No. cero / #moscas

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No. 0 Año 1 Enero 2021

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g # moscas


minuscula La literatura breve es incómoda por naturaleza, se plantea incluso si debe considerarse propiamente literatura. minuscula es una mosca que vuela sobre tu cabeza y no deja de molestarte por algunos minutos. Intentaremos ser incómodos y profundamente (in)necesarios; como las moscas. Bienvenidas las minificciones, poemas mínimos, ilustraciones en pequeñas dosis, crónicas breves, haikus, greguerías y todo aquello que se adapte a nuestro formato. Este número lo dedicamos a esos insectos alados pertenecientes al orden de los dípteros.

Aaron Alvarez Dirección y diseño editorial: Aarón Álvarez Edición: Coral Sotelo Comité seleccionador: Una mosca (que vale por tres)

@minuscula.literaturabreve

minuscula.literatura@gmail.com

minúscula, literatura breve /Agraphia Editorial / CDMX / 2021 Se prohíbe la reproducción y difusión total o parcial del contenido de esta publicación, sin la autorización de editorxs y autorxs (guiño-guiño).

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minuscula

¡Mierda! La mosca cayó en una profunda decepción después de leer la frase; eres lo que comes.

Nuestra minuscula ficcion 3


minuscula Las moscas zumban, juegan entre dรกtiles a ser eternas. Rene Mayoral, Sonora

Espigadora de papel, Mexico

Punto Solo la mota dejada al descuido por una mosca puede dar la pausa a una oraciรณn desnuda de un punto y aparte. Marcelo Miguel, Argentina

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minuscula Vórtice Iskrian era una mosca joven, apenas medio día de vida. Rondando por la cocina, miles de olores y sabores la engolosinaban; viajó por el pan, el jugo de naranja, la basura. Pero al final el olor la condujo al borde de un recipiente transparente lleno de leche fresca, frutas y azúcar. Entró rápida y encantada parándose sobre una fresa. El mejor sabor que había probado en su corta vida estaba a su completa disposición. De repente un sonido sobre ella provocó que pusiera atención, el envase se cerró. Un ruido ensordecedor marcó el inicio del violento giro de los ingredientes. El líquido comenzó a subir. Iskrian pudo ver por última vez la cocina antes de que el vórtice la llevara al fondo y se volviera una con el licuado de la mañana. Julian Garcia, Puebla

Mecenas ejemplar La mosca, por amor al arte, entrega su vida para mantener viva a la autora de tan sublime telaraña. Alejandro Flores Molina, CDMX

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minuscula Moscas Yo nací un día que Dios estuvo enfermo, grave. César Vallejo

DIOS CREÓ LAS MOSCAS un día que tenía flojera les puso dos alas seis patas un montón de ojos apuñados como las uvas y después les dio el mal hábito de buscar la suciedad; así podrían enfermar al hombre cuando él no estuviera de ánimos. Dios creó las moscas un día que tenía flojera y nos las mandó para que nos chingaran y enfermaran. Las creó un día de flojera así como a las mariposas cuando se sentía enamorado y a Vallejo y a mí un día que estaba enfermo. Sergio H. Garcia, Nayarit

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Adolfo Cibrian, Nayarit


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Le oré a tu cuerpo tendido en el ataúd Me retiré tranquilo al ver pupas en tus ojos Larvas en tu boca Huevos en tus orejas Supe que allá abajo nunca estarías solo. Jose Zenteno Aguilar, Chiapas

El mosquero “Que el señor Jesucristo te acompañé y cuide siempre” No hubo más que decir esa tarde “te guíe e ilumine tu camino” la abuela busca hace días “que siempre te dote de sensatez” un cuerpo descomponiéndose al aire libre “que te llene de salud” las moscas abundan en la hinchazón de su nieta “y proteja de quienes te hacen daño” larvas en ojos/nariz/boca/oídos/ano/vulva “te espero para comer, no llegues tarde”. el ambiente pestilente, lleno de oraciones. Darinel Garcia, Chiapas

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minuscula

Las palabras son moscas Habrá tantas según el grado de descomposición del cuerpo del que provienen y rondan. Hay quienes aman tanto tener el zumbido cerca, que incluso les han enseñado a danzar para que cubran sus rostros con tanto aleteo. Por mi parte prefiero mantener la boca cerrada, quizá por eso mis moscas se han vuelto más agresivas, porque no las dejo salir y luchamos hasta que escupo su cadáver: un pequeño punto negro en la palma de mi mano, un poco menos repulsiva al no contaminar el aire y un poco más comprensible en cuanto muerta. Pero soy un ente lleno de historias, inevitablemente habrá alguna que salga de mis labios con un zumbido aturdidor; es entonces cuando debo aplastarla con una palmada, y la contemplo destripada, con su bilis negra derramada por todas partes y sus soberbias intenciones cuajadas como sangre fresca. Limpio mi mano y continúo sentado, expectante a la muerte en silencio. Elena Gonzalez, Edomex

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minuscula

Las moscas Dicen allá en el pueblo que los niños sin bautizar se apestan de las moscas. Sobrevuelan sobre sus cabecitas y en el momento exacto se les meten en las orejas y ahí se quedan, anidándoles el pecado de los padres y susurrando desgracias futuras mientras se retuercen las manitas negras. Entonces el niño se echa a perder y crece siendo una especie de persona sorda ante el mundo, amargada y enferma. O al menos de eso me acuerdo, ya ves que aquellos hablan bastante, y yo a veces no escucho bien. Alfredo Torres, Baja California

Hugo Lara, Edomex

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minuscula Amanecer Aún no muero, mosca aprovechada, duermo, estoy cansada del trajín diario, de los sueños soñados, del amor parco, de mi reflejo lejano y opaco. Aún no muero, mosca fastidiosa, aunque lo deseo tanto.

Lorena Romero, CDMX

Scarlett Carmona, Edomex

No terminará pronto el gran enfrentamiento del día, provocará remolinos y huracanes. Las contrincantes: un trío de moscas rebotando en la ventana. Juan David Cardenas Ramirez, Colombia

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minuscula Aprendiendo Cuando no había insecticida y alguna mosca descansaba entre la cortina y la ventana de mi cuarto, la apresaba. Presionaba con mis diminutas manos alrededor y escuchaba el zumbido desesperado, intentando escapar de la cuadrícula de hileras. Aumentaba la presión y el silencio daba paso a la fragmentación del cuerpo que desprendía esa masa amarillenta que atravesaba la cortina. Luego pasaba las siguientes horas viendo el cadáver. Las moscas me gustaban mucho; por eso las quería quietas. Ahora aquella constelación de puntos negros son solo recuerdos, rostros que no puedo reconocer. Fue el inicio. Esas tardes. Mi colección de cuerpos. Alvaro Montoya ortega, Bolivia

Aforismos

. Las ideologías y las moscas se matan desde las entrañas. .Dios todo lo ve, se vale de las moscas. . Las moscas son las mejores cronistas de la miseria. Angel Moises Rojas, Puebla

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minuscula No duermas con la boca abierta Alberto solía dormirse siempre durante los horarios de clase. Las extensas explicaciones del profesor de Historia le hastiaban en demasía. Además de que por alguna extraña razón, siempre tras unos minutos de estar en clases, un terrible cansancio le sacudía la cabeza, hasta que caía fulminado sobre sus libros, con el hocico abierto descaradamente. — Se han metido moscas en tu boca, Beto —comentó su compañero mientras le movía su brazo para despertarlo. El joven volvió en sí y tragó un poco de saliva. Sintió una molestia asquerosa en la garganta que terminó al cabo de unos segundos. En la noche, justo al momento de irse a dormir, tuvo unas convulsiones tremendas y su piel cambió de forma. Pronto le salieron unas alas filamentosas y cientos de ojos tapizaron su rostro, una larga probóscide salió de su boca. Se había convertido en una demencial mosca. Ajedsus Balcazar Padilla, Chiapas

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Frustración Y las moscas, de nuevo han querido siempre comerse mi cadáver. Pero no pueden con tanta desolación, con tanto miedo. Se marchan derrotadas, en silencio. Dianelys Gomez Torres, Cuba Juan Manuel Lopez Pasos, Colombia

Genocidio de moscas Las moscas cayeron en mi poesía, se arrastraron moribundas por mis versos. Retorciéndose impúdicamente en mi alegría. Un chispazo; ahí yacen muertas. Eulalia Ramos, Chile

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minuscula La mosca humana En el viejo reproductor sonaba Human Fly, la guitarra punzante de Poison Ivy era seguida de la voz desquiciada de Lux Interior, esa canción lo ponía jocoso y movía su cadera al ritmo de esa melodía. Yeyé se sentía sexi y algo salvaje cada vez que oía la historia de la mosca humana. A veces se preguntaba si esa historia era suya, si podría ser una mosca. Miró el despojo a sus pies, ese hombre al que mató mientras robaba en su casa. Sabía que podía ser algo peor que una simple mosca. Abrió la puerta, puso de nuevo la aguja en el disco y la historia de mosca humana empezó a sonar incitándolo a bailar, antes de perderse por las frías calles en busca de una muerte joven. Israel Montalvo, Mexico

La panteonera posada sobre el cráneo remueve el polvo Vladimir Villalobos Lopez, Edomex

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Por repulsión de lo que vuela Yo también luché con una mosca. Puse azúcar, veneno y pegamento. En el cuarto y la cocina, siempre defecaban hasta 300 huevecillos. Algunas crías eclosionaban, pero otras para nacer rasgaban el vientre materno. Ayer desperté convertido en una larva: entre ser una mierda o morir aplastado deambulaba mi existencia. En un análisis reflexivo pensé en salir del cascarón, desconocer a mi madre y en el almuerzo vomitar los jugos digestivos sin el más mínimo remordimiento. No es tan feo ser una mosca. Además, no es del todo cierto que nuestra vida se limite a unas horas; después de volar, lo mejor de ser mosca es cagar y fornicar. Por el amor de lo que vuela, entre más fétido es el tiempo, la esperanza de la liberación termina. Sé que a la salida del sol moriré. Ulises Gomez de la Torre, chiapas

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Daniel Galindo Coahuila

Texto

Ilustracion

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Edgar Lacolz CDMX


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El que viene con las moscas Supe que estaba ante lo que trae la muerte cuando, después de incontables días, recorriendo los pueblos que habían sido golpeados por esta peste extraña, por fin encontré el epicentro de aquél mal. La iglesia en escombros estaba llena de moscardas grises, llamadas científicamente sarcophaga carnaria porque se alimentan de carne. No me inmuté, llevaba puesto un traje de goma. Tampoco me sorprendió identificar un gran número de moscas del estiércol, las calliphora vomitoria, ya que el olor a putrefacción era penetrante, tuve que recurrir a mi tanque de oxígeno. Las grandes moscas metálicas panteoneras junto con las gigantescas tábanos conocidas como hybomitra hinei guardaban la última línea de defensa de “aquello” que viene con las moscas. La penumbra me oprimía, el zumbido de miles de alas a mi alrededor era ensordecedor. Fue cuando le ví: El que trae la muerte. Ernesto Moreno, Edomex

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Somos cu

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Naces del mundo expuesto con los primeros brazos cálidos de los días soleados desenvuelta, libre, veloz acompañas danzante los aromas dulces de la putrefacción desapareces mientras parpadeo. Fiel compañera, ayudante de la muerte cómplice de la vida has aprendido a acompañarme escabullirte de las manos tercas que buscan eliminarte frondosa, llena de seda vuela, huye, resiste que entre tus ojos multiplicas.

..

Acércate, acércame convivamos y averigüemos si las dos podemos volar te vas y ansío seguirte veo como con prisa me dejas no te puedo alcanzar de mi mano te alejas. Adiós, pero regresa que te estaré guardando un manjar lleno de descomposiciones perfumadas con las que solo tú te puedes saciar. 18

Claudia Sandoval CDMX


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uerpo Macccda Edomex

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Demencia ¡Por fin! Poseo esta casa. La abuela murió y en consecuencia me la heredó, pese a la inconformidad de mi parentela, que asegura, la cuidé en sus postremos y desolados años por conveniencia. ¡Lo bueno es que ya no habrá más moscas que atesten la vivienda! Siempre eran invitadas por el fétido olor de las heces fecales envueltas en los pañales de la anciana junto con los desperdicios que se atiborraban entre la basura, estos insectos plagaban el espacio con su festín de comilona e interrumpían, incompasivas, nuestras siestas. ¡El veneno hizo efecto pronto!, pues lo derramé en el lugar donde se aglutinaban. Aborrecía su imparable zumbido. Lamento haber ignorado que mientras me ausentaba, mi abuela —en su demencia senil— esculcaba en dicho sitio y no en la nevera para alimentarse. Fatima Chong S. Chihuahua

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Extremidades Mi madre causa en mí el revuelo de mil abejas polinizando en mi cabeza. La mujer se ha subido a la azotea para ver mejor el eclipse. Su ansia de ver algo que nunca había contemplado ha nublado su lógica mental y no, no lo ha alcanzado a ver porque en el preciso momento que todo se ha hecho negro, de su cielo artificial solo cuelgan las luces y aparatos de la ambulancia que la llevan al hospital. Su llamada de aviso, con palabras incoherentes y llenas de zumbidos provoca en mí una mayor estampida de sofocos que se añaden, aún más, a los ya pre-menopáusicos. Y sí, la definición de mosca cojonera es mi madre. Aletea agujereando mis oídos con ese interminable monólogo telefónico al que yo solo asiento, mientras me fijo horrorizada del movimiento compulsivo de mis manos que ya parecen extremidades de ese maldito insecto. Cristina Sanfelix Madrid, Espana

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Mao Pentagram, CDMX

Caso resuelto Tras seguir pistas, descartar sospechosos y tener pruebas contundentes, el detective resolviรณ el crimen. Todo apuntaba que el asesino era aquel hombre solitario quien, con el arma de un periรณdico doblado, asesinรณ a la mosca. Paco Rubin, Puebla

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minuscula anuncia

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minuscula

. Popo de mosca o punto final, cada quien decide


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