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ZONA CERO ESTADOS UNIDOS EN VENEZUELA Y CUBA, CRIMINAL DE LESA HUMANIDAD Zósimo Camacho
from Contralínea 689
ESTADOS UNIDOS EN VENEZUELA Y CUBA
CRIMINAL DE LESA HUMANIDAD
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ZÓSIMO CAMACHO
Cada vez menos le importa a Estados profundiza su asfi xia económica contra VeneUnidos maquillarse del sheriff del munzuela, Cuba e Irán. Lejos de la solidaridad que do. Hasta la década de 1990 buscó debería imperar entre la humanidad en estos justifi car precariamente sus intervenciones mimomentos, la pandemia es usada por Estados litares, sus guerras económicas, sus asesinatos Unidos como un arma más –oportuna– en sus selectivos, como resultado de una defensa del guerras. Sin detenernos en las particularidades derecho internacional, la libertad y los derede estos tres países, lo que en realidad los hace chos humanos. Siempre supimos que lo que enemigos de la Casa Blanca es que no se somebuscaba era sacar ventaja, saquear, imponer ten a los intereses estadunidenses y mantienen gobiernos títeres y proteger a su oligarquía, esa políticas económicas independientes e incluso que como ninguna otra cree que son suyos los contrarias a las de Washington. recursos estén donde Ya son clásicas las estén: África, Asia, violentas monarquías América Latina… El criminal se pasea con impunidad. árabes como ejemplos
Siempre fue conQue de esta emergencia surja la solidade países violadores denable ese proceder. Pero entonces no se pensaba que podría ridad necesaria para detener una agresión que parece inminente de derechos humanos que cuentan con el favor de Estados Uniser peor. Ahora ya dos. Y que, como sus no hay formas que aliadas, las sostiene, guardar. Y no le importa justifi car su de por las protege. Con ello se viene abajo cualquier sí inaceptable papel de sheriff mundial. Abierdiscurso que intente justifi car las agresiones tamente asume el de la banda que asalta, que estadunidenses en cualquier parte del mundo actúa por encima de la ley y que se sabe impubajo una supuesta protección de los derechos ne porque tiene una capacidad de fuego mayor humanos o en nombre de la libertad. que cualquiera que le quisiera hacer frente. A El caso que más preocupa en estos momennadie ya sorprenden sus bravatas cotidianas y tos es el de Venezuela. A los frentes político y su disposición a violar las leyes internacionales económico, Estados Unidos ha agregado –sin con desparpajo. atenuantes– el militar. La urgencia de hacerse
En plena emergencia mundial, cuando el del petróleo de ese país es proporcional a los replaneta vive el mayor reto sanitario desde 1918, cursos invertidos en la consecución de ese pro
pósito. Y no se trata sólo del financiamiento del circo del “presidente interino”, Juan Guaidó, personaje impresentable tan sólo por ser ariete de una potencia extranjera y promotor de la intervención en su propio país. Ahora ya hay movilización de tropas que cercan por mar y tierra a la nación gobernada legal y legítimamente por Nicolás Maduro.
El gobierno de Donald Trump vio en la pandemia de Covid-19, provocada por el virus SARS-cov-2, una oportunidad para asestar un manotazo militar definitivo contra el proyecto de la Revolución Bolivariana. Primero su Departamento de Justicia acusó por “narcotráfico” al presidente Nicolás Maduro. No importa la ausencia de pruebas ni la fragilidad de sus conjeturas. Después vino el inicio de una “operación antinarcóticos ampliada” con el envío de tropas al mar Caribe y al Pacífico oriental. Es decir, un cerco claro contra Venezuela.
De hecho, el asesor de Seguridad Nacional de la Presidencia estadunidense, Robert O’Brien, declaró sin ambages que lo que se busca es “reducir el soporte financiero para el narcotráfico que provee al régimen corrupto de Maduro en Venezuela y a otros actores perniciosos de los fondos necesarios para realizar sus actividades malignas” (sic).
Luego se sumaron otras declaraciones para señalar que los militares estadunidenses también podrían actuar en Venezuela para “proteger” a la población ante una inminente mala respuesta del gobierno de Maduro frente a la pandemia. Como si el desastre en este terreno no fuera Estados Unidos, convertido en el mayor brote mundial con, al momento de redactar esta entrega, más de medio millón de infectados y 20 mil muertos. Venezuela, con una reacción oportuna y el apoyo cubano, a pesar de la escasez de recursos, registra menos de 200 casos y 12 muertes.
Estados Unidos ve la oportunidad de conseguir el asalto al que le ha invertido dinero durante años. Le urgen los recursos venezolanos. Y en su evaluación geopolítica, asume que el mundo estará muy ocupado atendiendo la pandemia. Y los gobiernos latinoamericanos
123RF
estarán urgidos de recursos para paliar sus bancarrotas. Bastará con prometer algunas migajas a Brasil, Colombia, Uruguay y Perú para que “acepten” la agresión militar en Venezuela y la propuesta de “transición a la democracia” (faltaba más) en ese país.
En el horizonte latinoamericano, más crímenes de lesa humanidad. El criminal se pasea sin que nada le haga frente. Que de esta emergencia humanitaria salga la solidaridad suficiente para detener una agresión que parece inminente.