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A fondo Los misioneros valencianos Eugenia Lloris y Paco Almenar nos acercan a la situación que se está viviendo en la Amazonía

Desde el pulmón de la tierra...

Paseamos con él y estuvimos escuchando los desafíos del vicariato, sobretodo la falta de recursos humanos, pero hay una experiencia de mucha humanidad y trabajo. Abrió su agenda, para estos itinerantes, que llegábamos de Iquitos en dirección a Puerto Maldonado. Un viaje que nos duró aproximadamente un mes. Un mes lleno de rostros, experiencias, desafíos, y que, guardamos en nuestro corazón y en la mochila de la vida. Cuando caminábamos por el pueblo muchos le saludaban. Es conocido y tiene tránsito por todas las casas y ambientes. Cuando durante la pandemia, todos desaparecieron o se escondieron por miedo y sin recursos, el Hermano Juan, no dejó de pasear, acercarse, saber las necesidades y atender en la medida de sus posibilidades a todos. Efectivamente se contagió, pero no dejó de servir. Conocimos sus esfuerzos por dedicarse a la educación, foco de atención y dedicación desde hace siglos Actualmente cuenta con: 1. La escuela internado, de 1929 aprox. Fue el centro de la Educación de la Amazonia peruana. De aquí nace lo de Atenas del

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Ucayali, como centro de irradiación de la educación, gracias a la labor de un gran número de franciscanos. Cuentan que, se organizó la educación de mujeres. Una construcción que continúan adaptando y mejorando gracias a los esfuerzos y pequeñas ayudas que van recibiendo. Lo poco bien invertido puede ser mucho. 2. El ambulatorio, con médicos que trabajan por horas. Para ayudar por el Covid compró concentradores y balones de oxígeno. La Iglesia católica, llegó, como en tantas otras ocasiones, donde los Gobiernos no llegan, ni asumen su responsabilidad. 3. El recinto de las pastorales sociales. Tiene un proyecto de micro-créditos (no ofrecen más de 3.000 soles, pues tiene un 60% de morosos), que facilita el crecimiento y desarrollo de las familias. 4. La ODEC (Organización de Educación Católica), ubicado en la residencia del Obispo. 5. Pedagógico. No hay profesores ni una línea de acción del Gobierno para la interculturalidad. Esperan desde hace años otra escuela con preparación universitaria. 6. Tecnológico. Dedicado a la formación de los indígenas de las comunidades. Con estudios gratuitos de formación profesional. También cursos y planean nuevas instalaciones para acoger el curso de enfermería tan necesario allí. 7. La escuela “María Inmaculada” de las hermanas dedicada a la formación de las mujeres, desde la llegada de las Franciscanas Misioneras de María, en 1919. Actualmente, experimentan dificultades para conciliar las condiciones y exigencias del Gobierno. Todo esto nos lleva a pensar en la necesidad de contextualizar y buscar los caminos para que la educación continúe siendo significativa y respondiendo a los desafíos del mundo actual, en dialogo con las culturas. En este tiempo tan especial, en que se recomienda “quédate en casa”, podemos encontrar la casa a kilómetros de distancia. La pandemia nos aisló en otras tierras, permitiéndonos conocer lugares donde nos sentimos en casa, como Requena, que también es terreta. A todos aquellos que lean estas páginas, solo deseo que tengan deseos de abrirse a buscar su casa, su lugar en este mundo, nuestra Casa Común, lejos o cerca, donde podamos ser testigos, como Juan lo es, de que todos somos hermanos. Juan, espera que otros quieran unirse a este desafío. Nosotros volveremos el próximo año, para sumar, conocer y apoyar. ¿Te animas? Hacer del mundo nuestro hogar y de la tierra que pisamos nuestra casa, es tarea de todos. La tierra es nuestra casa común. Comencemos esta itinerancia, primero interior, para

estar en nuestra casa, en nosotros mismos, y desde ahí abrirnos a todos esos espacios comunes, donde entramos en comunión con los demás, porque en el fondo todos buscamos lo mismo: el sentido de nuestra existencia.

Por otro lado, la frontera entre el estado de Acre (Brasil) y Madre de Dios (Perú) escenario de emergencia social y humanitaria constante desde el cierre de la frontera por la pandemia, el pasado mes de febrero recibió la llegada de cientos de migrantes que, quedando bloqueados en el puente que une ambos estados, generó una “situación dramática” con la “Republica del Puente” que duró hasta el 8 de marzo, pero la “República de los Migrantes en Camino” sigue y seguirá existiendo en las miles de personas que se ven forzadas a emigrar por otras crisis.

Oscar González, misionero menorquín escribe: “Los migrantes nos cuentan sus historias y encontramos, entre ellas, tres denominadores comunes. El primero es sobre su llegada, en dos oleadas: tras el terremoto de 2010 que devastó Haití; y antes del Mundial de fútbol de 2014. También la pérdida del trabajo por la pandemia y la crisis económica. Para capitalizar su viaje lo han vendido todo. Por último, lo que todos quieren del Perú: “Pasar”.

También el misionero jesuita valenciano Francisco “Paco” Almenar, misionero en la Amazonía desde hace más de 25 años, escribía: “La mayoría son haitianos, pero también hay africanos y hasta de Bangladés y Paquistán. Hay bastantes niños pequeños y de pecho, y varias mujeres embarazadas y hasta en silla de ruedas”, y muchos de ellos “son gente cualificada, pero a causa fundamentalmente del desempleo por la crisis sanitaria quieren atravesar el Perú para llegar a otros países, como México, o a su lugar de origen”. Y continuaba “llevamos días con noches de lluvia debajo de plásticos en esta situación precaria, con violencia y personas heridas.

El 16 de febrero, ante la pretensión de cruzar a Perú de manera forzosa, la policia dispersó al grupo con crudeza golpeando a hombres, mujeres embarazadas y hasta niños recibieron golpes. Tras esto, declaraban: “Queremos salir de la Republica de Brasil, la Republica del Perú no nos quiere, así que vamos a fundar la Republica del Puente”. La pequeña población de Assis acogió en sus escuelas, ahora albergues, a 670 migrantes. El personal de la Asistencia Social del ayuntamiento no para de atender, organizar, sacar recursos de donde no hay, para alimentar a este gran grupo y dar asistencia sanitaria. Por su parte, el Equipo Itinerante,

acompaña a los migrantes “haciendo de mediadores en el conflicto” y repartiendo alimentos y agua. Igualmente, “proporcionando lonas para cubrirse, pero nuestros recursos son limitados”, señala. Óscar escribe: “no dejamos de atender y acudir al puente y a los albergues para acoger, mostrar solidaridad, escuchar, ser presencia gratuita en medio de esa realidad.

Y continúa: “Ahí en ese espacio, sin cruzar la frontera ni viajar miles de kilómetros, hacemos nuestra itinerancia interior. Esa itinerancia que empieza al escuchar las historias de vida de tantas personas que huyen de la miseria, de la explotación o al oír el empeño por alcanzar un amanecer para él y su familia. (...) Para recorrer esa itinerancia es preciso aprender a cruzar nuestras propias fronteras mentales o afectivas, sin hacer juicio, sin mirar desde nuestros propios lentes, sin condenar… pero si con la mirada y la palabra que acoge, si con la sonrisa cómplice, con el juego divertido con los niños y niñas, así se van configurando los lazos que unen a la humanidad.

Itineramos junto a los migrantes, las manos dadas, la emoción a flor de piel, la ternura en los ojos, la sonrisa pronta, la confianza construida, la alegría al vernos otro día y saludarnos puño a puño y poner después el propio puño en el corazón en señal de respeto. Todas las personas somos hermanas.”

Esta pandemia ha demostrado que las fronteras han servido para crear y fortalecer las redes de tráfico de personas Y al mismo tiempo han dejado entrever el racismo e hipocresía de las sociedades. Lo que paga un blanco o mestizo (también a la policía) para cruzar un río o desplazarse en autobús, para un negro vale mucho más. Así se van quedando días y viendo fracasar los planes, mientras que los migrantes que no son negros, en un par de días resuelven el trámite de cruzar ilegalmente.

Damos las gracias a los migrantes por sensibilizaros, por poder ver en vuestros ojos la resiliencia, por esa vitalidad y esa alegría que emanan, por esa determinación, aprendimos con vosotros. Les deseamos tanta fuerza en el camino, como la que estos días nos han transmitido, para que lleguen donde deseen. Siempre habrá fronteras del corazón que deberán cruzar.

Almenar pide oraciones “para que pronto pueda haber una solución a nivel mundial para estos casos límites”. Geni Lloris, apunta que “es necesario que todos seamos conscientes de lo que pasa y actuemos” y asegura: “No pienses que lo que puedes donar es muy poco porque lo que a ti te parece poco para ellos puede ser enorme”, expresa. “Las ayudas que siempre nos han llegado vienen de pequeñas contribuciones de muchos. Todos podemos hacer algo, y juntos llegamos más lejos”.

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