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VENEZUELA - COLOMBIA, JULIO 2017 • AÑO XVII - EDICIÓN # 217 •
Los maestros,
héroes en La Guajira Naa ekirajuliikana eeji’iraa a’ainchii julu’u na’yatain yaa Wajiira
Fotos: Ana Karolina Mendoza
Agua, alimentación, transporte y útiles escolares son las principales carencias de los estudiantes en los centros educativos rurales de Uribia, la Alta Guajira. El Gobierno no les baja recursos, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) tampoco llega. Pero los maestros salen al frente y asumen los traslados, aportan de su bolsillo para agua y refrigerios. Ellos son malpagados por el ministerio de Educación. -PÁGS 4 Y 5-
El rebusque de los niños wayuu
Publican Ale’eya, la obra de Paz Ipuana
Abandonan las aulas y se exponen al peligro de la Troncal del Caribe. Niños, niñas y adolescentes se concentran en el mercado Los Filúos, municipio Guajira del estado Zulia, para trabajar y llevar comida a sus hogares. Ellos cuentan sus historias.
En Paraguaipoa le rindieron homenaje al escritor Ramón Paz Ipuana. Presentaron su obra, Ale’ya, que en dos tomos explica la cosmovisión y las costumbres ancentrales wayuu.
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La deserción escolar es una de las consecuencias del trabajo informal de los pequeños wayuu
Los niños que se rebuscan para comer Naa tepichikana juma namuliain achajaashi nakuaitpa jupulee jamu ji’iree kataa o’ut
Al menos 70 niños laboran la jornada diurna -12 horas- en el mercado Los Filúos. Venden café, frutas; negocian y aspiran combustible. A algunos no les pagan con dinero, sino con comida
Los niños wayuu en la Guajira se rebuscan trabajando en el mercado Los Filúos. Foto: Algimiro Montiel
ALGIMIRO MONTIEL @ALGIMIROMONTIEL
Los Filúos, Venezuela. En el mercado Los Filúos no se duerme.
Las dos jornadas laborales duran 12 horas. Ahí conviven quienes venden y compran gasolina y comida de contrabando, quienes vienen y van a Maicao. Y, con ellos, niños que abandonaron los salones de clase
para trabajar en lo que sea y llevar dinero a sus casas. Arturo* se conoce los cinco callejones del mercado como si tuviera un GPS. Lleva un termo azul y negro en una mano y en la otra una torre de vasitos plásticos. Entre sus dedos, dobla rápidamente uno para hacer un ruido, así todos saben que va pasando el “Cafecero”. “Aquí somos muchos vendedores. A veces solo vendo medio termo porque la gente tampoco compra tanto”, dice el niño de 11 años, mientras camina las polvorientas calles atestadas de carritos por puesto y de mercancía en las aceras. La crecida del trabajo infantil en el municipio Guajira en el primer semestre de 2017 ha generado preocupación en la población, porque todos los días se ve cómo el comercio legal o no es manejado por niños y adolescentes con edades comprendidas entre 6 y 14 años. En la jornada de 6.00 de la mañana a 6.00 de la tarde puede haber al menos 70 niños trabajadores en el mercado Los Filúos. “Reparamos cauchos de motos, carros y camiones. Y, a diario, mi papá me da para llevar la comida a la casa, porque no me paga con efectivo. Pero es bien, porque les llevo comida a mi mamá y a mis hermanos. Mi papá no vive con nosotros”, cuenta Antonio*, de 12 años, quien es el ayudante de su padre en una cauchera. Para estos niños el peligro y el ajetreado tráfico es parte de su día a día, porque tienen que lidiar con la competencia. El que se mueve más, produce más. El que está más a la vista es quien vende más. Con un pedazo de cartón en la mano que indica el precio del “punto”
(medida de 20 litros) de combustible, Guillermo tiene 10 años y está parado en la orilla del puente de Los Filúos, cerca del mercado. Al ver venir un camión 350 se acerca para ofertarle la gasolina al chofer. Él se encarga de llevar a los compradores a la “caleta”. “Ahí, alguien más chupa la gasolina; pero, a veces, no hay nadie y me toca a mí hacerlo y llenar las pipas que compre el cliente”, detalla el niño que no terminó el cuarto grado. En la entrada del mercado, está Marbelis* quien también vende café, pero no le “zamurea” los clientes a su hermano Arturo. Tiene 15 años y quiere volver a estudiar. “Tenía buenas notas en la escuela de Youruna, donde vivo; pero mi mamá no tenía plata ni para mis zapatos y eso me daba tristeza. Tampoco podía mantener a mis otros cinco hermanos, por eso decidí ponerme a vender café; a veces, vendo frutas, también. Cuando veo a las estudiantes tan bonitas con su uniforme, me da envidia. Yo ando con mi ropa sudada de tanto sol que aguanto y sin poder estudiar”. La situación de los niños y adolescentes wayuu es preocupante. Por eso, el Consejo Municipal de Protección del Niño, Niña y Adolescente realizó a finales de junio pasado una campaña para la concientización de la población. A los menores de edad y a los padres se les entregaron trípticos y se les dio una charla de cómo afecta la salud de los niños la aspiración de gasolina, por ejemplo. Además de los daños en la salud, precisaron los daños en el desarrollo emocional e intelectual de los infantes. *Los nombres de los niños y de la adolescente se cambiaron para resguardarlos.
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El pasado 30 de junio, en el auditorio de la biblioteca Héctor Salah Zuleta, se realizó el evento ‘100 Días de Gobierno y Gestión’, donde Weildler Guerra Curvelo, gobernador (E) del departamento Guajira presentó un informe acerca de los resultados obtenidos desde el inicio de su mandato. “El presidente Santos me designó buscando brindarle estabilidad institucional al departamento. Además, con el deseo de que trabajara por la población indígena, especialmente la niñez”, aseguró el mandatario al iniciar el evento. La Guajira tiene un mapa de conflictos históricos sociales. Ejemplificó con los casos de Parque Eólico, Manaure, Maicao y Puerto Nuevo, en donde Guerra Curvelo ha gestionado para su pronta solución. “Conjuntamente con los diálogos locales que hemos tenido con el fin de resolver diversas problemáticas. En distintas ocasiones tuvimos la oportunidad de entablar una conversación nación-región con el presidente Santos, el vicepresidente Óscar Naranjo y otros altos funcionarios del Gobierno nacional. Estos diálogos han sido fructíferos”. En cuanto a las relaciones internacionales del Departamento, el gobernador destacó la cooperación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), para trabajar a favor de los emigrantes y desplazados que han llegado a La Guajira. En el mismo caso también mencionó el trabajo realizado con Migración Colombia y la gestión de la Tarjeta de Movilidad Fronteriza. Con respecto a los nexos del Caribe insular, Guerra Curvelo informó que se han mantenido conversaciones con el gobierno de Curazao y distintas entidades de Aruba y de República
Dominicana, con el fin de regresar a los vínculos anteriores del Departamento con estos países, para fortalecer la economía a través del intercambio cultural, el comercio y el turismo. Uno de los puntos que generó mayor atención entre los asistentes fue el tema de la salud. El mandatario expuso a través de cifras la disminución de 42 % en las muertes infantiles por desnutrición. Informó también que el mes de junio cerró sin ningún deceso de este tipo. “Estamos trabajando en un proyecto que proporcionará 15 ambulancias a los diferentes hospitales de La Guajira. Otro logro de la salud será el cambio del hospital de Riohacha, el cual será de alta complejidad”. La educación fue otro tema del cual habló. Ya se gestionaron 28 mil millones de pesos se invertirán en transporte escolar. También serán dotados centros educativos del Departamento, incluidos los de la Alta Guajira. “Estamos trabajando en la bialfabetización para que los indígenas wayuu puedan reconocer el idioma español y también los símbolos típicos de su etnia. También se proporcionarán 300 becas de posgrado para maestros y estudiantes”. Obras como la del puente de la quebrada Moreno fueron gestionadas en estos 100 días. Otra obra de este tipo fue el Plan de Desarrollo Portuario, la inversión de 79 mil millones de pesos para vías terciaras y la terminación del estadio de Maicao. En próximas semanas el mandatario se reunirá con Invias, para planificar carreteras que beneficien a las poblaciones de Río Ancho y La Jagua del Pilar. Guerra Curvelo también hizo referencia a los asuntos Indígenas, de Vivienda, Deporte, Planeación y Cultura en que ha trabajado en estos tres meses de mandato. Aseguró que seguirá enfocado en el Departamento y trabajará por este junto con su gabinete.
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Agua y alimentación son las principales carencias de las instituciones educativas en la Alta Guajira
Los niños de Uribia sólo cuentan con sus maestros Naa tepichikana yala Uriiwia naya’ala ne’erajaka o’ut naa ekirajuliikana jukajee nayain eein yala namaa
El Gobierno no les baja recursos a los centros etnoeducativos rurales. Los docentes trabajan con dinero de sus bolsillos o con donaciones de sus paisanos. El año escolar corre peligro, también en el Internado de Siapana ANA KAROLINA MENDOZA @ANAKAROLINAMP
Uribia, Colombia. Veintidós centros educativos hay en Uribia, municipio
donde se concentra la Alta Guajira. De estos, 17 son etnoeducativos. El Centro Etnoeducativo Rural Puay tiene sede en Sirramana y es el que más comunidades wayuu alcanza:
cuenta con 35 aulas satélites, ubicadas en las rancherías, desierto adentro, «donde no llega la inversión del Gobierno y los maestros son los líderes, los héroes», resalta Isidro
Ibarra, director de la institución. El camino es polvoriento. Y la distancia entre una comunidad y otra es, medida en tiempo, de al menos media hora.
Centro Etnoeducativo Rural Puay Imelda Vanegas escribe sumas y restas en la pizarra, debajo del techo de zinc. Los niños y niñas copian, concentrados, la tarea. —Son 24 alumnos—dice la docente. —No, maestra. Somos 22—le interrumpe Juan Carlos, en perfecto castellano, porque sospecha que quienes lo observan no entienden el wayuunaiki: son alijunas. Él y todos sus compañeritos son wayuu. Ambos se ríen. Dos hermanitos faltaron a clases ese miércoles, porque estaban enfermos del estómago. —Y aquí no los podemos tener. No tenemos cómo atenderlos. En Puay están secos. El agua no llega ni por la lluvia, ni por cisternas; tampoco hay tanques ni pozos. Los estudiantes toman el agua que
compran los maestros cuando tienen unos pesos de más. «Estamos gestionando unos tanques de agua. Es muy difícil mantenerlos aquí sin agua. Hace mucho calor, no vientea. Además es lo mínimo que podemos darles», dice el director, Isidro Ibarra. En una letrina, alejados de las enramadas que fungen como aulas, hacen sus necesidades. Dos congeladores y una nevera, además de una mesa con ollas golpeadas componen la cocina de la institución. No hay frutas, verduras; ni algo para comer. «Es la única aula satélite que tiene cocina por ser la
principal y la más cercana a Uribia, la capital». En Puay, se instruyen a 116 niños, niñas y adolescentes wayuu, desde pre-escolar hasta bachillerato.
Aula satélite Warerapo N°1 (Son 4) En cada viaje van tres niños. Más no caben en la moto de José Del Río, maestro de segundo y tercer grado. Él busca a sus alumnos en sus casas en la mañana y los lleva al mediodía. «A veces me colabora un hermano mío que tiene una camionetica y me lleva a los pelaítos en el cajón», cuenta el docente, mientras acomoda a los tres pasajeros que viven en la misma comunidad. El Programa de Alimentación Escolar
COMPROMISOS
Fotos: Ana Karolina Mendoza
(PAE), según un cartel decolorado pegado en una de las paredes de las aulas, debe darles a los 70 estudiantes –la matrícula total- el desayuno. Del Río no recuerda cuando fue la última vez que les proveyeron desayuno a los pequeños. «Por eso, además de que no tenemos transporte escolar, es que yo me encargo de llevar y traer a los alumnos. ¿Con qué fuerzan caminan trechos tan largos, debajo del sol?».
Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, se reunió con el gobernador (E) de La Guajira Weildler Guerra Curvelo y con los alcaldes del Departamento el pasado 15 de julio en Riohacha. La educación fue uno de los temas centrales del encuentro. Se comprometió a invertir unos 40 mil millones de pesos en ampliación y construcción de escuelas. La ministra de Educación,
Yaneth Giha, aseguró que en la tercera semana de julio distribuirán los alimentos del PAE en las comunidades indígenas. Prevé que en agosto comience a funcionar el transporte escolar en Uribia; para financiarlo, la Gobernación presentó un proyecto de regalías por 28 mil millones de pesos. Precisó que han nombrado mil 850 nuevos docentes en Uribia, Riohacha y Maicao.
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Aula satélite Warerapo N°3 La comunidad no en vano lleva el mismo nombre que su autoridad tradicional: Ramón González Jusayú. Él tiene 51 años y es normalista superior, graduado en Uribia. Sale de su ranchería solo para echarle gasolina a su camión 350 que compró en Venezuela y, cuando tiene cinco o 10 mil pesos libres, para comprar gaseosas y galletas que al día siguiente les lleva a sus alumnos: los niños y niñas que cursan el tercer grado B. «Trabajamos con amor y sacrificio», dice en castellano con marcado acento wayuunaiki. Sus estudiantes son variopintos, aunque sus caritas se parecen. Son variopintos, porque unos visten uniforme, otros la vestimenta wayuu y unos más, cualquier otra prenda.
Aula satélite Kepischon Copia en la pizarra, pero no deja de mirar a la niña que está detrás, a su izquierda. Al terminar, Elina Martínez se acerca a la pequeña y le toca la frente, el cuello y los bracitos. Se cerciora de que no tiene fiebre. —¿Todavía te sientes mal?—le pregunta al maestra. La pequeña asiente con la cabeza. —Pero, ¿qué te duele? Dime, mi amor. Y la niña se toca la barriguita. «Aquí estamos graves. No tenemos agua y no tenemos comida para darles a los niños. Muchos de ellos venían a clase sólo para comer, porque era el único plato que tenían
seguro durante el día», cuenta la educadora. De 25 alumnos que tiene entre cuarto y quinto grado –los dos grados los da en el mismo salón-, a diario le faltan entre cinco y ocho estudiantes. La situación de Kepishon es particular: solo hay tres maestros para pre-escolar y primaria. Y el salario de cada uno es de un millón 80 mil pesos. Ellos, como Imelda Vanegas, José Del Río y Ramón González Jusayú, también sacan de su bolsillo plata para llevarles agua, medicinas y uno que otro bocadillo. Los maestros son el único apoyo para los niños de Uribia que aún asisten a las escuelas.
«Vienen con lo que pueden. Casi todos calzan guaireñas, porque son los únicos zapaticos que tienen». Tampoco tienen útiles Desde el año pasado no les llega el kit que les enviaba el ministerio de Educación: un morral con cinco cuadernos, lápices, colores, reglas, sacapuntas y borrador. Ramón también les surte estos materiales, bien sean comprados por él o por donaciones que gestiona con otros paisanos. «Yo no puedo negarles la educación. Ese es un derecho como niños y como ciudadanos». Por eso, debajo de la enramada o debajo de los cujíes, como hacen sus otros 11 compañeros docentes, ellos madrugan de lunes a viernes para darles clases a sus pequeños.
*
FALTA DE DOCENTES, AULAS Y COMIDA En Uribia «urbana», como llaman a la capital del municipio, sólo hay una escuela: el Instituto etnoeducativo Julia Sierra Iguarán, donde estudian 1830 niños, niñas y adolescentes desde pre-escolar hasta bachillerato. Este plantel presenta tres problemáticas puntuales: el déficit de docentes, la ausencia del Programa de Alimentación Escolar (PAE) y el hacinamiento. Hay 66 maestros, de los cuales 17 no han recibido nombramiento por parte del ministerio de Educación, precisó la directora Graciela Sillé. Este año escolar la institución no ha recibido el PAE, por lo que han tenido que reducir la jornada cuatro horas: los alumnos salen a las 12.00 del mediodía. «Dábamos desayuno, almuerzo y merienda; pero este año no llegó el PAE. He enviado varios oficios y no he recibido respuesta». En oficinas, talleres y gradas escuchan clases los muchachos. Julia Sierra Iguarán necesita que le construyan más aulas. En el hacinamiento ha influido el ingreso de niños venezolanos. «A todos estudiantes venezolanos los recibimos, así sea en calidad de asistentes, mientras sus papás legalizan sus documentos. Vienen con muchos deseos de estudiar y se ven felices en sus aulas. Lástima que llegan muy mal preparados. Por su edad cronológica les corresponde sexto grado, pero les hacemos las pruebas y quedan e tercero». Los venezolanos son de Maracaibo, Mara, Paraguaipoa y Sinamaica.
Siapana, angustia binacional Desde Riohacha o desde Maicao hacia el Internado de Siapana son seis horas y media de viaje. Queda al Norte de la península La Guajira, cerca del Parque Nacional Natural Macuira. Es el internado más grande de la Alta Guajira, le sigue el de Nazaret, y su alcance es binacional: recibe estudiantes desde pre-escolar hasta bachillerato. Y a los más grandes se les imparten, además del contenido de cada grado, proyectos
agroproductivos, cónsonos con la economía wayuu para que puedan egresar también con un oficio. Pero el Internado de Siapana está en crisis. No puede alojar a los 550 niños y adolescentes que están internos, porque sus hogares quedan en comunidades lejanas o en el estado Zulia, Venezuela. «No se les ha garantizado el alimento que es lo más importante», resalta la rectora Gina Zamudio. Tampoco se
ha garantizado el pago del personal administrativo. El año escolar inició el 20 de enero «sin ningún aporte del Gobierno y sin ningún contrato o vinculación de los docentes, solo con recursos propios». No aguantaron más la situación de precariedad y el pasado 20 de mayo cerraron las puertas de Siapana. «Ya era insostenible tener a los alumnos allí. Ya sus familias, sobre todo la de los
alumnos venezolanos, no podían enviarles la comida. Además de que los docentes, que también son padres de familia, necesitan cobrar su salario». El 23 de junio pasado, los maestros y representantes aprovecharon la visita de Oscar Naranjo, vicepresidente de Colombia, a La Guajira para protestar por la situación del Internado y de las 28 sedes educativas en las que estudian un
total dos mil 25 alumnos. «Estamos preocupados y necesitamos una respuesta inmediata no a larga plazo. Está en juego el años escolar y el bienestar de los pelaítos», denunció Deyanira García, representante y egresada del Internado de Siapana. La protesta llegó a Bogotá. Y Pablo Jaramillo, viceministro de Educación, les respondió: «No hay políticas públicas para los internados». Siapana sigue cerrado.
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Sistema astronómico de medición del tiempo-espacio wayuu MANUEL ROMÁN FERNÁNDEZ
El indígena wayuu, por su relación y creencia en lo espiritual, siempre ha adorado, admirado y observado todos los fenómenos naturales del espacio infinito y de su entorno, porque es parte de su deidad del cual cree que la vida tiene su origen y parte del más allá, desde el epicentro de la Galaxia de Espiral, la cual está explicada
milenariamente en la Cerámica o Amuchi Wayuu, donde se ilustra en grafías las figuras de los elementos naturales como el agua, almacenada en el envase y dador de vida. Esto explica por qué en la sociedad wayuu no existe instrumento alguno que precise una medición, por ser muy restringido el concepto del “tiempoespacio” en el mundo wayuu. Los wayuu determinan el día y la noche con los astros y sus movimientos,
observando el sol en el día y lo relaciona con su sombra y cuando se está en el campo, determinan el tiempo por el cantar de ciertos pájaros. En la noche se guían por las estrellas y de los movimientos de ciertos astros como la luna, entre otros, además del cantar de ciertas aves y animales nocturnos. Sin embargo para los wayuu costaneros, es decir, los que viven en las costas y se dedican a navegar, estos se guían por el movimiento del viento
y de las aguas con tan solo observar el cielo, todo tiene una correlación entre sí. A continuación he aquí cómo un wayuu se guía durante las veinticuatro horas del día y la noche. Trato de hacer una correlación o aproximación para ser entendido de forma comparativa al Sistema de medición del Horario gregoriano con la que se guía actualmente el mundo de los alijunas (Occidentales) en el cuadro que sigue:
WAYUUNAIKIRÜ
CASTELLANO
HORARIO APROXIMADO
Aliaalü / Aliaa’t Maalia E’ishojooirü Aitka Awasaajaairü Aitka Ja’yuuitpa Eweetushi Ka’i ka’i Awaralajaashi Ka’i ka’i Ayale’raashi Ka’i ka’i A’yulaashi Ka’i ka’i Wattaichi y/ o Yaamuin Ka’i ka’i Kale’ujeematüirü Kale’ujana Alatuirü juulia Kale’ü Apooliraitchi Ka’i ka’i Aliuukairü Alü’ütchi jupüla nikeroluin Ka’i ka’i Ekero’leematuitchi o E’ishojooshi Ka’i ka’i Ekerotchi Ka’i ka’i Epiu’ujaasü Pi’iuuitpa o aitpa’ajana Kaleirü Aitkat Ja’waijana o Sa’waijana Juse’erüü Ait
Entrando ya a la madrugada (a esa hora cantan los gallos) De madrugada Vista de las primeras auroras en el amanecer Está por amanecer Amanecer o amaneció (despeje de la oscurana y llegada de la luz del sol) Sale el sol: referido a la salida del sol Referida a las primeras salidas de los rayos solares o brillos del sol Se eleva el sol Se calienta el sol Indica que ya es casi media mañana Es casi de medio día De mediodía Ya es pasado meridiano Indica que ya entra o se adentra en la tarde Es de tarde El atardecer crepuscular El ocaso del sol / Próximo a ocultarse el sol Ocultamiento del sol Está anocheciendo Es de noche Que es de noche Que es tarde de la noche Medianoche
1:00 a 2:30 a.m. 3:00 a 4:30 a.m. 4:30 a 5:00 a.m. 5:00 a 6:00 a.m. 6:00 a 6:30 a.m. 6:30 a 7:00 a.m. 7:00 a 7:30 a.m. 7:30 a 8:00 a.m. 8:00 a 9:00 a.m. 9:00 a 10:30 a.m. 10:30 a 11:50 a.m. 12:00 m 1:00 a 2:00 p.m. 2:00 a 3:00 p.m. 3:00 a 5:00 p.m. 5:00 a 6:30 p.m. 6:30 a 6:50 p.m. 7:00 p.m. 7:00 a 7:30 p.m. 7:30 a 8:30 p.m. 8:30 a 9:30 p.m. 9:30 a 11:59 p.m. 12:00 a 12:59 p.m.
Aprendiendo Wayuunaiki PROF. MANUEL ROMÁN FERNÁNDEZ
WAYUUNAIKIRÜ
CASTELLANO
Juse’eru’ujana ait wayaa O’uneena waya Aliaalü Anteechi pia watta’a maalü Te’ree amuinrü pia watta Kale’üpunaa Pi’ikajaa tamuin watta aliukapunaa Ja’ayuuitpa, jo’uya maa Ayonnajeechi taya watta aitpa’a pumaa Olojeechi taya Ja’awai atpanaa E’irajushi taya aitpa’ainka junain asawaa Talatashaanashi taya pumaa aitpa’ainka Pu’unajaa to’u watta aliukapunaa
Ya es medianoche Nos iremos entrando ya de madrugada Te vienes en la mañana temprano Te quiero ver mañana en horas del mediodía Me la llevas mañana en horas de la tarde Ya amaneció, vamos ya Bailaré mañana por la noche contigo Cazaré por la noche conejos Anoche canté bebiendo Anoche estuve muy contento contigo Visítame mañana por la tarde
PRESIDENTA EDITORA: DULCINEA MONTIEL | DIRECTORA EDITORIAL / FUNDADORA: JAYARIYÚ FARÍAS MONTIEL | JEFATURA DE REDACCIÓN: ANA KAROLINA MENDOZA | GESTIÓN DE ALIADOS: ANA KAY FARÍAS | COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN Y TRADUCCIONES: MANUEL ROMÁN FERNÁNDEZ | DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: MARCO MEJIAS VERDEJO | CONSEJO EDITORIAL: NEMESIO MONTIEL, WEILDLER GUERRA CURVELO, ESTERCILIA SIMANCA PUSHAINA | ASESORES JURÍDICOS: MEREDITH FERNÁNDEZ, NICOLINO PRIMI MONTIEL, ERICK GONZÁLEZ | COLABORADORES: ISIDRO IBARRA, SAÍLYN FERNÁNDEZ, ALGIMIRO MONTIEL, ELÍMENES ZAMBRANO | SOPORTE TÉCNICO: HS PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL | REDES SOCIALES: GIROS360 VE | IMPRESIÓN: DIGITAL COLOR C.A. | OFICINA VENEZUELA: URBANIZACIÓN LA ROSALEDA | TELÉFONOS VENEZUELA: +58 416 6693669 - 412 1275790 | OFICINA COLOMBIA: RIOHACHA, LA GUAJIRA | TELÉFONOS COLOMBIA: +57 304 6174027 | EDITADO POR: FUNDACIÓN WAYUUNAIKI - RIF: J-30892663-9 (VENEZUELA) / SERVICIOS INFORMATIVOS DE LA GUAJIRA E.U. - NIT: 839000775-3 (COLOMBIA) | AÑO: XVI | EDICIÓN: 217 | CORREOS: WAYUUNAIKI@YAHOO.COM / MERCADEOWAYUU@GMAIL.COM / WAYUUNAIKI2017@HOTMAIL.COM | FACEBOOK: WAYUUNAIKI | TWITTER: WAYUUNAIKI_VE | INSTAGRAM: WAYUUNAIKI_VE | PÁGINA WEB: WWW.WAYUUNAIKI.COM.VE
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En dos tomos se compila la filosofía y la cultura del pueblo indígena
Siembran la obra de Paz Ipuana en la Gran Nación Wayuu Naa ekirajuliikana eeji’raa a’ainchii julu’u na’yatain yaa Wajiira En Paraguaipoa se homenajeó al autor. Los textos están a la venta en la Asociación Wayuu Alaülayu, en Riohacha REDACCIÓN WAYUUNAIKI
Paraguaipoa, Venezuela. Ramón Paz Ipuana dejó textos manuscritos y otros transcritos a máquina. El investigador Rafael Mercado los organizó, leyéndolos uno a uno, bajo la orientación de Neima, Neida, Mayui y Esmeralda, hijas del escritor y maestro wayuu. La compilación lleva por nombre Ale’eya. Estos escritos no son una invención literaria, pero en ellos están plasmadas las historias orales de Julamia, Ala’lai, Waleker, origen de las tribus wayuu. Para los niños, niñas y adolescentes es un gran
aporte filosófico y cultural, por las explicaciones de la cosmovisión wayuu en su lengua materna, el wayuunaiki. La obra de Paz Ipuana también fortalece la supervivencia de la cultura ancestral. Por eso la celebraron su lanzamiento y honraron a su autor en la Casa de la Cultura Prof. Albino González, en Paraguaipoa, en junio pasado.
Contenido
Dos tomos. En el primero habla de la cosmovisión wayuu; mientras que en el segundo se detallas los Conceptos y descripciones de la cultura wayuu: la organización social, los rituales y las normas
de cortesía, la vestimenta, la gastronomía, la medicina tradicional, la danza, el entierro y los modos de enunciar los tiempos en wayuunaiki. Ambos se encuentran en la Asociación Wayuu Alaülayu, en Riohacha. El Fondo Editorial Wayuu Alaülayu donó la obra completa al colegio Fe y Alegría Ramón Paz Ipuana, de Cojoro; a la Casa de la Cultura Prof. Albino González; a la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu y a la Biblioteca Juyou. Con una biblioteca binacional soñó Paz Ipuana. Ya su obra está presente en la Gran Nación Wayuu.
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