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Dave Rowntree Días de radio

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Batería de Blur, pero también político, poeta, compositor, presentador de su propio programa de radio, piloto de aviones y programador informático. Dave Rowntree (Colchester, Essex, Reino Unido, 1964) es un hombre polifacético. Publica ahora su primer álbum en solitario, al menos el primero de canciones pop, un “Radio Songs” (Cooking Vynil/Popstock!, 23) inspirado en su larga experiencia como radioaficionado.

DAVE ROWNTREE me atiende desde su coche (a mitad de conversación se le cae el móvil, que tiene enganchado al salpicadero, y me recomienda no probarlo nunca yo mismo) en algún punto entre Londres y el sureste británico, y justo antes de que se anuncie esa nueva gira de Blur que ya tiene fechas repartidas por todo el verano próximo, con pistoletazo de salida en el Primavera Sound el 1 de junio. La génesis del disco, tal y como me cuenta, tiene mucho que ver con su familia y su niñez. “Mi padre fue ingeniero de radio en las Fuerzas Aéreas Británicas cuando era joven. Teníamos una gran antena en el jardín y escuchábamos emisoras de radio de todo el mundo, con lo que puede decirse que la radio y su tecnología han sido una parte muy importante de mi vida”, dice. Hasta el punto de que también supuso su despertar a la conciencia política. “Por las noches solía recorrer el dial para escuchar todas aquellas exóticas emisoras de todo el mundo, y una de ellas era Radio Moscow, que tenía una emisora que emitía en inglés: me di cuenta, incluso no creyéndome ni una palabra de lo que decían, de que era posible llegar a diferentes interpretaciones de los mismos hechos, y ahí empezó mi conciencia política y también mi ideología de centro izquierda”, comenta. “La radio es la responsable de que el mundo moderno funcione, la parte estrictamente radiofónica es el factor de magia en todo ello, es el héroe anónimo del siglo XXI, en realidad”, apuntala con auténtico fervor hertziano. Aunque sus textos no sean nada explícitos, es inevitable que el disco tenga una lectura política en la era del Brexit y de la inestabilidad institucional que vive el Reino Unido en los últimos años, con primeros ministros que duran menos que un pastel a la puerta de un colegio. “El Brexit ha sido un desastre, porque ninguno de los beneficios que se prometieron ha llegado, y el problema es que ya hay suficiente distancia entre ahora y los años setenta como para que mucha gente se haya olvidado de lo gris que fue esa época en el Reino Unido, que fue cuando yo crecí: la extrema derecha estaba en alza, había mucho sexismo y misoginia, racismo por todas partes y altas tasas de criminalidad y pobreza, aunque también hubiera muchas cosas agradables como el nacimiento del indie o el primer punk rock”, argumenta.

Y ES QUE SI DE ALGO HUYE Dave Rowntree como de la peste es de la nostalgia, por mucho que echar la vista atrás a aquellos brillantes años noventa (la época de máximo fulgor de Blur) sea una tentación más que apetecible. El músico británico valora muy positivamente el actual estado de salud del pop y el rock en su país. “Estoy al cien por cien convencido de que la mejor música que se ha hecho nunca en el Reino Unido se está haciendo justo ahora, y de que vivimos una era dorada, lo que ocurre es que es muy fácil caer en la falsa nostalgia, porque cambiamos como personas y conforme nos hacemos mayores dejamos de ir a discotecas y a clubes y los cambiamos por las reuniones del concejo y de la parroquia, pero no es que el mundo haya cambiado tanto, es que nos volvemos perezosos y nos recluimos en opciones que nos hacen sentirnos seguros, y eso es parte de lo que ocurre aquí, también cuando aceptamos las mentiras del Brexit”.

ES CIERTO QUE NO HAY en él una mirada complacientemente nostálgica en “Radio Songs”, pero también que este tiene mucho de recapitulación de aquellos días de juventud, de vino y rosas, en los que Blur comenzaban a cobrar popularidad. Eso sí, lidiando en canciones como “London Bridge” (que recuerda mucho a “Trouble In

The Message Centre”) con cuestiones tan delicadas como su propia salud mental, que en aquellos tiempos de excesos no era precisamente óptima. “Hubo periodos de mi vida en los que no fui bendecido con la mejor de las saludes mentales, y esa canción trata sobre eso, sobre la repetición mental de un número, el 126, cuando yo era joven, que veía por todas partes, como si el universo me estuviera gritando ese número a la cara por alguna razón. Con el tiempo me di cuenta de que era un sesgo de confirmación, un desequilibrio entre la forma en la que el cerebro procesa ideas para confirmar lo que ya piensas y la forma en la que procesa ideas que desmientan esa intuición, que es algo que pasa cuando tu mente no funciona como debiera”, me explica.

AUNQUE ESTE ES SU PRIMER DISCO de canciones pop como tales, Dave Rowntree lleva años trabajando en la creación de bandas sonoras para películas y series, algo que le ha influido en el sentido –reconoce– de que su música suena “cinemática, con texturas bastante densas, a causa también de mi colección de sintetizadores y del gran espectro de sonidos extraordi- narios que se producen de forma natural por la tierra, los campos magnéticos y la atmósfera”. También por el fértil diálogo trabado con el productor Leo Abrahams (Brian Eno, Jarvis Cocker, Paul Simon), con quien empezó a trabajar aún en pleno confinamiento, de un modo que ahora seguramente no repetiría. Menos fértil para su trabajo como músico fue su rol como programador informático, hace más de veinte años, “haciendo animaciones por ordenador y estudios sobre grafismo digital”. Fue otra más de las muchas facetas de un creador de lo más versátil, que se muestra tan tenso pero ilusionado ante unos directos de presentación que ya comenzaron hace unas semanas en su país, y en los que él toca la guitarra, los teclados y la batería, al frente de un cuarteto de multiinstrumentalistas. Una gira que afronta con la misma combinación de excitación e incertidumbre con la que encaró la grabación de un disco que desvela, por si aún hacía falta, que detrás del batería de Blur también hay todo un universo creativo por descubrir. C.P.Z. Más en www.mondosonoro.com

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