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Núria Graham El poder de la naturaleza

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DICEN LOS MÁS SABIOS del lugar que la vida es la mayor de las paradojas. Y no seré yo quién les contradiga. Más bien al contrario. No hay más que observar nuestra propia existencia para darnos cuenta del mar de contradicciones en el que andamos sumidos. Por eso no deja de ser casi inevitable, que el disco con la intención más internacional de Núria Graham, el que vendrá respaldado por los sellos estadounidenses Verve Forecast y New Deal, junto a Universal Music y Primavera Labels, sea a la vez su álbum más íntimo y personal. El que está realizado desde la soledad del comedor de su casa en La Bisbal d’Empordà, tejido a partir de una fotografía que ha presidido durante años su mesilla de noche. Una imagen surgida a partir de un primer viaje a la costa napolitana con el Vesubio y la pequeña isla de Procida como protagonistas. (Nuria Graham) “Todo el disco ha quedado ambientado allí y para mí también ha sido una sorpresa. Máxime cuando ahora todo el mundo me pregunta por ello. A ver, yo estuve allí hace muchos años y fue un episodio algo rocambolesco porque fue un desastre emocional. Se rompió una relación en Nápoles y de ahí surgió la canción ‘Disaster In Napoli’, que escribí hace como seis o siete años, pero ahí se quedó. Y hace menos, como cuatro o cinco años, con Ingrid [Ferrer] que es mi amiga y directora de arte de todo el disco, que lo hemos hecho juntas, volvimos a Nápoles, Pompeya, el Vesubio... y con todo este paisaje, tuvimos una sensación sobre la que hemos estado hablando durante años. Como si hubiera cierta obsesión por estos lugares. De hecho, en mi mesita de dormir he tenido durante años una foto que ahora es la portada del disco. Desde Procida se ve el Vesubio y la impresión que tienes cuando estas allí es como muy inquietante. No lo calificaría de incómoda, pero sí que hay cierta energía inquietante en un sitio en el que la naturaleza tiene una presencia tan enorme y al mismo tiempo la vida humana es tan absolutamente caótica y tan viva. Es un sitio que, además, tiene una conexión con la muerte que se respira en la calle y todo ello presidido por un volcán que está quieto y estable, pero a la vez te recuerda que está ahí y es una fuerza que no puedes controlar. Y es casi incómodo pensar que hay cosas que no puedes controlar porque la naturaleza es la que manda. Y el disco habla de eso. Surge de la pura observación de la naturaleza”.

UNA BONITA HISTORIA repleta de imágenes y texturas a la que solo había que ponerle banda sonora para que estuviera completa del todo. “Durante estos últimos años he estado escuchando así en plan random muchas bandas sonoras de los años sesenta y también cosas de compositores italianos como Piero Puccioni. De hecho, con Ingrid es como que hemos pensado el disco con las imágenes en la cabeza. Teníamos como la película hecha y yo escucho el disco y escucho los colores, el paisaje, pero sobre todo la iluminación. Siempre pienso mucho en el ambiente, en el color. Y este disco me lleva a una paleta muy concreta y por eso he querido participar en el arte del disco y dejar plasmado en ese mismo arte el color que yo tenía en la cabeza”.

QUEDA CLARO QUE “CYCLAMEN” no es una compilación de canciones dispuestas con más o menos gracia. El nuevo trabajo de Núria Graham es un viaje que debe ser escuchado en su totalidad. Es una experiencia que no puede ser desgajada. Es por ello que, de las trece canciones que lo componen, siete de ellas se mueven alrededor de los dos minutos de duración. Temas que en realidad parecen esbozos, trazos emocionales que pertenecen a una historia mayor. “Recuerdo que cuando al principio le enseñaba las canciones a Jordi Mora en casa, él también me dijo que le parecían esbozos. Y, de hecho, el otro día leí una crítica en la que decían lo mismo y yo me lo tomé bien porque realmente es así y me ha salido así. La canción es esto, yo voy a decir esto y no me voy a alargar porque sí. El disco tiene incluso esa cosa casi maquetera, hecho en casa pero con arreglos, y no he entendido el disco como una recopilación de canciones bonitas. Para mí un disco no es eso. Sino que el disco tiene una narrativa, tiene un ritmo y por eso hay canciones más cortas y otras como ‘Disaster In Napoli’ como que desentonan, pero es que es un episodio del disco y forma parte de él”.

A TODO LO HABLADO podemos sumarle que “Cyclamen” es un álbum que ha tenido un faro musical en la ciudad de Los Angeles que se llama Blake Mills. Músico y productor que ha grabado con Perfume Genius, Laura Marling, Dawes o Fiona Apple y que ha sido una especie de consejero musical en la distancia con el que Núria incluso ha co-escrito uno de los temas del álbum titulado “Poisonous Sunflower”. “Surgió durante el proceso en el que yo estaba grabando sola el álbum en casa y él vía Instagram me daba algún que otro consejo. Hablábamos de música, nos intercambiábamos cosas... Y yo tenía esta letra que él rehizo captando perfectamente lo que quería decir. Fue un proceso muy interesante porque normalmente no escribo con nadie. Igual porque soy muy tímida y no comparto mucho. Sin embargo, en esta ocasión fue muy bonito. Especialmente porque es algo que, si quieres que pase, no pasa. Y más teniendo en cuenta que su música y en especial su último disco, que se llama ‘Notes With Attachments’ (21), junto a Pino Palladino, uno de mis músicos favoritos de todo el mundo, me inspiró muchísimo para hacer este álbum... Hay un tema, ‘Just Wrong’, que es el primero del disco, que trata las texturas y los colores de una forma tan especial que me llevó a un lugar mental, a un imaginario, que me abrió muchísimas puertas y me empujó a querer investigar también con texturas, con los vientos... Y he de decir que, gracias a ello, me he atrevido a hacer un disco así”.

ATREVIMIENTO ES UNA PALABRA que define a la perfección lo que ha sido “Cyclamen” para su autora. Para empezar es el primer disco en el que Nuria Graham se ha producido a si misma, aunque eso no significa que, cuando lo ha requerido, no se haya rodeado de amigos para recibir una pequeña ayuda. Ese ha sido el caso de la compositora Helena Cànovas en la cuestión de los arreglos. “Con Helena fue una iluminación parecida a todo el proceso del disco. Nos conocíamos porque ella es de Vic e íbamos juntas a algunas clases de música, aunque ella es un poco mayor que yo y se ha dedicado al mundo de la clásica

POP / Los lugares comunes son los principales enemigos de la prensa musical. Muy por delante de los algoritmos de las plataformas de ‘streaming’. Pero hay veces que, por manidos que estén, hay que recurrir a ellos. Núria Graham se ha explorado de raíz y ha decidido dar un giro radical a su carrera. Sino el más riesgoso, cerca anda. Las curvas no las coge con exceso de velocidad por haber hecho un álbum con arpas, fagot, flauta y un toque de fábula. Ya existen referentes de la música de bosques y cervatillos como Joanna Newsom o, apurando, Andrew Bird. El arrojo está en el “cómo”: la desviación onírica, sensorial, es tan bestia, que es fácil que caiga en el arte intransferible. Que se aleje del pop. Hacia un nicho sin orejas. A diferencia de esta reseña, el disco no es un lugar común. YERAY S IBORRA y la música contemporánea. Cuando estaba haciendo el disco, y estaba de lleno con los arreglos, pensé que con toda mi inexperiencia lo mejor era llamar a Helena. Fue la única persona que se me pasó por la cabeza, y lo cierto es que fue un cruce de energías muy fresco, porque para Helena el mío tampoco es un estilo de música con el que haya hecho muchas cosas. No es que los arreglos estén muy delante en el disco, sino que están en su sitio perfecto. Y, nada, que al cabo de un mes ya estábamos en el estudio grabando las cuerdas, el arpa, el fagot y también hay vientos como flauta travesera y saxo... Lo cierto es que fue muy guay porque después de estar tantos meses en casa sola, estar con Helena a los controles de los estudios Musiclan con todo de músicos grabando, pues hubo un punto de sentirse empoderadas en plan: ‘¡Qué guay todo! Dos mujeres jóvenes haciendo lo que saben hacer’. Y lo mejor de este disco es que he estado involucrada en todo, porque después también estuve dos meses con Jordi Mora en el proceso de mezclas, cosa que tampoco nunca había hecho”.

PARA FINALIZAR dejemos que sea la propia Núria la que nos diga que sensación le gustaría que nos quedara después de escuchar su disco. “Al final para mi el disco es un viaje y me gustaría que este fuera esperanzador. Después de todo lo que cuento en el disco, en el que hablo de cosas como la muerte y catástrofes, lo que perdura por encima de todo es la esperanza. Y la propia palabra ‘cyclamen’, que da título al disco y que es una planta, en este caso también significa para mí amor incondicional. Ese amor que va dirigido a la naturaleza o hacia nosotros mismos y a la comunidad. Llevo dos años en los que mi familia, mis amigos, mi pareja han sido pilares fundamentales para mí, que han inspirado todo este universo y por eso este disco tiene toda esa esperanza que necesitamos para entender la vida”. D.D.

Leer M S

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