La inteligencia competitiva en España: desarrollo actual y perspectivas futuras Alessandro Comai y Joaquín Tena Millán
SUMARIO: Los autores definen el concepto de inteligencia competitiva (IC) y realizan una breve revisión de las etapas de la inteligencia competitiva en España a través de la bibliografía. El artículo analiza la situación actual de la inteligencia competitiva, con sus singularidades y especializaciones en los diferentes tipos de sectores durante los últimos 15 años. Esta situación actual se compara con la comparativa de la situación de la inteligencia competitiva con otros países. El artículo se completa con el análisis de las oportunidades y retos a los que la profesión de documentalista se enfrenta en relación a la IC y con la prospectiva de la IC en España. PALABRAS CLAVES: Inteligencia competitiva, Vigilancia tecnológica, Información externa, Gestión de la información estratégica empresarial, Gestión del conocimiento externo, Análisis del entorno, Evolución en España.
1. INTRODUCCIÓN Adoptamos el término Inteligencia Competitiva, entre otros posibles, debido a su amplia difusión. Mediante IC designamos el desarrollo de conocimiento que apoye decisiones empresariales a partir de información del entorno. Consideramos incluidos por una parte los aspectos relacionados con decisiones empresariales de estrategia, marketing, ventas, y de carácter tecnológico, entre otras, y por otra los relativos a la relación de la empresa con el entorno en un sentido amplio y con los poderes públicos. Todos lo esfuerzos de crear conocimiento a partir de información del entorno en cualquier tipo de organización, y que tengan por finalidad la interpretación y el análisis para adoptar decisiones, estarán incluidos en nuestro campo de interés. La Inteligencia Competitiva representa una práctica empresarial que ejecuta un programa coordinado, continuo y ético para la recogida, selección, archivo, análisis y distribución de la información sobre el entorno de la empresa, con el objetivo de obtener ventajas competitivas y de dar respuesta a cuestiones con carácter estratégico. En la actualidad existen diferentes acepciones e interpretaciones para describir esta actividad. Cada una tiene una vertiente a la que da más énfasis o subraya determinados aspectos de la práctica. Las diversas denominaciones también reflejan una trayectoria previa o un enfoque predominante que se quiere asociar con la Inteligencia Competitiva en cada caso. Por ejemplo, en la literatura española se encuentran varias propuestas: “Inteligencia Competitiva” (Sicilia 1997; Tena, 1992; Tena y Comai, 2001; Postigo, 2001; Arroyo, 2005), "Vigilancia Tecnológica" o “Inteligencia Tecnológica” (Palop y Vicente, 1999a y 1999b; Escorsa y Maspons, 2001), “Inteligencia Económica”
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(Cetisme, 2003) e incluso “Inteligencia Comercial”1 o "Inteligencia de la Compañía" traducido como "Inteligencia Empresarial" (CIC, 2003). También se pueden encontrar definiciones sin utilizar la palabra “inteligencia” como por ejemplo “información estratégica” (Freire, 2004 o Zaintek 2004). Podemos concluir que no hay un acuerdo unánime en la literatura especializada española con respecto al nombre que cabe asignar al conjunto de técnicas y conocimientos y a la profesión que estamos presentando. Las diferencias que encontramos en las definiciones que se han difundido en España pueden ser debidas a varias razones: 1. La inspiración o inclinación de los autores hacia las actividades practicadas en otros países. Es así como se identifican autores con una clara inspiración en el modelo de EEUU o en el modelo de Francia. Se puede, por tanto, designar nuestra actividad como Inteligencia Competitiva, o Vigilancia o Inteligencia Económica, respectivamente. 2. El énfasis principal que los especialistas han dado a esta práctica. Según si el objetivo primordial de la misma tiene carácter técnico – científico o económico – empresarial puede denominarse Vigilancia Tecnológica o Inteligencia Competitiva. La primera se encontrará con más frecuencia en los ámbitos donde la competencia tiene una importante componente tecnológica y los avances se reflejan en un sistema de patentes o de publicaciones que permiten realizar un seguimiento de los competidores. La segunda recoge el propósito de prestar atención al entorno de la organización en un sentido más amplio y llevar a cabo un seguimiento del conjunto de la actividad empresarial o económica de la empresa desde una perspectiva estratégica. 3. Los orígenes de la práctica: es decir desde que disciplina surge o desee qué profesión ha evolucionado. De hecho la práctica de la Inteligencia Competitiva ha tenido varios orígenes. En algunos países la IC ha surgido como una aplicación de la “Inteligencia” empleada en el terreno gubernamental. Eso ha dado lugar a que entre los pioneros de esta actividad se hallen expertos de los servicios secretos que han pasado a realizar labores de dirección o de consultoría en las empresas. Para algunos la inteligencia “comercial” tiene origen en la inteligencia gubernamental. En España, como en otros países, por el contrario, la IC emana de expertos en sistemas de información que ven la conexión entre la necesidad empresarial y la creciente disponibilidad de las fuentes (Cornella, 1996).
2. LA EVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA COMPETITIVA EN ESPAÑA. Etapas de la IC a través de la bibliografía
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Conferencia Verite, 2003 (http://www.leia.es/ing/verite_conferencia.html)
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La literatura especializada en IC y Vigilancia Tecnológica nos puede ayudar a comprender las diferentes etapas que esta disciplina ha tenido a lo largo de unos quince años. Sin embargo, aunque el volumen de literatura de IC producido en España durante el periodo de referencia es relativamente pequeño si se compara a la existente en otros países, sí es posible afirmar que se han producidos cambios muy interesantes y que reflejan las perspectivas empleadas por los diferentes protagonistas y el avance logrado en esta práctica empresarial emergente. Algunos de los autores son académicos que tienen conexión práctica con la IC, como por ejemplo a través de la consultoría o participación en proyectos europeos. Otros son investigadores involucrados en una actividad propiamente académica. A continuación reflejamos las cuatro etapas que creemos describen bien la evolución de la IC en nuestro país, a partir de los principales rasgos de cada una: 1.
Fase de "Iniciación" o "Descubrimiento" 1991-1994: Este período se comenzó con la aplicación por parte de unos pocos académicos, de un acercamiento de los sistemas de información para ilustrar la importancia para empresa de una Inteligencia comercial. El primer libro que deseamos mencionar es la traducción del francés realizada por Lesca (1991), en la que dedica un capítulo completo a como la información externa interactúa dentro de la empresa, haciendo uso de un vocabulario más bien informativo que el propio de la IC. Por otra parte, y más específicamente, el libro análisis estratégico del entorno de Tena (1992), incluye en un capítulo consideraciones sobre cómo recuperar y analizar la información sobre los competidores. Asimisno, en este período la escuela de negocios IESE en Barcelona, publica varios casos que tratan sobre la competitividad y el papel de la información del competidor (Aguirre y Vila, 1993; Agell et al., 1990). Prat (1994) realiza, por su parte, un video sobre cómo organizar la Inteligencia del competidor.
2.
La fase de la “información comercial” (1994-1998): Los libros de Cornella (1994, 1995 y 1996) animan a que otros expertos de la información consideren la información externa como un recurso importante para la empresa. Alfons Cornella realizó varios cursos de IC para los estudiantes de la escuela de negocios ESADE a mediados de los años noventa en Barcelona. Los recursos de información para los negocios se convirtieron en principal tema de discusión, que fue tratado en varias publicaciones, como por ejemplo Portela (1996), Portela y Escobar (1997) o Gasull (1999). La asociación de información comercial española (ASEDIE) publicó varios estudios en 1999 y llevó a cabo dos estudios extensos sobre el uso de la información comercial en España junto al Instituto Estadístico de Cataluña (Institut d'Estadística de Catalunya IDESCAT).
3.
La fase de la "vigilancia tecnológica" 1998-2001: Si clasificásemos la literatura en tres áreas principales según el énfasis central (comercialización, tecnología y finanzas); este período correspondería al desarrollo del área de la tecnología. La Fundación COTEC publicó dos guías por Palop y Vicente (1999a y 1999b) que prestaban particular atención a la Inteligencia Tecnológica. Dieron énfasis a cómo la información estratégica puede favorecer el desarrollo tecnológico de la empresa. Estos autores se han centrado en la Vigilancia Tecnológica. Pueden
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verse otras contribuciones en éste área en los trabajos de Rodríguez (1999), Escorsa y Maspons (2001). 4.
La fase de "inteligencia para la estrategia" – desde 2001 hasta el presente: Este período se refiere a la integración de la Inteligencia Competitiva en el proceso estratégico de la organización. El período anterior se focalizó principalmente en la recuperación de información sin llegar a analizarla e integrar ese conocimiento en el proceso estratégico, como sugieren Tena y Comai (2003). Existe una variedad de trabajos que aparecen en este período. En la primavera 2001, la revista especializada “El profesional de la Información", habitualmente enfocada en la información y la biblioteconomía, publicó una edición especial dedicada a la Inteligencia Competitiva en la que se incluían varios artículos desarrollados por Tena y Comai (2001) y Giménez y Román (2001), entre otros. Cornella (2001) también dedicó a este tema un capítulo de su libro centrado principalmente en el papel de la información en la nueva era digital e internet. Otras referencias son: el estudio Europeo realizado por Infoact (2001), inicialmente, y luego el realizado por Cetisme (2003), el estudio llevado a cabo por Sánchez (2002) sobre el software y otras herramientas utilizadas en IC, y dos estudios propuestos por Tena y Comai (2003a y 2003b). Al mismo tiempo, el CIC (Centro para la Investigación en la Sociedad de Conocimiento) perteneciente a la Universidad de Madrid publicó un nuevo trabajo (CIC, 2003) consistente en un resumen de su experiencia en IC discutido por nueve expertos en un taller. Durante las conferencias de “Business Intelligence” realizadas por "Verite", la IC fue discutida usando cuatro temas principales. Recientemente es posible apreciar el papel que la IC tiene en la estrategia en la últimas publicaciones dedicadas a la IC (Arroyo, 2005; Tena y Comai, 2006). Cabe mencionar el papel de pionero, de divulgación y formativo, que ha tenido la revista electrónica PUZZLE (http://www.revista-puzzle.com), que tiene el propósito de promover la IC en la Comunidad Hispana. En el momento actual, de los 3000 suscriptores a la revista, más de 1500 se localizan en España, y en su mayoría practican la disciplina tanto en organizaciones privadas como públicas.
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Inteligencia competitiva
Grado de Formalización Número de Implantaciones Grado de familiarización
Vigilancia Tecnologica Información de Negocio Iniciación
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1994
1998
2001
Tiempo
Figura 1 – Las fases de iniciación y desarrollo de la IC en España La figura 1 muestra un esquema de la posible evolución de la disciplina a lo largo de este período. Al pasar de una etapa a otra cabe interpretar una mejora de la implantación y de la difusión de la IC, como por ejemplo en cuanto a (entre otros):
El grado de formalización; es decir la aceptación de la IC como una práctica reconocida y apoyada por la empresa. Algunas actividades se realizan de manera sistemática y existe un conocimiento específico en las tareas rutinarias de búsqueda, análisis y distribución de la Inteligencia en la empresa. El número de implantaciones; es decir el número de empresas que han puesto en práctica o quieren implantar un sistema de vigilancia o inteligencia en la empresa aunque no hay actualmente datos disponibles respecto al número de compañías que llevan a cabo la IC de forma sistemática. El grado de familiarización; es decir, el conocimiento que los directivos y profesionales tienen acerca de los beneficios que es posible obtener con un sistema de IC.
En la actualidad disponemos de algunos indicadores o impulsores de la IC en España, cuyo seguimiento puede permitirnos evaluar el grado de avance y de incremento de penetración de dicha práctica en el tejido empresarial de nuestro país, como por ejemplo:
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UNE1662002 EX: es una norma experimental que aparece en 2002 y que está diseñada para la gestión de la I+D+i. Prevé que para poder realizar correctamente su gestión es necesario tener un proceso de Vigilancia tecnológica.2 Sin embargo, aunque las normas de calidad no siempre reflejan exactamente la actividad de las empresas en sentido estricto, se puede afirmar
Véase capítulo 4 apartado 4.1.1 de herramientas para la gestión de las actividades de I+D+I
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que el proceso de innovación es un buen impulsor de la implantación de la IC dentro del proceso estrategia de la empresa. Asimismo, la innovación puede estar apoyada por la Inteligencia Competitiva a lo largo de su procesos (Tena y Comai, 2003). Por ejemplo, Cetisme (2003) observó que “las compañías que vienen de los sectores innovadores prestan más atención a la dirección de la información externa y estratégicamente importante que sus colegas pertenecientes a sectores tradicionales”. Cursos en las Universidades: El creciente número de cursos universitarios y de postgrado especializados en la IC que se están ofreciendo en nuestro país representa un buen indicador de cómo la demanda de profesionales de IC ha crecido. Conferencias y eventos; representan, asimismo, un excelente vehículo para la difusión de la práctica de la IC para un buen número de personas relacionadas con el mundo de la información. A título de ejemplo, es posible citar algunos eventos especializados como la Visio3, realizado en Bilbao o las ponencias realizadas dentro del seminario de “Vigilancia Tecnológica sectorial y territorial” en Dos Hermanas realizados en el año 2005.
3. SITUACIÓN ACTUAL DE LA IC Singularidades y especializaciones La Inteligencia competitiva pude ser aplicada a todo tipo de organizaciones. A título de ejemplo, la revista Puzzle, “La Inteligencia Competitiva en la Comunidad Hispana”4, demuestra con sus numerosos casos publicados que el proceso de inteligencia es una disciplina horizontal y recibe múltiples contribuciones. En este sentido, podemos encontrar empresas industriales manufactureras, empresas comerciales, de servicio, organizaciones públicas, fundaciones y asociaciones sectoriales. Un reciente estudio realizado por la revista Puzzle (Tena y Comai, 2006) demuestra claramente la existencia de 3 grandes bloques de entidades que practican la IC: organizaciones públicas, empresas manufactureras y empresas tecnológicas. En España se ha trabajado en distintos frentes a lo largo de estos 15 años. Sin embargo, creemos que además se han logrado avances interesantes en la utilización de la IC desde organizaciones de servicio para las Pymes. Dos casos pueden ser citados como ejemplo al respecto:
Organizaciones pluri sectoriales: Las más representativas que conocemos son Zaintek, ubicada en el País Vasco (Zainek, 2004) y CIS de Galicia (Freire, 2004). Estas organizaciones, financiadas por los gobiernos autonómicos, ofrecen un servicio de información estratégica a las Pymes de la región que demuestran reunir determinadas condiciones. En particular, el CIS de Galicia ofrece un servicio de información a través de una plataforma informática la cual es capaz de difundir la información a las empresas asociadas. Las dos proporcionan
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Para mas información véase http://www.leia.es/visio2005/esp/visio_conferencia.html Para obtener mas información de Puzzle – Revista Hispana de la Inteligencia Competitiva véase: http://www.revista-puzzle.com 4
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además un servicio de información a la carta. Es decir, disponen de personas especializadas en buscar la información deseada.
Asociaciones sectoriales: existen varias asociaciones sectoriales que trabajan como unidades de la IC para sus miembros. Un buen ejemplo es ASCAMM, en el sector de moldes y plásticos. Proporciona varios tipos de información y servicios a sus miembros, como por ejemplo, llevar a cabo una investigación del mercado específica, efectuar selección de proveedores y realizar test de productos (Saurina, 2003). Otro ejemplo es AIDIMA (Asociación de fabricantes del mueble en la Comunidad Valenciana), donde han desarrollado varios productos de IC para PYMES (por ejemplo “Furniture Explorer”)5. Ambos casos muestran que las asociaciones sectoriales pueden reemplazar la unidad de IC en aquellas compañías que no tienen los recursos suficientes para llevar a cabo las actividades de IC de una manera continuada.
De hecho, las organizaciones tanto especializadas en un sector como las que intentan abarcar varias industrias pueden resolver importantes problemas de Inteligencia para sus miembros. Como ya se ha comentado en este artículo, a pesar de que una PYME no lleve a cabo directamente ningún proceso de IC sistemático, puede aplicar la IC a partir de un proyecto basado en el apoyo proporcionado por una asociación sectorial. Paralelamente al desarrollo de la IC desde este tipo de organizaciones, la implantación en las empresas está creciendo aunque se desconoce el número de entidades que tienen un proceso de IC plenamente establecido y formalizado. Que representa la IC en la actualidad. La IC representa una actividad emergente en España, aunque existen algunas comunidades autónomas (como la vasca) que han impulsado la vigilancia tecnológica desde el 2002 (Zaintek, 2004). Entre los desafíos futuros para la IC cabe mencionar:
Integración total de la IC dentro el proceso y la estrategia de la empresa (Tena y Comai, 2003) Implantación de sistemas avanzados de análisis Relación entre la información externa y interna Integración total de la IC en la cultura de la empresa, es decir, lograr que contribuir la IC pase a ser responsabilidad de todos.
Comparación con otros países EEUU se formalización a principio de los años 80 con el establecimiento de la Sociedad de los Profesionales en Inteligencia Competitiva (SCIP). La difusión de esta práctica puede ser seguida a través de los numerosos textos y libros que se han publicado a lo 5
Acerca del sistema de vigilancia de AIDIMA véase: http://www.aidima.es/aidima/fexplorer/os.htm#vt
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largo de estos 20 años. Algunos de los autores norteamericanos mas reconocidos en este campo son por ejemplo Fuld (1988 y 1995) Herring (véase Gilad y Herring, 1996) Gilad (1994) Prescott y Miller (2001) Fleisher y Blenkhorn (2001 y 2004). Auque la práctica de la IC se impulsa desde la área más estrictamente profesional podemos constatar que el número de los académicos se ha incrementado notablemente. Desde el punto de vista europeo, sin duda uno de los países más activos en este campo es Francia. La influencia francesa en España ha jugado un papel importante con la introducción de la vigilancia tecnológica. Podemos encontrar numerosos centros tecnológicos españoles que han adoptado el modelo francés. En la reciente norma española experimental (UNE 166006 EX) desarrollada por AENOR se incorporan elementos que proceden de la norma francesa de AFNOR. Sin embargo, uno de los elementos distintivos de este enfoque es la amplia perspectiva que incorpora alrededor del proceso de inteligencia. Es decir, no solamente incluye la vigilancia tecnológica, sino también la inteligencia económica, geopolítica o defensiva. Al mismo tiempo, el la evolución del concepto en el modelo francés tiende a incorpora dentro de la IC componentes de gestión del conocimiento interno. De manera similar, los países nórdicos consideran la inteligencia de negocio (Business Intelligence6) como una práctica que enlaza información interna y externa. En Suecia (Hedin, 1992) y Finlandia es posible encontrar prácticas de Inteligencia competitiva muy avanzadas desde hace años. Por ejemplo, en Finlandia la IC se lleva a cabo formalmente por la mayoría de las empresas finlandesa (Hannula and Pirttimäki, 2003) contrariamente a lo que se puede encontrar en España o Cataluña (Tena y Comai, 2003 y 2004). En otros países europeos como Alemania (Michaeli, 2005) o el Renio Unido (Wright, et al, 2002) la IC tiene una importancia creciente. Por otro lado, Japón tiene una larga tradición en materia de IC con entidades gubernamentales han apoyado el desarrollo de la actividad de sus empresas en el exterior con informes de inteligencia (Gilad, 1994; Kahaner, 1996). Se ha comprobado también que empresas de áreas tan distantes como Sudáfrica (Viviers y Calof., 2002), y Canadá (Calof y Breakspear 1999) tienen procesos de IC y/o de vigilancia tecnológica formalizados. Por último, los países Latinoamericanos están demostrando una modesta inquietud y un grado incipiente peor relevante en la introducción de la IC. Países como Brasil y México demuestran tener mayor tradición y experiencia en este ámbito. Aunque en España la IC es una práctica crecientemente extendida, existe la percepción de que el nivel alcanzado es en la actualidad escaso. Siendo esto cierto, las empresas e instituciones están otorgando a la IC mayor importancia y atención que en el pasado. Como hemos subrayado en este artículo, la introducción de la IC se ha puesto de manifiesto en primer lugar en empresas con una fuerte orientación innovadora inclinadas a introducir mejoras en la gestión empresarial. Este espíritu, no solamente se encuentra en empresas grandes sino también en las de tamaño medio (50-100 empleados) que tienen una mayor sensibilidad hacia la IC. Efectivamente, la práctica 6
En general la denominación Business intellgence (BI) se refiere en la actualidad al tratamiento y explotación de la información que reside en las base de datos de la empresa. Esa definición de la BI se entronca con la tecnología de la Información y Comunicacón (TIC), los cuadros de mandos o a la gestión empresarial por medio de ERPs (Enterprise Resouces Planning). Sin embargo, otra acepción también utilizada desde la IC utiliza BI con las connotaciones que mencionamos aquí.
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demuestra que estas Pymes pueden implantar este servicio tanto mediante agentes externos (Freire, 2004) como desarrollando la IC internamente con la ayuda de una persona asignada a tiempo parcial y tal vez a tiempo completo. Asimismo, podemos afirmar que la actividad de IC y VT en España no parece tener ninguna barrera debido al tipo de sector económico de actividad. Es decir, se ha detectado su implantación tanto en sectores tradicionales como en los tecnológicos, así como en instituciones de apoyo a las empresas (Tena y Comai, 2006).
4. EL FUTURO: ¿UNA PROFESIÓN EN AUGE? El profesional de la Inteligencia Hemos establecido desde el principio que la IC es una práctica empresarial dentro de la actividad de una organización. Este enfoque implica que la IC no es una disciplina cerrada y con límites claramente establecidos. En ella se pueden encontrar varias aportaciones provenientes de diversas disciplinas. Por ejemplo, en el proceso de actividades primarias y de apoyo de la IC (Comai, 2002; Arroyo, 2005) encontramos especializaciones que se derivan de la economía industrial, la ciencia de la documentación, el periodismo, la psicología, la antropología, las telecomunicaciones, la estadística, la investigación operativa, la investigación cualitativa, etc. Asimismo un programa de formación de IC puedan establecerse en tres niveles distintos (Tena y Comai, 2004): 1. los procesos básicos, centrados en las labores incluidas en el círculo de IC; 2. las actividades de apoyo, que facilitan la realización de las tareas del círculo de la IC; 3. el ejercicio de la dirección y el liderazgo de la IC, que incluye el impulso, la supervisión y el control de la unidad de IC, así como el llevar a cabo la relación de la IC con el resto de la empresa. En este sentido podríamos decir que la IC reúne varias actividades especiales y las organiza de forma que puedan crear a una ventaja competitiva para la organización. Igualmente el profesional de la IC debe tener diferentes capacidades para poder desarrollar su actividad con el objeto de obtener dicha ventaja. Sin embargo, el profesional de la IC no necesita ser un experto en todas las facetas dado que en una organización podría colaborar con más de una persona en el departamento o área de IC con papeles distintos y complementarios. El futuro de la profesión de IC. Como hemos mencionado al principio de este artículo, parte del desarrollo de la profesión de la IC guarda relación con la aceptación de la misma por otras profesiones y especialidades (áreas funcionales) en las organizaciones. La experiencia demuestra que a la difusión y la implantación de la IC contribuyen diversos grupos de profesionales. Entre otros:
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Ingenieros, tecnólogos y científicos en el ámbito de la I+D+i. La contribución de este profesional en el campo de la Inteligencia competitiva tecnológica (ICT o VT) ha sido a lo largo de estos años apreciada por parte de numerosas empresas (Tena y Comai, 2006). De hecho una de sus especializaciones está radicada en el estudio de las patentes y sus posibles explotación tanto cualitativa que cuantitativa (Vergara, Comai y Tena, 2006). Responsables de marketing e información de mercado. Varios estudios, tanto nacionales como internacionales (véase por ejemplo: SCIP, Tena y Comai, 2003ª; p.18), han probado que el área de marketing es uno de los lugares donde con mas frecuencia la IC tiene su origen en la empresa a partir del cual se extienda y amplía su crecimiento dentro de la empresa. Partiendo del departamento de marketing la IC puede extenderse a otros ámbitos de la empresa y hacia la Dirección General enlazando con la actividad estratégica de la empresa. Directores de planificación estratégica, de desarrollo corporativo y de control. Según el modelo de estructura de inteligencia adoptado por cada empresa, es muy frecuente encontrar actividades de IC localizadas cerca de la Dirección General. En empresas diversificadas el papel que tiene la IC es distinto – dado que sirve a la empresa en su totalidad y contribuye a decisiones de estrategia corporativa – que si se centra sólo en un negocio o en un área funcional. Bibliotecarios corporativos o empresariales. Por último, encontramos el papel de documentalista corporativo. Esta profesión representa sin duda una pieza de enorme importancia para la función de IC. Los documentalistas suelen dedicarse a tareas relacionadas con el tratamiento de la información y el conocimiento. Por ejemplo, en una de las empresas de software más importantes existen 70 documentalistas que realizan tareas de gestión de la información acerca del entorno externo de la empresa. Sin embargo, los documentalistas, como tales, pueden tener un acceso limitado a la información estratégica y su análisis, empleándose con más frecuencia en tareas orientadas a la búsqueda y gestión de la información y a la organización de la actividad de IC en general. Para poder superar esta limitación muchos documentalistas participan en cursos y seminarios para complementar su formación en aquellas áreas orientadas al negocio. Por eso, algunos programas de documentación corporativa o empresarial tienden a incorporar seminarios de estrategia y de dirección de empresa. como alternativa, siempre es posible acercarse a una esquela de negocio o de postgrado orientada a impartir cursos de Dirección de empresa. Asimismo, cabe mencionar la reciente cátedra de inteligencia promovida en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Sin embargo, estamos convencidos que en el futuro será cada vez más frecuente encontrar personas específicamente formadas en la IC para ocupar un puesto especializado dentro de la empresa. Estos perfiles pueden basarse en las profesiones anteriores, pero con una formación y conocimientos empresariales adecuados. Países como Finlandia demuestran tener departamentos propios con una o dos personas responsables de coordinar la actividad de IC y muy cercanos al grupo de decisión estratégica de la empresa. De esa forma la IC pude hacer una contribución mayor respecto a un sistema de información aislado en un departamento y con una visión restringida.
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Existen numerosas oportunidades para diferentes profesionales que en la actualidad trabajan en áreas limítrofes. De hecho esta tendencia está confirmada por la diversidad de los perfiles que están suscritos a la revista hispana Puzzle7 y la diversidad de perfiles que participan a los cursos especializados en IC. Futuro de la IC en España Existen factores tanto organizacionales como del entorno que influencian la puesta en marcha de un sistema formal de IC (Comai, 2005). Estos factores son, por ejemplo, la intensidad de rivalidad en la industria, la intensidad de la reglamentación, el nivel de innovación tecnológica, el grado de crecimiento de la industria, la intensidad de crecimiento de la organización, el nivel de jerarquía o la intensidad de tecnología en los productos. Las empresas que están en entornos donde estos factores tienen una tendencia a crecer en intensidad y donde la velocidad de cambio se incrementa son las que con mayor probabilidad tendrán que intensificar su vigilancia del entorno. Es muy posible que la difusión de la práctica de la IC evolucione gradualmente, iniciándose en las compañías más grandes y más dependientes de la tecnología. Por ejemplo, hemos podido observar que las empresas que apuestan por la innovación como una opción estratégica son las que están más dispuestas a invertir recursos en un sistema de inteligencia competitiva. Consideramos que el crecimiento en la IC será significativo debido a que el número de programas de innovación desarrollados por las compañías y relacionados directamente con la IC aumentará. Contrariamente a lo esperado, un número limitado de las empresas con una proyección hacia el exterior como las multinacionales catalanas tienen un programa formal de IC. Es decir que son relativamente pocas las que invierten recursos para mejorar las oportunidades competitivas de sus operaciones internacionales. Por otro lado, este hecho, entre otros, da a pie a predecir un auge de las actividades de IC.
5. CONCLUSIÓN La inteligencia competitiva en España ha seguido un desarrollo progresivo y se ha implantado por diversas vías en campos muy distintos durante los últimos años. Hemos descrito por medio de las cuatro fases de "iniciación", “información comercial”, "vigilancia tecnológica" e "inteligencia para la estrategia" la difusión que la IC ha tenido en nuestro país a lo largo de los años a través de publicaciones, que hemos tomado como un reflejo, quizás tardío, pero también estimulante, de las prácticas empresariales en la materia. Hemos mencionado varios niveles de penetración de la IC en las organizaciones, que según el impacto que tienen, de menor a mayor, son:
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Para mayor información véanse los datos estadísticos publicados en la web de la revista Puzzle: http://www-revista-puzzle.com
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• la familiarización con el concepto por parte de diversos agentes y decisores, que se produce mediante la difusión de la idea y la ampliación del conocimiento general que se tiene de la práctica y que conlleva la progresiva aceptación de su empleo; creemos que sin un grado suficiente de familiarización no es posible pasar a los siguientes niveles de difusión de la IC; • la implantación o introducción de la IC en la empresa, que implica la asignación de recursos y de personas y el inicio de un aprendizaje organizativo; a menudo la introducción es gradual y se inicia con recursos limitados pero suficiente para verificar su potencial; • la formalización y el desarrollo pleno, que conlleva una cierta institucionalización de la IC una vez que la organización ha visto resultados sólidos y se ha producido el cambio interno que asegura el apoyo continuado y el aprovechamiento amplio de esta práctica en beneficio del cumplimiento de la finalidad de la empresa. Respecto a la variedad de enfoques e interpretaciones que tienden a darse en relación con la IC, la progresiva maduración de esta área de conocimiento ha dado lugar a una creciente concordancia de criterios que facilita su difusión e implantación. Una doctrina compartida genera más fácilmente el consenso entre los decisores y los expertos sobre el terreno respecto a actuaciones concretas. Hemos subrayado el carácter ecléctico de las aportaciones de las que se nutre la IC, que cabe describir como una profesión multidisciplinar. De ello se deduce que muchos perfiles profesionales pueden introducirse en la IC y contribuir tanto conceptualmente como en la práctica cotidiana, especialmente los relacionados con el uso de la información en las organizaciones. Una corriente da énfasis a la contribución que puede hacer la IC a los procesos de I+D+i. Otro enfoque subraya el papel de la IC en las decisiones empresariales, competitivas y de relación con el entorno en sentido amplio. Es probable que el futuro vea una mayor confluencia de apreciaciones acerca de la relevancia de la IC desde una perspectiva de dirección del conjunto de cualquier tipo de organización – empresarial o no – sometida a presiones del entorno con elevada incertidumbre. En esta línea, el desarrollo futuro de la IC puede conducir a una integración plena de la inteligencia en los procesos de decisión y en la gestión del conocimiento interno de las organizaciones. Eso permitiría que actividades dispersas relacionadas con la búsqueda y tratamiento de la información se lleven a cabo de manera más coordinada y eficiente, y con mayor impacto en la trayectoria de la empresa. Al elevar la relevancia estratégica de la IC se podrá apreciar su enorme potencialidad para la mejora de resultados, la explotación de oportunidades y la reducción de riesgos (Tena y Comai, 2003). El incremento futuro de la actividad de IC en nuestro país pasa por la implantación más amplia de la misma en un mayor número de empresas y organizaciones. La evolución de este proceso de difusión dependerá, entre otros, de los siguientes factores: • la proyección global de las empresas españolas, con el incremento de la complejidad e intensidad de las situaciones competitivas a abordar; • que exista un mayor número de empresas autóctonas de tamaño relevante y, alternativa o conjuntamente, con un componente tecnológico relevante; y de La inteligencia competitiva - bibliodoc_v10 26/03/2006
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• las actuaciones de los poderes públicos que favorezcan la difusión de una cultura de IC en las empresas, especialmente a través de acciones que repercutan en hacer accesible la inteligencia a empresas cuyas características de tamaño u otras no se lo permiten en otro caso. Creemos que, dentro del marco europeo, España ha logrado una posición interesante como un país con un gran potencial también en este terreno, en el que, naturalmente, queda mucho por hacer. Aunque se da todavía una distancia en el grado de implantación de la IC respecto a otros países europeos y Estados Unidos, el progreso ha sido notable. Así, por ejemplo, en la reciente entrevista realizada por PUZZLE a Craig Fleisher, experto de inteligencia competitiva, quedó claramente de manifiesto este aspecto.8
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La entrevista pude ser leída en el número 20 de PUZZLE – Revista Hispana de la Inteligencia Competitiva, pp.16-22 (http://www.revista-puzzle.com/puzzle_num.php).
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AUTORES: Alessandro Comai: Licenciado en Ingeniería industrial (BSc Honor), MBA por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y doctorando en Ph.D. Management Science por ESADE. Profesor asociado de la Universidad Pompeu Fabra y fue profesor visitante en Tampere University of Technology (Finlandia). Director de 2IC - Incontro Inteligencia Competitiva trabaja en consultoría para establecer unidades de IC y realizar análisis de la competencia para empresas de diferentes tamaños y sectores. Ha impartidos varios cursos (UPF, IDEC, TUT y ISM) y ha escritos varios artículos especializados en la IC. Co-autor con Joaquín Tena del libro "Inteligencia Competitiva y Vigilancia Tecnológica: Experiencias de Implantación en España y Latinoamérica", Barcelona: Emecom, 2006. Director de "PUZZLE - Revista Hispana de la Inteligencia Competitiva". Es miembro editorial del "Journal of Competitive Intelligence and Management" (JCIM) y miembro activo de SCIP (Society of Competitive Intelligence Professionals). Contacto: alessandro.comai@esade.edu Joaquín Tena Millán: Licenciado y Doctor en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master of Business Administration por la Universidad de California en Los Angeles. Profesor Titular en la Universitat Pompeu Fabra. Director del MBApt del Diploma de Direcció de Empresa y codirector (con Alessandro Comai) del Curso de Inteligencia Competitiva online (CICOL) en el Institut d'Educació Continua de la UPF. Director de la Escola d'Empresarials, UPF. Autor entre otros de: "Inteligencia Competitiva y Vigilancia Tecnológica: Experiencias de Implantación en España y Latinoamérica", Barcelona: Emecom, 2006, "El Entorno de la Empresa", Barcelona: Ediciones 2000, 1992, "Organización de la Empresa: Teoría y Aplicaciones", Ediciones 2000, 1989, "Análisis y Formulación de Estragia Empresarial" con J.D. Grima. Barcelona: Hispano Europea, 1984. Codirector PUZZLE y miembro de Academy of Management, Strategic Management Society y SCIP. Contacto: joaquin.tena@upf.edu
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