Archivos a la red; aprende a utilizar la nube Olvídate de las estorbosas cajas de discos y documentos; ahora puedes guardar toda tu información en internet para tenerla siempre a la mano en cualquiera de tus dispositivos Luis Felipe Castañeda
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de noviembre.- La revolución tecnológica no cesa, y ahora, a la par de un creciente número de usuarios de dispositivos móviles, se ha multiplicado el entusiasmo por el almacenamiento de datos en la red. Confiados en la transición de lo análogo a lo digital los usuarios han depositado una fe casi ciega en la posibilidad de guardar toda clase de información en la red, en la nube, como se le conoce al procesamiento masivo de datos y almacenamiento de información en grupos de servidores conectados a internet. A ese conjunto se le conoce como Cloud Computing, la nube. Para entender cómo funciona la nube se debe imaginar la interconexión de miles de servidores alrededor del mundo. Al subir la información ésta se almacena en los servidores de manera que quede disponible para su consulta en cualquier parte del planeta con el único requisito de contar con una conexión a la red siempre que se quiera acceder al almacenamiento. Si bien el fenómeno ha ganado popularidad en los últimos meses, el servicio ha funcionado desde el nacimiento de la red pues uno de los principios básicos de la misma parte de la premisa de interconectarse en cualquier parte. Servicios como los de correo electrónico, redes sociales y mensajería han sacado provecho de esas posibilidades logrando que el usuario acceda a los mismos sin la obligación de conectarse a través del mismo equipo. Ahora ha ganado más adeptos gracias a la posibilidad de subir y guardar tu información a la nube. Cualquier cosa es susceptible de guardarse para su posterior consulta en la red. Documentos, fotografías, música, programas de cómputo, cualquier elemento del archivo se puede convertir en unos y ceros, almacenarse en la red y utilizarse cuando sea necesario. Se puede hablar de la nube como un disco duro invisible. Ahora, entérate paso por paso cómo es el proceso para guardar tu información en la nube. 1.- Música y fotos El primer paso consiste en digitalizar los archivos que quieras almacenar. Por lo general, los usuarios lo hacen con fotografías, música, archivos de trabajo, calendarios o información de contactos. Hacerlo es sencillo. En el caso de la música, iTunes, uno de los centros multimedia más populares, simplifica mucho el trabajo pues las canciones que se compran a través del sistema se almacenan de manera automática en la nube permitiendo que descargues los archivos en los dispositivos que tengas autorizados para reproducirlos. El único
inconveniente es que la política de Apple limita a cinco los equipos que pueden compartir la información. Para tener disponible en la nube el respaldo de la música que se importa manualmente, aquella que no se comprar en la tienda de Apple, tendrás que contratar el servicio de iTunes Match. Éste se integra de manera automática a tus dispositivos que usen iOS, el sistema operativo de Apple, y te permite almacenar tu colección completa. Este punto es vital si se pretende que la biblioteca musical sobreviva al paso del tiempo pues la nube, como la conocemos ahora, no tiene una fecha de caducidad definida, contrario a lo que sucede con los discos compactos y los viniles cuya vida se calcula entre 10 y 15 años. Tras ese tiempo, estos soportes pueden comenzar a presentar pérdida de datos. Su funcionamiento es sencillo. iTunes Match revisa tu biblioteca musical en busca de los temas que existan en iTunes Store para marcarlos como disponibles. Solamente aquellos que no encuentre de entre los más de 26 millones que existen en la tienda serán subidos a la nube de forma manual. El servicio tiene un costo de 300 pesos por año con tarjeta de crédito. Con las fotografías el proceso es similar. Si bien ahora proliferan las cámaras digitales que ya almacenan las imágenes en formatos comprimidos, jpg en su mayoría, aún existen personas que apuestan por el negativo y la impresión de las fotos. En su caso, un escáner es indispensable para convertirlas en imágenes digitales que se puedan guardar en la red. Una vez que se tienen los archivos digitales, se debe seleccionar el servicio con el que se quiera trabajar. Hay varias alternativas, aunque para editar y almacenar fotos existen opciones muy populares como Flickr, Picassa y Photoshop Express. Cada una de ellas permite al usuario modificar cualquier imagen con distintos efectos que van desde la corrección de ojos rojos, saturación de colores, modificación de los niveles y hasta ajustes de tamaño y de resolución. Su ventaja radica, además de que corren en la red por lo que no se requiere instalar nada en la computadora, en que sus álbumes son sencillos de crear y de fácil control y manejo. Ideal para explotar al fotógrafo que llevas dentro, para mantener cierto orden en las imágenes que capturas y hasta para invitar a otros a echar un vistazo a tu trabajo. 2.- Escoge el almacenamiento Apple ha revolucionado el sistema de almacenamiento en la nube con su propio servicio iCloud. En él la empresa Apple, fundada por Steve Jobs, ha logrado que sus dispositivos, iPod Touch, iPhone, iPad o sus computadoras de escritorio, sincronicen de forma automática la información que se guarda en la red. Los servidores de Apple, ubicados en Carolina del Norte, serán los depositarios de la información que desde ahí es enviada a cualquier parte del mundo cuando el usuario lo solicite.
Para utilizar el servicio debes contar con una cuenta de usuario de Apple y asegurarte de que todos tus dispositivos cuenten con el sistema operativo iOS5 o uno posterior, para luego seleccionar qué quieres guardar en la red. Respaldo de tu correo, contactos y calendario, así como las notas y recordatorios o la música, películas y aplicaciones que compres podrán sincronizarse con la simple activación del servicio en las preferencia del dispositivo. Tan sencillo como eso. Tras hacerlo, podrás compartir tu información en cualquiera de tus dispositivos y acceder a ella cuando lo requieras, siempre y cuando tengas acceso a internet. Es importante recalcar que el servicio de iCloud gratuito ofrece cinco Gb de espacio de almacenamiento, suficiente si se toma en cuenta que en él no influye el almacenamiento de la música, películas, aplicaciones y libros que se hayan comprado a través de iTunes. Si requieres más capacidad se puede comprar, mediante tarjeta de crédito pues las de prepago no funcionan, con planes que van desde 10 GB extras al año por 240 pesos. Para los usuarios de otros sistemas operativos como Windows, Linux o Unix, existen opciones que permiten el almacenamiento virtual. Si bien, estos últimos no cuentan con la integración automática con otros dispositivos, sí es posible guardar archivos en la nube para descargarlos y manipularlos posteriormente. Dropbox es uno de los más sencillos y amigables. Basado en web y descrito como un servicio de alojamiento de archivos multiplataforma, permite almacenar y sincronizar archivos en línea entre computadoras, además de compartir archivos y carpetas con otros usuarios. El proceso es sencillo. Primero, como en todas las otras opciones, se debe crear una cuenta para el servicio y después escoger entre la versión gratuita y la de paga. En la gratuita se comienza con una capacidad de dos Gb, sin embargo ésta puede aumentar si recomiendas la aplicación. Con cada uno de tus recomendados que se sumen a la red, Dropbox te regalará 500 Mb más de almacenamiento. La versión de paga tiene planes desde 100 Gb y un costo de 9.99 USD mensuales. Su uso es sencillo. Basta con descargar el archivo de instalación, o la aplicación en el caso de los dispositivos móviles, y éste creará una nueva carpeta en el equipo. Ahí se arrastrarán los archivos para compartir, de modo que queden disponibles desde otra computadora. En el mercado existen otras opciones como Fileserve, Mediafire, Rapidshare o Megaupload. Ésta última ha desatado una de las persecusiones legales más grandes de los últimos años luego de que el FBI acusara y arrestara a Kim Dotcom, su fundador, por pirateríainformática. ¿La razón? Que los servidores no tienen control sobre el material que uno guarda en sus servidores. Así, pues, tienes total libertad para guardar lo que quieras. Estos servicios funcionan bajo los mismos parámetros. Permiten que el usuario seleccione qué archivo quiere guardar en la red y ofrecen opciones para su acceso. Se puede permitir que cualquiera entre y descargue el archivo o bien se puede proteger su
confidencialidad con contraseñas que logren que sólo tú y quien tú quieras puedan ver la información. 3.- Trabaja a distancia La nube es un concepto que va más allá del almacenamiento puro. A la par de su crecimiento, se ha dado la aparición de aplicaciones que trabajan directamente desde la red. Google Docs, por ejemplo, permite trabajar en un documento y permitir que de manera simultánea alguien más haga cambios en él. A partir de Google Drive, quizá el mayor competidor para el iCloud de Apple, el sistema de trabajo y almacenamiento del buscador es uno de los más sólidos y confiables. Con una capacidad de cinco GB y gratuita, la plataforma permite crear documentos accesibles para cualquiera que tenga los permisos necesarios. Así, crear un reporte colectivo es sencillo pues cada uno de los interesados añade lo que crea conveniente dejando que todos, en tiempo real, vean las modificaciones que se hacen. Además, y esto se presenta como uno de sus más grandes beneficios, para usarlo no hace falta nada más que una cuenta de Google. Olvídate de instalar programas que hagan lento tu equipo, con Google Drive todo se hará en y desde la red. La nube, sin embargo, no ofrece sólo la posibilidad de trabajar documentos de textos pues existen aplicaciones para casi cualquier cosa.
4.- Juega en todos lados Los videojuegos han sido punta de lanza en el desarrollo de la tecnología de almacenamiento a distancia. Plataformas como Origin y Gamecenter ayudan a que juegues el mismo título en distintas plataformas con la ventaja de que no perderás tu progreso al cambiar de dispositivo. Al trabajar de forma automática y con el mismo requisito que antes, la creación de una cuenta gratuita, basta con registrarse una vez al comenzar el juego para que todos tus logros y récords se respeten. Así, puedes jugar el nuevo FIFA 2013 en tu consola Xbox, de Microsoft, y retomar tus avances cuando juegues el mismo título en un iPhone, dispositivo de Apple. Para lograrlo, tanto Origin como Gamcenter, trabajan bajo la premisa de albergar tu información en la red de manera que cada que entres con tu usuario y contraseña puedas recuperar tus récords.