Lectura caballo carton 2

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Poemas Miguel Mariscal Habitar ecos. 1 En la habitación bajo las sábanas plantamos este valle fecundo. Somos el siglo con raíces desnudas donde la luz en su agónico letargo reconoce el ventarrón que nos agobia. 2. Las horas se desclavan y mis dedos miden tu blanda incertidumbre. Crean ecos al sur de tus diluvios. Aquí está nuestro plumaje tirado por los bordes del insomnio. 3 Afuera el frío cuelga sus vestidos pone lianas para enredar tus muslos. No tocará tu rostro. No besará tu vientre. Tengo la llama puesta en el arco. 4 La habitación apuntala vestigios de quejas. Se van los tormentos de la noche, nos deja bajo la piel el higo de su flama.

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Poemas Miguel Mariscal *** Contengo bajo mis ojos aquellas cosas que nunca mencioné. Las desconocidas entre mis manos. Todo lo he fugado por el ojo de la cerradura, donde me invento al salir cada mañana. Me devuelvo sin brújula al escrutinio de las sábanas. ¿Qué día es este que no tiene semblante?

*** El cuerpo se le ha vaporizado, ya no es una espina. Este viento con su desorden le ha creado bajo la piel celdas de piedra y niebla. ¿Dónde está la salida del laberinto? ¿Cómo habré de compenetrar su corazón dolido? Porque fuera de si están los caminos, No hay nombres. Hoy su figura ronda el aire como espiga de ceniza y agua.

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Poemas Miguel Mariscal *** Arranca las lunas que se forman en mi rostro, Llévalas detrás de tu puerta. Sacude el escombro de mi voz y levanta su torre en mis entrañas. Mis ojos ya no callan.

*** Tu palabra última desata un vértigo en mis lengua. Me das un tiempo fuera. Quizá hasta que la sangre corte los días. ¿Por qué bajo mi puerta se devana el ultimátum? Accionas el gatillo.

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Poemas Miguel Mariscal *** En la habitación cae la luz a cuentagotas. El espacio de mi tacto se reduce. Allá afuera la penumbra canta la fuga de un sueño. Detrás del naranjo la voz de mi madre se deshoja, va hacia una caída irremediable.

*** Aun así ¿Habrá otra adherencia tan real que me perdure? como ese calor manifiesto y vivo de tus linderos que se consume al arrebato anidado de mí pecho las cosas se eclipsan aun así nos pertenecen *** Esa mujer pone sus pies en la calle principal. El alba desciende bajo su falda. Es ahí en la inquietud, cuando comienza a invitar de su sigilo. *** Y buscábamos la oscuridad. Acuchillar ese rincón húmedo que nos atormentaba. Hoy la sed se consume impía. La noche es real.

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Poemas Miguel Mariscal Distancia. No hablaré más. Aquí está lo que un día fuimos: Una obscena tarde bajo el mapa naranja del sol: Diálogo de fuego entre dos piedras cuesta abajo: Caricias rasgadas por la noche sobre la espalda de un lugar perdido.

*** La quietud de mi costado se siniestra. Este fuego ya no tiene horizontes, inutiliza mis huesos. Sobre mi cuerpo queda una estancia lejana y hostil. Todo me acontece en estas tierras bajas.

*** Me traslado por la corriente de tu misterio. Tengo brazos para alcanzar su anchura, pero mis manos apenas tocan la superficie. Resbalo entre sus ápices sin encontrar una hendidura de introducción. ¿Acaso esta llovizna me sujeta?

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Poemas Miguel Mariscal No habrá más pasos hacia aquella dirección. Los caminos están deshechos. No hay atajos. Se ha cerrado toda forma de pasar al otro extremo. La espera es la única posibilidad. Hoy que tengo, como aguijón, la suspicacia de andar lejos.

*** Un viento planta su huella sobre tu imagen, la que he trazado minuciosamente en la piel de esta hoja.

Llueve en la estación fría del pensamiento, pero esta vez no soy el ausente.

Aprendo de mis despojos porque algo tan simple como el viento, me quiere arrebatar los impulsos.

*** Un cúmulo de estrellas cae ante el ojo de la ventana. Tropel de incendios para arruinar el día. Nos recuerdan que aquí abajo todo tiene su registro. Los pájaros lo saben y cuelgan su canto.

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Poemas Miguel Mariscal *** Delirio que asoma sus ensangrentados muros. El ariete mortal repite el asedio. Y aquí estoy, bebiendo del holocausto, la roja sed de la noche. *** La casa azul. crea cuerpos indivisibles. Noche acróbata. Dócil brazo de los sentidos que resiste la basta finitud de tu sexo. Desbaratado el entorno, brota la esperada armonía.

*** Piedra a piedra hasta cerrar la cripta.

Pájaros negros entre mi nariz y el cielo.

Abajo el olvido de dios.

Mi grieta en estos parajes de horas 7


Poemas Miguel Mariscal no son un canto.

*** Al tacto los colores tienen un rostro.

Las palabras se marchan dejando su calor en el ambiente.

Sólo el tiempo es el verdugo en la piel, la única que respira en esta habitación.

Más tú vienes de lejos a dar la rebelde semilla de la noche.

Planto mis edades.

*** Bajo estos muros las preguntas se han venido a refugiar del naufragio. Aquí tus manos sujetan las alas del tiempo, aún buscas entre los escombros algún sobreviviente. Yo sólo observo tus movimientos como una nube baja a punto de soltar 8


Poemas Miguel Mariscal su torrencial aguacero.

*** Se avecina la lluvia.

El viento con su rostro cobija tu pecho.

Correrás tras un sueño, uno que no apague la sed de construir relámpagos.

Al final de día, alguien duerme en el olvido. *** He visto tu rostro bajo el influjo del espejo y tu cuerpo incrustado como una daga en el lugar exacto de mi vocación. Recostada sin fingimiento, me tomas. Y con tu mano libre sobre mi espalda dibujas sin piedad nuestro destino. Podríamos dejar las interrogantes para otra ocasión. Pero esta vez olvidé que sus clavos se fueron entre tus prendas. 9


Poemas Miguel Mariscal

Sucesos. La noche insistente y su historia de rumores me desgaja. El silencio se descuerda, no hay límites. Mis manos bajan a tocar tu luz. Repito tu nombre, olvido su curvatura. Te miro desnuda al despertar el verso. Acuño tu cuerpo al mío como vals de los encuentros. La noche impulsa el péndulo del deseo. Chillan las cuerdas, terminan ausente. bebo las horas, termino en llamas. Dame tu secreto oscura filigrana, a cambio te mostraré el extracto de mi nombre.

*** No tengo más espacio 10


Poemas Miguel Mariscal que esta habitación de cosas comunes. Sus grandes ventanas cortan de tajo el horizonte. Afuera el mundo oxidado me ofrece una cerradura (Orificio donde se filtran mis dioses). No hay más espacio. Mejor es regresar con prontitud a los sueños, buscar entre sus piedras aquellos lugares que habité.

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Poemas Miguel Mariscal Que el diálogo continúe que no se vaya por la ruta de una constelación olvidada Que utilicemos aquellas vías tan inmortales como la Apia Que aun las piedras entre sí asomen el pequeño esfuerzo de nombrarnos Que no se fuguen los cauces líquidos de nuestros cuerpos hacia otros vacíos Porque tu y yo sigamos bajo el escrutinio del poema

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