MI AMIGO EL CORCHO VERDE
El corcho verde de jardinería es una materia prima muy moldeable, con poco peso y baratísima, con la que se pueden construir fácilmente montañas, muros, bocas de túnel, puentes, carreteras, contenedores, etc. Este material se corta con un simple cuchillo y se moldea simplemente frotando trozos unos con otros, de forma que podemos conseguir superficies curvas en pocos segundos. La pintura acrílica se fija muy bien en él y además le da algo más de rigidez. Se puede adquirir en bazares por solo 5€ el metro (en parelelepípedos de 25 x 7 x 100 cm. aproximadamente). Solo tiene dos defectos, da grima o dentera a algunas personas y no es tan rígido como el corcho blanco, de forma que no es apto para hacer rampas, que sí pueden hacerse con corcho blanco. A diferencia del poliestireno o corcho blanco, el verde no forma esas bolitas tan molestas cuando lo cortas y es más fácil de moldear para hacer superficies redondas. La textura del corcho verde, una vez pintado, es muy similar a la del granito y el asfalto, haciendo muy real la reproducción de construcciones que emplean estos materiales. Para lograr un buen acabado emplearemos algunos trucos con la pintura y añadiremos algún elemento decorativo extra.
Foto 1: Muro de contención en corcho verde pintado en marrón, que se retira para acceder al interior de la montaña.
Para esas esquinas o bordes de la maqueta en las que se ponen posters o simplemente nada, podríamos poner macizos pedregosos similares a la montaña de Montserrat o a La Pedriza, como se puede ver en la foto 2. Empezamos por cortar trozos de corcho verde para hacer los grandes pedruscos que frotaremos entre sí, para redondear las aristas y después los uniremos ensartándolos con palitos largos de madera y algo de cola blanca. Con un lápiz marcaremos grietas verticales en las rocas. Después procederemos a pintar. En este caso con un pincel grueso y en tonos grises sobre los que añadiremos trazos muy suaves en verde y después aplicaremos la técnica del pincel seco con pintura blanca, es decir el pincel húmedo de pintura lo secaremos sobre un cartón de forma que al pintar solo quedarán leves trazos blancos. Esto simulará el musgo verde y el musgo seco. Pintaremos de gris muy oscuro las grietas y oquedades para realzar el relieve. Como toque final añadiremos follaje en las partes bajas, a base de bolitas de gomaespuma en color verde oscuro o hebras de soga verde. También podemos hacer muros de piedra natural estilo oeste americano, empleando tonos marrón en lugar del gris del granito y distintas formas en las rocas.
Foto 2: Simulación de formación granítica.
Foto 3: Formación rocosa estilo oeste americano.
Las bocas de túnel “compradas” son a mi juicio, piezas de plástico que desmerecen en una buena maqueta ya que las hacen parecer un juguete barato, salvo las que se venden a alto precio. Es mejor, en mi humilde opinión, hacerlas uno mismo empleando el corcho verde de jardinería y algunos trucos. Primero recortaremos el corcho verde con un cutter o un buen cuchillo jamonero. Después haremos las intersecciones entre los bloques de piedra o ladrillos con el cutter y las alisaremos con la punta de un lápiz grueso, dando el aspecto de muro de piedra. Pasaremos a pintar con tonos grises o pardos y después añadimos pincel seco en blanco para simular el musgo seco y motitas de color verde que representan el verdín. El resultado es espectacular. Cuidado con emplear disolventes en la pintura ya que algunos se comen el corcho verde y otros producen un olor fuerte que tarda días en irse. También y con la misma técnica anterior, podemos realizar muros de piedra como soporte decorativo de rampas, muros de contención en montañas que nos permitirán acceder al interior de los túneles como en la foto 1 y puentes de piedra o viaductos.
Foto 4: Boca de túnel con muro lateral, adornada con dos farolillos
Otra aplicación del corcho verde es como asfalto para hacer carreteras comarcales rústicas. Su textura puede representar fielmente la superficie asfáltica incluyendo hasta los baches reales. Al ser tan dúctil, podemos cortarlo en finas tiras y pintarlo en tonos grises, añadiendo tiras adhesivas blancas para simular la señalización horizontal de la carretera. Unos toques de decoración vegetal en las cunetas darían el acabado final.
Foto 5: Puente romano y carretera realizados sobre corcho verde. Sobre el puente postes de teléfono hechos con mondadientes y cabezas de alfiler redondas
También podemos emplear el corcho verde para hacer contenedores cuya superficie será papel fotográfico sobre el que hemos impreso recortables de contenedores que pululan por Internet. Es una forma rápida y gratis de hacer estos elementos de transporte. El bloque interno de corcho lo podemos taladrar con tornillos pesados para dar peso al contenedor.
Foto 7: Contenedores de corcho verde forrados con cartulina sobre la que se ha impreso una reproducción recortable.
El corcho verde puede incluso rayarse y utilizarse la viruta resultante como follaje para hacer matorrales, mezclándolo con pintura verde oscura y cola blanca diluida en agua. En fin, este material no solo es el soporte donde pinchar flores de plástico, es en definitiva un gran amigo del maquetista.
Foto 8: Boca de túnel en corcho verde pintado de gris. El pincel seco en blanco produce el efecto de musgo seco y da el aspecto de antiguo.