Tomo 42

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DIRECCION DE BIBLIOTECAS A R C H IV O S Y M U SEO S

Ministro de Educaci贸n P煤blica Subsecretario de Educaci贸n

Director de Bibliotecas. Archivos y Museos

RICARDO LAGOS ESCOBAR RAUL ALUVRD NEUMANN

SERGIO VILLALOBOS RIVERA

Impreso en el Museo Nacional de Historia Natural -Equipos donados por el Gobierno de Jap贸n-


BOLETIN MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL

Director LUIS CAPURRO SOTO Conservador del Museo Nacional de Historia Natural

Editor DANIEL FRASSINETTI C.

Comité Edilor

ELIANA DURAN 8. Jefe de Sección Antropología

PEDRO BAEZ R. Jefe de Sección Hidrobiología

MELICA f^UNOZ S. Jefe de Sección Botánica

DANIEL FRASSINETTI C. Jefe de Sección Paleontología y Mineralogía

ARIEL CAMOUSSEIGHT M. Jefe de Sección Entomología

JOSE YANEZ V. Jefe de Sección Zoología

Consultores para este número: Arturo Candía. Mariela González. Julio Reyes. Renalo Reyes. Michael Sallaóerry. Alejandro Troncoso, Alberto Veloso.

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Dirección de Bibliotecas, Archivos y Muscos Inscripción N® 79.757 Edición de 800 ejemplares M useo Nacional de Historia Natural Casilla 787 Santiago de Chile


SE O FR E C E Y ACEPTA CAN JE Exchange w ith sim ilar publications is desired. O n désire l’échangé avec des publications congénères W ir bitten um A ustauch mit aehnlichen F achzeitschriften. Si desidera il cam bio con publicazioni congeneri D eseja-se a p erm u ta com as publicacóes congéneres.

L as opiniones vertidas en cada uno de los artículos publicados, son de exclusiva responsabilidad del a u to r respectivo.


BOLETIN MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL SANTL\GO DE CHILE 1991

SUMARIO

Ü IIA E. R A M IR E Z y G L O R IA R O JA S E l género Colpomenia (F.C. M ertens ex R oth) D erbés et Solier (Phaeophyceae), en C h ile ..................

11

JZ A B E T H B A R R E R A e IN ES M E Z A C a ra a e rístic a s de la epiderm is foliar de las G im nosperm as c h ile n a s .............................................................

25

ES M E Z A y C A R O L IN A V IL L A G R A N E tn o b o tàn ica de la isla A lao, A rchipiélago de Chiloé, C h i le ............................................................................

39

IRM AN N U Ñ E Z , JO S E N A V A R R O y JO S E L O Y O LA

Liolaemus maldonadae y Liolaemus crisiiani, dos especies nuevas de lagartijas para Chile (Reptilia, S q u am ata)...........................................................................................................................................................................

79

|\N C. T O R R E S -M U R A y M A R IN A L. LEM U S A vifauna acuática de la Laguna del Laja (A ndes de C h ile ) ..............................................................................

89

R G E G O L O W A S H , H E R M A N N U Ñ E Z y JO S E Y A Ñ E Z La victoria del pingüino antàrtico en la Isla Ardley: ¿ventaja física o mayor agresividad?......................

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DA NN C A N T O , P A M E L A R U IZ y JU A N C. C A R D E N A S N ecropsia de Ballena Franca A ustral, Eubalaena ausimlis y consideraciones sobre m anejo de la e s p e c ie .................................................................................................................................................................................

Á n C. C A R D E N A S . JO S E Y A Ñ E Z, JU L IO C. R E Y E S y K. van W A E R E B E E K N uevos registros de cetáceos par? el archipiélago de Juan Fernández, C h ile .............................................. 113


D A N IE L F R A S S IN E T T I y V L A D IM IR C O V A C E V IC H N ueva cspccic de Glycym crididac (M ollusca, Bivalvia) para el M ioceno del golfo T res M ontes (A isén, C h ile ) ....................................................................................................................................................................... 121

- y /A L E J A N D R O TRO N CO SO '

'

P aleonicgaflora de la Form ación Navidad, M iem bro N avidad (M ioceno), en el área de M atanzas, C hile C en tral o ccid en tal................................................................................................................................................... 131

E L IA N A D U R A N y C A R L O S C O R O S U n hallazgo inca en el curso superior del A concagua (V Región, C hile) ...................................................... 169

M E L IC A M U Ñ O Z 100 años de la Sección B otánica del M useo N acional de H istoria N atural (1889-1989) ........................... 181


FRANC ISC O SILV A G O N Z A L E Z 1933-1990 ando realizaba un fructífero trabajo en beneficio del desarrollo y progreso del Museo, fallece en *itiago, el 28 de junio de 1990. E l profesor Francisco Silva se distinguió por su alta calidad idéntica, su inteligencia, su cordialidady su espíritu conciliador. E l Museo Nacional de Historia turai de Santiago de Chile, rinde un homenaje pòstum o a quien se identificó enteramente con esencia y se constituyó en uno de sus m ás sólidos pilares.



ED ITO RIAL

Una institución es lo que las personas que la constituyen quieren que sea. Hace 161 años un francés, Claudio Gay, a pedido del gobierno del Vicepresidente José Tomás Ovalle, se encargó de la creación de un G A B IN E T E de Ciencias Naturales. De esta manera Chile ocupó un lugar de vanguardia entre las nacientes repúblicas latinoamericanas, quedando a la altura de los países europeos de larga tradición científica. Cuando se despidió del Ministro M anuel M ontt en 1842, o sea, lla n o s después de haber recibido el encargo de fundarlo, escribió: “Por ahora m e limito a recomendarle encarecidamente el Museo de Santiago, que miro como el resultado m ás notable de m i feliz residencia en esta República. Aunque es muy nuevo y aunque casi no ha ocasionado al gobierno m ás gastos que el de los estantes puedo asegurar que no sería despreciado en muchas grandes ciudades de Europa y que no encontraría su igual en ninguna de las repúblicas de origen español. Creo que es un establecimiento que hace honor al país y que merece la atención del gobierno y de U d ” Este fu e el legado, el desafío que el fundador Claudio Gay dejó a sus sucesores al volver a su tierra natal. Muchos hombres y una mujer lo han hecho suyo desde aquel ya lejano entonces hasta hoy día: Filiberto Gennain, Rodulfo A m ando Philippi, Federico Philippi, Eduardo Moore, Ricardo E. Latcham , Enrique E. Gigoux, Humberto Fuenzalida, Grete M ostnyy Hans Niemeyer F. Cada uno de ellos le imprimió la impronta de su propia visión de lo que debería ser la Institución y dejó ligado su nombre a m uchas realizaciones, la suma de las cuales ha contribuido de manera decisiva a constituirlo en el depositario del patrimonio cultural chileno en aquellas materias que constituyen el área de su quehacer fundímientaL Hoy es el centro oficial para la conservación de las colecciones de Ciencias Naturales, de los hoy llamados recursos naturales, y de numero-ws aspectos de la evolución cultural del hombre en este alejado rincón de nuestra América Hispana. Sin embargo, y pese a todos los logros alcanzados a lo largo de sus 161 años de existencia y como consecuencia de los veloces cambios que sacuden a la hum anidad como consecuencia del acelerado proceso de desarrollo científico-tecnológico, que somete al hombre de hoy a una constante sucesión de cambios en todos los aspectos del quehacer humano, el Museo Nacional de Historia Natural se ve en la disyuntiva de renovarse en fonna constante, de buscar nuevas respuestas frente a los desafíos, las necesidades y las urgencias que le plantea la sociedad en que está inmerso. El destino de toda institución no puede escapar hoy a esta realidad de cambio, su quehacer tiene obligatoriamente que inscribirse en el contexto total en el que debe insertarse. No es necesario ser un prospectivo para visualizar con cierta claridad las características fundamentales del m om ento histórico que estamos viviendo. El logro de estas metas, nos enfrenta a un dilema que muy bien puntualizara Juan Gómez Millas cuando escribió: ¿Cómo lograr equilibrar tradición y modernización? En relación con esta interrogante afirmó: "Sólo cuando ambos aspectos .fe articulan adecuadamente, armoniosamente, se logra una riqueza de posibilidades que permiten enfrentar con optimismo los desafíos y las demandas que nos depare el futuro". Tenemos un hermoso pasado que preser\>ar, pero, a ln m m o tiempo, debemos prepararnos pennanentem ente para hacer frente a un futuro cargado de de.safíos pero también de e.'speranzas de buenas respuestas. E.ui tradición que nos permite tener identidad como institución, que aparece como la razón de ser de nue.stro espíritu como institución, debe conjugarse con la necesidad de un prace.w de modernización permanente que, a pesar del cambio, haga posible que mantengamos


nuestras características, nuestro pluralismo, nuestra independencia, nuestra autonomía. Todo esto deberá serpreservado en la medida que asum im os el desafío de integramos al proceso de desarrollo científico-tecnológico y cultural que nos desafía como meta ineludible. En relación con esta perspectiva tal vez uno de los aspectos m ás relevantes de nuestro accionar presente y futuro debería ser preguntamos ¿Qué clase de institución queremos ser? Para contestar esta interrogante debemos partir con una prem isa indiscutible "Nuestros actos revelan lo que somos, nos ponen evidencia frente a los dem ás”. Esto significa que si todos los miembros de este Museo Nacional queremos constituir realmente una institución de vanguar­ dia en el campo cultural de un país que tiene voluntad de avanzar, deben sernuestros actos, nuestro trabajo, nuestra entrega, nuestra participación generosa,los que la construyan. Sólo de esta manera nuestro M useo Nacional de Historial Natural será una institución señera, una institución exitosa, una institución que merezca ser considerada como un modelo digno de ser imitado. Si no lo hacemos así, la consecución de nuestros objetivos, la razón de ser de nuestra institución, nuestro aporte creativo a la com unidad caerá irremediablemente en la m tina y luego en el olvido. Nuestro éxito será pues, en todo momento, responsabilidad de todos los que nos hem os comprometido a fo m ia r parte de este grupo hum ano entregando nuestras mejores energías en el cumplimiento de nuestras metas y propósitos siempre renovados. Y esto es asíporque la constitución biológica hum ana es la de un ser que vive en el cooperar y en el compartir, tanto es así, que la pérdida de la convivencia social se traduce en sufrimiento, en enfemiedad, en depresión. En este sentido talvez nuestro mayor problema en este m undo en cambio, en este m undo talvez demasiado pragmático, sea el miedo de no tener capacidad suficiente de convivencia social, y posiblemente, es este miedo el que nos lleva a la negación del otro, a la intolerancia, a la desconfianza, a la falta de reflexión, y a la aceptación del uso de la fuerza, de la autoridad en lugar del consenso, del acuerdo, como la clave de la convivencia social. De allí la necesidad imperiosa de que todos los que estamos cobijados bajo el alero de este M useo Nacional nos impongamos la tarea cotidiana de hacer de nuestra institución una verdadera expresión de un grupo hum ano profundam ente participativo y solidario, capaz de integrarse activamente en el proyecto com ún de hacer de Chile una verdadera democracia basada en el consenso, la participación y una verdadera convivencia fratema. Queremos fo m ia r parte de una com unidad que está dispuesta a hacer de la cooperación el instrumento básico de su acción, pues sólo en esta perspectiva nuestra institución seguirá constituyendo un grupo de hombres y mujeres dispuestos a participar en la creación de una sociedad capaz de erradicar las injusticias, las desigualdades y la pobreza. Para lograr estos objetivos debemos tratar de eliminar las divergencias que separan los propósitos individuales de los propósitos sociales; siendo el hombre un ser em ocional y un ser racional al m ism o tiempo, deberá valorar por igual am bos aspectos. Por tanto no debemos pem iitir que, por declaramos seres racionales, vivamos una cultura que desvalorice las emociones, sino, por el contrario, debemos enlazaren nuestro diario vivir razón y emoción como base de nuestro existir humano. A s í estaremos plenam ente conscientes de que m ediante nuestro accionar de servicio estaríamos dando a nuestros compatriotas parte de lo que el país nos dio al form am os com o profesionales, com o investigadores, com o administrativos. N o dejemos que nuestros propósitos individuales derivados de nuestros propios proyectos de vida lleguen a convertirse en una barrera que nos separe, que no nos pem iitan valorar adecuadam ente a los dem ás seres hum anos con los cuales convivimos y compartimos deberes y derechos. Si decidimos hacer concordar nuestro accionar específico, y por tanto diferente, en un único proyecto de vida de funcionarios eficientes y responsables, todos podremos adecuar nuestras emociones personales con el objetivo de lograr propósitos sociales comunes.

Prof

F. Caparro Soto Director Museo Nacional de Historia Natural L u ís


Bol. iMus. Nac. Hisl. Nal. Chile, 42: 11-24 (1991)

EL GENERO COLPOM ENIA (F. C. MERTENS EX ROTH) DERBES ET SOLIER (PHAEOPHYCEAE), EN CHILE.

M ARIA ELIANA RA.MIRI-Z y GLORIyX ROJAS V. Sección Botánica, M useo Nacional de Ilisloria Natural, casilla 787, Santiago de Chile.

RESUM EN E n e l p r e s e n te tr a b a jo se re v isa el s ta tu s ta x o n ó m ic o d e las e s p e c ie s d e l g e n e r o

C olpom enia e n C h ile , e n b a s e a c a r a c te r e s d e la m o rfo lo g ía y a n a to m ía v e g e ta tiv a y re p ro d u c tiv a d e l ta lo . C u a tr o e s p e c ie s d e l g é n e r o p u e d e n se r re c o n o c id a s h a s ta a h o ra , C. sinuosa, C. luberculata, C. ram osa y C. d u n ’illaei; e s ta ú ltim a c o r re s p o n d e a u n a n u e v a c o m b in a c ió n , c r e a d a e n b a s e a A sperococcus dun'íUaei, u n a e s p e c ie d e s c rita te m p r a n a ­ m e n te p o r B o ry p a r a la c o s ta d e C o n c e p c ió n (3 6 -4 0 ’). A n te c e d e n te s s o b r e la d is trib u c ió n g e o g rá fic a y u n a clave p a r a el r e c o n o c im ie n to d e c a d a u n a d e las e s p e c ie s s o n ta m b ié n in c lu id o s e n e s te e s tu d io .

A BSTRACT T h e ta x o n o m y o f c h ilc a n C olpom enia sp e c ie s is re v ie w e d c o n s id e rin g m o rp h o lo g ic a n d a n a to m ic c h a r a c te r s o f th e th a llu s. F o u r sp e c ic s w e re re c o g n r/e d : C sinuosa, C. tuberculata, C. ram osa a n d C duivillaci. C. cluivillaei is a n e w c o m b in a tio n fro m A sperococcus dun'iHaei, a sp e c ie s d e s ­ c r ib e d e a rly by B o ry fro m C o n c e p c ió n Bay, (36®40’) C h ile. A n a rtific ia l key a s w ell a s n ew d a te s a n d g e o g ra p h ic d istrib u tio n a re given fo r th e s tu d ie d sp c c ie s.

IN TRO D U CC IO N Colpomenia, es un género de amplia distribución geográfica que habita preferentem ente en aguas tem peradas cálidas de ambos hemisferios, representado a nivel mundial por siete especies: C. hullosa (Saunders) Yamada, C. ecuticulata Parsons, C. peregrina (Sauvageau) Hamel, C. phaeodactyla Wynne y Norris, C. ramosa Taylor, C. sinuosa ( Roth) D erbés y Solier y C. tuherculata Saunders. La variabilidad en la morfología y anatom ía del talo, así como la proximidad espacial en que crecen algunas especies, ha creado dificultades en la diferenciación taxonómica de estos taxa. A pesar de ésto, Wynne y Norris (1976), utilizan estos caracteres para distinguir 4 e.species diferentes de Colpomenia de Golfo de California, las cuales estaban reunidas


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n o L i n iN D i;i, m u s i í o n a c i o n a l d i : i i i s t o i u a NA i u itA i.

previam ente bajo el taxón C. sinuosa. Clayton (1975) en un estudio sobre la variación que exhiben las especies de Colpomenia presentes en A ustralia, concluye que caracteres más bien relacionados con la morfología y anatom ía del tejido reproductivo pueden ser de utilidad en la separación de los taxa en esa costa. Parsons (1982), en base a estos mismos caracteres logra distinguir 4 especies de Colpomenia en Nueva Zelanda, incluyendo la descripción de una nueva especie. Finalm ente V anderm eulen, D eW reede y Colé (1984), a través de un análisis de la anatom ía interna de m aterial original de tres de las especies más conflictivas del género (C. sinuosa, C. peregrina y C. hullosa), confirm an que la form a del soro y del tejido reproductivo plurilocular, junto con la presencia o ausencia de cutícula que cubre este tejido, constituyen caracteres taxonóm icos válidos en la diferenciación de estas especies. ' En Chile, al igual que en otras costas del mundo, Colpomenia es un elem ento com ún de la flora interm areal. A pesar de ello, existe dificultad en el reconocim iento de las especies en el terreno. Al m enos cinco especies han sido reportadas hasta ahora: C. hullosa, C. phaeodactyía, C. ramosa, C. sinuosa, y C. tuherculata (Pinto, 1989; Ram írez y Santelices, 1991), algunas de las cuales a nuestro juicio, pueden corresponder a determ inaciones erróneas. El objetivo de este estudio es revisar taxonóm icam ente las especies de Colpomenia presentes en Chile en base al conjunto de caracteres m orfo-anatóm icos y reproductivos que perm itan la diferenciación y caracterización de estos taxa.

M A TERIA LES Y M ETO D O S El m aterial de Colpomenia revisado, proviene de m uestras recolectadas en diferentes localidades de la costa de Chile C ontinental e Islas O ceánicas. El análisis taxonóm ico de las especies se realizó en base a m uestras herborizadas y a especím enes conservados en form alina diluida al 5% en agua de mar. Los cortes histológicos fueron realizados en un m icrótom o de congelación m odelo Leitz, en tre 10 y 20 um de espesor, los cuales fueron teñidos p o ste­ riorm ente con anilina azul al 1% acidificada con H C L IN y m ontadas en Syrup K aro al 30%. Las preparaciones microscópicas fueron exam inadas en un m icroscopio Leitz, Dialux20. M ediciones de algunos caracteres internos del talo fueron hechas en uno o más talos, incluyendo un m ínimo de 20 m ediciones por carácter. Las fotografías del hábito de las plantas fueron tom adas con un equipo C annon m odelo New F-1, por el Sr. O scar León. Los dibujos de los cortes fueron realizados por la coautora, con ayuda de una cám ara clara Leitz incorporada al microscopio. La m ayoría de los especím enes exam inados se encuentran depositados en el H erbario del M useo N acional de H istoria N atural (SGO). M aterial adicional requerido y exam inado en este estudio fue gentilm ente facilitado por los siguientes H erbarios y personas: PC (D ra. F. A rdré, París); BM (D r. Stuart Honey, Londres); US (D r. Jam es N orris, W ashington); A L G IO A (Sr. Luis Tapia, A ntofagasta, Chile); H erbario universidad A rturo Prat, Iquique, Chile (Sra. Raquel Pinto); USM (D r. C. Acleto, Perú). Especím enes representativos de cada especie son citados a fin de docum entar nuestro concepto de cada una de ellas, su variabilidad morfológica y su distribución geográfica.

RESU LTA D O S C uatro especies de Colpomenia son reconocidas para la costa de Chile. El rango de distribución geográfica de estos taxa se m uestra en la Fig. 1.


Fig. 1.

M apa de distribuci贸n de las especies de Cnlpom enin prcsenies cii Chile.


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DOL.irriN P UL M USI-O n a c i o n a l DF. h i s t o r i a N A I U ltA l.

Clave para las especies de Colpomenia presentes en Chile. 1. Talo postrado o sésilm ente expandido, sacado, de form a globular, o irregular, firm e y sobre los 200 um de grosor................................................................................................ ................ 2 Talo presentando una a varias proyecciones erectas sacadas en form a de finos dedos, originándose a p artir de una base com ún postrada. Talo de 100 a 150 um de grosor .................................................................................................................................... C. durvillaei 2.

Esporangios pluriloculares agrupados en soros punteados y cubiertos por una cutícula ........................................................................................................................................ C. sinuosa Esporangios pluriloculares en soros distribuidos irregular y extensam ente sobre la superficie del talo; soros sin c u tíc u la .............................................................................................. 3 3. Talo de form a globular sacada con proyecciones superficiales cortas en form a de tu bérculo s......................................................................................................................... C. tuberculata Talo m em branoso expandido de form a irregular, aunque distalm ente ram ificado de m anera dicótom a o subdicótom a .................................................................................. C. ramosa. 1. Colpomenia sinuosa (F.C. M ertens ex R oth) D erbés et Solier, 1856, p. 11, pl. 22, figs. 18-20. Ram írez y Santelices, 1991, p. 135.

Basónimo: Ulva sinuosa Roth, 1806, p. 327, pl. 12 a-c. Lx)calidad tipo: O céano atlántico, cerca de Cádiz, España, M ertens (R oth, 1806). Descripción: Talo sésil de form a globular, sacado, liso a irregularm ente plegado, de color pardo verdoso a café oscuro y de 2 a 10 cm de diám etro. El talo en sección transversal mide de 200 a 450 um de grosor y está constituido por una corteza de 2 a 3 corridas de células de form a cuboidal, de 6-(7)-8 um de diám etro y por una médula de 4 a 6 corridas de células no pigm entadas de form a irregular, que aum entan gradualm ente de tam año hacia el centro del talo. Esporangios pluriloculares uni y biseriados de hasta 43 um de largo, distribuidos en soros punteados, provistos de cutícula, a m enudo acom pañados de gruesos pelos hialinos y paráfisis. P or lo general las paráfisis superan en tam año a los esporangios pluriloculares llegando a m edir 50 um y un poco más (Figs. 2 y 6). Esta especie crece adherida a rocas o en fondos de arena, frecuentem ente en el interm areal bajo y ocasionalm ente en el subm areal som ero, tam bién se le encuentra creciendo com o epífita sobre otras algas y animales. H abita en lugares expuestos y sem iexpuestos. D istribución: Esta especie presenta una am plia distribución geográfica a través de los m ares tropicales y subtropicales del mundo. (Para detalle ver W ynne y Norris, 1976). En Chile está p resente desde la localidad de Arica hasta Chiloé; es com ún tam bién en Isla de Pascua y Archipiélago de Juan Fernández. M aterial estudiado: SGO 095510, Iquique, R. Pinto, 24-8-1980. SG O 095582,100027y 116825, A ntofagasta, M.E. Ram írez, 20-11-1977. A L G IO A 093 y 094, La Chim ba, A ntofagasta, M.E. Ramírez, 4-8-1975. SG O 116817y 116841, La Puntilla, Taltal, A. C ornejo, O. Gálvez, 27-111989. SGO 102513, La H erradura, Coquim bo, H ans Black y M.E. Ram írez, 13-12-1982. SG O 102512, La H erradura, Coquim bo, M.E. Ramírez, 13-5-1983. SG O 116843, Q uintay, V alparaíso, M.E. R am írezy G. R o jas,24-4-1990. SGO 116827, Playa El Papagayo, Q uintero, G. Rojas, 26-3-1986. SG O 081249, Ancud, Chiloé, M. Espinosa, 8-1-1925. SG O 095761, Isla de Pascua, M. Codoceo, 1972. SG O 107349 y 107351, Hanga Roa, Isla de Pascua, E. Villouta 12-9-1986.

V


M- E. RAM IREZ y G. ROJAS / El género Co/¡H>menio en Chile

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Discusión: Esta especie es muy variable en su morfología, algunos talos globosos presentan su superficie en teram ente lisa, otros en tanto presentan la superficie plegada y sinuosa. C. sinuosa se acerca en morfología a C. tuberculata, pero se diferencia claram ente de esta última por la ausencia de proyecciones cortas en la superficie del talo, por la forma punteada en que se presenta el soro esporangial y la presencia de cutícula sobre el tejido reproductivo.

Fig. 2.

Colpntneiiiii siniios;i. H ábito de la cspccic. Barra = 1 cm.

Fig. 3.

C olponienia luInTciilata. H ábito de la especie. Barra = 1 cm.

Fig. 4.

Colpom cniíi niinosa. H ábito de la especie. Barra = 1 cm.

Fig. 5.

C nlpnm enia diirvlllaei. H ábito de la especie. Barra = 1 cm.


16__________________________________________ H O l.in iN D i:i. MUSliO NACIONAI, DF. IIIS-IOUIA N'A TUKAI.

2. Colpomenia tuherculata Saunders, 1898, p. 164, pi. 32, figs. 1-3, Pinto, 1989, p.8, pi. 23. Ram irez y Santelices, 1991, p. 137. Localidad tipo: Cerca de San Pedro, California. Descripción: Talo sésil, globoso, hueco, con proyecciones superficiales cortas en form a de tubérculos, de 3-6 mm de diám etro y de color café oscuro. El talo en sección transversal mide de 300-(430)-600 um de grosor y está constituido por una corteza gruesa form ada por 6-7 corridas ordenadas de células cuboidales de 6-14 um de diá m etro y una m édula de 5-7 corridas de células de form a irregular. Esporangios pluriloculares en soros continuos que cubren enteram en te la superficie del talo, uniseriados, ocasionalm ente biseriados, de 22-30 um de largo y acom pañados de pelos y paráfisis. Los pelos hialinos se originan en invaginaciones profundas a p artir de las células corticales más internas. Las paráfisis m iden de 14-22 um de largo y 7-8 um de diám etro y son abundantes (Figs. 3 y 7). Esta especie crece adherida a rocas y sustratos arenosos, en el interm areal m edio y bajo, en zonas expuestas al oleaje. D istribución: E sta especie es conocida sólo en el Pacífico de A m érica del N orte y en el Pacífico Suroriental, en la costa del Perú (W ynne y Norris, 1976). En C hile se le encuentra desde Arica a V alparaíso (Santelices y Abbott, 1978; Ram írez y Santelices, 1991). M aterial estudiado: A L G IO A 262, Cobija, A ntofagasta, M.E. Ram írez, 17-8-1976. A L G IO A 504,505 y 506, Playa Coloso, A ntofagasta, Alfonso M ardones, 21-10-1977. SG O 106184, Playa La Chimba, A ntofagasta, M.E. Ramírez, 26-1-1987. SGO 111412, Playa El H uáscar, A n­ tofagasta, A. Peters, 20-11-1988. SGO 116826, La Puntilla, Taltal, A. C ornejo y O. Gálvez, 27-11-1989. Discusión: Colpomenia tuberculata fue considerada por algunos autores com o una form a más del com plejo C. sinuosa en N orteam érica (Setchell y G ardner, 1924; Dawson, 1944, 1966); sin em bargo W ynne & N orris (1976), han dem ostrado su validez como una especie biológica diferente. Es a veces difícil distinguir en el terren o a C. tuberculata de C. sinuosa debido a la similitud de hábito que presentan am bas especies; mayor confusión existe al revisar m aterial de herbario donde las proyecciones tuberculadas características del talo de C. tuberculata al ser aplastadas en el proceso de herborización se doblan y sem ejan los pliegues del talo que presentan algunos morfos de C. sinuosa. C. tuberculata se diferencia fundam entalm ente de C. sinuosa por su talo m ás grueso y la presencia de soros sin cutícula, distribuidos irregular y extensam ente en la superficie del talo. 3.

Colpomenia ramosa Taylor, 1945, p. 84, pl. 6, fig. 2. Pinto, 1989, p. 8, pl. 25.

Localidad tipo: Bahía Sur, Isla Cedros, Pacífico de California, México. Descripción: Talo de 2,5 a 4 cm de ancho sésilm ente postrado, adherido en varios puntos y con los extrem os distales libres y ram ificados de m anera dicótom a o subdicótom a. En sección transversal el talo tiene un grosor de 200-(280)-530 um y está constituido por 2-4 corridas de células corticales de form a rectangular a cuboidal de 7 um de diám etro y 3-6 corridas de células m edulares angulosas e irregulares. Esporangios pluriloculares en soros continuos


M. E. KAMIRI-Z y G. ROJAS / 1:1 género Col/wmenio cn Chile

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distribuidos sobre toda la superficie del talo, uni y biseriados, de 21-(36)-44 um de largo y 3-8 um de diám etro, sin pelos ni paráfisis (Figs. 4 y 8). C. ramosa, crece habitualm ente sobre rocas del interm areal en lugares más bien expuestos al oleaje. Distribución: Esta especie es conocida sólo para el Pacífico de América. En el Pacífico Norte se extiende desde Baja California hasta México, en el Pacífico Central está presente en Costa Rica y en el Pacífico Sudam ericano ha sido citada para las Islas Galápagos (Wynne y Norris, 1976). En Chile ha sido recientem ente encontrada por Pinto (1989) en la localidad de Iquique en el N orte de Chile. M aterial estudiado: SGO 109813 y 111402, Iquique, Raquel Pintoy Akira Peters, 22-11-1988. Discusión; Este taxón es fácil de reconocer y diferenciar de las otras especies de talo postrado por su hábito ramificado y su consistencia más membranosa. El material de Chile se ajusta en casi todos los aspectos a la descripción del material original de esta especie; sólo difiere en la presencia frecuente de esporangios biseriados, los cuales no están presentes en el material de California de acuerdo a Wynne y Norris, 1976.

4.

Colpomenia durvillaei (Bory) Ramírez nov. comb.

^as(m \nw: Asperococcus durvillaei Bory, 1826-1828, p. 200, pl. 11, fig. 3. Sinónimos: Colpomenia bullosa (Saunders) Yamada según Alveal, 1970, p. 25 y Romo y Alveal,1977, p. 12. Colpomenia phaeodactyla Wynne & Norris, según Santelices, Ramírez y Abbott, 1989, p. 74, fig. 1 y Ramírez y Santelices, 1991, p. 135. Utriculidium durvillaei (Bory) Skottsberg, según Acleto, 1973, p. 16, figs. 30, 34 y 35. Localidad tipo: Concepción, Chile. Descripción: Talo form ado de 1-22 proyecciones erectas en forma de finos dedos sacados, de 2-13 cm de largo que nacen como evaginaciones a partir de una base postrada común de 1 cm de diám etro. El talo en sección a nivel de las proyecciones sacadas, mide de 87-110 um de grosor y está constituido por una corteza de 1 corrida de células cuboidales de 8-(9)-10 um de diám etro, 2 corridas de células subcorticales de forma redonda y de 12-15 um de diám etro y una médula de células angulosas incoloras, de mayor y más variable tam año que las anteriores Esporangios pluriloculares en soros continuos o extensos, distribuidos en toda la superficie del talo, uni y biseriados, de 30-(35)-40 um de largo y 4-5 um de diámetro. Paráfisis y pelos sólo ocasionalm ente observados (Figs. 5 y 9). Esta especie se le encuentra habitualm ente creciendo adherida a rocas, arena gruesa y otros sustratos duros en el interm areal bajo, en lugares expuestos y semiexpuestos. D istribución: Esta especie es endém ica del Pacífico tem perado de Sudamérica estando presente desde el sur de Perú (Acleto, 1973) hasta Concepción, en la costa Centro-Sur de Chile. Tam bién está pre,sente en el Archipiélago de Juan Fernández (Ram írez, observación personal).


Fig. 6, Fig. 7.

C olpom enia siniiosii. C o rte transversal de la fronda fértil m ostrando soro con cutícula. C olpom enia tu h e rc u la ta . C o rte tran.sversal de la fronda fértil m ostrando el tejido reproductivo.

Fig. 8.

C olpom enia ram osa. C orte transversal de la fronda fértil m ostrando eporangios pluriloculares.

Fig. 9.

C olpom enia d urvillaei. C orte transversal d é la fronda m ostrando tejido reproductivo, esporangios pluriloculares uní y biseriados.


M. E. RAMIREZ y G. ROJAS / El genero Colitomenia cn Chite

]9

Material estudiado: Perú: USM 1904, Punta Coles, Moquegua, C. Acleto, 14-2-1978. Chile: A LGIO A 259, Pta. Michilla, Antofagasta, M.E. Ramirez, 7-8-1976. ALGIOA 261 y 280, Cobija, A ntofagasta, M.E. Ramirez, 17-8 y 7-9-1976. ALGIOA 319, Antofagasta, A. Mardones, 17-10-1977. SGO 100700 y 100701, Bahia La H erradura, Coquimbo, M.E. Ramírez, 20-8-1982 y SGO 109807, de la misma localidad, A. Peters, 18-11-1988. SGO 095554, Los MoUes, J. V ásquez y P. O. Ojeda, 26-7-1980. SGO 116824, 116829, 116834, Quintay, Valparaiso, M.E. Ramirez, 24-4-1990. SGO, Pelancura, San Antonio, M.E. Ramirez, 10-111981. SG O 105228, Q uintero, G. Rojas, 29-3-1986. SGO 100159 y 100193. La Boca, Navidad, M.E. Ramirez, 10-3-1982.

Discusión: Esta especie fue originalm ente descrita por Bory, (1826-1828), para la costa de Concepción, Chile, bajo el nom bre áe Asperococcus durvillaei. El material tipo ó t Asperococcusdurvillaei fue recolectado por Durville en 1826 en la Expedición Francesa de “La Coquille” y se encuentra depositado en las colecciones del H erbario (PC) en París. Gracias a la gentileza de la D ra. Françoise A rdré pudimos revisar este m aterial el cuál consta de dos hojas de H erbario; una perteneciente al H erbario de M ontagne y la otra perteneciente al Herbario de T huret-B ornet, am bas con sus etiquetas originales donde se puede leer “de la Conception, Cotes du Chili, Durville 1826”. Junto con el m aterial original, la Dra. A rdré nos hizo llegar también dos pequeños fragmentos de talo, pertenecientes a dos plantas diferentes, una de cada carpeta de H erbario y una fotografía del m aterial de Herbario, la cual hemos repro­ ducido para m ostrar en la Fig. 10. La Fig. 10a, muestra la ilustración original que Bory hizo de esta especie, acom pañada de un escrito de sus observaciones (Bory, 1826-1828, p. 200, pl. 11, fig. 3). La m itad derecha (Figs. 10b y 10c) reproduce las 2 hojas de herbario encontradas en las colecciones del H erbario PC, que presentan una etiqueta con el nombre Asperococcus durvillaei. Si observam os detenidam ente esta fotografía podemos concluir dos cosas: 1. Que Bory basó su ilustración en los ejem plares de herbario figurados en la Fig. 10b y 2. Que el autor hizo un esquem a poco real del hábito de esta especie. Com o se puede observar en la ilustración de Bory (Fig. \Q-a ), Asperococcus dunilkiei es una planta erecta, ramificada, form ada por individuos aislados provistos de un disco adhesivo que los fija al sustrato, aspecto muy diferente a los ejemplares de herbario de las Figs. 10b y 10c; ahora bien, al com parar los especímenes de las Figs. 10b y 10c nos damos cuenta que el hábito correcto de esta especie podría corresponder al ejemplar completo de la Fig. 10c y que el m aterial de la Fig. 10b, probablem ente fue desprendido o separado de su base, ya sea en el m om ento de colectarlos o durante el proceso de herborización, apareciendo en consecuencia com o individuos aislados, con un hábito com pletam ente diferente. Luego de observar por muchos años, tanto en terreno como en material de herbario una gran cantidad de especím enes de las especies citadas para esta costa como C. hullosa (Alveal, 1970) o C. phaeodactyla (Santelices, Ramírez y Abbott, 1989) o LJ. durvillaei (Acleto, 1973) se hizo evidente la relación que podría existir entre estos taxa de ocurrencia común en la costa del Sur del Perú y Chile N orte y Central y el taxón Asperococcus dunillaei de Bory. La fig. 11, m uestra una hoja de herbario (SGO 111564) con 10 plantas de lo que hasta ahora llamábam os C. phaeodactyla o C. hullo.'ia o U. durvillaei, donde se puede observar una variedad de morfos. Algunos ejem plares presentan un talo erecto, sacado, form ando individuos únicos, pero originados desde una base colpom enioide (indicado con flechas); otros, en tanto, constituyen un talo postrado colpom enioide que proyecta de 1 a varios ejes erectos sacados, de 2-12 cm de largo. Al m enos 4 de estos talos son exactam ente iguales al material de la Fig. lOc. Se observa adem ás, algunos morfos en que los ejes erectos se bifurcan dando el aspecto de talos ram ificados; esto es coincidente con las plantas recolectadas por Durville de la Fig. lOb. Por otra parte, el análisis micro.scópico del material tipo de/1. durxUlaei (Fig. 12) revela


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noLtrriN d i í i .

m u s e o n a c i o n a l d f. h i s t o r i a n a tu io m .

una estructura anatóm ica vegetativa y reproductiva diferente del género Asperococcus Lam ouroux (ver W omersley, 1987, p. 318, Figs, 115 E y F) pero sí correspondiente con el género Colpomenia. La especie en consecuencia debe ser transferida de género y pasar a establecer la nueva com binación Colpomenia durvillaei (Bory) Ramírez. C. durvillaei por otra parte guarda una estrecha similitud con las especies del H em isferio N orte C. phaeodactyla y C. hullosa. G racias a la gentileza del Dr. Jam es N orris del Sm ithsonian Institution en W ashington, tuvimos la oportunidad de revisar el m aterial tipo de la especie C. phaeodactyla del Golfo de California. Esta especie está estrecham ente relacionada con C. durvillaei, sin em bargo, C. phaeodactyla presenta abundantes paráfisis y pelos en el tejido reproductivo plurilocular, en tanto estas estructuras están casi absolutam ente ausentes o sólo ocurren en form a ocasional en el m aterial de Chile. P or otra p arte algunos m orfos de C. durvillaei son indistinguibles del taxón C. hullosa. No fue posible sin em bargo, revisar m aterial tipo de esta especie para com parar am bos taxa. Es probable que exista conespecificidad entre estas tres especies pero para dem ostrar ésto se requiere de m ayores estudios. D e ser así en todo caso C. durvillaei tendría prioridad. Por ahora preferim os m antener a estos tres taxa como especies independientes. Problemas taxonómicos con taxa armes: El aclarar la verdadera identidad de Asperococcus durvillaei, nos perm ite hacer algunos com entarios respecto a taxa relacionados con esta especie com o es el caso del taxón Utriculidium durvillaei (Bory) Skottsberg. Skottsberg en 1907 (p. 36, Figs. 34 y 35) describió un género y especie nueva para las Islas Malvinas, Utriculidium durvillaei, basado en el Asperococcus durvillaei de Bory. Skottsberg reconoció no haber exam inado la planta de Bory para crear su nuevo género y especie y ésto sin duda condujo a consecuentes errores taxonóm icos y nom enclaturales. G racias a la colaboración del curator del H erbario Botánico del M useo de H istoria N atural de Estocolm o en Suecia, tuvimos la oportunidad de revisar el m aterial tipo de la especie Utriculidium durvillaei descrita por Skottsberg, correspondiente a una planta, (N® 565), conservada en form alina. Esta planta presenta una fronda ancha, espatulada, sacada y firme, que se origina a partir de un estipe delgado, cilindrico, desde un disco de fijación; este talo no se origina a partir de una base postrada com ún que proyecta frondas sacadas en form a de finos dedos a m anera de evaginaciones, com o es el caso de Asperococcus durvillaei o ahora Colpomenia durvillaei. D e acuerdo a estas observaciones

Fig. 10.

R eproducción fotográfica de una fotografía del m aterial original de A sperococcus durvillaei Bory, dep o sitad o en el M useo N acional de H istoria N atural de París, Francia. (P C ) a,- D ibujo realizado p o r Bory p ara su A tlas, publicado en 1826-1828, pl. 11, fig. 3. b.- H oja de H erb ario con 11 frondas erectas de A. d u n illa e i m ontadas en secuencia (H erb a rio de M ontagne). c.- H oja de H erb ario con 2 p lan tas de A. d u n illa e i (H erb a rio de T huret-B ornet).

Fig. 11.

C olpom enia d urvillaei. H oja de H erbario con varios especím enes m ontados que m u estran el rango de variación de la especie, m aterial proveniente de la localidad de La Boca (34“S), Chile C entral.

Fig. 12.

A sperococcus d urvillaei. C o rte transversal de la fronda de una de las p lan tas de la colección original que m uestra los esporangios plurilocularcs.

Fig. 13.

C o rj'cu s lan ceo latu s. H ábito de una plan ta proveniente de la localidad de C abo de H ornos, C hile, p erten ecien te al m aterial recolectado po r H ariot en la M isión C ientífica al C a b o de H o rn o s y d ep o sitad o en el H erb ario PC (París), bajo el nom bre “ Scytosiphon urvillaei” .



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____________________________________________ n O L E T lN P E L M U S E O N A CIO N AL O E 1USTORIA NA T U ItA I.

podem os concluir que no existe relación alguna en tre am bos taxa. La evidencia indica en consecuencia que la posición taxonómica y nom enclatura! tanto del género com o de la especie Utriculidium durvillaei, necesitan ser aclaradas definitivam ente. Utriculidium durvillaei, tam bién ha sido citado para Chile bajo el nom bre de Scytqsiphon urvillaei Trevisan. En el H erbario PC, en París (H erbario G eneral), logram os ubicar un especím en de herbario con este nom bre, recolectado por H ariot (H ariot,1889, p. 45) prove­ niente del Cabo de H ornos. El examen de la morfología y anatom ía de este m aterial revela un hábito y estructura diferente de Asperococcus durvillaei. La planta del Cabo de Hornos, como se observa en la Fig. 13, presenta una fronda ancha, espatulada, sacada y provista de un estipe cilindrico y delgado, indistinguible m orfológicam ente del Utriculidium durvillaei descrito por Skottsberg. El examen interno de esta planta sin em bargo, revela la presencia de esporangios pluriloculares distribuidos en soros discontinuos, carácter que no está pre­ sente ni e n ^ . durvillaei ni en el U. durvillaei, los cuales presentan esporangios pluriloculares en soros continuos distribuidos por toda la superficie del talo. D e acuerdo a los caracteres observados este m aterial perten ece a otra feofícea de la p arte austral de Sudam érica, Corycus lanceolatus (K ütz) Skottsberg. La especie Utriculidium durvillaei, de Skottsberg no estaría presen te consecuentem ente en nuestra costa.

AGRADECIM IENTOS Nuestros sinceros agradecimientos a los Herbarios PC (Dra. F. Ardré); US (Dr. James Norris); USM (Dr. C. Acleto) y (S) Estocolmo, por facilitarnos sus valiosas colecciones. A los profesores Sra. R. Pinto y Luis Tapia de Chile, también por su gcniileza en facilitarnos material de Colpom enia para este estudio.

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CARACTERISTICAS DE LA EPIDERM IS FOLIAR DE LAS GIMNOSPERMAS CHILENAS

ELIZABETH BARRERA e INES M EZA Sección Botánica, M useo Nacional de Historia Natural, casilla 787, Santiago, Chile.

RESUM EN S e d e s c rib e las c a ra c te rís tic a s d e la e p id e rm is fo lia r d e las e s p e c ie s c h ile n a s d e G i m n o s p e r m a s :/I r a i/c o /ia araucana (M o l.) K. Koch\ A ustrocednis chilensis (D . D o n ) Pie. S e r. e t B izz., Fitzroya cupressoides (M o l.) J o h n s t., Pilgerodendron itvifcnun (D . D o n ) F lo rín ; E phedra a ndina P o e p p . ex C .A . M ey., Lep id o th a n vm s fo n ck ii P hil., P odocarpiis nitbigena L in d l., P odocarpus saligna D . D o n , P nim nopitys andina ( P o e p p . ex E n d l.) d e L a u b . y Saxegothaea conspicua L indl. E l ta m a ñ o y u b ic a c ió n d e lo s e s to m a s e n la h o ja, su d istrib u c ió n e n la su p e rfic ie fo lia r y la f o rm a c o m o e s tá n o rd e n a d o s , re s u lta n s e r lo s e le m e n to s d e m ay o r v alo r d ia g n ó s tic o p a r a d if e re n c ia r la s e s p e c ie s e s tu d ia d a s.

A BSTRACT T h e fo lia r e p id e r m a l c h a ra c te ris tic s o f th e C hilean sp e c ie s o f G y m n o sp e rm s :

A raucaria araucana (M o l.) K. K och; A uslrocedivs chilensis (D . D o n ) Pic. S er. e t Bizz., Fitzroya cupressoides (M o l.) J o h n s t., Pilgerodendron uvifentm (D . D o n ) F lo rin ; Ephedra andina P o e p p . e x C .A . M e y ., L ep id o th a m n u s fo n c k ii Pliil., P odocarpus nubigena L indi., P odocarpus saligna D . D o n , P rum nopitys andina ( P o e p p . ex E n d l.) d e L a u b . a n d Saxegotliaea conspicua L in d l. a r e d e s c rib e d . T h e size a n d lo c a tio n o f th e s to m a ta on th e leaf, its d istrib u tio n o n th e foliar s u r f a c e a n d th e w ay th e y a r e o r ie n te d , p ro v e to be e le m e n ts o f m o re d ia g n o s tic v alue to d istin g u is h th e s tu d ie d sp e c ie s.

IN TRO D U CCIO N El objetivo de la presente contribución es entregar una descripción de los caracteres de la epiderm is foliar de las especies de G im nosperm as chilenas: Araucaria araucana, Austrocedrus chilensis, Fitzroya cupressoides, Pilgerodendron uviferum, Ephedra andina, Lepido­ thamnus fonckii, Podocarpus nuhigena, Podocarpus saligna, Prumnopitys andina y Saxegothaea conspicua. M articorena y Q uezada (1985), citan para Chile 16 especies de Gimnospermas. De éstas, .sólo .se han considerado 10 en este trabajo, ya que dos de las seis restantes son


2 6 _______________________________________________ nO L E I lN DEL MUSRO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL

problem áticas: de Epheürci nipestris Benth. y E. gracilis Phil, no existe claridad respecto de su presencia real en Chile (H unziker 1949); en las otras cuatro: E: hreana Phil., E. multiflora (Phil. ex Stapf), E. trifurcata ZoeW .yE.frustillata M iers el problem a se genera por la existencia de escaso m aterial, a veces reducido sólo al ejem plar tipo (Zöllner, 1975; Muñoz, 1987). Junto con entregar las descripciones de las características de la epiderm is foliar de cada especie, se discuten sus caracteres com unes y, con aquellos considerados válidos para dife­ renciar especies se diseñó una clave que perm ite la identificación de cada una de ellas. Con esta cuarta contribución, continúa el desarrollo del program a de investigación, de carácter principalm ente descriptivo, de las características de la epiderm is foliar de plantas chilenas. Com o se ha m encionado anteriorm ente (B arrera y Meza 1977, 1982 y 1988), el desarrollo de esta línea de investigación tiene como objetivo principal ap o rtar inform ación referente a la epiderm is foliar y form ar, com o consecuencia de ello, im portantes colecciones de referencia, de gran utilidad para el estudio de restos vegetales fósiles.

M A T E R IA L Y M ETO D O S El trabajo fue realizado con m aterial obtenido de duplicados de ejem plares del H e r­ bario del M useo Nacional de H istoria N atural (SGO). Los tratam ientos a que fueron som etidas las m uestras son los detallados en B arrera y M eza (1977) y B arrera (1981). Las preparaciones microscópicas quedan depositadas en la Sección Botánica del M useo Nacional de H istoria N atural (SG O pm Fan). Las observaciones, m ediciones y fotom icrografías se hicieron en un m icroscopio Leitz Dialux 20. Los prom edios se obtuvieron sobre 20 m edidas por ejem plar estudiado, la densidad de estom as se obtuvo en una superficie de 0,15 mm^ llevando estos valores posteriorm en te a 1 mm^. En las descripciones al señalar las medidas, largo, ancho y densidad de estom as, y largo y ancho de células epidérm icas, se indica en prim er lugar el valor máximo, en tre paréntesis el prom edio y luego el valor mínimo, conjunto de valores que al estar separados por x de otro bloque de m edidas, corresponden las prim eras a la longitud y las segundas al ancho. Las descripciones de la epiderm is foliar de cada especie están precedidas de algunas características de las hojas, extractadas principalm ente de Rodríguez, M articorena y Q uezada (1983), H unziker (1949), M uñoz (1966), y H offm ann (1982).

D ESC R IPC IO N ES

Araucaria araucana (Mol.) C. Koch. H ojas perennes, sésiles, rígidas, imbricadas, coriáceas, de 3-4 cm de largo y 1,5-2 cm de ancho, disposición espiralada recubriendo totalm ente el tallo, oval-lanceoladas con base ancha, puntiagudas, color verde oscuro, lustrosas y con estom as en am bas caras. Características de la epidermis foliar. Figs. 1,2. Células epidérm icas alargadas, rectangulares, con paredes gruesas y rectas, en la cara abaxial de 31,9 (50,4) 69,6 x 16,9 (22,2) 28 um, algo m ás grandes, 31,4 (51,4) 79,8 x 15,5 (22,7) 28,5 um, en la cara adaxial. Estom as de 58 (62,3) 71 x 39,2 (42) 43,5 um en la cara abaxial; en la cara adaxial de 49 (52,9) 58 x 37,7 (41,6) 43,5 um, ubicados en hileras paralelas que recorren com pletam ente


E BARRERA e I. MEZA / Epidermis foliar Gimnospcnnas chilenas

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la hoja, generalm ente rodeados por 4 células, dos polares y dos laterales. En las hileras los estomas están separados por 2 ó 3 células epidérm icas o sólo por las células polares, las hileras están a su vez separadas por 2 a 4 hileras de células epidérmicas. D ensidad de estom as de 25 (43,7) 62,5 estom as por mm^ en la cara abaxial y 31 (41,2) 56 en la cara adaxial. M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 552, 553, 720 (SGO 36965, Toltén, PhU. 11-1875). SGO pm. Fan. 555, 556, 710-716 (SGO 77096, Valdivia, N. González, 1963). SGO pm. Fan. 554, 718 (SGO 36964, Nahuelbuta). Austrocedrus chUensis (D. Don) Pie. Ser. et Bizz. H ojas perennes, escamiformes, sésiles, imbricadas, de 2 tipos: las laterales más gran­ des, de 2 a 3 cm de largo, extendidas sobre el tallo, con el dorso aquUlado y bandas estomáticas blanquecinas; las faciales, triangulares, de 0,5 - 1 mm de largo. Ambos tipos anfiestomáticos. C aracterísticas de la epiderm is Foliar. Figs. 3, 4. Células epidérm icas rectangulares, paredes rectas, las ubicadas en las bandas estomáticas miden 26,6 (50,8) 83,1 x 14 (20,2) 26,1 um en la cara abaxial y 22,2 (43,2) 71,5 X 15,5 (21,2) 29 um en la adaxial. Las células epidérm icas de la zona de la hoja donde no hay estomas, es decir fuera de las bandas estomáticas, son de mayor tamaño, (102,8 x 21 um). Estom as de 27,6 (33,5) 38,5 x 17,4 (23,8) 28,3 um, rodeados por 4 - 5 células, siempre dos de ellas polares, ubicados en hileras que forman 4 bandas en la superficie de la hoja. En las hileras los estom as están alternados con una célula epidérmica, las hileras a su vez están separadas por 1 hilera de células epidérmicas. Las bandas estomáticas están formadas, en su parte media, hasta por 8 a 9 hileras de estomas, las que disminuyen hacia los extremos de la banda encontrándose en ellos sólo una hilera. , . , „c Densidad de estom as 83,3 (198) 333 estomas por mm^ en la cara abaxial y 125 (181) 250 estom as por mm^ en la cara adaxial. M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 623, 624, 625, 717 (SGO 75227 Colchagua^ BeUavista V M atte 767, 19-11-1964). SGO pm. Fan. 626, 627, 807 (SGO 79355, Nuble, Recinto, Roivainen, 19-X-1929). SGO pm. Fan. 628, 629 (SGO 73821, Aconcagua, Cerro Tabaco, Schlegel 4374). Fitzroya cupressoides (Mol.) Johnst. Hojas perennes, escamiformes, aovado-oblongas, de 2,5-3 mm de largo, dispuestas en verticilos trím eros, con las puntas generalm ente extendidas, verticilos imbricados con el verticilo anterior, cara inferior de las hojas notablem ente aquillada y con 2 bandas estomáticas blanquecinas en am bas caras. C aracterísticas de la epiderm is follar. Figs. 5, 6. Células epidérm icas rectangulares, de paredes rectas, de 72 (119,7) 209,3 x 20,3 (34,3) 49,8 um en la cara ataxial y70,6 (126,7) 193,8 X 21,3 (27,8) 37,2 um células epidérm icas que form an parte de las bandas estomáticas son de ángulos mas redon­ deados que aquellas de la zona de la hoja en que no hay estomas.


2 8 _______________________________________________ BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL

E stom as de 36,3 (42) 49,3 x 31,9 (36) 39,2 um, rodeados por 4, a veces 5, células epidérm icas, ubicados en hileras, las cuales form an 4 bandas estom áticas en la superficie de la hoja. En las hüeras los estom as se ubican alternados con una célula epidérm ica que une p o r los polos a 2 estom as, las hileras entre sí están separadas por las células epidérm icas laterales de los estom as. Las bandas estom áticas están form adas por 5-8 hileras de estomas, y recorren la hoja desde la base hasta el ápice o hasta unas pocas hileras de células antes del borde del ápice. D ensidad de estom as 125 (281,8) 500 estom as p o r mm^ en la cara abaxial y 166,6 (288,8) 416,6 estom as por mm^ en la adaxiaí. M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 615, 616 (SC O 105534, Llanquihue, mallín cerca de lago Chapo, B ernath 827, 19.1.1944). SGO pm. Fan. 617, 621 (SG O 45329, Riachuelo, Rudolph, V-1936. SG O pm. Fan. 622 (SG O 73299, Reserva Forestal Llancacura, Schlegel 3433, 10-11961). SG O pm. Fan. 611-614 (SG O 91924, Llanquihue, C erro Puntiagudo, VÍllagrán-M ezaTroncoso, 16-11-1975). Pilgerodendron uviferum (D. Don) Florin H ojas perennes, dispuestas de a dos, opuestas y en cruz, muy im bricadas, lanceoladas, decusadas, escamiform is, tiesas, de 2-3 mm de largo, curvadas, aovado-oblongas, filotaxia p areada form ando ram illas tetrágonas. Estom as en el haz de las hojas. C aracterísticas de la epiderm is foliar. Figs. 7, 8. Células epidérm icas rectangulares, de paredes rectas, en la cara abaxial de 37,7 (60,2) 87,5 x 16 (21) 27,1 um y de 33,8 (75,50 79,3 x 15 (22,7) 30 um en la adaxial; las células epidérm icas en la zona donde se ubican los estom as presentan ángulos m enos definidos y generalm ente son hexagonales. Estom as de 20,3 (24,6) 29 x 14,5 (16,5) 20,3 um, rodeados por 4 células epidérm icas 2 polares y 2 laterales, ubicados sólo en la cara adaxial de la hoja. Se distribuyen formando una agrupación sagitada con el ápice hacia el extrem o de la hoja. D ensidad de estom as 333 (416,6) 541,6 estom as por mm^ M aterial estudiado: SG O pm. Fan. 596, 597 (SG O 91925, Llanquihue, m allín Los Cipreses, Viüagrán-M eza-Troncoso, 19-11-1975). SGO pm. Fan. 609, 611 (SG O 105771, Llanquihue). SG O pm. Fan. 607, 608 (SG O 75093, M agallanes, Isla Pacheco, W. Biese 1429, 21-III-1945). Ephedra andina Poepp. ex C. A. Mey. H ojas reducidas a escamas, decusadas o en verticilos 3-4 m eros, pequeñas, unidas entre sí en la p a rte inferior form ando una vaina alrededor del tallo, la p a rte apical o diente es libre, subulada o triangular.

Figs. 1 - 2. Araucaria Araucana, estom as cara abaxial, 1. 250x; 2 .500x; SG O pm Fan. 720. Figs. 3 - 4 . Austrocedrus chilensis, estom as cara abaxial, 3. 250x; 4. 500x; SG O pm Pan. 627. Figs. 5 - 6 . Fiaroya cupressoides, estom as cara abaxial, 5. 250x; 6. 500x; SG O pm Fan. 622. Figs. 7 - 8 . Pilgerodendron uviferum, estom as cara adaxial, 7. 250x; 8. SOOx; SG O pm Fan. 609. Figs. 9 - 10. Ephedra andina, estom as, 9. 250x y 10. SOOx; SG O pm Fan. 876.



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n O L B T lN D E L M U SEO N A CIONAL D E M ISTOR D \ NA TU RA L

C aracterísticas de la epiderm is Ibliar. Figs. 9, 10. Células epidérm icas rectangulares, de paredes rectas, generalm ente 4-5 lados, de 43 (52,5) 79,7 X 15,9 (19,1) 23,2 um en la cara abaxial; en la cara adaxial hexagonales, de 46,4 (64,1) 89,9 X 39,2 (43,6) 55,1 um. Estom as de 34,8 (37,7) 42 x 21,7 (23,2) 24,6 um, rodeados por 4 células, 2 laterales y 2 polares, dispuestos en hileras. D ensidad de estom as, 41,6 (53,1) 125 estom as por m m l M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 871 (SGO 103697, T erm as del Flaco, VII Región, Labra y Núñez, 19-11-1985). SGO pm. Fan. 876 (SGO 36987, Región M etropolitana, Salto de Conchalí, Phil. 1879). Lepidotham nus fo n c k ü (Phil.) Ball. H ojas pequeñas perennes, de 4 - 5 mm de largo y 1 - 4 mm de ancho, dimórficas, escam iform es, imbricadas, sésiles, obtusas, carenadas, espiraladas, crecen muy apretadas a los rám ulos a los cuales cubren totalm ente, con estom as distribuidos en am bas caras. C aracterísticas de la epiderm is foliar. Figs. 11, 12. Células epidérm icas poligonales, ángulos redondeados y paredes rectas, de 36,3 (56,4) 94,3 X 20,3 (27,7) 39,6 um en la cara abaxial y 48,8 (77,7) 128,6 x 28 (38,6) 51,2 um en la adaxial. Las células epidérm icas fuera de las franjas estom áticas son rectangulares. E stom as de 26,1 (31,2) 36,3 x 17,4 (19,3) 21,8 um en la cara abaxial, algo de mayor tam año en la adaxial 27,6 (34,4) 37,7 x 17,4 (20) 21,8 um, rodeados generalm ente por 4 - 6 células subsidiarias que form an una corona de células alrededor de él, distribuidos en una franja que sigue la form a de la hoja en la parte superior de ella. D ensidad de estom as 41,6 (91,6) 166,6 estom as por mm^en la cara abaxial, y 41,6 (77,7) 208 estom as por mm^ en la adaxial. M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 603, 604, 605 (SG O 65528 Aisén, Isla Jechica, H. Behn 83,11-1947). SGO pm. Fan. 600, 601 (SGO 78363, MagaUanes, Pto. Gray, S. F. A nliot 6023, 18-XII-1967). SGO pm. Fan. 598, 599 (SGO 45367 Chiloé, A lerzales de Piuchué, M. R. Espinosa, 1913). Podocarpus nuhigena Lindl. Hojas perennes, simples, alternas, muy coriáceas, linear-lanceoladas, de 1,5-3 cm de largo y 2-4 mm de ancho, ápice muy rígido y punzante, verde oscuras y con la nervadura m arcada y prom inente en la cara superior, con 2 bandas blanquecinas de estom as en la cara inferior. H ipostom áticas.

Figs. Mgs. Figs. Figs. I'igs. I'igs. Figs.

11 - 21. Estom as, cara abaxial. 1 1 - 1 2 . Lepidotham nus fonckü, 11. 250x; 12. 500x; SG O pm Fan. 599. 13 - 14. Podocarpus nubigcna, 13. 250x; 14. 500x; SG O pm Fan. 800. 15 - 16. Podocarpus saligna, 15. 250x; 16. 500x; SG O pm Fan. 589. 17 - 18. Prumnopitys andina, 17. 250x; 18. 500x; SG O pm I'an. 564. 19 - 20. SaxcgoiMaca conspicuo, 19. 250x; 20. 500x; SG O pm Fan. 595. 21. Células guardianas con engrosam icnlos cuticulares en la región polar, 500x.



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BOLLH IN D i;i, M USI'.O N A CIO N AL D E I U STORIA NA TURAL

C aracten'slicas dc la epiderm is loliar. I'igs. 13, 14. Células epidérm icas en la cara abaxial de 36,3 (57,2) cS4,l x 16,9 (20,4) 24,7 um, rectangulares de paredes algo onduladas las ubicadas en los espacios sin estom as, las que form an p arte de las bandas estom áticas son poligonales de paredes rectas. Células epidérm icas de la cara adaxial de 29 (52) 87 x 14,5 (24) 37,3 um rectangulares de paredes rectas o algo onduladas, sim ilares a las de los espacios sin estom as de la cara abaxial. Estom as de 17,4 (23) 29 x 10,2 (13) 18 um, ubicados en la cara abaxial rodeados por 4 células, 2 laterales y 2 polares, agrupados en 2 bandas form adas por 15-16 hileras de estomas. Densidad de estom as, 162,5 (208) 250 estom as por mm^ M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 557, 798, 799 (SGO 103286, Valdivia, 18 km al E de Hueycolla, L andrum 4507, IV -1982). SGO pm Fan. 558, 559 (SG O 58614, C anales de La Patagonia, C. Skottsberg). SGO pm. Fan. 560, 561, 562, 803, 800 (SG O 67696, B arra de Río Bueno, H ollerm ayer 650, í-1935). Podocarpus saligna 1). Don H ojas perennes, simples, alternas, péndulas, linear-lanceoladas, de 5-10 cm de largo y 5-7 mm de ancho, uninerviadas, ligeram ente falcadas term inadas en punta, verde oscuras en la cara superior, verde más claro en la cara inferior, con estom as sólo en la cara abaxial. C aracterísticas de la epiderm is Ibllar. Figs. 15, 16. Células epidérm icas en la cara abaxial de 27 (48,9) 80,7 x 14,5 (22,2) 31,4 um, rectan­ gulares de paredes onduladas; en la cara adaxial de 21,3 (38) 57,5 x 15 (23,5) 34,8 um, rectangulares o cuadrangulares de paredes rectas o sólo levem ente onduladas. E stom as de 34,8 (40,3) 43,5 x 23,2 (26,3) 29 um, generalm ente rodeados por 4 células epidérm icas, ubicados en hileras distribuidas en toda la superficie de la cara abaxial de la hoja, bastante continuos, separados co rrientem ente por 1 célula; las hileras de estom as tam bién están separadas por escasas células epidérm icas. D ensidad de estom as, 75 (118,7) 175 estom as por mm^ M aterial estudiado: SGO pm. Fan. 580, 581 (SGO 104187, VII Región, Reserva Forestal Los Ruiles, Troncoso, 17-1-1985). SG O pm. Fan. 582-586 (SG O 73269, Reserva F orestal Llancacura, Valdivia, F. Schlegel 2554,1-1960) SGO pm. Fan. 589,590 (SG O 103343, Biobío, Los Angeles, L. Landrum 4436,3-X-1982)_. SGO pm. Fan. 587,588 (SG O 105739, Parral, Barros, 111-1943). Prumnopitys andina (Poepp. ex EndI.) de Laub. H ojas perennes, simples, casi sésiles, dispuestas en 2 planos, lineares, falcadas, de 13,5 mm de largo y 1,5-2 mm de ancho, term inadas en un corto m ucrón apical, verde oscuras en la cara superior y algo más claras en la cara inferior por la presencia de 2 bandas estom áticas blanquecinas. C aracterísticas de la epiderm is loliar. Figs. 17, 18. Células epidérm icas en la cara abaxial de 27,1 (44,6) 65,3 x 16,4 (23,5) 35,3 um.


E BARRERA e I. M EZA / Epidermis foliar G imnosperm as chilenas

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rectangulares y d e p ared es levem ente onduladas las ubicadas en las franjas estom áticas; generalm ente d e p a re d e s o nduladas a lobuladas las de los espacios sin estom as. En la cara adaxial células epidérm icas de 29,5 (51,8) 73,5 x 23,7 (35,5) 49,3 um, rectangulares y de paredes fu e rte m e n te o nduladas a lobuladas. E stom as d e 37,7 (41,5) 43,5 x 20,3 (22,8) 27,5 um, generalm ente ro deados por 4 células subsidiarias de p a re d e s rectas, ubicados en la cara abaxial de la hoja, sin p re sen tar una ordenación definida, form an 2 b andas estom áticas. D ensidad de estom as 62,5 (129,5) 212,5 estom as por mm^ M aterial estu d iad o : SG O pm. Fan. 563, 564 (SG O 105760, Parral, Fdo. San M anuel, B ernath 424). SG O pm. Fan. 565, 566 (SG O 083, C ordillera de Linares, Phil. 1-1856). SG O pm. Fan. 567, 568 (SG O 105722, T raiguén, B ernath, 1946). Saxegothaea conspicua Lindl. H ojas p eren n es, sim ples, dispuestas en 2 planos divergentes, tiesas, lineares, a veces falcadas, de 1-2,5 cm de largo y 2,5-3 mm de ancho, term inadas en la p arte su p erior en un mucrón poco p unzante, v erd e oscuro en la cara sup erior y verde claro en la cara inferior donde se ubican 2 b andas estom áticas blancjuecinas. C aracterísticas de la ep id erm is foliar. Figs. 19, 20. Células epidérm icas en la cara abaxial de 34,8 (62,2) 107,3 x 18,4 (21,8) 31,8 um, rectangulares, de p a re d e s levem ente onduladas las ubicadas en las bandas estom áticas, de paredes algo m ás ond u lad as las de los espacios sin estom as. En la cara adaxial células epidérmicas de 37,7 (64,6) 104,4 x 15 (26,7) 36,3 um, rectangulares de p ared es onduladas a lobuladas. E stom as de 29 (36,2) 42 x 20,3 (23,5) 26,1 um, rodeados por 4 células subsidiarias, dos polares y dos laterales, de p ared es lisas; o rd en ad o s en hileras las que form an 2 bandas estomáticas en la cara abaxial de la hoja. En las hileras los estom as están separados, generalm ente sólo p o r una célula, la polar de 2 estom as continuos; las hileras están sepaiadas com ún m en te p o r 2 hileras de células epidérm icas. D ensidad de estom as, 118,7 (295,5) 542 estom as p o r m m ^ M aterial estu d iad o : SG O pm. Fan. 540, 541, 544 (SG O 104593, Islote R upanco). SG O pm. Fan. 594, 595 (S G O 69453, C auquenes, P. Pinto, 13-VI1-1953). SG O pm. Fan. 591, d92, 593 (SGO 105017, A isén, B ernath, I7-I-1946. SG O pm. Fan. 602, 606 (SG O 91926, Mallín Los Cipreses, L lanquihue, V illagrán-M eza-T roncoso, 19-11-1975).

D ISC U SIO N Los esto m as de las G im n o sp erm as en general, están pro fu n d am en te hundidos (Florin 1931); aparecen com o suspendidos p o r las células subsidiarias o vecinas, que se disponen curvadas so b re ellos, es decir, los estom as están cubiertos o abovedados por las células subsidiarias; su presencia en la superficie está m arcada por un anillo de células subsidiarias o anillo poral (S tace 1965). O tra característica com ún a las especies de este grupo, es la presencia de m aterial finam ente alveolar o granular, que ocluye los poros de los estom as, interpretílcla com o cera, resina, o una em ulsión cuticular tísicam ente p o iosa (E sau 1959).


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B O L irriN d k l m u s h o n a c i o n a l d i- h i s t o r i a n a t u r a l

e. b a u

E n tre las G im nosperm as chilenas, Araucaria araucana, Austrocedrus chilensis, Fitzroya menc cupressoides y Lepidotham m is fonckii poseen hojas anfiestom áticas; Pilgerodendron uviferum denoi tiene hojas epistom áticas y Podocarpus nuhigena, Podocarpus saligna, Prumnopitys andina y guare Saxegothaea conspicua, hipostom áticas. sus p' En relación al tipo de desarrollo ontogénico de los estom as de G im nosperm as, Florin (1931) reconoció los tipos haploqueilico y sindetoqueilico; en el prim ero de ellos, una célula m adre, o tejido m eristem ático estom atal, form a sólo dos células guardianas y en el segundo ' caso, una célula m adre origina dos células guardianas y una o más células subsidiarias; este las es m ismo autor, en 1933, reem plazó los térm inos utilizados para definir el tipo de desarrollo distril ontogénico, p o r m esógeno, en el caso que el m eristem a o célula m adre origina a las células de la? guardianas y a un cierto núm ero de células las subsidiarias, y perígeno, cuando el estoma aron inicial origina sólo las dos células guardianas y las células vecinas o células subsidiarias perm derivan de células epiderm ales ordinarias. CLA’ Fryns-Claessens y Van C otthem (1973), en su clasificación de los tipos ontogénicos de estom as, subdividen los tipos ontogénicos básicos en varios subtipos, y ubicaron a la mayoría de las G im nosperm as en los subtipos aperígeno y poliperígeno; en el prim er caso las células m adre se dividen una vez para form ar las dos células guardianas y las células epidermales que rodean al estom a son células vecinas derivadas independientem ente del protoderm a; este modelo ontogénico origina estom as adultos sin células subsidiarias o estomas anom ocíticos (Van C otthem 1970). En el caso del desarrollo ontogénico poliperígeno, las células guardianas se originan por una división longitudinal de las células guardianas madre y las células subsidiarias son producidas p o r divisiones desiguales de las células epidermales adyacentes, generalm ente paralelas a la circunferencia de las células guardianas; este m odelo ontogénico origina estom as adultos con varias células subsidiarias ubicadas en uno o más anillos, o estom as ciclocíticos (Van C otthem 1970;Wilkinson 1979) o a veces con una ordenación más irregular alrededor de las células guardianas. D e acuerdo a las observaciones realizadas por los presentes autores, en relación al tipo de estom a adulto presente en las especies chilenas de G im nosperm as, se encontró en todas ellas una ordenación ciclocítica de las células que rodean a los estom as, con algunas características propias en cada género. De esta m anera en Araucaria araucana único repre­ sentante del género en Chile, es más frecuente encontrar estom as rodeados por un anillo doble de células subsidiarias, es decir del tipo anficíclico (Florin 1931, V an C otthem 1970, W iikinson 1979). En el caso de los géneros de la familia Podocarpaceae, el tipo estomático más característico es el ciclocítico-tetracítico (W iikinson 1979); en Lepidotham nus el anillo de células subsidiarias es algo más notorio y diferenciable de las restantes células epidérm icas que en las otras Podocarpáceas chilenas, podría en este caso asim ilarse este tipo estom ático al descrito por Baranova (1987) como estefanocítico, definido com o el estoma rodeado por 4 o más (5-7) células subsidiarias débilm ente diferenciadas, que form an una roseta más o m enos distinguible. En las especies chilenas de Cupresáceas, los estom as están rodeados por dos células polares y dos células laterales, es decir del tipo tetracítico (W iikinson 1979), ya que gene­ ralm ente son 4 células las que rodean al estom a, en pocos casos se encuentran 5 o más células, pero aunque así suceda siem pre dos células tienen ubicación polar; en esta familia no hay una ordenación típicam ente cíclica de las células vecinas; sólo en Austrocedrus chilensis se observa una cierta ordenación de este tipo, aunque bastante m enos destacada que en Araucariaceae y Podocarpaceae. En Ephedraceae, familia en la cual sólo se consideró la especie E. andina, encontram os la misma disposición de las células vecinas característica de las Cupresáceas, es decir, dos células polares y dos laterales. En la m ayoría de las especies chilenas de G im nosperm as se observó la presencia de engrosam ientos cuticulares en la región polar de las células guardianas, sim ilares a las


E. BARREIIA c i. m e z a / r.pidcrniis foliar G imnosperm as chilcn;is

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mencionadas p ara algunas dicotiledóneas, por VVilkinson (1979), Stace (1965) y que ellos denom inaron “ piezas T ” (Fig. 21); estos engrosam ientos en ambc« extrem os de las células guardianas, g en eralm en te se curvan dando de esta m anera al estom a la apariencia de ten er sus polos bifurcados. C O N C L U S IO N E S Las características de la epiderm is foliar que presentan un m ayor valor para diferenciar las especies de G im n o sp erm as chilenas, corresponden al tam año y form a de los estom as, distribución de esto m as en la superficie foliar, la ordenación que ellos presentan, y la form a de las p are d e s de las células epidérm icas; com plem entando a estos caracteres se consider­ aron algunos de las hojas, principalm ente la form a de ellas, para confeccionar la clave que permite id entificar las especies chilenas. CLAVE A E stom as e n tre 58-71 um de la r g o ........................................................ Araucaria araucana AA E stom as hasta de 50 um de largo B H ojas reducidas a escam as ................................................................. Ephedra andina BB H ojas escam iform es o linear-lanceoladas, no reducidas a escam as C H ojas linear-lanceoladas D E sto m as distribuidos en toda la superficie abaxial de la hoja, o rdenados en hileras .............. Podocarpiis saligna D D E sto m as distribuidos sólo en p arte de la superficie abaxial de la hoja, ag rupados en bandas estom áticas. E B andas estom áticas constituidas p o r hileras de estom as F C élulas epidérm icas en am bas caras, d e p ared es rectas o sólo algo o n d u la d a s.................................................. Podocarpus mtÍJÍgena F F C élulas epidérm icas en am bas caras, d e p ared es onduladas a lobuladas ................................................ Saxegothaca conspicua E E B andas estom áticas constituidas por agrupaciones de estom as no ordenados en hileras ...............................................................Pnininopitys andina C C H o jas escam iform es G H ojas epistom áticas. Los estom as se distribuyen form ando una agrupación de aspecto s a g ita d o .................................................... PUgerodendron iiviferiim G G H ojas anfiestom áticas H E stom as reunidos en 4 bandas I E stom as alargados. Bandas estom áticas form adas por 8 o m ás hileras de estom as .......................Austroccdrus diilcnsis II E stom as redondeados. Bandas estom áticas form adas por 5-8 hileras de estom as ...........................Fitzroya cuprcssoidcs HH E stom as reunidos en una franja que sigue la form a de la p arte su perio r de la h o j a ........................................Lepidoiham niis fonckii


36___________________________________noLrn IN d e l

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ETNOBOTANICA DE LA ISLA ALAO, A RCH IPIELA G O DE C H IL O E , CH ILE

IN ES M E Z A !>.• y C A R O L IN A V IL I^ G R A N M .“ * Sección Botánica, M usco Nacional de H istoria N atural, casilla 787, Santiago, Chile. • • D e p artam en to dc Biología, Facultad de Ciencias, U niversidad de Chile, casilla 653, Santiago, Chile.

RESU M EN Se consultaron los nombres vernaculares y los usos de 107 especies de plantas de la Isla Alao, Grupo Chaulinec (Chiloé) (42035’S y 73224’0 ) ; 96 especies fueron recono­ cidas por los pobladores con nombres vernaculares y a 83 especies se les asignó algún uso. Los niveles de reconocimiento de la flora autóctona fueron mayores que los de la flora advena. Se definieron seis categorías principales de uso: 1) Medicinal y mágico, 2) Forraje y medicina animal, 3) Artesanía y construcción, 4) Combustible, 5) Alimentación, 6) Tintóreo. Mientras que las especies autóctonas tienen múltiples usos, las especies advenas son utilizadas casi exclusivamente como forrajeras y medicinales. Se comparan los resultados obtenidos en la Isla Alao con otros trabajos etnobotánicos realizados en el Archipiélago de Chiloé.

ABSTRACT The common names and uses of 107 plant species from Isla Alao, Grupo Chaulinec (Chiloé) (42°35’S and 73°24’W) were consulted to the country people; 96 species were recognized by the people and they asigned use to 83 of them. The level o f knowledge was greater for the native flora than the introduced flora. Six principal categories o f use were defined: 1) Magic and medical, 2) Foraje and animal medicine, 3) Art craft and building, 4) Combustible, 5) Food, 6) Stain. While the native flora has multiple uses, the introduced flora is used almost exclusively as foraje and for medical purposes. The results obtained in the Isla A lao arc compared with other ethnobotanical studies carried out in the Archipiélago of Chiloé.

IN T R O D U C C IO N De.scle 1980 se vienen realizando encuestas etnobotánica.s en distintos sectores del Archipiélago de C hiloé (42-44^’S), con el propósito de conocer el estado de conocim iento actual y utilización de la flora nativa e introducida de esta in teresan te zona del país. Varios facto res han influido en la elección de esta región para nuestros estudios etnobotánicos. E n tre otros, cabe señ alar q u e en el A rchipiélago de C hiloé se desarrollan


40

noi.irriN

dlíi . m u s h o n a c i o n a i . o í : iiis ~i o k i a n a i l kai

densos y variados bosques lluviosos templados, muchos de ellos en excelente estado de conservación, como asimismo otros ecosistemas tales como las cam pañas magalhínicas, mallines y hualves, formaciones litorales de playas y barrancos, etc. La población deC hiloé mantiene además vigente el valioso legado cultural de su historiii hispano-indígena y ello se expresa en una variada gama de tradiciones, leyendas y música, como asimismo en el manejo de los recursos naturales. El conocimiento y uso de las plantas es uno de los aspectos de la cultura tradicional de Chiloé que hemos deseado destacar en este trabajo. En 1983 se publicaron los primeros resultados etnobotánicos obtenidos en la Isla Quinchao frente a la costa de Dalcahué, al noreste de la ciudad de Castro (Villagrán et al.. 1983). El presente trabajo constituye una segunda contribución etnobotánica en el Archipiélago de Chiloé y presenta los resultados de una encuesta acerca de los nom bres y usos de la flora de la Isla Alao, situada en el G rupo Chaulinec, al oriente de la ciudad de Castro. Durante nuestro trabajo en la Isla Alao hemos podido nuevamente constatar la sabiduría de sus habitantes y recibir mucha amistad y cálida hospitalidad. C om o una pequeña muestra de agradecimiento hemos escrito este modesto trabajo que querem os introducir con las palabras de una pobladora de la Isla Alao que nos ayudó en nuestra tarea: “Bueno hijitos yo ya me voy a alejar de ustedes, les ruego muchas felicidades en todas diligencias... Siem pre se recordarán de la Isla de Alao, de su amiga la Blanca Burnes que soy la que le hablo a todos sus otros amigos que han encontrado, si tiene alguna falta ya me p ued e decir para que yo le ayude y rogándole que güelvan a mi hogar nuevamente, así mismo que lleguen a Santiago a darle cuenta a sus profesores o ’nde usted estudian y a jun to a sus familias, quiera Dios que así sea, y pasen lo más bien junto a sus otros amigos”.

A R E A D E E ST U D IO Y M E T O D O S La Isla Alao se sitúa en el Archipiélago de Chiloé, (42°35’S y 73^24’0 ) , 40 km al sureste de la ciudad de Castro, en el denom inado G rupo de Islas Chaulinec (Fig. 1). La Isla tiene un área de 8,8 km2 y su población la constituyen 619 personas que se dedican a actividades agropecuarias, pesqueras y artesanales. La consulta etnobotánica se realizó durante los meses de enero y febrero de los años 1984-1985 y abarcó la flora de toda la Isla. Se consultaron nom bres y usos de 107 especies de las cuales 77 son nativas y 30 introducidas. Las plantas recolectadas en la isla fueron dispuestas en herbarios preparado s espe­ cialmente para la consulta. Las entrevistas fueron grabadas en cintas magnetofónicas e incluyeron personas de diferentes sexos, edades y ocupaciones. Se presenta un catálogo con las especies de plantas consultadas, separadas en Flora Autóctona y Flora Advena y ordenadas en ambos casos alfabéticamente por género, segur la nomenclatura de Marticorena y Quezada (1985). Se incluyen dibujos de la mayoría de las especies los que fueron realizados por la licenciada Sra. Gloria Rojas V. del Museo Nacional de Historia Natural.

R E SU L T A D O S Se listan las 107 especies consultadas en la Isla Alao, se destacan los distintos nombre vernaculares recopilados, incluyendo un índice de éstos, y se describe la m odalidad de use (ver catálogo anexo).


I. M I-./A y C',

/ I'.tnol)..|,inic;i d e l;i ist.i A l;io

4 ]

Fig. I. Situación geográfica de la Isla de Alao en el Archipiélago Chaulinec. Tam bién se destaca con achu rad o la Isla de Ouinchao, utilizada en las com paraciones tlorísticas.

Del total de especies consultadas, 96 son distinguidas por los pobladores de la Isla con nombres vernaculares (90% ) y 83 tienen uso reconocido (78%). D e este resultado se desprende el pro fun do conocimiento que tienen los pobladores de Alao de su flora y el diversificado uso que hacen de la misma. Resultados similares habían sido obtenidos en la Isla Quinchao, don de de un total de 157 especies, 117 fueron reconocidas con nom bres (71%) y a 113 se le señalaron usos (71%) (Fig. 2). Los niveles de conocim iento y uso de la flora autcíctona en la Isla Alao son mayores que los de la flora advena. El 92% de las 77 especies nativas consultadas fueron reconocidas con nombres vernaculares y el 81% con usos, m ientras que, de las 30 especies introducidas consultadas, al 83% se le asignó nom bres y al 73% uso. En lo qu e se refiere al tipo de uso de las plantas de la Isla Alao, se pudieron definir 6 categorías principales que agrupan las especies más importantes: I) Medicinal y mágico, 2) Forraje y medicina animal, 3) A rtesanía y construcción, 4) Combustible, 5) Alimentación, 6) Tintóreo. O tra s m odalidades de utilización son m enos frecuentes pero interesantes, como por ejemplo el u.so de las plantas com o adorno, detergente, abono, etc. La mayor diversidad íle u.sos se ob.serva e n tre las especies nativas, las cuales aportan proporciones im portantes de especies a todas las categorías de uso establecidas. Se destacan com o los más im portantes usos el medicinal y mágico, forrajero y artesanal. Las especies advenas son utilizadas casi exclusivamente com o forrajeras y medicinales (Fig. 3). Resultados similares se observan en I:* flora de la Isla Q uin chao (Fig. 4), con la diferencia qu e en la Isla Alao el uso preferen te Je las e.species advenas es el medicinal y mágico; y en Q uinchao es el forrajero.


RECONOCIMIENTO Y USO, FLORA DE LA ISLA ALAO Con nombre y sin nombre (N=107)

Con uso y sin uso (N=107)

RECONOCIMIENTO Y USO, FLORA DE LA ISLA QUINCHAO Con nombre y sin nombre (N = 157)

Con uso y sin uso (N = 157)

Fig. 2. C om paración de los niveles de conocim iento y uso de las especies de las floras de las islas A lao y Q uinchao, Chiloé. Fie. au tí


^ 'g* 3. C ateg o r铆as d e usos de la flora de la Isla A lao, co nsiderando la flora total, las especies ' aut贸ctonas y las especies advenas.


Fig. 4. C ategor铆as de usos de la flora de la Isla Q uinchao, considerando la flora total 1 m enr flora aut贸ctona y la flora advena. ... lau r


1. MEZA y C. VILLAGRAN / Einobotánica de la isla Alao

98) L

45

D E S C R IP C IO N D E LAS C A T E G O R IA S D E U T IL IZ A C IO N D E LA F L O R A M edicinal y mágico

41 especies de la flora de la Isla A lao son utilizadas con fines m edicinales y mágicos. Este es el tipo de uso de la flora m ás im p o rtan te en la isla. C om únm ente las plantas se preparan com o tisanas calientes o com o bebidas refrescantes contra diversas dolencias tales como resfríos, fatigas, p roblem as a la m atriz, descom posiciones de sangre, etc. En algunos casos las plan tas se aplican com o cataplasm as en el lugar de la dolencia. U n ejem plo de cataplasma es la “tro m p etilla” {Senecio otites Kunze ex D C.) que, una vez calentada al fuego, 1 se coloca en los llam ados “siete cu ero s” (diviesos) p ara que m aduren; luego se lava la dolencia con el jugo de la m ism a “tro m p etilla” caliente y se venda con la m ism a hoja. El “siete venas” {Plantago lanceolata L.) es o tro ejem plo de planta cuya hoja se usa tan to com o para curación como para el lavado de heridas. E n cuanto al uso m ágico-superticioso, es com ún la preparación de “ rem ed io s de su sto ” (contra im presiones fuertes) para lo cual se usan varias plantas, en tre o tra s la “llanca” (Sam iienta repens R. et P.) y el “q u eslahuén” {Griselinia racemosa (Phil.) T aub.); del “tu e s” (R haphitham nus spinosus (A. L. Juss.) M old., se dijo que es “com pañero del h o m bre y de la m ujer, q u e se anda trayendo en el bolsillo para que no les pase nada en el cam ino, es un árbol bueno, santo...”; del “ch au m án ” {Pseudopanax laetevirens (G ay) F ran ch et), se dijo que sirve p ara esp an tar espíritus m alos”. 2.

Forraje y medicina animal

En esta categoría se incluyen 21 especies, en su m ayoría autóctonas, lo que contrasta con la Isla Q uinchao, d o n d e las especies advenas eran las usadas generalm ente en este rubro. ://7a Fueron señaladas com o de calidad forrajera las hojas de árboles tales com o “cheiquilo” {Escallonia rubra (R. et P.) Pers.) y el “m aitén ” {Maytenus boaria Mol.), arbustos com o la “quila” {Chasquea quila K unth) y el “chilcón” {Fuchsia magellanica Lam .) y algunas hierbas como la “c o rta d e ra ” {Cyperus xanthostachyus Steud.), “pasto m iel” {Holcus lanatus L.), etc. En m edicina anim al se m encionó el alga roja “ llapi” {Iridaea dichotom a H o o k er y Harvey), com o c o n tro lad o r de p arásitos intestinales en los cerdos.

40) 3.

Artesanía y constracción

En la Isla A lao se incluyen 22 especies en esta categoría, siendo las especies arbóreas autóctonas las m ás im p o rtan tes p ara la construcción de viviendas y la confección de e m b ar­ caciones artesanales. E n tre las m ad eras que se destacaron figuran el “ tiq u e ” {Aextoxicon punctatum R. et P.), “lu m a” {Am om yrtus lum a (M ol.) Legr. et Kaus.) y “cirigüerillo” {Embothrium coccineum J. R. et G. F o rster) p ara obras de construcción, cercos y casas; el “tique” {Aextoxicon p u n cta tu m R. et P.) y la “quiaca” {Caldcluvia paniculata (Cav.) D. D on) f/co construcción d e botes; e n re d a d e ra s com o el “voque” {Cissus striata R. et P.) y la “quilineja” {Luzuriagapolyphylla (H ook.) M acbr.) se usan para hacer sogas, escobas, am arras; hierbas com o “ ñ a p o s” {Juncus procerus E. M ey) se usan en la confección de canastos, cernidores y cestitas; la “c o rta d e ra ” {Cyperus xanthostachyus Steud.) se usa para techar casas. 4.

Combustible

La m adera es el único com bustible que tienen los pobladores de la Isla A lao. Se al, !■m encionaron 11 especies utilizadas com o leña, e n tre o tras la “quila” {Chusquea quila K unth), “laurel” {Laurelia philippiana L ooser) y “p elú ” {Sophora microphylla A itón).


4f)

5.

lìO l.in iN DLL MUSliO NACIONAL Dii ] IISTOltIA NA TLim ,

Alimentación y bebida

11 especies fueron incluidas en esta categoría. Entre otras se mencionaron los fruto de árboles y arbustos tales como el "avellano” (G em in a avellana Mol.), “ m aq ui” (Aristotelk chilcnsis (Mol.) Stuntz), "m u rta ” (Ugni niollnae Turcz.), “calafate” {Berberís buxífolla Lam. y "chupón" {Greígia spimcelata (R. et P.) Regel); con algunas de estas especies también & preparan bebidasy chichas, por ejemplo del “calafate; el tallo de la “ nalca” (G unnera tincton (Mol.) Mirb.) se come como ensalada o al natural; las hojas d e l “choipuco” {M bnulus glabratu H.B.K.) se consumen como ensalada y se usan para condim entar prietas. Para cazuelas; guisos se mencionó el alga “luche” {Porpliyra colum bina Montagne). ().

Tintóreo

9 especies son utilizadas como tinturas naturales, siendo las especies leñosas autóctona las preferidas. Generalm ente se utiliza la corteza, por ejemplo del “ m echai” {Berberísdarwini Hook.) que tiñe color amarillo y del "huinque” (Lom atla ferrugínea (Cav.) R. Br.) que tiñi color café. La gama de colores que se obtiene va desde el tono amarillo al café oscuro y negrc La intensidad del color depende del mayor o m enor tiempo de hervido de la lana y de 1: cantidatl de corteza que se usa. Llama la atención la experimentación de los pobladores en este rubro. Por ejemplo, e "depe" (raíz de Gunnera llnctorla (Mol.) Mirb.) se usa para teñir de color negro ju nto coi el "cadillo" {Acaena ovalifolia R. et P.),”agua del filo de molejón” (piedra donde se afilai hachas) y “ roguo" (turba oscura que se encuentra en los pantanos). O tn is usos Se mencionaron especies como el “ romerillo”, {Baccharispatagónica H. et A.) usad como detergente; el “pangue” {Gunnera tínctoria (Mol.) M n b . ) y Dlgltalls purpurea.!^, se usai como abonos, y especies de helechos utilizados como adorno de iglesias y altares de Navidad

A C ÍR A D E C IM IE N T O S Las a iilo r ;is desean e x p re s a r en p r im e r lé r m in o su r e c ijn o c in iie n lo a los h a b ita n te s de la Is la Ala. c |iiic n e s h r in d a r iin la in fo r n ia c ió n c|iie h i/ o p o s ib le esle tra b a jo ; a los c s tu d ia n le s de la F a c u lta d d f i e n t l a s , ( i o n / a l o B e n a v id e s y C 'io n/aK ) V a le n /u e la . p o r su c o la b o ra c ió n en el tra b a jo d e te r r e n o , a la in v e s tig a d o ra s S ra. M é lic a M u ñ o / , je le de s e c c ió n B o tá n ic a y S rla . E li/ a b e lh B a rr e ra , je fe de L a b o ra to rii tle l .M useo N a c io n a l de l l i s l i i r i a N a tu ra l, p o r su c o n s ta n te a p o y o y c o la b o ra c ió n y al D r . .lu á n A rm c s t y lic e n c ia d a S rla . C e c ilia S n iilh de la F a c u lta d de C ie n c ia s , U n iv e rs id a d de C h ile , p o r las la cilid a d i. o lo rg a tla s en a s p e c lo s de c o m p u ta c ió n .

C'ATAl.OGO DH l.AS ESPECIES A U T O C T O N A S Y A D V E N A S DE LA FL O R A DE LA ISLA A L A O Lases[iecies han sido ordenadas alfabética mente por génerosy sepa radas en 2 unidade' flora autóctona y flora advena. La información para cada especie es la siguiente: 1. Nombre científico y familia. 2. Nombres vernaculares con que se conoce la especie en Alao. Usos asignados a la planta en Alao (AR: Arte.sanía; MG: Mágico; CO: Construcciór C.M: Combustible; Al: Alimento; ME: Medicinal; FO: Forraje; TI: Tintóreo; DE: Deteruenti

me:


' R / \ l 11, MEZA y C. V IL L A G R A N / E m o b o lá iiic a d e la isla A la o

47

jabón; AD: A d o rn o ; OT: O tro s usos. 4. Explicación re fe re n te a ios usos de la planta, utos 5. Se citan algunos au to re s que se han referido a los nom bres vernaculares de especies 'telic de Chüoé. am. :n se torio Flora autóctona "-atuí la s , CRIPTOGAMAS

1.

Iridaea dichotom a H o o k er y H arvey G igartinaceae “llape”, “ilap i”. Usos: FO , OT. Se usa p ara alim en tar cerdos. No les p erm ite criar parásitos y si los tienen, los elim inan. Previam ente se cuece. Porphyra colum bina M ontagne Bangiaceae “luche”, “luche de playa”. Usos: AL. Es un alim en to tan bueno com o el “cochayuyo”, sirve para hacer cazuela. Tam bién se habló de un “luche de p a m p a ” que sirve p ara quem aduras (no fue colectado). Ref.: Santelices, B., 1988: “luche”.

3.

Usnea sp. P arm eliaceae “barba de p a lo ”, “barb as de m o n te”. Usos: TI. Se usa p ara te ñ ir de color café. C uando está en la piedra se llama “ flor de p ie d ra ”.

4.

A diantum chilense Kaulf. A diantaceae “culantrillo”. Usos: M E. En infusión o com o café, p ara la descom posición de la sangre y de la matriz. Ref.: G unckel, H., 1984: “culantrillo”, “d o radillo”, “ helecho de palo n egro”, “curimamill” (en m apuche), “ quilquil”; M uñoz, M., e ta i, 1981: “palito negro”, “culantrillo”, “doradilla”. Blechnum hlechnoides Keyserl. “iquide”. Usos: N o conocido.

Blechnaceae

6.

Blechnum chilense (K aulf.) M ett. B lechnaceae “iquide”, “costilla de vaca” . (Lám . 1, Fig. 1) Usos: FO. Para forraje. Ref.: M uñoz, M., e t a i , 1981: “palm illa”, “costilla de vaca”, “quilquil”.

7.

Blechnum h astatum Kaulf. B lechnaceae “iquide de la p a m p a ” (el m enor) (Lám , I, Fig. 2) Usos: M E. Para el estóm ago y p ara parch es de cam po “ m ajaíto , com o cataplasm a. Ref.: M uñoz, M. et al., 1981: “ p alm ita”, “añu cül cül”, “añil ciil ciil”.


B O LET IN D E L M U SEO N A C IO N A L D E H IST O IU A NATURAI

48 8.

Ctenitis spectahilis (Kaulf.) Kunkel “p eseb re” Sin uso reconocido.

9.

Hypolepis rugosula (Labill.) J. E. Sm.

A spidiaceae (Lám . I, Fig. 3)

Lophosoría quadripinnata (J. F. G m el.) C. Chr. “p eseb re”. Usos: AD. Para ad o rn ar iglesias.

15.

D en n staed tiaceae

Var. poeppigii (K unze) C. Chr. et Skottsb. “p eseb re”. Usos: AD. Para adornos en Navidad. 10.

1. m e :

16.

L ophosoriaceae (Lám . I, Fig. 4)

17.

FANEROGAM AS

11. Acaena ovalifoUa R. et P. R osaceae “cadiUo”. (Lám . II, Fig. 5) Usos: ME. En infusión es buena para el hígado, pulm ón y colitis; tam bién sirve para las “hieladuras’ Ref.: G unckel, H., 1960: “cadillo”, “trefo ”, “tru n ”; Troncoso, A., etal, 1974: “cadilla” Muñoz, M., 1980: “cadilla’’; Villagrán, C., et ai, 1983: “cadillo”, “p ro q u ín ”. 12. Aextoñcon punctaíum R. et P. A extoxicaceae “tiq u e”, “tiqui”. (Lám . II, Fig. 6) Usos: A R, CO. 19. La m adera es usada para piso de viviendas; em barcaciones: Quilla de bote, etc. Réf.: M uñoz, C, 1966: “olivillo”, “aceituniUo”,”palo m u erto ”, “te q u e ”, “tique, “ tüque' “ roble de O valle”; G unckel, H., 1960: “aceitunillo”, “olivillo”, “palo m u e rto ”, “ téque' “tiq u e”; Villagrán, C. et a l, 1983: “ tiqui”, “ tiq u e”. 13. Amomyrtus luma (M ol.) Legr. et Kaus. M yrtaceae “lum a”, “array án ”. (Lám . II, Fig. 7) Usos: CO, CM. La m adera es usada para todo: cercos, tocones, construcción y para leña. Ref.: M uñoz, C., 1966: “lum a”, “palo, m ad ro ñ o”, “cauchao”, “cau ch ah u e” (frutos Gunckel, H., 1960: “canchao”, “cancau”, “ lum a”; Villagrán, C., et a i, 1983: “luma “cauchahue”, “cauchagüe”. 14. Amomyrtus meli (Phil.) Legr. et Kaus. M yrtaceae “ m u rta ”. Usos: Al. El fruto es com estible? Ref.: M uñoz, C., 1966: “m elí”; Villagrán, C„ etal., 1983: “ nelí”, “lum a blanca”, “cat chagüe” (frutos).

21.


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15 .

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Einobolánica de la isla A lao

49

A nthoxanthum altissim um (Steud.) Veldk. G ram in eae “paja ra to n e ra ”, “c o rta d e ra ” . (Lám . VI, Fig. 23) Usos: CO. Para tech ar casas. Ref.: G unckel, H., 1960: (= H. ^unckelii), “ lln”, “paja ra to n e ra ”.

16. Aristotelia chilensis (M ol.) Stuntz. E laeocarpaceae “m aqui”. (Lám . II, Fig. 8) Usos: AL, ME. La hoja se m aja y sirve p ara cu rar llagas. La infusión de la hoja am arilla sirve para el sol (insolación) y la fiebre; p ara ésto se hierve con “chupones”. El fruto se com e y, adem ás, con él se p rep ara una especie de chicha (se b ru ñ e'en una fuente y se cuela en un paño). Ref.: M uñoz, C., 1966: “ m aq u i”, “ koelón”, “ külón”; Gunckel, H., 1960: “clon”, “ m aqui”, “queldón”; V illagrán, C., et a i, 1983: “m aq u i”, “q ueldón”. 17. Baccharis patagónica H. et A. C om positae “rom erillo”. (Lám . II, Fig. 9) Usos: D E, CM . La corteza se usa p a ra lavar: se bru ñ e en el agua hasta que salga espum a. T am bién sirve para leña. Ref.: ViUagrán, C , et a i, 1983: “ ro m erillo”. 18. Baccharis sphaerocephala H . et A. C om positae “choquí”, “ hierba buena del cam p o ”. ,, R “chilca”, “ tro m p etilla”. Usos: M e, FO . Sirve p ara el d o lo r de estóm ago y p ara la “ te la ” (hernia): se hierve la planta y se hace té. F o rrajera. Ref.: M uñoz, M., 1980: “ ra d ín ”, “ra ri”. 19. Berberís buxlfoUa Lam . B erberidaceae “calafate”. (Lám . III, Fig. 10) Usos: AL, CM . 1 El fruto se com e y tam bién se hace chicha de “calafate”. El m adero, cuando es grueso, sirve p ara leña. . „ Ref.: G unckel, H., 1960: “c alafate” (fruto), “ m ichay”, “arb u sto ”, “palo am arillo , “quillín”; M uñoz, M., 1980: “calafate”, “esp in o ”, “d e ñ e ”. 20. Berberís danviníi H ook. B erberidaceae , a. “m echae”, “ m ech ai” (Lám . III, Fig. 11) Usos: TI, AL. , i El fruto es com estible. F ruto, flor y corteza sirven para teñir color am arillo. ' Ref.: G unckel, H., 1960: “ch acaih u a”, “calafate” (fruto), “ m ichay” (arbusto); M uñoz, M., 1980: “ m ichay”; V illagrán, et a i, 1983: “ m echay”, “esp in o ”, “ m ichay”. 21. .

Buddleja e h b o sa H ope B uddlejaceae “palguín”, “ m ático ”, “panguil”. (Lám . 111, Fig. 12) . Usos: M E. . , 1 1 Vale para todo rem edio; en ferm ed ad es del hígado, riñones, corazon, para lo cual se hierve y se tom a. T am bién p ara lavar h eridas y forrarlas con la m ism a hojita.


50____________________________________ B O LETIN

D EL M U SEO N A CIO N A L D E H IST O R IA NATURAL

Ref.: Gunckel, H., 1960: “m ático”, “palguín”, “palquín”, “palquiñ”, “p añ il”; M uñoz, M et a l, 1981: “panguil”. 22.

23.

Caldcluvia paniculata (Cav.) D. Don C unoniaceae “quiaca”. 29. Usos: CO, A R, FO. Es la m adera m ás firm e para construir em barcaciones, quilla y roda de botes; par; tijerales de casa y para cercos. La hoja es buena com o forraje. Ref.: Gunckel, H., 1960: “ tiaca”, “triaca”, “quiaca”; M uñoz, C , 1966: “tiaca”, “triaca’ “quiaca”, “triaca-triaca”; Villagrán, C , et a i, 1983: “quiaca”, “tiaca”. 30. Carex fuscuta D ’Urv. C yperaceae : “quinquin de la p am p a”. (Lám . III, Fig. 13) Sin uso conocido. Ref.: Villagrán, C., et a l, 1983: “junquillo”, “cunquillo”, “ ñapo ”. 31. i

24.

Centaurium cachanlahuen (M ol.) B. L. Rob. G en tian aceae “canchelagua”, “cachelagua”, “cachalagüe”, “canchalagua”, “canchalagua de campo' “canchelahuen”. Usos: ME. Sirve para rem edio de aliento, con “unicornio” y “piedra de sal” (que se com pran e: la botica); tam bién com o rem edio para el corazón, pulm ón, estóm ago, y hernia. Ref.: M uñoz, C., 1966: “canchanlahue”, “canchanlahuen”, “cachén”, “canchanlagua‘32. Navas, E., 1979: “cachanlahua”, “cachanlahue”, ‘cachanlahuen”, “cachanlahui’ “cachén”.

25.

Chasquea quila K unth G ram ineae “pasto quila”, “quila”. Usos: FO , CM. La m adera se usa com o leña y sus hojas com o forraje. Ref.: Muñoz, C., 1966: “quila”; Villagrán, C., et al., 1983: “quila”.

26.

27.

28.

33.

Cissus striata R. et P. V itaceae “voqui”, “v oque”. Usos: AR. Para hacer canastos, sogas y am arras de bote. 34. Ref.: G unckel, H., 1960: “colli voqui”, “pilpil-voqui”,”pilpU-fóki”, “q u in eu”, “voqi arra stra d o ”, “voqui colorado”, “zarzaparrilla”; M uñoz, M., etal., 1981: “vo qu i”, “voqi am arrad o ”, “parrilla”, “voqui negro”; Villagrán, C., et a i, 1983: “voque n egro”, “voq; negro”, “voque colorado”, “voque”, “en re d a d e ra ”. Coriaria ruscifolia L. C oriariaceae “cailagüen”, “palo m ayor”. Sin uso reconocido. 35. Ref.: Gunckel,H., 1960: “céu ”, “d e ó ”, “huique”, “ m atarrato n es”, “veu”; M uñoz, M.,: a i, 1981: “d eu ”, “huique”, “m a tarrato n es”; Villagrán, C , et al., 1983: “lilinquén”. Crinodendron hookerianum Gay “chilca”, “palguín”, “ m aitén”. Usos; ME. Se tom a agüita para torceduras.

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E laeocarpaceae 36.

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I M li/A y C. VIl.l./\CiRA N / I:lnoboUuiíca de l:i isla AIno

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Ret.: M uñoz, C., 1966: “polizón”, “ch aq u ih u e”; M uñoz, C., 1966: “ polizón”, “chaq u ih u e”, “c h e q u e h u e ”, “coico p ih u e” (C albuco), “chaq u ih u a”, “ch aq u eih u a”, “polisone”.

Cyperus xanihostachyus Steud. “c o rta d e ra ” , para Usos: A R. Para hacer sogas, tech ar casas y com o forrajera, ica”,í Ref.: V illagrán, C , e ta l., 1983: “c o rta d e ra ”.

C yperaceae

^0. D anthonia chilensis Desv. • Sin nom bre ni uso reconocido. Ref.: M uñoz, C , 1966: “cepilla”.

G ram ineae

31. Drimys winíeri J. R. et G. F o rster W interaceae “canelo”. (Lám . IV, Fig. 14) Usos: C O , T I, M E. ipo” La hoja sirve p ara envolver to rced u ras de m anos y pies. Se hacen aguas para fregarse las piernas, cuando hay dolores de huesos. Su m adera es usada en construcción, m et Ref.: G unckel, H., 1960: “boighe”,”fu ñ e”, “foiye”; Villagrán, C , et a i, 1983: “can elo ”. ju a ” 32. Efytropus chilensis (A. D C .) M uell.-Arg. A pocynaceae hui’’ Sin nom bre ni uso conocido. (Lám . IV, Fig. 15) Ref.: M uñoz, C , 1966: “quilm ay”, “p o ro to del cam po”, “voqui”; M uñoz, M .,e ta i. 1981: “quilmay”, “p o ro to del cam p o ”, “voqui” . 33. Em hothrium coccineum J. R. et G. F o rster P roteaceae “cirigüerillo”, “cigüerillo”. (Lám . IV, Fig. 16) Usos: A R , CO . La m adera es usada p a ra m uebles y obras de construcción. Ref.: G unckel, H., 1960: “ciruelillo”, “ n o tro ”; T roncoso, A., et a i, 1974: “ciruelillo”, “cirgüelillo”; M uñoz, M., e ta h , 1981: “ fosforito”, “tre u m ú n ”; Villagrán, C .,e ta l„ 1983: “ciruelillo”, “cirgüelillo”, “cirgüerillo”. 34. E m petm m ruhrum V ahl ex Willd. E m p etraceae voqu “tepú”. voqi^ ^so s: CM , O T. ^ voqi Su m adera es la m ejor p ara tocones y p ara leña. Igual que la “lum a”. (Sin duda lúe confundida con Tepualia stipuíuris). Ref.: G unckel, H „ 1960: “ m ulw én”; M uñoz, C., 1966: “ uvilla de p erd icita”, “brecillo”, “murtilla de M agallanes”. 35. .

Epilohium gUiucum Phil. O nagraceae “chucón”, “ p ata e ’m u la”, “ m e n ta ”, “chilcón del agua”. (Lám . V, Fig. 17) Usos: ME, FO. Medicinal “p ara cuando a uno le e n tra m ucho la calo r”. F orrajera.

36.

F:<¡calUmia rubra (R. et P.) Pers. “cheiquilo”, “chilquilo”.

Saxifragaceae (Lám . V, Fig. 18)


32

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Usos: M E, FO. M edicinal, con la flory sal se hacen gárgaras para la tos (m ascado), o tam bién en intusió para tom arla. Forrajera. Ref.: G unckel, H., 1960: “ ñipa”, “sietecam isas co lorado”; M uñoz, M., et a i, 198 “ m üki”, “siete cam isas colorado”, “ ñipa”, “ m oqui”, “yang-yang”; V illagrán, C., et a. 1983: “chinguilo”, “cheiquiio”, “copihue en a n o ”. 37.

Eucryphia cordifolia Cav. Eucryphiaceae “quiaca”, “olivilio”, “tiq u e”, “ulm o”, “esparragada de los vientos”, “u rm o ”. Sin uso conocido. Ref.: G unckel, H., 1960: “m uerm o”, “ ulm o”, “ toz”; M uñoz, M., e ta i, 1981: “ ngulngnao “ ngulngo”; Villagrán, C., et al., 1983: “ ulm o”, “u rm o ”.

38.

Fuchsia magellanica Lam. O nagraceae “chilcón”. (Lám . V, Fig. 19) Usos: FO, CM, ME. Para forraje cuando es verde; seco para leña; y parece que para rem edio, diarrea. Ref.: Gunckel, H., 1960: “chilco”.

39.

Gevuina avellana Mol. P roteaceae “nogal”, “avellano”. (Lám . V, Fig. 20) Usos: TI, AL, AD. La fruta se com ercia y se com e; las hojas sirven p ara adorno. T am bién se usa para teñ; de color café. Ref.: M uñoz, M., e ta i, 1981: “güevín”, “nefuén”; M uñoz, C., 1966: “avellano”, “guevín 46. “nefuén”, “ngefuñ”; Villagrán, C , et a i, 1983: “avellano”, “avellana”.

40.

Greigia sphacelata (R. et P.) Regel B rom eliaceae “quiscal”, “chupones” (fruto), “chupón”. Usos: AL, A R. 47. El fruto es com estible y con la hoja se hacen canastos. Ref.: G unckel, H., 1960: “kaj” (planta), “ m ata de chu p ó n ”, “ niyu” (fruta), “chupór (frutos com estibles); Troncoso, A., et a i, 1974: “chu p ó n ”, “quiscal”; M uñoz, M., eta 1981: “caj”, “chupones” (frutos), “rayen nigu” (flor de chupón); V illagrán, C., e ta i, 198: “quiscal”, “chupón”.

41.

GriselUiia racemosa C o rn aceae 48. “queslah u én ”, “quechlagüen”. (Lám . V, Fig. 21) Usos: MG, ME. Para “ rem edio de susto”. Saca los espíritus malos. Para anorexia de hue.so se hiervei “quechlagüen” p ara hacerse lavados en la noche, se am anece sanito. Ref.: M uñoz, C., 1966: “lam ulahuén”.

42.

Gunnera tinctoria (M ol.) Mirb. G u n n e ra ce ae “pangue”, “ nalca”, “m ulul”, “d e p e ”. 49. Usos: OT, AL, TI, ME. La canilla de la “nalca” se com e en form a de fruta refrescante, tam bién de entrada.! “d e p e ” se usa p ara teñir ju n to con “cadillo” agua del “filo del m olejón” y “ ruogo” d ciénago, tiñe color plomo. H oja para abono, “ m ulul”, m edicinal. Ref.: G unckel, H., 1960: “chahuay” (tallo), “d e p e ” (tallo), “d eg nacho”, “ denacho


I. MEZA y C. VILLAGRAN / Etnobolánica de la isla A lao

53

“deñacho”, “d in ach o”, “ nalca” (talJo comestible), “pan gu e” (planta entera), “pangui”, “p a n q u é ”, “p a n k e ”, pan g q u e ”, “p a n q u é ”, “ rahu ai” (parte gruesa e inferior de la nalca); Muñoz, M., et a i , 1981: “p a n gue ”, “ ralea”, “dinacho”, “ nalca”, “pam pancallhue” (las yemas o brotes); Villagrán, C , et al., 1983: “pangui”, “p a n q u é ”, “ nalca”, “d e p e ”, “rahuai”, “c h a n farrain a ”. 43.

Gunnera maf^ellanica Lam. “frutilla del c a m p o ”, “caihuén-chucao”, “nium ín-m acho”, “pillundeo”. Usos: FO , ME. Ref. Muñoz, M., 1980: “palacoazir”.

G un neraceae (Lám. VI, Fig. 22)

44.

Hydrocotyle ranuncuíoides L. F. “trébol”. Usos: FO. Forrajera. Ref.: Muñoz, C., 1966: “ hierba de la p lata”, “ ta n q u e ”.

Umbelliferae

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45. Juncos im hricatus Lah. var. cliamissonis (Kunth) Buch. “ñocoi”, “ ño coe”. Usos: AR. Para confeccionar canastos, cernidores, cestitas, etc. Ref.: No hay.

Juncaceae (Lám. VI, Fig. 24)

46. Juncos pUmifolius R. Br. var. planifolius Juncaceae “quira del cieno”, “c o rta d e ra ”, “c o rta d e rita”. Sin uso conocido. Ref.: Villagrán, C., e ta l., 1983: “junquiUo” , “cunquillo”, “cebollín”, “ totora del agua” . 47. Juncos proceros E. Mey Juncaceae “ñapo”, “junquillo”, “conquillo”. Usos: AR. Para confeccionar sogas, canastos, cernidores, cestitas, etc. Ref.: Muñoz, M., 1980: “junquillo”, “ unquillo”; Villagrán, C , eta l., 1983: “cunquillo”, “cunquillo h e m b ra ” . 48.

Laorelia phUippiana Looser Monimiaceae “laurel”. (Lám. VI, Fig. 25) Usos: CO, AR. La m adera se usa en construcción de casas, para tingles. Tam bién para remos. Ref.: Gunckel, H., 1960: “ h u a h u á n ”, “ laurela”; Muñoz, C„ 1966: “ h u a h u á n ”, “ laurela”, “tepa”, “vauván”, “citronella” (m adera com pensada); Muñoz, M., 1980: “ te p a ”, “huahuán”, “vauván” ; Villagrán, C , et al., 1983: “te p a ”.

49.

iM matia ferroginea (Cav.) R. Br. P roteaceae “huinque”, “p e s e b re ” . (Lám. Vil, Fig. 26) Usos: TI. El cuero y el fruto se usan p ara teñir de color café más o m enos oscuro. Ref.: Gunckel, H „ 1960: “fuin qu e”, “ huenquil”, “ hu in qu e”, “h u iq u e ”, “ m o ré ”, “p iu m e ”, “piune”, “ rom erillo”; Troncoso, A., e ta l., 1974: “ h u in qu e”, “ helecho” Villagrán, C„ et

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UO Lin iN D1;L MUSEO NACIONAL DI: IIIS'IOUIA NA ruioi ^

54

ai, 1983: “h u inque”, “fuinque”, “ huinqui”; M uñoz, y [.,eta i, 1981: “ rom erilJo”, “piúnt “fiünque”.

Lomatia hirsuta (Lam .) Diels ex Macbr.

50.

P ro teaceae Usos; CM. Para fuego. Ref.: Gunckel, H., 1960: “nogal silvestre”, “rad al”, “ ra d a n ”, “ra ra l”, “ raira “ ralralm ilén”; Troncoso, A., et a i, 1974: “rad al”, “quecha”, “q u e tra ”; Villagrán, C, al., 1983: “ ralral”, “ rad al”,”hiecha”, “Hecha”, “lletra”.

51.

Luma apiculata {DC.) Qurreí

52.

M yrtaceae (Lám . VII, Fig. 27) Sin nom bre ni uso reconocida. Sin em bargo fue m encionada com o “ lum a”, al comparar con o tras m aderas, com o muy firm e para construcción y tocones de cercos. Ref.: Gunckel, H., 1960: “array án ”, “palo colorado”, “tem u ”, “te m o ”; M uñoz, C , 1% “array án ”, “palo colo rad o ”, “tem u ”, “collim am ol”, “collimamüH”; M uñoz, M., et a 1981: “collim am ol”, “collim am üll”.

Luzuriaga pofyphylla (H ook.) M acbr. “quilineja”, “quilineja del m o n te”. Usos: A R. Para confeccionar sogas, escobas, am arras. Ref.: M uñoz, M., 1980: “coral”, “quilineja”, “p alm a”.

53.

54.

55.

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Philesiaceae (Lám . VII, Fig. 28)

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Maytenus boaria Mol.

C elastraceae “m aitén ”. IUsos: T r-/-\ FO. Para forraje. Ref.: M uñoz, C , 1966: “ m aitén ”, “m aügtén”; Troncoso, A., et al., 1974: “ maitér M uñoz, M., 1980: “m aitén ”; M uñoz, M., et al., 1981: “m aitén ”, “ m aü g tén ”; Villagra C , et al., 1983: “m aitén ”.

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Mimulus glabratus H. B. K.

S crophulariaceae “choipuco del cien o ”, “choipuco”, “b e rro ”, “pillundeo”. Usos: M E, AL. Las hojas grandes sirven para ensalada, y para condim entar prietas; tam bién se pu& p re p a ra r una bebida refrescante para el calor; “pillundeo” para la fiebre. Ref.: No hay.

Mitraría coccínea Cav. “copihues del m o n te”, “d o n d o n ”. Usos: M E.

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G esn eriaceae (L ám VIH F ie 33) ' fe- - • y

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Vale para la tos. Ref.: G unckel, H., 1960: “botellitas”, “chilca”,”vochi-vochi”, “voqui-voqui”; M uñoz,í 63.

et a i, 1981: “vochi-vochi”, “b otellita”, “chilca”, “voquivoqui”; M uñoz, M., I9í “botellita”, “vochi-vochi”; Villagrán, C , et al., 1983; “vochi-vochi”, “voche-voch “botellita”, “ñ ip e”. 56.

Myrceugenia planipes (H . et A.) Berg “p e ta ”, “m itao ”, “cauchanm itao”. Usos; AL, A R , CM .

M yrtaceae (L ám VII Fie 29) v • ’ b;

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I. MEZA y C. VILLAGRAN / Etnobotànica de la isla A b o

55

Su m adera vale p ara cuadernas de bote y quilla; también para hacer cercos. Ref.: Gunckel, H., 1960: “picha-picha”, “pitra-pitra”; Troncoso, A., eí«/., 1974: “p itra ”; Muñoz, M., et a l , 1981: “patagua de Valdivia”, “pitrilla”, “ m e ta h u e ” (fruto); Villagrán, C , et a i, 1983: “p e ta ”, “ peta blanca”, “ m ita h u e ”. , 57. Nertera gm nadensis (M utis ex L. F.) D ruce Rubiaceae : “caigüenchucao de la p a m p a ”, “ nu m iñe”. (Lám. VIII, Fig. 30) Usos: FO. Las gallinas com en sus frutos. Ref.: Gunckel, H., 1967: {N. depressa) “coralito”, chaquirita del m o n te ”, “quelliguén”, “quelliguén-chucao”, “rucachucao”; Muñoz, M., 1980: “coralito”, “ rucachucao”, “quelligüenchucaou”; Villagrán, C., et a i, 1983: “vochi-vochi” .

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58.

Nothofagus nitida (Phil.) Kxasser “chen-chen”. Usos: CO, AR. Su m adera es usada p ara cuadernas de bote y para leña. Ref.: Muñoz, C , 1966: “ roble de Chiloé”, “coigüe”.

Fagaceae

59.

Ovidia piUopiUo (Gay) Meisn. T hym elaeaceae “pello-peUo”. Sin uso conocido. No crece en la isla. Ref.: Gunckel, 1960: “Uoime”, “ ñ um iñ e”, “pellu-pellu”, “piUo-pillo”; Muñoz, C , 1966: “pillopillo”, “Uoime”, “palo h ed io nd o”; Villagrán, C., et al., 1983: “pello-pello”.

60.

Philesia m agellanica J. F. Gmel. Philesiaceae Sin nom bre ni uso conocido. Ref.: Muñoz, M., et a l, 1981: “coicopihue”, “copihue chilote”, “copihue chico”, “copihuelo”, “copihue de cordillera”, “pichicopihue”, “colcopín”, “coicopihue”, “coicopíu”, “coicopio”.

61. Podocarpus nubigena Lindi. Podocarpaceae “rom e ro”. Sin uso conocido. Ref.: Muñoz, C., 1966: “huiliiahuan”, “ mañíu m acho”, “maníu de la costa”, “ mañíu de hojas picantes”, “ m a ñ ío ”; Muñoz, M., et a l, 1981: “ mañiu m acho ”. 62.

Poiypogon austrulis Brongn. G ram in e a e “pasto del te n ío ”, “cola de g a to ”, “paja chilena del c a m p o ”. Usos: A D , FO. Para a d o rn a r altares. Forraje. Ref.: Muñoz, M., 1980: “cola de ra tó n ”.

63.

Pseudopanax laetevirens (Gay) Franchet A raliaceae “m aitén”, “c h a u m á n ”, “c h a u m a m e ”, “palo blanco”, (Lám. VIH, Fig. 31) “chaim am e”. Usos: CM, MG. Para espantar espíritus malos y para leña. Ref.: Muñoz, C„ 1966: “saúco c im a rró n ”, “saúco del diablo”, “tr a u m é n ”; Muñoz, M., 1980: “saúco”, “saúco c im a rró n ”, “saúco del diablo”.


56

_________ n o L ir r iN

d e l m u s e o n a c i o n a l d e h is t o r ia n a t u iu

64.

Pseudopanax valdiviemis (G ay)Seem . ex Reiche

65.

Relhunium hypocarpium (L.) Hemsl.

66.

Rhaphithamnus spinosus {A. L. Juss.) M old.

^

A raliaceae -jq “palo m ayor”, “palo bianco”. (Lám . V ili, Fig. 32) Usos: M E. Sirve p ara quem aduras, encim a de la q uem adura se coloca la hoja con yem a de hue\ y azúcar. Ref.: M uñoz, C„ 1966: “curaco”, “ trau m én ”, “voquinaranjillo”, “ hu eld ah u ca”; Gunckt H., 1960: “q uiraco”, “curaco”, “tra u m é n ”, “voquinaranjillo”; V illagrán, C., et al., 198: “palo m ayor”, “h ueldahuén”, “ h u aldahuén”, “ch au m án ”, “saúco”, “saúco del diablo “baldahué”. R ubiaceae 7j “caigüenchucao”, “queihuenchucao”. Usos: M E, TI. Para dolores de cam po, corno p arche en la cabeza o en el cuerpo, según d o n d e dueL T iñe de bianco, pone la ropa color “aro m ita”, se ponen las hojitas a hervir en un tan y luego se pone la lana. Ref.: Gunckel, H., 1960: “relfún”, “ relfín”, “ relbún”, “relvín”; M uñoz, C , 1966: “relvún “relbún”. 72. V erbenaceae “espino negro”, “espino”, “tu es”. (Lám . IX, Fig. 34) Usos: FO, CM , MG. El fruto se lo com e el zorzal y la m adera sirve p ara leña. “T u es” es com p añ ero del hombi y de la m ujer p ara que no les pase nada en su cam ino, se anda trayendo en el bolsill Es un árbol bueno, santo. Ref.: G unckel, H., 1960: “arrayán de espino”, “arrayán m acho”, “espino blanco “huanul”, “huayún”,”rep o ”, “ rep ú ”, “ repúw ajún”; Troncoso, A., e ta l., 1974: “ espino Villagrán, C., et al., 1983: “espino negro”, “espino”.

73.

67.

Ribes mageUaiticum Poir.

68.

Sarmienta repens R. et P. G esn eriac eae 75. “llanca”, “b o to n es”, “hojita de buey”, “hojita de p e rro ”, “copihue silvestre”. Usos: M G, ME. Para rem edio de susto cuando los niños se caen. Se ju n ta con “ agua de su sto”, de botica. Para el estóm ago com o rem edio de aliento. Ref.: G unckel, H., 1960: “canucán” (hitalahuén), “ m edallita”, “v o tri”; M uñoz, C., 196 76. “italah u én ”, “v o tri”, “m edallita”, “ h abaslahuén”, “canucán”.

69.

SeUiera radicans Cav.

Saxifragaceae “ m ulul”, “culén”, “ m olul”, “zarzap arrilla”. (Lám .IX , Fig. 35) Usos: M E. Es el m ejor rem edio p ara la descom posición de sangre, pulm ón y riñones. Se toma 74. hoja en agua caliente com o té. En las hinchazones se coloca la hoja p ara que éstas í ablanden, revienten, y así salga la pus, (pudiendo así la herida respirar). Ref.: G unckel, H., 1960: ( = R. glandulosum ) “ m ulul”, “p arra -árb o l”, “p a rrilla”; Muña M., e ta l, 1981: “zarzap arrilla”, “parrilla negra”; V illagrán, C., etal., 1983: “zarzaparilia “m ulul”.

G o o d en iaceae “bálsam o”. (Lám . IX, Fig. 36) Sin uso conocido. Ref.: M uñoz, C , 1966: “roseta nudosa de los p a n tan o s”, “m aleza de las marismas'



58

l io i.i n iN O lii. MUSHO

n a c i o n a i , d i : i i is t 'o k i a n a i u i <a

g5 .

FLORA A D V EN A

77.

A cer pseudnplatanus L. A ceraceae “guella”. (Lám . X, Fig. .39) Usos: CM. Para leña. . „ Ref.: H offm ann J., A., 1983: “a rce”, “à c e r”, “falso p làtan o ”, “arce sicom oro .

78.

Achillea miUefolium L. C om positae “ m ilinram a”. Usos: ME. Para com posiciones de sangre o para estancam ientos de sangre, “cuando a Ud. no pelea la luna” (m enstruación). Ref.: Parodi, L„ 1958: “mil hojas”; Muñoz, C., 1966: “ mil en ra m a ”, “plum illa”.

79.

Agrostis arvensis L. “chipica”, “chepica”. Sin uso conocido. Ref.: No hay.

80.

81.

^

,

i

G ram in eae

Artemisia alba T urra C om positae “é te r”. Usos: ME. Rem edio para el corazón cuando duele; lo tom an con “toronjil”. Ref.: Parodi, L., 1959: “é te r”, “bálsam o tran q u ilo” . Cham om illa suaveolens (Pursh) Rydb. C om positae “ m anzanilla”, “ m anzanillón”. Usos: ME. Se usa com o m edicina para la tos. Tam bién se tom a com o té o café. Ref.: Navas, E., 1959: “ m anzanilla”.

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82.

Digitalis purpurea L. S crophulariaceae Usos: OT. (Lám . X, Fig. 40) Para hacer abono, guano; se pone en los corrales para que lo pisen los anim ales. Ref.: Parodi, L., 1959: “digital”, “d ed alera”; G unckel, H., 1960: “cam panilla”, “caru gj cho”, “d ed alera”, “digital”; Villagrán, C., et a i, 1983: “ca rtu ch o ”.

83.

Euphorhia ¡aíhyrus L. E up h o rb iaceae “píldora”, “píldora de cam po”. Usos: ME. Los antiguos lo hacían purgante. Planta venenosa. qt Ref.: Parodi, L., 1959: “arbolito de la cruz”; G unckel, H., 1960: “co n tra rra y o ”, mal rra to n e s”, “tártag o ”, “tá rta m o ”.

84.

Foeniculum vuígare Mili. U m belliferae “ hinojo”. Usos: ME. El agüita de “ hinojo” sirve para las indigestiones, hinchazón de estóm ago y vejiga y pa: las guaguas de.spués que se han tom ado la leche. Ref.: M uñoz, M., et a i, 1981: “ hinojo”.


1. m e z a y C. VILLAGRAN / Elnobolánica de l.i isla Alao_____________

________________________________________________________ ^

85.

Holcus ¡anatus L.

86.

Hypochoeris radicata L. C om positae “chicoria” . (Lám . X, Fig. 42) Usos; FO. Para fo rraje de vacunos y cerdos. M aleza. Ref.; M uñoz, M., 1980; “ hierba del chancho” ; ViUagrán, C .,e ta i, 1983; “pasto chancho”.

!

87.

G ram in eae “pasto m iel”, “p asto b lanco”, “pasto dulce”. (Lám . X, Fig. 41) Usos; FO. Forraje. Ref.; Parodi, L., 1959; “ p asto dulce”, “ heno blanco”; Troncoso, A., e ta i, 1974; “pasto miel”; V illagrán, C., et a i, “pasto dulce”, “ pasto sem illa”.

Lepidium pseudodidymus Thell. ex D ruce Sin nom bre ni uso conocido.

C ruciferae (Lám . XI, Fig. 43)

' 8 8 . Lotus uliginosas S chkuhr L egum inosae “trébol am arillo”, “tré b o l”. (Lám . XI, Fig. 44) Usos; FO. Para forraje. Ref.; M uñoz, C., 1966; “ alfalfa ch ü o ta ”, “lo te ra ”; Troncoso, A., et a i, 1974; “alfalfa chilota”, “h u a lp u tra ”; Villagrán, C .,e ta i, 1983; “alferjilla”, “alferjiUa h em b ra”, “alfalfa”. 89.

Melissa officinalis L.

90.

Mentha piperita L.

;s. 91.

L abiatae “toronjil”. Usos; ME. Se tom a en infusión p ara en ferm ed ad es del corazón. Ref.; Parodi, L., 1959; “ m elisa”, “ toronjil” ; Navas, E., 1979; “ m elisa”, “toronjil”. L abiatae “m enta”, “salvia” . Usos; ME. Se tom a en infusión p a ra el resfrío, dolor de estóm ago, corazón y para beber com o té. Ref.; Navas, E., 1959; “ m e n ta ”, "hierba b u e n a ”, “ m enta negra” .

Mentha pulegium L. “poleo”. Usos; ME. En infusión p ara el dolor de estóm ago y p ara la tos. Ref.; Navas, E., 1959; “p o leo ”.

92.

;

L abiatae (Lám . XI, Fig. 45)

Oxalis rosea Jacq. O xalidaceae “güalco”, “culli”. U.sos; M E, O T. . . ., En infusión p ara el resfrío y com o bebida refrescante, para m atar m icrobios y tam bién para p re p a ra r una especie de chicha. Ref.; G unckel, H., 1960; “culle”, “culle co lo rad o ”, “vinagrillo” ; M uñoz, M., e ta i, 1981; “culle co lo ra d o ”, “culli”, “vinagrillo”; V illagrán, C., et al., 1983; “culli”, “culle”, “ trébol ele cam p o ”.


6 0 ____________________________________________DOUn iN PEI, MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NA I UR,^ ^

93.

Parentucellia viscosa (L.) Caruel Sin nom bre ni uso conocido.

S crophulariaceae

94.

Plantago lanceolata L. P lantaginaceae jq 2 “siete v enas”. (Lám . XI, Fig. 46) Usos: ME. Para lavar heridas y curarlas con la misma hoja. La hoja se calienta en la llam a del fue¡ y el agua que escurre de la hoja se echa en la herida y se tapa con la m ism a hoja. Ref.: M uñoz, C., 1966: “llantén”, “ huicallantén”, “siete venas”, “ lechuguilla”, “lengi jq 3 de vaca”, “plantago”, “llantai”; Gunckel, H., 1960: “llantén”, “p in tra ”, “siete venas Navas, E., 1979: “plantago”, “siete venas”, “la n té n ”; Villagrán, C., et a i , 1983: “sie: venas”.

95.

Plantago m ajor L. P lantaginaceae “llan tén ”, “lan tén ”. (Lám . XII, Fig. 47) jq4 Usos: ME. Ref.: M uñoz, C., 1966: “ huincallanten”, “llantén de hojas an chas”, “vestigio del hombi blanco”, “siete venas ancho”, Gunckel, H., 1960: “ huincallantén”, “lla n tén ”, “sie: venas”; Navas, E., 1979: “sie te v e n a s”, “ llantén m ayor”, “ huincallantén”; Villagrán,C et a i, 1983: “siete venas”.

96.

Polygonuni avículare L. Polygonaceae Sin nom bre ni uso conocido. Ref.: Navas, E., 1976: “pasto del pollo”, “sanguinaria m ayor”; Villagrán, C , e ta i, 198; “pasto gallina”.

97.

Polygonum persicaria L. Polygonaceae “güelgüe”, “chicoria ’, “cheicón del agua”. Usos: ME. Los antiguos lo usaban com o vomitivo y purgante. Ref.: G unckel, H., 1960: “duraznillo”; Villagrán, C., et a i, 1983: “pasto re g ad era”.

98.

Potentilla anserina L. R osaceae “pasto cuchi”, “cadillo”. (Lám . XII, Fig. 48) Usos: AN, M E, FO. Medicinal. Tam bién com o forraje para cerdos. Ref.: G unckel, H., 1960: “canelilla”, “ hierba de la p lan ta ”; M uñoz, C., 1966: “canelilhí IND “ hierba de la p la ta ”. NO' 99. Pnm ella vulgaris L. L abiatae Sin nom bre ni uso conocido. (Lám . X ll, Fig. 49) Ref.: Nava.s, E., 1976: “ hierba m o ra ”, “ hierba n egra”, “ briñola”, “ b rú ñ ela” ; Villagrái ;>lt.'a C., et a i, 1983: “ hierba buena de h u e rta ”, " alfe arrii 100. Ranunculus repens L. R anunculaceae arvt Sin nom bre ni uso conocido. avel Ref.: M uñoz, M., 1980: “ botón de o ro ”; Villagrán, C ., e t a i , 1983: “ frutilla del aüua barí \{)\. Ruhus ulmifoUus Schoii Ro.saceae barí “ m u rra ”, “zarzam o ra”. (Lám . X ll, Fig. 50) l^er U-sos: AL, ME. ^ b > La infusión de hojas sirve para la tos. C on la fruta .se hace dulce y chicha.



62

canchalagua de cam po (24) canchelagua (24) canchelahuen (24) canelo (31) cauchánm itao (56) cigüerillo (33) cirigüerillo (33) cola de gato (62) conquillo (47) copihue silvestre ( 6 8 ) copihues del m onte (55) cortadera (29) cortadera ( 15) cortadera (46) cortaderita (46) costilla de vaca ( 6 ) culantrillo (4) culén (67) culli (92) chaim am e (63) chaum am e (63) chaum án (63) cheicón del agua (97) cheiquilo (36) chen-chen (58) chepica (79) chicoria ( 8 6 ) chicoria (97) chilca (28) chilca (18) chilcón (38) chilcón del agua (35) chilquilo (36) chipica (75) chipica (79) choipuco (54) choipuco del cieno (54) c h o q u í(18) chucón (35) chupón (40) c h u p o n e s (40) depe (42) dondon (55) esparragada de los vientos ( 3 7 ) espino ( 6 6 ) espino neizro ( 6 6 ) éter (80) '' frutilla del cam po (43) güalco (92) guecha (73)

n o i . i n iN D i;i. ,m u s i :o

n a c io n a i. d i:

iiis ro m A

guechán (73) güelgüe (97) güella (77) hierba buena del cam po (18) hinojo (84) hojita de buey ( 6 8 ) hojita de p erro ( 6 8 ) hortensia (71) huinque (49) ilquil (74) iquide (5) iquide ( 6 ) iquide de la pam pa (7) junquillo (47) lantén (95) laurel (48) luche ( 2 ) luche de playa ( 2 ) luma (13) llanca ( 6 8 ) llantén (95) llape ( 1 ) llapi ( 1 ) m aitén (53) m aitén (28) m aitén (63) m anzanilla (81) m anzanillón (81) m anzanillón (105) m aqui (16) m atico ( 2 1 ) m echae ( 2 0 ) m echai ( 2 0 ) m em brillo (104) m enta (35) m enta (90) m ilinram a (78) m im bre (104) m itao (56) molul (67) m ortadilla (74) mulul (42) mulul (67) m urta (14) m urra ( 1 0 1 ) nalca (42) n atre (71) nium ín-m acho (43) nogal (39) num iñe (57) ñapo (47)

nai

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i I. MEZA y C. V IL L \G R A N

63

/ Etnobotànica de la isla Alao

ñocoe (45) ñocoi (45) olivillo (37) paja chilena del cam po (62) paja ratonera ( 15) palguín ( 2 1 ) palguín (28) palo blanco (64) palo blanco (63) palo mayor (27) palo mayor (64) pangue (42) panguil ( 2 1 ) pasto blanco (85) pasto cuchi (98) pasto del tenío (62) pasto dulce (85) pasto miel (85) pasto quila (25) pata e ’mula (35) pelú (72) pello-pello (59) pesebre ( 8 ) pesebre (9) pesebre ( 1 0 ) pesebre (49) peta (56) píldora (83) püdora de cam po (83) pillundeo (43) pillundeo (54) poleo (91) quechlagüen (41) queihuenchucao (65) queslahuén (41) quiaca ( 2 2 )

quiaca (37) quila (25) quilineja (52) quilineja del m onte (52) quilm ae (73) quinquin (74) quinquin de la pam pa (23) quinquiño (74) quira del cieno (46) quiscal (40) rom acilla ( 1 0 2 ) rom acilla (103) rom asa (103) rom erillo (17) rom ero (61) salvia (90) sauce (104) siete venas (94) tenío (76) tepú (34) tique (37) tique ( 1 2 ) tiqui ( 1 2 ) toronjil (89) trébol (44) trébol ( 8 8 ) trébol am arillo ( 8 8 ) trom petilla (18) trom petilla (70) tues ( 6 6 ) ulm o (37) urm o (37) voque (26) v o q u i(26) zarzam ora ( 1 0 1 ) zarzaparrilla (67)


L ám ina L L Blechnum diilense, detalle de las frondas estériles y fértiles; 2. B lechnum hastatum , 'Ctenitis spectabilis; 4. Lophosoria quadripinnata (to d as las figuras están reducidas a la mitail


Íl-;ímina II. ' í Acaena ovalifolia; 6. Aextoxicon p u n cta tu m \ 7. A m om yrtus lum a\ 8 . Aristotelia chilensis; 9. \\»<’P (iccham patagónica (to d as las figuras están reducidas a la m itad).


Lรกm ina IIL

reduc


iLĂĄmina IV. j 5 jl4. Drimys winterii; 15. Elytropus chilensis; 16. E m boĂ­hrium coccineum (todas las tiguras reducidas a la m itad).


Lám ina V. 17. Epilobium glaucum ; 18. Escallonia rubra (reducida en un tercio); 19. Fuchsia magellan Pltú ica; 20. Gevuina avellana; 21. Gríselinia racemosa (to das las figuras, excepto la 18, estár reducidas a la m itad).


inรกP

Lรกmina VI. 22. Gunnera magellanica; 23. A ntlioxaiitlniin alti.%simum\ 24. Juncus imbricatus; 25. Laurclia P^^ilippiana (toda.s la.s figura.s reducida.s a la m itad).


L

Lรกm ina VIL Lรกn 26. Lom atia ferruginea; 27. L unia apiculata; 28. Luzuriagapolyphylla; 29. Myrceugenia planip^ 30. i (todas las figuras reducidas a la m itad). coa


Lámina VIH. í/> 30. Nertera f’ranadensis; 3 1. Pseudopancix laeícvirens\32. Pseudopancix valdiviensis\ 33. Mitraría coccínea (todas redu cid as a la m itad).


Lám ina IX. 34. R haphitham nus spinosus; 35. Ribes magellanicum; 36. Selliera radicans (reducida en Lám tercio); 37. Senecio otites; 38. Sophom microphylla-, (to das las figuras, excepto la 36, reducií ' • ^ a la m itad).


gp ;C:im ina X. id i P-^i’udoplatanu.'i; 40. Digitalis purpurea ', 41. Holcus Icmcitus', 42. Hypoclioeris radicata (toda.s las figuras red u cid as a la m itad).


Lám ina XI. '* Lám ii 43. Lepidium pseudodidym us; 44. Lotus uliginosus', 45. M entlia pulegium \ 46. PlaiUay~^lanceolatci (todas las figuras reducidas a la m itad). Rubuí


XII. PtaiUdf’o majar; 48. Potenlilla anserina (red u cid a en un tercio); 4‘). Pruiielki vulgaris; 50. '^uhu.s ulmifolius (toda.s las figura.s, excepto la 48, reducida.s a la m itad).


Lรกm ina XIIL 5L Rum ex sp.; 52. R um ex sp.; 53. Vicia sativa (todas las figuras reducidas a la mitad).


I. MEZA y C V ILLA G RAN / Etnobotànica de la isla A lao

77

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C o n trib u ci贸 n recibida: 29.11.90; aceptada: 27.12.90.

L/C


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LIO LAEM U S M A L D O N A D A E Y L IO L A E M U S C R IS T IA N I, DOS E SPE C IE S NUEV.AS DE LAGARTIJAS PARA C H IL E (REPTILIA , SQUA.MATA)

1IÍÍR M A N N U Ñ E Z (I), JO S E N A V A R R O (2) JO S E LO Y O IV i (3) (1) Sección Zoología, M usco Nacional de H istoria N atural, casilla 787, Santiago, Chile. (2) D cpto. Biología C elu lar y G enética, Fac. de M edicina N orte, Univ. de Chile, casilla 70061. correo 7. Santiago. (3) D cpto. Biología, Univ. Talca, casilla 747. Talca. Chile.

RESU M EN S e d e s c r i b e n d o s e s p e c ie s n u e v a s d e la g a r tija s p a r a C h ile : Liolaemus cristiani N a v a r r o , N ú ñ e z y L o y o la , y Liolaemus maldonadae N a v a r r o y N ú ñ e z . Liolaemus maldonadae e s p e c ie a fín a l g r u p o n ig ro v irid is , e s d e la IV R e g ió n A d ­ m i n is tr a tiv a d e C h ile ( C o q u i m b o ) ; s u s c a r a c t e r e s d ia g n ó s tic o s so n : f la n c o s h o m o g é n e o s y p r o f u n d a m e n t e m e lá n ic o s , e s ta p ig m e n ta c ió n c u b r e p a r t e d e l c u e llo y s e e x tie n d e p o r lo s l a d o s h a s t a la m ila d d e l d o r s o ; u n a m a n c h a n e g r a a n t e h u m e r a l , d o r s o p i g m e n ta d o d e g r is a m a r i l le n t o e n b a r r a s d e n t a d a s m á s o s c u ra s . E s t a c o m b in a c ió n d e c a r a c t e r e s la h a c e n ú n ic a e n su g é n e r o . L a s c a r a c te r ís tic a s c a rio U 'p icas la h a c e n a fín al g r u p o d e s u b e s p e c ie s d e L. nigroviridis. Liolaemus cristiani, e s p e c ie p r e s u n t a m e n te p c r i e n e c i c n tc ai g r u p o k rie g i (C e i, 1 9 8 6 ), d e la V II R e g ió n A d m in is tr a tiv a d e C h ile ( M a u lé ) , t ie n e c o m o c a r a c t e r e s d ia g n ó s tic o s , u n a m a n c h a n e g r a e n lo s fla n c o s , d o r s o sin d is e ñ o , e s c a m a s m c d io v e r te b r a l e s s u a v e m e n t e q u illa d a s y h a c ia lo s la d o s d c l d o r s o c a s i lisas. C o n p e q u e ñ a s e s c a m a s e n t r e la s m á s g r a n d e s . S e d i.sc u te n la s a f in id a d e s d e e s ta s e s p e c ie s c o n la s m á s c e r c a n a s y s e d a n d e ta lle s d cl c a rio tip o d e

L. maldonadae.

ABSTRACT T w o n e w s p e c ie s o f t r o p id u r i d l i / a r d s a r c d e s c r ib e d a s Liolaemus maldonadae N a v a r r o a n d N u n e z , f ro m 4 th A d m in is tr a tiv e R e g io n o f C h ile ( C o q u i m b o ) a n d Liolaemiis cristiani N a v a r r o , N ù fie z a n d L o y o la , fro m 7 lh A d m in is tr a tiv e R e g io n o f C h ile ( M a u l e ) . Liolaemus maldonadae h a s a s d ia g n o s tic f e a tu r e s a b r o a d a n d d e e p ly m e la n is tic b lo tc h o n s id e s , th is p a tc h c o v e r s p a r t o f n e c k u p to m id d o r s u m , a ls o , a n a n ti h u m c r a l s p o t. T h e .se c h a r a c t e r s a r e g o o d e n o u g h to d is c r im in a te it a m o n g I h e ir c o n g e n e r ic s . L ik cw i.sc, L. cristiani, p r e s u n tiv c ly b e lo n g s lo C e i ’s k ric g i g r o u p ( C e i, 198 6 ), p r e s e n t s a m e la n ic p a lh o n b o d y .sides, d o r s a l u n p a l t e r n e d , a n d m e d iu m v e r te b r a l .scales slig h tly k e e le d , th e y b e c o m e a lm o s t s m o o lh to w a r d s id e s w ith m in u te s s c a le s in te r s p a r .s c d a m o n g t h e b ig g e r o n e s . C o m p a r i s o n s w ilh o t h e r r e la t e d s p e c ie s u n d k a r y o lip ic f e a l u r c s a r e d e ta i le d fo r

/,. maldonadae.


so IK )L in IN DIvL M USH O N A C IO N A L D ii I U STORIA NA'I URAI ______________________________________________________________________________________ — _________________ ___________ II. Nl'

IN T R O D U C C IO N Chile tiene una riqueza de especies de lagartijas que le confieren un p articular intere en el contexto herpetológico sudam ericano. Se sostiene que este país es una isla, tlanqueadi en el lado oriental por el macizo andino, un com plejo geográfico de intrincada fisionomía Esta situación es muy relevante, pues se presentan situaciones de aislam iento en tre valle de altura y cum bres. La inaccesibilidad y extensión de ella hace difícil su exploración. L cordillera está habitada por especies de lagartijas de distribución m ás bien local y coi poblaciones pequeñas que las hacen inconspicuas y pueden fácilm ente ser pasadas por alte Se ha hecho necesario, entonces, rastrear sistem áticam ente la cordillera a objeto d e i reconociendo las especies que la pueblan; así se irá despejando un p anoram a taxonómia que hasta ahora es confuso, ya sea por lo indicado previam ente de la cordillera, y /o porqu; las colecciones sistem áticas son escasas y mal representadas, con el agravante que las des cripciones son laxas, con caracteres diagnósticos deficientes y la literatura escasa y dispersa Es m andatario entonces, realizar en una prim era etapa un trabajo casi prim itivo, com o e form ar colecciones de referencia bien docum entadas de tal m anera que ellas, siendo esen cialm ente taxonóm icas en principio, puedan servir para hacer, m ás tarde, ya com pletas, bier represen tadas y docum entadas, una sistem ática seria y consolidada. En este interés hem os hecho varias exploraciones; producto de ellas encontram a form as nuevas de lagartijas que describim os aquí. Los autores de ellas se señalan expresa m ente en el texto y están en distinto orden que el de los auto res de la p resen te publicación La recom endación 5 IB del Código Internacional de N om enclatura Zoológica (3a. ed. 1985 dice (SIC): “C itation of the responsible author. If a scientific nam e and the conditions o th e r thar publication that m ake it available”... “are the responsibility not of the au th o r of the publi­ cation containing them, but of o th er person (s), or of less than all of joint authors, tht authorship of the nam e if cited, should be stated as 'B in A ’ or ‘B in A & B’, o r whateve: other com bination is ap p ro p riate”. Liolaentus m aldonadae sp. nov. N avarro y Núñez - Figs. 1, 2. Holofipo: M acho adulto. D epositado en la Colección H erpetológica del D epto. de Biologi; C elular y G enética, U niversidad de Chile; (D B G U C H ) 1401. Recolectado en la localidai de Los M olles (30-43’S; 70-39’0 ; 2.600 a 2.800 msnm), bocatom a, por A rtu ro C ortés, Carlo: Báez y F ernando C orrea, entre el 1 1 y el 15 de enero de 1986 (Fig. 1 ). est;,

Alotipo: H em bra adulta. D BG U CH 1400. Sim ilares datos y características que el holotipí rnás (Fig. 2). reci P aratipo s: M achos D B G U C H 1394, 1403, a 1407; hem bras D B G U C H 1398, 1399. Lo e.specímenes D B G U C H 1397 y 1402, quedan depositados en la Colección H erpetológica d la sección Zoología del M useo Nacional de H istoria N atural, bajo los núm eros M N H N C 193' y 1940. Diagnosis: Estos lagartos .son de tam año m ediano respecto de la variación que tien e el génen para este carácter; presentan flancos fu ertem ente m elánicos que cubren el cuello, y estt parche .se extiende por los lados hasta la m itad del dorso, p o sterio rm en te los flancos son rojí ladrillo. Las escam as de la cabeza y el dorso presentan pigm entación negra y amarillentc gri.sácea (color 119D de Sm ithe, 1981). E.stos especím enes recuerdan a Liolaem us iiigroviriá campancie p ero difieren en la presencia de una m ancha negra an teh um eral de la que carecí


URAL

11, NUÑiiZ, J. N AV A RRO y J. I.O Y O IA / LioUu'ums nwUionaüof y !.. cnsñoni. cris\ y /., nuc\;>s cspccics

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F igura 1. H o lo tip o de Liolaem us maldonadae. logi'í

F igura 2. A lotipo de L iolaem us m aldonadae.

U&¿i

arle' esta última, la q u e tam b ién p e rm ite d iferenciarla de las o tra s form as del com plejo nigroviridis. Se ap a rta de L io la em u s loreiizmuelleri p o rq u e esta tiene escam as peq u eñ as en tre las más grandes q u e L. m aldonadae no exhibe. Las e.species del grupo nigrom aculatus la recuerdan p o r la p resen cia de la m ancha negra an teh u m eral p ero los rep re se n ta n tes de este grupo carecen de los lados m elánicos, y las características cariotípicas de am bos son muy Lí| diferentes (ver m ás ad elan te). •a 19: Descripción del holotipo: C abeza m ás larga (16,8 m m ), m edida desde la punta del hocico hasta el borde a n te rio r del oído, q u e ancha (1.3,8 mm ), m edida en la p arte m ás ancha de la cabeza. Escam a ro stral rectan g u lar en co n tacto con ocho escam as. Dos postrostrales. E s­ camas na.salessubtriangulares con n a rin a s d e la m itad del tam añ o de las nasales. D ose.scam as interna.sales. C u a tro fro nto n asales. Sin e.scudetes im pares del hocico. Dos prefro n tales grandes. Un azigos frontal e n tre los ojos; dos escam as postfrontales; e.scama interjiarietal con im presión pineal p eq u eñ a, de un q u in to del tam año de la interp arietal; dos parietales agrandadas. Región occipital cu b ierta con escam as de d iferen te tam añ o y form a, todas lisas y ligeram ente im bricadas. E.scamas su p ra te m p o ra le s .semiredondeada.s, lisas e im bricadas.


82 _______________________________________________ BOLfcTlN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAI H. NL"

O nce supraoculares en la fosa derecha y 10 en la izquierda. H ay órganos sensoriales en I base punta del hocico, en el dorso de la cabeza, regiones supraocular y tem poral. dura La región loreal p resen ta cuatro escam as de form a irregular; se is/se is supralabiales U na sola fila de escam as e n tre supralabiales y subocular, que es alargado. Las escam as de Disti b o rde an te rio r del ojo, pequ eñ as y cada una tiene un órgano sensorial. Región tempora cubierta con escam as sem iredondeadas, ligeram ente quilladas e im bricadas. C u atro escama: tim pánicas pequeñas. O rganos sensoriales en las escam as loreales y supralabiales. E scam a m ental pentagonal con c u a tro /c u a tro escam as postm entales. O ch o /o ch o iii' l ST, fralabiales. E scam as guiares lisas, redon d ead as e im bricadas. E n los lados del cueUo hai L £ p pliegues longitudinales. Las escam as del cuello son pequeñas, red o n d ead as e imbricadas jjjdic Escam as del dorso lanceoladas e im bricadas. No hay escam as p eq ueñas (h e tero n o to s) entre Las , las m ás grandes. En los flancos hay un pliegue longitudinal. Las escam as de los flancos hacii an te rio r son m ás grandes que las posteriores, estas son lisas, sem iredondeadas e imbricadas Escam as v entrales sem iredondeadas,lisas e im bricadas, sim ilares en tam añ o que las dorsales H ay 62 escam as al m edio del cuerpo. Región dorsal de los brazos con escam as triangulares, ligeram ente quilladas e imbri­ cadas. A ntebrazo, p o r dorsal, con escam as redondeadas, lisas e im bricadas. Superficie dorsal de la m ano cubierta con escam as sim ilares a las del antebrazo. E scam as de la superficie ventral del brazo, sem iredondeadas, lisas y yuxtapuestas. Las escam as del antebrazo, poi ventral, son red ondeadas, bicarenadas e im bricadas. E scam as palm ares casi cuadrangulares, bicarenad as e im bricadas. H acia el extrem o de la m ano se van haciendo tricarenadas L am elas cuadrangulares, tricarenadas, hay 21 de ellas bajo el tercer dedo (m edio) de la mano izquierda. E scam as de la región fem oral, triangulares, quilladas e im bricadas. E scam as de la región tibial m ás red o n d ead as que en la región fem oral, quilladas e im bricadas. Pie, por dorsal, con escam as triangulares, quilladas e im bricadas. Superficie ventral de la región fem oral cubierta con escam as sem iredondeadas, lisas e im bricadas, sim ilares en la región tibial. Escam as plan tares tricarenadas, con quilla m edial fu ertem e n te m arcada. Lamelas cuadrangulares y tricarenadas, hay 29 de ellas bajo el 4° dedo del pie izquierdo. T res p o ro s anales ordenados en línea transversal. Sección de la cola cuadrangular, hacia el extrem o del apéndice se hace redondeada. E scam as dorsales de la cola triangulares, im bricadas y fu ertem en te quilladas. P or ventral son lisas, cuadrangulares e im bricadas. El holotipo p resen ta regenerada la últim a porción de la cola. D iseño dorsal com o se m uestra en las figuras 1 y 2. C olor am arillento grisáceo (N° 119, Sm ithe, 1981). M ediciones: L as dim ensiones fueron tom adas en 11 especím enes conservados en alcohol de 70** y prev iam en te fijados en form ol el 10%. E stas m edidas son entreg ad as en el cuadro 1 C ariotipo. L iolaem us m aldonadae p resenta 2n = 32 crom osom as, los seis p rim ero s p ares son m acrocrom osom as (M ). Los p ares 1 ,3 ,4 ,5 y 6 son m etacéntricos, el p ar 2 es submetacéntrico y presen ta una constricción secundaria subterm inal en am bos hom ólogos. Los o tro s 20 son m icrocrom osom as (m ), el m ás grande de estos es m etacèntrico y muy grande, el resto son puntiform es (Fig. 3). E sta especie p resen ta un sistem a crom osóm ico de d eterm inación del sexo del tipo X X /X Y (E spejo et a l en p reparación). Etim ología: E sta especie está dedicada a la Sra. H ilda M aldonado, m ad re del Prof. Arturo C ortés, e ste últim o nos p roporcionó g en tü m en te la m uestra en estudio. O bservaciones: L iolaem us m aldonadae es un h ab itan te de rocas, cerca de cam pos cenagosos en los que crecen Calceolaria sp. y ciperáceas. C uando el anim al es disturbado, c o rre a la

i


H. NUÑEZ. J. NAVARRO y J. LOYOLA /

Lioiaemusmaldonadaey L. cristiani, nuevas especies

83

base de los m a to rra le s o a g rietas p eq u eñ as en las rocas, las que tam bién usa de refugio durante la n o ch e (C o rté s com . pers.). Distribución: C on o cid a d e la localidad tipo. C U A D R O 1. Medidas d e 11 ejem p lares de L io ia em u s m aldonadae nov. sp. siglas: M, m acho; H, hem bra; LST, longitud hocico-cloaca; LA I, longitud axila-ingle; LEA , longitud extrem idad an terior; LEP, longitud ex trem id ad p o sterio r; LC, longitud d e la cola, los guiones en esta colum na indican ap én d ices re g e n e rad o s o cortados; Lcab, largo de la cabeza; A cab, ancho de la cabeza. Las descripción d e las m ed id as p u ed e v erse en P e te rs (1964).

R egistro 1401 1400 1398 1394 1397 1402 1403 1404 1405 1406 1407

Sexo

LST

LA I

LEA

LEP

M H H M M M M M M M M

78,4 71,0 62,4 76,9 64,5 83,6 75,4 78,1 69,5 70,0 65,0

34,8 33,2 30,0 35,5 29,8 36,2 35,9 34,6 31,9 33,7 30,7

28,5 25,8 25,0 28,5 25,4 29,5 29,5 28,7 27,4 28,0 27,4

51,8 37,6 37,2 47,8 40,7 50,0 46,3 45,0 43,2 40,8 43,0

LC

-

139,2 -

111,5 113,2

Lcab

A cab

16,8 14,5 13,2 18,4 13,7 18,2 16,2 16,7 15,0 15,0 14,2

13,8 1 1 ,8

10,9 13,5 11,9 14,5 14,0 13,4 1 2 ,1 1 2 ,2 1 1 ,2

Rgura 3. C a rio tip o d e L ioiaem us m aldonadae (2n = 32; 12M-i-20m). 1 a 6 son pares homólogos d e m acro cro m o so m as. 7 a 16 co rresp o n d en a m icrocrom osom as. La flecha indica la constricción .secundaria en el brazo del p ar 2 .


B O L b T lN D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IST O R IA NA I LR a:

Liolaem us cristia n i sp. nov. N avarro, N úñez y Loyola - Fig. 4. Holotipo: H em bra adulta. D epositada en el M useo N acional de H istoria N atural, MNHN 1957, recolectada en el cerro El Peine (35“37’S; 71°02’0 ; 2.448 m snni) en la V II Regic A dm inistrativa del país (M aulé), el 20 de en ero de 1989 p o r José Ignacio Loyola ( JIL OC plateau Piedras Blancas”, núm ero de te rre n o de José Loyola, datos consignados en etique: m ás pequeña). Alotipo: No nom inado, la m uestra no incluye m achos. P aratipos: H em bras M N H N C 1958 a 1961, depositados en la C olección H erpetológica di M useo N acional de H istoria N atural (JIL 005, 054, 057, 058: núm eros de te rren o ). D iagnosis: E specie presu n tam en te p erten ecien te al grupo kriegi de Cei (1986), p o r presentí escam as m ediovertebrales ligeram ente quilladas, y las de los lados casi lisas. Su diseño d m ancha hom ogénea negra en los flancos, que se extiende desde la región axilar hasta la ingl; es único; este carácter es com partido por L. m aldonadae N avarro y N úñez (este trab ajo ) peí se diferencian en el diseño m ediodorsal que es de b arras d entadas en L. m aldonadae (Fig 1 y 2), las escam as son quilladas en esta últim a y p rácticam ente lisas en L. cristiani Es; carácter de flancos m elánicos es tam bién co m partido con las subespecies de L. monticoí pero en estas la m ancha negra es variegada. Los caracteres de escam ación son diferente todas las form as de L. m ontícola tienen escam as quilladas e im bricadas en todas las escarní del dorso, en tan to L. cristiani no las posee. El carácter m anchado lateral tam bién lo present L. fam atinae, pero en esta especie es rojo ladrillo y p e rten ece al grupo ruibali (C ei 1986 D escripción del holotipo: Escam a rostral de siete lados con b o rde su p erio r en form a é sem iluna, en contacto con siete escam as. D os p ostrostrales. C u atro internasales, los dos mi externos de la m itad del tam año de las centrales. N asales poligonales, narinas, de aproK m adam en te 1/3 del tam año de la nasal, localizadas en p o ste rio r a las nasales y laterale respecto de la cabeza. D os escudetes im pares del hocico irregulares, el p rim e ro (anterior desplazado a la izquierda. Seis frontonasales irregulares a los lados d e los escudetes impare del hocico. D os prefrontales, un azigos frontal cuadrangular, dos po stfro n tales ligerament: m ás pequeños que el azigos frontal; in terp arien tal pentagonal, con im presión pinea pequeña; dos p arietales grandes; 18/18 supraoculares, las m enores (d e relleno) ordenada en tres líneas; seis superciliares ord en ad as en línea; escam as de la cabeza, con rugosidade suaves; región occipital con escam as irregulares, suavem ente quilladas, subim bricadas. Sel' seis loreales; región loreal no deprim ida. E n to rn o a la nasal tres escudos p eq ueños; siet: supralabiales en el lado derecho, seis en el izquierdo. U na sola co rrid a d e escam as entn supralabiales y subocular, que es alargada. Fosa orbital con escam as p eq u eñ as granulare 15 escam as palpebrales en sup erio r y 11 en inferior, las puntas de las palp eb rales oscuras borde an te rio r de la fosa o rbitaria con escam as macizas, con órganos sensoriales en cada un: de ellas; región tem poral cubierta con escam as con insinuación de quilla, casi yuxtapuesta, y con m icroescam as en tre ellas. A b ertu ra auditiva rectangular lig eram ente m ás p eq u eñ a qu: el ojo. En el b o rd e an terio r del oído hay escam as m acizas en n ú m ero d e cuatro. Escaitt auricular m aciza que no cubre el oído y an tes de ella hay peq u eñ as escam as tam bién maciza.' A lgunas escam as de la región tem poral con órganos sensoriales. B orde p o ste rio r del oíi con escam as granulares. M ental pentagonal; c u a tro /c u a tro postm entales; seis infralabiales en d erecho, cinco ei izquierdo. Escam as guiares redondeadas, lisas e im bricadas. E scam as del cuello granulares, macizas, lisas y yuxtapuestas con p eq u eñ a s escarní en tre ellas. Pliegue longitudinal del cuello m odesto, pliegue an te h u m e ra l fuerte.


R NUÑEZ. J. N A V A RRO y J. L O Y O IA / U olaem us maldonadac y L cristiani. nuevas cspccics

85

Escam as del d o rso red o n d ead as, lig eram en te quilladas e im bricadas, sin escam as pequeñas e n tre ellas, excepto hacia los flancos en q ue aparecen estos h eteronotos. Las escamas do rsales hacia los flancos con una quilla m ás m odesta que las d e la región m ediovertebral. E scam as d e los flancos lisas, re d o n d e a d a s y yuxtapuestas y e n tre ellas hay n u m e ro ­ sos heteronotos. E scam as v en trales d e igual tam añ o que las dorsales, lisas e im bricadas. E scam as d o rsales del brazo red o n d ead as, lig eram ente quilladas e im bricadas, algunas e ^ m a s con la p u n ta tru n cad a fo rm an d o una hen d id u ra; escam as del an te b ra zo de aspecto similar a las del brazo, p e ro con una quilla m ás p ronunciada. E scam as dorsales de la m ano redondeadas, lig e ra m e n te quilladas e im bricadas. E scam as v entrales del brazo granulares, lisas y yuxtapuestas, e n tre ellas h etero n o to s. E scam as por la faz ventral del an teb razo '■edondeadas, quillad as subim b ricad as y tam b ién con hetero n o to s. Región palm ar con es­ camas trian g u lares con una quilla p ro m in en te, im bricadas. L am elas cuadrangulares, tricarenadas e im bricadas, se cu en tan 2 1 d e ellas bajo el te rc e r ded o (m edio) d e la m ano derecha. Dorsales d e la región fem o ral red o n d e a d a s, lig eram en te quilladas, subim bricadas. en la ■■egión tibial son tam b ién red o n d e a d a s, con quilla m ás p ro m in en te q u e en las fem orales, de disposición im bricada. R egión d o rsal del pie con escam as sim ilares a las d e la región tibial. La faz ventral d e la región fem o ral con escam as lisas, re d o n d e ad a s y subim bricadas, iguales en la región tibial. B o rd e p o ste rio r del m uslo con escam as granulares, lisas, yuxtapuestas y


BOLEÌTIN DIÌL MUSEO NACIONAL D E HISTOIUA NATURA

hetero n o to s e n tre ellas. Región p lan tar con escam as triangulares, quilladas e imbricada: lam elas cuadrangulares, tricarenadas, im bricadas, 29 de ellas bajo el 4° dedo del pie derechc ; Escam as dorsales de la cola cuadrangulares, ligeram ente quilladas, im bricadas, la quilla est o rientada diagonalm ente. P or la faz ventral de la cauda, en el p rim er tercio, las escam as sq triangulares, lisas e im bricadas, hacia atrás son triangulares, fu ertem e n te quilladas e imbf yg|o¡ cadas. aUá c D iseño dorsal muy m odesto en la región m edio vertebral. Los flancos son fuertemeni m elánicos com o se indica en las figuras 4. C olor general pardo, algunos p aratip o s co ^ m anchas azulosas, p o r ventral de color gris y hacia los flancos del vieritre un color ocre broncíneo. Cola p o r ventral gris y por dorsal sigue el diseño de la región mediovertebra, M ediciones: Las dim ensiones fueron tom adas, de acuerdo a com o se señala previamentí en anim ales fijados en form alina y preservados en alcohol.En el cuadro 2 están las medida para L. cristiani. Etim ología: E sta especie está dedicada a C ristián N avarro, hijo de José N avarro. O bservaciones: Liolaem us cristiani es una especie saxícola que habita en las p a rte s altas de cerro El Peine. Su alim entación es presu n tam en te insectívora. Busca refugio e n tre las piedra de los rodados. E specie sim pátrica es Phymaturus flagellifer (nov. com b. Cei, com . pers.)

C U A D R O 2. M edidas de cinco ejem plares de L. cristiani. Las siglas son las m ism as que el cuadro 1,

Registro Sexo

LST

LAI

LEA

LEP

LC

Lcab

Acab

1957 1958 1959 1960 1961

78,2 62,6 71,5 77,6

36,8 31,7 31,0 35,8 34,0

31,7 26,7 26,0 29,0 26,3

44,9 36,0 40,0 45,0 36,1

1 0 2 ,0

17,5 13,1 15,3 17,6 13,5

16,0

H H H H H

6 6 ,1

83,0 -

97,0

1 1 ,6

13,0 15,2 1 2 ,6

D ISC U SIO N A p a rtir de la publicación de Fro st y E theridge (1989) la fam ilia Ig uanidae desaparee y los Liolaem us conform an la subfam ilia L iolaem inae de la fam ilia T ro p id u rid ae. H asta hace 10 años atrás, la descripción de estos Liolaem us se hacía con la clásic m orfología externa y el p atró n dorsal. A ctualm ente se incluye el cariotipo com o un carácit en algunas descripciones, e.g., L. curis, L. hem ani, L. puritamensis, Pristidactylus volcanem Velosaura aymararum. E ste carácter consiste básicam ente en el n úm ero diploide, número m orfología tan to de los m acro com o de los m icrocrom om as, la localización y núm ero ò m arcadores crom osóm icos así com o la presencia de constricción secundaria. E ste conjun: de inform ación es fácil de o b ten er debido a la abundancia de trabajos que incluyen a : citogenètica en las relaciones filogenéticas de las especies (N avarro 1981, 1983, 1986).


H. NUÑEZ, J. N A V A RRO y J. LOYOLA / Lioiaemus maldonadae y L. crisiiani. nuevas especies

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El p a tró n y el d iseño dorsal de L. m aldonadae es m ás sim ilar a L. nigrovíridis cam panae que a ninguna o tra especie d e n tro del género (C olecciones de referencia D B G U C H y MNHNC). E sta últim a subespecie tien e una distribución restringida sobre los 1.000 msnm en la cordillera d e la C osta de C hile central (V alencia et al. 1979; F u en tes y Jaksic 1979; Veloso y N av arro 1988). Sin em bargo la gran m ancha que cubre desde la axila hasta más allá de la m itad d e los flancos, p re se n te en L. m aldonadae, la m ás conspicua característica del diseño dorsal, constituye una aguda diferencia e n tre am bas especies. Las subespecies de L nigrovíridis tie n e n 2n = 32 crom osom as (12 M + 20m ) a pesar que V alencia et al. (1979) y Navarro et al. (1981) co n sid eran un 2n = 30 (12 M + 1 8m ). Lo que la hace afín al grupo nigrovíridis. P o r o tra p a rte , la m ancha negra an teh u m eral es sim ilar a la característica diagnóstica de las especies del grupo nigrom aculatus. La exclusión de esta especie de este grupo está fuertem ente re sp a ld a d a p o r los an te c e d en te s cariotípicos, L. platel tien e 2n = 40 (24M + 16m), L atacam ensis tie n e 2n = 40 (18 + 22), L. kuhlm ani, L. nigromaculatus y L. zapallarensis 2n = 40 (22 + 18) (N av arro 1986). L ioiaem us cristiani es u n a especie afín al grupo kriegi de Cei (1986); en to rn o a estas relaciones, (consignadas p o rq u e las escam as de la región m ediovertebral son quilladas y las de los b o rd e s no lo son) resu lta in te re sa n te d estacar algunas p articularidades; nuestra especie, L. cristiani, es lig eram en te d iferen te de las relacionadas en el grupo; L. buergeri, L, kriegi, L. ceii, d a d o q u e existen quillas en las escam as de los lados del dorso, aún así es al grupo que m ás se acerca; in te re sa n te m en te to d as ellas tienen una distribución relativam ente similar o al m en o s en un contexto biogeográfico p arecido lo que configura un cuadro interesante d e ex p lo rar en la p erspectiva de grupos con caracteres recu rren tes, relativam ente discretos unos d e otro s; esta situación co rro b o ra ría q u e L. cristiani p erte n e c e al grupo kriegi. Las características d e las especies en las p resen tes descripciones y las com paraciones con las d e o tra s form as relacionadas, hacen de ellas nuevos taxa que se incorporan a este género a m p lia m e n te diversificado.

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88 B O I.in iN DEL MUSEO NACIONAL DE I USTORIA NATURAI. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- — -------------------------------- -

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dive: cone


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AVIFAUNA ACUATICA DE LA LAGUNA DEL LAJA (ANDES DE CHILE)

JU A N C. T O R R E S -M U R A y M A R IN A L. LE M U S Sección Zoología, M useo Nacional H istoria N atural Casilla 787, Santiago de Chile

RESUMEN Los ambientes acuáticos del Parque Nacional Laguna del Laja han sido destacados como importantes para las aves acuáticas e incluidos en el Inventario de Humedales de la Región Neotropical. Este trabajo entrega los primeros antecedentes sobre composición y abundancia de la avifauna acuática del Lago Laja. Este lago es el mayor embalse natural del país y esta situado a 1.360 msnm. Presenta escaso desarrollo de vegetación acuática y en invierno las precipitaciones caen en forma de nieve. Durante tres veranos consecutivos se censaron aves en diferentes zonas del lago y alrededores. La avifauna acuática con 25 especies (incluyendo cinco de paseriformes) presenta una riqueza mayor que otros lagos andinos. Sólo cinco especies son típicamente andinas y el resto se encuentran ampliamente distribuidas en el país. Los anátidos son el grupo más importante con ocho especies que alcanzan altas densidades y están sometidas a presión de caza. El parque nacional comprende sólo la ribera sur-oeste, con una baja diversidad y biomasa de aves, ya que estas se concentran en el sector norte, en lugares más aislados y con más vegetación. ABSTRACT The acuatic environments of Laguna del Laja National Park have been included in the Directory of Neotropical Wetlands. This work describes the composition and relative abundance of the waterfowl from Laja lake, the largest natural pond in Chile that is located at 1.360 m above sea level. Acuatic vegetation is not very developed and snow falls in winter. Birds were counted for three summers, in different places of the area. Waterfowl with 25 species (including five Passeriformes) show a higher species richness than other andean lakes. Only five species are tipically andean and the other species are widely distributed along the country. The anatids are the most important group with eight species. They reach higher densities although they are predated on by hunters. The national park encompasses only the southwest part of the lake, which has a low bird diversity and biomass, because waterfowl prefer the more isolated and vegetated places in the north of the lake.

IN T R O D U C C IO N La Región N eo tro p ical, d esd e el nivel del m ar hasta los altos A ndes, p re se n ta una gran diversidad d e eco sistem as acuáticos. En los últim os años y en form a c recien te se ha to m ad o conciencia .sobre las p o ten cialid ad es y los peligros relacionados con estos am bientes, espe-


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B O L E n N DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORLX N A IU lU l

cialm ente con su avifauna. E sta constituye un elem ento sobresaliente debido a las densídade que las aves alcanzan en los hum edalesy al potencial económ ico que ellas re p re se n ta n a travé del turism o, la caza deportiva, las industrias de alim entos, etc., pero tam bién p o r su vulnera­ bilidad fren te a los cam bios am bientales. En 1981 C hile adhirió a la Convención Relativa a los H u m edales de Importanci; Internacional E specialm ente com o H ábitat de Aves A cuáticas (C onvención de Ram sar),k que implica buscar la utilización adecuada y la conservación de los am bientes dulceacuícola! Junto a ésto, 50 am bientes acuáticos distribuidos a lo largo de todo C hile han sido destacada, com o los más im portantes del país e incluidos en el Inventario de H u m ed ales de la Regiór N eotropical (Scott & Carbonell, 1986). E n tre estos hum edales se encuentran los “am bientes acuáticos del P arq u e Naciona. Laguna del L aja”, ubicados en la com una de A ntuco, a 90 km al E de Los A ngeles, V III Regióa A ún cuando no hay inform ación publicada respecto de su avifauna acuática, esta localidac se ha incluido p o rq u e está en tre las que son “de considerable im portancia, p ero q u e es obvit m erecen ser m ejor estudiadas” (Scott & Carbonell, 1986: IX). | En razón de lo anterior, el p resen te trabajo p re te n d e en treg ar inform ación so b re las aves acuáticas de la Laguna del Laja (= Lago Laja), discutiendo su im portancia en relación cot otros am bientes y faunas. A R E A D E E S T U D IO El Lago Laja es el m ayor em balse natural del país con 7.500 m illones de m etro s cúbicosi y está ubicado en la cordillera de Polcura a 1.360 m sobre el nivel del m ar (E ndesa, 1986}[ Se form ó p o r la acción sucesiva de glaciares y volcanes. Las erupciones del V olcán Antucc en enero de 1853 form aron una b arrera de lava que dio la fisonom ía actual. E n la décaá' del 40 com enzaron los trabajos de construcción del com plejo hidroeléctrico que utiliza las^ aguas del lago; com o p a rte de estas obras se han increm entado los afluentes al lago al desvii' hacia él los caudales de la hoya alta del río Polcura. En 1954 se construyeron obras de' regulación que cierran el desagüe natural del lago. Sin em bargo p o r la natu raleza permeable de las lavas que form an la b arrera se producen filtraciones que afloran en el antiguo desagüe el río Laja. E stas aguas son em balsadas unos 7 km río abajo en la B ocatom a A banico. El nivel del lago varía a lo largo del año; el nivel m ás bajo se pro d u ce en o toño ante:' de las prim eras lluvias y el m ás alto en prim avera d u ran te los deshielos; si bien el lago podrí;' teóricam ente fluctuar e n tre 1.310 y 1.368 msnm , en la práctica varía unos 15 m alrededor dt' la cota 1.350. El Laja es un lago oligotrófico; p o r estar ro deado de cerros, sus riberas son en su mayori; escarpadas. E sto y las fluctuaciones de nivel im piden el desarrollo de vegetación en sus orillas Sólo en algunas bahías protegidas y som eras hay desarrollo de vegetación acuática {Myrio phyllum elatinoides y clorófitas filam entosas). E n tre m ayo y sep tiem b re las precipitaciones caen en la zona principalm ente en form a de nieve. La ribera sur-oeste, está dom inada pa cam pos de escoria volcánica donde la vegetación es escasa o inexistente; la rib era noroesK presenta bosques de Nothofagus, especialm ente en los sectores altos; la rib era este esuí cubierta p o r m ato rral andino y pastizales de coirón, con bosques en algunas quebradas. Sókj cerca de la desem bocadura de algunos esteros se en cu entra ab u n d an te vegetación herbácea Los an teced en tes respecto a la fauna del lago Laja son escasos y reducidos a to entregados p o r Philippi B. (1943) y A rtigas et al. (1985). M ETODOS D u ran te los m eses de feb rero de 1987, 1988 y 1989 se realizaron observaciones de ave en diferentes zonas del lago, haciendo reco rrid o s p o r sus riberas a pie y en embarcaciones


J c. TORRES y M. L. LEM U S / Avifauna bguna del Laja

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Además se conversó con g u a rd a p a rq u es y cazad o res p ara o b ten e r inform ación de la fauna y su utilización. Para re fe rirse a las d en sid ad es de las aves se utilizan las siguientes categorías; A b u n ­ dante; O bservado fre c u e n tem e n te (d ia ria m e n te) e n g ra n d e s núm eros (m ás de 50 individuos); Común; O b serv ad o fre c u e n tem e n te en n úm eros m o d erados (10 a 50 individuos); Semicomún; O bserv ad o fre c u e n tem e n te en p eq u eñ o s n úm eros (m enos de 10 individuos); Poco común; O bserv ad o poco fre c u e n tem e n te y en p eq u eñ o s núm eros. La ubicación de los lugares mencionados en los resu ltad o s p u ed e verse en la Fig. 1.

Fig. 1. Lago Laja y sectores asociados. Con achurado se indica la parte del Parque Nacional Laguna del Laja que bordea el lago. Los nombres indican localidades mencionadas en el texto.


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B O L irriN Dr.L m u s e o n a c i o n a l d e h i s t o r i a n a t u r a i

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R E SU L T A D O S

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A continuación se entrega la lista de aves observadas, incluyendo com en tario s respecte a la abundancia, reproducción, etc. De acuerdo a la C onvención de R am sar son aves acuáticas "aquellas que, ecológicam ente, dependen de las zonas húm edas”. Por eso en este trabajóse incluyen tam bién las especies de paseriform es que están fuertem en te asociadas a ambientes acuáticos.

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Podiceps m ajor (H uala, Podicepedidae); Poco com ún, aunque se rep ro d u ce en el lago. & observaron volantones en febrero. | Podiceps occipitalis (Blanquillo, Podicepedidae): C om ún en el lago Laja el v erano de 1989| especialm ente en sectores protegidos. Los años an terio res sólo poco com ún. Podilym bus podiceps (Picurio, Podicepedidae): Poco com ún, algunas p arejas en Bocatom; Abanico. Phalacrocorax olivaceus (Yeco, Phalacrocoracidae): Sem icom ún en el lago, en bocatomas; en los ríos. Se lo observó alim entándose de peces. ^ C asm erodius albus (G arza, A rdeidae): Poco com ún en bocatom as.

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T heristicu s (caudatus) m elanopis (B andurria, T h reskiornithidae): Poco com ún en el lago Cygnus m elancoryphus (C isne cuello negro, A natidae): Poco com ún, sólo fue observado er el verano de 1989. C hioephaga picta (C aiquén, A natidae): A bundante y nidificando en p eq u eñ o s núm eros et las zonas protegidas del lago (El C olorado, Puntilla C hillán). Nidifica en gran d es g ru posj mixtos con A vutardas (alred ed o r de 100 parejas) en L aguna Linda y o tras p eq u eñ as lagunas! aisladas. C hioephaga poliocephala (A vutarda, A natidae): A bundante, nidifica en asociación conk; especie anterior. Lophonetta specularioides (P ato juarjual, A natidae): A b u ndante en sectores aislados, s observaron grupos de m ás de 50 ejem plares en Bahía El C olorado. ‘

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J. C TO RRES y M. L. LEM US / Avifauna laguna del Laja

Porphyriops m elan o p s (T agüita, R allidae): Sem icom ún, se observaron varias p areja s en Bocatoma A banico. Fúlica leu co p tera (T agua chica, R allidae): Sem icom ún en B ocatom a A banico. A b u n d an te en el verano d e 1989 en el lago Laja. Vanellus c h ile n sis (Q u elteh u e, C h arad riid ae): C om ún en sectores de pastizales y vegas en El C olorado y P untilla C hillan. Larus m acu lip en n is (G av io ta cáhuil, L arid ae); A b u n d an te en varios sectores del lago, asociada a las em barcaciones, las actividades de pesca y los desechos d e los visitantes. Larus s e rr a n a s (G av io ta andina, L arid ae): C om ún, de conducta sim ilar a la especie an terio r. Cinclodes p a ta g ó n ic a s (C h u rre te patagónico, F u rn ariid ae): C om ún en las orillas del lago, bocatomas y ríos, nidificando en estas áreas. Cinclodes o u sta le ti (C h u rre te chico, F u rn ariid ae): Sem icom ún en el lago. Lessonia ru fa (C olegial, T yran n id ae): Poco com ún, sólo se observaron algunas p arejas en el sector este del lago (P untilla C hillán y El C olorado). Notíochelidon cyanoleuca (G o lo n d rin a lom o negro, H iru ndinidae): C om ún en to dos los sectores del lago y bocatom as. Anthus c o rre n d e ra (B ailarín chico, M otacillidae): C om ún y nidificando en B ahía El C olo­ rado. D IS C U S IO N D e acu erd o a n u estro s resu ltad o s la avifauna acuática del L ago L aja está com puesta po r un total de 25 especies, d e las cuales cinco son paseriform es. D e estas son típ icam en te andinas sólo cinco especies: C. picta, C. poliocephala, L. serranas, L. specularioides y M armata, las demás están a m p lia m e n te distribuidas en d iferen tes am bientes a lo largo del país. El v eran o d e 1989 se caracterizó p o r un a u m en to en las ab u ndancias de varias especies de anátidos, d e la tag u a y el blanquillo. E ste au m en to es coincidente con lo observado e n otras localidades del c e n tro y su r d e C hile y al p a re c e r se en cu en tra relacionado con un p eríodo de intensa seq u ía en el c e n tro y su r de A rgentina. En general, los lagos an d in o s de C hile cen tral p resen tan bajas diversidades específicas. El Lago Laja y cu erp o s de agua asociados p resen tan un n ú m ero de especies m ayor que el presentado p o r la laguna del M aule (B ehn, 1944, B arros, 1949) con sólo 12 especies acuáticas (tres de ellas p aserifo rm es), p e ro n o to ria m e n te inferior que, p o r ejem plo, el Lago T o dos los Santos, alejad o d e la influencia d e Los A ndes (A raya et a i, 1974). La ausencia de vegetación ribereña co n trib u y e a esta m en o r diversidad, ya q u e n u m erosas especies acuáticas se asocian al pajonal, e sp ecialm en te p a ra nidificar (véase Johnson, 1965,1967). Según los g u ard a p arq u es del lugar las d ife re n te s especies p e rm an ecen en el lago d u ra n te el p e río d o de invierno. El In v en tario de H u m ed ales designa com o lugar d e im portancia p ara las aves, los ambientes acu ático s del P a rq u e N acional L aguna del Laja, cre ad o en 1958. Sin em bargo, dicho parque nacional c o m p re n d e sólo la rib era su r-o este del Lago Laja, d esde P u e rto N uevo hasta aproxim adam ente B ahía Los B arro s (Fig. 1). E.sta zona es la m ás co ncurrida p o r visitantes


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____________ BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAI

especialm ente en la época de verano. El sector del lago bajo la tuición del p a rq u e nacionai presenta una baja diversidad y biom asa de aves; los sectores con m ayor concentración de avifauna son aquellas bahías de la p a rte norte, que p resentan m ayor protección de factores am bientales y de la acción antròpica y tam bién m ayor desarrollo de vegetación. Sin embargo estas zonas son alcanzadas a través de em barcaciones p o r pescadores y cazadores deportivos, estos últim os son sólo esporádicos, p ero ejercen presión sobre las poblaciones de anátidos del lago y de la laguna El Roble. El lago Laja presenta una variada avifauna acuática, que am erita hacer m ás efectivas las m edidas de conservación, p o r lo que se recom ienda por una p a rte extender el parque» nacional hacia la zona de la laguna Linda p o r ejem plo, y por otra, integrar al Inventario de' H um edales la totalidad del lago Laja y los cuerpos lóticos y lénticos asociados a él. b ' extensión del P arque N acional aquí propuesta beneficiaría tam bién a poblaciones de huemulj {Hipocamelus bisulcas, Cervidae), especie en peligro de extinción, que se e n cu en tra en la m encionada zona.

AGRADECIMIENTOS Agradecemos al personal de centrales del Laja, Endesa, por ias facilidades otorgadas; al Sr. Jorgt García por compartir con nosotros su experiencia y especialmente a Mireya y Germán Romero, por si generosa hospitalidad. Este trabajo está dedicado a la memoria del Prof. Francisco Silva G. por si contribución a la formación de generaciones de zoólogos chilenos.

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Contribuci贸n recib id a: 14.08.90; acep tad a: 14.11.90.



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LA V IC TO RIA D EL PIN G U IN O ANTARTICO EN LA ISLA ARDLEY: ¿VENTAJA FISIC A O MAYOR AGRESIVIDAD?*

J O R G E G O L O W A S H (1), H E R M A N N L Ñ E Z (2) y JO S E Y A Ñ E Z (2) (1) Biology D ep artm en t. B randéis Univ., W altham MA. 02254. (2) Sección Zoología, M useo Nacional de H istoria N atural, casilla 787, Santiago, Chile.

RESUM EN E s t u d i a m o s la c o n d u c ta d e a n i d a m i e n t o d e t r e s p in g ü in o s p ig o s c c lid o s e n las c o lo n ia s d e la isla A r d ie y ( A r c h ip ié la g o d e la s S h e tla n d d e l s u r ) . O b s e r v a m o s a Pygoscelis antarctica - p in g ü in o a n t à r ti c o - d e s p la z a n d o d e s u s n id o s t a n t o a P. adcliae - p in g ü in o a d e l i a - c o m o a P. p a p u a - p in g ü in o p a p u a - . P a r a la s t r e s e s p e c ie s e s tu d ia d a s e n c o n t r a m o s d if e r e n c ia s e n : lo s t ie m p o s d e lle g a d a a la isla , p r e f e r e n c ia s e n lo s s itio s d e a n i d a m i e n t o y a g r e s iv id a d . C o n s id e r a n d o e s ta s o b s e r v a c io n e s p r o p o n e m o s u n a e x p lic a c ió n p a r a el é x ito d e l p in g ü in o a n tà r ti c o e n la c o n q u is ta d e lo s s itio s d e a n i d a ­ m i e n t o . D i c h a e x p lic a c ió n , q u e s e ñ a la a la a g r e s iv id a d y a la s p r e f e r e n c ia s d e h a b i ta t p a r a a n i d a r d e l p in g ü in o a n t à r ti c o , c o m o f a c to r e s d e t e r m i n a n te s , d if ie r e d e la s q u e h a n s id o p r o p u e s t a s p a r a la s m is m a s e s p e c ie s - e n á r e a s d if e r e n te s - q u e in v o c a n la s v e n ta ja s físic a s d e e s t a e s p e c i e q u e a r r i b a m á s ta r d í a m e n t e .

ABSTRACT W e s t u d i e d t h e n e s tin g b e h a v io u r o f th e t h r e e p y g o sc c lid p e n g u in s p c c ie s in ih c c o lo n y o f A r d l e y is la n d ( S o u th S h e tla n d A r c h ip e la g o ) . W e o b s e r v e d Pygoscclis aniarclicu d is p la c in g b o t h P. adeliae a n d P. papua f ro m t h e i r n e s t-s ite s . D if f e r e n c e s in lin ic o f a r riv a l, n e s t - s i te p r e f e r e n c e s a n d a g g r e s s iv e n e s s a m o n g t h e t h r e e s p e c ic s w e r e fo u n d . B a s e d o n t h e s e o b s e r v a ti o n s w e p r o p o s e a n e x p la n a tio n p o r P. antarctica’s s u c c e s in n c s ls ite c o n te s ts . O u r e x p la n a tio n d if fe r s f ro m th e o n e p r o p o s e d by T r iv c ip ie c e a n d c o ­ w o r k e r s f o r t h e s a m e s p e c ie s in a d if f e r e n t a r e a in th a t d if f e r e n tia l a g g re ss iv e n e .s s a n d n c s t - s i te p r e f e r e n c e s s e e m to b e r e le v a n t f a c to rs in th is p r o c c e s w h ile fisica! a d v a n ta g e d o e s n o t.

IN T R O D U C C IO N La isla A rdley (S h etlan d del sur, 62°13’S. SS’^SS’O ) es un sitio donde las tres especies ile pingüinos pygoscélidos, adelia, an tà rtic o y papúa, regre.san a reproducir.se d u ra n te los me.ses de la p rim av era y el v eran o antárticos. Esta isla rep re sen ta un intere.sante lugar de estudio, p u es en ellas estas especies anidan en grupos tan to inter com o intrae.specíficos ("breeding g ro u p s” sensu O elke, 1975). T Jcd ica m os c.itc tra b a jo a la m e m oria de L u is Flores, (|uicn fa lic c ió en la A n tà rtic a c liilc iia paña de 198«

tk ira n ie

la cam ­


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B O L E T IN Ü E L M U S E O N A C IO N A L D I- I U S T O R IA N A T U R A I

Trievelpiece et al. (1984) describieron la conducta de anidam iento y las interacciones de los pingüinos antartico y adelia en Punta Thom as, Isla Rey Jorge (62° 10 S, 58°39 O), com probando una com petencia por los sitios de anidam iento. E stos au to res pro p u siero n una explicación para el éxito del pingüino antartico sobre adelia basada en cuatro factores. 1 ) hl patrón decrecim iento poblacional de las especies de pygoscélidos; 2) El m om ento diferencial: de arribo a la “colonia” (sensu Oelke, 1975) de am bas especies; 3) La ventaja física del recién llegado pingüino antàrtico, bien alim entado, por sobre el adelia que ha estado largo tiempo en ayuno al m om ento de la disputa por los sitios de anidam iento; y 4) D iferencia en la* m adurez, y experiencia de anidam iento en tre las dos especies (Trivelpiece y V olkm an, 1979;¡ Trivelpiece ef a/., 1984). . , En la isla A rdley observam os un fenóm eno similar, con la diferencia que el pingüino antartico desplaza tanto a adelia com o a papua, am bos ya anidando al m om ento de arribo de antàrtico, que exhiben diferentes rep erto rio s conductuales. En nuestra opinión, estas diferencias proveen unas explicación alternativa para la com prensión de factores relevantes; que afectan las interacciones ínterespecíficas en tre estas especies. , A quí describim os estas diferencias conductualesy discutim os los factores determinantes de la com petencia por los sitios de anidam iento en la isla Ardley, en com paración con aqueIlos sugeridos p o r Trivelpiece y V olkm an (1979) y Trivelpiece et a l (1984) -mencionados arriba-, en particular el tercero, i.e., las ventajas físicas del pingüino antartico.

M ETODOS R ecolectam os los datos en la isla A rdley d u ran te dos períodos reproductivos (1983, 1984) en tre los m eses de octubre y enero, usando registros gráficos y fotografías, anotamos' y censam os observaciones directas de la conducta de estos anim ales, desde sitios ocultoso| desde distancias suficientes com o para que a p a ren tem en te no disturbáram os a los ejemplares. Seleccionam os grupos anidantes y los contam os d iariam ente y en algunas ocasiones loS: m onitoream os cada una hora por períodos de 24 horas (véase N úñez y Y áñez 1989). Algunos datos fueron obtenidos de las observaciones de los m iem bros del personal m ilitar de la Base T eniente M arsh (F A C H ) y particularm ente de las observaciones de los doctores Holgeri Lorenz, M athias Kelch y P eter G ebauer, investigadores de la R epública D em ocrática Ale­ m ana con asiento en la Base Belinghausen (U R SS), adyacente a la B ase M arsh. La inform ación que p resentam os ha sido corroborada d u ran te el desarrollo de o tro s proyectos desde que em pezó este trabajo, hasta 1988.

RE SU L T A D O S El prim ero en llegar es el pingüino papúa, a principios de agosto, adelia llega en la segunda sem ana de septiem bre y finalm ente antàrtico a fines de octubre. En un principio el núm ero de papuas perm anecía relativam ente constante, variando sólo debido a cam bios climáticos. C ada m añana al am anecer, toda la población caminaba hacia el m ar, reto rn an d o seis a diez horas más tarde. En algunas o p o rtu n id ad es los fuertes vientos acum ulaban m ucho hielo en las costas im pidiendo que los pingüinos re to rn asen a la isla. El máximo núm ero de individuos de pingüino papúa que contabilizam os fue 6.000 (Yáñez et a i 1984), cantidad que dism inuía tanto com o hasta 40 ejem plares en aquellos días en que las condiciones del tiem po no perm itían el retorno. D u ran te el tiem po en tierra los individuos perm anecían en las cercanías de un eventual nido, pero raram en te se q u edaban en el mismo sitio; en la noche en cam bio, los anim ales perm anecían fijos en sólo un lugar. D adas las frecuentes nevadas en e.sta época del año, cualquier potencial nido de papúa desaparecía

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jia r j^gst el ci gitei por pare pgrr Cad ent; que c^ai con; jg c corr nún doc


J. GOLOWASH.

H. N U Ñ E Z y J. Y A Ñ EZ / Pingüino antàrtico en isla Ardley

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diariamente. P o ste rio rm e n te en la estación reproductiva este patró n casi errático cam bia hasta hacerse se d e n ta rio a fines de octubre, cuando se han depositado los huevos. A unque el cuidado de los huevos im pone restricciones a la m ovilidad, los m iem bros de la pareja, se alternan d ia ria m e n te p a ra ir al m ar y com er. E ste fenóm eno ha sido docu m en tad o pa ra papúa por Jablonsky (1987), p a ra adelia (P enney 1968) y lo m ism o ha sido observado p o r nosotros para el pingüino antàrtico. En este p rim e r p erío d o , cuando papúa va todos los días al m ar, adelia, en contraste, permanece se n ta d o en un único lugar el q u e m ás tard e se constituirá en el asien to de su nido. Cada m iem bro de la dupla se altern a p erió d icam en te (/.e., cada algunas horas) en este sitio, en tanto su p a re ja p erm an ece en las cercanías. E ste p atró n se m an tien e sin variaciones hasta que em pieza el d eshielo de la p rim avera -apro x im ad am ente unas tres sem anas despuéscuando se inician las excursiones en busca de p eq u eñ as piedras que se usan para la construcción de los nidos. D esp u és que se ha p roducido la prim era ovipostura los m iem bros de cada p a re ja de adelia, em piezan a a lte rn a r sus excursiones al m ar, presu m ib lem en te a comer, de la m ism a m an era q u e lo hacen las o tra s dos especies; esto m u estra caídas del número d e individuos en d iferen tes m o m en to s del día (Fig. 1) lo que tam bién ha sido documentado en d etalle p o r N úñez y Y áñez (1989) p ara papúa.

fig. 1. Porcentaje de pingüinos vistos en los grupos de nidos en la isla Ardley; el número total de nidos Knsados de A delia es 71, para antàrtica 17 nidos y para papúa 23; por cada nido existen dos individuos, ssí, el número de ejem plares máximo teórico es el doble del número de nidos. La fecha del m onitoreo 'sel 22-23 Nov. de 1984.


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liO L .E l IN D i : i . M U S E O N A C IO N A L D i: 1IIS 'l Ü IU A N A I UR a i

U nos pocos días después de la llegada del pingüino antàrtico em p iep in las disputas de éste por los sitios de anidación, tanto con papua com o con adelia. A ntartico actúa en pareja acosando a los ocupantes de los nidos ya constituidos; en tanto uno distrae al ocupante, el otro lo picotea reiterad as veces y lo golpea severam ente con las aletas. E ste acoso incluye la destrucción de los huevos y sustracción de las p iedras del nido. Por lo general, adelia re.sponde activam ente a e.stos ataque.s, levantando el cuerpo del nido y em itien d o sonoras vocalizacione.s. Esta lucha tom a hasta un lapso de dos días. A unque es razonable su p oner que los antarticos que inician estos actos son los m ism os que más tard e ocuparán el nido usurpado, no tenem os la certeza de ello. i En co ntraste a la respuesta de adelia, el pingüino papúa responde a los ataques de antartico aplastándose contra el nido em itiendo un sonido parecido a “jjjjj-.” - A u n q u e cuando hay sustracción de piedrecillas, el ocupante soporta el castigo y no levanta su c u erp o p o r horas (hasta 10). El éxito que tiene el pingüino an tàrtico sobre adelia y papúa es diferente. En un grupo de 83 nidos de adelia, antàrtico usurpó 13 (15-16% ) de ellos topográficam ente ubicados en lugares altos del área. En un grupo de 38 nidos de papúas, sólo uno fue conquistado, el que se encontraba en la p arte plana del área. En la isla Ardley, el pingüino antàrtico, eligió únicam ente sitios cercanos a la costa; de fácil acceso desde la playa, sin em bargo, d entro de estas áreas escogió los lugares más rocosos y m ás altos de en tre aquellos que usaron las otras dos especies. U n nido de papúa estaba ubicado d en tro de un grupo de nidos de adelia; sus ocupantes fueron el objeto de acoso de una pareja de antárticos du ran te dos días, este nido estaba en la p arte m ás alta de la colonia D espués de estos eventos agresivos, los adelia desplazados luchan con sus conespecíficos tratando de conquistar otros nidos, robando piedrecillas y /o trata n d o de co n stru ir o tro nido C onfirm am os estos hechos siguiendo pingüinos m arcados, adem ás de o tras conductas simi­ lares que adjudicam os al fenóm eno descrito. Sin em bargo, no todos los nidos de antàrtico son ganados por usurpación, de hecho muchos de ellos fueron construidos, lo que hemo; ratificado en otras islas com o Livingston o Nel.son -en que no hay adelia-. En general, parece claro que los grupos an idantes de papúa difieren topográficamente de los de adelia. Los prim eros usualm ente eligen sitios lejos de la costa, en áre as rocosas y, o de difícil acceso en com paración a los de adelia. Sin em bargo, esta diferencia no es absolul: y algunas veces es posible encontrar nidos de uno en áreas que gen eralm en te p refieren otros así com o grupos anidantes mezclados.

D ISC U SIO N C onsiderando nuestras observaciones podem os o rd e n a r las tres especies -en orden dt; agresividad- com o an tàrtico el m ás belicoso de todos, adelia en un segundo lugar y p apúa come el más pacífico. Esta evaluación de agresividad concuerda con las observaciones de Müller-' Schwartze ( 1984). Trivelpiece y Volkm an, ( 1979) y Trivelpiece et al. ( 1984) han sugerido que antàrtico® capaz de doblegar a adelia por los sitios de anidam iento, p arcialm ente debido a sus ventajas físicas al m ornento de arribo a las áreas de anidam iento. N uestras observaciones sugieren uní alternativa diferente: las ventajas físicas no juegan un rol significativo, al m enos en esU colonia. O tros im portantes factores aparecen involucrados en e.sta disputa, tales son li agresiviclad diferencial y las preferencias de los sitios de an id am ien to que p areciera exhibii el pingüino antàrtico. Esta especie ha sido observado desplazando no sólo al largo tiempo' ayunante pinguino adelia, sino tam bién al recién alim entado papúa (debido a sus diaria; incursiones al m ar para alim entarse -D ow nes et al. 1959; M üller-Schw azrtze 1984' Núñez'


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H.

N U N 'lIZy .1. YAÑ IÍZ /

l ’ i n ¡ :iiin o o n i n i l i c o c-n i s h

Ardk-y

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Yáñez 1989-). A dem ás, es notab le que an tàrtico es físicam ente m ás p eq u eñ o (66,8 ± 1,5 cm, N= 31; 3.838,27 ± 245,25 g, N = 30: X ± 2 E E ) que papua (69,7 ± 2,2 cm, N = 34; 5.404,97 ± 320,91 g, N = 30) lo que significaría co n sid erar con cautela los argum entos de Trivelpiece y colaboradores so b re las ven tajas físicas de an tartico, que no es significativam ente más grande ni p esad o q u e adelia (4.274,73 ± 185,13 g). El análisis de la varianza F es 28.10. P< 0,001, gl= 2,87. La p ru eb a d e S c h e ffé a p o steriori, indica que papua es significativam ente más pesado q u e las o tra s dos especies, p ero e n tre estas dos últim as no hay diferencias de peso. Se ha señ alad o que adelia y an tartico tienen sim ilares re p e rto rio s conductuales (M üllerSchwartzey M üU er-Schw artze 1980; M üller-Schw artze 1984) asíco m o dietas sim ilares (W hite y Conroy 1975; M üller-Schw artze et al. 1978). C o n sid erando las p referen cias de sitios de anidam iento observadas p o r nosotros, p areciera ser que el pingüino antàrtico selecciona lugares sim ilares a aquellos elegidos p o r adelia (cercanos a la playa y con fácil acceso), antes que a los q u e ocupa p ap ú a; esto p u ed e explicar el d iferen te núm ero de nidos conquistados a una y o tra especie. Es verd ad que estas diferencias pueden tam bién reflejar diferen tes fortalezas físicas e n tre pap ú a y adelia (los p apúas estarían en m ejor form a para defender.se de los an tártico s q u e los adelia). Sin em bargo, el hecho q ue el bien alim en tad o papúa no tom a ventajas so b re el ay u n an te adelia, de.splazándolo de sus nidos, arguye en favor de que o tro (s) factor(es) d e b e (n ) e sta r ju g an d o un im p o rtan te rol; creem os que pueden ser la agresividad y las preferen cias d istin tas p o r los sitios de anidam iento. El pingüino an ta rtic o es el últim o en em p ezar su ciclo reproductivo en esta isla (y tam bién en otras partes; ver W hite y C onroy 1975; T rivelpiece y V olkm an 1979). Al m om ento de su arribo m uchos de los poten ciales lugares de an id am ien to ya han sido ocupados po r las parejas de las o tras dos especies q u e llegaron p reviam ente. P or otra p a rte T rivelpiece et al. (1984), han sugerido q u e los nidos de an tàrtico de la estación a n te rio r son presu m ib lem en te tom ados por papúas y adelia inexpertos. En estas circunstancias antàrtico se vería forzado a luchar por los lugares de anid am ien to . E sto habla de fidelidad al lugar de nido, m aterias cuya elucidación está en estudio. Así, evolutivam ente hablando, se pudo haber seleccionado un fenotipo agresivo p a ra P. antarctica. E sta n atu raleza agresiva, a p a re n te m en te costosa, pued e tener com pensación en la p rotección recibida de los grupos alred ed o res de ellos, au n q u e no sean de la m ism a especie. A dem ás, usurp an d o un nido se evita la búsqueda de piedrecillas que lo constituyen y q u e p a re c ie ra n ser un recurso escaso (N úñez, datos no publicados) que cumple ad em ás funciones ritu ales en el intercam bio de la pareja. En observaciones hechas en la isla Livingston, en fe b re ro de 1988, en co n tram o s una colonia de pap ú as an id an tes cercana a los 4.000 individuos, con un núm ero de ap ro x im adam ente 120 an tártic o s al in terior de la colonia. N o ten em o s evidencias que estos nidos hayan sido ob ten id o s por interacciones agresivas con el pingüino p apúa, p ero resulta muy significativo que no sean muy com unes los grupos an id a n te s m onoespecíficos de antárticos, lo que hace de este patró n de conducta un fenómeno m ucho m ás gen eral q u e lo q u e prev iam en te se creía. H allazgos de inm ensas colonias m onoespecíficas de an tartico , con colonias costeras de papúa, en la isla Nelson (N úñezy Y áñez, d ato s no publicados) hacen peligrar lo que aquí hem os fu n d am en tad o , pero ratifica las claras ten d en cias de an tàrtico de .seleccionar lugares altos para nidificar; p re su n ­ tamente el fen ó m en o descrito resp o n d e a recursos de m icrohábitat escasos com o sería el caso de la isla A rdiey. En resu m en , p areciera q u e Pyf’o.scclL'i antarctica p refiere e star inserto en o tro s grupos para su éxito reproductivo, o b ten ien d o así, p ro b ab lem ente, refugio y /o defensa com binada contra d e p re d a d o re s (V éase Lazo et al. 1990 y literatu ra allí citada).

AC.RADECIM IENTOS Al Instituto A niárlico Chileno por su apoyo logistico y financiero al provéelo, y a la F'uer/a Aérea


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nO L bTIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL

de Chile (FACH). Palsy Dickinson, Eve Marder, Anne Bekoff, Juan Carlos Torres-Mura y José Valencia, leyeron críticamenle el manuscrito en varias etapas de su desarrollo. R E F E R E N C IA S B IB L IO G R A F IC A S

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Contribución recibida: 14.08.90; aceptada: 14.11.90.



Bol. Mus. Nac. Hist. Nat. Chile, 42: 105-111 (1991)

NECROPSIA DE BALLENA FRANCA AUSTRAL EUBALAENA AUSTRAUS Y CONSIDERACIONES SOBRE MANEJO DE LA ESPECIE

JH O A N N CA NTO , PA M ELA R U IZ y JU A N C A RLO S CA RD EN A S R ed de A vistam iento de Cetáceos (R A C ) Comité Nacional Prodefensa de la Fauna y Flora (C O D E FF ). Casilla 3675 - Santiago, Chile.

RESUM EN La población de Ballena Franca Austral, Eubalaena australis (Desmoulins, 1822) fue drásticamente disminuida por las capturas efectuadas en los siglos XVIII y XIX. Esta especie fue puesta bajo protección internacional en 1936, y desde entonces se le observa en aguas de la costa chilena sólo ocasionalmente. El establecimiento por tres m eses de un ejemplar hembra y su cría en la Playa Los Reumbes, (37®12’S - 73®35’W) VIII Región, Golfo de Arauco, Chile, podría señalar el inicio de una recolonización de sus antiguos dominios. La permanencia de los dos ejemplares permitió la foto-identificación del adulto y la obtención de datos conductuales. El proceso de crianza no se completó debido a la acción antròpica que provocó indirectamente el varamiento de la cría. Esta nota evaliia las actividades antrópicas como responsables de este varamiento y entrega a través de la necropsia, información sobre aspectos morfométricos y reproductivos del ejemplar.

ABSTRACT The Southern Right Whale Eubalaena australis (Desmoulins, 1822), was drasti­ cally diminished through the massive captures practiced during the eighteenth and nineteeth century. This species was put under international protection in 1936, and since th e n is only occasionally seen around th e C hilean coast. T h e a r riv a l of a female rig h t whale and newborn at L^s Reumbes beach (37®12’S - 73®35’W) VIII Región, Golfo de Arauco, in Chile, may point the beginning of a resettlement of its former domains. The permanency of two specimens allowed the recollection of behavior, photografic iden­ tification, morphometric and reproductive data. The process o f upbringing was not completed due to human intervention that indirectly lead the calf to be stranded at the beach. This note evaluates the responsability of human action, and gives through the necropsy information about morphometric and reproductive aspects of this spccimcns.

IN T R O D U C C IO N El área del G olfo de A rauco es un sector de alta productividad en la pesca pelágica (Ahumada y Rudolph, 1989). D esde hace unos 200 años atrás, época en que se inician las


Fig. 1. Situación geográfica del área de varamiento, localizada al SE de Punta Lavapié (Arauco).


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actividades balleneras en la zona, fue un sector de intensa cacería de Ballena Franca A ustral (Clarke, 1965; Aguayo, 1974; D onoso-Barros, 1975). Esta situación llevó a la especie al borde déla extinción (C árd en as eí a/., 1986), razón p o r la cual en 1936 se le declara bajo protección internacional. C on p osterioridad siguió siendo cazada (Aguayo, 1974). D esde 1986 la m oratoria m undial que protege a esta especie ha perm itido una lenta recuperación de sus poblaciones en las aguas chilenas (C árdenas et a l, 1987; Brownell et al., 1989). E n agosto de 1989 en Playa Los R eum bes (37°12’S - 73°35’W) G olfo de A rauco, VIII Región (Fig. 1), se establecieron una hem bra y su cría (Y áñez e ta l, 1989; C anto e t a l , 1990), indicio de un posible proceso de recolonización de sus antiguos territorios. Sin em bargo, este proceso de crianza no llegó a su fin debido a la instalación de dos balsas para el cultivo del alga pelillo Gracilaria sp. en el centro de la bahía, donde la m adre y la cría m antenían la m ayor parte de las actividades conductuales y de am am antam iento. Las instalaciones de la in­ fraestructura de cultivo forzaron el desplazam iento de am bos ejem plares a un área denom i­ nada Playa Isla V erde, un kilóm etro al norte de Playa Los Reum bes. E ste sector revestía un alto riesgo p a ra am bos ejem plares, dada su baja p endiente y la conform ación rocosa de la plataform a costera. D ebido a esta nueva ubicación, asum ida por los ejem plares, en la madrugada del 23 de octubre la cría varó siendo encontrada en la m añana del mismo día sobre la base rocosa del área de Playa Isla V erde (Fig. 2).

Fig. 2. Situación de la cría de E. australis varada sobre la base rocosa en el área de playa Isla Verde.


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Fig. 3. Disposición de las heridas recibidas por la cría de E. australis en su flanco izquierdo producto de la acción de una hélice de motor fuera de borda.

M A T E R IA L Y M E T O D O S Se realizó una inspección visual del sector geográfico donde varó el ejem plar. La necropsia fue realizada e n tre seis a ocho horas después de m uerto el ejem plar. Se registraron las m edidas corporales usando la m etodología p ro p u esta p o r Norris (1961). C ad a unidad de m edida se efectuó en p aralelo con respecto a los ejes corporales considerados. Se recolectaron m uestras de tejidos de pulm ones, hígado, estóm ago, grasa subcutánea y tegum ento. A dem ás se obtuvieron am bos ovarios, globo ocular d erecho y algunas placas filtradoras. E l m aterial fue conservado en alcohol al 70% excepto las placas filtradoras, las q ue fueron fijadas en alcohol-form ol al 40% (G eraci, 1978; W inchell, 1982). E l m aterial se encuentra d epositado en el L abo rato rio de M am íferos M arinos de la Sección d e Zoología del M useo N acional de H istoria N atural de Santiago.

RESULTADO La inspección externa revela un tegum ento que se p resen ta suave al tacto evidenciándose en algunos sectores del cuerpo un proceso regenerativo de la epiderm is. Se observan áreas erosionadas de disposición discontinua, principalm ente en la zona caudal y

¡


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aletas pectorales. Se localiza una abundante presencia de ectoparásitos {Cyamus sp.) sobre callosidades de la zona cefálica y com isura labial. Se evidenciaron 22 cicatrices secuenciales con disposición oblicua en la región del flanco izquierdo, en su últim o tercio posterior (Fig. 3); un corte de 36 cm de longitud con disposición oblicua en el flanco derecho de la callosidad situada sobre el ojo, y un corte de 19 cm de longitud con disposición vertical con respecto al eje del cuerpo, de carácter profundo, situado inmediatamente p o r d etrás de los espiráculos. Estas heridas aparecen en la cría con posterio­ ridad a la instalación de las balsas de cultivo y serían atribuibles a la acción m ecánica de elementos cortantes. A la inspección m acroscópica el corazón, pulm ones, estóm ago, intestino delgado, intestino grueso e hígado no evidenciaron alteraciones de coloración, textura, volum en y disposición, com o tam poco se registraron endoparásitos. A nivel gástrico e intestinal sólo se detectaron restos de contenido lácteo. La cavidad abdom inal se presenta norm al y sin acumulación de líquido. El sistem a reproductor es norm al en cuanto a coloración, volumen, disposición y textura. Los datos m orfom étricos y reproductivos se presentan en la Tabla 1. TABLA 1 Datos m orfom étricos (ad ap tad o de N orris 1961) y reproductivos. Los valores son expresados en cm. H em bra 3 m eses aprox.

Sexo: Edad: Longitud t o t a l ......................................................... Longitud to ta l (a la e s c o ta d u r a ) ..................... Longitud a le ta p e c to ra l inserció n a n t e r io r .. Longitud a le ta p e c to ra l inserció n a x ila ........ Longitud d e la b o c a .............................................. Longitud d e s d e el ex tre m o de la boca h a sta los esp irácu lo s ....................... Longitud d e sd e el ex trem o de la m axila h a sta el c e n tro del o j o .............. Longitud d e sd e el ex tre m o d e la m andíbula h asta la b ase d e la inserción a n te rio r d e la a le ta p ec to ral ........ Ancho ca u d a l m áxim o (p u n ta a p u n ta ) ........ Ancho ca u d a l d e sd e la inserción anterior c o n tin u a n d o la línea ciel c u e rp o h a sta la e sc o ta d u ra ....................... Ancho m áxim o p e c to ra l .....................................

100

793 720 150 126 170

90,7 18,9 15,8 21,5

98

12,3

145

18,2

170 250

21,5 31,5

93

11,7

74

9 ..'^

Ovarios

Longitud (cm) Pe.so (grs)

derecho

izquierdo

18,5 191,9

17,5 215,8

No se regi.stró la presencia de cuerpos álbicans.

Porcentajes de la longitud total


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B O L F n N DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL

D ISC U SIO N Y C O N C L U SIO N E S El desplazam iento de am bos ejem plares desde el sitio original (Playa Los Reumbes), hacia un sector de alto riesgo, obedeció a alteraciones en el á rea de crianza. E stas alteraciones consistieron en la instalación de dos balsas para el cultivo del alga Gracilariasp. La instalación de estas estru ctu ras involucró una co nstante actividad antròpica p o r alred ed o r de una sem ana en el á rea de crianza. Lo a n terio r se refleja en las heridas recibidas p o r la cría, una de las cuales es claram ente producto de la acción de una hélice. A d em ás dichas heridas aparecen después de la instalación de las balsas. D e acuerdo a n uestras observaciones am bos ejem plares siem pre re to rn a b an al centro de la bahía Los R eum bes después de la actividad de los botes con turistas en dicha área, lo que indica que sólo la acción dirigida y reiterad a acom pañada, con una agresión física, pudo haber obligado a los ejem plares a desplazarse hacia un sector de m enos seguridad p a ra eUos. T am bién pudim os percibir una dism inución en la tolerancia de am bos ejem plares hacia la presencia hum ana luego del desplazam iento desde el sector de crianza original al sector de Isla V erde. La necropsia no arrojó evidencia de lesiones m ayores o patologías observables, por lo que no disponem os de an teced en tes que p erm itan atribuir el v aram iento a alteraciones derivadas de alguna enferm edad. La m u e rte de la cría obedece a un proceso de anoxia, com o resultado de un aplasta­ m iento prolongado de la cavidad toráxica debido al peso del cuerpo.

R E C O M E N D A C IO N E S SO B R E M A N E JO A p a rtir de los resultados de esta experiencia es conveniente con sid erar algunas m edidas an te una futura repetición de eventos sim ilares: 1. E n sectores costeros que se den las condiciones naturales com o áreas de crianza de especies protegidas, tal com o es el caso de E. australis, se les debe d o ta r d u ran te el perío d o de ocupación de la in fraestructura y personal necesario p ara las labores de control y m anejo. 2. D ebe existir una supervisión efectiva de la au to ridad en el área com prom etida, con el fin de h acer cum plir las disposiciones legales co rrespondientes, (D e creto N° 489 del 6 de ju n io de 1979 del M inisterio de R elaciones E xteriores). 3. D efinir de m an era clara y precisa los organism os g ubernam entales que asum en la responsabilidad de control y m anejo. 4. Los criterios que enm arcan decisiones sobre aspectos técnicos y de conservación d eberán estar basados en el conocim iento sobre el estado de conservación y biología de la especie com prom etida. 5. Las decisiones ad o p tad as p o r los organism os responsables deben ser de am plio cono­ cim iento público, com o p a rte de un proceso de educación am biental Uevado a cabo espe­ cialm ente en las com unidades costeras relacionadas con esta y o tra s especies.

A GRADECIM IENTO S Los autores agradecen al Sr. José Léntz por la ayuda en la consecución de materiales. A la ayuda prestada en terreno y hospitalidad del Sr. Xenón Fernández y pescadores de Punta Lavapié. Se agradece la crítica del manuscrito a Angel Crovetto, José Yáñez, Jorge Gibbons, Juan Capella y Gabriel Sanhueza.


J. CANTO, P. R U IZ y J. C. CARDENAS / Necropsia de Dallena Franca Austral

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NUEVOS REGISTROS DE CETACEOS PARA EL ARCHIPIELAGO DE JUAN FERNANDEZ, CHILE

J. C. C A R D E N A S (1), J. L. Y A Ñ E Z (1), JU L IO C. R EY ES (2) y K. VAN W A E R E B E E K (2,3) 1) L aboratorio de M am íferos M arinos, Sección Zoología, M useo Nacional de H istoria N atural, Casilla 787, Santiago de Chile. 2) C entro Peruano de Estudios Cetológicos, G ru p o Cetáceos Asociación de Ecología y Conservación, V anderghen 560 2A. Lima 27, Perú. 3) L aboratorium v oor M orfologie en Systematiek, M useum voor D ierkunde, Rijksuniverslteit G ent, Bélgica.

RESUM EN S e p r e s e n t a n c u a tr o n u e v o s r e g is tr o s d e c e tá c e o s p a r a e l A r c h ip ié la g o d e J u a n F e r n á n d e z , c o r r e s p o n d ie n te s a d e lfín c o m ú n (D elphiniis delphis), b a lle n a p ic u d a d e C u v ie r (Z ip h iu s cavirostris), d e lfín lis ta d o (SleneUa coenileoalba) y u n a b a lle n a p ic u d a (M esoplodon s p .). E l c a s o d e l d e lfín lis ta d o c o r r e s p o n d e a la p r im e r a c ita e n a g u a s c h ile n a s y a la o b s e rv a c ió n m á s a u s tr a l p a r a e l P a c ífic o s u r o r ie n ta l.

ABSTRACT F o u r n e w r e c o r d s o f c e ta c e a n s f o r th e J u a n F e r n á n d e z A r c h ip ié la g o , C h ile , a r c p r e s e n te d : c o m m o n d o lp h in (D elpltinus delphis). C u v ie r ’s b e a k e d w h a le (Z ip h iu s cavi­ rostris), s tr ip e d d o lp h in (Steiiella coeruleoalba) a n d a b e a k e d w h a le (M esoplodon sp .) T h e s tr ip e d d o lp h in is r e c o r d e d fo r th e first tim e in C h ile a n w a te r s a n d r e p r e s e n ts th e s o u th e r n m o s t r e c o r d o f th e s p e c ie s in th e e a s te r n S o u th P acific.

IN T R O D U C C IO N El A rchipiélago de Juan Fernández se encuentra ubicado en el Pacífico suroriental subtropical, distante 587 km al oeste del litoral chileno. Está constituido por las islas Robinson (Zrusoe (33°37’S, 78°53’W), Santa C lara (33°42’S, 79°0rW ) y A lejandro Selkirk (33°42’S, 80°45’W) (F ig .l). D ebido a que se encuentra alejado del continente sudam ericano, así como de la ram a costera de la C orriente de H um boldt y de las áreas de alta productividad originadas por los procesos de surgencias costeras, el ecosistem a de estas aguas se considera típicamente insular-oceánico (A rana, 1987). D urante la mayor parte del año, el Archipiélago se encuentra afectado p o r aguas superficiales frías de origen subantàrtico, pertenecientes a la C orriente de H um boldt (Sepúlveda, 1987), estando en verano fuertem ente influenciado por aguas de origen tropical (Peña y Rom ero, 1976).


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BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL DE HISTORLai NATURAL

La fauna íctica del A rchipiélago es típica de la región faunística del Pacífico oriental tem plado-frío, ju n to a algunos elem entos del Indo-Pacífico (Sepulveda, 1987). Las especiales condiciones oceanográficas del á rea p erm iten la presencia de una variada cetofauna que la vincularía con otras áreas zoogeográficas distantes (C árdenas y Y áñez, en prensa). Re­ laciones e n tre la fauna de m am íferos m arinos del archipiélago y las áreas sub-antárticas han sido dem o strad as en el caso de otáridos y fócidos (T orres et a i, 1984). R egistros previos de cetáceos en el área co rresponden al hallazgo de un ejem plar de ballena picuda de S hepherd (Tasm acetus shepherdi) en Isla A lejandro Selkirk (Brownell et a i, 1976). A guayo (1975) observó tursiones (Tursiops truncatus) en tre Isla R obinson Crusoe e Isla Santa C lara. R ecien tem en te C árd en as y Y áñez (en p ren sa) presen taro n observaciones p a ra el sector insular oceánico chileno, incluyendo registros de rorcual de aleta (Balaenoptera physalus), rorcual boreal (Balaenoptera borealis), cachalote gigante (Physeter macrocephalus), orea (Orcinus orea), calderón (Globicephala sp.) y tursión (Tursiops truncatus) para el A rchipiélago e Islas D esventuradas.


J. CARDENAS, J. YAÑEZ, J. REYES y K, VAN W AEREBEEK / Nuevos registros de cetáceos

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M A TER IA LES Y M ETO D O S El proyecto W H-445 “Cetáceos-ChUe” W W F -U S /C O D E F F organizó una Red Nacio­ nal de A vistaje de C etáceos (R A C ) que en 1985 inició sus actividades de observación y colecta en el A rchipiélago de Juan Fernández. E ste esfuerzo contó con el apoyo del personal de G uard ap arq u es de la C orporación N acional Forestal (C O N A F) así como de la comunidad de pescadores. Los datos y el m aterial colectado se depositaron en el L aboratorio de M am íferos M arinos de la Sección Zoología del M useo Nacional de H istoria N atural de Chile, donde se procedió a su estudio e identificación. Las m edidas externas de los ejem plares se hicieron de acuerdo con N orris (1961), en tanto que las m edidas craneales se basan en los trabajos de Schnell et al. (1982) y Ross (1984). R ESU LTA D O S La costa abrupta y escarpada de las islas del A rchipiélago impiden, en su m ayor parte, el depósito de m aterial biológico arrastrad o por las m areas. Las únicas áreas que posibilitan el varam iento de ejem plares son los sectores de Lobería Vieja y T ierras Blancas en isla Alejandro Selkirk y El A renal en isla Robinson Crusoe. liphius cavirostris. En el otoño de 1984 un cetáceo varó en la playa El A renal (isla Robinson Crusoe). E ste ejem plar no fue colectado hasta dos años después, y para entonces todo lo que quedaba era el extrem o distal del rostrum . En base a las características de este resto se determinó que se trataba de una ballena picuda de Cuvier. El desarrollo del hueso mesorostral sugiere que se tratab a de un macho adulto, ya que en los machos de esta especie se presenta una osificación del canal m esorostral que se increm enta con la edad (Fraser, 1942; Heyning, 1989). Se ha sugerido que esta característica contribuye a reforzar el rostro de los machos com o arm a en encuentros agonísticos intraespecíficos que form an parte de su comportamiento social (Heyning, 1984). Mesoplodon sp. En junio de 1986 un cetáceo de aproxim adam ente 4 m etros y de color oscuro varó en la Playa El A renal. Algunos m eses después se colectó el calvarium, determ inándose que pertenecía a un ejem plar del género Mesoplodon. La identificación específica de este espécimen se encuentra en estudio (Reyes, C árdenas, Van W aerebeek y Yáñez, en preparación). ^teneíla coeruleoalha En noviem bre de 1986 el cráneo de un ejem plar varado de delfín listado fue recu p erad o por guardaparques en la Playa El A renal. Este ejem plar había sido previamente identificado com o un delfín m anchado (Stenella attenuata) (C árdenas et al., 1988), pero un m inucioso exam en del cráneo ha llevado a corregir tal determ inación. El cráneo presentaba roto tanto el extrem o del rostro como los extrem os distales de ambas hem im andíliulas. Perrin (1975) utilizó el criterio de la fusión di.stal de los maxilares y premaxilares en el rostrum com o un indicio del alcance de la m adurez sexual en delfín ’’lanchado y delfín de pico largo {Stenella lonf^irostris). Siguiendo este criterio, la fusión incompleta de las suturas craneales, en particular la sutura maxilo-premaxilar sugieren que ejemplar de El A renal era sexualm ente inm aduro. ^>elphinus (lelphLt. En m arzo de 1987 en el sector de T ierras Blancas, isla A lejandro Selkirk, ^ encontró un ejem plar m acho de delfín común varado una sem ana antes. Se obtuvieron ‘iftos m orfom étricos, procediéndose luego a la necropsia y recolección del cráneo. Este


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BOLErnN DEL MUSEO NACIONAL D E HISTORIA NATURAL

ejem plar m idió 221cm., p resen tan d o el típico p atró n de coloración oscura en form a de “V" en los flancos (C árd en as et al., 1986). En el costado superior izquierdo presen tab a cuatro cicatrices p aralelas sep arad as p o r distancias de 0.3, 2.3 y 2.9 cm, que probablem ente correspon d ían a m ord ed u ras de un d ep red ad o r odontoceto (orea u orea falsa; Pseudorca crassidens). C erca del pedúnculo caudal se observaron m arcas de red, p o r lo que se asume que la causa de m u erte fue el enm allam iento. El cráneo p resen tab a las suturas totalm ente fusionadas y anquilosadas. Igualm ente se observó la fusión distal de los m axilares y prem axilares, así com o m arcado desgaste de los dientes y anquilosis alveolar. Todos estos rasgos craneales indican que se trata b a de un anim al en un estado de m adurez física avanzado. Las m edidas craneales de este ejemplar se p resen tan en la tabla L

TA BLA 1. M edidas craneales (en m ilím etros y relativas a longitud condilobasal) de un ejem plar de Delphlnus delphis de isla A lejandro Selkirk, Chile. mm 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29, 30. 31,

Longitud condüobasal Longitud del ro stro desde la base Longitud del ro stro desde los pterigoideos A ncho del rostro en su base A ncho del ro stro a 1/4 de su longitud A ncho del ro stro a la m itad de su longitud A ncho de los prem axilares a la m itad de la longitud rostral A ncho del ro stro a 3 /4 de su longitud A ncho preorbitai A ncho postorbital A ncho zigom àtico A ncho parietal A ltura de la caja cran ean a Longitud de la caja craneana A ncho máximo de los prem axilares A ncho de las narinas externas Longitud de la fosa tem poral A ltura de la fosa tem poral Longitud del orbital Longitud del proceso an tero rb ital del lacrimoyugai A ncho de las n arinas internas Longitud de la fila d en taria superior N úm ero de dientes, superior izquierdo N úm ero de dientes, superior derecho N úm ero de dientes, inferior izquierdo N úm ero de dientes, inferior derecho Longitud de la fila d entaria inferior Longitud de la ram a m andibular A ltu ra de la ram a m andibular A ncho del foram en m agnum A ncho de los cóndilos occipitales

461 292 335 101 63 54 19 41 183 205 203 157 124 123 78 50 68 45 54 44 53 251 45 47 47 47 246 400 72 40 97

+ +


J. CARDENAS, J. YAÑEZ, J. REYES y K. VAN WAEREBEEK / Nuevos icgislros de cctáccos

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D ISC U SIO N A pesar que el delfín listado es una especie cosm opolita de amplia distribución en aguas tropicales y tem pladas (W ilson et a i, 1987) su presencia en el Pacífico oriental tropical no fue conocida sino hasta 1970 (H ubbs et a i, 1973). P osteriorm ente la especie ha sido reportada con frecuencia p ara las aguas al sur del ecuador por cruceros oceanográficos y barcos atuneros. Sin em bargo, esta especie no se asocia con atún tan frecuentem ente como ocurre con o tras del género, com o son el delfín m anchado (Stenella attenuata) y el delfín de pico largo (Stenella longirostrís) (Au y Perrym an, 1985). El presente registro para la isla Robinson C rusoe es el prim ero de la especie para aguas chilenas apoyado con m aterial osteológico y a su vez constituye la prim era cita para el Pacífico suroriental subtropical. La presencia de esta especie y del delfín com ún probablem ente se debe a las condiciones oceanográficas subtropicales presentes alrededor de las islas, condiciones que parecen normar su distribución y abundancia relativa en otras áreas del Pacífico oriental (Au y Perryman, 1985). El delfín com ún ha sido previam ente m encionado para aguas chilenas por Aguayo (1975) en tre C oquim bo (29°50’S) y Puerto M ontt (45°30’S). D onoso-B arros (1975) señala ala especie en los 27°16’S y 75°30’W. G uerra et al. (1987) registran agrupaciones de hasta 200 ejem plares en Tocopilla (22°06’S). Igualm ente se han observado agrupaciones de 12-30 ejemplares a 10 millas de V alparaíso en los m eses de verano durante trayectos hacia isla Robinson C rusoe (C árdenas, obs. pers.). Banks y Brownell (1969) describieron dos form as de delfín com ún en el Pacífico nororiental, una de “hocico co rto ” y otra de “hocico largo”, que han considerado como dos especies distintas: Delphinus delphls y D. bairdii, respectivam ente. A unque am bas form as presentan diferencias en cuanto a morfología y coloración el status específico de D. bairdii aún req uiere de un m ayor estudio (H eyning y Perrin, 1989). En base a características del cráneo el ejem plar de isla A lejandro Selkirk corresponde a la form a de hocico corto. A la luz de la actual revisión a que el género Delphinus está siendo som etido (H eyning y Perrin, 1989), el ejem plar chileno ofrece un indicio más de la presencia de la form a de hocico corto en el Pacífico suroriental. E sto se sum a a una observación en aguas frente a la costa central de Perú, donde predom ina la form a de hocico largo (Reyes y Van W aerebeek, datos no publicados). La escasa plataform a costera con profundidades que varían entre los 2.000 y 4.000 m (Arana, 1987) así como una im portante oferta de cefalópodos parecen crear las condiciones para la presencia de zífidos com o un com ponente habitual de la cetofauna del Archipiélago, que aporta un am plio porcentaje de los registros publicados de esta familia en aguas chilenas. La obtención de m ayor inform ación acerca de las especies que se encuentran presentes, su estructura poblacional, así com o los factores que afectan su distribución espacial consti­ tuyen un requerim iento básico para la com prensión de la ecología de las com unidades del Pacífico suroriental, y p ara el desarrollo de program as de m anejo en esta área donde la pesquería chilena ha obtenido 5.3 millones de toneladas durante 1988.

A G R A D E C IM IE N T O S L o s a u t o r e s a g r a d e c e n el v ital a p o y o p r e s ta d o p o r el a d m in is tr a d o r d e l P a r q u e N a c io n a l “ .lu án F e rn á n d e z ” , I n g e n ie r o F o re s ta l Iván L eiv a S. y al e q u ip o d e g u a r d a p a r q u e s d e C O N A F -.lu a n F e r n á n d e z , se ñ o res

M ig u e l

G a r c ía ,

O scar C h a m o rro ,

E d u a rd o

P a re d e s y M an u el

P ared es

p o r su v a lio sa

c o la b o ra c ió n e n el t r a b a j o d e r e g is tr o y c o le c ta d e c e tá c e o s . N u e s tra g r a titu d ta m b ié n q u e d a c o m p r o m e ­ tida co n lo s p e s c a d o r e s d e J u a n F e r n á n d e z .


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B O L E T IN D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R ai

Este trabajo tuvo el apoyo del World Wide Found for Nature a través del Proyecto WH-445 “Firsi steps to cetacean conservation and management in Chile” (W W F-U S/C O D E FF-C H ILE ).

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NUEVA E SPE C IE DE GLYCYMERIDIDAE (MOLLUSCA, BIVALVIA) PARA EL M IO CEN O DEL GO LFO TRES M ONTES (AISEN, CHILE)

D A N IEL FR A SSIN ETTI C. (1) y V LA D IM IR C O V A CEV ICH C. (2) (1) M useo Nacional de H istoria Natural; casilla 787. Santiago. Chile (2) Servicio Nacional de G eología y Minería; casilla 10465, Santiago. Chile

RESUM EN S e d e s c rib e u n a n u e v a e s p e c ie d e G ly c y m e rid id a e (M o llu s c a , B iv alv ia), Glycym eris (G lycym eris) taitaoensis sp . nov., b a s a d a e n m a te r ia le s p r o c e d e n le s d e F io rd o N e w m a n e I s la C r o s s ie t, e n el in te r io r d e G o lfo T r e s M o n te s ( G o lfo d e P e n a s , A is é n ; C h ile ). E lla s e c a r a c te r iz a p o r e l c o n to r n o tr ia n g u la r d e l te r c io d o r s a l d e la c o n c h a y p o r s u s u m b o s p r o m in e n te s c o n á p ic e s e n c o rv a d o s . D e a c u e r d o c o n a n te c e d e n te s p re v io s y los m a c r o fó s ile s d e la f a u n a a s o c ia d a , s e p r o p o n e te n ta tiv a m e n te p a r a e lla , y la s s e d im e n tita s p o r ta d o r a s , u n a e d a d m io c e n a s u p e rio r . S e in clu y e adem á.s, u n a lista p r e lim in a r d e lo s m a c r o in v e r te b r a d o s fó sile s a s o c ia d o s a la n u e v a e s p e c ie , c n c a d a u n o d e lo s p u n to s m u e s tr e a d o s .

ABSTRACT A n e w s p e c ie s o f G ly c y m e rid id a e (M o llu s c a , B iv alv ia), d y c y in c r is (C lycym eris) taitaoensis sp . nov., is h e r e in d e s c rib e d . T h e s a m p le s w e re c o lle c te d in se v e ra l p la c e s o f N e w m a n F jo r d a n d C r o s s ie t Is la n d w ith in G o lf o T r e s M o n ie s ( G o lfo d e Pena.s, A isé n ; C h ile ) . It is c h a r a c te r iz e d by th e tr ia n g u la r o u tlin e o f th e d o r s a l th ird o f th e v alv es a n d p r o m in e n t u m b o n e s w ith c u rv e d o p is lh o g y ro u s b e a k s . O n th e b a s is o f p re v io u s w o rk s a n d th e a s s o c ia te d m a c ro fo s sils , a L a te M io c e n e ag e is te n ta tiv e ly p r o p o s e d fo r th e n ew ta x o n a n d th e b e a r in g ro c k s. A p r e lim in a r list o f ih e a s s o c ia te d fo.ssils m o llu sk s fo r e a c h o n e o f th e lo c a lité s w h e r e th e m a te r ia l for th is stu d y w as c o lle c te d , is a ls o a d d e d .

IN T R O D U C C IO N D urante los m eses de octubre de 198.3 y septiem bre de 1984, los autores participaron en dos expediciones con fines de prospección paleontológica y recolección de m uestras fósiles en varias localidades de la costa entre Puerto M ontt y el Golfo de Penas (Fig. I). E.stos cruceros .se realizaron en el m arco de un proyecto, a cargo del Dr. William J. Zinsm eister de la U niversidad de Purdue, Indiana (USA), con el apoyo logístico indis|-)ensable, en e.sta área, del barco oceanográfico R /V H ero, de la National Science Foundation (USA). Los objetivos se cum plieron am pliam ente a través de la obtención de relevante información de terren o y con la form ación de valiosas colecciones de invertebrados í'ósiles. e.specialmente por su procedencia, la c]ue en la mayoría de los casos correspondía a lugares


122

B O L in iN D H L M U S r.O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A TURAL

no reconocidos an terio rm en te, por lo m enos con fines paleontológicos. I Es el in terés de estos autores, continuar el estudio y la publicación de los resultados de este crucero, particularm ente en lo que se refiere al análisis taxonóm ico de los principales moluscos fósiles, así com o de su fauna asociada, para cada una de las localidades visitadas. Los prim eros anteced en tes paleontológicos publicados respecto a las islas Stokes e Ipún, en el archipiélago de Los C honos, y las islasC rosslety H ereford, en el interior del golfo de Penas, fueron dados a conocer tiem po atrás por Covacevich y F rassinetti (1986). Esta contribución viene a com plem entar la revisión crítica de las especies del género Glycynieris Da C osta, 1778, conocidas ha.sta este m om ento para el T erciario m arino de Chüe y cuya p arte principal ya ha sido publicada (F rassinetti y Covacevich, 1984).

F ig u ra L U bicación d e las localidades fosilíferas con Glycymeiis (Glycynierís) toitaocnsis sp. nov. en la costa occid en tal d e F io rd o N ew m an y en Isla C rossici, en el in terio r de G olfo T re s M o n te s (A isén, C hile A ustral). 1: 140984.4 (m aterial tipo); 2: 091083.3; 3: 140984.1; 4: 140984.2; 5: 140984.5; 6 : 060984 3 ' 7' 070984 1- 8' 090984.2.


D. F R A S S IN IT IT I y V. C O V A C E V I C H / xNucva c s p c c ic d e G ly c y m c h d id a c (M o llu sc o . U ivalvia)

]23

PA L E O N T O L O G IA D ESCRIPTIV A FamUia G lycym erididae Newton, 1922 Género Glycymeris Da Costa, 1778. Especie tipo: ^ rc « orhicularìs Da Costa, 1778 { -A r c a glycymeris Linneo, 1758). Subgénero Glycymeris. Glycymeris (Glycymeris) taitaoensis sp.nov. Figs. 2-25. Localidad tipo: C osta oeste de F iordo Newman; Golfo Tres M ontes, Península de T aitao (46236’S - 75206’0 ) . Recolectores: V ladim ir Covacevich y D aniel Frassinetti; octubre de 198.S y septiem bre de 1984. Repositorio: M aterial tipo y com plem entario se encuentran depositados en el L aboratorio de Paleontología de Invertebrados del M useo Nacional de H istoria N atural de Santiago de Chile. Edad: M ioceno Superior. Derivación del nom bre: El nom bre específico corresponde a una latinización de Taitao, península en la que se encuentran los puntos de recolección de los m ateriales en estudio. Diagnosis: C oncha de tam año m ediano y contorno triangular en el tercio dorsal de la concha, con um bos prom inentes y ápices encorvados posteriorm ente; borde inferior de la plataform a charnelar con un quiebre, a veces leve, en el sector posterior. .Material tipo: SG O .PI. 4835: holotipo (las dos valvas de un ejem plar). SGO.PI. 4836 al 4848; paratipos. M uestra de terreno N° 140984.4; costa oeste de Fiordo Newman (14 ejem plares en excelente estado de conservación). Material com plem entario: SGO.PI. 4151, 4152; 4163 al 4168; 4170. M uestra de terreno N'^ 091083.3; costa oeste de Fiordo Newman ( 17 ejem plares en diverso estado de conservación). -SGO.PI. 4169. M uestra de terren o N° 071183.2; costa oeste de Fiordo Newman (aproxim adam ente 25 ejem plares en regular estado de conservación; desgastados). -SGO .PI. 4849. M uestra de terreno N“ 140984.1; costa oeste de Fiordo Newman (4 valvas en buen estado de conservación). -SGO .PI. 4850. M uestra de terren o N‘- 140984.2; costa oeste de Fiordo Newman (cerca de 60 ejem plares en regular estado de conservación; desgastados). -SGO.PI. 4851. M uestra de terren o N® 140984.5; costa oeste de Fiordo Newman (14 valvas en muy buen estado de conservación). -SGO .PI. 4852. M uestra de terren o N^’ 060984.3; Isla Crossiet (5 ejem plares en buen estado de conservación). -SGO .PI. 4853. M uestra de terren o N° 070984.1; Isla Crossiet (2 ejem plares en regular estado de con.servación). -SGO .PI. 4854. M uestra de terren o N^' 090984.2; Isla Crossiet ( 1 valva mal con.servada). Descripción: La concha alcanza un tam año m ediano, siendo la mayoría de las veces más ancha Huealta, inequilateral o suavem ente equilateral en algunos casos; los um honesson prom inentesy tienen ápices opistógiros y encorvados hacia el área. Los ejem plares juveniles presentan


124

iio i, i; r iN

d i : i . m u s i -:o n a c i o n a i . d h h is t o r ia

un contorno suhcircular, acentuándose con el crecim iento el carácter rectilíneo de los bordes dorsales an terio r y posterior, para configurar un aspecto triangular de la concha en su tercio superior. Superficie exterior de las valvas recorrida por líneas de crecim iento irregulares y bajas. B orde inferior de la plataform a ch arnelar arcjueado, con un quiebre pronunciado detrás del umbo, a veces sólo levem ente insinuado. Serie d entaria arqueada en los juveniles y, subsecuentem ente, truncada por el borde inferior del área ligam entaria; el sector anterior es más largo y con 1 a 3 dientes más que el posterior. Los dientes centrales son m ás pequeños, rectos u oblicuos; los laterales son de m ayor tam año y a veces, curvados en su p a rte media en dirección al ápice. Los dientes dism inuyen p au latin am ente su tam año hacia los extremos. Sus p ared es laterales pueden p resen tar estrías verticales finas e irregulares. Plataform a del ligam ento cubierta por surcos e hilos bien definidos, divergentes desde el ápice. En los ejem plares juveniles esta área es de reducida dim ensión, observíándose que en su desarrollo tem p rano se presenta bajo el um bo un surco oblicuo y fuerte, en correspon­ dencia con tres surcos en la p arte a n terio r (ejem plar N° 4825). C om o consecuencia de esto, el ápice se ubica bastan te desplazado hacia el lado posterior, respecto al eje central del área ligam entaria. Im presiones m usculares de los aductores subiguales; la an te rio r m ás g ran d e y alargada; la posterior redondeada, con el engrosam iento lateral típico del género y ubicada un poco p or encim a de la anterior. Línea paleal entera; m argen interno de las valvas fuertemente crenulado; en los ejem plares de m enor tam año estas crenulaciones alcanzan a veces hasta muy cerca, o m ás arriba, de los extrem os inferiores de la serie den taria; a m ayor tamaño, las crenulaciones se observan cada vez más por debajo de ellas. D im ensiones: En la Tabla 1 se entregan las dim ensiones co rrespondientes a los ejemplares que constituyen la serie tipo, las cuales son consistentes con aquellas del m aterial comple­ m entario. l abia I. D im ensiones (en m m ) de Glycymeñs (Glycymerís) taitaoensis sp. nov. M uestra de te rren o 140984.4; F iordo Newman. S erie tipo: holotipo, SG O .PI. 4835 (las dos valvas de un ejem plar); paratipos, SG O .PI. 4836-4848. E: espesor de una valva; VD: valva derecha; VI: valva izquierda; *: valor aproxim ado. SG O .PI. 4835 4835 4836 4837 4838 4839 4840 4841 4842 4843 4844 4845 4846 4847 4848

Alto 46,0 46,0 12,0 13,2* 20,6 31,8 42,0* 26,4 17,4 17,2 36,5 9,0 12,4 13,7 16,5

Ancho . -

13,2 12,8 23,3 32,8* 40,0 27,7 18,1 18,3 -

9,5 13,6 14,7 17,0*

E 13,3 13,6 4,7 4,9 7.5 10,0 13,4 8,1 6,1 6,2 12,6 3,3 4,6 -

6,2

Ancho Alto . -

1,10 0,96 1,13 1,03 0,95 1,04 1,04 1,06 -

1,05 1,09 1,07 1,03

Alto E spesor 3,45 3,38 2,55 2,69 2,74 3,18 3,13 3,25 2,85 2,77 2,89 2,72 2,69 -

2,66

VD

VI

X X X X X X X X X X X X X X X


0 . FR.-VSS1NETTI y V. COVACEVICH / Nuc\a cspccic dc GKcN'mcrididac (Molluscn, lïK-aKia)

12 5

O bsenaciones: Glycymeris (Glycymeris) taitaoensis sp. nov. se caracteriza principalm ente por su contorno dorsal triangular, realzado por sus um bones prom inentes y ápices encorv'ados. y por el quiebre en ángulo, bien definido, que se presenta en el sector posterior del borde inferior de la plataform a charnelar. Tam bién es im portante en la caracterización de esta especie el ángulo que form an los bordes dorsales an terio r y posterior, teniendo como vértice elumbo, el que es más estrecho que en otras especies chilenas. El tam año m ayor corresponde aun ejem plar de Isla C rosslet que mide 48,5 de alto y 49,0 mm de ancho (SG O .Pl. 4852); los especím enes de esta isla presentan, debido a que alcanzan su crecim iento máximo, una mayor convexidad y espesor de las valvas en com paración con aquellos de la costa occidental de Fiordo Newman. El espesor de una valva corresponde, en prom edio, aproxim adam ente a la tercera p arte del alto de la concha. Esta nueva form a se diferencia de Glycymeris (Glycymeris) cokliaguensis (H upé) y de G. (G.) ovata (B roderip), fundam entalm ente por la forma general triangular de la concha, en vez de subcircular, y tam bién, por p resen tar um bones más prom inentes y un mayor encorvamiento de los ápices. Glycymeris (Glycymeris) taverai Frassinetti y Covacevich, otra especie miocena para Glycymeris s. str, se separa claram ente por su concha sensiblem ente más gruesa y de aspecto globoso, unido a un gran desarrollo de la región um bonal y a un escaso encorvam iento de los ápices, que ocupan una posición subcentral a levem ente opistógira. Las restan tes especies de G lycym erididae reconocidas para el Terciario de Chile, fueron asignadas, p o r Frassinetti y Covacevich (1984), al subgénero Glycymerita Finlay y Marwick. 1937; eUas son Glycymeris (Glycymerita) ihari (Philippi, 1887) y G. (G.) ibarifonnis Frassinetti y Covacevich, 1984.

L O C A L ID A D E S FO SIL IFE R A S Y ED A D Los m ateriales que se describen proponiendo una nueva especie, como asim ism o su fauna asociada, provienen de localidades situadas al interior de Golfo T res M ontes ( Península de Taitao; Región de A isén del G eneral Carlos Ibáñez del Cam po, Chile), en la costa oeste de Fiordo New m an y algunos puntos de Isla Crosslet. En la figura I se señalan, con su núm ero de terreno, los puntos donde fueron recolectadas las m uestras consideradas en este estudio. Las sedim entitas m arinas que afloran en la m ayor parte de las islas Crosslet y H ereford, islotes circundantes y la costa sur de Península de Taitao, que los enfrenta por el norte, fueron individualizadas po r Forsythe e ta i ( 1985, p. 7, fig. 3), como Secuencia del G rupo Chaicayán, con una edad m iocena superior. En la costa oeste de Fiordo Newman, las m uestras con Glycymeris (Glycymeris) taitaoensis sp. nov. provienen de lim olitas y areniscas de grano fino a medio (localidades 1, 2, 3, 5) y de un conglom erado calcáreo muy litificado (localidad 4). Las m uestras de Isla Crosslet (localidades 6, 7, 8) fueron obtenidas en areniscas de grano fino, que se extienden también a Isla H ereford e Islote Hales, constituyendo una misma unidad litològica y faunistica, p ara la cual Covacevich y Frassinetti (1986, p. 58), propusieron una edad miocena media a superior. R ecientem ente Stott y W ebb (1989), dieron a conocer y dataron por medio de foraminíferos com o la p arte inicial del M ioceno tardío, la secuencia sedim entaria con cerca de 500 m de espe.sor, expuesta en Fiordo San Pablo, em babiam iento contiguo al extrem o occidental de F iordo Newman. Los au to res revi.saron la m acrofauna recolectada en Fiordo San Pablo, en los años 1983 y 1984, y la com pararon con la fauna a.sociada a G. (G.) taitaoensis sp. nov. en Fiordo Newman, comprobando que en am bas áreas .se m antienen en común las form as más frecuentes y


126

iK )i,i-:nN d i;i. m u s i ; o n a c i o n a l d i ; h i s t o r i a n a i u h a l

significativas de gastrópodos, tales como, Proscaphella spp., Semicassis (Echiiioplioria) sp. (sp nov?), Troplion sp. (sp. nov?), Fusinus sp., Oliva sp. 1 (gr. O. peruviana) y sobre todo, Turritetla sp. (gr. T. am biilacnim ); en tre los bivalvos podem os m encionar a Chione chiloensis. Sin em bargo, en Seno San Pablo no se registró la presencia de G. (G.) taitaoensis sp. nov., a la vez que en las m uestras de Fiordo Newman no se encontraron algunos niveles con Liniopsis sp., muy distintivos de la prim era localidad. A p esar de estas circunstancias, derivadas de posibles cam bios laterales de facies y por consiguiente, de las asociaciones faunísticas involucradas o de haberse om itido en el m uestreo o estar cubiertos determ in ad o s niveles en am bas áreas, p u ede estim arse, en base a lo expuesto, que sus edades son sensiblemente sim ilares. Por ello, los afloram ientos expuestos en la plataform a de abrasión marina y acantilados inm ediatos en la costa occidental de F iordo Newm an, son atribuidos al mioceno superior de un m odo m ás am plio que lo sugerido por Stott y W ebb (1989). En este análisis no se consideran los m acrofósiles de la p arte inferior de la secuencia, que queda expuesta en la puntilla a la que confluyen Seno San Pablo y la costa occidental de Fiordo Newman. El estudio más detallado de las diversas asociaciones faunísticas y su distribución bioestratigráfica p resen tes en Seno San Pablo, en la costa oeste de F iordo N ew m an y en el interior de G olfo T res M ontes, constituye un trabajo aún en curso por p a rte de los autores.

Figuras 2 - 25

Glycymerís (Glycymeris) taitaoensis sp. nov. Costa occidental de F iordo Newm an, interio r de Golfo T res M ontes, A isén, Chile A ustral (Figura 1 texto). V istas externas e internas de valvas de m aterial tipo. Blanqueadas con cloruro de am onio. Figuras 2,3,5,6

E je m p lar N“ 4835 (h o lo tip o ). V alvas

4,7

E je m p lar N “ 4840 (p ara tip o ). Valva

8,9

E je m p lar N “ 4839 (p ara tip o ). V alva

10,11

E je m p lar N ° 4838 (p ara tip o ). Valva

12

E je m p lar N ° 4844 (p ara tip o ). Valva

13,14

E je m p lar N “ 4837 (p ara tip o ). Valva

15,16

E jem p lar N° 4846 (p ara tip o ). Valva

17,23

E jem p lar N“ 48.36 (p ara tip o ). Valva

18

E jem p lar N “ 4847 (p ara tip o ). Valva

19,20,24,25

E je m p lar N“ 4845 (p ara tip o ). Valva

21,22

E je m p lar N “ 4841 (p ara tip o ). Valva



12 8

l ì O l . I T I N ü l i l , M U S E O N A C IO N A I, D E H IS T O R IA NATURAI.

Tabla 2. Principal fauna asociada a Glycymeris (Glycymeris) taitaoensis sp. nov. en Fiordo N ew m an e Isla C rosslet (G olfo T res M ontes, A isén). 1: m uestra N “ 140984.4; 2: m uestra N‘ 091083,3; 3: m uestra 140984.1; 4: m uestra N® 140984.2; 5: m uestra N° 140984.5; 6: muestra N2 060984.3; 7; m uestra N« 070984.1; 8: m uestra 090984.2. FA U N A B IV A LV IA “C ardita” sp. Chiane chiloensis (Phil.) Chlaniys sp. Dosinia sp. Eurhom alea? sp. Gari? sp. Glycymerìs (Glycymeris} taitaoensis sp. nov. L im a sp. L ucinom a sp. N ucula sp. N uculana sp. (gr. N. elegans (H upé) Ostrea sp. Perìploma sp. Raeta cf. martini (Phil.) Tellina sp. G ASTROPODA Cancellaria crossletensis Cov. y Frass. Distorsio sp. (gr. D. thersites (Phil.) Fusinus? sp. “F usus” macsporrani Phil. “Fusus" turbinelloides (Sow.) Littorina sp. Nassarius sp. Neverita (Grossaulax) cf. pachystom a (H u p é) Oliva sp. 1 (gr. O. peruviana Lam.) Oliva sp. 2 (gr. O. rapelensis T avera) Opalia sp. Proscaphella sp. 1 (gr. P. triplicata (Sow.) Proscaphella sp. 2 Proscaphella sp. Scaphander sp. Semicassis (Echinophoria) sp. (sp. nov.?) Siphonalia sp. Trochita sp. Trophon sp. Turritella sp. (gr. T. am bulacrum Sow.)

x

x

x

x

OTROS D entalium sp. 1 D entalium sp. 2

x


p. FRASSINETTI y V. CO VACEVICH / Nueva especie de Glycymerididae (Mollusca, Bivalvia)

129

FA U N A A SO C IA D A En la Tabla 2, se p resenta el conjunto de fósiles más notorio, por su m ejor conservación, su mayor tam año o núm ero, que se asocian a Glycymeris (Glycymeris) taitaoensis sp. nov. en los diferentes p untos m uestreados en la costa oeste de Fiordo Newman e Isla Crossiet. La mayor p arte de ellos han sido identificados sólo a nivel genérico o señalando su m ás cercana relación con alguna especie ya conocida.

A G R A D E C IM IE N T O S L o s a u t o r e s e x p r e s a n s u a g r a d e c im ie n to al M u s e o N a c io n a l d e H is to r ia N a tu r a l y a l S e rv icio Nacional d e G e o lo g ía y M in e r ía , in s titu c io n e s b a jo la s c u a le s fu e p o s ib le lle v a r a c a b o e s ta c o n trib u c ió n . Al D r. W illia m J . Z in s m e is te r , a c tu a lm e n te e n la U n iv e r s id a d d e P u r d u e ( U S A ) , n u e s tr o r e c o n o c im ie n to por la in v ita c ió n h e c h a a lo s a u to r e s p a r a p a r tic ip a r c o m o c o la b o r a d o r e s e n lo s d o s c r u c e r o s r e a liz a d o s por el R / V H e r o d u r a n t e 1983 y 1984, d e n tr o d e su p r o y e c to d e la N a tio n a l S c ie n c e F o u n d a tio n G r a n t D P P 8 2 -1 3 9 8 5 A 0 1 . A l P ro f. R e n a t o R e y e s B. se a g r a d é c e l a le c tu r a c rític a d c l m a n u s c rito y la s s u g e re n c ia s aportadas. L a s f o to g ra f ía s d e lo s m a te r ia le s tip o f u e ro n c o n f e c c io n a d a s p o r el S r. O s c a r L e ó n V . d e l Museo N a c io n a l d e H is to r ia N a tu r a l.

REFERENCLA.S B IB L IO G R A F IC A S

COVACEVICH, V. y D. F R A S S IN E T T I 1986

El g én ero Cancellaiia en el M ioceno de Chile, con descripción de cuatro especies nuevas (G astropoda: C ancellariidae). R evista G eológica de Chile, 28-29, p. 33-67, 12 figs., 3 tablas, 2 láms.

FORSYTHE, R. D „ O L SSO N , R. K., JO H N S O N , C. y E. P. N E L S O N 1985

S tratig rap h ic and m icropaleontologic observations from the G olfo de P enas -T a ita o Basin, so uthern Chile. R evista G eológica d e Chile, 25-26, p. 3-12.

FRASSINETTI, D. y V. C O V A C E V IC H 1984

E stu d io del g én ero Glycymeris D a C osta, 1778 en el T erciario de Chile, con descripción de dos nuevas especies (M ollusca: Bivalvia). Boletín del M useo N acional de H istoria N atu ral Chile, 40, p. 107-133, 55 figs.

STOTT, L. D. y P. N. W EBB 1989

T h e Neogloboqtiadrina continuosa last ap pearcnce datum level in th e South Pacific. M icropaleontology, 35 (1), p. 63-71.

Contribución recibida: 19.06.91; aceptada: 16.07.91.



Bol. Mus. Nac. Hist. Nat. Chile, 42: 131-168 (1991)

PALEOM EGAFLORA DE LA FORM ACION NAVIDAD, M IEM BRO NAVIDAD (M IO CEN O ), EN EL AREA DE MATANZAS, CH ILE CENTRAL OCCIDENTAL* A L E JA N D R O T R O N C O S O A. D epto. Ciencias Biológicas, Universidad de Talca, casilla 747, Talca.

RESUM EN En el presente artículo se da cuenta del estudio sistemático de improntas foliares procedentes de dos niveles fosilíferos del miembro Navidad de la formación homónima, en la localidad de Matanzas (VI Región, Chile). Esta formación ha sido asignada al M ioceno Inferior alto hasta el M ioceno Superior inicial. Sesenta y tres órgano-especies son determinadas y descritas. Se discute el carácter de cada conjunto fósil y se interpreta su significado, postulándose que se trata de floras mixtas y que representan un cambio florístico caracterizado por una reducción de la diversidad de especies de Nothofagus. Se compara esta información con los antecedentes aportados por las asociaciones de foraminíferos planctónicos.

ABSTRACT Systematical account o f fossil leaves from two fossiliferous beds belonging to the Navidad Member (Navidad Formation), in the neighbouring of Matanzas town (VI Region, Chile), is given in this paper. The aforementioned formation has been assigned to terminal Early Miocene-initial Late Miocene. Sixty-three organ-species have been identified and described. The characteriza­ tion of each fossil assemblage is discussed and its significance is interpreted as repre­ senting mixed palaeofloras and a fioristical change consisting in the reduction in Nothofagus's species diversity. This information is compared against the data provided by planktonic foraminiferal associations.

IN T R O D U C C IO N La presencia de im prontas foliares en los sedim entos m arinos de la form ación Navidad en la localidad de M atanzas (33°57’30”S - 7 P 5 2 ’15”0 ) ha sido citada principalm ente por paleontólogos (T avera 1979, Covacevich y Frassinetti com. pers.) y en trabajos de Geología Regional (E tch art 1973, C ecioni 1978). Sin em bargo, hasta a fecha ningún artículo sobre el <»njunto de esta flora fósil ha sido publicado. La descripción de una nueva especie de NothofagLís, colectada en estos sedim entos, por p arte de Tanai (1986), constituye la única información disponible acerca de estas hojas fósiles. El p resen te trabajo es, por tanto, el prim ero que estudia el elenco paleoflorístico allí ' Proyecto F'O N D E C Y T 89-030 y Proyecto 89-01 Red latin o am erican a de Hotánica.


132 ______________________________________________________ B O L E H N

D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R A I

p re se n te y es, adem ás, el prim ero que se realiza en paleobotànica del M ioceno de Ciiile central y sur. A través de un proyecto de investigación financiado p o r Fondecyty la R ed Latinoam eri­ cana de Botánica, nos hem os p ro p u esto el estudio de los yacim ientos plantíferos del Neógeno de C hile cen tral con el fin de form ular un m odelo fenom enològico, y eventualm ente causa!, de la evolución de las com unidades con Nothofagus en esta región a p a rtir del E oceno medio, A ctualm ente, en el sector más boreal de su distribución en Chile (aproxim adam ente 33°10’S a 34^35’S) las especies del género Nothofagus, p or la cordillera de la costa y cordones transversales, sólo se en cu en tran en form a de islas en las cum bres de algunos cerros (La C am pana, E l Roble, C hicaum a, C antillana). No obstante, el registro fósil sugiere una mayor im portancia en el pasado, lo que Ueva a suponer cam bios im portantes en la com posición de la flora regional d u ran te los últim os 50 m illones de años. E s esta m odificación y sus posibles causas las q u e q u erem o s d ocum entar m ediante este proyecto. P o r otro lado, sim ultáneam ente, esperam os contribuir a pesquisar an teced en tes acerca del origen y evolución de la actual flora de C hile cen tral y del p equeño sur. E s en este contexto que se insertan estos p rim eros resultados y que a tañ en a la flora fósil del á re a de M atanzas, en la costa n o rte de la Sexta Región de Chile.

M A T E R IA L E S, M E T O D O S Y A N T E C E D E N T E S Las im prontas foliares que constituyen el objeto del p resen te artículo provienen de tres yacim ientos, todos ellos ubicados en el acantilado costero de los alred ed o res del pueblo de M atanzas, Sexta R egión de Chile. Ellos son, de n o rte a sur: a) Sector Los G oterones: U bicado a alred ed o r de 700 m al n o rte de M atanzas, por la playa. La roca p o rta d o ra es una arenisca grisácea. b) M atanzas: A aproxim adam ente 200 m al sur del a n terio r e in m ed iatam en te al norte del poblado; con características sim ilares al anterior. c) Boca Pupuya: A cerca de 2 km al sur del poblado de M atanzas, po r la playa, y alrededor de 200 m al n o rte de Boca Pupuya. C o rresp o n d e al perfil 37 de T avera (1979) y la roca p o rtad o ra es una arenisca alterad a de color café am arillento. Los tres yacim ientos se ubican en el m iem bro N avidad de la form ación hom ónim a de T avera (l.c.), de edad m iocena inferior, según este mism o autor. C ecioni (1978) asigna a estos estratos una edad m iocena superio r a pliocena m edia. E tch art (1973) propone, a su vez, una edad to rto n ian a p ara ellos. Tsuchi et al. (1990), sobre la base del haUazgo d e Globorotalia juanai, asignan los estrato s po rtad o res, en la F orm ación N avidad, a latBase de la zona 16 de F oram iníferos, de edad torto n ian a. M artínez-P ardo (1990) p ro p o n e un modelo biocronoestratigráfico en q u e sitúa la Form ación N avidad en lo que él denom ina “Neogene South E ast Pacific Sequence I (N seps I ) ”, asignando éste al lapso com prendido entre e! B urdigaliano S uperior y el T o rto n ian o basal, es decir desde el M ioceno In ferio r term inal al M ioceno S u p erio r inicial (e n tre 19 y 10 m illones de años atrás, en la escala de tiem po de Berggren et a i) ; acepta, adem ás la subdivisión de T avera de la form ación en un miembro inferior (m iem bro N avidad) y otro sup erio r (m iem bro L icancheo-R apel). E n te rre n o se determ inó, m ediante el uso de una capa guía, que los yacim ientos de Los G o te ro n e s y de M atanzas co rresponden a las m ism as capas. E l yacim iento al n o rte de Boca Pupuya corresponde, de acuerdo a T avera (1979), a un nivel situado m ás alto estratigráficam en te y es, p o r tanto, p o sterio r en el tiem po. El m aterial es, en general, fragm entario, debido p ro bablem em te al am biente de depositación litoral; esto últim o avalado p o r la coexistencia de hojas con invertebrados m arinos en las m ism as m uestras.


A. TRONCOSO / Paleomegaflora de Mata:\zas, Formación Navidad

133

Las m uestras fueron lim piadas utilizando un grabador de m etales y m anualm ente. Estas quedan depositadas en la colección paleobotánica del M useo Nacional de H istoria N atural de Santiago de Chile (SG O Pb). Al citar, en este trabajo, el m aterial estudiado se indica el número que le co rresponde en esta colección, la letra que, eventualm ente, sigue a este núm ero permite distinguir una im pronta de otra dentro de la misma m uestra. La determ inación sistem ática de los ejem plares se llevó a cabo por com paración con hojas de especies actuales, tanto chilenas como exóticas; de especial utilidad resultan, en este caso, los trabajos de R om ero y Dibbern ( 1982), Rom ero ( 1980), R om ero y Carrasco-A guirre (1982) y C arrasco-A guirre y R om ero (1982). Tam bién se utilizó, obviam ente, la literatura paleobotánica pertin en te, la que es indicada en cada caso particular. Respecto de la delimitación de especies, hem os preferido describir como órgano-especies distintas aquellas que exhiben diferencias morfológicas, a pesar de estar conscientes de la gran variabilidad de las hojas que aparecen en especies biológicas actuales; esto es particularm ente notable en el caso de las M yrtaceae, es por ello que muy probablem ente el núm ero de especies fósiles no represente fielm ente el núm ero de especies biológicas que les dio origen; en tanto no se reconozca conexión orgánica en tre distintas formas, pensam os que deben ser tratadas separadamente. En la presentación de los resultados, las familias de M agnoliophyta son ordenadas conforme el sistem a de C ronquist (1981); las familias de las otras divisiones se presentan en orden alfabético, sim ilar criterio se ha adoptado para la ordenación de los géneros dentro de cada familia. La nom enclatura utilizada para describir la arquitectura foliar corresponde a aquella propuesta p o r H ickey (1974). RESU LTA D O S D el estudio de 170 ejem plares, procedentes de los tres yacim ientos señalados, se ha determinado la presencia de 63 órgano-especies diferentes; de ellas 10 de Pterophyta, 1 Shenophyta, 4 Pinophyta y 48 M agnoliophyta, 2 de estas últimas pertenecientes a las clase Liliopsida y 46 a la clase M agnoliopsida. D e las M agnoliopsida, las familias m ejor rep resen ­ tadas son las M yrtaceae, con 16 especies, y Fagaceae y Lauraceae, con 6 y 5 especies respectivamente. La lista de especies determ inadas y el yacim iento en que se colectó se indica en tabla 1. Allí tam bién se señala el porcentaje de hojas enteras de cada yacimiento. TABLA 1. P resencia de órgano-especies en la paleom egaflora de M atanzas. Organo-especies SPHENOPSIDA E quisetaceae Equisetiim sp. PTEROPHYTA A.spidiaceae cfr. Ctenitis sp. A spleniaceae A splénium sp. 1 A splénium sp. 2 Asplénium sp. 3

Boca Pupuya_______________G oterones

+

+

+

+ +

+ + +


1 3 4 ______________________________________________ BOLETIN DEL MUSEO NACIONAL D E HISTORIA NATURAL

O rgano-especies B lechnaceae Blechnum sp. L ophosoriaceae cfr. Lophosoría sp. A finidad desconocida Filicites sp. 1 Filicites sp. 2 Filicites sp. 3 Filicites sp. 4

Boca Pupuya

1

Or

+ +

+ ,

+ + +

PIN O P H Y T A A rau cariaceae Araucaria sp. P odocarpaceae Podocarpus sp. 1 Podo carp US sp. 2 Saxegothopsis sp. M A G N O L IO P H Y T A M agnoliopsida M onim iaceae Doryphora sp. L auraceae Laurophyllum sp. 1 Laurophyllum sp. 2 Ocotea sp. Persea sp. Phoebe sp. B erberidaceae Berberís sp. 1 Berberis sp. 2 Berberís sp. 3 L ardizabalaceae Boquila sp. Fagaceae Nothofagus gonzalezii Nothofagus sp. 1 Nothofagus sp. 2 Nothofagus sp. 3 Nothofagus sp. 4 Nothofagus sp. 5 C unoniaceae Caldcluvia sp. W einm annia sp. C unoniaceae C aesalpiniaceae Senna sp. T hym elaeaceae Ovidia sp.

G o te ro n e s

a

+ + + -1-

+ + + -1+ + -1+ + +

Li + + + + +

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+ + +

-1-

D

+

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4-

la


AL

A. TRONCOSO / Paleomegaflora

dc Matanzas.

135

Formación Navidad

Organo-especies

Boca Pupuya

M yrtaceae (L eptosperm oideae) Agonis sp. Callistemon sp. (M yrtoideae) A m om yrtus sp. Aulom yrcia sp. 1 Aulom yrcia sp. 2 Aulom yrcia sp. 3 Aulom yrcia sp. 4 Aulom yrcia sp. 5 Aulom yrcia sp. 6 Aulom yrcia sp. 7 Aulom yrcia sp. 8 Myrceugenia sp. 1 Myrceugenia sp. 2 Myrceugenia sp. 3 Myrceugenia sp. 4 Myrcia sp. M elastom ataceae M elastomophyllum sp. M alpighiaceae ? M alpighiaceae L oganiaceae Desfontainia sp. G esneriaceae Mitraría sp. A finidad desconocida PhyHites sp. 1 PhyHites sp. 2 Phyllites sp. 3 Phyllites sp. 4 Phyllites sp. 5 Liliopsida D ioscoreaceae Dioscorea sp. 1 Dios corea sp. 2 % de hojas en teras (sólo M agnoliopsida) Total especies

-1+ + + +

G oterones

+ +

-1+ + + + -1-

-1+ -1-1-1-1-1+ + + -1+ + + + +

-1+ 85,71% 37

50,00% 36

63

D E SC R IPC IO N E S SISTEM ATICAS DIVISION SPFIENOPHYTA Familia E qiiisetaceae {‘^ u u e tu m sp. (Lám . 1, fig. !)• . , , ,, Descripción- H em os agrupado en esta forma tres ejem plares de tallos que presentan las características carenas y valéculas así como nudos articulados, pero que ditieren en su


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diám etro. E stos m iden en un caso 9-10 mm, en otro 14 mm y en el tercero m ás d e 22 mm; la distancia e n tre cada caren a y su vecina inm ediata es de alred ed o r de 1 mm. M aterial estudiado; Boca Pupuya; SG O Pb 1003 (a)-1076-1077 (a). Discusión; P or lo fragm entario del m aterial no consideram os p e rtin e n te nominar específicam ente estas form as. D IV ISIO N P T E R O P m T A F am ilia A spidiaceae cfr. C tenitb sp. (Lám . 1, fig. 2). D escripción; F ragm ento de pinna con pínnulas ovado-lanceoladas a ovado-angostas, de hasta 9 mm de largo p o r hasta 3 mm de ancho máximo. Pínnulas lobuladas en el borde y d e cu rren tes en la base, de m odo que se unen a am bas pínnulas vecinas y el raquis aparece alado. C ada pínnula está provista de una vena m edia de recorrido sinuoso y que se bifurca en el ápice. D e la vena m edia nacen lateralm en te venas más finas que se introducen a cada lóbulo, donde se bifurcan varias veces. M aterial estudiado; G oterones; SG O Pb 1044 (a). Boca Pupuya; SG O Pb 1098 (c). Discusión; A p esar que no se observan claram ente soros, es posible distinguir estructuras esféricas lam inares y asociadas a las venas de ord en m ayor, las que pueden ser interpretadas com o tales. D e este m odo, se asem eja a Ctenitis spectabilis (K aulf) Kunkel. cfr. A splenium sp. 1 (Lám . 1, fig. 3). D escripción; Pinna (¿pínnula?) de form a oblonga, de 30 mm de largo p o r 9 m m de ancho, levem ente falcada. Base levem ente ensanchada, m argen irregularm ente crenado, ápice red o n d ead o o acum inado. N ervadura pinnada. N ervio m edio acanalado, levem ente curvado, de grosor moderado. N ervios laterales finos, originándose en ángulo agudo, bifurcados a 1/4 de su recorrido, otros en la m itad del recorrido y otros, finalm ente, a los 3 /4 de su recorrido. M aterial estudiado; G oterones; SG O Pb 1019 (h)-1030-1063-1139 (a)-1143 (b) cfr-(a)1145. Boca Pupuya; SG O Pb 1096 (i)-1027 (a)*. D iscusión; Se trata de una pinna aislada, pero que m uestra bien su m orfología. Entre los ejem plares actuales revisados, exhibe notable sem ejanza con especies actuales del género A splenium {A. obliquum Forster,^4. alatum H.B.K. y algunas pinnas de^4. obtusatum Forster.) cfr. A splenium sp. 2 (Lám . 1, fig. 10). D escripción; F ragm ento de pinna p o rtad o ra de tres p ares de pínnulas subopuestas, insertas p o r toda la base al raquis y uniéndose a las vecinas en relación de continuidad, de m odo que el raquis p arece alado. Pínnulas asim étricas, de 11 mm de largo po r 2 m m d e ancho. El borde basiscópico entero, el acroscópico lobulado; lóbulos de ápice red ondeado, a veces bífido. D el raquis de la pinna surge lateralm en te un nervio principal que en tra a la pínnula corriendo cerca del bord e basiscópico y se bifurca, enviando cada vez una vena a cada lóbulo, alcanzando el ápice de éste (cuando el ápice del lóbulo es bífido esta vena se divide y entra una ram a a cada bifurcación). M aterial estudiado; G oterones; SG O Pb 1009-1061 (a). Boca Pupuya; SG O Pb 1003 (c) - 1095 (c). Discusión; A p esar de no observarse soros, com param os esta form a al géneroAspleniuin {'vgr.A. dareoides Desv.) p o r las pínnulas asim étricas y la venación. L os ejem p lares S G O Pb 1143 (b) y 1139 (a) difieren del resto p o r su ápice m ás acum inado.

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Asplenium sp. 3 (Lám. 1, fig. 4). D escripción: F ragm ento apical de pinna con 5 pínnulas alternas. Pínnulas elípticas, simples, con excepción de la más basal que es dividida, de 5-14 mm (x= 9,5 mm. n= 6) de largo por 2-5 m m (x= 3,75 mm. n = 6) de ancho, siendo la mayor la apical y las m enores las resultantes de la división. M argen muy finam ente serrulado, ápice agudo, base aguda a decurrente. Pínnulas unidas al raquis p o r un corto peciólulo de cerca de 2 mm de largo, la apical por la continuación del raquis. V enación pinnada. V ena prim aria derecha. V enas secundarias alrededor de 10 pares, originadas en ángulo agudo, algunas bifurcadas en el origen o cerca de él, algunas curvadas exmedialm ente. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1021 (a). Discusión: A p esar de carecer de soros, com param os esta form a al géne-ro Asplenium por una com binación de caracteres, en tre los que se incluye la nervadura, el tam año relativo de la pinna apical y la división e inserción de las pinnas. El actual ^4. auritum SW. presenta la pinna m ás basal partida y, en algunos ejem plares, la pinna apical es del mismo tam año o m ayor que el resto. Familia B lechnaceae cfr. Blechnum sp. (Lám . 1, fig. 5). D escripción: Fragm ento de fronde en el cual se observan 5 pinnas de form a ovada, casi triangular, algo asim étrica, de 6 mm de largo por 6mm de ancho. Base ancha, unida a la de las pinnas vecinas; la pinna se inserta por toda la base. Borde entero, ápice redondeado. U na vena m edia penetra a la pinna y la recorre longitudinalm ente, de ella nacen lateralm ente, en ángulo agudo angosto, finas venas que van al margen. No se observa soros. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1028. Discusión: E sta form a se asem eja notablem ente a las frondas estériles de Blechnum leyboldtianum (R.A. Phil.) C. Christ., B. blechnoides (Bory) Keyserling o B. m ochaenum Kunkel. Familia Lophosoriaceae ?Lophosoria sp. (Lám . 1, fig. 6 y 7). D escripción: Fragm ento de pinna con tres pares de pínnulas subopuestas, insertas al raquis po r toda la base, decurrentes, y uniéndose en form a continua con las vecinas. Pínnulas de hasta 15 mm de largo por 4 mm de ancho, levem ente asim étricas, la m itad basiscópica más angosta, lobulado-pinnatífidas. Lóbulos ovados, de ápice cortam ente acum inado, romo, y m argen entero, el m argen acroscópico más corto que el basiscópico. La pínnula está recorrida longitudinalm ente por una vena media, de ésta surgen lateralm ente, en ángulo agudo angosto, venas más finas que entran y recorren, en posición central, cada lóbulo. D e esta vena m edia del lóbulo nacen, a su vez, lateralm ente, 2-3 pares de venas m ás finas, opuestas o subopuestas y en ángulo agudo angosto, que llegan al margen. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1047. Boca Pupuya: SGO Pb 1013 (b). Discusión: A p esar que no se observa soros (aunque algunas im presiones en la base de cada lóbulo p ueden ser in terp retad as como tales) y que diversos géneros tienen esta forma de pínnula, la asignam os tentativam ente al género Lophosoria por su parecido a L. quadripinnata (G M E L .) C. Christ. Afinidad desconocida Filiciíe.'! sp. 1 (Lám . 1, fig. 8). D escripción: Pinna (¿pínnula?) de form a Imear, de mas de 20 mm de largo por 2 mm de ancho. B orde entero, algo retuso. Una vena m edia la recorre longitudinalm ente; de ella


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nacen lateralm en te, en ángulo agudo m oderado, venas secundarias finas que se bifurcan cerca de su origen o a m itad de su recorrido. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1036 - 1044 (b) - 1109. Discusión: E sta form a y venación pued e asem ejarse a especies de diversos géneros, Blechnum, Dryopteris s.l., Pteris, etc. Filicites sp. 2. (Lám . 1, fig. 9). D escripción: F ragm ento de fronde p o rtan d o 3 pares de pinnas oblongas, algo ensan­ chadas y unidas en la base, de borde en tero y ápice agudo, de 5-6 mm de largo p o r 2 mm de ancho. La venación es pinnada, con num erosas venas secundarias que nacen en ángulo agudo angosto a m oderado, éstas con un recorrido suave y uniform em ente curvado exmedialm ente, algunas se bifurcan cerca de su origen. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1025 (a). Filicites sp. 3 (Lám . 1, fig. 16). D escripción: F ragm ento de fronde p o rtad o r de 3 pares de pinnas alternas. Pinnas de form a oblonga, de 6,5-7 mm de largo por 3-3,5 mm de ancho, unidas en el tercio basal. Margen entero, ápice redondeado. V enación pinnada, con 4-5 pares de venas secundarias, opuestas en la base, subopuestas a alternas hacia el ápice, de recorrido suave y uniform em ente curvado adm edialm ente; este efecto es más distinguible en los pares apicales que en los basales; estas secundarias nacen en ángulos de 4 5 -y a veces se bifurcan en el tercio su perior de su recorrido o m ás cerca del m argen. Soros dispuestos sobre las venas secundarias y de form a circular. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1013 (a). Discusión: P or la posición y form a de los soros y pinnas, esta form a podría corresponder al género Dryopteris. Filicites sp. 4 (Lám . 1, fig. 11). D escripción: F ragm ento de raquis con 4 pinnas de form a ovada, de 4,5-6,5 mm de largo p or 2,5-3 mm de ancho m áximo (la base). B ases claram ente separadas e n tre sí, m argen entero, ápice obtuso. V enación pinnada, con 5 p ares subopuestos de venas secundarias. E stas últimas se originan en ángulo de 45°, excepto el par basal cuyo ángulo es de ± 60^’, y algunas se bifurcan en m itad de su recorrido, en tanto las basales lo hacen cerca de su origen. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1013 (d). D IVISION PINOPHYTA F am ilia A raucariaceae Araucaria sp. (Lám . 1, fig. 12). D escripción: H oja de form a ovada angosta, de ± 25 mm de largo p o r 12 m m de ancho m áximo, suavem ente cóncava, en particular en la m itad basal y en el ápice, con una quilla longitudinal hacia ápice y base. A pice agudo, cóncavo; base no conservada; m argen entero; textura coriácea. V enación no visible. M acroscópicam ente la superficie de la lám ina se ve recorrida longitudinalm ente por líneas finas, densam en te dispuestas y paralelas. Al m ayor aum ento de lupa se observa hileras p aralelas de estom as dispuestos en form a muy densa, alred ed o r de 5 hileras p o r milímetro en la p a rte m edia de la lám ina. E n tre las hileras de estom as se aprecian, en trechos, vénulas capilares longitudinales que se unen en tre sí p o r vénulas cortas capilares transversales que se originan en ángulo recto, raro agudo. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1008-1147 (cfr). Boca Pupuya: 1099 (b). D iscusión: E sta especie, por la form a, es sim ilar a Araucaria araucana (M ol.) Koch, especie actual del sur de Chile; el ápice de esta últim a es m ucronado, c arác ter q u e no es observable en el fósil. La hoja de la especie actual es aquillada en la cara abaxial, siendo la


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quilla m ás notable y gruesa hacia el ápice y hacia la base; en la contra im presión del fósil se observa m ás nítida esta quilla, pero lam entablem ente el ápice no se ha conservado. El ejem plar 113 es más pequeño y m enos aovado (12 mm por 7 mm). En las ram as de A. araucana aparecen hojas basales mucho m enores que el resto. Familia Podocarpaceae Podocarpus sp. 1 (Lám . 1, fig. 13). D escripción: H oja de form a oblonga, ± 50 mm de largo por 6 mm de ancho máximo, falcada. A pice no conservado; base levem ente asim étrica, un lado cuneado, el otro decurrente; m argen entero; textura coriácea. Hoja ap aren tem ente sésil y algo retorcida en la parte más basal. Sólo se observa un nervio medio, de ± 0,8 mm de ancho, plano, no prom inente. Este es de recorrido derecho y sólo sufre una curvatura que sigue la curvatura de la lámina. Sobre la lám ina se observa hileras longitudinales de estom as dispuestos en form a muy densa, constituyendo bandas estom áticas. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1010 (b) - 1049-1141 (b, cfr) - 1134 (a). Discusión: E sta form a fósil exhibe sim ilitudes con las actuales Podocarpus saligna D. Don, de Chile, P. elatus R. Br., de A ustralia, P. sellowi Klotzsch. ex Endl., de Brasil, y P. parlatorei Pilg. del norte argentino, especies cuyas hojas difieren entre sí notablem ente en el ápice, p a rte que no está conservada en nuestros ejem plares fósiles. cfr. Podocarpus sp. 2 (Lám . 1, fig. 14). D escripción: Ramilla fragm entaria de 18 mm de largo, con hojas. H ojas sésiles, de 34 mm de largo p o r 0,8-1 mm de ancho, oblongas, falcadas. Apice agudo. Bandas estom áticas visibles, aunque poco aparentes. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1029. Discusión: Se trata de un fragm ento pequeño y mal conservado. G uarda sem ejanza con P. inopinatus Florin, pero no se observa el dimorfism o foliar. Saxegothopsis sp. (Lám . 1, fig. 15). D escripción: H oja de form a oblonga angosta, falcada, 7-8 mm de largo por 1,5-2 mm de ancho máximo. A pice agudo, engrosado; base asim étrica, cuneada, algo retorcida; margen entero, levem ente engrosado; textura coriácea. Sólo se observa una vena m edia fuerte, suavem ente curvada hacia la base o el ápice, siguiendo la curvatura de la hoja, poco notable en la cara adaxial, muy prom inente en la abaxial. En algunos sectores se observan bandas de estomas. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1017 (d) - 1036 (b). Discusión: Las hojas de Saxegothaea conspicua Lindl. son muy parecidas a las de Pnimnopytis andina (Poepp. ex Endl.) D e Laub, am bas actuales del sur de Chile, difieren sin embargo en que el último presenta una relación largo: ancho que se acerca a 10:1 (5. conspicua, 4:1 a 7:1) y un ápice más redondeado. H em os preferido usar el nom bre Saxegothopsis de D usen, para no provocar mayores confusiones. Las hojas de Saxegothaea conspicua son, en general, de m ayor talla que los ejem plares fósiles. DIVISION MAGNOLIOPHYTA Clase M agnoliopsida Familia M onim iaceac aff. Doryphora sp. (Lám . 1, fig. 23). D escripción: Hoja asim étrica, elíptica, curvada, una hem ilám ina más ancha que la otra, 44 mm de largo por 22 mm de ancho máximo. Apice obtuso, base cuneada, m argen a p a ­ rentem ente e n te ro (no e.stá bien conservado).


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V enación pinnada cam ptódrom a broquidódrom a. V ena prim aria de grosor moderado, el cual dism inuye ostensiblem ente de base a ápice, y de recorrido curvado. V enas secundarias, 7 pares alternos hacia la base y subopuestos hacia el ápice, originándose en ángulo agudo m oderado en el centro, m ás obtuso hacia ápice y base. V enas secundarias delgadas, de recorrido curvado u niform em ente en su porción proximal, ab ru p tam en te en la porción distal, Las secundarias form an ojales, uniéndose a la superadyacente en ángulo recto, los ojales son de form a poligonal por sucesivos quiebres angulosos en su recorrido. V enas terciarias originadas en ángulo agudo o recto, p ercurrentes, opuestas, oblicuas a la vena m edia. Venas cu atern arias gruesas, al azar, areolas irregulares. V énulas ram ificadas. V enación última m arginal ojalada, los ojales poligonales. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1055 (e) - 1099 (a) (im pronta y contraim­ pronta). Discusión: C om param os esta form a a la actual Doryphom aromatica (F.M . Bail.) L.S, SM., de A ustralia, por la nervadura y la form a. El m argen de esta últim a presen ta dientes glandulosos que en el fósil no se observan, ya que en éste no se conserva bien esta región. En la especie actual las secundarias son subopuestas en el centro de la lám ina. En ambas form as es muy notable la angulosidad de los ojales. F am ilia Laiiraceae Laurophyllum sp. 1 (Lám . 1, fig. 22). D escripción: F ragm ento basal de hoja de form a a p a ren te m en te obovada o elíptica, Largo inferido 40-45 mm, ancho máximo 19 mm. A pice no conservado, base largam ente aguda cuneada, m argen entero. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria de grosor m oderado y recorrido recto, no ram ificada. V enas secundarias notables, subopuestas hacia la base, alternas hacia el medio; originándose en ángulo agudo m oderado, más obtuso hacia la base, m ás agudo hacia el ápice, de recorrido uniform em ente curvado y uniéndose a la superadyacente p o r una serie de arcos cam ptódrom os. V enas in tersecundarias simples, bifurcadas en su extrem o exm edial. Venas terciarias originándose en ángulo recto, oblicuas al nervio m edio, dism inuyendo el ángulo exm edialm ente, p ercurrentes, de recorrido derecho, sim ples o bifurcadas. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O P bl0 4 2 (b) - 1083 (im pronta y contraim pronta). Discusión: El tipo general de nervadura es el de una L auraceae, recuerda a la áe Persea lingue (R. et Pav.) Ness ex Kopp., p ero en ésta las venas secundarias nacen en ángulos más agudos y se curvan sólo hacia el extrem o. Con este ángulo de divergencia de las secundarias y el tipo de nervadura hem os observado especies de varios géneros: Phoebe (vgr. Ph. cinnam om ifolia (H BK ) N ees), Ocotea (vgr. O. portoricensis M EZ, O. glandulosa Lasser), Nectandra (vgr. N. kaburiensis K osterm ), Persea (vgr. P. P. fem iginea HBK). cfr. Laurophyllum sp. 2 (Lám . 1, fig. 19). D escripción: Sólo poseem os un ejem plar, del cual se observa la hem Uám ina basal que incluye los tres prim eros ner\'ios secundarios. La base es cuneada y el m argen entero. Li hoja es ancha, de al m enos 35 mm de ancho m áximo en el sector conservado, este anchova dism inuyendo gradu alm en te hacia la base, pero a 13 mm del extrem o basal el m argen sufre un súbito cam bio de dirección, haciéndose más paralelo al nervio m edio, p ara term inar en form a cuneada. La nervadura es pinnada. El p rim er y segundo nervio secundario se originan en ángulo agudo ancho; son rectos, p ero al acercarse al m argen se hacen curvados, uniéndose a la secundaria superad y acen te por una serie de arcos cam ptódrom os. El tercer nervio secundario nace en ángulo m ás agudo que los anterio res. E n tre el prim er nervio secundario y la base mism a aparecen 3 (4) venas m enores que hacen lo mismo, es decir unirse a la superadyacente m ed ian te una serie de arcos cam ptódrom os. V enas terciarias originadas en ángulo recto


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respecto de las secundarias y oblicuas con ángulo dism inuyendo exm edialm ente respecto de la vena m edia; éstas son percurrentes, algo sinuosas, opuestas. Las venas cuaternarias surgen en ángulo recto de las terciarias, se bifurcan y form an un retículo laxo. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1011 (c) - 1050 (o). Im pronta y contraim ­ pronta. Discusión: Beilschmiedia enm a ta (M eissn) Kosterm., especie actual de Colombia y Venezuela, p resenta hojas cuya base es sim ilar a la forma aquí descrita. La venación, sin embargo, es del tipo de las Persea. cfr. Ocotea sp. (Lám . 1, fig. 20). Descripción: H oja ap aren tem en te obovada, de ± 43 mm de largo por 20 mm de ancho. Apice no conservado, base obtusa, m argen entero; a ± 12 mm de la base la hoja presenta un súbito ensancharniento, lo que dá una form a del tipo pandurado. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria de grosor m oderado, derecha, no ramificada. V enas secundarias delgadas, originándose en ángulo agudo m oderado, sin variaciones, u niform em ente curvadas,uniéndose a la superadyacente en ángulo agudo, separadas p o r 3-5 mm, m ás de 10 pares. V enación de orden mayor no visible. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1043 (a) - 1053 (a). Discusión: C om param os esta especie a la actual Ocotea karsteniana M EZ, tanto por la nervadura com o por la form a y, particularm ente, la singular base. Persea sp. (Lám . 1, fig. 21). D escripción: H oja de lám ina sim étrica, elíptica, de 70 mm de largo por 24 mm de ancho máximo. A pice y base no conservados, esta última aparentem ente cuneada. M argen entero, textura cartacea o subcoriacea, no se observan glándulas. Pecíolo no conservado. V enación pinnada cam ptódrom a eucam ptódrom a. Vena prim aria de grosor m oderado, recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias, alrededor de 11 pares, subopuestas hacia la base, alternas o subopuestas hacia el m edio y ápice, divergiendo én ángulo agudo m oderado, de grosor m oderado y recorrido curvado uniform em ente, uniéndose a la su­ peradyacente m ed ian te venas terciarias, en cuyo origen la secundaria form a una escotadura. Pocas intersecundarias, n otoriam ente m enos gruesas que las secundarias, simples, naciendo en ángulos variables, desde agudo m oderado a casi recto, las cuales se disuelven antes de llegar a la m itad de la hem ilám ina. V enas terciarias originándose en ángulo recto-recto, con modelo p e rc u rre n te simple, retroflexo o derecho; oblicuas, dism inuyendo exm edialm ente, en forma leve, respecto del nervio medio, opuestas. V enas cuaternarias y quinquenarias finas, ortogonales. O rden de venación más alto 5. Venación última marginal ojalada (el margen no está bien conservado). V énulas ram ificadas dos veces. A reolas bien desarrolladas, dispues­ tas al azar, cuadrangulares, m edianas. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1050 (a). cfr. Phoehe sp. (Lám . 1, figs. 17 y 18). D escripción: H oja ovada, de ± 24 mm de largo por 13 mm de ancho máximo. Apice no conservado, base obtusa, m argen entero. V enación pinnada, con 4-5 pares de venas secundarias, cam ptódrom a. El prim er par de secundarias se une a la superadyacente m ediante una serie de pequeños arcos camptódrom os, los otros lo hacen directam ente, form ando ojales desarrollados. Vena media de grosor m oderado, recorrido recto y no ram ificada. V enas secundarias delgadas, originándose las m ás basales en ángulo agudo angosto y las superiores en ángulo agudo ancho. Los dos pares más basales uniform em ente curvados (siendo más uniform e el prim ero), los superiores de recorrido recto hasta la unión con la infraadyacente; las secundarias que form an ojales .se unen a las superadyacentes en ángulo levem ente obtu.so. Intersecundarias simples.


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V enas terciarias originándose en ángulo recto, a veces agudo, constituyendo un retículo azaroso. E n la nervadura es notable la distancia e n tre el 2 y 3 par de secundarias, distancia que es m ucho m ayor que en tre las otras, aunque en general la distancia e n tre dos secundarias vecinas es irregular. M aterial estudiado: Boca Pupuya; SG O Pb 1022 (a). Discusión: C om param os esta form a con la actual Ph. m ontana G riseb. Fam ilia B erberidaceae Berberís sp. 1 (Lám .3, fig. 18). D escripción: Ht:)ja de form a obovada oblanceolada; largo 32 mm, ancho 11 mm. Apice agudo; base no conservada, ap a re n te m en te aguda a cuneada. M argen serrado, serratura recta-recta, senos redondeados, dientes espaciados regularm ente y de seriación simple; no hem os podido observar, debido a la precaria conservación del borde, si los dientes terminan en espina apical. T extura coriacea. No se observan glándulas. V enación pinnada, cam ptódrom a broquidódrom a. V ena prim aria m oderada, de recorri­ do derecho no ram ificado. V enas secundarias originándose en ángulo agudo ancho, casi uniform es, delgadas, de recorrido derecho no ram ificado. Ram ificaciones que form an ojales uniéndose a secundarias superadyacentes en ángulo recto. V enas intersecundarias ram ificándose exm edialm ente en form a de Y, algunas, sin em bargo, lo hacen admedialmente, V enas de orden m ayor no visibles. V enación últim a m arginal incom pleta. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1041 (a). D iscusión: La form a fósil es sim ilar, en la arquitectura de la venación y m argen, a ßeröera serrato-dentata Lechl., del cen tro su r y sur de C hile y A rgentina. Las hojas típicas de esta última especie son elípticas, sin em bargo las hojas m enores son obovadas. Berberís sp. 2 (Lám .3, fig. 17). D escripción: H oja elíptica ancha, de 6-7,5 mm de largo y 4-4,5 m m de ancho. Apice obtuso (¿m ucronado?), base asim étrica, aguda ancha, m argen entero. T extura coriacea. Pecíolo no conservado. V enación pinnada cam ptódrom a broquidódrom a. V ena primaria m oderada, de recorrido derecho no ram ificado, curvado sólo en la m ism a base. Venas secundarias naciendo en ángulo agudo m oderado, las superiores en ángulo m ás obtuso, 6 pares; la distancia e n tre una secundaria y la superad y acente dism inuye de base a ápice. El segundo p a r de secundarias es el m ás fu erte y se constituye en intram arginal, el prim er par hace un arco corrien d o casi paralela a la intram arginal y desap arece un poco m ás arriba de la m itad de la lám ina, venas rectas van uniendo a las venas del p rim e r y segundo p ar a lo largo de su recorrido. Las otras secundarias son delgadas, levem ente sinuosas. Sólo se observa una intersecundaria, la que se ram ifica adm edialm ente, partien d o de la intram arginal, una de sus ram as se une a la secundaria su peradyacente y la otra a la vena m edia. V enación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1019 (e) - 1045 (a) (co n traim p ro n ta). Discusión: L as hojas más peq u eñ as y sin espinas en el borde de Berberís biLxifoUa LAM., del sur de C hile y A rgentina, son muy sim ilares a esta form a, difieren p o rq u e en la especie actual el b o rd e es reforzado y el segundo p ar basal sufre escotaduras al p asar fren te a algunas secundarias. cfr. Berberís sp. 3 (Lám . 3, fig. 15). O bservación: D isponem os sólo de un fragm ento que incluye la p a rte basal de la hoja. E ste fragm ento exhibe el p rim er par de venas secundarias. A p esar de ello, la venación del g én ero es m uy característica, lo que nos m ueve a asignar este fragm ento al género. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1014.


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Familia Lardizabalaceae Boquila sp. (Lám . 1, fig. 25). D escripción: Folíolo de form a general elíptica, de 23 mm de largo por 11 mm de ancho máximo. B orde entero, describiendo am plias sinuosidades que confieren al folíolo aspecto sublobulado. Base asim étrica, un lado agudo, el otro obtuso. Apice obtuso. N ervadura pinnada broquidódrom a. V ena m edia de grosor m oderado y recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias, 6 pares alternos, originándose en ángulo agudo m oderado, las superiores m ás obtusas, de grosor m oderado y recorrido derecho o uniform e­ m ente curvado, al unirse con el arco cam ptódrom o de la superadyacente se curva ab rup­ tam ente; se unen a la superadyacente en ángulo recto, ya cerca del ápice en ángulo obtuso; al unirse a la superadyacente la secundaria envía una ram a exmedial que form a otros ojales m enores externam ente. V enas terciarias originándose en ángulo recto desde el nervio medio, al igual que de las secundarias, sinuosas. V enación de orden mayor no visible. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1043 (b). Discusión: N uestro ejem plar coincide muy bien con la actual Boquila trifoliata (D C ) DCNE., del sur de Chile, de la cual difiere por la base. Familia Fagaceae Nothofagus gonzalezü T anai (Lám. 2, fig. 3). D escripción: T anai (1986: 527-528; lám. 13, figs. 5, 9, 14, 16. Figura de texto 8 k). M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1007 (a) - 1048 (a) - 1064 (a) (cfr) - 1070 (c) - 1107 - 1108 - 1122 (a) (cfr) - 1138. Discusión: N uestros ejem plares coinciden bien con la descripción de T anai (I.e.); los dientes son simples. El holotipo de la especie proviene de estas capas. Nothofagus sp. 1 (Lám . 2, fig. 2). D escripción: H oja de form a elíptica, de 32 mm de largo por 13 mm de ancho. Apice agudo, base cuneada. M argen serrado doble, dientes agudos, convexo-rectos, senos agudos, a m enudo un d iente principal con uno pequeño subsidiario hacia el lado basal. Q uinto basal del borde, entero. Textura cartacea. V enación pinnada craspedódrom a simple, notablem ente más gruesa hacia la base que hacia el ápice. V ena prim aria m oderada, derecha, curvada levem ente sólo hacia la base. Venas secundarías originándose en ángulo agudo m oderado, alternas a subopuestas, 6 pares, ramificadas; la ram a principal entra hasta el ápice del diente principal, la ram ificación basiscópica se curva y en tra al diente subsidiario. V enas terciarias nacen en ángulo recto hacia ambos lados de la secundaria. V enación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1010 (a). Discusión: E ste ejem plar es muy parecido a Nothofagus magelhaenica (E ngelhardt) Dusen, d é la que difiere notablem ente por p resen tar un m enor núm ero de venas secundarias. Nothofagus sp. 2 (Lám . 2, fig. 4). D escripción: Hoja elíptica ancha, subrom boidal, 17 mm de largo por 11 mm de ancho (relación 1,54: 1), algo asim étrica. A pice obtuso; base levem ente obtusa; m argen suave y regularm ente cren ad o simple, senos agudos; textura cartacea. Pecíolo norm al, de 2 mm de largo, curvado. V enación pinnada craspedódrom a simple. V ena prim aria de tam año m oderado, de recorrido derech o no ram ificado. V enas secundarias en núm ero de 7 pares, subopuestas, naciendo en ángulo agudo de alred ed o r de 45°, ángulo casi uniform e, de recorrido derecho no ram ificado, muy paralelas en tre sí y llegando al ápice del diente, una vena por diente; gro.sor m oderado. V enación de orden mayor no visible. Una vena fimbrial recorre el borde.


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B O L E l l N D E L M U S E O N A C IO N A L D E IIIS T O IU A N A T U R A L

E n tre dos venas secundarias consecutivas existe un pliegue recto que va desde la vena m edia al borde, llegando al seno en tre dos dientes, de m odo que pliegues y venas secundarias son paralelas e n tre sí y se alternan. C om o consecuencia de lo a n terio r la hoja aparece ondulada en vista lateral. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1018 (a). Discusión: La hoja p resenta un parecido a N. gonzalezii en el borde, p ero difiere en tam año, form a y núm ero de nervios secundarios. D e N. gunnii (H ook. f) O erst. se diferencia por la base y la form a en que la vena secundaria p en etra a la crena. Nothofagus sp. 3 (Lám . 2, fig. 15). Descripción: H oja ovada, de 14-18 mm de largo (inferido) por 10-15 mm de ancho máximo. A pice no conserv'ado, ap a re n te m en te obtuso. B asesubcordada, asim étrica. Margen serrado, dientes convexo-convexo y senos agudos. T extura coriacea. G lándulas laminares. V enación pinnada, craspedódrom a simple. V ena prim aria de tam año m oderado, sinu­ osa. V enas secundarias en núm ero de 4-5 pares; el p ar más basal sub o p u esto y algo sigmoideo, con 2 o m ás ram ificaciones basiscópicas cada una (carecem os del m argen a ese nivel), los otros pares alternos; recorrido suavem ente curvado, term inando en el ápice del diente en posición central. V enas terciarias originándose en ángulo recto hacia am bos lados de la secundaria. A reolas cuadrangulares. V énulas atravesando las areolas y ram ificándose hacia am bos lados una o dos veces. En la base se observa una vena fimbrial. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1018 (b). M atanzas: SG O Pb 1033-1065-1118. Discusión: E ste ejem plar recuerda a las especies siem pre verdes chilenas, particu­ larm e n te a N. nítida (Phil.) K rasser tal cual ha sido figurada por R om ero (1980; lám . 2, fig. 4); aún cuando las form as foliares m ás típicas de esta especie son m ás alargadas. cfr. N othofagus sp. 4 (Lám . 2, fig. 6). D escripción: H ojas de form a ovada, ± 35 mm de largo y 18 mm de ancho. V enación pinnada. N ervio m edio m oderado, de recorrido derecho. V enas secundarias 11-12 pares. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1016 (a). Discusión: E jem plar m al conservado, que carece de base, b o rde y ápice. Sin embargo, es destacable la gran cantidad de venas secundarias. N othofagus sp. 5 (Lám . 2, fig. 11). O bservación: Se trata de fragm entos de hojas de un tam año inferido de alre d ed o r de 45-50 mm de largo p o r 25-30 mm de ancho, con alred ed o r de 10 p ares de nervios secundarios. N o se conserva borde, base ni ápice. A p esar de lo fragm entario del m aterial, es p erfectam en te ubicable en el genero por la nervadura y es distinguible de las o tras especies aq u í descritas. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1012 (b) - 1050 (n) - 1088 (a) - 1089. F am ilia C unoniaceae Caldcluvia sp. (Lám . 2, fig. 10). D escripción: F ragm entos de hoja alargada, de ± 20 mm de ancho. B ase leve o noto­ riam e n te asim étrica, cuneada. B orde serrado, dientes convexo-rectos, senos angulares, el lado acroscópico del d ien te n o to riam en te m ás corto que el basiscópico. N ervadura pinnada craspedódrom a. V ena m edia de grosor m oderado, recta, no ram ificada. V enas secundarias delgadas respecto de la m edia, altern as o subopuestas, originándose en ángulo agudo m oderado. La vena secundaria sigue un recorrido derecho, p ero a la altu ra del seno, a unos 4 mm de él, se bifurca, la ram a basiscópica en tra al diente


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inm ediatam ente subyacente al seno, la acroscópica se curva y va a unirse, en ángulo agudo, a la ram a basiscópica de la secundaria superadyacente, esta unión tiene lugar ya dentro del diente inm ed iatam en te superior al seno. M aterial estudiado; Boca Pupuya: SG O Pb 1055 (d) - 1079 (a). Discusión: Sólo disponem os de fragm entos en los que, particularm ente su nervadura, sigue el m odelo típico de las C unoniaceae, en especial de Caldcluvia. D ifiere de la actual C. paniculata (Cav.) D. Don, del sur de Chile, por la distancia al seno a la que se produce la bifurcación y p orque en la especie fósil la ram ificación entra al diente cerca del eje de éste, en cam bio en la especie actual lo hace muy cerca del lado acroscópico. Weinmannia sp. 1 (Lám . 3, fig. 16). D escripción: Folíolo sésil de form a obovada muy ancha, de 10 mm de largo por 9 mm de ancho. A pice no conservado, base decurrente. M argen lobado, con tres lóbulos a cada lado y uno apical; lóbulos subtriangulares, el lateral m ediano es el mayor; de los lóbulos laterales el más basal y el m ediano son convexo-convexos, el más apical convexo-recto; el lóbulo apical es convexo-convexo; lóbulos sencillos y regularm ente espaciados; senos agudos angostos. Textura a p a ren tem en te cartacea. No se observa glándulas. V enación pinnada craspedódrom a. V ena principal de tam año m oderado y recorrido derecho no ram ificado. T res pares de venas secundarias subopuestas, el par superior a una distancia m ayor de su vecina que el resto; venas originándose en ángulo agudo m oderado, venas superiores en ángulo agudo más angosto, prim ero y segundo par distantes ± 5 mm, segundo y te rc e r p ar separadas por ± 3 mm. E stas venas secundarias hacen un recorrido derecho hasta el borde. Llegando al seno, allí se bifurcan en una ram a larga que entra al lóbulo superior más inm ediato, siguiendo casi paralela al borde basal del lóbulo, y otra ram a corta que entra al lóbulo inferior m ás inm ediato, siguiendo un recorrido paralelo al borde apical del lóbulo; la ram a que corre paralela al borde apical del lóbulo se une en el ápice del lóbulo con la ram a de la otra vena que corre paralela al borde basal del mismo lóbulo. E n tre la primera vena secundaria y la base nace una intersecundaria a cada lado del nervio medio, la cual llega al ápice del lóbulo m ás basal p o r su lado basal. E n tre el prim er y segundo par de venas secundarias, más cerca del prim ero que del segundo, nace un par de intersecundarias que se dirige en form a derecha al seno ubicado en tre el segundo y tercer lóbulo lateral, allí se une al segundo p ar de secundarias, de tal m odo que esta intersecundaria no es paralela a las secundarias. Intersecundarias simples. V enas terciarias originándose en ángulo recto a ambos lados de las secundarias, p ercurrentes simples, sinuosas, opuestas. U ltim o orden de venación distinguible terciario. Venación última m arginal ojalada. A reolas im perfectas, distribuidas al azar, de form a cuadrangular a pentagonal, de tam año variable, de 0,3-1 mm. M aterial estudiado: G oterones: SGO Pb 1019 (g). Discusión: La venación coincide, prácticam ente en form a exacta, con aquella de los folíolos de W einmannia triclwspenna Cav., especie actual que crece en Chile desde el sur del río M aule hasta la región de U ltim a Esperanza. Los folíolos de la especie actual son, sin embargo, m ás alargados; no obstante, algunos folíolos se presentan ovados (vgr. SGO 07844 0), com o los de nuestro m aterial, situación que es más frecuente en el par basal de cada hoja. Cunoniaceae (Lám . 2, tig. 9). Descripción: Moja (folíolo) oblonga angosta; ± 27-35 mm de largo por 9-11 mm de ancho máximo. A pice no conservado, base cuneada, asim étrica. M argen serrado, dientes regu­ larmente espaciados, simples, convexo-rectos a recto-rectos, senos angulares agudos. Peciólulo de 1 mm de largo. •, , , Venación pinnada sem icraspedódrom a. V ena prim aria tuerte, de recorrido derecho no ramificado. V enas secundarias m ás de 12 pares (uno por diente), opuestas, divergiendo en


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n O L I iT I N D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N ATUR A ],

ángulo agudo ancho, ángulo casi uniform e, delgadas, de recorrido derecho en dirección al diente, p ero al llegar a las inm ediaciones de éste se curva ab ru p ta m en te hacia el ápice y, junto al seno, se bifurca en una ram a basal que entra al d ien te por su m itad apical y una ram a apical que se une a la secundaria superadyacente. V enas intersecundarias sólo e n tre algunas secundarias, equidistan tes de las dos secundarias vecinas o m ás próxim as a la secundaria más apical; estas intersecu n d arias se unen finalm ente a las secundarias ju n to al seno. Venación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1019 (a). Boca Pupuya: SG O Pb 1012 (f). F am ilia C aesalpiniaceae cfr. Scnna sp. (Lám . 2, fig. 1). D escripción: Folíolo (¿hoja?) algo asim étrico, doblado hacia la cara adaxial a lo largo del nervio m edio, p o r lo que en la cara abaxial se observa aquillado, elíptico, de 20 mm de largo por 7 mm de ancho. Base no conservada, m argen entero, ápice agudo. V enación pinnada, cam ptódrom a. V ena prim aria de tam año m od erad o y recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias alred ed o r de 5 pares, alternas, au n q u e de espaciam iento irregular, divergiendo del nerv'io m edio en ángulo agudo m oderado a agudo ancho, variando irregularm ente, especialm ente e n tre una hem ilám ina y otra; de grosor moderado; recorrido curvado ab ru p tam en te o uniform em ente, m ás pronunciado hacia su extremo, uniéndose a la secundaria superadyacente en ángulo recto. V enas in tersecundarias simples, bifurcadas o no en el extrem o. V enación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1043 (c). D iscusión: El ejem plar en cuestión exhibe gran sem ejanza con algunos folíolos de la actual Senna stipiilacea (A itón) lr\v. et Barneby, de Chile. F am ilia Thym elaeaceae Ovidia sp. (Lám . 2, fig. 16). D escripción: H oja sim étrica, de form a obovada oblanceolada a obovada angosta, de2445 mm de largo p o r 8-14 mm de ancho. A pice red ondeado, base decu rren te, m argen entero. T extura m em b ran acea a cartacea. Sin glándulas ap arentes. Subsésil. V enación pin n ad a craspedódrom a, hacia el ápice algunas venas secundarias son cam ptódrom as. V ena p rim aria de tam año m oderado, dism inuyendo n o to riam e n te de grosor hacia el ápice, de recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias naciendo en ángulo agudo angosto hacia la base, en ángulo agudo m oderado en la m itad apical, delgadas hacia la base y de grosor m oderado hacia la mitad y el ápice, de reco rrid o derecho, bifurcándose una o m ás veces, algunas de estas ramificaciones la unen con la subadyacente o vuelven a unirse a la m isma secundaria, esta unión ocurre en ángulo recto. Intersecu n d arias capilares, simples, sinuosas, uniéndose a las secundarias. V enas terciarias p rincipalm ente exm ediales, naciendo en ángulo agudo y uniéndose a intersecundarias, secundarias u o tras terciarias. V enas de orden m ayor no visibles. La unión de venas de d iferen te ord en o de las ram ificaciones de las secundarias origina ojales. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1005 (a) (cfr) - 1012 (c) - 1035 (b) - 1051 (a). Discusión: T an to en la form a com o en la venación, este m aterial es notablem ente sem ejan te a Ovidia pillopillo (G ay) M eissn., especie actual del sur de Chile. F am ilia M yrtaceae S ubram ilia L eptosperm oideae aff. A gonis sp. (Lám . 2, fig. 8). D escripción: H oja elíptica angosta, 8-11 mm de largo p o r 2-3 mm de ancho, relación


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largo; ancho = 3,5 ó 4 : 1. A pice agudo; base cuneada y torcida; m argen entero, reforzado; textura coriácea. G lándulas lam inares. V enación pinnada cam ptódrom a broquidódrom a. Vena prim aria fuerte, de recorrido derecho. V enas secundarias 7 pares, opuestas o subopuestas; el prim er par notablem ente más grueso que el resto, subopuesto, originándose inm ediatam ente sobre la base en ángulo agudo angosto y dirigiéndose al ápice en form a paralela al m argen, form ando una especie de vena intram arginal a la cual van a unirse las otras secundarias; en el punto de contacto con las secundarias form an un leve escote. Las otras secundarias divergiendo de la vena m edia en ángulo agudo m oderado hacia la base, haciéndose casi recto hacia el ápice, delgadas, de recorrido derecho; espaciam iento dism inuyendo hacia el ápice en form a progresiva. Venas intersecundarias ram ificadas. V enas de orden mayor no visibles. M aterial estudiado: G oterones; SGO Pb 1006. Boca Pupuya: SG O Pb 1078 (a) - 1100 (a). Discusión; H em os com parado esta form a con Agonis marginaía Schau in Lehm., de Australia, a la cual se acerca mucho, difiriendo en el núm ero y grosor de las venas secundarias. Tepualia stipularis (H. et A.) G riseb. p resenta dos pares de secundarias que describen el arco paralelo al borde, lo m ism o que las especies de Fabricia. aff. Callistemon sp. (Lám . 2, fig. 13). D escripción: H oja de forma oblonga angosta, ± 50 mm de largo por 9-10 mm de ancho máximo, el ancho dism inuye abrup tam en te hacia el ápice y gradualm ente hacia la base, lo que le da un aspecto obovado, pero los bordes son paralelos, al m enos en cierto trecho. Apice no conservado, a p a ren tem en te agudo. Base no conservada, posiblem ente aguda. M argen ' entero. T extura, al parecer, cartacea. G lándulas poco aparentes, lam inares. Pecíolo no conservado. V enación pinnada cam ptódrom a, venas secundarias unidas por una vena intram arginal. Vena prim aria fuerte, de recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias num erosas, naciendo en ángulo agudo angosto, las inferiores con ángulos de divergencia más agudo que las m edianas y superiores. V enas secundarias de grosor m oderado y recorrido derecho, algunas bifurcadas. V enas intersecundarias frecuentes. Algunas de ellas nacen de la vena media y se ram ifican exm edialm ente en Y, cada una de sus ram as se une a una secundaria adyacente, en o tro s casos una ram a se une a una secundaria adyacente y la otra a la intramarginal. O tras nacen de la intram arginal y se ram ifican en Y adm edialm ente, llegando sus ram as a la vena m edia o a la secundaria adyacente. V enas terciarias poco visibles, reticuladas. V enación últim a m arginal ojalada. A reolas predom inantem ente pentagonales, pequeñas. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1017 (a). Boca Pupuya: SG O Pb 1050 (g, m) - 1084 - 1099. Discusión: La arq u itectu ra general de la venación corresponde a aquella de las M yrtaceae. E n tre las M yrtoideae, la única especie que hem os encontrado sim ilar a este fósil, por la forma, es Blepharocalyx salicifolius (H BK ) Berg, de Ecuador, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y A rgentina; sin em bargo, en ella las venas secundarias nacen en ángulos más abiertos, casi rectos, lo que es b astante com ún en esta subfamilia. E ntre las L eptosperm oideae, se asem eja m ucho a Callistemon speciosa, C. lanceolata y Metrosideros angustifolia, sin llegar a identificarse con ninguna de ellas. En cualquier caso, tanto por la form a de la lám ina, com o por la venación, es más cercana a esta últim a subfamilia. Subfamilia M yrtoideae Amomyrtus sp. (Lám . 2, fig. 12). D escripción; Hoja obovada ancha, asim étrica sólo en el ápice, de 27 mm de largo por 15 mm de ancho. A pice acum inado, base decurrente, m argen entero, textura coriacea.


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V enación pinnada cam ptódrom a, poco notoria, excepto la vena m edia. V ena primaria de grosor m oderado, el cual dism inuye de base a ápice, y recorrido derecho no ramificado. V enas secundarias, 7 p ares opuestos hacia la base y subopuestos hacia el ápice, originándose en ángulo agudo m oderado, delgadas y de recorrido derecho; una de ellas, al menos, ram ificada cerca de su origen. Las secundarias son unidas exm edialm ente p o r una vena intram arginal que form a escotes leves a nivel de su unión con las secundarias. Venas intersecun d arias ram ificadas exm edialm ente. V enación últim a m arginal no visible. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1002 (a). Discusión: C om param os este fósil con la ^ct\in\A m om yrtus lum a (M ol.) Legr. et Kausel, la que ofrece una gran variabilidad en sus hojas, tan to en form a com o en venación; algunas de estas variaciones coinciden bien con nuestro ejem plar. A ulom yrcia sp. 1 (Lám . 2, fig. 18). D escripción: H oja de form a ovada angosta a elíptica, 28-42 mm de largo p o r 12-14 mm de ancho. A pice no conservado. Base aguda cuneada. M argen entero. T extura cartacea. G lándulas num erosas lam inares. Pecíolo curvado, ancho. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena principal de grosor m oderado, de recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias más de 15 pares, originándose en ángulo agudo ancho,levem ente m ás ancho en una hem ilám ina que en otra, delgadas, de reco rrid o derecho, unidas por una vena intram arginal. V ena intram arginal con leves escotaduras allí donde se le unen las secundarias. V enas in tersecundarias simples, bifurcadas al llegar cerca de la intram arginal. V enación últim a m arginal ojalada. V enación de o rden m ayor no observable. M aterial estudiado: M atanzas: SG O Pb 1038. Boca Pupuya: SG O Pb 1088 (b). Discusión: D ifiere de las o tras especies del género, aquí descritas, p o r la form a y por la cantidad de venas secundarias. A ulom yrcia sp. 2 (Lám . 2, fig. 22). D escripción: H oja de form a elíptica, de 26-32 mm de largo y 14-15 mm de ancho. Apice no conservado, a p a re n te m en te agudo. Base ap a re n te m en te aguda norm al. M argen entero. Textura coriácea. G lándulas lam inares, pequeñas, puntiform es. Pecíolo no conservado. V enación pinnada cam ptódrom a. V enas secundarias unidas p o r una vena intramarginal recta, con leves escotaduras en su unión con las secundarias. V ena prim aria de tamaño m oderado, recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias, en n ú m ero aproxim ado de 12-15 pares, originándose en ángulo agudo m oderado, las inferiores con ángulos levemente m ás obtusos, hacia el cen tro y hacia el ápice variando irregularm ente, las de una hemilámina con ángulo d iferen te a la subopuesta, delgadas respecto de la vena m edia, reco rrid o derecho no ram ificado. V enas intersecu n d arias naciendo algunas de la intram arginal, o tras de la vena m edia, las p rim eras se ram ifican adm edialm ente, las últim as exm edialm ente, las ramifica­ ciones se unen a las secundarias adyacentes, a la vena m edia o a la intram arginal. Venas terciarias form ando retículo al azar y naciendo en ángulo recto. V enación ùltim a marginal ojalada. A reo las p re fe re n tem e n te cuadrangulares, de tam año m ediano. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1023 (a) - 1026. M atanzas: SG O Pb 1116. Discusión: D ifiere áe Aulom yrcia sp. 6 p o r la form a, el ápice y la base. E n tre los géneros actuales qu e hem os revisado, el q u e m ás se acerca a n uestra especie fósil &s Aulom yrcia, por el grosor y solevantam iento de la venación, así com o p o r la presencia de venas no to rias entre la intram arg in al y el borde. La nervadura es la típica de la fam ilia. E n tre las especies actuales, recu erd a p articu larm en te a A . ram ulosa (D C ) Berg, p o r form a y venación. Aulom yrcia sp. 3 (Lám . 2, fig. 17). D escripción: H oja elíptica ancha, de 16 mm de largo po r 10 mm de ancho, disminuyendo de ancho rá p id a m e n te hacia el ápice y g rad u alm en te hacia la base. A pice no conservado.


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ap aren tem en te redondeado u obtuso. Base aguda norm al. M argen entero. Textura coriacea. G lándulas pequeñas, puntiform es, lam inares. Pecíolo norm al, de ± 0,2 mm de largo. V enación pinnada cam ptódrom a. V enas secundarias unidas por una vena intram arginal de recorrido sinuoso, con escotaduras a la altura de las secundarias. V ena prim aria fuerte, de recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias, 7-8 pares, originándose en ángulo recto o casi recto, siendo las basales más agudas y haciéndose más obtusas hacia el centro y el ápice; de grosor m oderado y recorrido recto hacia la base y uniform em ente curvado hacia el ápice. V enas intersecundarias originadas en la intram arginal y ram ificándose adm edialm ente; algunas venas del mism o grosor se originan de las secundarias y se dirigen hacia la vena m edia ram ificándose adm edialm ente; las ram ificaciones se unen a las secundarias adyacentes. V enas terciarias originándose en ángulo recto, tanto en el lado exm edial como en el adm edial de las secundarias, lo mismo que en el nervio m edio y con un m odelo reticulado predom inan tem en te ortogonal. V enación última m arginal ojalada. V énulas ram ificadas una vez. A reolas bien desarrolladas, dispuestas al azar, cuadrangulares o pentagonales, de tam año mediano. M aterial estudiado; G oterones: SG O Pb 1001 (a). M atanzas: SG O Pb 1057. Boca Pupuya: SG O Pb 1055 (c) - 1086 (a). Discusión: Se distingue esta especie por el ángulo de origen de las venas secundarias, así com o p o r el recorrido de éstas, p o r el recorrido de la vena intram arginal y el desarrollo asim étrico del ancho hacia am bos extremos. H em os asignado esta especie, provisoriam ente, al género Aulomyrcia por el desarrollo de la venación últim a m arginal, a pesar que no hem os identificado ninguna especie actual que se le asem eje en la form a. Aulomyrcia sp. 4 (Lám . 2, fig. 20). D escripción: H oja de form a oblonga angosta, ± 30-40 mm de largo por 5-6 mm de ancho. Apice no conservado, base cuneada, m argen entero. T extura coriacea. G lándulas lam inares. Pecíolo no conservado. V enación pin n ad a cam ptódrom a. V enas secundarias, m ás de 15 pares, unidas por una vena intram arginal de recorrido recto con muy leves escotaduras a nivel de la unión de la secundaria. V ena p rim aria m oderada, de recorrido derecho no ram ificado. V enas secundar­ ias divergiendo en ángulo agudo m oderado, las superiores en ángulo casi recto, delgadas, de recorrido derecho no ram ificado. V enas intersecundarias sinuosas, naciendo de la intram ­ arginal, sin ram ificarse o ram ificándose adm edialm ente. V enas terciarias naciendo en ángulo recto desde la vena m edia y tam bién a am bos lados de las venas secundarias, siguiendo un modelo reticulado. V enación últim a m arginal ojalada. A reolas bien desarrolladas, dispuestas al azar, cuadrangulares a pentagonales, de tam año m ediano. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1019 (b) - 1046 - 1106 - 1110 (b) - 1128. M atanzas: SG O Pb 1068. Discusión: A p esar de su sem ejanza a Callistemon sp, difiere de él por la form a en que disminuye hacia am bos extrem os y, notoriam ente, en el ángulo de origen de las venas secundarias. Blepharocalyx salicifolius, la especie actual que m ás se le parece en la form a, carece de venas e n tre la intram arginal y el borde. Aulomyrcia sp.5 (Lám . 2, fig. 21). D escripción: H oja de form a ovado-lanceolada. Largo 16-23 mm, ancho 5-8 mm. A pice no conservado, a p a ren tem en te atenuado. Base asim étrica, cuneada. M argen entero. Textura coriacea. G lándulas pequeñas, puntiform es, lam inares. Pecíolo norm al, de 2 mm de largo por ± 0,75 mm de ancho. V enación pinnada, cam ptódrom a. Las venas secundarias unidas cerca del m argen por


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una vena intram arginal. E sta últim a recta, form ando escotes al unírsele las secundarias. Vena p rim aria de tam añ o m oderad o y recorrido derecho, levem ente curvada cerca del pecíolo, no ram ificada. V enas secundarias en núm ero de ± 12 pares, con ángulo de divergencia agudo m oderado.las cercanas al ápice con ángulo levem ente m ás obtuso, delgadas, de recorrido derecho. V enas intersecundarias de grosor casi sim ilar a las secundarias (se diferencian de ellas po rq u e la escotadura de la intram arginal es m enor al en fren tar a las intersecundarias), ram ificadas adm edialm ente. V enación últim a m arginal ojalada. O tro s caracteres de la nervadura no visibles. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1019 (f) (cfr) - 1039 (b) - 1064 (f) (cfr). Discusión: D ifiere de las especies preced en tes p o r la form a y tam año. Su form a recuerda a algunas hojas de la actual A . selloi (Spreng.) Kausel. Aulom yrcia sp. 6 (Lám . 2, figs. 14 y 15). D escripción: H oja de form a ovada lanceolada, largo ± 20-45 mm, ancho 10-25 mm. A pice larg am en te acum inado, base aguda norm al, m argen entero, textura coriacea. Glándulas poco ap aren tes, lam inares. Pecíolo curvado, de 2,5 mm de largo. V enación pinnada cam ptódrom a. V enas secundarias naciendo en ángulo agudo ancho, haciéndose agudo m o derado hacia el ápice. D iferencias de grosor e n tre secundarias e intersecundarias evidente. Las secundarias unidas p o r una intram arginal que hace escotadu­ ras a nivel de las secundarias; las in tersecundarias nacen en la intram arginal y se ramifican adm edialm ente. V enas terciarias naciendo en ángulo recto a am bos lados de las secundarias o de las intersecundarias en ángulo recto o agudo. V enación últim a m arginal ojalada, de recorrido recto a p a rtir de la intram arginal. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1023 (b) - 1040 - 1105 - 1110 (a) - 1119 (b) - 1130 - 1135 (c) - 1142 (a y b) - 1143. M atanzas: SG O Pb 1056-1066. Discusión: E specie muy distintiva p o r el ápice largam ente acum inado. L a venación es típica de las M jTtaceae; e n tre ellas el único género chileno con venación notoriam ente pro m in en te es Blepharocalyx, el cual no p resenta venas e n tre la intram arginal y el borde. Aulom yrcia es el género al que m ás se acerca, en particularyl. assum ptionis (M oron) Kausel. Aulom yrcia sp.7 (Lám . 2, fig. 19). D escripción: H oja oblonga, sim étrica, de 15-20 mm de largo por 4-4,5 m m de ancho máximo. A pice obtuso, base obtusa, m argen entero. G lándulas lam inares. V enación pinnada, cam ptódrom a. V ena prim aria m oderada, de reco rrid o derecho no ram ificado. V enas secundarias, 8-9 p ares rem otos (hacia el cen tro de la hoja, se hallan sep a ra d as p o r 2-3 m m ), divergiendo en ángulo que varía irreg u larm en te desd e agudo m od erad o a casi recto, delgadas, de recorrido derecho, unidas en su extrem o exm edial por una vena in tram arginal de recorrido sinuoso. V enas in tersecundarias capilares, ramificadas adm edialm en te. V enación últim a m arginal ojalada. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1050 (1) - 1078 (b) - 1079 (b). Discusión: E n tre las M yrtoideae actuales, se asem eja a Myrcianthes cisplatensis (Camb.) Berg, Blepharocalyx angustifolius Berg, B. tweedii (H . et A.) Berg y B. salicifolius (H B K ) Berg. N inguno de estos tres últim os p resenta venas notables e n tre la intram arginal y el borde y su ápice es agudo; en el p rim ero la intram arginal va form ando arcos p o r las esco tad u ras que p resen ta al unírsele cada secundaria. En las especies de Myrceugenia que se le asem ejan en form a, las venas secundarias son inconspicuas. Aulom yrcia sp. 8 (Lám . 3, fig. 1). D escripción: H oja asim étrica, obovada, curv'ada hacia el ápice, de 20 o m ás mm de largo p o r 8-10 mm de ancho máximo. A pice acum inado, base no conservada, m argen entero.


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V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria débil, curvada en el ápice, no ram i­ ficada. V enas secundarias originándose en ángulo agudo ancho, el que se hace m oderado hacia el ápice, de recorrido derecho, unidas por una intram arginal que form a pequeños escotes. In tersecundarias sim ples o bifurcadas. V enación últim a m arginal ojalada. M aterial estudiado; Boca Pupuya: SGO Pb 1012 (e) - 1022 (b) - 1072. Myrceugenia sp .l (Lám . 3, fig. 2). D escripción: H oja oblanceolada, 18 mm de largo por 6,5 mm de ancho. A pice no conservado, base cuneada, m argen entero, textura coriacea. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria m oderada, n o toriam ente m ás gruesa hacia la base, de recorrido derecho, levem ente curvado hacia la base. V enas secundarias naciendo en ángulo agudo m oderado, casi uniform e, delgadas, de recorrido derecho, unidas por una vena intram arginal tan delgada com o las secundarias. V enas intersecundarias presentes, p ero poco discernibles. V enación de orden m ayor poco visible. M aterial estudiado: M atanzas: SGO Pb 1032. Discusión: La venación es típica de la familia. E ntre las especies actuales recuerda particularm ente a M. alpigena (A PD C ) Landrum , del sur de Brasil. Myrceugenia sp. 2 (Lám .3, fig. 5). Descripción: H oja asim étrica, elíptica, de 35 mm de largo por 18 mm de ancho. A pice no conservado, ap aren tem en te acum inado. Base no conservada, ap aren tem en te cuneada. M argen entero. G lándulas lam inares. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria de grosor m oderado y recorrido derecho, curvada hacia el ápice. V enas secundarias, alrededor de 10 pares alternos, originándose en ángulo agudo ancho, de grosor m oderado y recorrido derecho, unidas por una vena intram arginal. La vena intram arginal hace pequeñas escotaduras a nivel de las secundarias y de las intersecundarias. V enas intersecundarias ram ificadas adm edialm ente más de una vez. V enación últim a m arginal ojalada. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1034 (a). Discusión: C om param os esta especie a la actual Myrceugenia exsucca (D C ) Berg. Myrceugenia sp. 3 (Lám . 3, fig. 4). D escripción: H oja asim étrica, ovada, de + 25 mm de largo por 14 mm de ancho. A pice no conservado, base redondeada, m argen entero. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena pri­ maria de grosor m oderado y recorrido suavem ente curvado. V enas secundarias m ás de 12 pares, opuestas hacia la base, alternas hacia el centro, originándose en ángulo recto o casi recto, de grosor m oderado y recorrido derecho, unidas por una vena intram arginal. In tram ­ arginal con leves escotaduras a nivel de las secundarias. V enas intersecundarias ram ificadas tanto adm edial com o exm edialm ente. V enación últim a marginal ojalada. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1015 (a). , Discusión: D ifiere de la especie p recedente en el núm ero de venas secundarias, en el ángulo de origen de éstas, en la base y form a general. Myrceugenia sp. 4 (Lám . 3, fig. 3). D escripción: H oja ovada, asim étrica, de alrededor de 20 mm de largo por 8-10 mm de ancho máximo. A pice corta o largam ente acum inado, base no conservada. M argen entero. Glándulas lam inares. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena prim aria de grosor m oderado y recorrido suavem ente sigm oideo. V enas secundarias, alrededor de 10 pares, originándose en ángulo agudo m oderado hacia la base y agudo ancho hacia el ápice, ángulos notablem ente diferentes a la m isma altura en cada hem ilám ina, delgadas, de recorrido recto, unidas todas ellas por


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una intram arginal. V enas intersecundarias ram ificadas, algunas ad m edialm ente otras exm edialm ente, algunas de sus ram ificaciones uniéndose a las secundarias adyacentes. Entre la intram arg in al y el b o rd e se en cuentran esporádicas venas. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1020 - 1080 (b). Discusión: E sta form a recuerda a la actual Myrceugenia obtusa (D C ) Berg. cfr. Myrcia sp. (Lám . 3, fig. 6). D escripción: H oja oblonga, levem ente asim étrica, de alred ed o r de 40 mm de largo por 16 mm de ancho. A pice obtuso, base no conservada, m argen entero. V enación pin n ad a cam ptódrom a, poco notable. V ena p rim aria de grosor débil y recor­ rido derech o no ram ificado.V enas secundarias num erosas, m ás d e 18 p a res opuestos, originándose en ángulo agudo de ± 65°, capilares, de recorrido derecho, unidas p o r una vena intram arginal de recorrido sinuoso con leves escotes a nivel de las secundarias. Intersecun­ darias ram ificadas adm edial o exm edialm ente. V enación últim a m arginal poco visible, ap are n te m en te ojalada. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1055 (b) (cfr) - 1081 (cfr) - 1097 (b) (cfr) Discusión: C om param os este m aterial con la actual Myrcia bom bicina K iaersk. F am ilia M elastom ataceae M elastom ophyllum sp. (Lám . 3, fig. 10). D escripción: H oja oblonga loriform e, falcada, asim étrica, un m argen recto el otro convexo, de ± 105 mm de largo p o r 15 mm de ancho máximo. A pice acum inado. Base no conservada, a p a re n te m e n te aguda. M argen entero. T extura cartacea. V enación acró d ro m a de desarrollo perfecto. U n a vena m edia algo m ás desarrollada que el resto y cu atro laterales, dos a cada lado, subparalelas a la vena m edia; las venas laterales se originan en la base foliar, la m ás externa corre a 1-2 mm del m argen, la m ás interna a 3-4 mm de la vena m edia; las cinco venas principales convergen en el acum en. T odas estas venas son no ram ificadas. Las vena m edia es de recorrido derecho, las o tras cu atro leve y uniform em en te curvadas. V enas terciarias p ercu rren tes ram ificadas, co rriendo e n tre las cinco principales, de las cuales se originan en ángulo agudo u obtuso y form an un reticulado ortogonal, de lúm enes am plios (2-3 m m ), con sus ram ificaciones y las principales. M aterial estudiado: G otero n es: SG O Pb 1054 (a) - 1125. D iscusión: E species actuales de varios géneros de M elastom ataceae coinciden con la form a fósil en la arq u itectu ra de la venación y /o el peculiar ápice foliar: M iconia (vgr. M. laevigata D C ), Meriania (vgr. M. glabra T riana), Leandra (vgr. L. amplexicaulis D C , L.pulchra Cogn., L. carbinervis Cogn), Ossaea (vgr. O. m icrantha M art.), Conostegia (vgr. C. lanceolata Cogn). No hem os encontrado, sin em bargo, ninguna especie que reproduzca la form a del m aterial terciario. Cocculus laurifolius DC, M en isperm aceae actual, se le p arece en la forma, p ero sólo p resen ta dos venas laterales. F am ilia M alpighiaceae ?M aIpighiaceae(L ám . 1, fig. 24). D escripción: H oja a p a re n te m en te ovado-lanceolada, ± 65 mm d e largo p o r 23 mm de ancho m áximo. A pice co rtam en te acum inado, base no conservada, m argen en tero , textura coriacea. V enación pinn ad a cam ptódrom a b roquidódrom a. V ena prim aria fu erte, d e recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias originándose en ángulo agudo m o derado, aunque éste varía irreg u larm en te, de grosor m o derado y reco rrido derecho a u n ifo rm em en te curvado, au n q u e la curvatura es leve. Ram ificaciones que form an ojales u n iéndose a secundarias superadyacen tes en ángulo recto, hacia el ápice el ángulo se hace obtuso. V enas intersecun­ d arias com puestas, algunas simples. V enas terciarias nacen en ángulo recto -recto y son p ercu rren tes, bifurcadas, p red o m in an tem en te alternas. V enación últim a m arginal ojalada.


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V enación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: G oterones SG O Pb 1007 (c) - SGO Pb 1063 (a) (cfr). Discusión: El ejem plar se encuentra muy mal conservado, sin em bargo la nervadura es tan notable que hem os preferido incluirlo. La asignam os tentativam ente a la famUia Malpighiaceae p o r la arquitectura de la nervadura y su notable sem ejanza con Bunchosia missionum E skuche (1990) de M isiones, A rgentina. Fam ilia Loganiaceae cfr. Desfontainia sp. (Lám . 3, fig. 8 y 9). D escripción: Sólo disponem os de un pequeño fragm ento de una hem ilám ina. El m argen es d entado (¿espinoso?), los dientes vecinos separados en tre sí por una distancia de 10 mm. La venación es pinnada craspedódrom a. La vena m edia es de grosor m oderado. Las venas secundarias son delgadas, se originan en ángulo agudo ancho a casi recto, de recorrido derecho y p e n etran d irectam ente al diente p o r su parte central. Intersecundarias originándose en ángulo recto o casi, de recorrido uniform e y suavem ente curvado, curvatura que se aum enta cerca del borde, p ara correr, en seguida, paralela a éste. A lgunas intersecundarias se bifurcan. V enas terciarias originándose en ángulo recto-recto, m ayoritariam ente. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SGO Pb 1005 (b). Discusión: A p esar de que se trata sólo de un fragm ento de no m ás de 20 mm de largo, caracteres propios de la hoja de la actual Desfontainia spinosa son reconocibles en él. Fam ilia G esneriaceae cfr. Mitraría sp. (Lám . 3, fig. 7). D escripción: H oja elíptica de 10 mm de largo por 6 mm de ancho. A pice no conservado, base am pliam ente redondeada. M argen serrado, con 5-6 pares de dientes; dientes simples, espaciados regularm ente, convexo-rectos, ángulo apical del diente agudo; senos angulares. V enación pinnada cam ptódrom a. V ena p rim aria de grosor m oderado y recorrido derecho. V enas secundarias alrededor de 5 pares, alternos a subopuestos hacia la base, opuestos hacia el ápice, de grosor m oderado y curvados uniform em ente. Las venas secun­ darias Uegan al seno, enviando una ram a a! diente. V enas intersecundarias escasas, simples, uniéndose a la secundaria cerca del seno. V enación de orden m ayor no visible. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1037 (a). Discusión: La hoja recuerda a Mitraría coccinea Cav., especie actual del centro-sur y sur chilenos, tanto en la venación com o en la serradura, aunque es de m enor tam año. ATinidad desconocida Phyllítes sp. 1 (Lám . 3, fig. 12). D escripción: H oja ovada de ± 35-40 mm de largo por 14 mm de ancho. Base cuneada, ápice no conservado, borde aserrado. V enación pinnada craspedódrom a. V ena m edia de grosor m oderado y recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias alternas o subopuestas, alrededor de 8 pares, originándose en ángulo agudo m oderado. V enas terciarias originándose en ángulo recto a ambos lados de las secundarias y de la vena m edia; form an un retículo alargado, cerrado por otra terciaria que se origina en la vena m edia y corre paralela a las secundarias. A reolas poligonales, principalm ente cuadrangulares y pentagonales. V énulas poco definibles. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1037 (d y f). Discusión: P odría tra ta rse de o tra especie de Nothofagus, pero no tenem os ejem plares que p erm itan asegurarlo, a pesar de la abundancia de fragm entos. Phyllites sp. 2 (Lám . 3, fig. 13). D escripción: F ragm ento de hoja (¿folíolo?) en que se conservan 20 mm de largo por


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12 mm de ancho, de m argen aserrado, dientes recto-recto de d esarro llo v ariab ley ápice romo, senos redondeados. V enación pinnada. V ena m edia de grosor m oderado y recorrido derecho. Venas secundarias subopuestas hacia la p a rte basal, luego alternas y opuestas hacia el ápice, originándose en ángulo casi recto a agudo ancho, de recorrido uniform em ente curvado. Estas venas llegan al b o rd e a la altura del seno, desde donde envían una corta ram a basiscópica hacia el ápice del diente, m ientras la ram a principal continúa ju n to al b o rde hasta el diente superadyacente, allí se une a la ram a basiscópica de la secundaria superadyacente. Algunas secundarias se ram ifican a los 2 /3 de su recorrido, produciendo una ram a basiscópica que nace en ángulo casi recto y luego se curva en form a acroscópica, p a ra te rm in a r uniéndose a la ram a q u e co rre ju n to al borde. V enas terciarias originándose en ángulo recto-recto, percurrentes, de recorrido sim ple o bifurcado, sinuoso, opuestas o subopuestas. A reolas bien desarrolladas, tetra a pentagonales, de tam año irregular. M aterial estudiado: G oterones: SG O Pb 1052. Discusión: A pesar que se trata sólo de un fragm ento, hem os p referid o incluir esta forma por lo conspicuo y característico de la venación. U n tipo sim ilar de venación y b o rde se encuentra en algunos ejem plares de Caldcluviapaniculata (Cav.) D. D on, C u noniaceae actual. Phyllites sp. 3 (Lám . 3, fig. 11). D escripción; H oja elíptica, de ± 30-35 mm de largo y 9 mm de ancho máxim o. Base cuneada, m argen entero, ápice no conservado. V enación pin n ad a cam ptódrom a. V ena m edia de grosor m oderado, derecha no rami­ ficada. V enas secundarias basales naciendo en ángulo agudo angosto, hacia el cen tro y el ápice en ángulo agudo m oderado, delgadas. El p rim er p a r uniform em ente curvado y transform án d o se en una especie de intram arginal, el resto derechas. Intersecu n d arias sinu­ osas, algunas ram ificadas adm edialm ente. T erciarias naciendo en ángulo recto desde las secundarias, en fren tan d o a la terciaria exm edial de la secundaria superadyacente, separadas por la intersecundaria; d esde la vena m edia se originan en ángulo recto o agudo ancho. V enación últim a m arginal ojalada. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1035 (a). Discusión: P or la venación, podría tra ta rse de una M yrtaceae. Phyllites sp. 4 (Lám . 3, fig. 14). Descripción: F ragm ento de hoja a p a re n te m en te elíptica, de 25 m m d e ancho máximo. B ase a p a re n te m en te obtusa, m argen entero, ápice no conservado. V enación pinnada cam ptódrom a broquidódrom a. V ena m edia fuerte, recta. Venas secundarias originándose en ángulo agudo ancho hacia la base y agudo m o d erad o hacia el m edio, de recorrido unifo rm em en te curvado; las q u e form an ojales se un en a las superadyacentes en ángulo recto. V enas terciarias originándose en ángulo recto, percu rren tes, zig­ zagueantes, atravesando una intersecundaria com puesta. V enas cu ate rn a rias naciendo en ángulo recto.A reolas triangulares a pentagonales. M aterial estudiado: Boca Pupuya: SG O Pb 1012 (g). Phyllites sp. 5 (Lám . 2, fig. 7). Descripción: H oja de form a ovada angosta,35-40 mm de largo por 17-20 m m d e ancho. A pice y base no conservados. M argen entero, textura coriácea. V enación pinnada cam ptódrom a broquidódrom a. V ena p rim aria de tam añ o m oderado y recorrido derecho no ram ificado. V enas secundarias, alre d ed o r de 8 pares, divergiendo en ángulo agudo m oderado, ángulo de divergencia casi uniform e, los dos p rim ero s p ares en ángulo m ás agudo, de g rosor m oderado; recorrido recto, p ero a b ru p ta m e n te curvado al acercarse al m argen, excepto los dos p rim ero s p ares que son u n ifo rm em en te curvados; al


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curvarse la vena se une a la secundaria superadyacente en ángulo variable, de agudo a obtuso, originando así ojales alargados, de lados paralelos. V enas intersecundarias sim ples en el sector adm edial, com puestas hacia el extrem o exmedial. V enas terciarias originándose en ángulo recto-recto, alternas, con un m odelo reticulado ortogonal, uniendo las venas secun­ darias con las intersecundarias. V enación última m arginal ojalada. A reolas bien desarrolla­ das, pentagonales, de tam año m ediano, dispuestas al azar. V énulas bifurcadas. M aterial estudiado; M atanzas; SG O Pb 1024. Discusión; A unque la venación es muy notable, no hem os podido referir este ejem plar a una fam ilia natural.

Clase Liliopsida Familia Dioscoreaceae Dioscorea sp. 1 (Lám . 3, fig. 19). D escripción; H oja de form a ovada, simétrica. A pice no conservado, base cordada, m argen entero, textura m em branacea. V enación cam pilódrom a. D esde la base nacen 4 venas junto a la vena m edia, 2 a cada lado, las cuales se recurvan suavem ente hacia la base p ara luego dirigirse al ápice describiendo un am plio arco. C ada vena del p ar más basal produce, muy cerca de su origen, dos ram ificaciones exm ediales que nacen casi jun tas y que describen arcos abiertos. V ena prim aria m oderada, m ás gruesa en la base y adelgazando progresiva y m arcadam ente hacia el ápice, recorrido derecho. El p ar más basal de secundarias nace en ángulo recto, el segundo par lo hace en ángulo agudo angosto hacia un lado, en ángulo agudo m oderado su opuesto. V enas terciarias opuestas, naciendo en ángulo recto o casi recto hacia am bos lados en las secundarias; en ángulo agudo m oderado desde la prim aria; éstas se ram ifican exm edialm ente bifurcándose. M aterial estudiado; G oterones; SGO Pb 1004.

Dioscorea sp. 2 (Lám . 3, fig. 20). D escripción; H oja de form a lanceolada, falcada. A pice y base no conservados, el prim ero parece ser agudo y la segunda auriculada. La base se ensancha ab ruptam ente y desde allí el ancho de la hoja dism inuye paulatina, pero constantem ente, de m odo que la form a es casi triangular curvada. El pecíolo se inserta por debajo de la lámina, ap aren tem en te en ángulo recto o casi, esto queda evidenciado por una m arca circular cóncava en la cara adaxial. D esde la concavidad de la inserción del pecíolo nacen una vena m edia recta, que llega al ápice sin ram ificarse, y otras seis venas algo m enores en tam año, tres a cada lado de la vena m edia; de éstas, el p rim er p ar corre paralelo a la base y luego se desintegra, el segundo par nace en ángulo de ± 75® y cerca del borde se curva acroscopicam ente para luego desintegrarse, el tercer par nace en ángulo de 45°, describe un arco que, cerca del borde, se curva ab ru p tam en te y luego corre paralelo al m argen hasta el ápice. E n tre la vena m edia y estas últim as corren venas terciarias que nacen en ángulo agudo, hacia la base, o recto, hacia el centro y ápice, estas venas se bifurcan, ya sea adm edialm ente ya exm edialm ente. O tras venas terciarias corren en tre la vena media y la paralela al m argen; son sinuosas y van uniendo y atravesando las terciarias an terio rm en te descritas. M aterial estudiado; Boca Pupuya; SG O Pb 1027 (b). Discusión; Por la form a y la venación, esta especie se com para bien con D. pedicellata Phil. y con D. heterophylla Poepp., particularm ente con esta última; am bas especies actuales son chilenas.


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B O L E T IN D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R A L

A N A LISIS Y D ISC U SIO N 1.

El carácter de la paleoflora del yacim iento de M atanzas-G oterones.

E n este conjunto destaca una im p o rtan te represen tación deN othofagus (e n tre los cuales, p erennifolios), P o d ocarpaceae, M yrtaceae y C unoniaceae. Es in teresan te tam bién señalar la presencia de Mitraría, Araucaría y M elastom ataceae, así com o la escasez de Lauraceae. La form ación vegetacional corresponde, indudablem ente, a un bosque húm edo. Lo prim ero porq u e, salvo p o r pocas especies, los com ponentes recuperados corresponden a elem entos arbóreos. Lo segundo p o r el elevado núm ero de especies de Pterophyta, así como de M yrtaceae. H ay en este conjunto algunas sem ejanzas florísticas con la actual vegetación valdiviana. No es posible identificar con un tipo p articular de form ación vegetacional de la flora actual en esa región, sino m ás bien con una mezcla de bosques caducifolios de F a g a c e a ey bosques laurifolios. E stos tipos vegetacionales se desarrollan en áreas en que las m edias de tem pera­ tura alcanzan a a lred ed o r de 15°C, en verano, y alred ed o r de 2°C, en invierno, con precipi­ taciones de 1.500 mm o m ás y, prácticam ente, sin estación seca. Sin em bargo, la presencia de una especie de M elastom ataceae, fam ilia actualmente tropical, con una im p o rtan te presencia en el sur de B rasil y la vertien te o riental de Los Andes peruanos, resulta in co h eren te en esta com paración. P o r otro lado, N othofagus es el único taxon que, aferrán d o se a la in terp retació n tradicional, avalaría tal com paración, toda vez que las M yrtaceae y las C unoniaceae, p o r ejem plo, no son incom patibles con un clima m ás cálido. A sim ism o, el p o rcen taje de hojas en teras en este conjunto, 50% , es cercano al de los yacim ientos de Río T urbio y de isla Seym our, am bas consideradas paleofloras mixtas con N othofagus (R o m ero 1986), en que tal p a rám etro alcanza un valor de 42%. La inform ación provista p o r los invertebrados m arinos fósiles p ara la p a rte inferior de la form ación N avidad (Covacevich y F rassin etti 1980, F rassinetti y Covacevich 1981 a y b) indica un am b ien te esencialm ente subtropical; dicha fauna contiene géneros que actualm ente no p ro sp eran en las costas de ChiJe central, sino que se distribuyen en m ares tropicales y subtropicales (vgr. Architectonica, Cypraea, Ficus, Heliacus, etc.). E stos m ism os autores (Covacevich y F rassin etti 1986), al estu d iar el género Cancellaría, M ollusca, infieren que si bien estos depósitos se prod u jero n en aguas m ás cálidas que las actuales a la m ism a latitud, éstas eran m ás tem pladas que tropicales. Ju n to a las im prontas foliares, en la misma m uestra incluso, se colectó invertebrados fósiles de los g éneros Flabellum (C orales), Pinna (M ollusca) y Schizaster (E chinoidea), los que, in fortu n ad am en te, no proveen inform ación inequívoca acerca de las condiciones am bientales, excepto en el sentido que el am biente de depósito era m arino litoral. C on tales an tecedentes, nos inclinam os a p en sar que el conjunto exhum ado en estas capas rep re se n ta bosques húm edos de clima tem plado en que convivían taxa cuyos repre­ sen tan tes actuales crecen en clima tem plado-frío, taxa hoy en día tem plados y taxa relaciona­ dos a actuales subtropicales. E ste am biente rep re se n ta ría condiciones algo m ás cálidas que las actuales a la m ism a latitud. Se trata, entonces, de una flora mixta con predom inio de especies del gén ero Nothofagus. 2.

El c a rá c ter de la paleoflora del yacim iento Boca Pupuya.

El conjunto paleoflorístico exhum ado en este punto se caracteriza p o r la im portante presencia de la fam ilia L auraceae, incluyendo especies de géneros actu alm en te subtropicales (Phoehe, O cotea), p o r el alto porcen taje de hojas de bo rd e en tero (85,71% ), así com o por la presencia de una sola especie de Nothofagus. T odo ello indica que se tra ta de una paleoflora


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de tipo mixto, en el sentido de R om ero (1986), pero con predom inio neto de especies relacionadas a taxa de distribución actual subtropical. Al igual que el conjunto anterior, y por las m ism as razones, pensam os que representa un bosque húm edo. D ado q u e estos niveles se han depositado en una paleocuenca m arina, es indudable que las hojas allí fosilizadas son un ap o rte terrígeno alóctono; así lo indica tam bién la gran cantidad de fragm entos foliares que se encuentran. La presencia de restos de Equisetum indica la proxim idad de una cuenca o curso de agua. Por ello, este conjunto puede rep resen tar una o varias asociaciones vegetales. Bosques de pocas, o sólo una, especies de Nothofagus asociadas a especies de hojas grandes y bord e entero, laurifolias, existen actualm ente en la cordillera de la costa de Chile central (bosques de/V. glauca (Phil.) K rasser o áe.N. alessandri Espinosa). C ada una de estas especies form a bosques con presencia de Persea línque (R. et. Pav.) N ees ex Kapp, Cryptocarya alba (M ol.) L ooser y, en sus m árgenes, Gomortega keule (M ol.) Bâillon o Aextoxicon punctatum R. et. Pav., y Senna, Dioscorea, Boquíla y Berberís en el sotobosque. Com o vegetación azonal, en las quebradas, aparecen bosquetes higrófilos con abundancia de M yrtaceae y Drymís winteri Forst., incluyendo Desfontaínia spinosa R. et. Pav., y ricos en Pterophyta. Sin em bargo, nunca en ellos se encuentra tal diversidad de L auraceae, ni m enos especies de los géneros Ocotea o Phoebe, los cuales son típicos de selvas de latitudes más boreales y cálidas. Las condiciones en que prospera este tipo de bosque, en la cordillera de la costa de la V II Región de Chile, corresponden a un clima de tendencia m editerránea subhúm edo, p o r la influencia oceánica, con veranos secos y calurosos e inviernos fríos y lluviosos, con 774 mm de precipitación anual, tem peratura mínima m edia de 8,6°C y máxima m edia de 19'^C. Tam bién carecen estos, bosques actuales de especies del género Araucaria, de las que un ejem plar aparece en el conjunto fósil. Si bien Araucaria araucana (M ol.) K. Koch se asocia con especies de N othofagus perennifolios {N. dombeyi (M irb.) O erst.) y caducifolios (N. pum ilio (Poepp. et. EndI.) K rasser y N. antarctica (G. Forst.) O erst.), las im prontas fósiles áe Nothofagus de este yacim iento no corresponden al tipo foliar de estas especies m enciona­ das. P or otro lado, estos bosques actuales con Araucaria no exhiben una particular riqueza de hojas lauriform es. En el habitat andino de estos bosques de Araucaria las precipitaciones sobrepasan los 2.000 mm anuales y las tem peraturas m edias en Julio alcanzan a 1,8°C y a 15,2°C en enero, con frecuentes nevadas. En el sur de Brasil, A. angustifolia (B ert.) O. Kze. crece con clima húm edo y tem p eratu ras m edias de en tre 13°C y 16°C, con eventuales nevadas en invierno, acom pañada de Podocarpaceae, Drymis, Ilex, M yrtaceae y L auraceae, con ocasionales invasiones de especies de Ocotea. En Nueva Caledonia, donde se concentra el 68,5% de las especies de Araucaria conocidas, éstas crecen con L auraceae, C unoniaceae y M yrtaceae (particularm ente L eptosperm oideae), en clima húm edo con precipitaciones m edias de 1.000 mm o m ás anuales y tem peraturas m edias de alrededor de 20°C a 400 msnm. Los géneros de L au raceae y M yrtaceae que se encuentran allí no corresponden, sin em bargo, a lo encontrado fósil. Los Nothofagus caledonianos, por su parte, producen polen del tipo brassii, aspecto que no conocem os en la especie de Nothofagus encontrada en Boca Pupuya. Las C unoniaceae, por o tro lado, se asocian en Chile a los bosques de Nothofagus desde el río M aulé ai sur. En la provincia d é la s Yungas, lKe;/i/?Z(7/!/í/íi crece acom pañada de especies tropicales asociadas a la provincia am azónica, en tre éstas Ocotea y Phoebe, apareciendo tam bién M yrtaceae, en una selva húm eda nublada. Del análisis an terio r se desprende, pensam os, que ninguna de estas situaciones es com parable estrictam ente a aquella representada por el conjunto fósil, pues las coincidencias con cada uno de los conjuntos actuales m encionados son sólo parciales. P or ello, concluim os que se trata m ás bien de una situación no rep resentada en la actualidad. U na hipótesis alternativa es suponer que Nothofagus constituía la vegetación zonal, en


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ta n to las especies m ás cálidas y húm edas ocupaban fondos de quebradas, en condiciones sim ilares a lo q u e o cu rre actualm ente en la región del M aulé. E n cualquiera de ios dos casos, pensam os que si tom am os com o eje de referencia los actuales bosques de N othofagus de la cordillera de la costa de la región del M aulé, en Chile central, ya citados, debem os sup o n er un clima más cálido que el actual en esa zona p ara hacer c o h e ren te la presencia de las especies de am bientes m ás cálido, pero adem ás m ás húmedo que los actuales p a ra d ar cuenta de la riqueza de P terophyta y M yrtaceae, así com o de la presencia de C unoniaceae, Desfontainia y Ovidia. E stas condiciones serían tam bién com­ patibles con la presencia de Araucaria, si la form a fósil exhibía un co m portam iento ecológico parecido al de A . angustifolia en BrasO. E sta explicación no excluye la posibilidad que el conjunto re p re se n te efectivam ente m ás de una asociación florística. E ste m odelo es coherente con las condiciones paleoclim áticas im p eran tes al tiem po de depósito del m iem bro Navidad, p lan tead as p o r M artínez-P ardo (1990), las que co rresponderían a un evento de calentam ­ iento. Esto, indudablem ente, lo m ism o que la paleoflora de G oterones-M atanzas, crea una incongruencia con la tradicional interp retació n de N othofagus com o género de clim a tem­ plado-frío. E fectivam ente, creem os que tal interpretación es reduccionista y no tom a en cuenta los N othofagus de Nueva G uinea y Nueva C aledonia e islas adyacentes. E n Nueva C aledonia, p o r ejem plo, éstos se hallan e n tre 19°S y 23°S de latitud y a m enos de 200 msnm, con m ayores te m p e ra tu ras y precipitaciones que en Chile central occidental actual. Nos p arece lícito p en sar que los N othofagus que poblaban el área en cuestión en ese tiempo pudiesen e sta r relacionados a los actuales de N ueva G uinea-N ueva C aledonia m ás que a los que pueblan actu alm en te Sudám eríca. La otra explicación posible es que se tratase, por el contrario, de especies relacionadas a estos últim os, p o sterio rm en te elim inados al hacerse el clima m ás seco y m enos cálido, en cuyo caso debe suponerse una am pliación en el rango de co m portam ien to ecológico p ara este grupo en el pasado. Puesto que los N othofagus actuales de N ueva G uinea-N ueva C aledonia p resen tan polen tipo brassii, tipo que está a u sen te hoy en día e n tre las especies sudam ericanas, la posibilidad de refutabilidad de estas hipótesis reside en el análisis paleopalinológico de los sedim entos p o rtadores; lam entablem ente, a p esar de hab er trata d o un núm ero considerable de m uestras, no hem os tenido éxito en re cu p erar polen fósil para ello. E sto es tan to m ás com plejo en cuanto en o tras localidades chilenas se ha recu p erad o polen de los tres tipos polínicos de Nothofagus. 3.

Evolución de la vegetación y flora en el á rea de M atanzas d u ra n te el depósito del m iem bro Navidad.

Al co n sid erar am bas tafofloras sim ultáneam ente, en una perspectiva dinám ica y en la consideración que, si bien am bos yacim ientos co rresponden a la m ism a form ación y también al m ism o evento {sensu M artínez-P ardo, 1990), aquel de Boca Pupuya es p o sterio r en el tiem po al de G o terones-M atanzas, es dable establecer que en el lapso que im plican ambos yacim ientos no hubo un cam bio fundam ental respecto de las form as biológicas dom inantes. Así, a una form ación boscosa sucede o tra form ación boscosa, lo cual im plica que el am biente d ebe h ab er sido tal com o p a ra so p o rta r este tipo de vegetación. Los cam bios m ás drásticos ocurren, en cam bio, a nivel de la flora. E n efecto, en el lapso rep re sen ta d o p o r am bos conjuntos paleoflorísticos asistim os al reem plazo de una flora mixta con p redom in io de N othofagus p o r una flora m bíta con una sola especie de N othofagus y una im p o rta n te rep resen tació n de laurifolias. E ste cam bio está obviam ente m arcado por la drástica reducción en la diversidad de especies del género N othofagus y de las Podocarpaceae. N o creem os que esta declinación esté ligada d irectam en te a la situación reducida del g énero en el á re a actualm ente; ello p o rq u e en laguna de T agua-tagua (34®30’S - 71°10’W)


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Nothofagus, tan to caducifolios corno perennifolios, están representados en form a im portante en perfiles polínicos de 45.000 a ± 11.000 años atrás (H eusser 1983) (donde tam bién están representad as las P odocarpaceae). Pensam os que este evento m arca una declinación de los Nothofagus q u e poblaron el área d u ran te el M ioceno. P o r o tro lado, el descubrim iento de este reem plazo floristico plantea una serie de interrogantes: ¿dónde estaban las laurifolias que reem plazaron a la flora de G oterones si en el M ioceno la cordillera ya presentaba una elevación suficiente para im pedir o, al menos, dificultar, las m igraciones desde el este o noreste? o, ¿la cordillera no era b arre ra suficiente para im pedir estas m igraciones? En el prim er caso, es preciso suponer que sus ancestros ya estaban en el territo rio cisandino, probablem ente relacionados estos ancestros a la paleoflora neotropical del P aleoceno-E oceno. En el segundo caso, es necesario suponer inm igraciones de los ancestros de estos elem entos desde el noreste. El evento tectónico más im portante relacionado con el levantam iento de Los A ndes, en el lapso tem poral representado por la form ación Navidad, tiene lugar, de acuerdo a M artínez-Pardo ( 1990), sólo a fines del depósito de esta form ación ( ± 1 0 millones de años atrás; fase Q uechua 2). E n cuanto a los Nothofagus y especies relacionadas a la flora australiana, T anai (1986) supone para los prim eros un avance de sur a norte, criterio que com partim os y am pliam os para los segundos. D e cualquier m odo, el cam bio floristico es en el sentido de una flora tem plada a una tem plado-cálida o cálida. P ara el lapso involucrado por am bas paleofloras, M artínez-Pardo (1990) plantea, sobre la base de asociaciones de Foram iníferos planctónicos, un evento de calentam iento constante, lo cual es concordante con lo planteado por G raham (1987: 1526) para altas y bajas latitudes y con las condiciones de tem p eratu ra inferidas p o r Z insm eister (1978) para el M ioceno de la costa chilena. Si esto es así, el cam bio aquí detectado representaría sólo un cam bio m enor y episódico de las paleotem peraturas, consistente en una acentuación del carácter cálido a partir de una situación m enos cálida; pequeño pero suficiente para producir el cambio floristico señalado. El m ismo autor cita referencias a u n evento global m enor de enfriam iento, el cual tuvo lugar en tre 14,5 y 12 millones de años atrás, evento que él no registra en ChilePerú; sin em bargo, éste se situaría en la p arte más alta del lapso en cuestión. U na tercera alternativa, que nos parece la más plausible, es que el yacim iento G oterones-M atanzas se ubique al com ienzo del evento, en la etapa de calentam iento creciente, y el de Boca Pupuya en pleno evento.

4.

R elaciones floristicas de las tafofloras del área de M atanzas con floras actuales.

La actual flora del área corresponde a la provincia chilena central de C abrera y Willink (1980). D e los 26 géneros de Pinophyta y M agnoliophyta determ inados en el conjunto fósil en este trabajo, sólo 6 subsisten en la región: Persea, Berberís, Senna, Dioscorea, Myrceugenia y Nothofagus, este últim o reducido a las altas cum bres m ontañosas. D e ello debe inferirse que en el lapso com prendido en tre el depósito de estos estratos y el actual num erosas extinciones distribucionales, a nivel de género, han ocurrido en el área. C onsecuentem ente, tam bién ha tenido lugar una im portante inmigración. Tales extinciones distribucionales son particularm ente im portantes respecto de las P odocarpaceae, los Nothofagus, C unoniaceae, Ovidia y Araucana, todos los cuales tienen áreas de distribución más australes, en habitats más fríos y húm edos; tam bién lo son para las L auraceae {Phoehe) y M elastom ataceae, distribuidas actualm ente en áreas subtropicales, más cálidas y húm edas que aquella de M atanzas. Es in teresan te la presencia fósil de L eptosperm oideae, cuya área de distribución actual


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__________________________B O L E T I N D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R A L

es A ustralia, p ero re p resen tad as p o r una especie, Tepualia stipularis, en A ustrosudam érica. E sta especie, de fruto seco, testim onia, indudablem ente, antiguas m igraciones d e elementos ancestrales de esta subfam ilia en tre A ustralia y Sudam érica. P ensam os que estos fósiles, ah o ra rep o rtad o s, docum entan tales m igraciones del pasado y una m ayor representatividad de la subfam ilia en Sudám erica en o tras épocas. Es de señalar que este no es el p rim er hallazgo de fósiles d e esta subfam ilia en Sudam érica; ya antes Frenguelli ( 1953) cita frutos que él asigna a Eucalyptus (pensam os que tam bién podría referirse a otros géneros de la m ism a subfamilia) en el E ocen o del río Ñ irihuau (A rgentina); asim ism o, es frecuente en el Paleoceno y Eoceno el hallazgo de polen referible a esta subfam ilia. T am bién es destacable el hallazgo de una im pronta que se ha referido a las Monimiaceae {Doryphora sp.), p uesto que actualm ente en el área se encuentra boldus Mol, especie de la m ism a familia. Llam a la atención la presencia de varios géneros: Lophosoría, Araucaria, Podocarpus, W einm annia, Mitraría y Desfontainia, que actualm ente exhiben un hiato distribucional en esta área, pues su presencia en el M ioceno de esta región contribuye a explicar tales distribuciones p o r vicarianza, d o cum entando la existencia de ellos, en otros tiem pos, en el área que hoy constituye el hiato, lo que p erm ite postular una antigua á re a continua de distribución de estos taxa. Serán necesarios m ayores estudios paleobotánicos en el á rea y en unidades m ás jóvenes p ara d a tar el origen del hiato distribucional, el que p u ede ser distinto p a ra cada caso. En perfiles cu atern ario s H eu sser (1983), en laguna de Tagua Tagua (34°30’S-71*^10’W ), informa de la presencia de polen de Podocarpus hasta alred ed or de 6.000 años A.P. La flora fósil del nivel inferior guarda relación con el distrito valdiviano de la provincia subantàrtica, del m ism o esquem a, relación m ayor que la del nivel superior, lo que sugiere activas m igraciones previas en tre am bas áreas. La flora fósil del nivel sup erio r tiene relaciones florísticas con la flora actual de las provincias d e las Y ungas, A tlántica, A m azónica y P aran en se del esquem a de C abrera y W illink (I.e.), lo que, sin dudas, refleja m igraciones e n tre el sur brasileiro y la v ertie n te oriental de la cordillera de Los A ndes y Chile central en épocas p retéritas. P e ro tam bién las tiene con la provincia subantàrtica, ^ ot N othofagus, im plicando adem ás antiguas m igraciones entre C hile sur y central. 5.

C onsideraciones bioestratigráficas.

U na p rim era consideración im p o rtan te respecto del estudio de estas tafofloras es que é ste constituye el p rim er re p o rte sistem ático de conjuntos paleoflorísticos del M ioceno de C hile central y p eq u eñ o sur. D e o tro lado, estos resultados ponen de m anifiesto una nueva problem ática referida a la datación de estrato s sobre la base del carácter de la asociación paleoflorística. E n efecto, el m odelo m ás desarrollado sobre la evolución de la flora d u ra n te el P aleògene es el de R om ero (1986). Allí se plantea una secuencia tem poral en que a una paleoflora de carácter n eotropical sucede una paleoflora mixta sin Nothofagus, a ella una flora mixta con Nothofagus y a ésta la paleoflora antàrtica. E n C hile sur, en la actualidad, persiste la flora antàrtica. En C hile central, en cam bio, la situación ha sido d iferen te y hoy en día Nothofagus, que forma p a rte de la flora antàrtica, se halla claram en te reducido, p red om inando bosque y matorral esclerófilo ju n to a la estepa con Acacia caven (M ol.) Mol. E n el pasado, sin em bargo, hubo m om entos en q u e los elem entos antárticos tuvieron una m ayor im portancia, com o lo muestra la tafoflora de M atanzas-G oterones. Pues bien, este estudio ha puesto de m anifiesto que en el M ioceno de C hile central occidental, tras el establecim iento aÚí de Nothofagus, que lo lleva a ser elem en to conspicuo de la tafoflora M atanzas-G oterones, hay una p o sterio r disminución de éste, observable en el yacim iento Boca Pupuya, resultando, entonces, en el reem plazo de


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la paleoflora mL\ta con predom inio de Notlwfcigns por una paleoflora mixta con pocos Nothofagus. Si, previo al establecim iento de la paleoflora mixta con Nothofagus, hubo una paleoflora mixta con pocos Nothofagus, com o ocurre en el sur de Chile, se produce la situación que en esta región paleofloras mixtas con pocos Nothofagus se desarrollan dos veces en el tiem po, antes y después de la paleoflora mixta con predom inio de Nothofagus. Ello hace que las datacíones que se realicen utilizando com o criterio el carácter del conjunto paleoflorístico, en Chile central, deben ser hechas con grandes precauciones, pues la presencia de una paleoflora mixta con pocos, o sin, Nothofagus puede rep resentar dos pisos diferentes. Es muy probable, por supuesto, que am bas paleofloras mixtas con pocos o sin N otho­ fagus, en C hile central, difieran por la p resencia/ausencia de otros elem entos, lo que perm itiría diferenciarlas y, de ese modo, favorecer la datación de estratos por m edio de la paleom egaflora. Para ello es im prescindible el estudio de otros yacim ientos que perm itan, por un lado, verificar la existencia de una paleoflora mixta con pocos o sin Nothofagus previa a la paleoflora con predom inio de Nothofagus y, por otro, caracterizar cada una de ellas.

LA M IN A 1 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25.

E quisetum sp. SG O Pb 1003 (a), x 1.5. C tenitis sp. SG O Pb 1044 (a), x 1.5. A splenium sp. 1. SGO Pb 1030. x 1.5. A splenium sp.3. SG O Pb 1021 (a ), x 1.5. Blechnum sp. SGO Pb 1028. x 2.7 Lophosoria sp. SG O Pb 1047 x 1.5. Lophosoria sp. SG O Pb 1047. D eta lle . Filicites sp. 1. SG O Pb 1044 (b). x 1.5. Filicites sp. 2. SG O Pb 1025 (a), x 1.5. A splenium sp. 2. SG O Pb 1009. x. 1.5. Filicites sp. 4. SG O Pb 1013 (d). A raucaria sp. SG O Pb 1008. x 1.9. Podocarpus sp. 1. SGO Pb 1049. x 1.5. Podocarpus sp. 2. SG O Pb 1029. Saxegothopsis sp. SG O Pb 1036 (b). Filicites sp. 3. SG O Pb 1013 (a ), x 1.5. Phoebe sp. SG O Pb 1022 (a), x 1.5. Phoebe sp. SG O Pb 1022 (a ). D eta lle . Laurophyllum sp. 2. SGO Pb 1011 (c). x 1. O cotea sp. SGO Pb 1053 (a ), x 1. Persea sp. SG O Pb 1050 (a), x 1. L aurophyllum sp. 1. SG O Pb 1042 (d). x 1. D oryphora sp. SGO Pb 1055 (e ). x 1. ? M alpighiaceae. SG O Pb 1007 (c). x 1. Boquila sp. SG O Pb 1043 (b). x 1.5.


162

B O I.IÍT IN D E L M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R A L

LA M IN A 2 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22.

Senna sp. SG O Pb 1043 (c). x L5. N othofagiis sp. L SG O Pb 1010 (a), x 2. N othofagus gonzalezii. SG O Pb 1048 (a), x 1.5. N othofagus sp. 2. SG O Pb 1018 (a), x 2. N othofagus sp. 3. SG O Pb 1033. x 2. N othofagus sp. 4. SG O Pb 1016 (a), x 1.8. PhyUites sp. 5. SG O Pb 1024. x 2. Agonis sp. SG O Pb 1006 (b). x 3.3. C unoniaceae. SG O Pb 1019 (a), x 1.5. C aldcluvia sp. SG O Pb 1055 (d). x 1. N othofagus sp. 5. SG O Pb 1050 (n). x 1. A niom yrtus sp. SG O Pb 1002 (a), x 2. C allistem on sp. SG O Pb 1017 (a), x 1. Aulom yrcia sp. 6. SG O Pb 1040. x 1. Aulom yrcia sp. 6 (ápice). SG O Pb 1023 (b). x 2. O vidia sp. SG O Pb 1051 (a), x 1.9. A ulom yrcia sp. 3. SG O Pb 1001 (a), x 2. A ulom yrcia sp. 1. SG O Pb 1038. x 1. Aulom yrcia sp. 7. SG O Pb 1050 (1). x 2.7. Aulom yrcia sp. 4. SG O Pb 1046. x 2. A ulom yrcia sp. 5. SG O Pb 1039 (b). x 2. Aulom yrcia sp. 2. SG O Pb 1026. x 2.

LA M IN A 3 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20.

Aulom yrcia sp. 8. SG O Pb 1022 (b). M yrceugenia sp. 1. SG O Pb 1032. x 2. M yrceugenia sp. 4. SG O Pb 1020. x 1.5. M yrceugenia sp. 3. SG O Pb 1015 (a ), x 1.5. M yrceugenia sp. 2. SG O Pb 1034 (a ), x 1.5. M yrcia sp. SG O Pb 1055 (b). x 1.5. M itra ria sp. S G O Pb 1037 (a ). D esfontainia sp. SG O Pb 1005. x 2. D esfontainia sp. SG O Pb 1005. D e ta lle . M elastom ophyllum sp. SG O Pb 1054 (a ), x 1. Phyllites sp. 3. SG O Pb 1035 (a ), x 1. P hyllites sp. 1. SG O Pb 1037 (d). x 1. P hyllites sp. 2. SG O Pb 1052. x 1.5. P hyllites sp. 4. SG O Pb 1012 (g). x 1.5. B erb eris sp. 3. SG O Pb 1014. VVeinmannia sp. SG O Pb 1019 (g). x 2.5. B erb eris sp. 2. SG O Pb 1045 (a ). B erb eris sp. 1. SG O Pb 1041 (a ), x 1.5. D ioscorea sp. 1. SG O Pb 1004. D ioscorea sp. 2. SG O Pb 1027 (b). x 1.9.

Í


LAMINA 1


LAMINA 2


LAMINAS


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B O L E T IN D E L M U S E O N A C IO N A L D E IIIS T O IU A N A T U R A L

AGRADECIM IENTO S El autor desea expresar su gratitud a Fondecyt, a la Red Latinoamericana de Botánica y a la Universidad de Talca que han financiado este trabajo. A los colegas Vladimir Covacevich, Daniel Frassinetli y María Cristina López, por su asesoría en la parte zoopaleontológica y geológica. A los ayudantes Rodrigo Villa y Luis Valladares, por su decisiva contribución en el trabajo de terreno. A los colegas José San Martín y A ldo Mesa, por sus sugerencias. A las colegas de la sección Botánica del Museo Nacional de Historia Natural, M élica Muñoz, Elizabeth Barrera a Inés Meza, por su valiosa ayuda en la revisión de colecciones de plantas actuales. A las secretarias, Srtas. Andrea M oreno y Alicia Castro, por su infinita paciencia para colaborar a la impresión del original. El Sr. Oscar León, del M useo Nacional de Historia Natural, es el autor de las fotografi'as.

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\L —

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>S).

UN HALLAZGO INCA EN EL CURSO SUPERIOR DEL ACONCAGUA (V REGION, CHILE)

ELIA N A D U R A N SE R R A N O (1) C A RLO S C O R O S CA NTIN (2). (1) Sección A ntropología. M useo Nacional de H istoria N atural, casilla 787. Santiago-Chile. (2) M useo An^ueológico de Los Andes. Los Andes-Chile.

RESUM EN E s tu d io a r q u e o ló g ic o d e u n c e m e n te r io p e r t e n e c ie n te a l p e r ío d o d e in f lu e n c ia in c a e n C h ile C e n tr a l, u b ic a d o e n e l a s e n ta m ie n to E l T r iu n f o , L o s A n d e s ( V R e g ió n , C h ile ). S e a n a liz a y d e s c rib e e l p a tr ó n f u n e r a r io e n b ó v e d a s y s u a b u n d a n te o f r e n d a c e r á m ic a . L o s a n te c e d e n te s e tn o g r á fic o s y a r q u e o ló g ic o s c o n f irm a n s u p e r t e n e n c ia al d e n o m in a d o p e r ío d o in c a -lo c a l.

A BSTRACT T h is a r e th e r e s u lts o f a n a r c h a e o lo g ic a l s tu d y o f a c e m e n te r y d is c o v e re d in L o s A n d e s ( V R e g ió n , C e n tr a l C h ile ). F u n e r a l p a t te r n in s u b t e r r a n e a n c h a m b e r a n d c e r a m ic o ffe rin g s a r e a n a liz e d a n d d e s c rib e d . O n t h e b a s is o f t h e a v a ila b le e th n o g r a p h ic a l a n d a r c h a e o lo g ic a l d a ta t h e c u ltu r a l c o n te x t m a y b e r e f e r r e d to th e in c a -lo c a l p e rio d .

IN T R O D U C C IO N E n m arzo de 1977, el M useo N acional de H istoria N atural de Santiago en colaboración con el M useo A rqueológico de Los A ndes y la Ilustre M unicipalidad de Los A ndes, iniciaron trabajos de excavación en el asentam iento El Triunfo, com una de San Esteban, Los A ndes. Sobre este sitio, había antecedentes que se rem ontaban a varios años atrás, cuando el terren o se hundió dejando expuesta una tum ba que por la inform ación obtenida en esos m om entos, correspondía al denom inado período inca-local. La com una de San E steban (33°48’ Lat. S. 70°36’ Long. W ) se encuentra en la banda n o rte del curso superior del río Aconcagua, y el sitio m ismo se ubica en las cercanías del E stero San Regis. El valle del A concagua ha sido considerado como el más austral de los valles transver­ sales del N o rte Chico, participando de las características fisiográficas y del clima de esta zona. Se ve influido por el rigor sem idesèrtico de éste y por los rasgos m ás benignos del clima de la zona central. Su clima es tem plado-cálido con una estación seca prolongada y lluvias invernales; su vegetación corresponde al m atorral espinoso subandino, la especie arborescente dom inante


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n o i.H 'i iN

im ;i , m u s e o n a c i o n a l d e h i s t o r i a n a t u r a i .

es el espino (Acacia caven), asociado a o tras com o ei quillay {Quillaja saponaria), el boldo {Peunnis boldus), el palqui (Cestm ni parqui). La fauna es rica y variada, en tre los carnívoros ten em o s el culpeo (Pseudalopex culpaeus) la chilla {Pseuckdopexgriseus), el gato m ontés {Félix colocola); e n tre los ro ed o res cabe d estacar el degù [Octodon degus), el cururo (Spalacopus cyaniis), rato n es {Akodon andinas, A ko d o n olivaceus), en tre otros. El río A concagua que nace en el cordón divisorio (N evado de Los L eones) en un sector de hielos y nieves e te rn a s abundantes, aum enta su caudal con las aguas de los ríos Blanco, C olorado, P utaendo, así p erfectam en te conform ado puede responder a las exigencias de un uso bastan te intenso de sus aguas, esto ya lo hacía n o tar A lonso de O valle (1888:36) “ .... es este muy caudaloso, y con venir com unicándose a la tierra desde su nacim iento...; con todo llega al m ar tan lleno com o si no le hubieran sangrado en el cam ino por tan tas p arte s para reg ar los cam pos que viene fertilizando”. E ste valle p resen ta un am biente hóspito que ha perm itido un asen tam ien to humano p erm an en te y definivo a través del tiem po, desde épocas precerám icas hasta hoy día. U no de los grupos que se asen taro n en el curso su perior del valle del A concagua fueron los incas, cuya presencia ha sido confirm ada tan to por fuentes escritas com o por hallazgos arqueológicos. E sta y o tras regiones, atrajero n la atención del Im perio, p o rq u e se presenta com o un recurso potencial p o r su población, estru ctu ra laboral, energía hum ana necesaria p a ra hacer p roducir las tierras y recursos natu rales sobre los que podían asentarse y abastecerse. Ya en 1558 G eró n im o de B ibar (1966:37) decía “E ste valle de A concagua es m ejor y m ás abundoso de todos los pasados; tiene tres leguas de ancho p o r las m ás partes y por o tras p a rte s poco m enos. T ien e de la sierra a la m ar XX leguas, tien e ovejas y mucho m aíz y algarrobales. C o rre p o r este valle un río caudaloso; tiene sacado los n aturales XX y dos acequias g randes p a ra reg ar todas las tierras que cultivan y siem bran; tien e pocos indios que no pasan m ás de mil q u in ien to s”. A N T E C E D E N T E S E T N O H IS T O R IC O S Y A R Q U E O L O G IC O S D E L V A L L E C om o testigo de la conquista inca tenem os el llam ado cam ino del inca, espina dorsal de su dom inación, q u e cruzaba el río A concagua a la altura de San Felipe, en la p a rte que se conoce hoy día com o P u en te Chico, continuando p o r el C ordón de C hacabuco y Colina hasta el M apocho. En la orilla n o rte del A concagua, cruzando la cordillera tenem os el tramo trasan d in o de esta red vial en el conocido paso de U spallata. E ste valle fue p a rte del Im perio Incaico bajo la jurisdicción de Q uilicanta, quien, como re p re se n ta n te del soberano se en contraba asen tad o en Quillota, curso inferior del Aconcagua. P ertenecía a la dinastía incaica y su au to rid ad com enzaba del C hoapa al sur. T anto el valle del A concagua com o otros, se en co n trarían divididos en dos parcialidades, sep a ra d as p o r una línea hipotética, cada una gobernada por un señor que era considerado “ herm an o del o tro ”. Existía e n tre estos señores relaciones de p arentesco y am istad sin excluir la rivalidad. Según H idalgo (1972:77) “ Las fuentes m encionan a los dos caciques juntos, lo que induce a p en sar en un ejercicio dual del p o d e r”. La línea hipotética a la cual se hace referen cia p odría consid erarse com o un lím ite cultural e n tre la “ p arte de a rrib a ” y la “parte de ab ajo ” con características ecológicas diferentes. T estim onios arqueológicos asociados a la presencia inca, en la zona, corresponderían a las construcciones de p ied ras del cerro M ercachas conocido tam bién com o cerro La Mesa y yacim ientos com o el de Santa Rosa, El H igueral, Baños El Lobo, e n tre otros. El dom inio sobre esta á rea se habría producido en la prim era etapa de la conquista inca, ten ien d o com o cen tro principal Q uillota, d o n d e se encontraba asen tad o Q uilicanta, repre­ se n ta n te del soberano. Por innum erables an teced en tes, el valle del A concagua ha sido con sid erad o el c en tro de acción m ás ventajoso p ara que los incas co n tin u aran su conquista hacia el sur.


E.

duran

y C COROS / Hallazgo inca en Aconcagua

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LAS E X C A V A C IO N ES El yacim iento corresponde a un cem enterio inca-local, detectado por hundim iento del terreno. En torno a la depresión existente se trazaron un total de 7 cuadrículas de 3 por 3 m etros, de las cuales se exhum aron 13 en terrato rio s junto a su ofrenda. E n te rra to rio s En el área de en terrato rio s y jun to a la depresión m encionada, más o m enos a los 60 ó 70 cm de profundidad se ubicaron tres fogones. El prim ero sobre el área de m ayor concentración, con un diám etro alrededor de 70 cm, form ado p o r p iedras sobre las cuales aparecen restos de objetos de hierro, una punta de proyectil, restos cerám icos, dos jarrito s rotos, que al ser reconstruidos resultaron ser casi idénticos, salvo una diferencia de m ilím etros en sus medidas. Al parecer ellos contenían un líquido que fue derram ad o en tre las piedras del fogón, por encontrarse una costra blanquecina muy dura en tre ellas y los fragm entos de cerám ica. El segundo fogón, muy simOar al prim ero, tenía restos óseos anim ales y cerám ica; el tercero correspondía a un conjunto de piedras y huesos anim ales con escaso carbón y restos cerám icos. Muy cercano al p rim er fogón descrito se detectó claram ente un círculo de tierra gredosa de color claro, diferente al resto del estrato y con un diám etro de 80 cm. Esta estructura circular, se prolongó a través de toda la excavación tom ando la form a de un cono truncado form ado p o r grandes piedras y alcanzando un diám etro de 1,40 m; en su base se encontró una piedra de m oler. A p artir de este punto se encontraron los enterratorios, por lo que la vía de acceso debió haber sido la estructura señalada. E ste tipo de estructura, por sus características, corresponde a cám aras m ortuorias en las que se ubicaban el o los individuos y ofrenda funeraria, protegiéndolos con pircas de piedras del tipo laja, rodados o piedras de m oler enteras. La posición de los esqueletos encontrados es extendida decúbito dorsal o lateral; siete de ellos tenían la cabeza hacia el este, dispuestos sus cuerpos en dirección oriente-poniente; tres al sur con dirección sur-oeste; dos al norte, con dirección n orte-este y una indeterm inada. Estos en terrato rio s serían sem ejantes a los descritos por Cobos (1893:233) “ ...eran muy hondas, a las cuales se bajaba por m uchos escalones,... eran huecas com o bóvedas...”, a las del cem enterio inca de La Reina, Santiago (M ostny 1947:18) y a las de M arcoleta, R em odelación San Borja (Baytelm an 1970:12). D e los trece en terrato rio s o tum bas exhum ados podem os dar las siguientes características: En form a generalizada el estado de alteración en que se encontraban los restos óseos, im pidió la realización de un análisis de ellos. La ofrenda funeraria estaba com puesta de vasijas cerám icas bastante abundante y protegida. Tum ba 1 Protegida por escasas piedras y cubierta de tierra con restos cerám icos, carbón y pequeños huesos de aves. El esqueleto yacía sobre una cam a de piedra, tipo adoquín, p re­ sentando un desnivel de 15° E-W, la cabeza m ás alta que los pies. Al p arecer este desnivel se produjo en form a posterior al enterratorio. El esqueleto se encontraba a 1,40 m de profundidad en dirección E-W. Su ofrenda estaba com puesta de un ja rro y una olla colocados a la derecha de la cabeza y un plato al costado izquierdo del cuerpo.


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n o i . i n iN

d i ;l m u s e o n a c i o n a l d e h i s t o r i a n a t u r a i .

T um ba 2 Sobre las escasas p ied ras que protegían la ofrenda se encuentra una costra muy dura con gravilla. El cuerpo en dirección N-E y a 2,06 m de profundidad; tiene dos escudillas al costado d erech o de la cabeza y una a la izquierda, un ja rro sobre el brazo izquierdo a la altura de la cintura y a continuación dos ollas. T um ba 3 U bicada en el com ienzo de un bolsón arenoso húm edo. El esqueleto en muy mal estado de conservación está sobre el costado derecho con las piernas sem iflectadas, a 2,96 m de profundidad en dirección E-W. Piedras de regular tam año que form aban una peq u eñ a pirca de m ás o m enos 40 cm de alto, protegían la ofrenda ubicada a los pies del esqueleto, la cual consistía en tres escudillas y una olla. Sobre, y alred ed o r del cráneo, m ucho ripio grande con pequ eñ o s trozos de carbón; al costado derecho dos tazones y al izquierdo una escudilla, com pletando la ofrenda una olla ubicada a la derecha del cuerpo. T um ba 4 N o rte El m aterial q u e la cubre tiene poco carbón y m uchas piedras de d iferentes tamaños; una capa cenicienta cubre el esqueleto que está en posición decúbito dorsal, a una profun­ didad de 2,85 m y en dirección E-W . A la derecha de su cabeza un ja rro y un plato, en el m ism o costado de su cuerpo, tres ja rro s y una escudilla, m ientras que a la altura del hombro y brazo izquierdo se ubicaban dos platos, m ás una piedra laja de 80x70x40 cm a m odo de protección. T um ba 4 Sur Muy cercana a la an terio r, a 2,96 m de p rofundidad en dirección E-W se encontró un esqueleto, con la cabeza 20 cm m ás alta que los pies y protegido p o r fragm entos de piedras de m oler. A l costado izquierdo de su cabeza un ja rro pato y una olla; a la altura del codo un ja rro ; de p iern a y pie izquierdo una olla, una escudilla y tres platos, e inm ediato al pie derecho, un jarrito . T um ba 5 Sur D e n tro de un bolsón de tierra y ripio blando con m ucho carbón, se ubican piedras de diferen tes tam años, que p arecen form ar una pirca inclinada sobre la ofrenda. El esqueleto en dirección E-W a 2,94 m de profundidad; alred ed o r de su cabeza se ubicaban dos ollas, dos m ás p eq u eñ as (una con restos de colo ran te en su interior), un ja rro , un plato y una escudilla, y a la altura del hom bro izquierdo, una olla. T um ba 5 N o rte A 30 cm al n o rte de la tum ba an terio r, se en cuentra otro esqueleto a la misma p ro fu n d id ad y dirección; se descubre la continuidad de la pirca p ro tecto ra del otro ente­ rrato rio . La ofren d a se ubica a lo largo del costado derecho del cuerpo y consiste en dos jarros y dos ollas.


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T um ba 6 Sur Dos bloques de piedra laja y la m itad de una piedra de m oler acusaron la presencia del en te rrato rio al que protegían debidam ente. C orresponde nuevam ente a uno doble, rodeado por una pirca de 45 cm de alto más o menos. El esqueleto está en dirección S-E a 3,00 m de profundidad, en un estrato con abundante carbón. C erca del cráneo se encontraron dientes de cam élidos; al lado derecho del mism o dos escudillas, dos jarros, un plato, una olla y fragm entos de cerám icas; y al izquierdo, una olla y dos jarros; junto al pie derecho, una olla. T um ba 6 N orte A corta distancia del anterior, se ubica un esqueleto bajo una capa blanquecina y sobre una cam a de restos cerám icos, debajo de los cuales se ubicó un tercer esqueleto en muy mal estado de conservación. El esqueleto se encuentra a 3,00 m de profundidad con abundante presencia de carbón en el estrato, en dirección S-E. Su ofrenda está ubicada al costado derech o d el torso y hom bro, com puesta por cuatro jarros, dosaribaloides, dos escudillas, cinco platos y una olla. Tum ba 7 N orte E squeleto en dirección E-W a 1,50 m de profundidad bajo una capa de tierra muy dura. Su ofrenda protegida p or rodados de cerro, se encuentra ubicada en parte a su derecha y el resto sobre el esqueleto desde la cabeza hasta los pies; consistente en seis ollas, un vaso, una oUita, una escudilla, un jarro ; en el lado izquierdo de la cabeza un plato, y de la pierna, un jarro. Tum ba 7 Sur A una profundidad de 1,07 m se ubicaron tres piedras de moler en diferentes direcciones sobre abu ndante carbón, y a 1,58 m un esqueleto en dirección S-E. A su costado izquierdo a la altura del hom bro, dos ollas y dos jarros. Tum ba 8 A 2,10 m de profundidad se encontró disem inado dentro de un m etro cuadrado, un conjunto de huesos y cerám ica que no perm itió establecer dirección ni posición. La cerám ica corresponde a un jarro , un plato, una escudilla, una olla. Tum ba 9 A 1,07 m de profundidad sin indicador alguno que evidenciara un enterrato rio , se ubicó sobre una cam a de piedras en la que había dos m itades de piedra de moler, los huesos aplastados de un esqueleto con una orientación E-W. Su ofrenda protegida por rodados se ubicaba al costado derecho del cuerpo: a la altura de la cabeza tres escudillas y del hom bro izquierdo dos escudillas. La cerám ica La cerám ica que a continuación nos referim os, forma parte de las ofrendas funerarias que acom pañan a los en terrato rio s del cem enterio inca-local del asentam iento El Triunfo.


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_________________________________________ iK )i,i:TIN D i:i.

m u s i :o n a c i o n a l d e h i s t o r i a n a t u r a l

Para facilitar el análisis y descripción de las num erosas piezas que se en co ntraron, éstas se ag ruparo n de acu erd o a su form a; así podem os distinguir: Escudillas Las escudillas son ab u n d an tes (20), las hay d ecoradas y sin decorar. A lgunas son de gran tam año, su d iám etro va de los 10 cm a los 26,8 cm; su altura en tre los 3,5 cm y 15,7 cm; el espesor de p a re d e s de 0,4 cm a 0,8 cm y la dureza a la escala de M ohs es de 3.0 a 4.5. A pro x im ad am en te el 50% de ellas se en cuentra decorada y el otro 50% es de carácter utilitario. Las escudillas d eco rad as p resen tan una textura com pacta a diferencia de las sin decorar que es quebradiza. En el antiplástico p redom ina el com ponente feldespato con un tamaño del grano q u e va desde el m ediano al fino, de distribución regular y con un grado de densidad de m ediano a denso. Cocción de tipo oxidante con y sin presencia de núcleo. E n tre los m otivos decorativos destacan algunos de origen francam ente diaguita. La decoración es geom étrica y se ubica en el exterior a excepción de una sola escudilla en que el m otivo es an tro p o m o rfo y va en la cara interior. En la m ayoría de los casos la decoración es blanco, negro y rojo. A lgunas presentan su superficie ex terio r roja y la in terio r blanca y otras rojas am bas caras. Los m otivos geom étricos m ás sim ples consisten en una línea negra en el bo rd e y otra paralela, e n tre am bas, dos líneas queb rad as de color blanco form ando rom bos (fig. 1), el in te rio r y ex terio r es de color rojo. O tro, co rresp o n d e a una franja de color blanco, en la cual, se destacan dos m am elones o protu b eran cias en m edio de la decoración que consiste en cuatro o cinco líneas h o rizontales paralelas cortas de color rojo, enm arcadas por una franja gruesa negra (fig. 2). En el bord e interno, grupos de paralelas verticales de color rojo. La superficie in terio r es de color blanco y la exterior rojo. O tro m otivo geom étrico de color negro y rojo sobre blanco consiste en una línea negra en el bo rd e y dos líneas negras p aralelas a ésta, en su interior triángulos opuestos p o r el vértice, altern án d o se rojo-negro sep arad o s p o r cinco líneas paralelas verticales rojo-negro alterna­ dam en te (fig. 3); el resto del cuerp o es rojo en el exterior y blanco en el interior. D os m otivos decorativos claram en te diaguita son los de una escudilla b astan te profunda engobada de rojo en el in terio r y exterior, tiene una franja ancha inm ed iatam en te bajo el borde, con dos co rrid as p aralelas de grecas en color rojo, negro y blanco (fig. 4) y el de una escudilla de p ared recta, ligeram ente inclinada hacia afuera que m uestra una ancha franja seccionada en dos partes, un fondo blanco con escalonados term inados en espiral rojo y negro o p u estos y sep arad o s p o r tres paralelas verticales (fig. 5), el in terio r engobado de color blanco y el exterio r de color rojo. U na escudilla con m otivo antropom orfo, rep re sen ta la estilización de una máscara hum ana, en color negro sobre fondo blanco en el in terio r de la escudilla. E ste consiste en cu atro triángulos cuya base form a p a rte del borde, en el centro un apéndice que se proyecta hacia el vértice, dando lugar a las cejas y nariz, de los costados nacen dos volutas que rep re se n ta n los ojos y cercano al vértice se distingue una línea gruesa con tre s prolongaciones p e q u eñ a s sem ejando la boca (fig. 6). Platos Se en cu en tran casi en el m ism o núm ero (18) que las escudillas, todos se presentan decorados, con un d iám etro q u e va desde los 16,1 cm a los 19,9 cm; su altura fluctúa entre los 4,5 cm a los 6,5 cm; el esp eso r de las p a re d e s e n tre los 0,5 cm a los 0,7 cm. La dureza según la escala de M ohs varía e n tre los 3 y 4.5.


F iguras 1 - 21. M olivos decorativos cerรกm ica cem enterio El T riunfo.


1 7 6 _______________________________________________B O L irriN d e l m u s e o n a c i o n a l d e h i s t o r i a n a t u r a l

Los platos p resen tan una textura com pacta, con una antiplástico en que predom ina el feldespato, con un tam añ o de grano que va de preferencia desde el m ediano a fino, de distribución irregular y con un grado de densidad que va de m ediano a denso. Cocción de tipo oxidante con presencia y ausencia de núcleo, m ás o m enos en la m ism a proporción. A excepción de dos platos, todo el resto p resen ta un asa y en el lado opuesto dos p ro tu b eran cias que dan el aspecto de la cola de un ave, de allí que sean denom inados platos ornitom orfos. Los tipos de asas son en form a de cinta, de anilJo o de pro tu b eran cia semejando la cabeza de un pájaro. La decoración es poco variada; en su m ayoría se presen ta el motivo de triángulos con un rostro estilizado en la cara interna (fig. 7a, 7b) com binados con ángulos paralelos con trazos paralelos en su interior, o bien con cuadrados; triángulos term inados en espiral tam bién con cu adrados (fig. 8), ángulos paralelos laterales y paralelas con enrejado en el c en tro (fig. 9); la división de la cara interna en cuatro secciones p o r dos líneas negras que se cruzan en el centro dejando ángulos opuestos p o r el vértice, dos de ellos decorados con ángulos paralelos de color blanco y negro (fig. 10). Ja rro s Con una m uestra b astan te representativa (31), los hay con un asa, con dos y con asa pu ente. Se p resen tan a lred ed o r del 50% decorado y el otro 50% sin decoración, estos últimos con y sin tra ta m ie n to de superficie. Incluirem os d en tro de los jarro s, los aribaloides que son dos; estos alcanzan 47,7 cm y 45,5 cm de altura, con un d iám etro m áximo de 35,1 cm y 33,5 cm, un espesor de pared de 0,9 cm y una dureza 4 según la escala de Mohs. El resto de los ja rro s tienen una altura e n tre los 26,2 y 10,6 cm, con un d iám etro que va de los 10,0 cm a los 22,0 cm y el espesor de p ared de 0,5 cm a 0,8 cm y la dureza de acuerdo a la escala de M ohs e n tre 3 y 4.5. E n su m ayoría p resen tan una textura com pacta, un antiplástico rico en feldespato, de un grano p re fe re n tem e n te m ediano-fino, con una distribución regular en algunos e irregular en otros. Cocción de tipo oxidante, de preferencia con ausencia de núcleo. En cuanto a los m otivos decorativos encontram os, en tre paralelas, rom bos unidos por uno de sus vértices en algunos casos sólo negros, en otros altern an d o rojo y negro quedando e n tre ellos triángulos o puestos p o r el vértice de color blanco, tam bién en dos hileras (fig. 11); triángulos o puestos p o r el vértice de color rojo y negro (fig. 12); triángulos escalonados de color rojo y negro o puestos p o r la base (fig. 13); e n tre paralelas dos rectángulos terminados en espiral que se oponen, dos de color rojo, dos de color negro (fig. 14); triángulos escalonados tipo IV estilo (fig. 15); líneas paralelas queb rad as que dejan triángulos de color negro y rojo (fig. 16); m otivo fitom orfo en tre paralelas (fig. 17); franjas verticales con reticulado en su in terio r (fig. 18). O llas E stas tien en una buena rep resen tació n (24); de todas ellas excepcionalm ente dos están deco rad as y dos engobadas y pulidas. Las hay de todos tam años, oscilando e n tre los 39 cm de altu ra a los 81 cm, m ientras que su d iám etro va desde los 34 cm a los 8,2 cm, con un espesor d e p ared e s e n tre los 0,6 cm y 0,8 cm y la dureza de acuerdo a la escala de M ohs es de 3 a 6. La textura de las ollas se p resen ta casi en el m ism o porcentaje, com pactada, regulara quebradiza, con un antiplástico en que predom ina el feldespato, con un tam añ o del grano que va desd e el fino al grueso, con una distribución en algunos casos regular y en otros irregular y con un grado de densidad de m ediano a denso. Cocción de tipo oxidante con


E. DURA N y C. COROS / Hallazgo inca cn Aconcagua

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ausencia de núcleo. L as oUas presen tan cuerpo globular con base redondeada o sem iredondeada y ex­ cepcionalm ente una en form a de cono truncado; tienen insinuación de cuello con borde evertido; en su m ayoría con dos asas, que se ubican en la vertical desde el borde a la insinuación de cuello. H ay dos excepciones, una que tiene dos asas horizontales en el diám etro mayor del cuerpo, y o tra con dos verticales y dos horizontales. En cuanto al tratam ien to de superficie en su m ayoría son alisadas, un par engobadas y pulidas y un p ar adem ás decoradas. La decoración de una de ellas, en el cuerpo sobre engobe blanco, consiste en cinco bandas de trapecios de color rojo y negro alternadam ente, dejando entre uno y otro, triángulos opuestos p o r el vértice de color blanco (fig. 19). C ada banda es lim itada por una línea negra y en tre una y o tra queda una franja blanca. En el interior del borde se encuentran dos figuras escalonadas que term inan en un greca cuadrada, una de color rojo y la otra negra (fig. 20). El otro ejem plar decorado está engobado de rojo, bajo el borde tiene una banda con figuras trapezoidales de color blanco delineadas de negro y con puntos negros en su interior, dejando figuras de triángulos opuestos p o r el vértice de color rojo en tre uno y otro (fig. 21). Piezas únicas -Taza muy burda de 11,6 cm de alto, 8 cm de diám etro, un espesor de paredes de 0,6 cm y una dureza de acuerdo a la escala de M ohs de 4.5. Presenta una textura quebradiza, con un antiplástico de mala selección, más que m ediano, de distribución regular con una densidad m edia, cocción de tipo oxidante y ausencia de núcleo. La superficie exterior alisada en form a deficiente, notándose las huellas del alisado. -U n p ar de vasos o cubiletes, con un alto de 11,7 cm y un diám etro de 12,5 cm; con un espesor de p ared es de 0,6 cm y una dureza 3 de acuerdo a la escala de Mohs. Presentan una textura quebradiza con un antiplástico rico en feldespato, con un grano de tam año fino, de distribución irregular y denso. La cocción es de tipo parcial con ausencia de núcleo. La superficie se p resenta alisada y sin decoración. C O M E N T A R IO S Y C O N C LU SIO N ES R eferen te a la ubicación de este sitio arqueológico, podem os inferir que se encuentra ín las inm ediaciones de donde habría pasado el cam ino del Inca. Rivera y Hyslop (1984:119), establecen que “ ... El cam ino pudo haber pasado por la ciudad actual de Los Andes, tal como a R uta 57, sin em bargo, por la topografía tam bién es posible que se ubique tres o cuatro (ilóm etros al sur de Los A ndes en una travesía m ás directa por el cerro M ercachas, sitio lefinido com o incaico”. E ste cerro conocido tam bién com o C erro La M esa, por su form a, está ubicado frente d sitio, en dirección sur en un punto estratégico de control de tráfico. En su cima se encuentran estructuras de piedras y abundantes restos de cerám ica inca. Hay claras evidencias de la presencia inca en esta región, seguram ente por apropiación le sectores muy definidos por los recursos económ icos que ofrece el valle del Aconcagua. Se estim a que la población incaica en Chile C entral no alteró m ayorm ente el desarrollo radicional, p o rq u e se integran al Im perio etnías organizadas que m antienen su quehacer. Del resultado del análisis cerám ico, tanto en su form a com o decoración, observam os in claro intercam bio y fusión de elem entos incaicos y diaguitas puros; esto nos indicaría en ;ierta m anera que los que fabricaron esta cerám ica estarían fam iliarizados con am bos estilos, ^o hay vasijas que sean cien por ciento incas, ni tam poco representativas del estilo local de Ilhile C entral.


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__________ H O l.liT IN D i : i . M U S IiO N A C IO N A I. D i i I U S T O R IA N A T L I U l.

La tradición inca la ten d ríam o s p resen te en los aribaloides, platos con diferen tes formas de asas que caracterizan este período, com o es el asa ornitom orfa y otras, y en algunos diseños. Es decir, en co n tram o s form as y diseños cuzqueños recreados a la realidad regional, muchos de ios m otivos sim plificados. Hay un proceso de transculturación im portante y una aceptación por p a rte de los alfareros locales que copian y revitalizan los elem entos andinos. La influencia del desarrollo areal diaguita se debería a lo masiva que fue la conquista inca para consolidar el proceso, ya que trasladaban grandes m asas de gentes a valles extensos y poco poblados p ara así introducir masivos procesos de cam bio. U na vez conseguida ésta en la zona diaguita, establecían el sistem a de m ita p ara suplir m uchas veces la falta de mano de obra. Así, ten d ríam o s que estas colonias de m itim aes incorporadas al im perio habrían dejado su im pronta cultural, que hem os d enom inado inca-local, en algunas construcciones y cemen­ terios com o m udo testigo de su paso por este valle.

A G R A D E C IM IE N T O S A l c o r o n e l C a r lo s M e ir c lle s , g o b e r n a d o r d e la p r o v in c ia e n e s e e n to n c e s ( f e b r e r o d e 1 977) y al c o m a n d a n t e P e d r o C u b illo s d e l R e g im ie n to d e I n f a n te r í a d e M o n ta ñ a R e f o r z a d a 18, G u a r d i a Vieja d e L o s A n d e s , q u e n o s d ie r o n t o d o e l a p o y o lo g istic o p a r a la r e a liz a c ió n d e la s e x c a v a c io n e s . A lo s 10 jó v e n e s c o n s c r ip to s q u e t r a b a ja r o n e n f o r m a e n t u s ia s ta y r e s p o n s a b le . A lo s m i e m b r o s d e la S o c ie d a d A r q u e o ló g ic a d e L o s A n d e s p o r s u c o la b o r a c ió n e n e l te rre n o .

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CRONICA HISTORICA 100 AÑOS DE LA SECCION BOTANICA DEL M USEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL (1889-1989)

MHI.ICA M U Ñ O Z SCIIICK Sección Botánica, M useo Nacional de Historia Natural, casilla 787, Santiago, Chile.

El estudio sistem ático y organizado de los recursos naturales de Chile, se inicia con la Llegada a nuestro país, del naturalista francés Claudio Gay. (Foto 1) El 14 de septiem bre de 1830 se celebra un contrato entre Gay y el Suprem o G obierno de Chile, en que él se com prom ete, en tre otros, a form ar un G abinete de H istoria N atural. G ay recorrió nuestro país entre C opiapó y Chiloé, reuniendo plantas, anim ales, m ine­ rales, fósiles y aún objetos indígenas y en 1838 tenía form ado e instalado su M useo en una sala de un edificio en calle C atedral en tre B andera y M orandé (esquina sur-occidental de C atedral con B andera), actualm ente inexistente. El fundador de nuestro M useo, llevó sus colecciones a Francia, para que adem ás de él las estudiaran sus colaboradores: Barneoud, Clos, N audin, Remy, Richard, Desvaux y M ontagne, y escribieran posteriorm ente su valiosa y m onum ental obra. H istoria Física y Política de Chile, en 28 volúm enes y 2 atlas (1845-1865) en París. D uplicados de estas colecciones (± 1,500 ejem plares), con sus etiquetas m anuscritas se encuentran en el H erbario del M useo Nacional de H istoria N atural y constituyen isotipos de las especies nuevas para la ciencia, que ellos de.scribieron. (Fotos 2 y 3) Con la obra botánica de Gay (que incluye todos los grupos), la flora de Chile que hasta ese m om ento tenía descritas 300 especies vegetales, se eleva a 3.767 especies.

R O D U L F O A M A N D O PH ILIPPI (1808-1904) Y F E D E R IC O PH ILIPPI (1838-1910) Con el regreso de C laudio Gay a Francia, en 1842, la dirección del M useo y la conservación de las colecciones estuvieron a cargo de diferentes personas hasta el 20 de octubre de 1853, en que es nom brado director el naturalista alem án don Rodulfo A m ando Philippi. (F oto 4) El había venido a nuetro país, llamado por su herm ano Bernardo, quien era uno de los encargados de realizar la colonización alem ana en el sur de Chile, Philippi reinició la tarea de colectar m aterial para el M useo y obtuvo así una segunda sala en el edificio antes m encionado. C uando se agregó al M useo una colección etnográfica ya se hizo chico el espacio, y el G obierno cedió para esta colección una sala en el Palacio de la Intendencia donde perm aneció hasta 1866, año en que fue trasladada al edificio recién construido de la U niversidad. Por estar ubicadas las colecciones en dos edificios distintos, hubo repetidas pérdidas de objetos y finalm ente el 15 de enero de 1876, todo el M useo fue trasladado a la O uinta N orm al, al palacio construido un año antes con ocasión de una exposición internacional, para


Foto 1. Claudio Gay.

Foto 2. Herbario Q audio Gay.

Foto 4. Rodulfo Amando Philippi.

Foto 3. Etiqueta manuscrita de Claudio Gay.


M. M UÑ O Z / 100 años de la Sección Botánica

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dar a conocer principalm ente las producciones m inerales de nuestro país. E n el ala oeste de este edificio funcionaba en form a independiente del M useo, la Escuela Superior de A gricultura, más tard e llam ado Instituto Agrícola. (Foto 11) En cuanto a las colecciones botánicas R.A. Philippi anotaba: “ El herbario chileno era b astante m odesto; los papeles que contenían las plantas, no estaban reunidos en libros, sino puestos horizontalm ente unos sobre otros, pero sistem áticam ente. Un letrero sobresaliente indicaba el nom bre de las familias. C om o un año y m edio más tarde, descubrí en un rincc3n, debajo del techo, un p aq u ete de plantas desecadas recojidas por el infortunado botánico italiano B ertero, que estuvo en Chile por los años 1828 a 1830, colección de gran im portancia porque las plantas servían para conocer con exactitud el nom bre de las especies nuevas descubiertas p o r él i descriptas por el botánico italiano Colla”. (Fotos 5, 6 y 7) O tra colección histórica que data de esos años, es aquella form ada en 1843, por el padre de la farm acia chilena, V icente Bustillos, en la cordillera de San Fernando. (Fotos 8 y 9) C uando se nom bra a R.A. Philippi com o director, el M useo contaba sólo con dos personas más, don Filiberto G erm ain, antes director interino y luego subdirector, y un disector, don B ernardino C ortés, quien habría acom pañado a Gay com o ayudante en sus viajes. E n tre 1853 y 1889, se suceden varios ayudantes de R.A. Philippi, para la preparación del m aterial del M useo, los que renunciaban principalm ente por los bajos sueldos. Según guía del M useo (1878) los estudiantes de medicina, Luis Sanfurgo Reyes y F ederico Puga B orne, fueron nom brados por 2 años y 1 1/2 años respectivam ente, para incorporar las plantas del herbario extranjero y catalogarlo, y para p re p arar colecciones para canje. D on E nriq u e Ibar Sierra, tam bién estudiante de medicina, fue nom brado ayudante para acom pañar la C om isión E xploradora de la Patagonia, donde form ó interesantes colecciones. R. A. Philippi se dedica a reco rrer el territorio y una de sus prim eras excursiones es al D esierto de A tacam a. Luego su hijo Federico realiza una expedición a las provincias de A ntofagasta y T arapacá, territo rio s recién anexados a nuestra República. P or el sur llega don Rodulfo A m ando hasta Llanquihue y su hijo Federico hasta Chiloé. De nuestras dos últim as regiones actuales, recibía m ateriales a través de personas que él enviaba (P. O rtega, E. Ibar, C. Reiche, R. Pohim ann) o a través de personas que le enviaban m aterial (doctor F. Delfin) u oficiales de la M arina chilena (E. Simp.son, F. Vidal Gorm az, A. H irth). Por otra parte, tuvo R.A. Philippi un gran núm ero de colaboradores que le traían m aterial de todas p artes del país, com o F. G erm ain, G. Krause, F. Fonk, G. Volckmann, W. Díaz, G. Cox, L. Landbeck, M.A. de Solís, F. Gei.s.se hijo, C. Juliet, A. Borchers, T. King, Doli, H. von D essauer, en tre otros. D e Chile insular tam bién le traían colecciones y él mismo estuvo 3 días en Juan F ernández. R. A. Philippi realizó canje con num erosas instituciones, con lo cual aum entó conside­ rablem ente el herbario de plantas extranjeras iniciado por Gay, a saber: Jardines Botánicos de Kew (L ondres), Berlín, Viena, con el barón von M uller en M elbourne (A ustralia), el doctor G ethe en Suecia,el Sr. Richter Lajos en Pest (H ungría), varios botánicos norteam ericanos y de Nueva Z elandia. Bolonia y Nápoles (Italia) recibieron, pero no volvió m aterial en canje. En los años 1850-1852 tam bién realiza colecciones en la zona sur-austral de nuestro país, Wilibaid Lechier, reuniendo m ás o m enos 300 número.s, que son estudiados en E uropa y devueltos a nuestro país, ya identificados, con etiquetas manu.scritas por H ohenacker. Se hizo sentir la necesidad de nom brar naturalistas de profesión y experim entados para ayudar al d irecto r y para hacer el catálogo exacto de los objetos en los diferentes ramos. Así el 9 de julio de 1889, el Suprem o G obierno dicta un reglam ento del M useo Nacional


Foto 5. Carlos Bcrtero.

Foto 6. Herbario Carlos Bertero.

Polo 9. Etiqueta manuscrita de Buslillos, con indicaci贸n de Philippi.

Foto 8. Herbario Vicente Bustillo^.


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con un artículo respecto al que sería su personal de planta, creándose así las secciones: H abía 1 director, 1 jefe sección Zoológica, 1 jefe sección Botánica, 1 jefe sección M ineralógica, 1 p reparador, 1 disector, 1 m ayordom o y 2 porteros. Los profesores de Zoología, Botánica y M ineralogía en la Escuela de M edicina de la U niversidad obtuvieron por derecho propio, los puestos de jefe de las respectivas secciones: así el francés F ernando L ataste, fue nom lirado jefe de Zoología, don Federico Philippi, hijo d e d o n Rodulfo A m ando, fue nom brado jefe de Botánica el lO d e e n e ro d e 1889,y don E rnesto Frick fue nom brado jefe de la sección M ineralógica. D on Federico entonces fue incorporado oficialm ente al M useo, luego de más de 33 años de labor de recolección, descripción y catalogación de objetos para el museo. (Fotos 10 y 14) El jefe de sección en ese entonces, estaba encargado de “form ar un catálogo de los objetos de su ra m o ” y “clasificar y describir todos los objetos nuevos para la ciencia que ingresen al M useo, y publicar la descripción en el periódico del M useo”. Este periódico llevaba por título A nales del M useo N acional de Chile. Según inform e de F. Philippi en 1908 y 1914, la Sección estaba organizada d é la siguiente m anera: “La sección Botánica ocupa el salón occidental del frente en el piso bajo y el vestíbulo anexo. E n el prim ero hay 9 estantes altos y 3 centrales; los altos contienen: 2 los 117 libros con el herbario chileno, 2 los 138 libros con el herbario exótico y los 5 restantes contienen una colección de frutos y semillas y de drogas chilenas y otra análoga de productos ex­ tran jero s”. “T am bién hay una colección de m aderas, plantas de alta cordillera, acuarelas, dibujos y m apas de distribución de plantas, etc.” “La biblioteca está bien surtida en lo que se refiere a botánica, los libros m ás usados están en p o d er de cada jefe en su oficina”. La labor de p ad re e hijo va siem pre unida “el Dr. R.A. Philippi reunía y describía todo lo que llegaba a sus m anos y don Federico organizó el trabajo por secciones, trató de m odernizar la nom enclatura y llevó a efecto la catalogación del m aterial, sin descuidar las descripciones del nuevo m aterial que iba acum ulándose”. Previo a los Philippi entonces, las colecciones botánicas consistían en aquellos ejem ­ plares de B ertero (± 500) y los duplicados de Gay (± 1.500 ejem plares). Con el im pulso que R. A. Philippi y su hijo Federico le dieron a la exploración botánica, y a la descripción y catalogación posterior, la cantidad de 3.767 especies descritas a esa fecha, se eleva en 3.730 especies más, con una cantidad de 8.094 ejem plares, principalm ente de plantas vasculares. A dem ás de este cargo, R.A. Philippi era profesor de H istoria N atural en la U niversidad y se le encarga la creación de un jardín botánico, hecho que pudo iniciar en la Q uinta Norm al en 1876. R. A. Philippi es naturalista de una vastísima obra, pero nom brarem os sólo aquellas que más contribuyeron con especies nuevas para la ciencia, como: Florula atacam ensis, 1860, C atalogus praevius plantarum in itinere ad T arapaca a Federico Philippi lectarum , en el 1er. núm ero de los A nales del M useo, 1891, y en su serie Plantas nuevas chilenas, aparecida en los A nales de la U niversidad de Chile entre 1861 y 1886. D escripciones de plantas por localidades, tam bién en los A nales 1892 y 1896, o en la publicación alem ana L innaea desde 1856 a 1859. R.A. Philippi se acoge a jubilación luego de una ardua labor, en 1897, y le sucede en la dirección del M useo, su hijo Federico quien se había form ado a su lado. La colección form ada por R.A. y F. Philippi se conserva en nuestro M useo; duplicados de sus ejem plares se encuentran en m useos de E uropa con los cuales realizaron canje de m aterial. D e las 3.730 especies que describieron los Philippi, nuestro M useo conserva el 90% de sus ejem plares T IPO , hecho que no ostenta ningún otro país am ericano, con respecto a su flora. (F otos 13 y 14)


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Foto 11. Plano del Museo, 1878.

Foto 10. Federico Philippi.

Foto 12. Sala de Botànica. 1914; incluía herbarios, muestras de madera y otros.

Foto 13. njcm plarTipo de R. A. Philippi.

HERBARIO DEL MV!tr.O NACIONAL O t Min-ORtA NAn-RAL. C'litLB

Foto 14.

Etiquetas de los Philippi; la segunda de R. A.Philippi, la primera y tercera de F. Philippi.


M. M UÑ O Z / 100 años de l;i Sccción Botánica

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C A R LO S R E IC H E (1860-1929) Al tom ar F. Philippi la dirección del M useo, se hizo cargo de la sección Botánica el botánico alem án doctor C arlos Reiche, profesor de ciencias naturales contratado para el Liceo de C onstitución en 1889. (Foto 15) En febrero de 1901 se ocupó el puesto de jefe de sección con don B ernardino Q uijada, profesor de ciencias naturales chileno, quien fue com isionado para ir a E uropa a perfeccionar sus estudios. R eiche es nom brado en propiedad com o jefe en 1902; adem ás hacía clases de botánica en el Instituto Agrícola y en la U niversidad de Chile, donde fue nom brado profesor extraor­ dinario. Ya com o profesor en C onstitución, Reiche había recorrido varias zonas de nuestro país, principalm ente aquellas más desconocidas del sur. En el M useo dispuso de los herbarios y em pezó a publicar diversos artículos sobre plantas chilenas tan to en los A nales de la Universidad de Chile como en los del M useo y en revistas y libros alem anes. En esos años él se planteó la necesidad de una revisión crítica de la Flora de Chile y p rep aró su valiosa obra en 5 tom os “Estudios críticos sobre la Flora de C hile” publicados en los A nales de la U niversidad en tre 1894 y 1909, más un 6° tom o ap arte que se publicó com o Flora de C hile en 1911. El resto de los tom os tam bién aparecen como separatas con el título de Flora de Chile e n tre 1896 y 1910. E sta valiosa obra, aunque no trata todas las familias de Fanerógam as, reúne los cono­ cim ientos taxonóm icos sobre nuestra Flora a esa fecha e incluye por prim era vez claves para llegar a la identificación de géneros y especies. O tra im portantísim a publicación es su G riindzuge der Pflanzenverbreitung in Chile, 1907 (traducida por G. L ooser com o G eografía Botánica de Chile). P or esta obra se le otorgó la M edalla Científica Internacional de la A cadem ia In ter­ nacional de G eografía Botánica Le Mans, en 1910. En esa m ism a fecha el M useo, bajo la dirección de don E duardo M oore, adquiere la Biblioteca, el herbario privado, la colección m ineralógica y las cartas geográficas de los Philippi a sus fam iliares. Reiche, p o r lo tanto, no tuvo acceso a toda la colección de los Philippi y en algunos casos, para su Flora, debió basarse solam ente en las descripciones originales de Philippi y entonces com etió algunos erro res ai sinonim izar buenas especies. R eiche recorrió p o r el norte el desierto de A tacam a (diversas localidades en tre Calam a y V allenar), algo de la zona central y por el sur la Patagonia occidental y austral. Con R. Pohlm am fue a V itor y C am arones. D e R eiche se conserva el 80% de sus ejem plares Tipo y todo el resto de su colección. (F otos 16 y 17) Reiche se va del país en 1911 al ser llam ado por la U niversidad de México para hacerse cargo de la cátedra de Botánica y Biología y de la jefatu ra de la sección Botánica del Instituto M édico N acional de ese mism o país. En ese m ismo año es nom inado m iem bro de la D eutsche Botanische Gesellschaft. FR A N C ISC O FU E N T E S M A TU R A N A (1879-1934) A fines de 1911 fue nom brado jefe de .sección el profesor de Ciencias Físicas y N aturales. Francisco F uentes M., quien se encontraba en Santiago com isionado por el M inisterio de Instrucción para realizar el estudio de la Fauna y Flora de la Isla de Pascua. (F oto 18)


F oto 15. C arlos Rciche.

F oto 16. H erbario C arlos Reiche.

l'o io 18. iTancisco l'ucnic.'*.

F o to 17. E tiqueta m anuscrita de Reiche.


M M UÑOZ / 100 aflos de la Sccción Botánica_________________________________________________________________________________

En este m ism o año la sección Botánica se había dividido en 3: Sección de plantas Fanerógam as, de plantas Criptógam as y de Especies Dañinas; jefe de C riptógam as fue nom brado don M arcial Espinosa B. y de Especies Dañinas, don Rojelio Sánchez. R efiriéndose a la colección de plantas. Fuentes dice: (1914: 204-205) “ H em os princi­ piado la m odernización del H erbario Nacional, refundiendo las diversas colecciones en un herbario norm al, que contenga las especies y form as típicas de las plantas, pegadas en cartulina y bien rotuladas, en cajas de cartón horizontales”. Dice aún de la sección: “Los herbarios ocupan 8 estantes de arrim o colocados en el vestíbulo, 1 sala de exposición y biblioteca,en los bajos del lado norte poniente del Museo. Hay 462 libros o p aquetes con unas 12.500 especies en más de 80.000 ejem plares. Serán silvestres unas 5.000 spp. (F otos 12 y 19) Se guardan en posición vertical, pero se ha principiado el arreglo en cartulinas, dentro de cajas de cartón horizontales”. El ayudante de botánica, en ese entonces, era A lejandro Rivera. El profesor F uentes realiza el prim er estudio sobre la Flora de la Isla de Pascua y efectúa varias publicaciones sobre plantas M onocotiledóneas, que no habían sido tratadas por Reiche. A sistió en representación de Chile al V Congreso Internacional de Botánica, celebrado en Cam bridge, Inglaterra, y fue nom brado m iem bro de la Comisión de N om enclatura Botánica. La labor en el M useo fue interrum pida por el terrem oto de abril de 1927, que destruyó gran p arte del edificio; sólo en 1931 quedaron term inadas la fachada, 8 salas, el vestíbulo y el salón central. En el viaje a E uropa el Prof. Fuentes visitó im portantes herbarios, lo que le perm itió dar ideas y supervisar los trabajos para la nueva sala y m obiliario de la sección Botánica. En la m em oria del director Latcham (1930: 142) se lee: “ El personal de la sección Botánica se ha ocupado de clasificar el nuevo m aterial adquirido, en ordenar el H erbario en nuevos estantes recientem ente instalados, en revisar la sistem ática, agregando a las fichas la sinonim ia que faltaba y en hacer un nuevo catálogo razonado de las familias existentes en el H erb a rio ”. El Prof. F uentes fue socio fundador y presidente de la Sociedad C hilena de H istoria N atural y m iem bro de la Sociedad Científica de Chile y de la A cadem ia C hilena de Ciencias N aturales, en tre otras. Su labor docente fue intensa, ya que im partía clases en el Instituto Agronóm ico de la U niversidad de Chile, en la Escuela de Altos Estudios que fundó en el M useo y que duró 3 años, y en el Liceo M. L. A m unátegui; esto le impidió m uchas veces la entrega para su publicación de diversos trabajos que presentaba en las Sociedades Científicas. C olectó en Isla de Pascua, algo en Juan Fernández y diversas localidades desde la zona norte (C alam a), centro (principalm ente provincia de Colchagua) y por el sur hasta T ierra del Fuego. En el H erbario del M useo se conserva toda su colección. Fallece trágicam ente d u ran te una expedición a la provincia de Aisén organizada por el M useo, en 1934. M A R C IA L ESPIN O SA BUSTOS (1874-1959) En 1900 recibe su título de Prof. de Ciencias Biológicas, M arcial R. Espinosa Bustos y se desem peña com o tal en Liceos de Ancud y Chiloé. (F oto 20) En varias o p ortunidades había venido al M useo y tanto F. Philippi com o C. Reiche conocían su interés por las ciencias naturales, hasta que en octubre de 1911 es nom bratio encargado de la sección de Plantas C riptógam as la cual le correspondió crear y organizar en una sala en el 2“ pi.so en el lado centro-sur del edificio.


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B O L I'T IN Ü R I. M U S E O N A C IO N A L D E H IS T O R IA N A T U R A L

E n Santiago ejerció com o profesor en Liceos y d u ran te 2 años en el Instituto A gronóm ico; tam bién en la Escuela de A ltos E studios del M useo. En 1926 jubila de su labor d o cente y se consagra en calidad h o noraria a la sección C riptogám ica del M useo, hasta el térm ino de su vida. Hizo gran uso del m icroscopio, constituyéndose en esa época, en un an ato m ista difícil de superar. R eco rre nuestro país desde A tacam a a A isén. Sus trabajos abarcan los diversos grupos de plantas, en varios de ellos, describiendo especies nuevas para la ciencia, com o p o r ejemplo: H ongo nuevo chileno (1915), Sobre un helecho nuevo (1931), D os especies nuevas de Nothofagus (1928), Un nuevo helecho de Pascua (1934 y 1942), U n g énero nuevo de B rom eliáceas (1947), Los hongos chilenos del gén ero Cyttaria Berk. (1926). Sus trabajos fueron publicados en el Boletín del M useo y en la R evista C hilena de H istoria N atural. Su colección se conserva en el h erbario del M useo. Las colecciones de algas m arinas que él realizara, las estudiaron ficólogos europeos com o el francés P. H ario t, quien publica algunos trabajos sobre ellas, o los italianos G.B. de T oni y A. F o rti que publican en 1920 sobre este tem a.

D E S IG N A C IO N IN T E R N A C IO N A L D E L H E R B A R IO En 1937 J. Lanjouw de U trecht, H olanda, realiza una encuesta a los herbarios del mundo para la sistem atización de ellos y cita de sus colecciones; se designa así una sigla tomada principalm en te de las letras de la ubicación geográfica de ellos. A n u estro H erb ario le co rresp o n d e la sigla SG O , p o r Santiago, con la cual es citado in tern acio n alm en te hasta hoy en día.

R E B E C A A C E V E D O D E V A R G A S (1902-1987) La profesora de C iencias Biológicas y de Q uím ica de la U niversidad de Chile, ingresa en form a paralela a sus estudios, a la Escuela de A ltos E studios creada en el M useo Nacional de H istoria N atural, e n tre 1921 y 1924. (F o to 21) Al titu larse en 1924 es designada ayudante de B otánica del jefe de sección B otánica del M useo, Prof. Fuentes. E n 1934 regresa n u evam ente al M useo, ahora com o A yudante de B otánica del profesor M arcial E spinosa, hasta 1947 en que es designada je fe de sección B otánica. La sección a esa fecha estaba form ada por: Rebeca A cevedo, jefe sección B otánica; Nora C astelli de T orres, ayudante; M arcial E spinosa, je fe sección C riptogam ia; y C arlos Muñoz, je fe sección F anerogam ia, quien había ingresado en 1942. H asta 1964 ejerce la Prof. A cevedo, com o je fe sección B otánica, p reo cu p ad a d e conti­ n u a r el m ontaje, ordenación y num eración del h erbario, realizado a h o ra en cartulina, de acu erdo al sistem a in ternacional introducido al M useo en 1942, p o r el p ro feso r M uñoz. A su vez, ella continuó la ordenación de la biblioteca adjunta a la sección B otánica y se preocupó de la exhibición, iniciada ya desde el traslado del M useo al edificio en la Q u in ta Normal. Su labor botánica m ás notable es la relacionada con la fam ilia de las G ram íneas, en la cual se especializó d esde sus inicios en el M useo. C olecta en varias localidades del norte, cen tro y sur de n u estro país y deja en el Museo toda su colección.


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C A R L O S M U Ñ O Z P IZ A R R O (1913-1976) Se titula de ingeniero agrónom o de la U niversidad de Chile en 1937. Com o estudiante fue ayudante de botánica del Prof. Fuentes. La Fundación G uggenheim lo beca en 1938-1940 para especializarse en taxonom ía en el Gray H erbarium de la U niversidad de H arvard, Cam bridge, E E .U U . Allí trabaja bajo la dirección del Dr. Ivan M. Johnston, conocido taxónom o quien había realizado estudios en el norte de nuestro país (1929). (Foto 22) Prosiguió, el profesor M uñoz, sus investigaciones en la Sm ithsonian Institution, W ash­ ington, con la ya fam osa agrostóloga, Dra. Agnes Chase. Vuelve a nuestro país en 1940 e ingresa al M useo como jefe de sección Botánica F anerogam ia en 1942, im buido de nuevos conocim ientos sobre taxonom ía y conservación de herbarios. Con m otivo de la visita a nuestro país del Dr. T. H. G oodspeed, director del Jardín Botánico de la U niversidad de California, E E .U U ., y distinguido hom bre de ciencias, más el interés de las au toridades chilenas y de la Oficina del C oordinador de Asuntos Interam ericanos, inicia el profesor M uñoz un plan de cooperación entre el D epartam ento de G enética y Fitotecnia del M inisterio de A gricultura y la D irección del M useo N acional de H istoria N atural. Esto, unido a la valiosa contribución de la Com pañía de Papeles y C artones de Puente Alto, perm ite reiniciar el m ontaje de los ejem plares del herbario nacional, ahora en cartulina de buena calidad, siguiendo los m étodos de los principales herbarios norteam ericanos. Igualm ente con el objeto de conocer el núm ero exacto de ejem plares se estableció una num eración correlativa, con tim bre especial. Las fam ilias fueron ordenadas según Engler y Gilg, “Syllabus der Pflanzenfam ilien” y las especies seguían la obra de Reiche, salvo en aquellas familias que tuvieran un estudio crítico m ás m oderno. El herbario se dividió en H erbario Exótico (o de plantas extranjeras) H erbario N acional y H erbario de Tipos. El trabajo de m ontaje desarrollado en tre 1942-1946 en el M useo, perm itió al prof. M uñoz la revisión de 30.701 ejem plares del herbario de Plantas Nativas, concluyendo que este H erb ario contenía un 90% de tipos e isotipos, (principalm ente de Philippi), situación que ostenta com o ningún o tro herbario latinoam ericano. Con este motivo publica “Las especies de plantas descritas por R.A. Philippi en el siglo XIX. E studio crítico de sus tipos m om enclaturales, 1960”. D esde sus cargos en la U niversidad de Chile, M inisterio de A gricultura y M inisterio de T ierras y Colonización, estuvo siem pre incorporando recursos, personal e instrum ental, para ayudar a desarrollar la sección Botánica del M useo, aunque ya sólo com o investigador adscrito a eUa. F ue así com o gracias a sus gestiones, la C om pañía M anufacturera de M etales, le hace entrega en 1947, de los estantes m etálicos al que luego fueron trasladados los ejem plares Tipo y el m aterial crítico. M uñoz dice a este respecto: (1950: 311) “ Ello, no sólo ha perm itido disponer de este m aterial p ara su utilización, sino que estos esfuerzos han salvaguardado uno de nuestros patrim onios científicos más preciados, que nos legara un fundador y las generaciones de hom bres de ciencia e investigadores del siglo pasado. E ste m aterial no sólo p ertenece al país para el cual las entidades han sido descritas, sino que son com o todo elem ento de la ciencia, un patrim onio universal”. O rganizó nuevas expediciones, efectuadas principalm ente por ingenieros agrónom os, que increm entaron en gran m edida la colección del H erbario Nacional: E. Pisano, R. Bravo, G. T. Johnson, S. Zaviezo, D. Geni, A. M ontaldo, J. V enturelli, F. Sudzuki, y P. M ontaldo. La colección aum entó así en unos 16.000 ejem plares. A dquirió valiosas colecciones com o aquella de W. Biese, realizada principalm ente en


Fo to 23. Colección fototipos hecha p o r C arlos M uñoz.

F o to 22. C arlos M uñoz.


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las provincias más boreales de nuestro país, la de E. Kausel sobre M irtáceas, la de E. Bernath de árboles chilenos, o la de F. R itter sobre C actáceas de Sudam érica. Inició gestiones para la creación de un nuevo Jardín Botánico Nacional, esta vez en el P arque del Salitre en El Salto, Viña del Mar, ya que el creado por R. A. Philippi en la Q uinta Norm al fue destruido en 1920. Con fondos de la R ockefeller Foundation y ei G obierno de Chile por interm edio del Consejo de Fom ento e Investigación Agrícola, realizó junto a su esposa Ruth Schick, en 1961, un registro fotográfico de las especies chilenas conservadas en herbarios europeos (Kew, París, Turín, Glasgow) y descritas por Linneo, Jussieu, Lam arck, Lindley, H ooker y A rnott, Gay, N audin, Clos, Remy, Desvaux, B ertero y Colla, M orris, etc. Esta colección de fototipos se conserva en SGO y es de gran ayuda para los estudios taxonóm icos (M uñoz, 1963). (F oto 23) En 1966 con motivo de un Congreso Forestal en M adrid, el profesor M uñoz fotografió aquellas especies chilenas depositadas en el Jardín Botánico de M adrid, para estos mismos fines, y que corresponden a especies descritas por Ruiz y Pavón, y Cavanilles. R ecorre nuestro país de norte a sur, incluyendo algunas posesiones insulares com o el A rchipiélago de Juan F ernández, y sus colecciones, ± 8.000 núm eros, se conservan todas en el M useo N acional de H istoria N atural; realizó algunas colecciones en Estados U nidos, las que se conservan en herbarios de ese país. T anto el conocim iento de nuestro territorio como la intensa labor taxonóm ica que desarrollara, le perm itieron realizar una de sus más im portantes publicaciones “Sinopsis de la flora chilena”, en 1959, 2® ed. 1966, que incluía por prim era vez claves de las fam ilias y géneros de todas las plantas vasculares de Chile, su bibliografía e ilustraciones de muchas especies. Esta obra le significó el Prem io al M érito Agrícola, en 1961, otorgado por la Sociedad A gronóm ica de Chile. U na de sus últim as obras, y com o un llam ado de alerta en relación a la urgente protección de nuestros recursos vegetales, es el libro “Chile: Plantas en extinción”, 1973, que luego ha servido de base p ara analizar la situación de estas especies en nuestro país. Esta obra le hizo acreedor al prem io “Caballero de la O rden del A rca de O ro ” en 1974, otorgado p o r el R eino de los Países Bajos, por su labor sobre protección de recursos naturales. Se apaga su vida m ientras dictaba una conferencia en el Jardín Botánico de Nueva York, EE .U U ., sobre “Especies chilenas en peligro de extinción” en una reunión internacional sobre plantas extinguidas y dañadas de las Américas.

R O L F SIN G E R G racias a las gestiones del profesor Muñoz, en el año 1967, llega a trabajar por un año al M useo, a través de un convenio con la U niversidad de Chile, el Dr. Rolf Singer, micólogo de prestigio internacional. (F oto 24). Sus colectas de hongos las realiza en Fray Jorge (C oquim bo) y desde Santiago a Chiloé. D e las colecciones realizadas deja 565 ejem plares en nuestro país, de los cuales 103 constituyen T ipos de sus especies (B arrera, 1984). Los resultados de sus estudios los publica com o Mycoflora Australis, en 1969. A ctualm ente él trabaja en el Field M useum of N atural History, Chicago, EE .U U .


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DOLETIN DEL MUSEO NACIONAL D E IIISTORIA NATL'RAl.

LU ISA E U G E N IA NAVAS B U ST A M E N T E En 1959 la sección C riptogam ia pasa a constituir el L a b o ra to rio de C rip to g am ia de la sección B otánica ocupando el cargo ad honorem , de je fe de L ab o rato rio , la quím ica farm acéutica Srta. E ugenia N avas B., quien perm aneció en él hasta 1972. (F o to 2 5 ).D urante estos años d esem peñó labores técnicas en el L ab o rato rio la Srta. R osalba I^ e s ia s R. L a Srta. Navas dedicó p a rte de su tiem po al L aboratorio, realizando en él una valiosa colaboración en la ordenación de colecciones y publicando notas científicas acerca del m a teria l q u e allí se conservaba, e n tre ellas: “ P terid ó fito s”, 1962; “Algas M arinas”, 1957; “ Los liq ú e n e s”, 1960. Ya alejada del M useo, publica su valiosa obra “ Flora de la cuenca d e S antiago d e C h ile”, en 3 tom os, 1973, 1976 y 1979.

EPOCA ACTU A L A. P ersonal En 1966 ingresa com o jefe de la sección B otánica la ingeniero agrónom o. M élica M uñoz Schick. C ontinúa con la labor de m ontaje y ordenación del herbario, al igual q u e con el ingreso del nuevo m aterial q u e llega a la B iblioteca adjunta de botánica. Al existir 3 obras de conjunto sobre n uestra flora fanerogám ica, la lab o r d e M. M uñoz encauzada bajo la dirección de su p ad re y m aestro, el Prof. C arlos M uñoz P., consiste en revisiones de géneros, usos de las plantas, catálogos de las colecciones, nuevos registros de plantas para Chile, historia y nom enclatura de las plantas. H a publicado 2 libros sobre floras locales; F lora del P arq u e N acional P uyehue y Flores del N orte Chico. A ctualm ente form a p a rte de la Com isión C ientífica y colabora en la revisión d e géneros para la Nueva Flora de Chile, proyecto de la U niversidad de C oncepción, C hile, en colaboración con o tras instituciones nacionales y extranjeras. En el año 1968 ingresa com o ayudante, la Srta. Inés M eza P a rra, quien se titula po sterio rm en te de profesora en A lim entación y Educación para el H ogar. C olabora en las investigaciones de la sección y m antiene al día la o rd en ació n de la biblioteca adjunta de botánica. P or sus condiciones de p re p a ra d o ra de m aterial, ha partici­ pado en diversas excursiones de la sección Botánica o en colaboración con o tra s instituciones. Es coautora de los resultados de las investigaciones en que ha participado. En 1972 ingresa com o investigadora de la sección B otánica, a cargo del L a b o rato rio de C riptogam ia, la p rofesora de Biología y C iencias E lizabeth B arrera M oscoso; en 1975 es ascendida al cargo de jefe de L aboratorio que ocupa hasta la actualidad, desarrollando principalm ente taxonom ía de helechos. D esde hace algunos años, desarrolla tam bién estudios sobre m orfología de la epiderm is foliar y arq u itectu ra foliar de plantas vasculares, ad em ás de estudios palinológicos. E stas investigaciones han traíd o com o co n secu en cia,junto a las publicaciones c o rre sp o n ­ dientes, el inicio de la form ación de la m icroteca de la sección. En los estudios de epiderm is colabora I. M eza. En 1980 ingresa com o investigadora, en el lab o ratorio de C riptogam ia, la p ro fe so ra de Biología y Ciencias, M aría Eliana R am írez C asali; con ella com ienzan a d esa rro lla rse los estudios taxonóm icos y biogeográficos sobre algas m arinas chilenas; se in crem e n tan así las colecciones de este im p o rtan te grupo de plan tas y en 1988 se m aterializan sus esfu erzo s con la creación de una Sala de Cultivo de Algas.


F oto 24. R olf Singer.

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Foio 26. Vista actual del H erbario Nacional.

I'oto 25. Fiugcnia Navas.

Foto 27. Vista actual dcl H erbario Nacional.


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BOLETIN D EL MUSEO NACIONAL D E HISTOlUA NATURAL

E n 1985 ingresa en el cargo de técnica-m useóloga, la licenciada en B iología, Sra. G loria Rojas Villegas, quien adem ás de ser p re p a ra d o ra de todo el m aterial botánico, colabora tan to en la colecta de los ejem plares de algas m arinas com o en las investigaciones so b re este grupo.

B.

Traslados y equipamiento de la sección

E n el año 1975 se entrega el 4to. nivel del ala p o n ien te del M useo a la sección (reconstrucción iniciada en 1960) y se hace la conexión con ella en el 3er. piso, m e d ia n te una escala provisoria. Se traslada a esa sala el m aterial en estudio que se conserva en cajas de cartón. En 1982 p o r gestiones de la C onservadora del M useo, D ra. G re te M ostny, iniciadas algunos años antes, com ienza la rem odelación del sector n o rp o n ie n te del M useo. Le co rresp o n d e al p ersonal de la sección B otánica traslad a r el herb ario , biblioteca y oficinas a un lugar provisorio m ientras se efectuaba la loza que subdividía el 3er. piso en dos. E n m arzo de 1983 se traslada la sección B otánica al sector n o rp o n ien te del M useo, 4to. nivel, reu nién d o se am bos laboratorios, Fanero g am ia y C riptogam ia, ya que este últim o aún funcionaba en el sector sur. A la fecha del traslado, el perso n al científico y técnico d e la sección, estab a form ado por: Jefe de Sección, M. M uñoz; je fe de L abo rato rio , E. B arrera; investigador, M. E. R am írez; ayudante de Investigación, I. M eza; y técnico-m useólogo, A ugusto C ornejo C., quien trabajó en la sección e n tre 1980 y 1984. P o r gestiones de M. M uñoz y gracias al apoyo del arquitecto, Sr. F e rm ín M artico ren a d e la Sociedad C on stru ctora de E stablecim ientos E ducacionales del M inisterio d e Educación, se ad q u ieren m uebles m etálicos herm éticos p a ra conservar tan to el h erb ario nacional como el herbario extranjero, tom ando com o m odelo los del herb ario de T ipos, que siem pre perm an ecen sep arad o s ju n to a la biblioteca de la sección, tam bién en el 4to. nivel. (Fotos 26 y 27) L a colección qued a así en 2 salas in d ep en d ien tes (ala n o rte y ala p o n ie n te ) en m uebles m etálicos de acuerdo a los cánones internacionales de conservación d e h erbarios. A dem ás se recibe 1 freezer de aire circulante, con te m p e ra tu ra d e -2G°C para desinfección de colecciones. El ex L ab o rato rio de C riptogam ia se entrega en 1986, para cobijar los eq u ip o s de televisión y videos que donara el G obierno de Jap ó n en ese año, p o n ién d o le a esta Sala una placa reco rd ato ria en h o n o r de don M arcial E spinosa B.

C. Donaciones y colaboraciones P o r el tipo de investigación d esarrollada en el área criptogám ica, basada p rincipalm ente en análisis m icroscópico, y después de re ite ra d as solicitudes de E. B arre ra , se o b tie n e para la sección, en 1982, un m icroscopio L eitz D ialux 20 con equipo fotográfico, d o n a d o p o r la E m bajada de A lem ania con m otivo del sesquicen ten ario de la institución. G racias a gestiones realizadas p o r el M useo, en cabezadas p o r el Prof. Francisco Silva, recien tem en te fallecido, el G o b iern o japo n és, dona en 1986, lupas estereo scó p icas con equipo fotográfico, balanza electrónica y una cám ara de cultivo para “algas” . E n p arte, gracias a los proyectos de las investigadoras d e la sección, con o tra s insti­ tuciones, se ha podido co n tin u ar con las labores de m ontaje del h erb ario , in crem en tán d o se p rincipalm en te la colección de fanerógam as, de helechos y de algas m arinas. El D r. P e te r R aven y el D r. E n riq u e F o rero , D irec to r G e n e ra l y D ire c to r de Investigación respectivam ente, del M issouri B otanical C a rd e n , S aint L ouis, E E .U U ., han hecho posible con su ap o rte, un gran increm ento en el m ontaje de colecciones. U na gran cantid ad de ejem plares tam bién ha ingresado gracias a los investigadores


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nacionales y extranjeros que consultan en la sección o realizan expediciones en nuestro país. La Ley de M onum entos N acionales de 1970 protege en este sentido nuestros recursos naturales, exigiendo que los extranjeros que colectan en nuestro país, deben d e ja re n el M useo Nacional, 1 set de duplicados y en lo posible llevar un botánico chileno en sus expediciones.

D.

Situación de las colecciones

Las colecciones criptogám icas ascendían en 1972 a 2.350 ejem plares extranjeros y 5.416 chilenos; este m aterial se num eró posteriorm ente bajo el sistem a general de la sección Botánica, ya que hasta ese año sus registros se llevaban en form a independiente. E n tre estas colecciones se puede destacar la de liqúenes y musgos realizada en Juan Fernández e Isla de Pascua por el botánico sueco Cari Skottsberg (1916-1917), m aterial que estudiado después por los especialistas A. Z ahlbruckner y V. Brotherus dieron origen a las publicaciones “D ie Flechten d er Juan Fernández Insein”, “D ie Flechten der O sterinseln”, “T he musci of the Juan F ernández islands” y “Musci Insulae-Paschalis”,trabajos que form an p arte de la im portante obra de Skottsberg “T he N atural History of Juan Fernández and E aster Island”. E n la actualidad ha hecho un valioso aporte el japonés H. Kashiwadani. E n la colección de musgos tam bién se encuentran los ejem plares reunidos por la Expedición Sueca a la Patagonia y T ierra del Fuego en 1907-1909, publicados por C ardot y B rotherus (1923); aquellas de H. Roivainen realizadas en la Patagonia (1929) y las actuales realizadas en la zona sur-austral del país por el galés S. W. G reene y el japonés H. Deguchi. En la colección de hepáticas se destaca el m aterial procedente de Juan Fernández, Concepción y Coquim bo estudiado por A. Evans (Espinosa, 1940) como tam bién el m aterial colectado por la Expedición Sudpolar Sueca en 1901-1903, publicado por Stephani (1905), y la actual en el sur de Chile, del japonés H. Inoue. La colección de H elechos es representativa de la flora pteridológica de todo el país, se destacan las colecciones de Juan F ernández e Isla de Pascua realizadas por la Svenska Pacific Expedition en 1916-1917 y por expediciones japonesas recientes, realizadas con la Prof. E. B arrera, adem ás de su propio aporte a esta colección. La colección de algas m arinas iniciada por el Prof. M. Espinosa, ha sido increm entada en gran m edida por la Prof. Ramírez. La colección de Hongos se valorizó de gran m anera, con el ap o rte del m aterial base de los estudios del Dr. Singer. El H erbario realiza préstam o de sus colecciones a aquellos investigadores acreditados nacionales y extranjeros que estudien géneros y especies propios de Chile o cuya distribución alcanza hasta nuestro país, es así com o tam bién se ha increm entado la colección de F anerógam as con las donaciones del sueco B. Sparre, del neozelandés E. J. Godley, efec­ tuadas en L lanquihue y Chiloé, de los norteam ericanos F.G. M eyer (en Juan Fernández), M. B ierner (del género Helenium ), L. Landrum (familia M irtáceas), M. Dillon (en form ación de “lom as”), D. Ford (género Calandrinia), los ingleses K. Beckett, M. Cheese, J. W atson (plantas andinas) y D. M oore (plantas de la Patagonia). La colección así ad quiere m ayor valor científico, ya que los especialistas la revisan, ponen al día la nom enclatura y por lo tanto la validez de las especies que form an la flora de Chile. Ai 30.XII.1989 había 50.653 ejem plares en el H erbario de Plantas Nativas (incluidas 12.839 criptógam as) y 42.033 ejem plares (incluidas 4.643 criptógam as) en el H erbario de plantas extranjeras. Se cuenta adem ás con la colección de Fototipos de plantas chilenas conservadas en herbarios europeos y sus negativos correspondientes, ± 12.705 fotos. Colección de negativos de Tipos conservados en SGO, ± 2.500 ejem plares. A m bas colecciones fueron iniciadas por el profesor Muñoz.


F oto 28. Biblioteca botánica.

^ “-»=4S»£ì = - “* Foto 2‘/ H erb ario de un isoiipo de I*. Scllow.

ftERDARTO DEL MUSBO NACIONAL D I HISTORIA NATURAL, CHILE.

r o to 30. H liqucia de FTiedrich Scllow.


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Con motivo de las investigaciones realizadas por Elizabeth B arrera y M aría Eliana R am írez se inició una colección de preparaciones microscópicas, que cuenta con 1.900 preparaciones, que incluyen cutículas de Fanerógam as, esporas de pteridófitos y órganos reproductivos de algas marinas. E.

Biblioteca Botánica

La biblioteca botánica que aún sigue adjunta a la sección, es de gran valor, ya que contiene gran p a rte del m aterial bibliográfico original para las plantas chilenas descritas en el siglo pasado. A ctualm ente se reciben algunos libros y revistas en canje por las publicaciones del M useo y donaciones de las publicaciones de los investigadores que han consultado nuestro H erbario. (F oto 28) F.

Herbario Exótico o de Plantas Extranjeras

E ste herbario iniciado por C. Gay, se ha ido enriqueciendo por donaciones y canje, existiendo en él plantas terrestres y acuáticas de casi todo el m undo occidental. U na colección muy im portante es la de F. Sellow, colaborador de A. von H um boldt, que incluye varios isotipos de plantas brasileñas (Kausel, 1950). (Fotos 29 y 30) E ste herbario es de valiosa ayuda en la identificación de especies de im portancia económ ica, ornam ental, forrajeras introducidas y malezas. A dem ás tiene gran im portancia com o m aterial de com paración en estudios paleobotánicos. La colección de Plantas Ex­ tranjeras, al 30.XII.1989, era de 42.033 ejemplares. Concluirem os com partiendo las palabras de la Prof. Acevedo; nuestro H erbario Nacional es representativo de la flora terrestre y acuática del país; contiene la riqueza intelectual de aquellos que le dieron vida y es jun to a su biblioteca, la principal fuente de los estudios taxonóm icos del país, con sus consiguientes beneficios para las ciencias agrope­ cuarias, silvícolas, médicas, educación en general y en especial para el progreso en el conocim iento m undial de la Botánica.

A G R A D E C IM IE N T O S A la s P ro f. E . B a r r e r a y M . E . R a m ír e z , se le a g r a d e c e n a lg u n o s a n te c e d e n te s r e s p e c to a la se c c ió n C r ip to g a m ia . A i S r. O s c a r L e ó n , el tr a b a jo fo to g rá fic o . A l z o ó lo g o , L ic e n c ia d o J . Y á ñ e z y a m i e s p o s o A r q to . S. M o r c ir a , p o r su s s u g e re n c ia s al m a n u s c rito .

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C o n trib u ció n recibida: 09.08.90; aceptada: 10.05.91.


IN ST R U C C IO N ES A LO S A U l'O R E S La Dirección del M useo Nacional de Historia natural considerará para la publicación en su Boletín, contribuciones originales e inéditas en las diferentes disciplinas relativas a las Ciencias naturales y A ntropología. Las publicaciones serán en español, pero excepcionalmente se aceptanan manuscritos en otros idiomas, en cuyo caso se incluirá un resum en en español. Presentación de originales: Los autores, deberán enviar al D irector del M useo Nacional de H istoria N atural o al E ditor del Boletín, (Casilla 787, Santiago), el original y dos copias del trabajo, m ecanografiado a doble espacio, en papel de buena calidad, tam año carta, escrito p o r una sola cara, con márgenes de p or lo menos 2,5 cm. En el texto, sólo deberán subrayarse los nom bres científicos correspondientes a géneros, subgéneros, especies ysubespecies. El E dito r a través de su Consejo Editorial som eterá los originales al juicio critico de especialistas y revisará el estilo antes de decidir su publicación; las observaciones serán enviadas al autor. El Editor y su Consejo Editorial se reservan el derecho de rechazar aquellos trabajos que a su juicio no se ajusten al nivel de la revista. C uando un m anuscrito se encuentra en proceso de revisión para su aceptación, no debe ser enviado para su publicación a o tras revistas. T ITU LO : deberá ser corto y preciso. El autor(es) indicará(n) al pie de la prim era página el nom bre y dirección postal de la Institución a la que perlenece(n). RESU M EN : los originales en español deberán llevar un resumen en este mismo idioma y o tro en un idioma extranjero de amplia difusión (preferentem ente inglés). Estos deberán ser breves y objetivos, incluirán sólo el contenido y las conclusiones del trabajo y no excederán de 250 palabras. El trabajo debe estar organizado en una secuencia lógica. En la introducción debe dejarse claram ente establecido cuales son los objetivos y la im portancia del trabajo, limitándose al mínimo la información relativa a trabajos anteriores. M étodos de práctica habitual deben señalarse sólo p o r su nom bre reconocido o citando la respectiva referencia. C U A D R O S: se justifican cuando constituyen una síntesis de información para evitar un texto largo. D eben num erarse consecutivamente con núm eros árabes: C uadro 1,2,3, etc., colocandoa continuación un título breve y preciso sin notas descriptivas. En su elaboración, se deberá ten er en cuenta las medidas de la página impresa de la revista. FIG U RA S: Incluyen dibujos lineales, gráficos, mapas, etc. y fotografías. Los dibujos deben ser hechos con íinta china negra y papel diam ante o en papel blanco de buena calidad pudiendo usarse adem ás, m ateriales autoadhesivos (letra set u otros). Las fotografías deberán ser en blanco y negro, papel brillante y con buen contraste e intensidad. Las figuras llevarán leyenda corta, precisa y autoexplicativa y serán num eradas correlativam ente con cifras árabes: Figura 1, 2, 3, etc. En lo posible deberán diseñarse del tam año en que se desea sean reproducidas, teniendo en cuenta las proporciones de la hoja impresa de la revista. Si se tuviera que hacer figuras que excedan el tam año de la hoja, deberán ser proyectadas considerando la reducción que sufrirá el original. U sar escalas gráficas. Las leyendas y explicaciones de figuras deberán mecanografiarse en hoja aparte. Cada ilustración deberá llevar adem ás del número, el nom bre del au to r y del artículo, el cual debe escribirse con lápiz grafito en su margen o en el reverso en el caso de fotografías. El au to r puede sugerir el lugar más apropiado para ubicar las ilustraciones. El núm ero de cuadros y figuras debe limitarse al mínimo indispensable para com prender el texto. R EFER EN C IA S: Las referencias en el texto se harán indicando solam ente el apellido del autor, el año y la página, si es necesario. Si un au to r tiene más de una publicación de un mismo año se diferenciarán agregando a, b, etc., a continuación del año. Cuando se trate de más de tres autores, se debe citar al prim ero de ellcs y luego se agregará et al. R E FE R EN C IA S BIBLIOGRAF'ICAS: en ella figurarán solam ente la bibliografía citada en el texto. Esta deberá disponerse por orden alfabético de autores y las referencias de un mismo au to r p or orden cronológico. Cita de artículos de revistas y libros: Según se cita en este volumen. A G R A D E C IM IEN TO S: deben colocarse en forma breve, antes de las referencias bibliográficas. Prueba de imprenta: El a u to r recibirá una prueba de im prenta que deberá devolver corregida inm ediatam ente. Estas correcciones se refieren exclusivamente a las erratas de im prenta. A partados: Hl lossau autores recibirán gratuitam ente un total de 50separatas p o r trabaio. Si desean un núm ero mayor, deben cancelarias H loo lo t( anticipadam ente. I>a cantidad adicional idicional debe ser indicada al devolver la prueba de c imprenta.


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