggers the “dwelling” construction process within the inhospitable place and with the least resources available for humans. The assurgent obsession before sunset to create a protective shelter from the freezing night pushed for a first search for the available materials and an intuitive recognition of individual’s potentials. 11 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 163. 12 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 69.


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The aircraft fuselage’s leftover was then pointed to be colonized by removing the seats and all the other objects along the place and by building a luggage wall to close the open side. This was the beginning of the intuitive and intelligent energy management as well as the organization of the seemingly non existing resources which made life for two months feasible where it could not have been. By doing so an unthinkable lesson starts made of solidarity, perseverance, survival, altruism, resilience and of … ARCHITECTURE!

ENERGY “don’t cry, cause tears misspend the salt you need to survive”13 Efficient energy management is the difference between life and death when resources are so radically scarce. It becomes clear in this situation that everything is energy and belongs to the global equilibrium. From tears’ salt, to human body’s warmth or lifeless corps’ proteins. The sun is the only external font of heat and its energy had to be exploited up till the last beam that their few tools were capable of producing. Apparatus conceived to melt snow while transforming it into drinkable water obtained by trough the heating of metal parts. Food rationalization and management that was carried out in the last stage to guarantee more energy to the expeditionary (Fernando Parrado, Roberto Canessa) together with the consequent voluntary postponement of the other survivors show the

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Parrado, Fernando: op. cit., p. 44.

conscious community level reached by the group in that situation. As rarely occurs, the experience made evident that everything is flowing energy and its intelligent handling with bounded available resources was one of the crucial aspects for survival. “The survivors curled up all together in order to share their body heat, some even asked the laying boys to have their arms and legs pinched as a means to activate veins’ blood circulation”14 Besides this conception and conscious power organization linked to a survival human scale, the unknown extent Of the landscape’s majesty confronted the young Uruguayans with a metaphysical energy notion. A deep conviction to being part of a cosmic flux giving peace and harmony. “The situation could have not improved or it could have worsen, nevertheless feeling part of something transcendent partly eased the tremendous burden of wanting to dominate the events”15

ADAPTABILITY “...We kept developing a rudimentary technology that allowed us to minimize the exposure to ferocious climate assaults”16 Architecture success is not guaranteed by the ability of spaces to adapt to human activities but by the infinite capacities of human beings to adapt to environmental conditions. Once a comfort space is adapted and created —even in the harshest conditions— everything can provide the illusion of contention. Before leaving for the last expedition which to14. Parrado, Fernando: op. cit., p. 65. 15 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 160. 16 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 149

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gether with Roberto Canessa will confront him with the immensity of the mountain and the unknown, Parrado confesses that he felt a rare belonging and adaptation feeling within that tremendous place. “That night I felt like curling up with the others, talking about home family life, being comforted by their prayers and their body heat. The accident place was frightening, It was impregnated with urine, it stank of death and there pieces of bones and human gristle everywhere, nevertheless it suddenly appeared to be a warm, familiar and safe place. I wanted to stay there, no one can immagine how much I wanted to stay there”. 17 Few days after the rise on the elicopter that rescued them from that place, Eduardo Strauch wrote: “ (…) It’s hard to explain how besides the pain suffered in the Valle de las lagrimas, many of us felt a rare melancholy while being elevated by the helicopter towards our salvation”.18 Each of the survivors adapted their body and soul to that place to the extent that some of them had problems to sleep horizontally during the days after the rescue since they felt unstable without the then accustomed body inclination that generated the balance in the fuselage.

COMMUNITY ”it occurs to me that what we regret leaving was precisely the community that we managed to create with efforts and in which we had achieved to live intensively many human fundamental values”19 17 Parrado, Fernando: op. cit., p. 186. 18 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 152. 19 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 153.

Community’s unity and belonging was the great protection strength. Way more than the airplane’s fuselage, more than the tools they were capable of producing, more than the improvised shelter, the architecture of the created community was what kept them from dying. Not defrauding the other and not demanding anything to someone probably feeling worse were sustaining them from falling. times the awareness of the strength that gave the community and the infinitely fragile fight alone accompanied the survivors In every moment the survivors were accompanied by the community strength awareness and the extremely fragile individual struggle. The night when an avalanche demolished the fragile luggage wall while snow flooded the fuselage, Roy —the only group member that managed to stand before the snow invaded everything— saw the disappearance of his peers under the white coat and his greatest fear was staying alone in that place. “Roy watched horrified that all of us sleeping on the floor had been buried under the snow. Being terrified by the idea that all of us were dead and that he was alone in the mountains Roy began digging”20

SACK After a long and sacrificed survival in the middle of the Andes managing to overcome the most adverse conditions, the moment to think strategically how to escape came. Long ago they discovered that civilization presumed them to be dead and no longer search for them. They could only come out on their own. The only feasible possibility was for one of them to search for help while crossing the surrounding mountains. They assumed that few hiking

20 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 137.


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days would have been enough however it implied spending few nights in the open air as there was no sheltering cavity. It was essential to build some kind of device capable of substituting the fuselage in the previous nights. “…The finding of an insulating cloth on the walls of the plane’s tail allowed the construction of a sleeping bag possible, certainly a fundamental element for the final expedition involving outdoor nights. many collaborated in the making of the sack which was strongly stitched with copper wires properly spaced in order to guarantee a proper shelter for three people for multiple days. The methodical and precise work generated high hopes and due to this spirit its construction had something of the archetypal saver structures as the Trojan Horse or Noah’s Ark might have been”21

wavering determination and decided that if he was meant to die It should have happened while walking Many could have been the crossing paths, among those, like the pilot’s plan before death, the most logic seemed to head west where to find the Chilean vallies. Following the pilot’s mistake they certainly opted for the worst project to start with, nevertheless their conviction and determination eventually turned it into a successful one accomplishing to save their peers lives. Some years later due to his candidacy as Uruguayan Presidency Roberto Canessa was interview by a newspaper and he said that the experience thought him that sometimes the most important thing is not to have the best project, but simply have a project to believe in. “Besides being an action, walking is also a sign, a form that can simultaneously overlap with other existing forms in reality and in the plane. The world then becomes an immense aesthetic territory, a huge canvas on which to drawn while walking, a support that is not a blank sheet, but an intricate pattern of historical and geological sediments on top of which to add one more. Walking through the overlapping figures in the plane-territory, the walker’s body is taking note on the events, feelings, obstacles, hazards and ground variations. The physical structure of the territory is then reflected on a moving body”.22

That sack was transformed into a peculiar device that together with food transportation was the only tool used for the traversal walking of the Andes. It contained the bodies’ heat which were collaborating in the survival after the sunset when the temperature were below zero. The sack was the light, portable and efficient architectural device that allowed the success of nomadism in the mountains extreme cold

WALKING The only possible option that might have had a chance for survival was walking. Even considering the least proper ground for it. The only option was to walk. Parrado even claims that he had taken an un22 21 Strauch, Eduardo: op. cit., p. 149.

Careri, Francesco: Walkscapes: el andar como práctica estética. Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2002, p. 156.

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THE CITY IS INFINITE AND UNKNOWN The Tupamaros and the construction of an urban externality “We don’t have any unassailable place in the Uruguayan territory where to create a guerilla center that can last, although we do have places of difficult access in the countryside. In return we have a big city with over 300 square kilometers of buildings, which allow an urban struggle development”.23 A significant number of guerrillas occurred In the sixties across Latin America. After the Cuban experience during a time marked by a strong social and political idealism a group of young people from several countries triggered a guerrilla war as an effort to achieve a politically and economically independent Latin America. “Che” Guevara and Regís Debray, reference for the sixties southern American revolutionary movements, propose rural guerrilla as a strategy to gain power. Theory is put into successful practice in Cuba and it’s carried out with failed attempts in other countries while Urban guerrilla is rejected by both of them as it’s clear in their text and in the different connections maintained with latin American movements. In Uruguay the Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros starts its slow formation at the beginning of the sixties. From 1962 a series of peasant movements are taking shape and expanding their matches with a small intellectuals group from the city, mainly composed of University students, 23

Mercader, Antonio, y De Vera, Jorge: Tupamaros, estrategia y acción (quote from the interview to a Tupamaro). Editorial Alfa, Montevideo, 1969, p. 56.

strongly influenced by the Cuban revolution, the image of Che Guevara and the socialist model. Following an Uruguayan territory and its neighboring areas of Brazil and Argentina’s analysis, which was made in the first half of the sixties by the Tupamaros’ leader Raul Sendic, it was decreed the non-viability of rural guerrilla warfare in this country due to the effective inability of natural concealment. The Tupamaros had to choose another path: the urban guerrilla

SUBVERSION: “this is not a city; it’s an unexplored rocky structure” It was july 1965 (...) when a ritual began which would repeat itself for the next year on a Friday base and sometimes even on other days of the week: at 11 pm a handful of young men entered the city sewers where they would patiently and stealthy roam until six o’clock in the morning. It was not a rare divertissement nor a religious ritual: they were guerrillas whom, convinced by the future use of the underground world for their clandestine activities, were mapping the city sewage system”.24 Guerrillas in Uruguay wasn’t viable until a perceptive subversion occurred. Montevideo wasn’t any longer the city the Tupamaros knew until then, but extensive and partially unexplored nature to discover where to build a protective environment. Guerrillas’ protection was the very same “outside” like Sierra Maestra for the Cubans or the jungle for Colombians. The new reading was an efficient as in Montevideo the combat, confrontation and concealment zones overlapped. They relieved their sewers, 24 Lessa, Alfonso: La revolución imposible. Editorial Fin de Siglo, Montevideo, 2003.


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they lived there, they built habitable underground space underneath the basements. By doing so they opened another city dimension that used to be hidden and imperceptible. They turned instability and mobility into an advantage; they would to meet on the streets and buses, in the middle of the urban dynamism, hidden by masses movement. Interviews’ Extracts and texts that appeared around 1965 consider the town as “a forest of houses”25 offering “inextricable mazes and hides that any mountaineer guerrilla would envy”26 Architecture and the city only existed in the perception that we have of them. Changes of perseption, generally related to cultural mutations, open up new forms of reading on the urban phenomenon. Every new description gives a new layer to the understanding of the city. In the architectural the matter was not assimilated as a an order of formal elements seeking for harmony or spatial and volumetric balance, styles and academic theory that generated them were of no importance. Matter is perceived inertly, a partially carved rock to be rediscovered and colonized. It didn’t matter its cultural projection, its style or recognition within urban and architectural culture, but rather what matter was its softness, its cavities, its potentials to host the unexpected even for its very same designer and builders.

25 Guillen, Abraham mentioned by Meracader, A. y De Vera, J. (1969) “Tupamaros, estrategia y acción” Montevideo: Alfa, pág. 12 26 Mercader, y De Vera: op. cit., p. 17.

EXPLORATION AND THE CONSTRUCTION OF THE REVERS “In 1968 the Artist Robert Smithson realized “first upside-down Tree”. While showing what was underneath on top, it relates what’s above and what is below the ground. The simultaneous presence of the two zones links us with the of human process as a whole, and the following awareness that life exist underneath the stones enriches our world perception as well as improving the new landscape construction”27 The city perception is disrupted by the estrangement caused by the new guerrilla parameters’ analysis. The traditional description defined by the spatial and property regimes codified in isolatable fragments such as: property, standards, streets, square, houses, buildings, sidewalks, roads and parks is no longer operative. Matter is newly explored and interpreted from its bases. What Tupamaros have now in front of their eyes looks like an enormous rock28, pre-existing, a figure more than reality. It’s not something malleable nor deformable according to personal will. There are certain “natural laws” that governs it and which are not dominated by whom will have to learn them in order to adapt. It is an extensive and heterogeneous full of fissures and spaces available to be transformed into shelters and to hide life. No doubt it’s not an isotropic “stone” but rather a composition of strata, layers and variable densities. The Public space-private space dichotomies have always structured the inter-

27 González, Itziar: Venus intenta retener a Marte. Madrid, 2001. 28 The Real Academia Española [Spanish Royal Academy, preeminent authority regarding the Spanish language] defines “Rock” in its third meaning as a “very hard, firm and constant thing”.

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pretative models as well as the architectural and urban descriptions. The Tupamaros intuitively opened their perception towards the city and towards new architectural cavities still lacking their sense. Once they are transited and redescovered as habitable space, do city sewers become public or private space? Shal we consider them form or space? What happen within the excavated holes in the underground or from urban house? “Sometimes a car would strike twice once passing on the covers. During the dense darkness, if the lantern was covered, any hole on the covers would turn into an unexpected light bulb reproducing rays from street lights, cars and even from stars”29

TICKNESS “Holing, undressing, turning accessible what used not to be, elevating the covering surface from what was hidden underneath, showing its structural dignity and all its tight spaces, seems to be the public space mission of many of the realized projects from the last years”30 To inhabit the air is a modern obsession, managing structural weightlessness and immateriality. The glass skyscraper is certainly its best synthesis. Meanwhile the strategy of the reversed goes to the opposite: its opportunity is to inhabit the thickness, scratching the grounds and the walls. “we pushed everything to the limits. We made the plans as there were none. Every Friday instead of going out we would enter the sewers”.31

Fernández Huidobro, Eleuterio: Historia de los Tupamaros (volume 3). Editorial TAE, Montevideo, 1990, pp. 16-19. 30 González, Itziar: op. cit. 31 De Lucía, Aníbal; quoted by Lessa, Alfonso: op. cit.

In some family homes, that pretended to host a “normal urban activity”, were build hiding places or as they would call them “berretines”. The berretin scratched the surface and occupied the thickness. The wall’s thickness, the floor’s, the roof’s, the furnitures’s, the car’s, from everything. The thickness acquired an habitanle dimension and a new history started from it.

OVERLAP For some architectural authors this is substantially a violent act of segregation: “If we assume that building consist in the creation of the prohibited —since it segregates place from place—, it results that this is a paradoxical gesture as the architecture that shelters is also a segregation device”.32 Tupamaros’ urban and architectural operations exacerbated this primitive dimension of architecture. The proximity of antagonistic worlds was so extreme that the cavities had to be kept secret while using subtle segregation strategies. These architectural gear operates on top of perception supported by the close within the far. As in the labyrinth it’s the route, not the distances, that marks the remoteness. The overlap was the architectural operation that gave visibility to the urban guerrilla. It was a necessity to superimpose multiple activities within the “hollow” architectural object in order to guarantee usage ambiguity: Family home on the ground floor, Popular jail in the basement.

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Perrault, Dominique: “La violencia de lo neutro”. In El Croquis N°104 magazine. El Croquis Editorial, Madrid, 2001, p. 10.


M A RC E LO DA N Z A

TANGENCY The tupamaros clearly saw the mayor stress point in the overlap: the tangency. The contact point between the two worlds, —the legal and the illegal— or “the tramp” as they called it, receives the highest architecture constraint. Each world has its own legality. Among the hardest architectural issues faced by the Tupamaros was “the tramp” resolution, the place where the segregation stress is concentrated and thus where the viability of the reverse is determined.

BUBBLES “…the compact, continuous, solid, suffers the hollow invasion. The air, the non-understandable element, encounters ways and paths to enter into spaces where no-one would expect its presence; Thanks to its strength transforms rare places where once there was none. What would the first foam definition be ¿Air were not expected?” 33 The parallel dimension created by the Tupamaros was more than tectonic, it also was a unphysical space. Various were the practiced linking operations conceived to enabled the urban guerrilla. How to disappear and how to generate a labyrinth in public space?

CAMOUFLAGE The over controlled public space was a perfect “hide out” for clandestine activity. Hiding is feasible as well when over exposed. The open urban spaces, especially when massively used, were perceived to be perfect refuge under people’s sight. Lost in the 33 Sloterdijk, Peter: Esferas III. Ediciones Siruela, Madrid, 2006, p. 28.

mass, It was customary for the Tupamaros to meet in squares or beaches. disguise and camouflage where effective ways to disappear in the city. Not only people were dressed up but also architectures and artifacts. Like figures flattened by the make up in order to disappear from the background we understand its perception. Inside the enormous rock some seeable forms receives symbolical values (religious, political, social etc.) from the inhabiting society. This social construction of “auras” projected on rocks will later be a key verification when camouflaging the hidden clandestine buildings.

COMPARTIMENTAtIoN “The foam follows the co-isolation principle, for which every separation wall serves as multiple spheres’ limit. Those walls using both sides are the original interfaces. Such walls where both sides are appropriating each side are the original interfaces. The fact that in the physically real bubble foam limits with a plurality of neighboring balloons that will determine the space distribution, can be deduced a prototypical image for the interpretation of social associations. Equivalent to the human condition where cells agglutinate to each other by immunizations, separations and reciprocal isolation. It belongs to the particularities of this type of objects that multiple householdsbubbles co-isolation with its various neighbors can be described the openness or closure towards the world. Thus the foam constitutes a paradoxical interior, in which most of the surrounding co-bubbles are, at once inaccessible yet close and simultaneously, together and apart”.34

34 Sloterdijk Peter: op. cit., p. 48.

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TWO LE SSO NS O F ARC HITEC TUR E

The division —perceptible and socially segregating operation— was key to turn the urban guerrilla viable. In an overexposed and hyper communicated context the improvement of already existing strategy, learnt from other experiences such as the Algerian, became the safe nourishment to avoid, in case of a commando capture, the fall of the entire movement for a domino effect. Therefore the organization was divided into infinite series of autonomous “cells”. Each of these unites was formed by 4 or 5 individuals only known by their pseudonyms (they couldn’t know each other’s real names, addresses or any form of personal information). In order to accomplish the isolative objective a peculiar enrollment protocol existed together with a specific chaotic movement enhancement that aimed at disorientating the participants during the headquarters’ meeting. This complex functional system called “Compartmentalization” wasn’t anything but the urban system manipulation usually characterized by fragmentation, apparent hyper linkage and watertight in its basic units. “the issue is not to invent the space, rather to question it… or at list learn how to read it since our daily routine appears evident while being indeed opaque: an anesthetic form”.35

35

Perec, Georges: Especies de espacios. Editorial Montesinos, Mataró, 2004.



advertencias para el visitante desprevenido Attenzione per il visitatore ignaro _ Warning to the unaware visitor

ensayo de ANTIarquitectura Gabriel Galli..............................................................................................................................................................................37 Antiarquitectura y readymades.....................................................................................................................40 Ficciones: la mesa de apoyar ideas................................................................................................................. 43 Tragedia de los Andes o un caso ejemplar: el adentro en el afuera......................................46 MLN o el ejemplo de un caso: el afuera en el adentro.......................................................................52 Reboot emplazado: pozo y paredes veladas.............................................................................................61 ITALIANO..........................................................................................................................................................................................63 ENGLISH...........................................................................................................................................................................................77

TOPOGRAFÍA & CATÁSTROFE Roberto Fernández..............................................................................................................................................................95 ITALIANO........................................................................................................................................................................................107 ENGLISH..........................................................................................................................................................................................113

DOS LECCIONES DE ARQUITECTURA MARCELO DANZA.......................................................................................................................................................................123 Escalas............................................................................................................................................................................123 Extrañamiento...........................................................................................................................................................125 LECCIÓN 1: ES EL SER HABITADO LO QUE HACE ARQUITECTURA A UN OBJETO....................................... 127 LECCIÓN 2: LA CIUDAD ES INFINITA Y DESCONOCIDA........................................................................................ 141 ITALIANO........................................................................................................................................................................................153 ENGLISH.........................................................................................................................................................................................167


Agradecemos:

Al Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay por la confianza que desde hace 10 años viene depositando en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República a los efectos de montar la muestra uruguaya en su Pabellón Nacional en la Bienal de Arquitectura de Venecia. A la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo por seleccionar el envío uruguayo mediante un llamado abierto a concurso de ideas, lo que se ha transformado en un importante momento de reflexión sobre el estado del arte en nuestro país. A los verdaderos protagonistas de este trabajo; a los sobrevivientes del accidente aéreo de los Andes y a los militantes del MLN-T por haber compartido su rica experiencia en libros, entrevistas y artículos que son fuente inagotable de análisis e inspiración. A Mateo Vidal y Facundo Romero, y en ellos representados a todos los estudiantes de arquitectura que año a año nos nutren con su energía y sus ideas sobre una arquitectura menos prejuiciosa y más sorprendente. A Mario y Fanny Bonandini –una vez más– por desbordar siempre las expectativas y recordarnos que Uruguay no termina en este pedacito de tierra sudamericano. A Matteo Locci por hacernos evidente con su ejemplo cuan conservadores somos y mostrarnos que siempre se puede ir un poco más allá. A Marcelo Stefanell, Lucía Topolansky, Carlos Tiscornia y David Cámpora por las experiencias compartidas. A Fernando Parrado, Pablo Vierci y Daniel Fermández por su buena disposición. A quienes han trabajado con nosotros sin pedir nada a cambio, a quienes han entregado su tiempo y su sabiduría por sola amistad o interés en el proyecto: Karin Porley, Nicholas Sibille, Natalia Agati, Lorenzo Bottiglieri, Guido Massimo Calanca, Emanuela Di Felice, Marta Montevecchi, Serena Olcuire, Enrico Perini, Maria Rocco, Panagiotis Samsarelos, Federico Parra y Felipe Reyno. A Emilio Nisivoccia, Bernardo Martin y Patricia Bentancur por entenderlo y creerlo posible. A Gabriel Galli por sus atentas observaciones. A Roberto Fernández por enmarcar la propuesta en la disciplina. A “Casa Trocadero” por compartir el espacio de producción y pensamiento. A nuestras familias y parejas quienes –sin haberlo elegido– cedieron su tiempo y espacio para hacer viable este trabajo en el exiguo plazo disponible.


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