GRAFFITI: MUNICIPIO DE ÓRDENES, LA CORUÑA; ESPAÑA
Econo
EL JUEGO DE LA INFLACIÓN EL PESO DE LAS CORPORACIONES
LA PUJA Y LOS PRECIOS
ECONOMÍA Y DERECHOS HUMANOS
Los grupos económicos orientan la producción en su beneficio y obtienen sobreganancias que pagan los trabajadores.
La cadena de formación de costos de los alimentos afecta la capacidad de consumo de la población.
Durante la dictadura emergió el sector financiero como un actor con agentes de gran porte y origen extranjero.
§ Página 23
§ Página 25
§ Página 27
22 Econosur
GRAFFITI: GRUPO CULTURA VALLESE
21 al 27 de junio de 2015
LOS PODERES CONCENTRADOS
LOS BUITRES DE LAS GANANCIAS MARTÍN NAVARRO*
ás de ocho décadas de procesos inflacionarios y crisis económicas coronadas por quiebres políticos y recambios de gobierno, con ajuste incluido, construyeron un imaginario en el que la “cultura inflacionaria” aparece como algo natural en la Argentina. Los sectores concentrados de la economía y sus medios de comunicación relacionan la inflación con los aumentos en la cantidad de dinero en circulación, es decir, una emisión por encima de lo “establecido”. Para el ciudadano común, la inflación no es más ni menos que el aumento sistemático de los precios de los bienes y servicios, a lo largo del tiempo y en desmedro de sus haberes que crecen muy por debajo de ella. En realidad, la inflación, o el uso de la misma, es un fenómeno más complejo que la emisión o la suba de precios. Los ribetes negativos de la economía tienen que ver con una variedad de situaciones que van desde la especulación sin escrúpulos, el abuso de poder dominante, los delitos de guantes blancos y, sin duda, con las presiones políticas. El entramado de esta complejidad está estrechamente vinculado al poder económico de las corporaciones y sus empresas. Extrañamente, mientras Ar-
M
gentina emite y “genera una economía inflacionaria”, Estados Unidos emite a su antojo y no causa el mismo efecto en su economía. Frente a esto, surgen preguntas acerca de: ¿por qué Estados Unidos, emitiendo tanto dinero en estos últimos años, no ha generado inflación? ¿No será que la analogía entre emisión e inflación es una mentira? ¿No será que por falta de “inversión genuina”, los Estados tienen que financiarse con deuda externa, a tasas imposibles de pagar? En este contexto, donde el Estado puja con el poder económico, el gobierno kirchnerista decidió ser un actor central de la economía, con la misión firme de financiar al sector público e intervenir fuertemente en los mercados. Claramente, la pelea de fondo con los poderes concentrados es por cómo se distribuye ese dinero. Si ese dinero en disputa impulsara al sector privado, con créditos a medida de los empresarios e infraestructura orientada hacia sus demandas, con grandes porciones de mercado a disposición y exenciones impositivas, nada de esto sería materia de discusión. Si, además, esos recursos fueran obtenidos a partir de endeudamiento externo con bancos y organismos internacionales, se estaría hablando de un escenario casi ideal…, no para los argentinos, sino para las em-
presas de los grupos más poderosos de la economía. Otra teoría es que los aumentos de precio se producen por exceso de demanda, algo que a pesar de su fuerte incremento no debería llegar a generar tal desequilibrio en la variación de los precios. Aún hoy, los empresarios argentinos tienen la capacidad para adecuarse al crecimiento de la demanda. ¿Por qué las empresas aumentan los precios? Muchas de esas empresas son formadoras de precios y, en los últimos años, multiplicaron sus ganancias y patrimonios. Además, como consecuencia de las políticas económicas del Gobierno Nacional, no sólo acceden a mercados internacionales sino que también poseen el reaseguro que implica un mercado interno expandido activo. Si se tiene en cuenta que esta recomposición se logró sin tomar deuda, con los servicios básicos para producir subsidios, con un tipo de cambio relativamente bueno y con una base de costos excesivamente a favor del empresariado, los aumentos de precios del nivel de los últimos años no tienen otra justificación que no sea la especulación y el intento de apropiación desmedido de renta. Otro problema que esgrime el liberalismo económico es el de la falta de inversión. Sin embargo,
nada dicen de las grandes sumas que se fugaron del país en los últimos años evitando, además, el pago de los impuestos que corresponden. Cuando se habla de la falta de “dinero genuino” y en paralelo se ve que unas cuantas personas y empresas “argentinas” abrieron en tan sólo dos años más de 2.500 cuentas sin declarar por un valor estimado en $3.505 millones de dólares, se ve claramente que esos sectores no tienen la voluntad de contribuir a una economía más sana. ¿Por qué a las empresas les cuesta demostrar cuáles son sus verdaderos costos y ganancias? ¿Por qué las empresas y sus dueños se quejan de la falta de inversión pero tienen miles de millones de dólares en negro fuera de la Argentina? Si se respondiesen estas preguntas, seguramente se estará cerca de saber quiénes son los responsables de los aumentos de precios, de la falta de inversión y, también, de cuáles son las formas de construir una economía con una variación de precio razonable. Desfinancian al Estado, especulan, evaden y luego se quejan de la falta de inversión y la alta inflación. Ellos son los buitres de las ganancias, GANAN O GANAN n *Coordinador de la Mesa de Economía del Movimiento Evita.
“La inflación es injusta, la deflación inconveniente” John Maynard Keynes l economista Keynes, uno de los padres de la macroeconomía, tenía muy claro que la inflación no es algo deseable en el mediano y largo plazos, porque desincentiva la inversión y genera problemas monetarios. Sin embargo, al igual que el economista neozelandés Phillips, sabía que, en esos plazos, tampoco los son la deflación o las inflaciones cercanas a cero. El motivo: la contracara de forzar inflaciones reducidas es la generación de mayor desempleo. En macroeconomía no existe una única inflación recomendable para todas las economías, así como tampoco existe un único régimen monetario que los países deban seguir. Es más, hoy ya casi nadie discute que ni los regímenes monetarios estrictos –como la convertibilidad– ni los totalmente flexibles –como dejar flotar el tipo de cambio sin intervención de los Bancos Centrales– constituyen buenas elecciones monetarias. El primero, por la inflexibilidad que genera en la economía local ante los shocks internacionales; el segundo, porque los sucesos internacionales se traducen en volatilidad macroeconómica dentro de cada país. Por tal motivo, desde hace casi 15 años que hay consenso alrededor de la administración de los regímenes cambiarios y monetarios, donde lo que se discute es el grado de discrecionalidad (autonomía) que se desea y se puede tener. Esta nota no pretende el análisis exhaustivo de los procesos inflacionarios, sino que apunta a desmitificar la idea de que los países de la región han sabido controlar sus inflaciones mientras que nuestro país no, además de mostrar que la región afrontó un proceso de volatilidad macroeconómica internacional, que no solamente se vincula a la crisis del 2008 en EE.UU. Para mostrar el contexto inter-
E
EDUARDO HALLIBURTON Sociólogo
as corporaciones económicas y mediáticas juegan un papel muy fuerte en la economía y la política argentinas de los últimos años. Armaron ofensivas tendientes a desestabilizar el gobierno de Cristina Kirchner e impusieron condiciones sobre los mercados, generando subas de precios e inflación, por encima de otras variables que intervienen en esos procesos que, en general, son presentados como factores negativos generados por el manejo de la economía por parte del gobierno nacional. Esos conglomerados productivos, financieros y especulativos tienen poder de fuego para tomar decisiones y ejecutar acciones destinadas a orientar la actividad económica en su beneficio exclusivo y obtener ganancias extraordinarias, a costa del resto de los sectores productivos y del tra-
L
Econosur 23
21 al 27 de junio de 2015
nacional donde se desenvolvieron nuestros países en los últimos 12 años, utilizamos la evolución del precio del petróleo, que es la base de los costos para la industria y la generación de puestos de trabajo, y del precio de la soja, que es la base de los costos de la canasta de alimentaria. El Gráfico 1 muestra que esos precios han experimentado una fuerte volatilidad con un extremo durante la crisis de EE.UU., y que recién redujeron sus altos niveles de inflación luego de diciembre de 2011. Gráfico 1
En una palabra, los países de la región han afrontado una alta volatilidad en dos precios relevantes para sus economías locales; es obvio que no pueden dejar que sus precios domésticos se adapten a estas realidades internacionales porque eso perjudicaría tanto a la inversión como al consumo, lo que a su vez perjudicaría el nivel de empleo en cada país. Simplificando, los países de la región han encontrado una com-
LA INFLACIÓN LATINOAMERICANA DOLARIZADA binación entre diferentes niveles de inflaciones en moneda local de cada uno de ellos y la tasa de devaluación/apreciación de sus monedas en relación al dólar. La mayoría prefirió mantener o reducir sus niveles domésticos de inflación mientras que apreciaban sus monedas locales (por ejemplo, necesitar menos reales para comprar un dólar), mientras que, en general, Argentina decidió mantener niveles de inflación doméstica más elevados mientras que su tasa de devalua-
ARIEL GEANDET*
ción del peso también ha sido mayor que la de sus vecinos. Por tanto, la manera de hacer síntesis de estos dos procesos es observar las tasas de inflaciones en dólares que termina experimentando cada país. Si se observa el Gráfico 2, de inflaciones en dólares para América latina, podemos analizar que claramente sus evoluciones a lo largo del tiempo son muy semejantes y sus comportamientos tendenciales
también. Es decir, sus inflaciones en dólares son similares, por más que sus inflaciones locales tuvieron comportamientos disímiles. Gráfico 2
En conclusión, viendo los procesos de largo plazo, si se toman las inflaciones en dólares del petróleo y de la soja para todo el período, se termina teniendo una inflación promedio de 14,3% y 8,1% respectivamente. Ahora bien, las semejanzas que vemos en el com-
EL PAPEL DE LAS CORPORACIONES condiciones. Así como la Ley de Comunicación Audiovisual inició el camino para revertir el control oligopólico que ejercen las corporaciones mediáticas, en el campo de la producción se adoptó un conjunto de
medidas tendientes a eliminar o limitar aspectos de la acción de los grupos y parte de los beneficios obtenidos a partir de sus posiciones de poder. En ese camino se produjo la renegociación de la deuda externa, nacionalizaciones como
las de Aerolíneas Argentinas, Aguas Argentinas y Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF); incremento de las retenciones al agro; Ley de Tierras que limita la inversión extranjera; gravamen sobre la renta financiera con Ganancias. Y, también, la unificación de criterios para aumentar el control de las importaciones y establecer acuerdos de precio, como lo hace la Secretaría de Comercio. No obstante estos avances, no se adoptó aún el conjunto de políticas necesario para revertir en profundidad los procesos de concentración y extranjerización de las corporaciones económicas, que se han incrementado tanto en el GRAFFITI: LONDRES, GLOBAL STREET
bajo, y para afectar las posibilidades de un desarrollo económico autónomo y equitativo en el camino hacia una verdadera democracia con justicia social en el país. El aumento en la importancia y el peso de las grandes corporaciones, en especial las extranjeras, en la economía argentina, se mantuvo entre 2003-2013. Esa concentración se asocia a su evolución en el marco de la situación favorable del país, que creció a altísimas tasas, y cabe señalar que no tuvieron obstáculos o limitaciones importantes por parte del Estado para imponer su supremacía, a partir de su mayor capacidad financiera, tecnológica y logística y del consecuente control de los mercados, frente a sectores muchos más débiles del capital nacional, particularmente medianos y pequeños empresarios, imposibilitados de competir por sí mismos en igualdad de
portamiento de las inflaciones en dólares en estos países se corroboran cuando tomamos las inflaciones promedio para todo el período: Argentina 8,6%, Brasil 8,7%, Bolivia 7,2% y Colombia 7,4%. En definitiva, las inflaciones en dólares efectivamente tienen niveles de largo plazo muy similares y sus comportamientos tendenciales también lo son. Más aún, sus niveles de largo plazo son cercanos al nivel inflacionario de los alimentos y por debajo de la inflación en el costo de la energía. Una muestra más de que nuestras realidades económicas convergen casi de forma irremediable en el mediano y largo plazos. Muestra, también, que tener posiciones de políticas económicas conjuntas frente al resto del mundo es de extrema importancia y revisten un carácter estratégico para toda la región n * Director Ejecutivo del Centro de Investigaciones Socioeconómicas de Buenos Aires.
sector financiero, como en la producción y el comercio. Esa situación aumenta el poder de decisión y acción de esos actores, con las consecuencias negativas que acarrea en el campo económico y político. Por ejemplo, los aumentos injustificados y arbitrarios de los precios de los alimentos por parte de las empresas productoras y comercializadoras –que tienen un control significativo del mercado–, lo que afecta el acceso a los mismos de muchos argentinos y genera desequilibrios en la economía e importantes pérdidas en el poder adquisitivo de los salarios, con la consecuente incertidumbre y malestar de la población. En simultáneo, los grandes grupos incrementan significativamente sus beneficios, por ejemplo, a través de sus supermercados. Son las corporaciones, su poder y la falta de una legislación que las ponga en caja y proteja el desarrollo de la economía argentina y, sobre todo, el bolsillo de los trabajadores, formales e informales n
24 Econosur
21 al 27 de junio de 2015
NO ES UN COSTO, ES NUESTRO ALIMENTO
EZEQUIEL BARBENZA*
E PINTURA: SHAKA (MARCHAL MITHOUARD). FOTO MARIE-ASCHEHOUG CLAUTEAU
MARÍA EVA BELLINI
os primeros bancos privados surgieron de la necesidad de empresarios, productores, emprendedores, pequeños comerciantes, de disponer de capital (dinero) para ser reinvertido en su proceso productivo. Una vez que diera sus frutos, parte de la ganancia obtenida sería destinada a devolver al prestamista (banco) dicho capitaly, otra parte, a ser reinvertida en el proceso productivo en cuestión. Por otro lado, existían empresarios, productores, emprendedores que tenían excedentes en dinero, producto de sus ganancias, y para resguardarlo lo depositaban en el banco, lo que les permitía obtener una ganancia “extra” (el interés), en función del lapso de tiempo de esa “guarda”. En este proceso, el banco (el sistema financiero) era un intermediario entre el que necesitaba y el que le sobraba el dinero. Al primero, le cobraba un precio por el préstamo (tasa de interés de crédito) y al segundo, le pagaba un precio por el depósito (tasa de interés de depósito), la diferencia entre las tasas eran los futuros ingresos de la banca (sistema financiero). Por lo tanto, en ese inicio, los bancos constituyeron un elemento más del proceso productivo, en conjunto con la mano de obra, las maquinarias y los recursos naturales. A partir de la década del ’70 dicha función comienza a desdibujarse para pasar de ser el elemento principal en un proceso productivo, a convertirse en una fuente de gene-
L
ración de riqueza en sí mismo (la banca posee sus propios excedentes y toma decisiones de inversión sobre los mismos). Hoy, es el eje central del sistema capitalista, la forma de obtención de ganancias, de forma rápida, sencilla y sin grandes costos. Esta transformación llevó a que el sistema financiero constituya uno de los engranajes económicos de mayor poder a nivel mundial, donde confluyen la concentración y la centralización del capital. Éste ya no será independiente de los distintos sectores productivos, sino que estará conformado por los mismos, modificando sus direcciones según sus intereses: a quién le otorga crédito, cómo se otorga, a qué costo, de quiénes recibe depósitos, cómo los recibe, a qué precio. El sector alimentario no fue ajeno a ello y se generaron dos tipos de actores, los que se beneficiaron y los perjudicados por el cambio. Los primeros son aquellos productores agropecuarios que se referenciaron con el llamado agronegocio; los segundos son los que tratan de sobrevivir
mediante otro sistema de producción, vinculados a la agricultura familiar. De ese modo se construyeron dos tipos de economías, una centrada en el modo de producción capitalista y otra vinculada a la economía popular. Economía familiar
La agricultura familiar se encuentra enmarcada en la economía popular, donde su modo de producción difiere de la capitalista y, también, presenta características específicas, relacionadas con riesgos climáticos, tiempos de los ciclos productivos y muchas otras variables. Por lo tanto, necesitaría de ese sistema financiero inicial. El acceso al mismo le permitiría realizar inversiones que luego serían generadoras de mayores cantidades de alimentos, mejores puestos de trabajo y mejores ingresos para los productores familiares, mejorando de esta forma su calidad de vida y la del resto de los argentinos, en cuanto al acceso a alimentos. De ese modo, este intermediario sería una herramienta más, que favorecería la
LO QUE AUMENTA ES LA GANANCIA DE LAS GRANDES EMPRESAS
20 DE ENERO 7 DE FEBRERO AUMENTO TOMATE
0,80
0,85
6%
ARCOR
4,02
4,93
23%
CARREFOUR
5,65
8,02
42%
Fuente: Gentileza Roberto Navarro
expansión de la agricultura familiar. Sin embargo, ¿cuál es el razonamiento predominante tanto en los bancos para otorgar créditos, como de los productores vinculados al agronegocio a la hora de llevar a delante una inversión? Estos actores admitenla idea de “costo de oportunidad”.Esto implica que, frente a dos posibles destinos de la inversión, con dinero propio o prestado, decidirán en favor de aquella que mayor rendimiento les otorgue y “pagando” un costo; descartarán la otra opción. Ése es el costo de oportunidad. Ese concepto implica un razonamiento basado en el análisis costo-beneficio y la búsqueda de la máxima rentabilidad, que no existe en la agricultura familiar, está ausente en su lógica de producción que, en realidad, constituye un “estilo de vida”, donde la actividad productiva va más allá de la búsqueda de rentabilidad. La Agricultura Familiar privilegia la dignidad del trabajo, la conservación de los recursos naturales y la comercialización en el mercado de los productos a un “precio justo” para toda la sociedad. Es necesario cambiar el concepto de inversión desde las propias instituciones, las que deben entender que el acceso de la agricultura familiar al sistema financiero no sólo se reflejaría en cambios positivos como mejores ingresos, mejoras en las condiciones de vida o arraigo al ámbito rural. Esta acción debería incorporarse a la gestión de la banca pública, que debería “dar el ejemplo” a seguir al resto de las entidades å
n los últimos meses, el índice de precios está desacelerándose según la mayoría de las consultoras y el propio Indec. ¿Cómo se explica este fenómeno en el sector Alimentos, cuyo nivel de actividad viene repuntando? En Argentina, los hogares destinan en promedio un tercio del consumo a alimentos y bebidas, según la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2012/2013. Por lo tanto, el precio de estos productos afecta de manera fundamental la capacidad de consumo de la población. Sin embargo, dicha incidencia varía según el nivel de ingreso: entre la población de menores ingresos constituye el 43,3% de su consumo; el sector de ingreso medio le dedica entre 32% y 38% a este rubro y, entre los de mayores ingresos, baja a 26,2%. Por lo tanto, el nivel de precios de los alimentos impacta de manera regresiva en la distribución del ingreso del país. ¿Cómo se forman los precios de los alimentos que se consumen en el país? A grandes rasgos, en la cadena de producción y comercialización se pueden distinguir cuatro etapas. ä Producción y comercialización de insumos La cadena comienza en los insumos que todo productor de alimentos necesita para su proceso. Por ejemplo, el ganadero necesita alimento para sus animales. A nivel mundial, 10 corporaciones controlan el 16% de dicho mercado, destacándose Cargill en el segundo lugar. El pequeño agricultor que necesita semillas y pesticidas debe enfrentar un mercado aún más concentrado. Tomando el conjunto de semillas, sólo tres empresas (Monsanto, DuPont y Syngenta) dominan más del 53% del mercado mundial. Monsanto lidera la lista con una participación del 26%. La situación se agrava si se necesitan pesticidas para proteger a esas semillas: 6 empresas dominan más del 76% del mercado mundial, entre las cuales se encuentran, nuevamente, Monsanto (7,4%), DuPont (6,6%) y Syngenta (23,1%). ä Comercialización de la materia prima (en su gran mayoría, multinacionales) El 75% de la comercialización de granos y soja está en manos de 4 empresas: A.D.Midland, Bunge, Dreyfus y Cargill, quienes, junto a Nidera y Toepfer, explican el 60% de las exportaciones agropecuarias en Argentina. Cabe señalar que a nivel mundial se mantiene todavía una presencia importante de pequeños productores. ä Elaboración de alimentos (grandes grupos) Esta producción de granos y animales abastece a las empresas que procesan y elaboran la mayoría de los alimentos y bebidas que se consumen. Sólo 10 empresas procesan 1 de cada 3 productos que se consumen en el mundo, entre las que se encuentran las conocidas Nestlé, PepsiCo, Kraft,
Econosur 25
21 al 27 de junio de 2015
GRAFITTI: SAN PABLO
PUJA DISTRIBUTIVA Y FORMACIÓN DE PRECIOS EN EL SECTOR DE ALIMENTOS Coca-Cola, Unilever y, una vez más, Cargill. Varias de ellas tienen fuerte presencia en la Argentina. l Comercialización al público del alimento elaborado Finalmente, la comercialización de estos alimentos elaborados también queda en pocas manos, aunque el problema es diferente. Si bien la concentración mundial es menor (las 10 mayores corporaciones de supermercados explican alrededor del 11% de la comercialización), la mayoría de los países sufren de posiciones dominantes a nivel nacional. Las dos empresas más grandes en el mundo son Walmart (2,7%) y Carrefour (1,5%), ambas presentes en nuestro país. Como consecuencia del encadenamiento de este proceso, un pequeño productor tiene que negociar el precio de sus insumos con grandes multinacionales. El elevado precio resultante de la negociación desigual incrementa, de manera inevitable, sus costos. Una situación similar ocurre cuando procesadoras y comercializadoras, en una posición favorable, com-
pran ese producto a un precio conveniente para ellas y desfavorable para el pequeño productor. Además, existe una gran especulación financiera sobre las materias primas alimentarias, que incide directamente en la volatilidad de los precios de las mismas. Según la FAO, el peso de la espe-
culación financiera en la volatilidad implícita de los precios pasó de 10% en 1990 a 35% en 2009. Por lo tanto, casi un tercio de la variación de dichos precios se debe a la especulación. Las recetas de la ortodoxia económica para reducir la inflación generalmente giran alrededor de 4
propuestas: reducción de la emisión monetaria, reducción de lo que llaman “gasto público”, reducciones impositivas a las grandes empresas locales y extranjeras y endeudamiento externo. En el contexto actual, propuestas de este tipo implicarían que los recursos se concentren todavía en menos manos.
Las medidas adoptadas por el gobierno actual muestran una comprensión más multicausal de la formación de precios en el sector: Precios Cuidados, Red Comprar, reducción de tasas de interés destinadas al consumo y la inversión, administración del comercio y del giro de utilidades, abarcan a las verdaderas causas de los aumentos de precios: el interés de las grandes empresas y del sector financiero por captar un mayor porcentaje de la riqueza generada en el país. Por supuesto que resta mucho camino por recorrer, por ejemplo, protección del productor familiar de la trampa de las grandes corporaciones y generación de redes de comercialización que cobijen tanto al productor como al consumidor. De esa manera, los aumentos de AUH, jubilación e ingresos de los trabajadores, generarán una mejor distribución de la renta del país, y no sólo mayor tajada para las multinacionales y el sector financiero concentrado n *Economista. Director del Registro y Monotributo Agropecuario del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
OPINIÓN. Diego "Ruso" Urman. Editor responsable de la revista La Negra Nac & Pop
La concentración económica causa la suba de precios a concentración económica otorga a L quienes la detentan variados beneficios, entre ellos, el de poder regular los precios a su antojo para así intentar recuperar los privilegios que estos años de políticas económicas les ha reducido. Uno de los principales factores estructurales responsables de la suba generalizada de precios en la Argentina es la concentración económica. La misma es resultado de un proceso de reducción de actores económicos, donde los más débiles son absorbidos o directamente expulsados del mercado, mediante maniobras anticompetitivas de los actores más poderosos, con un resultado inmediato de disminución o desaparición de la competencia, lo que les otorga una posición dominante en el mercado. Este tipo de maniobras, muchas veces concretadas fuera del marco legal, no tienen el objeto de incorporarlas capacidades del absorbido/expulsado sino el de lograr el manejo total o de un porcentaje tal del mercado, por parte de los grupos más poderosos que les permita la imposición de condiciones comerciales y/o de producción a toda la actividad, y su posterior regulación, de acuerdo a su voluntad y por fuera de las reglas de la “libre competencia” proclamada. Es lo que se denomina posición dominante, una característica de los mercados capitalistas donde la falta de regulación genera grandes distorsiones en
la economía. En los mercados donde existe más de un actor para lograr esta posición de dominio es necesario alcanzar acuerdos de precios y condiciones; esta acción se la conoce como “cartelización”. En la economía local puede verse claramente en el sector supermercadista, donde entre 5 participantes definen los precios de góndola de los productos. Los mismos, además de decidir sus márgenes de ganancia, definen una redistribución inversa del ingreso, apropiándose de la renta generada por el negocio y de parte de la generada por los trabajadores al disponer precios desmedidos. Es necesario avanzar en un debate profundo sobre la forma de lograr la desconcentración de la economía, si se pretende profundizar el modelo de país que impulsa el actual gobierno; del mismo modo que se hizo con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que impulsa la desconcentración de los medios, se debe avanzar en esa línea en materia económica. Primer paso: poner límites
La posición dominante en amplios sectores de la economía es ejercida de manera abusiva con dos objetivos principales: generar mayores ganancias y generar escenarios que les permitan ampliar este dominio. Los eslabones débiles son sus víctimas, consumidores re-
henes y pequeñas empresas que no pueden resistir el embate y la presión de estos poderosos. La tarea inicial debe ser poner límites que acerquen al equilibrio entre capital y trabajo, que permita el normal desarrollo de los negocios, incentive la inversión y permita ganancias razonables para quienes los emprenden, además de poner freno a los abusos a los que hoy está expuesta la población, con aumentos de precios, regulación de la oferta o estiramiento en plazos de pago a productores y proveedores, entre otras maniobras especulativas. Sin ninguna duda, permitir que Disco, Coto y Carrefour tengan ganancias del 127%, 154% y 166% sobre su patrimonio es dejar en manos de inescrupulosos la calidad de vida de los argentinos. En países desarrollados, los porcentajes de rentabilidad se encuentran entre el 3% y 15%, regulados por una legislación que les impone multas millonarias en caso de abuso. Segundo paso: mayor poder al Estado
En este contexto, el Estado debe profundizar y ampliar su función de control de esas relaciones de producción y consumo. La actual intervención que ejerce para regular este aspecto de la economía parece insuficiente o, por ser los ciclos económicos tan largos, sus resultados se ven a muy largo plazo y surten un efecto demasiado tardío, con lo que
no cumplen el objetivo de proteger al consumidor. Es necesario debatir cuáles son las nuevas herramientas con que debe contar el Estado para evitar estar siempre a la defensiva y contar con capacidad de transformación de las causas y no sólo de las consecuencias. Se debe buscar el equilibrio a partir de una participación más activa en los sectores que por su importancia lo requieren. El Estado debe participar como un actor más en los mercados más sensibles de la economía, una participación en competencia con las mismas reglas de juego que tiene el resto de sus participantes, donde la diferencia esté dada en la voracidad de la apropiación de la rentay en la que se planteen márgenes de ganancias lógicos del negocio que desarrollan. Estas propuestas responden a un importante cambio en la concepción del papel del Estado que, en definitiva, constituyen una profundización del camino iniciado con la creación del observatorio de precios y la regulación de las relaciones de producción y consumo. El Estado es el que debe llevar adelante la conducción política, también de la economía, por lo tanto, es necesario pensar y construir las nuevas herramientas para que cumpla con esos objetivos y sostener su intervención, partiendo de la concepción keynesiana pero avanzando en sus alcances n
26 Econosur
21 1º al 7 27de demarzo junio de 2015
POLÍTICA ECONÓMICA Y DERECHOS HUMANOS
a política económica y financiera desarrollada por el gobierno de Videla al frente de la Junta Militar y el de Martínez de Hoz al mando del Ministerio de Economía, dejaron su marca en la historia de la sociedad argentina, que no sólo tiñó el resto del devenir de la política gubernamental dictatorial militar corporativa, sino que varios de sus ejes llegan hasta la actualidad. Sobre todo si se analiza el modelo socioeconómico desarrollado durante los años noventa, continuador de esquemas ideológicos neoliberales y las prácticas reformistas de privatización y reducción de capacidades estatales. La sanción de la normativa jurídica de facto de la “Ley de Entidades Financieras”, junto con la emitida previamente, referidas a las “Inversiones extranjeras”, puestas en marcha a partir del golpe, dejan un escenario económico y societal profundamente transformado: la emergencia de un nuevo actor como es el sector financiero, con presencia marcada de agentes de gran porte y origen extranjero. Una alteración del patrón de acumulación centrado en la producción –e industrialización– mercado-internista del “Modelo de industrialización sustitutiva de importaciones” o “Modelo “ISI”, hacia uno regulado por la circulación de capitales bajo el formato de la valorización financiera. Un proceso de endeudamiento externo que será el eje clave sobre el que se materializará la transferencia de recursos mediante la liberación de esquemas especulativos y de fuga de capitales al exterior. Como herencia de esta dictadura se aprecia una fuerte redistribución del ingreso y la riqueza del país, que reorientó valores y recursos desde el sector de los trabajadores y la clase media hacia sectores concentrados. El terrorismo estatal avanzó vulnerando y violando derechos civiles y po-
DE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR CORPORATIVA A LA ACTUALIDAD
líticos básicos de la ciudadanía moderna contemporánea; del mismo modo, el despliegue y concreción de los lineamientos del plan económico desarticularon y vulneraron derechos económicos, sociales y culturales que fueron construidos y ampliados a lo largo de gran parte del siglo XX. De allí que se reiteren como marca persistente hasta la actualidad los cortes y violaciones cometidos contra los derechos humanos, con los daños y perjuicios introducidos por la desigualdad,
forjados en dicho período en base a un marco estructural de disciplinamiento social, ampliado en numerosos sectores con asiento en el uso del terror y la violencia estatales, por un lado, y la aplicación de reformas de fundamentos del modelo económico neoliberal por otro. Asimismo, en varios casos particulares, a partir de negocios manchados o salpicados con sangre, como los sucedidos en relación a ciertos bancos, como el Hurlingham, o de algunos financistas (Martínez Blanco, Tomase-
vich, Koldobsky, Combal), o bien, en la esfera productiva, lo sucedido con las familias. Iacarinno o Paksvan, entre otras. La reversión de la Historia.
En definitiva, la dictadura produce un proceso de reorientación y redistribución simbólica y material de la riqueza, que detonará en la crisis del año 2001-2002 en Argentina. Los indicadores sociales que dejan esos tiempos remiten al recorrido de una reversión de la historia, partiendo del año
1975 con una diferencia distributiva entre el decil superior e inferior de 15 veces a más de 40 veces, con un aumento sideral de la pobreza y la indigencia, a raíz de una economía desarticulada con más de la mitad de la población con problemas de empleo, dado el proceso de desindustrialización experimentado en la década noventista en un marco de endeudamiento externo de enormes dimensiones. El camino recorrido, sobre todo a partir de 2003, expone la construcción de sentidos de mayor inclusión e integración en las diversas esferas de la producción de vida social en nuestro país. Con mucho de reproducción social vinculado a la presencia de actores de capital concentrado de origen nacional –oligopolios, fijadores de precio– y muchos de capital extranjero, pero también con cambios de orientación, con ciertas innovaciones en los mecanismos y dispositivos de integración social y desarrollo económico que permitieron una marcada reducción de la pobreza e indigencia y reconfiguración de las clases medias en el país. Se abre como desafío en el futuro cercano un horizonte de trabajo por la ampliación y consolidación de derechos que permita seguir transitando las sendas ya iniciadas, apostando por un mundo otro, que promueva la integración de la sociedad de modo integral n * Sociólogo. Coautor de La dictadura del capital financiero, con Celeste Perosino y Bruno Nápoli.
GRAFITTI: BARRIO DE HACKNEY, LONDRES
L
GRAFITTI: TUNEZ, PROJECT TUNISIA
LIC. WALTER BOSISIO*
EL FMI Y LA GLOBALIZACIÓN DE LA MISERIA PEDRO LUIS ANGOSTO Periodista
l Fondo Monetario Internacional comenzó su singladura destructora tras la conferencia de Bretton Woods un 27 de diciembre de 1945, víspera en nuestras latitudes del día de los Inocentes. El propósito de los primeros promotores fue impedir que se volviesen a repetir los terribles desajustes económicos que llevaron a la crisis de 1929 y a la depresión generalizada de la década de los treinta que concluyó con la Segunda Guerra Mundial. En ese primer momento se trataba de crear un supervisor mundial que velase por la equilibrada fluctuación de las divisas estatales, el desarrollo del comercio mundial y la previsión de desequilibrios macroeconómicos que pudiesen po-
E
ner en peligro la economía”, explica el periodista español Pedro Luis Angosto. En su artículo sobre “El FMI y la globalización de la miseria”, considera que a raíz del golpe de Estado de Pinochet en 1973 y de la aparición de las políticas neoliberales de la Escuela de Chicago que irrumpieron en el mundo con fuerza tras la victoria de Ronald Reagan y Margaret Thatcher “se produjo un acercamiento entre los economistas y funcionarios ultras del gobierno norteamericano y los del FMI, convirtiendo al organismo económico internacional en garante planetario de la ortodoxia de la doctrina económica ultraliberal”. El también doctor en Historia agrega que durante los años ’70, la actividad del FMI se centró casi exclusivamente en Chile y, poste-
riormente, “todas y cada una de las dictaduras latinoamericanas –Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Venezuela, El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua…– sufrieron en las carnes de sus habitantes los efectos destructores de las directivas del Fondo, destinadas en su mayoría a incrementar la deuda de los Estados mediante préstamos leoninos de inaplazable y perentoria devolución, que obligaban a drásticos recortes en el gasto público”. La llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 –remarca–, marcó el declive de la tiranía del FMI sobre los Estados latinoamericanos. Y, en la actualidad, tras más de cuatro décadas “de imposición de las doctrinas austericidas y contrarias a los Derechos Humanos por parte de Estados Unidos, la UE y el FMI, Europa Meridional
agonizan como hace unos años agonizaba Latinoamérica”. Concluye que, “bajo el auspicio de la potencia hegemónica que dicta e impone brutales medidas para expandir el beneficio de los menos y desmontar los Estados democráticos, por la fuerza de sus
bombas o de su FMI, podemos estar asistiendo al principio del fin del capitalismo tal como lo hemos conocido y al desmantelamiento del comercio mundial”, como producto de la “obra criminal del FMI, de quienes lo financian y de quienes todavía lo defienden” n
Econosur 27
GRAFITTI: CIUDAD ABANDONADA DE PRIPYAT, NORTE DE UCRANIA. FOTO BGNES
21 al 27 de junio de 2015
SISTEMA NUCLEAR INTERNACIONAL
NO PROLIFERACIÓN Y CONTROL DE MERCADO GABRIEL N. BARCELÓ
a energía nuclear no podía haber tenido peor presentación a la opinión pública: el 6 de agosto de 1945, cumpliendo una de las peores consecuencias de la ecuación de Einstein: E=mc2, menos de 1 gramo de materia se había transformado en energía calórica y otras radiaciones sobre Hiroshima. Tres días después algo similar sucedió sobre Nagasaki. En cada caso esa energía causó las mayores pérdidas de vida y destrucción de la Historia para una sola explosión. A pesar de eso, las posibilidades que el control de esta tremenda energía del átomo implicaba para el desarrollo humano fueron evidentes desde el primer momento. Antes de las explosiones, Enrico Fermi había probado una reacción nuclear controlada y poco después de esos eventos se dijo que la energía nuclear iba a ser demasiado barata para medirla, hasta la Ford comenzó a diseñar un automóvil nuclear. También se comprendió que los países que tuvieran capacidad tecnológica nuclear y decidieran usar-
L
la para la guerra, contarían con una ventaja aplastante sobre los que no la tuvieran; y que si el número de esos Estados comenzaba a aumentar, tarde o temprano se desataría en el mundo una conflagración con armas nucleares cuyas consecuencias eran impredecibles y, potencialmente, apocalípticas. En 1967 surgió el Tratado de Tlatelolco, declarando a América latina zona libre de armas nucleares, y en 1968 el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. En lo esencial, los firmantes de este último, que se dividen desde el principio en poseedores y no poseedores de armas nucleares, se comprometen a cuatro cosas: Los NO poseedores, a no desarrollarlas ni poseerlas. Los poseedores, a no transferirlas y a negociar para desarmarse de esas armas, y a cooperar con los no poseedores en los usos pacíficos de la energía nuclear. El conjunto se compromete a someterse a inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), perteneciente a las organizaciones internacionales conexas al sistema de las Naciones Unidas, para controlar que el tratado se cum-
ple, aunque sólo en los referido a las instalaciones para uso pacífico; aquellos que tuvieran instalaciones para uso militar, no tienen obligación de someterlas a esas inspecciones. El “inalienable derecho de todas los naciones a un desarrollo nuclear pacífico” constituye el marco de este dispositivo. Muchos países lo encontraron demasiado discriminatorio para firmarlo, incluso dos de los cinco poseedores (Francia y China) no lo hicieron hasta 1992. En el ínterin, las restricciones al comercio nuclear comenzaron a ser cada vez más estrictas. Esta tendencia tuvo un pico en 1974, con la explosión de la bomba ató-
Los países centrales disfrazan sus intereses alegando preocupación por la paz.
mica de la India, estado no firmante del TNP. A partir de allí, los países con capacidades tecnológicas en el área nuclear se agruparon, primero en el Club de Londres, después en el Grupo de Proveedores Nucleares (NSG) que, desde entonces, es el que fija las restricciones al comercio de bienes y servicios nucleares. Frenos al uso pacífico
Este sistema de control global fue acompañado por otros, para ocuparse de los riesgos, reales o imaginarios, de un uso terrorista de materiales radiactivos por entidades no estatales (terrorismo nuclear) y de posibles acciones destinadas a provocar, deliberadamente, accidentes nucleares en instalaciones civiles. Los principales impulsores de estas iniciativas, curiosamente, son los Estados que poseen armas nucleares y continúan aumentando sus arsenales y los principales destinatarios de esas preocupaciones son los países que procuran aplicar el conocimiento nuclear para usos pacíficos. También se parecen en que las restricciones impuestas condicionan el avance de los desarrollos de estos últimos y dejan
a criterio de una “comunidad internacional”, influida por los poderosos, el derecho mismo al desarrollo nuclear, presuntamente garantizado por el TNP. Se hace así muy difícil diferenciar las legítimas preocupaciones de los países centrales por el mantenimiento de la paz nuclear, de sus intereses estratégicos económicos y meramente comerciales. El NSG es presidido, en este momento, por un argentino, el Embajador Rafael Mariano Grossi, reelegido por primera vez en la historia del organismo, para un segundo período consecutivo. Este lugar es clave para garantizar la ecuanimidad y vocación del mismo por el desarrollo nuclear de todos los países. Aún con plena conciencia de estar parafraseando un lugar común, cuando el bicho tiene orejas de elefante, trompa de elefante y, sobre todo, patas de elefante, lo más probable es que, al menos, corra el riesgo de terminar comportándose como un elefante. Aunque su legítima intención sea la de ser otra cosa n *Miembro del IInstituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO)
28 Econosur
21 al 27 de junio de 2015
GRAN GASODUCTO SUDAMERICANO Aires Litoral sería de 6 a US$ 6,5/MBTU, menos de la mitad del costo actual de los barcos de GNL. Un valor más que razonable para Brasil y también para la Argentina, ya que implicaría un ahorro extraordinario frente al GNL y aun del gas traído de Bolivia (US$ 10/MBTU).
ING. JOSÉ ANDRÉS REPAR*
a iniciativa supone una solución a los problemas de abastecimiento energético para Sudamérica, con la participación de Venezuela, Bolivia (productores y potenciales abastecedores), Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile, demandantes de gas. El proyecto de integración energética tuvo su auge en 2006, y se proyectaba un gasoducto de más de 8.000 kilómetros, transportando unos 150 millones de pies cúbicos de gas al día, cuya construcción demandaría entre cinco y siete años. La distribución de las reservas comprobadas de Gas Natural en América del Sur es la siguiente: Venezuela (146,5 trillones de pies cúbicos, TCF), Bolivia (28,7 TCF), Argentina (23,4 TCF), Brasil (9,0 TCF) y Perú (8,7 TCF). En 2006, Sudamérica y Centroamérica participaron sólo con un 5% de la producción mundial y consumieron 4,6%. Argentina es el mayor mercado de la región, con un 40% del consumo de Sudamérica y un 60% del consumo del Cono Sur, y su energía eléctrica es esencialmente térmica a base de gas. Venezuela y Brasil consumen, respectivamente, un 26% y casi un 20% del consumo de Sudamérica. Pero el país con mayor potencial de crecimiento de consumo de gas de la región es Brasil. Se pueden prever varias dificultades en la ejecución de ese ambicioso proyecto, como resistencia de los grupos ecologistas radicados en América del Sur y en el exterior, incluso incentivando la resistencia de comunidades locales a lo largo de su trayecto; irregularidad de las inversiones financieras de los socios; oscilación de los precios de los productos industriales necesarios para la construcción; posibilidad de estallar una gran crisis financiera internacional; resistencia política de opositores al proyecto de integración sudamericana; el ambiente político y macroeconómico inestable predominante en la región, a consecuencia de la predominancia del neoliberalismo, visto que el proceso de integración depende de la participación de los gobiernos nacionales en la solución de varios obstáculos. Sin embargo, la idea de la integración sudamericana y la concepción estratégica del anillo energético son suficientemente fuertes para hacer realidad el Gasoducto del Sur.
L
Costos y viabilidad
Los costos unitarios de un gasoducto de 100 bar de presión (unidad de presión) son de unos 25 U$/m-pulgada. Este Gran Gasoducto Sudamericano, saliendo de Puerto Ordaz sobre el Río Orinoco hasta Campana, sobre el Paraná, otro gran río sudamericano, tendría una longitud de 6500 km.
Brasil y Argentina
CHÁVEZ Y KIRCHNER. PLANIFICANDO EL GASODUCTO DEL SUR EN EL 2005.
Desde Puerto Ordaz hasta Campo Grande (cruce con el actual gasoducto Bolivia-San Pablo) hay 3000 km y a un diámetro de 46 pulgadas se contempla un costo de 3.450 millones de dólares. Este tramo transportaría hasta 70 millones de m3/día. De Campo Grande a Paso de los Libres (Corrientes) hay otros 3000 km (con un diámetro de 36 pulgadas) y un costo de 2.700 millones de dólares. Transportaría cerca de 30 millones de m3. El último tramo de 500 km se repartiría con el tramo existente de 24 pulgadas (Gasoducto del Mercosur) hasta Santa Fe y otro nuevo de 24 pulgadas hasta Campana, con costo de 300 millones de dólares. Ambos ramales transportarían 20 millones de m3/día. El monto total del GGS asciende a US$ 6.730 millones.
El gasoducto podrá transportar 40 millones de m3/d para Brasil y 30 millones de m3 para la Argentina. De aquí, con un swap (contrato de intercambio a futuro) se reexportarían unos 10 millones de m3/día a Chile y a Uruguay, vía los gasoductos existentes. Se daría así un aprovechamiento pleno tanto
Integración UNA EMPRESA REGIONAL PARA EL TRANSPORTE DE GAS ES UN GRAN DESAFÍO PARA SUDAMÉRICA, Y UNA PALANCA PARA LOS PLANES DE DESARROLLO DE CADA UNO DE LOS PAÍSES.
en el Norte como en Gas Andes. Además, la mayor parte de estas compras se podrían pagar a Venezuela con productos locales agropecuarios o industriales, compensando la balanza comercial y disminuyendo la necesidad de divisas, que como se sabe para el caso de los barcos de GNL son al contado rabioso. Los costos de operación y mantenimiento pueden ser similares y hasta un poco menores de los largos gasoductos transiberianos de longitudes parecidas al GGS. También se pueden tomar como referencia los múltiples ductos en EE.UU., en particular entre Texas y la zona de Chicago. Todas las referencias determinan valores de O&M del orden 3,5/4 U$/MBTU para el transporte de los 6.500 km. El costo final en San Pablo y en Buenos
A Brasil y Argentina les convendría evaluar en forma conjunta la oportunidad de la construcción del Gran Gasoducto del Sur (GGS) impulsado en su momento por los presidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner, proyecto que por distintas razones Brasil desestimó, entre ellas, la de creer que esa importación no era necesaria por el desarrollo de los yacimientos off shore del Presal, cuya explotación es difícil y costosa, en momentos en que surge la necesidad de alimentar las nuevas usinas térmicas. El gasoducto regional es un verdadero proyecto de integración que puede ser encarado por Venezuela, Brasil y Argentina. Recientemente, Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso Vladimir Putin, señalaba que Rusia planea proponer la creación de una asociación energética con los Brics dedicada a garantizar la seguridad energética de los países miembros. “Los Brics son estados que se están desarrollando muy rápidamente. La coordinación de sus políticas energéticas contribuirá a garantizar una estabilidad en el desarrollo, una seguridad económica real de los países miembro”, indicó. La misión de la asociación será el desarrollo de una política energética común. Entre los miembros de los Brics, únicamente Rusia es importante productor de gas y petróleo, ya que Brasil posee grandes yacimientos, pero, si bien tiene cubierta su demanda de petróleo, sigue necesitando importar gas. En materia de seguridad energética existe en la región una amplia gama de ámbitos de cooperación. En particular, el análisis de las tendencias de los mercados mundiales de hidrocarburos y otros portadores de energía, el desarrollo de una política energética conjunta, el aumento de la seguridad mediante la solución de varios problemas de exportación/importación de combustible con la diversificación del suministro. La constitución de una empresa regional conformada en cada país como empresa de transporte de gas, es un desafío integrador para toda la región. Este gasoducto puede ser un proyecto a ser financiado por el Banco del Sur, de inminente puesta en marcha. Un aporte de un tercio del costo total por cada país socio no parece un monto imposible n * Ex vicepresidente del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargás), Argentina.