Cuando el territorio no es el mismo Tomo1

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Directora Ejecutiva Plan Internacional Gabriela Bucher Gerente Nacional de Programas Eliana Restrepo Chebair Gerente Programa de Niños y Niñas en Condición de Desplazamiento Fanny Uribe Idárraga Coordinadora Nacional Programa de Atención a la Niñez Desplazada Dora Hilda Aya B. Asesor Nacional de Investigación y Evaluación José Luis Casas Gerente Plan Oficina Tumaco Martha Espinosa Gerente Plan Oficina Cartagena Shirley Navarro Gerente Plan Oficina Quibdó Jesús Elías Córdoba Coordinadora Local Proyecto Desplazados, Plan Oficina Quibdó Celina Nagles Moreno Directora Corporación Puerta Abierta Dinorá Cristina Cortés C.

Equipo investigador de los diagnósticos de caso Dinorá Cristina Cortés C. Neider Yaneth Munévar G. Nicolás Serrano Cardona Susana Ardila Corporación Puerta Abierta

Diseño y diagramación Camilo Peña Vargas Impresión Nuevas Ediciones Ltda. ISBN: Obra Independiente: 978-958-98219-0-9

Autor Nicolás Serrano Cardona Con la colaboración de Neider Yaneth Munévar G. Edición Marta Diva Villegas Trujillo Claudia Patricia Fonseca Socha

Primera Edición 2007 Las opiniones, conceptos y juicios del autor no reflejan necesariamente la posición institucional de Plan Internacional y la Corporación Puerta Abierta. Se autoriza la reproducción parcial de la obra citando la fuente.

Corrección de estilo Jesús Delgado

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© Plan Internacional © Corporación Puerta Abierta


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A todas aquellas personas y organizaciones que participaron en la elaboración de los diagnósticos de caso en los barrios La Victoria, Monte Bello y Brisas del Poblado en Quibdó, Esfuerzo I y II (o Candamo I y II) en Tumaco, y en los sectores de Gossen, La Conquista, Playas Blancas, Nueva Cartagena, 14 de Febrero y Los Ángeles, del barrio El Pozón en Cartagena, un enorme y sincero agradecimiento por compartir sus experiencias, aprendizajes y sueños, así como por el entusiasmo e interés que demostraron en las actividades propuestas. Sin su apoyo no hubiera sido posible realizar este documento, del cual también son autores. A ellos, gracias nuevamente por ofrecernos su afecto, su paciencia y su alegría en el desarrollo de este compromiso de vida y propósito conjunto.

Habitar es aquello que une el verbo ser y el verbo estar; lo que hace que el ser por medio del habitar, se vuelva habitante.

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Presentación

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n 1937, en plena guerra civil española, un niño vagaba solo en la estación de trenes de la ciudad de Santander. En uno de sus bolsillos había una nota que decía: «Éste es José. Yo soy su padre. Cuando Santander caiga, estaré muerto. Quienquiera que encuentre a mi hijo, cuide de él por mí».

El corresponsal de guerra John Langdon Davies encontró a José y entendió que su misión era ayudarlo a él y a otros miles de niños que vivían la orfandad dejada por la guerra. Esta decisión cambiaría la vida de millones de niños y niñas en el mundo. Langdon Davies fundó Plan, y junto con la colaboración de su amigo Eric Muggeridge, atendería durante sus primeros años a niños refugiados a través de la creación de hogares o colonias, que con los años se extenderían a lo largo de toda Europa para ayudar a la niñez víctima de la guerra. Hoy Plan, luego de 70 años de labor en el mundo apoya a más de un millón de niños, niñas y adolescentes de 62 países, incluyendo Colombia. Al igual que José, muchos de éstos niños y niñas son víctimas de la guerra, y en Colombia su situación es particularmente dramática. 5


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El deseo de Langdon Davies hoy sigue inspirando la labor de Plan, por lo que seguimos comprometidos con los niños y niñas víctimas de la guerra o afectados por el desplazamiento para que otro proyecto de vida les sea posible y para que sus derechos no sean vulnerados y sus potenciales, habilidades y capacidades sean tenidas en cuenta. En Colombia, desde hace 4 años, Plan desarrolla el Proyecto de Atención Integral a la Niñez en situación de desplazamiento en las zonas donde tiene presencia. En el marco de este proyecto se realizó el «Estudio comparativo de los impactos psicosociales y culturales del desplazamiento forzado en mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas», que es la base de esta publicación, en diferentes asentamientos. Este estudio insiste en que el desplazamiento es una grave violación a los derechos humanos, mostrando los impactos que genera en los distintos ámbitos de los niños y niñas, sus familias y comunidades, y como resulta ser un fenómeno social y político, que lesiona y controvierte los principios básicos de nuestra cultura. El estudio es también una contribución en la definición y direccionamiento de estrategias de intervención y se convierte en un llamando a la necesidad de construir una nación distinta en la que la transformación de la vida en lo individual y colectivo, sea consecuencia de decisiones de los sujetos involucrados y no del autoritarismo e imposición por la fuerza de otro.

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Plan

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omos Plan, una organización colombiana con apoyo internacional que desde 1962 trabaja en el país y su objetivo es el desarrollo comunitario centrado en la niñez. No tenemos afiliación política, gubernamental o religiosa.

Estamos presentes en lugares donde hay niños y jóvenes en condiciones de extrema pobreza y trabajamos de manera integral con las comunidades para que se organicen y participen activamente en la solución de sus problemas. Como promotores de los derechos de la niñez, creemos firmemente en las capacidades que tienen los niños, las niñas y los jóvenes para optar cambios a su calidad de vida y por esa razón buscamos que sus voces sean escuchadas en los escenarios donde se deciden los temas que los afectan. Fortalecemos a las comunidades para la gestión de planes de desarrollo Comunitario de largo plazo, que garanticen de manera real una transformación en su calidad de vida. Estamos en 33 municipios ubicados en los departamentos de Nariño, Cauca, Valle, Chocó, Sucre, Atlántico y Bolívar donde hemos acompañado a más de 40 mil familias en la construcción de oportunidades para la niñez. 7


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VISIÓN Un mundo donde todos los niños y las niñas desarrollen su pleno potencial en sociedades que respeten los derechos y la dignidad de las personas.

MISIÓN Plan se esfuerza por lograr mejoramientos duraderos en la calidad de vida de los niños y las niñas que viven en condiciones de vulnerabilidad en países en vía de desarrollo a través de un proceso que une a personas de distintas culturas y agrega valor y significado a sus vidas, a través de: Facilitar los medios a los niños, sus familias y sus comunidades para que satisfagan sus necesidades básicas y para mejorar su capacidad de participar y beneficiarse de sus sociedades. Construir relaciones para fomentar el entendimiento y unidad entre los pueblos de diferentes culturas y países. Promover los derechos e intereses de todos los niños y las niñas del mundo.

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Corporación Puerta Abierta Acción Para El Desarrollo Humano

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a Corporación Puerta Abierta es una organización no gubernamental creada en el año 2003, cuya misión es contribuir al desarrollo humano sostenible de las poblaciones más vulnerables de Colombia y a la reconstrucción de la vida en condiciones de dignidad de las personas afectadas por la violencia sociopolítica del país. Asume el desarrollo humano como la valoración por la vida, el fortalecimiento de las capacidades personales y colectivas, la ampliación de oportunidades y la expresión de las libertades civiles y políticas.

La Corporación en cumplimiento de su misión, desarrolla acciones en el campo de la investigación, intervención y acompañamiento social orientados al fortalecimiento de las capacidades organizativas de las poblaciones marginales y victimas de violencia sociopolítica para que articulados con respuestas institucionales puedan recuperar integralmente sus proyectos de vida y restablecerse socialmente en un ambiente de respeto a la vida, la libertad y la diferencia. 9


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La Corporación en el campo investigativo ha desarrollado procesos de diagnóstico, planeación participativa y evaluación de programas y proyectos de restablecimiento social y económico de poblaciones en situación de desplazamiento forzado en las ciudades de Quibdó, Tumaco, Cartagena, Sincelejo y Facatativá. En el campo de la intervención y acompañamiento social, ha realizado proyectos para la participación y organización de comunidades en situación de desplazamiento forzado en fase de restablecimiento. La Corporación está comprometida con la construcción de un país que respete la vida, la diversidad y las libertades como bases fundamentales para la realización humana.

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Tabla de contenido Introducción .......................................................................................................................................................................................................................................... 13 Un enfoque psicosocial y cultural del desplazamiento forzado ................................................................ 19 El desplazamiento forzado como reconstrucción del ser en el mundo ............................................................. 19 Variables de análisis del impacto psicosocial y cultural ................................................................................................................... 27 Metodología ......................................................................................................................................................................................................................................... 32 Fundamentos .................................................................................................................................................................................................................................................................. 32 Diagnósticos participativos .................................................................................................................................................................................................................. 33 Sistematización y análisis comparativo .......................................................................................................................................................................... 37 Contextos ................................................................................................................................................................................................................................................... 40 La riqueza de los territorios étnicos. Desplazamiento forzado en Quibdó ................................................ 40 Desplazamiento y cultivos ilícitos. Desplazamiento forzado en Tumaco ....................................................... 46 La segregación social. Desplazamiento forzado en Cartagena ......................................................................................... 51 Bibliografía .............................................................................................................................................................................................................................................. 58 Anexos ............................................................................................................................................................................................................................................................. 74 11


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Introducción

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a violación sistemática de los derechos de la población civil en Colombia es una muestra del continuo menosprecio hacia una ética fundada en el respeto a la vida, a la libertad y a la diferencia, valores socialmente instituidos en los que se apoyan nuestros anhelos como sociedad y nación. El desplazamiento forzado es manifestación del desacato a estos ideales. Su difusión como estrategia bélica, evidencia la manera en que la lucha armada del país ha utilizado históricamente la violencia como herramienta predilecta para la consecución de objetivos políticos, y la forma en que se han dinamizado muchos de los procesos de modernización social, política y económica en nuestra nación.

La atención y prevención del desplazamiento forzado son, por ello, responsabilidad de todos aquellos actores que compartimos una misma ética social y que vemos en el respeto a los derechos la efectiva posibilidad de la realización del ser, la posibilidad de construir una nación en el marco de un proyecto moderno, alternativo, respetuoso de las diferencias de sus habitantes, y la reafirmación de los ideales que guían nuestros proyectos colectivos. El Estado, es el actor que por excelencia debe velar por la defensa, promoción, resarcimiento y real ejercicio de los derechos vulnerados de la población desplazada como agente ejecutante y promotor de las condiciones necesarias para la intervención de los grupos e instituciones de la sociedad civil empeñados en la atención integral del desplazamiento forzado. 13


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En atención al llamado que el Estado colombiano ha hecho a la totalidad de la sociedad civil colombiana en busca de su compromiso en la lucha contra el flagelo del desplazamiento forzado, Plan Internacional y la Corporación Puerta Abierta presentan el texto «Estudio comparativo de los impactos psicosociales y culturales del desplazamiento forzado en asentamientos de Quibdó, Tumaco y Cartagena», que compara y analiza los resultados de los diagnósticos de impacto psicosocial y cultural de caso, elaborados en desarrollo del convenio de cooperación suscrito entre las dos organizaciones. Los estudios individuales recolectan y procesan información que permite caracterizar las condiciones de vida de la población en situación de desplazamiento de los asentamientos seleccionados. Esta es la línea de base cualitativa que constituye la plataforma de intervención de Plan Internacional en ellos. Los diagnósticos se concentran en la caracterización de población en situación de desplazamiento en etapa de estabilización socioeconómica, ámbito de intervención en el que luego de haberse brindado una atención humanitaria de emergencia, se deben generar las condiciones de sostenibilidad económica y social en el marco del retorno voluntario, el reasentamiento en las regiones de llegada, o la reubicación en otro lugar. En el restablecimiento se debe verificar un efectivo y durade-

ro resarcimiento de los derechos vulnerados y, con ellos, la posibilidad real de una reconstrucción de los proyectos de vida, deber ser que sin embargo, contrasta con la realidad, donde es aún un deseo intangible la real reparación integral de las víctimas del desplazamiento forzado. El análisis comparativo de los diagnósticos de caso nace de las similitudes y contrastes que surgieron en cada uno de los trabajos de campo y su sistematización. Se muestra, así, la posibilidad de reinterpretar los resultados desde una perspectiva comparativa que involucra los diversos contextos regionales y extiende los alcances de la labor realizada en las comunidades hacia otros actores sociales y académicos interesados o comprometidos con el trabajo y la atención de la población en situación de desplazamiento. La elaboración de este documento busca de manera prioritaria apoyar los procesos de divulgación de la problemática del desplazamiento forzado, sostener la producción intelectual asociada al tema por medio de su continua problematización, y nutrir los campos teóricos y prácticos que convergen en él. Se reconoce, con ello, la necesidad de no disminuir los esfuerzos por sensibilizar a la opinión pública y continuar produciendo y propagando las reflexiones y lecciones aprendidas de todos los actores sociales que trabajan en la atención de este grupo víctima de la violencia que ha visto vulnerados sus derechos fundamentales, sociales, económicos y culturales como consecuencia de la ineficaz protección del Estado. En particular, se quiere insistir en que el desplazamiento forzado es una problemática vigente que aún no encuentra respuestas completamente satisfactorias. Si bien se 14


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reconocen acciones positivas en mayor o menor grado, como la creación durante la última década de marcos normativos para su atención, el aumento de acciones, la creación y aplicación de instrumentos de diagnóstico y mecanismos de seguimiento estatales, el fortalecimiento del compromiso de los organismos del Estado (aun si fuera por la presión de entes internacionales o acciones jurídicas), el incremento del número de organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la atención y acompañamiento a este grupo vulnerable, la influencia en la percepción y visibilización del desplazamiento forzado en la opinión pública, el fortalecimiento de los procesos sociales (organización y participación) de las comunidades en situación de desplazamiento, la generación de procesos de desmovilización más o menos efectivos de actores armados, y la disminución de la percepción o realmente de la inseguridad (según buena parte de la población nacional), no es posible asumir aún que la reparación y resarcimiento de los derechos vulnerados de la población, nodo que da sentido a la problemática social y política de la condición de desplazamiento, sea hoy por hoy un resultado siquiera medianamente alcanzado. A pesar de la «saturación» que algunos actores sociales y académicos han señalado, alrededor del tema del desplazamiento forzado, el profundo conocimiento de sus consecuencias, la real dimensión de la situación de las víctimas, y los problemas asociados a la situación de desplazamiento propiciados por las tradicionales relaciones sociales, políticas y económicas o por la actual coyuntura del país, son aún temas del dominio de una minoría de profesionales o constituyen problemas sólo enunciados que no han sufrido mayores desarrollos; así mismo, el efectivo goce de los derechos vulnerados y la cesación de la condición del desplazamiento, siguen siendo problemáticas complejas sin soluciones evidentes y de las cuales se procura no hablar demasiado. La producción sobre el desplazamiento forzado es por ello aún relevante y necesaria para mantener en vigencia el tema, más aún, si la opinión pública en general y un amplio sector de la sociedad civil organizada, percibe debido a la forma mediática como se trata el problema en la actualidad, que son nimias las repercusiones del desplazamiento forzado en nuestra sociedad. En el presente texto no se tratan todas las problemáticas antes enunciadas, pues el marco institucional y los objetivos prioritarios que delinearon la elaboración de los diagnósticos de caso no permiten tales pretensiones. Sin embargo, se analizan las implicaciones que el desplazamiento forzado tiene en diferentes grupos de edad y género de acuerdo con contextos regionales particulares, enfatizando el hecho de que el desplazamiento forzado es resultado y reproductor del proceso de

modernización del país y, por ello, es operador de cambios culturales en condiciones de vulnerabilidad en individuos y colectividades. De esta manera el texto contextualiza el proceso del desplazamiento en un marco social, político y económico más amplio en el que se develan las relaciones entre los impactos del desplazamiento 15


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forzado en los diferentes grupos de edad y género, y otros fenómenos que normalmente se asocian a cambios producidos por otros procesos de modernización, el desarrollo del conflicto armado, la concentración de tierras, el control del territorio, la alteración de las relaciones de género, los cambios en las formas de producción, la construcción de nuevos referentes de identidad, la consolidación de movimientos sociales emergentes, el surgimiento de nuevas formas de apropiación y construcción del territorio, y el nacimiento de formas antes no vistas de participación de la sociedad civil. Se propone así, un nuevo horizonte en los estudios acerca del desplazamiento forzado al desarrollar el análisis de sus impactos en términos de un proceso político, económico y social de largo alcance. Con este objetivo en mente, se sostiene como marco del análisis que el desplazamiento forzado es un proceso multidimensional y complejo, es decir, que involucra de manera causal, simultánea y complementaria otra serie de procesos y fenómenos que originan una red de prácticas y significados que dan forma a los efectos psicosociales y culturales. La cultura, como concepto que hace referencia a las lógicas de pensamiento y sentimiento caracterizadas por su dinamicidad, continua recreación y reproducción en prácticas y discursos cotidianos que dan sentido a los seres individuales y grupos humanos, es el lente que permite identificar las relaciones complejas que se tejen alrededor del conflicto armado y la situación de desplazamiento. Normalmente se ha asumido que los choques culturales son uno más de los efectos propios del desplazamiento forzado, percepción que disecciona el sentido de lo cultural y delimita su significado a unas cuantas cualidades propias sólo de ciertos grupos humanos. A lo largo del texto por el contrario, se argumenta que la cultura es un marco amplio que permite encuadrar todos los impactos del desplazamiento, y no constituye sólo una parte de ellos. El presente texto es una puerta de entrada a la lectura del análisis de los impactos psicosociales y culturales del desplazamiento. En él se describen el enfoque y la metodología que asumieron los investigadores para realizar los diagnósticos individuales y su posterior análisis y comparación. También relata las características de los diferentes contextos y de las familias que habitan los territorios donde se realizó el proceso de indagación y diálogo con hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas. El capítulo dedicado al enfoque, retoma la categoría de lo psicosocial como una dimensión que busca reconciliar las percepciones psicológicas y culturales que han tratado desde sus marcos académicos específicos los efectos que el desplazamiento suscita en individuos y colectivos humanos. Se argumenta desde la noción de sujeto, que no es posible continuar separando tales ámbitos de la condición humana y se rescata como concepto central de lo psicosocial la integralidad, entendida como la indisolubilidad de las distintas dimensiones del ser humano, que obliga a una atención y acompañamiento 16


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igualmente respetuoso de la complejidad de la condición humana (tal como se ha reconocido desde el enfoque de derechos). Se propone la perspectiva de hábitat como el referente que permite adentrarse en la dimensión de lo psicosocial. Este marco teórico enfatiza el hecho de que la realización de los seres individuales o colectivos, es decir, que el pleno ejercicio de sus capacidades, se pone en práctica por medio del acto de habitar. Habitar es la acción por medio de la cual un habitante (actor) asigna signifi-

cado a un espacio y lo convierte en un territorio (lugar habitado, significado), proceso dinamizado por la cultura. Así, la realización del ser es el sentido último del trabajo con población en situación de desplazamiento, y las formas de habitar (que algunos también llaman procesos de territorialización) con sus alteraciones y proyecciones, son el objeto del diagnóstico y la intervención. No existe una sola, ni mejores o peores formas de habitar. En virtud de las diferencias culturales de los seres humanos, cada manera de habitar los espacios responde a particulares maneras de realización del ser, que no están exentas de cambiar o reinventarse, de sustituirse o enfrentarse, inclusive de forma violenta. El enfoque de derechos no se excluye de este marco conceptual. Los derechos son las formas particulares en las que desde nuestro contexto, histórico, político y social, se expresa una ética laica que determina los significados generales de la realización del ser y señalan los principios que definen la condición humana. Su importancia radica en que enfatizan las responsabilidades de un Estado con sus ciudadanos (uso tradicional que se le ha dado a tal perspectiva), y en que establecen parámetros para defender y salvaguardar aquello que material y simbólicamente nos hace humanos, extendiendo las responsabilidades también hacia quienes asumimos que tales principios responden a nuestro ideal de sociedad. En las formas de habitar se encuentran los criterios de realización específicos de los derechos acordes con cada contexto cultural particular, y cada grupo poblacional (hombres, mujeres, jóvenes, y niños y niñas). El segundo capítulo señala y justifica las variables seleccionadas para la elaboración de los diagnósticos de caso, los instrumentos utilizados y la manera en que al realizar el análisis comparativo emergieron categorías de interpretación y análisis nuevas que dieron forma a las argumentaciones del presente texto, presentadas en dos grandes secciones: impactos generales e impactos por grupos poblacionales (mujeres, hombres, jóvenes, y niños y niñas). Como antesala a los impactos generales, se desarrolla un tercer capítulo con un breve contexto del desplazamiento forzado en las ciudades de Quibdó, Tumaco y Cartagena, que encuadra las reflexiones presentadas a lo largo de todo el documento. También se realiza una caracterización de los barrios y las familias con las cuales se trabajó en campo, para establecer los aspectos significativos que confieren expresiones singulares a la situación de desplazamiento. Si bien estos contextos presentan situacio17


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nes similares, en cada uno de ellos se señalan matices distintos de la dinámica del conflicto armado, siendo los procesos de reivindicación étnica en Chocó, la presencia de zonas de cultivos ilícitos en Tumaco, y la larga guerra en los Montes de María y la exclusión social en Cartagena, aquellos aspectos que aparecieron como determinantes en los efectos del desplazamiento en cada uno de los asentamientos.

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Un enfoque psicosocial y cultural El concepto de reterritorialización es tomado de Arturo Escobar, y se entiende como «los diversos modos y procesos de apropiación y resignificación espacial, teniendo en cuenta el interés y uso del espacio articulado a la utilización social de este, como ‘readaptación’ a un nuevo territorio, por desplazamiento o por los cambios sociopolíticos y económicos que obligan a los habitantes a redefinir su territorio dando lugar a nuevas formas de apropiación y, por supuesto, a diferentes intereses y poderes.»Citado en: Vargas Gamboa, Ruth Marina «Territorio y poder en el ordenamiento urbano. El caso del humedal de Córdoba». Tesis Departamento de Antropología. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá. 2006. p. 8.

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A continuación se presentan los fundamentos teóricos que sustentan la elaboración de los diagnósticos de impacto psicosocial y cultural del desplazamiento realizados en asentamientos de Quibdó, Tumaco y Cartagena.

El desplazamiento forzado como reconstrucción del ser en el mundo

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l desplazamiento forzado es un proceso de desterritorialización y reterritorialización, donde se transforman espacios significativos físicos y simbólicos1. Constituye un proceso, complejo encuadrado histórica y espacialmente, que involucra diversas dimensiones de la realidad, que van de lo puramente material a lo simbólico y de lo colectivo a lo subjetivo, que altera y propicia la reelaboración del sentido de la realización del ser mismo. No es un evento estático sino un cambio continuo de las condiciones vitales que afecta a individuos y poblaciones heterogéneas que responden a él de acuerdo con sus condiciones personales, geográficas, sociales, políticas y económicas particulares. 19


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Debido a la forma violenta y obligada como se induce este cambio, con él se verifica la vulneración y violación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población. Los derechos, estructuras social y culturalmente instituidas que soportan una ética laica, contienen las reglas y normas sobre las que se construyen nuestros ideales de individuo y sociedad en el marco de las relaciones Estado-ciudadanía2. El desplazamiento forzado transgrede este orden social ocasionando la degradación del sentido mismo del ser (individual y social). Si bien el desplazamiento forzado responde a la dinámica del conflicto armado interno del país, no se debe omitir que la violencia (que expresamente incluye la expulsión de población civil) ha sido el instrumento predilecto de reivindicación de intereses sociales, políticos y económicos de los diferentes actores sociales que convergen en nuestra nación. Las condiciones generadas por la pugna incesante e indiscriminada entre ellos, son en última instancia, el origen de las violaciones sistemáticas de los derechos de la población y la causa de la desobediencia e incoherencia con los ideales propios de nuestra civilización. En virtud de la rehabilitación de relaciones satisfactorias en el marco ético que se plantea en el Estado social de derecho, los diagnósticos de impacto del desplazamiento forzado son elaborados desde una perspectiva de derechos. En función del trabajo con población en situación de desplazamiento, la aplicación de este principio tiene varias implicaciones: primero, pensar el desplazamiento forzado como un proceso que entraña la vulneración y violación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población; segundo, entender que la atención a la población en situación de desplazamiento debe propiciar el resarcimiento y protección de los derechos vulnerados en el marco de las especificidades de género, etnia, edad y discapacidad, lo que entraña el respeto del principio de igualdad, que establece que personas en situaciones análogas deben ser tratadas de forma igual y aquellas en situaciones distintas deben tratarse de manera distinta, de forma proporcional a dicha diferencia3; tercero, que el Estado, el garante de los derechos, por intervención directa debe velar por su promoción, defensa y real ejercicio, a través de políticas públicas, convenios con entidades privadas y el fomento de condiciones favorables para su actuación; por último, que la población objeto de intervención debe ser entendida como sujeto de derechos, es decir, que en la medida en la que los derechos son integrales, la realización de la persona, su constitución efectiva como «ser en el mundo», requiere una atención integral4.

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En función de una comprensión holística que permita una adecuada caracterización y acompañamiento de la población en situación de desplazamiento en su proceso de reasentamiento, se fija como camino a seguir el estudio de los impactos psicosociales del desplazamiento forzado, por ser lo psicosocial el lente que de manera privilegiada permite la comprensión de la multidimensionalidad que da sentido a la condición humana. 20

En toda sociedad políticamente unificada existe una representación dominante del orden social, que Pier Bourdieu denomina «idea de derecho» porque, en este tipo de sociedad, aparecen las reglas jurídicas con el fin de «satisfacer» las exigencias y necesidades de la sociedad. Estas reglas jurídicas conforman la estructura jurídica y política que será la que permite al poder, mantener unas relaciones en la sociedad, en la que todas las partes estén de «acuerdo» con los fines y reglas, aceptando su control, sus decisiones y, por tanto, la represión a las acciones no «legitimadas» dentro de la conciencia social.» Ibid. p. 22. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). «Colombia, desplazamiento indígena y política pública: paradoja del reconocimiento». Ponencia. San José de Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Humanos. 2006. Plan Internacional-Corporación Puerta Abierta. Evaluación de Medio Término del Proyecto de Atención a la Niñez Desplazada. Sincelejo (Sucre). Bogotá. Documento inédito. 2006. Rojas, Manuel; Martínez, Zoraida. «Los desafíos de trabajar en el área de la atención psicosocial». En: Atención psicosocial a la población desplazada. Balance de los avances en el campo y construcción de una agenda de mejoramiento. Seminario Taller. OIM-RSS-Usaid. Bogotá. 2002.


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«El límite del enfoque psicológico tiene que ver con la dificultad que implica patologizar por principio al sujeto y por consiguiente con lo impropio de los métodos terapéuticos convencionales pretendiendo usarlos de manera estandarizada y universal.(…) Por otra parte, encuadrar las prácticas de manera tal que vinculen sólo individuos, en desmedro de considerar espacios, tiempos y actividades socioculturales y económicas de la vida colectiva, hace que se descuiden los comunitarios referentes de identidad y pertenencia, de importancia central en la constitución del sujeto». Ibid. 2006. p. 78. Bello, Martha Nubia. «El quehacer psicosocial: enfoques, propósitos y alcances. Un análisis a partir de los lineamientos de política, los debates conceptuales y sus desarrollos». Ponencia (66 diapositivas) del Encuentro Nacional: Los procesos de reparación de la población en situación de desplazamiento por la violencia en Colombia, desde la perspectiva del quehacer psicosocial». 22 y 23 de junio de 2006. Bello, Martha Nubia. «Relatos de la violencia: impactos del desplazamiento forzado en la niñez y la juventud». Unibiblos, Bogotá. 2002. p. 301. Pérez-Sales, Pau. «Repensar experiencias. Evaluación (y diseño) de programas psicosociales. Metodologías y técnicas». En: www.psicosocial.net.

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El estudio de los impactos psicosociales se realiza desde un enfoque participativo, poblacional y territorial: participativo porque como elemento central del resarcimiento de los derechos vulnerados, impulsa procesos de consulta, interlocución, decisión y fortalecimiento de las capacidades locales; poblacional, porque busca la reivindicación de los derechos específicos vulnerados en cada uno de los grupos poblacionales (mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas), y territorial porque acorde con la diversidad cultural y geográfica del país, la descripción e intervención del territorio permite tanto el diseño de estrategias sostenibles e integrales en el corto, mediano y largo plazo, como un desarrollo dirigido tanto a la población receptora como a la población en situación de desplazamiento que fortalece el tejido social y los procesos de reconciliación. Hay dos grandes polos desde los que se entiende y caracteriza la dimensión psicosocial: uno que busca indagar de manera primordial por la dimensión psíquica de la población, y otro que se centra en la dimensión social. Mientras uno se basa en herramientas psicológicas para generar diagnósticos en cuanto a categorías clínicas que permiten respuestas de tipo terapéutico fundamentalmente, el otro entiende la atención psicosocial desde una perspectiva que privilegia las relaciones y redes sociales en detrimento del mundo puramente individual5.

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Es claro, sin embargo, que la distinción entre lo individual y lo colectivo, manifiesta entre la disociación de lo subjetivo y lo social, no es sino una reminiscencia del pensamiento moderno que en su afán de descripción y especialización, diseccionó lo que en la realidad está interconectado. Se reconoce de manera general que la dimensión psicosocial relaciona los dos extremos igual de incompletos por sí solos6. Según la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, la atención psicosocial se define como «un proceso de acompañamiento personal, familiar y comunitario, que busca restablecer la integridad emocional de las personas que se han desplazado, de sus familias, así como de sus redes sociales, para que se conviertan en agentes y promotores de la reconstrucción de sí mismos, de su comunidad y de sus derechos vulnerados»7.

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El trabajo psicosocial tiene como fundamento la promoción y potenciación de las capacidades intrínsecas de la población en situación de desplazamiento, para poder superar desde ellos mismos, las dificultades en la reconstrucción de sus proyectos de vida individuales y colectivos, potencialidades que «están estrechamente relacionadas con la construcción de capacidades para el pleno ejercicio de los derechos»8. Lo psicosocial tiende por ello a identificar aquellos factores de vulnerabilidad que ponen en desigualdad de condiciones a la población9. Los conceptos de autonomía, libertad y respeto sustentan la ética de lo psicosocial, pues se erigen como los principios de la concepción del ser humano en tanto sujeto activo dentro de una 21


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sociedad. Autonomía de los pueblos en relación con las decisiones que tomen sobre sí mismos, libertad para ejercer su autonomía de manera eficaz y respeto por las decisiones tomadas10.

El sujeto es el elemento central de lo psicosocial, noción que hace referencia en su sentido original a la relación entre los individuos y las colectividades11. Lo psicosocial es una construcción donde se pone en contacto el sujeto con su entorno, haciendo visible a este y al mundo: observa cómo es el sujeto en el mundo y cómo el mundo está presente en el sujeto. Este sujeto psicosocial se define en el marco de relaciones sociales donde la trayectoria de la existencia individual está entrelazada con la de los demás, y viceversa. Supone que la vida social es el proceso por medio del cual nos constituimos como individuos que se caracterizan por ser conscientes y subjetivos, mirada que supera sin necesariamente contradecir, a las tendencias que entienden las relaciones sociales como recíprocas o normativas12. De esta manera se acepta que el ser humano es un ser social como actor y no sólo como parte del sistema social: «El individuo es el ser social y su existencia es, por ende, una confirmación de la vida social»13. La existencia del ser individual es indisoluble de la vida del ser social; son, de hecho, parte de una misma esfera que los constituye14. La subjetividad es un atributo del ser social y no de un ser vacuo. No tiene por ello sentido pretender que lo psicosocial atienda al individuo por fuera de las relaciones sociales, que es donde el sujeto se hace a sí mismo. Se reconoce en esta perspectiva la constitución social del agente, lo cual no quiere decir que el individuo no sea al autor de la sociedad. Los cambios sociales, sin embargo, son posibles sólo en la medida en la que el individuo como actor de la vida social por medio de movimientos sociales genere cambios en las estructuras sociales que dan forma a su conciencia. Se reconoce, en consecuencia, su carácter de sujeto histórico, sujeto por demás heterogéneo que responde a los diferentes sistemas sociales15. De esta manera, la vida es una trayectoria de

experiencias donde los eventos que se suceden ocupan sólo un instante en el tiempo pero donde las actividades vitales continúan, sobreponiéndose a los eventos y dando continuidad a la existencia. La historia personal, por ello, no se reduce a una narración de eventos ni al relato de las estructuras objetivas que promueven cambios; es también, y fundamentalmente, la manera en la que eventos y estructuras son reelaboradas por las personas en función de su continua construcción como seres individuales y sociales. La relación entre una y otra dimensión no es de causa y efecto, ni estrictamente dialéctica. Es más bien de contención y desarrollo, donde lo individual se desarrolla en prácticas colectivas16; no es contemplación ni búsqueda del uno en el otro sino producción; actividad que como se verá a continua22

10 Castaño, Bertha Lucía. «A propósito de lo psicosocial y el desplazamiento». Citado en: Bello, Martha Nubia (Ed.). «Desplazamiento forzado, dinámicas de guerra, exclusión y desarraigo». Acnur-Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 2004. p. 192. 11 La noción de sujeto entendido como «yo», nace en la filosofía moderna de la separación de los objetos pensantes de los no pensantes, pues en su sentido original el sujeto era «argumento» (materia para ser tratada) que incluía lo inerte y lo pensante. Sólo con el advenimiento de la preponderancia de los entes pensantes, su significado se contrapone a la materia asumiendo el valor del «yo». 12 En los marcos teóricos que entienden las relaciones sociales como recíprocas, lo social es la suma de individualidades en función de meras necesidades de los individuos, sin que haya propósitos mutuos ni un sentido propio por fuera de la suma de los intereses individuales. La cultura en este marco es precontenida (inclusive de manera inconsciente) en la mente de los individuos y resultado de una herencia; por ello, se opone en su significado al de sociedad y pierde su dinamicidad. Para entender los comportamientos de los seres humanos no es necesario estudiar las relaciones en las personas sino los contenidos de la mente de cada sujeto. En aquellos que entienden las relaciones sociales como normativas, el sujeto es un elemento que se sustrae a la fuerza de estructuras sociales sistemáticas que conforman lo social: es un sistema normativo que controla la conducta práctica individual. En este caso, la cultura se mezcla con la estructura social como un proyecto para llevarse a cabo. Sin embargo, desde estas dos perspectivas, el sujeto es un elemento que pone en práctica las partes de un programa social para unir a los individuos que le dan forma a ellos o mantener el sistema normativo social. Ingold, Tim. «Evolución y vida social». Ed. Grijalbo. 1991. p. 289. Por ello, no son conceptualizaciones propicias para aplicar desde lo psicosocial, que reconoce las capacidades de los sujetos en la construcción de su propio devenir. Desde un enfoque constitutivo es posible reconocer en todo caso que la cultura se pone en función de la expresión de sistemas sociales, pero donde el


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individuo tiene la capacidad para enfrentarse a ella o subvertirla por medio del cambio cultural. Marx, Carl. «The Economic and Political Manuscripts of 1884». Citado en: Ibid. p. 288. Ibid. p. 289. El sujeto histórico es entendido como quien, desde sí mismo, produce y determina el curso de la historia; es más, no existe por ello historia por fuera del sujeto ni sujeto sin historia. Lara Pérez, Alberto. «El nuevo sujeto histórico frente a los desafíos de la emancipación en América Latina». p. 1. En: http://www.filosofía.cu. Ingold. Op. cit. 1999. p. 292. En este sentido se han desarrollado propuestas que tienden a identificar los elementos constitutivos del ser para ser atendidos. En la propuesta de Martha Nubia Bello, estos son la identidad, la autonomía, la seguridad vital y la seguridad existencial. En: Bello, Martha Nubia. «El quehacer psicosocial: enfoques, propósitos y alcances. Un análisis a partir de los lineamientos de política, los debates conceptuales y sus desarrollos. «Ponencia (66 diapositivas) del Encuentro Nacional: Los procesos de reparación de la población en situación de desplazamiento por la violencia en Colombia, desde la perspectiva del quehacer psicosocial». 22 y 23 de junio de 2006. Esta noción está basada en el principio de identidad donde «el ser es y no puede no ser; el no ser no es y no puede de algún modo ser», concepto que se acerca a la noción de verdad lógica. El ser es unívoco, eterno, incorruptible, ingenerado, inmutable, y siempre presente; coherente siempre con el principio de la no contradicción. Adorno, F. Lamanna, E.P.; «Dizionario di termini filosofici», Ed. Le Monnier. 1999. Reale, Giovanni; Antiseri, Dario. «Il pensiero Occidentale dalle Origini ad oggi». Tomo 1. Ed. La Scuola. 1994. p. 459. Norberg-Schultz, Christian. «Idea e imagen». Xarait Ediciones. Madrid. 1981. p. 14. Heidegger, Martín. «Construir, morar, pensar». Citado en: Saggi e Discorsi. Milán. 1973. Yori, Carlos Mario. «Topofilia o la dimensión poética del habitar». Universidad Javeriana-Colciencias. Bogotá. 2001. p. 47.

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ción, se asimilará para nuestros propósitos a la producción de lugares habitados, al acto de habitar mismo. Se tiende con ello a reconocer al ser humano de manera integral, concepto que, de hecho, reside en la base de la dimensión psicosocial, que busca en última instancia recoger el sentido del ser humano mismo17. En función de la distinción de los elementos constitutivos del ser y de su expresión, criterios que permiten el estudio de los impactos del desplazamiento en el ámbito psicosocial, nos distanciamos de la teoría social clásica para enriquecer su contenido desde otros campos académicos. En particular, se retoman apartes de la teoría de Martín Heiddegger, quien habla de la realización del ser como inseparable de un «ser en el mundo» y un «ser con los otros», lo que en la práctica se realiza en el acto de habitar mismo. Para este autor, el problema del ser se encuadra en la identificación de aquel ser que se pregunta por la existencia. La pregunta por el ser es la pregunta por el ser humano y no por la existencia generalizada. El ser es, ante todo, «posibilidad de ser», que se traduce en «posibilidad de actuar». De esta manera, el hombre goza de la facultad de elegir quién quiere ser18.

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El hombre, al ser aquel que se pregunta por el sentido del ser, «no puede reducirse a un objeto puro, o sea a un simple ser presente. La posibilidad de ser significa proyectarse; por eso la existencia es trascendencia»19. Es un ser que se construye continuamente y que se realiza en la medida en que es «ser en el mundo» y «ser con los otros», donde el mundo no es una realidad para contemplar, sino un complejo de herramientas que son utilizadas en función del proyecto de ser del hombre. Por ello, el ser de las cosas equivale al ser que el hombre les asigna a ellas; en esta medida el hombre no es un espectador del mundo sino parte de él. Transformando al mundo se transforma él mismo: el mundo y el ser (humano) es uno solo. «Ello implica, por un lado, que el hombre no puede ser comprendido separadamente de su ambiente, y por otro, que nuestra comprensión del mundo tiene lugar referida al hombre»20. Así mismo, como no hay un sujeto sin mundo, no existe un yo aislado de los otros. Son participantes del mismo mundo; por ello, el ser en el mundo es también ser con los otros. Para este autor es precisamente el acto de habitar (entendido como construir en el sentido de edificar y morar)21 el que da sentido al ser «en tanto el hombre mismo define su forma de ser como seren-el-mundo: yo soy quiere decir yo habito»22. Este ser se define como un ser-lanzado, un salir al encuentro de lo que se es por medio del acto de habitar en el que se realiza el ser y que se determina 23


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como una forma de actuar en el espacio23. El habitar así, es aquello que une el verbo ser y el

verbo estar; lo que hace que el ser por medio del habitar, se vuelva habitante. Habitar en esta perspectiva, son las formas de ser (mostraciones de determinadas maneras de ser en el mundo), lo que significa «la manera de espaciar, valga decir en el acto de ser ahí, ese decir-se del hombre como ya-en-el-mundo; la convergencia del ser y el hacer en la mostración del ser (habitar) (...) Así, pues, el hombre se dice a través de sus actos, que de tal forma no son simples vehículos para ponerlo en escena, sino los modos más propios de su ser, de tal o cual forma, venido a la presencia. Gracias a que podemos leer tales actos, podemos saber del hombre que sólo así se muestra y que, por tanto, resultan muestra de él»24. Es posible, entonces, leer los actos para dar cuenta de la realización; de la manera en que el ser se muestra y por ello se realiza mediante la búsqueda de respuestas a tres preguntas básicas: ¿quién habita?, que pregunta por el ser del hombre; ¿dónde lo hace?, que pregunta por el lugar que le es dado al hombre para habitar, su mundo; ¿cómo lo hace?, que pregunta por la relación entre el hombre y el mundo25. En otras palabras, comprender la manera en que el hombre habita y, con ello, construye espacios para habitar y se realiza en el acto como ser.

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El acto de habitar en este sentido «se refiere no solamente a las acciones físico-funcionales e instrumentales de la vivienda, la ciudad y los territorios, sino a la forma como los habitantes le damos sentido a nuestro hábitat y este, a su vez, nos lo da el ser parte esencial de la complejidad constitutiva del individuo y la sociedad; desde esta perspectiva, el hábitat no sólo hace referencia al lugar físico de habitación sino que también abarca lo que él representa como lugar de reconocimiento, tanto individual como colectivo y que se encuentra socialmente sancionado o instituido (...) es el lugar en el que, por excelencia, se localiza física e imaginariamente el ser humano»26. Operativamente, el acto de habitar es un proceso de construcción social y cultural27, producto de la superposición de dos pares de conceptos: el primero habitante-lugar habitado, que reconoce la presencia de un actor que es el sujeto de las relaciones que constituyen el habitar en un espacio, que tiene la propiedad de transformar la realidad en donde el agente que modifica alguna cosa también se transforma a sí mismo. El segundo par es entorno-sociedad (que, como vimos, incluye al individuo). Se reconoce así que el individuo habita en relación con su entorno físico y social. 28 28

Hablamos, por ello, de una emergencia de un sistema territorial . Para nuestro caso particular, el individuo, la sociedad y el entorno son los elementos que dan forma a un todo que se ha llamado acto de habitar, cuyas características no son iguales a la suma de sus propias cualidades, aspectos que han 24

Ibid. p. 50. Ibid. p. 62. Ibid. p. 76. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)-Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UNHábitat)-Centro de Estudios de la Construcción y el Desarrollo Urbano Regional (Cenac), (2004). «Hábitat y desarrollo humano», Cuadernos PNUDUN Hábitat. Bogotá. p. 24. Algunas interpretaciones de la propuesta heideggeriana tienden a encuadrar su teoría en la reconstrucción de Alemania en la época de posguerra, donde de la mano de una reconstrucción física (construir) se hace necesaria la construcción de nuevos lazos sociales y políticos que permitan recuperar el habitar (o morar) del pueblo alemán, ejercicio eminentemente cultural y social que se funda en la consecución de la paz y en la posibilidad de vivir y dejar vivir a los demás en su plena realización. En Rivera, Jorge Alberto. «Una reflexión adicional sobre el concepto de hábitat a partir del texto ‘Construir, morar, pensar’ de Martín Heidegger». Conferencia Maestría en Hábitat-Estudios en Vivienda. Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá. 29 de septiembre. 2005. Esta perspectiva está fundada teóricamente en el principio sistémico postulado por Edgar Morin que sostiene en pocas palabras, que la suma de las partes no es igual al todo.


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sido estudiados por un sinnúmero de disciplinas. Esta posición se sustenta en el pensamiento complejo y entiende al acto de habitar como un sistema abierto conformado por una multiplicidad de subsistemas donde los elementos fundantes son el ser humano (el habitante) y el entorno (lugar habitado), de cuya relación emerge la acción (el habitar) en el marco de las relaciones entre naturaleza-sociedad y las lógicas culturales que le dan forma.

El acto de habitar se puede definir, entonces, como «…la capacidad humana de construir un lugar físico y simbólico, en relación con los recursos materiales o técnicos. Es el sistema en el que un sujeto o una comunidad se realiza, define vínculos de identidad cultural cuyas características y esferas de acción, involucran la participación de los componentes que lo caracterizan»29. El desplazamiento forzado de esta manera, se podría plantear como la pérdida de la habitabilidad en un contexto determinado. En realidad, más que la pérdida de una forma de relacionar el medio natural, la sociedad y el individuo, lo que muestra es el cambio en estas relaciones y la construcción de un nuevo sentido de «ser en el mundo», donde el territorio no es un espacio vacío que genera sólo un soporte físico para las actividades humanas, sino un entorno vital que se construye y transforma de acuerdo con la praxis individual y colectiva. Allí se genera todo tipo de procesos de distintas cualidades y se construyen y reconstruyen vínculos que finalmente les dan un nuevo sentido al entorno, a las sociedades y a los individuos. Por ello, el estudio de la dimensión psicosocial se puede entender como el estudio de la dimensión del ser, que se realiza en el acto de habitar. Es el estudio de las formas de habitar (construcción de espacios significativos, o en otros términos, de territorios), de la manera como el ser se proyecta en función de expresar su existencia. Se habla entonces de un proceso de construcción y negociación entre nuevos soportes naturales, nuevas formas de organización social, nuevas formas de entender el individuo, y los dispositivos culturales inherentes a todas ellas.

Rivera. Op. cit. 2003. p. 11.

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En la destrucción de las relaciones entre la sociedad y el entorno se verifica la vulneración de los derechos de la población en situación de desplazamiento. No se debe olvidar que los derechos son las formas institucionalizadas de delimitación de las acciones de los individuos en la sociedad y que responden a valores intrínsecos de nuestra cultura, donde se normalizan precisamente los principios de las relaciones del individuo con los otros y con lo que lo rodea. De esta forma, la restitución de los derechos vulnerados es la identificación de aquellas posibilidades de «ser en el mundo» inherentes a la población, que obligan en última instancia a la atención de las vulnerabilidades originadas por el desplazamiento forzado. 25


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Se entiende por vulnerabilidad «la situación que, sin ser elegida por los individuos, limita el acceso de estos a las garantías mínimas necesarias para realizar plenamente sus derechos sociales, políticos, económicos y culturales. En otros términos, se considera que una persona se encuentra en condiciones de vulnerabilidad cuando existen barreras sociales, políticas, económicas y culturales que impiden que, por sus propios medios, esté en capacidad de agenciar (realizar) las condiciones para su propio desarrollo y el de las personas que dependen de ella»30. En este marco debemos recordar que la construcción de las relaciones naturaleza-sociedad, y lugar habitado-habitante, se fundan en lógicas culturales. La cultura es de esta manera entendida como sistema de pensamiento y sentimiento que reorganiza constantemente las emergencias propias del acto de habitar. No es sólo un contenido mental de los individuos ni un dispositivo normativo inducido por un sistema social; son todos aquellos contenidos (conocimientos, valores, creencias, sentimientos, prácticas, significados, objetos y sus relaciones) que dinamizan y aglomeran los vínculos entre el individuo y su sociedad a través de todo aquello que tiene algún tipo de condición de existencia y hace parte del mundo. De esta manera, la cultura es inherente al ser y por ello a las relaciones de los elementos que constituyen las dimensiones social, económica y política en las que, como se verá más adelante, se funda la línea de base de los diagnósticos. Los diagnósticos de los impactos psicosociales y culturales del desplazamiento identifican y analizan los dispositivos y prácticas individuales, sociales e institucionales que crean lugares habitados (espacios que se vuelven significativos) a través del contraste entre el antes y el después del abandono del territorio. Es un ejercicio de memoria y reconstrucción de la historia personal y colectiva, donde se da una reelaboración de los hechos y se editan los acontecimientos de los que fue objeto la población según su propio sentido del pasado y proyección al futuro. Las nociones de estrategia y táctica, acuñadas por De Certeau, son de gran utilidad a la hora de analizar los impactos del desplazamiento forzado por medio de las formas de insertarse en los nuevos entornos31. Por estrategia se entienden los dispositivos y prácticas institucionales que crean lugares, es decir, espacios con identidad, relaciones e historias a donde llega la persona en situación de desplazamiento. En este marco se constituyen tácticas, es decir, prácticas que se establecen en los intersticios de los dispositivos institucionales por medio de las cuales se construye un lugar. La relación entre estrategias y tácticas es lo que puede dar cuenta de las dificultades y nuevas formas de elaboración de vida de la población víctima del desplazamiento. 26

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Pérez Murcia, Luis Eduardo. «Población desplazada: entre la vulnerabilidad, la pobreza y la exclusión», Presidencia de la República, Red de Solidaridad Social. Bogotá. 2004. p. 21. De Certeau, Michel. «La invención de lo cotidiano. Artes de hacer». 1ª. Edición. Vol. 1. México. Universidad Iberoamericana. 1996.


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Variables de análisis del impacto psicosocial y cultural

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ara evaluar su impacto, el desplazamiento se identifica como la frontera que delimita la realidad en un antes y un después, y que permite comparar variables determinadas para dar cuenta de sus cambios y efectos. El abandono del territorio es sólo un evento significativo de todo el proceso de desplazamiento; no encierra la totalidad de sus significados y factores asociados. Sin embargo, permite una adecuada aproximación a ellos por medio de la organización temporal de las historias personales.

El contraste entre el antes y el después en cada uno los grupos poblacionales permite reconocer sus vulnerabilidades específicas y así generar estrategias más adecuadas a las vulnerabilidades observadas. Así mismo, se realizan análisis transversales entre ellos y se identifican los temas relevantes para todos los grupos.

Las representaciones sociales constituyen un elemento determinante en la construcción de las relaciones entre el individuo y su entorno social, y son la herramienta para entender los significados asociados al desplazamiento forzado en tanto «la realidad se construye por medio de las representaciones de los actores, y esta construcción subjetiva hace de ella misma, parte de la realidad que la mirada del observador debe tener en consideración». Agier, Michel. «La antropología de las identidades en las tensiones contemporáneas», en: Revista Colombiana de Antropología. Volumen 36. p. 9. Enerodiciembre 2000.

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La primera tarea es identificar los objetos de estudio para elaborar instrumentos metodológicos. Desde la definición del desplazamiento y de la atención psicosocial, se evidenció la necesidad de observar las relaciones entre el par entorno-sociedad en el antes y el después del desplazamiento, sin dejar de lado la dimensión temporal (que le da el carácter de proceso), la dimensión espacial (que referencia territorialmente ese fenómeno en las escalas micro, meso y macro) y la dimensión significativa (que ofrece la posibilidad de entender la construcción de los significados asociados al desplazamiento)32. Como primera medida los fenómenos observados se clasifican en tres dimensiones tradicionalmente usadas: una social, una económica y una política. Esta separación analítica permite una primera organización y sistematización, pero a lo largo del análisis es evidente que se encuentran relacionadas entre sí. En este sentido se estructuran los escenarios en los que de manera sistémica e integral se constituye el ser humano individual y social: escenarios familiares, comunitarios, económicos y políticos, todos atravesados y amalgamados por las lógicas culturales de la población. Dentro de la dimensión social se indaga por cuatro categorías: la percepción del desarraigo, la percepción de sí mismo, las dinámicas familiares y los espacios de socialización. Para observar la percepción de sí mismo, se utilizan las variables del cuerpo y la identidad. Estas permiten ver lo individual en relación con su contexto social. El estudio del cuerpo ha sido una de las herramientas tradicionales de la psicología para dar cuenta del mundo interior de los seres humanos. Sin embargo, el cuerpo también es objeto de procesos sociales de aculturación, domesticación y 27


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adoctrinamiento que reconfiguran al sujeto en relación con la sociedad. Además, asociados al tema de la corporalidad, se encuentran generalmente otros asuntos relevantes como la percepción de la enfermedad y las formas de curación. Como se observa a lo largo del documento, la enfermedad responde también a patrones sociales y mentales que están en relación con contextos ambientales, pautas que se deben conocer, si se piensa realizar una intervención efectiva. Por identidad se entenderá el «proceso de construcción de sentido atendiendo a un atributo cultural, o un conjunto relacionado de atributos culturales, al que se da prioridad sobre el resto de las fuentes de sentido (…). Las identidades son fuentes de sentido para los propios actores y por ellos mismos son construidas mediante un proceso de individualización, de autodefinición»33. Esto permite observar la construcción del sujeto en relación con los nuevos contextos y actores que entran a la vida de la población en situación de desplazamiento. Se reconocen de esta manera distintos niveles de la negociación de la identidad: un nivel micro, en planos personales y de grupo, donde interviene en los procesos subjetivos y representación del otro individual; un nivel meso, que se desarrolla en el plano social e interviene en la construcción de lo colectivo y de las otras entidades colectivas sociales; y un nivel macro, en las dinámicas de ordenamiento nacional y mundial, que interviene en la edificación de identidades políticas en relación con las estructuras de poder del proyecto moderno34.

La identidad es en realidad una gama de identidades que son constantemente construidas y transformadas. No hay una definición sustancial de la identidad sino en relación con contextos precisos y con otros actores sociales. Las preguntas que deben ser respondidas y que validan esta variable son: para qué, por quién, con quién y en qué marcos territoriales y temporales se establecen las negociaciones de identidad. Como segunda categoría de lo social se observan las dinámicas familiares. A pesar de que la familia es una institución universal, adquiere en los diferentes contextos particularidades propias. Además, y de acuerdo con los estudios psicológicos, esta unidad social promueve las elaboraciones mentales en la niñez y, por ende, de los futuros adultos. Al aproximarse a esta institución se observan tres elementos fundamentales: los roles, su organización (que habla de los vínculos entre los integrantes) y las formas de negociación y resolución de conflictos al interior de ella. El rol es un objeto pertinente en cuanto está definido «por normas estructuradas, por las instituciones y las organizaciones de la sociedad» y «su peso relativo para influir en la conducta de la gente depende de las negociaciones y acuerdos entre los individuos y esas instituciones y organizaciones»35. Los vínculos familiares y las formas de negociación y resolución de conflictos son elementos importantes en cuanto se relacionan con las dinámicas sociales e individuales que se sopesan 28

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Castells, Manuel. «La era de la información: economía, sociedad y cultura. Tomo III. El poder de la Identidad». París, Fayard Editions. 1997. p. 28. Ocampo Jiménez, Sandro. «Desplazados en la ciudad: entre el exilio interno y la búsqueda de proyecto de vida. Estudio de caso del Proyecto de Restablecimiento Urbano ‘Revivir Los Campanos’. Publicaciones Universidad de San Buenaventura-Cartagena. Serie de documentos No. 2. Cartagena. 2003ª. Castells, Manuel. Op. cit. p. 29.


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en la manera como se afrontan las dificultades de la vida cotidiana. Es indispensable, además, reconocer el papel de los miembros al interior de la familia, pues da pistas de la forma en que se ven afectados los grupos poblacionales en las micro esferas de poder. También permite analizar las percepciones que se tienen de «los demás», variable sustancial a la hora de diagnosticar los impactos en sus diferentes contextos. Un último elemento de la dimensión social son los espacios de socialización de la población desplazada. Esta variable pone de manifiesto las construcciones sociales e individuales del territorio por fuera de la familia. Para este objeto de estudio se identifican diferentes unidades territoriales básicas que dan cuenta de las dimensiones espaciales micro, meso y macro. Las unidades seleccionadas son la vivienda, el barrio, la escuela y la ciudad. Estas unidades no están disgregadas y en su conjunto dan sentido al entorno social, junto con otros lugares importantes en la vida cotidiana de la población. La vivienda es la casa más el entorno, por lo que no sólo se alude a los materiales con los que está construida, sino a las significaciones asociadas a ella y a lo que la rodea, estableciendo un puente entre las otras unidades espaciales. Se pretende con esto asumir la vivienda tanto como una necesidad latente de la población, como un satisfactor de otras necesidades. Los significados asociados a la vivienda, sin duda alguna, tendrán referentes en la familia y en las formas de producción económica. El barrio es importante en el proyecto de apropiación de los pobladores, quienes por lo general lo han construido y le han dado forma, y por ser una fuente rica de elaboraciones de redes de solidaridad, apoyo e identidad. El barrio es tanto una unidad administrativa como un espacio simbólico-ideológico, referente de identidades sociales. Esto implica indagar por los significados que se construyen detrás de la representación de cada barrio y la manera como sus habitantes establecen relaciones con otros actores sociales. El barrio permite, además, evidenciar las situaciones de desigualdad y los procesos de convivencia en la ciudad36.

Gravano, Ariel. «Antropología de lo barrial. Estudios sobre producción simbólica de la vida urbana», Espacio Editorial, Buenos Aires. 2003. p. 12.

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Por último, la ciudad como referente de socialización macro, es un elemento esencial en la comprensión de las tácticas de adaptación al nuevo medio. De hecho, la dicotomía urbano-rural, si bien ha sido largamente criticada, encuentra valor analítico al presentar de manera cruda los conflictos entre una vida tradicional en el campo y una nueva en la ciudad. De antemano, es posible asegurar que este choque genera gran parte de los impactos del desplazamiento. Tanto en el barrio como en la ciudad se manifiestan, además, las relaciones con la población receptora, actor que influye en gran medida en los efectos del desplazamiento. Tener en cuenta esta población es importante para la formulación de proyectos de desarrollo territorial que beneficien a los pobres históricos y a la población en situación de desplazamiento de manera conjunta. 29


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La escuela como espacio de socialización resulta decisiva para ciertos grupos como el de jóvenes y el de niños y niñas, pues es un espacio donde se expresan y construyen relaciones con los pares, con adultos y con formas de autoridad. No lo es tanto para el grupo de mujeres y hombres. Aunque allí también se relacionan con otros adultos, en general perciben la importancia de este espacio sólo en la medida en que es vital para sus hijos. La segunda gran dimensión a tener en cuenta es la económica. Como parte de lo psicosocial, los aspectos económicos desempeñan un papel fundamental en cuanto establecen conexiones con el medio, la sociedad y el individuo a través de los flujos de producción. Las relaciones económicas son manifestaciones sociales que se proyectan en la construcción de los territorios. Estas hacen parte del sistema social y cultural por medio de los modos de producción, categoría que está conformada por la relación de las fuerzas productivas (los medios de producción y la fuerza de trabajo) y las relaciones de producción (formas de interacción humana originadas en los procesos de producción, cambio, distribución y consumo de bienes), subcategorías que empíricamente se observaron en campo por medio de las prácticas sociales y culturales. Por último, se analiza una dimensión política desde la cual se observan las relaciones con la institucionalidad y las relaciones ético-políticas al interior de los asentamientos. Lo político entendido como el ejercicio por medio del cual se establecen relaciones de poder entre diversos actores sociales, donde se define el poder como el efecto de las dinámicas colectivas que tienden a conformar patrones de orden y participación que se evidencian en el logro de los objetivos y el mantenimiento de sus relaciones específicas37. Se identifica la participación y la organización como variables que permiten su observación. La participación se define como «una forma de intervención social que les permite a los individuos reconocerse como actores que al compartir una situación determinada, tienen la oportunidad de identificarse a partir de intereses, expectativas y demandas comunes, y que están en capacidad de traducirlas en formas de actuación colectiva con una cierta autonomía frente a otros actores sociales y políticos. En ese sentido, la participación es entendida como la intervención (directa o indirecta) de los distintos actores en la definición de metas de acción de una colectividad y de los medios para alcanzarlas. Es un proceso social que genera la interacción o relación de diferentes actores (individuales o colectivos) en la definición de su destino colectivo»38.

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Se distingue la participación social, entendida como el proceso de agrupamiento en colectividades y organizaciones para la reivindicación de intereses de grupo que tienden a configurar redes de organizaciones y la participación comunitaria; la participación comunitaria, entendida como aquella 30

Palacio, Dolly; Hurtado, Rafael; Garavito, Leonardo. «Redes socio-ambientales en tensión: el caso de la gestión ambiental de los humedales de Bogotá». En: Redes. Revista hispana para el análisis de redes sociales. Vol. 4, #6, Jun. /Jul. 2003. González Ruiz, Esperanza. «Manual sobre participación y organización para la gestión local». Ediciones Foro Nacional por Colombia. 1996. p. 17.


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que promueve acciones ejecutadas colectivamente por los ciudadanos en la búsqueda de soluciones a las necesidades de la vida cotidiana y que están en función de movilizar la voluntad de los miembros de la comunidad; la participación ciudadana, entendida como la intervención de los ciudadanos a través de los espacios de participación instituidos por el Estado en función de intereses sociales particulares, y la participación política, entendida como la intervención ciudadana en los espacios políticos donde se reivindican necesidades colectivas y no particulares, realizada por lo general mediante de ejercicios de representación política39. La organización social se entiende como «un grupo de individuos que se identifican con determinados intereses y que deciden actuar en común con el propósito de defenderlos y resolver de manera colectiva problemas compartidos. Las organizaciones constituyen escenarios donde se elaboran y ponen en ejecución iniciativas y, o, propuestas a partir de las cuales se establecen relaciones de interlocución cooperación, conflicto y negociación (entre otras) con distintos sectores de la sociedad y con el Estado. En otras palabras, las organizaciones son instancias de representación de intereses e instrumentos de acción»40. Desde estas dos categorías se observan las relaciones con la institucionalidad y las relaciones ético-políticas, es decir, las relaciones al interior de la comunidad y con otros colectivos.

Ibíd. Ibíd. p. 94.

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Metodología Fundamentos

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ste estudio tiene como objetivo identificar y analizar los impactos psicosociales y culturales del desplazamiento forzado en grupos poblacionales específicos (por edad y género) de asentamientos de las ciudades de Quibdó, Tumaco y Cartagena, mediante observaciones de su cotidianidad y de lo que ellos mismos refieren sobre su realidad. Para esto se plantea un abordaje desde un enfoque de investigación cualitativa.

La decisión por lo cualitativo se fundamenta en el interés explícito por comprender e interpretar los significados, sentidos y explicaciones, que las personas han construido de los hechos violentos y la vivencia del desplazamiento forzado, así como las prácticas sociales e individuales asociadas, con el fin de identificar sus limitaciones y fortalezas en el proceso de restablecimiento. Las implicaciones metodológicas de este enfoque revelan los alcances de la investigación que: a) no aspira a construir una teoría general a partir de la cual se puedan deducir todos y cada uno de los impactos psicosociales del desplazamiento forzado, sino acceder a algunos de ellos de una forma inductiva a partir de observaciones específicas de las personas y de sus interacciones sociales; b) privilegia los 32


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significados41 y acciones individuales y sociales, señalando como horizonte la pregunta por la manera en que la intersubjetividad y la praxis colectiva construyen un sentido particular de realidad, en detrimento en algunos casos, de otras manifestaciones concretas que dan sentido a tales construcciones. En consecuencia, se enfatizan (sin excluir) la percepción y los sentidos propios de la comunidad acerca de los fenómenos cotidianos (que son manifestaciones reales y verdaderas) sobre la medición de fenómenos «externos» a la percepción social (que tienen una calidad distinta pero también cierta de realidad y verdad); c) obliga flexibilidad para aprehender la multiplicidad de significados e interpretaciones de la población, y reconocer que el investigador social acude a su propia subjetividad para comprender la de sus interlocutores, lo que implicó por parte del grupo de investigación, una relación ética y política con el objeto de estudio y los participantes del mismo. El desarrollo metodológico se da en dos grandes etapas, una denominada diagnóstico participativo, que consiste en la aplicación de los instrumentos en las tres ciudades de referencia de este estudio, y otra, de un análisis comparativo de los resultados arrojados en dicho diagnóstico.

Diagnósticos participativos

El término significado o significación está referido a las distintas interpretaciones, con carácter de relevancia, que los sujetos o los grupos construyen sobre determinados acontecimientos, fácticos o simbólicos. Darle significado a cada acontecimiento es poner en juego la subjetividad, de ahí el carácter plural y diverso del mismo, constituido sobre el carácter de relevancia y pertinencia que tiene sobre la vida de las personas o de los grupos; por eso, un acontecimiento se constituye como tal para uno, pero para otros es simplemente un hecho que apenas si se registra. En: Ramírez, Jorge Enrique. «La sistematización de experiencias». Fondo de Poblaciones Unidas – Ministerio de Educación Nacional. Bogotá. 2001. p. 35.

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l trabajo de diagnóstico se fundamenta en el principio ético que considera a las personas como sujetos activos capaces de lenguaje y acción; el acercamiento a los hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, trasciende la simple obtención de información con fines investigativos, porque promueve en las personas la capacidad de reconocer los impactos, pérdidas, ganancias y mecanismos de afrontamiento en la vivencia del desplazamiento.

El diagnóstico participativo se desarrolló durante cuatro meses en cada ciudad e implicó el paso por cuatro momentos o fases de trabajo: la selección de los asentamientos, el reconocimiento y caracterización de las familias, la construcción de espacios individuales y colectivos para la profundización de los impactos, y la sistematización y análisis de los resultados de cada caso.

Selección de asentamientos Las tres ciudades en las que se realizó el diagnóstico corresponden a las zonas priorizadas por Plan Internacional para la implementación del proyecto «Atención Integral a la Niñez en Situación de Desplazamiento», en razón a que Quibdó, Tumaco y Cartagena son los lugares con mayor dinámica de 33


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recepción de población en situación de desplazamiento dentro de las zonas de influencia de Plan en las costas pacífica y atlántica42. En Tumaco y Cartagena se realizó un primer trabajo de identificación y selección, contrario a lo sucedido en Quibdó, donde el proyecto ya se encontraba en el primer año de su implementación. Esta selección implicó el abordaje de fuentes secundarias locales, entrevistas a representantes de instituciones públicas y privadas que desarrollan programas dirigidos a la atención de población en situación de desplazamiento, y recorridos en los barrios con mayor recepción de población en esta condición. La información recolectada fue consignada en el instrumento Guía de descripción y análisis del contexto regional y local (Anexo 1). Los criterios de selección respondieron a asentamientos: con alta presencia de población en situación de desplazamiento (50% de sus habitantes); con inexistentes o insuficientes sistemas de obtención de agua potable o de eliminación de excretas que incrementan el grado de vulneración de derechos de esta población; ubicados dentro de un área geográfica susceptible de ser intervenida por el gobierno municipal en procesos de normalización o legalización de barrios, y la existencia de procesos organizativos de base comunitaria, tanto de población receptora como en situación de desplazamiento.

Reconocimiento y caracterización de las familias Esta fase consistió en el acercamiento entre los distintos participantes del diagnóstico, comunidades y profesionales. En ella se sostuvieron conversaciones espontáneas y reuniones informales con personas clave de la comunidad (líderes, lideresas y familias en situación de desplazamiento) para compartir la finalidad y metodología del diagnóstico, identificar algunas familias en situaciones críticas, e ir obteniendo información básica de sus percepciones sobre su situación. Como resultado de este trabajo se logró inicialmente una organización y coordinación con los habitantes de las comunidades, con los equipos de profesionales de Plan, y la consultoría que operó el Sistema de Identificación y Monitoreo de la Vulnerabilidad Alimentaria (SIMVA), instrumento que fue aplicado en las tres ciudades con el objetivo de construir una línea de base cuantitativa. Un segundo acercamiento tuvo lugar por medio de las visitas domiciliarias realizadas a las familias en situación de desplazamiento, cuyo objetivo era conocer sus condiciones de vida y lograr una caracterización general de las mismas. Para ello se aplicó la Ficha de Caracterización Familiar, que permitió tratar temas como conformación y estructura familiar, aspectos socioeconómicos generales, lugares de procedencia y antecedentes del desplazamiento, participación y organización comunitaria, 34

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Jáuregui, María Consuelo. «Estudio sobre desplazamiento con enfoque en el niño». Consultoría contratada por Plan Internacional para definir los lineamientos iniciales del proyecto «Atención Integral de Atención a la Niñez en situación de Desplazamiento». Inédito. 2002.


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respuesta institucional recibida, entre otros temas, en una dimensión temporal que permitió caracterizar a las familias en el antes y después del desplazamiento. (Véase Anexo No. 2, Criterios para la caracterización de las familias) Las visitas domiciliarias y la Ficha de Caracterización Familiar43 fueron una buena estrategia de aproximación a la realidad de las familias y de acercamiento y establecimiento de lazos de confianza entre profesionales y personas de la comunidad, lo cual facilitó el trabajo posterior y la identificación de los y las participantes de la siguiente fase. Si bien, el diagnóstico tiene como enfoque la investigación cualitativa y plantea el desarrollo de entrevistas y talleres, la ficha, que es un instrumento de corte más cuantitativo, permite identificar elementos comunes en la caracterización de las familias y precisar fenómenos o análisis específicos.

Espacios individuales y colectivos para la profundización de los impactos En esta tercera fase se realizaron entrevistas individuales y colectivas, y talleres con niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres que permitieron una mayor profundización de los impactos psicosociales del desplazamiento desde un enfoque diferencial según grupo poblacional. En las tres ciudades se efectuaron en total 247 visitas domiciliarias. En la ciudad de Quibdó se realizaron 74 visitas domiciliarias: en los asentamientos Brisas del Poblado 42, en La Victoria 28 y en Monte Bello 4; este número corresponde a 41%, del total de familias en situación de desplazamiento ubicadas en estos asentamientos En la ciudad de Tumaco se realizaron 62 visitas domiciliarias en los barrios Esfuerzo 1 y Esfuerzo 2; representan 37% de las familias en situación de desplazamiento allí asentadas. En la ciudad de Cartagena fueron visitadas 113 familias (49% del total en situación de desplazamiento asentadas) ubicadas en los sectores de Los Ángeles (32), Playas Blancas (29), Nueva Cartagena (18), La Conquista (16), 14 de Febrero (13) y Gossen (5).

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Se establecieron como criterios de selección de los y las participantes de esta fase, los siguientes: personas en situación de desplazamiento habitantes de los asentamientos seleccionados, pertenecientes o no a organizaciones de población desplazada y con distintos lugares o regiones de procedencia; para el caso de los niños y niñas con edades entre los 9 y 13 años (aunque hubo excepciones), de manera que tuviesen memoria de su experiencia vital en el lugar de procedencia, y para el caso de los y las jóvenes, edades entre los 15 y 25 años de modo que hubiesen vivido el desplazamiento siendo aún jóvenes. Con población receptora se tuvo en cuenta que fuera por lo menos uno de los fundadores o primeros habitantes de los asentamientos, de tal manera que pudiesen tener referencia de los cambios sociales, culturales y económicos ocurridos en el territorio con la llegada de población en situación de desplazamiento. En todas las entrevistas en profundidad, se dio participación a personas con capacidad de relato y disposición para conversar sobre su experiencia vital. En total participaron de las entrevistas en profundidad y los talleres con grupos focales, 199 personas, en las tres ciudades: en Quibdó 75; en Tumaco 59, y en Cartagena 65; según grupo poblacional: niños y niñas, 54; jóvenes, 42; mujeres adultas, 74, y hombres adultos, 15. Las entrevistas en profundidad permitieron identificar y profundizar con algunas personas acerca de la vivencia particular del desplazamiento forzado y la llegada a la ciudad. Por tratarse de una 35


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herramienta individual desarrollada en un ambiente de confianza y de confidencialidad, facilitó la expresión de emociones y significados, que en un espacio colectivo posiblemente no se hubiesen manifestado de la misma manera; ello hizo que la entrevista se constituyera en la herramienta central del diagnóstico, particularmente en las ciudades de Tumaco y Cartagena. Se buscó profundizar en el impacto del desplazamiento en los escenarios sociales, económicos y políticos, en relación con aspectos como: los cambios en la dinámica familiar, los hechos violentos que causaron el desplazamiento, el momento de la llegada al nuevo lugar, la vivencia en el nuevo entorno y la organización y participación comunitaria, entre otros.44 (Véase Anexo 3, Criterios guía para la profundización de los impactos psicosociales mediante entrevista en profundidad) De manera simultánea a las entrevistas se realizaron talleres con cada uno de los grupos poblacionales. Los talleres se constituyeron en un espacio colectivo importante en el proceso de recuperación de las historias individuales y colectivas, en la reflexión y análisis de problemáticas y vulnerabilidades comunes, en el fortalecimiento de los lazos de confianza y solidaridad, y en la identificación conjunta de las formas de afrontamiento de los hechos violentos y de los cambios que impone el nuevo medio.

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Los talleres45 se dinamizaron con ejercicios individuales y grupales orientados a la búsqueda de la expresión y comunicación de la experiencia del desplazamiento, la llegada al nuevo sitio y las expectativas frente al proyecto de vida individual y colectivo; en ellos se combinaron elementos de dibujo y representación teatral que facilitaron la expresión de sus emociones y opiniones. Por otra parte, se realizaron cinco talleres con líderes y lideresas de las organizaciones comunitarias que hacen presencia en los asentamientos. En ellos se generó un espacio para reflexionar sobre la situación general de las familias ubicadas en los barrios, los retos que enfrentan como organizaciones comunitarias en el desarrollo de su trabajo y el papel y la respuesta institucional para la atención del desplazamiento forzado. Paralelamente al trabajo realizado con los actores comunitarios, se estableció un acercamiento mediante entrevistas semiestructuradas con representantes de instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales que desarrollan algún tipo de trabajo en la región respecto a la atención y protección de la población vulnerable y en situación de desplazamiento o que intervienen en los asentamientos de interés de este estudio. Este acercamiento permitió conocer la percepción que tienen los actores institucionales sobre el desplazamiento en la región y el trabajo que adelantan en esta materia. También facilitó complementar el trabajo previamente realizado en materia de revisión de fuentes secundarias locales: se consultaron documentos de entidades de gobierno como la Red de 36

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En total se realizaron 63 entrevistas en profundidad en las tres ciudades: con niños y niñas (8), jóvenes (12), mujeres adultas (9), hombres adultos (11), mujeres líderes de las organizaciones de mujeres en situación de desplazamiento (5) y con personas de la población receptora de los asentamientos (18). Discriminadas por ciudad, se realizaron 24 entrevistas en los asentamientos de Tumaco y 37 en Cartagena; sólo dos en la ciudad de Quibdó donde se generaron más espacios de trabajo colectivo mediante talleres. En las tres ciudades se realizaron 18 talleres con los distintos grupos poblacionales: con niños y niñas (5), jóvenes (7) y mujeres adultas (6). Se programaron en sesiones de cuatro a cinco horas. Con hombres adultos no fue posible realizar talleres debido a la dificultad de concertar espacios de trabajo colectivo, en razón a que muchos de ellos permanecen la mayor parte del tiempo fuera de los asentamientos en busca del sustento familiar.


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Solidaridad Social (hoy Acción Social), las gobernaciones departamentales y los gobiernos municipales, así como de organizaciones no gubernamentales que realizan intervención social en este tema. La cuarta y última fase del diagnóstico participativo fue el proceso de sistematización, consolidación y análisis de la información recopilada. Este ejercicio se realizó desde una perspectiva interpretativa de los significados construidos por los participantes con relación a cada una de las variables y categorías definidas en la línea de base del diagnóstico participativo y fueron abordadas en las entrevistas y talleres, las cuales se describieron en el capítulo de enfoque. Igualmente, se hizo una continua confrontación con los resultados del diagnóstico cuantitativo (SIMVA) y la aplicación de la Ficha de Caracterización Familiar. El diagnóstico finaliza con un trabajo de socialización y validación de los resultados con los actores comunitarios e institucionales que participaron en sus distintas fases.

Sistematización y análisis comparativo

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a apuesta por un análisis comparativo surge con la idea de potenciar el material producido en cada región con relación a los impactos psicosociales generales y poblacionales del desplazamiento forzado.

El análisis comparativo identifica aquellas características comunes y diferenciales de los impactos del desplazamiento entre los contextos territoriales y poblacionales. En otras palabras, identifica y reflexiona sobre aquellas categorías emergentes que, a la luz de la información de los tres estudios aparecen como relevantes (por generales o particulares) de acuerdo con las especificidades de los asentamientos y de mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas. El proceso de elaboración de los diagnósticos individuales como ya se mencionó, dio como resultado la complementación de las categorías iniciales que se habían propuesto para la línea de base (identificación de variables) con los contenidos captados en el trabajo de campo en la interacción con la comunidad y su profundización en fuentes de segunda mano. Como resultado de los diagnósticos individuales se identificaron: 1. Los impactos generales poblacionales, es decir, aquellos impactos que se presentan en todos los grupos (mujeres, hombres, jóvenes y niños y niñas), sin que estos estén exentos de significados y expresiones propias en cada uno 37


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de los grupos. Son los impactos comunes a todos y por ello los marcos generales de los impactos diferenciales. 2. Los impactos poblacionales particulares, que son aquellos propios de mujeres, hombres, jóvenes y niños y niñas. El análisis comparativo entreteje las categorías de los diagnósticos de caso ordenadas en impactos generales y particulares, con un enfoque territorial donde las condiciones particulares de las regiones o asentamientos (nueva variable del análisis), ajustan nuevamente las categorías. El proceso, por ello, es un ejercicio de reelaboración de los resultados de los diagnósticos singulares, primera elaboración de las variables de la línea de base. De esta manera, el análisis comparativo permite el estudio de los impactos poblacionales generales y poblacionales particulares a través del lente de lo territorial, lo que es igual a la identificación de: 1. Las condiciones particulares territoriales en relación con el impacto psicosocial y cultural del desplazamiento. Desde ese marco se realiza la observación de: 2. Las diferencias o especificidades de las relaciones entre todos los grupos poblacionales entre los tres territorios (relaciones entre mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas en Quibdó, Tumaco y Cartagena), y, 3. Las diferencias o especificidades de las relaciones entre los grupos particulares singulares entre territorios (relaciones entre mujeres de Quibdó, Tumaco y Cartagena; Hombres de Quibdó, Tumaco y Cartagena, etc.), contenidos generales que dan forma al texto. En el desarrollo de este proceso se identifican nuevas categorías que guían las argumentaciones del texto, y diferencian los resultados obtenidos en los diagnósticos de caso. El marco general que ordena los elementos emergentes del ejercicio de comparación de los resultados de los diagnósticos de caso, es el proceso de cambio cultural y social que exige el desplazamiento forzado, entendido este como un proceso particular de modernización. De allí nacen los nuevos argumentos esbozados en los impactos generales centrados en las percepciones del desplazamiento, los cambios en la identidad, los cambios en las condiciones de vida, los cambios en la familia y los impactos en el espacio público. En este capítulo se intenta mostrar cómo los impactos del desplazamiento forzado se pueden entender cuanto a la desarticulación de los tiempos y espacios (que originan ambigüedad y dislocación de individuos y colectivos), de nuevas negociaciones de la identidad que mezclan categorías raciales y sociales, del detrimento de condiciones materiales necesarias para el adecuado desarrollo del ser, de cambios y ajustes al sistema patriarcal en función de la adaptación de las familias a las condiciones materiales y sociales después del desplazamiento, y de nuevas formas de construir, participar y gozar de lo público a causa de los cambios en los actores, las instituciones y los territorios que le dan vida. 38


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De este marco general se retoman aquellos argumentos que aparecieron como centrales en cada uno de los grupos poblacionales, a saber, el cambio en las relaciones de género -análisis que guía los capítulos de mujeres y hombres-, las dificultades y posibilidades de descubrir lo que significa el sentido de ser joven en la ciudad –impacto central en los y las jóvenes-, y la manera como se reproducen valores y prácticas propias del conflicto armado en los niños y niñas, fenómeno sobre el que se estructura el capítulo de este grupo poblacional.

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Contextos La vida no se queda ahí, sino que sigue… tenemos un camino que caminar y cada día nos da una oportunidad más Mujer desplazada

La riqueza de los territorios étnicos El desplazamiento forzado en Quibdó Para entender el fenómeno del desplazamiento en el departamento del Chocó, es necesario analizar tres aspectos básicos: sus características geográficas, los intereses económicos y bélicos de los grupos armados, y la continua actividad de movimientos sociales indígenas y de comunidades negras. El departamento del Chocó limita por el norte con el océano Atlántico, por el sur con el departamento del Valle, por el oriente con los departamentos de Antioquia, Valle y Risaralda, por el occidente con el océano Pacífico y por el noroeste con la República de Panamá. Tiene una extensión de 47 mil kilómetros cuadrados y una población estimada en 416.318 habitantes de los cuales aproximadamente 60% viven en zonas rurales46. La mayoría de la población pertenece a comunidades negras (85%) seguida por una discreta presencia de pueblos indígenas (9%) y población mestiza (6%)47. 40

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Proyección demográfica del Dane para el año 2005. Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). «Chocó: agua y fuego». Documentos Codhes. Septiembre de 2004.


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Las principales actividades económicas del departamento son la extracción de recursos naturales, destacándose la minería, la industria maderera, las actividades agropecuarias y la pesca. En los centros urbanos la principal actividad es el comercio informal48.

Pacheco Ramírez, Sandra Patricia. «Proyecto fortalecimiento a los comités departamentales y municipales de atención integral a la población desplazada. Diagnóstico situacional y de contexto del departamento del Chocó». Red de Solidaridad Social. Quibdó. Inédito. 2001. Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006. Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006. Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia. Situación de guerra y violencia en el departamento del Chocó. 1996-2002. Conferencia Episcopal Colombia. 2002. Bello, Martha Nubia et. al. «Bojayá, memoria y río. Violencia política, daño y reparación». Universidad Nacional de ColombiaColciencias. 2005. p. 42. Antón Sánchez, John. Estrategia afrocolombiana en el Pacífico: conflicto, territorio y región. En «Territorio y cultura, territorios de conflictos y cambios socioculturales». Universidad de Caldas. Manizales. 2001.

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Según la Agencia Presidencial para la Acción Social, el departamento ha expulsado 97972 personas (51.132 por desplazamientos individuales y 46.840 masivos, que suman un cuarto de la población total del departamento), presentándose en los años 2000, 2001 y 2002 los picos más altos con 22.672, 18.148 y 20.074 declaraciones, respectivamente49. Según la misma fuente, los municipios de la cuenca de los ríos Atrato y San Juan tienen mayor índice de expulsión, y el actor armado que más personas ha expulsado son los grupos insurgentes, seguida de cerca por los grupos de justicia privada. Ha recibido 62885 personas siendo los años 2000, 2001 y 2002 los de mayor recepción (15.352, 11.632, y 13.873 personas, respectivamente)50. El ritmo del desplazamiento forzado en el departamento obedece a su alto valor estratégico, por su ubicación entre la cordillera Occidental y el océano Pacífico, a su escasa red vial, y al gran número de ríos navegables. Estas condiciones hacen del Chocó una zona propicia para el comercio de armas, droga y suministros entre la costa y el interior del país. La larga serie de megaproyectos planeados para la región, son una nueva variable determinante en las dinámicas del conflicto armado. La siembra intensiva de la palma africana, la explotación de madera y la implementación de centrales eléctricas, son sólo ejemplos emblemáticos de planes productivos que han incidido indirectamente en el desplazamiento de población, en cuanto expanden la frontera agrícola de monocultivos en detrimento de los pequeños productores, presionan o desconocen la propiedad de los territorios colectivos, y alimentan el conflicto entre paramilitares y los grupos insurgentes en la región, que continuamente atacan infraestructuras o maquinarias, y sostienen una lucha constante por el control de las zonas productivas51. Aún más delicado es el hecho de que el desplazamiento forzado de población, seguido de la expropiación de la tierra y su posterior repoblamiento y producción a gran escala, parece haberse constituido en una estrategia de control territorial y lavado de activos por parte de algunos grupos armados52. De esta manera, el efecto concreto de muchos de los proyectos productivos de la región es el desplazamiento masivo de población. No resulta extraño, por ello, que las organizaciones indígenas y de comunidades negras de la región, perciban de manera negativa las intervenciones que tienen como objeto la extracción de recursos naturales. A su parecer, la mayoría de proyectos no tiene en cuenta las necesidades de las comunidades locales, no reporta beneficios económicos para el departamento (pues el capital ganado se acumula en otras regiones del país), mientras la población local se restringe a participar como mano de obra barata, y se generan efectos negativos en el ecosistema y la tenencia de la tierra53. 41


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El narcotráfico es otro fenómeno asociado al desplazamiento en cuanto promueve procesos de concentración de la tierra e intensifica las disputas por el control de los corredores estratégicos que permiten a los grupos armados ilegales dirigir la producción de droga, comercializarla e intercambiarla por armas. Chocó, que durante largo tiempo estuvo exento de cultivos ilícitos (no así de rutas de comercialización) ha presentado un aumento decisivo en este sentido en los últimos cinco años, debido, al parecer, a la política de fumigación en otras regiones del país54. Las acciones en contra de la proliferación de cultivos ilícitos avaladas por las organizaciones de base del departamento, que han venido fortaleciendo los cultivos tradicionales y la implementación de alternativas productivas agrícolas, han originado un aumento de las acciones coactivas de los grupos armados sobre los líderes de las organizaciones sociales y los predios de titulación colectiva.

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El proceso de defensa de la autonomía de las comunidades locales y la protección de su territorio, es un último factor determinante de las dinámicas del conflicto armado. La reivindicación de los derechos sociales, económicos y culturales de las poblaciones indígenas y comunidades negras -producto de la ley 70 de 1993 que propició un célebre proceso de titulación de predios-55 tuvo como consecuencia perversa el recrudecimiento de las acciones violentas y el incremento de asesinatos selectivos. Caso concreto es la grave situación del Atrato, donde desde 1996 «las comunidades han sido objeto de la continua presión de las FARC y las AUC. Para estos actores armados, al parecer, los procesos organizativos de las comunidades, antes y después del desplazamiento forzado, afectan su capacidad de dominio sobre la población. La pretensión de autonomía frente a los actores armados que declaran estas comunidades, limitan las posibilidades de instrumentalización de las mismas por parte de la guerrilla y las autodefensas. De igual manera, ven en ella una amenaza para su proyecto de control territorial y para el establecimiento de modelos de explotación del territorio, congruentes con sus necesidades de financiamiento»56. Las continuas olas de migración de población en situación de desplazamiento hacia Quibdó, han hecho de esta ciudad un escenario regional donde se ha gestado un buen número de procesos de restablecimiento de la mano de instituciones públicas y privadas, que no siempre han resultado en un verdadero resarcimiento de los derechos vulnerados debido a la histórica exclusión de la región de las dinámicas económicas nacionales, la fragilidad de la institucionalidad local y la complejidad de sus grupos poblacionales que responden a lógicas culturales diversas y han sostenido procesos de reivindicación territorial y étnica de distinta magnitud y alcance. Todo lo anterior explica el recorrido en sentido norte sur realizado por los grupos de autodefensa desde el año de 1996 a lo largo de las cuencas de los ríos Atrato y Baudó, zonas donde se encontraba 42

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Así lo confirma el hecho de que para 1999 no se tuvieran datos de cultivos en el departamento, mientras que en el año 2000 el estimado de hectáreas cultivadas en el Chocó fuera de 250 aproximadamente (la mayoría de hoja de coca en la zona del Baudó, Juradó, el Bajo Atrato, Bojayá y en el departamento de Antioquia, Murindó y Vigía del Fuerte). Para 2001 la cifra aumentó a 354 hectáreas, es decir, 54% respecto al año anterior. Tomado de CodhesS. Op. cit. 2004. Hasta el año 2002 de los 10 millones de hectáreas de tierra del Pacífico, se habían otorgado unos 172 títulos colectivos en calidad de resguardos (1.858.606 has) a cerca de 53.872 indígenas dentro de ellos. Así mismo, durante el período comprendido entre 1996 a 2002, el INCORA logró la expedición de 92 títulos colectivos por 4’015.515 hectáreas, que benefician a 963 comunidades negras integradas por 41.873 familias y 214.669 personas, y se tramitaban 81 solicitudes de titulación colectiva que suman aproximadamente 1.650.002 hectáreas para beneficiar a 25.423 familias de las comunidades negras de la cuenca del Pacífico. Tomado de: Oficina del Programa Especial de Comunidades Negras. Incora.


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ubicado el Frente 57 de las Farc, que a su vez reaccionó con una violenta defensa y continuos ataques contra la fuerza pública en el medio y alto Atrato desde 1999. El resultado fue una estela de violencia y el incremento inmediato en los índices de desplazamiento.

Doctor Silvio Garcés. Bogotá, Ponencia presentada en el taller de experiencias sobre etnia y conflicto, participación democrática y territorio. En: Sánchez Antón, John. «El Chocó biogeográfico: dinámicas sociales del Chocó biogeográfico: población, etnicidad, territorio y conflicto.» Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacifico (IIAP). Bogotá, junio 27 al 30 del 2002. Defensoría del Pueblo. Resolución defensorial No. 025 sobre las violaciones masivas de derechos humanos y Desplazamiento Forzado en la Región del Bajo Atrato Chocoano. Bogotá. Octubre de 2002. Vicepresidencia de la República de Colombia. Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. «Panorama actual del Chocó». Serie Geográfica No. 21. Diciembre de 2003. Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006. La descripción que se realizará a continuación de los asentamientos de Quibdó, Tumaco y Cartagena, corresponde a la situación de la comunidad al momento de realizar los diagnósticos, entre el mes de noviembre del año 2004 y febrero de 2005.

En esta coyuntura se dieron los trágicos acontecimientos de la masacre de Bojayá y de Vigía del Fuerte en mayo de 2002, producto de los enfrentamientos entre las FARC y los grupos paramilitares, que dejaron como saldo un altísimo número de víctimas civiles y el desplazamiento masivo de más de tres mil personas. Este caso que conmocionó al país entero, es un hito en la historia reciente de la región y referente obligado en la percepción de los impactos del conflicto armado en la población. Es importante también reconocer en la historia del conflicto regional, la incidencia que tuvo el Bloque Calima de las autodefensas, que presionó desde el sur y en sentido norte, toda la cuenca del río San Juan, generando una situación humanitaria crítica, que aunque pasó inadvertida para la opinión pública debido a los acontecimientos en el río Atrato, dejó una penosa sucesión de desplazamientos57.

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El fenómeno del desplazamiento forzado en el Chocó de esta manera, ha estado signado por numerosos eventos de desplazamientos masivos, asesinatos selectivos y estrategias de terror, que revelan tanto la violación de los derechos de una población que históricamente no había podido superar unas condiciones de vulnerabilidad económica y social crítica, como aquellos derechos que luego de largos años de lucha por la reivindicación cultural frente al Estado, se habían realizado de manera efectiva. El municipio de Quibdó ha sido el mayor receptor de población en situación de desplazamiento del departamento. De acuerdo con las cifras de la Agencia Presidencial para la Acción Social, ha recibido 28.826 personas, con los picos más altos en los años 2000 y 2002, cuando se albergó a 11.687 y 7.860 desplazados58. Los datos del Secretariado Nacional de Pastoral Social confirman esta tendencia, pues de 9.337 personas en situación de desplazamiento registradas a mediados de 2004 por el RUT 8.323 han llegado a Quibdó. Es significativo, según la misma fuente, que un 34% fuera propietaria de tierra y 51,9% proveniente de zonas de titulación colectiva; 66% aseguró, además, pertenecer a alguna organización campesina. Las cifras manejadas por Acción Social, a su vez, estiman que 7.467 personas víctimas del desplazamiento en el departamento pertenecen a algún grupo étnico.

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Las familias y los asentamientos59 Los barrios Brisas del Poblado y La Victoria fueron fundados hace ocho años por familias provenientes del Medio Atrato, víctimas de los primeros desplazamientos masivos ocurridos en esta región durante el año 1997. El barrio Monte Bello nació hace 17 años, cuando un grupo de familias, algunas de 43


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ellas en situación de desplazamiento, procedentes de otros barrios de Quibdó, vieron la posibilidad de adquirir un lote a bajo costo para la construcción de sus viviendas. Estos tres asentamientos, que se ubican de manera consecutiva en el sector seis, al extremo sur de la ciudad, están habitados por 368 familias (120 en La Victoria, 104 en Monte Bello, y 144 en Brisas del Poblado), de las cuales 141 se encuentran en situación de desplazamiento (29 en Monte Bello, 53 en La Victoria y 59 en Brisas del Poblado). Según el estudio realizado por el Sistema de Monitoreo de la Vulnerabilidad Alimentaria (SIMVA)60, en promedio, 42% de las familias que habitan los barrios Brisas del Poblado y La Victoria corresponden a familias en situación de desplazamiento, contra 28% que viven en el barrio Monte Bello. Aunque este porcentaje es alto, se estima que puede ser mayor, pues muchas familias se abstienen de reconocer públicamente su condición de desplazamiento, ya sea por temor a ser señaladas, por desconfianza hacia las instituciones, o por el intento de silenciar los hechos que motivaron su salida y mitigar así el dolor que esta les ha provocado. Los barrios cuentan con una deficiente infraestructura de servicios públicos. No tienen servicio de alcantarillado, razón por la cual las familias utilizan los alrededores para depositar las excretas. No cuentan tampoco con servicio de agua potable, situación a la que se hace frente con canecas plásticas u ollas donde se recoge el agua lluvia. La higiene personal y el lavado de la ropa o utensilios de cocina, se realiza en los patios de las casas con agua lluvia o en alguna de las tres quebradas a las que se puede acceder desde los barrios (La Cascorba, La Cascorbita y Buen Año). Estas se encuentran, sin embargo, invadidas por basura debido a la mala utilización de los desechos y a la carencia de un servicio de recolección. De manera general se accede al servicio de energía en forma ilegal. Las vías de entrada están en pésimas condiciones y el transporte público es muy escaso. Tampoco cuentan con centros de salud cercanos, a los cuales puedan acudir en caso de emergencia. La gran mayoría de la población desplazada proviene de zonas rurales de los municipios de Bojayá, Alto Baudó, Bagadó y Lloró. Son familias que han tenido que vivenciar el conflicto armado en su mayor grado de degradación, en tanto han sido objeto de masacres, asesinatos selectivos, amenazas directas, desapariciones y reclutamiento forzado61. En relación con las pérdidas materiales, 61% de las familias manifestó haber abandonado una finca o parcela y con ellas animales y cultivos; 60% llevaba más de once años de permanencia en sus lugares de origen. En muchos casos, la tierra pertenecía a la familia extensa pues les había sido heredada generación tras generación. De los grupos familiares, 43% están compuestos por más de siete miembros, aunque el promedio sobre el total de la muestra indica una composición de seis miembros por familia. Es común que en 44

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La aplicación del Sistema de Monitoreo de la Vulnerabilidad Alimentaria (SIMVA) se desarrolló de manera paralela a la elaboración de los diagnósticos psicosociales con el fin de elaborar una línea de base cuantitativa. Resultados parciales de la Ficha de Caracterización Familiar, muestran que 32% de las familias encuestadas, han tenido pérdidas de parientes en las acciones de violencia que causaron su desplazamiento.


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una misma vivienda conviva un núcleo familiar con miembros de la familia extensa. La jefatura de estos hogares es asumida en 35% sólo por las mujeres; el porcentaje restante se da de manera compartida entre hombre y mujer. Sin embargo, las mujeres tienen la mayor responsabilidad frente al bienestar de la familia (cuidado de los hijos y sustento económico), pues los hombres se ausentan del hogar frecuentemente, dado que realizan su actividad laboral en zonas rurales. La población menor de edad es la de mayor proporción en los asentamientos: 13% son menores de cinco años (60), 35% entre los 5 y 14 años (156) y 10% entre los 15 y 18 años (44). Con relación a la caracterización por género de este grupo, existe un mayor número de mujeres, aunque no con una diferencia relevante (menos de 3%). De los menores en edad escolar (entre 5 y 18 años), 6% no asiste a la escuela por motivos económicos. Pese a que este es un porcentaje relativamente bajo, los maestros manifiestan que hay una reiterativa inasistencia a clases y deserción escolar, producto de la permanente movilidad de las familias, las obligaciones frente al cuidado de los hermanos y la recurrencia de enfermedades en los menores. No están vinculadas al régimen de salud, 44% de las personas y quienes lo están, acceden principalmente a través del régimen vinculado, el cual únicamente brinda atención por urgencias. Con relación a las alternativas de generación de ingresos, hay un cambio significativo en las formas tradicionales de producción, basadas principalmente en la agricultura, la minería, la pesca y el aprovechamiento de la madera. En el caso de los hombres, sólo 8% se encuentra vinculado a la economía formal en trabajos de vigilancia, como propietarios de pequeñas tiendas de barrio o prestando servicios en organizaciones sociales como promotores comunitarios. El restante 92% se encuentra desempleado o dedicado a las actividades temporales de rebusque como la construcción, la venta ambulante y el trabajo en agricultura y minería en zonas rurales. Las mujeres, por su parte, combinan las tareas del hogar con alguna actividad productiva que les provea el sustento diario, principalmente en el lavado de ropa, el trabajo doméstico por días y las ventas ambulantes. La población en situación de desplazamiento eligió la ciudad de Quibdó como lugar de recepción porque tenía parientes o amigos a donde llegar, o porque era el lugar más cercano y de menor costo para el traslado de toda la familia. De estas familias 86% desea permanecer allí porque considera que no existen las condiciones de seguridad para regresar. Prefieren la vida de la ciudad para sus hijos, pues en ella hay mayores posibilidades de estudio y trabajo. En otros casos, debido a que lo han perdido todo con el desplazamiento, simplemente no tienen otro lugar a donde ir. 45


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Desplazamiento y cultivos ilícitos El desplazamiento forzado en Tumaco Desde la época de la colonia los intereses económicos sobre la región del Pacífico colombiano han propiciado una incesante explotación de sus riquezas naturales y usurpación del territorio. La historia del municipio de Tumaco ha sido determinada por un sinnúmero de iniciativas productivas que desde el siglo XVIII y en función de la extracción de los recursos naturales de la región, han desconocido el derecho de los pueblos tradicionales sobre su territorio, ahondando la paradoja de vivir una crítica situación de pobreza en un territorio con enormes riquezas. Tumaco, región de raíces indias que fue poblada por comunidades negras traídas en el marco del sistema productivo esclavista, «…se vio prácticamente ‘confiscada’ por los blancos, que le dieron el giro urbano que más se acercaba a sus conocimientos y concepciones de lo ‘que debe ser’ un asentamiento»62. Se consolidó así un territorio de blancos en el sector urbano, y uno de población negra e indígena en el área rural, disposición que se mantuvo hasta nuestros días. Hoy por hoy las comunidades negras y los pueblos indígenas de la región son víctimas habituales de la violación de sus derechos fundamentales y colectivos. El desplazamiento forzado es la

versión actual de una antigua estrategia de despojo territorial que ahora se desarrolla en el contexto del conflicto armado del país con el fin de comercializar drogas, armas y suministros, acceder a regiones estratégicas desde las cuales propiciar acciones armadas más contundentes, generar ingresos por concepto de extorsiones en las regiones más ricas o emprender grandes proyectos productivos que permitan el lavado de activos y promuevan el enriquecimiento de grupos de élite. En este escenario, donde se define una relación de dominación y explotación de la tierra, la población civil es expulsada o remplazada no sólo como un resultado colateral de los enfrentamientos armados, sino como una estrategia bélica intencionada. En el departamento de Nariño, donde hay población indígena, afrocolombiana y mestiza, el desplazamiento forzado atenta contra el bienestar y la vida misma de estas comunidades, habitantes ancestrales de la región, que ahora son un obstáculo para los intereses de los actores armados. El

abandono del territorio por estos grupos humanos lleva un cambio cultural que se modela a lo largo de un proceso de restablecimiento, signado por la escasa presen46

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Hoffmann, Odile. Sociedades y espacios en el litoral Pacífico Sur colombiano (siglos XVIII y XX). En: Agier, Michel; Álvarez, Manuela; Hoffmann, Odile; Restrepo, Eduardo. «Tumaco: haciendo ciudad. Historia, identidad y cultura». Instituto Colombiano de Antropología – Institut de Recherche pour le Developpment (IRD) – Universidad del Valle. 1999ª.


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cia institucional y situaciones de vida denigrantes que amplifican los ya nocivos impactos de las acciones armadas. El departamento de Nariño está ubicado en el extremo sur del país. Limita al norte con Cauca, al oriente con Putumayo, al sur con la República de Ecuador y al occidente con el océano Pacífico. Tiene un área de 33.268 km2 y está compuesto por 62 municipios, de los cuales 52 se encuentran en la región andina y 10 en la Costa Pacífica, que representan 79,3% y 20,7% de población, respectivamente. Tiene una población de 960.622 habitantes, de la cual 64.307 corresponde a comunidades negras y cimarrones y 61.620 a pueblos indígenas. Tumaco, ubicado en el extremo sur del departamento, es el segundo municipio en población con 169.454 habitantes, de los cuales 86.687 viven en la cabecera municipal y 82.767 en el área rural63. Limita al norte con los municipios de Mosquera y Francisco Pizarro, al sur con Ecuador, al oriente con los municipios de Roberto Payán y Barbacoas, y al occidente con el océano Pacífico. Tiene una extensión de 3.857 km2 y su territorio urbano está constituido por un sector insular (islas de Tumaco, La Viciosa y El Morro) y un sector continental que conecta al municipio por la vía Panamericana con el municipio de Túquerres y la ciudad de Pasto. En el departamento hacen presencia guerrillera las FARC y el ELN desde los años ochenta. Con la toma por parte de las FARC de los municipios de Samaniego en 1993, y Barbacoas en 1995, se desplegó el accionar militar de este grupo guerrillero sobre los demás municipios de la costa pacífica, del pie de monte y de la cordillera Oriental. De esta manera, las FARC ejercieron el control sobre el corredor estratégico al mar y ampliaron su presencia en la región pacífica. Por esta razón, el departamento fue hasta finales de la década de 1990, una zona de repliegue del grupo insurgente64.

Proyecciones del Dane para 2005. Vicepresidencia de la República. Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. «Panorama actual de Nariño». Noviembre 2002. Ibíd.

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Los grupos de autodefensa hacen su aparición oficial en la región en el año 2001, con el firme objetivo de obtener el control sobre el corredor de la cordillera al mar localizado en el sector centro del departamento, que desciende hacia la costa por el río Patía donde se ubican los municipios de Leiva, El Rosario, Policarpa, Cumbitara y Barbacoas65. La geografía del departamento (zona de frontera con ríos navegables que comunican la cordillera con la costa) ha hecho de Nariño una región estratégica para el tráfico de armas y el movimiento de tropas. Desde 1999 se evidenció un escalamiento del conflicto en el departamento con incidencia directa sobre el municipio de Tumaco, relacionada con la relocalización de los cultivos de coca de Putumayo a Nariño y la incursión de las autodefensas. 47


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Los cultivos de coca, que hasta la década de 1990 eran mínimos en el departamento, se incrementaron a tal punto que, según la Dirección Nacional de Estupefacientes, Nariño es el segundo departamento cultivador de coca después de Meta, con 15.131 hectáreas cultivadas en 2002, 17.628 hectáreas en 2003 y 14.154 en 2004. Fue, además, durante los años 2001 y 2002 el departamento con mayores hectáreas de amapola sembradas (1.699 y 1.230 hectáreas, respectivamente)66. El incremento de los cultivos ilícitos está relacionado con las intensas fumigaciones emprendidas por el gobierno nacional en Putumayo, que propiciaron la migración de cultivadores y campesinos hacia las regiones vecinas. Se calcula que aproximadamente 55% de las personas desplazadas del departamento de Putumayo fueron recepcionadas en Nariño (11.042 personas en el período comprendido entre enero de 1997 y julio de 2003)67.

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La zona centro de la costa fue desde el año 2000 el escenario de la mayoría de los combates, comprometiendo seriamente a las poblaciones de los municipios de Barbacoas (importante por su conexión terrestre con Tumaco y el acceso al río Patía que desemboca en el Pacífico), Roberto Payán, Magüí, Bocanas del Río Patía, Salahonda y al sector del río Chagüí y la zona rural de Tumaco68. Un último factor importante en las dinámicas del desplazamiento en la región es la incidencia de los megaproyectos. Las óptimas condiciones del suelo, el clima y las lluvias, han hecho de la región selvática de Nariño una zona de interés para la naciente industria de la palma africana, que se ha intensificado en la región y que ha convertido a Tumaco en el principal municipio agroindustrial del departamento al contar con nueve plantas extractoras de aceite. Al respecto, voceros de la comunidad afrodescendiente han denunciado que hay cerca de 35.000 hectáreas de palma africana sembradas de forma ilegal en territorios de titulación colectiva a lo largo de la costa pacífica nariñense, en franca vulneración de los derechos colectivos sobre el territorio. También es importante el hecho de que en el marco de la aplicación de la Ley 70 de 1993, donde se aboga por un real ejercicio de la democracia participativa y se promulga la garantía, respeto y defensa de los grupos étnicos mediante el otorgamiento de los derechos territoriales colectivos como mecanismo de protección a la identidad cultural, los recursos naturales y la promoción de la participación administrativa69, se constituyeron en la región de Tumaco numerosos consejos comunitarios y organizaciones étnico- territoriales, que al igual que en Chocó, se convirtieron en piedras en el zapato de los proyectos de control territorial en la región, haciendo de sus miembros objetivos estratégicos del conflicto armado. Los grupos armados, el incremento del narcotráfico y la reproducción del capital, han atentado contra los derechos fundamentales y colectivos de las comunidades afrocolombianas que desde 1995 48

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Observatorio de Drogas en Colombia. Dirección Nacional de Estupefacientes. http:// odc.dne.gov.co. Mientras que en el año 2002 se redujo la producción de coca en el Putumayo en 6.000 hectáreas por efecto de las fumigaciones y los pactos de erradicación manual, en Nariño y Guaviare se presentó un incremento equivalente a las mismas hectáreas erradicadas en este departamento. Tomado de: Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). «Fumigación de cultivos de uso ilícito y vulneración de derechos humanos en la frontera colombo-ecuatoriana». Documento presentado para el Foro de las Américas en Quito, Ecuador. Julio de 2004. Los enfrentamientos en Tumaco en particular, se han registrado en la vía a Pasto en la región del río Patía, en la laguna de Chimbusa y en el corregimiento de Llorente, que es reconocido como el epicentro de la actividad cocalera al suroccidente del departamento, además de ser paso directo al Pacífico y a la frontera con Ecuador. Agudelo, Carlos Efrén. «Política y organización de poblaciones negras en Colombia», en: «Hacer política en el Pacífico Sur: algunas aproximaciones». Facultad de Ciencias Sociales y Económicas Universidad del Valle – CIDSE. Documento de trabajo No 39. 1999. p. 6.


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han adelantado procesos de titulación colectiva. Para el año 2004 se habían titulado 1.233 hectáreas pertenecientes a 200 comunidades veredales (53.000 habitantes) organizadas en 14 consejos comunitarios70. Aunque este proceso es importante para comprender el fenómeno del desplazamiento en términos regionales, no será en este estudio un criterio significativo en términos microlocales, pues en los barrios en los que se realizó el diagnóstico de caso, no se encontraron individuos ni familias participantes de estos procesos. En medio de este panorama, el desplazamiento forzado en el departamento se ha incrementado de manera notable, en particular entre los años 2001, 2002 y 2003 con 5.684, 13.677 y 6.956 personas expulsadas, respectivamente, siendo los principales municipios expulsores Tumaco, el Charco, Barbacoas, Ricaurte, El Rosario y Policarpa. Los años de mayor recepción han sido el 2002 y el 2001 con 17.005 y 10.747 personas recibidas, respectivamente. En total, Nariño ha recibido 54.444 personas y ha expulsado 42.545 personas. (31.844 personas por desplazamientos individuales y 10.701 personas por masivos. Tumaco es el primer municipio expulsor de población del departamento con 8.602 personas y el segundo mayor receptor (después de Pasto, con 7.461 personas)71.

Las familias y los asentamientos Los barrios Candamo I y II, también conocidos como El Esfuerzo I y El Esfuerzo II, se encuentran ubicados en la parte continental del municipio de Tumaco, específicamente en la Comuna V.

Diario del Sur. Artículo: La siembra ilegal de palma perjudica afrodescendientes. Pasto, Nariño. Diciembre 2 de 2004. Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006.

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El barrio Candamo I fue conformado hace aproximadamente ocho años. Hacia el oriente colinda con una zona de bajamar que ha sido paulatinamente colonizada y que se adentra en zona de manglar, área bajo la jurisdicción de la Dirección General Marítima, DIMAR. En su parte media, el área de tierra firme está dividida por un brazo del estero donde la población ha improvisado un puente de madera que comunica con Candamo II. De acuerdo con los datos arrojados por el Sistema de Información y Monitoreo de la Vulnerabilidad Alimentaria (SIMVA) aplicado en el año 2004, en el barrio habitan 157 familias de las cuales 65% han sido víctimas del desplazamiento. La mayoría de las viviendas está constituida por casalotes con áreas no construidas que son utilizadas como huertos o lugares para cría de animales (fundamentalmente pollos). Los lotes en su totalidad se encuentran delimitados y con poseedor, razón por la cual, la expansión del barrio se ha dirigido hacia la zona de manglar. 49


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Candamo II se localiza inmediatamente después de Candamo I en dirección sur. A diferencia de Candamo I, inició su conformación hace apenas dos años. El barrio se encuentra ubicado en zona continental en terrenos de la municipalidad de Tumaco. Está habitado de acuerdo con el estudio de SIMVA, por 109 familias, de las cuales 59% se encuentran en situación de desplazamiento. Aunque todos los lotes de las manzanas ya tienen poseedor, es muy común, a diferencia de lo observado en Candamo I, encontrar lotes vacíos o con viviendas en distintas etapas de construcción. Algunas de ellas representan los proyectos de autoconstrucción de familias que viven en otros sectores de la ciudad o en arriendo en el mismo barrio. Otras, sin embargo, son estructuras que cumplen la función de proteger el lote con fines especulativos, fenómeno común y decisivo en la dinámica social y económica de los barrios, y causa de constantes conflictos. Debido a que no se cuenta con servicio de acueducto son escasos los servicios sanitarios. El agua se obtiene por conexiones ilegales de las tuberías de barrios vecinos, almacenando las aguas lluvias en pozos construidos por las familias en sus predios, o comprándola a vecinos que tengan acueducto. El manglar, de manera regular, es utilizado para la deposición de residuos sólidos y orgánicos, lo que incide en los bajos niveles de salubridad, especialmente en los sectores de palafitos. Este fenómeno se ve agravado por la falta de servicio de recolección de basuras. Al servicio de energía se accede de manera ilegal. Las vías de los barrios son todas peatonales y en la zona de manglar se han construido caminos con rellenos de aserrín y puentes de madera. Es común, sin embargo, que la puja o alta mar que se da dos veces al día, cubra los rellenos y puentes imposibilitando el paso hacia los firmes. La zona continental se localiza sobre un suelo arenoso, que debido a los vientos y la lluvia, según lo comentado por los propios habitantes, origina constantes enfermedades y molestias respiratorias. Los barrios cuentan con una escasa red vial y de transporte. Es necesario atravesar el barrio Ciudadela para llegar a la vía principal donde se toman las rutas de servicio público que van hacia el centro de Tumaco, lugar hasta donde frecuentemente se desplazan las familias a realizar compras y diligencias varias. No se cuenta con espacios comunitarios ni de recreación, con excepción de la cancha de fútbol de Candamo I. No hay tampoco presencia de centros de salud cercanos. Es muy importante dentro de la dinámica de los dos asentamientos, la presencia del Colegio Tumac, en el límite noroccidental de Candamo I. Esta institución estatal brinda una alta accesibilidad a gran parte de la población infantil de los dos asentamientos. Los barrios cuentan con sus respectivas juntas de Acción Comunal y grupos de mujeres en situación de desplazamiento. Son constantes las tensiones entre la población receptora y la población 50


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en situación de desplazamiento del barrio debido a los divergentes criterios en la atención, a la asignación de recursos para cada una de ellas, y las diferentes estrategias por medio de las cuales buscan situarse como actores destacados del ámbito público. En los barrios se aprecia una aparente calma en el tema de seguridad, aunque se han presentado robos, intentos de violaciones, y «limpiezas» sociales. Si bien no hay presencia explícita de grupos armados, la población reconoce que la autoridad y la seguridad no están en manos de la fuerza pública. En relación con las características generales de las familias en situación de desplazamiento, se observó que en 82,3%, el desplazamiento fue familiar. Nariño es el lugar de origen más común, siendo la zona rural de Tumaco con 67,3% y Barbacoas con 28,6%, las zonas de mayor expulsión72. En 66,1% las amenazas directas fueron la causa del desplazamiento. Le siguen los asesinatos de algún pariente con 30,6% y asesinatos de terceros o masacres en 19,4%. De las familias, 53,2% sufrió pérdidas humanas o desapariciones a causa del desplazamiento. De igual manera 58,1% de las familias dejó abandonadas finca y casa; 17,7% sólo finca o parcela y 12,9% sólo casa. De ellos, 35,5% eran poseedores, 32,3% propietarios y 11,3% tenedores. Muchos de los bienes abandonados (25%) les habían pertenecido por más de 11 años, lo que representa en muchos casos el capital acumulado de toda la familia que había pasado de las generaciones anteriores73.

Los lugares de expulsión más frecuentes de la zona rural de Tumaco fueron: Llorente (27%), río Changuí (24%), río Mira y río Mejicano (12% c/ u), el km 36, alto de Santo Domingo, Bocas de Curay, Candelilla, Las Mercedes y Los Robles (3% c/u). Así mismo, el año de expulsión en todos los departamentos fue en su mayoría 2003 (58,1%) seguido por 2004 (29%). Sin embargo, de manera general no se poseen los títulos de propiedad ni hay indicios de que se haya registrado la calidad de poseedor. Junto con la tierra, 74,2% abandonó cultivos, 67,7% semovientes y 43,5% muebles y enseres.

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De las familias 82,4% aseguró que desea permanecer. Sólo 8,8% manifestó su voluntad de reubicarse, y 3,7% de retornar, tendencia consistente tanto en mujeres, hombres, jóvenes y adultos mayores. Es evidente, en todo caso, que de existir la posibilidad de un retorno con plenas garantías, un gran número de familias regresaría a su lugar de origen.

La segregación social

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El desplazamiento forzado en Cartagena Hace algunos años, cuando se hacía referencia a la costa caribe colombiana, era normal escuchar sobre su belleza natural, las extensas playas que albergan una proliferante industria del turismo, su riqueza natural expresada en sus campos de cultivo, sus aguas aptas para la pesca y la recreación, sus paisajes y sus recursos mineros, su diversidad cultural producto del sincretismo de los pueblos 51


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afrodescendientes, árabes y españoles que allí se asentaron, su papel marginal en la historia del conflicto armado colombiano y su estimación como un territorio de paz en medio de un país convulsionado. Esta imagen idílica empezó a sucumbir en los últimos años. Cartagena, en particular, ha tenido que negociar entre el imaginario de una ciudad segura, económicamente pujante y destino turístico por excelencia, y la imagen de la ciudad del país con mayor desigualdad social, receptora de un alto número de población en situación de desplazamiento y con un creciente índice de pobreza y descomposición social. Desde hace ya varios años, la extracción de recursos naturales y mineros, la consolidación del sector portuario, el posicionamiento del turismo, el fortalecimiento de la minería y el desarrollo en las telecomunicaciones y el sector agroindustrial, llamaron la atención de los grupos al margen de la ley sobre la región caribe, que promovieron el crecimiento de economías ilícitas y la explotación de los excedentes de las industrias ganadera, agroindustrial y petrolera, por medio del secuestro y la extorsión. Por ello, desde finales de los años ochenta la región caribe pasó a ser un «teatro de operaciones» clave dentro de las estrategias bélicas de los actores armados, incidiendo decisivamente en el escalamiento del conflicto del país y aumentando dramáticamente el número de vulneraciones de los derechos humanos, de los que el desplazamiento forzado es una de sus más evidentes manifestaciones74. El departamento de Bolívar, conformado por 45 municipios, tiene un área de 25.978 km2 y una población de 2.231.163 habitantes, de los cuales 1.548.306 viven en la cabecera urbana y 682.857 en zona rural75. Es una planicie costera con zonas de sabana (la región de Magangué y la cuenca del río Magdalena) y dos elevaciones importantes: la serranía de San Jacinto (que se ubica entre Bolívar y Sucre y toma el nombre de Montes de María), y la serranía de San Lucas. El departamento concentra su potencial económico en la producción ganadera y agrícola, el comercio portuario, la pesca, el turismo, la extracción de petróleo y la minería. En el departamento de Bolívar han hecho presencia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las Autodefensas Unidas de Córdoba y el Urabá (ACCU). Existen también núcleos muy reducidos del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y del Ejército Popular de Liberación (EPL)76. La presencia de los actores armados, se concentra en las áreas de latifundio ganadero y agropecuario en el sur de Bolívar y La Mojana. El EPL, el ELN y las Farc aparecieron en la década de 1970 en la zona del Magdalena Medio; los grupos de autodefensa incursionaron desde los años noventa en los municipios de Canta Gallo, Morales y Simití, con el objetivo de «recuperar el área de Montes de María mediante el enfrentamiento directo con los grupos subversivos; concentrar los mayores esfuerzos en las áreas generales de los municipios de El Carmen de Bolívar, El Guamo, San Onofre, Tolú y Ovejas; extender su presencia hacia las zonas 52

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Daniels Puello, Amaranto. «Acuerdo humanitario y diálogos regionales en el Caribe». Universidad de Cartagena. Facultad de Ciencias Sociales y Educación. Observatorio para el desplazamiento forzado en Bolívar y Cartagena, 2002. Proyecciones a 2005. Fuente Dane. Vicepresidencia de la República. Programa presidencial de derechos humanos y derecho internacional humanitario. «Los derechos humanos en el departamento de Bolívar». 2003.


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presionadas por la guerrilla buscando el apoyo económico de las actividades rurales más dinámicas; captar el apoyo de los sectores sociales, y ampliar el pie de fuerza promoviendo la deserción de los integrantes de los grupos guerrilleros activos e incorporando miembros desvinculados de las Fuerzas Armadas y el personal de las guerrillas desmovilizadas en las áreas rurales de Flor del Monte y Don Gabriel en Sucre, y Cañaveral en Bolívar»77. El principal escenario del conflicto armado ha sido el sur de Bolívar y los municipios que formaron parte de la llamada Zona de Rehabilitación y Consolidación de los Montes de María (departamentos de Bolívar y Sucre), la cual estuvo vigente desde septiembre de 2002 hasta el 30 de abril de 2003. Los municipios más afectados de Bolívar han sido María la Baja, Calamar, El Guamo, San Juan Nepomuceno, San Jacinto, El Carmen de Bolívar, Córdoba, Zambrano y Arroyo Hondo. Ibíd. p. 6. Ibíd. p. 5. 79 Datos tomados del Observatorio de Drogas de Colombia-Dirección Nacional de Estupefacientes. Los municipios más afectados por este tipo de violación fueron El Carmen de Bolívar con 40% de las masacres cometidas en el departamento, seguido de San Jacinto con 11%, luego San Pablo con 6% y finalmente Zambrano con un 5%. Estos cuatro municipios concentran 62% de los casos. Dentro de los grupos armados irregulares que cometen esta violación, las autodefensas son responsables de 47%, seguidas por autores desconocidos con 36% y las Farc con 14%. El 3% restante se encuentra en manos del ERP. Tomado de Vicepresidencia de la República. Programa presidencial de derechos humanos y derecho internacional humanitario. Op. cit. 2003. Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006. Sala de situación humanitaria. «Ficha técnica situación humanitaria. Departamento de Bolívar». Marzo de 2005. p. 2.

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La importancia de esta región radica en su valor como corredor estratégico hacia la costa atlántica, «determinado por su cercanía a la Serranía de San Lucas, lo que representa una salida a la costa atlántica y, por lo tanto, el control de la salida de productos, la movilización de tropas y comunicaciones con los frentes que operan en la región. A partir de esta condición estratégica es fácil incursionar en zonas planas de los departamentos de Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Cesar y Santander, escenarios de economías agroindustriales y ganaderas que tienen gran peso en la economía regional y de las cuales se benefician estos grupos a través de la extorsión y el secuestro»78. En la región de los Montes de María hay también presencia de cultivos ilícitos, en particular en los municipios de Cantagallo, San Pablo y Simití. Según datos de la Policía Nacional, en Bolívar, en el año 2002, se encontraban 6.401 hectáreas de cultivos ilícitos. Para el año 2004, la Dirección Nacional de Estupefacientes calculó en 3.042 el número de hectáreas sembradas con coca, disminución ocasionada por la campaña de fumigación realizada en 2003 en el sur de Bolívar79. Como producto de la incursión militar de las autodefensas, hasta 2003 se habían presentado 55 masacres que dejaron 317 víctimas y un número indeterminado de población desplazada; estas acciones tenían como objetivo desarticular las redes de apoyo de la insurgencia y no permitir el tránsito hacia la costa de estos grupos, manteniéndolos en las partes altas de las serranías80.

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Acción Social calcula que existe un total de 131.788 personas en situación de desplazamiento recibidas en el departamento. Los años más críticos han sido 2000 y 2001, cuando se recibieron 41.730 y 32.488 personas, respectivamente. En total, el departamento ha expulsado a 188.565 personas (147.860 personas por desplazamientos individuales y 40.705 personas por desplazamientos masivos), presentándose los picos más altos en los años 2000, 2001 y 2002, con 56.853, 47.192 y 31.916 personas, respectivamente81. Los municipios más expulsores son El Carmen de Bolívar, María la Baja y San Pablo82. 53


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Cartagena es el asentamiento que más población en situación de desplazamiento ha recibido, con El Carmen de Bolívar. Tiene una población aproximada de 1.030.149 personas, distribuidas en 16 comunas, de las que 952.855 viven en la cabecera municipal y 77.294 en la zona rural83. Cuenta con un área de 609,1 km2, de los cuales 54 corresponden al área urbanizada. De 272 barrios existentes en 1989 en la ciudad, 230 pertenecían a los más pobres y ocupaban 60% del espacio urbano. Para 2002, esa franja social se ha ampliado extraordinariamente hasta alcanzar 78% de población en los estratos 1, 2 y 3 del Sisben84. Cartagena es considerada una de las ciudades con mayor desigualdad social de América Latina en relación con el número de sus habitantes. Sus clases media y alta son en extremo reducidas: 5.358 hogares pertenecen al estrato 6, al 5 6.333 y 9.138 al estrato 4, mientras 92.598 familias se concentran en los estratos inferiores, según el registro de usuarios residenciales de agua potable en 2001. El 20% más rico recibe 52% de los ingresos totales producidos, sin que se perciban señales de una mejor distribución en el futuro85. De esta manera, «en su afán de ser una ciudad turística moderna, Cartagena volvió la espalda a los barrios populares que de una u otra forma intentan mostrarse y acceder a los espacios urbanos que les dan esta posibilidad. La ciudad se ha convertido así en un espacio desordenado de confrontación de diversos intereses de clase, producto de la irracionalidad con que se planifica la ciudad, que no da cabida a la expansión ciudadana86». El desplazamiento se comenzó a hacer evidente en la ciudad a comienzos de los años noventa, producto del conflicto que se verificaba en las regiones medias del departamento de Bolívar y de otros departamentos como Sucre y Córdoba. Según datos de Acción Social, se han recibido 41.679 personas, siendo los años de mayor recepción 2002, con 10.099 declaraciones87. Codhes, sin embargo, estimó un aumento de personas desplazadas en 2004, frente a un descenso registrado por SUR, que llega a 7.069 personas en ese año. Estas cifras convierten a Cartagena en una zona con un alto porcentaje de población desplazada, con relación a la tasa promedio nacional88.

Las familias y los asentamientos El diagnóstico participativo de impactos del desplazamiento se realizó en cuatro sectores del extremo sur oriental del barrio El Pozón: Los Ángeles, 14 de Febrero, Nueva Cartagena y Gossen-Conquista, todos asentamientos en proceso de legalización. El Pozón es (junto con el Olaya Herrera) uno los barrios populares más grandes de la ciudad; fue fundado en 196189 y se calcula que en la actualidad tiene aproxi54

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Proyecciones 2005. Fuente Dane. 84 Viva la Ciudadanía-Alcaldía de Cartagena. «Formulación de la política social estratégica para Cartagena de Indias. Informe de avance». Bogotá, diciembre de 2002. 85 Observatorio del Caribe Colombiano. Indicadores sociales de Cartagena. Segundo semestre de 2002. En: Puyana Mutis, Aura María. «Sueños y oportunidades: barrio Nelson Mandela, Cartagena de Indias». Banco Mundial-Fundación CoronaDepartamento para el Desarrollo Internacional, Reino Unido (DFID)-Universidades y Centros Regionales de Investigación -Alianzas locales para la paz en Colombia. Bogotá. 2003. 86 Cabrales, Carmen. «Los barrios populares en Cartagena de Indias». En: Calvo Stevenson, Harold; Meisel Roca, Adolfo (Ed). «Cartagena de Indias en el siglo XX», Banco de la República-Universidad Jorge Tadeo Lozano. Santafé de Bogotá. 2000. p. 195. 87 Gerencia de Sistemas de Información de Población Desplazada. Estadísticas de Registro de Población Desplazada con corte a octubre 31 de 2006. 88 Sala de situación humanitaria. «Ficha técnica situación humanitaria Cartagena». Marzo de 2005. p. 2. 89 Cabrales, Carmen. Op. cit.


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madamente 70.000 habitantes. Está dividido en innumerables sectores y barrios con diferentes condiciones sociales y económicas, que han sido fundados paulatinamente por habitantes de otros sectores de la ciudad, migrantes y población en situación de desplazamiento de toda la Costa Atlántica. Los cuatro sectores en cuestión se ubican en un terreno bajo, húmedo y fangoso, con alto riesgo de inundación debido a la cercanía con la Ciénaga de la Virgen, el Caño Limón y la represa de Turbaco. Suman un total de 5.413 habitantes que corresponden a 1.144 hogares. Los Ángeles tiene la mayor población, 1.891 personas, seguido por Nueva Cartagena con 1.379, Gossen-La Conquista con 1.388 y 14 de Febrero con 765 personas. Según información del SIMVA, hay 229 familias en esta situación, 88 en el sector Gossen-La Conquista, 20 en 14 de Febrero, 46 en Nueva Cartagena, 75 en los Ángeles. La mitad del total de la población (50,4%) corresponde a menores de edad: el 14,53% a niños y niñas menores de 5 años y 36% a menores entre los 5 y 18 años. De los hogares de los cuatro sectores, 81,47% cuenta con servicio de acueducto. La deficiencia más alta se presenta en los Ángeles con cerca de 24% de hogares sin acceso al agua. De los hogares, 98,16% cuenta con suministro de energía; sin embargo, no existe aún una prestación de este servicio en condiciones adecuadas (la luz es de 80 vatios), las redes aún son improvisadas, y no se cuenta con alumbrado público. De los hogares, 76% no cuenta con servicio de alcantarillado, aunque una cooperativa conformada por población en situación de desplazamiento de otros sectores del barrio, presta el servicio de recolección de basuras y su posterior reciclaje, contribuyendo a minimizar los riesgos ambientales en la zona. El colegio 14 de Febrero (primaria y bachillerato), la institución educativa El Saber90 (primaria y bachillerato), y el colegio el Salvador (primaria), son las instituciones educativas que atienden a la mayoría de los menores de los sectores. 14% de los menores en edad escolar, 14% no asisten a la escuela y 69% de niños y niñas menores de 5 años, no asisten a ningún preescolar. Existe sólo un centro de salud de atención básica para los 34 sectores que conforman El Pozón. Atiende a las más de 40.000 personas que habitan este barrio y se encuentra ubicado en la parte media del barrio, muy distante de los sectores objeto de estudio. Aunque esta institución educativa acoge niños y niñas en situación de desplazamiento de los sectores de estudio, sus instalaciones están ubicadas en el sector Víctor Blanco.

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Las familias en situación de desplazamiento de los sectores provienen de zonas rurales (70,8 %) donde vivían de la producción agrícola o actividades relacionadas con ellas. Un menor porcentaje proviene de zonas urbanas en cabeceras municipales donde realizaban actividades relacionadas con la producción agrícola y el comercio. La llegada de estas familias se da en un proceso silencioso e indivi55


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dual, siendo excepcional el proceso de la población que se identifica como «Playas Blancas», objeto de un proceso de reubicación con respaldo institucional en el sector de 19 de Febrero, adyacente a GossenConquista. Las familias en situación de desplazamiento de los cuatro sectores tienen distintos momentos de llegada: la mayoría (53%) sufrió el desplazamiento entre 2001 y 2005. Existe un porcentaje importante (10,6%) de familias que se desplazó entre 1991 y 1995, lo que habla de procesos de estabilización de más de diez años. Los departamentos de la costa atlántica, en particular los municipios de los Montes de María, son las regiones de procedencia más comunes. El departamento de Bolívar registra el mayor número de expulsiones desde los municipios de María la Baja, El Carmen de Bolívar, Magangué, Arjona y San Jacinto. El departamento de Sucre también aporta gran parte de familias desplazadas principalmente de los municipios de San Onofre, Majagual y Ovejas. Las principales causas de desplazamiento fueron el miedo, seguidas de amenazas directas, asesinatos de parientes y asesinatos a terceros o masacres. De las familias encuestadas, 45% ha perdido algún miembro a causa del conflicto. Los bienes abandonados fueron en la mayoría de los casos fincas y casas con semovientes y muebles, de los cuales 65% aseguró ser propietario y 8% poseedor. El grupo familiar se encuentra conformado por cinco personas en promedio, que en la mayoría de los casos corresponden a la pareja y los hijos. También es común encontrar hogares compuestos por padres, hijos y algún otro familiar con quien se tienen lazos de consanguinidad. Son pocos los casos de individuos solteros y aunque existe un número considerable de mujeres cabeza de familia (que asciende a 19,5%), es predominante que la jefatura del hogar sea asumida por el hombre (70,8%). La mayoría de las familias han dejado algún pariente en las regiones de origen. Por lo general son los padres del jefe del hogar, hermanos, tíos o primos, que han decidido no desplazarse porque no han sido amenazados directamente, intentan vender a cualquier precio los bienes abandonados, o prefieren permanecer a pesar del riesgo. Las familias, de manera general (62,5%) prefieren permanecer en la ciudad, pues no consideran que existan condiciones de seguridad para regresar. Varias familias, de hecho, han viajado hasta las cabeceras municipales de los lugares de procedencia y han decidido residir definitivamente en la ciudad por la persistencia del conflicto armado; en otros casos, el conocimiento de retornos fallidos promovidos por instituciones (principalmente en la región de Montes de María), ha reafirmado la decisión de permanecer en Cartagena. En los sectores hacen presencia diferentes organizaciones de población en situación de desplazamiento. Las familias del 14 de Febrero y Nueva Cartagena en particular, tienen una baja participación de organizaciones en comparación con las de Los Ángeles y Gossen. 56


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En el proceso de constitución del territorio han sido frecuentes las tensiones con formas de organización de la población receptora conflictos en los que subyace el interés de la posesión de la tierra, la lucha por una identidad social asociada a la finalidad y la intención y maneras con que se obtuvo la propiedad. Como consecuencia existen diferentes instancias organizativas y malas relaciones entre los primeros habitantes que se proclaman como sus fundadores y llegados en años recientes. En todos los sectores ha existido una alta presencia institucional, y un elevado porcentaje de población, más de la mitad, ha sido beneficiaria de algún tipo de ayuda. Un alto porcentaje ha sido beneficiaria de ayuda por concepto de la emergencia humanitaria, producto de las inundaciones que en mayor o menor grado, han afectado a todos los sectores seleccionados.

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I MN PE AX CO TS O S A

E N

L O S

H O M B R E S

Anexos

Anexo 1 Guía de descripción y análisis de contexto regional/local

OBJETIVOS. Identificar las condiciones y características geográficas, demográficas, políticas, económicas e históricas del contexto local (Quibdó, Tumaco, Cartagena) y de los asentamientos donde se realizará el diagnóstico participativo de los impactos psicosociales del desplazamiento. METODOLOGÍA. Una parte de este instrumento se desarrolla en un trabajo previo al acercamiento a las regiones como guía para la revisión de fuentes secundarias y aproximación a la realidad local; la otra parte, durante la fase de selección del asentamiento como guía para la consulta bibliográfica local, las observaciones de campo y la realización de entrevistas a personas de la comunidad y de las instituciones. 74


I M P A C T O S

CONTEXTO REGIONAL Y LOCAL

I. Contexto sociopolítico de la zona

II. Contexto geográfico y ambiental de la zona y el asentamiento

CONTENIDOS

FUENTES

Descripción de la dinámica del conflicto armado en la región y su incidencia en el municipio: presencia de actores armados, evolución del conflicto (territorios en disputa, corredores estratégicos), acciones de violación de derechos humanos (masacres, tomas, acciones bélicas) ocurridos en la zona.

Consulta bibliográfica a: RUT (Pastoral Social), Sistema Único de Registro (Acción Social), documentos de análisis de coyuntura de Codhes y otras organizaciones no gubernamentales, informes de derechos humanos del PNUD, Defensoría del Pueblo y Vicepresidencia.

Descripción de la dinámica del desplazamiento forzado de la población: geografía del desplazamiento (expulsión-recepción), modalidades (individual, grupal, masivo), riesgos de desplazamiento (tendencia a la recepción de nuevas familias), retornos al lugar de origen. Descripción de aspectos geoestratégicos de la zona: formas y usos del territorio, características físicas y ambientales, megaproyectos y megaexplotaciones, cultivos ilícitos. Descripción de la ubicación del asentamiento respecto al municipio, accidentes topográficos, áreas de expansión geográfica y riesgos ambientales, condiciones de legalidad del asentamiento y perspectivas del gobierno municipal al respecto. Descripción de las condiciones socioeconómicas de la población: indicadores de calidad de vida (salud, educación, servicios públicos) y dinámica productiva del municipio.

III. Contexto socioeconómico de la zona y el asentamiento

IV. Contexto sociohistórico de la zona y el asentamiento

Descripción de la infraestructura del asentamiento: vías de acceso, centros educativos y de salud, parques, centros comunitarios, centros culturales, lotes comunitarios.

Consulta bibliográfica a: Dane, Departamento Nacional de Planeación, planes de desarrollo locales, cámaras de Comercio.

H O A M N EB XR OE S

CRITERIOS DE SELECCIÓN DEL ASENTAMIENTO

Inclusión del asentamiento en el Plan de Desarrollo Municipal o en el Plan de Ordenamiento Territorial.Perspectiva de la realización de acciones institucionales de normalización o legalización del asentamiento.

Asentamientos con inexistencia o precariedad en las condiciones de saneamiento básico.

Entrevistas a personas de la comunidad. Observación etnográfica.

Descripción de las características del origen y evolución de la región (atendiendo al componente étnico).

Entrevistas a líderes de organizaciones comunitarias.

Descripción del tiempo de existencia del asentamiento y del proceso de origen del mismo.

Descripción general de las familias en situación de desplazamiento: procedencia, grupos étnicos, grupos de edad y género. Identificación de los problemas y necesidades específicas por grupos poblacionales.

Consulta bibliográfica a: RUT (Pastoral Social), Sistema Único de Registro (Acción Social). Entrevistas a personas de la comunidad e instituciones. Observación etnográfica.

VI. Contexto organizativo e institucional del asentamiento

L O S

Observación etnográfica.

Descripción de la accesibilidad a servicios públicos en el asentamiento: agua (modos de abastecimiento, almacenamiento, potabilidad), alcantarillado, luz, disposición de excretas y residuos sólidos.

Descripción del número de familias y habitantes por grupo poblacional, ubicación en la zona rural y urbana. V. Contexto sociodemográfico de la zona y el asentamiento

Consulta bibliográfica a: planes de desarrollo, páginas web del gobierno departamental, corporaciones regionales ambientales y Ministerio de Medio Ambiente.

E N

Descripción de los ámbitos y niveles de participación política, social y comunitaria (existencia de organizaciones o grupos de base: consejos comunitarios, organizaciones de población desplazada, juntas de Acción Comunal, grupos juveniles y de mujeres). Descripción de la dinámica institucional presente en los asentamientos y de la respuesta a la atención a población en situación de desplazamiento.

Entrevistas a líderes de organizaciones comunitarias y a instituciones públicas y privadas, y funcionarios de Plan.

Presencia de población en situación de desplazamiento no inferior a 50% con relación al total de familias asentadas. Familias en situación de desplazamiento en etapa de posemergencia o restablecimiento social y económico. Existencia de un mínimo nivel organizativo en lo comunitario en general o de la población en condición de desplazamiento en particular. No existencia de sobreintervención institucional.

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B IN BE LX I OO SG R A F I A A

Anexo 2 Criterios para la caracterización de las familias en situación de desplazamiento

OBJETIVO. Realizar una caracterización general a las familias en situación de desplazamiento asentadas en los barrios seleccionados en los aspectos concernientes a composición familiar, antecedentes del desplazamiento, participación social y dinámica interna familiar, antes y después del desplazamiento. METODOLOGÍA. La aplicación de la Ficha de Caracterización Familiar se hace mediante visita domiciliaria a las viviendas de las familias en situación de desplazamiento. 76


B I B L I O AG NR EA XF OI A S

MÓDULO

DESCRIPCIÓN

CONTENIDOS A CARACTERIZAR

Identificación de los miembros que conforman el grupo familiar: jefatura de hogar y parentesco, edades, sexo y condición especial. I. Conformación familiar y condiciones de vida

Caracterización de las variables sociodemográficas de las familias que permitan comprender sus condiciones de vida antes y después del desplazamiento.

Identificación del acceso a servicios de salud y educación por parte de los miembros de la familia, antes y después del desplazamiento: afiliación a sistema de seguridad social, nivel de escolaridad y vinculación escolar. Identificación de las actividades socioeconómicas y de generación de ingresos de mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas, en el lugar de origen y actualmente.

Identificación del lugar de procedencia de la familia: municipio y vereda, zona rural o urbana. Caracterización del evento del desplazamiento forzado: número de eventos de desplazamiento forzado vividos por la familia, tipo de desplazamiento (individual, masivo y grupal) y causas que motivaron la salida.Identificación de los bienes muebles e inmuebles abandonados por la familia en el lugar de origen: tipo de bien y forma de tenencia.

II. Antecedentes del desplazamiento

Caracterización de la vivencia de la familia frente al evento del desplazamiento y durante el momento de la llegada.

Identificación de las pérdidas humanas del grupo familiar derivadas del conflicto armado y del desplazamiento forzado que se vive en sus lugares de origen o en los lugares de recepción, vínculo que se sostiene con los parientes que quedaron en el lugar de origen. Descripción del momento de la llegada a la ciudad: motivos de escogencia, barrios de la ciudad en los que ha vivido, perspectivas de cada miembro del grupo familiar frente al restablecimiento en este lugar o al retorno al lugar de origen. Identificación de la atención y respuesta institucional recibida por la familia durante la fase humanitaria de emergencia y la fase de restablecimiento social y económico. Conocimiento de los miembros de la familia acerca de los derechos vulnerados con el desplazamiento y los mecanismos de reclamación.

III. Participación y organización social

Caracterización de las formas de participación política, social y comunitaria de los miembros de la familia.

Descripción de los escenarios de participación política, social y comunitaria antes y después del desplazamiento: tipo de organización, persona de la familia que participaba, tiempo de permanencia, rol o papel en la organización.Identificación de la pertenencia de la familia a alguna etnia.

Identificación de dinámicas de reconfiguración familiar después del desplazamiento: nuevas uniones, separaciones, disgregación de miembros y reunificación familiar. Identificación de la distribución y asignación de roles en hombres y mujeres antes y después del desplazamiento en el escenario familiar y comunitario. IV. Entorno y dinámica familiar

Caracterización de la estructura y funcionamiento interno de la familia.

Identificación de estrategias desarrolladas por padres y madres para el cuidado de los hijos, antes y después del desplazamiento. Identificación de las formas de participación en prácticas culturales, antes y después del desplazamiento: expresiones religiosas y espirituales, fiestas regionales, celebraciones, entre otros. Descripción de la economía familiar después del desplazamiento: ingreso económico que percibe la familia, personas que aportan el ingreso y destinación del recurso.

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AB N I BE LX I OO SG R A F I A

Anexo 3 Criterios guía para la profundización de los impactos psicosociales del desplazamiento forzado mediante entrevistas

OBJETIVO. Identificar y profundizar los impactos psicosociales del desplazamiento forzado en niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres que se encuentran asentados en los lugares seleccionados para la realización del diagnóstico. METODOLOGÍA. Las entrevistas en profundidad para los grupos poblacionales se desarrollan individualmente, tienen una duración de mínimo dos horas y son grabadas previo consentimiento de los participantes. Para el caso de niños y niñas, la entrevista se dinamiza con técnicas de dibujo que faciliten la expresión de las vivencias y los sentimientos y significados construidos sobre estas. 78


B I B L I O AG NR EA XF OI A S

POBLACIÓN A QUIEN SE DIRIGE LA ENTREVISTA

DESCRIPCIÓN DE LOS ASPECTOS Y CONTENIDOS A PROFUNDIZAR

1. Significados del abandono del territorio y del evento del desplazamiento 1.1 Relatos de hombres y mujeres sobre el evento del desplazamiento: cómo definen el hecho y los motivos de salida. 1.2 Vivencia del momento en el que se tomó la decisión de abandonar el territorio y percepción sobre las respuestas de los distintos miembros del grupo familiar a esa decisión. 1.3 Significados construidos por hombres y mujeres sobre su vivencia en el territorio de origen. 1.4 Vínculos que mantienen con la familia de origen o las personas que permanecen en el lugar de procedencia. 2. Representación de sí mismos(as) 2.1 Significados que circulan sobre ser hombre o mujer en situación de desplazamiento. 2.2 Imagen de sí mismos luego del evento del desplazamiento: cómo ha afectado a hombres y mujeres la situación vivida, cambios físicos y emocionales. 2.3 Prospección del proyecto de vida individual y familiar a partir de la situación vivida. 2.4 Prácticas de autocuidado y atención a la enfermedad antes y después del desplazamiento.

I. Mujeres adultas y hombres adultos en situación de desplazamiento

3. 3.1 3.2 3.3

Dinámica familiar Percepción de los cambios producidos por el desplazamiento en el papel que cumplen la mujer y el hombre en la familia. Percepción de los cambios producidos por el desplazamiento en las reglas, autoridad, toma de decisiones y prácticas cotidianas de la familia. Percepción de los cambios producidos por el desplazamiento en las prácticas cotidianas y en las celebraciones de la familia antes y después del desplazamiento. 3.4 Percepción de los cambios producidos por el desplazamiento en las prácticas en el cuidado de los hijos e hijas. 3.5 Formas y estrategias utilizadas por hombres y mujeres para la consecución del sustento familiar antes y después del desplazamiento. 3.6 Vivencias de procesos de reconfiguración, reunificación o disolución familiar derivadas de la situación de desplazamiento. 4. 4.1 4.2 4.3 4.4

La llegada al nuevo lugar Percepciones de hombres y mujeres sobre el sitio de llegada (intereses, oportunidades, amenazas, riesgos). Motivaciones para la escogencia de la ciudad como sitio de llegada luego del desplazamiento. Relatos sobre el momento de la llegada a la ciudad: lugares a que acudieron y redes de apoyo, estrategias de sobrevivencia. Percepción sobre las ayudas recibidas y el acompañamiento recibido de la institucionalidad en las fases de atención humanitaria de emergencia y de restablecimiento social. 4.5 Perspectivas de hombres y mujeres frente al retorno al lugar de origen o permanencia en la ciudad. 5. Construcción en el nuevo entorno 5.1 Vivencia de hombres y mujeres en la nueva vivienda, cambios en el espacio físico y en la apropiación de estos. 5.2 Percepción de los elementos identitarios que caracterizan a la comunidad del lugar de antes y del lugar de ahora: modos de vida, hábitos, creencias, costumbres. 5.3 Relatos de hombres y mujeres con relación a su integración o exclusión a la dinámica barrial: relaciones vecinales, elementos de encuentro y de desencuentro, estrategias de resolución de conflictos, estigmatización y discriminación relacionada con su condición de desplazamiento. 5.4 Percepciones de hombres y mujeres sobre la ciudad (Quibdó, Tumaco, Cartagena). 6. 6.1

Participación y organización Participación de hombres y mujeres en procesos organizativos antes y después del desplazamiento: propósitos comunes, participación en proyectos de beneficio colectivo. 6.2 Motivaciones de hombres y mujeres para organizarse y participar en escenarios comunitarios.

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B N I BE LX I OO SG R A F I A A

POBLACIÓN A QUIEN SE DIRIGE LA ENTREVISTA

II. Niños, niñas y jóvenes en situación de desplazamiento

DESCRIPCIÓN DE LOS ASPECTOS Y CONTENIDOS A PROFUNDIZAR

1. 1.1 1.2 1.3

Significados del abandono del territorio y del evento del desplazamiento Percepción acerca del lugar de antes: los espacios, las actividades que realizaban, la relación con la naturaleza, los bienes que tenían. Narración de los momentos más significativos del lugar de antes: momentos de alegría y de tristeza. Explicaciones que construyen niños, niñas y jóvenes sobre el evento del desplazamiento: las pérdidas, los duelos, la vivencia de la salida.

2. 2.1 2.2 2.3

Representación de sí mismos (as) Narración de las actividades cotidianas que realizaban los niños, niñas y jóvenes en el lugar de antes y en el lugar de ahora. Narración de los sueños y deseos de los niños, niñas y jóvenes. Narración de las prácticas alimentarias y cuidados del cuerpo realizadas en el lugar de antes y en el lugar de ahora.

3. 3.1

Dinámica familiar Narración de las actividades cotidianas de niños, niñas y jóvenes al interior de la familia en el lugar de antes y en el lugar de ahora: responsabilidades y tareas asignadas a hombres y mujeres. 3.2 Expresión de los vínculos construidos por niños, niñas y jóvenes con los miembros de la familia: relaciones de cercanía o distancia, personas que protegen o maltratan. 3.3 Expresión de las formas de castigo y de autoridad ejercidas por los miembros de la familia. 4. 4.1 4.2 4.3

La vivencia en el nuevo lugar Narración de las vivencias de niños, niñas y jóvenes durante los primeros días de llegada al nuevo lugar. Descripción de la casa de antes y del nuevo lugar: espacios, bienes, actividades. Narración de las vivencias de niños, niñas y jóvenes en la nueva escuela: tiempos de vinculación, relaciones con los otros niños, niñas y maestros (integración, estigmatización, discriminación), vivencia en el espacio físico de la escuela, actividades de agrado y desagrado. 4.4 Percepción de niños, niñas y jóvenes sobre los lugares del barrio de protección y amenaza: lugares que frecuentan, lugares que conocen, lugares de miedo, lugares de protección. 4.5 Expresión de deseos de niños, niñas y jóvenes con relación a regresar al lugar de origen o permanecer en el nuevo lugar.

1. 1.1 1.2 1.3

Aspectos generales del sector Descripción de la dinámica de conformación y poblamiento del barrio: época, actores, motivaciones. Descripción de las personas que viven en el sector: lugares de procedencia, familias en situación de desplazamiento y época de su llegada. Descripción de referencias de la vida cotidiana del sector: relaciones vecinales, actividades colectivas, conflictos de intereses, proyectos colectivos. 1.4 Percepción de la situación del sector con relación a los otros asentamientos de la ciudad.

III. Población receptora

2. 2.1

Imaginarios sobre la población en situación de desplazamiento Imaginarios sobre la situación de desplazamiento de las familias que abandonan su territorio: motivos del abandono del territorio, derechos vulnerados. 2.2 Percepciones sobre las condiciones de vida de las familias en situación de desplazamiento que viven en el barrio; diferencias y aspectos en común acerca de las problemáticas y necesidades de las familias en situación de desplazamiento con las que no lo son. 2.3 Descripción de las relaciones construidas en el barrio entre familias en situación de desplazamiento y las que no lo son (solidaridad, rechazo, integración, acogida). 2.4 Percepción de cambios en la dinámica barrial con la llegada de familias en situación de desplazamiento. 3. 3.1

Percepción sobre la intervención institucional Percepción acerca de las acciones realizadas por las instituciones en el barrio, particularmente las dirigidas hacia las familias en situación de desplazamiento. 3.2 Percepción acerca de las posibilidades de cambio de las condiciones de vida de las familias del barrio.

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