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ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN
N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011
LA FUNDACIÓN DE NUESTRA CIUDAD, MARCADA POR LA GUERRA CIVIL DESDE SU ORIGEN COMO “PUERTO DE LAS PIEDRAS”
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a fundación de Villa Constitución estuvo signada por numerosos hechos dentro del histórico Pago de los Arroyos, como “el lugar donde se expresó el signo definitorio de toda una época”. El contenido de este suplemento especial de Diario El Sur resulta de una exhaustiva selección del Prof. José Hugo Goicoechea, quien nos abre la posibilidad de disfrutar de este material, haciendo com-
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prensibles los grandes conflictos políticos y sociales de la Argentina y sus casi siempre invisibles sentidos presentes.
Trabajadores portuarios durante un almuerzo. En el fondo los buques dan cuenta del auge de la actividad.
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DIRECCIÓN GENERAL: Marcelo Maciel COORDINACIÓN: Lic. Ariela Georgiadis Freytes COLABORACIÓN ESPECIAL: Prof. José Hugo Goicoechea DISEÑO GRÁFICO: Diario El Sur (Martín Flores, Magalí Mulé)
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Haciendo comprensibles los desafíos políticos y sociales DURANTE LA CONVULSIONADA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA
LA GUERRA CIVIL LE CAMBIÓ EL NOMBRE AL “PUERTO DE LAS PIEDRAS” ES REVELADOR EL CASO DE VILLA DE LA CONSTITUCIÓN, DENTRO DEL HISTÓRICO PAGO DE LOS ARROYOS,
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e edificó sobre el principio rector de la vida política y económica de la incipiente nación, testigo de su convulsionada “construcción” histórica. Proceso que imprimió a ese puerto natural de aguas profundas, su singular nombre: el de la CONSTITUCIÓN. Fue esa villa, el “paso del medio” de su promulgación. Nombre que dio cuenta de aquello tan aprecia-
do, tan controvertido y accidentado: el instrumento necesario que pacificaría y organizaría una nación. Desde esta valoración, hacer historia de Villa de la Constitución del Pago de los Arroyos, es ir más allá de destacar a prohombres locales, señalar decretos y mensuras de tierras, conformación de calles, loteos, viviendas y establecer un listado cronológico de he-
COMO EL “LUGAR” DONDE SE EXPRESÓ EL SIGNO DEFINITORIO DE TODA UNA ÉPOCA, JUNTO A HECHOS DE IMPORTANCIA QUE MARCARON NUESTRA NACIONALIDAD. SU ORIGEN, COMO “PUERTO DE LAS PIEDRAS”, SE PRODUJO DENTRO DEL LARGO Y CONFLICTIVO “PROCESO DE
Barrancas sobre el río Paraná. Fotografía tomada en 1918, la zona aún sin edificación y sin el puerto de cabotaje.
chos relevantes. Por el contrario, será resignificar el sentido de CONSTITUCIÓN en su propio nombre, perdido en la memoria de los pueblos. Así, todo su escenario se amplifica. No es el “poblado” o la “villa”, cimiento de la futura ciudad. Toda la geografía nacional, en proceso de transformación, cobra una dimensión territorial en este específico lugar. El “Puerto de las Piedras”, paso del “Pago de los Arroyos Santafesino y Bonaerense”, resultó la frontera política y económica de la guerra civil. La Argentina estaba por definirse y la Villa del medio, de la CONSTITUCIÓN, su escenario. La Villa de la Constitución, fue síntesis de toda esta historia: de unitarios y federales; artiguistas y directoriales; santafesinos y bonaerenses; confederados y porteños; proteccionistas y librecambistas; estancieros, caudillos y abogados; militares, gauchos y malones. En el intento de elaborar una Carta Magna, se reflejaron las más radicales posturas e intereses que dilataron la organización de un país unificado. En más de cincuenta años, hombres y mujeres dejaron sus vidas por la “constitución” de una “CONSTITUCIÓN”, síntesis organizativa de una NACIÓN. Pequeñas partes, localizadas en un todo, reviven en nuestras grageas de historia regional.
FORMACIÓN DEL ESTADO ARGENTINO” MARCADO POR LA CRISIS DE LA GUERRA CIVIL.
SAN NICOLÁS, ANTESALA MILITAR DE UNITARIOS Y FEDERALES En este contexto, San Nicolás –bastión colonial, “escudo del corredor porteño” con su Comandancia Militar de la Frontera del Norte- y el Rosario, -plaza militar y comercial del Litoral- actuaron decisivamente en la redimensión política del Arroyo del Medio. Más que un arroyo, una FRONTERA de provincias/ estados, de potenciales países divididos. En la guerra por la independencia, fue el paso ineludible de las tropas de Granaderos del General San Martín, persiguiendo por tierra a los navíos realistas por el Paraná. San Lorenzo, su triunfal bautismo de fuego. El paso de la expedición de Manuel Belgrano al Paraguay, quien enarbolaría la naciente bandera Argentina en las barrancas del Rosario. La guerra civil cobraba sus víctimas. La causa independentista no fue suficiente motivo de hermandad entre criollos en un mismo suelo. AQUÍ MISMO, el general porteño Juan José Viamonte, acuartelado en San Nicolás en 1815 -quien intentaba invadir a la provincia de Santa Fe- fue derrotado por el caudillo orien-
tal José Gervasio Artigas. En 1818, el coronel Juan Ramón Balcarce instaló su cuartel militar en San Nicolás para comenzar las operaciones contra las montoneras de Estanislao López. Las fuerzas orientales de Artigas, junto a las santafesinas de López, atacaron a San Nicolás, plaza defendida por el teniente coronel Rafael Hortigueira, enrolado en las fuerzas porteñas del Directorio. El Arroyo del Medio, escenario de las acciones de Juan Lavalle y José María Paz en la revolución unitaria de 1828, separó el paso de las dos Ligas opuestas, y San Nicolás simbolizó el último respiro de las víctimas unitarias de ese enfrentamiento. El monolito actual en el cementerio nicoleño expresa: “El Coronel Luis Videla, ex gobernador de San Luis y los jefes del ejército libertador del General Paz, tenientes coroneles Luís Carbonell, Francisco Ramón Campero, Ángel Altamira, Agustín Montenegro y su hijo Romualdo, de catorce años de edad, Sargentos Mayo-
res Pedro Cuevas, Pedro Cuello y los civiles Agustín Duran y Benito Villaroel, todos traidoramente apresados en Córdoba y fusilados sin proceso ni defensa, por orden del Gobernador Juan Manuel de Rosas en la plaza principal de San Nicolás, eL 28 de octubre de 1831” De puerto de desembarco de tropas entrerrianas al mando del Gral. Urquiza preparado para la invasión a Buenos Aires, pasó a ser escenario elegido para el trascendente acuerdo, que llevarían a cabo los gobernadores de las provincias divididas, a la Constituyente en Santa Fe. Posta obligada de paso terrestre y fluvial a la ciudad de Santa Fe, sede de tantas reuniones tendientes a organizar las provincias rioplatenses, como la firma del Tratado del Cuadrilátero en 1822; la Convención Nacional que sesionó durante 1828 y 1829 y el Pacto Federal del 4 de Enero de 1831. Y sin olvidar la sanción de la Constitución de 1853 y las reformas de 1860 y 1861.
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EL CONTEXTO DEL ACUERDO DE SAN NICOLÁS NOS PONE EL NOMBRE VILLA DE LA CONSTITUCIÓN
DE LA VILLA, PUENTE DEL “ACUERDO DE SAN NICOLÁS”, A FRONTERA DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL PROF. JOSÉ HUGO GOICOECHEA
SOBRE ESTE SUPLEMENTO El presente contenido resulta de una selección del que contiene “Grageas de Historia Argentina en Historieta: AQUÍ MISMO”, tomo I la Villa de la Constitución. Primero de una serie de ediciones coleccionables de historias en historietas editadas por Loco Rabia. El desafió es tanto investigar desconocidas historias locales y regionales de fuerte impacto nacional, haciendo comprensibles los grandes conflictos políticos y sociales de la Argentina y sus casi siempre invisibles sentidos presentes. Específico proceso de investigación histórica que retraducidos explicativa e interpretativamente, resultan los insumos creativos de su formato: la producción de “grageas” (compactos argumentativos) guiones originales, y la obra del artista plasmada en historietas. Próximamente se presentará el tomo II “Santa Fe la Invencible” contando y reflexionando sobre los alcances políticos y económicos del federalismo santafesino en la figura de Don Estanislao López y en proceso de edición el tomo III“La Civilización Bárbara” (1865/1880). Investigación sobre la Guerra del Paraguay. Con la consigna “el pasado se hace presente” el profesor ha otorgado vida a formas de encarar los hechos históricos, no como meros acontecimientos cronológicos, sino como nudos problemáticos a desanudar. Una retraducción de sus investigaciones en un indispensable material didáctico para un abordaje alternativo de la historia argentina, para todo público.
SOBRE EL AUTOR Antecedentes profesionales: Vinculados a esta producción El Prof. José Hugo Goicoechea fue coordinador de las tareas académicas de numerosos Congresos y Encuentro de Historia Regional de los Pueblos del sur Santafesino y norte Bonaerense y los dependientes del Archivo General de la Provincia, como también compilador en la edición “Historia Sin Límites” publicación digital de ponencias e investigaciones, antecedentes específicos de la investigación histórica regional que acompañan su trabajo junto a equipos de estudiantes investigadores en la en la Escuela Media. Trayectoria que amerita la publicación y difusión de sus trabajos. La intención de que sus Historias en Historietas se conviertan en material de uso escolar en Talleres Clínicas para adolescentes y de la formación docentes del área, resultan virtudes que hacen valorable su continuidad en el tiempo, a modo de colección. La creciente importancia del libro como soporte para la edición de historietas pone en primer plano las deudas que la historieta, como lenguaje con una legitimidad social siempre en discusión, tiene con la
La derrota de Rosas fue el punto inicial de un doble proceso: uno de constitucionalidad política del territorio, que concluyó violentamente luego de la batalla de Pavón; y otro, de paulatina transformación económica de la cuenca hidrográfica del Plata a partir de la libre navegación de los ríos.
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os gobernadores de las provincias reunidos el 31 de mayo de 1852 en San Nicolás de los Arroyos, prescribieron el tiempo y la forma de la convocatoria del Congreso Constituyente, que iba a dictar la Constitución Federal en Santa Fe, concediendo a Urquiza el título de Director Provisorio de la Confederación Argentina. La legislatura porteña, desconforme con la igualdad de representación asignada a las provincias, por supuesta ilegalidad de su forma, rechazó el Acuerdo en tumultuosas sesiones. Entonces Urquiza, temeroso de ver frustrados sus planes, adujo el derecho de intervención militar acordado en San Nicolás. Marchó sobre Buenos Aires, disolvió la legislatura, deportó a los más exaltados opositores y Vicente López, hombre de Urquiza, reasumió la gobernación de dicha provincia. En realidad, los sectores opositores advirtieron las futuras medidas de Urquiza: abolición de la pena de muerte; confiscación de bienes por delitos políticos; establecimiento de aduanas exteriores fluviales en Rosario, Santa Fe, Paraná, Corrientes, Concepción del Uruguay, Martín García y Bahía Blanca; y terrestres en Mendoza, San Juan, Salta y Jujuy; nacionalización de la Aduana de Buenos Aires, una necesidad perentoria en el desenvolvimiento de los pueblos del li-
toral fluvial reclamada desde 1810, bandera llevada en triunfo a Caseros. Estas medidas, por supuesto, terminaban con el privilegio secular del Puerto único de Buenos Aires. “Los porteños no querían renunciar a las entradas de la aduana” escribe Sarmiento. Dichas medidas, lejos de convocar la unión de las partes, dividió la opinión porteña: los “federales” o “urquicistas”, que defendían el proceso de organización nacional bajo un poder federal, integrado por Vicente López y Planes, Juan Bautista Alberdi, Francisco Pico y Juan María Gutiérrez; los “autonomistas” o “provincialistas”, dirigidos por Valentín Alsina, quines defendían los derechos de Buenos Aires sobre la Confederación. Éstos, se oponían a la política de Urquiza, a la capitalización de Buenos Aires y a la nacionalización de los derechos de la aduana. Proponían el aislacionismo de la provincia y su separación del Estado Nacional; y los “nacionalistas”, dirigidos por Bartolomé Mitre, a quien seguían Vélez Sársfield y Sarmiento, partidarios de una organización nacional bajo la dirección de Buenos Aires. Estos se oponían a Urquiza, a quien consideraban un caudillo provinciano que aspiraba a dominar a la provincia. Los opositores a Urquiza terminaron imponiéndose en Buenos Aires.
Las sesiones legislativas de junio provocaron la renuncia de Vicente López y el definitivo rechazo a los términos del Acuerdo de San Nicolás. Urquiza decretó la disolución de la Sala, la prisión y el destierro a los diputados opositores, entre ellos, Bartolomé Mitre. Supuestamente ordenada la situación, y ante la partida de Urquiza para inaugurar la Convención Constituyente en Santa Fe, el 11 de septiembre se desató una revolución en Buenos Aires. Urquiza emprendió marcha hacia San Nicolás vía fluvial y desembarcó con sus efectivos. “Buenos Aires está perdida para la causa de la Confederación” le comunica José Miguel Galán a Urquiza. Esta información lo detuvo sobre el Arroyo del Medio, ya que consideraba impracticable una nueva acción militar para abatir a los rebeldes porteños. Tantas almas en Caseros, tantos fusilados, ahorcados y exiliados deportados, parecían no haber sido suficiente ante tan fuertes intereses de un sector. “Creo ya conocerá el ultimátum de Urquiza: él está revelando la rabia de su impotencia queriendo imponernos la Constitución por la fuerza; mi opinión es que ni hará nada, pero se hace lo posible para estar prevenidos. Nuestra situación política con la vecina provincia sigue siendo alarmante” le comunica M. Facio en carta al Gral. Mitre.
Las primeras casas construidas sobre la zona cercana a la barranca, todavía dispersas y con trazado de caminos irregulares.
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DE LA PROVINCIA DE SANTA FE Y LA CONFEDERACIÓN
LA VILLA DEL PAVÓN: EL “TALÓN MILITAR” C
on el río inutilizado como vía de comunicación al exterior por la política porteña, la Villa del Rosario, -sólo reconocida oficialmente como “ilustre y fiel Villa” por el gobernador Estanislao López, el 29 de octubre de 1823- aglutinó a un puñado de pobladores, labriegos, hacendados, incipientes ganaderos, productores y comerciantes del sur de la provincia, como un oasis de subsistencia. Su potencial desarrollo se vio amenazado por San Nicolás, ciudad colonial sede de la Comandancia Militar en la frontera norte de Buenos Aires. ”De mantener los ojos bien abiertos ante la primer noticia de invasión de López; dos puntos son los que planifican fortificar, entendidos como los de mayor importancia militar y política: Martín García y San Nicolás”. “San Nicolás próxima a caer en manos de López” le escribe Valentín Al-
sina en carta a Mitre. La actitud aguerrida de María Antonia, como la de María Moyano, su nuera María Leiva y tantas otras hacendadas, no parece ser una excepción en el Pago de Rosario de los Arroyos, que desde 1815, estaban al frente de sus unidades productivas, responsables del manejo de los rodeos, el cultivo de la tierra, el control de los trabajadores y de los esclavos. La guerra agudizaba el malestar entre los pobladores. “Aquí se dice que esa provincia (Santa Fe) nos invaden, y allá (Rosario) se dice que de aquí los invaden” “En San Nicolás hay bastantes enemigos, respecto de los cuales se necesitan no sólo vigilancia sino sobre todo energía” Las postas transitorias de la línea del arroyo del Medio raptaban la correspondencia enemiga, para remitirla con urgencia a las autoridades militares. El
“Puerto de las Piedras” fue el centro de espionaje y abastecimiento de “noticias frescas” de ambas márgenes de la frontera. “Las noticias recogidas han variado. Lo que parece más seguras son las contenidas en esta copia de carta de hoy, de las Piedras. Según ella López se ha alejado del Arroyo Seco hacia el sur” (Anónimo en carta a Mitre 13 de Diciembre 1858). Santiago Arcos, comerciante del Rosario escribe a Mitre: “Desde el arroyo del Medio hasta las inmediaciones del Rosario, está todo acordonado por partidas que no dejan pasar ni hombres ni embarcaciones, sin llevarlos al Rosario donde les toman averiguaciones sobre el estado de la frontera nuestra y la situación de las fuerzas nuestra. Esto indica claramente que tienen miedo en la creencia de que vamos a invadirlos”. “Hoy aquí nadie piensa en negocios, pues el Rosario de plaza comer-
cial que usted le conocía, es hoy una plaza de armas. El servicio militar absorbe a todos los argentinos, sin ninguna distinción” “Pájaros de mal agüero que se han movido más yendo y viviendo de la otra provincia”. “El mal estado de los campos, causa de la gran seca que se experimenta, en la causa de que los caballos no estén en mejores estado. En cuanto al hambre: el abasto que me promete era tiempo, por qué iba a mandarle una nota diciendo hambre-hambre-hambre, y si la cosa, durara como va, le diría que peste-pestepeste, por qué es tan sumamente malo el ganado, más bien dicho los perros que se matan, que temo a una epidemia”. “Vinieron a la siesta y se llevaron treinta y tanto caballos de la prefectura, escogiéndolos como las peras, con la mayor calma del mundo”, le escribe el General Paunero en carta a Mitre el 18 Julio 1858.
“EN 1850 SANTA FE SE ENCONTRABA CON UNA POBLACIÓN ESTANCADA, CON SUS ESTANCIAS DEVASTADAS POR LAS INVASIONES DE INDIOS O LOS REITERADOS AVANCES DE LOS EJÉRCITOS DE LA GUERRA CIVIL. EXISTENCIA MISÉRRIMA, BAJÍSIMO NIVEL DE SUBSISTENCIA DE LOS POCOS POBLADOS SANTAFESINOS, SECUELA DE CIUDADES Y ALDEAS ARRASADAS, DE ESTANCIAS DEVASTADAS, DE HABITANTES QUE, CON REGULARIDAD ASOMBROSA, DEJABAN SUS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS PARA EMPUÑAR LAS ARMAS EN DEFENSA DE SUS Bodega Giambroni, año 1918
PROPIEDADES”.
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EMPRESARIOS INGLESES EN LA LOCALIZACIÓN DEL ÉJIDO URBANO DE LA FUTURA VILLA
¿EL ORDEN DE LOS CAPITALES O EL ORDEN DE LAS ARMAS? ORDEN Y PROGRESO era el lema positivista de esos tiempos. No era posible el “Progreso” sin “Orden”, relación determinante en un escenario de “frontera militar de guerra”. No es igual el orden derivado de la demostrada capacidad represiva del estado, impuesta por la fuerza, que aquel orden que surge del reconocimiento de su papel en la institucionalización y regulación de relaciones de producción capitalistas, situación que tardaría en producirse en la región, pero junto al capital extranjero.
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Bajo promisorias perspectivas de gran futuro, es que vecinos del Puerto de las Piedras, solicitan al Jefe de Policía de Rosario, AUTOR IZACIÓN PAR A FORMAR UN PUEBLO…”“…José Buschenthal, -negociante y empresario que aparece en épocas tumultuosas y desordenadas- tomó como suya la idea y los estudios del Ingeniero norteamericano Allan Campbell para la realización de una vía férrea a los intereses de Urquiza, presidente de la Confederación Argentina, quién personalmente haga lo propio en una ampliación o ramal al Puerto de las Piedras…” “…José Buschenthal, llegado de Londres, suscribió un importante acuerdo con las autoridades argentinas sobre la contratación en Europa de una sociedad para construir el ferrocarril -convenio que fue ratificado por Ley 24 de junio de 1855-, y se dirige a Inglaterra a buscar capitales…”“…Pero las cosas habrían de ocurrir mucho más tarde ya que Buschenthal fracasó en Londres en la búsqueda de capitales…” “…Villa Constitución habría de fundarse sin ferrocarril: el trazado Córdoba-Rosario se inicia recién en 1863 y se inaugura en 1870, cuando llevábamos 12 años de existencia – y, tampoco en esa fecha tuvimos el ramal a Villa ordenado trazar por Urquiza en 1854; recién en 1890 nos llegó el riel” En el plan de gobierno del padrino protector de la Villa de la Constitución, Juan Pablo López, a un año de la sanción de la Constitución, expresaba en un mensaje: “Reforma general de la Administración, en cuanto lo permitan las circunstancias del país; seguridad y dilatación de las fronteras para cuyo noble objeto cuento con la sincera promesa del Eximo. Señor Presidente de la Confederación, muy interesado en el desarrollo de nuestra pingüe riqueza rural, de que depende la felicidad de esta Provincia. Protección decidida a las empresas de fundación de pueblos e inmigración, o las artes e industrias que dan pábulo a la actividad humana y mejorar la condición material y moral de los pueblos”. Pero estas aspiraciones no se correspondían con las condiciones de ORDEN y seguridad internas para que un
Vista de calle Colón
modelo de PROGRESO de capitales extranjeros, se instalara en la región. La Villa de la Constitución, en medio de la guerra civil, sólo pudo cubrir las espaldas a la única Villa de vida portuaria y comercial, la del Rosario. Puerto, que junto al de Buenos Aires, lucharían en una carrera de tortugas, por llegar al primer Ferrocarril. Advirtiendo las graduales condiciones de orden, los empresarios ingleses condicionaron la localización del ejido urbano de la futura Villa conforme las necesidades inmobiliarias de la guerra, pero a la vez, trabajaban en la proyección de asegurarse su lugar en la construcción del futuro puerto. Condiciones que estratégicamente forzaban a Juan Pablo López a la fundación de Villa de la Constitución, sin la cual, no se daban muestras del orden necesario, para concretar el aún imaginado ferrocarril. El “orden de las armas”, que aún no auguraba el tan preciado progreso, sería en la Argentina el que aseguraría por mucho tiempo el orden de los capitales extranjeros.
General Goytía partícipe de la batalla de Pavón, nacido en nuestra ciudad. Tuvo un papel muy importante en la defensa de la frontera de Arroyo Del Medio.
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OBJETIVOS MASÓNICOS
“LA UNIÓN DEL PLATA” Y LA “EMPRESA FUNDADORA DE PUEBLOS” Las logias cumplieron un importante papel en el proceso de independencia, unión, organización nacional y consolidación del modelo de Estado Argentino. Su presencia, en el Pago de los Arroyos, se hizo notar en su espíritu y compromiso colonizador de alentar la fundación de pueblos.
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partir de 1856, le tocaría a Sarmiento -obsesionado por evitar el ahondamiento de la división entre los argentinos- fundar la primera logia regular de nuestro país, denominada “Unión del Plata”. Sin embargo, el germen de la división política predominante en el país, ya había penetrado en el seno mismo de la masonería: Grupos abiertamente antiurquicistas y pro-porteños, chocaban con los que encontraban en el espíritu de la Constitución del 1853 la unión del país. En 1858 ya funcionaban en Rosario las logias “Fraternidad” y “Bien Social”, ésta última con la presidencia del general Juan Pablo López, que junto a Don Nicasio Oroño -integrante de ella desde muy joven- fueron los que programaron y fundaron la Villa de la Constitución. Oroño, desde 1854, como jefe de policía de Rosario, fue el impulsor de una serie de medidas que dotaron a la pujante ciudad del valor de plaza comercial y puerto principal de la Confederación. El crecimiento urbano y los requerimientos de una vida ciudadana cada vez más compleja, exigieron un nuevo ordenamiento político, administrativo y financiero para Rosario. Con su gestión se inició el proceso que culminó con la creación de la Municipalidad rosarina, las primeras elecciones de concejales en 1860, y la creación de la logia “Estrella del Progreso”, en 1864. Si bien no existen evidencias concretas sobre la incidencia directa de la masonería en la fundación de Villa de la Constitución, sus principales fundadores
eran miembros activos e integrantes de la misma, y a través de estas organizaciones, pequeños empresarios, militares e intelectuales accedían a importantes puestos públicos y políticos. Intentaban colegiadamente salir de la crisis de la guerra y planificar mejoras en las condiciones de vida. Aquí, el lema Alberdino de “Poblar es Gobernar” tenía más que sentido para la pequeña burguesía rosarina. Los masones rosarinos, “Albañiles del Gran Arquitecto del Universo”, se destacaron por su práctica de solidaridad y su compromiso social, auspiciando la conformación de poblados entre 1857 a 1862, y entre 1860 y 1870, ocupándose de rescatar cautivos de los malones que caían sobre el sur santafesino y asistir a los enfermos durante la epidemia de cólera de 1867 . Reconocida o no, fue poderosa la incidencia de la masonería en la vida política y económica de los pueblos. La mayoría de los hombres de poder -empresarios, profesionales, ministros, militares y presidentes de la nación- eran masones. Imposible obviar su importancia, cuando en su seno, los masones Bartolomé Mitre, Derqui y Justo José de Urquiza representaban el predominio del puerto de Buenos Aires sobre el de la Confederación Argentina. La pretendida “unión del templo” no fue suficiente condición para saldar estas diferencias, que inevitablemente se enfrentaron en Cepeda a sangre y fuego. ¿Ocurría lo mismo en la controvertida batalla de Pavón?
Juan Pablo López, gobernador de Santa Fe, fundador y padrino de nuestra ciudad.
GANAR “PUERTAS” (PUEBLOS) A LA TIERRA
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os habitantes del Pago de los A rroyos, regularmente, dejaban sus actividades productivas para empuñar las armas en defensa de sus propiedades. Para paliar esta realidad, desde 1836 hasta la fundación de Villa de la Constitución, funcionaban un destacamento militar en el Pavón y la Comisaría de Campaña en el “Puerto de Piedras”, dependiente del Juez de Paz del Rosario. El 1 1 de marzo de 185 1, el Jefe Político del Departamento Rosario, convoca a todos los hacendados y propietarios de su jurisdicción a f in de formar una “Comisión Permanente” frente a la crisis de la frontera. Los principios
masones de sus miembros se complementaron con los propósitos militares y económicos del gobierno provincial: “…y deseando desde mucho tiempo que en este paraje (rada o puerto llamado de las Piedras) se formase una Villa o población, convencidos de las innumerables ventajas que reportarían como también del poco valor que en la actualidad tienen los terrenos...”“... habiendo convenido en ceder tierras a favor de los señores Don José Echagüe y Don Cayetano Carbonell, vecinos ambos de la ciudad del Rosario, bajo las condiciones y propuestas que habían admitido de dichos Señores para encargarse de la empresa de la men-
cionada población” “A lgunas autoridades jerárquicas del Rosario, cómo también de personalidades vinculadas a importantes empresas extranjeras, visitan estos parajes, manteniendo numerosas entrevistas con los propietarios de tierras del lugar y, las tratativas culminan con una reunión de empresarios y vecinos en la Estancia San José el 18 de julio de 1857, ocasión en la que se labra un contrato escritura documento que puede considerarse como el ACTA DE ORIGEN DE VILLA de la CONSTITUCIÓN, es decir de su iniciación como pueblo, de su fundación empresaria, ya que luego vendría la segunda fundación, la OFICIAL, el 14
de febrero de 1858” . La fundación empresarial pretendía ganar “puertas (pueblos) a la tierra” en la zona más castigada y militarizada de la provincia, bajo las benef iciosas condiciones portuarias. Producto de las necesidades de soberanía administrativa y territorial del gobernador santafesino, las demandas ofensivas y defensivas de militares rosarinos y la aspiración económica comercial, de los más altos dirigentes políticos del Litoral y del Interior, junto a los intereses de hacendados y lugareños del Pago, vieron en esta fundación una barrera para delimitar la inf luencia porteña.
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LA VILLA, UN MOJÓN FRONTERIZO DE UN INCIPIENTE CAPITALISMO Fracasada la unión nacional, la provincia de Santa Fe se convirtió en la vital región de la Confederación Argentina. Como nunca, se justificaba la creación de un pueblo en el espacio “vacío”, “intermedio”, “límite” entre Estados independientes.
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illa de la Constitución nació de la política de “oficialización” y “reafirmación de soberanía políticamilitar” en la notable y desprotegida brecha territorial que distanciaba el Rosario de su competidora San Nicolás. El espíritu de Caseros, estableció un estímulo de orden y legalidad frente al caos de la extensa campaña. Un puente en la frontera que alentaba el acuerdo de los gobernadores en San Nicolás de los Arroyos, símbolo extendido para todo un país en formación. Sin embargo, la promulgación de la CONSTITUCIÓN que parecía unirlos en 1853, dividió aún más los pueblos; el puente que pretendía eliminar la frontera militar del Arroyo del Medio, no duraría mucho tiempo. La Villa de la Constitución no era de todos. Sólo con su nombre y su presencia fronteriza, representó para una parte, el umbral de acceso de ese posible puente -muy pocas veces abierto-, “portal” del país “de la Constitución”. El problema era económico. Urquiza sabía que el puerto de Buenos Aires centralizaba prácticamente toda la comunicación y el comercio con el exterior y que, desde allí, la Aduana registraba y acumulaba las recaudaciones de importaciones y exportaciones. La creciente legitimación de un poder central, con dominio territorial y capacidad para crear un orden estable, aumentaban a largo plazo las posibilidades de asignar recursos para apoyar el proceso de acumulación capitalista. Buenos Aires era la llave del Litoral para el mercado mundial. La carrera para instalar el Ferrocarril le permitiría a Urquiza ganarle la guerra económica a la Reina del Plata. Su crea-
Casa construida en 1875, en la esquina de las calles General López y Santa Fe (hoy Hipólito Irigoyen)
ción abrigaba una esperanza política para asegurar el poder económico del Rosario y de los puertos en el sur santafesino, y así, fortalecer un posible punto de integración económica entre regiones Sudamericanas.
A pesar del “río abierto”, el férreo poder económico de la burguesía porteña a través del monopolio de la Aduana de Buenos Aires, frustró un proyecto de unión, y la frontera política se cerró. La empresa fundadora de pueblos y ferro-
carril de la Villa de la Constitución, estaba más comprometida por asegurar la tranquilidad y el valor de las tierras -fortificando y patrullando la frontera entre ESTADOS- que por embarcarse en el ambicioso proyecto de Urquiza.
LA VILLA, ¿TALÓN DE LA CONFEDERACIÓN O APÉNDICE INGLÉS DE BUENOS AIRES? En el Pago de los Arroyos, la presencia territorial, militar y administrativa, no era suficiente garantía para determinar el lugar de poder entre enemigos y no bastaba con el desarrollo económico del Rosario para afianzar el orden de las armas, siempre latente. ¿Qué faltaba entonces?
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ara Juan Bautista Alberdi, “el ferrocarril hará la unidad de la República Argentina mejor que todos los Congresos. Los Congresos podrán declararla una e indivisible; sin el camino de hierro que acerque sus extremos remotos quedará siempre divisible y dividida contra todos los decretos legislativos”. Del chasquido de lanzas y estruendos de cañones al ruido de locomotoras humeantes, el ferrocarril fue la principal arma. Una prometedora pero conflictiva empresa, desafiaba el monopolio del comercio internacional de los ríos del Litoral; trasfondo de la guerra desatada por la competitiva presencia de ingleses y franceses que compraban productos a
Rosario y Buenos Aires. ¿Qué orientación y diagramación tendría la red ferroviaria?, de ésta dependería el futuro modelo político y económico de la Argentina. La exclusividad del control de las rentas aduaneras por parte de una tradicional burguesía porteña, la ausencia de reglamentaciones que favorecieran a un mercado nacional integrado, la falta de infraestructura de producción y circulación de capitales exportables, la legitimación de relaciones sociales de producción determinadas por un modo de producción centralizado y hegemónico, hicieron del conflicto político-militar la expresión de un trasfondo económico no resuelto. La crisis económica, luego del triunfo
militar de Cepeda, apremiaba a la Confederación. Buenos Aires, a pesar de su derrota, estaba mejor posicionada geopolíticamente y reanudaba sus privilegios económicos. Las regiones del Litoral y sobre todo del Interior, estaban supeditadas económicamente a extender el triunfo de Cepeda en los campos de Pavón (Septiembre de 1861). Pero… ¿Estaban dadas las condiciones para que los triunfos militares definieran un modelo de desarrollo económico proteccionista, hacia el interior, productivo e integrado hacia nuestros vecinos latinoamericanos? ¿Era un modelo que contrarrestaba la fuerte determinación de un centro poderoso que dominaba la escena de las divididas y
enfrentadas regiones, potenciales estados independientes? Para ese entonces, tampoco bastaba una Constitución, que aun sancionada, no integraba por sí misma los diferentes intereses económicos. En ese contexto, lejos de producirse ese puente político entre los pueblos, la Villa de la Constitución del Pago de los Arroyos Santafesino y Bonaerense, -potencial cabecera metropolitana de la economía de toda Sud América, región propuesta como capital de la Nación Argentina-, continuó viviendo, hasta 1861, su mandato geográfico de frontera, para luego pasar a ser un apéndice de Buenos Aires. ¿Podría haber sido de otra manera?
SUPLEMENTO ESPECIAL 153°ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN
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DIARIO EL SUR N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011
LA VILLA QUE SIGUIÓ SIENDO VILLA Una de las primeras imágenes de la Parroquia San Pablo Apóstol.
ESTA VILLA, DEJÓ DE SER DE LA CONSTITUCIÓN, METÁFORA QUE ORIENTABA SU SENTIDO; AHORA SÓLO VILLA. DE COMPLEMENTO FERRO PORTUARIO DE ROSARIO, SÓLO FUE LUGAR DE FRONTERA. MÁS TARDE, PASO DEL FERROCARRIL PORTEÑO, REPRODUJO SU CENTRO EN EL DEPARTAMENTO. EL “PROGRESO” SOLAMENTE LLEGARÍA PARA ESA ZONA TAN CASTIGADA DE LA HISTORIA, COMO APÉNDICE DE BUENOS AIRES.
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econocida su transitividad conflictiva, esta Villa fue propuesta capital de la República por Valentín Alsina. Tal vez hubiera sido la señal de justicia para este poblado signado por su significativo nombre y en el medio de tanto caos, resultaba motivo más que suficiente para borrar su condición de tan sólo una Villa. Rosario y San Nicolás también fueron propuestas, frente a un país resentido por bandos opuestos de uno y otro lado; como intento mediador y equitativo de dos grandes Estados enfrentados, de extremos irreconciliables, el Pago de los Arroyos era el medio reconciliador entre las capitales enfrentadas de Paraná y Buenos Aires. Fracasada la posibilidad de concretar la federalización de toda esta zona, a la manera de “argerópolis” por excelencia,…“Rawson proponía establecer la capital en una ciudad a formarse entre los arroyos el Medio y Pavón. Por su parte Delfín Gallo, de la Vega y Ruiz de los Llanos, mocionaban que se expendiera entre los arroyos Ramallo y Pavón. Las divergencias de nuestros principales estadistas, sus propias contradicciones respeto al punto en que se habría de fijarse ese centro político, entorpecieron su solución, hasta que los nuevos hombres de 1880 le pusieron punto final” Buenos Aires ganó la batalla
económica y el debate sobre su reafirmación política como capital “federal” de los argentinos. “No obstante, después de Pavón la organización presenta de igual forma que en la guerra Civil, grandes dificultades. La uniformidad del Imperium de la ley, representada por el predominio porteño, altera aisladas realidades regionales de constante rechazos. La falta de consolidar los circuitos de comunicación, básicos para un mercado económico integrando, se vislumbra en los escasos presupuestos con que en un principio participa Buenos Aires al resto del país. El ferrocarril, la política inmigratoría para poblar el desierto, ligado a la incorporación de las tierras indias, el proyecto educativo y la organización de un ejército nacional, fueron objetivos del sector liberal para salvar las carencias de un territorio abandonado por la guerra civil” . La línea ferroviaria Rosario-Córdoba no se inauguraba y el ramal Rosario-las Piedras, lejos de hacerse, dejaba vulneradas las posibilidades de crecimiento y desarrollo hacia adentro del país. Latinoamericano. Ya no tenía sentido dicho ramal ferroviario como urgencia soberana en la frontera militar del Arroyo del Medio. No es el ferrocarril de Allan Campbell -de Rosario al Pacífico y de Rosario al Paraguay y Alto Perú-
el modelo ganador. Es el ferrocarril Buenos Aires/Rosario, el de ingenieros y capitales ingleses. Es el modelo Parish de Buenos Aires hacia todos los puntos del país, el elemento que concretaría la integración del interior en el proyecto agro exportador del Unicato. El modelo Urquiza, ¿representó totalmente un modelo alternativo? ¿Sus seguidores, advirtieron la convicción de asumirlo como propio, con el valor de sacrificio y esfuerzo colectivo que implicaba la construcción de un país completo, no sólo políticamente emancipado, sino económicamente independiente? ¿Podía ser algo más que un país mono agro exportador socio de Gran Bretaña? La potencial producción agrícola y ganadera del Litoral terminó adaptándose al modelo pampeano, compatibilizando necesidades comunes, unificadas por las demandas del mercado mundial a través del modelo radiocéntrico de Buenos Aires. Pero el Interior se vio fracturado por la consolidación del modelo hegemónico de Buenos Aires. La guerra de la Triple Alianza completa este panorama. Alentadas por Inglaterra, Brasil, Uruguay y Argentina, unidas entre si, terminaron con el Paraguay, aquel resto de proyecto federal latinoamericano, que abandonara Urquiza en los campos de Pavón.