Dáginas inéditas de don (asimiro Nemesio de iiioya en torno al Número y las carreras
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BOLET~N DEL ARCHIVO GENERALDE LA NACI~N
Portes como arzobispo metropolitano. - Restitúyense al país algunos expatriados. - Recíbenlos con frialdad los hombres de la situación.Visita el Presidente el ejército del Sur y comiénzanse los preparativos para la campafia de 1849. - Abrese con un ataque contra las Matas. Cae en 61 prisionero el general Valentín Alcántara. - Segundo ataqwe y pQdida de las Matas. - Se reconcentra el ejército domiiGcano en Azua. - Pasa el Presidente de la República a reorganizarlo y lo no durante los días 5 y 6 de abril sin lograr apoderarse de la población. - Resuelta la retirada se desbanda el dia 7. - Establecese Duvergé con las reliquias de él en la línea del Ocoa. -Es llamado Santana a comandarlo en unión de aquél. - Gloriosa acción del Número. -liatallu de las Carreras. - Retírase el presidente Soulouque con su ejército maltrecho e incendia las poblaciones de Azua, San Juan y las Matas. -Llega el general Remigio del Castillo hasta las fronteras y se le encarga de su defensa.
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pbi: regresasee al país los plenipotenciarios BAe quíenes por fortuna hxbian celebrado en París el 22 de octubrk .con la Repiiblica Francesa un tratado de paz, a i s t a d , comerc?o y na- -; vegaci&n, y hecho en Londres las diligencias nombracmien'to del cónsul Sir Robert H e r ~ a nSchomburgk con podeirel para negociar otro igual. L, A fines de octubre resolvió pasar al Cibao para visitar sus dos ptovincias; pero en cuenta de que desde el 24 de agosto había recibido el virario general. doctor Don l b m L de Portes & Infante, nelegado Apostólico, las bulas expedidas por ZX preconizándolo arzobispo metropolitano de que el obispo de Citrón, Monseñor Martín Juan Niewindt, que administraba la mitra de Curazao, se había brindado al arzobispo Portes.para venir a consagrarlo, queriendo asociar a su ejercicio del poder esa consagración, que anhelaba el país entero, puso a disposici6n del prelado el bergantín goleta "27 de Febrero", del cual era comandante el coronel Juan Alejandro Acosta, para que lo enviase por Monwñor de Niewindt, Fue comisionado al efecto por el arzobispo electo su futuro, vicario general el presbítero doctor Don Elias Rodriguez y Valverde, y . aprovechó la oportunidad para restituirse al país acompañando al' vicario extranjero el Gral. Francisco del R. Sánchez. El 8 de noviembre llegaron a esta capital, y el domingo Id gi verificó la solemne consagración en la catedral primada en medio 3 entusiasmo general. Por diversas vías volvieron por el puerto de Santo Dom Pedro Alejandrino Pina, el nez y los ciudadanos Vicent este último en un lastimoso bo de perdurarle hasta el fin de sus dfas. Fueron recibidos todos con tanta frialdad por p e e dt las aUto, ,*;+@&desy de los partidarios más cercanos al gobierno; qpc desde lué$3, gó se consideraron muy propensos a ser tratados com:o enemigos de la situación, por lo cual se retrajeron del trato de aqyeltos homb~s,' y a&npensó Mella en conspirar contra ella por la seguyidag ,%, todos, pero oportunamente 'fué disuadido de tal idea. :, Esa conducta enagenó por completo al del elemento liberal, y como por otra parte I$tas de ~ a n t a n ase empeñaban por rehabil blico a su ídolo, Jimenqs hacía t o h s los es qué éstos no se le sep'aftiseii, con *~.~más Y
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su p ~ r s p a ,ya con sus haber:? a . s d y el ~ país, ~ , ~ i be* l e d ' g o ~ i e r n omis interéi en hacer que nada se echara de menos5 ,sino qpe todo estuviera abuqdante: las tropas, las provisiones de boca y 10s pertreaos de gil;erra8' (l). . ~es&ch&dd.menteel presidente Jimenes carecía del tacto y de la energía necesarios para sacar todo el fruto que se podía esperar de n p tps medios como tenía a su disposición, y a esto habíase de s ' p a ~ ],a mala voluntad con que algunos jefes servían, dando p6bulo a las acerbas críticás con que se deleitaban para sobre'llevar las pena%&&; des de los campamentos sin parar mientes en el daño que hacían a disciplina y por consecuencia a la causa nacional. Contribuy6 mucho a descomponer más las cosas y á perjudicark> w b i é n su empeño por rehabilitar en el mando que tuvo el general ~ 4 e n í nAlcántara, quien había entrado en el cange de prision~ros ~ealizadqpor .htervención de Monsieur Maxime Raybaud, cónsul general de Francia en Port-au-Prince, y se a p q c i ó en la capital .riendo un rico uniforme que debió a la munificencia del presidente ~Soulouque,quien le colmó de regalos y distinciones", de donde la .&specha de que pudiera estar vendido.al enemigo y de que sv ,cap: t v en las Matas fuese efecto de alguna combinación traidora; ger9 -, .Y ,$.S: !y a*búyendo Jimenes esas sospechas y hablillas a la hostilidad con que 11 ,c.; s61apadamente venían minando la situación los partidarios de santana, entre los que no se contaba Alcántara, cerró los oidos y IQS o?j,os ' ,{i.', k a ellas, suspendió la indagación y el arresto a que estaba m e t i d o , g 1e:ordmó que volviera a ocupar su puesto en el ejército al mando &f \* genchal Duvergé, "lo cual fué visto con tanta repugnancia, que hasta los paftidarios más decididos de la situación se indignaron contra el gobi.erno"; sin embargo, ese general hizo todo lo que pudo por justiflcarse sirviendo lealmente hasta terminarse la campaña a la cabeza del cuerpo que mandaba y distinguiéndose como bravo y pundonoroso militar en cuantos empeíios se vió. Pero las intrigas seguían su mrso y ya *%&e era un mis.t e ~ o que la suerte del gobierno dependia, del xegúltadb de la cam, , '*
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Había atravesado el presidente Soulouque nuestras fionteras por el camino de las Caobas a. la cabeza de un ejército formi&'ble, ,cuyas divisiones las mandaban los generales Geffrard, Paul Decay,eft_e, Cdstor Delezze y otros. de notación, y el día 17 marzo lo!, $gs'pZe: gó frente a las Matas decidido a' atacar al .ejér4to dqr)qi@w.l@j aczmpado sikmpre a l.$ 6rdenes del Dúverg!. $$~q,$gqp zaba con el aliento ): $-@nfianzaaAqgen u q y lo. i$xtj1&g$5@.. . ,
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do con medidas enérgicas la autoridad que en manos de Duvergé se había debilitado con motivo de .la derrota cle las Matas. Pero el presidente Jimenes, a quien correspondia de pleno derecho esa importante misión, no estuvo a la altura de las circunstancias; y en vez de llenarse de gloria entonando las cosas, e imprimiéndoles una marcha regular, labró su desprestigio dejándolas empeorar por falta de valor y de energía t2). Sucedió pues que hallándose en el caso de preparar la plaza para la defensa a que estaba llamada, cuando en 30 de Nlarzo fueron desalojados de la línea del Jura los generales Mella y Alcántara, quiwes sólo contaban con 90 hombres para conservarla, dispuso ay. S-e establecieran en el fuerte de San José el coronel Feliciano ' ~ ~ t í % $ een z , el cerro de los Cacheos el teniente Loronel Emilio Pal"&Y manti& y en el fuerte Resolí el general Juan Contreras, comandante de armas de la plaza, todos con fuerzas suficientes para sostener los puestos. Situó el batallón mandado por el teniente coronel Santiago Bazora a la entrada de la población, en el Salado de los 'Mochos, al coronel IVenceslao Guerrero, con la guardia cívica de la capital; lo envió al Higüerito al encuentro de la colurna enemiga que debía embestir por ese camino, y aconsgjadd-por el coronel Buenaventura Báez, que lo había se@Sdo cos 'la' iiii~adé i@tervenir en lo que pudiera, destacó sobre &royo Salad@-usacolbihna de mil hombres al mando del teniente coronkl Juan Sat@af gfe &bl batallón azuano, con una reserva de tresc2enrci-Sde $al%$+ij: t&&+ mandada por el teniente cororiel Juin ld&i&&e7iE,;~&~ '" que se diseminaran a guisa de tiradores en lds @$,lid&s' , e ' . 8 < ~ ~ ~ i e ran al enemigo. adueñarse de los ban; pero al día siguie~te
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Josk OSbrid Gíirda,,.obra
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BOLET~N DEL ARCHIVO GENERALDE
LA NACIÓN
hacía un llamamiento general a los Dominicanos para que acuclieran a tomar las arinas, y se disponía también que el general Pedro Santana se pusiera inmediatainente a las órdenes del Presidente de la República con todas las fuerzas cliie pudiese moviIizar en la provincia del Seibo; mas como tanto por la ley constitucional como por el decreto expedido por el Congreso el 24 de octubre ultiino estaba facultado aquel magistrado a liacer tales llamamientos, considerando atentatorio contra sus prerrogativas dicho decreto, el día 6 lo abrogó potestativaniente, dando este acto ocasión a serios debates eii las ciriiaras y a nuevas rccriininaciones que acrecentaron la división existente entre los hombres que lo apoyaban y los que se empeñaban en desacreditar su adniiriistración para tiimbai-lo. Entretando el día 5 había sido atacada la plaza de Azua por el grueso del ejército que le venía encima; pero merced a los esluerzos le1 general Duvergé por reconciliar las voluntades ante la necesidad suprema de conservar la patria, a lo cual cooperó eficazmente el general Mella, quien no obstante liallarse enlerino se encargó de la ccniandancia cle armas, todos los jefes y oficiales así como las tropas se batieron con valentía, auiique sin plan ni concierto, por lo Ilaqueó su r h t h e J pie Bmwa a a axmp&* m m b28&%X
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fi-mza, y ,&s@I$ia en eJ ejército ,dominicano y puso término a la qgpa&&~,-os$qe- ,l84%, a n w n d p al gobierno a ,ppbar , . siva @ ; $% @@& : ~efiorea~&?= nuevo el puesto del .Número y cubierto con nición sufici'dhte al mando del teniente coronel Marcos Evangelista, deter*ó el general Santana avanzar,sobre Azua el 24 por el camino d69$&payas para que lo escoltara la flotilla 'que debía proveerlo d+-@dI@i"$; pero ese mismo día había resuelto Soulouque abando,qd$#lmalhadada población incendiándola, y ya no se detuvo su ej,érci@'más que para hacer sufrir la misma suerte a Neiba, San Juan y las Matas, ahorcando en la última de ellas a los dominicanos Pablo Mazó, J q é Herrera y'Justo Suero, que tenía presos allí. Desde d cantón de la Boca de la Palma, donde el ejército dominicano hizo alto mientras le desembarcaban dos piezas de artille'ría, púdose ver el incendio que devoraba a Azua, y Santana dispuso que se wladase por mar para amanecer en el siniestro.sitio la gen&&. &n que contaba aquél, y que la demás fuerza de infanteria, bajo del general Duvergé, que había vuelto al ejército, avanzase ),tt@@i.&+s, forzadas al alcance del enemigo, el cual llevaba ta"!&&c, + de> delantera. El g~neral'Santaw4llegó ,el 25 por la tarde a Azua y allí tuvo para consumar la~~revolución premeditada contra Jime lo cual conservó el grueso del-,ejército bajo su mando y se encomendar la defensa be las Gonteras al general Remigio del Casa o , qú3en -lieg6 h&& allí cori l a pequeña fuerza con que había @n.Tegse partido de las &a@@%
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