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RUIDO DE FONDO una genial sátira Netflix
Jack Gladney (Adam Driver), un profesor experto en Hitler de la universidad de College on the Hill, está casado con Babette (Greta Gerwig), una maestra de postura. Ambos conforman una ‘familia ensamblada’: crían tres hijos de sus cuatro matrimonios anteriores y tienen uno en común (el más pequeño). Entre estos últimos destaca la brillante Denise (Raffey Cassidy), una adolescente que lleva de un lado a otro, cual juguete preferido, un manual de conceptos médicos.
Y es que en esa especie de acuerdo tácito entre grandes realizadores y Netflix para llevar adelante proyectos originales y ambiciosos que sin la billetera de la citada corporación tal vez nunca llegarían a ser realidad, cada cierto tiempo nos encontramos con verdaderas joyas. “Ruido de fondo” es una de ellas.
Noche a noche, el maestro interpretado por Driver parece tranquilo al llegar a su casa y abrazar a su esposa. Ella, sin embargo, oculta una tristeza ocasionada por una latente preocupación. Babette no puede dejar de pensar en el día de su deceso. ¿Cómo se llama la enfermedad o condición que hace a uno dedicarle casi todo su día a pensar en el fin de todo? “Ruido de fondo”, en realidad, está marcada por ese temor a la muerte. La esposa no lo oculta, Jack tampoco. Por eso ambos debaten sobre quién podría sufrir menos si el otro muere abruptamente.
En medio de estos debates, los hijos del matrimonio Gladney jue- gan su partido aparte. Si bien cada uno tiene sus particularidades, todos se convierten en uno solo cuando aparece en televisión el video (y su respectiva repetición) de un accidente aéreo registrado por un noticiero local. Mismo asombro, y misma atención hacia la vieja pantalla ubicada en el centro de la sala. Luego de la sorpresa, conversan sobre minería en Latinoamérica, autos y formas de alimentación saludable.
Pero hay un suceso que corta a “Ruido de fondo” en dos: un inmenso camión y un tren a toda potencia chocan, ocasionando que miles de litros de combustible exploten y se genere una inmensa bola de fuego y humo, la cual amenaza con contaminar a todo alrededor. Si algo le faltaba a una familia capaz de preocuparse de todo a su alrededor: ¡Bingo! Tenemos historia.
“Ruido de fondo” es una genial demostración de que no siempre los grandes libros pierden cuando son trasladados a la pantalla grande. Aunque la cantidad y diversidad de elementos que sostienen la novela de Don DeLillo es innegable, Baumbach ha recogido los mejores, les ha sumado un elenco notable (Driver y Gerwing tienen una química formidable cuando se aman y también cuando discuten, Don Cheadle es el típico representante de una Academia deseosa de trascender, y los niños aportan tanto frescura como desconexión) y nos ha convencido de algo: Si Netflix garantiza que cineastas sumamente talentosos sigan creando películas como esta, larga vida para la plataforma de streaming. M